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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

CURSO: BIOLOGÍA CELULAR

PROFESORA: IDA BARTOLINI

ESTUDIANTE: MARINA SARAHI MIO CABEZAS

LIMA
2022
ABSORCION INTESTINAL

Introducción

El intestino humano es un órgano complejo de longitud variable, oscilando entre 3 y 8 m,


dependiendo de características individuales y de las técnicas empleadas en su medida
(radiológicas, quirúrgicas, post-mortem), con una especialización bien definida desde el punto
de vista morfológico y funcional en intestino delgado y grueso. La función principal del
intestino es conseguir una adecuada incorporación de nutrientes al organismo, y esto se lleva a
cabo a través de los procesos de digestión y absorción de los nutrientes, que se producen
básicamente en el intestino delgado, y con una absorción específica según nutrientes y tramo
intestinal. Una característica fundamental de este órgano es la morfología del epitelio
intestinal con el aumento de la superficie de absorción gracias a la especialización de la
mucosa en pliegues, estos en vellosidades intestinales y la membrana apical del enterocito en
microvellosidades, multiplicándose de esta manera la superficie de absorción hasta llegar a
los200 m2 Es importante recordar que para que exista una adecuada digestión y absorción de
nutrientes es necesaria no solo la integridad funcional del intestino delgado y grueso sino una
adecuada secreción biliar y una función correcta del páncreas exocrino. Cuando las principales
funciones del intestino como órgano (digestión y absorción) fracasan, aparecen la Maldigestión
y la Malabsorción, que presentan unos datos clínicos característicos y que deberán ser
estudiadas mediante una serie de pruebas y técnicas específicas para cada uno de los pasos
digestivos y cada uno de los nutrientes. (García P, 2007)

Digestión de lípidos

Tras la acción combinada de las lipasas y la co-lipasa sobre las grasas, los productos resultantes
(monoglicéridos, colesterol, ácidos grasos libres y fosfolípidos) se combinan con los ácidos
biliares formando unos agregados multimoleculares de unos 5nm de diámetro conocidos como
micelas. Los ácidos biliares poseen una cara polar y otra no polar. La superficie de las micelas
está cubierta por los ácidos biliares con la cara no polar orientada hacia el interior lipídico y la
polar hacia el exterior. Con esta configuración la micela se puede acercar al borde en cepillo
del enterocito a travesando la capa inmóvil (capa de fluido que los cubre de 200-500 mm de
grosor), que actúa como el auténtico factor limitante en la velocidad de absorción. Una vez allí
los lípidos atraviesan sin problemas la membrana plasmática. Además, esta membrana
contiene proteínas transportadoras específicas que facilitan el paso de algunos lípidos. ácidos
grasos de cadena larga y colesterol). El duodeno y el yeyuno son los segmentos intestinales
más activos en la absorción de grasas. Normalmente la grasa presente en las heces no procede
de la alimentación (se absorben en su totalidad), sino de las bacterias colónicas y de las células
epiteliales intestinales exfoliadas. (Cudeiro J, sf)

Digestión de las proteínas

La digestión de las proteínas comienza en el estómago con la acción de pepsina y continúa en


el intestino delgado con enzimas pancreáticas como tripsina, quimiotripsina, aminopeptidasas
y carboxipeptidasas. Estas enzimas se secretan en la forma «pro» y son activadas por la
escisión de una pequeña secuencia peptídica. Esta división la realizan enterocinasas secretadas
en el líquido intestinal. Las proteínas de la dieta estimulan la secreción de las proenzimas
pancreáticas. El tripsinógeno se divide para formar tripsina y ésta se une a las proteínas de la
dieta para comenzar la hidrólisis. Cuando ésta termina, aumenta el contenido de tripsina libre
en el intestino, lo que constituye una señal para cesar la secreción de tripsinógeno.
Posteriormente, las oligopeptidasas y aminopeptidasas del borde epitelial del enterocito
completan la digestión; cada una de estas enzimas tiene una acción específica. Existe una
clasificación de las proteasas, que incluye tanto enzimas que actúan en el aparato digestivo
humano como otras que se emplean en la obtención de hidrolizados de proteínas. Aún con
mucha menor frecuencia, también existe una absorción limitada de proteínas intactas, bien a
través de las uniones de las células epiteliales o bien por captación de vesículas desde la luz
intestinal hasta la zona basal de estas células epiteliales. Esta absorción no tiene repercusión
nutricional, pero puede ser importante desde un punto de vista inmunológico, porque puede
dar lugar a respuestas alérgicas. Tras la digestión de proteínas, los aminoácidos son
transportados al hígado, donde se regula el flujo de aminoácidos de la dieta que entra en la
circulación sistémica. El hígado transamina y oxida los aminoácidos sobrantes. En la práctica, el
exceso de proteínas (aminoácidos) en la dieta de un sujeto sano da lugar a un aumento de la
eliminación urinaria de nitrógeno. El hígado es el lugar principal de metabolización de
aminoácidos esenciales, con excepción de los aminoácidos ramificados, que apenas se
degradan en el eje enterohepático y son más bien metabolizados por otros tejidos periféricos;
por ejemplo, sólo un 2 % de la leucina de la dieta es oxidada en el hígado. (León M. 2006)

