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La legítima defensa es una conducta antijurídica que, excepcionalmente, puede impedir que
dicha conducta revista las características de delito.
Ocurre ante la necesidad de defenderse como reacción a una agresión ilegítima. De esta
forma, se convierte en una eximente, es decir que libera al autor de la responsabilidad penal,
civil o administrativa.
Sin embargo, debe cumplir ciertos requisitos. Se encuentra tipificada en el Código Penal y
puede ser propia o de un tercero. A su vez, puede ser completa o incompleta, dando lugar en
este caso a una reducción de la pena aplicable.
Los requisitos para que una conducta pueda ser considerada legítima defensa, eximiendo a su
autor de la responsabilidad penal, están establecidos en el artículo 20 insiso 4 del Código
Penal.
Se considera agresión ilegítima para diferenciarla de otros tipos de acción como podría ser
la ejercida por las fuerzas del orden, o por ejemplo para la entrada en una vivienda por
orden judicial.
La necesidad de defensa es el requisito esencial para aplicar esta eximente. Debe cumplir
ciertos requisitos:
Ser racional, es decir, adecuada para impedir o repeler la agresión. Implica que la víctima
no tendría otro recurso que defenderse para evitar el ataque del agresor y sus
consecuencias.
Por lo tanto, es necesaria la relación entre la agresión y la defensa. Sin embargo, según la
jurisprudencia, no es exigible la proporcionalidad entre la agresión y el daño causado en la
legítima defensa. Pero si la desproporción es exagerada, puede no ser considerada como
tal.
También debe existir unidad de acto, ya que, si la reacción en defensa propia se produce
posteriormente, se convierte en venganza.
Este supuesto implica que la persona que ejerce la legítima defensa, no debe haber
provocado al agresor. Es decir que el ánimo de la persona debe ser siempre defensivo,
basado en la necesidad de autoprotección.
Se considera que la provocación será suficiente cuando cabría esperar una respuesta
agresiva por parte de una persona media. Sin embargo, debe existir proporcionalidad, ya
que, si la respuesta a la provocación es desmedida, cabría aceptar la legítima defensa.
AHORA LES HABLARE ACERCA DE LOS TIPOS DE LEGÍTIMA DEFENSA QUE SON DOS
Si se califica como incompleta, da lugar a una pena reducida respecto de la que correspondiera
al daño infligido.
Bien, decimos que la legítima defensa es perfecta porque cumple con todo lo tipificado en el
artículo 20° del C.P. por lo que se descarta la antijuricidad y la responsabilidad penal frente a
los hechos que se mencionan en los requisitos. En otras palabras, los ciudadanos que
finalmente hayan hecho uso de su Legítima defensa perfecta, es más que seguro que sean
absueltos ante la ley
Pero la vida es más complicada que la normativa que aparece reflejada en los códigos.
¿Qué sucede en los casos en los que no concurre una circunstancia eximente completa? En
estos supuestos estaríamos ante una eximente incompleta, y el juez no contemplará la
exención de la pena, pero sí una atenuación
Cuando concurre una eximente incompleta no se podrá aplicar la exención de la pena, pero sí
una atenuación.