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PSICOANÁLISIS LACANIANO.

CÁTEDRA: PSICOLOGÍA CLÍNICA.

COMISIÓN: CARLOS HABIF

AÑO: 2021.
Contexto de surgimiento de la teoría: autores referentes; si la teoría surge como
reacción frente a qué otra propuesta teórica, etc.

Lacan publica su tesis en 1932 y a lo largo de su obra se sirve de numerosos autores y


corrientes teóricas, siendo su principal referente en que se apoya y reformula, Freud. Se
diferencia de éste principalmente en su concepción de inconsciente, la cual para Lacan se
apoya en el lenguaje. Este lo preexiste como condición y no al revés, como sostenía
Laplanche. Se estructura como tal y se organiza en tres registros que, Lacan introduce en una
conferencia en 1953, los cuales jamás dejó de utilizar, ya que atraviesan toda su enseñanza:
real, imaginario y simbólico. Los registros son categorías conceptuales que tienen un valor
instrumental, en la medida que Lacan los utiliza para leer a Freud; los utiliza también como
un recurso teórico y práctico, ya que le sirven para teorizar su enseñanza y orientar la
experiencia analítica, esto es, la dirección de la cura. Los toma de la cultura e interviene sobre
ellos produciendo una articulación original; Lacan propone los registros de manera articulada,
es decir, se encuentran entrelazados, y propone el recurso topológico de nudo borromeo,
constituido por tres cuerdas enlazadas (en donde si se separa una se liberan las otras dos).

Lo imaginario es el registro de las imágenes, de la representación, de la impostura, del


engaño, la ilusión, la seducción, las relaciones especulares subjetivas y de las proyecciones
imaginarias a los semejantes. Es el registro de la agresividad y la prestancia, es el mundo de
la fantasía, los sueños, entre otros fenómenos, como la resistencia y el discurso del yo. Lacan
sitúa aquí el Estadio del Espejo, donde el yo se conformará en base a una identificación con
la imágen de un semejante(el yo es otro).

Por otro lado, lo simbólico, alude a la función del lenguaje, especialmente a la del
significante; el lenguaje tiene un carácter universal, es una estructura que precede al ser
humano y lo subvierte, como así también determina las formas de los lazos sociales. Para
Lacan las formaciones del inconsciente son hechos de lenguaje, o sea que se resuelven por
medio de lo simbólico, el inconsciente se estructura como un lenguaje. Lo reprimido para
Lacan, se presenta como un discurso articulado, ya formulado en un leguaje; esto implica
que, los fenómenos que se producen en el análisis, son de ese orden reprimido.

Por último, el registro de lo real tiene diversas definiciones que propuso Lacan a lo
largo de su enseñanza, en la conferencia “La tercera”, Lacan reseña cinco definiciones: la
primera, lo real es lo que vuelve siempre al mismo lugar (poniendo énfasis en las nociones de
fijación y repetición); la segunda, lo real es lo imposible (como una modalidad lógica); la
tercera, lo real no es el mundo (si el mundo se caracteriza por lo imaginario, lo real no es el
mundo); la cuarta, lo real no es universal (significa que no hay todos los elementos, sino más
bien un conjunto que determinar en cada caso); y la quinta, lo real en tanto se pone en cruz
para impedir que las cosas anden (aquí Lacan pone el énfasis en el síntoma, el sentido del
síntoma es lo real).

Además, se sirve de la concepción estructuralista de la lingüística de Saussure


reformulando la relación signo-símbolo, enfatizando una primacía de éste como significante
sobre el significado que se lee en cada frase a posteriori, marcando un punto de capitón en la
cadena que se detiene de su constante deslizamiento produciendo sentido.

También introduce la noción de Otro como tesoro de los significantes, como un lugar
donde se encuentra el saber, y de metáfora paterna en su función simbolizante, tomando
como referente a Levi-Strauss en su obra Estructuras elementales del parentesco (1949),
separándose así de la concepción biologicista y unívoca de Freud sobre el Edipo y su función
socializadora. Además, elabora los cuatro discursos posibles (discurso del amo, discurso del
histérico, discurso del universitario y discurso del psicoanalista).

En cuanto a la concepción del yo, Lacan diferencia el yo moi (imaginario) el yo Je,


simbólico. La constitución del yo moi tiene su origen en el estadío del espejo, el cual elabora
sirviéndose del concepto de imago y de la etología, como operación de pasaje del
autoerotismo al narcisismo primario que Freud deja inconcluso en “introducción del
narcisismo” (1914).

