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SALA DE CASACIÓN CIVIL

N° de Expediente: 10-535
N° de Sentencia: RC.000269
Viernes, 27 de abril de 2012
Asunto: Admisibilidad de la inhibición y la recusación por
motivos distintos a los expresamente establecidos en el artículo
82 del Código de Procedimiento Civil 
Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

         En la incidencia de recusación, surgida en el juicio de

cumplimiento de contrato, intentado ante el Juzgado Segundo de

Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

Circunscripción Judicial del estado Zulia, con sede en Maracaibo,

por la sociedad mercantil AGROINDUSTRIAL DE

PRODUCTORES DE PALMA ACEITERA CATATUMBO 2006,

C.A. (AGROIMPALCA 2006), representada judicialmente por los

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abogados Miguel Uban Vera y Miguel Uban Ramírez, contra las

sociedades mercantiles AXIS CORPORATION, ANALÍTICA,

CONTROLES, INSTRUMENTACIÓN  y SERVICIOS

C.A., representada judicialmente por el abogado Jorge Alejandro

Machín Cáceres, y PROSEGUROS, C.A., representada

judicialmente por los abogados José Israel Argüello Soto, Gustavo

Ruíz, Gerardo Virla, Janeth Badell, Maha Yabroudi, Karelis

Barreto Fermín, Grey Boscán, Fernando Bracho y Juan Carlos

González, recusación interpuesta por el abogado Jorge Alejandro

Machín Cáceres, actuando en representación judicial de la parte

co-demandada, contra el abogado ADÁN VIVAS

SANTAELLA, en su condición de juez del juzgado a quo; el

Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de

la misma Circunscripción Judicial y sede, mediante decisión de

fecha 29 de enero de 2010, declaró sin lugar la recusación

propuesta.

Contra el referido fallo el abogado Jorge Alejandro Machín

Cáceres, actuando en representación judicial de la co-demandada ,

anunció recurso de casación, el cual fue negado, mediante auto de

fecha 16 de abril de 2010, y en fecha 10 de agosto del mismo año,

esta Sala declaró con lugar el recurso de hecho propuesto contra el

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auto anteriormente mencionado. Dicho recurso de casación fue

oportunamente formalizado, no hubo impugnación.

         Concluida la sustanciación, pasa la Sala a dictar su decisión,


bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe,
en los términos que a continuación se expresan:

DEFECTO DE ACTIVIDAD

-I -

         De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del


Código de Procedimiento Civil, el formalizante delata la
infracción de los artículos 15, 206 y 208 eiusdem, por violación de
las formas sustanciales del procedimiento, con flagrante violación
al derecho a la defensa, al debido proceso y a la igualdad de las
partes, alegando para ello, lo siguiente:
“…Ciudadanos magistrados (sic), durante la
sustanciación del juicio ante el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del  Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado (sic) Zulia, la conducta del juez Adán Vivas
Santaella, fue realmente extraña, asumiendo una (sic)
tratamiento marcadamente diferenciador entre el
demandante y el demandado, lo cual se ponía de
manifiesto en actos concretos. Así, cuando el
demandante presentaba alguna solicitud al Tribunal
(sic) la misma era proveída, sustanciada y
resuelta prácticamente de inmediato  pero, el

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demandado hacía alguna petición o solicitud al
Tribunal (sic) que implicaba un providenciamiento
del mismo se producía entonces una actitud
de inacción o silencio que se traducía en una ausencia
de respuesta, generando un tratamiento discriminatorio
y violando de este modo el principio de igualdad de
las partes en el proceso.
Pero esto (sic) no constituyó un acto aislado durante
la secuela del proceso sino que fue la constante en el
juicio, lo cual ponía de manifiesto una conducta
parcializada del Juez (sic) que comprometía seriamente
la honorabilidad y seriedad del Poder Judicial, ya que,
era una conducta que a la vista del ciudadano común no
tenía justificación alguna.
Estos actos se materializaron en los siguientes
hechos:
El día 18 de septiembre de 2009 el apoderado judicial
de la parte demandada formuló oposición de parte a la
medida de embargo decretada por el Tribunal (sic)
y nunca jamás hubo pronunciamiento alguno por parte
del Juez (sic) Adán Vivas.
De conformidad con las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil (artículo 602 y siguientes
formulada la oposición a la medida se apertura ope
legis un lapso de pruebas, y si el demandante en el
lapso de ocho (8) días no prueba los extremos de ley,
el juez al décimo día debe pronunciarse sobre la
oposición. Pero nada de ello ocurrió!
El día 22 de Julio (sic) de 2009, el apoderado de la
empresa demandante consigna las copias para la
elaboración de las compulsas y solicita se le designe
correo especial para citar al codemandado en Caracas.
Y, al día siguiente, 23 de abril de 2009 se librar (sic)
los recaudos de citación, tal como consta de asiento
diario No 43 de fecha 23 de julio de 2009.

