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Magistrada

Ponente: EULALIA COROMOTO GUERRERO RIVERO


Exp.
Núm. 2019-0260
ACCIDENTAL
 

Por
escrito presentado en fecha 24 de octubre de 2019, la abogada Vestalia Rafaela
Tovar Medina,
INPREABOGADO Núm. 126.793, actuando como apoderada judicial de la
ciudadana SOBEYDA DEL CARMEN
MEJÍAS CONTRERAS, cédula de identidad Núm.
8.040.527, interpuso demanda de nulidad conjuntamente con acción de
amparo
cautelar en virtud del silencio administrativo verificado
frente al recurso de reconsideración ejercido en fecha 17 de
junio de 2019 ante
la COMISIÓN JUDICIAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA, contra el acto
administrativo signado con el Núm. TSJ-CJ-3560-2018 de
fecha 1° de noviembre de 2018, mediante el cual “se acordó su
remoción del cargo como Jueza Provisoria del Tribunal 1° de
Primera Instancia en Función de Control del Circuito
Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del estado Bolivariano de Mérida, sede Mérida y como Jueza
Suplente de la
Corte de Apelaciones del referido circuito judicial penal”.
(Resaltado del texto).

El 29 de octubre de
2019 se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la Magistrada Eulalia
Coromoto Guerrero
Rivero, a los fines de decidir sobre la admisibilidad de la demanda
de nulidad y la acción de amparo cautelar.

En fecha 20 de
noviembre de 2019, se inhibió la Magistrada María Carolina Ameliach Villarroel.

El 3 de diciembre de
2019 la apoderada judicial de la accionante solicitó celeridad procesal en la
admisión de
la demanda de nulidad y su amparo cautelar.

El 10 de diciembre
de 2019, por auto de Vicepresidencia Núm. 006, se declaró con lugar la
inhibición
planteada y se acordó convocar al suplente respectivo.

El 27 de febrero de
2020 la apoderada judicial de la accionante solicitó celeridad procesal en la
admisión de
la demanda de nulidad y su amparo cautelar.

El 5 de marzo de
2020 el Alguacil consignó resultas de la convocatoria a la Magistrada Ismelda
Rincón
Ocando, en su condición de cuarta suplente, quien manifestó su
aceptación.

El 21 de octubre de
2020 la apoderada judicial de la accionante solicitó celeridad procesal en la
admisión de
la demanda de nulidad y su amparo cautelar.

El 3 de noviembre
de 2020 se constituyó la Sala Accidental, la
cual quedó conformada de la siguiente
manera: Presidente, Magistrado Marco
Antonio Medina Salas; Vicepresidenta, Magistrada Bárbara Gabriela César
Siero,
Magistrado Inocencio Antonio Figueroa Arizaleta, Magistrada Eulalia Coromoto
Guerrero Rivero y la
Magistrada Suplente, Ismelda Rincón Ocando.

 
Para decidir la Sala observa:
I
FUNDAMENTOS DE LA DEMANDA Y DE LA SOLICITUD DE AMPARO CAUTELAR
 

En su escrito, la apoderada judicial de la


accionante, argumentó lo siguiente:
Que interpuso la demanda “bajo
dos escenarios jurídicos antijurídicos por relajar el orden público
constitucional,
puesto que al momento de su remoción se
encontraba de (reposo) de conformidad con el artículo 31 numeral 4° de la Ley
Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores (…) desde
el 24 de abril hasta 24 de mayo de 2019, siendo
convalidado por el Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales ‘Hospital II Dr. Tulio Carnevali
Salvatierra’ de Mérida”.
(Resaltado del texto).

Que “contaba con


antecedentes administrativos de servicios dentro de la administración pública [de]
veintinueve
(29) años, de los cuales en el Poder Judicial permaneció (…)
más de diecinueve (19) años, inexplicablemente, al ser
removida de su cargo, la
Comisión Judicial no se percató que a [su] representada le
correspondía por derecho, su
jubilación por el hecho social del trabajo; por
ser, un derecho adquirido y vitalicio, trayendo como consecuencia jurídica
una
situación jurídica infringida que persiste como una lesión constitucional en
los actuales momentos a sus derechos y
garantías constitucionales”.
(Resaltado del texto. Agregados de la Sala).

Que la Comisión Judicial del


Tribunal Supremo de Justicia no tomó en consideración la trayectoria de
servicio de su
representada, pues por más de diecinueve (19) años de manera
ininterrumpida prestó servicios al Poder Judicial y durante
diez (10) años ante
otro órgano de la Administración Pública.

