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Mariana Garma Escoffié

¿Cuáles son los elementos que un lector debe manejar en la comprensión lectora, vista
desde una visión cognitiva?

Leer es un proceso fundamental de aprendizaje en el cual vamos desarrollando habilidades


beneficiosas para nuestra cognición, como es comprender correctamente el mensaje del
autor y permitir la adquisición de nuevos conocimientos. La comprensión de un texto
implica la capacidad de reflexionar, inferir, entender e interesarse por lo que se lee para
llegar a desarrollar conclusiones propias. La lectura es una facultad compleja y exclusiva
del ser humano frente a otros seres vivos en la que somos capaces de emplear todas
nuestras facultades de manera simultanea que nos lleva a establecer una relación de
significado con lo leído. Al leer nosotros posibilitamos la capacidad de pensar
convirtiéndola en una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que ponemos en
practica las funciones mentales, agilizando la inteligencia. Toda lectura requiere de una
comprensión adecuada de los textos, la cual implica la capacidad de entender, utilizar,
reflexionar e interesarse por lo que se lee para alcanzar objetivos propios y desarrollar el
conocimiento y potencial personal (OCDE, 2009).

Desde la perspectiva cognoscitiva, la comprensión lectora es un proceso de alto orden


donde se dan distintos niveles de procesamiento de la información, participando en
coordinación distintos procesos cognoscitivos: perceptivos, atencionales, de memoria y de
conciencia fonológica (Canet-Juric, Urquijo, & Richard’s, 2009). Los procesos
cognoscitivos, perceptivos y de conciencia fonológica intervienen en la comprensión
lectora ya que permiten procesar un escrito. De igual modo la imaginación juega un papel
importante ya que el lector va construyendo una representación mental donde va integrando
nueva información agilizando los procesos perceptuales y atencionales facilitando la
comprensión de algún texto. Asimismo, los estímulos visuales que se generan desde que
vemos un texto como el reconocer una palabra y saber su significado hacen que el lector
“construya” una visualización general de lo que aparecen sobre la página, Tanto la lectura
como la comprensión resultan ser indispensables para la adquisición de nuevos
conocimientos, por lo que encontrar de manera oportuna ciertas dificultades permitirá
corregir a tiempo para que un futuro al lector le sea más sencillo y lleve una fluidez que le
permita fortalecer con rapidez la retención de información, así como de estrategias que
podrá emplear en su vida cotidiana.

 Dentro de la comprensión lectora los procesos cognitivos juegan un papel determinante ya


que uno es capaz de adentrarse en el léxico lo que le permite al lector reorganizar la
información semántica y sintáctica disponible en la memoria a largo plazo, y a través del
acceso sintáctico se accede a las relaciones estructurales entre las palabras que constituyen
las frases, para obtener la información contenida en el mensaje escrito.

Los procesos cognitivos y sus operaciones involucradas en la comprensión lectora incluyen


el reconocimiento de las palabras y su asociación con conceptos almacenados en la
memoria, el desarrollo de las ideas significativas, la extracción de conclusiones y la
relación entre lo que se lee y lo que ya se sabe. Todo ello se realiza concurrentemente para
poder alcanzar la comprensión del texto y exige un procesamiento múltiple de la
información; la lectura demanda prestar atención activa a muchas cosas al mismo tiempo
para coordinar los procesos psicológicos que se dan en la aprehensión de los códigos
escritos. Sin embargo, la capacidad humana de procesamiento es limitada, de acuerdo con
la experiencia del lector. Cuando se da este desajuste entre la capacidad el lector y las
demandas de la comprensión se produce un conflicto que se manifiesta en forma de
dificultades de comprensión lectora.

La concepción didáctico-cognitiva para la enseñanza de la lectura facilita el proceso de


comprensión. Comprender es un proceso psicológico complejo e incluye factores no solo
lingüísticos, tales como: fonológicos, morfológicos, sintácticos y semánticos, sino además
motivacionales y cognitivos. Esta abarca el empleo de estrategias conscientes que conducen
en primer término decodificar el texto; luego, presupone que el lector capte el significado
no solo literal de las palabras y las frases, o el sentido literal de las oraciones, o del
contenido literal del texto; sino que debe captar el significado, el sentido y el contenido
complementario lo cual significa, entre otras cosas, el procesamiento dinámico por parte de
ese receptor/lector, quien lo desarrolla estableciendo conexiones coherentes entre sus
conocimientos y la nueva información que le suministra el texto.
Dentro de las estrategias que nosotros podemos emplear para una mejor comprensión
lectora es destacar el reconocimiento de detalles como son identificar a los personajes
principales y secundarios, el escenario o entorno que nos rodea, acciones que tengan cierta
influencia en lo que se esté tratando y todo aquello que sea fundamental. El
reconocimiento o recordatorio de la clave semántica: localización, identificación o
producción de la memoria una formulación explícita o la clave semántica. La identificación
de la secuencia: de los hechos: recordar el orden de los incidentes o acciones expresadas
explícitamente puede ayudarnos a construir un panorama imaginario. El recordar
descripciones nos facilita identificar algunas similitudes o diferencias que describe el autor
explícitamente donde reconocemos la relación causa-efecto, acciones por ciertos incidentes
y eventos de los personajes expresados explícitamente.

Actualmente nosotros como estudiantes empleamos estrategias cognitivas para administrar


nuestro propio aprendizaje. Algunas veces estas estrategias cognitivas son llamadas estilos
de aprendizaje y se refieren específicamente a “aprender a aprender”. La mayoría de
nosotros ha aprendido algunas estrategias particulares que utilizamos para estudiar, por
ejemplo, un libro de texto. Probablemente hacemos una lectura rápida, leemos los
encabezados y los resúmenes para después analizar detalladamente el contenido. Las
estrategias cognitivas apoyan el aprendizaje de otros dominios. Particularmente son
evidentes cuando los estudiantes están resolviendo problemas; algunas de estas estrategias
son útiles a lo largo de todos los dominios de aprendizaje; los estudiantes usualmente
“descubren” sus propias estrategias. Weinstein y Mayer (1986) organizaron estas
estrategias en cinco categorías principales: Estrategias de repetición, usadas para aquellas
tareas de aprendizaje básicas donde la información necesita ser retenida y analizada
detalladamente. De igual modo existen las estrategias de elaboración, usadas comúnmente
para tareas de aprendizaje básicas y tareas complejas que amarran la nueva información al
conocimiento previo. Las estrategias de organización son utilizadas también para tareas
básicas de aprendizaje y tareas complejas donde hay que seleccionar información que
necesita ser retenida y luego usarla para definir relaciones entre esta información de manera
que sea integrada a la memoria. Cuando empleamos estrategias de comprensión y
monitoreo. Este tipo de estrategias también es llamado metacognición, que en su definición
más simple puede decirse que es el conocimiento que el propio estudiante tiene acerca de
sus propios procesos cognitivos y su habilidad para controlar esos procesos al organizar,
monitorear, y modificarlos como funciones de su propio aprendizaje. Por último, las
estrategias afectivas son esas estrategias que los estudiantes utilizan para enfocar la
atención, mantener la concentración, manejar la ansiedad, establecer y mantener
motivación, y manejar el tiempo de forma efectiva.

Referencias

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psicológicos. Liberabit, 11(11), 41-48. Recuperado el 23 de septiembre de 2021, de
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didáctico-cognitiva”,  file:///C:/Users/HOME/Downloads/Dialnet-
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 Gómez Palomino, Juan (2011). Comprensión lectora y rendimiento escolar: una
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 Monroy Romero, José Alberto, & Gómez López, Blanca Estela. (2009).
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