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El 29 de julio de 2009 se libra el Despacho (sic) de
Comisión (sic), el 30 de julio de 2009 deja constancia
el Alguacil (sic) que recibió los emolumentos para
gestionar la citación del demandado en la ciudad de
Maracaibo. El 30 de julio de 2009 el Tribunal (sic)
dicta un auto mediante el cual designa correo especial
a los abogados la parte actora. Y ese mismo día, sin
que mediara notificación alguna a las personas que
fueron designadas correo especial, se les toma el
juramento, le son entregados los recaudos y, sin
que nadie lo pidiese, el propio juez libra oficio al
Tribunal (sic) comisionado haciéndole saber la
designación del correo especial.
El 1 de Octubre (sic) de 2009 sustituyen poder los
abogados de la parte actora y solicitan se le expida
copia certificada del poder sustituido.
Esa petición fue proveía (sic) por auto de 5 de
Octubre (sic) de 2009.
Pero, es el caso que el día 30 de Noviembre (sic) de
2009 la parte demandada solicito al Tribunal (sic) de
la causa oficiara a la Oficina  (sic) de Distribución
(sic) de Causas (sic) del Área Metropolitana de
Caracas, para que informara si había sido recibido el
despacho de citación, ya que, desde el 30 de julio de
2009 hasta el día 30 de noviembre de 2009, no se
conocía el paradero de la misma. Y esa solicitud
nunca jamás fue proveída por el Tribunal (sic)!
No obstante ello, en fecha 13 de noviembre de 2009
el apoderado judicial de la empresa codemandada
PROSEGUROS C.A., consignó una fianza con el
objeto de levantar o suspender la medida de embargo
decretada, pero nunca jamás el Tribunal (sic) de la
causa, a cargo del Juez  (sic) Adán Vivas Santaella,
se pronunció sobre el levantamiento de la medida,
habiendo pasado un lapso considerable de tiempo .

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Pero esto (sic) no es todo. Vista la conducta asumida
por el Juez (sic) Adán Vivas Santaella, se procedió a
plantearle por diligencia la recusación, exponiendo los
motivos que justificaban la misma, pero además,
solicitando en dicho escrito un cómputo de días de
despacho con el fin de que el Juez (sic) Superior (sic)
pudiese constatar la marcada diferencia con relación a
los lapsos en los cuales proveía la petición del
demandante y la grotesca omisión, retardo o negativa
a proveer los formulados por la parte demandada. Y
es el caso, ciudadanos y respetados magistrados
(sic), que ese cómputo no fue ordenado realizar ,
procediendo a contestar la recusación y remitiendo las
copias certificadas al Juzgado (sic) Superior (sic) sin
el cómputo de días de despacho.
Ante esa conducta del Juez (sic) Adán Vivas
Santaella, y habida cuenta que una vez recibidas las
copias certificadas al Juzgado (sic) Superior (sic) se
apertura un lapso de pruebas, y resultando necesario
el cómputo de días de despacho, se procedió a
solicitarlo mediante un escrito calificado
como: “CERTIFICADO DE MERA RELACIÓN” ,
para consignarlo durante la secuela probatorio ante el
Juzgado (sic) Superior (sic), todo lo cual se hizo en
los siguientes términos:
CIUDADANO
JUEZ DEL JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA
INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL
TRANSITO (sic) DE LA CIRCUNSCRIPCION
(sic) JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA.
SU DESPACHO.
Yo, JORGE ALEJANDRO MACHIN (sic)
CACERES (sic), venezolano, mayor de edad,
casado, doctor en derecho, titular de la Cédula
(sic) de Identidad (sic) número 7.603.325 y de
este domicilio e inscrito en el Instituto de

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Previsión Social del Abogado bajo el número
22.872, actuando en este acto en ejercicio de mis
propios derechos e intereses, ante usted, con el
debido respeto y consideración, ocurro para
solicitar una CERTIFICACION (sic) DE MERA
RELACION (sic), en los siguientes términos:
Solicito al Tribunal (sic), muy respetuosamente,
me expida por Secretaria (sic), previa
confrontación con el LIBRO DIARIO llevado por
el Tribunal (sic), un cómputo de días de despacho
transcurridos desde el día 30 de julio de 2009
hasta el día de hoy, catorce de enero de 2010,
ambos inclusive.
Justicia, Maracaibo, a los catorce días del mes de
Enero (sic) de dos mil diez.
Pero, aunque ustedes no lo crean, la misma fue
negada expresamente por el Juez (sic) Adán Vivas
Santaella.
Ciudadanos y respetados Magistrados, el
desequilibrio procesal fue tan grotesco y ostentoso
que resultaba a todas luces violatorio del derecho a la
defensa y al debido proceso, resultando gráficamente
de la siguiente manera:
1) E fecha dieciocho (18) de septiembre del (sic) dos
mil nueve (2009), mi representada formulo (sic)
oposición a la medida preventiva de embargo
decretada en la causa y hasta la fecha de nueve (9) de
diciembre de dos mil nueve (2009), fecha en (sic) fue
interpuesta la recusación, habían
transcurrido cincuenta y cinco (55) días hábiles de
despacho, sin que el juez que estaba conociendo de la
demanda se hubiese pronunciado en ningún sentido
respecto a la oposición formulada.
2) Que en fecha trece (13) de noviembre de dos mil
nueve (2009), el apoderado de la codemandada
sociedad mercantil ProSeguros, C.A., constituyo

