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Filosofía Aristotélica y Helenística

Ética Aristotélica
Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún fin (telos). El fin de
la actividad de un zapatero es hacer, producir un zapato bien hecho; El fin de la
medicina es procurar o restablecer la salud del enfermo, etc.

Vemos que los fines no son idénticos ya que dependen de la actividad que se lleve


a cabo para obtenerlos. Las actividades tampoco son iguales. Aristóteles distingue
entre la praxis, que es una acción inmanente que lleva en sí misma su propio fin,
y la poiésis, que es la producción de una obra exterior al sujeto (agente) que la
realiza.

Por ejemplo, el fin de la acción de construir una estatua no es la propia producción


de la estatua, sino la estatua misma. Pero ésta, además, tiene un fin para lo cual
la estatua misma es un medio: conmemorar un hecho, venerar a un dios…

Características del pensamiento aristotélico:

1. Silogismos

Se considera a Aristóteles el padre de la lógica, ya que fue uno de los primeros


en estudiarla y enunciar sus principios. La base de la lógica es el silogismo: es una
deducción lógica y necesaria realizada a través del discurso. A partir de
determinadas premisas se llega a una conclusión necesaria. Por ejemplo:

“Todos los hombres son mortales. Todos los griegos son hombres. En
consecuencias todos los griegos son mortales.”

2. Principio de no contradicción

Este principio sostiene que una proposición y su negación no pueden ser


verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. Es una de las leyes básicas de
la lógica y es lo que permite realizar argumentos más complejos como la
reducción al absurdo.

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3. Las falacias

Aristóteles descubrió que existen argumentos que en apariencia son válidos, pero


no lo son en realidad, y los denominó falacias. Es decir que las falacias tienen la
forma de un silogismo, pero contienen un error lógico que impiden que la
conclusión se derive necesariamente de la proposición.

Un ejemplo de las falacias que estudió Aristóteles es la afirmación del


consecuente. Por ejemplo: “Siempre que llueve, el suelo del patio está mojado. El
suelo del patio está mojado, es decir que llueve.” Como se ve, este razonamiento
puede parecer correcto y sin embargo no lo es, ya que existen muchas otras
posibles causas para que el suelo esté mojado.

4. Esencia permanente y apariencia cambiante

La esencia se identifica con la sustancia de las cosas y permanece invariable. Sin


embargo, la apariencia sí es variable. Esta división entre lo esencial y lo aparente
puede aplicarse tanto a los objetos como a los animales o las personas.

5. Oposición al pensamiento platónico

El pensamiento platónico sostenía que lo que se podía conocer a través de los


sentidos era falso y sólo se podía llegar a la verdad a través de las ideas. El
pensamiento aristotélico, por el contrario, es empírico, es decir que se basa en la
observación de fenómenos.

Ética de las virtudes

La ética de virtud es una teoría que se remonta a Platón y, de modo más


articulado, a Aristóteles, según la cual una acción es éticamente correcta si
hacerla fuera propio de una persona virtuosa. Por ejemplo, si para el utilitarismo
hay que ayudar a los necesitados porque eso aumenta el bienestar general, y para
la deontología hay que hacerlo porque es nuestro deber, para la ética de virtudes,
hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente.
La ética de las virtudes busca explicar la naturaleza de un agente moral como
fuerza motriz para el comportamiento ético, en lugar de reglas (deontología) o

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consecuencialismo, que se deriva como correcto o incorrecto del resultado del
acto en sí mismo.
Por ejemplo, un consecuencialista argumentaría que mentir es malo debido a las
consecuencias negativas producidas por mentir, aunque un consecuencialista
permitiría que determinadas consecuencias previsibles hicieran aceptable mentir
en algunos casos. Un deontólogo argumentaría que la mentira siempre es mala,
independientemente de cualquier "bien" potencial que pudiera venir de una
mentira. Un partidario de la ética de la virtud, sin embargo, se centraría menos en
mentir en una ocasión particular, y en lugar de eso consideraría lo que la decisión
de contar o no una mentira nos dice del carácter y la conducta moral de uno.