Que su representada comenzó a


laborar en el Poder Judicial en fecha 12 de agosto de 1999, y que en fecha 11
de
agosto de 2008, se juramentó como Juez Suplente de los Jueces de Primera
Instancia  Penal del Circuito Judicial Penal de
los Estados Mérida, Táchira y
Trujillo, a los fines de cubrir la ausencia temporal producida por los reposos
médicos,
vacaciones, inhibiciones y recusaciones de los Jueces, tanto titulares
como provisorios, en virtud del contenido del oficio
Núm. CJ-08-1827 del día 4
del mismo mes y año emanado de la Comisión Judicial de este Alto Tribunal.

Que mediante oficio Núm.


CJ-10-1767 emanado de la referida Comisión Judicial de fecha 6 de agosto de 2010,
fue
designada Jueza Temporal, a los fines de cubrir la ausencia producida por
la suspensión del abogado Nelson Torrealba, Juez
Titular del Circuito Judicial
Penal del Estado Mérida.

Que esa misma Comisión, en


reunión de fecha 2 de febrero de 2016 la designó Juez Suplente de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Mérida, siendo juramentada
para ello el 17 de ese mismo mes y año,
mediante acta emitida por la Sala Plena
del Tribunal Supremo de Justicia.

Que posteriormente fue


designada como Jueza Provisoria de ese mismo Circuito Judicial Penal, el 6 de
abril de 2017,
cargo que ocupó hasta el 30 de mayo de 2019, fecha en la que se
“le notifica por coacción del acto administrativo en el cual
se acordó la
remoción como Jueza Provisorio y como Jueza Suplente de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal
del estado Mérida”.

Que en vista que “hubo una


serie de irregularidades, siendo que al momento de su notificación se
encontraba de
reposo desde el 25 de abril de 2019 hasta el 24 de mayo de 2019
que fue renovado y tuvo que hacer acto de presencia
coaccionada por parte de la
Presidente del Circuito Judicial de esa Entidad para que firmara el referido
acto”, interpuso
recurso de reconsideración ante la señalada Comisión
Judicial del cual “no hubo respuesta, acogiéndose al silencio
administrativo
previsto en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativa”.
(Sic).

Que la decisión
objeto de nulidad presenta los siguientes vicios:

1.- Inmotivación.
Que el acto
impugnado incurrió en el vicio de inmotivación “previsto en el
artículo 243 ordinal 4 del Código de
Procedimiento Civil de forma supletoria,
en concordancia con el artículo 18 numeral 5 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativa (sic), y la violación
constitucional de los artículos 2 y 3 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela”. (Resaltado y subrayado del texto).

Que el referido
acto “no cumplió con el fin para [el cual estaba] destinado,
vulnerando así, el principio finalista
previsto en el artículo 206 del Código
de Procedimiento Civil, aplicable perfectamente al presente caso bajo estudio”.
(Agregado de la Sala).

Que el acto objeto


de impugnación incurrió en el vicio de inmotivación por cuanto “sólo se [limitó]
 a remover del
cargo de juez provisoria y suplente como Juez de la Corte de
Apelaciones, sin señalar los motivos de hecho que generó la
desincorporación [de]
su cargo”. (Agregados de la Sala).

Que no existe
elemento probatorio alguno, además que hubo una carencia absoluta de motivos
por parte de la
“Comisión Judicial al momento de emanar su acto
administrativo”.

2.- “Vicios
de (…) falso
supuesto de hecho previsto en el artículo 31 de la Ley Orgánica del Trabajo, las
Trabajadoras y Trabajadores (por falta de aplicación), en concordancia con el
falso supuesto de derecho por la falta de
aplicación [de esa misma
norma] en conexidad con los artículos 59, 60 y 61 del Reglamento
General de la Ley de Carrera
Administrativa, y la violación constitucional de los
artículos 26 y 49 numeral 1 de la Constitución de la República
Bolivariana de
Venezuela”. (Agregado de la Sala).

