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8 Consejos para controlar un ataque de pánico

Un ataque de pánico es una reacción de miedo intenso y repentino,


acompañada de una huida intensa de estímulos externos. Esto puede
incluir escalofríos, sudoración, náuseas, palpitaciones cardíacas,
temblores, miedo a morir, falta de aire y puede ser acompañado de
síntomas físicos y mentales. Algunas personas también pueden
experimentar fobias y pensamientos irracionales durante un ataque de
pánico. Un ataque de pánico puede durar hasta algunos minutos o
horas. Tratamiento es importante como los trastornos de ansiedad
relacionados con los ataques de pánico pueden impactar
negativamente en su vida diaria si no recibe el tratamiento adecuado.

ENTRE LOS SÍNTOMAS DE UN ATAQUE DE PÁNICO PUEDEN DARSE:


 
1. Frecuente sentimiento de desesperación o miedo intenso.
2. Sensación de que el aire falta o ahogo
3. Sensación de perder el control o estar fuera de sí.
4. Palpitación o taquicardia.
5. Sudoración excesiva.
6. Temblores y/o sacudidas.
7. Hiperventilación.
8. Inseguridad.
9. Mareos u otra sensación de "vértigo".
10. Desorientación, confusión, delirio.
11. Dolor en el pecho.
12. Náuseas o malestar abdominal.
13. Inestabilidad en las piernas.
14. Sequedad en la boca.
15. Miedo a perder el control o volverse loco.
16. Miedo a morir.
17. Visión borrosa o diplopía.
18. Rigidez muscular.
19. Intrusión de pensamientos recurrentes.
20. Sentimiento de irrealidad o extrañeza.
 
Los pensamientos durante un ataque de pánico pueden variar desde
pensamientos catastróficos y preocupantes de que algo malo va a
suceder, hasta los sentimientos de que uno está fuera de control.
Estas pensamientos suelen incluir pensamientos de posibilidades de
fracaso o desastre, miedo a que no se vuelva a la normalidad y
preocupaciones acerca de salud física o mental. A veces, hay
pensamientos irracionales sobre temas que normalmente no son
debatibles. Muchas veces, estos pensamientos llevan a aumentar la
ansiedad, mezclando con los otros síntomas para incrementar el nivel
de aterrorización.
 
Si bien la causa raíz puede ser diferente para cada persona, la buena
noticia es que estos episodios pueden ser controlados con tratamiento
adecuado.
 
Hay algunos pasos sencillos que puedes seguir para controlar un ataque
de pánico:
 
1. Trata de concentrarte en tu respiración. Intenta respirar profunda
y lentamente para relajarte.
2. Utiliza auto-distracción tratando de dirigir tu mente a otra cosa.
3. Reúnete con amigos o familiares para sentirte acompañado.
4. Ubícate en un lugar tranquilo y relaja tus músculos respirando
suavemente.
5. Intenta relajarte sobre todo cuando los pensamientos y las
sensaciones comienzan a aumentar.
6. Permite que tus pensamientos pasen a través de tu mente sin
ser juzgado.
7. Establece objetivos realistas y mantén tu vida en orden.
8. Busca ayuda profesional si los ataques son frecuentes.

Uno de los enfoques más eficaces para trabajar con un ataque de


pánico es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Este enfoque
ayuda al paciente a identificar y reemplazar sus pensamientos
negativos que contribuyen a su dolor con pensamientos positivos y
realistas. También se utilizan técnicas de relajación para ayudar a
aliviar los síntomas físicos de la ansiedad y aprender estrategias para
cuando se niegan los ataques. Los profesionales de la salud mental
pueden evaluar el grado en que los ataques de pánico afectan la vida
del paciente para determinar cómo abordar la situación. Otra técnica
efectiva para el manejo de la ansiedad asociada a los ataques de
pánico es el entrenamiento en Mindfulness, otros tipos de
psicoterapia como EMDR o la sincronización de hemisferios
cerebrales
CONSEJOS PARA AFRONTAR LA DEPRESIÓN

La depresión es un trastorno con una prevalencia elevada. Se calcula


que entre el 8 y el 15% de la población mundial la ha padecido alguna
vez y es, según los datos de la OMS, la primera causa de
discapacidad.

