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IMPRESO EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

Se terminó de imprimir el día 4 de enero de 1996, en


ARTES GRÁFICAS CANDIL S.R.L., Nicaragua 4462, Buenos Aires *
PRIMERA PARTE

ANTECEDENTES Y CUESTIONES
GENERALES

1. Introducción. Protección de los derechos


fundamentales
a) Fuentes de la protección de los derechos fun-
damentales. Hay dos fuentes fundamentales en la
protección de la persona y sus derechos. Son ellas el
habeos corpas y el "amparo". Cierto que estos vo-
cablos a veces se confunden entre sí, o uno de ellos
engloba al otro; depende todo ello de los tiempos,
los lugares y las legislaciones. Sin embargo, usare-
mos la primera expresión para designar la protec-
ción constitucional y legal de la libertad personal y
la segunda para la protección constitucional y legal
de los restantes derechos. Aunque en este trabajo
trataremos diversas normas provinciales e interna-
cionales, el artículo está destinado básicamente al
estudio de la cuestión federal en la República Ar-
gentina, con motivo de la Constitución reformada
en 1994, cuya aplicación y extrapolación, para or-
denamientos similares, es perfectamente válida.
8 ENRIQUE M. FALCÓN

b) El habeos corpus. "Habeas corpus es una frase


latina tomada por el derecho anglosajón y adoptada
posteriormente por el resto de los países, donde la
libertad personal es considerada. Garrone1 explica
al respecto que se trata de una "garantía típica de
la libertad". Institución dada en amparo de todos
los derechos que constituyen el elemento dinámico
de la libertad (facultad de hacer) y todas las invio-
labilidades que constituyen su elemento estático. El
habeas corpus debe ser hoy una institución de dife-
rente alcance que la creada originariamente por la
ley inglesa del año 1679 y se cometería un anacro-
nismo si se pretendiese juzgar su carácter y exten-
sión actual de acuerdo con los preceptos de la ley
originaria. Desde el año 1215, en que se firmó
la Carta Magna, hasta 1679, rigió el principio de la
libertad individual para todos los subditos ingleses,
pero este principio fue fácilmente burlado por los
que disponían de la fuerza como supremo argu-
mento. A eso se debió la ley de habeas corpus dic-
tada en 1679 con el propósito de garantizar la
efectividad de aquel principio. El habeas corpus,
consagrado por la ley de 1679, "es una institución
que garantiza la libertad individual poniendo al al-
cance de los individuos un medio expeditivo de ob-

GARRONE, Diccionario Jurídico Abeledo-Petrot, T. II,


Buenos Aires, 1986, pág. 221.
HABEAS DATA 9
tener de inmediato el amparo de los magistrados"2.
En la Constitución federal argentina hasta 1994, no
existía una norma expresa. Sí la había en las consti-
tuciones provinciales y se la consideraba implícita
en las normas de la Constitución federal, a la vez
que era regulada por leyes especiales. La reforma
de 1994, al agregar los nuevos derechos y garantías
en el artículo 43 introdujo la figura expresamente en
los siguientes términos y dentro de la estructura del
amparo: "Cuando el derecho lesionado, restringido,
alterado o amenazado fuera la libertad física, o en
caso de agravamiento ilegítimo en la forma o con-
diciones de detención, o en el de desaparición for-
zada de personas, la acción de habeas corpus podrá
ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en
su favor y el juez resolverá de inmediato, aun du-
rante la vigencia del estado de sitio".

c) El amparo. Aunque el amparo tiene antece-


dentes en el Derecho Romano y en instituciones de
la Edad Media, la concepción contemporánea está
ligada al Derecho mexicano de mediados del siglo
pasado. Se trata de un procedimiento rápido y sen-
cillo destinado a proteger los derechos constitucio-
nales fundamentales (excluida la libertad personal
que hemos visto regulada por el habeas corpus),
ante actos del poder público o de particulares. Es

Otros antecedentes pueden consultarse en ALSINA, Tratado


Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, T. IV,
Buenos Aires, 1961, pág. 348.
10 ENRIQUE M. FALCÓN

una vía preventiva y puede considerarse cautelar,


cuyo uso se previene cuando no existan otros me-
dios para la protección, o los existentes no sean efi-
cientes, de modo que si no se actúa los perjuicios se
tornarán irreparables3. El juicio de amparo mexi-
cano fue instituido por el Acta de Reformas a la
Constitución el 18 de mayo de 1847 y reglamentado
por la Ley de Amparo, objeto de numerosas modifi-
caciones4. Pero el amparo mexicano se extendía a
otras áreas. Héctor Fix Zamudio5 describe la exten-
sión de estas funciones: a) como defensa de los
derechos de la libertad (prácticamente habeos cor-
pus), b) el amparo contra leyes para proteger la su-
premacía de la Constitución (es la acción o recurso
de inconstitucionalidad), c) el amparo en materia
judicial, amparo-casación o simplemente casación,
d) el amparo administrativo (o recurso ante los tri
bunales por actos de la administración). La exten-
sión fue en algunos casos criticada, pero en la
actualidad el amparo aparece como una figura ge-
nérica comprensiva de diversas instituciones, con
mayor extensión que la anterior mexicana. De ma-

3
Conf. VESCOVI, LOS Recursos Judiciales y demás Medios Im-
pugnativos en Iberoamérica, Buenos Aires, 1988, págs. 466/7.
4
ALSINA, Tratado..., cit., T. IV, pág. 359; con cit. ECHANOVE
TRUJILLO, "El juicio de amparo mexicano", en Rev. de la Fac. de
Der. de México, t. 1, enero-junio de 1951, nros. 1-2.
Fix ZAMUDIO, H., El Juicio de Amparo, México 1964, págs.
110,207y377ysigs.
HABEAS DATA 11
ñera que el carácter precursor de esta legislación es
innegable.

d) Recepción en la Argentina. El juicio de am-


paro fue adoptado por otros países latinoamerica-
nos. Pero en la Argentina, pese a que en muchas
constituciones provinciales se había incluido, la
Constitución federal no lo traía y no fue sino hasta
1957 que la Corte lo incorporó, pretorianamente,
para actos del poder público en el caso Siri.

2. Nacimiento y primeras manifestaciones


del amparo en la Argentina
a) Antecedentes del amparo federal. El caso Siri.
En la Argentina, en el ámbito federal el amparo
tiene una recepción tardía. Las provincias no
obstante habían tenido sus propias instituciones
que fueron variando y creciendo. Primero la Cons-
titución de Santa Fe de 1921 (art. 17), luego Entre
Ríos en 1933, como una ampliación del habeos cor-
pus (arts. 25/27), Mendoza en la Constitución de
1949 (art. 33), etcétera6. Llegó como una decisión

Las constituciones provinciales y leyes que tratan el amparo


fueron: Santa Fe (1921, ref. 1962, art. 17), Entre Ríos (1933, arts.
25, 26 y 27), Santiago del Estero (1939), Mendoza (1949, dero-
gada en 1956); en 1957 Santa Cruz (arts. 15 y 62), Formosa (art.
20, ref. 1959, art. 66), Chubut (arts. 34 a 37), Río Negro (art. 11)
y Neuquén (art. 44); en 1958 lo consagraron Misiones (arts.
16/18) y San Luis (conf. ley 2596); en 1960 La Pampa (art. 16),
Corrientes, La Rioja (ley 2690); en 1962 Salta (el dec.-ley 163
12 ENRIQUE M. FALCON

pretoriana de la Corte en 1957 en el caso Siri, se-


gún ya hemos mencionado. La cuestión se originó
-como lo recuerda Salgado7- cuando el director y
administrador del diario Mercedes, de la ciudad
homónima (provincia de Buenos Aires), promueve
una petición contra la clausura del local en que fun-
cionaba el diario. Requeridos informes al comisario
local, imputa la medida a la Dirección de Seguridad
de la policía. Sin embargo, nuevos informes del jefe
de la policía, del Ministro de Gobierno y de la Co-
misión Investigadora Nacional dieron como resul-
tado que nadie conocía las causas de la clausura. El
juez, siguiendo la doctrina tradicional de la Corte,
rechaza la petición por no afectarse la libertad
individual. Frente a la reposición interpuesta, el
magistrado requiere informes al comisario de
policía, quien expresa que ha sido dejada sin efecto
la consigna y se mantiene la vigilancia del local. El
juez rechaza la reposición y la Cámara de Apela-
ciones confirma la resolución, contra cuya sentencia
se deduce recurso extraordinario. El Procurador
General de la Nación, Sebastián Soler, dictaminó
que: "el recurso de habeos corpus sólo protege a las
personas privadas de la libertad corporal sin orden
modificó el Cód. Proc. Penal en la esfera del habeos corpus), en
1965, la pcia. de Buenos Aires (ley 7166), concordante con Ca-
tamarca. Con posterioridad las nuevas constituciones o sus re-
formas avanzaron en el amparo hacia la protección más com-
pleta, según tendremos oportunidad de ver.
SALGADO, A. J., Juicio de Amparo y Acción de Inconstitu-
cionalidad, pág. 5.
IIABEAS DATA 13
de autoridad competente", por lo que propugnó la
confirmatoria del fallo precedente.
Sin embargo, la Corte optó por pedir informes
de los cuales surgía que la clausura del diario se
mantenía. En tal circunstancia la mayoría dijo, en
síntesis, que en primer lugar el interesado no había
deducido recurso de habeos corpus, sino que había
invocado la libertad de imprenta y de trabajo, las
que se hallan amparadas por los artículos 14, 17 y
18 de la Constitución Nacional y por ello "la com-
probación inmediata de que una libertad constitu-
cional se halla evidentemente restringida, sin orden
de autoridad competente ni expresión de causa que
la justifique, es suficiente para que la garantía cons-
titucional invocada sea restablecida por el Poder
Judicial en su integridad, sin que pueda alegarse en
contrario la inexistencia de una ley que reglamente
dicha garantía, por cuanto las garantías individuales
existen y protegen a los individuos por el solo hecho
de estar consagradas por la Constitución, e inde-
pendientemente de las leyes reglamentarias, las
cuales sólo son requeridas para establecer en qué
casos y con qué justificativos podrá procederse a su
allanamiento y ocupación, como dice el artículo 18
de la ley suprema a propósito de una de ellas, y
porqué los preceptos constitucionales, tanto como
la experiencia institucional del país, reclaman de
consuno el goce y ejercicio pleno de las garantías
individuales para la efectiva vigencia del Estado de
14 ENRIQUE M. FALCON

derecho, e imponen a los jueces el deber de asegu-


rarlas"8.

b) El caso Kot. El caso Siri comprendía sola-


mente la protección contra actos del poder público.
Al año siguiente unos obreros ocuparon una fábrica
permitiendo el acceso a los propietarios, pero impi-
diendo el ingreso del personal y los capataces. Si
bien se había iniciado una acción por usurpación
que no tuvo resultado favorable en ninguna de las
instancias, paralelamente se interpuso el recurso de
amparo, con fundamento en el caso Siri. La causa
fue originalmente caratulada como de habeos cor-
pus. Con diversas variantes fue rechazada en todas
las instancias hasta que llegó a la Corte donde el
procurador entendió que la acción no era proce-
dente porque el reclamo se fundaba en la recupera-
ción de la fábrica: 1°) no era de aplicación el caso
Siri establecido para actos del poder público y 2Q)
para la recuperación existían los interdictos perti-
nentes. No obstante la mayoría de la Corte dijo
que: "Quien no dedujo habeos corpus sino amparo,
invocando los derecho constitucionales de la liber-
tad de trabajo, de la propiedad y de la libre activi-
dad, dedujo una garantía distinta a la que protege la
libertad corporal y que, a semejanza del habeos cor-
pus, procura asimismo una protección expeditiva y
rápida que emana directamente de la Constitución.
La distinción según que la restricción ilegítima

8
CSJN, 27-XII-1957, "Siri, Ángel S.", L.L., 89-531.
HABEAS DATA 15

provenga de la autoridad pública o de actos de par-


ticulares no es esencial a los fines de la protección
constitucional. Admitido que existe una garantía tá-
cita o implícita que protege los diversos aspectos de
la libertad individual (art. 33, Const. Nac), ninguna
reserva cabe establecer de modo que excluya en ab-
soluto y a príori toda restricción que emane de per-
sonas privadas. Es verosímil presumir que en el
ánimo de los constituyentes de 1853, las garantías
constitucionales tuvieron, como inmediata finali-
dad, la protección de los derechos esenciales del
individuo contra los excesos de la autoridad pública.
En el tiempo en que la Constitución fue dictada,
frente al individuo, solo e inerme, no había otra
amenaza verosímil e inminente que la del Estado.
Pero los constituyentes tuvieron la sagacidad y la
prudencia de no fijar exclusivamente en los textos
sólo temores concretos e históricos, sino, más bien
sus aspiraciones y sus designios permanentes y aun,
eternos: 'la protección de la libertad' "'.

c) Triunfo de la tesis restrictiva. La jurispruden-


cia posterior fue cambiante y más bien restrictiva.
Por otro lado el caso Kot (votado sólo por mayoría
y siguiendo la doctrina del caso Siri) no constituía
una protección efectiva contra particulares, sino
que se entendía por particulares a la actuación de
determinados grupos (como en el caso, el gremial).
9
CSJN, 5-IX-1958, "Kot, Samuel S.R.L. (habeos corpus)",
L.L., 92-626.
16 ENRIQUE M. FALCÓN

Por otro lado, los antecedentes de Estados Unidos


de América en el campo constitucional federal, da-
ban carácter restrictivo a la interpretación de las
enmiendas como limitación a la acción del Estado
central o de los Estados y no limitaciones a la ac-
ción de los particulares10.

d) La Ley Federal 16.986 y el Código Procesal Ci-


vil y Comercial Federal. Ese es el criterio que sigue
la línea legislativa cuando sanciona la Ley Federal
de Amparo 16.986, en 1966, que reglamenta el am-
paro contra actos del poder público. No obstante, el
destino ya estaba trazado. La doctrina, especial-
mente, desarrolló sobre estas bases una de las más
extensas elaboraciones, y en 1968, la ley 17.454 san-
cionaba el Código Procesal Civil y Comercial Fede-
ral, que en el artículo 321, inciso 1Q referente al
proceso sumarísimo (hoy art. 321, inc. 2°, conf. ley
22.434), regulaba el amparo por actos de particula-
res. Así de la conjunción de estas dos leyes resul-
taba que el amparo significaba una vía expedita
para cuando se reclamase contra todo acto u omi-
sión de una autoridad pública o de un particular,
que en forma actual o inminente, lesione, restrinja,
altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta algún derecho o garantía explícita o im-
plícitamente reconocidas por la Constitución Na-
cional, siempre que fuere necesaria la reparación

CARRIÓ, G., Recurso de Amparo y Técnica Judicial, Buenos


Aires, 1987, pág. 83.
HABEAS DATA 17
urgente del perjuicio o la cesación inmediata de sus
efectos, y la cuestión, por su naturaleza, no cuente
con otras vías legales ordinarias aptas. De este
modo se consagraba el amparo por actos de los par-
ticulares, pero se mostraban dos procedimientos:
uno relacionado con actos del poder público y otro
con actos de los particulares. Pronto iban a apare-
cer otras vías.

e) Amparo por mora de la administración. En


dos áreas más iba a extenderse el amparo. Una en
las acciones por mora de la administración (art. 28,
ley 19.549 de 1972, reformada por la ley 21.686),
"El que fuere parte en un expediente administra-
tivo podrá solicitar judicialmente se libre orden de
pronto despacho. Dicha orden será procedente
cuando la autoridad administrativa hubiere dejado
vencer los plazos fijados, y en caso de no existir és-
tos, si hubiere transcurrido un plazo que excediere
de lo razonable sin emitir el dictamen o la resoluión
de mero trámite o de fondos que requiera el intere-
sado. Presentado el petitorio, el juez expedirá sobre
su procedencia, teniendo en cuenta las circunstan-
cias del caso, y si lo estimare pertinente requerirá a
la autoridad administrativa interviniente que, en el
plazo que fije, informe sobre las causas de la de-
mora aducida. La decisión del juez será inapelable.
Contestado el requerimiento o vencido el plazo sin
que se lo hubiere evacuado, se resolverá lo perti-
nente acerca de la mora, librando la orden si co-
rrespondiere para que la autoridad administrativa
18 ENRIQUE M. FALCÓN

responsable despache las actuaciones en el plazo


prudencial que se establezca según la naturaleza y
complejidad del dictamen o trámites pendientes".
Otra en el campo de la acción preventiva de incons-
titucionalidad.