Filosofía Helenística
La filosofía helenística es el período de la filosofía griega que va desde la muerte
de Alejandro Magno (323 a. C.) hasta la invasión de Macedonia por
los romanos (148 a. C.). Las ciudades griegas pierden su independencia
y Atenas su hegemonía comercial, política y en menor medida la cultural. A las
ciudades-Estado suceden las monarquías helenísticas. Hay una situación continua
de inestabilidad política. Se acentúan las diferencias entre clases sociales.
En la transición del siglo IV al III a. C., tras la muerte de Aristóteles y la decadencia
de las ciudades estado griegas, las guerras entre los reyes helénicos por suceder
a Alejandro Magno volvieron la vida problemática e insegura. Surgieron entonces
en Atenas dos escuelas filosóficas que, en una clara oposición a la Academia
platónica y al Liceo aristotélico, pusieron la salvación individual en el centro de sus
preocupaciones: para Epicuro y sus seguidores, por un lado, así como para los
estoicos alrededor de Zenón de Citio, por otro lado, la filosofía servía
principalmente para alcanzar con medios éticos el bienestar psicológico o la paz.
Mientras que los seguidores del escepticismo pirrónico, en principio, negaron la
posibilidad de juicios seguros y de conocimientos indudables, Plotino, en el siglo
III d. C., transformó la teoría de las Ideas de Platón para dar lugar a
un neoplatonismo. Su concepción de la gradación del Ser (del “Uno” a la materia)
ofreció al cristianismo una variedad de enlaces y fue la filosofía dominante de
finales de la Antigüedad.
Se suele incluir en este período a las diferentes escuelas posteriores, como
los peripatéticos, los escépticos, los cínicos, los epicúreos y los estoicos, todos
ellos preocupados principalmente por cuestiones éticas, pero por ello mismo
también, necesariamente, por los problemas del conocimiento.

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Alejandro Magno

Alejandro Magno fue uno de los líderes mundiales más reconocidos de la historia.


Fue Rey de Macedonia desde el 336 a.C., aunque fueron sus conquistas militares las
que le han otorgado un hueco en la historia. Fue el hijo y sucesor de Olimpia de
Epiro y Filipo II de Macedonia, quien lo preparó para reinar. Alejandro estudió
desde joven las lecciones militares, pero también cultivó otros campos de la mano
de Aristóteles.
Tras el ascenso al trono, Alejandro quiso continuar con el legado de su padre,
aprobado por todas las polis griegas. La conquista del Imperio Persa fue su objetivo
desde el principio, iniciando la conquista en el año 334 a.C. Ese año lideró un
ejército de 40.000 hombres contra las personas, buscando la venganza de Grecia
bajo el estandarte de Macedonia.
Durante su reinado de tres años cambió por completo la estructura política y cultural
de la zona al conquistar el Imperio aqueménida. Inició así un proceso de intercambio
cultural entre los griegos y los pueblos a los que conquistaba, conociéndose como el
Período helenístico.
Tras reunir a todo Grecia bajo el estandarte de Macedonia, Alejandro
marchó contra Persia, regida por Dario III. Los primeros años logró
importantes victorias que sumaron Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia
Central a su imperio. Llegó hasta la India, donde se enfrentó al rey Poro en
la batalla de Hidaspes, a quien venció.
Aunque su conquista parecía imparable, sus tropas se negaron a avanzar
más, teniendo que volver a Babilonia. Allí murió con 32 años de vida sin
haber llegado a completar su sueño.
A pesar de ello, Alejandro Magno es considerado como uno de los grandes
conquistadores del mundo antiguo. Las razones de su muerte son
desconocidas, pero algunos documentos hablan de una muerte lenta, lo que
podría ser un envenenamiento. Como no nombró ningún sucesor, su puesto lo
ocupó su hermano, Filipo III Arrideo. Aunque su hijo póstumo, Alejandro IV,
también asumió el poder.

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La filosofía

Los filósofos helenísticos dedicaron especial atención a la consecución de una


vida más plena y más entroncada en la verdadera naturaleza del ser humano que
los sistemas filosóficos anteriores. La crisis del mundo griego y la desmembración
del Imperio de Alejandro pusieron fin a un tiempo de esplendor donde la Polis era
el centro de la vida. Así, los siglos comprendidos entre el IV ac. y el III dc. vieron
como la filosofía comienza a centrarse en un ser humano más alejado de la Polis y
del modelo de sociedad griega. Encontramos en ello una crítica a las
concepciones antropológicas y sociales platónico - aristotélicas expresadas de
múltiples formas.

sistemas filosóficos helenísticas

El Epicureísmo
El Epicureísmo es una doctrina filosófica cuyo fundamento principal es el
pensamiento del filósofo griego Epicuro. La afirmación más relevante de esta
doctrina y también la más polémica es que el mayor bien y el propósito de la vida
es el placer. En realidad, se refiere más a los placeres del intelecto ya que
considera que los placeres sensuales trastornan el espíritu.