Que si bien el acto


administrativo emanado de la Comisión Judicial de fecha 1° de noviembre de
2018, no señala los
motivos de hecho que conllevó a su justificación, no es
menos cierto que su representada “se ausentó por motivos de salud
[de]
su puesto de trabajo, acudiendo a un Centro Hospitalario el día 25 de abril de
2019, por sentirse mal, la cual le
diagnosticaron una patología sobrevenida del
´Síndrome Vertiginoso Mixto a Predominio Periférico Severante
Incapacitante,
Cefalea Cervicogénica, Discopatía Cervical con Protusiondiscal (sic),
Neuropatía de Miembros Superiores a
Predominio Derecho’. Entonces, fue evaluada
en esa oportunidad por el seguro social de esa Entidad regional, la cual le
otorgó
reposo médico desde ese día, 25 de abril de 2019 hasta el 24 de mayo de 2019,
donde inexplicablemente la
Presidencia del Circuito Judicial no tomó en
consideración el reposo médico y la obligó [a] que se reincorporara a
pesar de
estar de reposo para que firmara la notificación de su remoción por
coacción; es decir no le participó a la Comisión
Judicial que [su] representada
al momento de su desincorporación se encontraba de reposo médico, siendo que al
obligarla
a reincorporarse en su puesto de trabajo, allí se evidencia el abuso
de poder [en] que incurrió la funcionaria adscrita como
Presidente del
Circuito Judicial de esa Entidad”. (Agregados de la Sala).

Que la Comisión
Judicial no tomó en consideración que “a ningún funcionario del Poder
Judicial no se le puede
remover estando de reposo, ya que de ser así, sería una
remoción injustificada” ocasionado con ello un acto lesivo a los
derechos y
garantías constitucionales atinentes al trabajo y a los derechos laborales, los
cuales son irrenunciables.

Que el remover a un
funcionario dentro del ejercicio de sus funciones y en reposo médico, comporta
una falta de
aplicación del artículo 31 de la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras en conexidad con los artículos
59, 60 y 61 del
Reglamento de la Ley de Carrera Administrativa, lo cual evidencia que la Administración
incurrió en un
falso supuesto de derecho, toda vez que “la figura del reposo
médico laboral es de riguroso orden público por estar inmerso
[en] el
derecho a la salud consagrado en el artículo 83 del Texto Fundamental como
principio de rango constitucional”,
siendo el caso que su representada
convalidó su reposo médico laboral por más de tres (3) días ante el Instituto
Venezolano
de los Seguros Sociales con sede en Mérida, cumpliendo así con la
ley. (Agregado de la Sala).

Que la
Administración incurrió en un falso supuesto de derecho, por cuanto, en
apariencia la Comisión Judicial
desconocía que su representada había cumplido
con la convalidación del reposo médico, encontrándose por ello suspendida
la relación
laboral por razones de salud al momento de su remoción “siendo coaccionada
por la Presidenta del Circuito
Judicial de [esa] Entidad Regional para
que se reincorporara solo [a] firmar la notificación”. (Agregados de
la Sala).

Que el acto
impugnado “es totalmente inconstitucional, pues adolece de vicios de nulidad
absoluta ya que incurrió
en (…) falso supuesto de hecho y de derecho (…),
trayendo como consecuencia jurídica la subversión de procedimiento al
debido
proceso consagrado en el artículo 49 numeral 1 del Texto Fundamental,
transgrediendo así (…) la tutela judicial
efectiva y eficaz establecida
en el artículo 26 de [la] normativa constitucional”. (Agregado de la
Sala).

Del amparo cautelar.

En este sentido manifestó


que su representada laboró durante diez (10) años, para el Instituto de
Previsión y
Asistencia Social del Ministerio de Educación (IPASME) desde el 15
de diciembre de 1989 hasta el 11 de octubre de 1999, y
a continuación ingresó
en el Poder Judicial con el cargo de Secretaria Auxiliar adscrita al Circuito
Judicial Penal del Estado
Mérida, Extensión El Vigía, luego pasó a Secretaria Judicial,
siendo que en el año 2008, fue designada como Juez Suplente,
comenzando así su
carrera en la judicatura, de lo cual se verifica el transcurso de veintinueve (29)
años al servicio de la
Administración, de los cuales diecinueve (19) de ellos
al servicio del Poder Judicial, “en virtud de lo cual se evidencia que
[ha] cumplido con creces el tiempo requerido a los fines que se [le] otorgue
la jubilación”, siendo relevante que “le
correspondía y le nacía su
derecho a la jubilación como seguridad social (…)”. (Agregados de la Sala).

Que en virtud de los


veintinueve (29) años dentro de la Administración Pública, se le “vulneró el
derecho a su
jubilación que es un derecho adquirido y vitalicio consagrado de
rango constitucional en el artículo 147 de la Constitución
de la República
Bolivariana de Venezuela”.

Que el silencio por parte


de la Administración en relación al recurso de reconsideración interpuesto, dejó
en estado
de indefensión a su representada, pues el acto lesivo le generó un
gravamen que hasta los actuales momentos es irreparable
al cercenársele “su
derecho  la jubilación que es de riguroso orden público constitucional (…) trayéndole
como
consecuencia jurídica la violación a sus derechos constitucionales
extensibles al derecho al trabajo, al derecho a la vejez, el
derecho a la
familia entre otros derechos constitucionales lesionados que requieren que se
restituya la situación jurídica
infringida”.