f) Acción preventiva de inconstitucionalidad. En


la Argentina no se admitió la acción preventiva de
inconstitucionalidad como se admite en la doctrina
norteamericana. Esta doctrina negativa fue fijada
por la Corte en "Aserradero Clíper SRL11". La idea
restrictiva estaba incorporada al artículo 2Q, inciso
d) de la ley 16.986, conforme con la cual el amparo
no sería admisible cuando la eventual invalidez de
un acto requiriese la declaración de inconstitucio-
nalidad de leyes, decretos u ordenanzas, con exten-
sión del concepto de la acción declarativa. La ley
16.986 dictada más para proteger al Estado en su
arbitrariedad que a los particulares, comenzó a de-
jar espacio para esta defensa en la doctrina de la
Corte en el caso "Outon", donde la Corte Federal
abrió una brecha al establecer que el criterio de la
norma no era absoluto, y que procedía para prote-
ger violaciones palmarias sobre un derecho funda-
mental y evitar un daño irreparable en tiempo
oportuno12. Pero la concepción de que conforme a
los casos que hablan los artículos 100 y 101 de la
Constitución Nacional (actuales 116 y 117), la peti-
11
CSJN, 2-III-1961, L.L., 103-315.
12
CSJN, 29-111-1967, L.L., 126-293.
HABEAS DATA 19
ción debe ser de condena, conservó su fuerza en ca-
sos posteriores. No obstante, autores como Bidart
Campos13, sostuvieron la tesis de que conforme con
el artículo 322 CPCCN la acción meramente decla-
rativa o declarativa de certeza es promotora de un
proceso que configura "causa" en los términos de la
ley 27. Finalmente, en el caso "Santiago del Estero
c/Gobierno Nacional y/o YPF"14, la Corte admitió
la acción meramente declarativa de certeza como
medio procesal idóneo para tratar la acción de in-
constitucionalidad. El criterio se mantuvo poste-
riormente en numerosos fallos en tanto la declara-
ción de certeza no tuviese carácter meramente
"consultivo" y sea un verdadero caso15, para final-
mente consagrarse en el artículo 43 de la Constitu-
ción Nacional.

g) La acción popular. La acción popular se ori-


gina en el derecho procesal penal (v.gr. Ley de En-
juiciamiento Criminal de España, 1882, con antece-

BIDART CAMPOS, G., "La acción declarativa de certeza y el


control de constitucionalidad", enL.L., 154-515.
14
CSJN, 20-VIII-1985, E.D., 115-361.
15
CSJN, 21-V-1987, "Asoc. Civil Escuela Escocesa San An-
drés", Doctr. Jud., 1988-1-138; 29-111-1988, "Colegio San Lucas",
Doctr. Jud., Rep. 1, pág. 42, nro. 12; l-X-1991, "Abudi", Bol.
CSJN, 1992, nro. 1232; Doctr. Jud., 1992-2-818; id. 19-V-1992,
"Leiva c/prov. de Entre Ríos", Bol. CSJN, 1992, nros. 817-818;
Doctr. Jud., 1993-1-604; CSTucumán, 28-IX-1990, E.D., 142-195;
SCBsAs., 26-11-1991; E.D., 142-356; SCMendoza, I, 4-V-1989,
E.D., 133-714; SCSan Luis, 13-IX-1989, E.D., 137-255; etc.
20 ENRIQUE M. BALCÓN

dentes en el sistema acusatorio inglés) que permite


a todos los ciudadanos, hayan o no sido ofendidos
por el delito, querellar, por ser pública la acción pe-
nal, causar un agravio social, e impedir la desidia de
los jueces. Sin embargo pronto se extendió a los ca-
sos en que un derecho, una garantía o patrimonio
social pudiera verse afectado (que en nuestro dere-
cho tiene fundamento en el art. 33, Const. Nac).
Sin embargo la demanda de inconstitucionalidad
como acción popular no fue admitida, como hemos
visto, ya sea por falta de interés concreto, por no
tener acogida en nuestro derecho, por tratarse de
otro tipo de derecho subjetivo o finalmente, por co-
rresponder al defensor del pueblo. En cambio en
Salta la Constitución la consagró especialmente
como acción directa de inconstitucionalidad, que
tiene todo habitante (art. 89) y el Código Procesal
Civil y Comercial la reglamentó (arts. 704/706),
aunque debe afectar de hecho intereses del actor.

3. La consagración constitucional y nuevas


extensiones del amparo en el ámbito federal
a) Los nuevos derechos y garantías en la Consti-
tución federal de 1994. Cuando en 1994 se sanciona
la nueva Constitución federal, en su Primera Parte,
Capítulo II destinada a "Nuevos Derechos y Garan-
tías", se receptó el amparo de un modo global. El
artículo 43 de la citada normativa establece: "Toda
persona puede interponer acción expedita y rápida
de amparo, siempre que no exista otro medio judi-
HABEAS DATA 21

cial más idóneo, contra todo acto u omisión de au-


toridades públicas o de particulares, que en forma
actual o inminente lesione, restrinja, altere o ame-
nace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, de-
rechos y garantías reconocidos por esta Constitu-
ción, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá
declarar la inconstitucionalidad de la norma en que
se funde el acto u omisión lesiva.
"Podrán interponer esta acción contra cualquier
forma de discriminación y en lo relativo a los dere-
chos que protegen al ambiente, a la competencia, al
usuario y al consumidor, así como a los derechos de
incidencia colectiva en general, el afectado, el de-
fensor del pueblo y las asociaciones que propendan
a esos fines, registradas conforme a la ley, la que
determinará los requisitos y formas de su organi-
zación.
"Toda persona podrá interponer esta acción para
tomar conocimiento de los datos a ella referidos y
de su finalidad, que consten en registros o bancos
de datos públicos, o los privados destinados a pro-
veer informes, y en caso de falsedad o discrimina-
ción, para exigir la supresión, rectificación, confi-
dencialidad o actualización de aquéllos. No podrá
afectarse el secreto de las fuentes de información
periodística.
"Cuando el derecho lesionado, restringido, alte-
rado o amenazado fuera la libertad física, o en caso
de agravamiento ilegítimo en la forma o condicio-
nes de detención, o en el de desaparición forzada
de personas, la acción de habeos corpus podrá ser
22 ENRIQUE M. FALCÓN

interpuesta por el afectado o por cualquiera en su


favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante
la vigencia del estado de sitio".

b) Alcance de la norma. Esta norma se comple-


menta con los derechos que la misma Constitución
establece para la protección del medio ambiente
(art. 41, Const. Nac), de los consumidores, usua-
rios, de la competencia (art. 42), coordinado con la
incorporación de los tratados internacionales sobre
derechos humanos que tienen jerarquía constitu-
cional (art. 75, inc. 22, Const. Nac). De manera que
el amparo tiene ahora un marco general tradicional
extendido en forma específica a:
- la acción de inconstitucionalidad,
- contra la discriminación,
- para la protección del medio ambiente,
- la competencia, el usuario y el consumidor,
- la legitimación en el caso de los intereses di-
fusos,
- el habeos corpus y
- el habeos data.
SEGUNDA PARTE

EL "HABEAS DATA"

4. El "habeas data". Nociones generales


a) Concepto. Se llama habeas data a un remedio
urgente para que las personas puedan obtener: a) el
conocimiento de los datos a ellas referidos y de su
finalidad, que consten en registros o bancos de da-
tos públicos o privados, y b) en su caso para exigir
la supresión, rectificación, confidencialidad o ac-
tualización de aquéllos. Carrascosa López16, ya ha-
bía recogido esta idea en el sentido de que dos son
los principios fundamentales para la protección de
la intimidad de las personas: el derecho a conocer
el dato de carácter personal y el derecho de rec-
tificación de la información errónea. La locución
habeas data es un préstamo poco ceremonioso a la
historia. Es lo que se puede decir el empleo paro-
nímico de palabras universal y secularmente consa-

CARRASCOSA LÓPEZ, Valentín, "Derecho a la intimidad e


informática", en rev. Informática y Derecho, UNED, nro. 1-1992,
pág. 23.
24 ENRIQUE M. FALCÓN

gradas17. Por vía de esta extensión con referencia al


habeos corpus, habeos data viene a significar: trai-
gan el dato y sométanlo al tribunal. Sin embargo el
verdadero origen del término es desconocido, aun-
que reciente. Ha coincidido con el auge de la in-
formática y aparentemente consagrado por primera
vez en la Constitución portuguesa de 1976 (art. 35),
aunque ya desde hacía mucho tiempo la intimidad
personal que es una de las bases esenciales del ha-
beos data, había sido establecida por la normativa.
La expresión, como en otros campos del derecho
(sana crítica, habeos corpus, deber ser, etc.) es una
construcción nominal sustantiva en la cual el adje-
tivo (habeos) califica una cualidad permanente del
sustantivo (data)1*.

b) Pretensiones que incluye. En realidad se trata


de la regulación de dos pretensiones sucesivas y se-
cuenciales, una subsidiaria de la otra, la primera de
información y la segunda de conocimiento y ejecu-
ción. La pretensión de información requiere que se
trate de: a) datos de una persona, b) que esos datos
consten en registros públicos o privados, y c) que
esos registros estén destinados a dar información de
los datos del requirente (en algunos ordenamientos

OTHON SIDOW, J. M., "Las nuevas figuras del derecho


constitucional brasileño (mandamiento de ejecución y habeas
data)", enL.L., 1992-E-1016.
18
BIANCHI DE LA CORTINA, E., Gramática Estructural, T. III,
España, 1980, págs. 69 y 89.
HABEAS DATA 25
como la Constitución federal se agrega una limita-
ción y es que los datos sean falsos o discriminatorios),
y d) en su caso se informe la finalidad de dichos re-
gistros. La pretensión subsidiaria de conocimiento y
ejecución, tiende -previa bilateralidad de la audien-
cia - a exigir la supresión, rectificación, confidencia-
lidad o actualización de dichos datos, sin poder afec-
tarse el secreto de las fuentes de información.

c) Amparo y habeos data Contenido. La cues-


tión del habeos data presenta así un campo central
y un campo difuso que está ligado inexorablemente
a derechos fundamentales de la persona, interrela-
cionados con aspectos sociológicos y tecnológicos,
tales como: a) el derecho a la intimidad, b) la dis-
criminación, c) las fuentes de información y la
prensa, d) los registros (registros propiamente di-
chos, archivos y bancos de datos), e) los derechos
humanos, f) la informática y la telemática. De allí
surgen dos aspectos fundamentales, el primero re-
lacionado con los derechos a proteger, el segundo
con el requerimiento respecto del archivo, registro
o banco de datos.
1) En cuanto a los derechos a proteger surge
bastante claro que la limitación estricta a las expre-
siones "falsedad" y "discriminación" de la Constitu-
ción Nacional es discutible a la luz de las restantes
disposiciones y porque la afectación de otros dere-
chos constitucionales surge del mismo amparo. Au-
26 ENRIQUE M. FALCÓN

tores como Badeni19 expresan que el ejercicio del


habeos data, y sin perjuicio de la remisión constitu-
cional a la acción de amparo, requiere necesaria-
mente de una ley reglamentaria destinada a preci-
sar sus alcances. Ello se impone como consecuencia
de la inevitable colisión que producirá el habeos
data con la inviolabilidad del domicilio, inviolabili-
dad de la correspondencia y los papeles privados, la
seguridad del Estado y el sistema democrático cons-
titucional, el secreto profesional, el secreto comer-
cial, el secreto industrial y otras manifestaciones de
la vida humana que disfrutan de expresa o implícita
protección constitucional. A su vez Sagúes20 expresa
que sin ley especial, el amparo (habeos data), po-
dría ejecutarse tal vez menos, a fin de cubrir las
áreas estrictamente constitucionales que hacen a la
intimidad (art. 19, Const. Nac), el honor y la digni-
dad personales, la propia imagen (derechos no enu-

19
BADENI, G., Nuevos Derechos y Garantías, pág. 152.
20
SAGÜÉS, N. P., "El amparo informativo", en L.L., 1991-D-
1035. En la edición 1995 de Acción de Amparo, pág. 681, mani-
fiesta que la limitación constitucional se puede resolver teniendo
en cuenta que el amparo de la intimidad o del honor se vincula a
menudo con la falsedad de datos o la discriminación; y que si así
no fuera, una norma reglamentaria del habeos data estaría habili-
tada para proyectarlo para aquellos derechos. Paralelamente es
posible concluir que si la privacidad y el honor son derechos de
raigambre constitucional, deben lo mismo protegerse por el vehí-
culo que sea necesario a tales fines, y que por ello el habeas data
no podría negarse en la especie. Tal extensión de la figura puede
(y debe) consumarse incluso por la jurisprudencia.
HABEAS DATA 27
merados, pero emergentes del art. 33, Const. Nac),
la igualdad (art. 16, Const. Nac), los derechos a la
libertad religiosa y política (arts. 14 y 22), etcétera,
todo ello partiendo de la ley 16.986 y el Código Pro-
cesal Civil y Comercial, respecto del amparo contra
particulares21.
2) En punto al requerimiento que se haga con los
datos relacionados hallamos: 2.1.) La supresión de
datos, especialmente aquellos llamados sensibles
relativos a cuestiones relacionadas con las conviccio-
nes religiosas, ideas gremiales o políticas, cuestiones
de comportamiento sexual, raza, etcétera. Este as-
pecto está relacionado con la discriminación. 2.2.)
Rectificación y actualización. Estas modificaciones
están contestes con que los datos sean veraces y en-
tra dentro del criterio de falsedad, pues un dato
erróneo o desactualizado es, en definitiva, falso y
puede afectar derechos personales. 2.3.) Confiden-
cialidad. Aquí nos hallamos en la esfera de la inti-
midad, protegida desde muchos ángulos normativos
y desde ya la más desarrollada de estas protecciones.

d) El habeos data y el procedimiento. Otro tipo de


cuestiones plantea el habeos data con relación al
proceso a aplicar y la operatividad de las normas
superiores para el caso de ausencia de un procedi-
miento adecuado. Examinaremos pues estos fenó-
menos más adelante. Sin embargo, podemos ade-

Id. cit. págs. 1036-1037; en el mismo sentido SAGÜÉS, Nés-


tor P., Elementos de Derecho Constitucional, T. 2, pág. 86.
28 ENRIQUE M. FALCON

lantar que, además, en el ámbito de la Constitución


federal de la Argentina, no pocos problemas insinúa
la norma, cuando extiende la posibilidad del amparo
y consecuentemente del habeos data a la protección
frente a normas constitucionales, tratados y leyes,
confundiendo - a mi modo de ver- el amparo con
el recurso extraordinario por inconstitucionalidad,
aspecto sobre el que volveremos posteriormente.

e) Razón del nacimiento de este tipo de protec-


ción. El habeos data es un amparo especializado22,
importa una configuración especial, procurando la
tutela del derecho a tener acceso a la información
que de uno tienen los entes públicos o gubernamen-
tales como también los particulares23. Refrendando
los criterios expresados, Pérez Luño24 nos explica:
"En la situación tecnológica propia de la sociedad
contemporánea, todos los ciudadanos, desde su na-
cimiento, se hallan expuestos a violaciones en su in-
timidad perpetradas por determinados abusos de la
informática y la telemática. La injerencia del orde-
nador en las diversas esferas y en el tejido de rela-
ciones que conforman la vida cotidiana se hace
cada vez más extendida, más difusa y, más implaca-

Conf. SAGÜÉS, N. P., "El amparo informativo", cit., pág.


1035.
23
DROMI, R., y MENEM, E., La Constitución Reformada, pág.
168.
PÉREZ LUÑO, Antonio E., "Del habeos coi-pus al habeos
data", en Informática y Derecho UNED, nro. 1, pág. 156.
HABEAS DATA 29
ble. Esta proyección de los efectos del uso de la in-
formática sobre la identidad y dignidad humanas,
incide también en el disfrute de los valores de la
libertad y la igualdad. La libertad, en las sociedades
más avanzadas, se halla acechada por el empleo de
técnicas informáticas de control individual y colec-
tivo que comprometen o erosionan gravemente su
práctica. Contemporáneamente se produce una
agresión a la igualdad, más implacable que cual-
quier otro período histórico, desde el momento en
que se desarrolla una profunda disparidad entre
quienes poseen o tienen acceso, al poder informá-
tico y quienes se hallan marginados de aquel dis-
frute. El habeos data constituye, en suma, el cauce
procesal para salvaguardar la libertad de la persona
en la esfera informática, que cumple una función
paralela, en el seno de los derechos humanos de la
tercera generación, a la que en los de primera ge-
neración correspondió el habeas corpus respecto de
la libertad física o de movimientos de personas".
Sin embargo el habeas data podría existir sin la
informática computacional, pues si bien ésta la po-
tencia, no es de la esencia del mismo. Fundamen-
talmente por vía de los Bancos de Datos electróni-
cos. Carrascosa López25 nos dice que: "si pensamos
en la enorme capacidad de los ordenadores actua-
les, en la versatilidad de sus programas, en las redes
de transmisión de datos que permiten acceder desde
cualquier teléfono a todos y cada uno de los ficheros,
25
CARRASCOSA LÓPEZ, cit., pág. 22.
30 ENRIQUE M. FALCÓN

comprendemos que la inquietud sea grande, y que


los problemas sobre la intimidad preocupen al
mundo del derecho. La novedad del fenómeno in-
formático ha desbordado las normas que regían los
antiguos registros...". En el mismo sentido Gozaíni
expone que todo este caudal de conocimientos, es-
tadísticos algunos, e individuales otros, encuentra el
peligro de la negociación o canje informativo, por el
cual las empresas cruzan sus investigaciones sin ad-
vertir al cocontratante las formas como se accede a
datos personales no revelados por el propio estipu-
lante. Este proceder no sería desleal ni contrario a
derecho, por vía de principio, pero ha llevado a los
ordenamientos jurídicos a crear legislaciones reac-
tivas contra esa modalidad26.

