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Fundamentos de Biología Celular y Molecular

Taller Señalización

Preguntas

1. Teniendo en cuenta lo visto en la clase de teoría sobre las


señales paracrinas, autocrinas y endocrinas ¿qué tipo de
señal seria la insulina? Justifique su respuesta.

La insulina sería un tipo de señal endocrina (también conocida como señalización


hormonal), debido a que, “en este tipo de señalización, los mensajeros se denominan
hormonas y se producen en glándulas especializadas, desde donde se liberan por
exocitosis al medio extracelular. Las hormonas se distribuyen por el sistema
sanguíneo o linfático hacia todos los tejidos del organismo, de tal forma que
prácticamente todas las células se exponen a su acción, sin embargo, la respuesta
solo ocurre en aquellas que expresen receptores específicos” (Giraldo, Parra y
Rojas, 2006). En este caso, la insulina es la hormona mensajera, la cual es
segregada por el páncreas, permitiendo alcanzar objetivos lejanos por medio del
torrente sanguíneo, es decir, es una señalización caracterizada por ser a larga
distancia.

2. En el cuerpo humano, no todas las células responden de la


misma manera a la insulina. Observen en la siguiente tabla la
respuesta de cada órgano del cuerpo humano frente al
estímulo de la insulina. Con base en esto responda:

a. Investiguen por qué, ante la misma señal de la insulina,


las células de los órganos responden de manera
diferente.

Debido a que “al unirse a receptores específicos y activarlos por media de la


fosforilación, la insulina desencadena diferentes vías de señalización que le permiten
a la célula cumplir las funciones biológicas que le correspondan”. (Olivares y
Arellano 2008). En el caso del cerebro, lo que se acepta actualmente es que a través
de la barrera hematoencefálica (BHE) existe un sistema de transporte de insulina.
"La insulina producida por las células del páncreas atraviesa la BHE por un sistema
de transporte mediado por el receptor de la insulina (transcitosis) (...) Una vez que la
insulina atraviesa la BHE (o ha sido producida por algunos grupos de neuronas) está
disponible para unirse a su receptor. Esta unión activa a la subunidad b del receptor,
se autofosforila y ahora posee la capacidad de fosforilar otras proteínas" (Jagua et
al., 2008). Esta respuesta permite cumplir una función principalmente
neuroprotectora.

En el caso del hígado, "La acción de la insulina regula de manera coordinada la


síntesis de lípidos y la producción de glucosa por mecanismos celulares autónomos y
no autónomos" (Titchenell et al., 2017). La casacada desencadenada es la siguiente:
"En respuesta a una comida, las concentraciones de insulina aumentan y envían una
señal al hígado para regular el metabolismo hepático de lípidos y glucosa. Tras el
acoplamiento de su receptor (receptor de insulina) que da como resultado la
autofosforilación, los sustratos del receptor de insulina (IRS) se reclutan y fosforilan
(P). Luego, las proteínas IRS reclutan y activan la fosfoinositida 3-quinasa (PI3K),
que fosforila el fosfatidilinositol (4,5)-bisfosfato (PIP2) para generar fosfatidilinositol
(3,4,5)trifosfato (PIP3). Luego, PDK1 es activado por PIP3, que fosforila Akt en
Thr308. Además, Akt es activado por fosforilación por mTORC2 en Ser473. Una vez
que está completamente activado, Akt envía señales a través de la fosforilación para
controlar múltiples procesos metabólicos en el hígado, incluida la síntesis de
glucógeno, la gluconeogénesis, la glucólisis y la síntesis de lípidos. Active Akt induce
la síntesis de glucógeno por múltiples mecanismos, incluidas las vías independientes
y dependientes de GSK3. Akt inhibe la expresión del gen gluconeogénico al fosforilar
e inhibir FoxO1, un factor de transcripción involucrado en la activación de G6pc y
Pck1. Además, la inhibición de FoxO1 conduce en parte a la inducción de la
expresión del gen de la glucoquinasa. Por último, Akt activa mTORC1 y las vías de
síntesis de proteínas al fosforilar e inhibir las proteínas TSC. Al activar mTORC1 e
inhibir FoxO1, Akt promueve la activación de SREBP1c y el programa del gen
lipogénico para aumentar la síntesis de lípidos" (Titchenell et al., 2017)