Como única denuncia señaló


que el acto administrativo incurrió en la violación de los artículos 80, 147 y
334 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, atinente al
derecho a la jubilación por ser de orden público
constitucional y la infracción
“por falta de aplicación del artículo 19 numeral 1 de la Ley Orgánica de
Procedimientos
Administrativos”.

Adujo en tal sentido que al


cercenarle el derecho a la jubilación por el hecho social del trabajo, se
desencadenó “una
serie de lesiones afectando considerablemente el derecho a
la vejez (80), el derecho al Trabajo (87), el derecho a la familia
(75)”,
previstos en el Texto Fundamental.

Solicitó que se sustancie y


decida “la acción de amparo cautelar, ya que el acto lesivo constituye la
situación
jurídica infringida en contra de [su] representada, ya que al
momento de la remoción le correspondía su jubilación
ordinaria, por ser un
derecho adquirido y vitalicio por el hecho social del trabajo donde el Estado
es el garante y
proteccionista del referido principio constitucional”.
(Agregado de la Sala).

Manifestó que “a la luz


del derecho constitucional el constituyente de 1999, consagró como intereses
difusos el
derecho a  la jubilación la cual se regula por la ley de
Jubilaciones de la Administración Pública Nacional, Estadal y
Municipal, en el
caso, del Poder Judicial el Juez deberá cumplir con cinco (5) años dentro de las
esferas, y 25 años de
servicio dentro de la administración pública, a partir de
ese momento no prevalece la edad, siendo este escenario jurídico
aplicable
perfectamente al presente caso bajo especie, siendo inexplicable que la
Comisión Judicial no se percató que la
remoción era inconstitucional, puesto
que prevalecía primeramente la jubilación que está por encima de la remoción,
desincorporación y destitución”.   

Que en ese orden de ideas,


visto el contenido del artículo 19 numeral 1 de la Ley Orgánica de
Procedimientos
Administrativos, solo cabe interpretar “que el legislador
administrativo, prevé que el acto es nulo de nulidad absoluta,
cuando se
vulnera una norma de rango constitucional, siendo aplicable perfectamente el
referido numeral al presente caso,
ya que no es posible que la Comisión
Judicial no se percató  que no podía emanar el referido acto lesivo e
inconstitucional
por estar inmerso el orden público constitucional consagrado
en el artículo 334 del Cuerpo Constitucional (…), es decir, no
aplicó
los artículos 80 y 147 del Texto Fundamental al momento de emanar su acto de
remoción, donde prevalecía por
encima de la desincorporación, destitución y
remoción la jubilación por el hecho social del trabajo”.

Que el derecho a la
jubilación nace de la relación laboral entre el trabajador y el ente público o privado
para quien
prestó el servicio y se obtiene una vez cumplidos los requisitos de
edad y tiempo de servicio en el trabajo, establecidos en
las leyes que regulan
la materia, derecho éste originado en la relación laboral, considerado por
ende, como un derecho social
enmarcado en la Constitución y desarrollado por
las leyes.

Que por ser el derecho a la


jubilación inviolable, la Comisión Judicial debió tomar en consideración que la
jubilación
priva por encima de la remoción, por lo que el acto dictado e
impugnado se encuentra viciado de nulidad absoluta prevista
en el artículo 19 numeral
1 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, y alteró el espíritu,
propósito y razón del
artículo 147 constitucional, siendo procedente la
admisión y consecuente declaratoria con lugar del amparo solicitado.

Finalmente solicitó que sea


admitida la demanda interpuesta y sustanciada la acción de amparo cautelar
incoada, y
que se declare:

Primero: la admisibilidad y
procedencia de la pretensión de nulidad incoada.