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(sic) una fianza a los fines de suspender la medida
preventiva de embargo que había sido decretada en la
causa , e igualmente el tribunal no se pronuncio (sic)
al respecto, habiendo transcurrido dieciocho (18) días
de despacho desde el momento en que fue constituida
la fianza hasta el momento de ser interpuesta la
recusación; siendo de advertir que, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 589 del Código de
Procedimiento Civil, el juez debe proceder a
suspender la medida si no hubiese objetada (sic) la
caución, transcurriendo más de 15 días de
despacho luego de vencido el lapso de impugnación
para oponerse sin que hubiese resuelto sobre el
levantamiento de la medida.
3) En fecha treinta (30) de noviembre de dos mil
nueve (2009) solicite (sic) al tribunal de la causa
oficiara a la Oficina (sic) de Recepción (sic) y
Distribución (sic) de Documentos (sic) de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, por cuanto el Tribunal (sic) había
designado –en fecha treinta (30) de julio de dos mil
nueve (2009)- Correo (sic) Especial (sic)  para la
remisión del despacho de citación. Y hasta la fecha
del treinta (30) de noviembre de dos mil nueve (2009)
no constaba en el expediente las resultas del mismo y
ello tenía una influencia determinante en la
sustanciación de la causa por efectos de la perención
breve.
Desde el 30 de noviembre de 2009 oportunidad en la
cual solicité el oficio a la Oficina (sic) de Recepción
(sic) y Distribución (sic) de Documentos (sic) en el
Área Metropolitana de Caracas hasta el día nueve (9)
de diciembre de 2009, oportunidad de la Recusación
(sic), habían transcurrido siete (7) días de despacho ,
sin que el Tribunal (sic) se hubiese pronunciado al
respecto cuando los Juzgados (sic) están en el deber

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de proveer las solicitudes dentro de los tres (3) días
de despacho siguientes.
Pero, esta conducta silente, pasiva y retardataria del
Tribunal (sic) de no proveer las solicitudes hechas
por la parte demandada, no era cónsona con la
conducta asumida frente a la parte demandante, ya
que, frente a ellos la rapidez era evidente.
Así, por ejemplo, en fecha veintidós (22) de julio de
dos mil nueve (2009), los abogados de la parte actora
consignaron las copias simples para la elaboración de
las compulsas de citación y se les designara Correo
(sic) Especial (sic) para gestionar lo conducente a la
citación de la sociedad mercantil ProSeguros, C.A.,
domiciliada fuera de la jurisdicción del Tribunal (sic)
de la causa.
Dicha solicitud obtuvo respuesta casi de inmediato.
En efecto, al día siguiente (23 de julio de 2009) se
libra la boleta de citación y tres (3) días hábiles
después (29 de julio de 2009) se libra el Despacho
(sic) de Comisión (sic). Y al día siguiente (30 de julio
de 2009 los designa –por auto expreso- correo
especial.
Pero, el juez fue mucho más allá. Ese mismo día, sin
que mediara notificación alguna que fueron
designadas correo especial, se les juramenta, le son
entregados los recaudos y sin que nadie  lo pidiese el
propio juez libra oficio al comisionado haciéndole saber
de la designación de correo especial.
Esto sólo se ve en este juicio….!
Pero, la celeridad respecto a la parte actora era una
cosa palmaria, ostentosa y evidente.
El día primero de octubre de 2009, el apoderado de la
parte actora solicita se le expida copia certificada del
poder con inserción de la diligencia y del auto que la
provea.

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Al segundo día de despacho, esto es, el 5 de octubre
de 2009, se ordenó no sólo expedir las copias
certificadas, sino que las mismas fueron libradas
ese mismo día.
Y la misma celeridad se puso de manifiesto al
momento en que solicitó la medida cautelar, siendo
peticionada el día tres (03) (sic) de agosto de dos mil
nueve (2009) y decretada en fecha once (11) de
agosto de dos mil nueve (2009) cuando habían
transcurrido cinco (05) (sic) días de Despacho (sic)
desde el momento de la solicitud.
Ciudadanos y respetados Magistrados, no cabe duda
que en el proceso se produjo un profundo y marcado
desequilibrio procesal, que constituía violación al
derecho a la defensa y al debido proceso, lo cual debió
ser advertido por el Juzgado (sic) Superior (sic), quien
lo pasó por alto, dejando en absoluto estado de
indefensión a mi representada…”.

         El formalizante delata que durante la sustanciación del


presente juicio ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Zulia, la conducta del juez Adán Vivas Santaella,
constituyó un desequilibrio procesal que generó la violación del
derecho a la defensa de las partes y al debido proceso, situación
ésta que debió ser advertida por el juzgador de alzada, sin
embargo, éste pasó por alto dicha situación, generándose de este
modo, un estado de indefensión a la parte demandada.

         Ahora bien, en relación al menoscabo del derecho de defensa


ocurrido en el curso de un proceso, la Sala mediante N° 326 de
fecha 21 de julio de 2010, caso: Luz América Galvis, contra

