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DERECHO DE LOS CONTRATOS CÁTEDRA “A”// 2023

UNIDAD 1 TEORÍA DEL CONTRATO Y TUTELA CONSTITUCIONAL


A) CONTRATO

CONCEPTO. ART. 957 CCyCN: “Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan
su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”.

¿Dónde se define al Contrato? Se lo define en el LIBRO III, TÍTULO II, CAPÍTULO 1 Art. 957 del CCyC. Libro
III es “Derechos personales", Título II “Contratos en general”, Capítulo 1 “Disposiciones generales”.

NATURALEZA JURÍDICA

Doctrinarios argentinos como Borda, Alterini, Mosset Iturraspe, etc. han caracterizado al c ontrato como un acto
jurídico, que es según el art. 259 CCyCN: “Acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”.

El contrato es el acto voluntario lícito con fin inmediato de crear, regular, modificar, transferir o extinguir

relaciones jurídicas patrimoniales. Ejemplos: Creativo→ compraventa; Modificativo→ cesión de derechos;

Extintivo→ acuerdos para poner fin a contratos existentes.

Las voluntades constitutivas del negocio jurídico deben estar conformados por elementos internos y externos; serán
internos los constituidos por la intención, discernimiento y libertad. Serán externos aquellos donde haya una
exteriorización de la voluntad, que puede ser a su vez por declaración, manifestación expresa, manifestación tácita
o mediante silencio.

ELEMENTOS INTERNOS ELEMENTOS EXTERNOS

1) DISCERNIMIENTO: Es la madurez 1) Por DECLARACIÓN: Por escrito, en forma


intelectual para razonar, comprender el acto y verbal o por signos inequívocos. Formas
valorar sus consecuencias. directas.
2) INTENCIÓN: Discernimiento aplicado a un 2) Por MANIFESTACIÓN EXPRESA:
caso concreto. Ejecución de un hecho material. Forma directa.
3) LIBERTAD: Facultad o poder de elegir entre 3) MANIFESTACIÓN TÁCITA: Forma
varias determinaciones. indirecta (art. 264 CCyCN).
4) Mediante SILENCIO: Ppio General: “NO ES
VICIOS un modo de manifestación de voluntad”.
1) Incapacidad de hecho o restricción de EXCEPCIÓN 2da parte art 263 y 2da parte
la capacidad (art. 261 CCyCN) art. 979 CCyCN.
2) Error (art. 265 CCyCN)
3) Violencia: mediante fuerza física
irresistible, o amenazas (art. 276
CCyCN)

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¿Cómo es el ACTO JURÍDICO CONTRACTUAL? Es un acto bilateral, entre vivos y de índole patrimonial
creditorio.

● BILATERAL porque requiere del acuerdo de dos o más voluntades para su perfeccionamiento, siempre
como acto jurídico será bilateral pudiendo luego distinguirse si se trata de un generador de obligaciones
para una o varias partes.
● ENTRE VIVOS porque se celebra para producir efectos en la vida de los contratantes. Están prohibidos
los contratos sobre herencia futura y las donaciones hechas bajo la condición suspensiva de producir
efectos luego del fallecimiento del donante
● PATRIMONIAL CREDITORIO porque genera obligaciones cuyas prestaciones deben ser apreciables en
dinero o susceptibles de valoración económica. Para evitar la imposibilidad de cumplimiento toda vez que
si una prestación prometida no pudiera ser reducida a dinero no podría tener eficacia el artículo 730 que
faculta al acreedor a procurar el cumplimiento directo o in natura de la prestación o bien a obtener del
deudor las indemnizaciones correspondientes por el pago de una suma de dinero.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

1. Derecho romano: “Formanilidad” El Derecho romano pasó de formas primitivas de convenir a otras más
formales como los contratos, en la obra de Justiniano se fijaron cuatro fuentes de obligaciones (contrato,
cuasicontrato, delito y cuasidelito) pero los romanos no llegaron a definir al contrato. No bastaba la
voluntad de las partes para crear obligaciones, la forma era fundamental. Se puede distinguir en el Derecho
romano tres tipos de contratos:
a. Los formales: verbales o literales, su fuerza vinculante residía en la observación de formas
determinadas.
b. Los reales: generaban la obligación a partir de la recepción o entrega de una cosa. Mutuo,
comodato, prenda.
c. Los consensuales: la obligación se deriva del acuerdo de voluntades. Eran enunciados
taxativamente en la ley romana. Compraventa, arrendamiento, sociedad y mandato.
2. Época imperial: “Contratos innominados” que estaban fuera de la nómina cerrada.
3. Edad media: “Ritual” El consensualismo fue retardado por la influencia de los invasores germánicos, que
tenían un derecho menos evolucionado y dominado por el simbolismo. Para obligarse entre ellos era
necesario un ritual, entregando una festuca o varilla, al acreedor como prenda de la promesa.
4. Siglo XI: “Mero acuerdo” El trabajo de glosadores hace resurgir el Derecho romano, a la vez que la
Iglesia valoriza el valor de la palabra empeñada, identificando la obligación jurídica con el deber moral y
al incumplidor con el pecador. Las costumbres mercantiles generalizaron la celeridad y simplicidad de los
contratos en base a un mero acuerdo, consagrándose por primera vez en el siglo XVI en el Consulado del
mar, el principio marítimo mercantil de que basta el mero acuerdo para hacer surgir la obligación. Es recién

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con el iusnaturalismo de Grocio que se reconoce en el Siglo XVII la obligatoriedad de pactos y
convenciones que son asimilados al contrato.

La regla de que los pactos obligan al margen de toda vestidura fue aceptada por Domat y Pothier y pasó al
Code Civil francés.

5. Modernidad: “Autonomía de la voluntad de las partes” Como rasgo esencial destaca la idea de libertad
como derecho anterior a la organización del Estado, la autonomía de la voluntad según la cual los
individuos pueden decidir si contratar o no, seleccionar su co-contratante y determinar el contenido del
vínculo, afirmándose el consensualismo y la libertad de formas para agilizar el comercio.

La palabra empeñada obligaba al cumplimiento, no pudiendo el juez ni el legislador revisar lo acordado, lo


que llevó al code napoleón y a Vélez a equiparar al contrato con la ley: las convenciones hechas en los
contratos forman para las partes una regla a la que deben someterse como a la ley misma. Los efectos
relativos sólo se extienden a las partes y no podían afectar a terceros.

6. Inicio del SXX: “Intervención y límites a la autonomía de la voluntad” El modelo keynesiano de la


economía dio gran importancia al intervencionismo estatal, a la planificación y a la regulación del contrato
por razones de órden público.

La libertad no era considerada como anterior al Estado, y podía limitarse por razones sociales. La libertad
de celebración fue restringida, surgiendo los contratos forzosos, la de configuración fue limitada dando pie
a institutos como la lesión y el abuso de derecho. La autonomía de la libertad fue limitada por el legislador
y el juez. La libertad de formas se limitó, volviendo al formalismo con finalidad protectora.

7. Fines del SXX: Neoliberalismo. Se abandonó el centralismo planificador en lo económico y se postuló el


retorno a la autonomía privada irrestricta, devolviendo al individuo las decisiones sobre su vida y su
propiedad.
8. Contemporaneidad: Globalización de la concepción del contrato, surgimiento de la concepción
contractual internacional.

Función socio-económica e importancia del contrato.

En el ámbito de un sistema económico capitalista, que existe en la mayor parte del mundo, dentro de la economía
de mercado, el contrato es el instrumento adecuado para el intercambio de bienes y servicios, por su carácter de
primordial fuente de obligaciones. De este modo, el contrato sirve como instrumento para satisfacer necesidades
humanas, cualesquiera que sean ellas. 

Si bien la enorme proyección económica del contrato está condicionada, en buena medida, al mantenimiento de la
propiedad privada y de la organización económica que se asienta sobre ella, el contrato tiene lugar aun dentro de un
régimen socialista: Existen los contratos concluidos entre empresas del Estado para la ejecución de planes

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económicos, y también los contratos celebrados entre los particulares o entre un particular y un negocio del Estado,
teniendo por objeto bienes de consumo.

Convención, convención jurídica y contrato.

Cód. Civil en 1869 se discutió si cabria hacer una distinción entre la mera convención jurídica y el contrato.
Algunos autores sostenían que solo eran contratos aquellos actos jurídicos que tenían por finalidad inmediata crear
(o modificar) relaciones jurídicas. No lo serian y según esta forma de encarar el tema merecían la calificación de
convenciones, los actos jurídicos cuya finalidad inmediata es extinguir la relación jurídica, tales como la
transacción, la compensación voluntaria, el pago por subrogación convencional o la dación en pago (llamado por el
código derogado como entrega de bienes). 

El CCyC en el art 957 establece que contratos no son solo los actos jurídicos que tienen por finalidad inmediata
crear relaciones jurídicas patrimoniales de cualquier índole sino también aquellos que persiguen su regulación,
modificación, transferencia o extinción. 

Convención: se entiende que es el acuerdo de voluntades sobre relaciones ajenas al campo del derecho, por ej
acordar para jugar al futbol.

Convención jurídica: se refiere a todo acuerdo de voluntades de carácter no patrimonial, pero que goza de
coacción jurídica, por ej ponerse de acuerdo en cómo se ejercerá la responsabilidad parental.

El contrato dentro de la teoría del acto jurídico contractual

El contrato se caracteriza por ser bilateral, por ser un acto entre vivos, por ser de índole patrimonial creditorio.

Es bilateral porque requiere de dos o más voluntades para su perfeccionamiento, como acto jurídico siempre será
bilateral, luego se distinguirá si se trata de un generador de obligaciones para una o varias partes.

Siempre hablamos de un acto entre vivos, porque se celebra para producir efectos en la vida de los contratantes.
Están prohibidos en el CCyCN los contratos sobre herencia futura.

Es de índole patrimonial creditorio, genera obligaciones cuyas prestaciones deben ser, más allá del interés de las
partes, que puede no ser patrimonial, apreciables en dinero o susceptibles de valoración económica.

Además, de que tiene una finalidad de evitar la imposibilidad de cumplimiento, donde si una prestación prometida
no pudiera ser reducida a dinero no podría tener eficacia jurídica, regulado en el ART 730 del CCyCN faculta al
acreedor a procurarse el cumplinmiento directo o “in natura” de la prestación (incs a y b), o bien a “obtener del
deudor las indemnizaciones correspondientes” (inc c), resolviendo la cuestión por medio del pago de una suma de
dinero.

Tutela Constitucional

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La comisión reformadora del Código Civil (Lorenzetti, Highton de Nolasco y Kemmelmajer de
Carlucci) manifestó claramente la orientación del mismo, lo que denominaron la “constitucionalización
del derecho privado”, su anteproyecto ha tomado muy en cuenta los tratados internacionales,
especialmente los de derechos humanos así como todos los derechos reconocidos por el bloque de
constitucionalidad. Así, se estableció una comunidad de principios entre la CN, el derecho público y el
derecho privado. La protección de la persona humana a través de los derechos fundamentales, los
derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño, de las personas con capacidades diferentes, de la
mujer, de los consumidores, del ambiente, etc.

Esto se puede ver en los siguientes artículos del CCyC:

ART. 1° “Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes que
resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos en los
que la República sea parte. A tal efecto se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y
costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no
regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho”

ART. 2° “Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades,
las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados de derechos humanos, los principios y
valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento”

La CN protege expresamente al derecho de trabajar, de ejercer toda industria lícita, la propiedad, el


derecho de concertar convenios colectivos de trabajo, la privacidad y autonomía personal, las relaciones
de consumo, aunque no menciona expresamente la contratación.

¿De dónde surge la libertad de contratación? Es un derecho implícito, emanación directa de la


autonomía personal consagrada en el artículo 19 CN, pues la libertad importa autodeterminación. Toda
limitación debe interpretarse restrictivamente y debe ejercerse teniendo en cuenta las demás libertades
ejercidas por los otros individuos, teniendo por tanto una función de coordinación.

Constituye un aspecto de la libertad de trabajar y de ejercer toda industria lícita pues para ello es
necesario contratar.

Es parte de la libertad económica, siendo la competencia un bien de incidencia colectiva.

Es una posición jurídica que integra el concepto de propiedad consagrado en la CN, a su vez el CCyC
establece que los derechos resultantes de los contratos integran el derecho de propiedad del contratante.
La libertad de contratar tiene protección constitucional.

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Orden Público

El contrato en la concepción liberal ha encontrado la base necesaria en la autonomía de la voluntad y en la libertad,


y que ésta implica la libertad de contratar o no, la elección de con quién hacerlo y la posibilidad de fijar su
contenido. Los contratos no pueden ser revisados o morigerados salvo pacto expreso de las partes.

Sin embargo, los contratos encuentran limitaciones en nuestro ordenamiento jurídico, siendo el orden público una
de las más potentes. Radicado en el ART 12 CCyCN “Orden Público. Fraude a la ley. Las convenciones
particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden público. El acto
respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un resultado sustancialmente análogo al
prohibido por una norma imperativa, se considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a
la norma imperativa que se trata de eludir”.

ART 958 CCyCN: “Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su
contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres”.

ART 960 CCyCN: “Facultades de los jueces. Los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de
los contratos, excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta,
de modo manifiesto, el orden público”.

El órden público se erige como un límite a la autonomía de la voluntad, el órden público es una imposición del
interés general como núcleo imperativo indisponible que no puede ser derogado por la voluntad de los particulares.
En los contratos en el ordenamiento jurídico argentino rigen dos tipos de normas: las imperativas y las supletorias,
siendo sinónimos las normas disponibles o indisponibles.

ART 962 CCyCN “Carácter de las normas legales. Las normas legales relativas a los contratos son supletorias de
la voluntad de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o de su contexto, resulte su
carácter indisponible”.

Órden público económico atañe a las relaciones económicas, toma en cuenta el cambio de los bienes y servicios
considerados en sí mismos, agrega la exigencia de obrar ciertas conductas impuestas legalmente y procura imponer
de manera positiva cierto contenido contractual. Existen tres tipos de órden público económico:

a. Dirección. Los poderes públicos se proponen realizar ciertos objetivos económicos


b. Protección. Resguardar a una de las partes y buscar el equilibrio de las partes
c. Coordinación. El Estado cumple una función de arbitraje imprescindible en la economía de mercado. Este
rol se apoya sobre un piso mínimo inderogable que condiciona a la autonomía privada y también a la
dirección económica del Estado.

Distinción de la ley, el acto administrativo, la sentencia y la convención colectiva.

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1. Con la ley: punto de contacto,ambos constituyen una regla jurídica a la cual deben someterse las personas.
Diferencias: la ley es una regla general a la cual todas las personas están sometidas, se establece en vista de
un interés general o colectivo; el contrato es una regla solo obligatoria para las partes que lo han firmado y
sus sucesores; se contrae teniendo en mira un interés individual. La ley no necesita prueba y difiere del
contrato en sus efectos y vigencia
2. Con el acto administrativo: los actos administrativos son emanados de un órgano adm en el
cumplimiento de sus funciones, tienen distintos tipos de naturaleza jurídica y, en principio, no exigen el
acuerdo de voluntades propio del contrato, aunque hayan actos adm de naturaleza contractual. Los actos
adm (normalmente) tienen efectos análogos a la ley, siempre que se dicten ajustándose a ella y a la
constitución. Si se trata de actos adm de naturaleza contractual, hay que distinguir entre aquellos en los
cuales el estado actúa como poder público y aquellos otros en los que actúa como persona de derecho
privado. En primer caso, estado y concesionario no se encuentran en un plano de igualdad: el estado
mantiene la totalidad de sus prerrogativas inalienables; y en cualquier momento puede ejercitar su derecho
de intervención, exigir la mejora del servicio, su ampliación o modificación. En el segundo caso, cuando el
estado actúa en su calidad de persona de derecho privado, los contratos que celebra están regidos
supletoriamente por el derecho civil, que lo que no esté regulado específicamente, se aplicaran las normas
de derecho común. 
3. Con la sentencia: tanto la sentencia como el contrato definen y precisan los derechos de las partes. Pero
hay entre ellos profundas diferencias: 
● El contrato es un acuerdo de dos o más personas; la sentencia es la decisión del órgano judicial y,
por lo tanto, es un acto unilateral.
● El contrato señala generalmente el comienzo de una relación jurídica entre dos o más personas, la
sentencia da la solución a las divergencias nacidas de ese contrato
● La sentencia tiene ejecutoriedad, puede pedirse su cumplimiento por medio de la fuerza pública; el
contrato carece de ella, para que tenga ejecutoriedad es preciso que previamente los derechos que
surgen de el hayan sido reconocidos por una sentencia
● La sentencia resuelve cuestiones patrimoniales y no patrimoniales, el contrato solamente tiene
como objeto el que sea susceptible de valoración económica.
4. Convención colectiva: es una forma de contrato normativo que vincula a las asociaciones profesionales de
empleadores con las asociaciones profesionales de trabajadores con personería gremial, y rige respecto de
todos los trabajadores de la actividad o de la categoría de que se trate.

B) LOS CONTRATOS EN EL CCYCN

Contratos Paritarios

Son los del contractualismo clásico francés. Los contratos paritarios refieren a aquel acuerdo de dos o más
personas que han llegado al mismo mediante la posibilidad de un libre debate en pie de igualdad y con la

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finalidad inmediata de crear vínculos jurídicos obligatorios que expresa o tácitamente manifiestan querer y reglar
derechos y deberes en que se traducen las relaciones creditorias, ya sea estableciendo una norma jurídica particular
o especial, sometiéndose simplemente a las reglas supletorias de la Ley. Es un acto puramente individual en el cual
el celebrante en un acto libre fruto de la autonomía de la voluntad se ligaba a otro creando obligaciones de
contenido patrimonial.

Estos contratos, según la doctrina, han quedado como resabio marginal ante el avance de la contratación masiva
entre parte de desigual poder negocial. Al inicio del S XX las ideas de socialización y de solidaridad social se
amplían moderando al individualismo jurídico absoluto: la voluntad individual ya no es la única fuente de los
derechos subjetivos.

Lorenzetti los denomina contratos discrecionales o paritarios, regulados por la autonomía privada y por las normas
de orden público de coordinación que adoptan un estándar de sociabilidad. (buena fe, abuso de derecho…)

La doctrina moderna entiende que el contrato paritario en la actualidad ha quedado mayormente circunscripto a los
contratos entre empresas, siendo la mayoría de los contratos entre desiguales donde existe una parte fuerte y una
parte débil. Aunque suele suceder que hay diferencias entre el poder económico, técnico y jurídico entre personas
jurídicas, sociedades y empresas, habiendo abuso entre empresas grandes sobre las pequeñas. Entonces, tampoco
hay igualdad entre empresas en los contratos.

Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas

No es un tipo contractual específico, sino que es un modo celebratorio.

MOSSET y STIGLITZ describen a éste como un contrato en el que, para la configuración del contenido, cláusulas
y reglas internas sólo interviene una parte, denominada predisponente o proferente, quien, por esa posición
contractual supraordinada goza de un mayor poder de decisión que la otra parte, denominada adherente, a quien
sólo le resta la facultad de aceptar “in totum” las condiciones prefiguradas o bien negar su consentimiento al
contrato. Según éstos autores afirman la existencia de una parte “fuerte” que configura el contrato y su contenido, y
una parte “débil” que sólo puede adherir o no consentir.

Su DEFINICIÓN se encuentra en el art. 984 del CCyCN “Definición. El contrato por adhesión es aquel
mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la
otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.

Es unilateral, rígida, el poder de negociación lo tiene el predisponente y hay un riesgo de que éste se aproveche de
esta circunstancia introduciendo cláusulas inequitativas y contrarias al interés del adherente.

Sus requisitos (art. 985) es que las cláusulas generales sean comprensibles y autosuficientes. La redacción debe
ser clara, completa y fácilmente legible. Se tendrán por no convenidas las cláusulas que efectúen un reenvío a
textos o documentos que no se faciliten a la contraparte del predisponente.

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Se debe utilizar un lenguaje llano, hablar claro y con palabras de uso común. Las consecuencias de la falta de
claridad o comprensibilidad o completitividad están bajo la responsabilidad del predisponente.

¿Cuál es la naturaleza jurídica de los contratos celebrados por adhesión?

1) Tesis normativa: son figuras absorbidas por la normativa imperativa que las rige, siendo de obligatoriedad
indiscutible su incorporación al contenido del contrato, supliendo la ley lagunas enteras del tráfico
mercantil, lo que las asemeja a una ley.
2) Tesis contractualista: sostiene que el hecho de que las condiciones generales hayan sido creadas por una
sola de las partes no excluye su carácter contractual, siendo la adhesión una aceptación que perfecciona el
consentimiento, voluntario y libre. La ausencia de tratativas previas tampoco impide considerarlo un
contrato, dado que ningún texto legal exige la realización de las tratativas para lograr el consentimiento.

Artículo 986 CCyC: Las cláusulas particulares son aquellas que negociadas individualmente, amplían, limitan,
suprimen o interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares,
prevalecen las particulares.

Artículo 987: Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la
parte predisponente.

Se hace pesar sobre el predisponente las consecuencias de la ambigüedad u oscuridad de la cláusula que sólo él ha
podido redactar

Artículo 988: Cláusulas abusivas. En los contratos previstos en esta sección, se deben tener por no escritas:

a. Las cláusulas que desnaturalicen la obligaciones del predisponente;


b. Las que importen renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplíen derechos del
predisponente que resulten de normas supletorias;
c. las que por su contenido, redacción o presentación, no fuesen razonablemente previsibles.

Art. 1119: Regla general. Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que,
habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un desequilibrio
significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor.

Los artículos referidos a los contratos celebrados por adhesión y los de consumo deben considerarse como un solo
bloque normativo e interpretativo. Sin embargo los contratos celebrados por adhesión es un modo de celebración
y en los contratos de consumo lo definitorio no es la adhesión sino el consumo final. Un contrato puede ser
celebrado por adhesión y ser, además, de consumo. O a la inversa puede ser de consumo y no haber sido celebrado
por adhesión.

El Contrato de Consumo en el Código Civil y Comercial de la Nación

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La nota característica subjetiva del contrato de consumo es la existencia de una finalidad: el consumo final.

ART. 1093 CCyCN: “Contrato de Consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario
final con una persona humana o jurídica que actúe de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la
adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado,
familiar o social”.

ART. 1092 CCyCN: “Relación de Consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un
proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en
forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o
social.

Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en
ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social”.

Contratos conexos en el CCyC

El Código Civil y Comercial de la Nación da la siguiente noción de las hipótesis de conexidad, en el art. 1073:
"Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre sí por una finalidad
económica común previamente establecida , de modo que uno de ellos ha sido determinante del otro para el
logro del resultado perseguido. Esta finalidad puede ser establecida por la ley, expresamente pactada, o derivada
de la interpretación”.

Se trata de dos o más contratos que tienen una función autónoma, pero que tienden a la realización de una
operación económica global, unitaria y compleja. Suponen intereses económicos entrelazados. Pero, a más de esta
vinculación económica, la conexión reviste un carácter jurídico, en cuanto presupone que un contrato depende de
otro y que el tratamiento jurídico de uno, está influido por la existencia y vicisitudes de otro. Éstos contratos tienen
como característica la coexistencia de dos o más contratos con una común finalidad económica (en otras palabras,
un único negocio fraccionado jurídicamente), en donde intervienen más de dos sujetos (humanas o jurídicas) pero
uno de ellos (parte o tercero) ejerce una posición dominante (por ejemplo el contrato de medicina prepaga). El
Código Civil y Comercial ha desterrado toda duda sobre la existencia de estos contratos conexos, desde que afirma
que hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre sí por una finalidad
económica común previamente establecida (sea por la ley, sea por voluntad de las partes, sea por surgir de
una razonable interpretación del negocio), de modo que uno de ellos ha sido determinante del otro para el
logro del resultado perseguido (art. 1073).

Los contratos conexos deben ser interpretados los unos por medio de los otros, atribuyéndoles el sentido apropiado
que surge del grupo de contratos, su función económica y el resultado perseguido (art. 1074). Esta finalidad común

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habilita a uno de los contratantes a oponer la excepción de incumplimiento contractual, aún frente a la inejecución
de obligaciones ajenas a su contrato. E, incluso, podrá requerir la extinción del contrato por él celebrado si la

Hipercentros de consumo

Caso de un shopping center: Es una especie de ciudad ideal, se puede caminar con seguridad, todo está limpio,
ordenado, el aire es climatizado. El shopping es una fabrica de personas término medio. La concepción del
shopping como ciudad y la igualdad de los transeúntes en base a un consumo basado en grandes símbolos es la
clave del éxito que ha tenido esta forma de comercialización. 

Hay una planificación de costos, ya que de la misma manera en que la ciudad necesita servicios públicos para los
ciudadanos, el shopping requiere de servicios para su funcionamiento, y la empresa trata de conseguirlos al menor
costo posible, invocando el volumen que necesita y solicitando rebajas a sus proveedores. También pone normas de
conducta en el uso por parte de los locatarios y los transeúntes.

Toda esta planificación está traducida en el reglamento interno que resulta de aplicación obligatoria a todos los
locatarios, y en unas normas generales de urbanización, aplicables a los transeúntes.

El shopping como centro de distribución: Se ha indicado que en un shopping se produce un tráfico de entre 200.000
y 1.000.000 de personas mensuales. Este es el aspecto comercial buscado: una circulación masiva de personas.
Donde hay mucha gente, hay consumo. Se trata de romper la relación de necesidad y demanda, para instaurar un
nexo entre la oferta  y el consumo.

En este sentido, las ventajas del sistema son notables, todos los servicios interactúan entre si, produciendo un
proceso de retroalimentación para el consumo: si una va al cine, a almorzar o a jugar, consume una bebida o
compre una prenda de vestir.

El shopping como empresa común: red de contratos conexos: En el shopping hay una empresa común. El
propietario es, además, un empresario sofisticado. Hace un estudio completo sobre los alrededores, estudia la zona,
diseña los estacionamientos y lugares internos, etc. No se trata de un propietario de un edificio con mucho espacio,
ni de una locación en la que cada locatario elige que local le gusta mas. Todos los lugares están planificados de
antemano según una óptica empresarial, existiendo estudios de mercado, de costos, etc.

Los locatarios no son personas que persiguen simplemente el uso y goce de una cosa. Para cada uno de estos
locatarios su vida comercial será bien diferente si pone su negocio fuera o dentro del shopping, o si este se
encuentra en la entrada, en el medio, en el primer piso o en el subsuelo.

Si bien se tratan de contratos de locación de inmuebles, en los que se cede el uso y goce a cambio de un precio, hay
además una publicidad común, horarios, riesgos y una serie de elementos compartidos.

Calificación del contrato: nada impide que un emprendimiento como el shopping center se haga bajo una forma
societaria, en la que todos los participantes aporten dinero para su instalación y funcionamiento, compartiendo las

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ganancias y las pérdidas. Tampoco hay obstáculo para que se utilicen desechos reales, como la transferencia del
dominio a cada uno de los negocios que ocupan el edificio, o el usufructo.

Sin embargo, la relación más frecuente y controvertida, es aquella en que hay una empresa organizadora y
multiplicidad de negocios que se vinculan contractualmente con ella para instalarse dentro del establecimiento. 

Elementos:

1. Cesión temporaria del uso y goce: entre la empresa dueña del emprendimiento y las empresas que
instalan en el, se celebra un contrato de locación. De tal modo puede examinarse la relación jurídica
individual entre cada uno de los negocios y la empresa organizadora, caracterizándola como una
multiplicidad de contratos de locación. Para realización esta calificación del contrato se tiene en cuenta que
el objeto de la relación jurídica es la cesión onerosa del uso y goce de una cosa con finalidad comercial.
2. Precio: existe una distorsión en el precio, que se establece sobre la base de un porcentaje respecto de la
facturación mensual que realiza el locatario. De modo que la sola presencia de un precio basado en un
porcentaje de las ganancias no modifica al vínculo, manteniéndose como contrato de locación.
3. Servicios: la empresa organizadora presta servicios (limpieza, iluminación, seguridad, etc.). Estos
elementos pueden ser calificados como un contrato de servicios que celebra la empresa organizadora con
los negocios que integran el shopping. Si contemplamos ambas relaciones jurídicas, una locación de cosas
y una de servicios, podríamos afirmar que hay contrato mixto.
4. Aventura común: la participación en gastos de publicidad no se subsume en la locación de cosas o de
servicios, y responde a la necesidad de un emprendimiento común que necesita hacerse conocer al publico.
La realización de campañas de rebajas de precios, los horarios extendidos, la apertura en días feriados, son
todas obligaciones que tampoco se ajustan a los tipos mencionados. La aceptación por parte del locatario
de una planificación del ordenamiento interno del shopping no es un un elemento menor. Existen algunos
negocios de marcas muy atrayentes, y si el locatario acepta la ubicación estratégica de ellas es porque
obtiene un beneficio económico indirecto. Ese beneficio no es un servicio ni consiste en una obligación
positiva de obrar a cargo del organizador. Lo mismo ocurre con las zonas de esparcimiento, los bares, los
cines, el estacionamiento, que son elementos de gran importancia para la valorización del local alquilado,
pero que no constituyen propiamente servicios que el organizador presta al locatario. Estos elementos
podrían llevar a la conclusión de que se trata de una aventura común y que ese dato autoriza a pensar en la
existencia de una sociedad o de un vínculo asociativo.

Contratos de locación mixtos y conexos: puede calificarse a este vínculo como un contrato mixto y conexo. Es
mixto porque sobre la base de un contrato de locación, concurren elementos de un contrato de servicios. De tal
modo, la perspectiva contractual nos muestra contratos de locación atípicos mixtos. Es conexo, porque los contratos
están unidos entre si por un elemento asociativo que es el interés común, que no alcanza a fundar la existencia de
una sociedad pero que tiene virtualidad para que surjan para las partes una serie de obligaciones sistemáticas. 

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De esta calificación como contratos de locación atípicos mixtos en un sistema conexo surgen importantes
consecuencias en el plano obligacional:

1. Hay obligaciones que surgen de la locación: el pago del precio, la cesión del uso y goce.
2. Hay obligaciones que nacen del contrato de servicios: prestarlos contra el pago de un precio
3. Hay obligaciones que surgen de la conexidad: son obligaciones sistemáticas que encuentran su base en el
mantenimiento y desarrollo del sistema, como el pago de gastos de publicidad o los horarios extendidos.

Círculos de ahorro para fines determinados:


Mediante el ahorro previo, un sujeto (suscriptor) paga una cantidad de dinero en cuotas anticipadas contra la
entrega de un bien mueble o inmueble, la que tendrá lugar en el futura una vez que cumpla con las condiciones de
adjudicación pactadas, de sorteo o licitación. Este contrato de ahorro produce ventajas si se encuentra enlazado a un
grupo amplio, que permita reunir una masa de dinero relevante, conforme a las relaciones técnico-financieras que
determina la organizadora.

Es una técnica instrumental que se utiliza para fines diversos: comercializar bienes o captar el ahorro, desde el
punto de vista del empresario; comprar o ahorrar desde el interés del adherente.

C. CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS SEGÚN EL CCYCN

En el capítulo II del Título II del Libro III, el CCyC expone una serie de clasificaciones de los contratos. Se ha
derogado la clasificación de contratos reales existente en el código de Vélez, co nsecuentemente hoy estamos
bajo el principio general de que “todos los contratos son consensuales” es decir que se perfeccionan
con el consentimiento sin necesidad de la entrega de la cosa. A partir del acuerdo de voluntades, las partes
adquieren los derechos personales derivados de la causa fuente contractual, con los derechos para el
acreedor de exigir el cumplimiento, hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor y/o reclamar por
daños y perjuicios.

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CLASIFICACIÓ SEGÚN EL SOCIAL Y
N LEGAL TIEMPO DE ECONÓMICA
UNILATERALE EJECUCIÓN
INMEDIATA DE CAMBIO
S DIFERIDA
BILATERALES DE PREVISIÓN
A TÍTULO
PLURILATERA INSTANTÁNEA DE CUSTODIA
ONEROSO
LES DE DURACIÓN
A TÍTULO DE GARANTÍA
CONMUTATIV
GRATUITO DE
OS
ALEATORIOS
FORMALES: TRANSFERENCI
Solemnes A DE USO
absolutos y
NOMINADOS
relativos DE
INNOMINADO
AD COLABORACIÓN
S
PROBATIONE DE RECREACIÓN
M
DE GRATITUD
DE CRÉDITO

Clasificación legal

1) a. Unilaterales: la obligación surgida del contrato recae sobre solo una de las partes.

b. Bilaterales: surgen obligaciones recíprocas, como requisito ambas partes deben quedar obligadas y
dichas obligaciones deben ser recíprocas, es decir interdependientes que se explican mutuamente. A
diferencia de los unilaterales, en los bilaterales se pueden aplicar los siguientes institutos jurídicos:
resolución por cláusula resolutoria, suspensión de cumplimiento, revisión, caducidad de plazo, lesión,
imposibilidad de pago, prevención del daño por incumplimiento.

c. Plurilaterales: presencia de más de dos partes como por ejemplo cesión de deudas, contratos asociativos,
fideicomiso. Se diferencian de los bilaterales porque poseen tres o más partes con intereses en un mismo
sentido o coincidentes, normalmente tratan de realizar una actividad o negocio en conjunto, mientras que
en los bilaterales los intereses son contrapuestos. La plurilateralidad puede ser ocasional cuando el contrato
funciona con dos partes pero puede ocurrir que en algún momento se sume una tercera o cuarta pero ello no
influye en los efectos. Puede ser estructural cuando el contrato necesita por lo menos tres partes y no
puede funcionar con dos porque las partes tienen posiciones jurídicas diferentes por lo tanto c/u tiene
acciones diferentes y no hay una función común. Y puede ser funcional cuando no puede funcionar con
dos partes pero las partes tienen la misma posición jurídica y hay una función común (socios).

A los contratos plurilaterales se les aplican las normas bilaterales supletoriamente.

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2) A título oneroso: cuando las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una
prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra. No se consideran las obligaciones de las partes,
sino las ventajas que obtienen. El elemento característico que los distingue a los onerosos y gratuitos es la
causa de atribución patrimonial. En los onerosos una de las partes ejecuta una acción (hacer, dar) esperando
recibir una retribución de la otra.

Todo contrato bilateral es oneroso.

Título gratuito: cuando aseguran a uno o a otro de los contratantes alguna ventaja independientemente de
toda prestación a su cargo. Una de las partes hace o da por simple liberalidad.

Los contratos unilaterales pueden ser gratuitos u onerosos.

Efectos Título oneroso Título gratuito

Garantía de Están obligados el transmitente de bienes a título -


saneamiento oneroso…

Acción Cuando el acto es oneroso la acción revocatoria sólo Cuando es a título gratuito,
revocatoria procede si el deudor actúa con intención fraudulenta y el aunque sea de buena fe, es
adquirente es cómplice del fraude suficiente con que el acto haya
causado o agravado la insolvencia
del deudor

Lesión e Operativos en contratos onerosos -


imprevisión

Interpretación Se debe interpretar en el sentido que produzca un ajuste Se debe interpretar en el sentido
equitativo de los intereses de las partes menos gravoso para el obligado

Heredero Son válidos los actos de disposición a título oneroso en -


aparente favor de terceros que ignoran la existencia de herederos
de mejor o igual derecho que el heredero aparente, o que
los derechos estén judicialmente controvertidos

3) Conmutativos: subespecie de los contratos a título oneroso, siendo conmutativo cuando las ventajas para
todos los contratantes son ciertas. Las ventajas o pérdidas se encuentran determinadas al momento de
celebración aunque el valor patrimonial pueda variar.

Aleatorios: cuando las ventajas para uno de ellos o para todos dependen de un acontecimiento incierto de
desequilibrio patrimonial que es voluntariamente aceptado por ambas partes.

a. Aleatorios por naturaleza como la renta vitalicia, contrato de juego y apuesta, de seguro… en
donde la incertidumbre de las pérdidas o beneficios derivados del negocio, al momento de su
celebración, conforma parte del diseño legal del tipo contractual del caso.

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b. Aleatorios por voluntad de las partes son los contratantes los que imprimen el alea en el negocio,
ejemplo la compraventa de esperanza de cosa futura en donde el comprador puede asumir por
cláusula expresa el riesgo de que la cosa no llegue a existir, sin culpa del vendedor. Ejemplo la
cesión de herencia efectuada como dudosa o incierta.
4) Formales: cuando la ley o las partes imponen alguna forma determinada ya sea para la validez del acto,
para que produzca sus efectos propios o para su comprobación.
a. Solemnes absolutos: La inobservancia o no respeto de la forma conlleva necesariamente la
nulidad, privándose así al acto de efectos jurídicos.
b. Absolutos relativos: La forma es requerida a los fines de que el contrato despliegue sus efectos
propios, pero no se impone bajo sanción de nulidad, así el no respeto de la forma implica que el
acuerdo de voluntades tenga valor pero únicamente como un contrato en el que las partes se
obligan a cumplir con la formalidad.
c. Formales para la prueba: La inobservancia de la formalidad no afecta la validez del contrato, sino
que dificulta la prueba de la celebración y contenido del mismo.
5) Nominados: Contratos tipificados en la ley, regulados por la ley.

Innominados: Contratos que no se encuentran regulados por la ley. Están regidos por la voluntad de las
partes, las normas generales sobre contratos y obligaciones, los usos y prácticas del lugar de celebración y
las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y se adecuan a la
finalidad. Los contratos innominados pueden presentarse como:

a. forma atípica pura: es una creación meramente de las partes, sin tener ninguna relación con la
costumbre como tampoco de la previsión de los legisladores (contrato de alquiler de útero).
b. con mera tipicidad social: cuando es conocido por la sociedad en cuanto a su contenido básico y
hasta posee un nombre, pero carece de regulación legal.

Según la función Social y económica podrían identificarse así:

- De cambio: Aquellos destinados a la circulación de la riqueza, sirviendo a la transmisión de la propiedad,


pudiendo ser onerosos (compraventa, permuta) o gratuitos (donación). A su vez tiene una subclasificación,
donde podrán existir contratos de cambio en donde se transfiera la propiedad del bien (compraventa, cesión
de derechos) o, solamente su tenencia (comodato, locación).
- De previsión: Se trata de aquellos contratos en los que las partes tienen por fin precaverse o evitar
determinados “riesgos” propios de la vida en sociedad (v.gr. el contrato de seguro).
- De custodia: Aquellos donde existe una cosa ajena que se entrega para su guarda y conservación. V.gr. el
servicio de caja de seguridad.
- De Garantía: Se destaca aquel grupo de contratos en los que quien contrata busca brindar seguridad
respecto del cumplimiento de otro contrato (principal). V.gr. la fianza, promesa del hecho ajeno,
fideicomiso en garantía.

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- De transferencia de uso: Contratos en los que se pacta el uso y goce de una cosa, ya sea contra el pago de
un precio, o no. V.gr. La locación de cosas, el comodato, el arrendamiento rural.
- De colaboración o cooperación: Donde dos o más partes contratan en pos de una finalidad común, unen
sus esfuerzos. Aquí entran los contratos plurilaterales de organización societario, las uniones transitorias de
empresas, agrupaciones de colaboración, la franquicia, los contratos de agencias, la concesión, el mandato.
- De recreación: Su fin es el entretenimiento, siendo los principales los contratos de juego y apuestas.
- De gratuidad: Se realizan en pos de una liberalidad. V.gr. Renta vitalicia gratuita, donación.
- De crédito: La finalidad se puede hallar en la búsqueda de liquides (v.gr mutuo, préstamo bancario,
apertura de crédito) o en el acceso inmediato a determinados bienes que no podrían ser adquiridos al
contado.

Según la protección al orden público

Según la cooperación de las partes

Según la duración

- Contratos de ejecución inmediata y diferida: Los contratos de ejecución inmediata son aquellas
relaciones contractuales en que la prestación debe cumplirse o comenzar a cumplirse (según sea a su vez de
ejecución instantánea o de duración) al momento del perfeccionamiento del acuerdo de voluntades. En
cambio, los contratos de ejecución diferida son aquellos en donde deberá mediar un cierto tiempo para el
cumplimiento de la prestación, ya sea por la existencia de un plazo suspensivo o de una condición de igual
naturaleza.
- Contratos de ejecución instantánea y de duración: En los contratos de ejecución instantánea no existe una
extensión temporal entre el inicio y el fin de la ejecución de la prestación (independientemente de que
dicha ejecución haya sido inmediata a la celebración de la convención o diferida); el ejemplo clásico es el
de la entrega de la cosa y el pago al contando en la compraventa.
- ART 1011 CCyCN. Contratos de ejecución continuada (de duración) : Son aquellos donde se necesita de
una prolongación de tiempos para el cumplimiento de la prestación. Dicen Pizarro y Vallespinos que aquí
la prestación requiere de un cierto tiempo para su cumplimiento, sea que se trate de un tiempo corrido
(ejecución continuada), o de múltiples fracciones de tiempo separadas entre sí por intervalos iguales
(ejecución periódica) o desiguales (ejecución escalonada).

UNIDAD 2 ELEMENTOS, PRESUPUESTOS Y CIRCUNSTANCIAS DEL


CONTRATO
NOCIÓN

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En el art 957 del CCyCN encontraremos la definición de contrato: es el acto jurídico mediante el cual dos o más
partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales”.
Es de suma relevancia determinar cuales son los elementos de los contratos, ya que los mismos producen el
nacimiento del contrato y le otorgan validez. Estos elementos son considerados una necesidad normativa, un acto
de calificación al vínculo que produce efectos jurídicos obligatorios.
La doctrina ha realizado diversas clasificaciones sobre los elementos de los contratos. Tenemos la distinción
tradicional que clasifica a los elementos en: esenciales, naturales y accidentales. Por otro lado tenemos a la
distinción moderna que distingue entre elementos y presupuestos de validez (+ circunstancias).

Los principios de UNIDROIT sobre los Contratos comerciales internacionales de 2010 establece que “todo contrato
queda perfeccionado, modificado o extinguido por el mero acuerdo de las partes, sin ningún requisito adicional”
viendo en la doctrina la innecesariedad del objeto y la causa. No obstante ello en nuestro país se mantiene la
vigencia del consentimiento, el objeto y la causa como elementos esenciales de los contratos en coherencia con la
cultura y tradición jurídica.
El CCyCN establece en el capítulo III las reglas sobre consentimiento, en el capítulo IV incapacidad e inhabilidad,
en el capítulo V objeto, en el capítulo VI causa y en el capítulo VII forma.

DISTINCIÓN TRADICIONAL
La doctrina clásica distingue 3 clases de elementos de contratos: esenciales, naturales y accidentales:

● Elementos esenciales: Son aquellos que deben estar presentes en todos los contratos para que se produzca
su nacimiento. Ellos son:
a) El consentimiento: Se manifiesta con la oferta y la aceptación, es un acuerdo que se da entre los
contratantes a través de una declaración de voluntad común para que regulen sus derechos. El
consentimiento se vincula con el plano genético del contrato y es casualmente lo que le da su nacimiento.
b) La causa: Es la finalidad del contrato, los causalistas y neocausalitas lo consideran el elemento
indispensable para el nacimiento del contrato. Es la causa fin, finalidad, elemento teleológico indispensable
para la existencia del contrato. Responde a la pregunta “¿por qué es?”
c) El objeto: Puede ser extrapatrimonial, a diferencia de la prestación que debe tener contenido patrimonial
del interés. Debe ser lícito, posible, determinado o determinable. La composición del objeto inmediato es la
obligación de sus dos componentes (prestación e interés de la parte) para luego establecer que la exigencia
de la valoración económica sólo debe verificarse respecto de la prestación y sobre el interés. Responde a la
pregunta “¿qué es?”

● Elementos naturales: Son aquellas consecuencias que se derivan de la naturaleza jurídica de un


determinado contrato, de modo que se dan de pleno derecho sin necesidad de una manifestación expresa de

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las partes, siendo necesaria la voluntad para excluirlas o modificarlas. Ejemplos: cláusula resolutoria
implícita en los contratos bilaterales - art 1087. Lesión - art 332. Imprevisión- art 1091. Obligación de
saneamiento.
Estos elementos cobran entidad cuando se está en la etapa funcional del contrato, en estado de
cumplimiento del mismo. Según Aparicio estos no son elementos del contrato, sino que son efectos que la
ley adscribe regularmente a determinado tipo de contratos con respecto a los cuales las partes tienen un
poder dispositivo, en cuanto pueden suprimir o modificar tales consecuencias por mutuo consentimiento.

● Elementos accidentales: Son aquellos introducidos al contrato por las partes de común acuerdo, sólo es
necesaria la voluntad de los contratantes para añadirlos. Ejemplo: plazo, cargo, condición, entre otros como
cláusula de finalidad del contrato, lugar de pago, seña, resolutorias expresas, de responsabilidad o
irresponsabilidad, de distribución de gastos del contrato, etc.

DISTINCIÓN MODERNA: elementos, presupuestos de validez y circunstancias

Los presupuestos de validez existen independientemente de si el contrato se celebra o no, si el contrato se celebra,
estos deben existir para otorgar validez al mismo. Estos son:

● La capacidad de obrar: el contrato está conformado por dos o más partes, compuestas por uno o más
sujetos, los cuales deben ser capaces. El requisito de capacidad existe ya sea que se celebre o no un
contrato, pero si se lo celebra y el sujeto no es capaz, el negocio jurídico será inválido.
● El poder de disponer: si uno realiza un contrato de compraventa (acto dispositivo) y solo tiene poder de
administración, hay un problema de legitimación para contratar.
● La idoneidad del objeto: si el objeto es ilícito o imposible, el contrato se declara nulo.
● El consentimiento se manifiesta en las circunstancias del alrededor: tiempo, lugar, hechos económicos.
Las circunstancias son hechos jurídicos existentes al momento de la celebración y externos a la declaración
de la voluntad

Las circunstancias (art 165, inc. a) son el contexto o ambiente en el que se celebra el contrato, como así también
en el que se ejecuta o extingue. Básicamente está compuesta por el tiempo (ej: art 871 tiempo de pago) y el lugar
(ej: art 873 lugar de pago designado). Además de los hechos económicos, que en determinados supuestos pueden
resolver el contrato (ej: imprevisión art 1091).

TEORÍAS MODERNAS: TEORÍA UNITARIA Y TEORÍA SISTÉMICA

Teoría unitaria: Esta teoría de los elementos de los contratos surge para UNIFICAR el análisis de la formación y
los efectos, de los estatico y lo dinámico, a través de conceptos como la estructura y la función.
La estructura es el conjunto de elementos que están recíprocamente relacionados. Se estudian las relaciones entre
la declaración de voluntad, la forma, la causa, los presupuestos, el objeto, en una situación estática.

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La función es el conjunto de operaciones jurídicas susceptibles de calificación para la constitución, regulación,
interpretación, transmisión o extinción de las situaciones jurídicas subjetivas.
El contrato, entonces, es definido en base a la estructura (acuerdo de dos o más partes) y a la función (para
constituir, regular o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales). Esta teoría permite aprehender tanto el elemento
estático (estructura) como el elemento dinámico (función).

Teoría sistémica: Los enfoques estáticos y dinámicos son importantes pero insuficientes afirma Lorenzetti, el
contrato ha ensanchado su contenido, se ha descongelado y muestra una vitalidad enorme.
Sistema con diversos aspectos. Surge la noción de “operaciones económicas”; que se vale de varios contratos como
instrumentos para su realización. Es entendida como una organización autorreferente de elementos
interrelacionados de un modo autónomo. La autorreferencia, la autoorganización y la homeostasis son
características del sistema y estas buscan una estabilidad económica.
Para comprender la noción del contrato en un sistema jurídico hay que estudiar el resultado de la interacción de
todos estos elementos.

CONSENTIMIENTO. CONCEPTO Y MODOS DE MANIFESTACIÓN

El consentimiento es un elemento esencial del contrato, necesita dos voluntades diferentes aunque encaminadas a
un fin común. Es una fuente de las obligaciones cuando hay dos declaraciones de voluntad que, a través de la oferta
y la aceptación, coinciden en una declaración común.
La expresión consentimiento deriva del latin consensus, que proviene de cum y sentire (sentir con otro), expresión
que denota el acuerdo de dos o más voluntades, una coincidencia integral que tiene por resultado una idéntica
reglamentación de intereses, constituyendo el contenido contractual logrado a través de la oferta y la consecuente
aceptación.

La doctrina se encuentra dividida al definir el consentimiento:


1. Salvat: el consentimiento es siempre un acto bilateral consistente en el acuerdo de la voluntad de las partes.
2. Es un hecho individual que se traduce en la adhesión respectiva que resulta de la oferta de uno de los
contratantes y de la aceptación por el otro.
3. Es el acuerdo de voluntades de las partes y/o la conformidad o adhesión de cada una de las partes a las
condiciones del contrato.
4. Ruggiero sostiene que el consentimiento es el acuerdo de dos declaraciones de voluntad que partiendo de
dos sujetos diversos se dirigen a un fin común, fundiéndose.

La voluntad como fuente para producir obligaciones es un tipo de voluntad calificada por el derecho, indicada en el
art. 260 “el acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad”. Debemos agregar que esta
voluntad debe estar libre de vicios y debe exteriorizarse para producir efectos jurídicos (art. 262).

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A través de la ley 26.994 (aprobación del nuevo CCyCN) se incorporaron tres normas fundamentales en lo que a
manifestación de la voluntad se refiere. Ellas son:
● Art 262: “Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos
inequívocos o por la ejecución de un hecho material”
● Art 263: “Silencio como manifestación de la voluntad” . El silencio no se considera una forma de
manifestación de la voluntad, excepto disposición en contrario. En el derecho privado “el que calla NO
otorga”.
● Art 264: “Manifestación tácita de la voluntad”. Resulta de los actos por los cuales se puede conocer la
voluntad con certidumbre. Carece de eficacia cuando la ley o la convención exigen manifestación expresa.
Esta no está destinada principalmente a la emisión de tal voluntad, es decir, no tienen por finalidad
contratar o no hacerlo, sino que tienen por fin la realización de algún acto del cual se deduce la voluntad de
contratar.

Los modos de manifestación, podrán ser directos o indirectos.


La manifestación directa es aquella destinada a hacer conocer al destinatario de manera precisa e inmediata, lo
que el declarante quiere expresar, y podrá ser 1- mediante comportamientos declarativos, que revelen en forma
directa una intención de obligarse (verbal, escrito, signos) 2- comportamientos no declarativos, son actos de
ejecución de los cuales se deduce una declaración.
La manifestación indirecta, es aquella que se exterioriza mediante actos que normalmente, no tienen esa función
y no tienen por fin directo e inmediato expresar la voluntad pero que son incompatibles con una voluntad distinta a
la que “expresan”. Ej. heredero que vende bienes de la sucesión manifiesta indirectamente su aceptación de la
herencia.

TÉRMINOS DEL CONSENTIMIENTO: OFERTA Y ACEPTACIÓN


NOCIÓN
El art 971 nos habla sobre la formación del consentimiento. Dispone que los contratos se concluyen con la
aceptación de una oferta o con una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un
acuerdo.
La formación del consentimiento requiere de la recepción de una oferta que debe reunir los requisitos establecidos
en el art 972 y cuya aceptación puede ser expresada por el destinatario en forma expresa o, en algunos supuestos, a
través del silencio (modos de aceptación- Art 979). El proceso de formación del consentimiento puede darse
entre presentes o entre ausentes (conf. art 974 y 980)
El proceso de formación del consentimiento puede ser instantáneo o producto de tratativas contractuales, puede ser
celebrado entre partes o entre ausentes.

OFERTA

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La oferta está conceptualizada en el art 972, donde se la describe como la manifestación dirigida a una persona
determinada o determinable, con la intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer
los efectos que debe producir para ser aceptada.
La oferta es un acto jurídico prenegocial, unilateral y recepticio que da cuenta de la exteriorización de la voluntad
de quien la formula, orientada a que el contrato se concrete.
La intención de obligarse con la oferta se presume salvo que fuese con fines de enseñanza o locandi, o bien se
exprese con la frase ad referéndum “sin compromiso” sujeto a revisión.

Caracteres de la oferta
● Debe ser formulada con la intención de obligarse (es vinculante): debe ser una manifestación de voluntad
seria, destinada a crear, modificar o extinguir un contrato.
● Debe estar destinada a una persona determinada o determinable, por ser recepticia debe ser transmitida a
terceros
● Debe ser completa y autosuficiente: debe ser precisa, estar referida a un contrato en especial y contener
los detalles necesarios para conocer los efectos que causaría su posterior aceptación.

ARTÍCULO 974.- Fuerza obligatoria de la oferta. La oferta obliga al proponente, a no ser que lo contrario
resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las circunstancias del caso.

La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de
plazo, sólo puede ser aceptada inmediatamente.

Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de plazo para la aceptación, el proponente queda
obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por los
medios usuales de comunicación.

Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que contenga una
previsión diferente.”

La norma se refiere a la oferta a persona determinada y determinable, pudiéndose distinguir entre:


a. Oferta simple: puede ser revocada en cualquier momento, puede retractarse.
b. Oferta con lapso: el emisor se compromete a mantener los términos de la oferta por un lapso determinado,
cuyo cómputo se formula desde la recepción de la propuesta por el destinatario.
c. Oferta irrevocable: es una facultad del oferente, quien renuncia unilateralmente a la prerrogativa de
retractación que le brinda el Código.

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La retractación de la oferta: el principio es que la oferta puede ser retractada, revocada, retirada, en tanto y en
cuanto la comunicación de su retiro sea recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta.
Caducidad de la oferta: la oferta caduca cuando el proponente o el destinatario de ella fallecen, o se incapacitan,
antes de la recepción de su aceptación. También el vencimiento del término o plazo de la oferta y el rechazo de la
oferta causan su caducidad.

ACEPTACIÓN
El art 978 del CCyCN conceptualiza la aceptación. Dispone que para que el contrato concluya la aceptación
debe prestar plena conformidad con la oferta. Cualquier nueva modificación que quiera añadir el
destinatario de la oferta importará la propuesta de un nuevo contrato. El principio general es que cualquier
observación y/o modificación formulada a la oferta por parte del destinatario al momento de la aceptación,
se entiende como una contraoferta. Pero las modificaciones pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica
de inmediato al aceptante.

¿Qué es la aceptación? Es una declaración unilateral de voluntad, emitida por el destinatario de una oferta,
recepticia, y dirigida al proponente con la finalidad de perfeccionar el contrato.
Los requisitos de la aceptación son:
● Que se trata de una declaración unilateral de voluntad, es una respuesta afirmativa a la oferta.
● Tiene carácter de recepticia porque la obligación del aceptante surge de la recepción por el oferente de su
conformidad con la oferta.
● Debe ser totalmente congruente con la oferta recibida.
● Supone la existencia de una oferta subsistente.
● Debe ser lisa y llana, se une a la oferta y dan nacimiento al contrato.

Retractación de la aceptación: sigue idénticos lineamientos que en la retractación de la oferta, “la aceptación
puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que ella”

Entre presentes
cuando es
La aceptación manifestada
PERFECCIONA
EL CONTRATO Entre ausentes, si
es recibida por el
proponente
durante el plazo
de vigencia de la
oferta

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Contrato entre presentes Contrato entre ausentes Contratos celebrados a distancia

Los contratos entre presentes La oferta se realiza a una persona Son aquellos concluidos entre un
refieren a la “inmediatez” distante geográficamente, no proveedor y un consumidor con el
existente entre la oferta y la presente, sin un medio instantáneo uso exclusivo de medios de
aceptación, puede darse que ambos de comunicación, o también comunicación a distancia, los que
contratantes se encuentren en el cuando existe un plazo de pueden ser utilizados sin la
mismo sitio geográfico o a aceptación aun estando las partes presencia física simultánea de las
distancia pero en contaco por presentes en el mismo lugar o partes contratantes. Ej. medios
medios de comunicación distinto lugar con medio de postales, electrónicos,
instantáneos y sin fijación de comunicación instantáneo. telecomunicación, radio,
plazo para la aceptación de la televisión…
oferta.

La oferta hecha a persona presente La oferta a una persona que no está


o formulada por un medio de presente sin fijación de plazo de
comunicación instantáneo, sin aceptación, el proponente queda
fijación de plazo, sólo puede ser obligado hasta el momento en que
aceptada inmediatamente. puede razonablemente esperar la
recepción de la respuesta.

¿Qué es la recepción? La manifestación de voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce o
debió conocerla, trátese de comunicación verbal, de recepción en su domicilio de un instrumento pertinente, o de
otro modo útil.
¿Por qué es importante el momento de perfeccionamiento del consentimiento? Porque hasta ese momento el
oferente que se haya reservado el derecho de retractar la oferta puede hacerlo, también constituye el punto de
partida para el cómputo de los plazos fijados en el contrato para el cumplimiento de las prestaciones y para el
cómputo de la prescripción.

OFERT ACEPTACI PERFECCIÓN


A ÓN DEL
CONSENTIMIE
ES ES NTO
RETRACTADA RETRACTA
POR EL NO SE
DA
OFERENTE PERFECCIONA
CADUC EL
A CONSENTIMIEN
ES TO
RECHAZAD
A

Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas

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El CCYCN, lo define en el art. 984 como aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas
generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya
participado en la redacción.
Es un modo celebratorio, en cual para la configuración del contenido, solo interviene una parte (predisponente) a
la cual la otra parte (adherente) aceptará o no. Puede ser aplicado a cualquier supuesto de contrato confeccionado
mediante esta modalidad de otorgamiento del consentimiento.

Que las condiciones hayan sido creadas por una sola de las partes, no excluye su carácter contractual, siendo la
adhesión una aceptación, que perfecciona el consentimiento. Se une la forma de expresar el consentimiento que
es la adhesión, al contenido del mismo, que son las cláusulas generales predispuestas establecidas por el
predisponente o un tercero.

En principio, las partes no negocian las cláusulas del contenido contractual, ya que una de ellas fundada en su
mayor poder de negociación, predispone el contenido y la otra adhiere. El contenido predispuesto puede ser
utilizado para celebrar tanto un contrato paritario como así uno de consumo.

¿Cuáles son sus características?

1. una oferta general y permanente


2. el oferente goza de un monopolio de hecho o al menos de una gran fuerza económica
3. el objeto del contrato es la prestación de un servicio de utilidad pública
4. la oferta se instrumenta como contrato cuyas condiciones generales son presentadas en bloque a los
diversos destinatarios
5. existe un conjunto de cláusulas favorables para quien las formula

En el art. 985 el ccyc establece los requisitos, y aclara que deberán ser, comprensibles y autosuficientes, la
redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible. Se tienen por no convenidas aquellas cláusulas que
efectúan un reenvío a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente.

En caso de incompatibilidades entre cláusulas generales y predispuestas, prevalecerán las cláusulas particulares,
(art.986) dando preeminencia a la autonomía de la voluntad. Las cláusulas particulares son aquellas que
negociadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o interpretan una cláusula general. La aprobación
administrativa de las cláusulas generales no obsta a su control judicial.

Tratativas contractuales
Título II del Libro tercero Derechos personales, en el capítulo 3, formación del consentimiento, en la sección 3° y
4° hace referencia a las tratativas contractuales y contratos preliminares.

25
El art. 990 del CCYCN sienta el principio general de la libertad de negociación, diciendo que las partes son
libres para promover tratativas dirigidas a la formación del contrato y para abandonarlas en cualquier momento.
Las negociaciones previas al logro del consentimiento no son en principio vinculantes, pudiendo las partes dejarlas
de lado en cualquier momento sin que surja responsabilidad alguna si han actuado dentro de los cánones de
razonabilidad y buena fé.

Entendiendo que el contrato tiene tres momentos, que son la generación de las tratativas, la perfección y la
consumación.
La ETAPA PRECONTRACTUAL es legislada por el CCyC, la doctrina distingue en ella varios pasos: las
tratativas preliminares, la confección de una minuta o borrador, el intercambio de cartas de intención y los acuerdos
parciales. Las tratativas preliminares, no son idóneas para concluir el contrato, pero tienen por fin llegar a él.
Este momento es donde cada parte elabora el contenido de su declaración de voluntad en búsqueda de la formación
del consentimiento.

Siguiendo en la redacción del ccyc el art. 991 dispone que en las tratativas preliminares las partes deben obrar de
buena fe, que implica que la conducta de las partes sea correcta y leal, acorde a sus acciones pasadas. El
incumplimiento generará la obligación de resarcir los daños acaecidos. Existe responsabilidad precontractual por
el enriquecimiento sin causa.

