La “Alocución a la Poesía”: características formales, intencionalidad e importancia

para Hispanoamérica
El nombre de Andrés Bello está asociado al nacimiento del “americanismo literario”
y fue lo que se entiende como “hombre letrado del XIX”. Fue un gran humanista, con una
vasta cultura que mediante su obra trascendió todas las fronteras de su Venezuela natal.
Respondió con su obra a todos los flancos de la sociedad a los que había que atender.
Entre sus obras destacan “Silvas americanas”, “Código civil” y “Gramática de la lengua
castellana para el uso de los americanos”. Como algunos estudiosos apuntan, la figura de
Bello siempre estará asociada a la de maestro, que en tiempos cruciales para la historia
hispanoamericana centró su capacidad intelectual en configurar las bases que permitiesen
una independencia cultural a las nuevas naciones americanas
La totalidad de la “Alocución a la poesía” se compone de 834 versos (endecasílabos
y heptasílabos), aunque lo más importante de ella se concentra en los 200 primeros ya que
es el punto donde encontramos el propósito de Bello: dar a conocer desde Europa la
realidad hispanoamericana.
En estos versos vemos que la poesía aparece personificada. Se le pide que
abandone a la Europa culta, invitándola así a cantar las grandezas naturales de América
(existe una clara oposición entre el Viejo y el Nuevo Mundo, menosprecio de la corte y
alabanza de aldea). Presenta a América como una realidad histórico-política autónoma y
como un lugar privilegiado para la propuesta de un nuevo programa literario. Es una
llamada de atención a los autores americanos.
El tono predominante es neoclásico, el cual nos lleva al pasado como modelo de
inocencia; es una alusión al pasado grandioso en el que la naturaleza era el centro de la
poesía. Bello propone un retorno a lo más puro del mundo clásico, Virgilio y Horacio,
autores que estudió y tradujo en su etapa venezolana.
Asimismo, conviene tener en cuenta el espacio desde que fue escrita la obra “entre
lúgubres paredes londinenses”, en la época en la que Bello fue desterrado abandonando
así su paisaje, familia, costumbres y lengua.
La segunda parte de la alocución está compuesta por una contraposición de
imágenes entre ambientes palaciegos, los cuales no deben ser asunto de poesía y el
espacio natural americano. Continúa apoyándose en el mundo clásico (Beatus Ille: Horacio)
para proponer temas a la naciente América: la vuelta a la Naturaleza, alejada de la
corrupción europea, insistiendo en que la independencia de Hispanoamérica es una
oportunidad para la renovación.
La inocente Naturaleza (encarnada en la divinidad de la poesía) se opone a una
Europa invadida por la Filosofía. Emplea los términos “luz” y “miseria”, identificando la luz
como valor del saber que dejó el “Siglo de las Luces” al lado de la “miseria” de un modelo
de pensamiento ajeno al ámbito de lo natural. En definitiva, la idea es que Europa ha sido
invadida por la filosofía utilitaria siendo así amenazada por una degradación de valores.
Más adelante, encontramos un claro elogio a la vida en el campo (es una clara
influencia de Virgilio y Horacio). Después, hay una llamada para elegir el lugar más propicio
para la poesía.
Desde el verso 207 hasta el final, se centra en las guerras, nombrando héroes y
batallas sin abandonar la referencia al mundo clásico. A partir de aquí, los temas centrales
son la exaltación de la libertad frente a la esclavitud, entendida como España, por lo que la
oposición América / Europa se reduce a América / España. Pero por otro lado, recupera el
futuro, pidiendo a los poetas que canten a América y a sus numerosas grandezas. Continúa
con la oposición América / Europa.
Literariamente, el texto sintetiza a la perfección las ideas presentes en el momento y
en el autor. Fue esta la obra germen de lo que posteriormente culminó en poemas como
“Amor América”.
A nivel historiográfico abrió todo un programa necesario de llamada de atención
para crear una literatura que reflejase la realidad americana, aspecto que fue recogido
posteriormente por otros literatos