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Severino Elías Mascia Segovia, en el expediente 2010-0007,
estableció:
“…Debe destacarse que al respecto se ha dejado
establecido, entre otras, en sentencia dictada en fecha
31 de octubre de 2006 mediante la cual fue resuelto el
recurso de casación Nº 00809, en el caso Enrique José
Chacón Breto y otro contra Zoraida del Valle Luján
Blasini, expediente Nº 05-730; lo siguiente:
“…Según la doctrina, la indefensión o menoscabo del
derecho de defensa, es la consagración del principio
que se denomina “equilibrio procesal”.
Según el maestro Humberto Cuenca, en su obra,
Curso de Casación Civil. Tomo I. Pág. 105.
“...se rompe la igualdad procesal cuando: Se
establecen preferencias y desigualdades; se acuerdan
facultades, medios o recursos no establecidos por la
ley o se niegan los permitidos en ella; si el juez no
provee sobre las peticiones en tiempo hábil en
perjuicio de una parte; se niega o silencia una prueba
o se resiste a verificar su evacuación; en general
cuando el Juez menoscaba o excede sus poderes de
manera que rompe el equilibrio procesal con perjuicio
de un litigante...”
Para el jurista Alex Carocca, existen dos presupuestos
concurrentes cuya existencia implica indefensión.
Según él, se necesita verificar la existencia de ambos
requisitos para determinar que en efecto se ha
producido violación al derecho a la defensa.
Uno de los referidos criterios, es la lesión a las
oportunidades de defensa de alguno de los litigantes,
no bastando la trasgresión de la norma procedimental
de la cual se trate, sino que tal trasgresión, en forma
real, y no hipotéticamente; produzca una disminución
en las posibilidades de defenderse. El segundo
criterio, (o requisito) se refiere a que no es suficiente

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la lesividad mencionada ut supra, sino que además se
tome en cuenta ¿de donde (sic) vino tal lesión? Debe
examinarse entonces, la forma en la cual se produjo.
En este mismo sentido, la Sala sostiene, que hay
menoscabo del derecho a la defensa, cuando
aquella referida violación proviene del juez, quien
priva o limita a las partes, la utilización de los
medios y recursos que la ley procesal le  concede
para la defensa de sus derechos; pero también existe
cuando se rompe la igualdad procesal, estableciendo
preferencias y desigualdades, al acordar facultades,
medios o recursos no establecidos por la ley. Ello
implica, que se niega o cercena a las partes, los
medios legales con que pueden hacer valer sus
derechos.
En cuanto al contenido esencial de la garantía del
ejercicio pleno y efectivo del derecho a la defensa, la
Sala Constitucional de este Máximo Tribunal, en el
expediente Nº 1323, de fecha 24 de enero de 2001, en
el juicio de  Supermercado Fátima S.R.L., estableció
lo siguiente:
“…el derecho a la defensa y al debido proceso
constituyen garantías inherentes a la persona humana
y en consecuencia, aplicables a cualquier clase de
procedimientos. El derecho al debido proceso ha sido
entendido como el trámite que permite oír a las
partes, de la manera prevista en la Ley, y que
ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo y los
medios adecuados para imponer sus defensas.
En cuanto al derecho a la defensa, la Jurisprudencia
ha establecido que el mismo debe entenderse como la
oportunidad para el encausado o presunto agraviado
de que se oigan y analicen oportunamente sus
alegatos y pruebas. En consecuencia,  existe violación
del derecho a la defensa cuando el interesado no
conoce el procedimiento que pueda afectarlo, se le

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impide su participación o el ejercicio de sus
derechos, o se le prohíbe realizar actividades
probatorias...”. (Negritas de la Sala).
De la lectura del criterio citado, se desprende con
claridad, que el menoscabo del derecho a la defensa
en un determinado proceso judicial, supone para las
partes, entre otras cosas, que el juez los coloque en
una situación que implique la limitación o
imposibilidad de defender los intereses que les son
propios, siendo además necesario que: “…1) no
obedezca la indefensión a la impericia, abandono o
negligencia de la propia parte; y 2) haya habido
perjuicio cierto para la parte que arguye la
indefensión, pues de lo contrario sería intrascendente
la ilegalidad de la actuación del juez y no habría
vicio que subsanar…”.   (Sentencia del 20 de octubre
de 2004, caso: Luís Antonio Bello Valera, contra
Municipio Aragua del estado Anzoátegui). (Destacado
de la transcripción).
 

         Acorde con el criterio ut supra transcrito, se desprende que


el menoscabo al derecho a la defensa se configura cuando el juez
priva o limita a alguna de las partes la utilización de los medios y
recursos que la ley procesal le concede para la defensa de sus
derechos; y, cuando quebrantando el equilibrio procesal el juez
establece preferencias o desigualdades, al acordar facultades,
medios o recursos no establecidos en la ley a una de los
adversarios en franco detrimento del derecho de su contrario, lo
que implica un cercenamiento de los medios legales a través de los
cuales pueden hacer valer sus derechos, siendo importante hacer
énfasis que tal violación debe provenir del juez.

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         En tal sentido, con la intención de verificar si el ad
quem incurrió en el vicio delatado, la Sala estima pertinente
transcribir un extracto parcial de la recurrida:
“…Consta en actas que en fecha 15 de julio de 2009,
el JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA
EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE
LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO
ZULIA, recibió y dio entrada a la presente demanda que
por RESOLUCIÓN DE CONTRATO (sic), interpusiera
la Sociedad (sic) Mercantil (sic), AGROINDUSTRIAL
DE PRODUCTORES DE PALMA ACEITERA
CATATUMBO 2006 C.A., en contra de las Sociedades
(sic) de Comercio (sic) AXIS CORPORATION C.A.
ANALÍTICA, CONTROLES, INSTRUMENTACIÓN
Y SERVICIOS C.A., y PROSEGUROS S.A.
Posteriormente, en fecha 03 (sic) de agosto de 2009,
los abogados en ejercicio MIGUEL R. UBAN VERA
y MIGUEL R. UBAN RAMÍREZ , quienes son
venezolanos, mayores de edad, inscritos en el
Inpreabogado bajo los números 2.170 y 56.759,
actuando con el carácter de apoderados judiciales de la
Sociedad (sic) Mercantil (sic) AGROINDUSTRIAL DE
PRODUCTRORES DE PALMA ACEITERA
CATATUMBO 2006 C.A., presentó escrito de Solicitud
(sic) de Medidas (sic) Cautelares (sic).
Consta que en fecha 11 de agosto de 2009,
el JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA
INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL
TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA , dictó sentencia
mediante la cual decretó la Medida (sic) Preventiva
(sic) de Embargo (sic) de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil.

