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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO CENTRAL DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS


MAESTRÍA EN SUPERVISIÓN EDUCATIVA

EVALUACIÓN DE SISTEMAS Y PROGRAMAS EDUCATIVOS

Autora: Jonaira Vera López

C.I.: 6.121.586

Profesor: Dr. C. Héctor Diego Martínez Ochoa

Caracas, 31 de agosto 2021


1- Elabore sus propias conclusiones sobre la importancia de la evaluación de las
instituciones educativas para la mejora de su gestión y del sistema educativo en su conjunto.

La evaluación institucional responde a un proceso de investigación que promueve la búsqueda de la


formación requerida en una nación, necesaria para cumplir el encargo social previsto en la Carta Magna,
por cuanto corresponde a la política de Estado la formación de la ciudadanía que responda a los
cánones necesarios para el avance, progreso, la transformación en un país potencialmente productivo,
por tanto, es de su interés el objeto valorativo, la emisión de juicios, la determinación de causas que
provocan sus efectos y decidir qué medidas tomar para transformar los niveles de logro.

Según González, D. y Valcárcel, I. (2001) la evaluación es procesual, tiene por objeto determinar en qué
medida se han logrado los objetivos previamente establecidos, por lo tanto supone un juicio valorativo
sobre la recolección de la data y la discrepancia de esta información con los criterios previamente
establecidos, en términos de conducta del estudiante sobre lo que se aspira debe exhibir para probar su
adquisición. (MPPEU, 2006).

Desde otra visión, se considera que en la evaluación se deben establecer metas y objetivos concretos en
términos de comportamiento observable y es vital fundamentar “la comparación entre los propósitos y los
objetivos, entre lo que se pretende conseguir y lo que realmente se logra” (MPPEU, 2006).

Se pueden encontrar diversas definiciones sobre evaluación, de lo cual es valioso señalar algunos de
sus elementos:

 La evaluación es el proceso de obtener información y usarla, para formular juicios que


redundarán en la toma de decisiones.
 La evaluación es el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva
sobre el valor y el mérito de los momentos de planificación, realización, e impacto de un objeto
determinado.
 La evaluación formativa implica el perfeccionamiento de los programas.
 Los resultados de la evaluación son valiosos para la toma de decisiones, por tanto las
informaciones recogidas, interpretadas y valoradas, hacen posible un continuo reajuste del
proceso.

Se evidencia similitudes y diferencias, así como la presencia de elementos comunes:

1. Acopio de la información, de objetivos y determinación de frecuencias.


2. Valoración de los resultados con relación a las necesidades iniciales.
3. Toma de decisiones

Es por ello observable las características esenciales de la evaluación:

 Carácter instrumental: Vista solamente como valoración, medición, búsqueda de información de


datos.

 Carácter procedimental o procesual: Consta de operaciones elementales: medición, valoración,


decisión.
Este proceso evaluativo se aplica a elementos independientes (dirección, procesos, objetivos,
programas, recursos, resultados, entre otros.) a instituciones, y a unidades administrativas
(coordinaciones, seccionales, planes, programas y proyectos) que en conjunto constituyen áreas claves
en las instituciones educativas.

Es valioso mencionar los aportes de Gladys Linares Fleites y Rafael Rodríguez Cunill de la Universidad
de la Habana, quienes consideran la evaluación institucional definida como “un proceso orientado a
delimitar, recoger, analizar y valorar informaciones en función de las necesidades de quienes toman las
decisiones”. Asimismo, plantean que evaluar es valorar y valorar es emitir juicios para identificar logros y
errores, y la evaluación institucional cuenta con métodos, técnicas e instrumentos que permiten
operacionalizar las variables (indicadores y parámetros), tanto cuantitativas como cualitativas, para el
análisis estadístico, lo cual reduce la inseguridad y esclarecen las ventajas y desventajas para la toma de
decisiones. (MPPEU, (2006)

Hablar de evaluación institucional, nos lleva igualmente a distintas posturas, entre ellas:

 Es un proceso metódico y ordenado de valoración de los resultados obtenidos de los procesos y


de las acciones, así como de los costos que se incurren para alcanzarlos.
 Es una evaluación permanente, que refuerza el carácter formativo e impulsa el
protagonismo del estudiantado en su propio proceso de aprendizaje, contemplando un
monitoreo y una retroalimentación continua, permanente.
 Corresponde a un proceso de evaluación unificado de estrategias desde la transversalidad del
hecho educativo bajo el enfoque de integralidad.

