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(UTESA)
ASIGNATURA:
Práctica de Oftalmología
TEMA:
Patologías de la Orbita
NOMBRE:
Alejandro Lantigua
MATRICULA:
1-19-0962
CARRERA:
Medicina
PRESENTADO A:
Dr. Samuel de Jesús Núñez Gutiérrez
La órbita es la cavidad ósea que alberga el globo ocular y otras estructuras anexas como
los párpados, la glándula lagrimal y la vía lagrimal. Tiene forma de pirámide con base
anterior y está ocupada por el globo y, posteriormente, grasa, músculos y un sistema
vascular y nervioso.
En la órbita concurren una serie de estructuras de gran importancia en las que pueden
aparecer una gran variedad de patologías: malformaciones congénitas, fracturas,
inflamaciones, infecciones o lesiones tumorales y quísticas. Parte de estos problemas
pueden ser tratados de forma médica, como las inflamaciones o las infecciones. El resto de
la patología orbitaria generalmente requiere de cirugía.
Trastornos inflamatorios
Oftalmopatía de Graves
Tratamiento
Prismas. Tal vez tengas visión doble, ya sea por la enfermedad de Graves o como
efecto secundario de la cirugía para la enfermedad de Graves. Si bien no son útiles
para todas las personas, los prismas en los anteojos pueden corregir la visión doble.
Radioterapia orbitaria. Este fue una vez un tratamiento común para esta afección,
pero los beneficios no son claros. Utiliza rayos X dirigidos en el curso de varios días
para destruir parte del tejido detrás de los ojos. El médico puede recomendarlo si
tus problemas oculares están empeorando y los corticosteroides por sí solos no son
eficaces o bien tolerados.
La órbita está circundada por los senos paranasales y parte de su drenaje venoso es a
través de la órbita. La mayoría de los casos de celulitis orbital en la niñez se originan de la
extensión de la sinusitis aguda a través de los huesos etmoides delgados. Por consiguiente,
los organismos responsables suelen ser Streptococcus pneumoniae, otros estreptococos,
Haemophilus influenzae y, de forma menos común, Staphylococcus aureus, incluyendo S.
aureus resistente a meticilina, o Moraxella catarrhalis. En adolescentes y adultos, cuando
hay infección crónica de los senos, pueden también estar involucrados organismos
anaeróbicos.
Si hay antecedentes de traumatismo que incluya lesión orbital, quizá a partir de mordidas
de animales, suelen ser responsables S. aureus, incluyendo S. aureus resistente a meticilina
(MRSA), o estreptococos β-hemolíticos del grupo A. En comparación, la celulitis preseptal,
que es una infección bacteriana superficial del tabique orbital, es causada por lo común
por diseminación de una infección originada en el párpado, como un acné ciliar, heridas
traumáticas o quirúrgicas, picadura de insecto o mordedura de animal.
Manifestaciones clínicas
La celulitis orbital se caracteriza por fiebre, dolor, hinchazón y eritema del párpado,
proptosis, quemosis, limitación de los movimientos extraoculares y leucocitosis. La
proptosis no axial sugiere absceso intraorbital o subperiosteal. La extensión a los senos
cavernosos produce implicación orbital contralateral, disfunción trigeminal y enfermedad
sistémica más marcada. La extensión intracraneal causa meningitis y a veces absceso
cerebral.
Pocas enfermedades orbitales, excepto las mucormicosis, progresan tan rápido como la
infección bacteriana. La celulitis preseptal, en la cual hay enfermedad sistémica con
hinchazón y eritema del párpado pero no proptosis, quemosis o limitación de los
movimientos extraoculares, es el principal diagnóstico diferencial, pero también puede
imitar las etapas iniciales de celulitis orbital. Otras entidades a considerar son el
rabdomiosarcoma en niños, seudotumor y oftalmopatía de Graves.
Tratamiento
Debe iniciar antes de que el organismo causal sea identificado. Tan pronto como se
obtengan los cultivos nasal, conjuntivo y sanguíneo, deben administrarse antibióticos. Por
lo general se usa terapia intravenosa, al inicio con una cefalosporina, como los agentes de
tercera generación cefotaxima y ceftriaxona, o un fármaco resistente a β-lactamasa, como
nafcilina, imipenem o piperacilina con tazobactam. Una posible infección anaeróbica
requiere la adición de metronidazol o clindamicina. Las cefalosporinas son adecuadas si
hay antecedente de traumatismo, a menos que sea probable la infección por MRSA, en
cuyo caso se requiere vancomicina o clindamicina. Para pacientes con hipersensibilidad a
la penicilina, se recomiendan vancomicina, levofloxacina y metronidazol. En casos no
complicados se han reportado tratamientos exitosos con clindamicina y ciprofloxacina
orales.