5. Legislación constitucional sobre "habeas data"


en la Argentina
a) Constitución federal y constituciones y normas
provinciales. La Constitución federal no menciona
la expresión habeas data en la variante del amparo
que permite esta institución, según ya hemos visto
en el número 3.a), lo incorpora de modo implícito.
Se ciñe a ampliar el amparo a las situaciones previs-
tas en la norma, aunque contiene limitaciones para
la procedencia (falsedad, discriminación) que otras

26
GOZAÍNI, O., "El habeos data", en Comentarios a la
Reforma Constitucional, de la Asoc. Arg. de Der. Const., 1995,
págs. 47/8.
HABEAS DATA 31
legislaciones no traen. En el caso de las garantías
fundamentales, puede suceder que la Constitución
provincial no contenga las normas de la nacional, o
sus disposiciones sean más restrictivas o más am-
plias. En este supuesto también hay dos reglas: 1)
La garantías previstas en la Constitución Nacional
se aplican al ámbito provincial aunque no estén
contenidas en sus constituciones porque suponen
un techo como parte dogmática27. 2) Las constitu-
ciones provinciales pueden, a su vez, ampliar la pro-
tección prevista en la Constitución federal, pero no
restringirla. Bidart Campos28, a mi juicio con gran
acierto, dice: "Se esboza la tesis que tiende a la po-
sible maximización del plexo de derecho de la Consti-
tución federal, manejando como punto central el de
que el deber provincial de acatar la parte dogmática
donde se contiene la declaración de derechos es un
mínimo que las provincias tienen que acatar, respe-
tar y cumplir, pero que pueden superar con un plus
de mejoras que suscita la competencia provincial".
Este criterio ha sido consagrado por ejemplo en la
Constitución de Tucumán, cuyo artículo 22 expresa
que los habitantes de la provincia tienen todos los
derechos de la Constitución Nacional sin negación
ni mengua de otros derechos no enumerados o vir-

BiDART CAMPOS, Tratado Elemental de Derecho Constitu-


cional Argentino, T. V, "El sistema de derechos y el constitucio-
nalismo provincial", pág. 32.
28
BIDART CAMPOS, op. cit., pág. 39.
32 ENRIQUE M. FALCON

tualmente retenidos por el pueblo. Veamos ahora


el texto de las constituciones provinciales:
b) La Constitución de la provincia de Buenos Ai-
res lo menciona de modo expreso y diferenciado, y
define los parámetros de modo más claro, al decir:
"A través de la garantía del habeos data, que se re-
girá por el procedimiento que la ley determine,
toda persona podrá conocer lo que conste de la
misma en forma de registro, archivo o banco de da-
tos de organismos públicos o privados destinados a
proveer informes, así como la finalidad a que se
destine esa información, y a requerir su rectifica-
ción, actualización o cancelación. No podrá afec-
tarse el secreto de las fuentes y el contenido de la
información periodística. Ningún dato podrá regis-
trarse con fines discriminatorios ni será proporcio-
nado a tercero, salvo que tengan un interés legí-
timo. El uso de la informática no podrá vulnerar el
honor, la intimidad personal y familiar y el pleno
ejercicio de los derechos. Todas las garantías pre-
cedentes son operativas. En ausencia de reglamen-
tación, los jueces resolverán sobre la procedencia
de las acciones que se promuevan, en consideración
a la naturaleza de los derechos que se pretenden tu-
telar" (art. 20, inc. c). El uso de la informática como
vulnerador de derechos parece limitado, ya que el
registro -si bien superior, cuando está informa-
tizado- puede realizarse de cualquier modo. La
cuestión proviene de no diferenciar claramente el
registro y los derechos de las partes sobre el mismo
HABEAS DATA 33

y la función de la informática, como veremos que


otras constituciones hacen.
c) La Constitución de Catamarca se encuentra
más limitada cuando dice que: "La libertad que an-
tecede comprende el libre acceso a las fuentes de
información. Prohíbese el monopolio de la infor-
mación gubernativa y el funcionamiento de oficinas
de propaganda de la labor oficial" (art. 11).
d) Córdoba, en su Constitución repite de modo
sintético los conceptos de la de Buenos Aires:
"Toda persona tiene derecho a conocer lo que de él
conste en forma de registro, la finalidad a que se
destina esa información, y a exigir su rectificación y
actualización. Dichos datos no pueden registrarse
con propósitos discriminatorios de ninguna clase ni
ser proporcionados a terceros, excepto cuando ten-
gan un interés legítimo. La ley reglamentará el uso
de la informática para que no vulnere el honor, la
intimidad personal y familiar y el pleno ejercicio de
los derechos" (art. 50). Se advierte claramente por
la redacción que las personas jurídicas se hallan ex-
cluidas, que la cancelación de datos no ha sido pre-
vista (aunque se aplica la norma nacional) y la
misma confusión informática que se produjo en la
norma bonaerense.

e) Chaco trae el tema en el artículo 19: "Habeos


data. Toda persona tiene derecho a informarse de
los datos que sobre sí mismo, o sobre sus bienes,
obren en forma de registros o sistemas oficiales o
34 ENRIQUE M. FALCÓN

privados de carácter público; la finalidad a que se


destine esa información, y a exigir su actualización,
corrección, supresión o confidencialidad. Tales datos
no podrán ser utilizados con fines discriminatorios
de ninguna especie. No podrá afectarse el secreto
de las fuentes de información periodística. Respon-
sabilidad. Ningún juez podrá excusar la denegación
de acciones contempladas en este artículo en el he-
cho de no haberse sancionado las leyes reglamen-
tarias, en cuyo caso deberá arbitrar las medidas
procesales adecuadas. Tampoco podrá negarse a
entender en las acciones o resolverlas en violación
de los plazos previstos. No podrán los funcionarios
o empleados negarse al cumplimento de la orden
judicial respectiva. Si lo hicieren serán enjuiciados,
y, en su caso, removidos". Si bien aquí se limita el
derecho a las personas físicas, se extiende a los bie-
nes y se establecen sanciones para el caso de incum-
plimiento de órdenes judiciales.

f) En Chubut el artículo 56 de la Constitución


dice: "Habeos data. Toda persona puede interponer
acción de amparo para tomar conocimiento de los
datos a ella referidos y de su finalidad, que conste
en registros o bancos de datos públicos o en los pri-
vados destinados a proveer informes y en caso de
error, omisión, falsedad o discriminación, para exi-
gir la supresión rectificación, confidencialidad o ac-
tualización de aquéllos. No puede afectarse el se-
creto de la fuente de información periodística".
HABEAS DATA 35

g) En la Constitución de Jujuy también se arti-


cula sobre el habeos data y la informática: "Todas
las personas tienen derecho a tomar conocimiento
de lo que constare a su respecto en los registros
provinciales de antecedentes personales y del des-
tino de esas informaciones, pudiendo exigir la recti-
ficación de datos. Queda prohibido el acceso de
terceros a esos registros, así como su comunicación
o difusión, salvo en los expresamente previstos por
la ley" (art. 23, inc. 6Q). Aunque la Constitución sólo
prevé la rectificación, el tema se ve ampliado por la
Constitución Nacional. "El procesamiento de datos
por cualquier medio o forma, nunca puede ser utili-
zado para su registro y tratamiento con referencia a
convicciones filosóficas, ideológicas o políticas, fi-
liación partidaria o sindical, creencias religiosas o
respecto de la vida privada, salvo que se tratare de
casos no individualmente identificables y para fines
estadísticos" (id. inc. 8°). Esta segunda parte agrega
la excepción al habeos data por vía estadística im-
personal, y claramente expone la prohibición de
usar el procesamiento de datos (por vía informática
o cualquier otra) de modo discriminatorio. Además
en esta provincia se dictó una ley reglamentaria la
4444 que en su artículo 10 dispone: "...El derecho
de libre acceso a las fuentes de información pública
puede ejercerlo toda persona física o jurídica, radi-
cada en la provincia sin que sea necesario indicar
las razones que lo motivan". De esta manera clari-
fica la legitimación por un lado y extiende clara-
mente la procedencia del recurso.
36 ENRIQUE M. FALCON

h) En Río Negro, a la par que el artículo 26 ga-


rantiza que: "Todos los habitantes de la provincia
gozan del libre acceso a las fuentes públicas de in-
formación", el artículo 20 ya prevé que: "La ley
asegura la intimidad de las personas. El uso de la
información de toda índole y categoría, almace-
nada, procesada o distribuida a través de cualquier
medio físico o electrónico debe respetar el honor, la
privacidad y el goce completo de los derechos. La
ley reglamenta su utilización de acuerdo a los prin-
cipios de justificación social, limitación de la
recolección de datos, calidad, especificación del
propósito, confidencialidad, salvaguarda de la segu-
ridad, apertura de registros, limitación en el tiempo
y control público. Asegura el acceso de las personas
afectadas a la información para su rectificación, ac-
tualización o cancelación cuando no fuera razona-
ble su mantenimiento". Esta última parte relativa a
la razonabilidad puede dar lugar a muchas dudas y
jurisprudencia encontrada y compleja.

i) En la provincia de Salta el habeos data no ha


sido regulado, pero si el amparo, que tiene en su
Constitución una normativa especial en su artículo
15, el que prevé que son nulas y sin valor alguno las
normas de cualquier naturaleza que reglamenten la
procedencia y los requisitos del amparo. Pero el pá-
rrafo anterior al glosado, en mi criterio, impide
además que se pueda regular un procedimiento, pues
luego de definir y establecer el sistema de procedi-
miento del amparo, el mismo artículo 15 expresa que
HABEAS DATA 37

todas las contingencias procesales no previstas en


este artículo son resueltas por el juez de amparo con
arreglo a la recta interpretación de la Constitución.

j) La provincia de San Juan ha tenido aciertos y


desaciertos. En primer lugar el artículo 26 en su
primera parte acierta cuando utiliza la palabra
"registro" en sentido general (sin necesidad de ha-
cer una enumeración taxativa de archivos, bancos
de datos, etc.), aunque este artículo y toda su nor-
mativa está exclusivamente destinado a las personas
físicas. Dice: "Todo ciudadano tiene derecho a to-
mar conocimiento de lo que de él conste en forma
de registro y de la finalidad a que se destinen las in-
formaciones, pudiendo exigir la rectificación de da-
tos, así como su actualización". Luego, al igual que
la Constitución de la provincia de Buenos Aires
confunde el habeos data con la informática: "No se
puede utilizar la informática para el tratamiento de
datos referentes a convicciones políticas, fe reli-
giosa o vida privada, salvo cuando se destine a fines
estadísticos no identificables". El artículo 27, a su
vez, dice que: "Todos los habitantes tienen derecho
a que se les informe veraz y auténticamente sin dis-
torsiones de ningún tipo, teniendo también el dere-
cho al libre acceso a las fuentes de información,
salvo en asuntos vitales para la seguridad del Es-
tado. El tiempo de la reserva se fijará por ley. Los
registros de antecedentes personales harán figurar
en las certificaciones que emitan solamente las cau-
sas con condenas no cumplidas contra el interesado,
38 ENRIQUE M. FALCÓN

salvo solicitud de autoridad judicial o del mismo in-


teresado. No hay restricción alguna para introducir
publicaciones, distribuirlas en el interior de la pro-
vincia, programar, organizar y asistir a congresos de
carácter provincial, nacional o internacional. La in-
formación, en todos sus aspectos es considerada
como de interés público".

k) San Luis lo regula en forma sintética y limi-


tada en su Constitución: "Todos los habitantes de la
provincia gozan del libre acceso a las fuentes públi-
cas de información. Todos los habitantes de la pro-
vincia tienen derecho a tomar conocimiento de lo
que de ellos conste en registros de antecedentes
personales e informarse sobre la finalidad a que se
destinan dichos registros y la fuente de información
en que se obtienen los datos respectivos" (art. 21).
La limitación a la persona física por un lado, los re-
gistros privados excluidos y la falta de previsión so-
bre las fuentes de información periodística son tres
errores de esta norma. Tampoco se definen las fa-
cultades del actor respecto del informe.

/) En Tucumán la Constitución prevé un Tribu-


nal y sobre el proyecto Díaz Ricci se ha elaborado
un Código Procesal Constitucional, que regula el
habeos data como una especie del amparo, reglado
por el artículo 34 de la Constitución provincial sin
distinguir si el acto es del poder público o de parti-
culares.
HABEAS DATA 39

m) En Tierra del Fuego, el artículo 45 de la


Constitución prevé que: "Toda persona tiene dere-
cho a conocer lo que de ella conste en forma de
registro y la finalidad a que se destina esa informa-
ción, y a exigir su rectificación y actualización".
Esos datos no pueden registrarse con propósitos
discriminatorios de ninguna clase, ni ser proporcio-
nados a terceros, excepto cuando éstos tengan un
interés legítimo". Las mismas observaciones reali-
zadas a otras constituciones corresponden a ésta.

n) Conclusiones. Tratamiento. Hablamos así de


diversas variantes en el tratamiento del habeos data
que se pueden sintetizar en: 1.1) Protección dife-
renciada según se trate de actos del poder público o
de particulares; 1.2) Protección unificada; 2.1) Pro-
tección constitucional por vía nacional; 2.2) Protec-
ción constitucional por vía nacional, con un "plus"
provincial; 2.3) Protección constitucional por vía
nacional o provincial con normas específicas pro-
pias del habeos data, constitucionales o legales. En
función de lo expresado y observando en general la
concordancia de las normas provinciales, el trata-
miento del habeos data lo haremos (sin perjuicio de
que el mismo está ligado primero al amparo, aspec-
to que en general ya hemos examinado, pero cuya
particularización excedería este trabajo), siguiendo
este orden: 1) La intimidad personal y su posible
vulneración por la informática. 2) Los registros
(banco de datos, registros propiamente dichos o ar-
chivos). Estos registros tienen que estar destinados
40 ENRIQUE M. FALCON

a proveer informes o ser potencialmente perjudi-


ciales para el interesado. 3) La discriminación o la
afectación de intereses legítimos. 4) El secreto pro-
fesional del periodista y las fuentes de información.

6. El derecho a la intimidad
a) La protección de la intimidad personal en las
normas superiores. La aparición de nuevas técnicas,
el abuso del poder, la necesidad de contar con in-
formación de las personas, y la libertad de informa-
ción, constituyen un meollo en el cual la legislación
necesita proteger la vida privada de las personas,
para que no sea avasallada esa privacidad, especial-
mente por la informática, a través de la protección
de datos, pero no únicamente por esta forma. Ge-
néricamente las convenciones y leyes sobre dere-
chos humanos apuntan a este aspecto, y también lo
hace de modo específico la Convención Europea de
Salvaguardia de los Derechos del Hombre y Liber-
tades Fundamentales. La Constitución argentina ya
tenía un artículo específico que trataba el tema
desde siempre y que fue conservado por la reforma:
"Las acciones privadas de los hombres que de nin-
gún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a
Dios, y exentas de la autoridad de los magistra-
dos..." (art. 19).

b) El Código Civil argentino y otras normas pro-


tectoras. La protección de la intimidad también se
HABEAS DATA 41

volcó específicamente al Código Civil, en su ar-


tículo 1071 bis, agregado por la ley 21.173, en la
siguiente forma: "El que arbitrariamente se entro-
metiere en la vida ajena, publicando retratos, di-
fundiendo correspondencia, mortificando a otros en
sus costumbres o sentimientos, o perturbando de
cualquier modo su intimidad, y el hecho no fuere
un delito penal, será obligado a cesar en tales acti-
vidades, si antes no hubieren cesado, y a pagar una
indemnización que fijará equitativamente el juez,
de acuerdo con las circunstancias; además podrá
éste, a pedido del agraviado, ordenar la publicación
de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si
esta medida fuese procedente para una adecuada
reparación" (este artículo sustituye el artículo 32
bis del mismo ordenamiento que en sentido similar
había agregado la ley 20.889). En cambio, el Código
Penal, como requiere un tipo para la condena, no se
extiende más allá de la tradicional violación del
domicilio (arts. 151 y sigs.) y violación de secretos
(arts. 153 a 157). Por su parte, la Ley de Entidades
Financieras 21.526, establece que las mismas no
podrán revelar las operaciones que realicen, ni las
informaciones que reciban de sus clientes (art. 39).
El derecho a la privacidad e intimidad, fundado
en el artículo 19 de la Constitución, protege jurídi-
camente en relación directa con la libertad indivi-
dual un ámbito de autonomía personal, así como
acciones, hechos y datos que, conforme a las formas
de vida acogidas por la sociedad, están reservadas
al individuo, y cuyo conocimiento y divulgación por
42 ENRIQUE M. FALCON

extraños implica peligro real o potencial para la


misma intimidad . Debe observarse en éste, como
en otros supuestos, que la norma legal contempla la
violación del derecho (en el caso la intimidad per-
sonal) y el pago de una indemnización como daño.
Sin perjuicio de volver sobre el tema, debemos de-
cir que la indemnización debe perseguirse siempre
por la vía ordinaria, ya que el proceso o vía rápida
está destinado a prevenir la violación del derecho
previo al perjuicio o por cese de sus efectos.