Segundo:  con lugar la


nulidad del acto peticionado, y que como consecuencia se le ordene a la
Comisión Judicial del
Tribunal Supremo de Justicia, y se giren las
instrucciones y acciones necesarias a la Dirección Ejecutiva de la Magistratura,
para que se restablezca la situación jurídica infringida y se haga efectiva la reincorporación
al cargo que desempeñaba la
ciudadana Sobeyda del Carmen Mejías Contreras, como
Jueza Provisoria del Tribunal Primero de Primera Instancia en
Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Bolivariano de Mérida, y como
consecuencia de ello la
remoción como Jueza Suplente de la Corte de Apelaciones
de ese mismo Circuito Judicial, y por ende, se le paguen todos
los salarios
dejados de percibir, desde la fecha de su notificación hasta la fecha en que “se
profiera el dispositivo, y en lo
sucesivo todos los salarios que se generen por
la prestación del servicio”, asimismo que le sean reconocidos y cancelados
todos los meses del beneficio del bono de alimentación o cesta ticket
socialista, dejados de percibir desde que cesó en
funciones, y que le sea restituida
la cobertura del seguro médico del Fondo Autoadministrado de Salud de la Dirección
Ejecutiva de la Magistratura (FASDEM) del que disponía la accionante y su grupo
familiar
Tercero: la admisibilidad y
procedencia de la acción de amparo cautelar y se declare la nulidad absoluta
del acto
administrativo impugnado.

Cuarto: se oficie a la
Dirección Administrativa Regional (DAR) con sede en Mérida, para que envíe su expediente
personal, en el que consta la documentación que confirma que laboró durante
diez (10) años en el Instituto de Previsión y
Asistencia Social del Ministerio
de Educación (IPASME), antes de ingresar al Poder Judicial, la cual fue enviada
al
Departamento de Carrera Judicial de la Dirección Ejecutiva de la
Magistratura.

Quinto: se oficie a la
Comisión Judicial de este Alto Tribunal a los fines de la remisión del
expediente administrativo
relacionado con el presente caso.
 
II
COMPETENCIA DE LA SALA
 

A fin de pronunciarse sobre


su competencia para conocer del presente asunto, esta Sala observa que la
abogada
Vestalia Rafaela Tovar Medina,  actuando como apoderada judicial de la
ciudadana Sobeyda del Carmen Mejías Contreras,
ya identificadas, interpuso
demanda de nulidad conjuntamente con acción de amparo cautelar en virtud del silencio
administrativo verificado frente al recurso de
reconsideración ejercido en fecha 17 de junio de 2019 ante la Comisión
Judicial del Tribunal Supremo de Justicia, contra
el acto administrativo signado con el Núm.
TSJ-CJ-3560-2018 de fecha 1°
de noviembre de 2018, mediante el cual “se
acordó su remoción del cargo como Jueza Provisoria del Tribunal
1° de
Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del estado
Bolivariano de Mérida, sede Mérida y
como Jueza Suplente de la Corte de Apelaciones del referido circuito
judicial
penal”. (Resaltado del texto).

Establecido lo anterior se
advierte que, con la creación de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura
(DEM),
mediante la Normativa sobre la Dirección, Gobierno y Administración del
Poder Judicial, dictada por este Alto Tribunal y
publicada en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela Núm. 37.014, de fecha 15 de agosto de
2000, cesó
la Comisión de Funcionamiento y Reestructuración del Sistema Judicial
en las funciones que correspondían al extinto
Consejo de la Judicatura en sus
Salas Plena y Administrativa, y se creó la Comisión Judicial, según lo
dispuesto en su
artículo 2, como órgano del Tribunal Supremo de Justicia, para
ejercer por delegación las funciones de control y supervisión
de la Dirección
Ejecutiva de la Magistratura (DEM) y las demás competencias previstas en esa
normativa.

En virtud de
ello, este Máximo Tribunal  le ha asignado
a la Comisión Judicial la función de designar y remover
jueces, pero siempre
sujeta a la determinación de la Sala Plena. En efecto, esta Sala estableció que
la Comisión Judicial
es “(…) la representación abreviada de
la totalidad de los miembros que componen el Tribunal Supremo de Justicia, al
punto que se encuentra integrada por un Magistrado de cada una de las Salas (…)”;
además, está legitimada “(…) para
actuar por delegación en las tareas que le
sean asignadas por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, dentro del
amplio espectro que conlleva la dirección, gobierno y administración del Poder
Judicial (…)”, lo cual implica el ingreso y
permanencia de los
jueces.  (Vid., sentencia Núm. 01798 de fecha 19 de octubre de
2004, ratificada entre otras en decisiones
Núms. 0548 del 30 de abril de 2008 y
930 del 2 de agosto de 2018).

Conforme a lo expuesto, la
Comisión Judicial  es una dependencia administrativa de este Tribunal
Supremo de
Justicia, por lo que debe atenderse a lo previsto en el numeral 5
del artículo 26 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, cuyo
contenido se transcribe a continuación:
“Artículo 26. Son competencias de la
Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia:
(…omissis…)
5. Las demandas de nulidad contra los actos administrativos
de efectos generales o particulares
dictados por el Presidente o Presidenta de
la República, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta
Ejecutiva de la
República, los ministros o ministras del Poder Popular, así como por las
máximas
autoridades de los demás organismos de rango constitucional, cuyo
conocimiento no estuviere
atribuido a otro órgano de la Jurisdicción
Administrativa en razón de la materia”.

