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Necesidades calóricas diarias en función del gasto energético que le demanda la práctica de

actividad física para mantener su salud. Explica las consecuencias que el sedentarismo y los
hábitos perjudiciales (consumo de comida rápida, alcohol, tabaco y drogas) producen sobre su
salud.

La ingesta energética constituye el factor primordial para cubrir nuestro gasto calórico diario. A
su vez, nos permite mantener un peso corporal adecuado. El deporte hace que el gasto
calórico sea mayor y requiere que sea cubierto para que nuestro rendimiento sea el más
óptimo.

La realización de actividad física es, por tanto, uno de los factores que aumenta nuestras
necesidades energéticas y de algunos nutrientes. Debido a ello, es fundamental llevar a cabo
una dieta equilibrada, con variedad de alimentos donde nuestro criterio de selección juega un
papel fundamental.

Además, existen factores que condicionan nuestro requerimiento calórico al hacer ejercicio.
Entre ellos se incluyen: edad, sexo, composición corporal, la temperatura del ambiente, la
dificultad que apliquemos al entrenamiento, la duración del ejercicio, intensidad y el tipo de
actividad física.

Nuestros mejores aliados


Hidratos de carbono: Su función es fundamentalmente energética.

Nos aportan las reservas, en forma de glucógeno, que nuestro músculo requiere para la
contracción y que nuestro cuerpo necesita para un correcto funcionamiento.

Grasas: Al igual que los hidratos de carbono su función es energética. Su importancia radica en
que son indispensables para proporcionarnos energía durante el ejercicio cuando se trata de
un Metabolismo Energético Aeróbico, donde el trabajo que realiza el músculo supera los tres
minutos.

Proteínas: Las proteínas forman la base de nuestra estructura orgánica. Se denominan de


buena calidad cuando contienen una cantidad adecuada de todos los aminoácidos esenciales.

Micronutrientes: Se trata de las vitaminas y los minerales, que son los encargados de controlar
y regular nuestro metabolismo. No nos aportan energía pero son esenciales para mantener un
buen estado de salud, sobre todo si practicamos deporte.

Los micronutrientes intervienen en los procesos de adaptación que tiene nuestro cuerpo
durante el entrenamiento y el periodo de recuperación. No sólo pueden disminuir nuestro
rendimiento deportivo sino que una deficiencia de ellos puede perjudicar nuestra salud.

Vitaminas: Son moléculas complejas que tienen una composición muy diversa. Participan en
los procesos que nos permiten obtener energía (a partir de los hidratos de carbono, lípidos y
proteínas) y en la síntesis de multitud de sustancias y estructuras vitales (de enzimas,
hormonas…).

Minerales: La ingesta apropiada de calcio, junto con el ejercicio específico y unos niveles
hormonales
Antioxidantes: Ten en cuenta la importancia de los antioxidantes a la hora de practicar
ejercicio físico debido a que situaciones de sobreentrenamiento nos puede generar una
oxidación continua. Este estado de estrés mantenido nos genera una cantidad excesiva de
radicales libres. La reacción de nuestro organismo es defenderse a través de la liberación de
antioxidantes.

SEDENTARISMO:

Este mal hábito cada vez es más habitual en la población, que reduce su ejercicio físico en el
tiempo de ocio y aumenta el uso de los medios de transporte como el coche o el autobús para
los desplazamientos. Tanto es así que, según señala la OMS, al menos un 60% de la población
“no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud”.

Sin embargo, el hecho de que el sedentarismo sea una cuestión común a gran parte de la
población, no significa que sea positivo. Nuestro organismo necesita movimiento y el hecho de
no proporcionárselo puede acarrear importantes riesgos para la salud. Señalamos algunos de
estos peligros, destacados por la Organización Mundial de la Salud:

 La falta de actividad física fomenta un incremento del riesgo de padecer sobrepeso u


obesidad. Este estado físico conlleva, a su vez, numerosos peligros para el organismo y
problemas de salud. La actividad física, en cambio, nos ayuda a mantener un estado
físico saludable.
 Propensión a enfermedades cardiovasculares. El sedentarismo duplica el riesgo de
sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II. También de padecer
hipertensión arterial.
 Las personas sedentarias tienen entre un 20 -30% más de posibilidades de morir de
forma prematura.
 Las mujeres sedentarias se ven más afectadas por los efectos de la menopausia.
 La vida sedentaria aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
 La actividad física ayuda también psicológicamente. Tanto es así, que las personas que
practican ejercicio físico de manera regular tienen menos posibilidades de padecer
depresión.

Evitar estos riesgos es sencillo. Tan solo tenemos que comenzar a practicar actividad física,
acorde con nuestras capacidades. Las mejorías se experimentan ¡tanto en el cuerpo como en
la mente!

Por ejemplo, cuando se trata de hábitos nocivos como la falta de descanso, puede aparecer
taquicardia, contracturas, cefalea o depresión. Si hablamos de hábitos nocivos relacionados
con la alimentación, la consecuencia más evidente es la obesidad o la diabetes. Por no hablar
de las enfermedades cardiovasculares.

Por eso opino que es importante mantener una vida balanceada, con buena alimentación y
realizando actividad física, para una mejora de todo nuestro organismo. Gracias

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