El art. 992 establece el deber de confidencialidad, las partes celebran aclarar y definir que es confidencial, para
controlar y evitar que se divulgue. La ley 24766 “ley de confidencialidad” establece que las personas físicas o
jurídicas podrán impedir que la información que esté legítimamente bajo su control se divulgue a terceros o sea
adquirida o utilizada por terceros sin su consentimiento, de manera contraria a los usos comerciales honestos,
mientras dicha información sea secreta, tenga por ello un valor comercial y haya sido objeto de medidas razonables
para la preservación de su carácter secreto. La información confidencial suele ser el activo principal de muchas
empresas y por ello es que para proporcionarla suele exigirse un pacto o acuerdo de confidencialidad donde se
prevén las penalidades de su incumplimiento.

El art 993 declara lo relativo a las cartas de intención, que será donde las partes expresan el consentimiento sobre
qué bases negociarán, limitado a cuestiones relativas a un futuro contrato, son de interpretación restrictiva, tendrán
fuerza obligatoria de la oferta si se cumplen sus requisitos.

Teoría de la punktation (puntualización): la realidad negocial moderna impone que se le asignen efectos jurídicos
cuando los contratos sean celebrados paso a paso, dado que puede avanzarse hasta cierto punto en la negociación
quedando pendiente otros aspectos entre idas y venidas de la negociación. Por ello el acuerdo se tiene por celebrado
y el juez puede llegar a proveer los puntos secundarios teniendo en cuenta la naturaleza del negocio jurídico si se
tienen los elementos esenciales del contrato establecido por las partes.

26
Contratos preliminares
Es un contrato propiamente dicho, ya existe acuerdo de voluntades pero con una finalidad muy particular de la
realización de un futuro contrato.

Es el que contiene un acuerdo sobre los elementos esenciales particulares que identifiquen el contrato futuro
definitivo. Surge del concepto dado de que las partes han alcanzado un acuerdo sobre las bases esenciales de la
negociación, pero falta conformidad sobre las cláusulas secundarias u ocurre que ellas necesitan un estudio más
profundo de todas las implicancias del contrato para dar el consentimiento definitivo. Si las partes firmaron un
contrato preliminar, es porque han dejado atrás las tratativas preliminares y han avanzado sobre la etapa
contractual. Tipificado desde el art. 994 al 996

El objeto de estos contratos versa sobre una obligación de hacer consistente en el perfeccionamiento de un contrato
definitivo. Según el ccyc “los contratos preliminares deben contener el acuerdo sobre los elementos esenciales
particulares que identifiquen el contrato futuro definitivo” Es decir sus elementos tipificantes por ejemplo, la cosa y
el precio en la compraventa.

Tienen plazo de un año de caducidad, la caducidad extingue el derecho no ejercido, a diferencia de la


prescripción sus plazos no se suspenden ni se interrumpen, la caducidad es irrenunciable y puede ser declarada de
oficio por los jueces.

Hay dos especies de contratos preliminares:

1. la promesa de celebrar un contrato donde las partes se obligan a celebrar un futuro contrato (no se aplica
a los contratos con formalidad absoluta)
2. el contrato de opción donde se conviene una opción de concluir un contrato definitivo, otorgándole al
beneficiario del mismo el derecho irrevocable de aceptarlo

Acuerdos parciales
La formación progresiva del contrato en caso de reunir los requisitos que el legislador ha contemplado
expresamente, harán susceptibles de concreción al contrato.
Son aquellos tipificados en el art 982 “los acuerdos parciales de las partes concluyen el contrato si todas ellas, con
la formalidad que en su caso corresponda, expresan su consentimiento sobre los elementos esenciales particulares.
En tal situación el contrato queda integrado conforme las reglas del Capítulo 1. En la duda el contrato se tiene por
no concluido. No se consideran acuerdo parcial la extensión de una minuta o de un borrador respecto de alguno de
los elementos o todos ellos”
Existe un avance en las negociaciones en dónde se ha llegado a un acuerdo parcial en el contenido contractual, el
cual mínimamente deberá comprender los “elementos esenciales particulares” del contrato, pudiendo quedar
pendientes los demás elementos del contenido contractual: son más que tratativas contractuales pero menos que
contratos definitivos propiamente dichos.

27
INCAPACIDAD E INHABILIDAD PARA CONTRATAR

CAPACIDAD DE LA PERSONA HUMANA


Es el grado de aptitud que el ordenamiento jurídico reconoce a las personas para ser titulares de derechos y deberes
jurídicos y para el ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos y el cumplimiento de las obligaciones
que implican los mencionados deberes. Es la aptitud de la persona para ser titular de relaciones jurídicas y contraer
obligaciones. Tiene tratamiento en el Libro primero del CCyCN -parte general- dentro del título I -persona
humana- en el capítulo 2 de capacidad.
El reconocimiento de la capacidad y su regulación constituyen materia de órden público en el ordenamiento
jurídico, no pueden las partes efectuar concesiones o pactos al respecto que importen desconocer normas
imperativas. La regla es la capacidad.

TODAS LAS PERSONAS SON TITULARES DE CIERTOS DERECHOS, es decir, TODAS LAS PERSONAS
GOZAN DE LOS DERECHOS QUE HACEN A SU DIGNIDAD PERSONAL Y PUEDEN HACER VALER
ESOS DERECHOS FRENTE A OTROS PARTICULARES Y FRENTE AL ESTADO, quien asume incluso
obligaciones para hacer eficaces las declaraciones programática del ordenamiento constitucional.

Lo anterior choca con la concepción de capacidad e incapacidad del Siglo XIX, según la cual el incapaz de hecho
carecía totalmente de aptitud, salvo supuestos excepcionales.
La idea que predomina en la materia actualmente, es afirmar la autonomía de los seres humanos para
participar de las decisiones que hacen a su persona y en su caso, proteger al incompetente de los efectos
nocivos de una mala elección mediante un sistema amplio de asistencia que promueva su intervención, no su
desplazamiento.
Estas decisiones pueden ser, por ejemplo, respecto al cuidado del propio cuerpo, la libertad, honra, privacidad,
imagen y en general sobre todos los derechos personalísimos, conforme al grado concreto de discernimiento
(aptitud de distinguir el bien del mal), de comprensión y de madurez alcanzada, sin sujetarse a una franja
etaria determinada o al no padecimiento de una enfermedad mental.

CAPACIDAD PROGRESIVA
El reconocimiento de aptitud en los sujetos no ya en función exclusivamente de su edad, sino a medida que van
adquiriendo madurez suficiente para la celebración de ciertos actos o la toma de algunas decisiones. Se
desprende de ello que se pretende que las personas gocen de su autonomía personal. En los últimos años, se lo ha
vinculado con los actos de disposición del propio cuerpo, como el consentimiento para tratamientos médicos o
cuestiones relacionadas a la capacidad reproductiva. Este concepto debe estar reservado para el ejercicio de
derechos no patrimoniales. La restricción de las capacidades contractuales solo tiende a proteger el patrimonio de
quienes no tienen el desarrollo intelectual o psíquico para manejarlo.

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La capacidad progresiva no es un concepto nuevo en nuestro derecho, ya se encontraba consagrado en nuestra
legislación antes del CCCN. El Código Civil de VS preveía categorías rígidas de menores/mayores de edad,
incapaz absoluto/relativo. Es cierto que los menores se encontraban en una situación básica de incapacidad, pero el
ordenamiento iba ampliando paulatinamente (progresivamente) su capacidad, facultándolos a realizar ciertos actos
por sí solos o con la asistencia de sus padres o tutor. Sin embargo, la ampliación de capacidad era para realizar
actos patrimoniales (ej. adquirir posesión de cosas desde los 10 años) mientras que nuestra legislación fue
ocupándose de la aptitud de los incapaces para ejercer su capacidad de forma progresiva en aspectos relacionados a
su persona y sus derechos personalísimos.

La capacidad como presupuesto de validez de los contratos: la capacidad en la doctrina moderna ya no es


considerada un elemento sino que se la entiende como un presupuesto del contrato, es decir, está ANTES DE
CONTRATAR: se tiene o no capacidad, independientemente de que se realice el negocio jurídico.

CAPACIDAD DE DERECHO CAPACIDAD DE EJERCICIO

Toda persona humana goza de la La facultad de poder ejercer el propio sujeto los derechos
aptitud para ser titular de y deberes jurídicos de los cuales es titular
derechos y deberes jurídicos En principio, toda persona humana puede ejercer por sí misma
Es inherente al ser humano, indesligable sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en
de su propia naturaleza. este Código y en una sentencia judicial. (art 23) El principio es de
No se concibe a la persona totalmente capacidad plena.
privada de la capacidad de derecho u El fundamento de las restricciones a la capacidad de ejercicio se da
obligaciones. en la falta de edad y grado de madurez suficiente (menores de
No existen incapaces de derecho, sino edad) /ineptitud (personas con capacidad restringida). También
incapacidades de derecho (ej. el casado no puede darse la absoluta imposibilidad material de ejercer los
puede casarse nuevamente, mientras siga derechos (personas por nacer) o la imposibilidad de interactuar
casado) con su entorno y expresar su voluntad (personas incapaces).
Estas incapacidades de derecho tratan de Frente a dichas circunstancias, el legislador declara a la persona
proteger el orden público/principios incapaz o le restringe su capacidad a fin de protegerla en el
superiores ejercicio de sus derechos patrimoniales o ayudarla en la toma de
decisiones sobre el ejercicio de sus derechos personalísimos

Personas con capacidad restringida


Son aquellas que padecen una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente

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gravedad, siempre que se estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar un daño a su
persona o sus bienes.

Personas incapaces
El art. 32 autoriza a declarar la incapacidad absoluta de la persona que se encuentre imposibilitada de
interaccionar con su entorno y expresar su voluntad de cualquier modo. Representadas por un curador.
Según el art. 24 son personas incapaces las personas por nacer, quienes no cuenten con la edad y grado
de madurez suficiente y la persona declarada incapaz por sentencia judicial.

Son incapaces de ejercicio la persona por nacer (incapacidad de ejercicio absoluta), la persona que no cuenta con la
edad o grado de madurez suficiente, y la persona declarada incapaz por sentencia judicial.

SISTEMA DE PROTECCIÓN Y APOYOS de las personas con capacidad restringida y los


incapaces

Forma de sustitución de la voluntad que resulta excepcional. El art. 100 sienta el principio general:
las personas incapaces ejercen por medio de sus representantes los derechos que no pueden
ejercer por sí. El art. 26 establece lo mismo respecto a los menores.
El representante sólo podrá reemplazar la voluntad del representado cuando el ordenamiento
REPRESENTA jurídico no lo faculte para actuar por sí mismo.
CIÓN ¿Quiénes son los representantes según cada caso? (art 101)
Personas por nacer: Sus padres, en forma conjunta, según el art. 641.
Menores de edad no emancipados: Sus padres, o tutores legales en caso de incapacidad o
capacidad restringida de los padres.
Personas con capacidad restringida: Conservan su capacidad, pero la sentencia puede restringirla
para determinados actos, en relación a los cuales, el juez debe designar el o los apoyos necesarios.
Los incapaces: En tal caso el representante es el curador.

Sistema de asistencia que debe ser adaptado con los apoyos que, para caso en particular,
determine el juez.
Las personas con capacidad restringida y las inhabilitadas (pródigos) son asistidas con los
apoyos designados en la sentencia respectiva y en las leyes especiales.
Los apoyos consisten en cualquier medida judicial o extrajudicial que facilite a la persona la
ASISTENCIA toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes y celebrar actos jurídicos en
CON APOYO general. Estos apoyos podrán confiarse a personas o instituciones cuya misión no es suplantar la
voluntad del asistido, sino promover su autonomía y favorecer las decisiones que respondan a sus
preferencias e intereses. Es una forma de protección flexible y adecuada a las circunstancias de
cada persona.
La idea es siempre favorecer la autonomía en la toma de decisiones. Quien asiste al restringido sólo
podrá intervenir en los actos que el juez disponga en su sentencia y con la modalidad de actuación
que establezca ese decisorio.

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El ejercicio de la representación y de la asistencia está sujeto al control judicial, ya que en todos
los supuestos se trata de proteger el interés del menor de edad, del incapaz o de la persona con
capacidad restringida, resguardando de los perjuicios que pudieran ocasionarse a su persona, bienes
CONTROL y facilitando su autonomía.
JUDICIAL El ejercicio de la responsabilidad parental está expuesta a control judicial para dilucidar situaciones
conflictivas o para preservar el interés superior del niño. Los asistentes y apoyos están sujetos a
control judicial para evitar conflictos de intereses o una influencia indebida.

TUTELA CURATELA

No tiene por finalidad gobernar la persona y los bienes del La función del curador será optimizar
menor de edad sin padres que pudieran ejercer la patria las condiciones de vida de la persona
potestad, como lo era en el régimen anterior. protegida, orientando su actividad hacia
Hoy se pone énfasis en una función de protección integral la recuperación.
de la persona y bienes del niño, niña o adolescente que
carezca de persona que ejerza la responsabilidad
parental.

INCAPACIDAD EN EL ÁMBITO CONTRACTUAL


En el ámbito contractual, los menores son incapaces de ejercicio, salvo excepciones que el ordenamiento jurídico
consagra, permitiendo a los menores y adolescentes realizar algunos contratos. Como ser los contratos de menor
cuantía, el contrato de mandato, los actos jurídicos no negociables.

¿Qué sucede si una persona con capacidad restringida contrata antes de ser declarada tal por sentencia
firme?
Como la capacidad se presume, en ausencia de una sentencia que decrete tal situación excepcional de la persona
humana (no está inscripta como tal en el Registro Civil), el acto solo podrá ser declarado nulo en tanto produzca un
perjuicio a la persona con capacidad restringida y además, que se de alguno de los siguientes requisitos:
a. que la enfermedad mental sea ostensible a la época de la celebración del acto
b. que quien contrató con él haya sido de mala fé
c. que el acto haya sido a título gratuito

¿Qué sucede si contrata luego de la sentencia, realizando algún acto prohibido por la misma?
Sólo bastará con acreditar la fecha del acto y que el mismo se encuentra dentro de las prohibiciones o límites
impuestos por el magistrado en sentencia para poder lograr la nulidad pretendida.

La sanción de los actos realizados por los incapaces de ejercicio es la nulidad. Dicha nulidad es relativa porque
la ley la impone en protección del interés de los incapaces.

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El penado interdicto es otro caso de inhabilitación absoluta cuando la condena penal de reclusión o prisión supera
los tres años, lleva la consecuencia accesoria de inhabilitación absoluta por el tiempo que dure la condena, el
condenado no puede administrar ni disponer sus bienes por acto entre vivos.

La incapacidad e inhabilidad para contratar se trata dentro de la parte general de los contratos (Libro II, Título II)
en el capítulo 4, esto forma parte de la incapacidad de derecho.

1) ACCIÓN DE NULIDAD RELATIVA POR FALTA DE CAPACIDAD DEL CONTRATANTE

Efectos derivados de aquellos supuestos en que una persona menor de edad, con capacidad restringida,
inhabilitada o con incapacidad, contrate infringiendo su marco de autodeterminación delimitado por la ley
o sentencia judicial.
Art. 1000 “Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad
restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo que ha
pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad restringida y en
cuanto se haya enriquecido.”
Esta es una disposición legal, que busca tutelar los intereses del incapaz, ante el posible perjuicio que
pueda sufrir por un aprovechamiento de su situación de vulnerabilidad o por falta de discernimiento y en
consecuencia una voluntad viciada.
Esta nulidad de la que habla el artículo es nulidad relativa. Hay que distinguir que no sigue el principio
general de los contratos nulos, que es el de volver las cosas al estado anterior. Ya que aquí, a decir de
Lorenzetti, cuando el acto es declarado nulo, tiene el efecto de que debe devolverse al incapaz aquellos
bienes o sumas de dinero que entregó en razón del contrato, pero la persona capaz, no tendrá derecho a
reclamarlos, salvo que haya enriquecido al incapaz y en la medida de su enriquecimiento.
Cuando el incapaz obró con dolo, no tendría acción de nulidad.

2) INHABILIDADES PARA CONTRATAR

Siguiendo la redacción del CCYCN el art. 1001 describe las inhabilidades para contratar, diciendo que no
pueden contratar, interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme
a disposiciones especiales. Y aclara al final que los contratos que están prohibidos para determinados
sujetos, tampoco pueden ser otorgados a otra persona. Reafirma el enunciado de que la incapacidad de
derecho no puede ser suplida ni con la actuación de representantes legales.
De manera no taxativa, tienen inhabilidades para contratar:
A. Los tutores no pueden celebrar actos prohibidos a los padres, respecto de sus hijos menores.
B. Igual situación se da con respecto a los curadores con respecto a los bienes de la persona incapaz.

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C. Los progenitores no pueden celebrar contrato alguno con los hijos que se encuentran bajo su
responsabilidad parental, excepto que sean donaciones sin cargo.
D. El consignatario no puede comprar ni vender para sí las cosas comprendidas en
consignación.
E. En el contrato de fideicomiso existe en cabeza del fiduciario la prohibición de adquirir para sí
los bienes fideicomitidos.
F. Se encuentra prohibido al corredor adquirir por sí o por interpósita persona efectos cuya
negociación le ha sido encargada y tener cualquier clase de participación o interés en la
negociación o con los bienes comprendidos en ella.
G. No pueden celebrar contrato de comodato, ni los tutores, curadores y apoyos, respecto de los
bienes de las personas incapaces, bajo su representación; ni los administradores de bienes
ajenos, públicos o privados, respectos de los confiados en su gestión, excepto que tengan
facultades expresas.
H. Los tutores y curadores, no pueden recibir donaciones de quienes han estado bajo su tutela o
curatela antes de la rendición de cuentas y pago de cualquier suma que hayan quedado
adeudándoles.
I. El fallido no puede contratar sobre bienes de la quiebra objeto del desapoderamiento.
J. Los directores de sociedades anónimas, sólo pueden celebrar con la sociedad los contratos que sean
de actividad en que ésta opere, y siempre que concierten en condiciones de mercado, en tanto que
aquellos contratos que no reúnan esas condiciones, solo pueden celebrarse previa aprobación del
directorio o conformidad de la sindicatura si no existiese quórum.
3) INHABILIDADES ESPECIALES.
Enumeradas enunciativamente en el art. 1003 del CCYCN, No pueden contratar en interés propio:
● Los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han
estado encargados; corresponde aclarar que se da en quienes, ya sea por voluntad popular o por
nombramiento, tienen potestad decisoria para conformar válidamente la voluntad estatal, ya sean de planta
permanente o transitoria. El funcionario público es todo el que participa accidental o permanentemente en
el ejercicio de funciones públicas sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente.
● Los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto
de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido; se da por razones
éticas y morales. No sólo jueces o funcionarios, sino todos aquellos que tengan una vinculación con
procesos en donde se encuentren los bienes objetos. Prima el principio protectorio sobre la correcta
administración de justicia eminente del orden público.
● Los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido; tiene como finalidad preservar la actuación ética del profesional del derecho, que deberá
beneficiar los bienes del cliente y no los propios.

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● Los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí. La prohibición se da ya que uno puede utilizar la
influencia afectiva sobre el otro y aprovechar la relación afectiva como medio de enriquecimiento, también
respecto a terceros uno podría insolventarse transfiriendo el dominio de sus bienes al otro cónyuge. Hay
que señalar que hay excepciones en el ccyc como el mandato, y también fuera de él, donde se les permite a
estos asociarse entre sí.
● Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.

OBJETO

Metodología. Se encuentra en el Libro III, Título II, Capítulo 5 con una remisión a la Sección 1°, Capítulo 5, Título
IV del Libro Primero: al objeto de los actos jurídicos en cuanto los contratos son actos jurídicos bilaterales. (Art.
279, 280, 1003, 1004 a 1011)

El objeto, junto a la causa y al consentimiento, conforma los elementos esenciales de los contratos, los cuales
son exigidos para la validez del negocio jurídico.

El CCYCN no define propiamente al contrato, pero hay varias nociones del concepto del objeto del contrato. La
perspectiva tradicional considera que el contrato no tiene objeto, sino que tiene efectos, constituidos en la
producción de obligaciones. Es criticada porque el objeto no puede identificarse con los efectos porque el objeto es
un elemento estructural y los efectos devienen de la instancia funcional del contrato.

Otra corriente de opinión, dice que hay una distinción entre objeto mediato e inmediato, el objeto mediato es
aquella cosa, o hecho en base al interés del acreedor (ej. cosa que se vende) el inmediato es aquella obligación
creada para las partes (ej. obligación de dar).

Para BORDA “el objeto de los contratos es la prestación prometida por las partes, el bien o el hecho, sobre la que
recae la obligación contraída.

La otra teoría dice que el objeto es la operación jurídica que las partes pretenden realizar, en donde el contrato es
la operación jurídico-económica que las partes pretenden realizar con el propósito de crear, modificar, transmitir, o
extinguir relaciones jurídicas obligacionales. El objeto es la operación jurídica que las partes pretenden realizar.

Es de la opinión de la cátedra que EL OBJETO DE LOS CONTRATOS SON LOS HECHOS, POSITIVOS O
NEGATIVOS Y LOS BIENES (cosas y derechos) QUE RESPONDEN A LA PREGUNTA ¿qué se contrata?

REQUISITOS. Presupuestos o requisitos de validez del objeto

En principio podrían ser objeto del acto jurídico cualquier bien o conducta, que reúna los siguientes requisitos.

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El CCYCN en el art. 279 aclara las prohibiciones respecto al objeto de los contratos, ya que no debe ser un hecho
imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los
derechos ajenos, tampoco un bien que haya sido prohibido por un motivo especial.

Teniendo eso como línea base el art. 1003 da los requisitos propiamente del objeto diciendo que deberá ser:

● Lícito
● Posible
● Determinado o determinable
● Susceptible de valoración económica
● Interés de las partes, aunque no sea patrimonial
● También siguiendo la creciente tutela al medio ambiente seguida por nuestro ordenamiento, no
deberá afectar al funcionamiento del ecosistema.

LICITUD. La operación jurídica considerada por las partes debe referirse a hechos que no estén prohibidos por las
leyes, se destacan nuevos límites de la autonomía individual, que no sean contrarios a la moral, a la dignidad de la
persona, como así tampoco el cuerpo humano, y todos aquellos cosas que se encuentran fuera del comercio.

Los supuestos de ilicitud son:

● Objeto prohibido por las leyes. Prohibiciones legislativas específicas.


● Objeto contrario a moral y a las buenas costumbres. La moral de la media poblacional, debe aplicarse
un estándar objetivo y no una visión particular del intérprete. Por ejemplo, un contrato con objeto de hacer
la tesis final de una carrera de grado.
● Objeto contrario al orden público. Con sanción de nulidad del negocio jurídico del caso, por ejemplo los
derechos del consumidor.
● Objeto contrario a la dignidad de la persona humana. Ejemplo contratar para hacerse “payaso” de circo
por tener alguna particularidad corporal y recibir una contraprestación por la humillación.
● Contratos lesivos de bienes a terceros. Los contratos no pueden perjudicar derechos de terceros. Ej.
simulación ilícita, fraude a los acreedores.
● Contratos vinculados con la disposición de una persona sobre su propio cuerpo.

POSIBILIDAD. Es un requisito estructural del objeto, que se determina al momento de la celebración, habrá
dos tipos de posibilidad:

1) Posibilidad material o física, no deberá ser contrario a las leyes de la física o la naturaleza, aquellas cosas
que no existan no producirán efecto. La imposibilidad no debe ser subjetiva ni constituir una mera
dificultad, el impedimento se vincula con la imposibilidad material, absoluta y total y debe ser originaria y
no sobreviniente. Si es sobreviniente, el acto será válido pero podrá tornarse ineficaz ya sea por

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imposibilidad de cumplimiento inculpable o por culpa de alguna de las partes. Ejemplo de hechos
imposibles son tocar el cielo con las manos, prometer un resultado que ya se ha producido por causas
naturales.
2) Posibilidad jurídica, se puede confundir con el presupuesto de ilicitud, hay que distinguir que el hecho
jurídicamente imposible es aquel el ordenamiento no lo ha previsto o regulado, es decir no podrá tener
existencia válida y eficaz, a diferencia del objeto ilícito, existe en el ordenamiento, es decir es posible
material y jurídicamente, pero el ordenamiento lo reprueba, es decir, está vedado por él. El hecho
jurídicamente imposible es el que no puede producirse o llegar a tener existencia válida y eficaz en un
determinado ordenamiento jurídico, por cuanto no está previsto o regulado por él.

DETERMINABILIDAD. La determinación debe existir al tiempo de celebración del contrato, o bien


establecerse el mecanismo por el cual se alcanza la determinación en el cumplimiento. Si el objeto se refiere a
bienes, deberán estar determinado en su especie y género, es decir la cosa siempre deberá estar individualizada con
precisión. Pudiendo la cantidad estar sujeta a determinación.

La determinación por un tercero, se puede dar cuando las partes acuerdan que el objeto lo determine un experto en
el área, que es tercero, éste deberá ajustarse a lo que hubieran convenido las partes. En caso de ser imposible la
determinación del tercero se puede requerir a la determinación judicial por un proceso sumarísimo.

PATRIMONIALIDAD. Susceptible de valoración económica. El código anterior, determinaba que la prestación


objeto del contrato, ya sea una obligación de hacer o la entrega de una cosa, debería poder ser susceptible de
valoración económica, ya que en las obligaciones se comprenden cosas que con dinero se pueden pagar y entregar.

INTERÉS AUNQUE NO SEA PATRIMONIAL. Respecto al interés de las partes, no es necesario que éste sea
patrimonial, podrá serlo o no, es decir puede ser complacer un interés no pecuniario, de mero carácter altruista, de
esparcimiento y goce.

SUPUESTOS ESPECIALES

Bienes existentes y futuros

Siguiendo lo aclarado en el art. 1007 del CCyCN los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos, la promesa
de transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos
aleatorios. Es decir se podrá contratar sobre bienes futuros, bajo la condición suspensiva de que lleguen a
existir, si no llega a existir no podrá producir efecto. Es importante aclarar que la parte obligada debe realizar
actividades para que la cosa llegue a existir. Al final del artículo cuando se menciona a los contratos aleatorios, se
hace referencia al riesgo asumido por el comprador, de si la cosa llega a existir o no, si esta es total o parcial
dependerá del contrato en particular.

Bienes ajenos

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El art. 1008 del CCYCN aclara que los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos, este modo de
contratar supone que ambas partes saben que no pertenece al oferente, además el contrato debe ser
realizado con buena fe. El artículo aclara distintos supuestos, aquel que contrata los bienes ajenos como propios,
está obligado a adquirirlo, y deberá responder por daños, si no lo entrega. También habla de aquel que vende la
cosa ajena como ajena, y existen dos variantes, si no garantiza el éxito, tiene una obligación de medios, es decir
emplear todos los medios necesarios para que el acto se concrete, y solo responde por culpa imputable a su persona.
Y la otra posibilidad es el que vende la cosa ajena, como ajena, pero garantiza el éxito de la promesa, es decir una
obligación de resultado, de no cumplir deberá indemnizar.

Bienes litigiosos

El art 1009 CCYCN aclara que los bienes litigiosos, gravados con hipotecas, prenda o anticresis y sujetos a
medidas cautelares pueden ser objeto de los contratos. Nuevamente se hace alusión al principio de buena fe, ya
que aquel que contrate de mala fe y el comprador no tenga conocimiento de la situación del bien, deberá reparar los
daños, siempre que al adquirente haya ignorado sin culpa la situación.

● Bienes litigiosos, son aquellos cuya titularidad o extensión está sometida a un proceso judicial.
● Bienes gravados, bienes sometidos a prenda, hipoteca o anticresis
● Bienes sujetos a medidas cautelares, aquellos que tienen una afectación por orden judicial, de un bien del
sujeto obligado o presunto deudor, al pago de un crédito. Si el bien se transmite, los gravámenes lo
acompañan como accesorios soportando tal situación, en ppio., el adquirente. Quien de mala fe contrata
sobre estos bienes como si estuviesen libres, debe reparar los daños causados sin perjuicio de la
responsabilidad penal por comisión de un hecho punible por defraudación especial.

Herencia futura

El art. 1010 del CCYCN prohíbe a la herencia futura como objeto de los contratos. La excepción para
contratar sobre herencia futura, es que dichos pactos tengan como fin conservar la unión de la gestión empresarial o
que busquen prevenir o solucionar conflictos. Fuera esta situación prevista todo contrato que tenga como objeto la
herencia futura, será nulo de nulidad absoluta, por contrariar el orden público.

Contratos de larga duración

Están tipificados en el art. 1011 del CCYCN en la parte referente a los objetos de los contratos, y son los que
tienen una ejecución continuada o periódica, que el cumplimiento se dilate es condición para que el contrato
produzca el efecto querido por las partes y satisfaga la necesidad.

Las características propias de la actividad económica, lleva a los contratantes a necesitar de un mediano o largo
plazo para el logro de los objetivos. En ese caso, el artículo fija dos deberes particulares, el deber de colaboración
y el de renegociación, y dar la oportunidad razonable de renegociación de buena fe. Esto es un sistema de

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protección, ya que si la parte fuerte del contrato es la que rescinde el contrato, dejará en una muy mala situación a
la parte débil, que necesitará renegociar el contrato.

El cuerpo humano como objeto de los contratos

El CCYCN esparció por toda su redacción distintas prohibiciones, como disposiciones al respecto, desde la
comisión redactora se estableció, que siendo de la persona no tendrán valor económico, aunque sí de utilidad.
El art 1004 del CCYCN al enunciar los objetos prohibidos de ser objeto de los contratos, aclara que se aplicarán
los artículos 17 y 56. El art 17 establece que “ los derechos sobre el cuerpo o sus partes no tienen valor
comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo pueden ser disponibles por su titular
siempre que se respete alguno de estos valores y según lo dispongan las leyes especiales…”

El art. 56 del CCYCN dispone que están prohibidos los actos de disposición de cuerpo, salvo que sean
requeridos para el mejoramiento o salud de la persona, y sean de conformidad con lo dispuesto en el ordenamiento
jurídico.

También cabe señalar que el cuerpo no constituye una cosa en sentido jurídico, por lo tanto no puede ser
objeto. Luego la legislación especial aclara específicamente sobre la donación de sangre, que deberá ser con
gratuidad, excepto casos de grave emergencia, donde se deberá fijar una retribución uniforme en todo el país, el
ccyc dispone que el receptor no deberá efectuar pago alguno, y que la extracción deberá ser en los bancos de sangre
autorizados. Una vez separadas, las partes renovables pueden transformarse en cosas que están en el comercio, de
modo que se las habilita para ser objeto de un negocio jurídico eficaz y exigible.

Los óvulos y esperma humanos, están fuera del comercio y no son susceptibles de constituirse en objeto de
contratos. Por último respecto a la ablación y trasplante de órganos el art 56 del CCYCN prevé la posibilidad de
ablación para su implantación, la legislación dispone que debe darse en vida del dador, también se prevé la dación
en muerte del dador, y está prohibido todo tipo de contraprestación u otro beneficio.

UNIDAD 3 CAUSA, FORMA Y PRUEBA

CAUSA: CLASES Y CONCEPTOS

En nuestro Código Civil y Comercial, la causa es utilizada en tres formas:

1) Causa Fuente: “Es el génesis de la obligación, el orígen, el antecedente, de donde surge o emana la
misma; es el hecho, acto o relación jurídica de donde nace la obligación”. Regulada en el art. 726 del
CCyCN. Causa: No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para

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producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico…”. Podríamos decir que los contratos entonces
son una de las tantas causas fuentes de obligaciones.
2) Causa Fin: “Causa de los contratos”. Es la finalidad inmediata que tuvieron las partes al contratar. Es
objetiva, impersonal, abstracta e inmutable, es decir, es el fin inmediato perseguido por las partes, motivo
de la voluntad. Definida en la primera parte del art. 281 del CCyCN. Causa: La causa es el fin inmediato
autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. Es idéntica en cada

tipo de contrato a su tipología, ejemplo de contrato de locación→ alquilar.


3) Causa Motivo: Definida en la segunda parte del art. 281 del CCyCN el cual dice “También integran la
causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes”. Así nuestro código adopta la concepción
neocausalista dualista. La causa motivo en sentido amplio, estaría dada por los objetivos mediatos o
finales que las partes persiguieron al momento de la contratación; va a ser el móvil, la idea que cada parte
tuvo in mente al contratar, que ha determinado su voluntad para celebrar el negocio jurídico.

La causa motivo es subjetiva, personal de cada sujeto y/o parte del acto, ocasional y variable según la
persona y el tipo de negocio que se quiere llevar a cabo.

CAUSA FUENTE CAUSA FIN CAUSA MOTIVO

Causa fuente de obligaciones, de Finalidad inmediata de las partes Por qué subjetivamente las partes
dónde surgen las obligaciones al contratar, idéntica en los realizaron el contrato
distintos contratos de la misma Subjetiva, personal de cada
tipología
sujeto y/o parte del acto,
Objetiva, impersonal, abstracta
ocasional y variable
e inmutable

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA CAUSA

DERECHO ROMANO DERECHO CANÓNICO DERECHO FRANCÉS

Formalismo. Los romanos le La posición romana en materia Causalismo clásico. La doctrina


daban gran importancia a las de causa, se va morigerando francesa previa a la codificación,
formalidades ya que por medio hasta finalmente ser modificada con Domat y Pothier a la
de ellas resguardaban la por los canonistas quienes al cabeza, estimaban que la
seguridad de los negocios. La tomar distancia del formalismo orientación canonista tendiente a
causa no se consideraba en un de los romanos comenzaron a la averiguación de los motivos
primer momento como enaltecer la importancia del determinantes de la voluntad
elemento esencial de los actos simple acuerdo de voluntades para contratar, se encontraba
jurídicos. En la época del en el intento de dar operatividad impregnada de inseguridad

39
derecho pretoriano esto cambia y y enaltecer la palabra empeñada. jurídica, siendo para ellos la
se empieza a gestar la idea de Si la causa era falsa, el causa final únicamente la
causa como elemento esencial de consentimiento se tenía por finalidad inmediata perseguida
los actos jurídicos. inexistente y si era ilícita debía por las partes al contratar, de
La paulatina desaparición de los considerarse al consentimiento carácter abstracto, invariable,
contratos solemnes se tradujo en como inválido. idéntica en todos los actos del
una creciente influencia de la Nace la indagación de los mismo tipo.
causa fin, permitiendo al deudor motivos que llevaran a las
discutirla cuando ella era partes a contratar, como
inexistente, falsa o ilícita, válvula de identificación de
mostrando también su relevancia contenido moral, idea que se
en materia de los vicios de la plasmará luego en el
voluntad. neocausalismo.

Doctrina clásica de la causa

Causalismo

La causa fin es un elemento esencial de los actos jurídicos, siendo abstracta, objetiva, independiente de los móviles
de los contratantes, idéntica en los mismos tipos de contratos, universal y apriorística.

Domat en el Siglo XVII, sienta las bases de esta doctrina de la causa, en los tres tipos de contratos:

1) En los sinalagmáticos o bilaterales onerosos, la causa de la obligación de cada una de las partes se
encuentra en la obligación contraída por la otra, la causa vendría impuesta por la interdependencia
o interrelación entre las obligaciones de las partes.
2) En los contratos reales, la causa está dada en la entrega de la cosa en cabeza del deudor.
3) En los contratos a título gratuito, la causa se encuentra en algún motivo razonable y justo, como ser
algún servicio prestado o algún mérito del donatario, el solo placer de hacer el bien llamado ánimo
de liberalidad.

Pothier en el siglo siguiente adopta esta concepción de Domat y la incluye como un elemento esencial de los
contratos en el Code Civil.

Esta tesitura clásica considera a la causa en su momento estructural, en el instante de celebración del negocio
jurídico, radicando aquí la limitación dogmática de la teoría porque es un defecto no haber considerado a la causa
en la etapa funcional o de ejecución del negocio.

Anticausalismo

40
Reacción al causalismo. Consideraban que debía desaparecer del Código Civil toda referencia a la causa, bastando
afirmar que el contrato se perfecciona con el simple consentimiento de las partes sobre un objeto lícito.

Planteada la idea por el profesor belga Antonio Ernst y desarrollada por Planiol aludiendo a que “la causa final es
falsa e inútil”, él toma como referencia el esquema de la tipificación expuesto por los causalistas, y en tal orden de
ideas expresaba:

Causalismo Anticausalismo

1) En los sinalagmáticos o bilaterales 1) En los contratos bilaterales, onerosos, la causa


onerosos, la causa de la obligación de cada básicamente se confunde con el objeto; y
una de las partes se encuentra en la además, una prestación no podría ser causa de
obligación contraída por la otra, la causa la otra porque nacen al mismo tiempo, una y
vendría impuesta por la interdependencia o otra se hallan en una interrelación genética que
interrelación entre las obligaciones de las imposibilita la idea de que una sea la finalidad
partes. inmediata de la otra;

2) En los contratos reales, la causa está dada en 2) En los contratos reales la entrega de la cosa no
la entrega de la cosa en cabeza del deudor. es la causa, sino la forma, la manera de
perfeccionamiento del acto.

3) En los contratos a título gratuito, la causa se 3) En los actos a título gratuito, la liberalidad es
encuentra en algún motivo razonable y el consentimiento, elemento ajeno y autónomo a
justo, como ser algún servicio prestado o la causa fin.
algún mérito del donatario, el solo placer de
hacer el bien llamado ánimo de liberalidad.

En líneas generales la idea de causa fin constituye una falacia, carente de sentido práctico e importancia.

Neocausalismo

La posición neocausalista reafirma a la causa como elemento esencial de los actos jurídicos, que otrora fue
defendida por los causalistas, pero, ahora ya con matices nuevos, viniendo así a completar y perfeccionar la idea de
los primeros.

Capitant uno de los exponentes que inicia el recorrido para la elaboración de ésta postura; se lo encasilla dentro
del causalismo clásico, luego corrige la noción de causa en los contratos bilaterales que fuera formulada por
Domat, sosteniendo que la causa para una de las partes no es la prestación que debe la otra sino el cumplimiento de
esa obligación.

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Para su obra publicada en 1923, él no sólo diferenciaba a la causa fin de la causa fuente, por ser esta última la
génesis de las obligaciones, sino que sostenía categóricamente entre otras cosas que, todo aquel que contrata
persigue un fin, no cabe admitir que alguien pueda obligarse sin consideración a una finalidad, destacando
así la existencia necesaria y lógica de este elemento de los actos jurídicos. Marcaba que la causa debería
existir tanto en la etapa genética como funcional del negocio, radicando en este punto uno de sus aportes más
importantes en vías a coadyuvar a la complementación de la visión causalista clásica.

Además distinguió la causa de los motivos, considerando que la causa sí integra el contrato, mientras que los
motivos son factores psicológicos no incluidos en el acto volitivo génesis de la obligación, que sólo integrarían el
contrato en tanto y en cuanto las partes concedan a ese motivo carácter esencial, siendo así causa eficiente del acto.

Dicho todo esto, el que reconoce la relevancia jurídica de los motivos de las partes al contratar, va a ser Louis
Joserrand, él sostenía que estudiar los móviles es penetrar hasta la esencia misma del derecho, hasta la causa
profunda de los actos jurídicos, ya que los móviles no son otra cosa que los resortes de la voluntad, la cual a su vez,
da vida al derecho. Así Josserand es quien termina magistralmente la teoría de la causa, dándole un sentido
espiritualizador, introduciendo decididamente la moral y la ética en el ámbito del contrato. Exponía la importancia
de los motivos en función de que la significación clásica de la causa pecaba de insuficiente, excluía del negocio
jurídico todo el vasto campo de la voluntad de los celebrantes, todos aquellos motivos psicológicos a los que debe
reconocerles valor jurídico atento a que denotan ilicitud o licitud, moralidad o inmoralidad del acto, afectándolo
eventualmente de nulidad; de tal manera ampliaba la noción de causa de los contratos a los móviles individuales de
los sujetos, elemento éste externo al acto, y revelador del fin último perseguido al contratar.

Neocausalismo objetivista Neocausalismo Dualismo


subjetivista

La causa fin de los actos jurídicos es Tiene como epicentro el Adoptado por el CCyCN.
de naturaleza objetiva y surge de la análisis a la voluntad La causa fin en su aspecto objetivo tiene
propia estructura de cada negocio individual de los sujetos importancia en el momento genético o
jurídico. El negocio jurídico es contratantes, se otorga estructural y en el funcional del negocio
objetivo y externo al sentir de las importancia a los jurídico, materializándose en
partes. Se le otorga a la causa un motivos subjetivos, consecuencias jurídicas como la nulidad,
factor limitador de la autonomía de la individuales que se resolución o rescisión.
voluntad y es control sobre el tuvieron al contratar, que En la faz subjetiva los motivos en cuanto
contenido de los negocios jurídicos son variables y concretos reúnan los presupuestos necesarios
aunque esta teoría ha sido utilizada en cada caso. (exteriorizado y común a ambas partes)
para reducir la causa y eliminar su Se valora al acto jurídico se causalizan y constituyen un elemento
control en el ejercicio de la en toda su existencia. fundamental para la identificación de la

42
autonomía. licitud y moralidad de los mismos.

IMPORTANCIA Y EFECTOS

Funciones de la causa fin

1. Permite identificar el tipo negocial: El fin inmediato y práctico que las partes se disponen realizar
nos permite dilucidar, individualizar, la figura contractual que corresponde a tal relación jurídica,
es decir, nos permite calificar el contrato, permitiendo así también la celebración y cognición de
tipos o modelos de contratos no previstos expresamente por el legislador (art. 970 CCyCN); de la
posibilidad de respuesta a la pregunta ¿para qué se contrata?
2. Autonomía y ordenamiento jurídico: Relacionada a la función anterior, encontramos ésta
explicada por Aparicio, quien enseña que “por medio de la causa objetiva del contrato se trata de
explicar la relación que existe entre autonomía y ordenamiento jurídico. No cualquier expresión de
la autonomía merece el apoyo del derecho. El elemento de novedad que el negocio jurídico
pretende introducir en el estado de hecho existente, exige una justificación. Esta reside en la
función desempeñada por el negocio, que el derecho admite. Por ello la causa es el fundamento,
la ratio juris, de la norma que autoriza, reconoce y asigna efectos a la autonomía privada.
Esta construcción tiende a configurar un enfoque más reflexivo y real sobre los límites de la
autonomía privada y su vinculación con el orden jurídico que la sanciona.

Funciones de la causa motivo

1) Función cognitiva: Permite identificar el interés real de las partes, con la salvedad que en nuestro
derecho positivo, dicho interés deberá surgir manifiesto de los motivos exteriorizados por los contratantes
en el acto, o tácitamente en tanto y en cuanto sean esenciales al negocio jurídico; art. 281, 2° parte,
CCyCN.
2) Función de Contralor: Brebbia se formula el siguiente interrogante “¿Cuál es la importancia de los
móviles en una teoría general del derecho?”, respondiendo que, “en primer lugar, el análisis de los móviles
teleológicos puede determinar la invalidez del negocio por causa ilícita o inmoral, convirtiéndose así en
la única posicionamiento jurídico atendiendo a su finalidad. En segundo término, el control de los móviles
permite establecer la existencia de los vicios de la voluntad: error, dolo y violencia, y también, la
determinación de si ha habido “aprovechamiento” en los casos de lesión. Además de la función que
cumplen los móviles para determinar la permanencia del negocio en los casos de frustración del fin del
contrato en el período de su ejecución; y para la aplicación de la teoría del abuso del derecho, que tiene
como noción esencial la del motivo legítimo, a todo lo cual debemos agregar el contralor de mérito,
explicado por Lorenzetti “en este caso el motivo no peca por exceso sino por defecto, se analiza si es serio,

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si es suficiente, si es idóneo, en definitiva, si merece tutela. Se trata de los casos en que se contrata por
nimiedades, por broma, etc.

EFECTOS, NECESIDAD Y PRESUNCIÓN DE LA CAUSA

La causa juega un rol de suma importancia en materia de ineficacias de los contratos, ya sea por falta de causa,
falsa causa, causa ilícita, inmoral o contraria a las buenas costumbres.

1. Necesidad de la causa: Común a la causa fin y causa motivo. Legislado en el art. 1013 CCyCN, es de
visceral importancia la necesidad de la existencia de causa durante la formación, celebración y ejecución
del contrato, dando lugar, la carencia de su existencia, en cualquiera de los momentos mencionados, a la
falta de causa y consecuentemente, a la nulidad, adecuación o extinción del vínculo contractual. SUMA
IMPORTANCIA destacar que la existencia de la causa SE PRESUME, ART 282 CCyCN, motivo por el
cual será quien alegue la falta o desaparición de ella quien deberá acreditar fehacientemente tal
circunstancia. Es una presunción iuris tantum, admite prueba en contrario.

En la etapa de formación, la falta de causa puede ocurrir por vicios de la voluntad (error, dolo, violencia).
En la etapa de ejecución la desaparición de la causa da lugar a la resolución del contrato por la aplicación
del instituto de la frustración de la finalidad. La no subsistencia de la causa podría dar lugar a la adecuación
o extinción del contrato.

2. Efectos de la Causa Fin:

2.1 Identificación de falta de capacidad para contratar y la consiguiente nulidad: Ya tenemos en claro
que la causa fin es un elemento esencial y estructural del negocio jurídico, ésta podría ser una herramienta
válida para identificar la nulidad de los actos en los siguientes supuestos:

- Cuando se busque una finalidad inmediata sin tener capacidad por falta de discernimiento, art.
261 CCyCN.
- Cuando se persiga una finalidad inmediata mediante la celebración de un acto jurídico prohibido
por el legislador en supuestos especiales de incapacidad o inhabilidad para contratar.

2.2 En caso de sufrir vicisitudes durante la vida del negocio, en la etapa funcional, podría ser
fundamento de institutos como la cláusula resolutoria implícita (art. 1086 CCyCN), la suspensión
de cumplimiento (art. 1031 CCyCN), la imposibilidad de pago (art. 955 CCyCN), la teoría de la
imprevisión (art. 1091 CCyCN).

3. Presunción de la causa: En el marco de parámetros de razonabilidad, si las personas humanas o jurídicas


realizan negocios, es con un fin inmediato tendiente a adquirir, modificar o extinguir derechos. La
Corte dejó por sentado que la presunción debe ser interpretada en el sentido de que los contratantes,

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normalmente, se obligan de forma razonable, no obstante, ésta presunción es iuris tantum, en tanto no
admite prueba en contrario.
4. Causa ilícita

Efectos de la causa motivo: En principio, a diferencia de la causa fin, no sería un elemento esencial del acto
jurídico. En caso de existir deberá mantenerse con vida durante todo el contrato como producto de la necesidad de
causa.

De darse el supuesto de nulidad por causa motivo ilícita, inmoral o contraria a las buenas costumbres, el negocio
jurídico será nulo de nulidad absoluta y podrá ser declarado como tal de oficio por el juez. Ejemplo: la usura, el
fraude a la ley, la venta de clientes entre profesionales, contratos para ejercer la prostitución, venta de influencia,
etc.

Ejemplo: dos partes celebran un contrato de locación: la causa fuente es el contrato plasmado en el instrumento
público o privado; la causa fin será arrendar en una parte y recibir un cánon en la otra; la causa motivo será el
destino que se le dará a la locación: peluquería, estudio jurídico o prostíbulo (inmoral)

La causa motivo puede desplegarse en caso de imposibilidad de cumplimiento haciendo que se extinga el contrato.
Puede servir para detectar casos de lesión en donde podría tener por efecto tanto la nulidad como el reajuste o
modificación del acto jurídico que conlleve dicho vicio. Podrá servir para identificar la impropiedad de la cosa para
su destino y aplicarse en el supuesto de responsabilidad por vicios ocultos.

Frustración del fin del contrato: novedad incorporada por ley 26.996, es un supuesto de imposibilidad relativa en
la ejecución del acto jurídico válido, que afecta la causa fin funcional, con efectos resolutorios o de recomposición.

Presupuestos: existencia de un contrato válido, un acontecimiento extraordinario o anormal sobreviniente a la


celebración del contrato ajeno a la voluntad de las partes de incidencia sobre los motivos reconocibles al grado de
generar la pérdida del interés o utilidad de alguna de éstas en la ejecución del contrato, los motivos frustrados
debieron haber sido exteriorizados e incorporados al acto en forma expresa o tácitamente pero de manera esencial a
las partes. Se aplica a contratos bilaterales de ejecución diferida o de tracto sucesivo.

FORMA: CONCEPTO Y PRINCIPIO GENERAL

Siguiendo diferentes autores, como López de Zavalía quien nos dice que la Forma es la manera de expresar algo,
sea palabra hablada, escrita, mímica, etc. Spota en cambio nos dice que la forma de los actos jurídicos es todos los
medios de declaración de voluntad por los cuales éste se exterioriza, ya adoptada libremente por el autor o los
autores de esa manifestación de voluntad, ya impuesta por la ley o convenida por las partes a los fines de probar el
acto jurídico o, excepcionalmente, como requisito esencial de este último en cuanto a su existencia o validez.

En resumen, la forma es cualquier manera en que se puede exteriorizar la voluntad, en tanto la misma sea
cognoscible en el mundo exterior, y en un sentido restringido o técnico jurídico, la forma es el continente de la

45
voluntad, su envase; allí si ya estaríamos en el marco de lo que se denomina formalidad. Contenido es lo que se
dice en el contrato, la forma, como se lo dice. Forma es una manera de expresar algo. La forma de los actos
jurídicos son todos los medios de declaración de voluntad por los cuales esta se exterioriza

Libertad de formas : art. 1015 del CCyCN, determina que “sólo son formales los contratos a los cuales la ley les
impone una forma determinada”, es decir, este artículo, mantiene, y consagra el principio de libertad de formas
para los contratos, principio ratificado en materia de actos jurídicos art. 285 CCyCN, si bien sigue una línea que
impone la formalidad, agrega que “las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta por la
ley…”.

Así, las partes pueden prever formalidades en actos jurídicos no formales, y también pueden disponer una forma
más exigente que la dispuesta por la ley.

Excepciones: Tiene su límite en el orden público, es decir que, por debajo de ese mínimo inderogable dispuesto
por el legislador, las partes pueden disponer una forma más exigente que la contemplada por la ley, aumentar o
reforzar los recaudos formales previstas por el legislador, pero no pueden convenir una menos exigente, en
función de dos válvulas sustanciales morigerado del principio de libertad de formas de existencia simbiótica en el
tema como el orden público y la seguridad jurídica.

El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado
el instrumento previsto, pero vale como acto en que las partes se obligan a cumplir con la expresada formalidad
excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.

Evolución histórica

1. Los pueblos primitivos se singularizan por un formalismo severo y rígido, los actos estaban ligados
inseparablemente a sus formas. La forma no era un simple medio de prueba, sino que integraba el acto
mismo como elemento esencial. En un pueblo de cultura media poco desarrollada y de alto analfabetismo
el formalismo, además de su sentido simbólico, se proponía impresionar fuertemente el recuerdo de los
testigos, que después habrían de servir de prueba de la realización del acto y del cumplimiento de las
formas.
2. En Roma se regían por señales típicas de gran peso específico, expresiones palpables en las que se vertía la
esencia de los acuerdos, ideas y mandatos; que podían estar constituidas por actos, ritos, gestos o precisas
expresiones orales que simbolizaban tales manifestaciones.
3. El formalismo fue perdiendo la rigidez, la Iglesia Católica luchó contra dicho sistema, la buena fe impone
el cumplimiento de la palabra empeñada y no eludir la consecuencia de sus propios actos como un dilema
moral. Cuando el tráfico comercial se hizo más activo, resultó indispensable disminuir los obstáculos
innecesarios de las formalidades.

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4. El principio de la libertad de formas tuvo su apogeo en épocas del liberalismo, con la doctrina
iusnaturalista se da paso al fundamento de la creación del acto jurídico en la voluntad declarada de las
partes y no en la forma.
5. Neoformalismo. La tendencia del mundo actual da un renacimiento del formalismo. Las nuevas leyes
exigen con frecuencia la observancia de determinadas formas. Las relaciones jurídicas se han hecho tan
múltiples que se siente la necesidad de ponerles un orden y evitar los inconvenientes de la imprecisión y
ligereza. Los registros han adquirido gran importancia para proteger intereses de terceros. Hoy en día se
mira la forma en relación a la prueba y publicidad del acto, su omisión no implica la nulidad del acto. La
forma no es rito de celebración, sino modo de advertencia a terceros.
6. Actualmente solo queda reservada la sanción de nulidad por no ajustarse a las formas impuestas en materia
de escritura pública (contratos solemnes absolutos), de manera excepcional únicamente en donación de
bienes inmuebles, muebles y renta vitalicia.

Ventajas de la forma Desventajas de la forma

1) Coadyuvan a la recolección de material 1) Demoran las transacciones


probatorio del negocio jurídico 2) Hacen peligrar el acto atento a su eventual
2) Tutelan contra la ligereza, permitiendo sanción de nulidad
mayor reflexión de los celebrantes en pos 3) Aumentan los costos de los negocios
de un consentimiento libre de vicios
3) Facilitan la publicidad del acto y el
conocimiento de terceros
4) Facilitan la percepción de diversos
impuestos, sellados, etc.
5) Aumentan la capacidad circulatoria de
ciertos derechos creditorios

CLASIFICACIÓN

En materia de forma de los contratos, éstas pueden dividirse en dos grandes grupos: 1) Formas impuestas o
constitutivas y 2) Formas probatorias.

Será impuesta toda aquella que viene asignada por la ley o por la voluntad de las partes (art. 1015 CCyCN), y son
requeridas a los fines del que negocio jurídico adquiera eficacia, ramificandose a su vez estas formas
constitutivas, impuestas, o también denominadas SOLEMNES (ad solemnitatem, o sustanciales) se divide en
absolutas y relativas, metodológicamente al CCyCN, dado que el art. 285 en concordancia con el art.966,
establece la formalidad, o forma solemne, relativa en su primera parte al rezar "el acto que no se otorga en la
forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero
vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la expresadas formalidad", y en su última parte
se encuentra la forma solemne absoluta al preceptuar "excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad".; y las

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segundas, las formas probatorias o ad probationem tantum, son aquellas formas NO SOLEMNES NI
CONSTITUTIVAS, no siendo requeridas para la validez o eficacia del contrato, pero son impuestas a los fines de
la eventual demostración en juicio del acto y su contenido.

ABSOL Su incumplimiento
causa la nulidad
UTA del acto
IMPUES
Asignada
TA Su incumplimiento
FOR por la ley o RELATI
causa que el acto
MA por las VA no produzca sus
partes, efectos propios
requeridas mientras no se
para la otorgue el
PROBAT
eficacia del instrumento
ORIA
No son
negocio previstos, pero vale
requeridas
jurídico como contrato con
para la
validez pero la obligación de
son hacer la formalidad
impuestas a prevista
fines
probatorios

MODIFICACIÓN DEL CONTRATO

El CCyCN, prevé una norma de carácter general, su art. 1016, en donde establece que toda modificación ulterior
del contrato requerirá la formalidad exigida para su celebración, exceptuándose dos supuestos:

1) Modificaciones que versen solamente sobre estipulaciones accesorias o secundarias, y 2) que exista una
disposición legal en contrario.

En todos los casos, en que las partes quisieran prestar su consentimiento para la realización de alguna modificación
del contrato, ya sea de su contenido en tanto obligaciones nucleares, garantías, y demás cláusulas de visceral
importancia en la vida del negocio jurídico, como así también en lo referente a los sujetos, objeto o causa, deberán
hacerlo con idénticas formalidades a las requeridas en el contrato primigenio.

Escritura Pública. Instrumento público y privado.

Empecemos por esta relación de género (documento) a especie (instrumento), todo instrumento será
necesariamente documento, pero no a la inversa, ya que el documento es más amplio en cuanto puede no ser
escrito; CIFUENTES dice que “el documento no instrumento carece del fin voluntario de expresar la intención o
propósito en la realización de un negocio, pero es una manifestación estampada en el papel o en materiales
similares que se exterioriza, objeto que muestra algo en el mundo circundante”.

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Ahora con base en nuestro CCyCN, la palabra “instrumento” con “expresión escrita” están indefectiblemente
relacionadas, hoy el art. 286 del Código deja en claro que la expresión escrita (es decir, los instrumentos) pueden
ser públicos, o particulares firmados o no firmados, con excepción de los casos en que la instrumentación sea
impuesta, en concordancia con las previsiones del art. 285.

Debemos distinguir instrumento público como género (art. 289 CCyCN) y escritura pública como especie (art.
289 inc. A y 299, CCyCN).

Lo que caracteriza a la escritura pública es la actuación de un funcionario público, quien como depositario de la
“Fe pública”, se constituye en guardián de la seguridad y certeza de los derechos de los celebrantes.

TOBÍAS, define a los instrumentos públicos como aquellos “otorgados con las formalidades que a la ley
establece, sea en presencia de un oficial público a quien la ley le confiere la facultad de autorizar, o sea que la ley
le atribuya expresamente ese carácter a un documento que no lo requiera”.

Para que un instrumento público sea válido, hay que seguir los requisitos nombrados en el art. 290 del CCyCN, en
su primer inciso A) exige la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia
territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendida en ella; norma ésta que se halla en
concordancia con el presupuesto contemplado en el art. 292, CCyCN, es decir, que el oficial público, se encuentre
efectivamente en funciones; y por otro, en el inciso B) del art. 290, que prevé cierta formalidad en la celebración de
tales actos a saber, las firmas del oficial público, de las partes y en su caso, de sus representantes. Son instrumentos
públicos las escrituras y sus copias o testimonios, los instrumentos que emiten los escribanos o funcionarios
públicos con los requisitos legales, los titulos emitidos por el Estado.

Los instrumentos privados son aquellos celebrados por las partes de manera particular, suscritos por éstas y
otorgados sin intervención de un oficial público. Los instrumentos particulares pueden estar firmados o no, si lo
están se llaman instrumentos privados, si no lo están se los denomina instrumentos particulares no firmados. Los
instrumentos particulares no firmados son medios de prueba reconocidos por la ley.

La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada al texto al cual corresponde, hace presumir que
quien suscribe ha querido manifestar su voluntad, con discernimiento, intención y libertad y así celebrar un negocio
jurídico. El reconocimiento de la firma puede ser espontáneo, en sede judicial o forzoso.

Firma digital. Regulada en la ley 25.506 art. 2 se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un documento
digital un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo conocimiento del firmante,
encontrándose ésta bajo su absoluto control.

La firma digital, cumplidos que fueran sus requisitos de validez, hace presumir la autoría del documento suscripto
por su remitente.

OTORGAMIENTO PENDIENTE DEL INSTRUMENTO

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Art. 1018: otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto
constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.

PRUEBA CONCEPTO

Siguiendo a diferentes autores, COUTORE nos dice que la prueba es una operación, un ensayo, dirigido a hacer
patente la exactitud o inexactitud de una proposición. En un sentido jurídico es un método de averiguación y un
método de comprobación. Normalmente la prueba civil es comprobación, demostración, corroboración de la
verdad o falsedad de las proposiciones formuladas en el juicio. Coutore continúa diciendo que hay que saber
qué es la prueba (su concepto), qué se prueba (objeto de la misma), cómo se prueba (procedimiento probatorio) y
qué valor tiene la prueba (la valoración de la prueba).

Por otro lado COLOMBO Y KIPER dicen que la prueba está integrada con la atribución de las partes, la función
del juez y el resultado que debe consagrar la sentencia. Para las partes, prueba es el conjunto de elementos
autorizados por la ley para demostrar que la versión de los hechos respectivamente expresada en los escritos de
constitución del proceso, es la exacta; para el juez es una función de aportación, selección y valoración de los
indicados elementos con el fin de establecer cuál de aquellas versiones es la exacta (verdad formal) o dónde
procede, la que efectivamente coincide con la realidad (verdad material).

Ahora bien, se entiende por prueba a la actividad probatoria encaminada a convencer el magistrado respecto de la
verosimilitud de los hechos alegados por la parte oferente, hechos que serán materia de actividad procesal
probatoria en tanto y en cuanto sean contradictarios, es decir afirmados por una parte y negados por la otra, y
pertinentes o conducentes, es decir, que tengan relación con la materia debatida en juicio y coadyuven a su
solución.

DIFERENCIA ENTRE FORMA Y PRUEBA

La forma es cualquier manera en que se puede exteriorizar la voluntad mientras que la prueba sirve como
aportación, selección y valoración para establecer cuál es la verdad que coincide con la realidad. La forma es el
medio de declaración y la prueba es un método de averiguación.