En los mismos términos


el  numeral 5 del artículo 23 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso
Administrativa, dispone: 

“Artículo 23.- La Sala Político-Administrativa del


Tribunal Supremo de Justicia es competente para
conocer de: (…)
  5.   Las demandas de nulidad  contra
los actos administrativos de efectos generales o
particulares  dictados 
por el Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente Ejecutivo o
Vicepresidenta Ejecutiva de la República, los Ministros o Ministras, así
como  por las máximas
autoridades de los demás organismos de rango
constitucional, si su competencia no está atribuida a
otro tribunal  (…)”.    (Resaltado de la
Sala). 

Las normas parcialmente


citadas  atribuyen a esta Sala la
competencia para conocer de las demandas de nulidad
incoadas contra los actos
administrativos emanados del  Presidente
o Presidenta de la República, del Vicepresidente
Ejecutivo o Vicepresidenta
Ejecutiva de la República, de los Ministros o Ministras, y de las máximas
autoridades de los
demás órganos de rango constitucional.

En este caso, en las líneas


que anteceden se reseñó que se interpuso una demanda de nulidad contra una
decisión de
la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de Justicia, por lo que
con fundamento en las normas parcialmente transcritas,
corresponde a esta Sala
la competencia para conocer el presente asunto. Así se decide.
 
III
PUNTO PREVIO
PROCEDIMIENTO APLICABLE PARA EL TRÁMITE DEL
AMPARO CAUTELAR SOLICITADO
CONJUNTAMENTE CON DEMANDAS DE NULIDAD
 

Como punto previo al


pronunciamiento sobre la procedencia del amparo cautelar ejercido por la abogada
Vestalia
Rafaela Tovar Medina, actuando como apoderada judicial de la ciudadana
Sobeyda del Carmen Mejías Contreras, ya
identificadas, se impone reiterar en esta
oportunidad algunas consideraciones en torno al procedimiento a seguir en la
tramitación de las solicitudes de amparo formuladas conjuntamente con la demanda
de nulidad, y en tal sentido es de
destacar que mediante sentencias Núms. 1.050 y
1.060 del 3 de agosto de 2011 (ratificadas, entre otras, en decisiones Núms.
1.454, 327 y 411 de fechas 3 de noviembre de 2011, 18 de abril de 2012 y 24 de
abril de 2013, respectivamente), esta Sala
Político-Administrativa estimó que el trámite de
las solicitudes cautelares en los procedimientos de naturaleza
contencioso-
administrativa (con excepción de aquéllas dictadas dentro del
procedimiento breve) previsto en los artículos 103 y 105 de la
Ley Orgánica de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa, “no resulta el más idóneo para
garantizar el derecho a la
tutela judicial efectiva  (…)  tomando
en consideración las exigencias de brevedad y no formalidad, contempladas en el
artículo 26  [de la Constitución]  para el restablecimiento, de
forma inmediata, de la situación jurídica
infringida”. (Agregado de la
Sala).
De esa forma, se advirtió que
al estar vinculado dicho amparo a la violación de derechos y garantías de rango
constitucional, debe examinarse y decidirse de manera expedita (sin dilaciones
indebidas), con el objeto de restablecer la
situación jurídica que hubiere sido
lesionada, conforme al principio de tutela judicial efectiva.

Por tal motivo, esta Sala


consideró necesario aplicar nuevamente el criterio por ella sostenido en la
sentencia Núm.
402 del 20 de marzo de 2001 (caso:  Marvin Enrique Sierra
Velasco), esto es, antes de la entrada en vigencia de la Ley
Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, respecto al procedimiento que debía
seguirse en los casos en que se
solicitara un amparo constitucional
conjuntamente con la interposición de un recurso contencioso administrativo de
nulidad.

Así, se reiteró en los aludidos fallos


Núms. 1.050 y 1.060, con base en la indicada sentencia Núm. 402, que:  “(i)
cuando se interpusiere un recurso de nulidad” conjuntamente con una acción
de amparo, este órgano jurisdiccional deberá
pronunciarse provisionalmente
sobre la admisibilidad de la acción principal con prescindencia del análisis de
la causal
atinente a la caducidad del recurso ejercido, debiendo resolver de
forma inmediata la pretensión de amparo cautelar
formulada; y, (ii) en
el supuesto de declararse improcedente el amparo cautelar solicitado, se
remitirá el expediente al
Juzgado de Sustanciación a fin que emita el
pronunciamiento correspondiente a la caducidad como causal de inadmisibilidad
del recurso principal. (Vid.,
sentencia de esta Sala Núm. 02 del 16 de enero de 2013).