En el tejido adiposo y el músculo, la insulina afecta el metabolismo. "Debido a que la


insulina es una hormona antilipolítica potente, una concentración aumentada
disminuiría la tasa de lipólisis del tejido adiposo, lo que resultaría en una disminución
de las concentraciones de ácidos grasos no esterificados en sangre, lo que
aumentaría la tasa de utilización de glucosa en el músculo. Además de este efecto,
la disminución de ácidos grasos por parte de la insulina facilitaría la disminución de la
producción endógena de glucosa. En el estado posprandial, estos efectos de la
insulina ayudarían a incorporar los ácidos grasos de la comida al triacilglicerol del
tejido adiposo. En cambio, en el estado postabsortivo, la disminución de los niveles
sanguíneos de insulina aumentaría las concentraciones sanguíneas de ácidos
grasos no esterificados; estos contribuirían al aumento de las tasas de
gluconeogénesis y mantendrían los niveles de glucosa en sangre dentro del rango
normal" (Dimitriadis et al., 2001). También activa la Glucógeno Sintasa: La glucógeno
sintasa es la enzima reguladora clave para la síntesis de glucógeno y es activada por
la insulina. De hecho, la correlación de la glucosa 6-fosfato con la síntesis de
glucógeno en el músculo de la rata muestra que, cuando la insulina aumenta de 1 a
100 mU/l, la tasa de síntesis de glucógeno aumenta pero el contenido de glucosa 6-
fosfato permanece inalterado, lo que sugiere una relación directa en el efecto de la
insulina sobre la glucógeno sintasa" (Dimitriadis et al., 2001).

b. ¿Qué cree que ocurriría si el receptor de la insulina y la


cascada de señalización generada (incluyendo todas las
moléculas utilizadas para generar la respuesta) en el tejido
cerebral se expresarán en las células del tejido adiposo?
¿Qué cree que ocurriría en el caso contrario, en el que el
receptor de la insulina y la cascada de señalización
generada en el tejido adiposo se expresaran (incluyendo
todas las moléculas utilizadas para generar la respuesta) en
las células del tejido cerebral?

Probablemente, en los dos se generaría una respuesta inmunológica que terminaría


por atacar las células respectivas hasta causar daños graves, ya que la función que
cumple la insulina en el cerebro de protección neuronal actúa sobre el tejido del
encéfalo y no sería compatible con el tejido adiposo. De la misma forma, la acción
sobre el metabolismo de la insulina en el tejido adiposo no podría actuar sobre la
estructura del cerebro.

Tabla 1. Respuesta de algunos órganos del cuerpo a la señal de la


insulina.

Tipo
de Respuesta a la insulina
células
Cerebro Genera el bloqueo de las señales que inducen la
muerte celular de las neuronas y provoca sensación de
saciedad en el hipotálamo.

Músculo Genera que los transportadores de glucosa se


desplacen a la membrana celular y faciliten la entrada
de glucosa a la célula.

Tejido adiposo Genera que los transportadores de glucosa se


desplacen a la membrana celular y faciliten la entrada
de glucosa a la célula, se induce la síntesis de ácidos
grasos y triglicéridos.

Hígado Genera que los trasportadores de glucosa faciliten la


entrada de glucosa a las células y se induce la
síntesis de glucógeno.
3. Investiguen por qué el receptor de la insulina debe ser
membranal.
La insulina cuenta con receptores transmembranales debido a que “es una hormona
peptídica, hidrosoluble, por lo que requiere de un receptor de membrana y una vía de
transducción de señales para poder ejercer su efecto en la célula blanco” (Ríos y Yuil,
2012). En síntesis, la insulina es una hormona de gran tamaño, la cual, al ser
hidrosoluble, no puede atravesar la membrana celular, dado que esta posee una
bicapa lipídica, lo que le otorga una propiedad hidrofóbica que impide su paso.
Además, la insulina es de carácter polar, por lo que no puede atravesar la membrana
y debe poseer receptores externos a la membrana (receptores membranales).

Por otra parte, respecto a su composición, posee una subunidad alfa de carácter
extracelular, la cual constituye su sitio de reconocimiento: “La insulina inicia sus
acciones biológicas por su unión a receptores específicos localizados en la membrana
celular. El receptor de insulina (IR) es una glucoproteína (…) Está compuesta por dos
subunidades α y dos subunidades β unidas por puentes disulfuro. Las subunidades α
se encuentran localizadas en el exterior de la membrana plasmática y contienen sitios
de unión a la insulina, mientras que las subunidades β tienen una porción extracelular,
una transmembranal y una porción intracelular” (Olivares y Arellano, 2008).