SISTEMAS DE VALORACIÓN DE PRUEBA ¿qué valor tiene la prueba?

Sistema de valoración tasada: FALCÓN enseña la apreciación, llamada también la ambigua denominación
“pruebas legales”, consiste en una valoración previa realizada por el legislador, que se impone anticipadamente al
criterio del juez; como por ej plena fe que hacen los instrumentos públicos respecto a la realización del acto, la
fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él.

Sistema de valoración de libre de apreciación o convicción del juez de la prueba racional: Aquí el magistrado no
se apoya necesariamente en constancias de autos, es decir en la prueba producida en el proceso, sino que vendría a

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ser un sistema voluntarista que recae en el saber del encargado de impartir justicia. Dentro de este sistema hay tres
tendencias: intuicionista (desde el sentido común el juez experimentado debe distinguir la verdad de lo falso);
logicista (deducción inducción); experimental (por medio de la experiencia llegue a la verdad)

Sistema de valoración de la sana crítica: Éste sistema aporta algo más consistente en conciliar la sabiduría del juez
con lo obrado en el expediente en dónde se tramitará la causa sub examen.

En este caso en el análisis del magistrado intervendrán reglas de lógica y de experiencia, dejando un marco de
apreciación en cabeza del director del proceso en función de la sabiduría fáctica y jurídica que su
investidura hace suponer, pero, en tanto y cuanto tal saber sea conciliado con las constancias del expediente y las
pruebas producidas en esos autos, en derredor de lo cual formará la fundamentación base la decisión constitutiva de
la sentencia.

Éste es el sistema adoptado por nuestro derecho procesal en el código procesal nacional, el de Corrientes y el de
Chaco.

LA PRUEBA DE LOS CONTRATOS y prueba de los contratos formales

En los contratos formales la prueba usada son los instrumentos públicos, art, 289 CCyCN caracterizado por la
existencia de normas jurídicas que le dan fuerza probatoria en sí misma, derivada de la fé pública depositada en
quienes los otorgan, como bien social y en pos de brindar seguridad jurídica al tráfico económico. Los instrumentos
públicos hacen eficacia probatoria, es decir, éstos hacen plena fe, en cuanto a la realización del acto, la fecha, el
lugar y los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él. Hacen plena fé en cuanto se ha
realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él.
Estas cuestiones sólo podrán ser desvirtuadas mediante juicio civil o querella criminal (redargución de falsedad)

Otros medios particulares:

- La correspondencia, podrá ser privado en algunos casos, regulado en el art. 318 CCyCN, determinando
esta norma que en principio resulta admisible como prueba, pudiendo así ser presentado por el
“destinatario”; ya sean tarjetas postales, esquelas, telegramas o cartas entre personas. No es admisible
como prueba cuando el que lo use no sea el destinatario y la utilice un tercero; en el caso de que el
contenido sea confidencial, donde necesitará del asentimiento del remitente.
- Estados Contables; el CCyCN establece que “la contabilidad llevada en legal forma debe ser admitida
en juicio como medio de prueba”. Aquí se debe tener en consideración que ésta deja de ser admisible
cuando el adversario no puede aceptar los asientos que le son favorables y descartar los perjudiciales; la
contabilidad prueba a favor de quien la lleva cuando en litigio contra otro sujeto que tiene contabilidad,
éste no presenta registros contrarios incorporados en una contabilidad regular; cuando resulta contradictoria
la prueba de registros de las partes litigantes, llevados en legal forma, el juez debe prescindir de este medio
de prueba, haciendo una especie de neutralización entre los registros contradictorios sin vicios.

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- Conducta de las partes: Es de especial relevancia en los litigios con causa fuente en incumplimientos o
vicisitudes contractuales; todo en función del hoy principio general del derecho privado, de la Buena Fe.
- Confesión de las partes, judicial y extrajudicial: La confesión es una declaración de voluntad de una parte
sobre el conocimiento de un hecho que se le atribuye y que la perjudica. Los requisitos que debe reunir son
los siguientes: 1) Objetivos: debe referirse a un hecho: a) susceptible de ser confesado. b) Contrario al
interés de quien confiesa y favorable a la otra parte. c) Personal: acción o inacción; o que sea de su
conocimiento. d) Debe versar sobre puntos controvertidos, debe ser contundente e idóneo. e) Verosímil. 2)
Subjetivos: la declaración, expresa o ficta debe ser formulada por quien es: a) parte del proceso, y b) por
acto voluntario.
- Presunciones Legales y Judiciales: La presunción judicial es una tarea que atañe el juez -pero que las
partes también pueden invocar, advirtiendo al juzgador sobre la existencia de esa probanza-, quien debe
partir de los hechos probados para llegar a hechos que se desprenden, conforme al que formula así, como
observador a posteriori de los hechos, un pronóstico póstumo de certeza- las reglas de la sana crítica. Es
una inducción lógica que permite, partiendo de un hecho conocido, llegar aún hecho desconocido. El
magistrato deberá valerse de todos los mecanismos de interpretación que serán estudiados en otro capítulo
de esta obra.

Las presunciones legales versan sobre una regla de la ley sustancial atinente a la carga de la prueba, que
innova los principios relativos a esa carga probatoria, puede ser relativa o imperativa.

- Testigos: Aquella que es suministrada mediante declaraciones emitidas por personas físicas, distintas de las
partes y del órgano judicial, acerca de sus percepciones o realizaciones de hechos pasados o de lo que han
visto u oído sobre éstos, o en una concepción más sencilla, el testimonio es un medio de prueba por el cual
quien no es parte en un proceso declara lo que es de su conocimiento.

Medios y modos de prueba

Cuando hacemos mención a los medios de prueba de los contratos, se hace referencia a aquellos elementos
idóneos para la demostración de la preparación, celebración, ejecución y extinción de estos actos jurídicos
bilaterales. Se encuentran previstos en forma diseminada en el derecho de fondo. Ejemplo: instrumentos públicos,
particulares firmados o no firmados, confesión de partes, juramento judicial, presunciones legales. Los medios de
prueba están legislados en dos artículos del Libro III, Título II, Capítulo 8 del CCyC: el principio general es de la
libertad de formas probatorias. “Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una
razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales,
excepto disposición legal que establezca un medio especial”

Los medios elegidos deberán:

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1) ser idóneos para coadyuvar a la comprobación necesaria de los dichos de las partes, susceptible de crear la
convicción del magistrado acorde a la sana crítica, deberán poseer un peso propio
2) ser acordes a las previsiones de los códigos de forma
3) acorde a la normativa especial, si existiere

Excepción a la libertad probatoria: prohibición de la prueba testimonial en forma aislada en los c ontratos
instrumentales. Se puede presentar testigos pero no como prueba exclusiva. En los contratos en los cuales la
formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros medios inclusive por testigos, si
hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba
instrumental o comienzo de ejecución…

Es distinto cuando hablamos de los modos de prueba, estamos haciendo referencia a la forma en que tales medios
probatorios se canalizan o articulan el proceso, y su marco normativo corresponde a los códigos procesales,
adjetivos o de forma. Oportunidad y plazos para ofrecer la prueba, forma de impugnar la prueba, forma de
exhibición de la prueba corresponde al modo de prueba.

La carga de la prueba

La carga de probar es una facultad que tienen las partes, un imperativo en el propio interés, consistente en probar
aquellos hechos que fundan sus pretensiones. Las leyes procesales y sustanciales tienen como objeto establecer
cómo se distribuirá entre las partes la actividad tendiente a constatar los hechos contradictorios objeto de pleito.
Teorías:

1. LA CARGA INCUMBE AL ACTOR

Parte de la posición que tienen las partes en el proceso, sosteniendo que quien acciona tendrá la tarea de
probar los hechos que sustentan su pretensión.

2. LA CARGA INCUMBE A QUIEN AFIRMA UN HECHO

El actor deberá probar los hechos constitutivos, mientras que el demandado los hechos impeditivos o
extintivos.

3. PRUEBA DE LOS PRESUPUESTOS DE LA NORMA INVOCADA

Cada parte soporta la carga de la prueba sobre la existencia de todos los presupuestos (aún los negativos)
de las normas, ya no importará quién es actor y demandado, se centra la atención en la relación de las
afirmaciones de las partes con el efecto jurídico perseguido por ellas. Adoptado por el código procesal
nacional y el de Corrientes “c/u de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la norma o normas
que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”

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El Código Civil y Comercial resume con claridad lo siguiente: “a) la prueba de los factores de atribución
está a cargo de quien los alega. b) la prueba de los eximentes está a cargo de quien los alega. c) el juez
tiene facultades para alterar estos ppios. y distribuir la carga de la prueba de la culpa o de haber actuado
con la diligencia debida, según considere quien se encuentre en mejores condiciones para aportarla. d) la
relación de causalidad corresponde a quien la alega. e) la causa ajena o imposibilidad de cumplimiento
corresponde a quien la invoca”

UNIDAD 4 EL DOGMA DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD. EFECTOS


SUBJETIVOS Y OBJETIVOS

AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

La creación de la modernidad fue el hombre libre, la voluntad humana se toma como base de toda ligazón, desde
ese momento hasta ahora. El mismo Estado es una creación de la voluntad del hombre, que desde distintas teorías
parten de la necesidad de un acuerdo fundacional previo al Estado en la cual se pasa, por operación de un acto de
voluntad colectiva, a una organización que supera las falencias de la situación primitiva previa al Estado.. Entonces
la autonomía de la voluntad consta de las declaraciones humanas, y el estado debe respetar y proteger esa voluntad.

La recepción de los particulares del principio de la autonomía de la voluntad, se materializa con la posibilidad de
autorregular por medio del contrato sus propias relaciones jurídicas patrimoniales.

TEORÍAS Y FUNDAMENTOS

Evolución histórica

¿Cuál fue el rol de la voluntad en la creación de los negocios jurídicos?

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El simbolismo y luego el formalismo vincularon la producción de efectos jurídicos al empleo de prácticas o ritos
minuciosamente realizados conforme a un modelo, sin relación alguna con los elementos psicológicos o
intencionales. El derecho romano limitó la autonomía de la voluntad fundado en razones técnicas.

Aristóteles observaba al contrato como ley hecha por los particulares en vista de un asunto determinado. El derecho
romano no negaba la potencia original que surge de la voluntad autónoma, sino que centraba sus exigencias en la
búsqueda de publicidad y seguridad de las relaciones jurídicas. Las convenciones se consideraban como ley entre
las partes, y la voluntad de esta “ley” podía derogar las leyes en cuya observancia no esté interesado el orden
público. La autonomía de la voluntad nace de una delegación del orden jurídico.

Codificación. Con el código prusiano y el código de Napoleón bajo el signo del individualismo, racionalismo y
liberalismo económico. La mayor parte del S XIX transcurrió con la convicción de que el órden económico actuaba
por sí mismo, la intervención del Estado se redujo a asegurar el libre juego de la autonomía de la voluntad en la
libertad de contratar y libertad contractual. Se limitó a suministrar los medios de ejecución para obtener el estricto
cumplimiento de las obligaciones contraídas y a defender las instituciones fundamentales de la sociedad. Los
conceptos de orden público y buenas costumbres tuvieron un alcance muy limitado.

El código de Vélez consagró el poder creador de la voluntad y su autonomía, y asimiló las convenciones a la ley.
El hombre es libre para contratar o no, con quién ha de contratar, y las cláusulas del contrato, pero si contrata deja
de ser libre. Existe libertad para contratar. La autonomía de la voluntad tiene como límites infranqueables la
prohibición de la ley o el órden público y buenas costumbres.

Fuerza obligatoria de los contratos. Teorias y fundamentos

Derecho canónico. En pos de la valorización de la palabra empeñada, condenando a quienes violaban la regla
moral de no mentir del 8vo mandamiento cristiano. Reinaba el criterio de orden moral, y decían que quien viola su
palabra, viola una regla moral trascendente. La sola noción de la obligación implica la creencia en el ideal moral, y
el respeto a la promesa es la base del orden social.

Iusnaturalismo. Grocio. El iusnaturalismo, se apoyaban en la razón humana, diciendo que la obligatoriedad se


funda en el convenio primitivo y tácito, otorgado contemporáneamente a la constitución de la vida social, por el
cual los hombres se obligan a ser fieles a sus promesas. Se asienta la convivencia humana en el pacto social
primigenio, y deriva de él la obligación moral. De allí deriva la obligación moral de cumplir con lo prometido.

Kant. Kant, toma esa postura y la lleva a la máxima expresión, poniendo la norma moral en lo más alto, sostuvo
que el hombre debe obrar el bien solo por el deber. Se acabó considerando a la obligación como algo evidente. El
hombre dicta su propia ley, a la coacción exterior se la sustituye por la interior. La obligación se veía como un
imperativo categórico, que no podía fundarse en razones ulteriores.

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Utilitarismo anglosajón. Bentham. El utilitarismo anglosajón sostiene que es más beneficioso cumplir que no
cumplir, y de la inobservancia surge el decaimiento de la confianza del propio individuo o es la propia sociedad la
perjudicada. Sostenían que la obligatoriedad del contrato, descansa sobre el simple principio moral de que una
persona debe cumplir sus promesas y debe respetar sus acuerdos. También existía una controversia que era que
Siempre los pensados jurídicos han intentado justificar la obligatoriedad de los contratos.

Dentro de la teoría anterior, algunos parecen tolerar que no hay nada malo en incumplir, mientras que los daños
causados por cualquier pérdida sean pagados. La doctrina estadounidense sostenía el incumplimiento eficiente, es
decir, el incumplimiento del contrato es más eficiente que el cumplimiento cuando el costo de su cumplimiento
excede los beneficios para las partes.

Utilidad social. Otros buscan el fundamento en las ideas de utilidad y seguridad, no individual sino social. Los
pactos son aceptados por la ley en cuanto implican la colaboración y la realización de los intereses colectivos y
son irrevocables porque así lo determina la seguridad social.

El papel del mercado es el de armonizar los intereses individuales, y busca los intereses generales, entonces, el
mundo económico está gobernado por las leyes del mercado, la esfera privada se encuentra libre de poder o de
dominación.

La doctrina continental sostiene que la obligatoriedad del contrato surge de que las partes han aceptado
libremente el contenido del mismo y las limitaciones de voluntad que traía el pacto. Se agrega como factor soporte
de la fuerza vinculatoria del contrato, la buena fe- creencia y lealtad, que sumados a la libre aceptación de las
cláusulas limitativas de la voluntad, concurren a satisfacer las necesidades de los contratantes particulares y los
intereses colectivos.

Hay que aclarar que para finalizar la fuerza obligatoria devenida del consentimiento tiene su correspondencia en la
autorresponsabilidad y autodeterminación de los sujetos contratantes.

Fundamentos de la libertad de contratación según LORENZETTI

Autonomía de la voluntad como Autonomía de la voluntad Autonomía de la voluntad como


derecho preestatal reconocida por el Estado derecho fundamental

La soberanía de la voluntad es un No hay soberanía pre estatal, sino La libertad es anterior a la


principio de derecho natural, previo una delegación del Estado a la constitución del Estado, en la carta
a la organización del Estado. Lo autonomía privada, que por ello constituyente se plasmó la libertad
que no impide un mínimo control, puede ser controlada en sus de autodeterminación como derecho
pero se reconoce que todo está excesos. fundamental del individuo. El
librado a la autorresponsabilidad. derecho es constitucional operativo.

FUERZA OBLIGATORIA DEL CONTRATO Y SUS LÍMITES

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Las ideas de igualdad, libertad y fraternidad fueron materializadas en el código de Napoleón y luego trasladado a
nuestro código de Vélez. Durante el S XX nuestra doctrina recibió y acogió la influencia del pensamiento italiano y
se introdujeron normas morigerado del excesivo individualismo originario.

Luego de la reforma de la ley 17.711 que se incorpora a la buena fe como principal elemento, que exigía que los
contratos se celebren, interpreten y ejecuten de acuerdo al standard moralizador, el ordenamiento establece un veto
a las conductas deshonestas, e impone exigencias positivas, que habrá que tener con el prójimo (deberes de
diligencia, esmero, cooperación).

Así entonces no existe una autonomía de la voluntad irrestricta, sino que surgen instituciones limitativas,
como la teoría de la imprevisión, la lesión, el enriquecimiento sin causa, y el abuso de derecho, todos inspirados en
la buena fe.

Entonces existen situaciones, tanto en la etapa estructural o genética, como la funcional o de ejecución, que
ameritan el abandono de la rígida regla del pacta sunt servanda “Lo pactado obliga”, en consideración de aquella
rebus sic stantibus, en vista de corregir los desequilibrios subyacentes.

Se formulan una serie de fundamentos de esta revisión correctiva, que son:

● La justicia contractual
● La solidaridad que debe presidir la contratación
● La función social del contrato
● La integridad del consentimiento
● La voluntad implícita o presumida de las partes
● La proporcionalidad en las relaciones contractuales
● La buena fe
● La economía del contrato
● La causa del contrato
● La proscripción de todo uso abusivo o irregular de un derecho propio
● El principio de conservación

Se encuentran en nuestro derecho, ciertos institutos que no son otra cosa que remedios de los desequilibrios
contractuales (institutos limitativos de la autonomía de voluntad), y ellos son:

INSTITUTOS LIMITATIVOS DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

1. La teoría de la imprevisión

¿Qué es la imprevisión?

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El CCyC art. 1091 explica que “si en un contrato conmutativo de ejecución diferida o permanente, la
prestación a cargo de una de las partes se torna excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de
las circunstancias existentes al tiempo de su celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al riesgo
asumido por la que es afectada, ésta tiene derecho a plantear extrajudicialmente, o pedir ante un juez, por
acción o como excepción, la resolución total o parcial del contrato, o su adecuación. Igual regla se aplica al
tercero a quien le han sido conferido derechos, o asignadas obligaciones resultantes del contrato; y al contrato
aleatorio si la prestación se torna excesivamente onerosa por causales extrañas a su álea propia”

Es un instituto que está destinado a quitar la injusticia que nuevas circunstancias, luego de la celebración han
venido a conferir a este.

¿A qué contratos puede aplicarse la teoría de la imprevisión?

1) Contratos bilaterales

La regla es que se aplique a los contratos bilaterales onerosos, aunque algunas veces se han aplicado a
unilaterales onerosos.

2) Contratos onerosos

Lopez Mesa considera que sólo en contratos onerosos es posible utilizar esta herramienta ya que
imprevisión y gratuidad son conceptos incompatibles ya que para quien recibe una prestación gratis, todo
son ventajas, con lo que no puede luego plantear que ha sido perjudicado por circunstancias sobrevinientes.
Sin embargo, una interpretación ajustada del artículo podría llevar a supuestos de inequidad por ejemplo si
una fundación que por circunstancias extraordinarias ajenas a las partes y sobrevinientes al compromiso se
torna de muy costoso cumplimiento, en un contrato donde una sola de las partes ha asumido obligaciones,
esta podrá pedir una reducción de su prestación o bien una modificación en las modalidades de ejecución.

3) Contratos conmutativos

Contratos conmutativos aunque también los aleatorios cuando la prestación se torna excesivamente onerosa
por causa extraña a su propia álea.

4) Contratos de ejecución diferida o permanente

Tanto en los supuestos de distancia temporal con respecto al comienzo de la ejecución de la prestación, ya
sea en acto único o continuado, o en la ejecución inmediata pero de duración; hacen operativa la aplicación
de este instituto, en tanto permite la aparición de hechos sobrevinientes, ajenos a las partes, y que éstas no
han podido prever, susceptibles de desnaturalizar el acuerdo formulado oportunamente.

¿Cuáles son los requisitos de la imprevisión?

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REQUISITOS OBJETIVOS REQUISITOS SUBJETIVOS

1. Prestación excesivamente onerosa sobreviniente por 1. Imprevisibilidad del hecho sobreviniente, los
la alteración extraordinaria de las circunstancias acontecimientos extraordinarios e imprevisibles
existentes al tiempo de su celebración deben ser ajenos a las ordinarias y previsibles
2. Desequilibrio de las prestaciones que exceda el alea vicisitudes del mercado.
normal del negocio celebrado 2. Ausencia de culpa o mora, el desequilibrio no
3. Debe existir un nexo de causalidad entre el debe tener por causa la culpa de quien lo
acontecimiento extraordinario y la excesiva plantea.
onerosidad

¿Cuál es la naturaleza jurídica de la imprevisión? Para López Mesa es de orden público, pues no representa
únicamente una ventaja económica para el contratante perjudicado sino un remedio para asegurar, en beneficio del
interés público o general, la correcta ejecución de los contratos, por lo que las partes no pueden renunciar a ella.
Por otra parte, Lorenzetti y Llambías admiten la legitimidad de la cláusula de renuncia porque está basada en la
autonomía de la voluntad y no contradice al órden público; y ya que se admite el pacto sobre asunción de los
efectos del caso fortuito (más grave que la excesiva onerosidad) no hay dificultad en renunciar a la imprevisión. La
apreciación de la renuncia es de carácter restrictivo. Las cláusulas de renuncia en contratos de consumo son
abusivas.

¿Cuáles son los efectos de la imprevisión?

a. Da lugar a la extinción del contrato en su etapa funcional o adecuación, ya perfeccionado el


acuerdo de voluntades, supuestos donde las partes se encuentran ejecutando prestaciones, como en
casos de ejecución diferida, antes de la ejecución el contratante perjudicado, puede demandar la
resolución o adecuación.
b. Adecuación en cabeza de la contraparte beneficiada por las nuevas circunstancias, la nueva
norma no brinda a la parte favorecida por el hecho sobreviniente una acción para impedir la
resolución por ejemplo ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato, opción
disponible en el Cód. Civil de Vélez. Sin embargo, la cátedra considera que esta opción no está
vedada debido al “Principio de conservación” receptado en el art. 1066: antes de quitarle efecto al
contrato, el Juez deberá explorar la posibilidad de una conciliación de intereses entre las partes,
obrando con cuidado, dado que ya no cuenta con el apoyo de la norma específica.

A diferencia del caso fortuito, que igual que la imprevisión, requiere un hecho extraordinario o imprevisto pero el
caso fortuito determina la imposibilidad de cumplimiento mientras la imprevisión su excesiva onerosidad que lo

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vuelve gravoso pero no imposible. El caso fortuito se aplica a todo ámbito, mientras que la imprevisión sólo al
contractual.

Con la lesión se asemeja porque el deudor en ambas sufre un perjuicio patrimonial injusto y desproporcionado,
pero en la lesión este perjuicio se produce en el momento de celebración del acto, vicio estructural que conlleva la
nulidad; mientras que la imprevisión es causal sobreviniente, teniendo como efecto la resolución total o parcial o la
adecuación del mismo.

2. Lesión

¿Qué es la lesión?

La lesión es un instituto que se fundamenta en el orden público, está destinada a corregir los contratos donde se
constata un aprovechamiento de la necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia de uno de los contratantes,
que se revela una notable desproporción de las prestaciones.

Es intervencionista y se basa en una justicia correctiva, en nuestro derecho está regulada como un vicio del
consentimiento negocial. No estaba reconocido por el Cód. original en su visión liberal e individualista. Fue
desconocida por el código francés. Su primera formulación se dio como lesión ultra dimidium la cual se traducía en
el beneficio acordado al vendedor para dejar sin efecto el contrato de venta cuando el precio pactado era inferior a
la mitad del valor real de la cosa comprada. Fue olvidada con el derrumbe del imperio romano pero reapareció con
la escuela de glosadores y el derecho canónico, inspirado en una moral superior y principios de caridad cristiana
que propugna la protección de los más débiles. Tras la omisión de la lesión en el CC, fue la jurisprudencia que la
utilizó interpretando el artículo 953.

Fue incorporado al ordenamiento con la ley 17.711 y hoy se encuentra tipificado en el ccyc en el art. 332 que
dice: “Puede demandarse la nulidad o modificación de los actos jurídicos cuando una de las partes explotando la
necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada y sin justificación. Se presume, excepto prueba en contrato, que existe tal
explotación en caso de notable desproporción de las prestaciones. Los cálculos deben hacerse según valores al
tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el momento de la demanda. El afectado tiene opción para
demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se debe transformar en
acción de reajuste si éste es ofrecido por un demandado al contestar la demanda. Sólo el lesionado o sus herederos
pueden ejercer la acción.”

Lesión objetiva Lesión subjetiva

La lesión objetiva es aquella desproporción La lesión subjetiva, tiene como eje el acuerdo de voluntades, y
meramente numérica, que hace presumir la se presta atención al estado de inferioridad de la víctima y

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injusticia. La lesión afectaría al contrato, si las partes al aprovechamiento de ese estado del sujeto lesionante.
tuvieron razones para pactar de ese modo, y siguiendo
solo el criterio numérico, con o sin aprovechamiento
termina afectando a una relación jurídica querida por las
partes.

¿Cuál es su ámbito de aplicación?

Contratos, bilaterales, onerosos. Contratos en donde las ventajas que se procura a una de las partes les son
concedidas por una prestación que ésta ha hecho o se ha obligado a hacer a la otra.

¿Cuál es la naturaleza jurídica de la lesión?

Su naturaleza jurídica es de vicio del acto jurídico voluntario (con discernimiento, intención y libertad no viciadas)
pero que resulta viciado por la explotación de la situación en particular en la que se encuentra el agente lesionado.

¿Cuáles son sus requisitos?

Requisitos objetivos Requisitos subjetivos

Ventaja patrimonial, evidente, Inexperiencia: falta de los conocimientos que se adquieren por el
desproporcionada, sin justificación, la uso o la práctica, lo que impide apreciar con exactitud las
cual debe subsistir al tiempo de la características y las circunstancias más relevantes del acto que se
interposición de la demanda. realiza. Ej. sujetos muy jóvenes, de escasa condición socio-
Debe existir al momento de económica realizando actos complejos, personas de zonas rurales,
perfeccionamiento del contrato. etc. La inexperiencia puede derivar en error, que puede ser esencial
Debe ser apreciable de manera sencilla, o no esencial.
no necesita investigación.
La ventaja no debe ser justificada, pues Necesidad: Situación en la que el sujeto obra coaccionado por
nada impide que se celebre un contrato circunstancias externas que lo circundan, de orden material o
desproporcionado pero ellas deben estar espiritual (miseria, penuria económica)
justificadas, por ej., en la liberalidad que
debe exteriorizarse de algún modo para Debilidad psíquica del lesionado: Estado psíquico deficiente,
considerarse como tal. propio de la debilidad mental o de una confusión psíquica
accidental. Estado patológico que impide tener una dimensión plena
o cabal de las consecuencias del acto que realiza.

Explotación del lesionante de la situación de inferioridad

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Prueba de los elementos subjetivos: “se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso
de notable desproporción de las prestaciones.” (art. 332)

La doctrina predominante entiende que la presunción es a favor del lesionado por tanto el beneficio de liviandad en
la carga de la prueba, comprende tanto la conducta del lesionante como el estado de inferioridad de la víctima. Será
el demandado quién deberá probar algún supuesto de justificación.

Rivera no comparte esta tesis, afirmando que quien pretenda lograr la anulación deberá acreditar los dos elementos
de desproporción e inferioridad, una vez probados, la ley presume iuris tantum la existencia de la explotación.

Legitimación activa: el ejercicio de la acción es personal, no obstante desaparecido el lesionado por fallecimiento
sus herederos podrán interponer la acción

¿Cuáles son los efectos de la lesión?

a. Reajuste, se aclara en el art. 332 “... o un reajuste equitativo del convenio,..”


b. Nulidad, también está aclarado en mencionado artículo, y vale decir que se trata de una nulidad relativa, ya
que protege a un interés particular y no uno de orden público. No puede ser declarada de oficio por el juez,
ni a pedido del Ministerio Público. La acción de nulidad debe convertirse en acción de reajuste si éste es
ofrecido por el demandado al contestar la demanda. Prescripción de la acción de dos años contados desde
la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida.
c. Anulación parcial, no fue prevista en la reforma, pero sí está prevista en la teoría general de los actos
jurídicos,(art. 389) se afirma que puede aplicarse de manera residual.

3. Abuso de derecho

Fue reconocido en nuestro ordenamiento en la ley 17.711 se lo ubica entre los límites a la autonomía de la
voluntad, pero su operatividad excede a los contratos, y se aplica a todo tipo de derecho. Aunque no sean
incorporados al contenido contractual, son operativos por estar previstos en la ley.

Para conceptualizar hay que aclarar que los derechos no pueden ser objetos de la malicia, y tienen un espíritu
que es la razón por la cual la ley los ha concedido. Es ilegítimo ejercerlos contra los fines inspirados en la ley.

¿Cuándo se obra en abuso de derecho? Desde el criterio subjetivo, conecta este accionar con la idea de culpa o
dolo, es decir con intención de perjudicar al otro. Y el criterio objetivo, se concreta en la finalidad de la ley, la cual
debe subyace necesariamente en su ejercicio.

El art. 10 dónde está conceptualizado el abuso de derecho, toma el criterio objetivo, diciendo “el ejercicio
regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito
ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines

62
del ordenamiento jurídico el que excede los lineamientos impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación jurídica
abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización.”

El CCyC contempla dos derivaciones de los derechos, el abuso de la posición dominante y la situación jurídica
abusiva.

El abuso de la posición dominante, se da cuando una o más personas para un determinado tipo de producto o
servicio son la única oferente o demandante, dentro del mercado nacional, y está en condiciones de determinar la
viabilidad económica de un competidor participante en el mercado, en perjuicio de estos. La posición dominante
no es en sí misma ilícita, sino el abuso de ella.

La situación jurídica abusiva, es cuando el mismo resultado se alcanza a través de la predisposición de una
pluralidad de actos jurídicos conexos.

¿Cuáles son sus efectos? Las consecuencias del abuso de derecho son dos, la causa legítima de paralización del
derecho desviado, y que el abuso compromete la responsabilidad del titular del derecho que ejerce sus facultades
abusivamente, obligándolo al resarcimiento del daño ajeno.

Como aclara al final el art. 10 el juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una
indemnización.

4. Enriquecimiento sin causa

¿Qué es el enriquecimiento sin causa? Se encuentra tipificado en el código, en los artículos 1794, 1795 y 1796, bajo
la figura de pago indebido. Un enriquecimiento sin causa es un desplazamiento patrimonial sin correlato o
contraprestación, que produce el empobrecimiento de una de las partes y el enriquecimiento de la otra sin
una causa legítima que los vincule. Ante la falta de causa el ordenamiento reconoce la invalidez, en el art. 1794
aclara que toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a expensas de otro, está obligada, en la medida
de su beneficio, a resarcir el detrimento patrimonial del empobrecido.

REQUISITOS

● El enriquecimiento de una parte, que luego será deudor de la obligación que nace de la fuente enriq.
s/causa.
● El empobrecimiento de otro, que será el acreedor de la obligación y podrá demandar que se reestablezcan
los patrimonios al estado anterior ejerciendo la acción de reembolso o restitución.
● Debe existir nexo de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento
● El enriquecimiento debe carecer de justificación legítima

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● No debe existir obra acción para obtener la reparación del empobrecimiento sufrido, es de carácter
subsidiario

EFECTOS

Tiene como efecto la acción de restituir o reembolsar al empobrecido aquel monto del enriquecimiento, el monto
del enriquecimiento será la medida de la acción.

Imprevisión Lesión Abuso de derecho Enriq. s/ causa

Concepto Derecho de plantear extra o Instituto destinado a Se considera tal el Es un


judicialmente la resolución corregir contratos en los que contraría los desplazamiento
total o parcial del contrato o cuales se constata un fines del patrimonial sin
su adecuación cuando aprovechamiento de la ordenamiento correlato o
posterior a su celebración la necesidad, debilidad jurídico el que contraprestación, que
prestación se vuelve psíquica o inexperiencia excede los produce el
excesivamente onerosa por de uno de los lineamientos empobrecimiento de
una alteración contratantes, relevada impuestos por la una de las partes y el
extraordinaria y por la desproporción en buena fe, la moral y enriquecimiento de
sobrevenida, por causas las prestaciones. las buenas la otra sin una causa
ajenas. costumbres. legítima.

Aplicación Contratos bilaterales, Contratos bilaterales A todo el derecho, Subsidiaria ante


onerosos, conmutativos y de onerosos como elemento lagunas legales.
ejecución diferida o natural de los
permanente. contratos

Requisitos Prestación excesivamente Subjetivo de - El enriquecimiento


onerosa sobreviniente por la inexperiencia, necesidad injustificado de una
alteración extraordinaria de o debilidad psíquica del parte
las circunstancias existentes lesionado
al tiempo de su celebración Explotación del El empobrecimiento
Desequilibrio de las lesionante. de otra parte con
prestaciones Objetiva de la evidente y nexo de causalidad
Nexo de causalidad entre desproporcionada entre el
acontecimiento ventaja patrimonial no enriquecimiento y el
extraordinario y excesiva justificada empobrecimiento
onerosidad No debe existir obra
Hecho sobreviniente acción para obtener
imprevisible

64
Ausencia de culpa o mora la reparación

Naturaleza De orden público, no Acto voluntario viciado -


renunciable por la explotación, de
órden público

Efectos Extinción o adecuación del Nulidad relativa Paralización del Restituir o


contrato en su etapa Reajuste derecho desviado de reembolsar al
funcional Anulación parcial sus fines regulares empobrecido aquello
Reparación del daño que ha enriquecido
al deudor.

EFECTO SUBJETIVOS DE LOS CONTRATOS

Es un principio en el derecho de los contratos que el contenido de ellos, es obligatorio para las partes, y aclara el
art. 959 que el contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos que la
ley prevé.

Dispone el art. 1021 la regla general respecto a los efectos, diciendo que el contrato sólo tiene efecto entre las
partes contratantes; no lo tiene respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley. “Las convenciones
hechas en los contratos forman una regla a la cual deben someterse como a la ley misma, y por lo tanto el contenido
contractual es obligatorio, en principio, exclusivamente para las partes”

Principio del efecto relativo “Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes, su contenido
solo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de las partes o en supuestos que la ley prevé”. El contrato es
un acto jurídico bilateral con fuente en la autonomía privada y solo causa obligaciones para quienes lo celebran, sus
efectos jurídicos son limitados. Los actos particulares de ningún modo podrían afectar a extraños, ni perjudicarlos
ni beneficiarlos.

El CCyC en el cap. 9 sección 1, art. 1021 establece la regla general, acorde a los principios antes mencionados
diciendo “el contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene respecto a terceros, excepto en
los casos previstos por la ley”

Esta regla tiene excepciones, como los casos de contratos a favor de terceros, y la conexidad contractual. Éste
último supuesto se da, cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre sí por una finalidad
económica común previamente establecida, y uno de ellos ha sido determinante del otro para el logro del
resultado perseguido. La finalidad puede ser establecida por la ley, expresamente pactada, o derivada de la
interpretación.

65
ENTRE PARTES Y CON RELACIÓN A TERCEROS

Cuando se trata de las partes, el contrato es un acto jurídico bilateral que causa obligaciones, pero frente a los
terceros es un hecho jurídico, un acontecimiento con relevancia legal a los cuales les son oponibles en distintos
grados.

PARTES

Se considera parte del contrato a quien:

a. lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno (ej, de mandato sin representación) interviene
materialmente en la celebración del negocio, es quien dispone, estipula, promete, quien puede o no ser
parte del negocio.
b. es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés (supuesto de mandato con
representación, quien otorga el acto será el representante, pero los efectos jurídicos se imputarán a su
representado)
c. manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación (el sujeto que transmite la voluntad actúa como un mero intermediario o comunicador de la
voluntad de la eventual parte del contrato)

Sucesores: El art. 398 del CCYCN sienta la regla de la libre transmisibilidad de los derechos, diciendo que todos
los derechos son transmisibles, excepto estipulación válida de las partes o que ellos resulte de la prohibición legal
o que importe transgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres. Luego el art. 399 aclara como
principio general que nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene.

La sucesión se puede dar por actos entre vivos o por causa de muerte, el derecho de los contratos se asienta en los
actos entre vivos. La sucesión es el ingreso de un sujeto en una relación jurídica ya existente. El art. 400 del
CCYCN brinda la definición de sucesor universal, que es aquel que recibe todo o una parte indivisa del patrimonio
de otro; sucesor singular es el que recibe un derecho en particular. Los efectos del contrato se extienden, activa y
pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la
persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté prohibido por una cláusula
del contrato o ley.

Terceros: son todas aquellas personas ajenas al acto contractual. No tienen relación obligatoria con los
otorgantes del acto y permanecen intocados por los efectos. Como bien señala el art. 1022, cuando dice que el
contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los terceros tienen derecho a invocarlo para
hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no han convenido, excepto disposición legal en contrario.

Hay algunas consecuencias susceptibles de alcanzar a los terceros, eso lleva a la doctrina a distinguir entre terceros
interesados y terceros no interesados.

66
Tercero no interesado, son aquellos totalmente ajenos al negocio y a sus efectos, no tienen derechos subjetivos o
intereses legítimos afectados por el acto jurídico.

Tercero interesado, son aquellos titulares de un derecho subjetivo o un interés legítimo afectado por la relación
jurídica. Tales son los titulares de derechos reales sobre las cosas que son objeto de la relación jurídica , (ej, de
dar en locación una cosa ajena, tercero interesado será el titular del derecho de dominio sobre la cosa) y l os
acreedores privilegiados o quirografarios de las partes del negocio, (el acreedor es un tercero interesado en
relación al contrato de compraventa, en tanto el negocio de su deudor repercute en sus intereses legítimos)

CONTRATO EN NOMBRE DE TERCEROS

Está dispuesto en el art. 1025 del CCYCN y dispone que quien contrata en nombre de un tercero sólo lo obliga
si ejercer su representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o
tácita del tercero suple la falta de representación; la ejecución implica ratificación tácita.

El contrato celebrado a nombre de otro del que no se tenga autorización o representación legal, es de ningún valor y
no obliga a nadie ni al que lo hizo, es sencillamente ineficaz.

Nadie puede obligar a otro sin tener una representación convencional suficiente para ello. Quien carece de
legitimación para actuar por otro no obliga a éste, y el contrato así celebrado será pasible de nulidad al
cocontratante. La rectificación del contrato por el tercero a quien se pretensión obligar suple la falta de
representación, lo que puede surgir de modo expreso o tácito.

La ratificación es un acto jurídico integrativo, posterior a aquel que integra, en virtud del cual el tercero pasa a ser
parte del acto ratificado, quedando obligado conforme a sus términos y en condiciones de exigir su cumplimiento.
Por este medio confirmatorio suple la falta de representación. Es más bien una autorización ex post facto que tiene
el mismo efecto que la autorización previa.

PROMESA DEL HECHO DE TERCEROS

Tipificado en el art. 1026 del CCYCN disponiendo: que quien promete el hecho de un tercero queda obligado a
hacer lo razonablemente necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea
aceptada, queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa.

No vincula ni obliga al tercero, solo compromete la responsabilidad de quien promete el hecho del tercero.

Dice Lorenzetti que la promesa del hecho de tercero supone asumir una obligación de hacer cargo del obligado,
cuyo contenido puede ser moldeado con diferentes alcances dentro del ejercicio de la autonomía de la voluntad de
los contratantes. En principio, importa una obligación que se satisface mediante la realización de la actividad
prometida, y por excepción comprende el resultado de la ratificación. Resulta discutible la naturaleza jurídica
del pacto de garantía de cumplimiento.

67
Salvo que quien prometa el hecho del tercer garantice el resultado, la obligación asumida será de medios.

ESTIPULACIÓN A FAVOR DE TERCEROS

Este instituto se encuentra previsto en los artículos 1027 y 1028 del CCYCN. Es preciso diferenciar las partes de
este contrato, son relaciones jurídicas triangulares, quien hace la estipulación es el estipulante, quien imprime el
motivo del acto; el promitente, es el que realizará a favor del tercero, es decir el que resulta obligado a realizar la
prestación; y el tercero lo es respecto a esta relación contractual anterior, pero como la convención ha sido
establecida a su favor es el beneficiario.

En primer lugar está el contrato base, que es la que vincula al estipulante y al promitente, que deberá reunir los
presupuestos y elementos esenciales de todo contrato para su validez. Como aclaran los incisos del art. 1028 del
CCYCN el estipulante está facultado de exigir el cumplimiento, y de resolver el contrato. El código precisa que la
extinción no afecta los derechos del tercero beneficiado, lo que implica dejar a salvo la facultad de pretender la
reparación del daño derivado de la inejecución. La doctrina aclara que no resultará admisible dicha resolución,
cuando cuente con la conformidad del beneficiario o cuando el estipulante se haga cargo del cumplimiento de la
obligación, en tanto la redacción del art. 1027 del CCYCN aclara que “el estipulante puede revocar la estipulación
mientras no reciba la aceptación del tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente
si éste tiene interés en que sea mantenida”

La relación entre el estipulante y el beneficiario, debe tener una causa fin que puede ser el ánimo de liberalidad,
el cumplimiento como “dación en pago” o cualquier otra que justifique el beneficio. Es preciso aclarar que la causa
debe existir, durante la celebración y subsistir durante la ejecución.

La aceptación, que no requiere formalidad alguna, del beneficiario, no es un requisito para la adquisición del
derecho, ya que se produce por efecto directo del contrato, ésta tiene el significado de convertir a dicha adquisición
en irrevocable e inmodificable. Una vez aceptado el beneficio, podrá exigir de manera directa la ejecución de la
prestación prometida, para lo cual dispone de todos los medios legales para eso.

El art. 1027 plantea como facultades del tercero, las de aceptar el beneficio, y prevalerse de ella luego de haberla
aceptado, pero no se transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice.

Ejemplos: donación con cargo a favor de un tercero, beneficiario de un fideicomiso, contrato de renta vitalicia a un
tercero.

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TERCERO BENEFICIARIO
ACREEDO
R
Exige el
cumplimient
o, si realizó
la aceptación
RELACIÓ RELACIÓ
N DE N
VALOR DIRECTA
Liberalidad

CONTRAT
ESTIPULANTE O BASE PROMITENTE

DEUDOR
Hace la estipulación a favor del tercero,
Realiza la
exige su cumplimiento al tercero/resuelve el
promesa al
contrato
tercero

EFECTOS OBJETIVOS DE LOS CONTRATOS

SUSPENSIÓN DE CUMPLIMIENTO Y TUTELA PREVENTIVA

La suspensión de cumplimiento es un instituto que busca brindar herramientas que eviten o al menos
disminuyan, los efectos nocivos del incumplimiento. Tiene como objetivo la protección de la reciprocidad
funcional. Se aplica en los contratos bilaterales, sinalagmáticos o de prestaciones correlativas.

Estaba ya prevista en el código derogado y actualmente está prevista como acción en el art. 1031 del CCYCN
donde dice que en los contratos bilaterales, “Cuando las partes deben cumplir simultáneamente, una de ella puede
suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir . La suspensión puede
ser deducida judicialmente como acción o como excepción. Si la prestación es a favor de varios interesados, puede
suspenderse la parte debida a cada uno hasta la ejecución completa de la contraprestación”

Puede ser articulada como acción, pero cuando es opuesta como excepción, resulta necesario articularla en los
plazos procesales, siendo una defensa de fondo, y sobre su procedencia se expedirá el magistrado al momento de
dictar sentencia.

Se necesita estar en presencia de un incumplimiento grave, sino se estaría cayendo en un ejercicio abusivo del
derecho. Hay que recordar que el pago es la adecuación a la prestación proyectada, en medida que éste se aleje,
permitirá el uso de la herramienta, por quien debe cumplir al mismo tiempo y después del incumplidor. Si una de

69
las partes debe cumplir antes o simultáneamente a la otra, y no lo hace, o lo hace defectuosamente, la parte
perjudicada puede suspender su cumplimiento.

Para la procedencia del instituto se necesita:

● Que existan obligaciones recíprocas,


● Que la obligación a cargo del reclamante sea exigible, y no haya sido cumplida.

Podrá defenderse diciendo que:

● Que su obligación fue cumplida.


● Que no fue cumplida porque no era exigible por mediar un plazo o condición suspensiva.
● Que no fue cumplida por mediar una eximente, como la imposibilidad o pago.
● Que el demandado que interpone la defensa es el que causó el incumplimiento del actor.

TUTELA PREVENTIVA

La tutela preventiva se trata de una acción preventiva del crédito, es un instituto lindante a la suspensión de
cumplimiento, pero acá la finalidad preventiva es más fuerte y habilita a quien debe cumplir antes, o
simultáneamente, a no hacerlo, justificando su omisión en el menoscabo económico sufrido por su
cocontratante.

Está prevista en el art. 1032 del CCYCN que dispone que una parte puede suspender su propio cumplimiento si
sus derechos sufrieran una grave amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo significativo en
su aptitud para cumplir, o en su solvencia. La suspensión queda sin efecto cuando la otra parte cumple o da
seguridades suficientes de que el cumplimiento será realizado.

El instituto se fundamenta en que la prestación de la parte solvente carecería de causa si cumpliera siendo
evidente que la otra parte no lo hará. El supuesto del hecho activante no es una lesión, sino una mera amenaza
de lesión, la afectación de una expectativa de cumplimiento o una “amenaza de daño”

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LA SEÑA O ARRAS

Es un elemento accidental de los contratos, que las partes deben introducir al contenido del contrato. El concepto de
seña es lo que se entrega por una parte a la otra en virtud de una cláusula accidental de un contrato bilateral con la
finalidad de facultar a las partes o solo a una de ella, a resolver por su sola voluntad el contrato (penitencial) o
con la finalidad de confirmarlo (confirmatoria).

De esto podemos entender que pueden ser dos tipos de señas, la penitencial que es aquella que permite al que se echa
para atrás en el negocio, a conocer anticipadamente el resarcimiento, que deberá pagar por la toma de su decisión. Y
la confirmatoria, que se entiende como un principio de ejecución, se entiende como un pago a cuenta, y únicamente se
podrá extinguir en caso de darse los supuestos de rescisión, revocación o resolución.

La seña está prevista en el art. 1059 del CCYCN: establece la seña confirmatoria, con ella supuestamente se funda la
comercialización del derecho civil. Así si las partes introducen este elemento accidental, sin especificación alguna,
será la confirmatoria, en tanto que en el supuesto de convenir expresamente la facultad de arrepentirse, “quien entregó
la señal, la pierde en beneficio de la otra, y quien la recibió, debe restituir doblada”. Quien entrega la seña y se
arrepiente, pierde la seña. Quien recibe la seña y se arrepiente, debe restituir la seña.

Luego el art. 1060 aclara el objeto, puede ser en dinero o cosas muebles, si es de la especie en la que debe darse el
contrato, se toma como parte de la prestación, pero no si es diferente a la especie, o si la obligación es de hacer o no
hacer. La seña se aplica en los contratos bilaterales y onerosos.

OBLIGACIÓN DE SANEAMIENTO

Es un elemento natural de todos los contratos onerosos, busca resguardar el mantenimiento de la relación de
equilibrio prestacional, que gobierna a los contratos onerosos, así lo aclara el art. 1036 del código, donde indica que la
responsabilidad por saneamiento existe aunque no haya sido estipulada por las partes. Éstas pueden aumentarla,
disminuirla o suprimirla. El siguiente artículo, el 1037 declara el carácter restrictivo en la interpretación de las cláusulas
que supriman o disminuyan esta garantía. Es un elemento natural y de responsabilidad objetiva.

Hay que comprender que se trata de una responsabilidad objetiva, y el art. 1033 aclara quienes son los responsables:

● El transmitente de bienes a título oneroso (implica la enajenación de toda especie de derechos patrimoniales)
● Quién ha dividido bienes con otros (es decir que la responsabilidad alcanza a los comuneros, copropietarios o
coherederos, que efectúan la partición de bienes, que son los cotitulares)
● Sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso (quienes
antecedieron al enajenante en la titularidad del derecho transmitido)

El art. 1034 del CCYCN indica cuales son las garantías comprendidas, que son evicción y vicios ocultos.

71
ARTÍCULO 1034. Garantías comprendidas en la obligación de saneamiento. El obligado al saneamiento
garantiza por evicción y por vicios ocultos conforme a lo dispuesto en esta Sección, sin perjuicio de las normas
especiales.

Siguiendo el en la redacción del código, el art. 1035 del CCYCN declara que también los adquirentes a título gratuito
podrán ejercer provecho de la responsabilidad por saneamiento.

Con respecto a los efectos de las garantías, están aclarados en el art. 1039 del CCYCN, aclarando que el acreedor de la
responsabilidad por saneamiento tendrá derecho a optar por:

● Reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios


● Reclamar un bien equivalente, si es fungible
● Declarar la resolución del contrato, excepto en casos de los artículos 1050 (prescripción adquisitivo) y 1057
(defecto subsanable)

Se entiende que la obligación de saneamiento, según lo dispuesto en el art. 1039 comprende la tutela resarcitoria de la
responsabilidad civil, entonces está prevista que la reparación de daños se puede acumular con las acciones previstas
en el artículo 1039.

De ésta regla se desprenden excepciones, donde no se podrá reclamar el resarcimiento, que son:

● Si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios (hecho del
damnificado)
● Si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios
● Si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente (sería un elemento accidental, donde las partes hayan
pactado esta exoneración de responsabilidad)
● Si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa (siguiendo los requisitos de las leyes
especiales, tendría plena legitimidad el acto, no habría una conducta ilegítima.

Al finalizar el artículo aclara que la excepción de los incisos a y b no serán aplicables, si el enajenante actúa
profesionalmente en la actividad que corresponde la enajenación, al menos que el adquirente también se desempeñe
profesionalmente.

Luego el art. 1038 aclara dos casos donde se tendrán por no convenidas estas cláusulas:

● Si el enajenante conoció, o debió conocer el peligro de evicción, o la existencia de vicios (con atención al deber
de buena fe de los contratantes, y el deber de autoinformación)
● Si el enajenante actúa profesionalmente (consumo) o que el adquirente también actúe profesionalmente en la
actividad (contratos entre empresas).

72
No se admite la supresión de estas garantías en contratos celebrados por adhesión o de consumo, ya que constituyen
cláusulas abusivas.

RESPONSABILIDAD POR EVICCIÓN

La evicción es una obligación de hacer en cabeza del vendedor a garantizar la legitimidad del derecho que
transmite, debiendo asegurar que al comprador que su título era bueno y que nadie podrá perturbarlo en el goce de la
cosa alegando sobre ella un mejor derecho. El contenido de la responsabilidad por evicción lo encontramos en los
artículo 1044 y 1045 del CCYCN:

ARTÍCULO 1044. Contenido de la responsabilidad por evicción. La responsabilidad por evicción asegura la existencia
y la legitimidad del derecho transmitido, y se extiende a:

a) toda turbación de derecho, total o parcial, que recae sobre el bien, por causa anterior o contemporánea a
la adquisición;
b) los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de la propiedad intelectual o industrial , excepto
si el enajenante se ajustó a especificaciones suministradas por el adquirente;
c) las turbaciones de hecho causadas por el transmitente.

ARTÍCULO 1045. Exclusiones. La responsabilidad por evicción no comprende:

a) las turbaciones de hecho causadas por terceros ajenos al transmitente;


b) las turbaciones de derecho provenientes de una disposición legal;
c) la evicción resultante de un derecho de origen anterior a la transferencia, y consolidado posteriormente.
Sin embargo, el tribunal puede apartarse de esta disposición si hay un desequilibrio económico
desproporcionado.

Los requisitos para hacer valer ésta garantía son:

● La existencia de una transmisión de derecho a título oneroso,


● Una turbación total o parcial de derecho,
● Los reclamos de terceros deben tener origen en causas anteriores o contemporáneas a la adquisición.

La citación a juicio está dispuesta en los artículos 1046 y 1047 del CCYCN diciendo que si un tercero demanda la
adquirente en un proceso del que pueda resultar la evicción de la cosa, el garante citado a juicio debe comparecer los
términos de la ley de procedimientos. El adquirente puede seguir actuando en el proceso.

El garante debe pagar al adquirente los gastos que éste ha afrontado para la defensa de sus derechos. Sin embargo, el
adquirente no puede cobrarlos, ni efectuar ningún otro reclamo si, no citó al garante al proceso; citó al garante y aunque
éste se allanó, continuó la defensa y fue vencido.

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En estas normas se analizan las implicancias procesales de la citación de evicción. Coherente con ello, se trata de
normas mínimas que se integran con las disposiciones procesales respectivas, y con las normas generales relativas a los
efectos del contrato, la obligación de saneamiento y la responsabilidad civil.

RESPONSABILIDAD POR VICIOS OCULTOS

Los vicios ocultos son aquellos defectos existentes al momento de la contratación, que el adquirente de un derecho,
en un contrato oneroso, no conoció ni pudo haber conocido empleando una diligencia media. El CCyC los define
en el inc. b del art. 1051 del CCYCN como los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino por razones
estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no la
habría adquirido, o su contraprestación hubiera sido significativamente menor.

Sigue la redacción del CCYCN en el art. 1053 excluyendo de esta responsabilidad a:

● Los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un examen adecuado a las
circunstancias del caso al momento de la adquisición, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de
aquellos. Si reviste características especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere
cierta preparación científica o técnica, para determinar esa posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega
● Los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia incumbe al
adquirente, excepto si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la
transmisión.

Para el ejercicio de éste tipo de defectos en la cosa o bien adquirido, el legislador ha previsto un sistema de distintos
plazos superpuestos, que deben ser respetados por el adquirente so pretexto de pérdida de la garantía.

El defecto debe existir al momento de la celebración del acuerdo de voluntades, cuando se hace notorio se comienza a
contar el plazo de la prescripción, que es de 1 año.

Veremos cuando debe manifestarse el defecto, en las cosas inmuebles, el vicio debe manifestarse dentro de los 3 años,
en bienes muebles, dentro de los seis meses.

El adquirente tiene la carga de denunciar expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta
días de haberse manifestado. Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo
advertirlo. El incumplimiento de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante
haya conocido o debido conocer, la existencia de los defectos.

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UNIDAD 5 INTERPRETACIÓN. CONTRATOS DE CONSUMO. EXTINCIÓN.
RESPONSABILIDAD

CONCEPTO Interpretar es comprender su verdadero sentido y alcance, cuando éste presenta algún costado ambiguo
u oscuro. El art. 959 del CCyCN: “Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las
partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo
prevé”.

Entonces, el contrato participa, en ciertos aspectos, de las características de la ley, principalmente en su obligatoriedad.
Los contratos, como subespecie normativa, deben ser interpretados teniendo en cuenta criterios brindados por la ley,
pudiendo también ser “integrados” y “calificados”.

En la interpretación siempre debe regir el principio interpretativo de todo el ordenamiento jurídico el de buena fe,
regulado en el art. 9 del CCyCN “Los derechos deben ser ejercidos de buena fe”. Luego en su art. 1061, ordena:
“Intención común. El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las partes y al principio de
buena fe”.

DÍEZ PICAZO decía que el ordenamiento jurídico no sólo establece un veto a las conductas deshonestas (obligación de
no engañar, no defraudar, etc.) sino que impone exigencias positivas para con el prójimo (deberes de diligencia, esmero,
cooperación, etc.). Esta exigencia de conductas positivas, siguiendo a MOSSET, consagra que es insuficiente no actuar
de mala fe.

Sistema legislativo y principios doctrinarios sobre interpretación. Hay dos grandes enfoques en la interpretación de
los contratos, la teoría subjetiva o clásica y la teoría objetiva.

TEORÍA SUBJETIVA TEORÍA OBJETIVA

Busca descubrir la verdadera intención de las partes contratantes que No se debe interpretar intenciones
dio vida al contrato antes que atenerse al significado de sus palabras. internas, sino declaraciones de voluntad.
Se asienta en la autonomía de la voluntad, sosteniendo la necesidad de El objeto de interpretación es la
incluir preceptos interpretativos en los códigos. declaración de voluntad, debiendo
Reglas de Pothier: “Las cláusulas dudosas deben, en primer lugar, ser buscarse la intención manifiesta y no
interpretadas de acuerdo al uso del lugar donde se ha concertado el la supuesta.
contrato. La primera dirección de la
En segundo lugar cuando exista la posibilidad de dos sentidos, debe interpretación es la que se ajusta a
ser tomado aquel que conviene más a la materia del contrato. las exigencias hermenéuticas de los
En tercer lugar, si hay dos sentidos que convienen igualmente, se actos de autonomía privada. El
optará por aquel con el cual el contrato es susceptible de producir significado que ellos entendieron

75
algún efecto. atribuirle a las expresiones de esa
En cuarto lugar, el contrato se interpreta contra el acreedor y a favor autonomía es el que debe tener
de quien ha contraído la obligación. preponderancia, pues es el que mejor
Debe tenerse en cuenta el comportamiento conjunto observado por las se concilia con la razón de ser de la
partes y las circunstancias en que las declaraciones fueron emitidas. potestad de autodeterminación.

REGLAS INTERPRETATIVAS EN EL CCYN

Pautas hermenéuticas incorporadas a nuestro CCyCN, en los arts. 1061 a 1066.

Art. 1061. Intención Común. El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las partes y al
principio de buena fe”. Aquí se inclinan por una postura subjetiva, al darle valor a la intención común de las partes
como principal marco interpretativo, también reitera la importancia que se da al principio moralizador de la buena fe en
todo el ámbito del derecho argentino.

Art. 1062. Interpretación restrictiva. Cuando por disposición legal o convencional se establece expresamente una
interpretación restrictiva, debe estarse a la literalidad de los términos utilizados al manifestar la voluntad. Este
artículo no es aplicable a las obligaciones del predisponente y del proveedor en los contratos por adhesión y en los de
consumo respectivamente”. Este artículo consagra, cuando surja de una ley o de una convención, la teis

"Art. 1063. Significado de las palabras. Las palabras empleadas en el contrato deben entenderse en el sentido que
les da el uso general, excepto que tengan un significado específico que surja de la ley, del acuerdo de partes o de los
usos y prácticas del lugar de celebración conforme con los criterios dispuestos para la integración del contrato. Se
aplican iguales reglas a las conductas, signos y expresiones no verbales con los que el sentimiento se manifiesta".
Como decía Pothier, se debe hablar claro y con lenguaje sencillo, dándole a los usos y costumbres del lugar un rol
preponderante al interpretar los términos ambiguos o confusos.

"Art. 1064. Interpretación contextual. Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medios de las otras, y
atribuyéndoles el sentido apropiado al conjunto del acto". Se debe interpretar el contrato como un todo coherente y
armónico, en el cual las cláusulas deben coordinarse entre sí.

"Art. 1065. Fuentes de interpretación. Cuando el significado de las palabras interpretado contextualmente no es
suficiente, se deben tomar en consideración: a. las circunstancias en que se celebró , incluyendo las negociaciones
preliminares; b. la conducta de las partes incluso la posterior a su celebración; c. la naturaleza y finalidad del
contrato". Aparicio dice que ante la imposibilidad de extraer del texto la verdadera intención subjetiva de las partes,
deberá acudirse de un modo subsidiario a la postura objetiva y analizar las circunstancias en que se celebró, así como
la conducta de las partes y la causa, tanto la generatriz o fuente como la causa fin, o finalidad buscada por las partes
al contratar".

76
"Art. 1066. Principio de conservación. Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas, debe
interpretarse en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde
entenderlos con el alcance más adecuado al objeto del contrato". Siguiendo la segunda y tercer regla de Porthier se
debe interpretar el texto contractual según la regla del "favor negotii", esto es dándole vida al contrato y buscando que
produzca efectos jurídicos antes que privarlo de ellos, entendiendo las cláusulas según mejor convenga a la naturaleza
del contrato.

"Art. 1067. Protección de la confianza. La interpretación debe proteger la confianza y lealtad que las partes se deben
recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del
mismo sujeto". Es una reafirmación del principio de Buena fe que debe regir la vinculación contractual, el CCyCn
exige la protección de las dos conocidas facetas de ella, como confianza y lealtad. Igualmente consagra la denominada
"teoría de los actos propios", que establece que nadie puede ponerse en contradicción con su propia conducta previa.

"Art. 1068. Expresiones oscuras. Cuando a pesar de las reglas contenidas en los artículos anteriores persisten las
dudas, si el contrato es a título gratuito se debe interpretar, en el sentido que produzca un ajuste equitativo de los
intereses de las partes".

Prelación normativa

Integración del contrato

Es un procedimiento legal que introduce efectos contractuales no previstos por las partes, pero dispuestos por la
ley. Intenta extraer del negocio jurídico determinados efectos impuestos por la ley, aunque éstos no hayan sido previstos
ni queridos por los contratantes, siguiendo el hecho de que las normas con carácter supletorio deben aplicarse al contrato
cuando no hubieran sido expresamente derogadas por las partes.