Tomando en
consideración el señalado razonamiento, y analizado como ha sido lo relativo a
la competencia, esta
Máxima Instancia pasará a pronunciarse de manera
provisional sobre la admisibilidad de la demanda, para luego -de ser el
caso-
decidir sobre la procedencia de la cautela constitucional peticionada y decidir
conforme al criterio precedentemente
establecido. Así se decide. (Vid.,
sentencia Núm. 00481 del 6 de agosto de 2019).
 
IV
ADMISIÓN DE LA DEMANDA DE NULIDAD
 

Precisado lo anterior,
corresponde a esta  Sala pronunciarse sobre la admisibilidad de la demanda
incoada. A tal
efecto deberán examinarse las causales de inadmisibilidad
previstas en el artículo 35 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso
Administrativa con excepción de la caducidad de la acción que será
analizada  al momento de la admisión
definitiva que realice el Juzgado de
Sustanciación.

  Aprecia la Sala que en


el presente caso no se verifica alguna de las  restantes causales de
inadmisibilidad
establecidas en el mencionado artículo, cuáles son: 1) no se
han acumulado acciones excluyentes; 2) se ha acompañado la
documentación
necesaria a los fines de la admisión de la acción; 3) no existe evidencia de
infracción a la cosa juzgada; 4) no
se aprecian en el escrito recursivo
conceptos irrespetuosos, ni contradicción con el orden público, las buenas
costumbres o
alguna disposición expresa de la ley.

En consecuencia, al no
incurrir la solicitud bajo análisis en alguna de las referidas causales de
inadmisibilidad, se
admite provisionalmente la presente demanda de nulidad cuanto
ha lugar en derecho. Así se declara.
 
V
AMPARO CAUTELAR
 

Corresponde a esta Sala


pronunciarse sobre la medida cautelar de amparo constitucional interpuesta por
la parte
demandante, y a tal efecto debe analizarse el fumus boni
iuris, con el objeto de concretar la presunción grave de violación o
amenazas de violación del derecho o derechos constitucionales alegados por la
parte quejosa, para lo cual es necesario no un
simple alegato de perjuicio,
sino la argumentación y la acreditación de hechos concretos de los cuales nazca
la convicción de
violación a los derechos constitucionales de la accionante.

En cuanto al periculum
in mora, se reitera que en estos casos es determinable por la sola
verificación del extremo
anterior, pues la circunstancia de que exista una
presunción grave de violación de un derecho de orden constitucional o su
limitación fuera de los parámetros permitidos en el Texto Fundamental, conduce
a la convicción de que por la naturaleza de
los intereses debatidos debe
preservarse  in límine  su ejercicio pleno, ante el riesgo
inminente de causar un perjuicio
irreparable en la definitiva a la parte que
alega la violación. (Ver sentencia de esta Sala Núm. 062 de fecha 2 de febrero
de
2012).

Establecido lo anterior, pasa


esta Sala a revisar los requisitos de procedencia de la medida cautelar de
amparo
constitucional solicitada, con el propósito de evitar una lesión
irreparable o de difícil reparación en el orden constitucional al
ejecutarse un
acto administrativo que eventualmente resulte anulado, pudiendo constituir un
atentado al derecho a la tutela
judicial efectiva.

En tal sentido se observa que en el presente caso, la


parte accionante fundamentó su pretensión cautelar en  los
artículos 80,
147 y 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
atención a la violación del derecho
al principio de dignidad, de la función
pública y de la garantía de la Constitución, ello por cuanto en sesión del 1°
de
noviembre de 2018, la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante oficio Núm. TSJ-CJ-3560-2018 de esa
misma fecha, la removió del cargo
de Jueza Provisoria del Tribunal Primero de Primera Instancia en Funciones de
Control
del Circuito Judicial Penal del Estado Bolivariano de Mérida, afirmando
que para el momento de tal remoción se encontraba
de reposo médico desde el 24
de abril de 2019 hasta el 24 de mayo de 2019.

Asimismo pidió que la


medida cautelar de amparo solicitada sea acordada y declarada con lugar toda
vez que la
Comisión Judicial “no se percató que la remoción era
inconstitucional, puesto que prevalecía primeramente la jubilación
que está por
encima de la remoción, desincorporación y destitución”.

