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) La tesis es: no se accederá a lo que Lacan plantea mediante objeto a y su concepción del fin del análisis
hasta que se haya reemplazado nuestra ontología individualista –cada uno de nosotros es un ser o, para
decirlo en forma más coloquial, cada uno es lo que es– por su antifilosofía, que implica fundarse en: désêtre,
parlêtre y manque à être. Las fuentes consultadas para la confección de la lista de los neologismos fueron:
Pas-tout-Lacan en www.ecole-lacanienne.net; los seminarios de Lacan, tal como figuran en staferla.free.fr,
789 Néologismes de Jacques Lacan y, para considerar la cuestión de las traducciones: Comentarios a
neologismos de Jacques Lacan de M. Pasternac. (p. 194-195)
Parlêtre
Parlêtre (...) es una nueva designación para el inconsciente de Freud 1 creada por Lacan en función de la
especificidad conceptual de su propia enseñanza. Es un término por él introducido en 1974 2 que utiliza con
insistencia desde su creación y hasta poco antes de fallecer. Parlêtre, como sustituto del inconsciente,3 se
hace necesario a partir de concebir al inconsciente como “discurso del Otro” y de este modo, para
criticar la locura que sostiene que hay ser4 y que es uno y uno mismo. Parlêtre fue creado para
sostener que el término “ser” posee un valor paradojal 5 ya que: hay ser, pero no es idéntico a sí mismo, ni
uno, ni sustancial, material o tridimensional, sino sólo como creación del lenguaje. Los parlêtres no poseen
ser, son parlêtres6. Lacan postula que mediante parlêtre la idea de “ser” debe quedar confundida 7. (...) queda
definitivamente perdida si se traduce y se plantea “parlêtre “ como “ser hablante” o “ser que habla”, en
especial “viviente que habla”; ya que estas traducciones sostienen que primero hay ser y que este ser que hay,
además o posteriormente habla; todo esto para Lacan es engaño y locura. (p. 195-196)
Quizá sea pertinente considerar aquí la otra designación creada por Lacan: l’unbévue, como
nueva concepción del inconsciente de Freud, en este caso para aplicar a lo que se conoce, sólo
gracias a Lacan, como formaciones del inconsciente. Lacan propone que el Unbewusst de Freud
contiene “una equivocación grosera” –la traducción de une bévue– ya que no deja de dar a entender la
oposición a lo consciente. Un aspecto fundamental a considerar es que esta designación de Lacan implica
siempre al menos dos elementos, la de Freud no lo indica como necesario. Para Lacan el inconsciente nunca
tiene que ver con el “1” ni, especialmente, como lo que, lamentablemente, no deja de indicar el término
“inconsciente”, que no es consciente. Lacan sustituye al inconsciente, que remite a la conciencia, por “saber
no sabido”, que no implica al individuo, ya que admite un saber impersonal. (196-197)
Désêtre
En la práctica analítica, désêtre indica, en especial, la posición del analista. Lacan –el único autor
que plantea el désêtre del analista–, antes de crear désêtre ya había propuesto que el analista debía pagar con
su yo, su persona y sus pensamientos, para cumplir con su función 14. (...) El psicoanalista se ofrece –a
diferencia del psicólogo–, no como medidor experimentado de la realidad, sino como mero soporte
transitorio del désêtre, en la medida en que sólo lee la letra del inconsciente sin aplicar lo que él –su yo– sabe
o piensa; es quien debe sostener: Eso habla y piensa. (...) Para que haya psicoanalista, este debe dirigir el
análisis hacia el désêtre del sujeto supuesto saber.15 En Radiofonía, Lacan plantea que el désêtre como hecho
implica para la filosofía una “exclusión metafísica”, entendida aquí en su vertiente ontológica. Sobre este
concepto sólo citaré lo siguiente: “Nosotros somos hermanos de nuestro paciente en tanto que, como él, nosotros
somos hijos del discurso y que para representar ese efecto que yo designo como el objeto a, para hacernos hacer del
désêtre, el soporte, el desecho, la abyección a la cual se puede anudar lo que va, gracias a nosotros
[psicoanalistas], a nacer de decirlo16” El objeto a es la realización del désêtre que ataca, que tacha al
sujeto supuesto saber; el psicoanalista se caracteriza por una relación al saber que Lacan designó,
nesciencia del analista17. (197-198-199)
Manque à être
El manque à être de Lacan, que en pocas oportunidades figura como manque-à-être, aparece traducido al
español de las siguientes formas: falta de ser, falta en ser, falta-en-ser, falla en ser, falla-en-ser, carencia en ser o
inclusive como carencia-en-ser (...) es en relación a ella que Lacan plantea sus concepciones de deseo, sujeto,
objeto, falo, angustia, alienación, analista, gozo, etc. (...) no coincide con las concepciones de Jean Paul
Lacan se distingue plenamente de estas concepciones: el deseo no es deseo de ser sino que en la lógica del
fantasma ($◊a), se desea el objeto particular según la interpretación del deseo inscripto en el campo del Otro,
A(/), no el ser. Tal objeto particular en la enseñanza de Lacan sólo consiste en la interpretación del agujero
de la cadena significante. Por ejemplo, en el seminario 17, Lacan se distingue de Sartre, cuando afirma: “(...)
