Está en la página 1de 2

Presentación de Ma.

Florencia Caballero

La finalización de las concurrencias implica una puesta en tensión a nosotros como recursos en
formación y el modo de proceder con los tratamiento: cuál era la demanda de los pacientes, si
estos debían ser derivados, si se posibilitaba acordar un momento conclusivo entre paciente y
analista o entre paciente y tratamiento. Así estas cuestiones dieron coordenadas que
permitieron ubicar otro elemento que afectaría el funcionamiento general de todo el servicio
de psicología, una tensión existente entre las condiciones del tiempo institucional tendientes a
fijar normas de tiempo implicando aparentemente un acortamiento de la terapia, y las
exigencias propias del análisis que supone un fin según los autores que se consulte, pero que
no está más que marcado por otra lógica temporal propia del inconsciente, llevando a que sea
imposible delimitar en un tiempo x para la consecución de un fin de un tratamiento.

Esta cuestión se agudiza cuando a las condiciones del tiempo institucional se le suma la
temporalidad propia de las concurrencias y sus terminaciones, implicando un momento de
tomas de decisiones y un modo de articular las demandas con la oferta de los recursos
disponibles, siendo estos siempre finitos y atravesados por la búsqueda de eficacia y eficiencia.
Por lo que se puede tomar en consideración que no se trata solamente de los fines de las
concurrencias sino que estas cuestiones hunden sus raíces en lo político recorriendo los bordes
entre el psicoanálisis y la salud pública y que nos llevan al interrogante: ¿concluir o derivar?

Particularmente en el hospital la incidencia de las condiciones institucionales en la terminación


del tratamiento son variables, siendo que el tiempo de atención destinado no es rígido y sus
plazos quedan a criterio de los profesionales. Sin embargo, el tiempo está siempre presente
como condición institucional en los profesionales del servicio de psicología y más aún, como
hemos resaltado, en los practicantes concurrentes. Dentro de la lógica de la curación y de
cuestionar si ciertos tratamientos eran plausibles de llegar a término, el concepto de efecto
terapéutico ha cobrado relevancia para nosotros al fijar ciertos indicadores o conceptos sobre
en qué tiempo los tratamientos se encontraban y los efectos producidos del encuentro con un
analista.

Una compañera (Elisabeth) nos acerca un texto de Colette Soler titulado Finales de Análisis. De
su cuerpo nos ha parecido interesante la propuesta de la autora, quién señala que hay un éxito
en el dispositivo analítico, en la medida en que hay un real en juego y que éste lleva a
modificar o generar un cierto efecto que hace soportable o mengua el sufrimiento del
paciente. Tal efecto resulta coincidente con aquella aseveración que Lacan sostiene en su
seminario nominado La Angustia (1962-1963), en donde dice que: “Es muy cierto que nuestra
justificación, como nuestro deber, es mejorar la posición del sujeto”. Estos efectos de nuestra
praxis no se comprometen a una curación ligado a un ideal de dominio e integración de una
armonización psicológica como ambición terapéutica, sino a hacerle un poco más soportable
su existencia a un sujeto.

Es de relevancia ubicar estos logros terapéuticos que Soler menciona, en tanto el tratamiento
que le dimos a los conceptos discutidos en nuestras reuniones modificó nuestra práctica y tal
vez las de otros futuros concurrentes. Esta apuesta por los efectos terapéuticos en los
tratamientos sostenidos antes y durante la pandemia nos ha permitido hacer foco y releer
aquellos movimientos subjetivos o trasmutaciones según la posición subjetiva inicial y la
singularidad de la demanda, para leer la respuesta del sujeto a las intervenciones del
concurrente y así como se ha logrado o no el éxito del dispositivo en su función de mejorar la
posición de un sujeto. A partir de cada uno de estos casos, con el re trabajo grupal
acompañados de tutores y supervisiones, hemos podido ubicar ciertos efectos en la
complejidad de las situaciones y como el atravesar un tratamiento da la posibilidad de otro
encuentro con lo Real en el relato de un analizante dentro de un marco institucional, con sus
tiempos y lógicas, pero intentando siempre resguardar el lugar del sujeto.

También podría gustarte