El sujeto en el psicoanálisis lacaniano


En “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” (1953), Lacan
comienza su tesis del inconsciente como un lenguaje, exponiendo que es el lenguaje lo que
preexiste al individuo, funda las estructuras elementales de la cultura, y también tiene estatuto
científico, cuyo algoritmo toma de Saussure (S/s- Significante sobre significado). Desde aquí
parte Lacan para enunciar que en realidad no hay ninguna significación que se sostenga, si no
es a partir de otra significación, y que es en la cadena de significantes donde el sentido
insiste, pero ninguno de los elementos de la cadena que consisten en la significación y el
significante en sí no puede operar, sino estando presente en el sujeto (Lacan, 1953).
En este sentido, Lacan (1967) define al sujeto en sentido estricto como efecto del
significante (pp. 103). Así se esclarece que esta noción en psicoanálisis nada tiene que ver
con una idea humanista, es decir, el sujeto no es nadie, sino que es anterior a cualquier
existencia viviente. Tal es la importancia de este concepto que el autor enfatiza que el fin de
su enseñanza sería hacer psicoanalistas a la altura de esta función que se llama sujeto (pp. 61)
Posteriormente, Lacan contrapone al sujeto del psicoanálisis con el sujeto cartesiano.
Toma la frase “pienso luego existo” (cogito ergo sum) y la pone en duda, transformándola en
“pienso donde no soy, luego soy donde no pienso”, haciendo referencia al sujeto del
inconsciente. Es decir, un sujeto es lo que un significante hace para otro significante, siendo
justamente la conexión entre significantes lo que permite una supresión que genera la falta en
ser, que es lo que genera el deseo y aclara que se debe admitir la existencia de sujetos en
razón de la presencia de la intersubjetividad. Es por esto que es necesario el lenguaje, la
palabra como fundadora del sujeto (Lacan. 1956).
A su vez, para llegar a la concepción de sujeto definida por Lacan, también resulta
indispensable rescatar lo dicho por él en “el estadio del espejo como formador de la función
del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica” (1949), menciona al
estadio del espejo como una identificación. Se produce en el sujeto una transformación ya
que asume su imagen. Explica que el hecho de que el niño asuma su imagen especular con
júbilo, es una demostración de que el yo (je) se desempeña de forma primordial, antes de
objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro.
Concepción de salud-padecimiento psíquico.
Según Alan Miller (1997), Lacan acentúa la responsabilidad como un concepto
esencial en la distribución de la salud mental. La noción crucial para esta idea es la decisión
sobre la responsabilidad del individuo. La mejor definición, entonces, para un sujeto con
buena salud mental es que, puede hacerse responsable de sus actos (citado en Instituto del
Campo Freudiano Pharmakon, 1997, p. 92).
Siguiendo con lo expuesto por este autor, podemos decir que para el individuo, el
mundo está tomado por lo social, hay que decir que el lenguaje perturba fundamentalmente la
adecuación de la Inmwelt y el Unmwelt, es decir que la enfermedad mental está en nosotros
desde un principio. Lo que implica padecimiento es la existencia de pensamientos que
provienen de la incidencia del lenguaje y perturban la mente y el cuerpo. De esta manera,
Lacan (1957) señala en torno al padecimiento psíquico, que es inherente a nuestra naturaleza
humana, y que el síntoma es lo analizable, es decir, que engloba tanto al síntoma mórbido
como al sueño o cualquier cosa que pueda ser puesta bajo análisis.
Objetivos del abordaje terapéutico
En relación a los objetivos del abordaje terapéutico, el psicoanálisis lacaniano hace
hincapié en la orientación por lo real en la dirección de la cura, es decir, en la manera en que
cada sujeto pudo tramitar su encuentro con el lenguaje, el cuerpo y lo real. Esto se deriva de
la última enseñanza de Lacan, donde según Mariani (2011), se debe prestar atención a la
respuesta singular de cada sujeto ante su encuentro con lo real. Es por ello, que buscamos la
causa del malestar para establecer una dirección de la cura, operando en lo real para atrapar
algo del goce del sujeto.
Siguiendo a Mariani (2011), se puede argumentar que lo esencial desde esta teoría, es
