Del cráneo la malicia,— Y mi águila infeliz, mi águila blanca, Que cada noche en mi alma se renueva, Al alba universal las alas tiende Y camino del sol emprende el vuelo. Y silencioso el bárbaro verdugo De un nuevo golpe el puñal le quiebra El fuerte corazón cada mañana. Y en vez del claro vuelo al sol altivo Por entre pies, ensangrentada, rota, De un grano en busca el águila rastrea.
Oh noche, sol del triste, amable seno
Donde su fuerza el corazón revive, Perdura, apaga el sol, toma la forma De mujer, libre y pura, a que yo pueda Ungir tus pies, y con mis besos locos Ceñir tu frente y calentar tus manos. Líbrame, eterna noche, del verdugo, O dale, a que me dé, con la primera Alba, una limpia y redentora espada. Que con qué la has de hacer? Con luz de estrellas!
MIS VERSOS TAN REVUELTOS… - Versos libres (1882)
Mis versos van revueltos y encendidos
Como mi corazón: bien es que corra Manso el arroyo que en fácil llano Entre céspedes frescos se desliza: ¡Ay! ; pero el agua que del monte viene Arrebatada; que por hondas breñas Baja, que la destrozan; que en sedientos Pedregales tropieza, y entre rudos Troncos salta en quebrados borbotones, ¿Cómo, despedazada, podrá luego Cual lebrel de salón, jugar sumisa En el jardín podado con las flores, O en pecera de oro ondear alegre Para querer de damas olorosas? —
Inundará el palacio perfumado,
Como profanación: se entrará fiera Por los joyantes gabinetes, donde Los bardos, lindos como abates, hilan Tiernas quintillas y rimas dulces Con aguja de plata en blanca seda. Y sobre sus divanes espantadas Las señoras, los pies de media suave Recogerán,— en tanto el agua rota,— Falsa, como todo lo que expira, Besa humilde el chapín abandonado, Y en bruscos saltos destemplada muere!