No sabemos nada de dicho objeto, sólo que es causa del deseo, es decir, que hablando con propiedad se
manifiesta como falta en ser. No es pues ningún ente que así se determina. (...) si partimos efectivamente de lo
que se revela de entrada, y como un hecho primero, por estar estructurado como un lenguaje, no estamos en eso.
(...) es preciso que mantengamos a salvo del espejismo consistente en creer que el ser se plantea así, como también
del error, que nos acecha, de asimilar esto a todo lo que se ordena como dialéctica de una primera oposición del
ser y de la nada ” Para Lacan: 1) con “falta en ser” no se hace referencia a la nada (néant), sino al modo
correcto de plantear la cuestión del ser a partir del discurso psicoanalítico y así concebir lo que el
psicoanálisis puede proponer a la filosofía, esto es, la antifilosofía; 2) aún menos la “falta en ser” remitirá a la
libertad de la consciencia y la posibilidad de cierto saber absoluto postulados por Sartre y 3) la falta en ser no
connota al deseo como la búsqueda del ser. No es ser lo que hace falta, tal como afirma el Discurso Amo,
sino un objeto insustancial, un agujero, en torno al cual dar la vuelta en el campo del Otro, para sostener el
deseo vivo. (p.201-202)
(...) Inclusive se puede plantear un profundo disenso entre Lacan y Sartre ya a partir del “ser-en-
sí”. El “En-sí” para Sartre es “sin relación”, mientras que para Lacan el sujeto y el objeto
advienen por el lenguaje sólo y a partir de la relación al Otro y al A(/) en lazo social , esto es, el
discurso, imposibilitando todo en-sí. (...) lo que Lacan en especial critica a Sartre, quien rechaza la tradición
racionalista, es que considera que todo acto psíquico es necesariamente consciente 19, consecuentemente, su
psicoanálisis existencial propone autoconocimiento (la autoobservación) y libertad y si fin es la captación del
ser, como ser libre. Para Lacan el autoconocimiento es imposible y la libertad un engaño. Además, y en el
mismo sentido, Lacan le critica la teoría de la mirada, ya que Sartre desconoce que toda mirada se inscribe en
el campo del Otro20.