La celulitis preseptal puede tratarse con antibióticos orales, como amoxicilina y
clavulanato, pero el paciente deberá ser vigilado de cerca para descubrir el posible
desarrollo de celulitis postseptal. La terapia debe ajustarse si hay alta probabilidad de
infección por MRSA o existe una herida contaminante, en cuyo caso puede necesitarse el
ataque a organismos gramnegativos.
Mucormicosis
Dermoide
Los dermoides no son verdaderos neoplasmas, sino coristomas benignos que se originan
de tejido embrionario que no se encuentra en forma regular en la órbita. Los dermoides
orbitales se originan del ectodermo superficial y a menudo contienen estructuras
epiteliales como queratina, cabello y a veces dientes. La mayoría son vesiculares y están
rellenos de un fluido oleoso que puede incitar a reacción inflamatoria grave si se libera en
la órbita. La mayoría de los dermoides ocurren en el cuadrante temporal superior de la
órbita, pero pueden presentarse en cualquier línea de sutura ósea.
La TC muestra un defecto óseo redondo y afilado a partir de la presión de una masa fija
que crece lentamente en el periostio.
La vesícula epidermoide es una masa superficial rellena de queratina que se halla por lo
general cerca del borde orbital superior. Puede ser congénita o postraumática. Su
extirpación no suele ser difícil.
Meningocele
Malformación arteriovenosa
Fístula carótido-cavernosa
El diagnóstico de una fístula carótido-cavernosa de alto flujo (directa) suele ser simple.
Aunque algunas veces ocurre en forma espontánea por ruptura de un aneurisma de
arteria carótida interna cavernosa, por lo general sigue a traumatismo encefálico grave
que causa daño a la carótida interna intracavernosa. Los signos físicos incluyen congestión
orbital marcada con quemosis, proptosis pulsátil, presión intraocular elevada,
hemorragias retinianas y oftalmoplejía, así como soplo fuerte.
Hemangioma Capilar
Es un tumor benigno común que algunas veces involucra el párpado y la órbita. Las
lesiones superficiales son rojizas, y las más profundas son más azuladas. Más de 90% se
vuelven obvias antes de la edad de seis meses. Tienden a agrandarse con rapidez en el
primer año de vida y regresan lentamente después de seis a siete años. Las lesiones en la
órbita pueden causar estrabismo o proptosis. La implicación de los párpados puede inducir
astigmatismo o visión opaca, que dan como resultado ambliopía.
Linfangioma
En sus etapas tempranas, el linfangioma puede ser muy similar al hemangioma, de modo
que algunos autores sugieren un origen primeramente venoso. Ambos suelen comenzar en
la infancia, aunque el linfangioma puede presentarse en etapas tardías de la vida.
Neurofibroma
Casi 75% de los gliomas asintomáticos de nervio óptico se vuelven obvios antes de la edad
de 10 años. De 25 a 50% están asociados con neurofibromatosis 1. Hay bajo grado de
astrocitomas. Los que se ubican delante del quiasma tienden a comportarse en forma
benigna y tienen la posibilidad de regresión espontánea; aquellos en y posteriores al
quiasma pueden ser más agresivos. La pérdida visual y la atrofia óptica son los signos más
comunes. Si el tumor está en la órbita, tiene lugar la proptosis.
El 50% de las masas que se presentan en las glándulas lagrimales son tumores epiteliales,
la mitad de ellos malignos. Las masas inflamatorias y los tumores linfoproliferativos
comprenden el otro 50%. El tumor epitelial más común es el adenoma pleomórfico. Esos
tumores deben ser extirpados, no biopsiados, a causa de su propensión a la
transformación maligna y recurrente.
Un tumor maligno de la glándula lagrimal es
sospechoso cuando el paciente se presenta con
dolor y cambios óseos destructivos evidentes en
TC. La biopsia debe efectuarse a través del
párpado, para evitar la diseminación tumoral en
la órbita. Se requiere la evisceración orbital con
osteotomía si hay alguna probabilidad de
supervivencia. Aun con tratamiento radical, el
pronóstico es malo.
Linfoma
Tumores Metastásicos
Alcanzan la órbita por diseminación a través del torrente sanguíneo, puesto que la órbita
está desprovista de ganglios linfáticos. En adultos, el cáncer de mama, pulmón o próstata
y el melanoma son los primarios usuales. En niños, el tumor metastásico más común es el
neuroblastoma, que se asocia a menudo con hemorragia periocular espontánea cuando el
tumor que crece rápidamente se vuelve necrótico.
Los tumores metastásicos son mucho más comunes en la coroides que en la órbita, quizá a
causa de la naturaleza del suministro sanguíneo. Muchos tumores orbitales metastásicos
responden a radiación y algunos a quimioterapia. Pequeños tumores localizados que son
sintomáticos pueden algunas veces ser extirpados completa o parcialmente. Los
neuroblastomas en niños de menos de 11 meses tienen un pronóstico relativamente
bueno. Adultos con tumores metastásicos en la órbita tienen expectativa muy limitada de
vida.
Tumores Secundarios
Mayo Clinic