Calificación del contrato

La calificación del contrato permite establecer cuáles normas le serán aplicables al contrato, identificando su
tipología. Es la operación que consiste en incluir ese contrato en una categoría establecida, es decir, determinar su
naturaleza jurídica. Permite establecer las reglas aplicables, tanto las imperativas como las supletorias; aquí el juez debe
ejercer razonablemente su facultad interpretativa, especialmente a la finalidad económica del contrato.

Principio de buena fe
Debemos comenzar por distinguir entre la buena fe subjetiva, y la buena fe objetiva.
La buena fe subjetiva, o en sentido psicológico, consiste en la creencia nacida de un error excusable, de que su
conducta no va contra derecho. Este concepto consiste en creer que no se está dañando un interés ajeno tutelado por el
derecho o en ignorar que se estaba provocando tal daño, y además consiste en la creencia o error de una persona con la
que otro sujeto, que se beneficia, se relaciona.

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La buena fe objetiva o en sentido ético consiste en la creencia y confianza que tiene un sujeto en que una
declaración surtirá en un caso concreto los mismos efectos que ordinaria y normalmente ha producido en casos
iguales.  Son las reglas objetivas de la honradez en el comercio o en el tráfico, que llevan a creer en la palabra
empeñada y en que el acto sea concertado lealmente, obrando con rectitud.

Podemos sostener que el principio general de la buena fe es una norma jurídica que impone a las personas el deber
de comportarse lealmente en el tráfico jurídico, ajustando el comportamiento al arquetipo de conducta social
reclamada por la ética vigente. Además exige a los sujetos una actitud positiva de cooperación y de despertar confianza
en las declaraciones, manteniendo la palabra empeñada.

Art. 961: Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no solo a lo que
está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los
alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor.

Art. 991: Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una oferta, las partes
deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de este deber genera la
responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin culpa, en la celebración del
contrato. 

Interpretación y prelación normativa en los contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales y
predispuestas y en los contratos de consumo
Los contratos de contenidos predispuestos no constituyen una tipología nueva aunque han alcanzado en la actualidad su
máxima operatividad, dado que son los grandes empresarios proveedores de bienes y servicios quienes tienen el poder
económico, técnico y jurídico para elaborar el contrato en su totalidad, dejandole al co-contratante particular la sola
opción de contratar o no.
Ello da pie a que la doctrina y la legislación elaboraran pautas especiales de interpretación de las mismas.
Así, las cláusulas especiales prevalecen sobre las generales, aunque éstas no hayan sido canceladas, y las
incorporadas prevalecen sobre las predispuestas.
Regla 7° de Pothier: En caso de duda, una cláusula debe interpretarse contra aquel que ha estipulado alguna cosa y en
descarga del que ha contraído la obligación. Al acreedor debe imputarse no haberse expresado mejor.
La parte débil, es el deudor, y en su favor debe interpretarse toda situación de duda. La parte débil es también la
adherente que no estipula los contratos predispuestos. Esto se admite en el CCyC: “Las cláusulas ambiguas
predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la parte predisponente”.
En los contratos de consumo, en caso de duda sobre la interpretación de los principios que establece la ley prevalecerá
la más favorable al consumidor. Se rige por las reglas del principio de favor debitoris y la de in dubio pro consumidor.

b. CONTRATOS DE CONSUMO // RELACIÓN DE CONSUMO

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La relación de consumo es un vínculo entre dos personas tutelado por el derecho. Según nuestro CCyCN en su art.
1092 la relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor. Ésta relación puede tener como
fuente un hecho o acto jurídico, unilateral o bilateral, una práctica o una técnica de marketing, se genera entre quienes
operan en el mercado produciendo, distribuyendo o comercializando bienes o servicios. Las normas de defensa al
consumidor son de orden público. Recordando que la relación jurídica es fundamentalmente un vínculo entre dos
personas titulado por el derecho.

El contrato de consumo regulado en el art. 1093 del CCyCN reza: "Contrato de consumo. Contrato de consumo es el
celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u
ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada que tenga por
objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso
privado, familiar o social".

Es un acto jurídico bilateral, de consumo, consensual, bilateral o unilateral, gratuito u oneroso, conmutativo o aleatorio,
de forma ad probationem.

¿Quiénes son los sujetos de las relaciones de consumo? El consumidor y el proveedor.

1. CONSUMIDOR
a. Consumidor directo: persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o
servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
b. Consumidor equiparado: quienes sin ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en ocasión de
ella, adquieren o utilizan bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio
propio o de su grupo familiar o social. Aquí está el usuario, quien usa sin contratar, pudiendo ser un invitado, un
tercero o un familiar. Incluye al no contratante que resulta dañado por un producto elaborado.
c. Consumidor expuesto: quien de cualquier manera esté expuesto a una relación de consumo: bystander.
d. Subconsumidor: no existe expresamente esta categoría en el derecho positivo nacional. Todos los consumidores
son vulnerables porque es una vulnerabilidad estructural, aunque a ésta pueden agregárse otros factores de
vulnerabilidad como la edad, condición psicofísica, de género, socioeconómica o cultural: consumidores
hipervulnerables.
e. Personas jurídicas como consumidores. Pueden considerarse como tales y beneficiarse de las leyes de defensa al
consumidor, fácilmente cuando no tiene fines de lucro en lo atinente a adquisiciones de bienes o servicios para
realizar el logro de su cometido o transmitirlos. Cuando las personas jurídicas tienen fines de lucro será difícil y
excepcional considerarlas como consumidor porque su actividad está dentro de una tarea profesional.
2. PROVEEDOR

Es la persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aún
ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción, transformación, importación,

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concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o
usuarios. Se incluye a todas los sujetos que actúan del lado de la oferta en el mercado.

Proveedor es la persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa
productora de bienes o prestador de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce
de los bienes, servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.

No están comprendidos los profesionales liberales que requieran título universitario y matrícula, pero sí la
publicidad de su ofrecimiento; como tampoco el transporte aéreo.

Formación del consentimiento

A diferencia de los contratos paritarios, en materia de consumo, la oferta dirigida a los consumidores potenciales
indeterminados es vinculante.

El perfeccionamiento de contratos de consumo por medios electrónicos, no basta con la recepción de la aceptación para
lograrlo. “El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación” El consumidor puede
revocar la aceptación dentro de los diez días del contrato, y es un derecho irrenunciable del consumidor, en el caso de
los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia.

Deberes de información, seguridad y trato digno.

Los deberes accesorios de la conducta son desmembramientos del ppio. general de la Buena fe, materializado en normas
de conductas obligacionales susceptibles de ensanchar el área de comportamiento adecuado del profesional proveedor.
Estos deberes surgen de los derechos fundamentales del consumidor, tutelados por la CN.

- Deber de información: la obligación de informar es menester entenderla dentro del principio de la


transparencia que debe regir en las relaciones patrimoniales intersubjetivas; es propio de toda relación de consumo, con
base en la buena fe lealtad. El art. 4 de la LDC reza "Información. El proveedor está obligado a suministrar al
consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y
servicios que provee, y las condiciones de su comercialización. La información debe ser siempre gratuita para el
consumidor y proporcionada en soporte físico, con claridad necesaria que permita su comprensión. Sólo se podrá
suplantar la comunicación en soporte físico si el consumidor o usuario optase de forma expresa por utilizar
cualquier otro medio alternativo de comunicación que el proveedor ponga a disposición". El límite de lo que debe
informarse son los hechos ampliamente conocidos, denominados notorios.

- Deber de seguridad: En nuestro CCyCN la norma que determina el deber de prevención es el 1710, donde nos
da 3 posibles instancias del daño: en la evitación de su producción, en la adopción de medidas para disminuir su
magnitud, y en la evitación de su agravamiento si ya se produjo. Pero en las relaciones de consumo el deber de
seguridad se encuentra específicamente en los artículos 5 y 6, LDC: Artículo 5 "Protección al consumidor. Las cosas y
servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales

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de uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios. Artículo 6
"Cosas y servicios riesgosos. Las cosas y servicios, incluidos los servicios públicos domiciliarios, cuya utilización
pueda suponer un riesgo para la salud o la integridad física de los consumidores o usuarios, deben comercializarse
observando los mecanismos, instrucciones y normas establecidas o razonables para garantizar la seguridad de los
mismos. En tales casos debe entregarse un manual en idioma nacional sobre el uso, la instalación y mantenimiento de la
cosa o servicio de que se trate y brindarle adecuado asesoramiento. Igual obligación regirá en todos los casos en que se
trate de artículos importados, siendo los sujetos anunciados el art. 4 responsables del contenido de la traducción.

Además de evitar el daño, los proveedores deben cumplir la función pedagógica sobre el uso, instalación y
mantenimiento del bien adquirido. La obligación de seguridad no se limita a la advertencia de riesgos, sino que en
ocasiones obliga a los proveedores a adoptar otras conductas positivas tendientes a evitar daños, como la subsanación de
la causa determinante del peligro, el retiro de los productos del mercado y/o su recupero de los que estuvieren en poder
de los consumidores.

- Trato digno: El deber de trato digno es "el derecho que tiene todo hombre a ser considerado como un fin en
sí mismo" o también como "el derecho que tiene todo hombre a ser respetado como tal, es decir como ser humano con
todos los atributos de su humanidad", "toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral". Art. 11. Protección de la honra y de la dignidad. "Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al
reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la
de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3. Toda persona
tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques".

-Deber de garantía: Versa sobre cosas materiales susceptibles de valor económico cuya existencia no termine
con el primer uso, aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo. Este régimen de
garantías es de orden público, los defectos o vicios pueden ser de cualquier índole y no deben ser ocultos.

El plazo de la garantía es de 3 meses cuando son bienes muebles usados y 6 meses en los demás casos, plazo que se
cuenta desde la entrega del bien. El servicio de posventa es una obligación que surge de esta garantía: “Servicio técnico.
Los fabricantes, importadores y vendedores de las cosas mencionadas en el artículo anterior, deben asegurar un servicio
técnico adecuado y el suministro de partes y repuestos” Es un supuesto de responsabilidad poscontractual.

Publicidad

Explican al tema que nos concierne STIGLIZ RUBÉN y STIGLIZ, GABRIELA., que la publicidad no tiene por fin
proporcionar información, sino divulgar la necesidad, conveniencia o ventaja que implica para el eventual consumidor
contratar el bien que el proveedor ofrece. Citamos a LEIVA FERNÁNDEZ quien nos dice "Publicitar no es
informar".

Nuestro ordenamiento jurídico prohíbe tres formas de publicidad en vista de resguardar los intereses de los
destinatarios.

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Art. 1101 CCyCN "Publicidad engañosa" es un mensaje publicitario que resulta engañoso por la objetiva idoneidad
que posee para producir en el consumidor una falsa creencia, inducirlo a un dato equivocado (error), inclinarlo a una
elección económicamente perjudicial para él.

Por consiguiente tenemos la "Publicidad comparativa" aquella en la que el oferente hace uso o se vale de una marca
competidora, con base en el prestigio o nombradía de ésta, enalteciendo las propiedad o cualidades del producto que
ofrece, siendo dicha práctica ilícita cuando induzca a error al consumidor (art. 1101 inc. b); por último en su inciso C
tenemos la "publicidad abusiva o discriminatoria" susceptible de inducir al consumidor a prácticas peligrosas para su
salud o seguridad.

La publicidad abusiva o discriminatoria es la susceptible de inducir al consumidor a prácticas peligrosas para su salud
o seguridad.

Estas prácticas pueden traer los siguientes efectos:

1. Son activos de generar la nulidad del contrato, con base en el error en la voluntad del consumidor derivado del
accionar doloso y/o culposo del proveedor
2. Habilita a damnificados y a quienes demuestren un interés legítimo no reprobado a reclamar daños y perjuicios
3. Habilita al consumidor afectado o a quienes resulten legalmente legitimados a solicitar al juez la cesación de la
publicidad ilícita, y la publicación del demandado de anuncios rectificatorios.

Modalidades Especiales: (Art. 1104 en adelante)

Contratos celebrados fuera  del local comercial: Está comprendido en la categoría de contrato celebrado fuera de los
establecimientos comerciales del proveedor el que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido
en el domicilio o lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia, los que resultan
de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de dicha
convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un premio u obsequio.

Lo característico aquí es que no es el consumidor quien concurre hacia el bien o servicio, sino a la inversa; se da una
especie de invasión al consumidor.

Contratos celebrados a distancia: Son aquellos concluidos entre un consumidor y un proveedor con el uso exclusivo
de medios de comunicación a distancia, entendiéndose por tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física
simultánea de las partes contratantes. En especial, se consideran los medios postales, electrónicos, telecomunicaciones,
así como servicios de radio, televisión o prensa.

Constituye una evolución de los “contratos entre ausentes” de los contratos paritarios, que son aquellos que se
concluyen a través de medios de comunicación que no requiere la presencia física de las partes entre sí.

Contratos por medios electrónicos: pueden celebrarse de distintas maneras

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Contratación directa entre el consumidor y el proveedor: sin mayores dificultades, en tanto el medio electrónico ha
sido una estrategia de comercialización escogida por el proveedor y tendrá responsabilidad directa por el empleo de
dichos métodos. Existe un vínculo directo entre el consumidor y el proveedor.

Contratación mediante servicios de intermediación: Se refiere a la celebración de contratos de consumo mediante


plataformas de intermediación. Se desarrolla una plataforma de intercambios donde quienes ofrecen los bienes o
servicios los publican en dicha plataforma, mientras a dicha plataforma acceden millones de usuarios interesados en
contratar. 

Oferta. Lugar. Revocación. Gastos. Excepciones.

Oferta: ofertas por medios electrónicos. Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener
vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan
accesibles al destinatario. El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación. Los
medios electrónicos o similares deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante
todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora
la llegada de la aceptación.
Lugar: el art. 1109 establece como lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir la
prestación, lo cual sirve para fijar la jurisdicción. Aunque igualmente el consumidor puede elegir la jurisdicción
entre la del lugar del cumplimiento de la prestación o la del domicilio del deudor.
Revocación: art. 1110. En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el
consumidor tiene derecho irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a partir de la
celebración del contrato.
Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta última se produce,
Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente.
Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor en este periodo que tenga por resultado la
imposibilidad de ejercer el derecho de revocación se tienen por no escritos.
Art. 1111: deber de informar el derecho a la revocación. El proveedor debe informar al consumidor sobre la facultad
de revocación mediante su inclusión en caracteres detectados en todo documento que presta al consumidor en la etapa
de negociaciones o en el documento que instrumenta el contrato concluido, ubicada como disposición inmediatamente
anterior a la firma del consumidor o usuario. El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido
informado debidamente sobre su derecho.
Art. 1112: forma y plazo para informar la revocación. La revocación debe ser notificada al proveedor por escrito o
medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa dentro del plazo de diez días computados conforme
a lo previsto en el art 1110.
Art. 1113: efecto del ejercicio de revocación. Si el derecho de revocar es ejercido en tiempo y forma por el
consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones respectivas y deben restituirse recíproca y simultáneamente
las prestaciones que han cumplido.

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Art. 1114: imposibilidad de devolución. La imposibilidad de devolver la prestación del objeto del contrato no priva al
consumidor de su derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de mercado
que la prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al precio de
la adquisición, en cuyo caso la obligación queda limitada a este último. 

Una vez efectivizada la revocación la partes quedan liberadas, debiéndose devolver mutuamente las prestaciones
recibidas. La situación se retrotrae pues al momento anterior a la celebración del contrato.

Gastos: art. 1115. El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno para el consumidor. En
particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la disminución del valor de la cosa que sea
consecuencia de su uso conforme a lo pactado o a su propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos
necesarios y útiles que realizó en ella.

Excepciones: art. 1116: excepciones al derecho de revocar. Excepto pacto en contrario, el derecho de revocar no es
aplicable a los siguientes contratos:

a. lo referidos a productos confeccionados conforme a las especificaciones suministradas por el consumidor o


claramente personalizadas o que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o puedan deteriorarse con rapidez
b. los de suministro de grabaciones sonoras o de vídeo, de discos y de programas informáticos que han sido
decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por vía electrónica,
susceptibles de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato para su uso permanente
c. los de suministro de prensa diaria publicaciones periódicas y revistas.

Cláusulas abusivas

Art. 1117: normas aplicables. Se aplican las normas dispuestas por las leyes especiales y los arts 985, 986, 987 y 988,
existan o no cláusulas generales predispuestas por una de las partes.
Art. 1118: control de incorporación. Las cláusulas incorporadas a un contrato de consumo pueden ser declaradas
abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente por el consumidor.
Art. 1119: regla general. Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que, habiendo
sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un desequilibrio significativo entre
los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor.
Art. 1120: situación jurídica abusiva. Se considera que existe una situación abusiva cuando el mismo resultado se
alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos.
Art. 1121: límites. No pueden ser declaradas abusivas:

A. Las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado.


B. Las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas.  

Control Judicial

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Art. 1122: el control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo dispuesto en la ley especial, por las
siguientes reglas: 

a. La aprobación administrativa de los contratos o de sus clausula no obsta al control;


b. Las cláusulas especiales se tienen por no convenidas;
c. Si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su finalidad;
d. Cuando se aprueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos conexos, el juez debe aplicar lo
dispuesto en el art 1075 (efectos de los contratos conexos)

c.EXTINCIÓN, MODIFICACIÓN Y ADECUACIÓN DEL CONTRATO

Revocación
Rescisión unilateral o bilateral
La resolución
Imposibilidad de cumplimiento
Agotamiento del plazo extintivo
EXTINCIÓN
Muerte del deudor

Dación de pago: art: 942: “la obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta
en pago una prestación diversa de la adeudada.”
Novación: Art. 933: “la novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva,
destinada a reemplazarla”. 
Obtención de la finalidad del acreedor: en estos supuestos el acreedor resulta desinteresado por
un medio diferente de pago:

1. Entrega de lo debido, sin animus solvendi


2. El pago que realiza un tercero por su cuenta
3. Obtención de lo debido mediante la ejecución forzada del deudor, o de un tercero a costa
del deudor, o mediante el pago de una indemnización sustitutiva
4. El pago recibido por un tercero desinteresado al acreedor
Compensación: art. 921: “la compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos personas,
por derecho propio, reúnen la calidad del acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que
sean las causas de una y otra deuda. Extingue con fuerza de pago las dos deudas, hasta el monto
de la menor, desde el tiempo en que ambas obligaciones comenzaron a coexistir en condiciones
de ser compensables.”
Transacción: art. 1641: “contrato por el cual las partes, para evitar un litigio, o ponerle fin,
haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones dudosas o litigiosas.”

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Confusión: Art. 931 y 932: la obligación se extingue por confusión cuando las calidades del
acreedor y de deudor se reúnen en una misma persona y en un mismo patrimonio. En sus efectos,
la obligación queda extinguida, total o parcialmente, en proporción a la parte de la deuda en que
se produce la confusión.
La muerte del deudor: es un modo extintivo cuando hay una obligación inherente a la persona y
así está regulado en materia del contrato de obra y servicios (Art. 1260), de mandato (Art. 1329,
inc. E); de agencia, concesión y franquicia (Arts. 1494, inc. A, 1509 y 1522, inc. A); de
comodato (Art. 1541, inc. D, con sus excepciones).
Vencimiento de plazo: Art. 950: si las personas pactan un plazo resolutorio, su vencimiento
produce la extinción del vínculo.

Modificación: si el contrato debe ser celebrado respetando una forma determinada, sea porque la
ley exige, sea porque las partes la acordaron, las posteriores modificaciones que las partes
convengan deben ser hechas con la misma formalidad.
MODIFICACIÓN
Esta regla está prevista en el art. 1016, admite algunas excepciones:

● Si las modificaciones versan sobre estipulaciones accesorias o secundarias

● Si existe una disposición legal que expresamente admita que no se cumpla con la

modificación con la formalidad fijada para el contrato original 

Adecuación del contrato: implica un ajuste de las prestaciones a cargo de las partes; en la
medida en que se pueda salvar el contrato,habrá que procurar conservarlo (art. 1066). Así
ADECUACIÓN ocurriría ante una modificación de las condiciones previstas al momento de contratar que frustren
parcialmente la finalidad perseguida por los contratantes; la adecuación de las prestaciones es la
solución razonable.

El contrato puede producir sus efectos plenos mediante el cumplimiento, supuesto por el cual se agotan las obligaciones
causadas por el mismo. El cumplimiento se realiza por medio del pago, que tiene efectos liberatorios del deudor, y por
ello es un modo de extinción satisfactorio. En tanto el incumplimiento autoriza al acreedor a perseguir la ejecución
forzada o la indemnización sustitutiva, y por ello el tema se estudia dentro de la denominada responsabilidad
contractual. El cumplimiento es el arribo perfecto a la planificación obligacional diseñada por las partes, en donde la
satisfacción del interés del acreedor y la liberación del deudor constituyen aspectos medulares.

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La ineficacia y la inoponibilidad nada tienen que ver con el cumplimiento e incumplimiento, sino que recaen sobre un
desperfecto en la eficacia del acto jurídico, que es “la aptitud que se predica del acto jurídico para alcanzar sus propios
efectos”

Las ineficacias pueden ser estructurales y funcionales.

Nulidad

INEFICACIA
ESTRUCTURAL

Inoponibilidad

Rescisión
bilateral
INEFICACIA
FUNCIONAL
Rescisión
unilateral

Revocación

Resolución

Cuando hablamos de ineficacia estructural nos posicionamos en el comienzo del acto jurídico, en su etapa genética o
inicial. Es la afectación en alguno de los elementos esenciales del negocio (consentimiento, objeto, causa), lo que
acarreará sanción de nulidad del contrato.

La ineficacia funcional se da por medio de una serie de herramientas susceptibles de poner fin al vínculo contractual,
como son la rescisión, revocación y resolución. Estamos frente a un contrato válido (con discernimiento, intención y
libertad, con causa y objeto lícito) pero que en el transcurso de su duración padece de un desperfecto que motiva a su
fenecimiento.

NULIDAD, PRESCRIPCIÓN Y CADUCIDAD

La nulidad es una sanción prescrita en la ley, que priva a los contratos de sus efectos normales en razón de un vicio
originario, es decir, anterior o concomitante con la celebración del acto.

Es la forma arquetípica de invalidez, un remedio para dar un tratamiento particular a las imperfecciones o anomalías de
los actos jurídicos que actúa como un procedimiento técnico-legal tendiente a evitar que los particulares salten o evadan

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prohibiciones del ordenamiento o incumplan formalidades rígidamente establecidas en resguardo de intereses sociales o
prevalentes o en protección de personas que se encuentran en una situación de debilidad.

Hoy solamente existen actos nulos, que pueden ser afectados de nulidad absoluta o relativa, total o parcial.

a. Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden público, la moral o las buenas costumbres→

La nulidad absoluta puede ser declarada de oficio por el juez, puede alegarse por el MP y por cualquier

interesado, y no puede ser saneada por confirmación ni por prescripción.


b. Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de
ciertas personas. Tiene un campo de legitimación activa más restringido, pudiendo únicamente declararse a
instancia de la persona afectada, y puede ser saneada por la confirmación del acto y por prescripción de la
acción.

Nulidad total y parcial. El principio general en materia de nulidades es que la nulidad de una cláusula no entraña la
nulidad de todo el acto si las cláusulas fueran separables (art. 389, párr. 2º). Se trata de un supuesto de nulidad
parcial.

En este caso, el juez deberá integrar el contrato, si fuera necesario, de acuerdo con su naturaleza y con los intereses que
razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes (art. 389, párr. 3º). Debe resaltarse que el deber del juez
de integrar el contrato solo existe si es necesario para la finalidad del contrato. Así, una tasa de interés fijada en valores
usurarios puede ser anulada lisa y llanamente, lo que resulta particularmente importante en los contratos por adhesión,
para evitar abusos del predisponente.

Si las disposiciones no son separables, porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, debe declararse la
nulidad total del contrato (art. 389, párr. 2º). Entre los casos de cláusulas separables, cuya nulidad no invalida todo el
acto, cabe citar: a) El de las cláusulas nulas sustituidas de iure por normas indisponibles. Ejemplo: la convención que
fije al contrato de locación un término menor que el que determina el artículo 1198 es de ningún valor; la relación
jurídica mantiene toda su vigencia y debe sustituirse la cláusula nula por otra acorde con el plazo indicado en esa norma.
b) El de la cláusula accesoria, cuando resultare evidente de una interpretación contextual que, aun sin ella, el contrato
se habría celebrado de todas maneras. c) Finalmente, hay que admitir que la parte afectada por la nulidad de una
cláusula tiene derecho a mantener la validez del resto del contrato, si aun así, le conviniera: en ese caso, nada
justificaría la nulidad total. Bien entendido que debe tratarse siempre de partes separables, como dice el artículo 389, si
se trata de una cláusula fundamental relativa al objeto, la causa, etc., es inconcebible la nulidad parcial.

La inoponibilidad

Constituye un supuesto de “ineficacia relativa” en donde se tutela a determinadas personas, respecto de las cuales un
acto jurídico eficaz no despliega sus consecuencias. Así, un acto es y no es al mismo tiempo, dependiendo de la órbita
del sujeto en consideración. “El inoponible es un negocio perfectamente válido, celebrado conforme lo dispuesto en la

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ley y no afectado por causa de rescisión, y por tanto, normalmente de general eficacia, el que a pesar de ella, no puede
alegarse u oponerse (como si no existiera) respecto de otra u otras personas determinadas”.

El art. 382 estipula que “el acto inoponible no tiene efectos con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la
ley”

Caducidad y Prescripción

La prescripción liberatoria es una figura jurídica que considera dos cuestiones: 1° la inacción del titular de un derecho,
y, 2° el transcurso del tiempo fijado por la ley. Es necesario remarcar que la prescripción no extingue el contrato, sino
que extingue la acción derivada de él, extinción que se produce si ha transcurrido el plazo legal y el titular del
derecho no lo ha reclamado. La prescripción hace perder la eficacia jurídica del contrato. Esto no obsta a que si se
cumple espontáneamente una obligación prescripta, el cumplimiento queda firme y es irrepetible, art. 2538.

La caducidad, por otro lado, tiene efectos más radicales: no solo hace perder la acción, sino que también el derecho
no ejercido (art. 2566). Así,por ejemplo, la responsabilidad por defectos ocultos en un inmueble caduca a los tres años
de recibido (art. 1055, inc. a), y ya no podrá reclamarse aún cuando el vicio se haga evidente más tarde.

RESCISIÓN, REVOCACIÓN Y RESOLUCIÓN

Rescisión bilateral

La rescisión bilateral siguiendo el concepto de RIVERA es “una causal de ineficacia, por la cual, un acto jurídico
válido queda sin efecto para el futuro en razón del acuerdo de las partes, o de la voluntad de una sola de ellas,
autorizada por la ley o por la propia convención”.

La rescisión puede ser unilateral o bilateral, también es denominada como distracto, contrato extintivo o mutuo disenso.

Tiene sustento legal en los artículos 957 y 959 del CCyCN, el primero al establecer los fines que debe perseguir el acto
jurídico bilateral patrimonial para ser considerado un contrato menciona crear, regular, modificar, transferir o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.

La segunda de las normas referidas reza, en relación al efecto vinculante del contrato, que su contenido sólo puede ser
modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé.

De ahí que, en ejercicio de la libertad de contratación, las partes pueden celebrar contratos, establecer su contenido y
concluir negocios jurídicos entablados.

Así, el art. 1076 del CCyCN, regula este modo de extinción estableciendo que, salvo estipulación en contrario, sólo
produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.

Es un contrato de naturaleza extintiva, un acuerdo de partes destinado a extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. En
lo atinente a la forma, está sometido el distracto a la misma forma que el contrato al que se refiere. El distracto está

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pensado para contratos que no son de ejecución instantánea, como los de cumplimiento diferido, de duración, de tracto
sucesivo o de ejecución continuado.

Rescisión unilateral

En la rescisión unilateral una sola de las partes, por propia voluntad, está facultada a poner fin a las relaciones
contractuales, total o parcialmente (art. 1077). Esta facultad excepcional es reconocida por la ley en ciertos contratos;
así, por ejemplo, en el contrato de trabajo, que puede ser rescindido por voluntad unilateral del obrero o del patrón; en el
contrato de obra el dueño puede desistir por su sola voluntad (art. 1261); en el contrato de locación, el locatario puede
rescindir unilateralmente (la norma habla erróneamente de resolución anticipada) en la medida en que dé cumplimiento
con las pautas fijadas en el artículo 1221, etc.

Esta rescisión unilateral pone término a las relaciones contractuales a partir del momento en que la voluntad se ha
manifestado; pero no afecta los efectos anteriores del contrato, es decir, no tiene retroactividad , salvo pacto en
contrario (art. 1079, inc. a]).

También es posible que las partes hayan pactado la posibilidad de rescindir el contrato de manera unilateral (art. 1077).
En este caso, la facultad rescisoria no puede ser ejercida abusiva, desconsiderada o desmedidamente, y ninguna de las
partes, en caso de indeterminación del plazo de vigencia del contrato, está autorizada para hacer cesar abruptamente la
relación, salvo que un casus le imponga hacerlo o hubiere acaecido una actividad francamente culpable o dolosa de una
de las partes. También en este caso, los efectos son solo para el futuro, salvo estipulación en contrario (art. 1079, inc. a).

La rescisión unilateral es una causal extintiva que tiene su fuente en el contrato o en la ley, es ejercida por una de las
partes y no requiere invocación de causa operando con efectos ex nunc (hacia el futuro). Hay diferentes supuestos
especiales de rescisión unilateral, por ejemplo: En el contrato de locación de cosas, la mal llamada “resolución
anticipada” -art. 1221 CCyCN-, en el contrato de obra, “el desistimiento unilateral”-art. 1261 CCyCN-, en los
contratos bancarios -art. 1383 CCyCN-, en la franquicia-art. 1522 CCyCN-, en la concesión por tiempo indeterminado-
art. 1508 CCyCN- y un supuesto novedoso incorporado con la unificación del código de fondo es el de la rescisión
unilateral en los contratos de larga duración -art. 1011 CCyCN-. En el que se vislumbra un supuesto de limitación a la
autonomía de la voluntad basada en el principio de conservación del negocio jurídico en razón de las notas específicas
relativas al objeto en esta tipología contractual que obliga a la parte que manifiesta su voluntad extintiva a otorgar a
la otra posibilidad de renegociar de buena fe los términos del contrato en aras a su continuidad.

Revocación

“Extinción de un acto jurídico unilateral mediante de otro acto jurídico unilateral”. La revocación “reconoce su fuente
únicamente en la ley”, y sólo puede ser invocada (discrecionalmente o por las causales expresamente previstas por el
legislador) por aquella parte en cuyo favor fue estipulada produciendo también, por regla efectos ex nunc.

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La revocación es un acto jurídico por el cual se extingue un acto unilateral mediante la declaración de voluntad del
propio autor de dicho acto; es un modo de extinción de los actos jurídicos unilaterales, y en algunos casos de contratos,
en cuya virtud el autor de la declaración de la voluntad, en los actos unilaterales, o una de las partes, en los contratos,
“retrae su voluntad, dejando sin efecto el contenido del acto o la transmisión de algún derecho”, explica IBAÑEZ.

Contemplada en los arts. 1329 inc C y 1331 CCyCN-, el comodato -art. 1541 inc. c CCyCN-, las donaciones -arts. 1569,
1570, 1571, 1572, 1573 CCyCN- y el fideicomiso -art. 1697 inc. B CCyCN-. Fuera del ámbito contractual también está
contemplado para actos jurídicos unilaterales -como el poder, art. 380 inc. C del CCyCN-, y el testamento art. 251 y ss.,
CCyCN.

Resolución

La resolución supone la extinción del contrato por virtud de un hecho posterior a la celebración, hecho que a veces es
imputable a la otra parte (como es, por ejemplo, el incumplimiento) o que puede ser extraño a la voluntad de ambos
(como ocurre en ciertos supuestos de condiciones resolutorias). La resolución del contrato puede operar ipso iure (como
sucede en la condición resolutoria) o bien puede requerir la manifestación de voluntad de la parte interesada en ella
(como ocurre en la que se funda en el arrepentimiento o en el incumplimiento de la contraria).

La resolución deja sin efecto el contrato entre las partes, de manera retroactiva (art. 1079, inc. b); su consecuencia es
volver las cosas al estado en que se encontraban antes de la celebración del contrato. En este punto, sus efectos son
semejantes a los de nulidad; pero se diferencia claramente de ésta en que el hecho que provoca la resolución es
siempre posterior al contrato, en tanto que el que da lugar a la nulidad, debe ser anterior o concomitante con la
celebración.

Respecto de los terceros, deberá diferenciarse según si se trata de adquirentes a título oneroso o gratuito, y si son de
buena o mala fe. La norma antes citada protege solo el derecho adquirido a título oneroso por terceros de buena fe.

El CCyC fija el procedimiento para la disolución extrajudicial del contrato, primeramente la parte que la pretende debe
comunicar fehacientemente a la otra su voluntad otorgándole un plazo para cumplir, vencido el cual se produce la
extinción de pleno derecho del negocio jurídico.

No cualquier incumplimiento habilita la resolución, el art. 1084 consagra la regla de la esencialidad del incumplimiento
en función de los fines de la celebración del contrato: Será considera esencial el incumplimiento cuando:

a. el cumplimiento estricto de la prestación es fundamental dentro del contexto del contrato


b. el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del acreedor
c. el incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que sustancialmente tiene derecho a esperar
d. el incumplimiento es intencional
e. el incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al acreedor”

IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO

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La ineficacia surge porque la prestación a cargo de uno de los contratantes se torna de cumplimiento imposible a causa
de un hecho posterior a la celebración y no imputable.

La causa no obsta al cumplimiento de la relación jurídica es sobreviniente, ya que si fue originaria se trataría de un
supuesto de nulidad.

Contemplado como otro supuesto de ineficacia del CCyCN provocado por el acaecimiento de un hecho fortuito y
sobreviniente al perfeccionamiento del contrato que provoca la imposibilidad objetiva y absoluta de cumplir con la
prestación debida.

Reza el art. 955 de dicho cuerpo legal: “La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la prestación,
producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue la obligación, sin responsabilidad [...]”

- El caso fortuito o fuerza mayor: el hecho reviste el carácter de imprevisible o inevitable, aunque sea
previsible; ya sea producto de la naturaleza o un hecho humano, que produce una ruptura en el nexo causal de
tal entidad que se constituye en la causa adecuada del incumplimiento del deudor por la imposibilidad de hacer
efectiva la prestación debida.
- Ajenidad al hecho fortuito. No tiene que haber sido determinado por acción u omisión de las partes
- Hecho fortuito como causa adecuada que genera imposibilidad de incumplimiento
- Imposibilidad sobreviniente a la celebración del contrato
- Imposibilidad de cumplimiento valorada objetivamente, imposible para cualquier persona
independientemente de las condiciones particulares del deudor
- Imposibilidad definitiva
- Imposibilidad absoluta

Aunque ocurra el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento, el deudor es responsable en los siguientes casos:

a. Si ha asumido el cumplimiento aunque ocurra un caso fortuito o una imposibilidad


b. si de una disposición legal resulta que no se libera por caso fortuito o imposibilidad de cumplimiento
c. si está en mora, a no ser que ésta sea indiferente para la producción del caso fortuito
d. si el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento sobrevienen por su culpa
e. si el caso fortuito constituye una contingencia propia del riesgo de la cosa o actividad
f. si está obligado a restituir como consecuencia de un hecho ilícito.

Cuando no se den los presupuestos que eximen la responsabilidad del deudor por la imposibilidad de cumplimiento, la
obligación del deudor muta y se convierte en obligación de indemnizar por los daños causados.

EXTINCIÓN POR DECLARACIÓN DE UNA DE LAS PARTES

El Código Civil y Comercial establece una serie de disposiciones (art. 1078) que resultan comunes a todos los tipos de
extinción del contrato de manera unilateral, comprendiéndose tanto la rescisión unilateral, como la revocación, como la

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resolución. Desde luego estas normas son aplicables siempre y cuando no exista una disposición en contrario, prevista
por la ley o por el propio contrato.

ARTÍCULO 1078.- Disposiciones generales para la extinción por declaración de una de las partes. Excepto
disposición legal o convencional en contrario, se aplican a la rescisión unilateral, a la revocación y a la resolución las
siguientes reglas generales:

a) el derecho se ejerce mediante comunicación a la otra parte. La comunicación debe ser dirigida por todos los
sujetos que integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra; Para extinguir de manera unilateral el
contrato es necesario comunicar la decisión a la otra parte. Si bien no existe una indicación precisa, es conveniente que
tal comunicación se haga por un medio fehaciente, como, por ejemplo, a través de una carta documento. Si una o ambas
partes estuviera integrada por una pluralidad de sujetos, la comunicación debe ser dirigida por todos los sujetos que
integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra.

b) La extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez. La demanda puede
iniciarse aunque no se haya cursado el requerimiento previo que pudo corresponder; en tal situación se aplica el
inciso f); La extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez.

c) la otra parte puede oponerse a la extinción si, al tiempo de la declaración, el declarante no ha cumplido, o no
está en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder ejercer la facultad de extinguir el
contrato;Estamos ante un supuesto de aplicación de la excepción de incumplimiento contractual.

d) la extinción del contrato no queda afectada por la imposibilidad de restituir que tenga la parte que no la
declaró; es claro que, si ocurre este caso, esta última deberá reparar el daño que eventualmente pueda causar.

e) la parte que tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su cumplimiento y la reparación de
daños. Esta demanda no impide deducir ulteriormente una pretensión extintiva; Esta facultad de modificar la
pretensión, llamada ius variandi, no puede ser usada en sentido inverso; esto es, quien requirió la extinción del
contrato, no puede luego pretender su cumplimiento, como se verá seguidamente.

f) la comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción de pleno derecho, y


posteriormente no puede exigirse el cumplimiento ni subsiste el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es
menester un requerimiento previo, si se promueve la demanda por extinción sin haber intimado, el demandado
tiene derecho de cumplir hasta el vencimiento del plazo de emplazamiento; Sin embargo, la norma plantea un
supuesto de excepción para el caso en que es menester un requerimiento previo: si se promueve la demanda por
extinción sin haber intimado, el demandado tiene derecho de cumplir hasta el vencimiento del plazo de emplazamiento.

g) la demanda ante un tribunal por extinción del contrato impide deducir ulteriormente una pretensión de
cumplimiento;

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h) la extinción del contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las restituciones, a la reparación de
daños, a la solución de las controversias y a cualquiera otra que regule los derechos y obligaciones de las partes
tras la extinción;.

RESOLUCIÓN TOTAL O PARCIAL

ARTÍCULO 1083. Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente el
contrato si la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución parcial son
excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor ha
ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún
interés en la prestación parcial.

Para que proceda la resolución en forma total, se requiere que el incumplimiento sea esencial; La naturaleza esencial
del incumplimiento es cuestión que debe ser valorada caso por caso, teniendo en cuenta la finalidad del contrato, pues se
trata de un concepto de determinación funcional. El Código enuncia diversos supuestos en los que el legislador ha
considerado que medie incumplimiento en una prestación esencial:

a) cuando el cumplimiento estricto de la prestación es fundamental dentro del contexto del contrato, lo que puede ser
determinado tanto por la confrontación de lo debido con la economía general del contrato como por así haberlo
convenido las partes, quienes pueden establecer el carácter esencial del cumplimiento de una prestación en
determinados términos. Cuando no ha mediado determinación de las partes, la evaluación del carácter esencial o no de
la prestación puede efectuarse por el método de la supresión hipotética, determinando si el acreedor habría de todos
modos contratado de no haberse comprometido el cumplimiento de ella;

b) cuando el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del acreedor, lo que
se da claramente en las obligaciones de plazo esencial, como puede serlo, por ejemplo, la provisión de servicios para
una boda y la fiesta posterior (vestimenta de los contrayentes; servicio de comida, etc.);

c) cuando el incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que sustancialmente tiene derecho a esperar; cuestión que
tiene que ser evaluada según las reglas del art. 961 CCyC, de aplicación a toda la materia contractual, por el que los
contratantes tienen derecho a considerar que la contraria se ha obligado a lo formalmente expresado y a todas las
consecuencias que pueden considerarse comprendidas en las obligaciones asumidas, con alcance a aquello a lo que
razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor;

d) cuando el incumplimiento es intencional, lo que configura dolo, pues en materia obli gacional este se da cuando
medie incumplimiento deliberado, no excusable, cuestión especialmente considerada en el art. 1728 CCyC, en materia
reparatoria;

e) cuando el incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva formulada por el deudor al
acreedor. No se trata aquí de la mera postergación o de una dificultad temporal sobre la que el deudor advierte en razón
del deber de información que la buena fe impone; tampoco de un supuesto de imposibilidad de cumplimiento por

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factores ajenos a las partes, sino de “auto-mora”, de un supuesto en el que el deudor, pudiendo cumplir, manifiesta su
voluntad de no hacerlo, definitivamente, configurando con ello un supuesto de dolo, también encuadrable en el art. 1728
CCyC.

El CCyC contempla la posibilidad de que la parte legitimada pretenda la resolución total o parcial del contrato. Esa
alternativa entre resolución total o parcial supone que la parte incumplidora ha satisfecho alguna prestación a su cargo
(ha entregado la mitad del cereal prometido).

Es en ese caso que la parte que no ha incurrido en incumplimiento puede demandar la resolución total o parcial del
contrato; efectuada la opción por una u otra alternativa es definitiva. O sea que sí demandó la resolución parcial no
puede pretender luego la total y viceversa. Esa alternativa que se da a la parte cumplidora, no es absolutamente libre,
porque para que proceda la resolución total "el acreedor solo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún
interés en la prestación parcial" (art. 1083). Lo que sucede cuando lo entregado o cumplido es inútil para el que lo
recibió; v.gr., me entregaron algunas partes de lo que debería integrarse a un equipo mecánico, pero tales piezas sueltas
no sirven a ningún destino porque no pueden acoplarse a otras que debería adquirir de un tercero para completar el
equipo.

- Resolución parcial: Se da ante supuestos de incumplimientos menores, que afectan sólo a partes accesorios del
contrato. En estos casos, incluso el juez está autorizado a rechazar la demanda por solución y decidir la cuestión
sobre la base de la indemnización de los daños derivados de incumplimiento parcial, manteniendo en pie el
resto del contrato, con fundamento en el principio de conservación del contrato. Lo contrario significaría un
ejercicio abusivo e injustificable del derecho de resolución.
- Resolución total: Es un modo extintivo. El hecho que tiene tal efecto desequilibrante puede ser imputable a una
de las partes, como ocurre con el incumplimiento de la obligación pactada, o bien puede ser ajeno a su
conducta, como ser el acaecimiento del hecho futuro e incierto en el acto sujeto a condición resolutoria.. es un
incumplimiento grave que afecta al objeto del contrato, lo que causa que se extinga.

FRUSTRACIÓN DE LA FINALIDAD DEL CONTRATO

ARTÍCULO 1090 del CCyCN. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte
perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las
circunstancias existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que
es afectada [...]”

La norma contempla la ineficacia del negocio jurídico en función de la frustración de la causa fin que las partes tuvieron
en miras al contratar, cuya existencia debe verificarse en su nacimiento y durante toda su existencia bajo pena de
incurrir en un supuesto de ineficacia.

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La primera parte del artículo 1090 dispone que la frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte
perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es afectada.

Los presupuestos de admisibilidad de este instituto son:

1) que exista un acontecimiento ajeno a la voluntad de las partes (esto es que no haya sido provocado por
ninguna de ellas);
2) que provoca una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de la
celebración del contrato (lo que implica que el hecho debe ser posterior a la fecha de su celebración);
3) que supere el riesgo asumido por la parte que es afectada

Aunque la norma no resulte tan clara en el siguiente aspecto: las circunstancias que importan no solo son aquellas
existentes al tiempo de la celebración del contrato (lo que expone el artículo) sino las que se prevé que existan al
momento de su ejecución (lo que pareciera estar implícitamente abarcado en la expresión que supera el riesgo asumido
por la cosa que es afectada.

Otro requisito de aplicación:

4) Que el acontecimiento no puede haber sido generado en la mora de las partes, si así fuera, hay que reiterar el
art. 1078 inc. c, dispone que la otra parte puede oponerse a la extinción si, al tiempo de la declaración, el
declarante no ha cumplido, o no está en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder
ejercer la facultad de extinguir el contrato. Con otras palabras, si el moroso pretende alegar la frustración del
fin contractual para dar por concluido el contrato, la otra parte podrá frenarlo lícitamente.

También deben agregarse como recaudos de aplicación de este instituto, estos otros:

5) que el contrato haya sido válidamente celebrado; vi) que la finalidad haya sido declarada, conocida y aceptada
—expresa o tácitamente— por las partes.
6) que el acontecimiento extraordinario incida sobre la finalidad del contrato de manera tal que malogre el motivo
que impulsó a contratar, al punto que desaparezca el interés o utilidad en la subsistencia del contrato.

Dice Augusto Mario MORELLO que el fin del contrato consiste en un núcleo complejo referido no sólo al
propósito práctico y básico que a la parte acreedora de la prestación le representa el resultado de ella, sino
también a que tal propósito sea igualmente conocido y aceptado por la otra. En cambio, la finalidad expresada en forma
confusa o no expresada, aun en el caso de que el cocontratante de haberla conocido la hubiera aceptado, no puede ser
causal de resolución contractual.

Por último, el artículo 1090, en su parte final, prevé que si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a
resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial. Con
otras palabras, si la frustración es temporaria, no definitiva como prevé la primera parte de la norma citada, en principio

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no hay derecho a resolver a menos que el tiempo de ejecución sea esencial. Quedará, entonces, solo la facultad de
invocar la excepción de incumplimiento contractual.

Cuando el móvil determinante, finalidad perseguida por las partes, manifestada en el contrato se frustra, la parte
perjudicada puede reclamar la resolución, siempre que se cumplan los recaudos que la propia ley exija. 
El código plantea, que la causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir durante su
ejecución, lo que permitiría afirmar que la frustración del fin contractual es un capítulo de la causa. Sin embargo, no
puede obviarse que la frustración del fin del contrato ha sido regulada más adelante, como un modo de extinción,
modificación o adecuación de los contratos, y sin recurrir a la noción de causa. 
Efectos: la resolución es operativa cuando la parte afectada comunica su declaración extintiva a la otra. Se deberán
cumplir lo dispuesto en los art. 1078 y sgtes.
La resolución que prevé la ley importara que:

● Se puede repetir la prestación cumplida antes del acontecimiento frustrante, si carece de reciprocidad

● Nada se deberá si no se ha hecho el pago antes del acontecimiento frustrante

● Las prestaciones recíprocas, equivalentes y cumplidas antes del acontecimiento frustrante quedaran firmes,

siempre que se traten de contratos de ejecución continuada o periódica

● Los gastos realizados antes del acontecimiento frustrante o después de él pero en la ignorancia de que hubiera

sucedido son resarcibles

Cláusula resolutoria expresa o tácita: concepto y presupuestos

La cláusula resolutoria, clásicamente llamada pacto comisorio, es aquella que permite a los contratantes reclamar la
resolución del contrato cuando una de ellas no ha cumplido con las obligaciones a su cargo.

En el derecho romano, el principio era que las partes sólo podían reclamar el cumplimiento del contrato; sólo cuando las
partes pactaban la lex commisoria podían pedir la resolución.

La legislación moderna se inclina decididamente a admitir que todo contrato, salvo estipulación contraria, contiene un
pacto comisorio tácito que autoriza, en caso de incumplimiento, a solicitar la resolución del contrato.Es el sistema que
ha consagrado el Código Civil y Comercial. Frente al incumplimiento, la otra parte puede tenerlo por resuelto, en las
condiciones fijadas por la ley.

Cláusula resolutoria expresa

El artículo 1086 dispone que: en caso de que ocurran incumplimientos genéricos o específicos debidamente
identificados, se producirá la resolución del contrato, la cual surtirá efectos desde que la parte interesada
comunique a la incumplidora, en forma fehaciente, su voluntad de resolver.

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La diferencia con el pacto comisorio tácito es, pues, importante. En este último, para que pueda resolverse el contrato se
necesita que el incumplimiento sea esencial (art.1084); en cambio, si el pacto comisorio es expreso, la resolución puede
requerirse ante cualquier incumplimiento genérico o específico que las partes hubiesen fijado (art.1086). Además, si el
pacto no hubiera sido previsto en el contrato, el contrato puede resolverse, pero la parte interesada en la resolución debe
darle al deudor una última oportunidad de cumplir; si el pacto fuere expreso, el cumplidor se limita a comunicar al
incumplidor su voluntad de resolver.

La ley dice que en este caso la resolución se produce —de pleno derecho— desde que se comunica al incumplidor la
voluntad de resolver, y no desde el momento del incumplimiento o de la mora. La solución es lógica. La resolución no
podría ser automática, pues el acreedor puede tener interés en exigir el cumplimiento. Bien entendido que la
comunicación sólo tiene efecto si previamente el deudor ha quedado constituido en mora.

Cláusula resolutoria tácita

Aunque la cláusula resolutoria no hubiera sido pactada de manera expresa, existe la posibilidad de que se
resuelva el contrato bilateral (art. 1087).

Es necesario que se cumplan una serie de recaudos que la propia ley prevé:

● Se requiere que una de las partes haya incumplido su obligación (art. 1088, inc. a). Pero no se trata de cualquier
incumplimiento, sino de aquel que sea esencial en atención a la finalidad del contrato (art. 1084). Esta última
norma dispone que el incumplimiento se considera que es esencial cuando: 1) el cumplimiento estricto de la
prestación es fundamental dentro del contexto del contrato (así, cuando se ha convenido la entrega de una cosa
que, a su vez, ha sido prometida a un tercero); 2) el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del
mantenimiento del interés del acreedor (es el caso de la confección del vestido de novia que necesariamente
debe estar terminado para el día de la boda); 3) el incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que
sustancialmente tiene derecho a esperar (como cuando se ha adquirido un juego de muebles determinado, que el
vendedor pretende sustituir con otro); 4) el incumplimiento es intencional, y 5) el incumplimiento ha sido
anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al acreedor.

¿Y si el incumplimiento fuera parcial? Incluso cuando el incumplimiento sea parcial, es posible invocar la cláusula
resolutoria implícita. Lo que se necesita es que tal incumplimiento prive sustancialmente de lo que razonablemente la
parte tenía derecho a esperar en razón del contrato (art. 1088, inc. a).

● Es necesario que el incumplidor haya incurrido en mora (art. 1088, inc. b), la que como regla se produce por el
solo transcurso del tiempo fijado (art. 886).

Finalmente, ocurrido el incumplimiento y la mora de una de las partes, el acreedor debe emplazar al deudor, bajo
apercibimiento expreso de resolver total o parcialmente el contrato, a que cumpla con su obligación, en un plazo no
menor de quince días, a menos que de los usos, o de la índole de la prestación, resulte la procedencia de uno menor (art.
1088, inc. c).

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● El acreedor también está facultado a exigir la reparación de los daños derivados de la demora.
● Transcurrido el plazo sin que la prestación haya sido cumplida, la resolución se produce de pleno derecho al
vencimiento de dicho plazo, y sin necesidad de otra actividad ulterior del acreedor (art. 1088, inc. c). Por
lo tanto, si el acreedor requiere el cumplimiento, pero sin ánimo de resolver el contrato, deberá aclarar que no
persigue tal resolución; de lo contrario, se producirá automáticamente.
● El plazo concedido al deudor no debe ser menor de quince días, salvo que los usos o la índole de la prestación
justifiquen un término más breve. También es admisible un plazo menor si las partes lo han pactado
expresamente; juega aquí la autonomía de la voluntad.

Cláusula implícita: Art. 1087: “en los contratos bilaterales, la cláusula resolutoria es implícita y queda sujeto a lo
dispuesto en los art. 1088 y 1089.”
Cuando la clausula resolutoria no ha sido pactada expresamente, es necesario el requerimiento, es decir, se brinda al
deudor una ocasión de cumplir. Vencido el plazo fijado, la obligación se resuelve por el mero cumplimiento del plazo y
sin necesidad de otra actividad ulterior del acreedor. Por lo tanto, si el acreedor requiere el cumplimiento pero sin ánimo
de resolver el contrato, deberá aclarar que no persigue tal resolución, sino ella se producirá automáticamente.
Presupuestos de la resolución por la clausula resolutoria implícita: Art. 1088: “la resolución por clausula resolutoria
implícita exige:

0. Un incumplimiento en los términos del art. 1084. Si es parcial, debe privar sustancialmente de lo que
razonablemente la parte tenía derecho a esperar en razón del contrato.
a. Que el deudor este en mora
b. Que el acreedor emplace al deudor bajo apercibimiento expreso de la resolución total o parcial del contrato, a
que cumpla en un plazo no menor de 15 días, excepto que de los usos, o de la índole de la prestación, resulte la
procedencia de uno menor. La resolución se produce de pleno derecho al vencimiento de dicho plazo. Dicho
requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el cumplimiento, si la parte cumplidora a
manifestado su decisión de no cumplir, o si el cumplimiento resulta imposible; en tales casos, la resolución total o
parcial del contrato se produce cuando el acreedor la declara, y la comunicación es recibida por la otra parte.”

Resolución por ministerio de la ley: Art. 1089: “el requerimiento dispuesto en el art 1088 no es necesario en los
casos en que la ley faculte a la parte para declarar unilateralmente la extinción del contrato, sin perjuicio de
disposiciones especiales.”

d. RESPONSABILIDAD EN LOS CONTRATOS:

PRINCIPIOS GENERALES

Responder en el derecho civil tiene su raíz en ese reproche resultante de un juicio de valor negativo sobre un
comportamiento contrario a derecho originador de consecuencias lesivas. La responsabilidad civil se concreta en la

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reparación y a falta de daño, no habría que reparar. El interés de la víctima en la reparación emerge del daño sufrido,
donde no hay interés no hay acción.

La responsabilidad contractual. Es el conjunto de obligaciones que surgen de la firma de un contrato. Concepto: hay
responsabilidad contractual siempre que el ilícito se configure por el incumplimiento de una obligación
preexistente, lo cual abarca los supuestos en que esa obligación nace de un contrato o de un acto unilateral.

Etapas:

1. Cumplimiento, caracterizado por ser una actuación voluntaria del sujeto. Hay voluntariedad.
2. Ejecución forzada directa, ante el incumplimiento se pide el cumplimiento específico de la obligación. Aquí
no hay voluntariedad sino ejecución judicial. 
3. Ejecución forzada indirecta o por equivalente, al no ser posible la ejecución forzada directa, o al no desearla
el acreedor, puede pedir una indemnización que consiste en el equivalente dinerario. No hay voluntariedad, sino
ejecución, y un cambio de objeto en el caso de indemnización por equivalente.

El paso de la primera a la segunda, es producida por el incumplimiento, el que pueda adoptar las siguientes formas:

Incumplimiento absoluto Incumplimiento tardío Incumplimiento defectuoso

1. No hay prestación, y no se puede 1. No se realizó la prestación en 1. Se cumple de modo


cumplir por imposibilidad atribuible el tiempo previsto, pero inexacto (violación
al deudor o porque el acreedor ha todavía es posible e idónea positiva del contrato)
perdido el interés en forma para satisfacer el interés del 2. El acreedor puede
definitiva acreedor solicitar el
2. El acreedor no reclamará el 2. El acreedor puede reclamar cumplimiento no
cumplimiento forzado, sino la la prestación adeudada más defectuoso o el
indemnización sustitutiva el resarcimiento del daño equivalente dinerario
(cumplimiento por equivalente) más moratorio
la indemnización de los otros daños
que haya sufrido

RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL: TEORÍAS DE IHERING Y FAGGELLA

Cuando estudiamos la responsabilidad precontractual hay que mantener en mente que no existe el contrato, ya sea
porque el mismo padeció de un vicio genético o porque las negociaciones encaminadas a formar el acuerdo de
voluntades causa fuente obligaciones no llegaron a concluirse. Consecuentemente, si no existe contrato, no se puede
activar el engranaje encaminado a exigir el cumplimiento de las obligaciones. No obstante, ello no implica que no
exista una relación jurídica entre los sujetos que se encuentran en la etapa de negociación . Es esta relación
extracontractual la que motiva a los sujetos a que actúen de buena fe, respetando la confianza depositada en el otro y por
tanto el principio de alterum non laedere.

100
Hasta no encontrarse perfeccionado el contrato no podremos hablar de responsabilidad contractual, entonces, ¿Desde
cuándo existe responsabilidad para los sujetos negociantes?

Ihering sostenía que la responsabilidad antes de la concreción del contrato existía desde la emisión de la oferta.

En su libro “culpa in contrabendo”, Ihering sostuvo que era posible que una persona sufriera algún daño como
consecuencia de una acción culposa realizada por otra, en el periodo previo a la formación del contrato, cuando se
estaba contrayendo la relación contractual.

El jurista valora la culpa al obrar, no así la buena o mala fe. Es la violación de la obligación de diligencia que las partes
deben observar en el transcurso de las relaciones anteriores a la celebración del contrato, evitándose asi que cada futuro
contratante sea victima de negligencia del otro. Este periodo nada tiene que ver con la emisión de la oferta.

La visión de Ihering fue ampliada por Faggella. Para el jurista italiano, el campo de la responsabilidad se extiende más
allá del momento en el que se formula la oferta, pues nace cuando los eventuales contratantes comienzan las tratativas
del negocio, y finaliza cuando el contrato se perfecciona o se rompen las negociaciones entabladas. Para Faggella el
fundamento de la responsabilidad no es la culpa, sino la violación del acuerdo concluido expresa o tácitamente de iniciar
las negociaciones.

Para Saleilles las bases de la responsabilidad precontractual se asentaban en la violación de una suerte de pacto tácito de
garantía, fundado en los usos impuestos por la equidad comercial y la buena fe existentes entre las partes al entablar las
negociaciones.

La legislación argentina sigue la visión de Faggella. 

El art 991 dispone que debe resarcirse el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin su culpa, en la
celebración del contrato. Según Borda, lo que debe indemnizar es el llamado daño al interés negativo. Este daño
abarca, el daño emergente y la ganancia frustrada por la no realización de otro contrato con un tercero, siempre que
acredite que este último fue desechado para poder cerrar el contrato que finalmente se frustró por culpa de la persona
con quien se pretendía contratar.

La interrupción de la negociación dispuesta por una de las partes puede no ser abusiva y, por tanto, no generar
responsabilidad alguna, si han habido conductas de la contraria que justificasan la interrupción, tales como la
insuficiente información dada o la violación de un pacto de confidencialidad, o si existe una verdadera imposibilidad de
llegar a un acuerdo definitivo, que podrá motivarse en diferentes motivos, tales como las diferencias entre las partes en
el precio o en la calidad de la cosa que se promete.

El principio general en materia de responsabilidad precontractual es la libertad de negociación, que comprende tanto
promover las negociaciones como abandonarlas y ponerles punto final en cualquier momento. El retiro de las
negociaciones no debe ser intempestivo ni injustificado, dado que el derecho de no contratar o de abandonar las
negociaciones en cualquier momento debe ser ejercido de manera funcional y no abusivamente. Desde que se inicia la
negociación, debe regir la buena fe, so pretexto del deber de responder por los daños que la infracción a tal estándar de
conducta pueda provocar al otro.

101
Si bien no fue contemplado por el CCyC,la jurisprudencia sí considera que para ser susceptible de devengar
responsabilidad, la ruptura de las tratativas debió darse cuando éstas estaban en un grado avanzado de desarrollo, que
nada tiene que ver con el tiempo transcurrido sino con lo que ellas han generado en la parte afectada: confianza o
expectativa.

Dándose los supuestos aludidos de RUPTURA INTEMPESTIVA E INJUSTIFICADA de las negociaciones avanzadas,
más el cumplimiento de todos y cada uno de los presupuestos de responsabilidad civil, aparece admisible la pretensión
de daños y perjuicios en el marco del iter contractual. El factor de atribución debe ser subjetivo, dolo o culpa.

Extensión del resarcimiento. El interés negativo comprende los daños sufridos a consecuencia de haber confiado en la
eficacia de un contrato inválido o que no llegó a perfeccionarse por causa imputable a la parte obligada a dicho
resarcimiento. El interés positivo o de cumplimiento comprende todos los rubros que obtendría el acreedor si el contrato
hubiese sido cumplido.