La Evaluación Institucional responde a un proceso de investigación que propicia la búsqueda de


formación necesaria para el análisis del objeto a evaluar, realizar juicios valorativos, determinar las
causas que provocan sus efectos y decidir medidas a tomar para trascender niveles de logro, elaborar
diagnóstico, determinar causas, descubrir sintomatologías, el problema y sus causas. (González, D. y
Valcárcel, I. 2001)

Históricamente, el proceso de evaluación institucional cobra mayor auge entre la década de los 70-80
como consecuencia de la descentralización educativa de los países desarrollados y en América Latina,
producto de políticas neoliberales, referidos específicamente en el carácter instrumental, sólo en la
valoración, medición, y búsqueda de información producto de la toma de datos. Y, desde el carácter
procedimental o procesual, bajo la concepción de la medición, la valoración y la toma de decisiones.
(González, D. y Valcárcel, I. 2001)

El Sistema de Inspección o de evaluación institucional para la Educación Superior en Cuba presenta dos
modalidades: evaluación interna y evaluación externa. Señalan Ramos, S. y Díaz, A. (2005) que para
realizar la evaluación interna es imprescindible implementar un sistema propio de evaluación
(autoevaluación). Y, la evaluación externa es tomada como forma de control del Estado, consustanciada
con los preceptos establecidos en el Reglamento de Evaluación Institucional vigente, esta normativa es
analizada y refrendada por el Consejo de Dirección del Ministerio de Educación Superior. (MPPEU,
2006).
Asimismo, señalan los autores que la evaluación interna tiene como fin determinar la calidad del trabajo
en las diferentes áreas del quehacer universitario y la evaluación externa, toma en consideración el
criterio de expertos para constatar la calidad, control regido por la Comisión Evaluadora quien es
responsable de emitir dictamen y recomendaciones acordes con las deficiencias manifestadas. La
instancia evaluadora analiza y elabora un plan de medidas. (MPPEU, 2006).

En líneas generales, se observa que estos aspectos evaluativos de calidad de los Sistemas Educativos
mencionados sólo alcanzan hasta la medición de aspectos relacionados con parámetros tradicionales de
eficiencia: el desarrollo de conocimientos y habilidades de los estudiantes y el desempeño de los
docentes.

Los Sistemas Educativos deben proporcionar información sobre el desempeño del proceso, por cuanto el
resultado debería ser analizado para poder determinar si existe necesidad de aplicar algún tipo de acción
correctiva o de mejora, lo cual propende a la toma de decisiones. Es por ello que en la gestión y el
control de estas interacciones, entre los procesos evaluativos y las comparaciones prácticas de la
formación esperada, residen en los objetivos, el alcance y el grado de calidad de un sistema.

Es valioso pretender mejorar la eficiencia y eficacia de la estructura institucional para alcanzar los
objetivos definidos, lo que implica a su vez aumentar los niveles de gestión de la calidad. Lograr los
resultados esperados tributa a focalizar estos procesos, a proporcionar mejores resultados, más
coherentes y predecibles.

Como aporte, estos procesos de evaluación deben ser documentados, socializados, sistematizados, para
que desde la formación que genere esta investigación, de los resultados obtenidos, las metas y los
objetivos referidos, sea posible contribuir con otros espacios educativos, estableciendo comparaciones
interinstitucionales que propendan al mejoramiento del sistema de gestión en pro de la calidad educativa.

Un sistema educativo de calidad es aquel que mejora siempre respecto a sí mismo, y se compara contra
un referente predefinido: un conjunto de estándares, parámetros, o propósitos a lograr en un tiempo
determinado. Recibir una educación de calidad, representa adquirir competencias y conocimientos
necesarios para asegurar la integración de las dimensiones de pertinencia, relevancia, eficiencia,
eficacia, impacto, suficiencia y equidad.

Entendiendo que, un sistema de gestión de la calidad se manifiesta como un conjunto de procesos


relacionados entre sí, de manera ordenada, organizada, con el fin último de contribuir al logro de un
objetivo, en la actualidad, la supervisión educativa venezolana marcha hacia la búsqueda de cumplir este
encargo social, plasmado por el Ministerio del Poder Popular de la Educación, saldar una deuda social
proveniente de la Consulta Nacional por la Calidad Educativa.