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Así mismo, en fecha 18 de septiembre de 2009, el
abogado en ejercicio JORGE ALEJANDRO
MACHÍN, ya previamente identificado y actuando
con el carácter que consta en actas, presentó escrito
de oposición al decreto de la medida
cautelar decretada en el presente juicio.
En el mismo sentido, en fecha 13 de noviembre de
2009, el abogado en ejercicio GUSTAVO RUIZ
(SIC), quien es venezolano, mayor de edad, titular de
la cédula de identidad número 7.614.867 e inscrito en
el Inpreabogado bajo el número 26.075, actuando en
su carácter de la Sociedad (sic) Mercantil
(sic) PROSEGUROS S.A., presentó escrito
de oposición al decreto de medida cautelar .
En la misma fecha anterior, el abogado en
ejercicio GUSTAVO RUIZ (SIC), ya previamente
identificado y actuando con el carácter que consta en
actas, presentó escrito mediante el cual otorgó
caución sobre las medidas cautelares decretadas en la
presente causa.
Posteriormente en fecha 09 (sic) de diciembre
de 2009, el abogado en ejercicio JORGE
ALEJANDRO MACHÍN, ya previamente identificado
y actuando con el carácter que consta en actas,
presentó escrito de Recusación (sic) en contra del
Juez (sic) Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA, en su
cargo como titular del JUZGADO SEGUNDO DE
PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL,
MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO
ZULIA, alegando lo siguiente:
“…Con el debido respeto y consideración, ocurro
para plantear como en efecto lo hago, FORMAL
RECUSACIÓN en contra del Juez (sic) del
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la

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Circunscripción Judicial del Estado (sic) Zulia,
todo lo cual fundamento en los siguientes
términos.

Dr. Adán Vivas, no cabe duda que un Tribunal
(sic) de Primera (sic) Instancia (sic) tiene una
gran carga de trabajo, lo que en algunos casos
podría comprometer el tiempo en el cual deben
ser dictados los autos o algunas decisiones pero,
en el presente juicio, ha existido una clara y
evidente diferencia entre la oportunidad en la cual
se proveen los pedimentos de la parte actora y la
excesiva lentitud o retardo con el cual se proveen
las de la parte demandada, lo que a la postre se
ha traducido inclusive como una falta de
respuesta, poniendo de manifiesto una clara y
evidente parcialidad de usted hacia la parte
actora.
En efecto, el día 18 de septiembre de 2009
formulé oposición de parte a la medida de
embargo decretada por el Tribunal (sic) a su
digno cargo y hasta la presente fecha no se ha
producido respuesta alguna a la misma.
En fecha 13 de noviembre de 2009 el apoderado
judicial de la empresa codemandada PROSEGUROS
C.A., consignó una fianza con el objeto de levantar
o suspender la medida de embargo decretada, pero
hasta el día de hoy no existe pronunciamiento
alguno sobre el levantamiento de la medida,
habiendo pasado un lapso considerable de tiempo.
Más aún, consciente de que ha operado la
perención de la instancia en este juicio y con el
objeto de demostrar tal hecho, me permití
solicitar al Tribunal (sic) oficiara a la Oficina
(sic) de Recepción (sic) y Distribución (sic) de
documentos del Poder Judicial del Área

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Metropolitana de Caracas, solicitando
información sobre la comisión y hasta el día de
hoy, tampoco ha habido respuesta del Tribunal
(sic).
Esta situación, ciudadano y respetado Juez (sic),
compromete su imparcialidad en este juicio, tal y
como lo ha reconocido (sic) la doctrina del
Tribunal Supremo de Justicia en sala
Constitucional, al señalar:

Por último pido al Tribunal (sic), muy
respetuosamente, me expida un cómputo de días
de despacho transcurridos desde el día 30 de julio
de 2009 hasta el día de hoy, nueve (9) de
diciembre de 2009…”
(…Omissis…)
En aplicación de los dispositivos contenidos en las
normas anteriormente citadas, es evidente que la
recusación debe plantearse mediante diligencia
estampada por ante el Juez (sic) Recusado (sic), como
efectivamente ocurrió en la presente causa, tal como
se evidencia de la firma del Juez Titular del Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de esta Circunscripción Judicial, que
aparece estampada al pié de la diligencia, junto con
las firmas del exponente y de la Secretaria (sic); y, el
recusado, que es el mismo Juez (sic), extendió su
Informe a continuación de la diligencia de recusación,
lo que hizo el día 10 de diciembre de 2009, por lo que
todos los extremos contemplados en la
inmediatamente antes transcrita disposición adjetiva,
fueron cumplidos en la presente Incidencia (sic), y en
consecuencia la presente recusación fue intentada en
forma y tiempo adecuado a derecho.
Una vez determinado lo anterior, a los fines de
determinar la procedencia o improcedencia de la

