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CURSO DE EVALUACION

EXTERNA Y
ACREDITACIÓN

MAESTRANTE: LIC. PETRONILA B. VEGA CALLE


El SINEACE y el proceso de evaluación en el Perú
Por. Petronila B. Vega Calle

Continuamente, las personas hablan de calidad; así, buscan calidad en los servicios que
usan o reciben; por ejemplo, la calidad en los servicios públicos, en el servicio de
telefonía, en los alimentos, en la ropa, etc. El término “calidad” es muy usado y se puede
entender de diversas formas, como el mejor servicio, el mejor producto más durable, fácil
de usar;, más bonito, más fácil de usar; en general, un producto es de calidad cuando
satisface mejor nuestras necesidades. El diccionario de la RAE 1 define el término
“calidad” como el conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su
valor. Del mismo modo, la Ley General de Educación, define a la educación de calidad
como “el nivel óptimo de formación que deben alcanzar las personas para enfrentar los
retos del desarrollo humano, ejercer su ciudadanía y continuar aprendiendo durante toda
la vida”2; por ello, existen organismos que tienen competencia para establecer criterios o
estándares de calidad, los cuáles se evalúan cada cierto periodo; asimismo, existe
instituciones que autorizan a las entidades certificadoras tanto en la certificación de
competencias profesionales como de las entidades evaluadoras con fines de acreditación;
pero, ¿Cuál es la relevancia del proceso de evaluación externa en el Perú?
En el Perú, la Ley General de la Educación, Ley N° 28044, establece que “el Estado
garantiza el funcionamiento del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y
Certificación de la Calidad Educativa-SINEACE, que abarca todo el territorio nacional,
con flexibilidad de acuerdo a las especificidades de cada región del país” 3. Este sistema
opera a través de tres organismos autónomos, dotados de régimen legal y administrativo,
como son la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria-CONEAU,
el Consejo Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la
Educación Superior -CONEACES y el Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y
Certificación de la Calidad de la Educación Básica-IPEBA. Cada organismo ha
establecido los estándares de calidad o criterios a evaluar que cada carrera de formación
profesional (universitaria y técnica) e institución educativa (básica y pedagógica) que
deben alcanzar para ser debidamente acreditadas y este proceso demora entre 3 y 5 años.
Las instituciones que cumplen a satisfacen dichos estándares con variantes y
especificidades para cada nivel o modalidad, reciben acreditación o reconocimiento
público desde las instituciones de la educación básica hasta la educación superior. La
acreditación nos brinda garantía de calidad; aunque, de forma temporal porque dura de 6
años hasta 2 años más si es necesario, lo que está en concordancia con las tendencias
internacionales. Si bien, las instituciones de Educación Básica no están obligadas a
acreditarse deberían incluir dentro de sus objetivos institucionales la acreditación porque
permite evaluar factores tanto internos como externos, estrechamente relacionados y en
concordancia con los principios y fines de la educación peruana. Además, dado que, los
aspectos involucrados son dinámicos, la acreditación impulsa el cambio y la mejora
continua estableciendo hitos o puntos de referencia para la realización de las actividades