c) El derecho a la intimidad y la elaboración ju-


risprudencial. La jurisprudencia argentina elaboró
toda una doctrina sobre este particular. En principio
se estableció que el derecho a la privacidad e intimi-
dad, con fundamento en el artículo 19 de la Consti-
tución Nacional, en relación directa con la libertad
individual, protege jurídicamente un ámbito de au-
tonomía individual constituido por los sentimientos,
hábitos y costumbres, las relaciones familiares, la si-
tuación económica, las creencias religiosas, la salud
mental y física y, en suma, las acciones, hechos o da-
tos que, teniendo en cuenta las formas de vida acep-
tadas por la comunidad están reservadas al propio
individuo, y cuyo conocimiento y divulgación por los
extraños significan un peligro real o potencial a la in-
timidad30. Ya se había expresado -con voto de Bog-
giano - que cabe tener presente que actualmente la
29
CSJN, 11-XII-1984,£.D., 112-239.
^ C S J N , 15-IV-1993, £.£>., 152-569.
HABEAS DATA 43

información es propiedad que se compra y se vende;


y ante los traficantes de la intimidad, el derecho
protege también la vida privada, el debido proceso
libre de todo prejuicio sensacionalista, el derecho al
silencio, a no exhibirse, a hacer el bien sin espectácu-
lo, a mantener en secreto los aspectos más delicados
de la intimidad fuera de toda curiosidad agresiva,
indagación oliscosa o mofa31. La doctrina de la
Corte también era el criterio de los restantes tribuna-
les. Por ejemplo se dijo que el denominado derecho a
la intimidad es el que tiene toda persona humana a
que sea respetada su vida privada y familiar, el de-
recho a no ser objeto de injerencias arbitrarias en la
zona espiritual íntima y reservada de una persona o
de un grupo, especialmente de una familia. Se trata
de hechos de menos gravedad y que solamente
afectan a valores morales de la vida doméstica o de
la debida cortesía que impone entre los hombres la
convivencia en el seno de la sociedad32. Se manifestó
que la tutela del derecho a la intimidad debe ejerci-
tarse frente a cualquier penetración, intención,
atisbo u hostigamiento; dicho amparo tiende a res-
guardar la intangibilidad de la reserva de la vida
privada del individuo y su entorno familiar, sustra-
yéndola del comentario público, de la curiosidad33.
Referido a la normativa en particular se dijo que el

31
CSJN, 8-IX-1992, E.D., 149-245.
32
CNCiv., Sala A, 27-IV-1978, E.D., 80-728; id. Sala I, 23-1V-
1991, E.D., 149-543.
33
CApel. CC Morón, Sala II, 2-IV-1992, E.D., 150-474.
44 ENRIQUE M. FALCON

artículo 1071 bis del Código Civil contempla, mas


allá de la revelación de secretos o de intromisiones
en lo reservado e íntimo, los ataques u ofensas que,
mortificando a otros en sus costumbres o sentimien-
tos, perturban de cualquier modo su intimidad. Es
decir si superada la mera revelación de lo privado
se acentúa la lesión por la molestia que produce,
prevalece este segundo aspecto y la cuestión roza y
hasta se confunde con la estima propia (del voto del
doctor Cifuentes)34. Y respecto de la operatividad
de las normas constitucionales fue expresamente
admitida en un fallo de la Cámara Nacional en lo
Civil, al decir que aun cuando la norma que ac-
tualmente, desde un punto de vista civil, protege la
intimidad o vida reservada de las personas (ley
21.173 que sancionó el art. 1071 bis del Código Ci-
vil, y la anterior ley 20.889 que agregaba el art. 32
bis de dicho Código, derogada por la 21.173) no hu-
biera estado en vigencia cuando se tomó la fotogra-
fía motivo de la demanda por la que se procura el
resarcimiento del daño moral por violación al dere-
cho a la intimidad, en el derecho anterior a dichas
leyes, existían normas constitucionales y legales que
no desamparaban completamente el derecho a la
intimidad, ya que desde 1968 rige la disposición que
consagra en el orden civil, en forma amplia y sin
necesidad de que haya juzgamiento penal, el resar-
cimiento del daño moral35.

34
CNCiv., Sala C, 27-VI-1989, E.D., 136-236.
35
CNCiv., Sala C, 7-XI-1978, E.D., 81-434.
HABEAS DATA 45
d) La doctrina. Una muestra de la importancia
que tiene este tema y especialmente relacionado
con la informática, que es la que ha hecho explotar
el habeos data, se observa a través de los numerosos
artículos que se presentan en los congresos y se pu-
blican en distintas revistas, además de los libros ya
tradicionales sobre el tema. Es una de las áreas más
intensamente tratadas desde el punto de vista cons-
titucional, legal, informático y ético36.
36
Como ejemplo podemos atar a: ACUNA, Monica Alejandra
- PARADOR, Jacqueline, "Tutela constitucional del derecho a la
intimidad", ponencia en Terceras Jornadas Nacionales de Dere-
cho Informático, Buenos Aires, septiembre de 1988, editado por
la Asociación de Abogados de Buenos Aires, en Cuadernos de la
Comisión de Derecho Informático, pág. 133; ANDORNO, Luis O.,
"La informática y el derecho a la intimidad", en L.L., 1985-A,
págs. 1100/1113, Sección doctrina; ARRIBALZAGA, Martín E., "El
derecho a la intimidad en relación a la materia informática. Su
protección legal", ponencia en Primer Congreso de Informática
para Abogados, Rosario, pcia. de Santa Fe, junio de 1986; AR-
SON DE GLINBERG, Gloria Hilda, "Intrusión a la intimidad a tra-
vés de la informática y los medios masivos de comunicación", en
L.L., 23-XI-1989, Sección actualidad; BAGNASCO, Adolfo -
VoGllT, Raúl, "Protección constitucional de la intimidad", po-
nencia en las Primeras Jornadas de Informática al Servicio del
Derecho, Mercedes, pcia. de Buenos Aires, junio de 1985, y en
Primeras Jornadas Nacionales de Derecho Informático, Buenos
Aires, septiembre de 1986; BAGLIOLI, Cario, "Banco de datos y
responsabilidad objetiva", y "Banco de datos informatizados, el
crédito y la intrusión a la intimidad", ponencias en Congreso In-
ternacional de Informática y Derecho. En los Umbrales del Ter-
cer Milenio, Buenos Aires, octubre de 1990, organizado por la
Asociación de Abogados de Buenos Aires y la Association pour
46 ENRIQUE M. FALCÓN

e) Cautelaridad y reparación urgente. Existe y ha


existido una tendencia a confundir la cautelaridad y
las medidas respectivas con la protección urgente de
los derechos, y en especial, del derecho a la intimi-

le Developpement de l'Informatique Juridique, Francia; BIAN-


CHI, Alberto B., "Habeos data y derecho a la privacidad", en
E.D., 161-866; BIANCIOTTI, Ricardo, "Informática y derecho a la
intimidad: necesidad de una reforma constitucional", ponencia
en Primer Congreso de Informática para Abogados, junio de
1986, Rosario, pcia. de Santa Fe; BIDART CAMPOS, Germán J.,
"La informática y el derecho a la intimidad", en E.D., 107-921;
BLAZQUEZ ANDRÉS, María del Consuelo, - CARRASCOSA LÓPEZ,
Valentín, "Intimidad personal y limitaciones", ponencia en III
Congreso Iberoamericano de Informática y Derecho, Mérida, Es-
paña, 21 al 25 de septiembre de 1992, Resumen de comunicacio-
nes, en rev. Informática y Derecho, 3 y texto nros. 4 y 5, pág. 32;
CAMPANELLA DE RIZZI, Elena Margarita - STODART DE SASIM,
Ana María, "Derecho a la intimidad e informática", en L.L.,
1984-B, pág. 667, Sección doctrina; CARRASCOSA LÓPEZ, Valen-
tín, "Derecho a la intimidad e informática", en rev. Informática y
Derecho, UNED, 1/92, pág. 7; DE JULIOS CAMPUZANO, Alfonso,
"Derecho a la intimidad y publicidad de datos personales de ca-
rácter patrimonial", ponencia en III Congreso Iberoamericano
de Informática y Derecho, Mérida, España, 21 al 25 de setiembre
de 1992, Resumen de comunicaciones, en rev. Informática y De-
recho, 3 y texto nros. 4 y 5, pág. 39; FERREYRA RUBIO, Delia Ma-
tilde, El Derecho a la Intimidad, Eudeba, Buenos Aires, 1982;
GOLDENBERG, Isidoro H., "La responsabilidad civil derivada de
la lesión del derecho a la intimidad", en Responsabilidad por Da-
ños. Homenaje a Jorge Bustamente Ahina, T. I, Alberto J. Bueres
(dir.), (UMSA), Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1991, pág. 377;
MARTÍN BERNAL, José Manuel - MARTÍN GARCÍA, Pilar, "Intimi-
HABEAS DATA 47

dad. En un reciente trabajo Peyrano37, abandonando


sus tesis anteriores ha clarificado el problema, lo
que es especialmente evidente a la luz del habeos
data, al decir que "creemos que el perjudicado
puede obtener el cese inmediato de las ofensas a su
derecho a la intimidad mediante la promoción de
un proceso urgente instrumentado por el artículo
1071 bis, Código Civil, y que por serlo (y por ende
no ser de índole cautelar) no debe necesariamente
prestar contracautela al efecto y tampoco imaginar
la procedencia de un proceso principal de natura-
leza resarcitoria, si es que no desea formular tales
reclamos. Claro que sería deseable que en el futuro
el legislador fuere más explícito y tanto en el su-

dad y libertades", ponencia en III Congreso Iberoamericano de


Informática y Derecho, Mérida, España, 21 al 25 de setiembre de
1992, Resumen de comunicaciones, en rev. Informática y Derecho,
3 y texto nros. 4 y 5, pág. 55; MORELLO, Augusto Mario, "Tutela
procesal del derecho a la intimidad personal", en JA., 1985-11,
pág. 764; SAAD, Carla Z. - VASSALLO, Andrés, "Derecho a la in-
timidad e informática. Una propuesta para la Constitución Na-
cional", ponencia en Segundas Jornadas Nacionales de Derecho
Informático, Buenos Aires, octubre de 1987, id., "Derecho a la
intimidad e informática. Persona jurídica. La problemática de su
tutela"; SÁNCHEZ DE DIEGO FERNÁNDEZ DE LA RIVA, Manuel,
"La transparencia de las bases de datos como mecanismo de pro-
tección de la intimidad de las personas", ponencia en III Congre-
so Iberoamericano de Informática y Derecho, Mérida, España,
21 al 25 de setiembre de 1992, Resumen de comunicaciones, en
rev. Informática y Derecho, 3 y texto nros. 4 y 5, pág. 82.
3
PEYRANO, Jorge W., "Lo urgente y lo cautelar", en rev.
JA., nro. 5923,8-III-1995, pág. 4.
48 ENRIQUE M. FALCÓN

puesto del artículo 1071 bis del Código Civil, como


en otros en los cuales se decidiera a instrumentar ex-
presamente 'procesos urgentes', estructurara acaba-
damente el 'proceso monitorio urgente' para que las
partes involucradas puedan saber perfectamente a
qué atenerse". No coincido con el autor citado en
cuanto pretende que el monitorio admita la deman-
da inaudita pars dictando una resolución favorable a
aquélla, condicionada a que el demandado, citado en
forma, no se oponga dentro del plazo que a tales
efectos se le asigna, por lo menos para el sistema de
habeos data relacionado con la intimidad de las per-
sonas, por las razones que le asignamos al procedi-
miento del instituto mencionado más adelante.

7. La discriminación
a) Concepto. Discriminar consiste en separar,
distinguir o diferenciar una cosa de otra. En su
acepción básica la palabra no tiene ninguna conno-
tación especial. Así muchas leyes la emplean en su
sentido original, generalmente destinadas a igual-
dad de trato comercial, profesional, entre Estados,
etcétera. Por ejemplo la ley 17.319 de economía,
energía y minería, hidrocarburos en su artículo 43
establece que mientras sus instalaciones tengan ca-
pacidad vacante y no existan razones técnicas que
lo impidan, los concesionarios estarán obligados a
transportar los hidrocarburos de terceros sin dis-
criminación de personas y al mismo precio para
todos en igualdad de circunstancias, pero esta obli-
HABEAS DATA 49
gación quedará subordinada, sin embargo, a la sa-
tisfacción de las necesidades del propio concesiona-
rio. Los contratos de concesión especificarán las
bases para el establecimiento de las tarifas y condi-
ciones de la prestación del servicio de transporte.
La autoridad de aplicación establecerá normas de
coordinación y complementación de los sistemas de
transporte. Del mismo modo el Código Aduanero,
en su artículo 856 prevé que cuando un país apli-
care un tratamiento discriminatorio perjudicial a la
importación de mercadería originaria o procedente
del territorio aduanero argentino o que arribare a
aquél en un medio de transporte de matrícula o de
pabellón argentinos, el Poder Ejecutivo podrá adop-
tar las medidas previstas en este capítulo cuando se
tratare de la importación de mercadería originaria
o procedente de dicho país o que arribare en un
medio de transporte de matrícula o de pabellón del
mismo.
Pero la voz ha ganado espacio por su acepción
ideológica, según la cual la discriminación significa
dar trato de inferioridad a una persona o colectivi-
dad por motivos raciales, religiosos, políticos, gre-
miales, ideológicos, sexuales, sociales, etcétera. En /
algunos casos existe una zona gris donde la discri-
minación de este último tipo se realiza a través de
sutiles maniobras y desplazamientos. La discrimi-
nación se ha desarrollado del modo más grave para
la especie humana usando distintos grados, pero
siempre fundada en prejuicio, ignorancia y temor.
El exterminio, la muerte, la esclavitud, el apartheid,
50 ENRIQUE M. FALCÓN

la no integración, el desplazamiento cultural y so-


cial (desde las castas hasta la no admisión por raza
o religión en ciertos lugares), etcétera, son todos
elementos de la discriminación en distintos grados.
Los que sufren este flagelo son los grupos menores
o más débiles, negros, mujeres, niños, esclavos, o
grupos o pueblos como los gitanos, los armenios y
los judíos, entre otros. La discriminación mezcla
desplazamientos combinando varios factores como
político-religiosos, socio-sexuales, etcétera. Aparece
especialmente contra las comunidades nuevas o en
gestación en los países inmigratorios, y recien-
temente en los países tradicionalmente migratorios,
cuando los habitantes de las colonias se han reple-
gado hacia la Nación.

b) La discriminación en la legislación argentina.


Recientemente la Constitución Nacional incorporó
el tema de la discriminación tanto en su articulado
(especialmente art. 43, ver nro. 3.a), cuanto por vía
de adopción de pactos internacionales. Pero tam-
bién tuvo recepción legislativa, en la ley 23.592. Del
tema de los tratados y convenciones nos ocupare-
mos más adelante. La ley 23.592 de 1988 establece
que: "quien arbitrariamente impida, obstruya, res-
trinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio
sobre bases igualitarias de los derechos y garantías
fundamentales reconocidos en la Constitución Na-
cional, será obligado, a pedido del damnificado, a
dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su
realización y a reparar el daño moral y material
HABEAS DATA 51
ocasionados. A los efectos del presente artículo se
considerarán particularmente los actos y omisiones
discriminatorios determinados por motivos tales
como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión
política o gremial, sexo, posición económica, condi-
ción social o caracteresfísicos"(art. lfl). Eleva en
"un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la
escala penal de todo delito reprimido por el Código
Penal o leyes complementarias cuando sea come-
tido por persecución u odio a una raza, religión o
nacionalidad, o con el objeto de destruir en todo o
en parte a un grupo nacional, étnico, racial o reli-
gioso. En ningún caso se podrá exceder del máximo
legal de la especie de pena de que se trate" (art.
2e). Además "serán reprimidos con prisión de un
mes a tres años los que participaren en una organi-
zación o realizaren propaganda basados en ideas o
teorías de superioridad de una raza o de un grupo
de personas de determinada religión, origen étnico
o color, que tengan por objeto la justificación o
promoción de la discriminación racial o religiosa en
cualquier forma. En igual pena incurrirán quienes
por cualquier medio alentaren o incitaren a la per-
secución o el odio contra una persona o grupos de
personas a causa de su raza, religión, nacionalidad
o ideas políticas" (art. 3S).

c) Discriminación y habeos data. La discrimi-


nación en el caso del habeos data está limitada al
ámbito de la doble actividad posible, a) datos de
una persona que consten en registros públicos o
52 ENRIQUE M. FALCON

privados, y b) que esos registros estén destinados a


dar información de los datos del requirente. Si
estos datos que se dan constituyen una causal de
discriminación, dependerá de que el dato dado sea
incluido extemporáneamente en el informe de se-
lección (como por ejemplo en una ficha de trabajo,
incluir que es negro, o judío, o musulmán, partido
político al que pertenece, cuando el requisito no
hace a la esencia del trabajo pedido). Aquí va a
existir una línea divisoria tenue en muchos aspectos
donde va a ser difícil determinar si la discrimina-
ción es ideológica o técnica y necesaria. En algunos
aspectos el tema de los registros nos podrá ayudar.