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recusación planteada, pasa esta Juzgadora (sic)
Superior (sic) a analizar los elementos aportados por
las partes en esta Incidencia (sic), los cuales se
pueden discriminar así.
El recurrente alegó como fundamento de su escrito
recusatorio, el interés directo que tiene el Juez (sic)
Recusado (sic) en el pleito, lo cual se tradujo en la
conducta omisiva, pasiva y reticente a resolver las
peticiones de los demandados, pero expedita cuando
lo solicitaba la parte demandante.
A los fines de establecer la procedencia de la
incidencia propuesta, el recusante promovió los
medios probatorios siguientes:
1.-Copia Certificada (sic) de todo el expediente
signado con el número 12.829, el cual cursa
actualmente en el Juzgado Cuarto de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esta
Circunscripción Judicial.
La anterior documental, adquiere pleno valor
probatorio en virtud de lo establecido en los artículos
1.359 y 1.360 del Código Civil, en virtud de ser
Certificaciones (sic) de documento Público (sic) y no
haber sido atacada ni impugnada por la contra parte.-
ASÍ SE ESTABLECE.
A través de dicho medio probatorio, queda
demostrado las actuaciones que fueron llevadas a
efecto por los sujetos intervinientes en el proceso  en
el Transcurso (sic) del Juicio (sic) que
por RESOLUCIÓN DE CONTRATO (sic), interpusiera
la Sociedad (sic) Mercantil
(sic), AGROINDUSTRIAL DE PRODUCTORES DE
PALMA ACEITERA CATATUMBO 2006 C.A., en
contra de las Sociedades (sic) de Comercio (sic) AXIS
CORPORATION C.A. ANALÍTICA, CONTROLES,
INSTRUMENTACIÓN Y SERVICIOS C.A., y
PROSEGUROS S.A.

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2.-Copia Simple (sic) de solicitud de Certificado (sic)
de Mera (sic) Relación (sic), en el cual se le solicitó
al Tribunal (sic) un cómputo de días de despacho.
La anterior documental, adquiere pleno valor
probatorio en virtud de lo establecido en el artículo
429 del Código de Procedimiento Civil, en razón de
ser una copia simple, la cual no fue impugnada por la
contraparte.- ASÍ SE ESTABLECE.
En tal sentido, quedó demostrado lo citado por la
parte promovente en el sentido que realizó una
solicitud de cómputos de días de despacho al Tribunal
(sic) de Instancia (sic), la cual fue posteriormente
rechazada por no haber demostrado el interés del
diligenciante en realizar la solicitud.
3.- Prueba de informes dirigida al Juzgado Segundo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Estado (sic) Zulia a
objeto de remitir un cómputo de días de despacho
transcurridos desde el día 30 de julio de 2009 hasta el
día 14 de enero de 2010.
Tal medio probatorio fue efectivamente evacuado y el
Tribunal (sic) al cual se le solicitó la prueba, en fecha
26 de enero de 2010, remitió a esta Sede (sic)
Jurisdiccional (sic) cómputo de días de despacho, la
cual se transcribe a continuación:
Julio 2009: 30 y 31
Agosto 2009: 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13 y 14.
Septiembre 2009: 16, 17, 18, 21, 22, 23, 24, 25,
28, 29 y 30.
Octubre 2009: 1, 2, 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14, 15, 16,
19, 20, 21, 22, 23, 26, 27, 29 y 30.
Noviembre 2009: 2, 3, 4, 6, 9, 10, 11, 12, 13, 16,
17, 18, 19, 20, 23, 24, 25, 26, 27 y 30.

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Diciembre 2009: 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9, 10, 14, 15,
16, 17 y 18.
Enero 2010: 7, 8, 11 y 14.
Ahora bien, analizadas las pruebas aportadas a esta
incidencia y de acuerdo a los hechos alegados por el
recusante, no evidencia la Sala que la Magistrada
recusada se encuentre inmersa en el supuesto
contenido en la normativa contenida en el ordinal 4
del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil,
ello por cuanto las referidas pruebas no determinan,
ni configuran elemento alguno que pudieran presumir
el supuesto interés de la mencionada funcionaria en
las resultas del juicio.
Toda vez que los mismos se contraen a una situación
jurídica ajena a la de la recusación, debido a que el
recusante intenta demostrar fehacientemente con
todos los hechos promovidos es la supuesta
parcialidad de la Juzgadora (sic) por el retardo al
proveer sus peticiones, siendo esto materia para
conocer mediante otros recursos legalmente
establecido en la ley, mas nunca a través de una
recusación, por lo tanto nada prueba el recurrente
respecto a la supuesta parcialidad alegada en contra
del Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA.
En consecuencia al no haber quedado demostrado en
autos que el Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA ,
detente algún interés en las resultas del juicio, no es
recusable, en razón de que no se evidencia de actas la
supuesta parcialidad recurrida, circunstancia sobre la
cual la parte recusante fundamento la presente
incidencia, en consecuencia este Tribunal (sic)
Superior (sic) declara tal como lo hará en el
dispositivo del presente fallo SIN LUGAR la
recusación propuesta contra el Dr. ADÁN VIVAS
SANTAELLA.-ASÍ SE DECIDE…”. (Mayúsculas y
negrillas del texto).

