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La RAP reúne todos los elementos técnicos que pueden contribuir al mantenimiento de una
ventilación y circulación adecuadas, establecimiento y mantenimiento de un acceso
vascular, conocimiento y manejo adecuado de drogas para la RAP, monitoreo cardíaco,
reconocimiento y manejo de arritmias y finalmente estabilización para el manejo post-
reanimación que se realiza en las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos. Debido a la
amplia variedad de edades, cada centro que realice RAP, deberá contar con un amplio
número de elementos con distintos tamaños y características. Así deberán existir para cada
edad: tubos endotraqueales, mascarillas de ventilación, bolsas de reanimación, catéteres,
cánulas, etc.
La hipoxia está presente siempre en el PCR del niño; ésta es la vía final común de una serie
de eventos o enfermedades. Por esta razón, la RAP considera el aporte de oxígeno en la
más alta concentración posible, variando su forma de administración dependiendo de la
condición en que se encuentre el paciente.
Figura 9
3. Bolsas de reanimación: Son las que permiten ventilar al paciente a través de máscara o
tubo endotraqueal. Pueden ser autoinflables (ambú) o del tipo bolsa de anestesia. El
operador debe estar familiarizado con su uso y operación; sin embargo, de manera práctica,
las bolsas autoinflables son las que permiten un manejo más fácil. En el caso de usar bolsa
y mascarilla debe tenerse presente el mantenimiento de la posición de la cabeza para
permitir la vía aérea permeable. Se recomienda comprimir la mascarilla sobre la cara del
niño con los dedos índice y pulgar, mientras se levanta el mentón con los dedos medio,
anular y meñique.
Figura 11
La expansión del volumen sanguíneo es crítico en el paciente durante la RAP, tanto en el
paciente con trauma como en aquél con shock no traumático, tal como lo es en la
deshidratación grave o el shock séptico. La expansión de volumen debe ser realizada con
soluciones cristaloides como solución fisiológica (cloruro de sodio al 0,9 %) y el Ringer-
Lactato, en volumen de 20 ml/kg/dosis, pudiendo usarse inclusive 60 ml/kg de volumen
durante la primera hora. En pacientes con shock hemorrágico, se sugiere reemplazo con
sangre si el paciente permanece en shock luego de infusión de 40 a 60 ml/kg de solución
cristaloide. Se debe claramente señalar que en RAP la solución glucosada deberá ser usada
ante la sospecha o confirmación de hipoglicemia, en dosis de 0,5 a 1 gr/kg de peso.
Bicarbonato: Su uso es controvertido en la RAP. Como los problemas que causan PCR a
través de hipoxia son predominantemente respiratorios, se exige ventilación adecuada para
usarlo, de lo contrario el aporte de bicarbonato determinará un aumento transitorio de la
CO2, empeorando la acidosis respiratoria del paciente. La administración de bicarbonato
puede ser considerada cuando el shock es asociado con acidosis metabólica grave
documentada. Su uso es recomendado en pacientes con hiperkalemia sintomática,
hipermagnesemia, sobredosis de antidepresivos tricíclicos o sobredosis de bloqueadores de
canales de calcio. La dosis es de 1 mEq/kg por vía endovenosa o intraósea.
Defibrilación y cardioversión
CUIDADOS POSTPARO
Existe gran cantidad de literatura dedicada a los cuidados post paro, la Resucitación
Cerebral y los trastornos orgánicos producidos por la reperfusión que ocurre en las etapas
de la recuperación. En la atención prehospitalaria, los cuidados postparo están dirigidos a
preservar la vida del paciente en las mejores condiciones posibles y trasladarlo en forma
óptima, bajo el cuidado de un equipo, que incluirá a médico y enfermera tratantes. El
traslado, finalmente, se deberá coordinar con la Unidad que lo atenderá en su etapa de post
resucitación.
Bibliografía:
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