1
Real Academia Española. Extraído de: www.rae.es
2
Ley General de Educación. Ley N° 28044. Artículo 13
3
Ley General de Educación. Ley N° 28044. Artículo 14
recurrentes que permitirán mejorar el desempeño de la institución. Esto implica, que
alcanzar la calidad educativa es una tarea conjunta, tanto del Estado como de la propia
institución, ambos deben esforzarse por crear las condiciones necesarias para que la
institución cumpla su objetivo, educar a los estudiantes. Por ello, la importancia de
considerar los perfiles y las competencias de los evaluadores externos.
Las entidades evaluadoras verificar que las organizaciones que solicitan autorización y
registro como entidades evaluadoras externas cuenten con los requisitos que establece el
Art. 36 del procedimiento de evaluación externa con fines de acreditación de instituciones
de educación básica y técnico productiva, verifica que no existan impedimentos para
autorizar a entidades evaluadoras externas, como que los directivos, conyugues o
parientes de las instituciones tengan hasta el segundo grado de consanguinidad con el
personal de SINEACE, evalúa la documentación presentada por las entidades postulantes
y emite una opinión técnica para la autorización, remite observaciones para que las
entidades que no cumplen con los requisitos puedan levantar las observaciones en los
plazos que establece la norma, comunica formalmente a la entidad evaluadora externa la
autorización concedida, brindar asistencia técnica a las entidades evaluadoras externas;
así como acompañamiento y sugerencias metodológicas para el cumplimiento de sus
funciones. Asimismo, realiza acciones de supervisión a las entidades evaluadoras
autorizadas y registradas: monitoreo de procesos de evaluación externa, visitas
inopinadas de supervisión y evaluaciones anuales de seguimiento, decide la renovación
de la autorización de las entidades evaluadoras o su cancelación, si fuera el caso.
El “evaluador” es quien, dentro de un campo determinado de actividad, informa sobre los
méritos y carencias del objeto de evaluación. El valor que se le asigne sirve para muchos
propósitos: la mejora de un proceso, la concesión de un premio, la aplicación de medidas
especiales de refuerzo educativo, el cumplimiento de un contrato. Éstas son algunas de
las diversas formas en que se emplea la evaluación (Scriven, 1966). Por ello, el SINEACE
Corrobora que los evaluadores externos cuenten con los requisitos, características
personales y experiencia y habilidades requeridas que establece el Art. 49 del
procedimiento de evaluación externa con fines de evaluación externa con fines de
acreditación de instituciones de educación básica y técnico productiva, convoca, evalúa,
selecciona, registra y ratifica a los evaluadores externos, establece acciones de control
sobre el proceso de evaluación externa y promueve la vigilancia social sobre las entidades
evaluadoras autorizadas.
Las competencias profesionales que debe poseer los evaluadores externos son el sentido
ético, en cuanto debe demostrar ejercicio ético y valores en su actuar, el liderazgo, en
cuanto promueve la participación del grupo, reacciona adecuadamente y oportunamente
ante situaciones de conflicto y emprende el control de las contingencias, el trabajo en
equipo, porque debe aportar sus conocimientos al equipo de pares académicos, participa
participativamente en las actividades programadas y se integra con los otros integrantes
del equipo de evaluación respeto mutuo y tolerancia, porque debe escuchar activamente
a los actores sociales durante la evaluación y escucha con respeto las ideas discrepantes,
empatía y responsabilidad, establece un clima positivo en las reuniones evaluativas y
actúa amablemente con miembros de la comunidad educativa, la capacidad auto
evaluativa, porque reconoce sus fortalezas y trabaja para mejorar sus debilidades,
comunicación verbal y escrita, porque redacta documentos con coherencia y respetando
las normas ortográficas y de redacción, organización del tiempo, porque realza las
actividades programadas en los tiempos planificados y el espíritu constructivo, porque
identifica potencial e mejora en las instituciones educativas, aporta sugerencias para la
solución de problemas y en el proceso de evaluación busca nuevas evidencias.
De acuerdo con Nevo (1997: 33), para ser un evaluador competente y fiable se necesita
la combinación de una amplia gama de características; éstas incluyen competencia técnica
en el área de la medida y de la investigación, conocimiento del contexto social y de la
naturaleza del objeto de la evaluación, destreza en relaciones humanas, integridad
personal y objetividad, así como características relacionadas con la autoridad y la
responsabilidad. Como no es sencillo hallar una persona que satisfaga todos estos
requisitos, la estrategia consiste en conformar un equipo de evaluadores que coordine la
evaluación o, por el contrario, optar por una persona con las características más
apropiadas para que se ocupe de un componente específico de la evaluación.
Hay autores que han propuesto categorías de competencias del evaluador, por ejemplo,
Kirkhart (1981) y Mertens (1994), quienes reflexionaron sobre la práctica de evaluación
y organizaron de las habilidades y los conocimientos de la evaluación de programas en
marcos conceptuales. Karen Kirkhart (1981: 188-189) identificó ocho grandes categorías
descriptivas de las competencias del evaluador: Habilidades metodológicas, áreas de
conocimiento que proporcionan antecedentes sustantivos, habilidades de análisis de
sistemas, astucia y entendimiento políticos, ética profesional, habilidades de gestión,
capacidad de comunicación, habilidades interpersonales o rasgos del carácter.
Otro autor, Donna Mertens (1994: 19) dividió esas habilidades y conocimientos en cuatro
categorías: Los exclusivos de la evaluación, los relacionados con la formación típica en
metodología de la investigación y la indagación, los relacionados con áreas de la ciencia
política o la antropología, los que son específicos para cada disciplina.
En la Educación Básica Regular, el Estado peruano a través del Instituto Peruano de
Evaluación, Acreditación y Certificación de la calidad de la educación básica-IPEBA,