La posición de Lacan respecto de la falta en ser, manque à être se caracteriza por proponernos (...): A. La
falta en ser está constituida por la ley simbólica 21. B. El significante de la falta en ser es el falo 22 (...). C. La
experiencia del deseo coincide con la experiencia de la falta en ser por la cual todo ente podría no ser o ser
otro, ya que es creado como existente23. Lo creado es y no es, así como puede ser otra cosa (...). D. La falta en
Kern unseres wesen es una expresión que Freud 26 utiliza en dos oportunidades: en La interpretación de los
sueños (1900) y en Esquema del psicoanálisis (1938). La expresión suele ser traducida como “el núcleo de
nuestro ser”27. En la enseñanza de Lacan también aparece como “el núcleo de nuestro ser”: le noyau de notre
être, y como “le coeur de l’être”, el corazón del ser. Lacan asume posición al respecto en escritos y seminarios
entre 1954 y 1964. En la obra de Freud Kern unseres wesen tiene dos tratamientos bien distintos en función
de ser planteado en relación a la 1ª y a la 2ª tópica. (p. 205)
En La interpretación de los sueños plantea que: “[...] el núcleo de nuestro ser, que consiste en mociones de
deseos inconscientes, [...] Estos deseos inconscientes constituyen para todos los afanes posteriores del alma una
compulsión28 [...]” Al final de su vida, en 1938, cuando vuelve a plantear Kern unseres wesen, lo hará de una
Vamos a considerar en orden cronológico las seis ocasiones en las cuales Lacan cita de la obra de
Freud esa expresión y la articula a su enseñanza. La primera aparece en el Seminario 2, donde postula
que: “[...] el inconsciente es ese sujeto ignorado por el yo, desconocido por el yo, der Kern unseres Wesen, [...]” Y
eso es para él, el núcleo de nuestro ser: el inconsciente concebido como el sujeto al que el yo desconoce e
ignora. La segunda oportunidad figura en el escrito La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
Freud; allí también, refiriéndose a los contenidos del inconsciente; afirma que: “ [...] es la verdad de la que
toman su virtud [los contenidos del inconsciente], y en la dimensión del ser: Kern unseres Wesen, [...]”. En eso
radica el núcleo de nuestro ser para Lacan: en el problema de la verdad de los contenidos del inconsciente.
La tercera aparecerá en La dirección de la cura y los principios de su poder. Allí afirma que el analista, en la
práctica clínica, debe pagar: con sus palabras, con su persona y con el núcleo de su ser, o sea, con sus juicios
más íntimos. “[...] ¿olvidaremos que tiene que pagar con lo que hay de esencial en su juicio más íntimo, para
mezclarse en una acción que va al corazón del ser (Kern unseres Wesen, escribe Freud)? [...]” La cuarta
aparición se da en el Seminario 8, allí Lacan sostiene que es el ex-nihilo, todo lo contrario de lo biológico, lo
que subsiste en el núcleo de nuestro ser: “[...] el ex-nihilo que subsiste en su corazón [del ethos humano] [...]
[es], el núcleo de nuestro ser, Kern unseres wesen” En la misma línea, en el Seminario 11, Lacan afirma,
contrariando a todo el movimiento lacaniano: “Que el efecto de la interpretación, como he dicho, sea aislar en
el sujeto un hueso, un Kern, para decirlo como Freud, de non-sense, [...]” No se trata de un hueso de lo real o de
goce, como se dice en los círculos lacanianos, sino de non-sense. Recordemos que el non-sense o nonsense,
sinsentido en español, puede ser descrito como una figura literaria hablada o escrita generada por juegos de
palabras que transgreden las formas comunes de la ortografía, la gramática, la sintaxis y la semántica y que
resultan poéticos, extraños, humorísticos o absurdos. En la última oportunidad, en 1966, Lacan articula al
núcleo de nuestro ser con los límites de la exploración del inconsciente. (p. 207-208-209)
Tengamos muy presente, además, que respecto del “núcleo” las posiciones de Freud y de Lacan se oponen
tanto como lo indican las siguientes dos superficies:
29Freud, S. El aparato psíquico y el mundo exterior. En: Obras completas. T. XXII. p. 199.
30Freud, S. Acerca del cumplimiento del deseo. En: Obras completas, T. V. Op. cit. pp. 556-557.
31Idem. p. 558.
En la de Lacan, el núcleo es el agujero, mientras que en la de Freud ocupa ese lugar el Yo. Esta profunda
distinción que Lacan hace de su posición respecto de la de Freud, se articula muy bien, como ya dijimos, a
estas afirmaciones respecto a que su “retorno a Freud” está orientado a mostrar: cuán cojo es 32; que es
retorcido33; que lo sostiene para invertir la orientación del psicoanálisis 34 y finalmente, que no sostiene el
ideal del retorno a las fuentes sino que pretende repensar a Freud 35 haciendo recorrer el camino de la teoría y
la práctica psicoanalíticas en sentido contrario36. (p. 210)
Dasein
Dasein es un término alemán que puede traducirse como: I. (verbo) existir, estar presente, asistir, haber
venido, y II. (sustantivo) existencia, vida, ser. Como término filosófico heideggeriano suele traducirse
como “ser ahí”, “ser-ahí”, o “ser en el mundo”, inclusive, como sostiene Lacan, “presencia” (...)