2. ¿Qué requerimientos metodológicos debieran ser considerados en la realización del


proceso de evaluación? ¿Cómo puede valorarse la calidad de la evaluación?

Para hablar sobre procesos evaluativos que generen cambios y transformaciones, realmente
significativos, se hace necesario tener un marco claro sobre la evaluación, sus objetivos y procesos. Es
frecuente encontrarse con concepciones diversas sobre evaluación y, sobre todo, las ambigüedades y
confusiones tanto en el concepto, como en el procedimiento entre evaluación, medición y acreditación.
Ante esta situación, se hace necesario señalar algunas definiciones, que faciliten y contextualicen los
procesos evaluativos.

Es por tanto fundamental conocer la relevancia social de los objetivos de las instituciones educativas, su
grado de avance con respecto a ellos y la eficacia, impacto y eficiencia de las acciones realizadas para el
logro de los resultados esperados.

El término evaluación incluye varias acepciones que se suelen relacionar con valorar, enjuiciar, controlar,
fiscalizar, entre otros. Fundamentalmente es concebida como un proceso necesario para mejorar la
calidad de la educación que se imparte en las instituciones educativas.

El proceso de evaluación permite establecer el qué está ocurriendo, el por qué, al aportar datos válidos,
sobre el cómo son las situaciones y el cómo se están originando los hechos esenciales del estudio. Es
por ello que puede afirmarse que la evaluación es un proceso de análisis estructurado y reflexivo, que
permite comprender la naturaleza del objeto de estudio y emitir juicios de valor sobre el mismo hecho,
proporcionando a la vez, información relevante para la toma de decisiones que permitan mejorar la
acción educativa. Esta definición permite inferir la base operacional de la evaluación, la cual se construye
sobre el accionar pedagógico.

Según, Pinto de Cortés y otros (1997), la evaluación se corresponde con el proceso, no es sólo el
momento de recopilación de la información, es el tránsito hacia el análisis e interpretación de los datos
que posibilite la emisión de juicios de valor conducentes a la toma de decisiones institucionales.

Esta definición permite, en primera instancia, establecer una distinción entre la evaluación y la medición.
La medición no es evaluación, es sólo una parte de ella asociada al acopio de datos. Esta información
recopilada, es cuantitativa, y por tanto es objeto de medición, lo cual permite mayor precisión en la
emisión de datos y la construcción de indicadores y parámetros comparativos.

Dentro del proceso de evaluación, la interpretación de los datos debe realizarse en un marco referencial.
Santos Guerra (1990:45), citado por Pinto de Cortés y otros, establece la dimensión etnográfica de la
evaluación institucional, necesaria para conocer la profundidad de la realidad desde una perspectiva
crítica. A lo cual establece: “Es necesario interpretarla, saber dónde están las raíces de los
comportamientos, las causas de las actuaciones, los efectos del desarrollo curricular”. (1997)

El marco referencial con el que debe confrontarse la información, estará constituido por la naturaleza de
la institución o programa sujeto de evaluación, sus objetivos y necesidades. (Pinto de Cortés y otros,
1997). El resultado de esta confrontación (información obtenida en contraste con el marco referencial),
corresponde a un juicio de valor sobre la calidad de la realidad evaluada. En este aspecto se hace
necesario clarificar la concepción de “calidad” de la evaluación institucional, por cuanto el concepto de
calidad es relativo y dinámico: es relativo, cuando se emite un juicio, ya que va a depender del punto de
referencia que se tome. Y es dinámico, porque la calidad es imposible de alcanzar totalmente, por cuanto
es posible proponerse metas más elevadas y surgir nuevos cánones.