Para Epicuro, una persona es feliz cuando puede controlar sus miedos, el miedo al
futuro, al fin de la vida y a Dios. De modo que eliminar todos los miedos es el
objetivo primordial de esta filosofía. Epicuro pensaba que el universo era eterno y
sin límites, constituido por cuerpos compuestos por átomos indivisibles y por
espacio; y que el hombre puede percibir las formas y sus cualidades en función a
la disposición que tienen estos átomos. Para Epicuro las sensaciones no engañan,
es sólo la interpretación que hace el sujeto la que puede estar equivocada. Con
respecto al alma, ésta se encuentra en cada parte del cuerpo en forma de
partículas de modo que cuando sobreviene la muerte tanto el cuerpo como el alma
desaparecen por igual.

La ética de Epicuro prioriza la justicia, el equilibrio entre placer y sufrimiento y la


honestidad; y la amistad para él es mejor que el amor, porque éste produce
intranquilidad y desequilibrio. La felicidad es lograr la tranquilidad mediante el
control de si mismo, el desapego y la moderación. Aunque Epicuro era materialista
creía en que la voluntad era libre y que incluso hasta los mismos átomos eran
libres y que podían actuar con absoluta espontaneidad.
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Estoicismo

Como estoicismo se denomina la doctrina filosófica que practicaba el dominio de


las pasiones que perturban la vida valiéndose de la virtud y la razón. Como tal, su
objeto era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades,
los bienes materiales y la fortuna. De allí que también designe cierta actitud
moral, relacionada con la fortaleza y la ecuanimidad en el carácter.
El ideal de los estoicos era lograr la imperturbabilidad y cierto grado de
independencia ante el mundo externo. Aunque era una doctrina fundamentalmente
ética, también tenía sus propias concepciones lógicas y físicas. Fue influida por los
cínicos y por Heráclito.
La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio hacia el año 301 a. de C. en
Atenas. Acostumbraban a reunirse en un pórtico de la ciudad, de lo cual derivó su
nombre, que proviene del griego Στωϊκός (Stoikós), derivado de στοά (stoá), que
significa ‘pórtico’.
Fue una de las escuelas filosóficas helénicas de mayor influencia. Su periodo de
auge se registra entre el siglo III a. de C. y el II d. de C. Su debilitamiento coincidió
con el auge del cristianismo.

Escepticismo

El escepticismo filosófico es una corriente de la filosofía clásica, la cual se apoya


en la duda. En otras palabras, puede ser descrita además como una actitud crítica
que objeta sistemáticamente el ideal de que el conocimiento y la certeza absoluta
son posibles, propuesto en campos generales o particulares. Escepticismo
filosófico es representado en la escuela de «Skeptikoi», de aquellos que
manifestaban que no se «no afirmaban nada, sólo opinaban»; esta corriente se
opone al dogmatismo filosófico la cual mantiene que un grupo de enunciados son
absolutamente inequívocos, autoritativos y verdaderos.

El escepticismo filosófico, además, se diferencia del Escepticismo Ordinario, cuyas


dudas se erigen en contra de determinadas creencias o tipos de creencias ya que
certeza que la sostiene es débil o pobre. Aquellos escépticos ordinarios no son
crédulos o inocentes, no reciben las cosas verdaderas a la ligera y sin antes
evidenciar las cosas para creer. Ellos dudan de los milagros religiosos por
completo, el psicoanálisis, los secuestros por extraterrestres, etc. pero claro está
que no manifiestan duda alguna de que el conocimiento y la certidumbre son
posibles; gracias a los argumentos sistemáticos que menoscaben toda afirmación
de conocimiento.

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El Escepticismo Filosófico es de gran antigüedad. Gran parte de los que se sabe
de esta corriente filosófica proviene del médico y filósofo griego Sexto Empírico,
personaje importante de la representación del escepticismo pirroniano y quien
además vivió para alrededor del año 200 y que pensaba que los animales
derivaban del fango, fuego, burros, frutas vinos fermentados, limo y animales
putrefactos.

Escuela Cínica

fundada en la Antigua Grecia durante la segunda mitad del siglo IV a. C. El


griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más
reconocidos y representativos de su época. Reinterpretaron la
doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida era un mal y
que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza.
El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su
autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a
cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era
el más libre y el más feliz. Figuran en esta escuela, además de los ya
citados, Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, Hiparquía, una de las primeras
filósofas, y Menipo de Gadara.
Los cínicos fueron famosos por sus excentricidades, de las cuales cuenta
muchas Diógenes Laercio, y por la composición de
numerosas sátiras o diatribas contra la corrupción de las costumbres y los vicios
de la sociedad griega de su tiempo, practicando una actitud muchas veces
irreverente, la llamada anaideia. Ciertos aspectos de la moral cínica influyeron en
el estoicismo, pero, si bien la actitud de los cínicos es crítica respecto a los males
de la sociedad, la de los estoicos es de acción mediante la virtud.

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