poder operar sobre el síntoma mediante la palabra, ya sea por la interpretación del analista
como desde la palabra del analizante. Así, desde el psicoanálisis lacaniano, se verá el caso
por caso tomando al sujeto desde la división de su ser y su demanda, a diferencia del discurso
científico en general, que como menciona Cárdenas (2004), busca una cura en general.
Lacan concibe la forma de abordaje del análisis desde una dimensión ética, que no
tiene que ver con la moral el bien/el mal, sino más bien con dos aspectos de la práctica del
psicoanálisis: la demanda del enfermo y el goce del cuerpo, y es a lo que él sugería que como
analistas se le debe prestar atención a la hora de abordar un analizante. Lo que Lacan llama
goce tiene que ver con la experiencia en el cuerpo de tensión, gasto, forzamiento; es decir
comienza a haber goce cuando hay dolor, y es a través de esta dimensión del dolor en la que
aparece una experiencia en el organismo que de otro modo no se manifestaría. Por otro lado,
la demanda, muchas veces implica una demanda de saber, y no tiene una correlación
biunívoca con el deseo, es decir, la demanda que el enfermo trae puede parecer inocente pero
llevar consigo un deseo inconsciente, escondido.
El psicoanálisis, según Gonzales (2011) constituye un campo de respuesta
privilegiada al padecimiento subjetivo, ofreciendo una orientación que, a diferencia de otras
áreas clínicas, incluye el cuerpo de goce y las implicancias éticas derivadas.
Técnicas más frecuentes que se utilizan.
Dentro de este marco teórico, al igual que en muchas otras teorias dentro del dispositivo
analitico, se establece un encuadre de tiempo y lugar, se delimitan roles (se le adjudica a una
de las personas el saber sobre el padecimiento del otro) marcando así una relación asimétrica.
Asi mismo, siguiendo a Berardo (2018), en esta práctica se desplaza el comienzo hasta que el
analista acepta la demanda de análisis y así lograr obtener información acerca de la estructura
de la persona a partir de la realización de entrevistas y de preguntas que se hará el propio
analista con relación a su paciente. Se debe tener en cuenta, que desde la mirada de este
marco teórico, no se puede pertenecer a dos estructuras.
Siguiendo con esta línea, el paciente que llega al consultorio con una demanda de análisis
muchas veces no sabe lo que le pasa o qué es particularmente lo que le aqueja, es decir, hay
un aspecto de su vida que es inconsciente y no se sabe. Este no-saber funciona como una
especie de clave de escucha para el analista, y es a partir de estos indicadores que emergen en
el discurso del analizante que se irá llegando a su posición subjetiva. Por lo tanto, el analista
tendrá que distinguir entre eso que dice el paciente y lo que dice el sujeto del inconsciente,
para lo cual es indispensable el uso de la asociación libre. La misma es la técnica
fundamental del psicoanálisis, donde se le pide al paciente que diga todo lo que se le venga a
la mente sin importar si parece absurdo o carente de sentido. La asociación libre se
fundamenta en lo que Lacan ha llamado sujeto supuesto saber, es decir, que suponemos que
hay un lugar en donde se encuentra el saber y es el inconsciente, el discurso del Otro. Por lo
tanto, al aplicar la regla de asociación libre lo que se busca es que el sujeto del inconsciente
hable, que el discurso del Otro emerja. De esta forma, tanto el analista como el analizante
buscarán un el sentido de eso que se dice, teniendo que abandonar el analista su posición de
amo o de sujeto-que-sabe, lugar en el que frecuentemente lo ubica el paciente.
Otras de las técnicas más utilizadas en el dispositivo analítico y que se inaugura a partir
de la existencia del sujeto supuesto saber es la transferencia, la cual consiste en la repetición
que hace un sujeto de sus vínculos nuevos, antiguos, de sus afectos o deseos infantiles y los
transfiere, hacia otra persona, en este caso, el analista. Siguiendo a Etchegoyen (1993), la
transferencia permite transformar la repetición del sujeto en memoria y así, ser uno de los
instrumentos más utilizados en la cura. Por lo tanto, es al final de la demanda que trae el
sujeto al análisis, donde el analista se convierte en un sujeto al que se le supone un saber