El interés negativo se forma antes que el contrato. Normalmente, se incluye el daño emergente. Es decir, los gastos de
traslado de la otra parte para negociar, estudios de título, confección de proyectos y diseños, contratación de
profesionales, etc. Se ha comenzado a incorporar también el lucro cesante, las ganancias de las cuales se viera privado
uno de los pretensos contratantes por mantener la negociación luego frustrada.

Supuestos de responsabilidad precontractual: en la última etapa de negociaciones una de las partes se retira
injustificada e intempestivamente, no suscribiendo el documento y mucho menos dando principio de ejecución a lo
proyectado. La infracción del deber de confidencialidad, una de las partes utiliza información adquirida en tratativas.
Violación de los deberes secundarios de conducta como ser la custodia y conservación. Caducidad de la oferta por
muerte del proponente.

RESPONSABILIDAD POST-CONTRACTUAL

Surge una vez cumplidas las obligaciones nucleares del contrato, extinguido por su cumplimiento, cuando quedaron
vigentes aquellas obligaciones accesorias de conducta que surgen de la buena fe (deberes de seguridad, custodia,
secreto, etc)

Se caracteriza por ser una conducta violatoria de un deber colateral basado en lo acordado por las partes o en la
buena fe, que lesiona una posición jurídica de pleno goce de los bienes luego del cumplimiento del contrato. Tiene los
sgtes elementos:

● Cumplimiento de las obligaciones nucleares: se requiere que el contrato haya sido cumplido para que se pueda

hablar de un periodo “post”. El cumplimiento en este caso quiere decir que se han satisfecho las obligaciones
nucleares, y que, como consecuencia, el contrato se agota en su función principal. Pero subsisten deberes cuya
violación acarrea responsabilidades.

102
● Existencia de deberes colaterales: los deberes colaterales existen en todo contrato porque se derivan de la

buena fe, y son: seguridad, custodia, consejo, información, confidencialidad, lealtad. La responsabilidad pos
contractual surge cuando se violan alguno de esos deberes.

● Existencia de un hecho violatorio de esos deberes: el hecho es ilícito porque viola esos deberes, y no por la

fecha de ocurrencia. Porque puede haberse producido con anterioridad o con posterioridad del agotamiento de
las obligaciones nucleares.

Casos comunes:

1) violaciones al deber de no concurrencia


2) violación al deber de confidencialidad
3) uso indebido de la imagen
4) rendición de cuentas
5) garantía posventa en el contrato de consumo

¿Hasta cuándo duran estos deberes? El límite máximo es la prescripción liberatoria, pero pueden extinguirse antes, sea
porque se venció el plazo fijado por las partes, o la condición, o bien dejaron de ser relevantes por carecer de nexo
causal con la situación contractual.

103
UNIDAD 6 CONTRATOS DE TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD

COMPRAVENTA

Tipificado en el art. 1123 del CCYCN Hay compraventa cuando, una de las partes se obliga a transferir la propiedad de
una cosa y la otra a pagar un precio en dinero. Antes se separaba la compra de la venta, para distinguir la finalidad
perseguida de cada parte. Hoy se usa el término “Compraventa”. Su función económica y social es de contrato de
cambio, el cambio de una cosa en dominio o condominio, por dinero.

CARACTERES

● Es un contrato bilateral. Surgen obligaciones mutuas o recíprocas. El vendedor se obliga a transferir la


propiedad de una cosa y el comprador a pagar el precio: ambas partes revisten en forma simultánea las
características de deudor y acreedor.
● Es oneroso. Las ventajas que se procuran a una de las partes les son concedidas por una prestación que ella ha
hecho o se obliga a hacer a la otra. Implica que la ventaja de una de las partes encuentra su fundamento en la
ventaja de la otra, que debe ser cierta y determinada.
● Es conmutativo. Las ventajas para todos los contratantes son ciertas. Por excepción puede ser aleatorio.
● Puede ser formal o no formal. Rige el principio de libertad de formas. En la compraventa de inmuebles el
contrato es formal pero no solemne, porque la falta de escritura pública no implica la nulidad del contrato, sino
que vale como acto en que las partes se han obligado a cumplir con la formalidad excepto que ella se exija bajo
sanción de nulidad.
● Es consensual. Resulta perfeccionado por el consentimiento de las partes y no requiere la entrega de la cosa
para el perfeccionamiento del contrato.
● Es nominado y típico.
● Es de cumplimiento instantáneo.

ELEMENTOS

Consentimiento. La compraventa requiere de ese acuerdo de voluntades libremente declarado, por regla, para celebrar
un contrato y determinar su contenido dentro de los límites impuestos por la ley, orden público, moral y buenas
costumbres. Nadie puede ser obligado a comprar o vender.

Capacidad.

LA COSA Y EL PRECIO

104
Son elementos esenciales, “el contrato no debe ser juzgado como de compraventa, aunque las partes así lo estipulen, si
para ser tal le falta algún requisito esencial” Los requisitos esenciales son la obligación de transferir la cosa, la finalidad
de transferir el dominio y el precio.

LA COSA: el art. 1129 del CCYCN aclara que pueden venderse todos las cosas que son objeto de los contratos, es
decir, un bien material, susceptible de valor económico, determinado o determinable, existente al celebrarse el
contrato o susceptible de existir. Puede tratarse de una cosa presente o futura, propiedad del vendedor o no. Para
que pueda ser vendida, su enajenación, no debe encontrarse prohibida.

El objeto de la compraventa es una cosa, un bien material susceptible de valor económico que puede estar determinado
o determinable, debe existir al momento de celebrarse el contrato o ser susceptible de existir (presente o futuro) , puede
ser parte de la propiedad del vendedor o no, puede estar sometida a litigios, gravada o afectada por medidas cautelares
mientras que no esté prohibida su enajenación.

1.Cosa cierta que ha dejado de existir. Si la venta es de cosa cierta que ha dejado de existir al tiempo de
perfeccionarse el contrato, éste no produce efecto alguno. Si ha dejado de existir parcialmente, el comprador puede
demandar la parte existente con reducción del precio.

Puede pactarse que el comprador asuma el riesgo de que la cosa cierta haya perecido o esté dañada al celebrarse el
contrato.

Se trata de una compraventa aleatoria, si la venta fuese aleatoria por haberse vendido cosas futuras, tomando el
comprador el riesgo de que la cosa no llegue a existir, el vendedor tendrá derecho a todo el precio aunque no llegue a
existir o sea de calidad inferior.

El vendedor no puede exigir el cumplimiento del contrato si al celebrarlo sabía que la cosa había perecido o estaba
dañada. Se trata de un supuesto de mala fe del vendedor, lo coloca en imposibilidad de exigir el cumplimiento del
contrato al comprador. El comprador se encontrará desobligado frente al vendedor.

2.Cosa cierta que ha dejado de existir parcialmente. Si la cosa objeto del contrato ha dejado de existir parcialmente, el
comprador puede demandar la parte existente con reducción del precio. La pérdida es parcial cuando el deterioro o
destrucción de la cosa no llega a alterar su identidad, que conserva valor para quien la tuvo en mira al celebrar el
contrato.

3.Venta de cosa futura, las cosas no existen al momento de la celebración del contrato, pero hay probabilidad
suficiente de que exista en el futuro. El código lo entiende, como sujeto a condición suspensiva, el comprador, puede
asumir por cláusula expresa que la cosa, no llegue a existir. El vendedor debe realizar las tareas y esfuerzos que resulten
del contrato en condiciones y tiempos convenidos. Habrán 2 supuestos:

a. Venta de cosa futura y condición suspensiva, las partes se obligan a cumplir, en medida que la cosa que se
logre o llegue a existir (contrato condicional) si no sucede, el contrato no adquiere eficacia y el comprador no

105
deberá precio. Se considera que el vendedor, deberá realizar las tareas y esfuerzos para que la cosa se logre. Es
una venta sujeta a condición suspensiva. Si la condición no se cumple no nacen obligaciones para las partes.
b. Venta de esperanza, el comprador, asume el riesgo de que la cosa, exista o no, y deberá pagar el precio
pactado (contrato aleatorio) “el comprador puede asumir por cláusula expresa, el riesgo de que la cosa no llegue
a existir sin culpa del vendedor” La compraventa se convierte en aleatoria.

4.Venta de cosa ajena, según el art. 1132, es válida la venta de una cosa total o parcialmente ajena, siguiendo las
condiciones del art. 1008. El vendedor se obliga a transmitir o transmitir su dominio al comprador. Habrán supuestos
de, que si el vendedor no garantiza el éxito, debe emplear los medios necesarios para cumplir. Y si el vendedor, ha
garantizado la venta, y ésta no se cumple, deberá indemnizar.

5.Venta de cosa ajena, como ajena, en este caso la ajenidad es conocida por ambas partes, y lo dejan plasmado en
el acuerdo que celebran. Hay que entenderlo como compromiso del vendedor de adquirir legítimamente la cosa y
transferirla al comprador.

Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos, si el que promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la
promesa sólo está obligado a emplear lo medios necesarios para que la prestación se realice y si por culpa el bien no se
transmite debe reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta no se
cumple.

6.Venta de cosa ajena, como propia, El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los
daños si no hace entrega de ellos. La contratación sobre bienes ajenos como propios será de buena o mala fe
dependiendo de la actuación de las partes. El vendedor no podría amparse en el desconocimiento de la ajenidad de la
cosa ya que para que se configure la buena fe tratándose de cosas registrables, el examen previo de la documentación y
constancias registrables, así como el cumplimiento de los actos de verificación pertinentes. El vendedor asume la
responsabilidad de resultado de entregar lo comprometido y es responsable si no lo hace.

PRECIO

El art. 1123 del CCYCN, dispone que: “El comprador debe pagar “un precio en dinero”. El dinero, entendido
como “función dineraria” (cheque, factura de créditos, etc) y debe ser de la utilizada en curso ordinario (curso
legal) de los negocios en el lugar de pago. Debe ser cierto y serio, es decir que tenga real relación lo adquirido y
lo pagado, que haya sido destinado a ese fin”.

El precio determinado, será aquel donde las partes fijen que se debe pagar. Y determinable, cuando las partes disponen
que sea fijado por un tercero (art. 1134). El precio lo fija un juez, con la norma, más breve que se prevea en la ley local.

Precio determinado por las Existe precio cierto cuando se lo ha fijado en una suma determinada de dinero. Cuando
partes las partes determinen la suma que el comprador debe pagar. El precio sólo es
determinado cuando intervienen las dos partes.

106
Precio con referencia a otra Cuando se acuerda el precio teniendo en cuenta el precio que tiene otra cosa cierta
cosa cierta también es determinado. Venta por “el mismo precio por el que ya se vendió otra cosa,
por un tercero, venta por el precio que pagó por la cosa el vendedor al comprarla”

Es determinado cuando se deja su fijación en mano de un tercero que no es parte


Precio determinado por un designado a tal fin. En caso de que las partes no llegan a un acuerdo en la designación
tercero del tercero o el tercero no quiere o no puede realizar la determinación, el precio lo fija
el juez por breve procedimiento.

Para las cosas muebles, si hubiera silencio en el precio, se considera que las partes han
Precio corriente de plaza hecho referencia al precio generalmente cobrado en el momento de la celebración del
contrato para tales mercaderías, vendidas en circunstancias semejantes.

Lo que importa es que los contratantes tengan real intención de pagarlo y percibirlo.
Precio serio Ello no ocurre si el precio es irrisorio. No puede ser ficticio o simulado, ni cuando se
renuncia a recibirlo, o cuando se demuestra que el precio no fue pagado o que estuvo
destinado a cumplir fines distintos de los que le son propios.

Precio mixto Una parte en dinero y una parte en otra cosa. Si el precio consiste en mayor valor de la
cosa, el contrato es permuta, y compraventa en los demás casos.

El precio total es el que resulta en función de la superficie real del inmueble, pero si lo
Precio convenido por unidad vendido es una extensión determinada y la superficie total excede en más del cinco
de superficie porciento a la expresada en el contrato, el comprador tiene derecho a resolver. Si hay
exceso de área, el comprador puede adquirirla, y si es menor puede reajustarse el
precio.

El objeto principal de la venta es una fracción de tierra no habiendo sido convenido el


precio por unidad de medida de superficie, y la superficie tiene una diferencia mayor
Precio no convenido por del 5% acordada, el vendedor o comprador tienen derecho a pedir el ajuste por la
unidad de superficie
diferencia.Puede darse la venta ad corpus (se vende por el inmueble como tal, sin
importar medidas, no surge pretensión de suplemento al precio por diferencia en
extensión) o venta por precio global (se indica la superficie global y tienen las partes
derecho a pedir ajuste de la diferencia)

OBLIGACIONES DE LAS PARTES

La compraventa es un contrato que se destaca por la importancia de la cooperación del comprador y el vendedor, donde
ambos deberán actuar diligentemente para la entrega del dominio porque la compraventa es un contrato de cooperación.
Se encuentra en la sección 4 y 5, Cap. I, Título IV, Libro III del CCyC.

OBLIGACIONES DEL VENDEDOR

De transferir el dominio. El vendedor es el sujeto pasivo de la obligación, es el que está obligado a entregar, podemos
decir que es el deudor de la obligación. El art. 1137 dispone que el vendedor tiene la obligación de transferir la

107
propiedad de la cosa vendida, y estará obligado a poner a disposición todos los instrumentos y cooperación necesaria
para concretar la venta. Está obligado a entregar la cosa en el tiempo, lugar y condiciones pactadas.

En materia de inmuebles, se necesitará la presencia de cuatro elementos típicos, para hacer la entrega de la cosa y
cumplir con la obligación, que serán, título, forma, modo e inscripción. Para otorgar la escritura pública deberá
contratar a un escribano público, se entiende que esta obligación corresponde al comprador. También corresponde al
vendedor entregar el inmueble inmediatamente después de la escritura, y libre de toda relación de poder y oposición de
terceros. La recepción por parte del acreedor, hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y calidad adecuada de la
cosa.

0. Riesgos: si la cosa perece sin culpa del vendedor, le venta queda resuelta, el vendedor no podrá reclamar el pago
del precio, y si lo hubiera recibido, deberá devolverlo. Si la cosa se pierde por culpa del vendedor, el contrato se
extingue y deberá indemnizar el daño causado (también aplica al vendedor moroso, a menos que se demuestre que la
cosa se habría perdido en manos del comprador).

Haciendo referencia al deterioro de la cosa, ante el silencio de nuestro código, es aplicable lo dispuesto en el código de
Vélez que especifica:

0. Si la cosa se deteriora sin culpa del vendedor, el comprador tendrá derecho a tener por resuelta la venta o a pedir
una disminución proporcional del precio
A. Si la cosa se deteriora sin culpa del vendedor después de encontrarse en mora, está obligado a pagar los daños, a
menos que se demuestre que la cosa se hubiera deteriorado también en poder del comprador
B. Si la cosa se deteriora por culpa del vendedor, el comprador tendrá derecho a exigir una cosa equivalente y el
pago de los daños sufridos, si es que no prefiere recibir la cosa en el estado en que se encuentra y la reparación de tales
daños

El art 1151 establece que el vendedor deja de cargar con los riesgos de daño o perdida de la cosa mueble, y los gastos
incurridos, desde que la pone a disposición de transportista u otro tercero, aunque no aclara quien asume los riesgos.
Según la convención de Viena, en cuanto se haya puesto la mercadería en poder del portador, el comprador asume el
riesgo desde ese momento.

II. Mejoras: las mejoras naturales (que no provienen del hecho del hombre) ocurridas entre la celebración del
contrato y la entrega de la costa, también favorecen al dueño (vendedor).  Este está autorizado a exigir el mayor
valor al comprador, y si este último no lo acepta, el contrato se extingue sin responsabilidad para las partes. Si el
vendedor se encuentra en mora, las mejoras naturales pertenecen al comprador y el vendedor no podrá exigir un
mayor precio por ellas. 

Si fueran mejoras artificiales (hecho por el hombre), debe diferenciarse entre mejoras necesarias (el vendedor
está obligado a hacerlas, sin derecho a percibir su valor) o mejoras útiles, de mero lujo, recreación o suntuarias (se
las puede hacer, siempre que no dañen la cosa, y no tiene derecho a reclamar indemnización alguna).

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Frutos: los percibidos antes de la tradición de la cosa pertenecen al vendedor, pero los pendientes corresponden al
comprador
Productos: forman parte de la cosa y su extracción la disminuye. El vendedor no tiene derecho a seguir extrayendo
productos, desde el instante mismo en que se realizó la venta.

La transmisión de dominio se hace a través de la tradición, cuando una parte entrega voluntariamente a la otra cosa. Es
la realización de actos materiales de una de las partes, que otorguen un poder sobre ella, que le permite comportarse
como titular del derecho real de dominio.

El art 1137 obliga al vendedor a poner a disposición del comprador los instrumentos requeridos por los usos o las
particularidades de la venta, y a prestar toda cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominial se
concrete.

Deber de conservación y custodia, el vendedor tiene la obligación de no introducir cambios que aumenten o
disminuyan su valor. Según el art. 746 tiene la obligación de conservar la cosa, en el mismo estado en el que se
encontraba cuando se contrajo la obligación. El riesgo será soportado por el propietario, en casos de deterioro o
pérdida total, sin culpa, la obligación queda extinguida (imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva, sin
responsabilidad) Si la pérdida es parcial, las partes podrán reajustar el precio o dar por disuelta la obligación.

Gastos de entrega, el art. 1138 establece que corresponderá al vendedor, los gastos de entrega de la cosa, y los
instrumentos de ella, excepto pacto en contrario. En materia de inmueble deberá costear los estudios del título y los
gastos de mensura y tributos, que serán aquellos para determinar la superficie.

Tiempos de entrega, el art. 1139 establece que será inmediatamente después de la escrituración, si no hay un tiempo
fijado en el contrato. Si son cosas muebles, será 24hs luego del contrato. El lugar también será el convenido o el que los
usos y costumbres tomen en cuenta.

Entrega de la cosa, el vendedor debe transferir el dominio y la manera es mediante la tradición de la cosa, el art. 1140
establece que la cosa deberá entregarse con sus accesorios, libre de toda relación de poder y de oposición de tercero. La
tradición implica la entrega de la cosa para que quien la recibe pueda ejercer la posesión.

OBLIGACIONES DEL COMPRADOR. El artículo 1141, dispone las obligaciones del comprador. Y ellas son:

Pago del precio, el comprador debe pagar al vendedor el precio convenido, en la moneda y cantidad que han pactado.
Si nada se pacta se entiende que la venta es de contado.

Hay que analizarlo conforme al art. 871 que dice que el pago debe hacerse:

A. Si una obligación de exigibilidad inmediata, al momento de su nacimiento.


B. Si hay plazo determinado cierto e incierto, al momento de su vencimiento.
C. Si es de plazo tácito, en el momento según la naturaleza y circunstancia de la obligación.
D. Si el plazo es indeterminado, el tiempo que fije el juez a solicitud de parte.

109
E. Si se trata de inmuebles será al momento de la entrega, que será inmediatamente después de la escrituración.
F. Si se trata de cosas muebles, aclara el art. 1152 que excepto pacto en contrario, el comprador no está obligado a
pagar si, no tiene forma de examinar la cosa.
G. Si no hay lugar de pago designado será en el domicilio del comprador.
H. Si se trata de entrega fraccionada, el pago debe ser fraccionado en cuotas en simultáneo con la entrega
correspondiente.

Para los inmuebles el vendedor debe entregar la cosa inmediatamente a la escrituración; y para los muebles rige la regla
de que el pago se hace contra entrega de la cosa, excepto pacto en contrario. El comprador no está obligado a pagar el
precio mientras no tiene la posibilidad de examinar las cosas, a menos que las modalidades de entrega o de pago
pactadas por las partes sean incompatibles con esta posibilidad.

Respecto a las cláusulas que justifican suspender o rehusar el pago del precio, hay que seguir lo dispuesto en el art.
1032:

● Recibir la cosa, no es una verdadera y propia obligación, es un genérico deber de todo acreedor de recibir.
● Pagar gastos vinculados a la instrumentación del contrato, gastos de recibos.
● Pagar gastos de recepción de la cosa, deben entenderse como aquellos que deriven del momento de la entrega,
por ejemplo los transportes de la cosa al domicilio del comprador, el embalaje de la misma.

Recibo de la cosa y documentos vinculados al contrato. El deudor tiene derecho a pagar, surgiendo de ello la
obligación y derecho de entregar la cosa, con la obligación y derecho del comprador de recibirla. Consecuencias de que
el comprador no reciba la cosa: si el comprador se niega a recibir la cosa (mueble o inmueble), el vendedor puede:

a. Cobrar los gastos de conservación de la cosa y los demás daños que resulten de la actitud renuente del
comprador
b. Consignar judicialmente la cosa
c. Demandar el pago del precio cuando no hubiese cobrado, y siempre que haya hecho entrega de la cosa o la
ponga a disposición del comprador, consignándola judicialmente.
d. Pedir la resolución de la venta si no se le pagara el precio (consecuencia del incumplimiento de la obligación de
pagar el precio

Pago de gastos de recibo de la cosa. Todos aquellos que se devenguen a partir de la entrega, como el transporte de la
cosa a la casa del comprador, el embalaje, la anotación en el Registro de propiedad.

Pagar gastos vinculados a la instrumentación del contrato. La obligación de pagar los gastos de recibo de la cosa
corren a cargo del adquirente, excepto pacto en contrario.

FORMA. COMPRAVENTA Y TRANSFERENCIA DE DOMINIO: Bienes muebles, inmuebles, muebles


registrables

110
La compraventa no es otra cosa que el compromiso de transferir la propiedad, pero esta no se transmite sino por la
tradición de la cosa. Respecto de los inmuebles se exige, además la escritura pública. Y como estos dos requisitos
resultan insuficientes para proteger los derechos de terceros, las leyes locales han organizado los registros de la
propiedad, en los cuales deben inscribirse obligatoriamente las transferencias del dominio y sus modificaciones para que
sean oponibles a terceros. Este sistema ha sido consagrado expresamente en el art. 1893. Un régimen distinto fue creado
para los automotores y los equinos de pura sangre de carrera, en los cuales la inscripción registral es constitutiva del
dominio.

BOLETO DE COMPRAVENTA

Este instrumento nace como respuesta a las prácticas negociales modernas que imponían rapidez en las transacciones, y
dado las exigencias legales que retrasaban las celebraciones del contrato, las partes se vieron obligadas a celebrar
contratos de compraventa mediante este instrumento privado, para luego escriturarlos.

El boleto de compraventa es un contrato preliminar, precontrato o promesas de venta, puesto que es ineludible
celebrar el auténtico contrato de compraventa que debe instrumentarse por escritura pública.

Naturaleza jurídica. Doctrina

PRECONTRATO CONTRATO DEFINITIVO VENTA FORZOSA

El boleto de compraventa El boleto es un contrato definitivo ya El boleto de compraventa


inmobiliaria es el contrato preliminar que la escritura no es un requisito de inmobiliaria es un precontrato que
denominado promesa de celebrar la la compraventa en sí, sino de la genera obligación de escriturar (venta
compraventa, cuyo contrato de transferencia de propiedad. Es un forzosa) y adicionalmente de hacer la
segundo grado requiere escritura contrato firme y perfecto, el boleto y tradición y pagar el precio, siendo
pública pero no bajo sanción de escritura no son actos continuados, la nulo como compraventa por falta de
nulidad. escritura implica la ejecución de ese forma.
El boleto de compraventa no puede contrato perfeccionado que vincula a
reputarse el contrato definitivo de las partes como comprador y
compraventa, de lo contrario serían vendedor debido a su consentimiento
idénticas las compraventas de mueble en la relación a la cosa y al precio.
que las de inmuebles cuando el
codificador exige mayores
formalidades para estas últimas.

En el código de Vélez, aclaraba que los contratos que debiendo ser hechos en escritura pública, fuesen hechos por
instrumento particular, firmado por las partes, o que fuesen hechos por instrumento particular por el que las partes se

111
obligan a reducirlo a escritura pública, no quedan concluidos como tales, mientras a escritura pública no se halle
firmada; pero quedarán concluidos como contratos en que las aportes han obligado a hacer escritura pública.

Ahora se encuentran legislados en el art. 1170 del CCYCN donde dice que: El derecho del comprador de buena fe
tiene prioridad sobre el de terceros que hayan trabado cautelares sobre el inmueble vendido si:

● El comprador contrató con el titular registral, o puede subrogarse en la posición jurídica de quien lo hizo
mediante un perfecto eslabonamiento con los adquirentes sucesivos, cuando existe una concatenación perfecta
que relaciones al adquirente con el titular registral del inmueble.
● El comprador pagó como mínimo el veinticinco por ciento del precio con anterioridad a la traba de la cautelar,
se fija el límite entonces en ese veinticinco por ciento que, estando por debajo se le negará la preferencia y será
tratado como si fuera a título gratuito.
● El boleto tiene fecha cierta
● La adquisición tiene publicidad suficiente, sea registral o posesoria.

El boleto tiene fecha cierta, el CCYCN entiende que un instrumento privado adquiere fecha cierta conforme lo
dispuesto en el art. 317 donde se entiende que es necesario que el instrumento tenga fecha cierta que debe ser anterior a
la toma de razón de la cautelar en el registro a los fines de la oponibilidad.

La adquisición tiene publicidad suficiente, sea registral o posesoria, pregona preeminencia de la publicidad posesoria
por sobre la registral, es decir si en razón de un boleto el comprador adquiere la posesión de manera previa a la
traba de la cautelar triunfará en el conflicto, y más aún si tiene publicidad registral precedente. Es necesario aclarar
que la buena fe de este artículo se presume.

Se entiende que el actual código adopta la postura doctrinal que afirma al boleto de compraventa como un contrato
definitivo, firme y perfecto, perfecto en sí mismo, en que las partes han quedado vinculadas como comprador y
vendedor. Además esta postura sostiene que el boleto y la escritura no son actos continuados, es decir primero se
celebra el boleto de compraventa y después la escritura, el boleto vincula a las partes, pues el comprador y el vendedor
expresaron la conformidad en relación a la cosa y el precio.

Seguidamente el art. 1171 del CCYCN expresa respecto a la oponibilidad a terceros que los boletos de compraventa de
inmuebles de fecha cierta otorgados a favor de adquirentes de buena fe son oponibles al concurso o quiebra del
vendedor si se hubiera abandonado como mínimo el 25% del precio. El juez debe disponer que se otorgue la respectiva
escritura pública. El comprador puede cumplir sus obligaciones en el plazo convenido. En caso de que la prestación a
cargo del comprador sea a plazo, debe constituirse hipoteca en primer grado sobre el bien, en garantía del saldo de
precio.

CLÁUSULAS QUE SE PUEDEN AGREGAR: El código solamente autoriza los pactos de retroventa y de reventa
para la venta de cosas inmuebles, y admite la cláusula de preferencia en todo tipo de ventas. Si se tratade cosas
registrables, los tres pactos son oponibles a terceros interesados si resultan de los documentos inscriptos o si de otro

112
modo el tercero ha tenido conocimiento efectivo de ellos. Si se trata de cosas no registrables, tales pactos son oponibles
en general pero no respecto a terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso.

1. PACTO DE RETROVENTA

Es aquel elemento accidental del contrato que podrá ser añadido por las partes, siguiendo la redacción del art. 1163 por
el cual el vendedor se reserva el derecho de recuperar la cosa vendida y entregada al comprador contra
restitución del precio, con el exceso o disminución de convenios. El contrato sujeto a este pacto se rige por las reglas
de la compraventa sometida a condición resolutoria.

El artículo establece sin dudas, que este pacto de retroventa añadido al contrato de compraventa, significa someterlo a
una condición resolutoria. Significa acordar el derecho potestativo del vendedor de extinguir el contrato a través de una
cláusula de arrepentimiento, si hubiese mediado la tradición de la cosa y pagado el precio. Es el derecho del vendedor a
recuperar la cosa vendida al mismo precio. Hasta que no se produzca -si es que se produce- el dueño de la cosa es el
comprador, con un dominio imperfecto por ser revocable.

Las condiciones para que este pacto sea válido son:

● Requiere la suficiente publicidad en los registro pertinentes, si fuera no registrable no es oponible a terceros de
buena fé a título oneroso
● Debe estipularse en el mismo acto de la venta, es decir en el momento de la celebración y constar en el título
respectivo, si se acuerda con posterioridad será inoponible a terceros, o si se formaliza por instrumento
separado.
● El plazo no debe ser mayor a cinco años cuando la cosa sea inmueble y no más de dos años si la cosa es
mueble registrable, siguiendo la disposición del art. 1167 del CCYCN tiene el propósito de que no se cree una
situación de incertidumbre sobre el inmueble.
● El precio podrá ser menor o mayor que el pagado por el comprador, y podrá tener intereses. Si las partes omiten
fijar un precio, se entiende que se toma la misma suma pagada por el comprador.

2. PACTO DE REVENTA

Previsto en el art. 1164 del CCYCN diciendo que es aquel por el cual el comprador se reserva el derecho de
devolver la cosa comprada. Ejerciendo el derecho, el vendedor debe restituir el precio, con el exceso o disminución
de convenios. Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición resolutoria.

Se entiende como el reverso de la retroventa, ya que el facultado a restituir es el comprador, y se fija con las
disposiciones de la primera.

113
Si el comprador ejerce la reventa debe devolver la cosa en el estado en la q e la recibió; dado que estaba obligado a
realizar gastos de conservación que necesitaban y no podrán esos gastos ser restituídos, y de no conservar la cosa en
buen estado no podrá reclamar el precio íntegro. La reventa implica la celebración de una compraventa bajo una
condición resolutoria.

3. PACTO DE PREFERENCIA

El pacto de preferencia está legislado en el art. 1165 del CCYCN es aquel por el cual el vendedor tiene derecho a
recuperar la cosa con prelación a cualquier otro adquirente si el comprador decide enajenarla. El derecho que
otorga es personal y no puede cederse ni pasa a los herederos. El comprador debe comunicar al vendedor su decisión
de enajenar la cosa y todas las particularidades de la operación proyectada, o en su caso, el lugar y tiempo en que debe
celebrarse la subasta. El vendedor debe ejercer su derecho dentro de los diez días de recibida dicha comunicación, salvo
pacto en contrario.

Mediante esta cláusula especial, la parte vendedora estipula un derecho eventual de carácter intuitu personae. Se
considera que no es exclusivo de la compraventa, se trata de dar preferencia un sujeto respecto a la adquisición de un
derecho cualquiera, no hay duda de que la prelación puede ser convenida en otras especies de contratos. Es un derecho
intransferible, ya que se estipula por razones personales e indivisible, en caso de pluralidad de vendedores o
compradores, cualquiera podrá ejercer el derecho.

PLAZOS

El plazo para ejercer la preferencia podrá ser el convenido por las partes, o sino se aplicarán los diez días mencionados
en el artículo. El plazo comienza a correr desde que el comprador ha notificado su oferta de revender, si no ejerce la
preferencia en ese plazo la pierde.

EFECTOS

El primer efecto respecto a las partes, es la obligación del comprador, de notificar su intención de vender a la otra parte,
y con respecto a los terceros el problema se presenta si el comprador omite avisar al vendedor y vende la cosa, donde la
venta será válida pero deberá indemnizar todo perjuicio; o bien si después de haberle avisado, sin esperar respuesta
vende la cosa a un tercero, el vendedor deberá conformarse con la indemnización de daño. Esto se justifica ya que la
preferencia que se crea a favor del vendedor es un derecho personal o de crédito y no un derecho real. Respecto al
quantum de la reparación se sigue el art. 1741.

La venta en subasta o remate público, en la subasta judicial de inmuebles, al estar notificado el vendedor podrá asistir a
la subasta y pujar con otros postores, y no es necesario que supere a las ofertas, sino que iguale al mejor postor para ser
preferido, igual será en el supuesto del remate por iniciativa privada.

COMPARACIÓN DE LA COMPRAVENTA Y LA PERMUTA

114
En la permuta encontramos el intercambio de cosas por cosas y en la compraventa el cambio de cosas por precio.
Puede que en la permuta ambas cosas no tengan equivalencia y se completará el precio con dinero. Si la cosa
intercambiada es mayor al precio pagado será permuta y si la suma de dinero es mayor al valor de la cosa, como cuando
son equivalentes habrá permuta.

En la compraventa uno transmite el dominio de la cosa por un precio y en la permuta, se transmiten recíprocamente la
propiedad de dos cosas.

CONTRATO DE SUMINISTRO

Está previsto en el art. 1176 del CCYCN, dispone que es el contrato en el suministrante se obliga a entregar bienes,
o servicios, sin relación de dependencia, en forma periódica y el suministrado a pagar un precio por cada entrega o
conjunto. Se encuentra en el género de contratos de duración. Serán objeto del suministro, bienes, y no solo cosas, que
llevará a cabo el suministrante para atender a prestaciones pactadas. Pueden ser trabajos, servicios, muebles,
consumibles etc. Involucra prestaciones de hacer y de no hacer.

DIFERENCIAS CON LA COMPRAVENTA

Hay que distinguir que en la compraventa hay una única prestación fraccionada en su ejecución. En el suministro el
contrato de duración, varias prestaciones fluyen entre las partes, y en cada una nace una obligación de pagar un precio.
También destacar que en la compraventa, hay una sola entrega, que es la obligación y en el suministro, la empresa debe
atender varios pedidos efectuados por el suministrado.

LA COMPRAVENTA Y LA PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR

Los contratos de consumo pueden ser celebrados por distintos medios. La ley ha previsto expresamente: 

● La venta cuya oferta y aceptación se realice por medio postal, telecomunicaciones, electrónico o similar

● La llamada venta domiciliaria, donde o bien la oferta se hace fuera del establecimiento del proveedor, o bien el

contrato resulte de una convocatoria al consumidor al establecimiento del proveedor o a otro sitio, siempre que el
objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un premio u
obsequio. (debe ser por escrito y establecer las precisiones exigidas).

Estas precisiones están establecidas en el art. 10 de la misma ley, el documento que se extienda por la venta de cosas
muebles o inmuebles deberá contener:

1. La descripción y especificación del bien


2. Nombre y domicilio del vendedor
3. Nombre y domicilio del fabricante, distribuidor o importador cuando corresponda
4. Mención de las características de la garantía conforme a lo establecido en la propia ley

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5. Plazos y condiciones de entrega
6. Precio y condiciones de pago
7. Los costos adicionales, especificando precio final a pagar por el adquiriente

Además, este documento debe estar redactado en castellano, forma completa, clara y fácilmente legible, sin reenvíos a
otros textos que no se entreguen previamente o simultáneamente.

El proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la facultad de revocar todos los
datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y
para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos.

CESIÓN DE DERECHOS

Regulado en los capítulos 26 y 27 (cesión de derechos y de deudas; cesión de posición contractual) pertenecientes al
título IV (contratos en particular) del libro tercero “derechos personales”. Está tipificado en el art. 1614 del CCYCN
que dispone que “Hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a otra un derecho ” Se aplican a la
cesión de derechos la reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación según que se haya realizado con la
contraprestación de un precio en dinero, de la permuta, si surge de la transmisión de la propiedad de un bien o de la
donación, si no hay contraprestación: cesión-venta; cesión-permuta; cesión-donación.

Es un contrato que traspasa todos los derechos patrimoniales transferibles, según no tengan otra disposición en la ley un
determinado procedimiento distinto de traslación, cesión de derechos es el género del cual la cesión de créditos es una
especie.

CARÁCTERES

1. UNILATERAL Y GRATUITO; O BILATERAL Y ONEROSO: cesión-venta/permuta o cesión-donación.


2. CONMUTATIVO: en caso de ser oneroso, en principio es conmutativo porque generalmente las ventajas para
los contratantes son ciertas, no obstante podrán existir cesiones aleatorias.
3. FORMAL AD PROBATIONEM: En principio el legislador manda la forma escrita a los efectos de la prueba,
con la excepción de 1) los casos en que se transmiten títulos de crédito por endoso o por entrega manual y 2) los
tres supuestos de forma solemne relativa de cesión: De derechos hereditarios, de derechos litigiosos, de
derechos derivados de un acto por escritura pública.
4. NOMINADO

CAPACIDAD: El contrato de cesión es un acto jurídico por lo que se necesita de capacidad de ejercicio y de derecho.
En la cesión-compraventa el cedente debe poder disponer de sus bienes a título oneroso y el cesionario poder obligarse,
en la cesión-permuta ambos contratantes deben poder obligarse y disponer de sus bienes a título oneroso, y en la cesión-
donación, el cedente y el cesionario deben poder contratar y el cedente disponer a título gratuito.

DERECHOS QUE PUEDEN SER CEDIDOS

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El art. 1616 del CCYCN dispone que: Todo derecho podrá ser cedido, excepto que resulte contrario a la ley, a la
convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho. El concepto abarca los objetos incorporales, e incluso las
acciones, siempre que sea respetando las normas relativas al objeto de los contratos. Derechos sobre cosas futuras,
derechos hereditarios, derechos reales… todo crédito condicional o eventual, aleatorio, a plazo, sometido a un cargo,
puede ser objeto de cesión.

DERECHOS NO CEDIBLES (PROHIBICIONES)

- No podrán cederse derechos si media una prohibición expresa o implícita en la ley, o en el título de cesión,
tampoco podrán cederse derechos inherentes a las personas (art. 1617) o que comprenden hechos de igual
naturaleza.
- Los inherentes a la persona serán aquellos que se justifican como una especial cualidad de su titular. Si surge
de la naturaleza misma de la relación, se tratará de derechos reales, como los personalísimos o derechos de
familia, que tampoco podrán ser cedidas sus derivaciones patrimoniales. Ejemplo: indemnización por accidente
de trabajo, derecho de alimentos futuros, pensiones, jubilaciones.
- En las cesiones prohibidas por la ley, se encuentran bienes fuera de comercio, o la cesión de derechos reales
de uso y habitación. Cuando se habla de aquellos de la naturaleza del derecho, serían aquellos inherentes a la
persona.

FORMA

La cesión de derecho debe hacerse por escrito. Sin perjuicio de los casos en que se admite la transmisión del título por
endoso o por entrega manual. Deben hacerse por escritura pública:

● La cesión de derechos hereditarios


● La cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales, también pueden hacerse por acta judicial,
siempre que se asegure la inalterabilidad del instrumento.
● La cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública.

La cesión de derechos hereditarios sobre un inmueble mediante instrumento privado, hace nacer la obligación de otorgar
la escritura pública.

EFECTO ENTRE PARTES Y TERCEROS

El contrato se perfecciona con el mero consentimiento, pero su oponibilidad al deudor, se da con la notificación de
la cesión. Se producen los efectos oponibles conforme a las reglas de los registros en caso de ser derechos registrables.

Solo son parte de la cesión, el cedente y el cesionario, todos los demás serán terceros. Los terceros interesados, podrán
contestar la cesión para conservar derechos adquiridos, resulta lógico que los terceros interesados podrán sufrir un
perjuicio o afectación por la cesión, en este grupo se encuentran el deudor cedido y los acreedores del cedente. El
deudor cedido no tiene facultad para consentir o rechazar la cesión.

117
Según el art. 1620 del CCYCN, la cesión tendrá efecto respecto de terceros, desde la notificación al cedido por
instrumento público o privado de fecha cierta, sin perjuicio de las reglas especiales relativas a bienes registrables. La
notificación será un acto unilateral idóneo para volver oponible el traspaso de un crédito. Es importante ya que
produce el comienzo de los efectos frente a terceros, los cesionarios se transforman en propietarios del crédito y causa la
transmisión del riesgo entre partes.

● Sujetos. La notificación la practicará el cesionario, regularmente las partes contratan a un escribano para la
realización del acto, el destinatario de la cesión es el deudor cedido o quien lo represente.
● Lugar de notificación. La notificación deberá practicarse en el domicilio real del deudor cedido, a menos que
la cesión establezca un domicilio especial.
● Oportunidad. El código no establece un plazo para realizar la notificación, pero la doctrina entiende que debe
ser antes del pago, ya que el cesionario tendrá gran interés, que se haga oponible a terceros.
● Contenido, resultará suficiente que se dé a conocer la información necesaria, que permita al deudor
individualizar el crédito cedido y a la persona que será su nuevo acreedor.

ACTOS ANTERIORES

El art. 1621 del CCYCN establece que: “Los pagos hechos por el cedido al cedente, antes de serle notificada la
cesión, así como las demás causas de extinción de la obligación, causa la extinción de la obligación y tiene efecto
liberatorio para él.” Se da en el supuesto donde el deudor para al acreedor paga a su acreedor ignorando la cesión, que
todavía no le fue notificada.

CONCURRENCIA DE CESIONARIOS

Los eventuales cesionarios sucesivos, son invisibles al deudor cedido, porque él solo visualiza al que notifica la cesión
que lo legitima para el cobro. Por eso al art. 1622 del CCYCN dispone que “Ante la concurrencia de cesionarios, la
preferencia corresponde al primero que ha notificado la transferencia al deudor, aunque esta sea posterior en fecha”.

Concurso del cedente

Dispone el art. 1623 del CCYCN que si la cesión es notificada después de la presentación en concurso o de la
sentencia declarativa de quiebra, no produce efecto.

Ocurrido el desapoderamiento sin que la cesión hubiese sido notificada, el derecho cedido ingresa a formar parte de la
masa de bienes afectados a la quiebra y destinados a satisfacer la deuda del cedente.

Cesión de un crédito prendario

Siguiendo al art. 1625 del CCYCN dispone que: “La cesión de un crédito autorizado por una prenda, no autoriza
al cedente o a quien tenga la cosa prendada en su poder a entregar al cesionario. Debe entenderse que el derecho

118
real de prenda tiene por título un contrato diferente, del que origina el crédito cedido, donde el cedente y el
cesionario pueden ser parte. Pero no autoriza al tenedor de la cosa a entregar al cesionario”.

Cesión parcial

Si el cedente y el cesionario no acuerden otra cosa, siguiendo el art. 1627, dispone que el cesionario parcial de un
crédito no goza de ninguna preferencia sobre el cedente, a no ser que se la haya dado expresamente. Quedarán
equiparados sobre el patrimonio del deudor, compartiendo las normas de cobro: el cedente queda en cotitularidad con el
cesionario y ambos comparten igual prelación en el cobro

Garantía de evicción

garantía por evicción: Art. 1628: “si la cesión es onerosa, el cedente garantiza la existencia y legitimidad del
derecho al tiempo de la cesión, excepto que se trate de un derecho litigioso o que se le ceda como dudoso; pero no
garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, excepto pacto en contrato o mala fe.”
Al transmitir el derecho, el cedente garantiza al cesionario los sgtes extremos:

● La existencia del derecho: implica que el derecho cedido exista en su patrimonio, es decir, que es titular del

mismo.

● La legitimidad del derecho: se vincula a la correcta constitución del mismo, es decir, a la ausencia de vicios que

puedan dar lugar a la nulidad, entre ellos vicios del consentimiento o incapacidad del deudor al constituirse la
obligación, o existencia de vicios en el acto jurídico. 

La garantía por evicción es debida respecto de la existencia y legitimidad del derecho al tiempo de la celebración del
contrato de cesión. Cualquier causal de origen posterior no tendrá la virtualidad de hacer nacer la obligación de
saneamiento a favor del cesionario.

El cedente responde también por la existencia y legitimidad de los accesorios del derecho cedido.

Existen algunos supuestos respecto de los cuales la garantía legal no tiene lugar las cuestiones a título gratuito, las
cesiones de derechos litigiosos y dudosos. La cesión realizada a título gratuito, también llamada cesión-donación, ex
excluida del ámbito de aplicación de la evicción. Pero si la cesión gratuita tuviera la imposición de un cargo o bien fue
realizada con carácter remuneratorio, se aplicarán supletoriamente las normas de los art. 1556 y 1557 que establecen la
responsabilidad del donante por evicción. También se encuentran excluidos de la garantía los casos de cesión de
derecho litigiosos y de derechos dudosos.

Garantía de solvencia del deudor. Reglas subsidiarias

Garantía de la solvencia del deudor: Art. 1630: “si el cedente garantiza la solvencia del deudor cedido, se aplican las
reglas de la fianza, son sujeción a lo que las partes hayan convenido.

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El cesionario solo puede recurrir contra el cedente después de haber excutido los bienes del deudor, excepto que este
se halle concursado o quebrado.”

Excusión de bien: es un beneficio que el código reserva para aquel fiador que no puede ser obligado al pago al acreedor
sin que este antes se haya dirigido frente a los bienes del deudor principal.

En el contrato de cesión la evicción no comprende la garantía de la solvencia del deudor cedido ni la de sus fiadores. El
fundamento de esta disposición está en que con la cesión el cesionario asume el riesgo de insolvencia total o parcial del
deudor cedido, riesgo que antes de la transferencia pesaba sobre el cedente. Es un riesgo propio de este tipo de negocios.

Según el artículo 1628, el cedente está obligado a garantizar la solvencia en dos supuestos:

● Cuando hubiese obrado de mala fe el cedente (conocimiento de la insolvencia del deudor)

● Cuando hubiese asumido tal garantía en el contrato. Es la garantía de hecho, o estipulación convencional de la

garantía de la solvencia del deudor.

El art. 1630 establece que, si el cedente garantiza la solvencia del deudor cedido, se aplican las reglas de la fianza
simple, respetando lo que las partes hubiesen convenido.

Reglas subsidiarias: Art. 1631: “en lo no previsto expresamente en este capítulo, la garantía por evicción se rige por
las normas establecidas en el art. 1033 y siguientes.”

Estos artículos regulan el enlace de la garantía legal por evicción en el contrato de cesión, los supuestos de cesión que
quedan excluidos de la misma, así como los efectos de evicción producida. Para las cesiones de crédito, se regula
expresamente la llamada garantía de hecho o de solvencia del deudor cedido, que puede tener origen en la mala fe del
cedente o en un pacto expreso entre las partes, haciendo aplicables las reglas de la fianza.

Cesión de derecho inexistente: Art. 1629: “si el derecho no existe al tiempo de la cesión, el cedente debe restituir al
cesionario el precio recibido, con sus intereses. Si es de mala fe, debe además la diferencia entre el valor real del
derecho cedido y el precio de la cesión.”

Aborda los efectos de la garantía legal por evicción en el contrato de cesión. Si bien el art. Refiere solamente al supuesto
de inexistencia del derecho cedido, cabe considerar que resulta aplicable a los casos de evicción por ilegitimidad del
mismo.

Si el cedente es de mala fe, el art 1629 dispone que deberá además afrontar el pago de la diferencia entre el valor real
del derecho cedido y el precio de la cesión. 

CESIÓN DE DEUDAS

El art. 1632 dispone que habrá cesión de deuda, si el acreedor, el deudor y un tercero, acuerdan que éste (tercero)
debe pagar la deuda, sin que haya novación. Si el acreedor no presta conformidad para la liberación del deudor,
el tercero queda como deudor subsidiario.

120
Es necesaria la conformidad del acreedor, ya que le importa la persona, porque es la garantía del cumplimiento de la
prestación. Deberá ser un deudor solvente, conforme a los intereses del acreedor, no uno insolvente o de mala fama.

La cesión de deudas, la obligación se mantiene, únicamente lo que cambia es el sujeto deudor o se suma un deudor
subsidiario. Es una figura útil, ya que facilita el cumplimiento de la obligación. La liberación del deudor debe ser
expresa, y resultar clara.

Es un acto triangular, que se sustenta con el consentimiento, del deudor o cedente, del cesionario y del acreedor. Que se
entenderá como cesión perfecta con liberación. Si el acreedor no consiente la liberación del cedente, podrá ejecutar
ambos deudores, primero al deudor originario y luego subsidiariamente al tercero. Esto se denominará delegación
perfecta sin liberación.

Asunción de deuda o expromisión

El art. 1633 dispone que habrá asunción de deuda si un tercero acuerda con el acreedor pagar la deuda de su
deudor, sin que haya novación. Si el acreedor no presta conformidad se tendrá por rechazada.

El tercero busca ponerse en lugar del deudor primitivo, es necesaria la conformidad expresa, de liberación, sino
se entiende rechazada.

El acuerdo es entre el tercero y el acreedor, el tercero mantiene la obligación del acreedor con sus accesorios (cláusula
penal, intereses, mora, privilegios, etc.)

Promesa de liberación - Conformidad para la liberacion del deudor

Consiste en un acuerdo entre el deudor y un tercero que asume el deber de liberarlo de la obligación. El art 635 del
CCYCN dispone que habrá promesa de liberación, si el tercero se obliga frente al deudor a cumplir la deuda en su
lugar. Es una promesa de cumplimiento, dependiendo si el acreedor la acepta o no. Incluso siendo rechazada, tiene
eficacia interna entre el deudor y el tercero que pasa a ser el responsable de cumplir o pagar los daños y perjuicios.

CESIÓN DE LA POSICIÓN CONTRACTUAL

El art. 1636 del CCYCN dispone que: “Habrá transmisión en contratos con prestaciones pendientes, se permite
transmitir a un tercero la proposición contractual. Las partes deben consentir, antes simultáneamente, o después de
la cesión. Será una transmisión integral de la situación jurídica del contrato, una sustitución del contratante por un
tercero que adquiere rango de parte contractual. El contratante cedido no es parte, limitándose a dar su
consentimiento”.

La cesión de la posición contractual es un negocio jurídico por el cual una de las partes se obliga a transmitir a un
tercero, el conjunto de derechos y obligaciones que están adheridos a la calidad de parte que tiene justamente en ese
contrato.

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Afirmar que se transmiten un conjunto de derechos y obligaciones implica poner en evidencia que existen deberes o
prestaciones recíprocas pendientes. 
La forma en que debe instrumentarse el contrato de cesión de una posición contractual, depende de la forma que se
exija para el propio contrato que se cede. 
Lo expuesto es de rigor cuando se cede el contrato voluntariamente. Sin embargo, hay casos en que nos enfrentamos a
una cesión impuesta por la ley. Es el caso de la enajenación de un inmueble alquilado, que trae como consecuencia,
salvo pacto en contrario, la subsistencia del contrato de locación por el plazo pactado (Art. 1189, inc B)

Funcionará solo en contratos bilaterales, ya que sino se trataría de una cesión de créditos, y no podrá darse en una
obligación de intuito personae

EFECTOS

Regulados desde el art. 1637 al 1640 del CCYCN, habrá efectos una vez notificada, según el art. 1637 el cedente se
aparta de sus derechos y obligaciones que son asumidas por el cesionario. Si hay conformidad previa cesión, sólo
tiene efectos una vez notificada a la otra parte.

Este contrato es operativo desde el consentimiento. El cedente responde en caso de evicción ya que de ser onerosa, éste
debe garantizar la existencia y validez del contrato, y se presume el verdadero titular de la posición contractual.

En la segunda parte del art. 1637 aclara que los co-contratantes cedidos conservan sus acciones contra el cedente si han
pactado este mantenimiento de derechos.

La regla es la liberación del cedente, quien solo continúa obligado si el cedido declara que no lo quiere liberar. Es
necesario que el cedido consienta la transmisión de la posición contractual. Sin ese consentimiento, no hay cesión de la
posición contractual posible. El consentimiento puede ser dado antes (solo tiene efectos una vez que el propio cedido
haya sido notificado por instrumento público o privado de fecha cierta), simultáneamente o después de la cesión.
La regla primaria es que desde la cesión el cedente se aparta de sus derechos y obligaciones, lo que son asumidos
por el cesionario. Sin embargo, el cedido está facultado a conservar sus acciones contra el cedente, siempre que hubiera
pactado con éste el mantenimiento de sus derechos para el caso de incumplimiento del cesionario.
En caso de que el cedido conserve su acción contra el cedente por haber convenido el mantenimiento de sus derechos
para el caso del incumplimiento del cesionario, y haya cumplido con la notificación establecida en la parte final del art
1637, el cedente mantendrá contra las todas las defensas pertinentes.

DEFENSAS. El art. 1638 del CCYCN dispone que los co-contratantes pueden oponer al cesionario todas las
excepciones derivadas del contrato. Pero el código impide al cedido oponer al cesionario las defensas vinculadas a
otras relaciones jurídicas.

El cedido tiene derecho a oponer al cesionario todas las defensas que pudiera haberle opuesto al cedente provenientes
del contrato cedido, pero no las fundadas en otras relaciones con el cedente, a menos que hubiera hecho expresa reserva

122
de oponer tales excepciones al momento de consentir la cesión. El cesionario puede ejercer todos los derechos del
cedente, como los de demandar el cumplimiento del contrato cedido, su resolución, plantear su nulidad y oponer la
excepción de incumplimiento contractual

GARANTÍAS. El art. 1640 del CCYCN dispone que las garantías de terceros, no pasan al cesionario sin
autorización expresa de estas personas.

Como regla general, el cedente garantiza la existencia y validez del contrato (art. 1639) pero no el efectivo
cumplimiento por parte del cedido, salvo que haya asumido tal obligación convencionalmente, en cuyo caso
responderá como fiador.
La misma norma admite la posibilidad de que se pacte de manera expresa que el cedente no garantice la existencia y
legitimidad del contrato. En este caso, sería un contrato aleatorio. Esta cláusula será inadmisible si el cedente actuó de
mala fe. Por ello dispone que tal cláusula se tendrá por no escrita si la nulidad o la inexistencia del contrato se debe a un
hecho imputable al propio cedente.
Se aplican a este contrato de cesión de la posición contractual las normas sobre evicción y la cesión de derechos en
general. El art. 1628, prevé otras dos situaciones de garantía, además de la ya vista sobre la existencia y legitimidad del
contrato:

1. El cedente no garantiza la existencia y legitimidad de un derecho que se transmite como litigioso o


dudoso.
2. El cedente no garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, a menos que se pacte lo
contrario o haya obrado de mala fe.

Garantías dadas por terceros: el código civil y comercial en su art 1640 dispone que las garantías constituidas por
terceras personas no pasan al cesionario sin la autorización expresa de aquellas que las constituyeron.

TRANSACCIÓN

Art. 1641: “la transacción es un contrato por el cual las partes, para evitar un litigio, o ponerle fin, haciéndose
concesiones reciprocas, extinguen obligaciones dudosas o litigiosas.”

Ahora bien, aun cuando la transacción es un contrato, lo que las partes procuran, no es generar derechos ni transmitirlos,
sino declararlos o reconocerlos.  Mediante la transacción, las partes abandonan un estado de cierta incertidumbre
jurídica e ingresan en otro de plena certeza, con clara determinación de sus derechos. De esta manera se extinguen
obligaciones dudosas.

Caracteres y efectos:  Art. 1642: “la transacción produce los efectos de la cosa juzgada sin necesidad de
homologación judicial. Es de interpretación restrictiva.”

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Significa que la transacción sólo comprende y extingue los derechos litigiosos o dudosos exclusivamente considerados
en ella según la común intención de las partes; debiendo entenderse en caso de duda que no alcanza a los derechos no
incluidos en la misma de manera inequívoca.
Cuando la norma es de interpretación restrictiva, esto significa que el interprete debe ajustarse al tenor literal de los
términos utilizados por las partes para declarar su voluntad (art. 1062).
1. Es bilateral
2. Es consensual
3. Es onerosa
4. Es indivisible
5. Tiene forma declarativa, es decir, que el contrato es un reconocimiento de derechos.

Forma: Art. 1643: “La transacción debe hacerse por escrito. Si recae sobre derechos litigiosos sólo es eficaz a partir
de la prestación del instrumento firmado por los interesados ante el juez en que tramita la causa. Mientras el
instrumento no sea presentado, las partes pueden desistir de ella.”
La transacción es un contrato formal no solemne. En cualquier caso debe celebrarse por escrito, sin embargo, cuando
la transacción recae sobre derechos litigiosos, se suma como solemnidad la prestación en el expediente judicial donde
tramita la causa, para que produzca sus efectos propios y sea inviable el desistimiento de las partes.
La transacción es regulada como contrato formal. En el supuesto de transacción extrajudicial, aquella recae sobre
derechos dudosos, la forma escrita aparece como la única solemnidad requerida, tratándose de una forma no solemne.
En cambio, la transacción judicial (relativa a derechos litigiosos) se sujeta de formalidades más exigentes, se
requiere la prestación del instrumento ante el juez donde tramita la causa. Si la transacción tiene por objeto derechos
dudosos o litigiosos sobre inmuebles, debe ser hecha por escritura pública.
Prohibiciones: Art. 1644: “no puede transigirse sobre derechos en los que está comprometido el orden público, ni
sobre derechos irrenunciables.”
Tampoco pueden ser objeto de transacción los derechos sobre las relaciones de familia o el estado de las personas,
excepto que se trate de derechos patrimoniales derivados de aquellos o de otros derechos sobre los que, expresamente,
este código admite pactar.”
Por ende, la transacción no puede tener por objeto, un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral o las
buenas costumbres, el orden público o ser lesiva de los derechos ajenos o de la dignidad de la persona. Así como el
objeto debe tener los recaudos que exige todo contrato: ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de
valoración económica y corresponder a un interés de las partes.
Primera limitación: la transacción no puede comprometer el orden público
Segunda limitación: derechos irrenunciables
Tercera limitación: se impone en cuestiones relativas a las relaciones de familia y estado de las personas, que
tampoco puede ser materia de transacción. Hace referencia a derechos que no son disponibles y cuya regulación es
de orden público. 

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EFECTOS. La transacción produce los efectos de la cosa juzgada sin necesidad de homologación judicial. Es de
interpretación restrictiva

NULIDAD

Art. 1645.-Nulidad de la obligación transada. Si la obligación transada adolece de un vicio que causa su nulidad
absoluta, la transacción es inválida. Si es de nulidad relativa, las partes conocen el vicio, y tratan sobre la nulidad, la
transacción es válida.

Art.1647.-Nulidad. Sin perjuicio de lo dispuesto en el Capítulo 9 del Título IV del Libro Primero respecto de los actos
jurídicos, la transacción es nula:

A) si alguna de las partes invoca títulos total o parcialmente inexistentes, o ineficaces


B) si, al celebrarla, una de las partes ignora que el derecho que transa tiene otro título mejor
C) si versa sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme, siempre que la parte que la impugna lo haya
ignorado.

Art. 1648.-Errores aritméticos. Los errores aritméticos no obstan a la validez de la transacción, pero las partes
tienen derecho a obtener la rectificación correspondiente.

125
UNIDAD 7 CONTRATOS DE TRANSFERENCIA DE USO Y DE COLABORACIÓN

LOCACIÓN

El contrato de locación en el Código Civil y Comercial de la Nación

Definición: Art. 1187 “Hay contrato de locación si una parte se obliga a otorgar a otra el uso y goce temporario de
una cosa, a cambio del pago de un precio en dinero. Al contrato de locación se aplica en subsidio de lo dispuesto con
respecto al consentimiento, precio y objeto del contrato de compraventa”

El contrato de locación establece que se transmite “el uso y goce de modo que si la cosa genera frutos o productos
ordinarios, siempre que no se acuerde lo contrario, compete al locatario disfrutar también del goce de ellos. El concepto
de uso se refiere a la utilización de la cosa misma dada en la locación, y el concepto de goce, siguiendo a LEIVA
FERNANDEZ, se da como el aprovechamiento o disfrute de los frutos o productos ordinarios de ésa cosa.

Usar y gozar aluden al aprovechamiento de la cosa; usar es utilizar material físicamente una cosa y gozar es percibir los
frutos de la cosa y servirse de ella también. Gozar de la cosa implica usarla. El uso no requiere ineludiblemente del goce
o aprovechar los frutos o productos lo establece el art. 1192 del CCyCN… “Se comprenden en el contrato, a falta de
previsión en contrario, los productos y los frutos ordinarios”.

- Los elementos tipificantes de la locación son: 1) La transferencia temporaria del uso y goce sobre una cosa y 2)
el pago de un precio en dinero.
- La parte que CONCEDE el USO y GOCE se llama LOCADOR o ARRENDADOR.
- La parte que debe abonar el precio en dinero por recibir el uso y goce de la cosa se llama LOCATARIO,
ARRENDATARIO o INQUILINO.
- El derecho real de uso, el derecho real de habitación y el usufructo son derechos reales. La locación de cosas
concede un derecho personal sujeto a las reglas generales de los contratos y obligaciones.

CARACTERES

Bilateral: Las partes se obligan recíprocamente la una hacia la otra (art. 966 del CCyCN).

Oneroso: El locador concede el uso y goce de la cosa a cambio de la prestación de pagar un precio en dinero a cargo del
locatario (art. 967 del CCyCN).

Conmutativo: Los contratos a título oneroso son conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son
ciertas (art. 968). En principio, pues si las partes prestan el consentimiento válidamente con algún riesgo que deciden
asumir puede ser un contrato aleatorio, siendo los contratantes quienes imprimen el alea al negocio.

