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¿Qué significa encuadre?

¿Qué utilidad tiene en la psicoterapia?


¿Por qué es importante?

En la literatura psicoterapéutica hay un término que se repite constantemente: «Encuadre».


Independientemente de la escuela psicoterapéutica, el encuadre es un elemento fundamental
para desarrollar un proceso terapéutico saludable y eficaz que proteja tanto al paciente como al
terapeuta, resaltando los principios éticos en todo momento.

¿QUÉ ES EL ENCUADRE TERAPÉUTICO?


“El encuadre supone fijar como constantes las variables de tiempo y lugar, estipulando ciertas
normas que delimitan los papeles de entrevistado y entrevistador con arreglo a la tarea que se va
a realizar” (Etchegoyen, 1986 citado en Usobiaga, 2005, p. 47). De esta forma, se entiende que el
encuadre terapéutico es el mantenimiento de ciertas variables como constantes durante el
proceso terapéutico o psicodiagnóstico.
En la consulta privada, la acción terapéutica se da en un marco que tiene un espacio, un tiempo,
honorarios. Encuadrar es poner límites entendidos como protección, condición para que una
transformación pueda tener lugar; en la consulta o asistencia psicológica se establecen límites
para que se produzca el cambio terapéutico (Maldonado, s.f.).

¿CUÁLES SON LAS CONSTANTES DEL ENCUADRE TERAPÉUTICO?


Como se mencionó, el encuadre en Psicología hace referencia a lo constante, estable, lo cual
incluye la modalidad, los objetivos de trabajo, el tiempo, el lugar, los horarios, los honorarios y el
establecimiento de los roles de cada actor del proceso (el psicólogo y su cliente/paciente). A
continuación, se presenta una revisión de los elementos más importantes a considerar en cada
constante.

CONSTANTES TEÓRICAS
Son el "conjunto de supuestos teóricos y técnicos, esquemas o marcos de referencia que orientan
el accionar del terapeuta" (Maldonado, s.f.). Dentro de estos supuestos técnicos entra la empatía,
término comúnmente utilizado para referirse a la relación entre el paciente y el terapeuta, que
implica establecer una atmósfera confortable y compartir una comprensión del propósito del
encuentro terapéutico (Trull y Phares, 2003).
La empatía constituye entonces, la habilidad de sumergirse en el mundo emocional del paciente,
sin ahogarse en el mismo. Para el establecimiento de la empatía, es de vital importancia
considerar cuatro aspectos: el respeto por el paciente y por el trabajo que se realiza como
profesional, la aceptación, la comprensión y la sinceridad (Trull y Phares, 2003).
No se puede esperar que la empatía surja rápidamente o con fluidez desde un inicio y en todos los
casos, es un trabajo que requiere de tacto, conocimiento y autenticidad por parte del terapeuta.
Se deben evitar frases como: “No se preocupe” o “Sé exactamente cómo se siente”.
Por otro lado, dentro de las constantes teóricas se incluye también lo referente al enfoque
psicoterapéutico en el que se especializa la persona, ya que cada enfoque tiene sus propias
características y estilo; por ejemplo, bajo un enfoque cognitivo conductual el rol del terapeuta es
más activo, en contraposición a un enfoque psicodinámico.

CONSTANTES FUNCIONALES
Abarcan los objetivos, los honorarios, el rol del profesional y del consultante (entrevistado,
participante, paciente).
En cuanto a los objetivos, deben establecerse de forma clara y precisa, de acuerdo al proceso que
se va realizar; si se trata de una evaluación psicodiagnóstica, esta debe tener un objetivo que debe
ser conocido por el profesional que la realiza y por el sujeto objeto de la evaluación.