Para mayor claridad del alcance del concepto de calidad, se hace necesario mencionar la connotación de
los términos relacionados con calidad, medición y verificación. Se tomará referencialmente, las
señaladas por Pinto de Cortés y otros: criterio, indicador, índice, parámetro, instrumento y estándar.
 Criterio. Es un principio valorativo que regula las manifestaciones objeto de evaluación,
presentadas como dimensiones: eficiencia, eficacia, relevancia y efectividad.
 Eficiencia. Entendemos por eficiencia al uso óptimo de los recursos que hace una institución o
un programa, con el fin de alcanzar el logro de los objetivos. La eficiencia puede ser de orden
administrativo y de orden pedagógico. La primera, está referida a los recursos humanos,
financieros, etc. La segunda, se refiere a los medios operativos para el desarrollo curricular.
 Eficacia. La eficacia, entendida como la correspondencia entre los objetivos logrados, por una
institución o programa, con las necesidades, expectativas y demandas sociales. La eficacia
puede manifestarse por el grado de adecuación de la institución o programa, costo, efectividad o
beneficio de sus productos.
 Relevancia. La dimensión de este criterio se manifiesta a través de la pertinencia, el impacto y la
oportunidad con las que la institución o programa de formación profesional afectan al contexto en
el que se insertan, se refiere al “para qué”.
 Efectividad. Radica en la congruencia que existe entre lo planificado y lo logrado por la
institución o programa. Se expresa a través de las metas explícitas, el cumplimiento de las
mismas y el logro de los aprendizajes.
 Indicador. Es la manifestación o interpretación de una cualidad o propiedad del objeto de la
evaluación. Los indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos. Los indicadores
cuantitativos, cuando señalan una relación, se expresan en índices.
 Índice. Es la expresión numérica que representa una relación de dos características de una
población. Ej. : Índice reprobación = total estudiantes reprobados x 100.
 Parámetro. Unidad de medida de los atributos del objeto de evaluación. Para comparar los
atributos con el parámetro se recurre a instrumentos de recolección de información.
 Instrumento. Se constituye en el medio de recolección de información.
 Estándar. Se lo considera como el parámetro mínimo exigido para considerar satisfactorio el
logro alcanzado por el objeto de la evaluación (1997).

Para la evaluación de una institución o de un programa universitario, la calidad de éstos debe ser
establecida en las dimensiones de relevancia, efectividad, eficacia y eficiencia.
 La relevancia será juzgada a través de los criterios de pertinencia, impacto y oportunidad.
 La efectividad, referida a la congruencia entre lo planificado y los logros obtenidos deberá tener
en cuenta las metas explícitas y el cumplimiento de tales metas.
 La eficacia indica relación entre los objetivos logrados y las necesidades y demandas sociales.
 La eficiencia está referida a los criterios del óptimo uso de los recursos, buscando calificar tanto
la eficiencia administrativa como la pedagógica en la productividad y rendimiento.

El Sistema de Inspección o de evaluación institucional para la Educación Superior en Cuba presenta dos
modalidades: evaluación interna y evaluación externa. Señalan Ramos, S. y Díaz, A. (2005) que para
realizar la evaluación interna es imprescindible implementar un sistema propio de evaluación
(autoevaluación). Y, la evaluación externa es tomada como forma de control del Estado, consustanciada
con los preceptos establecidos en el Reglamento de Evaluación Institucional vigente, esta normativa es
analizada y refrendada por el Consejo de Dirección del Ministerio de Educación Superior. (González, D. y
Valcárcel, I. 2001)

Asimismo, señalan los autores que la evaluación interna tiene como fin determinar la calidad del trabajo
en las diferentes áreas del quehacer universitario y la evaluación externa, toma en consideración el
criterio de expertos para constatar la calidad, control regido por la Comisión Evaluadora quien es
responsable de emitir dictamen y recomendaciones acordes con las deficiencias manifestadas. La
instancia evaluadora analiza y elabora un plan de medidas.

En líneas generales, se observa que estos aspectos evaluativos de calidad de los Sistemas Educativos
mencionados sólo alcanzan hasta la medición de aspectos relacionados con parámetros tradicionales de
eficiencia: el desarrollo de conocimientos y habilidades de los estudiantes y el desempeño de los
docentes.