8. Los registros
a) Concepto y tipos. Un registro es un lugar, ar-
chivo, oficina donde se asientan datos. Estos datos
se pueden incluir en padrones, protocolos, ficheros,
etcétera, y pueden ser manuales o informáticos.
Los datos registrados pueden pertenecer a una per-
sona o a una cosa, o a la relación de ambas. Una
enumeración genérica nos permite mostrar diversos
tipos:
1) Personales (del estado civil, de trabajo, es-
colares y estudiantiles, bancarios, de mandatos, tes-
tamentos, de reincidencia, policiales, militares,
etc.).
2) Comerciales, que pueden ser societarios (de
sociedades y asociaciones, de acciones, balances,
HABEAS DATA 53
etc.), o de comerciantes (como el Registro Público
de Comercio).
3) Impositivos (sobre la actividad y bienes de las
personas individuales, colectivas o patrimonios in-
divisos).
4) De propiedad (inmueble, muebles registra-
bles, buques, intelectual, de marcas, etc.)
5) Políticos (padrones, fichas de los partidos,
etc.)
6) Sanitarios (de antecedentes y fichas clínicas,
historias clínicas, etc.).
7) De información y de registración (según que
los datos sean para su libre conocimiento, por
ejemplo cuando se quieren dar los datos de un pro-
ducto; o cuando simplemente están para el cum-
plimiento de determinadas funciones y reservados a
ciertas áreas).
8) Públicos, semipúblicos, privados y secretos.
Como señala Carrascosa López38 "La aparición
de ordenadores electrónicos, y sobre todo su aplica-
ción, relativamente reciente a aplicaciones referen-
tes a las personas, bajo todas sus múltiples facetas,
ha hecho que el problema que a principio de siglo
se veía como lejano, hoy tenga caracteres alarman-
tes; pues si siempre han existido grandes ficheros
referentes a las personas, como el del Registro Ci-
vil, los ficheros escolares, médicos, de antecedentes
penales, fiscales, bancarios, etcétera, y no sea una
novedad, la existencia de 'bancos de datos' ha he-
38
CARRASCOSA LÓPEZ, op. cit., págs. 12 y 13.
54 ENRIQUE M. FALCÓN

cho aumentar considerablemente la amenaza po-


tencial del derecho a la intimidad, toda vez que los
nuevos soportes de almacenamiento (discos, tam-
bores magnéticos, etc.) han permitido aumentar en
grandes proporciones la cantidad de información
sobre cada persona, y al mismo tiempo han dado
posibilidades enormes de intercomunicabilidad y
difusión de ficheros. ...La existencia de estos y otros
bancos de datos norteamericanos han llevado a al-
gunos a decir que por mediación de ellos podrían
hacer espionaje industrial, respecto a empresas y
centros de investigación extranjeros... (pág. 14). Po-
demos puntualizar que estos bancos de datos ence-
rrarán en un futuro próximo todos los informes
útiles en la vida cotidiana y podremos interrogarlos
directamente desde nuestra casa. Pero cada vez es
mayor el número de personas que se estremecen al
sentir que la masa de datos escapa a su control y
al pensar que sus vidas pueden sufrir daños debido
al encadenamiento y mal uso de sus registros que
hay almacenados en una serie de bancos de da-
tos...39. Da miedo pensar lo que podría ocurrir con
todos estos ficheros informatizados en manos de un
régimen totalitario, que por otra parte podría desa-
rrollar por doquier en forma discreta, insidiosa y
terriblemente informativa espionaje". No cabe
duda de que la posibilidad de penetración de fiche-
ros informáticos tan completos y versátiles, se
puede constituir en un arma de discriminación y

ídem, pág. 15.


HABEAS DATA 55

persecución, pero si bien la informática puede ha-


cer más eficiente y rápida la comunicación, cual-
quier registro puede tener y ha tenido los mismos
fines.

b) Generalidades. El artículo 14 de nuestra


Constitución, consagra la libertad de expresión.
Ello permite recibir y dar información, lo que indu-
dablemente, ante la aparición de la informática y la
interconexión de redes, o el acceso a ficheros de-
terminados, da lugar a que se conozcan y expongan
los datos de una persona de manera que puedan
afectar tanto su derecho a la defensa en juicio,
como su intimidad, por exposición de datos sensi-
bles (como los políticos, sexuales y especialmente
de enfermedades como el caso del SIDA), y puedan
crear problemas que no sólo afecten la esfera per-
sonal, sino que produzcan discriminación desde el
punto de vista racial o religioso, no planteados os-
tensiblemente en la exclusión que se haga. En este
supuesto -como lo hace notar Puccinelli40- hay
que tener en cuenta el derecho de acceso a la in-
formación en la recolección de datos, y en qué me-
dida; la registración que excluirá los datos sensibles
y finalmente la distribución de esos datos que tiene
como principio la libertad, limitada por la in-
formación que no está penado almacenar y la que
no puede ser proporcionada.

40
PUCCINELLI, Osear Raúl, "Habeas data: Aportes para una
eventual reglamentación", E.D., 1.161, págs. 920/2.
56 ENRIQUE M. FALCÓN

c) Requisitos que deben tener los registros. En la


Argentina, como en muchos otros países, no existe
una legislación adecuada para la protección de
datos personales. De todos modos no es sencillo
legislar al respecto y establecer los debidos contro-
les. Ciertamente se plantean problemas de canti-
dad, alcance y materia de los controles, incluso si
entidades colectivas (sindicatos), o personas jurídi-
cas tienen derecho a dicha protección, y en su caso
frente a quiénes. Correa y otros, en un libro que se
ha hecho clásico en la materia41, proponen una se-
rie de principios para la legislación de datos perso-
nales que enumerados resultan: 1) justificación so-
cial, 2) limitación en el tiempo relacionado con sus
fines, y colectados en la cantidad necesaria, 3) auto-
rización del sujeto y medios lícitos, 4) calidad o fi-
delidad de la información, 5) especificación del
propósito o finalidad, 6) confidencialidad, 7) salva-
guarda de la seguridad por el Registro respectivo,
8) de apertura que muestre los procedimientos se-
guidos con los datos, 9) de participación individual,
tanto en el acceso a los datos, cuanto a su publica-
ción. Por su parte Guastavino42, menciona entre los
aspectos a contemplar por una legislación especí-

41
CORREA - BATTO - CZAR DE ZALDUENDO - NAZAR
ESPECHE, Derecho Infonnático, Buenos Aires, 1987, págs. 257 y
sigs.
GUASTAVINO, E., Responsabilidad Civil y otros Problemas
Jurídicos en Computación, pág. 61.
HABEAS DATA 57
fica: a) clases de bancos de datos informáticos (ten-
diendo a incorporar también los privados), b) si la
recolección debe ser realizada sólo por bancos elec-
trónicos o también tradicionales, c) determinar los
sujetos de tutela (individual o también colectivo), d)
criterios para establecer la licitud o ilicitud de la
recolección, e) responsabilidad de la custodia y re-
medios por su divulgación indebida, f) derecho del
individuo a sus propios datos, a su control y a la
cancelación de los obtenidos indebidamente, g) or-
ganización y modalidades del funcionamiento del
órgano de control. Bekerman43, que hizo una intere-
sante ponencia en el Congreso Internacional de In-
formática y Derecho de 1990, repitiendo estos prin-
cipios, entiende a su vez que no constituye intrusión
en la intimidad el tratamiento informatizado en y
por bancos de datos nominativos, relativos al in-
cumplimiento de obligaciones patrimoniales por
una persona.
Por último Delpiazzo44, concluye con cuatro prin-
cipios: 1) de limitación (v.gr. contra grabaciones no
autorizadas), 2) de finalidad (relacionados con la

BEKERMAN, Jorge M., "Bancos de datos y responsabilidad


objetiva", Actas del Congreso Internacional de Informática y
Derecho, en los Umbrales del Tercer Milenio", Buenos Aires,
1990, pág. 390.
DELPIAZZO, Carlos E., "Posibles medios de protección
frente a las responsabilidades derivadas de la gestión de bases de
datos en el derecho uruguayo", Actas del Congreso Internacional
de Informática y Derecho, en los Umbrales del Tercer Milenio",
Buenos Aires, 1990, pág. 382.
58 ENRIQUE M. FALCON

pertinencia y duración de la información), 3) de


transparencia, 4) de acceso y habeos data, aspecto
que se desarrolla a través del amparo.

d) Los registros en informática. Los registros en


informática se realizan en archivos (files en inglés).
Alan Freeman45 explica las diversas acepciones del
concepto archivo: 1) En administración de datos,
una colección de registros relacionados. 2) En pro-
cesamiento de textos, un único documento de texto.
3) En gráficos por computadora, un conjunto de des-
criptores de imágenes para una figura, tanto en
formato de TV (gráficos de trama), como en for-
mato de líneas o de objetos (gráficos vectoriales).
4) En programación, el programa fuente y el pro-
grama en lenguaje de máquina son almacenados
como archivos individuales. 5) En operaciones de
computadora, cualquier colección de datos que es
tratada como una sola unidad en un dispositivo pe-
riférico, tal como cualquiera de los ejemplos en los
puntos 1 a 4 mencionados anteriormente.
A su vez, el administrador de archivos (file ma-
nager) es por un lado un programa que maneja ar-
chivos de datos. Usualmente mal llamados adminis-
tradores de bases de datos, los administradores de
archivos proveen la capacidad de crear, ingresar,
cambiar, consultar y producir informes sobre un ar-
chivo por vez. No tienen capacidad relacional y

FREEMAN, Alan, Diccionario de Computación, trad. 1993,


págs. 334 y sigs.
HABEAS DATA 59
usualmente no incluyen un lenguaje de programa-
ción. Pero es también un programa que se usa para
administrar archivos en un disco, que provee fun-
ciones para borrar, copiar, mover, renombrar y ver
archivos, como también para crear y administrar di-
rectorios. A ello podemos sumar el protocolo de
transferencia de archivos (file transfer protocol), que
es un protocolo de comunicaciones que puede
transmitir archivos sin perder datos. Esto implica
que puede manejar datos binarios y también ASCII.

e) La informática y su incidencia en el ejercicio


de los derechos. La informática se presenta como
elemento perturbador de los derechos del hombre
al honor, la intimidad personal y familiar y el pleno
ejercicio de sus derechos. Esta previsión que con-
tiene la Constitución de la provincia de Buenos Ai-
res (art. 20 inc. c) y otras que hemos tenido oportu-
nidad de examinar (v. nro. 5. f), no está destinada a
la existencia de archivos, sino al uso que se haga de
los mismos, tanto activa como pasivamente, en el
primer caso dando información confidencial o re-
servada, distorsionada o discriminatoria; cuanto
por no tomar los recaudos y previsiones necesarias
para que los datos de los archivos no sean manipu-
lados por terceros, ya sea incorporando datos inco-
rrectos o perjudiciales u obteniendo información
directa de las computadoras o por vías on Une. Pero
debemos recalcar que el habeas data no se limita a
los archivos electrónicos o informáticos. Si bien la
aparición de la informática computarizada ha he-
60 ENRIQUE M. FALCON

cho eclosión en la materia, no por ello deben de-


jarse de tener en cuenta todos los tipos de registros
que alteren los derechos protegidos por el babeas
data.

f) Las bases de datos. Se considera una base de


datos (datábase en inglés) a: 1) Un conjunto de ar-
chivos interrelacionados que es creado y manejado
por un sistema de gestión o de administración de
bases de datos. 2) Cualquier conjunto de datos al-
macenado electrónicamente. A su vez un sistema de
gestión o administración de base de datos (datábase
management system) es un software que controla la
organización, almacenamiento, recuperación, segu-
ridad e integridad de los datos en una base de da-
tos. Acepta pedidos de datos desde un programa de
aplicación y le ordena al sistema operativo transfe-
rir los apropiados. Cuando se usa un sistema de
gestión de bases de datos (SGBD, en inglés DBMS)
los sistemas de información pueden ser cambiados
más fácilmente a medida que cambien los requeri-
mientos de la organización. Nuevas categorías de
datos pueden agregarse a la base de datos sin dañar
el sistema existente46.

g) Bases de datos y problemas. Son casualmente


las características principales de una base de datos,
las que requieren un resguardo especial y control
de las mismas. La base de datos (a través de un sis-

46
Conf. FREEMAN, Diccionario..., cit., págs. 193-195.
HABEAS DATA 61
tema de administración o gestión) tiene que tener
seguridad e integridad de los datos, de modo que
evite que usuarios no autorizados la vean o actuali-
cen. Usando palabras claves (passwords en inglés),
se permite a los usuarios el acceso a toda la base de
datos o a subconjuntos de la base de datos, llama-
dos subesquemas. Por ejemplo, una base de datos
puede contener todos los datos sobre un determi-
nado empleado; sin embargo, un grupo de usuarios
puede estar autorizado a ver sólo los salariales,
mientras que a otros les está permitido acceder so-
lamente a la historia laboral y los datos médicos. El
acceso a la información es simple y completo me-
diante la consulta o la interrogación interactiva.
Casi todos los SGBD (Sistema de administración
de bases de datos-DBMS) proveen lenguajes de
consulta (interrogación) y los escritores de informes
permiten a los usuarios interrogar interactivamente
a la base de datos y analizar los datos. Esta es una
de las más importantes características de un SGBD
(DBMS), ya que permite a los usuarios obtener in-
formación gerencial inmediatamente. Sin embargo,
esta ventaja, así como la entrada y actualización de
datos interactiva, con los sistemas en red y relació-
nales son los graves problemas que presenta la base
de datos, y cuyo cuidado debe ser especialmente
tenido en cuenta. Sobre todo con la existencia de
bases de datos inteligentes, ya que si bien la valida-
ción existe primariamente en todas las bases de
datos (por ej. rechazan fechas inválidas o datos al-
fabéticos incorrectos, etc.), las bases de datos inteli-
62 ENRIQUE M. FALCON

gentes proporcionan mayor validación; por ejem-


plo, las búsquedas en tablas rechazarán una escri-
tura incorrecta o una codificación equivocada de
elementos. No existe límite para la cantidad de pro-
cesamiento que puede colocarse en una base de da-
tos inteligente mientras el proceso sea una función
estandarizada para esos datos. Por ejemplo, el im-
puesto a las ventas correcto puede calcularse por
medio de la base de datos y puede ser aplicado a
todos los pedidos para el cliente, basándose en la
dirección de facturación del mismo. Esta cuestión
aparece no sólo por introducción humana de datos
erróneos, o discriminatorios, o perjudiciales. Cuan-
do el proceso de validación se deja en manos del
programa de aplicación, un programa puede permi-
tir que un conjunto de códigos sea introducido en
un campo, mientras que otro puede permitir la in-
troducción de un conjunto de códigos totalmente
diferente y erróneo. La integridad de los datos se
garantiza de mejor manera cuando existe una única
fuente de control para la validación de datos.

h) Bases de datos del futuro. Freeman47, a quien


venimos siguiendo dice que el mundo de la infor-
mación está compuesto de datos, textos, figuras y
voces. Muchos SGBD (DBMS) manejan textos
tanto como datos; sin embargo, muy pocos manejan
ambos con la misma habilidad. Durante los años 90,
a medida que las capacidades de almacenamiento

FREEMAN, Diccionario..., cit., pág. 198.


HABEAS DATA 63
continúen aumentando, los SGBD (DBMS) comen-
zarán a integrar todas las formas de información.
Con el tiempo, será común para una base de datos
manejar datos, textos, gráficos, voces y video con la
misma facilidad con la que los sistemas de hoy ma-
nipulan datos. Cuando esto suceda, tendremos fi-
nalmente la oficina del futuro. Pero nosotros
debemos agregar que cuando esto suceda también
el ser humano se hallará más expuesto en su inti-
midad.

i) Conclusión. Los registros y los archivos, espe-


cialmente en bases de datos computacionales deben
cumplir pon. lo menos con dos requisitos esenciales:
confidencialidad y responsabilidad. En el ámbito
del Estado los registros -en principio públicos-
deben hallar un equilibrio entre la publicidad de los
actos de gobierno y la reserva y secreto en muchos
casos. Este último aspecto, nos lleva a las fuentes de
información y la prensa.