sobre el padecimiento subjetivo del paciente, llevandose a cabo la transferencia.
Por otro lado, la contratransferencia, es la respuesta emocional del analista a los
estímulos que provienen del paciente, como el resultado de la influencia del analizante sobre
los sentimientos inconscientes del analista. Retomando a Etchegoyen (1993) Lacan no piensa
en la contratransferencia como instrumento pero sí en la importancia de la misma para el
establecimiento de la transferencia. Por lo tanto, Lacan propone que para el análisis es
necesario abordar el inconsciente del analizante, el cual abre muchas vías de abordaje y
tratamiento, sin olvidar que existen limitaciones a su interpretación, provenientes tanto del
analista como del analizante.
Exponer un caso que ilustre los conceptos teóricos expuestos, en particular los
referidos a la concepción de salud/padecimiento psíquico (ej: qué síntomas o
problemáticas emocionales presenta el sujeto, desde qué conceptos de la teoría se
leen. Planteamiento de la estrategia clínica: objetivo y técnicas que se utilizan).
El caso elegido para ilustrar los conceptos teóricos expuestos es el Caso Marta. A modo de
introducción, exponemos el primer fragmento del caso:
“Marta es una mujer de alrededor de 30 años que llega a la primera entrevista diciendo:
Tengo problemas desde los 11 años que es la edad en que me desarrolle. Crecí llena de
complejos. A los 15 años me hice una mamoplastia para reducir el busto. Soy gemela, las dos
teníamos el mismo. Relata que desde los 11 años realiza ayunos que la llevaron a adelgazar
extremadamente, y que desde hace 5 años se provoca el vómito luego de comer diariamente,
alrededor de 4 veces por día, a partir del abandono de un novio que la deja 2 meses antes de
casarse. Cuando consulta hace un mes que se casó, y lo que la impulsa a hacerlo es que su
marido ha descubierto que se provoca el vómito (acto que ella oculta), amenazándola con la
separación si no modifica esa conducta. Marta dirá también que siente tristeza y ahogos, que
piensa en el suicidio. Dice ´yo me pongo mal para lograr algo de x (marido) o lo amenazó´.
Todo pasa por mi físico, por mi aspecto. Hay veces que no estoy mal, pero me veo mal. Al
preguntar qué piensa de esto, dice ´mamá nos insultaba, nos decía que éramos dos gorditas´
frente a lo cual la respuesta del sujeto fue: ‘voy a adelgazar tanto pero tanto que me va a tener
que pedir por favor que coma.´”
Entre los síntomas y problemáticas emocionales que se relatan en el caso podemos
destacar la inducción del vómito (bulimia), tristeza y sensación de ahogo, pensamientos
suicidas, conflictos con la imagen del propio cuerpo, entre otros. Desde el psicoanálisis
lacaniano, estos síntomas y padecimientos pueden ser interpretados y leídos a partir de ciertos
conceptos teóricos.
En primer lugar, toma importancia la dimensión de lo imaginario en relación al
padecimiento sobre el cuerpo. Para Lacan, lo imaginario corresponde al registro de las
imágenes. Aquí se ubica al Yo (moi) como construcción imaginaria, con lo que ello implica
de alienación. El yo es el otro, ya que nos alienamos a una imagen que no nos es propia sino
que proviene de este otro especular. En el caso de Marta, la paciente testimonia el
padecimiento que, bajo la forma del propio cuerpo, se le impone. Aquí acontece un exceso
una “saturación simbólica'' de la cual Marta sabe muy bien qué hacer, este saber hacer parece
responder a “que no sobre ni falte nada”. El espejo deformante en el que se mira lleva al
rechazo de sí misma. Marta expresa en una ocasión “me odio cuando me veo fea y gorda,
aunque no lo esté”. En este sentido, el cuerpo aparece allí como imagen, imagen en el espejo.
Según Miller (), es en el cuerpo imaginario donde las palabras hacen entrar las
representaciones, que nos constituyen un mundo ilusorio a partir del modelo de la unidad del
cuerpo. En Marta, el goce en el cuerpo está atravesado por las representaciones derivadas de
un discurso, el del Otro materno, al cual se mantiene alienado.
Dos estrategias de separación del Otro materno devuelven al sujeto a la más pura
alienación, situándose en el “no pienso”, corroborado por un “soy” bulímica o anoréxica.
Esto se ve en su discurso como pasaje al acto bajo la forma de la inducción del vómito.