Esta autora, coincide con la postura del Dr. C Martínez, H. (2021) cuando afirma: “La evaluación es un
proceso de reflexión colectiva sobre el estado de la educación y los caminos para mejorarla”, esta
afirmación indica la necesidad del trabajo en colectivo para el logro de los objetivos establecidos.
Asimismo, al señalar como necesaria “…la consulta y el debate públicos acerca de qué deben aprender
los estudiantes y acerca de los propósitos y consecuencias de la evaluación”, es desde los propios
sujetos del hecho educativo donde se obtienen los insumos necesarios para la reorientación de los
procesos, la valoración de los logros y las necesidades a fortalecer. Y, finalmente, “... con el fin de
encarar las insuficiencias e inequidades en el acceso al conocimiento por parte de los y las estudiantes”
es por ello valioso el entender los procesos evaluativos, asumir sus elementos sustanciales, informar,
rendir cuentas, comprobar y mejorar la eficiencia, la eficacia y la calidad del objeto o proceso que se
evalúa, a fin de incorporar acciones que propendan a mejorar la calidad educativa.

3. Utilizando como fuentes documentos normativos del sistema educativo venezolano y otras
fuentes de información que resulten pertinentes, caracterice el desarrollo actual de la evaluación
institucional en Venezuela a partir de considerar los siguientes indicadores:
1) Directrices establecidas acerca de la práctica la evaluación institucional en los principales
documentos que orientan la política educativa.
2) Objetivos y funciones con que se realiza la evaluación institucional.
3) Tipos de evaluación predominantes.
4) El enfoque metodológico predominante que se asume para su realización.
5) Los métodos y fuentes usuales para la obtención de la información.
6) Las formas organizativas que generalmente se emplean.
7) El contenido de la evaluación institucional: principales aspectos (variables, dimensiones,
indicadores) que se consideran.
8) Principales logros alcanzados en el desarrollo de la evaluación institucional.
9) Principales barreras y dificultades actuales que enfrenta este proceso.

En el Sistema Educativo Venezolano, tanto la medición como la evaluación constituyen un solo componente, ambas
se ocupan del rendimiento de los estudiantes y concurren a un mismo propósito, la toma de decisiones. En cuanto a
las diferencias, la medición proporciona información, la evaluación juzga dicha información, así como también la
medición es cuantitativa, la evaluación es cualitativa.

La evaluación aporta información objetiva que permite establecer valoraciones que coadyuvan en la toma de
decisiones, propician cambios, que tributan al logro de mejoras sobre lo considerado en el desarrollo del proceso
educativo. El Subsistema de Educación Básica debe garantizar estas condiciones para que todos los estudiantes
de los diferentes niveles y modalidades, sin distinción, tengan la oportunidad de incorporar y demostrar aquellos
saberes y haceres que determinan sus progresos en los procesos formativos en los cuales aplique.
La tarea principal de las instituciones educativas en este aspecto, va más allá de seleccionar o clasificar estrategias
de aprendizaje; es esencial proveer los medios y condiciones que promuevan el máximo apoyo para que los
estudiantes, desde sus condiciones y características sociales, elijan aquellos que les interesa, que puedan realizar y
que a su vez, constituya un aporte para el desarrollo y valorización de los diferentes ámbitos del conocimiento y del
quehacer humano. Igualmente, es valioso mencionar la relevancia de incorporar en los procesos evaluativos los
factores concurrentes que influyen necesariamente en los resultados: salud física y emocional del educando,
aspectos sociales y culturales, así como las habilidades comunicacionales.

La medición y la valoración del comportamiento del estudiante para corroborar la presencia de un saber debe
considerar y sistematizar la mirada no sólo del docente, sino también de los otros estudiantes, de la familia,
(coevaluación) y, por sobre todo, la mirada de quién está siendo evaluado (autoevaluación).

En el carácter normativo de la evaluación, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus


artículos 102, 103, 104, 105 y 106, establece la esencia a desarrollar en los programas y en las instituciones
educativas, en el marco de una educación humanista y de calidad (CRBV, 1999).