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No formal: En la locación de cosa inmueble o mueble registrable, de una universalidad que incluya a alguna de ellas, o
de parte material de un inmueble, debe ser hecho por escrito. Se aplica a sus prórrogas y modificaciones ( art. 1188). La
forma escrita es a los efectos probatorios, pero se puede acreditar el contrato por otros medios, según lo previsto en los
arts. 1019 1020 del CCyCN.

De tracto sucesivo: Su cumplimiento se prolonga a lo largo del tiempo. Para el beneficio del locatario en el uso y goce
de la cosa.

Nominado o típico: Se encuentra en la legislación. En el código civil derogado, en leyes especiales y en el CCyCN.

CAPACIDAD. La locación implica administración de los bienes del patrimonio, pues se emplean los bienes sin
modificar el patrimonio, con el fin de hacerlos producir beneficios. No es un acto de disposición.

Facultades del representante. Para celebrar contrato de locación por más de tres años, o cobrar alquileres anticipados por
el mismo período, se requiere facultad expresa.

Transmisión por causa de muerte. Enajenación de la cosa locada

Excepto pacto en contrario, la locación:

a) se transmite activa y pasivamente por causa de muerte


b) subsiste durante el tiempo convenido, aunque la cosa locada sea enajenada

Los derechos y obligaciones emergentes de la locación son de carácter personal y se extienden activa y pasivamente a
los herederos o sucesores universales.

Continuador de la locación “si la cosa locada es inmueble, o parte material de un inmueble, destinado a habitación, en
caso de abandono o fallecimiento del locatario, la locación puede ser continuada en las mismas condiciones pactadas, y
hasta el vencimiento del plazo contractual, por quien lo habite y acredite haber recibido del locatario ostensible trato
familiar durante el año previo al abandono o fallecimiento. El derecho del continuador en la locación prevalece sobre el
heredero del locatario” La muerte del locador o del locatario no producen la conclusión del contrato durante el tiempo
aún pendiente de cumplimiento, se transmiten las obligaciones pactadas a los herederos.

OBJETO y DESTINO

La sección 2° del Capítulo IV del CCyCN hace alusión al Objeto y Destino de la Locación (arts. 1192 al 1196).

Art. 1192. “Cosas. Toda cosa presente o futura, cuya tenencia esté en el comercio, puede ser objeto del contrato de
locación, si es determinable, aunque sólo sea su especie. Se comprenden en el contrato, a falta de previsión en
contrario los productos y los frutos ordinarios”. El artículo expresamente establece que la cosa presente o futura (Los
bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La promesa de transmitirlos está subordinada a la condición de que

127
lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios -art. 1007 CCyCN), que esté en el comercio y que sea
determinable en su especie puede ser objeto del contrato de locación.

El objeto de la locación debe tratarse de una cosa presente o futura, cuya tenencia esté en el comercio y que sea
determinable. La doctrina general sostiene que se trata de cosa no fungible, porque si fuera fungible, sería un préstamo
de consumo.

Productos y frutos ordinarios

En la última parte del art. 1192 del CCyCN, se establece “Se comprenden en el contrato, a falta de previsión en
contrario, los productos y los frutos ordinarios”. Se debe considerar lo establecido en el art. 233 del CCyCN
“Frutos y productos”. Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya
su sustancia. Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza. Frutos industriales son los que se
producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra. Frutos civiles son las rentas que la cosa produce. Las
remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles”.

Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su sustancia.

Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son separados.

La doctrina expresa que son ordinarios cuando se producen regular y periódicamente, y que son extraordinarios los que
resultan extraños a la naturaleza de la cosa en cuestión.

Las cosas accesorias se encuentran incluidas dentro del contrato de locación. Cosa accesoria es aquella cuya existencia y
naturaleza son determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de la
cosa principal.

DESTINO DE LA COSA DE LA LOCACIÓN. El destino regulado en el art. 1194 del CCyCN establece: “Destino de
la cosa locada: El locatario debe dar a la cosa locada el destino acordado en el contrato. A falta de convención,
puede darle el destino que tenía al momento de locarse, el que se da a cosas análogas en el lugar donde la cosa se
encuentra o el que corresponde a su naturaleza. A los efectos de este Capítulo, si el destino es mixto se aplican las
normas correspondientes al habitacional”.

El destino dado a la cosa puede ser determinado subjetiva u objetivamente: en el primer supuesto son las partes las que
establecen el uso a dar a la cosa; en el segundo, es la cosa la que determina el uso que las partes deben darle. En general
las cosas tienen un destino que surge de sus propias condiciones funcionales, de sus usos anteriores al contrato que se
analiza, de la habilitación municipal y es a ello que denominamos determinación objetiva.

“Es nula la cláusula que impide el ingreso, o excluye del inmueble alquilado, cualquiera sea su destino, a una persona
incapaz o con capacidad restringida que se encuentre bajo la guarda, asistencia o representación del locatario o
sublocatario, aunque éste no habite el inmueble.” Lo mismo la cláusula será nula que “pretenda excluir de la habitación

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de la casa, pieza o departamento arrendado o subarrendado, a los menores que se hallen bajo la patria potestad o guarda
del locatario o sublocatario”

LEY 27.551 DE ALQUILERES

En los contratos de locación de inmuebles con destino a vivienda, para mejorar la situación de los locatarios, fortalecer
al contratante locatario o inquilino que el legislador considera de mayor vulnerabilidad. Esta ley tiene 24 artículos, entre
los que se destaca:

- Posibilida constituir domicilio electrónico para el ejercicio de derechos y obligaciones que emanan del contrato
- Si el destino es habitacional ni el anticipo ni el depósito en garantía pueden ser mayores que el equivalente al
primer mes de alquiler
- Prohíbe que se haga firmar pagarés a los locatarios o sus fiadores
- Define procedimientos para arreglos del inmueble y la renovación contractual
- Habilita procedimiento frente a la negativa de la llave por parte del locador
- Extiende el plazo mínimo del contrato a tres años
- Prohíbe cobrar expensas extraordinarias
- Permite una adecuación del concepto de frustración del uso o goce de la cose
- Permite variaciones con respecto de la garantía
- Incorpora una nueva forma de ajuste anual
- Incorpora la obligación de declarar los contratos de locación ante la AFIP

Artículo 1.196: Locación habitacional. Si el destino es habitacional, no puede requerirse del locatario:

a) El pago de alquileres anticipados por períodos mayores a un mes;

b) Depósitos de garantía o exigencias asimilables, por cantidad mayor del importe equivalente al primer mes de alquiler.
El depósito de garantía será devuelto mediante la entrega de una suma equivalente al precio del último mes de la
locación, o la parte proporcional en caso de haberse efectuado un depósito inferior a un mes de alquiler. El reintegro
deberá hacerse efectivo en el momento de la restitución del inmueble. En el caso de existir alguna deuda por servicios
públicos domiciliarios o expensas, correspondientes al período contractual y que al momento de la entrega del inmueble
no hubiese sido facturada, puede acordarse su pago tomando al efecto los valores del último servicio o expensas
abonado, o bien el locador puede retener una suma equivalente a dichos montos como garantía de pago. En este último
caso, una vez que el locatario abone las facturas remanentes, debe presentar las constancias al locador, quien debe
restituir de manera inmediata las sumas retenidas;

c) El pago de valor llave o equivalentes; y

d) La firma de pagarés o cualquier otro documento que no forme parte del contrato original.

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PRECIO. Es un elemento tipificante, sin el cual no puede reconocerse como locación al contrato. El precio debe
establecerse en dinero, en la locación es el quantum que se paga como contraprestación por el uso o explotación de la
cosa.

PLAZOS

El plazo máximo se considera como un límite de orden público de coordinación. El plazo mínimo se establece para dar
estabilidad al locatario y en su beneficio, por razones de orden público de protección por eso puede renunciarse aunque
no de manera anticipada. La Ley 27551 al modificar el plazo mínimo legal del contrato de inmueble otorga al locatario
estabilidad en el uso y goce del inmueble y tiene un carácter imperativo.

1. Plazo máximo de la locación de inmuebles.

El art. 1197 del CCyCN establece: “Plazo máximo. El tiempo de la locación cualquiera sea su objeto, no puede
exceder de veinte años para el destino habitacional y cincuenta años para los otros destinos. El contrato es
renovable expresamente por un lapso que no exceda de los máximos previstos contados desde su inicio”.

El artículo distingue entre el objeto (las cosas que pueden ser dadas en locación) y el destino (uso que se dará a esas
cosas) y establece que el plazo se computará desde el inicio del contrato. El plazo es resolutorio, su cumplimiento
extingue el vínculo. Este artículo se considera de órden público de coordinación porque no interesa sólo a las partes del
contrato, sino a la sociedad a fin de evitar un ejercicio ilimitado de los derechos individuales. Otro criterio opina lo
contrario, que no es de órden público y que corresponde autorizar la celebración de un contrato de locación de inmueble
“por el plazo de treinta años (cuando el máximo era diez) si el móvil que inspira a las partes no es el perfeccionamiento
de un contrato común de locación, sino que su causa determinante ha sido la obra de importante envergadura económica
que los locatarios procuran realizar en el bien locado”

Se sostiene que el plazo debe calcularse a partir del inicio del uso y goce de la cosa, caso contrario se podría violar el
efecto querido por la norma. El artículo establece la renovación, siempre que no exceda en el máximo permitido,
¿Cuándo estamos ante una renovación o un nuevo contrato? La jurisprudencia sostiene que se está ante un nuevo
contrato cuando, tratándose de las mismas partes, hubo un aumento en el precio y varió la cantidad de fiadores.

2. Plazo mínimo de la locación de inmuebles.

El art. 1198 del CCyCN, sustituido por el art. 3 de la Ley 27551, establece: “Plazo mínimo de la locación de
inmueble. El contrato de locación de inmueble, cualquiera sea su destino, si carece de plazo expreso y
determinado mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal de tres (3) años, excepto los casos del art.
1199. El locatario puede renunciar a este plazo si está en la tenencia de la cosa”.

Toda locación tiene un lapso, expresa o implícitamente establecido. En este contrato el tiempo es un elemento esencial,
junto al precio y al uso y goce de la cosa. El plazo máximo se considera como un límite de orden público de

130
coordinación y el plazo mínimo se establece para dar estabilidad al locatario y en su beneficio, por razones de orden
público de protección por eso puede renunciar, aunque no de manera anticipada.

3. Excepciones al plazo mínimo legal

ARTÍCULO 1199 sustituido por el art. 4 de la Ley 27551, establece: “No se aplica el plazo mínimo legal a los
contratos de locación de inmuebles o parte de ellos destinados a:

a) sede de embajada, consulado u organismo internacional, y el destinado a habitación de su personal


extranjero diplomático o consular;
b) habitación con muebles que se arrienden con fines de turismo, descanso o similares. Si el plazo del
contrato supera los tres meses, se presume que no fue hecho con esos fines;
c) guarda de cosas;
d) exposición u oferta de cosas o servicios en un predio ferial. Tampoco se aplica el plazo mínimo legal a los
contratos que tengan por objeto el cumplimiento de una finalidad determinada expresada en el contrato
y que debe normalmente cumplirse en el plazo menor pactado”.

Los contratos anteriores sólo están exceptuados del plazo mínimo, la enumeración no tiene carácter taxativo, se habilita
cuando el contrato tiene una finalidad especial que debe estar expresada en el contrato: “la causa fin”. La prórroga o
renovación de un contrato de locación con destinos recreativos no puede exceder de tres meses, que opera como un
máximo para evitar contratos en fraude al mínimo legal bajo la cobertura de una locación temporal, afianza las normas
del órden público.

OBLIGACIONES DEL LOCADOR Y DEL LOCATARIO

1. Obligaciones del locador

1.1 Entregar la cosa

El art. 1200 del CCyCN establece: “El locador debe entregar la cosa conforme a lo acordado. A falta de previsión
contractual debe entregarla en estado apropiado para su destino, excepto los defectos que el locatario conoció o
pudo haber conocido”. Entregar la cosa, con sus accesorios, la llave de la cosa y todas las dependencias instaladas en
ella para su servicio y comodidad. Respecto a los gastos de la entrega de la cosa no está previsto expresamente en caso
de locación, se aplica supletoriamente lo previsto en materia de compraventa.

2. Conservar la cosa con aptitud para el uso convenido

El art. 1201 del CCyCN sustituido por el art. 5 de la Ley 27551 establece: “Conservar la cosa con aptitud para el
uso convenido. El locador debe conservar la cosa locada en estado de servir al uso y goce convenido y efectuar a su
cargo la reparación que exija el deterioro en su calidad o defecto, originado por cualquier causa no imputable al
locatario.

131
En caso de negativa o silencio del locador ante un reclamo del locatario debidamente notificado, para que efectúe
alguna reparación urgente, el locatario puede realizarla por sí, con cargo al locador, una vez transcurridas al menos
veinticuatro (24) horas corridas, contadas a partir de la recepción de la notificación.

Si las reparaciones no fueran urgentes, el locatario debe intimar al locador para que realice las mismas dentro de un
plazo que no podrá ser inferior a diez (10) días corridos, contados a partir de la recepción de la intimación, cumplido
el cual podrá proceder en la forma indicada en el párrafo precedente.

En todos los casos, la notificación remitida al domicilio denunciado por el locador en el contrato se tendrá por
válida, aun si el locador se negara a recibirla o no pudiese perfeccionarse por motivos imputables al mismo”.

Es asegurar al locatario que la cosa sea apta para satisfacer el destino convenido, que no se agota con la entrega de la
cosa, sino que se prolonga durante la vida del contrato. La obligación de conservar la cosa que tiene el locador
implica reparar los deterioros o defectos de la cosa no imputables al locatario, es una auténtica garantía relativa al
uso y goce del bien.

En su primer párrafo del art. reformado se establece la regla general, que el locador tiene a su cargo las refacciones que
son necesarias para conservar la cosa en condiciones para el uso y goce acordado con el locatario y que supone un
deterioro en su calidad o defecto, y el locatario asume la reparación de deterioros menores originados por el uso
ordinario del bien, y los originados en causas imputables a él (roturas de vidrios, daños en cerraduras, puertas…) No se
consideró la reparación o mejora locativa, la pintura, arreglos de humedad, techos, instalación eléctrica o gas, por ello
recaen sobre el locador.

Se busca asegurar al locatario que la cosa sea apta para satisfacer el destino convenido durante la vida del contrato.

3. Pagar las mejoras

El art. 1202 del CCyCN establece en el Parágrafo 1° de la Sección 4° referente a “Pagar mejoras”. El locador debe
pagar las mejoras necesarias hechas por el locatario a la cosa locada, aunque no lo haya convenido, si el contrato se
resuelve sin culpa del locatario, excepto que sea por destrucción de la cosa.

Las mejoras necesarias según el CCyCN son las modificaciones imprescindibles para la conservación de la cosa (art.
1934 inc. d); El artículo 1202 del CCyCN establece que el locador debe pagar las mejoras, pero solo las necesarias
hechas por el locatario aunque no se haya convenido, si el contrato se resuelve sin culpa del locatario; excepto
que sea por destrucción de la cosa.

Frustración del uso o goce de la cosa

El artículo 1203 del CCyCN según el artículo 6 de la ley 27.551 establece frustración del uso o goce de la cosa si por
causas no imputables al locatario, éste se ve impedido de usar o gozar de la cosa, o ésta no puede servir para el objeto
de la convención, puede pedir la rescisión del contrato, o la cesación del pago del precio por el tiempo que no pueda

132
usar o gozar de la cosa. Si no se viese afectada directa o indirectamente la cosa misma, sus obligaciones continúan
como antes.

La concesión del uso y goce de la cosa al locatario constituye la finalidad típica del contrato de locación, es decir su
causa fin objetiva.

La frustración del fin del contrato en términos generales, está prevista en el art. 1090 del CCyCN, establece: “La
frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte perjudicada a declarar su resolución, si tiene
su causa en una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de su celebración,
ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es afectada. La resolución es operativa cuando esta
parte comunica su declaración extintiva a la otra. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a
resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial”.

Ésta norma contempla dos variantes posibles: la frustración de la finalidad definitiva y la temporaria.

1) Finalidad definitiva: se considera un supuesto de extinción del contrato.


2) Finalidad temporaria: Se le aplican las reglas de la suspensión del cumplimiento -art.1031 CCyCN-;
por excepción se admite la resolución “si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo
tiempo de ejecución es esencial”. El caso puntual de éste artículo es cuando el locatario se ve impedido
de usar o gozar de la cosa. Por ello es primordial la finalidad del contrato para interpretar y aplicar esta
norma, y distinguir entre la frustración del contrato y el caso de la frustración del fin del contrato.

La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. Integran
la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa o tácitamente
si son esenciales para ambas partes. La frustración del fin debe ser causada por hechos que no estén en el ámbito de
influencia de la parte perjudicada.

● Pérdida de luminosidad del inmueble

Art. 1204 del CCyCN establece: “La pérdida de luminosidad del inmueble urbano por construcciones en las
fincas vecinas, no autoriza al locatario a solicitar la reducción del precio ni a resolver el contrato, excepto que
medie dolo del locador”. Éste artículo determina la pérdida de luminosidad como un hecho ajeno al locador y no
autoriza al locatario solicitar reparación alguna, salvo en caso de dolor por parte del locador

● Compensación

El artículo 1204 bis se incorpora al código civil y comercial de la nación conforme lo establece el artículo 7 de la ley
27551 y dice: Compensación. Los gastos y acreencias que se encuentran a cargo del locador conforme las
disposiciones de esta sección, pueden ser compensados de pleno derecho por el locatario con los cánones
locativos, previa notificación fehaciente al locador del detalle de los mismos.

133
Queda a elección del locatario realizar la compensación, si elige compensar debe notificar al locador en forma
fehaciente y detallada los gastos que hizo, y que debieron ser a cargo del locador, así la compensación se producirá de
pleno derecho.

La compensación es un modo de extinción de las obligaciones, el art 921 del CCyCN dice: “La compensación de las
obligaciones tiene lugar cuando dos personas por derecho propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor
recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y de otra deuda. Extingue con fuerza de pago las dos
deudas, hasta el monto de la menor; desde el tiempo en que ambas obligaciones comenzaron a coexistir en
condiciones de ser compensables”.

El art 922 del CCYCN establece que la compensación puede ser “legal, convencional, facultativa o judicial” se trata
de un caso de compensación legal, opera de pleno derecho y por la fuerza de la ley. El artículo 923 del código civil y
comercial establece los requisitos de la compensación legal:

- Que ambas partes deben ser deudora de prestaciones de dar;


- Que los objetos comprendidos en las prestaciones deben ser homogéneos entre sí;
- Los créditos deben ser exigibles y disponibles libremente, sin que resulte afectado el derecho de
terceros .

Obligaciones del Locatario

1) Destino de la cosa

El art. 1205 del CCyCN establece: “Prohibición de variar el destino. El locatario puede usar y gozar de la cosa
conforme a derecho y exclusivamente para el destino correspondiente. No puede variar aunque ello no cause
perjuicio al locador”. El locatario tiene el uso y el goce de la cosa; y debe hacerlo conforme al destino correspondiente.

2) Conservar y mantener la cosa en buen estado

El art. 1206 del CCyCN establece: “Conservar la cosa en buen estado. Destrucción. El locatario debe mantener la
cosa y conservarla en el estado en el que la recibió. No cumple con esta obligación si la abandona sin dejar quien
haga sus veces. Responde por cualquier deterioro causado a la cosa, incluso por visitantes ocasionales, pero no
por acción del locador o sus dependientes; asimismo responde por la destrucción de la cosa por incendio en
origina un caso fortuito”.

Es obligación de locatario devolver el inmueble en las mismas condiciones en que lo recibió, salvo los deterioros
propios del uso y desgaste normal; pues tiene la obligación de conservar la cosa y restituirla en el mismo estado en que
la recibió; excepto que pruebe que aquellos se deben al vicio o defecto de la cosa, al caso fortuito o fuerza mayor, o que
no son de los que se derivan del uso correcto.

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El artículo 1207 del código civil y comercial de la nación, establece: “Mantener la cosa en buen estado. Reparaciones.
Si la cosa es mueble, el locatario tiene a su cargo el gasto de su conservación y las mejoras de mero
mantenimiento; y sólo éstas si es inmueble. Si es urgente realizar reparaciones necesarias puede efectuar a costa del
locador dándole aviso previo”.

3) Pago del canon convenido

El art. 1208 del CCYCN establece: “Pagar el Canon convenido. La prestación dineraria a cargo del locatario se
integra con el precio de la locación y toda otra prestación de pago periódico asumida convencionalmente por el
locatario. Para su cobro se concede vía ejecutiva. A falta de convención, el pago puede ser hecho por anticipado: si
la cosa es mueble, de contado; y si es inmueble por período mensual”. Éste artículo incorpora al precio además de
toda otra prestación, acordada previamente, también como novedad, y diferencia si la cosa es mueble o inmueble.
Distingue entre prestación dineraria y precio. El segundo integral primero al igual que cualquier otra prestación de pago
asuma el locatario establece la norma.

El precio es uno de los elementos esenciales del contrato, debe estar determinado observa terminable de acuerdo a lo
establecido en el contrato.

La Ley 27.551 en el art 14 Ajustes. Establece en el párrafo segundo “…en los contratos de locación de inmuebles
destinados a uso habitacional, el precio del alquiler debe dejarse como valor único y por periodos mensuales, sobre
el cual solo pueden realizarse ajustes anuales. En ningún caso se pueden establecer bonificaciones ni otras
metodologías que induzcan a error al locatario…”

4) Pagar cargas y contribuciones por la actividad

El art. 1209 del CCYCN reformado por el artículo 8 de la ley 27.551 establece: “Pagar cargas y contribuciones por
la actividad. El locatario tiene a su cargo el pago de las cargas y contribuciones que se originan en el destino que dé
a la cosa locada. No tiene a su cargo el pago de las que se graban la cosa ni las expensas comunes extraordinarias.
Sólo puede establecerse que estén a cargo del locatario aquellas expensas que deriven de gastos habituales,
entendiéndose por tales aquellos que se vinculan a los servicios normales y permanentes a disposición del locatario,
independientemente de que sean considerados como expensas comunes ordinarias o extraordinarias”.

5) Restituir la cosa

El art. 1210 del CCyCN establece: “Restituir la cosa. El locatario al concluir el contrato, debe restituir al locador
la cosa en el estado en que la recibió, excepto los deterioros provenientes del mero transcurso del tiempo y el uso
regular. También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó en razón de la relación locativa y que
resulten atinentes a la cosa o a los servicios que tenga”. Sigue el lineamiento del código civil. Cuando se extingue el
contrato nace ésta obligación de restituir la cosa por parte del locatario al locador y ante el incumplimiento puede el
locador iniciar la acción del desalojo.

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RÉGIMEN DE MEJORAS

El art. 1211 del CCYCN establece: “Regla. El locatario puede realizar mejoras en la cosa locada, excepto que esté
prohibido en el contrato, alteren la sustancia o forma de la cosa, o haya sido interpelado a restituirla.

No tiene derecho a reclamar el pago de mejoras útiles y de mero lujo o suntuarias, pero, si son mejoras necesarias,
pueden reclamar su valor al locador”.

El artículo 1211 permite al locatario realizar mejoras, salvo aquellas que estén prohibidas o que alteren la sustancia o
forma de la cosa o haya sido interpelado a restituirla.

Respecto a las mejores útiles o suntuarias, el art 1224 del CCYCN establece: “Facultades sobre las mejoras útiles o
suntuarias. El locatario puede retirar la mejora útil o suntuaria al concluir la locación; pero no puede hacerlo si
acordó que puede que quede en beneficio de la cosa, si de la separación se sigue daño para ella, o separarla no le
ocasiona provecho alguno. El locador puede adquirir la mejora hecha en relación a una previsión contractual,
pagando el mayor valor que adquirió la cosa”. Éste artículo incorpora la posibilidad de retirar las mejores suntuarias
cuando la separación de las mismas no cause daño a la cosa locada. Las partes pueden acordar las reglas que estimen
convenientes a sus intereses en el contrato.

La violación al régimen de mejoras, es decir la realización de mejorar porhibidas en el art. 1211 viola la obligación de
conservar la cosa en el estado que se recibió.

CESIÓN Y SUBLOCACIÓN
El art. 1213 del CCyCN establece: "Cesión. El locatario sólo puede ceder su posición contractual en los términos
previstos en los arts. 1636 y siguientes. La cesión que no reúna tales requisitos viola la prohibición de variar el destino
de la cosa locada. La prohibición contractual de ceder importa la de sublocar y viceversa".

Se considera cesión a la sublocación de toda la cosa. La cesión debe cumplir con la norma de cesión de posición
contractual. El artículo remite a la cesión de derechos en general y entre ellas se observa la notificación a las otras partes
en la forma que se realizó al deudor cedido. Establece un plazo de treinta días para notificar el incumplimiento de los
derechos y obligaciones.
El art. 1214 del CCyCN establece: "Sublocación. El locatario puede dar en sublocación parte de la cosa locada, si no
hay pacto en contrario. Para ello debe comunicar al locador, por medio fehaciente, su intención de sublocar e
indicarle el nombre y domicilio de la persona con quien se propone contratar, y el destino que el sublocatario asignará
a la cosa. El locador sólo puede oponerse por medio fehaciente, dentro del plazo de diez días de notificado. El silencio
del locador importa su conformidad con la sublocación propuesta. La sublocación contratada pese la oposición del
locador, o con apartamiento de los términos que se le comunicaron, viola la prohibición de variar el destino de la cosa
locada.”

136
El art. 1215 del CCyCN establece "Relaciones entre sublocador y sublocatario. Entre sublocador y sublocatario
rigen las normas previstas en el contrato respectivo y las de este Capítulo. Está implícita la cláusula de usar y gozar de
la cosa sin transgredir el contrato principal".
El art. 1216 del CCyCN establece: "Acciones directas. Sin perjuicio de sus derechos respecto al locatario, el locador
tiene acción directa contra el sublocatario para cobrar el alquiler adeudado por el locatario, en la medida de la deuda
del sublocatario. También puede exigir de éste el cumplimiento de las obligaciones que la sublocación le impone,
inclusive el resarcimiento de los daños causados por uso indebido de la cosa. Recíprocamente, el sublocatario tiene
acción directa contra el locador para obtener a su favor el cumplimiento de las obligaciones asumidas en el contrato
de locación. La conclusión de la locación determina la cesación del subarriendo, excepto que se haya producido
confusión”.

EXTINCIÓN
Art. 1217 del CCyCN “Extinción de la locación. Son modos especiales de extinción de la locación A) el cumplimiento
del plazo convenido o requerimiento previsto en el artículo 1218 según el caso B) la resolución anticipada”.
El artículo 1218 del CCYCN establece: “Continuación de la locación concluida. Si vence el plazo convenido o el
plazo mínimo legal en ausencia de convención, y el locatario continúa en la tenencia de la cosa, no hay tácita
reconducción, sino la continuación de la locación en los mismos términos contratados, hasta que cualquiera de las
partes dé por concluido el contrato mediante comunicación fehaciente.
La recepción de pagos durante la continuación de la locación no altera lo dispuesto en el primer párrafo”.
Vencido el plazo de la locación, el locador puede demandar la restitución de la cosa, el locatario carece de título para
retenerla, pero mientras no efectúe tal reclamo el inquilino puede continuar el uso y goce de la cosa, bajo los mismos
términos del contrato concluido, pero no existe tácita reconducción.

Resolución imputable al locatario “El locador puede resolver el contrato:


a. Por cambio de su destino o uso irregular en los términos del art. 1205
b. Por falta de conservación de la cosa locada, o su abandono sin dejar quien haga sus veces
c. Por falta de pago de la prestación dineraria convenida, durante dos períodos consecutivos”

Resolución imputable al locador “El locatario puede resolver si el locador incumple:


a. La obligación de conservar la cosa con aptitud para el uso y goce convenido;
b. la garantía de evicción o los vicios redhibitorios

Resolución anticipada “El contrato de locación puede ser resuelto anticipadamente por el locatario:
a) Si la cosa locada es un inmueble y han transcurrido seis (6) meses de contrato, debiendo notificar en forma
fehaciente su decisión al locador con al menos un (1) mes de anticipación. Si hace uso de la opción resolutoria
en el primer año de vigencia de la relación locativa, debe abonar al locador, en concepto de indemnización, la

137
suma equivalente a un (1) mes y medio de alquiler al momento de desocupar el inmueble y la de un (1) mes si la
opción se ejercita transcurrido dicho lapso.

En los contratos de inmuebles destinados a vivienda, cuando la notificación al locador se realiza con una
anticipación de tres (3) meses o más, transcurridos al menos seis (6) meses de contrato, no corresponde el pago
de indemnización alguna por dicho concepto.

b) En los casos del artículo 1.199, debiendo abonar al locador el equivalente a dos (2) meses de alquiler.”

La norma faculta al locatario a extinguir el contrato de locación de inmuebles antes del vencimiento de su plazo, se
tutela la libertad del locatario más aún en la locación con destino habitacional, además se reincorpora el preaviso.
Reglamenta su ejercicio a fin de tutelar también los derechos del locador. Determina la obligación de indemnizar los
daños que la resolución anticipada le genera al locador a través de dos supuestos. A mayor plazo de ejecución del
contrato el monto a abonar es menor. No se requiere acreditar daños por parte del locador. Si la resolución se ejerce
durante el primer año del contrato, debe abonarse un mes y medio de alquiler.

Renovación del contrato. En los contratos de inmuebles destinados a vivienda, dentro de los tres últimos meses de la
relación locativa, cualquiera de las partes puede convocar a la otra, notificandola de forma fehaciente, a efectos de
acordar la renovación del contrato, en un plazo no mayor a quince días corridos. En caso de silencio del locador o frente
a su negativa de llegar a un acuerdo, estando debidamente notificado, el locatario puede resolver el contrato de manera
anticipada sin pagar la indemnización correspondiente”

Efectos de la extinción
El art. 1222 sustituido por el art. 11 de la ley 27.551 establece: “Intimación de pago y desalojo de viviendas. Si el
destino es habitacional, previamente a la demanda de desalojo por falta de pago de alquileres, el locador debe intimar
fehacientemente locatario al pago de la cantidad debida, otorgando para ellos un plazo que nunca debe ser inferior a
diez (10) días corridos contados a partir de la recepción de la intimación, especificando el lugar de pago. La
notificación remitida al domicilio denunciado en el contrato por el locatario se tiene por válida, aún si éste se negara
recibirla o no pudiese perfeccionarse por motivos imputables al mismo.
Cumplido el plazo previsto en el primer párrafo de este artículo, o habiéndose verificado la extinción de la locación
por cualquier motivo, el locatario debe restituir la tenencia del inmueble locado. Ante el incumplimiento del
locatario, el locador puede iniciar la acción judicial de desalojo, la que debe sustanciarse por el proceso previsto al
efecto en cada jurisdicción y en caso de no prever un procedimiento especial, el más abreviado que establezcan sus
leyes procesales o especiales.
En ningún caso el locador puede negarse a recibir las llaves del inmueble o condicionar la misma, sin perjuicio de la
reserva por las obligaciones pendientes a cargo del locatario. En caso de negativa o silencio frente al requerimiento
por parte del inquilino a efectos de que se le reciba la llave del inmueble, éste puede realizar la consignación de las

138
mismas, siendo los gastos y costas a cargo del locador. En ningún caso se adeudarán alquileres ni ningún tipo de
obligación accesoria partir del día de la notificación fehaciente realizada al locador a efectos de que reciba las llaves
del inmueble, siempre que el locatario efectúe la consignación judicial dentro de los diez (10) días hábiles siguientes a
la misma, o desde que le fuera notificado al locador el depósito judicial de la llave si la consignación se hubiese
iniciado después del vencimiento de dicho plazo”.
Establece un procedimiento previo a solicitar el desalojo de inquilinos solo en caso de locaciones cuyo destino sea
habitacional ante la falta de pago de alquileres.
El art. 1223 del CCYCN establece: “Desalojo. Al extinguirse la locación debe restituirse la tenencia de la cosa
locada. El procedimiento previsto en este código para la cláusula resolutoria implícita no se aplica la demanda de
desalojo por las causas de los artículos 1217 y 1219, inc. “C”. El plazo de ejecución de la sentencia de desalojo no
puede ser menor a diez días”.
El art. 1224 del CCYCN establece: “Facultades sobre las mejoras útiles o suntuarias. El locatario puede retirar la
mejora útil o suntuaria al concluir la locación; pero no puedo hacerlo si acordó que quede en beneficio de la cosa, si
de la separación se sigue daño para ella, o separarla no le ocasiona provecho alguno. El locador puede adquirir la
mejora hecha en violación a una prohibición contractual, pagando el mayor valor que adquirió la cosa”.
El artículo otorga al locatario la posibilidad de retirar las mejores suntuarias, cuando la separación no causa daño a la
cosa locada.
El art. 1225 del CCYCN establece: “Caducidad de la fianza. Renovación. Las obligaciones del fiador cesan
automáticamente al vencimiento del plazo de la locación, excepto la que derive de la no restitución en tiempo del
inmueble locado. Se exige el consentimiento expreso del fiador para obligarse en la renovación o prórroga expresa o
tácita, una vez vencido el plazo del contrato de locación”.
Es nula toda disposición anticipada que extienda la fianza, sea simple, solidaria como codeudor o principal pagador, del
contrato de locación original.
Y el art. 1226 del CCYCN establece: “Facultad de retención. El ejercicio del derecho de retención por el locatario lo
faculta a percibir los frutos naturales que la cosa produzca. Si lo hace, al momento de la percepción debe compensar
ese valor con la suma que le es debida”.
Esta norma incorpora los frutos naturales como facultad que le otorga al locatario a percibirlos.

CONTRATOS DE OBRAS Y SERVICIOS


Concepto y diferencias
Los contratos de obra y de servicios se hallan normados de modo conjunto en el art 1251 del CCYCN: “Hay contrato
de obra o de servicios, cuando una persona según el caso el contratista o el prestador de servicios, actuando
independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente a realizar una obra material o intelectual o a
proveer un servicio mediante una retribución. El contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las
circunstancias del caso puede presumirse la intención de beneficiar”.

DIFERENCIAS ENTRE CONTRATO DE OBRA Y SERVICIOS Y CONTRATO LABORAL

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1) Contrato de servicios: se entiende que hay contrato de servicios cuando la obligación de hacer consiste en
realizar cierta actividad independientemente de su eficacia.Según lo previsto en el art 773 del CCYCN, la
obligación de hacer es aquella cuyo objeto consiste en la prestación de un servicio o en la realización de un
hecho, en el tiempo lugar y modo acordado por las partes. De manera tal que la pauta de distinción qué
caracteriza el contrato de servicios no puede dejar de de correlacionarse con lo dispuesto en el art 774 del
CCYCN que, en materia de obligaciones de hacer define los supuestos de prestación de servicios:
a) Realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, independientemente de su éxito; b) procurar al
acreedor cierto resultado concreto, con independencia de su eficacia; y c) proporcionar al acreedor el
resultado eficaz prometido.
En los fundamentos, se indica que el servicio es un hacer con un valor específico y no un dar. Es así que se recurre al
“criterio del fín” en orden a la distinción entre los contratos de obra y de servicios, tratándose de este último cuando la
actividad del deudor es el fin en sí mismo con independencia de que éste resulte eficaz.

2) Contrato de obra: La norma establece “Hay contrato de obra cuando se promete un resultado eficaz reproducible
o susceptible de entrega”.
El objetivo de la obra es un resultado. En la obra la satisfacción de la necesidad del locatario viene dada por el producto
de la actividad y es, por ende, sobre la cual recae su interés.
Según la doctrina específica, para el codificador los resultados pueden ser de dos tipos: por un lado. un resultado
concreto. con independencia de su eficacia (art. 774 inc. b CCYCN); o un resultado eficaz (art. 774 inc. C, CCYCN).
En ese sentido, el CCYCN nos refiere solamente que son obras aquellas en las que un contratista ASUME la
obligación de llegar a un resultado eficaz (ART. 1252 1er parte). Así el art. 774 del CCYCN proporciona dos casos
de resultados eficaces: a) la “obra de llave en mano”, por ejemplo, un hospital o una fábrica en funcionamiento; y b) el
“producto en mano”. Son pactos contractuales usuales en el ámbito empresarial en los que el prestador impone su
profesión o especialidad que garantiza su efectivo funcionamiento de resultado. En fin, en los casos de obras lo que
satisface el interés del acreedor es la eficacia de funcionamiento de resultado de hacer del prestador.
Siguiendo la definición del Artículo 1251 del CCYCN la obra objeto de contrato puede ser material y/o intelectual.
Vale mencionar la normativa especial en materia de propiedad intelectual Ley 11723, y en subsidio éste capítulo donde
establece qué “obra es toda producción científica, literaria, artística, didáctica, cualquiera fuere el medio de
reproducción” (ART.1); también son obras los comentarios, críticas (art.10), los discursos políticos, conferencias sobre
temas intelectuales (art.27), artículos no firmados, colaboraciones anónimas, reportajes, dibujos, grabados,
informaciones en general que tengan un carácter original (art.28); el retrato una persona (art.31); la representación
teatral ( y la interpretación musical a diferencia del servicio Qué es intangible y desaparece el primer consumo la obra
debe contar con la posibilidad de ser producida con independencia de su autor.
Contrato de trabajo// Contrato Laboral
Aquí se debe tomar, como punto de partida el Art. 1252 CCYCN dónde deja zanjado que los servicios prestados en
relación de dependencia se rigen por las normas del derecho laboral, regulado en la Ley de contrato de trabajo 20744 y
sus modificatorias.

140
En nuestro país la relación de trabajo contenido del contrato de trabajo propiamente dicho, se rige por la ley 20.744 y
sus modificaciones donde la actividad que se presta en favor de quien tiene la facultad de dirigirla conforme al art. 4
LCT y el objeto del contrato es “prestar servicio” bajo dependencia de otra persona (ART.21). En ese sentido, a los
efectos de tipificar el vínculo laboral deviene óptimo determinar tres aristas: jurídica, económica y técnica.
En ese sentido, la doctrina refiere que en el contrato laboral se labora por cuenta ajena, dado que el beneficio va al
empresario y no al trabajador. Se sigue de ello la ajenidad del riesgo que, al contrario de la locación, son asumidos por
el patrono. El trabajador percibe una retribución gane o pierda el empleador en la actividad. Entonces, el trabajador
depende de ese ingreso para su subsistencia. El dependiente está sometido al poder de dirección del empleador y en ese
sentido es heterónomo. Ello es así porque la prestación está encaminada a satisfacer una demanda indirecta, la clientela
llega al trabajador a través de su empleador. Por ello, el empleador fija las modalidades de prestación, dirigiendo el
servicio del dependiente, la Ley laboral citada le concede expresamente ese derecho, en el ART. 64.

OBLIGACIONES DEL CONTRATISTA Y DEL PRESTADOR


ARTÍCULO 1256. Obligaciones del contratista y del prestador
El contratista o prestador de servicios está obligado a:
a) ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los conocimientos razonablemente requeridos al
tiempo de su realización por el arte, la ciencia y la técnica correspondientes a la actividad desarrollada;
b) informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación comprometida;
c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra o del servicio, excepto que algo
distinto se haya pactado o resulte de los usos;
d) usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle inmediatamente en caso de que esos
materiales sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador debiese conocer;
e) ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que razonablemente corresponda según su
índole.

1. Pago del precio: La obligación del comitente es el pago del precio convenido en el contrato. ART. 1257 inc.
A.
La presunción de onerosidad, surge de la lectura del art. 1251 del CCyCN y es gratuito si las partes así lo
pactan o cuando por las circunstancias del caso puede presumirse la intención de beneficiar.
Para la hipótesis de que no se haya previsto el precio o reducción se deberá estar a las mandas del artículo 1255
del código civil y comercial de la nación La regla del artículo 1255 determina que el precio en estos casos es
inmodificable excepto la aplicación del instituto de la

Obligaciones del Comitente


ARTÍCULO 1257. Obligaciones del comitente
El comitente está obligado a:

141
a) pagar la retribución; Esta resulta la obligación principal del comitente; primordialmente la retribución es convenida
entre las partes. En caso de que no haya sido acordada, deberá acudirse a lo previsto en el art. 1255 CC yC;
b) proporcionar al contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme a las características de la obra
o del servicio; La colaboración por parte del comitente debe ser plena y destinada a procurar el efectivo cumplimento
de la obra o servicio; ello en función de sus características y condiciones particulares.
c) recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256. La obligación de recepción no puede
ser incumplida por el comitente una vez realizada la obra o prestado el servicio si el contratista o prestador dio
cumplimiento efectivo con las obligaciones impuestas por el art. 1256 CCyC.
Disposiciones comunes y especiales para obras y servicios.

EXTINCIÓN
1) Rescisión
El comitente puede desistir del contrato por su sola voluntad, aunque la ejecución haya comenzado, pero debe
indemnizar al prestador de todos los gastos y trabajos realizados. El juez puede reducir equitativamente las
utilidades si su aplicación estricta nos llevara a una notoria injusticia.
El comitente puede desistir de la obra sin causa, porque puede haber perdido el interés o desconfiar de la buena
terminación de la obra. De todos modos la ley obliga al comitente a indemnizar al locatario.
2) Causas subjetivas: muerte, desaparición y quiebra del empresario
Generalmente el empresario de obra es una persona jurídica, por lo que no se da el supuesto de muerte. Pero si
es una persona humana el contrato se resuelve por muerte del empresario, ya que hay solo un empresario e
implica que ha sido contratado teniendo en cuenta sus condiciones personales. Si no se trata de una obligación
intuitu personae, la obra puede ser continuada por sus herederos. El efecto no se produce cuando hay varios
empresarios y la obra puede ser realizada por cualquiera de ellos.
El contrato se resuelve por abandono total de la obra o por desaparición del empresario.
Para el caso de que se produzca la quiebra de alguno de los contratantes, en el caso del comitente permite al
empresario resolver el contrato, salvo que el precio hubiera sido pagado por anticipado o mediaran garantías de
pago.
3) Imposibilidad de hacer la obra
4) Resolución por incumplimiento
El incumplimiento de la obligación acarrea la resolución del contrato, conforme el pacto comisorio implícito.
Este incumplimiento debe ser razonable a fin de evitar los abusos, ello ocurre cuando afecta las obligaciones
nucleares.
5) Obra en ruina o impropia para su destino
El constructor de una obra sobre inmueble con destino de larga duración debe responder tanto al comitente
como al adquirente de la obra por los daños que comprometen su solidez y por los que le hacen impropia a su
destino. El constructor sólo se libera si prueba la incidencia de una causa ajena, que no puede ser vicio al suelo,
ni de los materiales.

142
a. La responsabilidad se extiende a toda persona que vende una obra que ella ha construido o mandado a
construir si esa actividad es su profesión habitual
b. Toda persona que cumple una misión semejante a la de un contratista
c. Subcontratista, proyectista, director de obra, según la causa del daño.
Los sujetos involucrados responden en forma concurrente. El plazo de caducidad es de 10 años de aceptada la obra, y el
de prescripción de la acción por vicios redhibitorios y del constructor por responsabilidad por ruina total o parcial es de
un año.

CONTRATO DE FIDEICOMISO
DEFINICIÓN Y CONTENIDO
Fiducia, que significa fe, confianza. El contrato de fideicomiso es un convenio por el cual una persona transmite a otra
la propiedad de ciertos bienes o activos, obligándose el que los recibe a administrarlos bien y fielmente por cierto
tiempo, al cabo del cual debe entregarlos a la persona indicada en el contrato que puede ser un tercero o el primer
transmitente. El contrato de fideicomiso encuentra fundamento y caracterización suficiente en ese deber de lealtad,
habiéndose aplicado primero a sistemas de venta a crédito como sustituto de la prenda o hipoteca.
La ley 26.994 deroga a la ley 24.441 y trasladó la regulación del fideicomiso al CCyCN, en los arts. 1566 y
consiguientes, disponiendo: “Hay contrato de fideicomiso cuando una parte llamada fiduciante, transmite o se
compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en
beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o
condición al fideicomisario”.

PLAZOS
Plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria. Sin embargo, de conformidad con lo determinado por el
artículo 1668, el plazo nunca podrá durar más de treinta años desde la celebración del contrato, a menos que el
beneficiario fuere un incapaz o de capacidad restringida, en cuyo caso podrá durar hasta su muerte o hasta el cese de su
incapacidad. El plazo máximo de treinta años se justifica, porque un desdoblamiento indefinido en el tiempo de las
atribuciones propias del derecho de dominio (por una parte, un dominio perpetuo, por la otra, un dominio fiduciario —
art. 1682—), conduciría a admitir un nuevo derecho real que sólo crearía inseguridad. En caso de excederse el plazo de
treinta años previsto, el tiempo del fideicomiso se reduce al máximo permitido (art. 1668, párr.2º).
En cuanto a la condición a la que alude el artículo 1668, párrafo tercero, ella puede ser resolutoria o suspensiva (por
ej., el fideicomiso durará mientras el fiduciario viva en Buenos Aires o comenzará una vez que se coseche la soja
actualmente sembrada en el inmueble fideicomitido). Pero, además, abarca la hipótesis de que el contrato imponga
algunas limitaciones a los derechos del fiduciario, siempre que no desvirtúen la naturaleza de la institución. Así, el
contrato puede establecer que el fiduciario no pueda disponer o gravar los bienes fideicomitidos sin consentimiento del
fiduciante (art. 1688).
FORMA

143
Es un contrato formal, aunque de una formalidad ad probationem (art. 969), pues si bien puede documentarse por
instrumento público o privado, requiere de inscripción en el Registro Público y un determinado contenido y plazo que la
ley indica. Además, para su constitución, puede requerir escritura pública u otras formas determinadas, según la
naturaleza de los bienes fideicomitidos.
¿Qué ocurre si no se cumple con la formalidad de instrumento público, en los casos en que ella es exigida? El contrato
valdrá como promesa de otorgar el instrumento público (art. 1669, 2ª parte).
OBJETO
Individualización de los bienes objeto del contrato. En caso de no ser posible tal determinación a la fecha de la
celebración del contrato, constará la descripción de los requisitos y características que deben reunir los bienes o activos
objeto del contrato. La exigencia de la individualización significa que las cosas fungibles no pueden ser objeto de este
contrato, salvo que determinadas cosas fungibles estén físicamente individualizadas, como, por ejemplo, serían las
monedas de oro que se encuentran en una caja fuerte. También pueden serlo los derechos intelectuales. Dispone el
artículo 1670, en particular, que podrán ser objeto del fideicomiso todos los bienes que se encuentran en el comercio,
incluso universalidades, pero no pueden serlo las herencias futuras.
PARTES
Los sujetos intervinientes en el contrato de fideicomiso son:
a. El fiduciante, es la parte que transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes o activos
determinados. Esta parte debe ser el titular de los bienes dados en fideicomiso, por lo que si se tratara de bienes
gananciales o activos registrables en el régimen de comunidad, o de la vivienda familiar y de sus muebles
indispensables en cualquiera de los regímenes patrimoniales del matrimonio, deberá contar con el asentimiento
conyugal conforme con lo que imponen los artículos 470 y 456 de nuestro Código.
b. El fiduciario, es el sujeto a quien se transfieren los bienes y que está obligado a administrarlos con la
prudencia y diligencia propias del buen hombre de negocios, que actúa sobre la base de la confianza
depositada en él. Puede ser cualquier persona humana o jurídica, pero nadie puede ofrecerse al público para
actuar como fiduciario a menos que se trate de entidades financieras autorizadas a funcionar como tales o las
personas jurídicas que autorice el organismo de control de los mercados de valores (art. 1673). Nuestro
CCyCN establece que el fiduciario puede ser beneficiario, pero en tal caso, deberá evitar cualquier conflicto de
intereses y obrar privilegiando los de los restantes sujetos intervinientes en el contrato antes que el propio
(párrafo final del art. 1673), siendo de aplicación analógica el art. 159.
c. El beneficiario, es la persona en cuyo beneficio se ha instituido el fideicomiso, sin ser necesariamente el
destinatario final de los bienes. Por ejemplo: un fideicomiso en que el fiduciante transfiere bienes al
fiduciario para que éste los administre y pague con sus rentas los gastos de educación de un pariente
menor de edad del fiduciante. Beneficiarios pueden ser una o varias personas humanas o jurídicas; inclusive,
pueden ser personas que no existan en el momento de celebrarse el contrato, siempre que consten los datos que
permitan su individualización futura (art. 1671). Este último caso es una hipótesis excepcional que puede darse.
Por ejemplo, si el fideicomiso se instituye para generar un gremio que se deberá entregar todos los años al
alumno que obtenga el mejor promedio de su promoción en determinada carrera en determinada institución.

144
Pueden ser beneficiarios el fiduciante, el fiduciario o el fideicomisario (art. 1671,párr. 1º). Puede darse el
supuesto de que existan varios beneficiarios, en cuyo caso todos se benefician por igual, salvo disposición en
contrario al constituirse el fideicomiso; asimismo, para el caso de que el primer designado no acepte o renuncie
al beneficio, se puede establecer el derecho de acrecer de los demás o puede designarse beneficiarios sustitutos
(art. 1671, párr. 2º).
Si ningún beneficiario aceptare, todos renunciaren o no llegaren a existir, se entenderá que el beneficiario es el
fideicomisario. Si tampoco el fideicomisario llegare a existir, renunciare o no aceptare, el beneficiario será el
fiduciante (art. 1671, párr. 3º).
Como principio, el derecho al beneficio puede transmitirse por actos entre vivos o de última voluntad, salvo que
el fiduciante haya dispuesto lo contrario en el contrato. Si el fallecimiento extingue el derecho del beneficiario
designado, se aplican las pautas anteriores (art. 1671, párr. 4º).
d. El fideicomisario, que es la persona a quien se transmite la propiedad de los bienes o de los activos al
concluir el fideicomiso, o sea, que es el destinatario final de ellos (art. 1672). Puede ser fideicomisario el
fiduciante, el beneficiario o una persona distinta de estas. Normalmente, el beneficiario y el
fideicomisario son una misma persona; por ejemplo, en el caso de que se constituya un fideicomiso a favor de
un menor, disponiéndose que con las rentas se paguen sus gastos de alimentación y educación hasta llegar la
mayoría de edad, y que cumplida esta, se le entreguen los bienes en dominio pleno. Pero puede ocurrir que no
sea la misma persona. Ejemplo: se establece que con las rentas de los bienes se paguen los gastos de un menor
hasta llegar a la mayoría de edad y que, cumplida esta, se entregue el pleno dominio de los bienes a una
persona.
El fideicomisario puede ser inclusive el propio fiduciante. Ejemplo: una persona que posee un cuantioso
patrimonio y que se encuentra enfermo o fatigado de atender sus negocios, da en fideicomiso a una persona de
su confianza determinados bienes para que los administre y le entregue sus rentas y, al final del plazo
convenido, le devuelva el pleno dominio. Incluso, si se omitiera la designación de fideicomisario, resulta
razonable admitir que sea el propio fiduciante, pues el artículo 1672, párrafo tercero, establece que el
fiduciante es el fideicomisario cuando ninguno
de los designados acepta, o todos renuncian o no llegaren a existir. En cambio, no resulta posible que el
fiduciario sea, a su vez, fideicomisario (art. 1672,párr. 1º, in fine).

RENDICIÓN DE CUENTAS
El fiduciario tiene el deber de rendir cuentas (arts. 860 a 864) de todas las gestiones realizadas y debe mantener
informados a los interesados sobre el movimiento operativo de su administración, de todos los bienes y activos en su
poder. El Código expresamente indica que la rendición de cuentas puede ser solicitada por el beneficiario, por el
fiduciante o por el fideicomisario, en su caso, conforme a la ley y a las previsiones contractuales, pero aun cuando nada
se previera en el contrato, deben ser rendidas con una periodicidad no mayor a un año. En ningún caso el contrato de
fideicomiso podrá dispensar al fiduciario de la obligación de rendir cuentas (arts. 1675 y 1676).

145
Excepto expresa indicación en contrario en el contrato, el fiduciario tiene derecho a una retribución y al reembolso de
todos los gastos efectuados a cargo de los bienes o activos administrados o a cargo de quien se haya pactado en el
contrato (art. 1677). Añade esta norma que si la retribución no se fija en el contrato, la debe fijar el juez teniendo en
consideración la índole de la encomienda, la importancia de los deberes a cumplir, la eficacia de la gestión cumplida y
las demás circunstancias en que actúa el fiduciario.

EXTINCIÓN
Conforme con el art. 1697, el fideicomiso se extingue por:
a) El cumplimiento del plazo o la condición a que se ha sometido, o el vencimiento del plazo máximo legal. Si el
plazo fijado es superior a los treinta años, deberá tenerse por concluido el fideicomiso a los treinta años (art. 1668). Si
la extinción del fideicomiso está sometida al cumplimiento de cierta condición, deberá tenerse por cumplida cuando se
cumplan los treinta años desde el momento de la constitución del fideicomiso, excepto que antes de ese tiempo, se
determine indudablemente que el acontecimiento no sucederá, en cuyo caso entendemos que la imposibilidad de
cumplimiento de la condición hará extinguir el contrato.
b) La revocación del fiduciante, si se ha reservado expresamente esa facultad. La revocación no tiene efecto
retroactivo y, además, es ineficaz en los fideicomisos financieros después de haberse iniciado la oferta pública de los
certificados de
participación o de los títulos de deuda.
Respecto de los bienes fideicomitidos, aun en caso de revocación por el fiduciante, los contratos de locación que los
afecten seguirán vigentes hasta la conclusión del término pactado. Pero, además, para que tenga efectos respecto de
terceros, la revocación deberá inscribirse en el registro respectivo. La revocación —como bien dice la norma— es
ineficaz en los fideicomisos financieros una vez que la titulización o securitización haya entrado en su faz de oferta
pública. La facultad reservada de revocar el fideicomiso —extremo que supone una limitación en la transmisión de los
bienes— debe entenderse de interpretación restrictiva.
c) Cualquier otra causal prevista en el contrato. Por lo tanto, deben ser supuestos especiales previstos por las partes
de modo expreso.
Cabe advertir que no debe tratarse de fórmulas de extinción abiertas, o puramente discrecionales. Así, a las causales
previstas por la ley, cabe añadirse otras, tales como la extinción total de los bienes fideicomitidos, ya que el fideicomiso
queda sin objeto; o la usucapión, expropiación o colocación de los bienes fideicomitidos fuera del comercio. La muerte
del fiduciante no extingue el fideicomiso, puesto que éste se ha constituido en beneficio de terceros; tampoco la del
fiduciario, que será reemplazado por el sustituto.
El artículo 1698 dispone que, producida la extinción del fideicomiso, el fiduciario está obligado a entregar los
bienes fideicomitidos al fideicomisario o a sus sucesores, a otorgar los instrumentos y a contribuir a las
inscripciones registrales que correspondan. Pero, entendemos también que si el fideicomisario ha muerto sin dejar
herederos, el fideicomiso se extingue y los bienes deben retornar al fiduciante o sus herederos, por aplicación de lo que
dispone el artículo 1672, párrafo final. Es claro por ello que el fiduciario no cesa automáticamente en su actuación por
el vencimiento del plazo, sino por el contrario, conforme el citado artículo, debe dar cumplimiento a todas las

146
obligaciones asumidas en el curso del fideicomiso y que se hallen pendientes, y a todos los trámites atinentes a la
transferencia de los bienes o fondos a favor de los
beneficiarios que pudieran estar pendientes o en su caso a los fideicomisarios. Si el fideicomisario ha muerto sin dejar
herederos, por aplicación de lo dispuesto en los artículos 1672, párr. 2° y 3°, y 1671, párr. 3°, los bienes o fondos
no comprometidos en obligaciones asumidas en el plazo del fideicomiso deben retornar al fiduciante o
fiduciantes.

UNIDAD 8 CONTRATOS DE COLABORACIÓN

MANDATO
Siguiendo lo dispuesto en el art. 1319 del CCYCN “Habrá mandato cuando una parte se obliga a realizar actos
jurídicos, en interés de otra”. También la misma norma refiere que “El mandato podrá ser conferido y aceptado,
expresa o tácitamente. Si una persona sabe que otra está haciendo algo en su interés, y no lo impide, se entiende
que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su aceptación aún sin mediar
declaración expresa de ella”.
El art. 1319 del CCyCN determina dos hipótesis: a) por un lado, indica que se entenderá como mandato tácito el
supuesto en el cual alguien tome conocimiento de que otro está realizando acto jurídico en su interés y pudiendo
impedirlo no lo haga; b) Por otro, que se entenderá que la ejecución del mandato implica su aceptación aun sin
mediar declaración expresa.
En los dos casos tiene un común denominador la inacción o silencio del mandante que denotan una conducta
concluyente que permite asignarle una voluntad inequívoca de otorgar mandato a quien está actuando por él.
Se debe tener presente que el silencio en principio no implica consentimiento, salvo que la parte tenga la obligación
de expedirse, o emitir opinión, conforme al art. 263 del CCYCN. Así en lo que refiere al mandato tácito, la nueva
regulación sigue las líneas del código derogado, en el que el silencio -como expresión de voluntad- ocupaba un
destacado espacio, y aunque el CCYCN no lo menciona expresamente en lo específico del mandato, debe realizarse una
interpretación armónica y considerar que el silencio podrá habilitar la presencia del consentimiento en este contrato,
cuando exista un contexto que permita entender la concurrencia de la voluntad de las partes al contratar.

La persona que se obliga a realizar los actos se denomina mandatario y aquella en cuyo interés los hará será el
mandante. La definición legal de mandato se sustenta en su esencia, en que es la actuación de una persona en interés
de otra. Esta actuación puede hacerse de dos formas diferentes. Una de ellas, la más frecuente, es en nombre del
mandante, representándolo, de modo que al gestionar un acto por el mandante, el tercero sabe que se vincula con este
último y no con el mandatario. Esta modalidad es el mandato con representación. Otra diversa es el mandato sin
representación, en el cual, si bien el mandatario también actúa en interés del mandante, frente al tercero lo hace en
nombre propio, como si el negocio le perteneciera a él; el tercero desconoce la existencia del referido mandato, al menos
en lo que al acto celebrado se refiere.

147
La representación voluntaria puede conferirse mediante un contrato de mandato, pero no todo mandato confiere
representación. Esta hace al modo en que se ejerce el mandato y a los efectos que produce.
Como regla, los actos jurídicos entre vivos pueden celebrarse por medio de representante (art. 358), lo que trae como
consecuencia que los actos celebrados por el representante en nombre del representado y en los límites de las facultades
conferidas por la ley o por el acto de apoderamiento, producen efecto directamente para el representado (art. 359; en
igual sentido, art. 366).
Se advierte con claridad que la representación es un medio para la celebración de un acto jurídico, que puede
originarse en una disposición legal, en la voluntad de quien la otorga o resultar de un régimen orgánico propio de las
personas jurídicas (art. 358).
TEORÍA DE LA REPRESENTACIÓN
Primero debemos insertarnos en la ubicación metodológica de la representación y el mandato.La representación se halla
en el Libro Primero. Parte General. Título IV. Capítulo 8 Sección I y II, arts 358 a 381; mientras que el contrato de
mandato se halla regulado en el Libro Tercero. Derechos Personales. Título IV Contratos en particular. Capítulo 8, arts.
1319 a 1334.
Entonces, el mandato consiste en que una persona se vale de otra para realizar algunas tareas que no puede hacer por sí
misma, produciéndose una descentralización de ejecuciones. Lo que antes ejecutaba el titular por sus propios medios,
ahora lo hace a través de otro. En el mandato prima la gestión colaborativa que es lo que lo diferencia de los otros
contratos. Entramos así en la ratio jurídica del mandato: éste es un encargo, un iussum, una interposición gestoría o
representación indirecta. Como dice el jurista argentino DIEZ PICAZO, la representación aparece como una respuesta
del orden jurídico al problema social típico de la gestación y cuidado de los bienes e intereses ajenos.
De modo tal que es la sede del interés perseguido, lo que determina al dueño del negocio, permitir que otra persona
actúe en su nombre, también de responder por ellos con intensidad diversa. Cuando ese otro es un dependiente responde
por el hecho del auxiliar; cuando es un colaborador vinculado por un contrato de colaboración de gestoría responde en
tanto titular del interés y conforme a mecanismos expuestos. En el derecho romano este tipo se utilizó para satisfacer las
necesidades del páter familias de atender la taberna o la navegación por otro. En nuestros tiempos se utiliza sobre la
base del mandato para explicar toda clase de encargos.
Por estas razones, el código establece el siguiente ordenamiento: la representación es tratada dentro de las reglas
generales de los actos jurídicos; el mandato como contrato conserva tanto la forma civil como comercial; cuando
existen consumidores se aplican las normas relativas a los contratos de consumo; se regulan seguidamente el mandato,
la consignación y el corretaje, por sus estrechos lazos como vínculos de colaboración basados en la gestión.
Es preciso dejar sentado que el mandato existe cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en
interés de otra. Ahora si el mandante confiere poder para ser representado, les son aplicables las normas estipuladas
para la representación. Pero en el caso de que no haya representación, el mandatario acciona en nombre propio, pero en
interés del mandante, este último no queda obligado directamente respecto del tercero, ni éste respecto del mandante.
También, el mandante puede subrogarse en las acciones que tiene el mandatario contra el tercero, e igualmente el
tercero en las acciones que pueda ejercer el mandatario contra el mandante.