En cuanto al goce cabe señalar que Lacan propone una posición común en la anorexia:
haciendo de la castración privación, positiviza el goce perdido en el destete, recuperando un
plus-de-goce al comer nada. El problema que plantea la anorexia es que el objeto a no está
latente, sino que se presta en acto, como vemos en Marta con la singularidad que le da el
objeto en juego: el objeto nada. Esto se vislumbra en el exceso de comida planteado en todo o
nada, reproducido por otro en el maltrato en las peleas con el marido.

En tanto el Otro materno, que en lugar de dar lo que no tiene, atiborra al sujeto con lo
que no tiene, rechazara el alimento, jugando con su rechazo como con un deseo, pero ese
rechazo no es deseo y allí donde el sujeto implementa una estrategia de negativización del
goce alimentario como se mencionó anteriormente; produciendo a través de su huelga de
hambre una positivización. El goce rechazado es recuperado como goce oral de la boca vacía
(objeto nada). Este rechazo no alcanza el estatuto de deseo deteniéndose en un no reiterado
sin fin.

El sujeto se identifica aquí al objeto de la demanda, que pasa a funcionar como


recuperador de goce. Es este plus la satisfacción que obtiene el sujeto en esta posición. La
diferencia se plantea entonces entre la función de causa que dará como resultado el síntoma, y
la función de recuperación de goce que se juega en el pasaje al acto. Marta enuncia en un
momento claramente el plus-de-gozar que obtiene del acto bulímico: “hacerlo me produce
placer”.

Es importante remarcar en relación a la transferencia que en el caso de la anorexia se


plantea una dificultad para la entrada en análisis y una facilidad para interrumpirlo. Lacan
plantea la anorexia en relación con el momento de separación: frente al enigma del deseo del
adulto, el niño responde con su propia desaparición, con el fantasma de su muerte
(pensamientos suicidas). De este modo deducir una dificultad para la alienación en la
anorexia, lo que va a hacer problemática la instalación de la transferencia. Esto se ve en
Marta al momento de interrumpir bruscamente su análisis.

Con respecto a los objetivos que se plantean en torno a la estrategia de intervención,


es indispensable destacar que, desde el psicoanálisis lacaniano, la neurosis implica que el
sujeto se sostenga en un saber total del Otro, saber que no existe más que como un campo
fantaseado pero que no le es conciente. Por ende, la intervención psicoanalítica tendrá por
objetivo principal descubrir qué dice ese sujeto inconsciente y cómo opera en el padecimiento
subjetivo, para poder restituir ese saber del Otro por una verdad parcial. Esto es lo que
permitirá que el paciente pueda construir su propia historia, es decir, una nueva articulación
significante. El padecimiento subjetivo, al ser efecto del lenguaje, siempre es resultado de la
articulación de determinados significantes. El análisis, por ende, tiene como objetivo que el
analizante logre desarticular los síntomas (entendiendo a los mismos como simbólicos,
efectos de la incidencia del lenguaje) y sea capaz de crear nuevos sentidos, lo que para el
psicoanálisis se considera la cura.

En cuanto a las técnicas a utilizar, en primer lugar es necesario pactar entrevistas para
saber si la persona tiene una demanda de análisis, ya que de no ser así será muy complicado
incitar al saber cuando la persona no lo requiera. Las entrevistas también pueden delimitar si
una persona es o no analizable (es decir, si lo que le aqueja se vincula con conflictos de
origen inconsciente). En caso que la persona acceda al tratamiento tal como se lo planteamos
en el encuadre de las entrevistas y se convierta en paciente, en contexto de análisis la técnica
fundamental para conocer al sujeto es la anteriormente mencionada asociación libre. A partir
de la asociación, el analista puede aplicar como técnica la interpretación, es decir, articular
significantes que afloran en el discurso del analizante.
Bibliografía:

- Berardo, M.C. (2018) Introducción al método psicoanalítico. Ficha de cátedra de la


materia Psicología clínica.
- Cardenas, H. (2004). La práctica lacaniana y el psicoanálisis aplicado. En
Periódicos Electrónicos en Psicología. Guatemala. Recuperado
de:http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2072-
06962004000100020
- Etchegoyen, H. (1993) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Ed. Amorrortu.
- Instituto del Campo Freudiano Pharmakon 6/7 (1997). Publicación de grupos e
Instituciones de Toxicomanía y alcoholismo del campo freudiano. Plural Editores.
- Lacan (1957) Seminario V. Las máscaras del síntoma. Cap 18, inciso 1. Ed. Paidós.
- Lacan (1957) La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud. En
Escritos 1, México, Ed. Siglo XXI
- Lacan (1949) El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se
nos revela en la experiencia analítica. En Escritos 1, México, Ed. XXI
- Lacan (1956) El sentido del retorno a Freud en el psicoanálisis. Revista Uno por Uno
N°46, Barcelona, Ed. Paidós
- Lacan, J. (1969). Psicoanálisis y medicina.
- Marini, L. (2011) Jaques Lacan: de la estructura a la clínica del funcionamiento.
Ficha de Cátedra. Psicología. Clínica.
- Miller, J. A (2014). El inconsciente y el cuerpo hablante. [Sesión de conferencia]
- https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352006000100007
Reconstrucción histórica de la obra de Jacques Lacan Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq.
vol.26 no.1 Madrid ene./mar. 2006
- Soria, N. (2016). Estar en coma. En Soria, N., Psicoanálisis de la anorexia y la
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- Una contribución sobre psicoanálisis y medicina de Jacques Lacan. Anuario de
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Aires, Argentina. Disponible en:
https://www.redalyc.org/pdf/3691/369139947057.pdf

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