La Ley Orgánica de Educación, (2009), establece los preceptos normativos en materia educativa, por tanto los
procesos pedagógicos están igualmente suscritos, siendo prioritario mencionar:
Artículo 14:
“La educación es un derecho humano y un deber social fundamental concebida como un proceso de formación
integral, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva, promueve la construcción social del
conocimiento, la valoración ética y social del trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la
formación de nuevos republicanos y republicanas para la participación activa, consciente y solidaria en los procesos
de transformación individual y social, consustanciada con los valores de la identidad nacional, con una visión
latinoamericana, caribeña, indígena, afrodescendiente y universal. La educación regulada por esta Ley se
fundamenta en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar, en la doctrina de Simón Rodríguez, en el
humanismo social y está abierta a todas las corrientes del pensamiento. La didáctica está centrada en los procesos
que tienen como eje la investigación, la creatividad y la innovación, lo cual permite adecuar las estrategias, los
recursos y la organización del aula, a partir de la diversidad de intereses y necesidades de los y las estudiantes.”
Como se expresa, la evaluación es de carácter humanista y asume la didáctica centrada en procesos desde la
innovación, la creatividad y la investigación permanente, continua e interactiva.
Artículo 44:
“La evaluación como parte del proceso educativo, es democrática, participativa, continua, integral, cooperativa,
sistemática, cualicuantitativa, diagnóstica, flexible, formativa y acumulativa. Debe apreciar y registrar de manera
permanente, mediante procedimientos científicos, técnicos y humanísticos, el rendimiento estudiantil, el proceso de
apropiación y construcción de los aprendizajes, tomando en cuenta los factores socio históricos, las diferencias
individuales y valorará el desempeño del educador y la educadora y en general, todos los elementos que
constituyen dicho proceso. El órgano con competencia en materia de educación básica, establecerá las normas y
procedimientos que regirán el proceso de evaluación en los diferentes niveles y modalidades del subsistema de
educación básica. Los niveles de educación universitaria se regirán por ley especial.”
Por tanto se constata la valoración sistemática y continua, una evaluación formativa, pertinente al contexto, con
lógicas pedagógicas que potencien los aprendizajes a partir de la estrategia de evaluación que diseñan las y
los docentes.

Artículo 45:
“Los órganos con competencia en materia de educación básica y en educación universitaria, realizarán
evaluaciones institucionales a través de sus instancia nacionales, regionales, municipales y locales, en las
instituciones, centros y servicios educativos, en los lapsos y períodos que se establezcan en el Reglamento de la
presente Ley”
Se establece por ley la importancia de realizar evaluaciones en todas las instituciones del Sistema Educativo
Venezolano, a fin de evaluar estos espacios desde las instancias que correspondan.

El Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad Educativa, (MPPE, 2015), expresa las orientaciones generales
para la autoevaluación de la calidad educativa en las instituciones educativas, asumiendo la evaluación de la calidad
educativa con una revisión profunda de enfoques, criterios, perspectivas y propósitos, con la intención de construir
principios, preceptos y criterios para la formación de la ciudadanía, en este sentido, orienta desde la endogeneidad,
participación protagónica, contextualización corresponsabilidad y concurrencia un proceso sistémico transparente y
colectivo, indicando que emite la discrecionalidad, como punto de partida reconociéndose y evaluándose la escuela
en sí misma.
Esta autoevaluación institucional establece como procesos evaluativos:
 Procesos pedagógicos curriculares: con la creación de condiciones, estrategias y acciones para la
formación integral de los estudiantes, permitiendo procesos socio cognitivos, afectivos, axiológicos y
prácticos.
 Procesos organizativos y comunitarios: con énfasis en la organización escolar, con nuevas lógicas y nuevos
métodos para el encuentro, participativo, protagónico y de corresponsabilidad.
 Procesos de gestión – Administrativos: con la intención de viabilizar y garantizar la concreción de los
procesos subordinados de orden humano, favoreciendo lo ecológico, lo pedagógico, la diversidad y la
complejidad de las distintas realidades contextuales.

En estos procesos de autoevaluación institucional, se utilizan los momentos de acumulación de información y de


análisis para la discusión grupal, en equipos y en mesas de trabajo, con la conformación del Colectivo de
Orientación para la Sistematización, de los cuales se orientan los siguientes pasos:

a) Asamblea general, bajo la conducción del documento orientados


b) Mesas de trabajo, para el registro de la información, análisis colectivo y producción de síntesis
c) Acumulación de la información: intercambio de las producciones de las mesas de trabajo institucionales
d) Análisis colectivo de la información acumulada: reflexión de aspectos cualitativos y cuantitativos y
establecimiento del registro producto de las preguntas generadoras
e) Producción colectiva de la síntesis: autodiagnóstico y programación de la institución educativa para la
construcción del plan de acción de la institucional y circuital
La valoración de este proceso favorece la organización de los colectivos de gestión escolar, la apertura de líneas de
investigación institucional y la autoformación.