9. Las fuentes de información y la prensa


a) Concepto. Tipos. Debido a que el artículo 43
de la Constitución federal de 1994, establece que en
el habeos data "No podrá afectarse el secreto de las
fuentes de información periodística", cabe examinar
este tema en particular. Existen básicamente dos ti-
pos de fuentes: las documentales y las personales.
Las primeras son más confiables o por lo menos
más controlables, las segundas son relativas, en ra-
64 ENRIQUE M. FALCON

zón de que la mente humana no registra datos por


siempre y a la perfección. Las fuentes personales
pueden individualizarse o no conforme las nece-
sidades del periodismo. En nuestro sistema consti-
tucional, los constituyentes dejaron la información
en manos privadas, cuya limitación por el poder
siempre ha sido una tentación inevitable. Frente a
esta posibilidad la prensa, que tiene dentro de los
derechos constitucionales una situación de privile-
gio, ha ejercido su propia defensa mediante el se-
creto profesional periodístico. Badeni48 nos dice en
este aspecto que "con frecuencia, la posibilidad de
obtener información de manera lícita por los hom-
bres de prensa, está condicionada a no divulgar las
fuentes de esa información. Se trata de una de las
reglas básicas en el arte del periodismo, a cuyo es-
tricto cumplimiento está condicionada la credibili-
dad que pueda merecer el periodista en quienes le
suministran la información, y la posibilidad de po-
der proseguir contando con un caudal importante e
interesante de datos novedosos". Scanella49, hace
notar que las fuentes humanas pueden ayudar o no,
pero "las fuentes rara vez quieren identificarse.
Incluso los amigos y los enemigos. Los expertos
prefieren dar información de contexto. La policía
colabora mejor si se le ofrece anonimato. Todo eso
hay que conjugarlo con el hecho de que las noticias
sin fuentes identificables tienen menor credibilidad

48
BADENI, G., Libertad de Prensa, pág. 176.
49
SCANELLA, Petra M., Periodismo de Investigación, pág. 102.
HABEAS DATA 65
para los lectores, directores y colegas". El criterio
del respeto del secreto de las fuentes de informa-
ción es, no obstante, universal en los países demo-
cráticos. Un ejemplo -que puede ser extendido a
todo el periodismo- lo representa el periódico El
País, de España, que tiene un Estatuto de Redac-
ción destinado a ordenar las relaciones profesiona-
les en la redacción de la publicación con la direc-
ción de la misma y la sociedad editora Prisa, con
independencia de las relaciones sindicales y labo-
rales. En su artículo 8C expresa: "La redacción de El
País considera el secreto profesional como un dere-
cho y un deber ético de los periodistas. La pro-
tección de las fuentes informativas constituye una
garantía del derecho de los lectores a recibir una
información libre, y una salvaguarda del trabajo
profesional. Ningún redactor ni colaborador podrá
ser obligado a revelar sus fuentes". La pregunta es
si este secreto respecto de las fuentes de informa-
ción es absoluto, o puede o debe ceder en algunos
casos.

b) Los límites. Podemos decir - en general - que


no existe ningún derecho que sea absoluto en cual-
quier situación o estado. ¿Este caso debe ser con-
templado al igual que los demás? Los límites serán
más o menos lejanos, más o menos franqueables,
pero en una sociedad, esos límites existen siempre.
Como excepción se presenta el supuesto que ya
hemos comentado previsto por el artículo 19 de la
66 ENRIQUE M. FALCÓN

Constitución Nacional. Smith50, dice con relación a


la ética periodística: "El caso Watergate y sus deri-
vaciones plantean varias preguntas sobre este
punto. En el pasado era frecuente aceptar el re-
chazo de la fuente a ser identificada; el periodista
citaba la opinión de las fuentes como si el lector tu-
viese la obligación de aceptar ciegamente la inte-
gridad moral del periodista. En los últimos años eso
ha cambiado. Los secretarios de redacción son cada
vez más exigentes cuando piden a sus redactores
que consigan información "on the record", y que ci-
ten a sus fuentes por el nombre. Esta exigencia es
aún mayor cuando una fuente pone en duda la re-
putación de una institución o de una persona. Se
permite que las fuentes sin nombre y apellido sean
utilizadas para caracterizar un desarrollo político
general". Para Vanossi51 el derecho a no revelar la
fuente cede cuando hay un interés social compro-
metido que puede desembocar en la impunidad o
en la condena de un inocente. En cambio Badeni52
entiende que el secreto profesional es un supuesto
de conciencia individual, que difícilmente puede ser
apreciado por un tercero o un juez. De modo que,

SMITH, James F., Técnicas de la Investigación Periodística -


compilado por Campolongo, en el capítulo "Después de
Watergate", pág. 73.
1
VANOSSI, Jorge R., Disertación en el Primer Seminario
Profesional sobre Aspectos Jurídicos de la Empresa Periodística,
1988, cit. por BADENI, op. cit, pág. 179.
52
BADENI, Libertad de Prensa, cit., pág. 179.
RABEAS DATA 67
en salvaguardia de la conciencia del periodista pro-
fesional y de la libertad institucional de prensa, su
protección sólo podría ceder con la conformidad
expresa del periodista y prescindiendo de los inte-
reses privados o públicos comprometidos. Entiende
que la garantía del secreto del periodista podría ce-
der en causas penales cuando: 1) la información
fuese obtenida ilegalmente por el periodista, 2) la
información no es obtenida en un auténtico ejerci-
cio profesional, aunque en ambos casos el perio-
dista pudiera abstenerse cuando la revelación de la
fuente lo autoincriminara (art. 18, Const. Nac).

c) El secreto profesional en la jurisprudencia. Las


reglas jurisprudenciales en la República Argentina
referidas al secreto profesional, si bien asentadas
muchas veces en legislaciones específicas, pueden
ser de aplicación a la materia periodística, aunque
generalmente la misma es muy poco tratada:
1) El secreto profesional no rige cuando media
justa causa de revelación, configurándose en el
caso, en razón de la obligación de denunciar un de-
lito de acción pública53. Determinar la justa causa
ha sido siempre difícil. Por ejemplo se ha dicho que
el periodista no tendría, en principio, obligación de
revelar la fuente de información cuando se trata de
opiniones o datos que no se relacionen con causas
penales, pero cuando los datos sí se relacionan con
una investigación penal cede el carácter absoluto de

53
Disidencia en TS Neuquén, 14-IV-1988, E.D., 129-390.
68 ENRIQUE M. FALCÓN

la confidencialidad ya que hay un interés social


comprometido que puede desembocar en la impu-
nidad o en la condena de un inocente54.
2) Solamente una ley que establezca normas ge-
nerales y por razones de interés superior puede
concretamente establecer la causa justa que revele
de la obligación de reservar el secreto55.
3) La infidencia del secreto sólo constituye de-
lito cuando existe la posibilidad de causar daño,
temido o potencial, susceptible de provocar un
perjuicio para un interés jurídicamente apreciable,
material, moral o económico, para el interesado en
el secreto o para un tercero56.
4) El secreto profesional debe comenzar con la
precisa discriminación de las comunicaciones del
cliente señalando cuáles son secretas y cuáles no,
cuáles pueden trascender y cuáles deben reservarse
celosamente en protección del derecho de privaci-
dad de la persona que se confía en el profesional57.
5) El secreto profesional no puede ser revelado
por los jueces, pues se trata de un deber hacia la
persona que lo ha confiado58.
6) La negativa a declarar (o de revelar la infor-
mación obtenida), por razón de secreto profesional,

54
CApel. Crim. y Corree. Bahía Blanca, 29-IV-1993, E.D.,
153-278.
55
SCBA, 24-V-1984, E.D., 109-704.
56
CCrím. Gualeguay, 24-VII-1982, E.D., 104-323.
57
CApel. CC Bahía Blanca, Sala I, 10-X-1981, E.D., 98-667.
58
CNCom., Sala B, 4-X-1974, E.D., 63-383.
HABEAS DATA 69
es cuestión de conciencia librada exclusivamente a
la apreciación del testigo59.
7) Con arreglo al artículo 181, inciso 2Q del Có-
digo de Procedimiento Penal la excepción al deber
de denunciar existe cuando la ley penal veda revelar
el secreto60.
8) Cuando se trata no ya simplemente de un se-
creto revelado a un amigo o a un tercero, sino del
secreto profesional, la ley interviene, recoge el
principio ético, lo preserva al máximo y establece
en el artículo 156 del Código Penal que su violación
constituye delito, siempre que no haya habido justa
causa de revelación. Generalmente se confunde
"justa causa de revelación" con obligación funcional
de denunciar (art. 181, inc. 2Q, Cód. de Proced. Pe-
nal). Lo primero supone un acto de conciencia del
profesional "guardador" del secreto, en decidir su
revelación fundado en razones de interés público o
social contempladas en la ley (art. 181, inc. 1Q, Cód.
Proced. Penal)61.
9) El secreto profesional periodístico en modo
alguno restringe las facultades de los jueces para el
requerimiento de datos concretos de investigacio-
nes practicadas de oficio por un periodista62.
/

59
CNCom., Sala B, 17-V-1961, E.D., 2-184.
60
CAcusación Córdoba, 6-IV-1978, CJ, XXVII-639.
61
CAcusación Córdoba, 24-XII-1979, L.L., 1980-D-474.
62
CNPenal Económico, Sala III, 4-IV-1990, L.L., 1990-E-43.
70 ENRIQUE M. FALCÓN

d) Opinión de la doctrina. Ekmekdjian63, comen-


tando el fallo de la Cámara de Apelación Criminal
y Correccional de Bahía Blanca, que había dicho
que cuando están en colisión la necesidad de que
los delitos no queden impunes y la de garantizar
que la prensa conserve sus fuentes de información,
debe prevalecer la primera, expresa que es obvio
que "si el silencio no impidiera el castigo de un de-
lito, la legitimidad de la reserva de la fuente de in-
formación estaría fuera de toda discusión" (cit. pág.
278), y considera que la protección no está sólo
contenida en la libertad de prensa del artículo 14,
Constitución Nacional, sino también está compren-
dida en la cláusula abierta del artículo 33. Algunas
constituciones, como la de Córdoba, garantizan el
libre acceso a las fuentes de información y el se-
creto profesional periodístico (art. 51), (cit. pág.
279). Asimismo se apoya en el Pacto de San José de
Costa Rica, artículo 13.1. (libertad de pensamiento
y expresión) y el inciso 3Q del mismo artículo (no se
puede restringir el derecho de expresión por vías o
medios indirectos) (cit. pág. 280). Considera que el
derecho del periodista a mantener en reserva sus
fuentes de información, tiene jerarquía constitucio-
nal y sinalagmática, en ambos casos de rango su-
pralegal (cit. pág. 280).

63
EKMEKDJIAN, Miguel Ángel, "La muerte del cisne y la re-
serva de las fuentes de la información periodística", E.D.,
153-270. CNApel. Crim. y Corr. Bahía Blanca, 19-IV-1993, E.D.,
153-278.
HABEAS DATA 71
Por su parte Vázquez Ferreyra64, dice que el se-
creto profesional del periodista no es otro que el
derecho a la información (cit. pág. 617), que ha sido
elevado con buen criterio a la categoría de derecho
individual privilegiado (cit. pág. 618). El derecho a
la información es un derecho humano fundamental
(cit. pág. 618). Normalmente la protección del se-
creto viene dada por el ordenamiento jurídico en
aras de asegurar la confianza que debe sentir una
en su comunicación con otra que no estaría sufi-
cientemente garantizada si el secreto no se prote-
giera jurídicamente (cit. pág. 618). La justificación
del secreto del periodista no se halla en la protec-
ción de la intimidad del informante, ni en el deber
de sigilo ante una relación de confianza (como po-
dría resultar del secreto profesional tradicional),
sino en el derecho a la información, en el que, por
tratarse de un derecho colectivo, el titular de la in-
formación es la sociedad, siendo el periodista el in-
termediario (cit. pág. 619). La protección del perio-
dista, en tanto desee guardar secreto sobre la
fuente de información, es una necesidad propia de
nuestros tiempos y una herramienta de la lucha
contra la corrupción (cit. pág. 622).

VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto, "El derecho a la informa-


ción y el secreto profesional de los periodistas", JA., 1991-
IV-617.
72 ENRIQUE M. FALCON

Gómez-Reina y Camota65, expresan que el deber


de guardar sigilo entre el profesional clásico o tra-
dicional (médico, abogado, sacerdote) y su cliente
nace de una relación de confianza que es el funda-
mento del propio mandato profesional, tal con-
fianza, sin embargo, falta normalmente en la rela-
ción del periodista-informador.
Vanossi66 manifiesta a su vez que las fuentes de
información y la autoría de redacción de las noti-
cias y comentarios escapan a todo poder de indaga-
ción, quedando reservadas a la responsabilidad del
director de la publicación.
Badeni67 al comentar un fallo de la Sala III, de la
Cámara Nacional Penal Económico, que expresaba
que el secreto profesional periodístico en modo al-
guno restringe las facultades de los jueces para el
requerimiento de datos concretos de investigacio-
nes practicadas por un periodista, recordó que en
1952 el Primer Congreso Mundial de Periodistas
reunido en Santiago de Chile, enumeró entre las
restricciones a la libertad de prensa de carácter
profesional, a la prisión y a las sanciones que se

GÓMEZ REINA y CARNOTA, "El secreto profesional del pe-


riodista", en RAP, 100-102, vol. I, pág. 614, España, cit. por
VÁZQUEZ FERREYRA, op. cit., pág. 619.
66
VANOSSI, Jorge R., "Confidencialidad de la información",
en rev. Discrepancias de! la FACDA, año 1, nro. 2, pág. 29.
BADENI, Gregorio comentario a fallo de la Sala III, de la
CNPenal Económico, 4-IV-1990, "Secreto profesional y fuentes
de información periodística", L.L., 1990-E-43.
HABEAS DATA 73

aplican a los periodistas para obligarlos a revelar las


fuentes de información (cit. pág. 45).
Por su parte Filippo en Italia, mostraba la in-
coordinación del secreto profesional de la ley 69 de
3 de febrero de 1963 con las disposiciones del Có-
digo de rito penal, pero entiende que el secreto es
equivalente al que deben guardar los ministros de
la religión católica, abogados y procuradores, técni-
cos y médicos, etcétera. No obstante cree que el
juez investido del procedimiento penal, si tiene mo-
tivos para pensar que la declaración hecha por el
-periodista para eximirse de deponer no es fundada,
y que no se puede proseguir con la instrucción sin el
examen de la misma, puede disponer que el testigo
deponga.

e) Mi opinión. El secreto profesional y de las


fuentes de información, entendiendo por secreto
profesional la información adquirida con motivo y
en ejercicio de un cargo determinado, es absoluto.
Nadie que lo haya obtenido de cualquier profesión
que se trata (cuando la información provenga con
motivo de esa profesión y en la inteligencia -que
se presume y es esencia de la información, dato o
confidencia - de la no divulgación del informante),
puede ser, en ningún caso, obligado a revelarlo.
Esto podrá entrañar un riesgo aun en causas pena-

FILIPPO, Leonardo, "Información periodística y secreto


profesional", en La Giustizia Pénale, fase. XIII, Roma - Italia, di-
ciembre de 1976, col. 367; res. de D.M.B, en L.L., 1983-C-1153
74 ENRIQUE M. FALCÓN

les. Sin embargo la garantía de la libertad requiere


algunos riesgos, y éste es uno de ellos. La más pe-
queña rendija en este campo es la posible cuña de
un avance totalitario que restrinja las libertades
causando un perjuicio mucho mayor que el que
eventualmente quisiera protegerse, con algún caso
puntual donde se entendiera que es lógico requerir
las fuentes de información. Por supuesto que una
cosa es el secreto de las fuentes de información y
otra es la responsabilidad por la noticia que pueda
tener el periodista o el medio. Así lo ha entendido
la jurisprudencia más sabia: La libertad de prensa
exige que la exención de censura se extienda a eli-
minar todas las medidas que, sin incurrir en una re-
visión del contenido, restringen arbitrariamente la
misma, pudiendo citarse como ejemplo las trabas a
la instalación de imprenta, la distribución oficial de
cuotas de papel, la obligación de publicar avisos ofi-
ciales y privados, la prohibición de dar a luz deter-
minadas noticias, la hostilidad o persecución a los
periodistas, las restricciones al acceso a las fuentes
de información, etcétera69. Pero también que la
función primordial que en toda sociedad moderna
cumple el periodismo, supone que ha de actuar con
la más amplia libertad; pero el ejercicio del derecho
a informar no puede extenderse en detrimento de
la necesaria armonía con los restantes derechos
constitucionales, entre los que se encuentra el de
integridad y honor de las personas. Por ello, si la
69
CFed. Bahía Blanca, 6-VIII-1991, E.D., 145-534.
HABEAS DATA 75
publicación es de carácter perjudicial, si con ella se
difama o injuria a una persona, no puede existir
duda acerca del derecho del Estado para reprimir o
castigar, sin mengua de la libertad de prensa70.
También quedará en la conciencia del periodista
revelar o no la fuente de información y en su caso
también podrá ser alcanzado por el Código Penal
que sabiamente pena (en su art. 156) a quien te-
niendo noticia, por razón de su estado, oficio, em-
pleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulga-
ción pueda causar daño, lo revelare sin justa causa.
No cabe duda de que uno de los puntos centrales es
que la noticia haya sido recibida por un periodista
profesional, de manera que deberá definirse quié-
nes son ellos. En la República Argentina, el artículo
2Q de la ley 12.908 establece que: "Se consideran
periodistas profesionales, a los fines de la presente
ley, las personas que realicen en forma regular,
mediante retribución pecuniaria, las tareas que le
son propias en publicaciones diarias, o periódicas,
y agencias noticiosas. Tales el director, codirec-
tor, subdirector, jefe de redacción, secretario
general, secretario de redacción, prosecretario de
redacción, jefe de noticias, editorialista, correspon-
sal, redactor, cronista, reportero, dibujante, traduc-
tor, corrector de pruebas, reportero gráfico, archi-
vero y colaborador permanente. Se incluyen las
empresas radiotelefónicas, cinematográficas o de