Si hablamos del proceso terapéutico, este siempre se realiza con un objetivo inicial que se
pretende lograr, el cual ha sido establecido con base en el motivo de consulta, la demanda
psicológica y la evaluación. El esclarecimiento de los objetivos no sólo le otorga propósito a la
relación terapéutica, sino que promueve la responsabilidad en el paciente de su proceso personal
y de los cambios que desea alcanzar.
En lo referente a los honorarios, se deberá plantear el valor económico de la sesión, el sistema de
pago y las pautas por posibles retrasos en el pago de consultas. Para la propuesta del honorario
por sesión, cabe considerar la existencia de un honorario (monto) fijo que no excluya la flexibilidad
de poder negociarlo (Ceberio, 2002).

De igual manera, es importante considerar siempre el contexto socioeconómico y cultural.


Asimismo, debe aclararse la frecuencia del pago (semanal, quincenal, mensual), y la forma del
mismo (efectivo, transferencia, depósito).
El qué hacer si el paciente incurre en retrasos en el pago, también es un elemento a considerar
sobre el valor económico en el encuadre; en primera instancia, el terapeuta debe tener claro hasta
cuántas sesiones tolerará la falta de pago y esta información debe ser de conocimiento del
paciente (Ceberio, 2002).
Para concluir con las constantes funcionales, debe establecerse y aclararse tanto el rol del
terapeuta como el del consultante dentro del proceso terapéutico, a fin de establecer límites,
tareas y responsabilidades que permitirán el certero desarrollo de la relación terapéutica para el
alcance de los objetivos (Ceberio, 2002).

CONSTANTES TEMPORALES
Incluye aspectos como la cantidad de sesiones, la cual se estipula con base en los resultados de la
evaluación, los objetivos propuestos y las características del paciente. También se encierra dentro
de las constantes temporales, el establecimiento de los horarios, considerando el día, la frecuencia
y la duración de cada sesión.
En cuanto al día, se selecciona de acuerdo a las posibilidades del profesional y del paciente,
considerando si será un horario fijo (misma hora y día en cada encuentro) o si se diversificaran. Si
bien los horarios fijos son los más comúnmente utilizados, en algunos casos puede ser útil la
diversificación de estos para promover flexibilidad o adaptabilidad como parte de los objetivos
terapéuticos (Ceberio, 2002).
La frecuencia por su parte, dependerá de la planificación de objetivos, los grados de urgencia, el
desarrollo del proceso terapéutico y la flexibilidad del terapeuta. Por otro lado, la duración
estándar de una sesión suele ser de una hora, variando de acuerdo al tipo de atención (individual,
de pareja y familia), pudiendo extenderse.

CONSTANTE ESPACIAL
Dentro de estas constantes se incluye obviamente el lugar y la ambientación del mismo. Por
tradición se asocia el proceso psicoterapéutico con un lugar: el consultorio; sin embargo, esto se
ha extendido, encontrando que el lugar se verá establecido por las características del objetivo que
se busque alcanzar.
De esta manera, se debe aclarar si el proceso se llevará a cabo de manera exclusiva en el
consultorio, o si se requerirá reunirse en otros lugares. El terapeuta, por ejemplo, puede llegar a
requerir trasladarse hasta el colegio de un niño como parte de la evaluación; de igual manera
puede ser necesaria la atención a domicilio en casos de enfermedad u otras urgencias.
También cabe señalar el manejo de imprevistos que se puedan generar asociados al lugar
establecido, tales como cortes de luz. En ocasiones puede ser beneficioso utilizar estas
circunstancias imprevistas en función del proceso terapéutico y trabajar temas como intimidad o
duelos en la semioscuridad, con velas o lámparas de emergencia (Ceberio, 2002).
En cuanto a la ambientación, no hay normas establecidas al respecto. Sólo considere tener los
inmuebles y herramientas necesarias a la mano, para el trabajo que se pretenda realizar, el
público que se atiende (niños, adultos, parejas, familias) y el enfoque terapéutico de su elección.