148
LABAND llega a la conclusión de que “mandato y poder no son el lado interno y externo de una misma relación, sino
que se trata de dos relaciones distintas. Mandato significa que uno está obligado a hacer algo mientras que el poder
supone que un sujeto está autorizado, tiene la potestad de hacer elgo en nombre de otro”.
MOSSET ITURRASPE sostiene que “si es verdad que el mandato rige las relaciones internas, entre mandante y
mandatario, y el poder las externas, entre mandante-poderdante y tercero, no lo es que el distingo entre una figura y
otra radique exclusivamente en ser una el lado interno, y la otra el externo de un mismo fenómeno, como alguien ha
sostenido. Son dos relaciones independientes y autónomas”.

REPRESENTACIÓN Y MANDATO
Primero debemos distinguir que el mandato es un acto jurídico bilateral, mientras que la representación es un acto
jurídico unilateral. El poder es una autorización que, como acto unilateral, el representado da al representante para que
en su nombre se realice uno o varios actos jurídicos. LABAND nos dice que es necesario diferenciar al poder del
negocio jurídico subyacente, que además el mandato puede tener otras fuentes. El mandato es un contrato, como
mencionamos anteriormente un acto jurídico bilateral que exige la concurrencia de la voluntad de ambas partes; en el
mandato en cambio los contratantes están obligados a su cumplimiento y el mandatario puede obrar con representación
o sin ella, mientras que el poder es siempre representativo. Al respecto ROCA SASTRE nos dice que “... el apoderado
tiene merced al poder una posibilidad, una capacidad para producir efectos jurídicos en el patrimonio del representado,
con independencia de lo que resulte obligado a hacer, en mérito a la estipulación causal existente entre el mismo y su
poderdante”.

REPRESENTACIÓN LEGAL Y VOLUNTARIA


La representación se halla inserta en el art. 358 del CCyCN, donde la norma refiere a principios y fuentes “Los actos
jurídicos entre vivos pueden ser celebrados por medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige
que sean otorgados por el titular de derecho.
La representación es voluntaria cuando resulta de un acto jurídico, es legal cuando resulta de una regla de
derecho, y es orgánica cuando resulta del estatuto de una persona jurídica.
En las relaciones de familia la representación se rige, en subsidio, por las disposiciones de este Capítulo”.
La representación voluntaria se consolida a través del contrato de mandato, el que a su vez si es representativo, tiene un
ropaje o instrumento que lo conocemos como poder. Sus caracteres previstos en el art. 362 y ss. del CCYCN, y lleva la
denominación de representación voluntaria porque depende de la voluntad del interesado no solo nombrar al
representante sino también elegir quién habrá de serlo.
Consiste en una manifestación de voluntad que emite el interesado representado que atañe a la designación del
representante y su elección. Éste tipo de representación tiene gran amplitud, abarcando casi todos los actos jurídicos,
salvo las excepciones que prevé la ley.
“La representación voluntaria comprende sólo los actos que el representado puede otorgar por sí mismo”.

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● Los límites de la representación, su extinción, y las instrucciones que el representado dió a su representante,
son oponibles a terceros si éstos han tomado conocimiento de tales circunstancias, o debieron conocerlas
obran con cuidado y previsión.

La representación legal es la facultad que nace o tiene su origen en la misma ley, como ocurre en la representación de
los progenitores con respecto a los hijos, personas menores de edad. Ésta es conferida por la ley en casos determinados
para suplir la voluntad y asistir a ciertos incapaces. Siempre supone a un sujeto que tiene una incapacidad jurídica de
declarar por su propia voluntad, aun cuando en los hechos pueda realizarla y actuar por sí.

ONEROSIDAD
El Código Civil y Comercial sigue el criterio que tenía el artículo 221 del Código de Comercio derogado en cuanto al
carácter oneroso del mandato (art. 1322).
En cuanto al modo de retribuir la tarea del mandatario, a falta de acuerdo la remuneración es la que establecen las
disposiciones legales o reglamentarias aplicables, o el uso. A falta de ambos, debe ser determinada por el juez (art.
1322).
En este sentido, el citado artículo establece el orden que debe observarse en la determinación de la retribución: primero
lo pactado, en segundo lugar las normas positivas aplicables o el uso y, a falta de todo ello, será establecida por vía
judicial. Si se trata del desempeño de la abogacía, corresponde atender a lo dispuesto por las leyes que regulan el
ejercicio de la profesión en la respectiva jurisdicción, las que contienen ciertas normas de orden público y por lo tanto,
no disponibles para las partes (v.gr., ley 27.423).
¿Cuándo debe pagarse la retribución? Salvo que se haya pactado en contrario, el mandatario puede exigirla una vez
que haya cumplido el mandato, con independencia de que el tercero, con el cual contrató, cumpla la prestación debida.
La retribución es debida al mandatario cualquiera que sea el resultado de su gestión, salvo pacto en contrario. Ello sin
perjuicio de que si ella se hubiera fijado en un porcentaje sobre el provecho resultante para el mandante, el resultado
influirá de modo directo sobre su monto.
En el caso en que el mandatario no haya cumplido la gestión, carece de derecho a la retribución, aunque fuera impedido
por una razón de fuerza mayor que no sea el hecho del propio mandante.
Si se presenta un conflicto de intereses, y a raíz de ello el mandatario obtiene un beneficio personal no autorizado por el
mandante, pierde su derecho a la retribución (art. 1325). Por otra parte, si el mandato se extingue sin culpa del
mandatario, éste tiene derecho a la retribución proporcional al servicio cumplido (art. 1328, inc. d).

CAPACIDAD
Con relación al mandante, si el mandato tiene por objeto actos de administración, basta con que tenga capacidad para
administrar sus bienes; en cambio, si tiene por objeto actos de disposición, se requiere que el mandante tenga capacidad
para disponer. Si bien, hoy en día, los recaudos de tales capacidades son sustancialmente iguales, quedan casos en los
que se mantiene la diferencia, como ocurre con los emancipados, quienes pueden administrar libremente sus bienes pero
tienen

150
restricciones para disponerlos (arts. 27, 28 y 29).
Algo más compleja es la situación del mandatario. El mandato puede ser conferido a una persona incapaz, pero ésta
puede oponer la nulidad del contrato si es demandado por inejecución de las obligaciones o por rendición de cuentas,
excepto la acción de restitución de lo que se ha convertido en provecho suyo art. 1323 “El mandato puede ser
conferido a una persona incapaz, pero ésta puede oponer la nulidad del contrato si es demandado por inejecución
de las obligaciones o por rendición de cuentas, excepto la acción de restitución de lo que se ha convertido en
provecho suyo”.
La incidencia de la incapacidad del mandatario puede ser analizada desde dos perspectivas; una en su relación con el
mandante y otra referida a los efectos que produce entre éste y el tercero. En el caso de que el mandato haya sido
otorgado a un incapaz, ello no afecta la validez de los actos que el mandatario celebre con el tercero. El fundamento
radica en que en el mandato (cuando es con representación) la vinculación tiene lugar entre el mandante y el tercero, por
lo cual la capacidad del mandatario no tiene, en principio, relevancia. No obstante lo establecido en ese sentido por el
artículo 1323, la situación
sólo parece factible en temas de poca entidad, pues no es razonable encomendar a alguien la realización de negocios
cuya comprensión excede sus posibilidades. Es una figura de posible aplicación en relaciones familiares o de similar
confianza, imaginable en orden a actos jurídicos simples; sin embargo, el precepto no contiene límites, por lo que puede
darse en otras situaciones.
La validez del vínculo concertado por el mandatario no podrá ser cuestionada ni por el mandante ni por el tercero,
quienes quedarán obligados en los términos de lo pactado. En cuanto al mandatario, en su relación con el mandante,
podrá invocar la nulidad del contrato si fuera demandado por inejecución de las obligaciones o por rendición de cuentas.
El mandatario sólo estará obligado a restituir aquello que haya resultado en su provecho (art. 1323), lo cual resulta
concordante con el principio general en materia de nulidad del contrato por incapacidad de una de las partes (art. 1000).

La regla por la cual los incapaces pueden ser mandatarios tiene una larga tradición jurídica, y se explica porque como el
mandatario, cuando obra con representación, lo hace en nombre del mandante, el acto se reputa ejecutado por éste,
quien debe tener la capacidad requerida por la ley para el acto del cual se trate. Por ello cuando el poder ha sido
otorgado a favor de un incapaz, el mandante está obligado por todos los efectos de la ejecución del mandato, tanto
respecto del mandatario como de los terceros con los cuales éste hubiera contratado. Esto significa que la ley autoriza a
las personas capaces a valerse de un mandatario incapaz, pero deben hacerlo a su propio riesgo.

OBLIGACIONES DE LAS PARTES


Obligaciones y deberes del representante. Mandatario
ARTÍCULO 1324. Obligaciones del mandatario
El mandatario está obligado a:
a) cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones dadas por el mandante y a la naturaleza
del negocio que constituye su objeto, con el cuidado que pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las
reglas de su profesión, o por los usos del lugar de ejecución;

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b) dar aviso inmediato al mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que razonablemente aconseje apartarse de
las instrucciones recibidas, requiriendo nuevas instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas
indispensables y urgentes;
c) informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra circunstancia que pueda motivar la
modificación o la revocación del mandato;
d) mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato que, por su naturaleza o circunstancias,
no está destinada a ser divulgada;
e) dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y ponerlo a disposición de aquél;
f) rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción del mandato;
g) entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses moratorios, de las sumas de dinero que
haya utilizado en provecho propio;
h) informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la ejecución del mandato;
i) exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y entregarle la que corresponde
según las circunstancias.
Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio su modo de vivir, acepta él regularmente, aun
cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le
encomienda.
Obligaciones y deberes del representado. Mantante
ARTÍCULO 1328. Obligaciones del mandante
El mandante está obligado a:
a) suministrar al mandatario los medios necesarios para la ejecución del mandato y compensarle, en cualquier momento
que le sea requerido, todo gasto razonable en que haya incurrido para ese fin
b) indemnizar al mandatario los daños que sufra como consecuencia de la ejecución del mandato, no imputables al
propio mandatario;
c) liberar al mandatario de las obligaciones asumidas con terceros, proveyéndole de los medios necesarios para ello;
d) abonar al mandatario la retribución convenida. Si el mandato se extingue sin culpa del mandatario, debe la parte de la
retribución proporcionada al servicio cumplido; pero si el mandatario ha recibido un adelanto mayor de lo que le
corresponde, el mandante no puede exigir su restitución.
Conflicto de intereses
ARTÍCULO 1325. Conflicto de intereses. Si media conflicto de intereses entre el mandante y el mandatario, éste debe
posponer los suyos en la ejecución del mandato, o renunciar. La obtención, en el desempeño del cargo, de un beneficio
no autorizado por el mandante, hace perder al mandatario su derecho a la retribución.

La conducta que debe observar el mandatario, regida por la buena fe, impide, en principio, que el mandato subsista
cuando los intereses de las partes sean incompatibles. Por ello debe informar sin demora al mandante de todo
conflicto de intereses y de toda otra circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato (art.
1324, inc. c). El fundamento y razón de este criterio es la posibilidad cierta de que se genere un peligro para el

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mandante con motivo de la actuación de su mandatario. El mandante, así informado, podrá adoptar el criterio que estime
más conveniente a sus intereses y disponer lo adecuado en relación al mandato conferido. Ínterin, el mandatario
debe hacer primar los intereses del mandante por sobre los suyos o bien renunciar. Si en el desempeño del cargo
obtuviere un beneficio no autorizado por el mandante, pierde el derecho a la retribución.

SUSTITUCIÓN
ARTÍCULO 1327. Sustitución del mandato. El mandatario puede sustituir en otra persona la ejecución del mandato y
es responsable de la elección del sustituto, excepto cuando lo haga por indicación del mandante. En caso de sustitución,
el mandante tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736 CC y concordantes, pero no está
obligado a pagarle retribución si la sustitución no era necesaria. El mandatario responde directamente por la actuación
del sustituto cuando no fue autorizado a sustituir, o cuando la sustitución era innecesaria para la ejecución del mandato.

El mandatario puede sustituir en otra persona la ejecución del mandato y es responsable de la elección del
sustituto, excepto cuando lo haga por indicación del mandante (art. 1327, 1ª parte). Es decir, el mandato recibido
puede ser objeto de sustitución, mediante la cesión que el mandatario haga de sus facultades a un tercero, lo cual puede
hacerse de modo total o parcial. En la materia rige la autonomía de la voluntad (arts. 377, 958, 962 y 1327) debiéndose
estar a aquello previsto por el mandante. Sin embargo, este último puede omitir toda mención sobre este aspecto o bien
autorizarla en forma expresa a favor de persona determinada o a determinar por el mandatario. También puede
prohibirla.
De lo dicho se desprende que el principio general es la posibilidad de sustituir salvo disposición contractual en
contrario. Esta previsión específica contenida en el artículo 1327 prima sobre lo dispuesto por el artículo 776 referido a
la incorporación de terceros en las obligaciones de hacer y por el artículo 1070 que regula el subcontrato. Más allá de
que el mandato por lo general implica una relación de especial confianza, el artículo 1327 es una norma especial que
prevalece sobre las dos últimas de carácter general.
En cualquier caso de sustitución, el mandante tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736 y
concordantes, pero no está obligado a pagarle retribución si la sustitución no era necesaria (art. 1327, 2ª parte).

MANDATO IRREVOCABLE
ARTÍCULO 1330. Mandato irrevocable. El mandato puede convenirse expresamente como irrevocable en los casos
de los incisos b) y c) del artículo 380.
El mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante es nulo si no puede valer como disposición de
última voluntad.

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Al contemplar el mandato irrevocable, el Código remite a las disposiciones que regulan la representación con igual
carácter en el artículo 380. La irrevocabilidad se establece como un régimen de excepción al principio general por el
cual el mandato puede ser revocado en todo momento. Para ello se establecen condiciones especiales.
En primer lugar, el mandato es irrevocable cuando ha sido conferido para actos especialmente determinados y en
razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y
tercero, o común a representante y representado, o común a representado y un tercero. En estos casos, el mandato no se
extingue por la muerte del mandante (art. 380, inc. b).
En segundo lugar, el mandato puede ser conferido con carácter irrevocable, para lo cual debe ser dado para actos
especialmente determinados, limitados por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que puede ser
solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y tercero, o común a representante y representado,
o común a representado y un tercero. Este mandato se extingue si transcurre el plazo fijado; y, puede ser revocado si
existe justa causa (art. 380, inc. c).
No se han contemplado en forma expresa los efectos de la quiebra sobre el mandato irrevocable, cuando éste reúne las
condiciones exigidas por el artículo 380, inciso c), con independencia de lo dispuesto en el inciso g) de dicha norma.
EXTINCIÓN
ARTÍCULO 1329. Extinción del mandato. El mandato se extingue:
a) por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la condición resolutoria pactada;
Cuando se ha establecido la vigencia temporal del contrato, operado su vencimiento se produce de pleno derecho la
extinción del vínculo contractual. A partir de ese momento los actos que realice el mandatario no tendrán efecto alguno
respecto del mandante, salvo su ulterior ratificación. Es carga de quien lo invoque probar que el acto se ha celebrado
luego de vencido el plazo.
b) por la ejecución del negocio para el cual fue dado; Si se ha conferido mandato para un acto o para ciertos actos,
una vez que estos han sido llevados a cabo, se agota su objeto. La consecuencia es la extinción de la relación
contractual. Puede ocurrir que la sola celebración de un negocio no extinga el mandato cuando se ha encomendado al
mandatario cumplir con las obligaciones que de él se deriven.
c) por la revocación del mandante; Aquí la revocación es la decisión unilateral del mandante de dar por concluido el
mandato (art. 1077). La norma encuentra su justificación en que el mandante, salvo el supuesto de mandato irrevocable,
es el titular del negocio o negocios encomendados al mandatario. Además, en el mandato subyace una vinculación de
confianza, por lo cual, si esta se viera modificada, el mandante puede ponerle fin al contrato.
La confianza puede originarse en el conocimiento directo de la persona del mandatario o por sus referencias
profesionales. Si tal confianza se ve afectada, es lógica consecuencia que exista plena libertad para revocar; lo contrario
implicaría que el otorgamiento de un mandato se transformase en una verdadera enajenación de los derechos en él
comprendidos. La revocación implica un derecho potestativo, que se configura por medio de una expresión unilateral de
voluntad, modal y recepticia; esto último desde que produce efectos a partir de que llega a conocimiento del mandatario.
Este medio de extinción escapa al principio general que impide dejar sin efecto un vínculo jurídico por la sola voluntad
de una de las partes sin que medie una justa causa y sin que de ello se derive una obligación indemnizatoria. Así se

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posibilita que la vinculación se extinga por el solo interés de quien originó el acto. La revocación puede tener lugar, ya
se trate de un mandato oneroso como si se hubiera establecido su gratuidad.
d) por la renuncia del mandatario; El mandatario puede dar por concluido su mandato en todo tiempo, sin que para
ello se le exija fundamentarlo en una justa causa. Se trata de una declaración unilateral aunque de carácter recepticio,
que no debe ser intempestiva. En caso contrario, el mandatario deberá responder por los daños y perjuicios que
ocasionen al mandante (arts. 1329, inc. d, y 1332), más allá del carácter oneroso o gratuito que revista el mandato.
e) por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario. Si el mandante fallece o se lo declara incapaz, ello
determina la extinción del mandato, ya que se trata del sujeto en cuyo interés se lo ha otorgado, y a los efectos de este
contrato, tanto la muerte como la incapacidad son hechos ante los cuales no se puede permanecer indiferente. En el
primer caso el "interés" comprendido en el objeto del mandato pasa a ser de los herederos; por tanto, ya no cuenta la
voluntad del mandante sino la de éstos en cuanto a la designación o no de alguien que los represente. Para el supuesto de
incapacidad sobreviniente del mandante, el Código establece que deberá designarse un curador (art. 138).
Ahora bien, pese a la conclusión del contrato por muerte o declaración de incapacidad del mandante, el mandatario debe
continuar con la gestión de los negocios a su cargo, aunque limitado a los actos que no admitan demora, y ello hasta
tanto los herederos o en su caso el representante que corresponda por ley, lo tomen a su cargo. La omisión del
mandatario en este sentido, lo hará responder por los daños que de ello se deriven

Cualquiera que sea la causa por la cual se extinga el mandato, no se verán afectados los actos realizados por el
mandatario dentro de los límites de su apoderamiento. A su vez, producida la extinción no será posible celebrar ningún
acto que obligue al mandante, en la medida en que se pruebe que el tercero conocía o debía conocer aquella cesación.

RENDICIÓN DE CUENTAS
ARTÍCULO 1334. Rendición de cuentas. La rendición de cuentas por el mandatario debe ser en las condiciones
previstas
en los artículos 858 y siguientes acompañadas de toda la documentación relativa a su gestión. Excepto estipulación en
contrario, las cuentas deben rendirse en el domicilio del mandatario y los gastos que generan son a cargo del mandante.
ARTÍCULO 858. Definiciones. Se entiende por cuenta la descripción de los antecedentes, hechos y resultados
pecuniarios de un negocio, aunque consista en un acto singular. Hay rendición de cuentas cuando se las pone en
conocimiento de la persona interesada, conforme a lo dispuesto en los artículos siguientes.
ARTÍCULO 859. Requisitos. La rendición de cuentas debe:
a) ser hecha de modo descriptivo y documentado;
b) incluir las referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su comprensión;
c) acompañar los comprobantes de los ingresos y de los egresos, excepto que sea de uso no extenderlos;
d) concordar con los libros que lleve quien las rinda.

ARTÍCULO 860. Obligación de rendir cuentas. Están obligados a rendir cuentas, excepto renuncia expresa del
interesado:

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a) quien actúa en interés ajeno, aunque sea en nombre propio;
b) quienes son parte en relaciones de ejecución continuada, cuando la rendición es apropiada a la naturaleza del negocio;
c) quién debe hacerlo por disposición legal.
La rendición de cuentas puede ser privada, excepto si la ley dispone que debe ser realizada ante un juez.
ARTÍCULO 861. Oportunidad. Las cuentas deben ser rendidas en la oportunidad en que estipulan las partes, o
dispone la ley. En su defecto, la rendición de cuentas debe ser hecha:
a) al concluir el negocio;
b) si el negocio es de ejecución continuada, también al concluir cada uno de los períodos o al final de cada año
calendario.

Esto puede suceder cuando el mandato se refiera a un negocio de ejecución continuada, supuesto en que será exigible
también al concluir cada uno de los períodos o al final de cada año calendario, sin perjuicio de la que corresponda a la
finalización de aquél (art. 861).
Tampoco obsta la previsión legal al derecho del mandante de requerir información sobre lo encomendado en todo
momento.
Para mejor comprensión, recordamos que se entiende por cuenta la descripción de los antecedentes, hechos y resultados
pecuniarios de un negocio, aunque consista en un acto singular. Su rendición consiste en ponerlas en conocimiento de la
persona interesada (art. 858), en este caso del mandante.La rendición debe realizarse conforme a lo dispuesto por el
artículo 859.
La rendición de cuentas puede hacerse en forma privada, pues en el caso la ley no dispone que deba serlo ante un juez
(art. 860, párr. final). Está sujeta a la aprobación del mandante, la cual puede ser expresa o tácita. Es tácita si no es
observada en el plazo convenido o en su defecto, en el de treinta días de presentadas en debida forma.
Sin embargo, puede ser observada por errores de cálculo o de registración dentro del plazo de caducidad de un año de
recibida (art. 862).
En supuestos en que el mandato comprende relaciones de ejecución continuada, si la rendición de cuentas del último
período es aprobada, se presume que también lo fueron las rendiciones correspondientes a los periodos anteriores (art.
863).
Salvo estipulación en contrario, las cuentas deben rendirse en el domicilio del mandatario y los gastos que generan son a
cargo del mandante (art. 1334).

GESTIÓN DE NEGOCIOS
Este contrato está tipificado en el art. 1781 del CCYCN, dispone que hay gestión de negocios, cuando una persona
asume oficiosamente la gestión de negocio ajeno por un motivo razonable, sin intención de hacer una liberalidad
y sin estar autorizada, ni obligada, convencional o legalmente.

OBLIGACIONES DE LAS PARTES

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Obligaciones del gestor, art. 1782 del CCYCN, y son las siguientes:
A. Avisar sin demora al dueño del negocio que asumió la gestión, y aguardar su respuesta, e instrucciones
para el negocio, y está obligado a abstenerse de continuar con su actividad, hasta que el gestionado
indique cómo seguir, siempre y cuando ésta no resulte perjudicial. La finalidad de esta obligación es
permitir que el gestionado (es decir, el dueño del negocio) tome conocimiento de lo actuado por el gestor y
resuelva qué quiere hacer al respecto. Luego de ello el gestor debe esperar las instrucciones que aquel le
imparta; esto es así, a menos que la espera trajese un perjuicio a los intereses del dueño del negocio. El
gestionado podrá dar instrucciones o hacerse cargo de su negocio por sí o por medio de un representante. El
gestor no puede abandonar la gestión asumida, sino que debe conducirla hasta su fin, excepto que el dueño se
encuentre en condiciones de atenderla por sí mismo. Esta obligación cesa con la ratificación por el gestionado o
bien cuando le prohíba al gestor continuarla.
B. Actuar conforme a la convivencia y a la intención del dueño del negocio, y debe también actuar como lo
hubiese hecho el dueño del negocio, según su interés y conveniencia. Por ende la conducta del gestor se
analizará en abstracto. El gestor debe actuar como lo haría el gestionado y según el interés de éste en el caso.
No se trata de una valoración en abstracto, sino "real" o "presunta"; esto último, por cuanto el gestor puede, o
bien, no conocer inicialmente al gestionado, o bien, conociéndolo, no saber cuál es su pensamiento respecto al
negocio en cuestión.
C. Continuar con la gestión hasta que el dueño tenga posibilidad de asumirla por sí mismo, o hasta
concluirla. Así mismo se puede dar la muerte del gestionado, como del gestor, en el primer caso el gestor
se deberá poner en contacto con los sucesores, y continuar la actividad, hasta que ellos puedan hacerse
cargo. Y si fallece el gestor, los sucesores deben continuar con la actividad, hasta que el dueño del negocio
o los sucesores, dispongan como seguir con el negocio. La previsión resulta absolutamente lógica, pues es a
aquél a quien interesa principalmente la gestión por ser el titular del interés en juego. La información debe ser
completa a efectos de que el dueño disponga de los datos necesarios para adoptar las decisiones que mejor
estime.
D. Proporcionar al dueño del negocio la información adecuada, respecto de la gestión, tiene fundamento en
el principio de la buena fe. Al igual que un mandatario, el gestor debe rendir cuentas al gestionado por su
desempeño y el resultado de la gestión, atendiendo a que este último es el titular del negocio. La cuenta consiste
en una descripción de los antecedentes, hechos y resultados pecuniarios de un negocio, aunque se trate en un
acto singular. Su rendición consiste en ponerlas en conocimiento de la persona interesada (art. 858), que, en el
caso que estamos ponderando, es el gestionado. Es aplicable a la gestión de negocios lo que hemos dicho
respecto de la rendición de cuentas en el contrato de mandato, y allí nos remitimos (nro. 921). Solo hemos de
señalar que nada impide que el gestionado libere al gestor de esta obligación.
E. Una vez finalizada la gestión, rendir cuentas al dueño. Los herederos deben hacer los actos urgentes (arts.
1790 y 1333).

Obligaciones del dueño del negocio

157
En principio, el dueño del negocio, en tanto ratifique la gestión o asuma las obligaciones del gestor, queda sometido a
las propias de un mandante (arts. 1789 y 1790).
El Código requiere, en cuanto a la gestión, que sea "conducida útilmente", aunque la ventaja que debía resultar no se
haya producido o haya cesado (art. 1785). La utilidad alude a idoneidad en la forma de conducir el negocio. En tal caso
el gestionado se encuentra obligado:
a) A reembolsar al gestor el valor de los gastos necesarios y útiles, con los intereses legales desde el día en que
fueron hechos (art. 1785, inc. a]).
b) A liberar al gestor de las obligaciones personales que haya contraído a causa de la gestión (art. 1785, inc. b]).
Se torna lógica la solución en la medida de la utilidad de la gestión. No se justifica que el gestor se encuentre vinculado
por un asunto ajeno si su proceder ha sido útil al dueño del negocio.
c) A reparar al gestor los daños que, por causas ajenas a su responsabilidad, haya sufrido en el ejercicio de la gestión
(art. 1785, inc. c]). Se ha estimado prudente, dado el fundamento de solidaridad, equidad o altruismo que impregna al
instituto en análisis, dejar incólume al gestor por su actuación. Lógicamente, se exceptúa del resarcimiento aquellos
daños que se originen por causas atribuibles a él. Se ha producido un cambio

RESPONSABILIDADES
Responsabilidad con relación al gestionado
Se ha elegido aplicar un factor de atribución subjetivo. En consecuencia, la responsabilidad del gestor debe considerarse
con relación a la culpa, al caso fortuito, a la delegación de la gestión y al supuesto de pluralidad de gestores.
a) Responsabilidad por culpa: El gestor responde por su culpa en el ejercicio de la gestión (art. 1786). Para su
evaluación debe tenerse en cuenta la diligencia que haya puesto en lo actuado, la que debe ser apreciada tomando como
referencia concreta su actuación en los asuntos propios. Para ello han de tenerse como pautas, entre otras, si se trata de
una gestión urgente, si procura librar al dueño del negocio de un perjuicio y si actúa por motivos de amistad o de
afección. Se advierte por la expresión, entre otras, que las circunstancias indicadas son meramente enunciativas, por lo
cual no cabe descartar otros parámetros que el juez pueda tener en cuenta al tiempo de resolver.
En consecuencia, el gestor será culpable cuando no haya obrado diligentemente, lo cual será juzgado considerando su
actuación en los asuntos propios. Por lo tanto, a tenor de lo que dispone el artículo 1786, aunque la conducta no haya
sido conforme a la esperable de una persona prudente o razonable, pero condice con la conducta habitual del gestor,
éste queda eximido de responder por los perjuicios causados.
Sin perjuicio de las pautas que fija el artículo 1786, la culpa debe encuadrarse en lo previsto por el artículo 1724, según
el cual consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo, y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión.
b) Caso fortuito: El Código Civil y Comercial establece la responsabilidad del gestor ante el gestionado aun en el
supuesto de caso fortuito, cuando se presentan los siguientes supuestos:
a) Si actúa contra su voluntad expresa (art. 1787, inc. a]). Esto aparece justificado desde que es evidente que el
dueño del negocio no deseó que la gestión se llevase adelante. Tampoco tendrá en tal caso derecho a remuneración o
reintegro de gastos.

158
b) Si emprende actividades arriesgadas, ajenas a las habituales del dueño del negocio (art. 1787, inc. b]). Es
lógico, pues en función del modo de actuar del gestionado, éste nunca hubiera encarado ese negocio y por tanto jamás le
hubiera resultado el daño derivado de la gestión.
c) Si pospone el interés del dueño del negocio frente al suyo (art. 1787, inc. c]). En verdad se trata de un supuesto
que no responde al instituto de la gestión de negocios ajenos, pues es propio de esta que se actúe en favor de los
intereses del dueño y no de los propios del gestor.
d) Si no tiene las aptitudes necesarias para el negocio, o su intervención impide la de otra persona más idónea
(art. 1787, inc. d]). En el caso, la culpa radica en la imprudencia de llevar a cargo actos para los cuales el gestor no
resultaba ser la persona indicada, sea por desconocimiento del tema, sea porque —aun siendo hábil para ello— había
otra persona que resultaba más competente.
Es decir, frente a los supuestos indicados, la responsabilidad del gestor por el daño que sufra el gestionado no queda
eximida ni siquiera por el caso fortuito. Solamente se exime de tal responsabilidad en la medida en que la gestión
haya resultado útil al dueño, en cuyo caso, su prueba pesa sobre el gestor; se trata del beneficio que el gestionado
haya obtenido de la gestión.
EMPLEO ÚTIL
Art. 1791 Caracterización. Quien, sin ser gestor de negocios ni mandatario, realiza un gasto, en interés total o
parcialmente ajeno, tiene derecho a que le sea reembolsado su valor,en cuanto haya resultado de utilidad, aunque
después ésta llegue a cesar.
El reembolso incluye los intereses, desde la fecha en que el gasto se efectúa
Art. 1793 Obligaciones al reembolso. El acreedor tiene derecho a demandar el reembolso:
a) a quien recibe la utilidad;
b) a los herederos del difunto, en caso de gastos funerarios;
c) al tercero adquirente a título gratuito del bien que recibe la utilidad, pero sólo hasta el valor de ella al tiempo de
la adquisición.

Obligaciones al reembolso, el acreedor tiene derecho a demandar el reembolso:


1) A quien recibió la utilidad.
2) A los herederos del difunto, en caso de gastos funerarios.
3) Al tercero adquirente a título gratuito del bien que recibe la utilidad, por sólo hasta el valor de ella al
tiempo de la adquisición.
CONTRATO DE CONCESIÓN
El artículo 1502, al definir el contrato de concesión expresa: Hay contrato de concesión cuando el concesionario, que
actúa en nombre y por cuenta propia frente a terceros, se obliga mediante una retribución a disponer de su
organización empresaria para comercializar mercaderías provistas por el concedente, prestar los servicios y proveer
los repuestos y accesorios según haya sido convenido.
La norma abarca también a los contratos por los que se conceda la venta o comercialización de software o de
procedimientos similares, pues así lo dispone el artículo 1511, inciso a).

159
Esta definición comprende las notas esenciales del contrato de concesión: a) la actuación del concesionario frente a
terceros, esto es, en nombre y por cuenta propia; b) la puesta a disposición de su organización empresarial; c) la
provisión de productos por el concedente; d) la prestación de los servicios adecuados a los productos; e) la venta al
público de los repuestos y accesorios de las mercaderías incluidas en el objeto principal.
Consideramos que debieron incluirse asimismo dos aspectos importantes. Uno de ellos es que la comercialización se
hará bajo la marca del concedente, pues no solo la práctica así lo ha determinado, sino que, además, todo operador que
recurre a este contrato pretende el derecho a usar la marca a los fines de la promoción y venta del producto (mercaderías
como las denomina el Código Civil y Comercial). En efecto, el derecho al uso y la exhibición de la marca es un derecho
vital para el desarrollo del concesionario, por ello es acertado que el Código prevea que es una obligación del
concedente permitir su uso por aquel a los fines del contrato (art. 1504, inc. e]); esta disposición complementa la
definición del artículo 1502.

El artículo 1502 no comprende la llamada concesión privada, sino solo la que se conoce como concesión comercial. El
objeto de una y otra es diverso; en la primera se vincula con la prestación de ciertos servicios, por ejemplo, el de
restaurante en clubes u otras entidades de diversa naturaleza, en los cuales la venta de productos es complementaria del
servicio, y ellos tampoco, por lo general, son provistos por el concedente; en la segunda, diremos por ahora que el
objeto está dado por la comercialización que el concesionario hará, bajo su propio riesgo, de los productos de cierta
complejidad técnica que el concedente le proveerá; también asume el concesionario obligación de prestar servicios de
posventa.
OBLIGACIONES DE LAS PARTES
Art. 1504 dispone: “Obligaciones del concedente. Son obligaciones del concedente:
a) proveer al concesionario de una cantidad mínima de mercaderías que le permita atender adecuadamente las
expectativas de venta en su territorio o zona, de acuerdo con las pautas de pago, de financiación y garantías previstas en
el contrato. El contrato puede prever la determinación de objetivos de ventas, los que deben ser fijados y comunicados al
concesionario de acuerdo con lo convenido;
b) respetar el territorio o zona de influencia asignado en exclusividad al concesionario. Son válidos los pactos que, no
obstante la exclusividad, reserva para el concedente cierto tipo de ventas directas o modalidades de ventas especiales;
c) proveer al concesionario la información técnica y, en su caso, los manuales y la capacitación de personal necesarios
para la explotación de la concesión;
d) proveer durante un período razonable, en su caso, repuestos para los productos comercializados;
e) permitir el uso de marcas, enseñas comerciales y demás elementos distintivos, en la medida necesaria para la
explotación de la concesión y para la publicidad del concesionario dentro de su territorio o zona de influencia.
Obligaciones del concesionario:
Art. 1505 dispone “Obligaciones del concesionario Son obligaciones del concesionario:
a) comprar exclusivamente al concedente las mercaderías y, en su caso, los repuestos objeto de la concesión, y mantener
la existencia convenida de ellos o, en defecto de convenio, la cantidad suficiente para asegurar la continuidad de los
negocios y la atención del público consumidor;

160
b) respetar los límites geográficos de actuación y abstenerse de comercializar mercaderías fuera de ellos, directa o
indirectamente por interpósita persona;
c) disponer de los locales y demás instalaciones y equipos que resulten necesarios para el adecuado cumplimiento de su
actividad;
d) prestar los servicios de preentrega y mantenimiento de las mercaderías, en caso de haberlo así convenido;
e) adoptar el sistema de ventas, de publicidad y de contabilidad que fije el concedente;
f) capacitar a su personal de conformidad con las normas del concedente.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso a) de este artículo, el concesionario puede vender mercaderías del mismo ramo
que le hayan sido entregadas en parte de pago de las que comercialice por causa de la concesión, así como financiar
unas y otras y vender, exponer o promocionar otras mercaderías o servicios que se autoricen por el contrato, aunque no
sean accesorios de las mercaderías objeto de la concesión ni estén destinados a ella”.
PLAZOS
ARTÍCULO 1506. Plazos. “El plazo del contrato de concesión no puede ser inferior a cuatro años. Pactado un
plazo menor o si el tiempo es indeterminado, se entiende convenido por cuatro años.
Excepcionalmente, si el concedente provee al concesionario el uso de las instalaciones principales suficientes para
su desempeño, puede preverse un plazo menor, no inferior a dos años.
La continuación de la relación después de vencido el plazo determinado por el contrato o por la ley, sin
especificarse antes el nuevo plazo, lo transforma en contrato por tiempo indeterminado”.

El plazo del contrato de concesión es de suma importancia, pues se trata de un contrato de larga duración en el cual
deben operar las variables: inversión, amortización y rentabilidad proporcional. Mencionamos anteriormente en el
artículo 1011 donde establece que en los contratos de larga duración el tiempo es esencial para el cumplimiento del
objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad que las indujo a
contratar. Y también dijimos que la norma añade que las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de
colaboración, respetando la reciprocidad de las obligaciones del contrato considerada en relación con la duración total.
Siguiendo el concepto impuesto por la citada norma, el Código ha establecido un mínimo de cuatro años, con carácter
imperativo, por cuanto, si se pacta uno menor, o si el plazo es indeterminado, se lo considerará vigente por el plazo legal
(art. 1506). Por lo tanto, resulta claro que se trata de un plazo no renunciable, ya que de lo contrario la previsión de
tenerlo celebrado por el mínimo legal no tendría sentido alguno, lo que permite encuadrar el supuesto en el artículo 962,
parte final.
El párrafo final del artículo citado aclara que si ha continuado la relación contractual, después de vencido el plazo
convenido o fijado por la ley, y sin especificar antes el nuevo plazo, el contrato se transforma en uno de tiempo
indeterminado

EXTINCIÓN
En lo que se refiere a la extinción del contrato de concesión, el Código establece la aplicación de las normas del contrato
de agencia (art. 1509), por lo cual remitimos a las consideraciones efectuadas en los números 1108 y siguientes.

161
ARTÍCULO 1494. Resolución. Otras causales. El contrato de agencia se resuelve por:
a) muerte o incapacidad del agente;
b) disolución de la persona jurídica que celebra el contrato, que no deriva de fusión o escisión;
c) quiebra firme de cualquiera de las partes;
d) vencimiento del plazo;
e) incumplimiento grave o reiterado de las obligaciones de una de las partes, de forma de poner razonablemente en
duda la posibilidad o la intención del incumplidor de atender con exactitud las obligaciones sucesivas;
f) disminución significativa del volumen de negocios del agente.

Además de lo que establecen los artículos 1492, 1493, el concedente tiene la obligación de readquirir los productos y
repuestos nuevos que el concesionario haya adquirido conforme con las obligaciones pactadas en el contrato y que tenga
en existencia al fin del período de preaviso, a los precios ordinarios de venta a los concesionarios al tiempo del pago
(art. 1508, inc. b]).
ARTÍCULO 1508. Rescisión de contratos por tiempo indeterminado. Si el contrato de concesión es por tiempo
indeterminado:
a) son aplicables los artículos 1492 y 1493;
b) el concedente debe readquirir los productos y repuestos nuevos que el concesionario haya adquirido conforme con
las obligaciones pactadas en el contrato y que tenga en existencia al fin del período de preaviso, a los precios
ordinarios de venta a los concesionarios al tiempo del pago.

FRANQUICIA
El artículo 1512, primer párrafo, dispone que Hay franquicia comercial cuando una parte, denominada
franquiciante, otorga a otra, llamada franquiciado, el derecho a utilizar un sistema probado, destinado a
comercializar determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial, emblema o la marca del franquiciante,
quien provee un conjunto de conocimientos técnicos y la prestación continua de asistencia técnica o comercial,
contra una prestación directa o indirecta del franquiciado.
Luego, en los párrafos siguientes, la norma formula precisiones que delimitan los alcances de los términos
contemplados en el párrafo primero.
En tal sentido determina que el franquiciante debe ser titular exclusivo del conjunto de los derechos intelectuales,
marcas, patentes, nombres comerciales, derechos de autor y demás comprendidos en el sistema bajo franquicia;
o, en su caso, tener derecho a su utilización y transmisión al franquiciado en los términos del contrato (párr. 2º).
Y añade que el franquiciante no puede tener participación accionaria de control directo o indirecto en el negocio
del franquiciado (párr. 3º).
La finalidad de la franquicia es multiplicar un negocio probadamente exitoso de modo que el franquiciado pueda
vender o prestar un servicio tal como lo ha hecho el franquiciante.

162
El concepto de "sistema probado" está relacionado con una idea de comercialización de un producto mediante una
forma que ha superado con éxito la prueba de aceptación por el público consumidor.
En la franquicia se aprecia una relación contractual entre un franquiciante y un franquiciado en la cual el primero ofrece
o es obligado a mantener un interés permanente en el negocio del segundo en aspectos tales como el know-how y la
asistencia técnica; el franquiciado opera bajo un nombre comercial conocido, un método o un procedimiento que
pertenece o que es controlado por el franquiciante, y en el cual el franquiciado ha hecho o hará una inversión sustancial
en su propio negocio con sus propios recursos.
El término franquicia comprende diversas especies. Así podemos mencionar la franquicia de producción (el
franquiciante produce y sólo franquicia para la comercialización); franquicia industrial, cuando siendo ambas partes
industriales, el franquiciante cede al franquiciado sólo una parte del know-how y se reserva otra; franquicia de servicios,
en la cual el objeto franquiciado es un servicio brindado bajo pautas técnicas y comerciales dadas por el franquiciante;
franquicia de distribución, en la que el franquiciante distribuye sus productos a través de franquiciados. A su vez
podemos diferenciar la franquicia individual de la master franquicia; en la primera se limita a un establecimiento, en
tanto en la segunda el franquiciado puede sub-franquiciar.

CLASES DE FRANQUICIA
El artículo 1513 define diversos términos atinentes al contrato de franquicia que es necesario tener en cuenta para
comprenderlo.
En primer lugar, diferencia clases de franquicia, comprendiendo la mayorista y de desarrollo; asimismo, establece qué
debe entenderse por sistema de negocios.
La franquicia mayorista es aquella en virtud de la cual el franquiciante otorga a una persona física o jurídica un territorio
o ámbito de actuación nacional o regional o provincial con derecho de nombrar subfranquiciados, el uso de sus marcas y
sistema de franquicias bajo contraprestaciones específicas.
Como se aprecia, en esta franquicia, el franquiciado tiene derecho a ejercerla en todo un territorio, ya sea regional o
nacional, con la potestad de nombrar subfranquiciados, multiplicando el negocio.
La franquicia de desarrollo es aquella en virtud de la cual el franquiciante otorga a un franquiciado denominado
desarrollador el derecho a abrir múltiples negocios franquiciados bajo el sistema, método y marca del franquiciante en
una región o en el país durante un término prolongado no menor a cinco años, y en el que todos los locales o negocios
que se abren dependen o están controlados, en caso de que se constituyan como sociedades, por el desarrollador, sin que
éste tenga el derecho de ceder su posición como tal o subfranquiciar, sin el consentimiento del franquiciante.
Como se aprecia, la franquicia de desarrollo también está prevista para ejercerse dentro de todo un ámbito regional o
nacional. Sin embargo, a diferencia de la mayorista, aquí el franquiciado —quien desarrolla la actividad a través de
múltiples locales o negocios— no puede ceder su posición como tal ni subfranquiciar, sin el consentimiento del
franquiciante. Además, se establece un plazo mínimo de vigencia de cinco años.
El sistema de negocios es el conjunto de conocimientos prácticos y la experiencia acumulada por el franquiciante, no
patentado, que ha sido debidamente probado, secreto, sustancial y transmisible. Es secreto cuando en su conjunto o la
configuración de sus componentes no es generalmente conocida o fácilmente accesible. Es sustancial cuando la

163
información que contiene es relevante para la venta o prestación de servicios y permite al franquiciado prestar sus
servicios o vender los productos conforme con el sistema de negocios. Es transmisible cuando su descripción es
suficiente para permitir al franquiciado desarrollar su negocio de conformidad con las pautas creadas o desarrolladas por
el franquiciante.

OBLIGACIONES DE LAS PARTES


Obligaciones del franquiciante
El artículo 1514 establece las obligaciones que pesan sobre el franquiciante.Veámoslas:
a) Proporcionar, con antelación a la firma del contrato, información económica y financiera sobre la evolución de
dos años de unidades similares a la ofrecida en franquicia, que hayan operado un tiempo suficiente, en el país o
en el extranjero. La finalidad de esta previsión es que el franquiciado disponga de los elementos necesarios para
decidir si emprende el negocio que ofrece el franquiciante.
b) Comunicar al franquiciado el conjunto de conocimientos técnicos, aun cuando no estén patentados, derivados de
la experiencia del franquiciante y comprobados por éste como aptos para producir los efectos del sistema
franquiciado. Se trata del know-how del franquiciante, debiendo entenderse por tal, al conjunto de
conocimientos prácticos, aunque no se encuentren patentados, que resulten de la experiencia comprobable del
franquiciante. Estos conocimientos deben ser secretos, sustanciales,identificados y reproducibles.
c) Entregar al franquiciado un manual de operaciones con las especificaciones útiles para desarrollar la actividad
prevista en el contrato. Es una concreción del deber de colaboración que deben cumplir las partes, en este caso
el franquiciante, en orden a que el franquiciado alcance el éxito esperable. Comprende los diversos aspectos del
negocio, desde la presentación de los locales, del producto y sus características, el desempeño del personal,
publicidad, marketing y todo aquello atinente a la relación con el consumidor.
d) Proveer asistencia técnica para la mejor operatividad de la franquicia durante la vigencia del contrato. Es una
obligación que complementa la entrega del manual operativo; comprende la enseñanza completa del sistema y
de su funcionamiento.
e) Si la franquicia comprende la provisión de bienes o servicios a cargo del franquiciante o de terceros designados
por él, asegurar esa provisión en cantidades adecuadas y a precios razonables, según usos y costumbres
comerciales locales o internacionales. Es otra manifestación del deber de colaboración permanente, y
comprende —según los casos— los insumos para la fabricación, o bien, los productos terminados.
f) Defender y proteger el uso por el franquiciado, en las condiciones del contrato, de los derechos referidos en el
artículo 1512, sin perjuicio de que i) en las franquicias internacionales esa defensa está contractualmente a cargo
del franquiciado, a cuyo efecto debe ser especialmente apoderado, más allá de la obligación del franquiciante de
poner a disposición del franquiciado, en tiempo propio, la documentación y demás elementos necesarios para
ese cometido, y ii) en cualquier caso, el franquiciado está facultado para intervenir como interesado
coadyuvante, en defensa de tales derechos, en las instancias administrativas o judiciales correspondientes, por
las vías admitidas por la ley procesal y en la medida en que ésta lo permita.

164
Esta disposición aparece justificada desde que el uso de la marca del franquiciante por el franquiciado
constituye un elemento esencial del contrato.
Las obligaciones detalladas en el estudiado artículo 1514 para el franquiciante, al igual que las establecidas por
el artículo 1515 para el franquiciado, constituyen una pauta mínima, sin perjuicio de otras adicionales que las
partes puedan acordar.

Obligaciones del franquiciado


El artículo 1515 impone al franquiciado diversas obligaciones. Ellas son:
a) Desarrollar efectivamente la actividad comprendida en la franquicia, cumplir las especificaciones del manual de
operaciones y las que el franquiciante le comunique en cumplimiento de su deber de asistencia técnica. Es lógico que se
exija al franquiciado que realice la efectiva explotación de la franquicia, pues el franquiciante pone en ella su
expectativa de lucro, mediante la colaboración que en ese sentido aquel debe prestar.
b) Proporcionar las informaciones que razonablemente requiera el franquiciante para el conocimiento del desarrollo de
la actividad y facilitar las inspecciones que se hayan pactado o que sean adecuadas al objeto de la franquicia. La
información que el franquiciado debe aportar comprende todos los datos relevantes del negocio objeto de la franquicia,
facilitando el derecho de control que tiene el franquiciante.
c) Abstenerse de actos que puedan poner en riesgo la identificación o el prestigio del sistema de franquicia que integra o
de los derechos mencionados en el artículo 1512, segundo párrafo, y cooperar, en su caso, en la protección de esos
derechos.
d) Mantener la confidencialidad de la información reservada que integra el conjunto de conocimientos técnicos
transmitidos y asegurar esa confidencialidad respecto de las personas, dependientes o no, a las que deban comunicarse
para el desarrollo de los párrafos, para el contrato de concesión (art. 1516). Sin perjuicio de que lo atinente al plazo en el
referido contrato ha sido analizado antes (nros. 1126 y ss.), la cuestión merece algunas consideraciones en orden a
armonizar lo dispuesto por los artícu-
las citadas actividades. Esta obligación subsiste después de la expiración del contrato. La protección que se persigue es
de los derechos del franquiciante respecto del objeto de la franquicia, por lo cual el franquiciado debe disponer lo
necesario para que no se encuentre al alcance de terceros toda aquella información que haya recibido con motivo de la
franquicia y que no esté destinada a ser exhibida al público.
e) Cumplir con las contraprestaciones comprometidas, entre las que pueden pactarse contribuciones para el desarrollo
del mercado o de las tecnologías vinculadas a la franquicia. La forma en la cual se retribuirá al franquiciante es variable
y debe establecerse en el contrato. Por lo general se acuerda un pago al momento de la contratación y luego sumas
durante su vigencia, a modo de un canon periódico, en función de la rentabilidad del negocio del franquiciado.

PLAZOS
En cuanto al plazo, el Código remite a lo establecido en el artículo 1506, primer párrafo, para el contrato de concesión
(art. 1516). Sin perjuicio de que lo atinente al plazo en el referido contrato ha sido analizado antes (nros. 1126 y ss.), la
cuestión merece algunas consideraciones en orden a armonizar lo dispuesto por los artículos citados.

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Recordamos que el artículo 1506, primer párrafo, dispone: “El plazo del contrato de concesión no puede ser inferior
a cuatro años. Pactado un plazo menor o si el tiempo es indeterminado, se entiende convenido por cuatro años. A
su vez, el artículo 1516 establece que es aplicable el artículo 1506, primer párrafo. Empero, añade: Sin embargo,
un plazo inferior puede ser pactado si se corresponde con situaciones especiales como ferias o congresos,
actividades desarrolladas dentro de predios o emprendimientos que tienen prevista una duración inferior, o
similares. Al vencimiento del plazo, el contrato se entiende prorrogado tácitamente por plazos sucesivos de un
año, excepto expresa denuncia de una de las partes antes de cada vencimiento con treinta días de antelación. A la
segunda renovación, se transforma en contrato por tiempo indeterminado”.
La interpretación armónica de las normas aplicables (arts. 1516 y 1506) nos lleva a concluir que:
a) El plazo mínimo del contrato de franquicia es de cuatro años.
b) Si el plazo convenido es menor se entiende celebrado por cuatro años.
c) Si no media denuncia de cualquiera de las partes notificada con treinta días de anticipación al vencimiento del plazo
(cuatro años), éste se considera prorrogado por un año y luego por otro año más.
d) Si antes del vencimiento del segundo año no es denunciado de la misma forma, el plazo se convierte en (incierto)
indeterminado.
e) Se admite un plazo menor a cuatro años si se corresponde con situaciones especiales como ferias o congresos,
actividades desarrolladas dentro de predios o emprendimientos que tienen prevista una duración inferior, o similares.
La franquicia es un contrato de duración, por la ya mencionada exigencia de la relación entre inversión, amortización y
lucro proporcional.

CLÁUSULAS PARTICULARES
El CCyCN en los arts. 1517,1518 y 1519, prevé determinadas cláusulas naturales o también llamadas particulares
(exclusividad territorial, prohibición de ceder la posición contractual, prohibición de competencia por parte del
franquiciante, etc) que se entienden implícitas en todo contrato de franquicia, aún en caso de silencio de las partes. No
obstante, las mismas, en uso del ejercicio de la autonomía de la voluntad (art. 958), pueden limitarlas o excluirlas.
-Cláusula de exclusividad: De acuerdo con lo normado por el artículo 1517: Las franquicias son exclusivas para ambas
partes. El franquiciante no puede autorizar otra unidad de franquicia en el mismo territorio,excepto con el
consentimiento del franquiciado. El franquiciado debe desempeñarse en los locales indicados, dentro del territorio
concedido o, en su defecto,en su zona de influencia, y no puede operar por sí o por interpósita persona unidades de
franquicia o actividades que sean competitivas.
Las partes pueden limitar o excluir la exclusividad.se trata de un aspecto renunciable y por lo tanto, no esencial, aunque
sea habitual. Lógica consecuencia es que, si franquiciante y franquiciado nada hubieran previsto sobre el tema, debería
considerarse que media exclusividad, pues en la medida que el Código autoriza a prescindir de algo, parece lógico
concluir que esa característica la entiende implícita, salvo pacto en contrario.
La exclusividad se contempla para ambas partes. En lo que hace al franquiciante, implica que no podrá autorizar otra
franquicia en el territorio asignado al franquiciado sin que medie su consentimiento; este último tampoco podrá operar
fuera de los límites establecidos.

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La exclusividad para el franquiciado comprende los locales autorizados, dentro del territorio concedido o, en su defecto,
en su zona de influencia. La prohibición de operar fuera de dichos ámbitos alcanza no sólo la actividad que lleve a cabo
por sí mismo, sino que, además, tampoco podrá hacerlo por interpósita persona. Del mismo modo tiene vedado realizar,
en los citados ámbitos, actividades en competencia con el franquiciante.
-Cláusula que prohíbe ceder la posición contractual: El art. 1518 en su inc. A del CCyCN establece que el
franquiciado “no puede ceder su posición contractual ni los derechos que emergen del contrato mientras está
vigente”, y ello se justifica por el carácter intuitae personae del contrato. Dicha prohibición no se aplica a los derechos
de contenido dinerarios que sí pueden cederse, conforme lo prevé expresamente el inciso en tratamiento. Tampoco
resulta aplicable la prohibición “en los contratos de franquicia mayorista destinados a que el franquiciado otorgue a su
vez subfranquicias”, supuestos éstos en los que el franquiciado sí puede ceder su posición contractual bajo la modalidad
de subfranquicias, pero para ello “debe contar con la autorización previa del franquiciante” en las condiciones que pacte
con éste.
-Cláusulas de competencia: El CCYCN establece como regla general, que el contrato de franquicia por sí mismo,
“no debe ser considerado un pacto que limite, restrinja o distorsione la competencia” art. 1523. Pero además de
ello dedica dos normas más a la competencia, en una de las cuales les prohíbe, salvo pacto en contrario, que el
franquiciante comercialice directamente con los terceros “mercaderías o servicios comprendidos en la franquicia dentro
del territorio o zona de influencia del franquiciado” art. 1518 inc. B. Y a su vez, prevé la validez de la cláusula “que
impide la competencia del franquiciado con la comercialización de productos o servicios propios o de terceros después
de extinguido el contrato” art. 1522, último párrafo., independientemente de la causa de extinción, hasta el plazo
máximo de un año y dentro de un territorio razonable habida cuenta de las circunstancias.
-Cláusula sobre clientela: El art. 1518 en su inc. C, 1° parte, establece que “el derecho a la clientela corresponde
al franquiciante”, salvo pacto en contrario y ello se justifica por la circunstancia que la clientela se genera en virtud del
prestigio y calidad que representa la marca del franquiciante y que es lo que lleva a las personas a consumir tal
producto.
-Cláusula que prohíbe mudar la ubicación del local: El art. 1518 en su inc. C, 2° parte, prevé la prohibición para
el franquiciado de “mudar la ubicación de sus locales de atención o fabricación”, siendo facultad del franquiciante
su elección.
-Cláusulas nulas: El artículo 1519 establece la invalidez de ciertas cláusulas en cuanto significan restricciones a los
derechos del franquiciado. Así, establece que no son válidas las cláusulas que prohíban al franquiciado:
a) Cuestionar justificadamente los derechos del franquiciante mencionado en el artículo 1512, segundo párrafo,
es decir, los derechos intelectuales, marcas, patentes, nombres comerciales, derechos de autor y demás
comprendidos en el sistema bajo
franquicia; o en su caso, tener derecho a su utilización y transmisión.
b) Adquirir mercaderías comprendidas en la franquicia de otros franquiciados dentro del país, siempre que estos
respondan a las calidades y características contractuales.

167
c) Reunirse o establecer vínculos no económicos con otros franquiciados, con lo cual se tiende a garantizar los
derechos de libertad y propiedad. Ello en tanto no implique una actuación en competencia con el franquiciante o
una violación del deber de secreto que debe observar el franquiciado.

EXTINCIÓN
El art. 1522 del CCyCN prevé ciertos supuestos para la extinción del contrato, y son los siguientes:
a) el contrato se extingue por la muerte o incapacidad de cualquiera de las partes;
b) el contrato no puede ser extinguido sin justa causa dentro del plazo de su vigencia original, pactado entre las
partes. Se aplican los artículos 1084 y siguientes;
c) los contratos con un plazo menor de tres años justificado por razones especiales según el artículo 1516, quedan
extinguidos de pleno derecho al vencimiento del plazo;
d) cualquiera sea el plazo de vigencia del contrato, la parte que desea concluirlo a la expiración del plazo original
o de cualquiera de sus prórrogas, debe preavisar a la otra con una anticipación no menor de un mes por cada año
de duración, hasta un máximo de seis meses, contados desde su inicio hasta el vencimiento del plazo pertinente.
En los contratos que se pactan por tiempo indeterminado, el preaviso debe darse de manera que la rescisión se
produzca, cuando menos, al cumplirse el tercer año desde su concertación. En ningún caso se requiere invocación
de justa causa.

La falta de preaviso hace aplicable el artículo 1493. La cláusula que impide la competencia del franquiciado con
la comercialización de productos o servicios propios o de terceros después de extinguido el contrato por cualquier
causa, es válida hasta el plazo máximo de un año y dentro de un territorio razonable habida cuenta de las
circunstancias.

168
UNIDAD 9 CONTRATOS DE FINANCIAMIENTO. CONTRATOS GRATUITOS Y
DE CUSTODIA

MUTUO
Conocido como préstamo de consumo o de dinero, conceptualizado en el art. 1525 del CCyCN “Concepto. Hay
contrato de mutuo cuando el mutuante se compromete a entregar al mutuario en propiedad, una determinada
cantidad de cosas fungibles, y éste se obliga a devolver igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie”.
Con lo mencionado en el artículo, existe contrato de mutuo cuando una parte (mutuante) se compromete a entregar a la
otra (mutuario) en propiedad una determinada cantidad de cosas fungibles (sea o no sea consumible), y ésta se obliga a
devolver igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie. Éste tipo de contrato se asemeja a las obligaciones de
dar sumas de dinero, es así que el CCyCN establece en su art. 1532 la aplicación de las disposiciones relativas a las
obligaciones de dar sumas de dinero de género, según sea el caso, como normas supletorias de este tipo contractual.

OBLIGACIONES DEL MUTUANTE


Conforme a lo establecido en los artículos 1525 y 1526 del CCyCN, la obligación nuclear del mutuante es la entrega
de la cosa objeto del préstamo. En el eventual caso que el mutuante no cumpla con su obligación en el tiempo pactado,
ante el simple requerimiento del mutuario, ésta última puede exigirle el cumplimiento o bien resolver el contrato más
los daños y perjuicios que pudiese demostrar.
ONEROSIDAD
Salvo pacto en contrario, el contrato se presume oneroso (art. 1527 CCyCN). La onerosidad se configura cuando
además de la restitución del capital prestado se debe intereses compensatorios, mientras que la gratuidad surge cuando
sólo se devuelve el capital. Este último, generalmente encuentra su causa fin en razones de benevolencia por amistad,
familiaridad, etc.