70
CNCiv., Sala I, 28-11-1991, " C , A. R. c/Editorial Atlántida
S.A.",L.L.,1991-D-224.
76 ENRIQUE M. FALCÓN

televisión que propalen, exhiban o televisen infor-


mativos o noticias de carácter periodístico, y úni-
camente con respecto al personal ocupado en esas
tareas (el último párrafo fue agregado por ley
15.532). Se entiende por colaborador permanente
aquel que trabaja a destajo en diarios, periódicos,
revistas, semanarios, anuarios y agencias noticiosas,
por medio de artículos y notas, con firma o sin ella,
retribuidos pecuniariamente por unidad o al centí-
metro, cuando alcance un mínimo de veinticuatro
colaboraciones anuales. Quedan excluidos de esta
ley los agentes o corredores de publicidad y los co-
laboradores accidentales o extraños a la profesión.
No se consideran periodistas profesionales los que
intervengan en la redacción de diarios, periódicos o
revistas con fines de propaganda ideológica, política
o gremial, sin percibir sueldos".
TERCERA PARTE

EL PROCEDIMIENTO EN EL «HABEAS DATA"

10. Procedimiento
a) Concepto preliminar. El procedimiento en el
sistema de habeos data, presenta algunas dificulta-
des que es primordial despejar. De allí que es pri-
mordial tener en vista dos principios básicos: 1) El
primero es -como lo señala la Constitución de la
provincia de Buenos Aires y algunas otras, y resulta
de fallos de la CSJN (v.gr. el tradicional caso "Siri"
o el más reciente "Ekmekdjian c/Sofovich") - que
la garantía es operativa, de modo que resulta claro
que exista o no procedimiento regulado, la misma
debe ser cubierta por un procedimiento adecuado.
2) En segundo lugar, cabe hacer notar que exista o
no procedimiento, la regla constitucional prevé una
acción (léase procedimiento) expedita y rápida.

b) Competencia. La competencia en el habeos


data sigue las líneas de la competencia del amparo,
pues como hemos dicho es una especialización de
éste.

c) Legitimación activa. Cuando no hay una nor-


mativa expresa, el ámbito de la legitimación apa-
78 ENRIQUE M. FALCÓN

rece difuso. Como se trata de un amparo especiali-


zado, el acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, se asienta, sobre personas y datos refe-
ridos a ellas que figuren en registros o archivos. En
esta opción se pueden tomar dos rutas, la amplia o
la restringida. Debido a la protección que se pre-
tende de raigambre constitucional, la protección
amplia es la que debe triunfar. De esta manera en-
contramos legitimados activamente a:
1) La persona física sobre la que existen los da-
tos, quien puede actuar por sí o por medio de re-
presentantes convencionales (arts. 1869 y concs., ley
10.996) o legales (art. 43, Const. Nac; menores,
incapaces, arts. 147, 154, 274, 282, 377, 380, 411,
Cód. Civ., ley 19.134, etc.), con la representación
promiscua del Ministerio de Menores en su caso
(art. 59 Cód. Civ.), pero no puede tomar por esta
vía conocimiento de datos de terceros71.
2) En caso de ausencia (art. 25, ley 14.394), el
defensor de ausentes o el defensor oficial.
3) Los herederos universales forzosos del di-
funto, es decir los ascendientes y descendientes, los
colaterales hasta el cuarto grado, los afines y el
cónyuge, salvo que estuviese divorciado (arg. art.
427 CPCCN y arts. 3592 y concs. Cód. Civ.), tanto
por el honor y el derecho del difunto, cuanto por la
traslación familiar de la misma en el ámbito social
en toda su extensión, cuando se cumplan los requi-
71
QUIROGA LAVIÉ, H., El Amparo, el Habeos Data y el
Habeos Corpus, pág. 158.
HABEAS DATA 79
sitos del habeos data por efecto del fallecido72. La
misma solución corresponde entre adoptante y
adoptado.
4) Las personas jurídicas (arts. 30 y sgtes. Cód.
Civ.; ley 19.550, etc.). El texto constitucional no lo
dice expresamente, pero a más que otros textos
constitucionales y legales lo avalan (v. por ej. en 5.
g], ley 4444 de Jujuy), también la doctrina se ha he-
cho eco de tal posibilidad73. Por otro lado la expre-
sión persona, en la Constitución, cuando se refiere
a un individuo está perfectamente delimitada (arts.
15, 22 y 23), pero en otros casos cuando no está ex-
plícitamente limitada parece ser que comprende a
las personas jurídicas (v.gr. art. 29, Const. Nac,
actual 43).
5) El defensor del pueblo (arts. 86 y 43, 2do.
párr. Const. Nac.) y las asociaciones que sean re-
presentativas (art. 43, 2do. párr., Const. Nac), por
actos de discriminación o que afecten a la persona
o personas de grupos determinados74. Sin embargo,
72
Ver fallo CNCiv. Sala G, 4-X-1994, E.D., 162-404 y comen-
tario de Santos Cifuentes, "La intimidad y el honor de los vivos y
de los muertos" (id. cit.), aplicable al caso.
73
OTHON SIDOW, "Las nuevas figuras...", cit., pág. Í016; SA-
GÜÉS, Derecho Procesal Constitucional, Acción de Amparo, 1995,
pág. 679; conf. BIDART CAMPOS, G., Tratado elemental de De-
recho Constitucional Argentino - La Reforma Constitucional de
1994, T. VI, pág. 322.
74
Con algunas dudas PUCCINELLI, "Habeas data", cit., E.D.,
161-926; en mismo sentido QUIROGA LAVIÉ, La Reforma Cons-
titucional, cit., pág. 157, porque entiende que es una derivación
80 ENRIQUE M. FALCÓN

algunos autores entienden que este supuesto es una


legitimación respecto de la acción popular (v. nro.
2.f), aunque a mi juicio con error por la especifici-
dad que tiene el habeos data, sobre datos personales.

d) Legitimación pasiva. El legitimado pasivo es


aquel que tiene bajo su custodia el registro o
"banco de datos", ejerciendo el control de las
informaciones físicas o jurídicas, disponibles para
los fines respecto de los cuales dichas informacio-
nes son reunidas75. Comprende todos los registros o
bancos de datos públicos, pero limita los privados a
aquellos destinados a dar informes. Este último
concepto resulta algo confuso, porque presenta la
posibilidad de que ciertos registros no provean da-
tos, pero sean potenciales suministradores de ellos.

del amparo en general y que conserva sus caracteres, y en el caso


del amparo colectivo la norma expresa "Podrán interponer la ac-
ción"; en contra SAGÜÉS, op. cit., pág. 680; seguido por el Fiscal
de Cámara Sanz en dictamen, CNCiv., Sala H, 19-V-1995,
"Rosetti Serra", E.D., fallo 46.671; BIDART CAMPOS, Tratado...
cit. T. VI, pág. 322, dice respecto de la legitimación activa: 18. En
cambio ha de quedar bien claro que la promoción del habeos
data queda reservada, en forma estrictamente personal, al sujeto
a quien se refieren los datos archivados en el banco de que se
trate, siendo el único investido de legitimación procesal activa.
Con esta severa restricción, creemos que la legitimación perte-
nece no sólo a las personasfísicas,sino también a las entidades
colectivas, asociaciones, organizaciones, etcétera, en la medida
en que, por igualdad con aquellas, tengan datos registrados en
los bancos públicos o privados.
75
OTHON SIDOW, "Las nuevasfiguras...",cit., pág. 1016.
HABEAS DATA 81
En tal supuesto también procede el habeos data, ya
que siendo una especialidad del amparo, se aplica
el criterio del mismo en cuanto dice que procede
cuando "...en forma actual o inminente...amenace".
Los archivos, registros o bases de datos no tienen
por qué ser informáticos ni computarizados, aun-
que estos institutos han sido el detonante para que
surgiera tan potente el habeos data. Coincidimos
entonces con Puccinelli76 en el sentido de que estos
registros (en general) pueden ser manuales, mecá-
nicos, electrónicos, computarizados o no, etcétera.

e) Tipos v líneas de proceso. Como ya hemos te-


nido tiempo de anticipar, con referencia a alguna
garantía en particular, la protección del habeos data
tiene un sentido preventivo, un sentido cautelar. Sin
embargo puede suceder que el daño se produzca
con motivo y en ocasión del uso de datos personales
provenientes de archivos, o registros o bancos de
datos. En el primer caso, acción preventiva, caute-
lar, nos hallamos en presencia de la garantía consti-
tucional del habeos data. En el segundo no. Pues
una vez violada la reserva de la información, el ha-
beos data servirá para protegernos "preventiva-
mente" de otra violación futura (contra los efectos
del acto), pero respecto de la pasada deberá concu-
rrirse al procedimiento regular con el fin de obte-
ner, en su caso la sanción penal y la indemnización
por daños y perjuicios.

76
PUCCINELLI, "Habeas data...", cit., E.D., 161-921.
82 ENRIQUE M. FALCÓN

/) Medio idóneo. En la generalidad de los su-


puestos, el acceso y la rectificación, confidenciali-
dad, modificación o exclusión no sólo no requiere el
habeos data, sino que ni siquiera supone la necesi-
dad de un trámite judicial. El habeos data aparece
como elemento residual cuando: 1) no se logre con-
seguir el informe o modificación por vías particula-
res, administrativas o judiciales, 2) se tenga la
sospecha de que, no obstante, el reclamo el mismo
no se cumplirá, y 3) exista peligro en la demora,
pues el esquema cautelar de esta institución la hace
participar de las reglas de las medidas cautelares en
general, aunque no es necesario demostrar la vero-
similitud del derecho, por lo menos en la etapa ini-
cial informativa, porque se trata de datos del propio
reclamante, sus representantes, herederos, o legiti-
mados de otro modo. Sin embargo, no es necesario
el reclamo administrativo previo, porque el mismo
es antecedente de una acción ordinaria. Tampoco
se deben justificar motivos como afirma claramente
la ley 4444 de Jujuy, ni prestar contracautela.

g) Procedimientos vigentes. ¿Son aptos los pro-


cedimientos vigentes del amparo, para aplicar al
sistema del habeos data? Es indudable que los con-
ceptos básicos del amparo, sobre la procedencia y
legitimación son de aplicación al habeos data y
también el concepto de vía expedita y rápida. Los
procedimientos actuales previstos en el ámbito na-
cional y sus similares, tal cual están regulados son
HABEAS DATA 83
útiles y las vías más rápidas para actuar tanto por
actos del poder público, como por actos de parti-
culares. Pero las normas deben adaptarse y combi-
narse también con las medidas cautelares adecua-
das, para dar cumplimiento debido a la protección
constitucional. Algunas constituciones como la de
Salta de 1986 que regulan el amparo (aplicable al
habeos data), no permiten la reglamentación de
esta protección por las leyes77. Veamos el sistema
nacional:

h) El procedimiento en el habeos data. Como se


recordará, el habeos data comprende dos preten-
siones sucesivas y secuenciales, una subsidiaria de
la otra. La primera de información y la segunda
de conocimiento y ejecución (ver nro. 4.b). Esta es
la regla generalmente admitida por la doctrina, y es
la que ha seguido nuestro ordenamiento constitu-
cional. Como se ve, se trata además de un proceso
complejo, con inversión sucesiva de pretensiones.
Así la presentación, que puede ser planteada por
vía de proceso sumarísimo o similar expedito, lla-
mado en algunos ordenamientos extraordinario y
aun plenario rapidísimo, debe contener una preten-
77
El art. 85 de la Constitución de Salta de 1986 dice luego de
establecer la definición, la competencia y las formas del amparo
"Todas las contingencias procesales no previstas en este artículo
son resueltas por el juez de amparo con arreglo a la recta inter-
pretación de esta Constitución. Son nulas y sin valor alguno las
normas de cualquier naturaleza que reglamenten la procedencia
y requisitos del amparo".
84 ENRIQUE M. FALCON

sión primaria destinada a que se informe al juzgado


de los datos registrados por el Estado (en sí o en
cualquiera de sus reparticiones), instituciones o
particulares referentes al actor, la finalidad de los
mismos y en su caso las medidas a tomar sobre di-
chos datos. Dichas medidas se pueden pedir en ese
mismo acto (de modo directo o cautelar) si se cono-
cen o presumen, o reservar esta segunda petición
para el momento en que se haya contestado el in-
forme. No obstante los contenidos de la petición
inicial, no limitan la segunda petición a la luz del in-
forme presentado. La primera etapa del procedi-
miento entonces será de naturaleza informativa y
voluntaria, la segunda podrá tener el carácter de
contenciosa. En el procedimiento nacional y los que
siguen su línea, resultan debidamente adecuados
para la primera parte los trámites previstos en la
ley 16.986 para el informe y los del Código Procesal
Civil y Comercial del proceso sumarísimo (art.
498), para la etapa de conocimiento y de ejecución,
aplicándose la combinación de ambos tanto al re-
querimiento al Estado como a los particulares.

i) La petición inicial. La petición debe seguir las


reglas generales de las demandas de amparo, en
este caso conforme con las reglas de la ley 16.986,
artículo 6° contendrá: 1) El nombre y apellido,
domicilio real y constituido del accionante. 2) La
individualización del archivo, registro o banco de
datos sobre el que se quiere pedir informes, o en su
caso la institución o persona a cuyo cargo se en-
HABEAS DATA 85
cuentra. 3) La relación circunstanciada de los datos
presuntos en dicho banco y el perjuicio que los
mismos pudieran causarle (aunque en muchos su-
puestos esto será obvio). Especialmente el relato
será necesario cuando el accionante haya realizado
con anterioridad los actos necesarios para obtener
lo peticionado por otras vías, con resultado nega-
tivo, y explique la urgencia del pedido. 4) El reque-
rimiento de la medida a tomar sobre esos datos si
se conocieran o denunciaran previamente, sin per-
juicio de ampliar con posterioridad al informe, tal
requerimiento. 5) Acompañar la prueba que tuviera
a su disposición, ofreciendo en su caso la restante,
en lo correspondiente al informe. 6) La petición, en
términos claros y positivos.
No se requiere reclamo administrativo previo
(leyes 3952 y 19.549 y modificaciones) ni tampoco
se aplica el plazo de caducidad previsto por el ar-
tículo 2Q, inciso e), ley 16.986.

;') Resolución e informe. El juez debe examinar


primeramente si la acción es admisible, pues puede
rechazarla in limine. Si la considera admisible, el
juez requerirá a la autoridad que corresponda o al
particular, en su caso, un informe sobre la existen-
cia y objeto del archivo, registro o banco de datos;
todos los datos que tengan del actor; si le han sido
requerido o emitido datos del mismo y, en su caso,
a quién. No es necesario en la contestación del in-
forme que el requerido ofrezca prueba o realice
ningún acto defensivo, porque para ello está pre-
86 ENRIQUE M. FALCÓN

visto el segundo paso de conocimiento y ejecución,


del cual se le dará traslado, para que pueda ejercer
sus derechos. El sistema de los informes se rige, en
principio por las disposiciones de los artículos 396 y
siguientes del CPCCN., y sus similares de provincia.
El plazo debe ser fijado por el juez con base en la
ley 16.986 (art. 8Q).
k) Contestación del informe. Negativa. Prueba. El
informe debe ser contestado en el plazo fijado. La
negativa a contestarlo basada en el artículo 397, se-
gunda parte del CPCCN (el informe sólo podrá ser
negado si existiere justa causa de reserva o de se-
creto, circunstancia que deberá ponerse en conoci-
miento del juzgado dentro del quinto día de haber
recibido el oficio) debe ser apreciada con criterio
restrictivo, porque el informe se refiere a datos del
mismo accionante, de modo que el secreto o la re-
serva procede en casos extremos. La doctrina -en
general- no ha elaborado, un concepto claro en
este aspecto, pero creo que el mismo se irá for-
mando por vía jurisprudencial, ya que el tema es
esencialmente casuístico en la especie.
Aquí juegan también el secreto profesional y el
de las fuentes de información a que hemos aludido.
Si el informe no es contestado, además de las san-
ciones previstas para los informes en general, el ac-
cionado puede ser sancionado con prevención,
apercibimiento, multa y arresto de hasta cinco días
(art. 18, dec.-ley 1285/58, ref. ley 24.289, art. 2C).
Algunas constituciones han previsto expresamente la
HABEAS DATA 87
sanción ante el incumplimiento de una orden judi-
cial en este sentido (v.gr. Chaco, art. 19 in fine, v.
nro. 5.e). Ante la negativa de existencia del registro
podrá producirse eventualmente prueba, la que se
llevará a cabo en audiencia a fijar en forma inme-
diata en cuanto sea por declaración y con plazos
reducidos para la restante.