CONSTANTES PERSONALES DEL PSICÓLOGO


Todo lo expuesto define la técnica del encuadre, es decir, al conjunto de operaciones y
condiciones que conducen a establecerlo; lo que permite revisar el desarrollo del rol profesional:
personalidad del psicólogo, actitudes internas y externas, ética, establecimiento de relaciones
explícitas y claras respecto a la funcional profesional.
Asimismo, incluye la autoevaluación por parte del terapeuta, respecto a su experiencia y aptitud
para abordar los casos que llegan, la capacidad para manejar imprevistos y los rasgos personales
que le imprimen autenticidad al ejercicio como psicólogo o terapeuta.
¿PARA QUÉ SIRVE EL ENCUADRE TERAPÉUTICO?
El establecimiento de un encuadre terapéutico permite establecer los límites necesarios para el
desarrollo eficaz de una relación terapeuta-paciente, en donde se cumplan los principios éticos del
ejercicio del psicólogo. Además, permite esclarecer el carácter de la tarea profesional, dentro del
marco del respeto y seguridad para los implicados.
REFERENCIAS

Cebeiro, M. (2002). El contrato terapéutico

Maldonado, J. (s.f.) Encuadre Psicológico [Blog Post]. Instituto Salamanca

Trull, T. y Phares, J. (2003) Psicología Clínica: Conceptos, métodos y aspectos prácticos de la profesión. 6ta Edición. México:

International Thomson Editores, S.A.

Usobiaga, E. (2005) El encuadre y psicoanálisis Norte de Salud Mental, 6(23), 5


¿CÓMO HACER UN BUEN ENCUADRE EN PSICOTERAPIA?

Desde el Psicoanálisis
El encuadre es un elemento fundamental en la psicoterapia, es el momento en el que
establecemos unos límites y normas necesarios para el paciente y el buen funcionamiento de la
terapia. Os contamos con más detalle en qué consiste hacer un buen encuadre en psicoterapia.

¿QUÉ ES EL ENCUADRE EN PSICOTERAPIA?


Cuando un terapeuta establece el encuadre o el marco analítico se está permitiendo la
instauración de la cura psicoanalítica. Éste delimita y marca unas normas que permiten que el
paciente se encuentre contenido dentro de un tiempo y un lugar, el encuadre permite que se
produzca la transferencia del paciente hacia el analista, así como la libre asociación, entre otras
características fundamentales del método psicoanalítico.
El analista o terapeuta se convertirá en la persona que debe hacer que el encuadre se cumpla y el
paciente ser la persona que lo respeta una vez que lo ha aceptado. Esto también marca
la asimetría que hay en esta relación, pues cada uno de ellos cumplirá un papel diferente dentro
de la terapia. Es decir, el paciente va a hablar de aquello que necesite poner en palabras, pero el
analista o psicoterapeuta no va a compartir información personal acerca de su vida.
Siempre que se produzca una ruptura del encuadre por alguna de las partes, el analista o
psicoterapeuta debe de preguntarse qué es lo que está ocurriendo en el proceso o qué ha
ocurrido en la sesión para saber qué significa ese salto de la norma establecida, qué es lo que el
paciente le está queriendo decir inconscientemente. En el caso del analista o psicoterapeuta
también tiene que plantearse si es algo contratransferencial, un acto fallido o un acting que se
relaciona con algo de su propia conflictiva que habrá de pensar y trabajar a nivel personal.
Resumiendo, «el encuadre sería una serie de reglas que configuran el contexto analítico».

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ENCUADRE EN PSICOTERAPIA?


Hacer un buen encuadre es fundamental para el desarrollo de la terapia, ya que se están poniendo
las bases al comienzo de un trabajo analítico, ya sea un psicoanálisis al uso como una psicoterapia
psicoanalítica. El paciente necesita saberse contenido dentro de la terapia, necesita saber cómo
es el funcionamiento y cuáles son las «reglas básicas» a las que adaptarse.
Por tanto, muchos psicólogos afirman que el encuadre debe hacerse en la primera entrevista, al
final de ésta. Una vez que se ha escuchado el motivo de consulta, tanto el manifiesto como el
latente (o al menos nos hemos acercado a él), al final de la sesión se le explica al paciente cuál
sería el encuadre para que sepa cómo es el funcionamiento y qué es lo que se espera de él.