INCUMPLIMIENTO DEL MUTUARIO. MALA CALIDAD O VICIO DE LA COSA


Art. 1529 del CCyCN dispone “Incumplimiento del mutuario. La falta de pago de los intereses o de cualquier
amortización de capital da derecho al mutuante a resolver el contrato y a exigir la devolución de la totalidad de lo
prestado, más sus intereses hasta la efectiva restitución.
Si el mutuo es gratuito, después del incumplimiento, se deben intereses moratorios. Si el mutuo es oneroso a falta de
convención sobre intereses moratorios, rige lo dispuesto para las obligaciones de dar sumas de dinero”.
Entonces, si el mutuo es gratuito, se deben intereses moratorios desde el incumplimiento; porque una cosa es que sea
gratuito y otra que se permita al mutuario dañar, sin límite, los intereses del mutuante. La gratuidad se extiende sólo a la
vida del contrato y no abarca la responsabilidad por incumplimiento.
Si el mutuo es oneroso y no existe convención sobre los intereses moratorios, se deben aplicar las normas previstas para
las obligaciones de dar sumas de dinero, lo cual implica que la tasa deberá surgir de leyes especiales o, en subsidio de
las que se fijen según reglamentaciones del Banco Central.

169
Los contratos mutuos onerosos tienen pactados los intereses compensatorios, moratorios y punitorios, pero éstos no
deben resultar abusivos, conforme las facultades dispuestas a los jueces del art. 771 del CCyCN.

Art. 1530 del CCyCN dispone: “Mala calidad o vicio de la cosa. Si la cantidad prestada no es dinero, el mutuante
responde por los daños causados por la mala calidad o el vicio de la cosa prestada; si el mutuo es gratuito, responde
sólo si conoce la mala calidad o el vicio y no advierte al mutuario”.
Esta disposición se aplica al contrato de mutuo ya sea a título oneroso como gratuito, aunque en el segundo caso sólo
cuando el mutuante conoce la mala calidad o el vicio y no advierte al mutuario.
INTERESES
En el contrato de mutuo oneroso el interés es “la cantidad que el mutuario debe entregar al mutuante, por encima de la
recibida en préstamo, en compensación del beneficio que para él representa el uso de las cosas prestadas”. Según el art.
1527 del CCyCN el contrato de mutuo conlleva una deuda en intereses, salvo pacto en contrario.
Existen 3 clases de intereses en nuestro ordenamiento jurídico
a) Interés Compensatorio o lucrativo: que representa el precio por el uso de un capital. En este caso, es el
“fruto civil” o beneficio esperado del uso del capital. Estos intereses sólo se deben si son convenidos,
siendo válida la pada pactada por las partes; si no fuese pactada por las partes ni por las leyes, resulta de
los usos, la tasa de interés compensatorio puede ser fijada por los jueces según lo dispuesto en el art. 767
CCyCN.
b) Interés Moratorio: que representa un monto indemnizatorio devengado por el retardo, o en su caso, la
mora en la obligación de restitución del capital dado en préstamo. Este interés se debe desde la mora y la
tasa se determina: i) por lo que acuerden las partes; ii) por lo que dispongan las leyes especiales; iii) en
subsidio por las tasas que se fijen según las reglamentaciones del Banco Central, art. 768 CCyCN.
c) Interés punitorio: que no constituye compensación ni indemnización, sino pena, ya que es una sanción
por el incumplimiento de una carga, o una inconducta del deudor. Estos se rigen por las normas que
regulan la cláusula penal -Art. 769 CCyCN.

COMODATO
Art. 1433 del CCyCN “Hay comodato si una parte se obliga a entregar a otra una cosa no fungible, mueble o
inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y restituya la misma cosa recibida”.
Requiere de los siguientes elementos: a) requiere que una parte se obligue a la entrega de una cosa no fungible; b) se
otorga al comodatario el derecho creditorio de uso y, la tenencia de la cosa, y c) como consecuencia de poder solamente
usar de la cosa -y de la gratuidad-, el comodatario se obliga a restituir la misma cosa que le fue prestada.
Con respecto a la obligación de entregar una cosa no fungible, remitimos al art. 232 del CCyCN “aquellas en que
todo individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la
misma calidad y en igual cantidad”; que a su vez, puede ser mueble o inmueble.

170
OBLIGACIONES DEL COMODANTE
DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL COMODANTE
a) Derecho a obtener la restitución anticipada de la cosa prestada. El comodante, ante determinadas
circunstancias puede recobrar la cosa dada en comodato antes del vencimiento del plazo estipulado. El art.
1539 del CCyCN establece: “Restitución anticipada. El comodante puede exigir la restitución de la cosa
antes del vencimiento del plazo: a) si la necesita en razón de una circunstancia imprevista y urgente; o b)
si el comodatario la usa para un destino distinto al pactado, aunque no la deteriore”. Para lo regulado en el
inc. “A” deben existir tres requisitos: que haya una necesidad, que sea imprevista y urgente.
b) Obligación de entregar la cosa. Tal como lo dispone el inc, “A” del art. 1540 del CCyCN, la obligación de
entregar la cosa pactada es consecuencia directa del carácter consensual.
c) Obligación de permitir el uso de la cosa. El inc. “B” del art. 1540 del CCyCN establece la obligación de
“tolerar” el uso de la cosa prestada durante todo el tiempo convenido.
d) Obligación de responder por los daños causados por los vicios de la cosa que oculta al comodatario. El inc.
“C” del art. 1540 del CCyCN, establece la obligación de: “...responder por los daños causados por los
vicios de la cosa que oculta al comodatario…”
e) Obligación de reembolsar los gastos de conservación extraordinarios. El inc. “d” del art. 1540 del CCyCN,
finalmente establece que es obligación: “...reembolsar los gastos de conservación extraordinarios que el
comodatario hace, si éste los notifica previamente o si son surgentes”.
Para que el comodatario pueda reclamar estos gastos, cabe remarcar que previamente debe haber notificado
al comodante la necesidad de hacerlas, o previamente debe haber notificado al comodante la necesidad de
hacerlas, o bien debe tratarse de gastos urgentes. En este punto, la finalidad de la notificación al comodante es
ponerlo en conocimiento de dichos gastos, pues en efecto una vez realizados y, en caso de que el comodante no
los haya autorizado, el comodatario no podrá retener la cosa por este crédito a su favor (art. 1538 CCyCN).

OBLIGACIONES DEL COMODATARIO


1. Derecho de usar la cosa con el destino convenido. El principal derecho del comodatario consiste en usar la
cosa, pero conforme al destino pactado. Excepcionalmente este derecho se torna en obligación cuando
expresamente se haya convenido, V.gr. el caso del caballo de carreras que si no se ejercita pierde su aptitud
competitiva y por ende valor. En caso de silencio, el art. 1536 del CCyCN ut supra citado establece las normas
supletorias que regirán en subsidio y determina que a falta de convención sobre el destino de la cosa
comodatada, el comodatario puede darle 1) el vestido que tenía al tiempo del contrato, 2) o el que se les da a
cosas análogas en el lugar donde la cosa se encuentra; 3) o el que corresponde a su naturaleza.
2. Obligación de pagar los gastos ordinarios de la cosa. Conforme lo establece el inc. “b” del art. 1536 del
CCyCN, están a cargo del comodatario el pago de todos los gastos ordinarios de la cosa, así como también
aquellos realizados para servirse de ella. Lo dispuesto en este inciso es una excepción a la regla establecida en el

171
inc. A del art. 1940 del CCyCN, que establece que el tenedor debe conservar la cosa “pero puede reclamar al
poseedor el reintegro de los gastos”.
3. Obligación de conservar la cosa. El inc “c” del art. 1536 del CCyCN establece el deber del comodatario de
“conservar la cosa con prudencia y diligencia”. En este caso se entiende que el obrar del comodatario es el
acorde lo haría un buen padre de familia.
4. Obligación de responder por pérdida o deterioro de la cosa prestada. En caso del incumplimiento de la
obligación establecida en el punto anterior, el comodatario deberá responder patrimonialmente por la pérdida o
deterioro o el daño sufrido por la cosa, es decir que tendrá que resarcir los daños y perjuicios. El inc. “d” del
art. 1536 del CCyCN establece el deber de: “responder por la pérdida o deterioro de la cosa, incluso
causados por caso fortuito, excepto que pruebe que habrían ocurrido igualmente si la cosa hubiera estado
en poder del comodante”.

EXTINCIÓN
El CCyCN establece que los supuestos de extinción del contrato en el art. 1541 dispone: “Extinción del comodato. El
comodato se extingue:
a) por destrucción de la cosa. No hay subrogación real, ni el comodante tiene obligación de prestar una cosa
semejante;
El contrato se extingue si la cosa se ha perdido totalmente sin culpa ni responsabilidad del comodatario. Es
decir, si se destruye por caso fortuito o fuerza mayor no atribuibles (art. 1536 inc. d), es una aplicación de las
reglas generales de la imposibilidad de pago, art. 1732 CCyCN. En su segunda parte ésta norma establece que
no hay derecho a la subrogación real de una cosa por otro ni que el comodante tenga la obligación ante la
destrucción fortuita de la cosa de restituir otra cosa “semejante”.
b) por vencimiento del plazo, se haya usado o no la cosa prestada;
Si las partes pactaron un plazo resolutorio, el comodato concluye al vencimiento, se haya usado o no la cosa
prestada. En efecto, el hecho de que, durante la vigencia del plazo, el comodatario alegue no haberla utilizado
no constituye un argumento para extender el plazo de duración del contrato. La falta de convención de plazo
alguno extingue en cualquier momento a petición del comodante, quien puede reclamar en cualquier momento.
c) por voluntad unilateral del comodatario;
La facultad de restituir anticipadamente por parte del comodatario puede ser ejercida sin que ello configure un
ejercicio abusivo de esta facultad.
d) por muerte del comodatario, excepto que se estipule lo contrario o que el comodato no haya sido celebrado
exclusivamente en consideración a su persona”.
El inc. “d” del art. 1541, establece la causa de extinción por: “muerte del comodatario, excepto que se estipule lo
contrario o que el comodato no haya sido celebrado exclusivamente en consideración a su persona”.
El mismo es intuitae personae, pero no obstante podría acordarse en el contrato que la actividad que se intenta
desarrollar con la cosa contiene en cabeza de otro comodatario si falleciera el primero.

172
DONACIÓN
Art. 1542 del CCyCN “Hay donación cuando una parte se obliga a transferir gratuitamente una cosa a otra, y
ésta la acepta”.
DISPOSICIONES GENERALES
El contrato de donación es consensual y por tal motivo de la comunicación de la aceptación al donante (oferente)
perfecciona el contrato a favor del donatario que sería el aceptante.
La aceptación puede ser expresa o tácitamente (art. 979 CCyCN). Con relación al contrato de donación el art. 1545 del
CCyCN dispone: “La aceptación puede ser expresa o tácita, pero es de interpretación restrictiva y está sujeta a
las reglas establecidas respecto a la forma de las donaciones. Debe producirse en vida del donante y del
donatario.
Es de interpretación restrictiva: como en la generalidad de los actos a título gratuito suceden, su interpretación debe
serlo puesto que la liberalidad no se presume.
Hay una caducidad de la oferta, y se produce al cumplirse con el plazo indeterminado que ocurre con la muerte del
donante o del donatario. Su fundamento reside en que la causa, se encuentra íntimamente vinculado con la calidad de las
personas que forman parte del contrato.

DONACIÓN BAJO CONDICIÓN


El art. 1546 del CCyCN establece: “Donación bajo condición. Están prohibidas las donaciones hechas bajo la
condición suspensiva de producir efectos a partir del fallecimiento del donante.

CAPACIDAD
El CCyCN distingue entre capacidad para donar y la que se necesita para aceptar la donación. En el primer caso, se
exige una especie sui generis de capacidad “agravada”, que el donante pueda disponer de sus bienes (art. 1548, 1°
párrafo); mientras que para el segundo caso, sólo establece que el donatario debe ser capaz (art. 1549).
Al referirse a la capacidad “agravada”, tenemos en cuenta la plena capacidad del donante para disponer de los bienes.
Siguiendo a LORENZETTI que, hace referencia a aquellos actos para los cuales no sea suficiente un poder general de
administración.
En el caso de una persona incapaz, la aceptación requerida para el perfeccionamiento del contrato debe ser otorgado por
el representante legal, pero si la donación impone un cargo al donatario incapaz, re refuerza el criterio de
proteccionismo al incapaz, requieren de autorización judicial previa a la aceptación del representante (art. 1549).
Según los artículos 1001 y 1002 del CCyCN, no pueden contratar los que sufren una incapacidad absoluta o relativa
referente a determinada persona, acto u objeto. Con referencia a la donación, el código establece las siguientes reglas:

● Menores: Según el art. 30 del CCyCN, los menores no pueden donar sus bienes, salvo los que adquieran por
ejercicio de su profesión, cuando hubieran obtenido título habilitante para ejercerla. Respecto a los menores

173
emancipados, no pueden hacer donaciones de los bienes que hubieran recibido a título gratuito, ni aún con
autorización judicial (art. 28 INC. B. CCyCN), lo que implica que sólo pueden donar libremente los bienes que
hubieran recibido a título oneroso.
● Cónyuges: La capacidad de donar de los cónyuges quedará sujeta al régimen patrimonial del matrimonio que
escojan a la hora de celebrarlo.

OBJETO
El contrato de donación sólo puede tener por objeto “cosas” en sentido estricto (art. 1542 CCyCN). los derechos no
pueden donarse sino cederse gratuita u onerosamente.
El art. 1551 del CCyCN establece: válida si el donante se reserva su usufructo, o si cuenta con otros medios
suficientes para su subsistencia. OBJETO. La donación no puede tener por objeto la totalidad del patrimonio del
donante, ni una alícuota de él, ni cosas determinadas de las que no tenga el dominio al tiempo de contratar. Si
comprende cosas que forman todo el patrimonio del donante o una parte sustancial de éste, sólo esa”.
Nuestro ordenamiento jurídico establece ciertos límites a la posibilidad de realizar ciertos actos a título gratuito, atento
al carácter tuitivo que comprende a este tipo de actos; v,gr., podemos ver que el sistema niega al donante la posibilidad
de donar todo su patrimonio o parte alícuota del mismo (art. 1551 CCyCN), lo que sería una aclaración innecesaria
toda vez que tanto el patrimonio como una alícuota son bienes y no cosas.
EFECTOS: GARANTÍA DE EVICCIÓN
La evicción de la donación: el art. 1556 del CCyCN establece: “Garantía por evicción. El donante sólo responde
por evicción en los siguientes casos:
a) si expresamente ha asumido esa obligación;
b) si la donación se ha hecho de mala fe, sabiendo el donante que la cosa donada no era suya e ignorándolo
el donatario;
c) si la evicción se produce por causa del donante;
d) si las donaciones son mutuas, remuneratorias o con cargo”.
La obligación de saneamiento es propia de los contratos onerosos (art. 967 ccycn), con una suerte de excepción,
comprendida en el art. 1035, en dónde se prevé que “El adquirente a título gratuito pueda ejercer en su provecho
las acciones de responsabilidad por saneamiento correspondientes a sus antecesores”, la obligación de saneamiento
es un efecto natural de los contratos bilaterales onerosos.

OBLIGACIÓN DE ALIMENTOS
La obligación de prestar alimentos al donante se desprende como consagración del deber moral de gratitud de quien ha
recibido un beneficio.
El art. 1559 del CCyCN dispone: “Obligación de alimentos. Excepto que la donación sea onerosa, el donatario
debe prestar alimentos al donante que no tenga medios de subsistencia. Puede liberarse de esa obligación
restituyendo las cosas donadas o su valor si las ha enajenado”.

174
Aquí se encuentra la exigencia de 3 requisitos: 1) que se trate de donaciones gratuitas o en la medida de la gratuidad, si
fuesen parcialmente onerosas; 2) sometido a condición suspensiva que el donante no tenga medios de subsistencia,
situación que tiene que llegar con posterioridad a la celebración del contrato, por que si hubiera sido anterior podría
llegar a ser nulo (aplicación de diversos institutos como la lesión, o bien cuestionar la voluntariedad del acto por carecer
de algún requisito indispensable del mismo); y 3) que no existan obligados legales a prestar alimentos.

FORMA
La forma siempre dependerá del objeto mediato del contrato de donación. El art. 1552 del CCyCN establece: “Forma.
Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de nulidad, las donaciones de cosas inmuebles, las de cosas
muebles registrables y las de prestaciones periódicas o vitalicias”.
Su fundamento radica en que el donante reflexione sobre la liberalidad que efectuará, en el lapso de tiempo que
necesariamente deberá transcurrir entre la decisión de otorgar el acto y la instrumentación del mismo, es decir que tiene
por finalidad proteger a los autores del acto tanto de la impremeditación como de la ligereza, entonces tiene como
principal objetivo la protección contra la precipitación.

DONACIÓN MANUAL
La donación de bienes muebles no registrables y de títulos al portador es no formal, pudiendo celebrarse por cualquier
medio, incluso verbalmente. El art. 1554 del CCyCN establece: “Donación Manual. Las donaciones de cosas
muebles no registrables y de títulos al portador deben hacerse por la tradición del objeto donado”.
La exigencia de tradición constituye el modo, y está vinculada con el cumplimiento de la prestación asumida por el
donante y no con la forma.

REVERSIÓN Y REVOCACIÓN
La donación en principio es irrevocable por voluntad del donante, pero como excepción a la regla, al ser las donaciones
contratos unilaterales pueden ser dejadas sin efecto mediante su revocación (instituto extintivo de los actos jurídicos que
tiene su origen en los actos unilaterales), reconociendo su fuente únicamente en la ley y sólo puede ser invocada por las
causales expresamente previstas por el legislador o, en algunos casos, cuando la misma es pactada con expresa
autorización de la ley.
El art. 1569 del CCyCN establece: “Revocación. La donación aceptada sólo puede ser revocada por inejecución de
los cargos, por ingratitud del donatario, y, en caso de habérselo estipulado expresamente, por supernacencia de hijos
del donante.
Si la donación es onerosa, el donante debe reembolsar el valor de los cargos satisfechos o de los servicios prestados
por el donatario”.
La regla general de la excepción explicada sólo se puede dejar sin efecto el contrato de donación a través de la
revocación fundada en tres supuestos taxativos: 1) incumplimiento del cargo; 2) ingratitud; 3) nacimiento de hijos del
donante posterior a la celebración del contrato (este último en caso de habérselo pactado).

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CLASES DE DONACIONES
DONACIONES MUTUAS O RECÍPROCAS
Siguiendo a Borda las donaciones mutuas son aquellas que se hacen dos o más personas recíprocamente. En este tipo de
donaciones, lo característico es que ninguna de las partes manifiesta preocupación por la equivalencia de las
contraprestaciones; por tal motivo el acto no podría impugnarse por lesión.
El art. 1560 del CCyCN dispone: “Donaciones mutuas. En las donaciones mutuas, la nulidad de una de ellas afecta
a la otra, pero la ingratitud o el incumplimiento de los cargos sólo perjudican al donatario culpable”. En éste artículo
se prevé una conexidad genética más no funcional, pues la extinción de una por ingratitud sólo perjudica al donatario
culpable.

DONACIONES REMUNERATORIAS
Definido en el art. 1561 como “Donaciones remuneratorias. Son donaciones remuneratorias las realizadas en
recompensa de servicios prestados al donante por el donatario, apreciables en dinero y por los cuales el segundo
podría exigir judicialmente el pago. La donación se juzga gratuita si no consta en el instrumento lo que se tiene en
mira remunerar”.
Para que este tipo de específico de donación se configure resulta necesaria la concurrencia de determinados requisitos:
a. Los servicios deben haber sido prestados al donante: en caso contrario deberá ser considerada una donación
simple.
b. Los servicios deben ser estimables en dinero, es decir que el servicio debe tener un precio, que acorde con el
nuevo ordenamiento debe presumirse.
c. Existencia de acción para su cobro: el donatario debe contar con una acción para el cobro judicial del servicio,
pues si la donación se hiciera por un deber moral de gratitud o por servicios que no dan acción debe ser reputada
como simple.
d. Licitud del servicio: aún cuando la exigencia de licitud del servicio no esté específicamente establecida, los
servicios que se pretenden remunerar no han de ser ilícitos o inmorales.
e. Se debe expresar en el instrumento de donación el servicio que se remunera. Esta designación permitirá apreciar
el valor del servicio y la medida de la onerosidad de la donación

DONACIÓN CON CARGO


Cargo se define como una modalidad, de naturaleza voluntaria, que constituye una declaración unilateral accesoria y
que limita el alcance del acto principal, sin suspender sus efectos, creando una obligación, o si se quiere, un deber
jurídico del titular del derecho transmitido. Y que la gratuidad del contrato de donación no excluye la idea del cargo. El
cargo también puede ser acordado como condición conforme lo dispuesto en el art. 354 del CCyCN, aunque en caso de
duda no se puede presumir la condicionalidad de la donación.

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El art. 1562 del CCyCN establece: “Donaciones con cargo. En las donaciones se pueden imponer cargos a favor del
donante o de un tercero, sean ellos relativos al empleo o al destino de la cosa donada, o que consistan en una o más
prestaciones.
Si el cargo se ha estipulado en favor de un tercero, éste, el donante y sus herederos pueden demandar su ejecución;
pero sólo el donante y sus herederos pueden revocar la donación por inejecución del cargo.
Si el tercero ha aceptado el beneficio representado por el cargo, en caso de revocarse el contrato tiene derecho para
reclamar del donante o, en su caso, de sus herederos, el incumplimiento del cargo, sin perjuicio de sus derechos
contra el donatario”.
Aquí el donante dispone la facultad de incorporar cargos a ser cumplidos por el donatario, ya sea en beneficio propio
del donante o bien para un tercero, incluso para el mismo donatario. El cargo entonces es una obligación accesoria que
impone el donante al donatario.

DONACIÓN INOFICIOSA
El art. 1565 del CCyCN establece: “Donaciones inoficiosas. Se considera inoficiosa la donación cuyo valor excede
la parte disponible del patrimonio del donante. A este respecto, se aplican los preceptos de este Código sobre la
porción legítima”.
Alterini considera que la legítima es un derecho de sucesión que la ley atribuye a ciertos familiares próximos, limitando
a determinada porción del patrimonio del causante, del cual no pueden ser privados, excepto por causa de indignidad.
GAGLIARDO explica que la legítima es un instituto de orden público cuya vigencia en el régimen sucesorio tiene
diversos alcances: constituye un derecho hereditario o de sucesión, creación de la ley, sobre una porción de la herencia,
o de los bienes, o patrimonio del causante, de la cual no pueden ser privados sin justa causa de desheredación, por actos
a título gratuito. Se trata de un derecho subjetivo patrimonial hereditario, cuyas proyecciones no pueden prescindir
de los preceptos que sobre el particular contiene un régimen legal.
El fundamento de la existencia de la porción de la legítima hereditaria (Legitimarios. tienen una porción legítima de la
que no pueden ser privados… descendientes, ascendientes y el cónyuge).; es el de preservar los bienes hereditarios en
manos de los llamados a suceder.
Hay un vínculo entre el mencionado art. 1565 del CCyCN con el art. 2386 del CCyCN, este último dispone:
“Donaciones inoficiosas. La donación hecha a un descendiente o al cónyuge cuyo valor excede la suma de la
porción disponible más la porción legítima del donatario, aunque haya dispensa de colación o mejora, está sujeta
a colación, debiendo compensarse la diferencia en dinero”.
Es decir, ante el supuesto de la donación que exceda la porción disponible más la porción legítima del donatario se
sujetará a la acción de colación y no a la acción de reducción, tal como estaba establecido originalmente en el CCyCN
en la ley 26.994/15.

DEPÓSITO
Art. 1356 del CCyCN dispone: “Hay contrato de depósito cuando una parte se obliga a recibir de otra una cosa
con la obligación de custodiarla y restituirla con sus frutos”. El diseño de este tipo contractual se ve fuertemente

177
definido por tres obligaciones esenciales, tipificantes, que recaen en el depositario: 1) Recepción de la cosa; 2) custodia;
3) restitución.
En el depósito hay guarda porque se traslada la cosa a un ámbito ajeno al control del depositante (entrega) para ejercer
sobre el objeto una custodia activa. La guarda importa desplazamiento de la cosa, la custodia no. La guarda implica
entrega.

ONEROSIDAD
En su art. 1358 del CCyCN ha tomado posición, prescribiendo: “El contrato se presume oneroso. Si se pacta la
gratuidad, no se debe remuneración, pero el depositante debe reembolsar al depositario los gastos razonables en
que incurra para la custodia y restitución”.
Anteriormente en el código de Vélez en su artículo 2182 establecía la definición de éste contrato con carácter gratuito,
en tanto que en el Código de comercio se presume oneroso y se denominaba “comisión” a esa contraprestación.

OBLIGACIONES DEL DEPOSITARIO


1. Obligación de recibir la cosa. Para que se pueda desplegar la conducta de cuidado y custodia de la cosa, el
depositario la tiene que tener en su poder, lo que se produce con la entrega de la cosa, el depositario tiene el
deber de recibir la cosa.
2. Obligación de custodia y/o guarda. Aquí aparecen dos elementos sustanciales, previstos en el art. 1358,
CCyCN: 1) la debida diligencia; 2) obligación de no usar la cosa. Con respecto a la diligencia debida, el
legislador prevé un estándar de conducta en función de la diligencia que usaría el depositario para el cuidado de
sus cosas.
3. Obligación de restituir la cosa. Descansa en el depositario la obligación de restituir la cosa (art. 1536) al
momento de la finalización o extinción del contrato, comprendiendo la restitución, en principio y salvo pacto en
contrario, los frutos.

DEPÓSITO NECESARIO
Regulado en los arts. 1368 a 1375 del CCyCN, es “Aquel en que el depositante no puede elegir la persona del
depositario por un acontecimiento que lo somete a una necesidad imperiosa y el de los efectos introducidos en los
hoteles de los viajeros”. Aquí hay un desdoblamiento de la norma respecto al significado del depósito, vinculados por
ambas nociones de que el depositante no elige voluntariamente al depositario; en una, producto de una necesidad
imperiosa, en la otra, en función de una accesoriedad respecto a otra relación jurídica.
Para la calificación de una situación como depósito necesario, en este primer sentido, se necesita de la conjunción de
dos propiedades necesarias 1) la existencia de esta necesidad imperiosa o el desastre, que SOZZO conceptualiza como
“circunstancia fáctica que configure fuerza mayor, y 2) la falta de posibilidad de elegir al depositario; es decir, ambas
propiedades son condiciones necesarias, pero sólo la presencia de las dos conforma la condición suficiente requerida
normativamente.

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El segundo supuesto contemplado bajo esta figura de depósito necesario, referido a “los efectos introducidos en los
hoteles por los viajeros”, el artículo 1369 del CCyCN brinda una definición legal del depósito en los hoteles,
prescribiendo que se entiende por tal al que “tiene lugar por la introducción en ellos de los efectos de los viajeros,
aunque no los entreguen expresamente al hotelero o sus dependientes y aunque aquéllos tengan las llaves de las
habitaciones donde se hallen tales efectos”.

DEPÓSITO IRREGULAR
El artículo 1367 reza: “Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, que no se encuentra en saco cerrado, se
transmite el dominio de las cosas aunque el depositante no haya autorizado su uso o lo haya prohibido. El
depositario debe restituir la misma calidad y cantidad. Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, y el depositario
tiene la facultad de servirse de ellas, se aplican las reglas del mutuo”.
Aquí la guarda o conservación de la cosa no recae sobre su materialidad, sobre la cosa misma, sino sobre su valor. En
este tipo de depósito se transmite el dominio, dada la fungibilidad que conllevan las mismas.
“Cosa fungible” como concepto normativo en la categoría de depósito “es cosa fungible aquella en que todo
individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma
calidad y en igual cantidad” art. 232 CCyCN.
Cabe resaltar que en el depósito quien entrega la cosa no tiene la disponibilidad de ella.

EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD
Se exime de responsabilidad quien carga la prueba de que no actuó con algún factor de atribución subjetivo. Siguiendo
al art. 1734 del CCyCN “Excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores de atribución y de las
circunstancias eximentes corresponden a quien los alega”.

ESTABLECIMIENTOS ASIMILABLES
ARTÍCULO 1375. Establecimientos y locales asimilables. Las normas de esta Sección se aplican a los hospitales,
sanatorios, casas de salud y deporte, restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamiento y otros establecimientos
similares que prestan sus servicios a título oneroso.
La eximente prevista en la última frase del artículo 1371 no rige para los garajes, lugares y playas de estacionamiento
que prestan sus servicios a título oneroso.
➔ Hay que aclarar que los establecimientos comprendidos en esta norma son aquellos en los que el depósito
necesario es anexo a la actividad principal de los mismos. Los casos son similares al depósito necesario en los
hoteles. Es decir, que el depósito de efectos personales de huéspedes, pacientes internados en hospitales y
sanatorios, clientes o socios de las casas de salud y deporte, comensales, usuarios de vehículos y personas que
concurren a otros establecimientos similares no constituye el negocio al que se dedican a título oneroso los
establecimientos mencionados.

CASAS DE DEPÓSITO

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Las casas de depósito tratadas en el código derogado en el art. 123 se referían a los barraqueros y casas de depósitos, es
decir, son establecimientos que tienen como objeto principal contratar el recibo, guarda, custodia y conservación de
bienes muebles (ya sea, cosas, materias primas, frutos y productos agrícolas, ganaderos, forestales, mineros o de
manufacturas) de terceros (del fisco o particulares). Éste tipo negocial corresponde a contratos entre empresas, paritarios
y los celebrados por adhesión.

UNIDAD 10 CONTRATOS DE GARANTÍA, PREVISIÓN Y RECREACIÓN

FIANZA
De acuerdo al art. 1574 del Código Civil y Comercial hay contrato de fianza cuando una persona se obliga
accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento. Agrega la norma que si la deuda
afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser cumplida personalmente por el deudor, o de no hacer,
el fiador sólo queda obligado a satisfacer los daños que resulten de la inejecución.

180
La fianza es un tipo especial de garantía que se configura cuando un tercero se compromete como garante, sin
afectación de bienes determinados, de la obligación contraída o a contraer por el deudor afianzado. De este modo, el
fiador garantiza el cumplimiento de una obligación ajena, obligándose personalmente respecto del acreedor, con todo su
patrimonio. Si quiere excluirse un bien determinado de los alcances de la fianza, ello debe hacerse constar expresamente
por escrito, pues el principio es el carácter inclusivo de la totalidad de los bienes que constituyen el patrimonio del
deudor.

Se trata de una garantía personal a diferencia de las garantías reales que implican gravar un bien del deudor con algún
derecho real. Tiene la finalidad de evitar el riesgo de insolvencia los acreedores emplean generalmente esta garantía que
permite reforzar el crédito personal del deudor por la intervención del tercero (fiador), así, el crédito del acreedor es
asegurado agregándose un obligado más al deudor originario.

FORMA
El art. 1579 del CCyCN establece: “Forma. La fianza debe convenirse por escrito”. La finalidad de la forma es
requerida para fines probatorios, siendo que ni la validez ni los efectos del contrato aparecen condicionados por el
cumplimiento de la forma del caso.
BORDA nos dice que la forma de éste contrato es “solemne relativa”, argumenta que se debe tratar de proteger a una
persona que se califica de fiadora sin que exista un contrato firmado que lo acredite, no pudiéndose prescindir de la
circunstancia que la fianza es normalmente gratuita, por lo que se estaría pretendiendo imponer una obligación a una
persona, que nada recibe a cambio, y sin que exista el contrato en donde surgiera claramente que se ha obligado.

FIANZA GENERAL
La fianza general surge como novedad en el CCyCN conforme la Ley 26.994, de ésta misma. Nos explica BORDA que
suele suceder para la sorpresa del fiador, dado que este no alcanza a leer todo el contrato de adhesión, permitiendo que
la entidad bancaria acuerde con el cuentacorrentista la posibilidad de pactar débitos automáticos, de girar en descubierto
o de amplifier ese giro u otorgar créditos a sola firma, entre otras posibilidades, jamás pensadas por el fiador, viéndose
éste garantizando una deuda ajena jamás imaginada.
Aquí advierte el legislador la posible invalidez de estos negocios jurídicos, con base en su indeterminación (arts. 1003 y
1005, CCyCN) y regula esta modalidad del contrato, sujeta a dos limitaciones que hacen a la correcta determinabilidad
de su objeto.
El art. 1578 del CCyCN, prescribe: “Fianza general. Es válida la fianza general que comprenda obligaciones
actuales o futuras, incluso indeterminadas; en todos los casos debe precisarse el monto máximo al cual se obliga el
fiador. Esta fianza no se extiende a las nuevas obligaciones contraídas por el afianzado después de los cinco años de
otorgada. La fianza indeterminada en el tiempo puede ser retractada, caso en el cual no se aplica a las obligaciones
contraídas por el afianzado después de la retractación sea notificada al acreedor”.

181
Las dos limitaciones mencionadas son entonces, una de índole cuantitativa, y la otra de índole temporal.
Cuantitativamente, el legislador manda precisar el monto máximo por el cual se obliga el fiador. Y temporalmente, esta
fianza no puede extenderse más allá de 5 años de otorgada, plazo prudencial y concordante con el plazo ordinario de
prescripción de las acciones previsto en el art. 2560 del CCyCN.

OBLIGACIONES QUE PUEDEN SER AFIANZADAS


- Principio general: amplitud respecto de la obligación afianzada
Puede ser afianzada toda obligación actual o futura, incluso la de otro fiador (art. 1577 CCyCN). El derogado
Código Civil, en sus arts. 1988 y 1993, brindaba un amplio espectro de obligaciones afianzables. Podía
afianzarse una obligación presente o futura, natural o civil, accesoria o principal, cualquiera sea su causa,
aunque sea de un acto ilícito; cualquiera sea el acreedor o deudor, y aunque el acreedor sea persona incierta; sea
de valor determinado o indeterminado, líquido o ilíquido, pura o simple; a plazo o condicional y cualquiera que
sea la forma del acto principal. Si bien el enunciado es más simple y sencillo, la regla del art. 1577 del CCyCN
es la misma que preveía el régimen derogado aunque con una exigencia adicional relevante: el límite del monto.
- Obligaciones futuras
Con relación a las obligaciones futuras, podrían ser obligaciones que se producirán en un futuro pero que
encuentran su causa en un contrato ya existente o, podría tratarse de obligaciones que tengan su causa en un
contrato que se celebrará en el futuro.
- Obligaciones nacidas de hechos ilícitos
Al respecto se ha entendido que se trata de obligaciones nacidas de hechos ilícitos ya ocurridos (v.gr. deudor
condenado judicialmente por un accidente de tránsito). Distinta es la hipótesis cuando se pretende afianzar la
obligación futura proveniente de un hecho ilícito, si es derivado de un delito, entonces el contrato de fianza será
nulo, pero no si deriva de un cuasidelito (Leiva Fernández, L.).

EFECTOS ENTRE EL FIADOR Y EL ACREEDOR


Beneficio de Excusión
El beneficio de excusión es el derecho que tiene el fiador de oponerse a la ejecución de sus bienes hasta tanto se hayan
ejecutado todos los bienes del deudor o éste caiga en insolvencia. De acuerdo al art. 1583, el acreedor sólo puede
dirigirse contra el fiador una vez que haya excutido los bienes del deudor. Si los bienes excutidos sólo alcanzan para un
pago parcial, el acreedor sólo puede demandar al fiador por el saldo.
Excepciones al beneficio de excusión
Conforme lo previsto por el art. 1584, el fiador no puede invocar el beneficio de excusión si: a) el deudor principal se ha
presentado en concurso preventivo o ha sido declarada su quiebra; b) el deudor principal no puede ser demandado
judicialmente en el territorio nacional o carece de bienes en la República; c) la fianza es judicial; d) el fiador ha
renunciado al beneficio.
El concurso o quiebra

182
La primera excepción que menciona la norma del art. 1584 es la quiebra del deudor o el supuesto que se presentara en
concurso preventivo. La referencia al concurso preventivo no estaba regulada por el art. 2013 del Código Civil
derogado.
Si el deudor principal no puede ser demandado judicialmente en el territorio nacional o carece de bienes en la
República
Este supuesto recibe la regla del art. 2014 del Código Civil derogado pero modificada. Este último artículo excluía de la
necesidad de excutir los bienes que "estuviesen embargados por otro acreedor, o dependieren en alguna manera de otro
juicio...". El nuevo Código Civil y Comercial omite hacer mención del párrafo transcrito del derogado art. 2014, por lo
que se entiende que, si se encontrase algún bien embargado o que dependiese de otro litigio, se deberá tener en cuenta
como bien para excutir.
El beneficio de excusión en caso de coobligados
De acuerdo al art. 1585 CCyCN el fiador de un codeudor solidario puede exigir la excusión de los bienes de los demás
codeudores. Se mantiene la solución, aunque con una redacción más acotada y precisa, que la brindada por el Código
Civil derogado en los arts. 2016 y 2019. El beneficio de excusión se mantiene en el caso de codeudores solidarios, lo
cual resulta una solución absolutamente razonable y necesaria si se tiene en cuenta que los principales obligados son los
deudores y no el fiador. Es una consecuencia elemental de la subsidiariedad de la fianza. Recién cuando cada uno de los
codeudores solidarios no ha cumplido la obligación, el acreedor puede dirigir su acción contra el fiador.
El fiador del fiador
El art. 1585 CCyCN también prevé que el que afianza a un fiador goza del beneficio de excusión respecto de éste y del
deudor principal. Esto implica que el acreedor deberá ejecutar en primer lugar al deudor principal, a continuación al
primer fiador y luego podrá dirigir su acción contra el segundo fiador.
Subsistencia del plazo
Establece la norma del art. 1586 CCyCN que no puede ser exigido el pago al fiador antes del vencimiento del plazo
otorgado al deudor principal, aun cuando éste se haya presentado en concurso preventivo o haya sido declarada su
quiebra, excepto pacto en contrario. Cabe tener en cuenta la regla ya mencionada del art. 1584 establece que el fiador
no puede invocar el beneficio de excusión si el deudor principal se ha presentado en concurso preventivo o ha sido
declarada su quiebra. Así entonces, es importante tener en cuenta que si el deudor ha solicitado la formación de su
concurso preventivo o se ha declarado su quiebra el beneficio de excusión se pierde para el fiador (art. 1584 inc. a) pero
no se ve afectado para él el plazo previsto en la obligación originaria para su vencimiento, el que subsiste en su
beneficio (art. 1586).

EFECTOS ENTRE EL DEUDOR Y EL FIADOR


Subrogación
El fiador que cumple con su prestación queda subrogado en los derechos del acreedor y puede exigir el reembolso de lo
que ha pagado, con sus intereses desde el día del pago y los daños que haya sufrido como consecuencia de la fianza
(art. 1592). Si bien la norma analizada refiere a las acciones indirectas, que corresponden al acreedor y que por el efecto

183
del pago, son aquellas en las que el fiador queda subrogado, cabe tener en cuenta también a las acciones directas que se
originan en el vínculo obligacional con el deudor.
Acción de reembolso
La norma refiere también a la acción de reembolso del capital abonado. La subrogación se deberá realizar por el monto
de la suma cancelada. Si el fiador sólo pagó una parte, quedará subrogado en la proporción correspondiente.
Intereses devengados
Pueden existir intereses devengados a favor del acreedor o a favor del fiador. Los primeros, constituyen un accesorio del
crédito, por lo que deben ser pagados junto con el capital. En el caso de los segundos, las sumas pagadas por el fiador se
capitalizan a la fecha de su pago.
Indemnización de los daños y perjuicios
En la última parte de la norma se confiere el derecho de reclamar la reparación de los daños ocasionados a causa de la
fianza. Corresponde al deudor indemnizar los perjuicios originados con motivo de la fianza, cuestión que limita el
alcance de las consecuencias imputables.
Efecto temporal de la subrogación
La norma del art. 1592 prevé que el fiador puede exigir el reembolso de lo que
ha pagado, con sus intereses desde el día del pago.
Aviso
El fiador debe dar aviso al deudor principal del pago que ha hecho. El deudor puede oponer al fiador que paga sin su
consentimiento todas las defensas que tenía contra el acreedor; y si el deudor ha pagado al acreedor antes de tener
conocimiento del pago hecho por el fiador, éste sólo puede repetir contra el acreedor (art. 1593).
La disposición menciona que el deudor cuenta con todas las defensas que posee contra su acreedor, para oponerlas a su
fiador, en caso de que éste pagara sin su consentimiento. Si el deudor no presta conformidad al pago y el fiador pagase,
el deudor posee contra el fiador todas las defensas que tenía contra el acreedor, privando al fiador del derecho a
subrogarse.

Derechos del fiador


ARTÍCULO 1594. Derechos del fiador. El fiador tiene derecho a obtener el embargo de los bienes del deudor u otras
garantías suficientes si:
a) le es demandado judicialmente el pago;
b) vencida la obligación, el deudor no la cumple;
c) el deudor se ha obligado a liberarlo en un tiempo determinado y no lo hace;
d) han transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que la obligación afianzada tenga un plazo
más extenso;
e) el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro de sus negocios, disipa sus bienes o los da en seguridad de
otras operaciones;
f) el deudor pretende ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para el pago de la deuda afianzada
Embargo

184
El fiador tiene derecho a obtener el embargo de los bienes del deudor u otras garantías suficientes si: a) le es demandado
judicialmente el pago; b) vencida la obligación, el deudor no la cumple; c) el deudor se ha obligado a liberarlo en un
tiempo determinado y no lo hace; d) han transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que la
obligación afianzada tenga un plazo más extenso; e) el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro de sus
negocios, disipa sus bienes o los da en seguridad de otras operaciones; f) el deudor pretende ausentarse del país sin dejar
bienes suficientes para el pago de la deuda afianzada (art. 1594 CCyCN).
Este embargo tiene una función preventiva de cobertura para el fiador, a fin de poder obtener algún resguardo en la
acción que puede surgir por el reembolso de lo que pague al acreedor.

COFIADORES
De acuerdo al art. 1595 CCyCN, el cofiador que cumple la obligación accesoria en exceso de la parte que le
corresponde, queda subrogado en los derechos del acreedor contra los otros cofiadores. Si uno de ellos resulta
insolvente, la pérdida es soportada por todos los cofiadores. Con respecto a la segunda parte de la norma, es
relevante diferenciar según se trate de cofiadores solidarios o simplemente mancomunados. La solución de la norma es
correcta en el primer caso pero en el segundo, los cofiadores sólo están obligados a pagar su parte correspondiente,
debiendo el acreedor absorber la insolvencia del cofiador.
EXTINCIÓN

La fianza se extingue por vía directa, por los medios previstos para el régimen de las obligaciones en general, y, por vía
indirecta, cuando se extingue la obligación principal. En la nueva normativa se sistematizan los medios en un solo
artículo. El art. 1596 del CCyCN establece que la fianza se extingue por las siguientes causales especiales: a) si por
hecho del acreedor no puede hacerse efectiva la subrogación del fiador en las garantías reales o privilegios que
accedían al crédito al tiempo de la constitución de la fianza; b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento de la
obligación garantizada, sin consentimiento del fiador; c) si transcurren cinco años desde el otorgamiento de la
fianza general en garantía de obligaciones futuras y éstas no han nacido; d) si el acreedor no inicia acción judicial
contra el deudor dentro de los sesenta días de requerido.

JUEGOS Y APUESTAS

Según el CCyCN en su art. 1609 dispone que: “Hay contrato de juego si dos o más partes compiten en una
actividad de destreza física o intelectual, aunque sea sólo parcialmente, obligándose a pagar un bien mensurable en
dinero a la que gane.

CONTRATO DE JUEGO

El contrato de juego es aquel en el que dos o más partes deciden participar en una competencia, la cual se encuentra
sujeta a determinadas reglas destinadas a favorecer la imparcialidad sobre el resultado y a colocar a las partes en las
mejores condiciones de igualdad y equidad posibles al comienzo de la misma, con el objeto de medir sus habilidades y

185
destrezas técnicas,físicas, y/o intelectuales en forma total o parcial, la cual una vez finalizada, genera la obligación de
pagar una suma de dinero o de entregar una cosa susceptible de apreciación pecuniaria en favor de la parte vencedora.

CONTRATO DE APUESTAS

En lo que respecta al contrato de apuesta, el Código Civil y Comercial no brinda una noción legal como contrato
autónomo, aunque se puede entender por tal al contrato en el cual dos o más partes, que tienen una opinión distinta
acerca del desenlace o resultado, de algún acontecimiento concreto, futuro y cierto, acuerdan en favor de quien o
quienes acierten en forma total o parcial, sobre ese desenlace o resultado (que tendrá carácter de condición suspensiva),
otorgar en favor de éstos una prestación determinada de dar o de hacer, siempre susceptible de apreciación monetaria, a
cargo de quienes no lograron acertar.

FACULTADES DEL JUEZ

El Código Civil y Comercial en su art. 1610, reza"Facultades del juez. El juez puede reducir la deuda directamente
originada en el juego si resulta extraordinaria respecto a la fortuna del deudor...". Se trata de una norma protectora,
sobre todo si advertimos que el vocablo "moderar" se reemplaza por uno más técnico: "reducir". Una mención especial
merece el hecho de que en la norma se ha previsto que la deuda debe estar "directamente originada en el juego", a
diferencia del régimen anterior que establecía "deudas que provengan de los juegos permitidos".

ACCIÓN PARA EXIGIR SU CUMPLIMIENTO

Se aplican los principios generales de los contratos, y por lo tanto, en punto a dar alguna cosa que sea apreciable en
dinero, ésta no debe ser contraria a la moral, la buena fe y las buenas costumbres, mientras que si la obligación es de
hacer, no es necesario que esté dentro del comercio pero sí es necesario que además de tener alguna apreciación
pecuniaria, no contrarie a esos tres factores ya mencionados.

ARTÍCULO 1611. Juego y apuesta de puro azar. No hay acción para exigir el cumplimiento de la prestación
prometida en un juego de puro azar, esté o no prohibido por la autoridad local.

Si no está prohibido, lo pagado es irrepetible. Sin embargo, es repetible el pago hecho por persona incapaz, o con
capacidad restringida, o inhabilitada.

OFERTA PÚBLICA

El art. 1612 del CCyCN reza “Oferta Pública. Las apuestas y sorteos ofrecidos al público confieren acción para su
cumplimiento. El oferente es responsable frente al apostador participante. La publicidad debe individualizar al
oferente. Si no lo hace, quien la efectúa es responsable”. Ésta norma se encarga de precisar el deber de individualizar
al oferente en la publicidad que se haga de la actividad lúdica, previendo como sanción la responsabilidad de quien

186
realice la publicidad, cuando sea un sujeto distinto del oferente, como ser enunciante, una empresa o un agente de
publicidad.

JUEGOS Y APUESTAS REGULADOS POR EL ESTADO

Merecen una consideración especial las deudas nacidas en juegos de azar organizados por el Estado (ruleta, loterías) o
por concesionarios de una autorización estatal (carreras de caballos). No cabe duda de que en este caso las partes tienen
acción recíproca para el cobro de sus créditos, pues sería escandaloso que el Estado (o el concesionario) que se
benefician con este singular privilegio, pudieran negarse a pagar el premio; en cuanto a los apostadores, ellos pagan la
apuesta por anticipado. Ahora bien, de todos modos de tenerse presente que el artículo 1613 dispone que los juegos,
apuestas y sorteos reglamentados por el Estado (nacional, provincial o municipal) se rigen por las normas
administrativas que los autoricen, y que son inaplicables las normas previstas en el capítulo referido a juegos y apuestas
en el Código Civil y Comercial.

ARTÍCULO 1613. Juegos y apuestas regulados por el Estado. Los juegos, apuestas y sorteos reglamentados por el
Estado Nacional, provincial, o municipios, están excluidos de este Capítulo y regidos por las normas que los autorizan.

a) Juegos tutelados. Se trata de aquellos en los que el Estado autoriza expresamente y generan obligaciones, con la
posibilidad de, como ya se dijo, reclamar judicialmente las deudas contraídas a causa de estos juegos.

b) Juegos permitidos o tolerados. Son aquellos que el Estado no ha permitido expresamente pero tampoco ha
prohibido. Estos generan obligaciones naturales, las cuales no dan la posibilidad de reclamo judicial, lo pagado es
irrepetible, tal como lo prevé la norma comentada en su segunda parte.

c) Juegos prohibidos. Son aquellos que están expresamente prohibidos por el Estado. Por cierto, no dan origen a
ningún tipo de obligación ni civil ni natural. Y, tal como dice la norma comentada, tampoco dan lugar a acción para
exigir el cumplimiento de la prestación prometida por motivo de un juego de puro azar, los cuales por decreto-ley
6618/1957 se encuentran expresamente prohibidos.

RENTA VITALICIA

CONCEPTO

El contrato oneroso de renta vitalicia obliga a una de las partes a entregar a la otra un capital (dinero u otros bienes
muebles o inmuebles) a cambio de lo cual ésta asume el compromiso de pagar una renta (a la otra parte o a un tercero)
durante la vida de una o más personas designadas en el contrato. Si bien podemos definir así este contrato oneroso de
renta vitalicia, nada se opone a que pueda constituirse una renta vitalicia gratuita, en cuyo caso deberán aplicarse
análogamente las disposiciones de la donación (arts. 1542 y 1552).

187
El art 1599 del CCyCN dispone: “Contrato oneroso de renta vitalicia es aquel por el cual alguien, a cambio de un
capital o de otra prestación mensurable en dinero, se obliga a pagar una renta en forma periódica a otro, durante la
vida de una o más personas humanas ya existentes, designadas en el contrato”.

FORMA

Es formal, ya que la ley exige —con igual criterio que el artículo 2072 del Código Civil de Vélez—que la
instrumentación sea por escritura pública (conf. arts. 969, 1552 y 1601). Dispone el artículo 1601 que el contrato
oneroso de renta vitalicia debe celebrarse por escritura pública. Pero nos preguntamos si esta formalidad es exigida
por la ley con carácter solemne o simplemente ad probationem. Si bien es cierto que el artículo 1601 exige escritura
pública, debemos recordar que el artículo 969, al hablar de contratos formales, dispone de una manera general que los
contratos a los que se exige una forma particular lo es solo para que estos produzcan efectos propios sin sanción de
nulidad, pues valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Por ello,
pensamos que hay que distinguir: si la renta es onerosa, la formalidad debe considerarse sólo ad probationem; pero si la
renta es gratuita se le aplicarán las reglas de las donaciones para las prestaciones periódicas o vitalicias (conf. art.
1552), por lo que la escritura es una exigencia solemne, bajo estricta pena de nulidad y, por tanto, ineludible.

REGLAS SUBSIDIARIAS

ARTÍCULO 1600. Reglas subsidiarias. Si el contrato es a favor de tercero, respecto de éste se rige en subsidio por las
reglas de la donación, excepto que la prestación se haya convenido en razón de otro negocio oneroso.

Si la renta se constituye a favor de un tercero, se aplicarán las reglas de la donación en el caso de que el capital
entregado lo haya sido a título gratuito, pero si en cambio lo ha sido por un acto jurídico oneroso, las reglas aplicables
serán las del contrato oneroso de renta vitalicia, (arts. 1562 y 2510 CC yC).

RENTA

Al igual que el capital, recordemos que éste es un elemento esencial del contrato, es entregado por el constituyente o
acreedor y puede consistir en una suma de dinero o en cualquier otra prestación mensurable en dinero, sean derechos,
bienes muebles o inmuebles (conf. art. 1599). Dentro de este amplio concepto, cabe entonces cualquier transferencia de
bienes o derechos susceptibles de valoración económica, tales como la nuda propiedad, el usufructo, la transferencia de
un fondo de comercio o de las acciones de una sociedad, la cesión de un crédito, de una herencia, etcétera.

También la renta es un elemento esencial del contrato, la cual debe ser periódica y vitalicia (conf. art. 1599). La misma
debe convenirse y abonarse en dinero, pero si se previera la prestación en otros bienes que no fueren dinero, su importe
deberá ser siempre pagado por su equivalente en dinero al momento de cada pago (conf. art. 1602).

Ello importa que la determinación de la renta de otra manera que la de fijársela en dinero, no provoca la nulidad del
contrato, sino que autoriza al deudor a convertirla a dinero. En el contrato debe establecerse el valor de cada cuota y la

188
periodicidad con que se pague la renta. En principio, la fijación de la renta es libre; en efecto, el artículo 1602, párrafo
2º, establece que el contrato debe establecer la periodicidad con que se pague la renta y el valor de cada cuota.

PERIODICIDAD DE PAGO

ARTÍCULO 1602. Renta. Periodicidad del pago. La renta debe pagarse en dinero. Si se prevé esta prestación en otros
bienes que no son dinero, debe pagarse por su equivalente en dinero al momento de cada pago.

El contrato debe establecer la periodicidad con que se pague la renta y el valor de cada cuota. Si no se establece el valor
de las cuotas, se considera que son de igual valor entre sí.

La renta se devenga por período vencido; sin embargo, se debe la parte proporcional por el tiempo transcurrido desde el
último vencimiento hasta el fallecimiento de la persona cuya vida se toma en consideración para la duración del
contrato.

El artículo 1602 habla de la periodicidad en el pago de la renta, por lo que es lícito pactar que la renta sea mensual,
trimestral, semestral, etcétera. La existencia de una renta, cuyo pago será en forma periódica (arts. 1599 y 1602)
durante la vida de una o más personas ya existentes, determinadas en el contrato. Normalmente, la renta se paga a
la persona que entregó el capital, pero nada se opone a que el beneficiario sea un tercero o varias personas (art. 1603).
En su modalidad típica la renta está referida a la vida del beneficiario; pero puede estarlo también a la vida del deudor y
aun a la de un tercero.

PLURALIDAD DE BENEFICIARIOS

ARTÍCULO 1603. Pluralidad de beneficiario. La renta puede contratarse en beneficio de una o más personas
existentes al momento de celebrarse el contrato, y en forma sucesiva o simultánea. Si se establece para que la perciban
simultáneamente, a falta de previsión contractual, les corresponde por partes iguales sin derecho de acrecer.

El derecho a la renta es transmisible por actos entre vivos y por causa de muerte.

● Puede ocurrir que el contrato de renta vitalicia designe más de un beneficiario al momento de celebrarse el
contrato, pudiendo en este caso hacerlo en forma sucesiva o simultánea. Cuando se constituye en forma
sucesiva, el segundo beneficiario recibirá la renta sólo al fallecimiento del primero, el tercero a la muerte del
segundo, etc., en el orden designado en el contrato.
● En el supuesto de que los beneficiarios sean simultáneos, si el contrato no establece la proporción en que se
repartirá la renta, esta se dividirá entre ellos por partes iguales de conformidad con lo dispuesto por el artículo
1603. Si alguno de ellos muere, el derecho a la renta es transmisible a sus herederos, salvo que el contrato
establezca el cese de la renta a su respecto o indique que entre los beneficiarios se abre el derecho de acrecer.
● En caso de varios beneficiarios, pero sin indicarse si estos son simultáneos o sucesivos, debe entenderse que son
simultáneos y no sucesivos, pues la designación sucesiva supone que se ha previsto una causa especial de

189
extinción del derecho del primer beneficiado designado, y de nacimiento del designado en segundo lugar, sea en
forma de condición o plazo.

ACCIONES

ARTÍCULO 1604. Acción del constituyente o sus herederos. El que entrega el capital, o sus herederos, pueden
demandar la resolución del contrato por falta de pago del deudor y la restitución del capital.

En igual caso, si la renta es en beneficio de un tercero se aplica lo dispuesto en el artículo 1027.

● En los contratos bilaterales la cláusula resolutoria está implícita. En el caso del contrato oneroso de renta
vitalicia, el constituyente no debe emplazar al deudor de la renta, bajo apercibimiento expreso de resolución del
contrato, a que cumpla en un plazo no menor a quince días, pues este artículo lo faculta para declarar
unilateralmente la extinción del contrato, entonces la resolución se produce de pleno derecho. En el caso de que
se haya estipulado que la renta se debe pagar a un tercero beneficiario el art. 1027 CC yC —que es al que remite
la norma— establece que el que entregó el capital le confiere al beneficiario los derechos o facultades
resultantes de lo que ha convenido, por lo que el mismo beneficiario tiene la facultad de demandar la resolución
del contrato y la entrega del capital al constituyente.

ARTÍCULO 1027. Estipulación a favor de tercero. Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero
beneficiario, determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo que ha
convenido con el estipulante. El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la aceptación del tercero
beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si éste tiene interés en que sea mantenida. El
tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las facultades resultantes de la estipulación a su favor. Las
facultades del tercero beneficiario de aceptar la estipulación, y de prevalerse de ella luego de haberla aceptado, no se
transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice. La estipulación es de interpretación
restrictiva.

ARTÍCULO 1605. Acción del tercero beneficiario. El tercero beneficiario se constituye en acreedor de la renta desde
su aceptación y tiene acción directa contra el deudor para obtener su pago. Se aplica en subsidio lo dispuesto en el
artículo 1028.

Mientras el tercero beneficiario no acepte la estipulación a su favor, no está legitimado para reclamar al deudor de la
renta el pago de la misma, tal como lo dispone el art. 1027 CC yC.

● Otra consecuencia derivada de la falta de aceptación es que el constituyente puede revocar la estipulación a
favor del tercero beneficiario mientras este no declare su aceptación. Una vez declarada la aceptación de la
estipulación por el tercer beneficiario, éste reviste la calidad de parte en el contrato oneroso de renta vitalicia.
Entonces, el deudor de la renta podrá oponerle todas las defensas derivadas del contrato básico y las fundadas
en otras relaciones con él, según autoriza el art. 1028 CC yC.

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ARTÍCULO 1028. Relaciones entre las partes. El promitente puede oponer al tercero las defensas derivadas del
contrato básico y las fundadas en otras relaciones con él.

El estipulante puede:

a) exigir al promitente el cumplimiento de la prestación, sea a favor del tercer beneficiario aceptante, sea a su favor si el
tercero no la aceptó o el estipulante la revocó;

b) resolver el contrato en caso de incumplimiento, sin perjuicio de los derechos del tercero beneficiario.

EXTINCIÓN

El contrato se extingue por las siguientes causas:

Fallecimiento de aquel cuya vida determina la duración del contrato. Concluye naturalmente el contrato oneroso de
renta vitalicia por el fallecimiento de la persona cuya vida ha sido tomada en cuenta en el acuerdo.

Así dispone el artículo 1606 que el derecho a la renta se extingue por el fallecimiento de la persona cuya vida se ha
tomado en consideración para la duración del contrato, por cualquier causa que sea dicho fallecimiento. La prueba de
que la persona ha muerto compete al deudor de la renta.

Ordinariamente suele ser la vida del constituyente del contrato y acreedor de la renta la que se toma en cuenta; pero si
fuera una persona distinta (el propio deudor o un tercero), la muerte del constituyente o acreedor de la renta no extingue
su derecho, que pasa a sus herederos (conf. art. 1603, in fine).

Las vidas contempladas en el contrato pueden ser las de varias personas (conf. art. 1599). En este caso, el derecho del
acreedor subsiste íntegramente hasta la muerte de la última persona designada, debiéndose devengar la renta en su
totalidad (conf. art. 1606, párr. 1º, 2ª parte), salvo que lo contrario se haya establecido en el contrato.

El Código Civil y Comercial ha dispuesto expresamente que es nula la cláusula que autorice a sustituir la persona cuya
vida se toma en cuenta para la duración del contrato o a incorporar otra al mismo efecto (art. 1606, párr. 2º).

Conclusión del contrato por resolución. El Código Civil y Comercial ha previsto diversas hipótesis de conclusión del
contrato de renta vitalicia por resolución. Así, en primer lugar podemos encontrar que la falta de pago de la renta al
constituyente (o a sus herederos) da derecho a estos a demandar la resolución del contrato (art. 1604) y en tal caso la
restitución del capital constituyente.

En segundo lugar, puede concluir el contrato por resolución del mismo, fundado en que el deudor de la renta no otorga
las garantías a las que se ha comprometido o si la garantía dada disminuye y no cubre sus obligaciones conforme a lo
acordado. El derecho a resolver corresponde al constituyente de la renta o, en su caso, a sus herederos de conformidad
con lo determinado por el artículo 1607. Puede advertirse que la atribución de responsabilidad de la resolución al
deudor en ambos casos configura un factor objetivo y una responsabilidad directa (conf. arts. 1721, 1722 y 1749).

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Finalmente, se resuelve el contrato si la persona cuya vida se toma en consideración para la duración del contrato, no es
el deudor de la renta y dentro de los treinta días de celebrado el contrato fallece por propia mano (suicidio) o por una
enfermedad que padecía al momento de celebrarse el contrato. En este supuesto, el contrato de renta vitalicia se resuelve
de pleno derecho y deben restituirse las prestaciones (art. 1608).

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