Es un problema emocional que puede anular a la persona, hasta el


punto de agotar sus energías y de que no queden ganas de hacer
nada. Por este motivo, es difícil no caer en el desánimo y ser capaz de
motivarse para salir adelante. En este artículo vamos a intentar
ofrecerte unos consejos para superar la depresión.

10 consejos para controlar y superar la


depresión
Identifica la situación y medítala

¿Qué es lo que te provoca este estado? ¿Por qué te afecta tanto?


Concéntrate en ti y en tus sentimientos y tus reacciones. Piénsalo con
calma, ¿es posible abordar la situación desde otro punto de vista?
¿Puede ayudarte un cambio de perspectiva?

No reprimas tus emociones, pero aprende a gestionarlas

Debes aprender a gestionar la tristeza y dejarla salir, sabiendo que


debe ser un desahogo y no algo que se instale en tu día a día, ya que
esto nos perjudicará.

El mañana todavía no ha llegado

No abones la desesperanza. Hoy no estás en las mejores condiciones


emocionales, pero mañana pueden cambiar las cosas y surgir
oportunidades que mejoren tu estado de ánimo. Trabaja para que ese
futuro te pille en forma.

Levántate de la cama y ponte en marcha

Ante esa sensación de falta de energía y desmotivación solo cabe


actuar. Cambiar el chip y ponerse en movimiento, retomar aficiones,
buscar cosas nuevas... Tienes un problema, solo reconociéndolo
darás el primer paso para motivarte y superarlo.
Procura distraerte y seguir cultivando tus intereses

No abandones tus intereses y mantente activo. Esto es beneficioso


para la salud mental y para conservar la mente ocupada y alejada de
pensamientos obsesivos. Combate cada pensamiento o recuerdo
negativo con otro positivo. La lectura, las relaciones sociales, el
deporte… pueden ser buenos aliados.

Trátate con amor y tolerancia

Para superar una depresión es imprescindible aceptarte y amarte a ti


mismo. Muchas veces, las depresiones llegan por déficits de amor
propio. No eres el culpable de tu depresión, aprende a ser tolerante
contigo mismo.

Trata con amor y tolerancia a los demás, aprende a perdonar

Ábrete a los demás, no les des la espalda. Y no te instales nunca en el


odio y el rencor, estos son sentimientos que, en realidad, hacen daño
a la persona que los sufre. Por eso, por mal que se hayan portado
contigo, esos sentimientos negativos no pueden ser el motor de tu
vida.

Mantén tu vida social activa

Es difícil acercarse a los demás cuando se está deprimido, pero si se


hace el esfuerzo puede ser de gran ayuda. El aislamiento puede ser
temporal, durante el tiempo necesario, pero después debes abrirte a
las personas que te valoran y conocer nueva gente.

Ponte metas alcanzables

Establecer un objetivo da sentido a la vida y motiva para actuar. Al


principio pueden ser metas simples, como tener al menos un
pensamiento positio al día, y luego ir aumentando progresivamente la
dificultad.

Mantén unos hábitos de vida saludables

Seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio moderado a diario, salir y


tomar el sol, tener unos horarios ordenados, dormir lo suficiente…
todos ellos son aspectos fundamentales que tienes que cuidar si
quieres superar tu depresión.
Ansiedad: Cómo manejar la ansiedad, técnicas de
relajación y terapias para tratar la ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de
peligro o estrés. Sin embargo, cuando la ansiedad se convierte en un
problema crónico, puede afectar significativamente la calidad de vida
de las personas. Si no se trata adecuadamente, la ansiedad puede
llevar a problemas de salud física y mental, como depresión,
trastornos alimentarios, abuso de sustancias, problemas de sueño y
otros.