pretende mejorar la calidad de la educación y por ende generar beneficios en el desarrollo
del país. Con este fin el IPEBA elabora una Matriz de Evaluación para la Acreditación de
la Calidad de la Gestión Educativa de Instituciones de Educación Básica Regular con
estándares exigentes que garantizan tanto, procesos como calidad en la gestión educativa;
así como resultados, logro del perfil del egreso. La Resolución establece que, “la
estructura del modelo de acreditación está organizado en 4 dimensiones, 8 factores y 18
estándares. El número de criterios a evaluar varía dependiendo de la modalidad y el nivel
a evaluar. Además, pone a disposición rúbricas para identificar el nivel de avance en el
logro de los estándares” Pero, cuanto tiempo es necesario emplear para evaluar el logro
alcanzado en cada indicador y sabiendo que la acreditación es temporal, podrán las
instituciones aplicar las rúbricas en el menor tiempo.
En las dimensiones se ha considerado la gestión estratégica (Factor 1: Conducción
institucional Factor 2: Gestión de la información para la mejora continua y Factor 3:
Convivencia y clima institucional), la formación integral del estudiante (Factor 4:
Procesos pedagógicos, Factor 5: Trabajo conjunto con las familias y la comunidad y El
Factor 6: Tutoría ), el soporte y recursos para los procesos pedagógicos (Factor 7:
infraestructura y recursos) y finalmente, los procesos y prácticas (Factor 8: evaluar el
logro de las competencias del perfil de egreso). Teniendo como centro del todo el
quehacer educativo al estudiante y todas las acciones propuestas deben estar encaminadas
al logro de sus competencias, su desarrollo integral y por ende, el logro del perfil de
egreso. Las instituciones educativas de la Educación Básica Regular requieren tiempo
para ir subsanando las deficiencias internas detectadas, pero hay algunos factores como
el factor 7 que es independiente respecto a la escuela, porque la institución no maneja los
recursos necesarios, sino que, este factor, depende del Estado.
Los factores se pueden agrupar en internos y externos, factores internos dependen del
compromiso de la propia institución para lograr los objetivos que se propone y
autorregularse si es necesario; mientras, que los factores externos dependen del
presupuesto que el estado asigna a educación y su distribución en los diferentes rubros.
Del Estado depende la construcción de las instituciones educativas y el equipamiento de
las mismas; pero, observamos instituciones educativas con infraestructura no acorde con
las condiciones geográficas y un gran número de estas en pésimo estado, con equipos de
laboratorio o informáticos obsoletos o sin laboratorios, ni equipos informáticos.
Actualmente, la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia del COVID-19 ha hecho
más evidente la precariedad de nuestras instituciones educativas públicas, en cuanto a
infraestructura, equipamiento, servicios y materiales adecuados, la escaza investigación
e innovación educativa, mostrando la inequidad entre las instituciones educativas
públicas y privadas y las brechas sociales que existe en la población. Aquellos estudiantes
con mejores condiciones económicas, se encuentran vinculados a las instituciones
educativas privadas, teniendo mayores oportunidades para el logro de aprendizajes de
calidad, ya que tienen acceso a equipos tecnológicos, internet y empleo de plataformas
virtuales en las sesiones de aprendizaje. Pero, el grueso número de estudiantes de zonas
rurales y marginales tienen dificultades para interactuar con sus docentes, compañeros de
estudio o enviar sus evidencias de aprendizaje; esto debido, a la difícil situación
económica de los padres que no les permite contar con dispositivos electrónicos en casa
o contar con señal de Internet, limitándose a emplear la TV o la radio y a guardar sus
tareas o evidencias en sus portafolios, por tanto, tienen escaza comunicación con el
docente. Estas brechas, limita a las instituciones alcanzar los niveles de calidad educativa
y lo más lamentable es que, son factores estructurales que dependen del Estado y donde
la escuela debe hacer esfuerzos muy difíciles para cumplir sus metas.
En conclusión, evaluar la calidad educativa en las instituciones peruanas de educación
básica regular o en las instituciones de educación superior es una tarea difícil y
discriminadora porque existen marcadas brechas sociales, económicas y educativas en el
país. La acreditación, la podrán alcanzar primero las instituciones privadas que cuentan
con las condiciones mínimas dejando de lado a muchas instituciones públicas o de
pueblos marginales y/o rurales en situación de desventaja. Por tanto, las entidades
certificadoras con fines de acreditación tienen una tarea ardua, pero muy importante para
determinar la calidad del servicio educativo y debe ser realizado por personas idóneas con
ética profesional, habilidades de gestión, capacidad de comunicación, habilidades
interpersonales y de forma objetiva. Pero, para que la evaluación sea justa y todas las
instituciones puedan aspirar a esta certificación, es necesario que el Estado brinde las
condiciones mínimas a las instituciones de todas las regiones y localidades del país para
que tengan igualdad de oportunidades y se garantice aprendizajes de calidad y la
formación integral de los estudiantes. Cubiertas las condiciones mínimas de salubridad,
el Estado debe proveer a las instituciones educativas la infraestructura y el equipamiento
necesario para el desarrollo de sesiones de aprendizaje. Finalmente, le corresponde a los
directivos, docentes, estudiantes y padres de familia asumir los compromisos de gestión
institucional con eficiencia y eficacia para beneficio de sus egresados y de su comunidad.

Fuentes:
- Ley 28044: Ley general de educación.
- IPEBA. “Matriz de evaluación para la acreditación de la calidad de la gestión
educativa de instituciones de Educación Básica Regular”. Lima 2011
- El diccionario de la Real Academia Española. www.rae.es
- Resolución de Presidencia del Consejo Directivo Ad Hoc N° 242-2016-
SINEACE-CDAH-P: Aprueba el modelo de Acreditación para instituciones de
educación básica (Noviembre 2016)
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