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         De la transcripción parcial del texto de la recurrida, se


desprende que el juzgador de alzada en relación con la recusación
interpuesta por el abogado Jorge Alejandro Machín, apoderado
judicial de la empresa co-demandada Axis Corporation, C.A.
“Analítica, Controles, Instrumentación y Servicios C.A.”, contra el
abogado Adán Vivas Santaella, en su condición de juez del
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Zulia,
fundamentada en el ordinal 4° del artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil.

         Determinó una vez, analizadas las pruebas aportadas a la


incidencia, que no evidenció que el juez recusado se encuentre
inmerso en el ordinal 4° del artículo 82 eiusdem, siendo que de
dichas pruebas no determinan, ni configuran elemento alguno que
pudiera presumirse el supuesto interés del juzgador en las resultas
de la presente causa.

         De igual modo, estableció respecto a los hechos invocados


por el recusante, que los mismos se contraen a una situación
jurídica impropia de la recusación, siendo que el recusante intenta
demostrar con los hechos promovidos es la supuesta parcialidad
del Juzgador por el retardo al proveer sus peticiones, situación
ésta que debe ser impugnada mediante otros recursos previstos en
la Ley, y no a través de la figura de la recusación, por lo que, nada

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probó el recurrente en relación a la supuesta parcialidad delatada
en contra del juez Adán Vivas Santaella.

         En consecuencia, el ad quem  consideró que al no haber


quedado demostrado que el mencionado juzgador detente algún
interés en las resultas del juicio, no es recusable siendo que no se
desprende de las actas procesales la supuesta parcialidad invocada,
declarando de este modo, sin lugar la recusación propuesta.

         Acorde a lo establecido por el juzgador de alzada en su


fallo, la Sala observa que en la presente incidencia de recusación,
en modo alguno, al recusante se le privó o limitó la utilización de
los medios y recursos que la ley procesal le concede para la
defensa de sus derechos, siendo que él mismo pudo llevar a cabo
todos los trámites procesales tendientes a salvaguardar su derecho
a la defensa en la presente incidencia.

         En tal sentido, en el caso in comento observa la Sala, que las


defensas invocadas por el recusante en la presente incidencia de
recusación, se constriñen a delatar la conducta omisiva, pasiva y
reticente del abogado Adán Vivas Santaella, en su condición de
Juez del Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Zulia, siendo que –a su criterio- las peticiones de las demandadas
se proveen con excesiva lentitud o retardo, en comparación a los
pedimentos de la demandante los cuales son provistos
expeditamente.

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         De manera que, tal y como, lo estableció el ad quem  en su
fallo las pretensiones invocadas por el recusante se contraen a una
situación jurídica distinta a la figura de la recusación, por lo que,
otro debió ser el recurso ejercido a los fines de intentar formal
demanda ante las denunciadas faltas, omisiones indebidas o
infracción de una disposición por parte del juzgador de cognición.
 

         En consecuencia, la Sala declara improcedente la


infracción de los artículos 15, 206 y 208 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide.

-II -

         De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del


Código de Procedimiento Civil, el formalizante delata la
infracción del ordinal 4° del artículo 243 eiusdem, con fundamento
en lo siguiente:
“…En tal sentido, los motivos de la sentencia
contienen los argumentos o razones que ha (sic)
juicio del sentenciador le permitieron llegar a la
conclusión que aparece reflejada en el dispositivo de
la sentencia. Es por ello que debe existir una
concordancia lógica entre los motivos de la sentencia
y su dispositivo. No importa que los motivos sean
vagos, exiguos o insuficientes, lo que es importante
es que sean cónsonos con la conclusión última a la

23
cual llega el sentenciador y que aparece reflejada en
lo que se conoce como parte “dispositiva”.
Y es el caso, ciudadanos y respetados magistrados
(sic), que en la secuela del lapso probatorio que se
apertura en el Juzgado Superior Primero en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado (sic) Zulia, conforme a lo
establecido en el artículo 96 del Código de
Procedimiento Civil, se promovieron las siguientes
pruebas:
(…Omissis…)
Ciudadanos Magistrados, todas las pruebas tenían por
objeto demostrar cómo ante la petición formulada por
la parte demandante la misma era proveída de
inmediato, lo cual sólo podía ser cotejado o deducido
de la respectiva valoración de la prueba, esto es, de
las actas del expediente con el cómputo de días de
despacho.
Pero, es importante analizar cuál fue la valoración
que hizo el juez de cada prueba, para conocer (sic)
llegar a conocer cuáles fueron los motivos en los
cuales fundamentó su decisión…
(…Omissis…)
Ciudadanos magistrados (sic), no cabe duda que el
juez puede hacer cualquier referencia a la
prueba, cualquier deducción, cualquier argumentación,
pero no por ello se puede tener como motivada dicha
valoración, ya que, aun cuando exista una referencia a la
prueba y obtenga de ella una conclusión, la misma es tan
vaga, exigua y divorciada de lo que la parte quiso
probar que esa decisión deba considerarse
inmotivada.
(…Omissis…)
Pero, la juez superior se limitó en afirmar que con ese
medio de prueba queda demostrado las actuaciones