Cada profesional tiene su propio estilo, pero vamos a señalaros algunos de los elementos que
consideramos importantísimo señalar durante el encuadre para que podamos discernir las
rupturas de encuadre futuras como una respuesta al momento
de la terapia y no a una falla propia de la primera sesión.

¿QUÉ ELEMENTOS HAY QUE TRATAR EN EL ENCUADRE?


HORARIOS
En este primer momento también se debe cerrar con el paciente los días y horas a los que tiene
que acudir a la sesión. Lo ideal es que cada semana sean los mismos días y horas para que pueda
establecerse un hábito, lo que va a favorecer mucho el trabajo en sesión.
A su vez, reseñar el respeto del horario pues las horas son fijas y si llega 5 minutos tarde él ha
perdido ese tiempo y no se puede recuperar al final. El terapeuta tendrá que preguntarse qué es lo
que está ocurriendo si el llegar tarde se convierte en una pauta, igualmente si llega temprano.
Horas fijas en todos los sentidos, así podremos obtener más información sobre qué es lo que está
ocurriendo y estaremos respetando nuestro propio encuadre.

TIEMPO DE SESIÓN
Dependiendo de la orientación de cada uno, el tiempo puede ser variable o fijo, sea como sea esto
también hay que señalarlo.
Para aquellos que trabajen con un tiempo fijo en las sesiones, se debe señalar al paciente la
duración ya sean 45 minutos, 50 minutos, una hora. De igual forma, si el tiempo de la sesión es
variable también debería de ser explicado, puesto que forma parte de una metodología del trabajo
y tiene un sentido que se corte antes la sesión.

FORMA DE PAGO
El coste de la sesión es una preocupación habitual que suele estar en los pacientes y que se trata
durante el encuadre. No sólo hay que informar al paciente de los propios honorarios, también hay
que establecer con él un método de pago que puede ser realizar el pago de la sesión al final de
ésta, realizar el pago de todas las sesiones a final de mes, etcétera.
También, en la actualidad, muchos profesionales están escuchando las dificultades económicas de
sus pacientes por lo que muchos intentan adaptar sus honorarios a las posibilidades (habrá que
escuchar el caso por caso, para saber qué hay detrás de cada imposibilidad) o buscan alternativas,
como es derivar a otro profesional con unos honorarios más bajos o asociaciones.
Esto también se cierra en la primera sesión, es el momento en el que se establecen las bases para
iniciar un trabajo terapéutico.

CONSECUENCIAS DE FALTAR A LA SESIÓN


Esto también se debe tratar en la primera sesión, pues es una información importante y que debe
de quedar muy clara desde el primer momento, ya que pueden producirse actings a lo largo de la
terapia.
La mayoría de los profesionales cobran la sesión si el paciente no aparece en la consulta, es su
hora de trabajo y el terapeuta la tiene reservada para él. También se debe de tratar qué pasa si
anula una sesión con tiempo ¿se le puede buscar otro hueco a lo largo de la semana y recuperar
esa hora?, ¿con cuánto tiempo debe anular la sesión?, etcétera.

VACACIONES
Si se tienen claras cómo van a ser las vacaciones del profesional es bueno que se comenten desde
un primer momento para que el paciente pueda saber en qué momento se van a interrumpir las
sesiones.
A su vez, es importante escuchar en estos momentos cómo interpreta la ausencia del profesional
el paciente, ya que es frecuente que días antes de vacaciones ocurran cosas a los pacientes que se
deberán de trabajar e interpretar si es necesario, tanto para que no se convierta en una resistencia
al tratamiento, como para poder elaborar la dificultad.

MÉTODO DE TRABAJO
En este momento también se puede explicar cómo es el método de trabajo del terapeuta,
aspectos tan importantes y básicos como la confidencialidad, qué es lo que se espera del
paciente… Cada profesional con su propio estilo y en función de su orientación.

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