Lea el siguiente texto y responda las preguntas:


A finales del siglo XIX se asociaba la diabetes con el páncreas, pero se
desconocía cuál era el preciso papel de este en la enfermedad. Luego de
la Primera Guerra Mundial, el médico canadiense Charles Banting se
interesó en estudiar la diabetes, por esta razón buscó al profesor Macleod,
jefe de Fisiología de la Universidad de Toronto, ya que este último había
realizado una serie de investigaciones en conocer el papel de los
carbohidratos en el organismo y de la diabetes. El profesor Macleod le
permitió trabajar a Bating con uno de sus estudiantes llamado Charles
Best en su laboratorio.
Durante el verano de 1921, Banting y Best desarrollaron una serie de
pruebas con varias partes del páncreas para extraer el componente que
regulaba la glucosa en el mismo. En agosto del mismo año, lograron aislar
la insulina de los islotes de Langerhans (grupos de células en el páncreas)
en el páncreas. Posteriormente, realizaron experimentos en perros
diabéticos a los que les administraron insulina, una vez administrada vieron
que los niveles de azúcar en la sangre y orina de estos disminuía,
desapareciendo los síntomas de la enfermedad. Sin embargo, no en todas
las ocasiones lograban los mismos resultados. Por esta razón, incluyeron
al químico James Collip en el equipo, logrando extraer la insulina pura y
resultados consistentes. El descubrimiento le valió a Banting y a Macleod
el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1923. Años después se le dio
mérito también en este descubrimiento al fisiólogo rumano Nicolae
Paulescu, quien meses antes el mismo año había aislado la misma
sustancia con los mismos resultados.
a. ¿Por qué la administración de insulina en perros diabéticos
logró disminuir los niveles de azúcar en sangre y orina?
La insulina puede ser usada como tratamiento importante en pacientes diabéticos, en
este caso los perros, donde esta hormona de proteína, producida por el páncreas, al
usar los nutrientes glucósidos como energía reduce los niveles de azúcar en sangre.
Sin embargo, en los perros diabéticos, el páncreas no genera suficiente o nada de
insulina para que el cuerpo funcione equilibrada y correctamente, por lo que se
administra insulina como medicamento generando dependencia a este. Ahora, según
Norton et al, la insulina secretada, de manera norma, por el páncreas inicia una serie
de respuestas metabólicas integradas que, en individuos normales tolerantes a la
glucosa, regresa la concentración de glucosa plasmática a la normalidad en 2 horas
(2022, p. 1). Esto en relación con los perros diabéticos disminuye los niveles de
azúcar en sangre y orina.

b. Según los resultados encontrados al descubrir la insulina


¿cuál es la relación que existe entre el páncreas y la insulina?

Principalmente la relación entre el páncreas y la insulina es que está hormona es


producida y segregada por las células beta de islotes pancreáticos, que ajustan
finamente el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas, lo que induce la
absorción de glucosa de la sangre hacia las células grasas hepáticas y del músculo
esquelético (Vecchio et al, 2018)
Referencias

Dimitriadis G, Mitrou P, Lambadiari V, Maratou E, Raptis SA. Insulin effects in

muscle and adipose tissue. Diabetes Res Clin Pract. 2011 Aug;93 Suppl 1:S52-

9. doi: 10.1016/S0168-8227(11)70014-6. PMID: 21864752.

Giraldo, M., Parra, S. y Rojas, M. (2006). Señalización celular. Fondo editorial

Biogénesis. Universidad de Antioquia.

https://revistas.udea.edu.co/index.php/biogenesis/article/view/325990

Jagua, A., Marín, R. A., Granados, L. A., & Ávila, V. (2008). Insulina cerebral.

Colombia Médica, 39(1), 107-116.

Norton, L., Shannon, C., Gastaldelli, A. DeFronzo, R. (2022). (p. 1). Insulin: The

master regulator of glucose metabolism [La insulina: el regulador maestro del

metabolismo de la glucosa]. Metabolism Clinical and Experimental 129 (2022)

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Ríos, J. y Yuil, E. (2012). Psoriasis y enfermedad cardiovascular: mecanismos


inmunológicos y moleculares. Revista Médico Científica.

https://www.revistamedicocientifica.org/index.php/rmc/article/view/251

Titchenell PM, Lazar MA, Birnbaum MJ. Unraveling the Regulation of Hepatic

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10.1016/j.tem.2017.03.003. Epub 2017 Apr 14. PMID: 28416361; PMCID:

PMC5477655.

Vecchio, I., Tornali, C., Bragazzi, NL. y Martini, M. (2018). The Discovery of Insulin:

An Important Milestone in the History of Medicine [El descubrimiento de la

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Doi:10.3389/fendo.2018.00613.https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/

fendo.2018.00613/full

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