En este artículo, exploraremos cómo manejar la ansiedad, incluyendo


técnicas de relajación y terapias para tratarla.

Técnicas de relajación para manejar la ansiedad


Hay muchas técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir los
niveles de ansiedad. Estas técnicas pueden ser útiles para las
personas que experimentan ansiedad ocasionalmente, así como para
aquellos que la experimentan con frecuencia.

1. Respiración profunda

La respiración profunda es una técnica simple y efectiva para reducir


la ansiedad. Para hacerlo, inhale profundamente por la nariz, sostenga
la respiración durante algunos segundos y exhale lentamente por la
boca. Repita este proceso varias veces hasta que sienta que su
cuerpo se relaja.

2. Meditación

La meditación es una práctica que implica concentrarse en el


momento presente y dejar ir los pensamientos intrusivos. Puede ser
útil para reducir la ansiedad y mejorar la claridad mental. Hay muchas
formas de meditación, desde la meditación guiada hasta la meditación
en movimiento, como el yoga.

3. Yoga

El yoga es una práctica física y mental que puede ayudar a reducir la


ansiedad. Las posturas físicas del yoga, llamadas asanas, pueden
ayudar a aliviar la tensión y la rigidez en el cuerpo, mientras que las
prácticas de respiración y meditación pueden ayudar a calmar la
mente.
4. Imaginería guiada

La imaginería guiada implica visualizar un lugar o situación que le


brinda paz y tranquilidad. Puede ser útil para reducir la ansiedad y la
tensión muscular. Por ejemplo, imagine estar en una playa, sintiendo
la brisa del mar y el sonido de las olas.

Terapias para tratar la ansiedad


Si experimenta ansiedad crónica, es posible que necesite terapia para
tratarla. Las terapias pueden ayudar a abordar las causas
subyacentes de la ansiedad y proporcionar herramientas para
manejarla.

1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de terapia que se


enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento
que contribuyen a la ansiedad. La TCC puede incluir técnicas como la
reestructuración cognitiva, el entrenamiento en relajación y la
exposición gradual a situaciones estresantes.

2. Terapia interpersonal

La terapia interpersonal es una forma de terapia que se enfoca en


mejorar las relaciones interpersonales del individuo. Puede ser útil
para las personas que experimentan ansiedad social o que tienen
dificultades para conectarse con los demás.

3. Terapia psicodinámica

La terapia psicodinámica es una forma de terapia que se enfoca en la


exploración de los patrones inconscientes que contribuyen a la
ansiedad. Puede 

ser útil para las personas que tienen una historia de trauma o abuso
emocional.

4. Terapia de grupo

La terapia de grupo implica reunirse con otras personas que


experimentan problemas similares. Puede ser útil para reducir la
sensación de aislamiento y proporcionar un espacio seguro para
compartir experiencias y recibir apoyo.
5. Terapia de exposición

La terapia de exposición implica exponer gradualmente a la persona a


situaciones que le provocan ansiedad. El objetivo de esta terapia es
ayudar a la persona a aprender a manejar la ansiedad en situaciones
estresantes. La terapia de exposición puede ser útil para las personas
que experimentan fobias o trastornos de ansiedad específicos.

Conclusión
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de
peligro o estrés, pero cuando se convierte en un problema crónico,
puede afectar significativamente la calidad de vida de las personas.
Afortunadamente, hay muchas técnicas de relajación y terapias que
pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad y proporcionar
herramientas para manejarla.

Es importante buscar ayuda si experimenta ansiedad crónica, ya que


el tratamiento puede ayudar a mejorar su calidad de vida y prevenir
complicaciones de salud mental y física a largo plazo. Si está
luchando con la ansiedad, no dude en buscar la ayuda de un
profesional de salud mental calificado.

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