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Fresas
Avena
Este cereal y su salvado contienen betaglucano, una fibra soluble
en agua que ayuda a reducir la cantidad de colesterol LDL que circula
en la sangre.
La Universidad de Harvard aconseja como primer paso para reducir el
colesterol desayunar un tazón de avena, que te aporta unos 2
gramos de fibra soluble. Las pautas nutricionales actuales
recomiendan consumir de 20 a 35 gramos de fibra al día, con al
menos 5 a 10 gramos provenientes de fibra soluble.
Uvas
Las uvas contribuyen a limpiar las arterias, según un estudio de la
Universidad de California (EE. UU.) publicado en la revista
científica Nutrients.
Tras un mes tomando 46 gramos de polvo de uva (que equivale a dos
puñaditos de uvas al día), los participantes en el estudio redujeron,
de media, un 5,9% sus niveles de colesterol malo.
Soja
El consumo de granos de soja o alimentos elaborados con ella como
el tofu y la bebida de soja ayudan a regular el colestorol.
Los estudios muestran que consumir 25 gramos de proteína de soja
al día (280 g de tofu o dos tazas y media de leche de soja) puede
reducir el colesterol LDL entre un 5 % y un 6 %.
Pescados azules
Salmón, sardinas, bonito, arenques... son ricos en omega 3, que
aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL).
Este tipo de grasa ayuda a transportar el malo (LDL) y a
eliminarlo cuando hay un exceso.
Legumbres
Alubias, garbanzos, lentejas... son excelentes fuentes de fibra soluble.
Esta sustancia se une a las sales biliares cargadas de
colesterol en el intestino y facilita su eliminación junto con las heces.
En realidad realiza un efecto escoba. Pero no solo es que la fibra
ayude a expulsarlo del cuerpo: cuando esto sucede, el hígado
necesita más colesterol para producir más sales biliares, y para ello
recurre al LDL, reduciendo aún más su concentración.
Por eso, comer apenas media taza de legumbres cocidas al día
reduce significativamente el colesterol total y el LDL, como demuestra
un estudio publicado en el Journal of the American College of
Nutrition.
Manzana
Tomar 2 piezas diarias de esta fruta ayuda a ralentizar la oxidación
del colesterol LDL, según una investigación publicada en el European
Journal of Nutrition.
Este beneficio se debe a los polifenoles antioxidantes que se
encuentran en la piel de manzana. Así que no la peles.
Nueces
Las nueces, las almendras o los pistachos no solo aportan fibra que
ayuda a eliminar el colesterol malo. También son ricas en grasas
monoinsaturadas y poliinsaturadas que aumentan el bueno.
Estudios demuestran que comer 40 gramos de nueces al día puede
reducir un 5% el colesterol LDL.
Berenjena
La berenjena es una gran fuente de fibra soluble. La fibra soluble se
une al colesterol de los alimentos ingeridos y lo arrastra por el
intestino hasta ser expulsado a través de la heces, por eso esta
hortaliza es un aliada para bajar el colesterol.
Prepárala al horno con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y
añadirás grasas saludables a la dieta.
Semillas lino
Las semilla de lino y también las de chía son un auténtico suplemento
de fibra natural, por lo que contribuyen a eliminar el colesterol malo a
través de las heces y reducir la inflamación.
Las semillas deben consumirse molidas o hidratadas para absorber
bien sus mucílagos. Son especialmente recomendables si la dieta es
baja en fibra o sufres estreñimiento