suele aceptarse que, muy sucintamente, con Dasein se indica el modo de existencia propio del
hombre, se trata de Dasein humano. No es la existencia en general, sino aquella para la cual su ser (lo que
es) se le juega en relación al ser. Así, se restringe al ser humano que puede afirmar “Soy yo mismo” o “Mi
ser”. (...) Este ser debe captarse en o con su sentido original o primario y no es posible trascenderlo. Es
contingente y esta contingencia lo establece como “ser para la muerte” o “ser-para-la-muerte” (...) así
introduce, a mi entender, de una forma indirecta, el cuerpo biológico. (p. 210-211)
Según F. Balmés Dasein es la denominación ontológica del ser humano, el ahí del ser; entonces: es el
nombre ontológico del hombre en la medida en que es este ente y el lugar de la desocultación del ser ,
siendo el ahí del ser es también el extravío (la errancia) su rasgo central . Este autor propone en el
mismo texto, con mucha razón, que Lacan antes de 1962 fue fuertemente heideggeriano pero con
significativas diferencias; luego de ese año Lacan fue decididamente anti heideggeriano aún utilizando varios
de sus términos y ciertas argumentaciones.
Lacan realiza, además, una crítica expresa muy contundente al “ahí” del “ser ahí” del Dasein. En el
transcurso del planteo de su análisis de Las meninas de Velázquez propone: “Tu no me ves desde donde yo te
miro”, aclarando que su fórmula no es: “Tu no me ves ahí desde donde yo te miro”. Del ahí (là) dice que es
donde el pensamiento moderno pone el acento pero que es justo donde debe colocarse el lugar de la
oquedad, del intervalo significante; donde se produce la caída del objeto a 43. Tomemos una cita de
Lacan muy explícita: “El significante [...] no es solamente lo que soporta lo que no está ahí. (...) Lo que no está
ahí, el significante no lo designa, él lo engendra. Lo que no está ahí, en el origen, es el sujeto mismo. Dicho de
otra manera, en el origen no hay Dasein sino en el objeto a, es decir bajo la forma alienada, que es lo que hay
que marcar, justo hasta su término, toda enunciación concerniente al Dasein. Es necesario recordar aquí mis
fórmulas que no hay sujeto más que por un significante y para otro.44” (...) la posición de Lacan respecto del
Dasein de Heidegger se desarrolla mediante la creación de otro neologismo: achose, traducido como:
a-cosa o acosa y que Lacan, en ciertas oportunidades escribe l’hachose; la “h”, según el propio Lacan,
reafirma su posición de oponer el objeto a al desarrollo en la filosofía moderna del Dasein heideggeriano.
Creado en 1971 la acosa, también hacosa, designa el espacio donde se despliegan las creaciones de la ciencia
(...) las que obligan a cambiar nuestra concepción de sustancia y materialismo, que Lacan convierte en
insustancia y motérialisme (...) se parte siempre del dicho, lo que hace que el objeto, para el parletre, sólo sea
objeto a, l’hachose.45 (...) el verdadero lugar del “ser” es el lugar del Otro46. (p. 212-213-214)
37Lacan, J. El seminario sobre. “La carta robada”. En: Escritos 1. Op. cit. p. 50 y El Seminario II. Op. cit. p. 307.
38Lacan, J. Seminario I, Clase del 19 de mayo de 1954.
39Lacan, J. Seminario XVIII. p. 71
40Lacan, J. Radiofonía. p. 71
41Lacan, J. La lógica del fantasma. En: Reseñas de enseñanza. p. 41.
42Lacan, J. La tercera. p. 96
43Lacan, J. Seminario XIII. Clase del 25 de mayo de 1966.
44Lacan, J. Seminario XIV. Clase del 16 de noviembre de 1966.
45Lacan, J. Le savoir du psychanaliste. En: Seminario XIX. Clase del 2 de diciembre de 1971. p. 45
46
Lacan, J. Seminario XX. Clase del 20 de febrero de 1973. V.C. de R.P. p. 24.