1) Terminación del proceso de modo anormal. El


proceso puede finalizar de modo anormal acortán-
dose luego del informe: 1) Si se informa que los
datos ya no existen porque han sido destruidos o
cancelados (salvo que la parte actora quisiera pro-
bar lo contrario). 2) Por justificar la negativa a in-
formar por tratarse de un secreto no revelable (el
que debe quedar a consideración judicial). 3) Por
desistimiento del actor. 4) Por acuerdo, conciliación
o negociación de las partes. 5) Por manifestar en la
contestación del oficio que ya se ha dado cumpli-
miento al pedido de la parte actora en el escrito
inicial. 6) Por justificar la existencia del registro y la
improponibilidad de la pretensión (registros esta-
dísticos impersonales, registros puramente particu-
lares y personales, etc.).

m) Medidas cautelares. Las medidas cautelares a


tomar en este tipo de procedimiento, tienen sus
propios alcances. En principio corresponderá la
medida de no innovar, específicamente de no in-
formar, como una medida cautelar genérica y sub-
sidiaria de las previstas en el Código Procesal Civil
88 ENRIQUE M. FALCÓN

nacional en los artículos 232 y 233. La particulari-


dad del pedido deberá ser contemplado por el juez
con amplitud, debido a que los datos sobre los que
se pide la medida cautelar son obviamente del pro-
pio peticionario. La verosimilitud del derecho y el
peligro en la demora están contenidos en la misma
institución del habeos data, razón por la cual no ha-
brá contracautela. Pero el reclamante debe mani-
festar y fundar claramente el tipo de archivo de que
se trata, el tipo de datos contenidos y el perjuicio
que los mismos le van a causar, como asimismo la
posibilidad de información de ellos y a quién. En su
caso, conforme el tipo de datos cuya reserva se
pida, el expediente tramitará reservado, ya que la
pretensión cautelar, si bien provisoria, es de cono-
cimiento. El juez, a su vez, debe observar clara-
mente la procedencia del pedido sobre los datos
personales, cuya variación o supresión eventual-
mente se pide, aunque en principio esta primera
parte del procedimiento debe ser admitida, salvo
que de los mismos dichos de la petición o de la na-
turaleza del registro, surgiera la improcedencia
(improponibilidad objetiva de la pretensión), como
si el actor pretendiera que se suprimiera la fecha de
nacimiento en el Registro de las Personas, o las
condenas efectivamente habidas, en el Registro de
Reincidencia.

n) La faz contenciosa. Demanda y contestación


de la demanda. Producido el informe, se dará tras-
HABEAS DATA 89
lado del mismo por el plazo de cinco días (arg. art.
498, inc. 2Q, CPCCN), a fin de que promueva la pre-
tensión de conocimiento con relación a los datos
requeridos. Salvo el supuesto de que se niegue la
existencia del registro, que ya hemos examinado en
el punto k). Corresponde ahora promover la de-
manda de habeos data, ya sea ampliando o mejo-
rando lo expresado al iniciar la acción, o promo-
viéndola íntegra directamente, si nada se hubiese
manifestado con anterioridad. Se trata en todos los
casos de una ampliación de la demanda prevista
por el artículo 331 del CPCCN78. De esta petición
se deberá dar traslado a la contraria por el plazo de
cinco días, para que se manifieste (en los sistemas
provinciales puede haber plazos más exiguos, espe-
cialmente las normativas que siguieron a la ley
17.454). Puede existir derecho a tener los datos, a
publicarlos, a informarlos en general o a personas
determinadas, etcétera. Fundamentalmente quedan
fuera de la protección los registros puramente esta-
dísticos o de uso personal del propietario (porque
estos últimos entran en la categoría de papeles pri-
vados prevista en el art. 18 de la Const. Nac). Por
otra parte, el demandado puede demostrar, en el
caso de rectificación, que los datos que posee son
correctos. Este procedimiento se articulará de
modo rápido y expedito, siguiendo las reglas del

Sobre transformación y ampliación de la demanda, ver mi


comentario en FALCÓN, Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, Anotado, Concordado y Comentado, T. II, pág. 627.
90 ENRIQUE M. FALCON

proceso sumarísimo del CPCCN (art. 498), pero


deberá adaptarse a la necesidad de las pruebas a
rendir. El derecho a poseer los datos e informarlos,
aun para instituciones públicas, sobre registros le-
gales, no es en ningún caso absoluto, ello no impide
que la cuestión se trate como de puro derecho.

o) Sentencia. Producida la prueba, sin necesidad


de alegatos, el juez pronunciará sentencia dentro de
los quince días de quedar el expediente a despacho
(art. 34, inc. 3Q d, CPCCN), procediendo en su caso
la apelación en relación dentro de los tres días (art.
498, Cód. cit.).

p) Razón de la aplicación combinada de normas.


Volviendo a los procedimientos vigentes debemos
observar que en el ámbito nacional y los que siguen
su línea, no son de aplicación estricta ni el proce-
dimiento de la ley 16.986 ni el del Código Procesal
Civil y Comercial nacional, pues no existe en el ha-
beos data la división prevista para el amparo, que
de todos modos es artificial y resulta de un proceso
histórico y político más que jurídico. El primer
ordenamiento (destinado al amparo por actos del
poder público, ley 16.986) porque no tiene contesta-
ción de demanda, y si bien la contestación del in-
forme previsto en la normativa se usa como contes-
tación de demanda, en este caso ese procedimiento
no corresponde por cuanto la contestación deviene
luego de que la pretensión sea articulada definiti-
vamente en la segunda faz, es decir una vez cono-
HABEAS DATA 91
cido el informe y cuando se dé traslado para la de-
fensa. El Código Procesal tiene en su normativa la
posiblidad de una actividad previa como medida
preliminar, pero estas medidas resultan inadecua-
das en el sistema del habeos data. Por ello parece
más propio solicitar el informe siguiendo la ruta
prevista en la ley 16.986. Debido a la doble caracte-
rística del proceso, en el cual el pedido de informes
obra como una medida preliminar exhibitoria, y
luego se debe seguir un proceso de conocimiento,
corresponde que en la primera faz los plazos y el
procedimiento sean entonces los de la ley 16.986, y
en la segunda los del proceso sumarísimo del
CPCCN. De tal manera el proceso de habeos data
resulta de una combinaciórf'entre ambas normas.
Pero también queda claro a través de toda esta ex-
plicación, que debe dictarse a la brevedad una
norma reglamentaria propia, o más bien una norma
reglamentaria genérica de las múltiples facetas que
presenta ahora el amparo.
CUARTA PARTE

NORMAS INTERNACIONALES
Y CONCLUSIONES

11. Normas internacionales


a) Normas internacionales. En el ámbito inter-
nacional observamos que no aparece en la norma-
tiva la protección del habeos data, aunque la misma
puede inferirse de otras normas, como por ejemplo
la Convención Europea de Salvaguardia de los De-
rechos del Hombre y las Libertades Fundamentales
que en su artículo 8Q punto 1 dice que toda persona
tiene derecho a su vida privada. Más preciso es el
Pacto de San José de Costa Rica (Convención
Americana de Derechos Humanos) incorporado a
la Constitución Nacional en la reforma de 1994, que
en su artículo 25 expresa que: "I. Toda persona
tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tri-
bunales competentes, que la ampare contra actos
que violen los derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Conven-
ción, aun cuando tal violación sea cometida por
personas que actúen en ejercicio de funciones ofi-
ciales". Pero, además de las normas citadas, la pro-
94 ENRIQUE M. FALCÓN

tección aparece implícita en diversos aspectos, pues


las distintas convenciones protegen el derecho de
igualdad ante la ley, de libertad religiosa y culto; de
investigación, opinión, expresión y difusión; a la
protección a la honra, a la reputación personal y a
la vida privada y familiar, etcétera, como surge de
la "Declaración Americana de los Derechos y De-
beres del Hombre" (aprobada en la 9a. Confer. In-
tern. Americana, en Bogotá, Colombia, 1948); en la
"Declaración Universal de Derechos Humanos"
(aprobada por Res. 217 A (III) de la Asamblea Ge-
neral de la ONU); en el "Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales" y el
"Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políti-
cos" (firmados en New York, USA, 19-XII-1966);
en la "Convención Internacional sobre la Elimina-
ción de todas las Formas de Discriminación Racial"
(suscripto en New York, USA, el 13-VII-67); en la
"Convención sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer" (apro-
bada por Res. 34/80 por la Asamblea General de la
ONU), etcétera.

b) Constituciones nacionales. El artículo 43 de


nuestra Constitución tiene su fuente directa en la
Constitución portuguesa de 1976 (art. 35) que ex-
presa: Todos los ciudadanos tienen derecho a to-
mar conocimiento de los datos contenidos en fiche-
ros o registros informáticos a su respecto, pudiendo
exigir su rectificación y actualización, sin perjuicio
de lo dispuesto por las leyes sobre secretos de Es-
HABEAS DATA 95
tado y secretos de justicia (inc. Io). Está prohibido
el acceso a ficheros y registros informáticos para
conocer datos personales de terceros, o por inter-
conexión, salvo los casos excepcionales previstos
por la ley (inc. 2C). La informática no puede ser uti-
lizada para el tratamiento de datos referios a con-
vicciones filosóficas o políticas, de filiación partida-
ria o sindical, fe religiosa o vida privada, salvo
cuando se trate de procesamiento de datos estadís-
ticos que no se identifiquen individualmente (inc.
3°). En 1978 la Constitución española estableció
una norma de información aunque limitada: "La ley
limitará el uso de la información para garantizar el
honor y la intimidad personal y familiar de los ciu-
dadanos y el pleno ejercicio de los derechos". Otros
países europeos como Alemania tienen leyes regu-
ladoras como por ejemplo la que crea el Comisa-
riato de Datos (1970).
En los países americanos debemos considerar en
primer lugar la Constitución de Brasil (art. 5Q, inc.
LXXII), que expresa que se "concederá el habeos
data: a) para asegurar el conocimiento de informa-
ciones relativas a la persona del demandante, que
consten en registros o bancos de datos de entidades
gubernamentales o de carácter público, b) para rec-
tificar datos, cuando no se prefiera hacerlo por pro-
cedimiento secreto, judicial o administrativo". Pero
debemos hacer notar que en Brasil el habeos data
se presenta como una especie de figura indepen-
diente del amparo. La Constitución del Perú (art.
2Q, inc. 6°) prohibe que los servicios informáticos,
96 ENRIQUE M. FALCÓN

computarizados o no, públicos o privados, suminis-


tren informaciones que afecten la intimidad perso-
nal y familiar; agregando (inc. 7Q) el derecho al ho-
nor a la buena reputación, a la intimidad personal y
familiar, así como a la voz y a la propia imagen. Es-
tablece posteriormente el proceso de habeos data
(art. 200, inc. 3Q). La protección de la intimidad
personal y familiar y el buen nombre están protegi-
dos en las constituciones de Colombia (art. 15) y
Venezuela (art. 59). En EE.UU. la normativa está
centrada en la privacidad con la Privacy Act de
1974.

12. Conclusiones
La exposición precedente me lleva a fijar las si-
guientes conslusiones:
1. El habeos data es una aplicación específica
del amparo.
2. Su objetivo tiende a que las personas físicas o
jurídicas puedan conocer los datos registrados so-
bre ellas por entidades estatales o privadas, como
así también la finalidad de los registros (entendidos
éstos en sentido lato de archivos, registros o bancos
de datos).
3. La legitimación debe ser amplia.
4. Ante el conocimiento de la existencia del re-
gistro y de los datos personales, tienen la posibili-
dad de pedir su supresión, rectificación, confiden-
cialidad o actualización.
HABEAS DATA 97

5. El titular del registro tiene derecho a su vez a


ser escuchado para lo que debe dársele traslado de
la pretensión anteriormente mencionada.
6. Aunque los datos principales ofensivos se
fundan en la discriminación y falsedad, no quedan
excluidos otros derechos previstos en la norma
constitucional, como el honor y la dignidad personal
y familiar, el pleno ejercicio de los derechos, etcé-
tera.
7. Si bien la informática ha provocado una ex-
plosión que motivó la urgente normativa sobre el
habeos data, los registros de cualquier naturaleza,
manuales, mecánicos, electrónicos, etcétera, pue-
den ser alcanzados por la protección.
8. Las fuentes de información periodística, los
registros estadísticos o puramente personales, y los
secretos de Estado o cuyo conocimiento o divulga-
ción produzcan un grave daño en la sociedad, no
pueden ser alcanzados por el instituto.
ÍNDICE

PRIMERA PARTE

ANTECEDENTES Y CUESTIONES
GENERALES

1. Introducción. Protección de los derechos


fundamentales 7
a) Fuentes de la protección de los derechos
fundamentales 7
b) El habeas corpus 8
c) El amparo 9
d) Recepción en la Argentina 11
2. Nacimiento y primeras manifestaciones del
amparo en la Argentina 11
a) Antecedentes del amparo federal. El caso
Siri 11
b) El casoKot 14
c) Triunfo de la tesis restrictiva 15
d) La Ley Federal 16.986 y el Código
Procesal Civil y Comercial Federal 16
e) Amparo por mora de la administración 17
f) Acción preventiva de inconstitucionali-
dad 18
g) La acción popular 19
100 ENRIQUE M. FALCON

3. La consagración constitucional y nuevas ex-


tensiones del amparo en el ámbito federal 20
a) Los nuevos derechos y garantías en la
Constitución federal de 1994 20
b) Alcance de la norma 22

SEGUNDA PARTE

EL "HABEAS DATA"

4. El habeas data. Nociones generales 23


a) Concepto 23
b) Pretensiones que incluye 24
c) Amparo y habeas data. Contenido 25
d) El habeas data y el procedimiento 27
e) Razón del nacimiento de este tipo de pro-
tección 28
5. Legislación constitucional sobre habeas data
en la Argentina.. 30
a) Constitución federal y constituciones y
normas provinciales 30
b) La Constitución de la provincia de
Buenos Aires 32
c) La Constitución de Catamarca 33
d) La Constitución de Córdoba 33
e) La Constitución del Chaco 33
f) La Constitución de Chubut 34
g) La Constitución de Jujuy 35
h) La Constitución de Río Negro 36
i) La Constitución de Salta 36
j) La Constitución de San Juan 37
HABEAS DATA 101

k) La Constitución de San Luis 38


1) La Consitutción de Tucumán 38
m) La Constitución de Tierra del Fuego 39
n) Conclusiones. Tratamiento 39
6. El derecho a la intimidad 40
a) La protección de la intimidad personal en
las normas superiores 40
b) El Código Civil argentino y otras normas
protectoras 40
c) El derecho a la intimidad y la elaboración
jurisprudencial 42
d) La doctrina 45
e) Cautelaridad y reparación urgente 46
7. La discriminación ¡ 48
a) Concepto 48
b) La discriminación en la legislación argen-
tina 50
c) Discriminación y habeas data 51
8. Los registros 52
a) Concepto y tipos 52
b) Generalidades 55
c) Requisitos que deben tener los regis-
tros 56
d) Los registros en informática 58
e) La informática y su incidencia en el ejer-
cicio de los derechos 59
f) Las bases de datos 60
g) Bases de datos y problemas 60
h) Bases de datos del futuro 62
i) Conclusión 63
102 ENRIQUE M. FALCÓN

9. Lasfuentes de información y la prensa 63


a) Concepto. Tipos 63
b) Los límites 65
c) El secreto profesional en la jurispruden-
cia 67
d) Opinión de la doctrina 70
e) Mi opinión 73

TERCERA PARTE

EL PROCEDIMIENTO
EN EL "HABEAS DATA"

10. Procedimiento 77
a) Concepto preliminar 77
b) Competencia 77
c) Legitimación activa 77
d) Legimitación pasiva 80
e) Tipos y líneas de proceso 81
f) Medio idóneo 82
g) Procedimientos vigentes 82
h) El procedimiento en el ¡tabeas data 83
i) La petición inicial 84
j) Resolución e informe 85
k) Contestación del informe. Negativa. Prue-
ba 86
l) Terminación del proceso de modo anor-
mal 87
m) Medidas cautelares 87
n) La faz contenciosa. Demanda y contesta-
ción de la demanda 88
HABEAS DATA 103

o) Sentencia 90
p) Razón de la aplicación combinada de
normas 90

CUARTA PARTE

NORMAS INTERNACIONALES
Y CONCLUSIONES

11. Normas internacionales 93


a) Normas internacionales 93
b) Constituciones nacionales 94
12. Conclusiones 96

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