Se realiza la Autoevaluación Institucional, en centros, instituciones, escuelas y servicios educativos con apoyo de los
organismos regionales, municipales, locales y circuitales, como una respuesta a los procesos de evaluación de la
calidad educativa, donde se orienta proporcionar esfuerzos para que cada espacio educativo se evalúe a sí mismo.
Entre los indicadores de logro se presentan: infraestructura, dotación (tanto la dirigida al centro como la que llega
directamente a cada estudiante), actividades pedagógicas, logros estudiantiles, el cogobierno y la gestión escolar, el
clima institucional, las interrelaciones con la comunidad y los programas sociales (como los de alimentación, salud,
uniforme, entre otros).

Para esta autoevaluación institucional se orientan:


 Observaciones cerradas y abiertas (de clases, reuniones, otras)
 Análisis de documentos (cuadernos y trabajos de estudiantes, planificaciones docentes, evaluaciones,
minutas de reuniones de cogobierno, otras)
 Portafolios (de estudiantes, docentes, directivos)
 Entrevistas
 Grupos focales
 Cuestionarios sobre opiniones y experiencias
 Análisis de datos estadísticos del plantel y de cada estudiante.
Este ejercicio de autoevaluación se realiza al inicio de cada año escolar, con la presencia de miembros de la
institución educativa, estudiantes, familias, comunidad, entes comunitarios, y otros que tengan relación con el
accionar educativo.

La autoevaluación propicia la crítica y la autocrítica, desde la reflexión del hacer, entendiendo que es necesario
transformar las prácticas educativas para lograr mejoras sustanciales y, es por ello necesario, la mirada de otros,
además de sí mismo. Lo antes expuesto, sustenta la autoevaluación institucional como relevante y fundamental
para la mejora de los procesos educativos y por ende, para propiciar niveles y cánones de calidad educativa.

En concordancia con los fines e intencionalidades, metas, objetivos, y consecuencias de la evaluación de la


calidad en las instituciones de educación universitaria, se establece:
 La elaboración de un buen diagnóstico, de calidad en toda la organización.
 Comprensión de la misión de la organización
 Describir el estilo de gerencia y los sistemas de comunicación y coordinación.
 Delinear las características del ambiente.
 Elaborar recomendaciones para las fortalezas o superación de las debilidades. (MPPEU, 2006).
Además de una concepción de calidad y de una clara finalidad factible que orienten la evaluación institucional de las
instituciones venezolanas de Educación Universitaria, refieren la evaluación como control del proceso y del
producto por parte del Estado, con miras a racionalizar el gasto y condicionar (u obtener) más y mejor
financiamiento para la institución; es decir, la finalidad de la evaluación depende de quién esté administrando el
proceso y de las modalidades o estrategias empleadas, estas últimas se pueden clasificar de la siguiente
manera:
a. Según el momento y desarrollo de la institución, la evaluación puede ser:
 Inicial, durante la fase de creación de la institución o programa.
 Supervisora o de acompañamiento que se realiza durante el desarrollo de las labores.
 Final o después de culminado un periodo lectivo (rendición de cuentas).

b. Según el ente que administra la estrategia de evaluación:


 Evaluación externa: realizada por una institución de educación superior u otro ente público o privado.
 Autoevaluación realizada por la propia institución.

c. Según la forma como se emplean los datos obtenidos:


 Evaluación sumativa: Se realiza una integración cuantitativa y cualitativa de determinados indicadores
y estándares para emitir un juicio valorativo y su consecuente soporte documental (certificar,
autorizar, acreditar, etc.)
 Evaluación formativa cuando se consideran los indicadores y estándares para mejoras particulares al
proceso, es de obligatoria ejecución en todas las instituciones y programas.