Digestión de glúcidos

La digestión de los glúcidos comienza en la cavidad oral o boca. Cuando se mastica, los
alimentos se mezclan con la saliva. En la saliva existe una enzima denominada alfa amilasa
salival o ptialina que es secretada por las glándulas parótidas. Esta enzima es capaz de escindir
o hidrolizar los enlaces alfa 1,4 del almidón y del glucógeno, obteniéndose moléculas de
glucosa, maltosa y un polisacárido de menor tamaño que el original que se denomina dextrina.
La alfa amilasa salival tiene un pH óptimo que oscila entre 6.9 y 7.1, el cual se alcanza
precisamente en la boca. En este órgano, la acción de la enzima es pobre debido al poco
tiempo que permanece el alimento en el mismo. Después de la deglución, los alimentos llegan
al estómago donde se mezclan de manera paulatina con las secreciones gástricas y de esta
misma forma la alfa amilasa salival va perdiendo actividad ya que el pH del estómago es ácido
(entre 1-2) y por tanto, la enzima se desnaturaliza. En el estómago no se secretan enzimas que
participen en la degradación de los glúcidos. El vaciamiento estomacal conlleva al paso del
bolo alimenticio hacia el intestino delgado, específicamente hacia el duodeno, a donde arriba
con las secreciones ácidas del estómago, lo cual constituye un problema, pues el pH óptimo de
las enzimas intestinales oscila entre 7 y 8. El páncreas es el encargado de solucionar este
problema al secretar el llamado jugo pancreático. Esta secreción es rica en enzimas digestivas
e iones bicarbonato y llega al duodeno precisamente a través de un conducto que proviene del
páncreas. Los iones bicarbonato actúan como soluciones buffers o tampones, lo que permite
que se alcance el pH adecuado para continuar la digestión. (Anónimo)

Digestión de vitaminas

La absorción de las vitaminas depende del grupo que se considere: vitaminas hidrosolubles o
liposolubles. Un caso que merece reseña especial es el de la vitamina B12 o cobalamina, cuya
absorción esta mediada por una glucoproteína sintetizada en las células parietales del
estómago (el factor intrínseco, FI). La vitamina B12 ha de unirse a dicho factor para ser
absorbido en el íleon terminal y penetrar en los enterocitos debido a un receptor específico.
Una vez en el interior la cobalamina se separa del FI, pasa a la sangre y es transportada por una
proteína llamada transcobalamina. Los individuos que carecen de factor intrínseco no pueden
absorber la vitamina B12 y característicamente desarrollan anemia perniciosa o
megaloblástica, una enfermedad en la que síntesis de los hematíes esta alterada y éstos
adoptan formas y tamaños anormales. (Cudeiro J, sf)
Referencias bibliográficas.

Anónimo. Morfofisiología III. Recuperado de:


http://uvsfajardo.sld.cu/sites/uvsfajardo.sld.cu/files/85-86_mc-
_digestion_de_glucidos_y_metabolismo_glucogeno.pdf

Cudeiro J, (sf). Fisiología de la absorción intestinal. Recuperado de:


https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/11334/CC-77%20art%203.pdfc

García P. (2007). Evaluación de la absorción y metabolismo intestinal. Recuperado de:


https://scielo.isciii.es/pdf/nh/v22s2/fisiologia1.pdf

León M. (2006). Proteínas en nutrición artificial. Recuperado de:


https://senpe.com/documentacion/monografias/senpe_monografias_proteinas_NE3.p
df

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