Precisado lo anterior, correspondería pasar a


verificar las referidas denuncias en el caso bajo examen, sin embargo la
Sala
estima pertinente advertir que lo solicitado por la actora como medida cautelar
implica pronunciamientos que vaciarían
de contenido la sentencia de mérito que
deberá dictarse en la oportunidad de decidir el fondo del asunto planteado y
que,
además requerirían el análisis de normas de rango legal y
sublegal (Ley de Carrera Judicial, publicada en la Gaceta Judicial
Núm. 5.262
Extraordinario del 11 de septiembre de 1.998 y Resolución Núm. 747 del Consejo de la Judicatura de fecha 21
de mayo de
1996, por la cual se dictó el Reglamento para otorgar el Beneficio de
Jubilación y Pensión a los Funcionarios del
Consejo de la Judicatura y del
Poder Judicial, publicado en la Gaceta Oficial Núm. 35.965 del 23 de mayo de
1.996),  lo cual
está vedado a la Sala en esta fase cautelar. Lo
expuesto por sí solo podría determinar la improcedencia de la medida
solicitada. (Vid., sentencias Núms. 01051 del 19 de junio
de 2007 y 00356 del 5 de abril de 2016).

No obstante, se
observa que la actora en cuanto al    fumus boni iuris,
refirió que su remoción del cargo de Jueza
Provisoria del Tribunal Primero de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado
Bolivariano de Mérida, se produjo mientras se encontraba de reposo
médico, “desde el 24 de abril de 2019 hasta el 24 de
mayo de 2019 que
fue renovado y tuvo que hacer acto de presencia coaccionada por parte de la
Presidente del Circuito
Judicial de esa Entidad para que firmara el referido
acto”.
Ahora bien, sin ánimo de
tocar el fondo de la controversia, en lo que respecta al reposo médico, se
observa que hasta
este momento cursan en autos uno del 25 de abril al 15 de
mayo, y otro del 16 al 24 de mayo (viernes), todos de 2019, y no
consta la
prórroga del reposo alegada por la actora. Es el caso que la accionante fue
notificada del acto impugnado el día
jueves 30 de mayo de 2019, fecha posterior
a la indicada en el último de los reposos reseñados.

En razón de ello, en esta


fase, no se vislumbra violación a derecho constitucional alguno. Así se establece.

En este
orden de consideraciones resulta forzoso concluir, que no se verifica la
presunción de buen derecho (fumus
boni iuris), en consecuencia el amparo
cautelar solicitado es improcedente. Así se decide.
 
VI
DECISIÓN
 

Atendiendo a los razonamientos


antes señalados, esta Sala Político-Administrativa  Accidental del
Tribunal Supremo
de Justicia, administrando justicia en nombre de la República
por autoridad de la Ley, declara:

1.- Su COMPETENCIA para


conocer de la demanda de nulidad interpuesta conjuntamente con amparo cautelar.

2.-   Que ADMITE   provisionalmente


la demanda de nulidad incoada por la
apoderada judicial de la ciudadana
SOBEYDA DEL CARMEN MEJÍAS CONTRERAS, en virtud del silencio administrativo verificado frente al recurso de
reconsideración ejercido contra el acto
administrativo signado con el Núm. TSJ-CJ-3560-2018 de fecha 1° de noviembre de
2018 dictado por la COMISIÓN JUDICIAL DEL
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA.

3.- IMPROCEDENTE la acción de amparo cautelar


propuesta.

Publíquese, regístrese y
comuníquese. Notifíquese  la Procuraduría General de la República. Remítase el
expediente
al Juzgado de Sustanciación de esta Sala, a los fines de que
verifique la caducidad de la acción. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala
Político-Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, a los dieciocho (18)
días del mes de noviembre del año dos mil veinte (2020). Años 210º de la
Independencia y
161º de la Federación.
 
El Presidente,    
MARCO ANTONIO MEDINA
SALAS
 
    La Vicepresidenta,
  BÁRBARA
  GABRIELA CÉSAR
SIERO
 
El
Magistrado,    
INOCENCIO FIGUEROA
ARIZALETA
 
    La Magistrada-Ponente,
EULALIA
COROMOTO
GUERRERO RIVERO
 
La Magistrada – Suplente,    
ISMELDA LUISA RINCON
OCANDO
 
 
 
  La Secretaria,  
GLADYS AZUAJE
BARRETO
 
  En fecha diecinueve (19) de noviembre del año  
dos
mil veinte, se publicó y registró la anterior
sentencia bajo el Nº 00171, la
cual no está
firmada por la Magistrada Suplente Ismelda
Luisa Rincón Ocando,
por motivos justificados.
  La Secretaria,  
GLADYS AZUAJE
BARRETO
 
 

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