Se conocen diferentes modelos que sirven de referencia para asumir la evaluación institucional, éstos deben contar
con una estructura válida de dimensiones e indicadores de calidad: Modelos explicativos o metodológicos,
Modelos sistémicos, que agrupan de manera ordenada los componentes institucionales. Cualquier modelo
o estrategia de evaluación que se diseñe o seleccione debe contemplar diversos criterios, entre los se pueden
mencionar los siguientes:
 Definir las dimensiones e indicadores de calidad..
 El modelo debe adaptarse al funcionamiento institucional, para relacionar la problemática e introducir
mejoras estructurales.
 El modelo debe adecuarse a los diversos tipos de instituciones y programas de educación
universitaria.
 Los criterios de calidad deben ser obtenerse de manera racional, equitativa y, en todo caso, justa.
 Ofrecer una visión del alcance y las limitaciones de la evaluación.
 Prever las técnicas de recolección de información con base a un mismo nivel de medición, si bien
este criterio no es determinante, al menos ayuda al manejo de datos cuantitativos.
 Contemplar y establecer parámetros o estándares (nivel de exigencia) de los indicadores de calidad y
subdimensiones del sistema. (MPPEU, 2006).
Una evaluación debe referir los diferentes procesos de aprendizaje, las reflexiones que desarrollen los
estudiantes sobre esos procesos y la multiplicidad de formas de mostrar cómo se progresa en el aprendizaje.
La forma como se evalúa expresa la manera como concebimos la relación con los otros. Si lo que se quiere es
formar personas integrales, con valores democráticos, colaborativos, empáticos, responsables y que ejerzan
activamente la ciudadanía, el criterio de evaluación debe modelar esto también, aun cuando el distanciamiento físico
imponga nuevas características y especificidades.
Es necesario avanzar en una evaluación que sea sensible a las necesidades y procesos de las y los
estudiantes, centrada en una lógica formativa, con un profundo sentido pedagógico como oportunidad para la
toma de decisiones, y como una ruta fundamental para la comunicación y reflexión sobre los procesos de
enseñanza y de aprendizaje.

En atención a las instituciones educativas, la tarea principal va más allá de seleccionar o clasificar estrategias de
aprendizaje; es esencial proveer los medios y condiciones que promuevan el máximo apoyo para que los
estudiantes, desde sus condiciones y características sociales, elijan aquellos que les interesa, que puedan realizar y
que a su vez, constituya un aporte para su desarrollo y valorización de los diferentes ámbitos del conocimiento y del
quehacer humano. Esta finalidad se centra indudablemente en la esencia del hecho educativo, es necesario hacer
objeto de evaluación los procesos educativos al igual que de formación, y de aplicabilidad del programa.

En cuanto a la información sujeto de evaluación, la rigurosidad se hace necesaria a través de los procesos
científicos de recolección de la data, o cualquier otro tipo de información valorativa acopiada mediante instrumentos
o técnicas debidamente construidos y debidamente contrastados en atención a sus características de fiabilidad y
validez.

Las instituciones educativas han ido generando distintas respuestas para desarrollar los procesos pedagógicos y
evaluativos en este escenario tan complicado que se está viviendo. La evaluación es compleja y ciertamente lo
es más en contexto de pandemia. Por tanto, es valioso el pensar en proponer estrategias, nuevas miradas que,
tanto a nivel general como a nivel de gestión de equipos directivos, docentes y de supervisión puedan
contribuir a la generación de saberes que permitan avanzar hacia una educación de calidad en condiciones de
equidad.

Los docentes como elemento clave para el logro de la calidad educativa realizan extraordinarios esfuerzos
para brindar la mejor formación de los niños, jóvenes, adolescentes y adultos que interactúan en los
espacios educativos. Tener en cuenta esto es importante para no caer en una visión empresarial o
“eficientista” de la evaluación, preocupada sólo por el uso eficiente de los recursos olvidando la dimensión
pedagógica que ha de estar en primer lugar. Es necesario replantear la evaluación de manera que fomente
la honestidad, como actitud, y la autenticidad, como principio; ser honesto con los propios errores, fracasos
y equivocaciones, cuando estos se generan al considerar a los estudiantes como investigadores de su
propio aprendizaje.

Profa. Jonaira Vera López.


Evaluación en Tiempos de Cambio

Fuente: Jonaira Vera, Educación a Distancia. Dirección General de Educación Primaria, MPPE. Junio
2020.
Referencias Bibliográficas

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Gaceta Oficial de la República


Bolivariana de Venezuela, Nº 5.543, (Extraordinario), Marzo, 24, 2000.

González, D. y Valcárcel, N (2001). Evaluación y acreditación institucional. Universidad Mayor, Real y


Pontificia. Chuquisaca. Sucre.

Ley Orgánica de Educación (2009) Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nro. 5.929,
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