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que fueron llevadas a efecto por los sujetos
intervinientes en el proceso en el Transcurso (sic)
del Juicio (sic) que por RESOLUCIÓN DE
CONTRATO.
Cabe preguntarse entonces: ¿Qué quiso decir la juez
de la recurrida cuando afirmó que quedaron
demostradas las actuaciones llevadas a efecto por los
sujetos intervinientes? Eso es una expresión
genérica, vaga, especulativa, de la cual no puede el
lector deducir qué fue lo que quedó realmente
probado.
Lo mismo sucedió con la promoción segunda. En
efecto, se acompañó un certificado de mera relación
que tenía por objeto demostrar lo siguiente:
Hechos que se pretenden probar:  El hecho que
se pretende probar es la parcialidad del Juez (sic)
del Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado (sic) Zulia,
cuando ante una solicitud de cómputo de días de
despacho, la cual se puede solicitar sin mencionar
la razón de la misma, procede a negarla a
sabiendas de que serviría para demostrar hechos
afirmados en la recusación.
En efecto, ciudadana y respetada Jueza (sic), aún
cuando los términos de la recusación son muy
concretos y en nada empañan la honorabilidad del
juez, la misma lo debió predisponer en mi contra,
ya que, ante la solicitud de un cómputo de días de
despacho suscrito por mí, para fines que me
interesan demostrar, debió deducir que serían
usados en la incidencia de pruebas de la
recusación, razón por la cual procede en forma
parcializada a negar el mismo.
Ahora bien, ¿cuál (sic) fue la conclusión que sacó la
juez luego de analizar la prueba promovida? La juez

25
de la recurrida llegó a la conclusión que con ese
medio de prueba quedó demostrado: …que realizó
una solicitud de cómputos de días de despacho al
Tribunal (sic) de Instancia (sic), la cual fue
posteriormente rechazada por no haber demostrado
el interés del diligenciante en realizar la solicitud.
Ciudadanos magistrados (sic), una cosa es que la
conclusión que el juez obtenga de una prueba no
coincidan con los del promovente y otra cosa, muy
distinta, que su conclusión sea tan exigua, aislada o
divorciada de la prueba que configure una ausencia de
motivación.
La juez del Juzgado (sic) Superior (sic) no dedujo
como conclusión del expediente producido, que al
momento de la recusación se habían hecho una serie
de peticiones por escrito que no fueron proveídas por
el Tribunal (sic), que se había solicitado un cómputo
de días de despacho y que el mismo no había sido
sustanciado; así como, que ese mismo cómputo se le
solicitó en forma expresa a través de un certificado de
mera relación, y que fue negado por no manifestarse
en la solicitud para qué se pedía, sin que exista ley
alguna que diga que en las solicitudes de mera
relación se manifieste para qué se quiere o solicita el
cómputo de días de despacho.
Ciudadanos y respetados magistrados (sic), la
motivación en la valoración que se hace de una
prueba no consiste en decir lo que la prueba dice ,
sino en hacer saber a las partes cuál fue la conclusión
que se obtuvo de ese medio de prueba, ya que, la
misma está preordenada a probar (demostrar) la
ocurrencia de un hecho. Y una vez evacuada la prueba
debe exponer cuál conclusión sacó de la prueba para
que se puede (sic) conocer cuál fue el hecho
establecido en concreto, vale decir, cuál fue el hecho
que quedó demostrado.

26
Es obvio que el juez podría no valorar la prueba por
ser ilegal o impertinente, pero aún, en ese caso,
cuando decide no sacar de ella ninguna conclusión
debe manifestar las razones por las cuales llegó a esa
conclusión. Ello constituye una garantía de rango
constitucional para las partes.
Incluso, cuando el juez analiza la prueba de
COMPUTO (sic) DE DIAS (sic) DE DESPACHO, ni
siquiera hace mención a la conclusión que ella arroja.
En efecto, en la sentencia se lee:
Tal medio probatorio fue efectivamente evacuado
y el Tribunal (sic) al cual se le solicitó la prueba,
en fecha 26 de enero de 2010, remitió a esta Sede
(sic) Jurisdiccional (sic) cómputo de días de
despacho, la cual se transcribe a continuación:
Julio 2009: 30 y 31
Agosto 2009: 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13 y 14.
Septiembre 2009: 16, 17, 18, 21, 22, 23, 24, 25,
28, 29 y 30.
Octubre 2009: 1, 2, 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14, 15, 16,
19, 20, 21, 22, 23, 26, 27, 29 y 30.
Noviembre 2009: 2, 3, 4, 6, 9, 10, 11, 12, 13, 16,
17, 18, 19, 20, 23, 24, 25, 26, 27 y 30.
Diciembre 2009: 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9, 10, 14, 15, 16,
17 y 18.
Enero 2010: 7, 8, 11 y 14.
Y uno se pregunta entonces ¿cuál (sic) fue la
conclusión que el juez sacó de esa prueba? Y la
respuesta es, ninguna, careciendo de motivación.
Pero, el sentenciador no obstante ello incurre en un
caso tipo de petición de principio cuando dio por
demostrado lo que tenía que ser probado. En efecto,
en la parte pertinente de la sentencia se lee:

27
Ahora bien, analizadas las pruebas aportadas a
esta incidencia y de acuerdo a los hechos
alegados por el recusante, no evidencia la Sala
que la Magistrada recusada se encuentre inmersa
en el supuesto contenido en la normativa
contenida en el ordinal 4 del artículo 82 del
Código de Procedimiento Civil, ello por cuanto
las referidas pruebas no determinan, ni
configuran elemento alguno que pudieran
presumir el supuesto interés de la mencionada
funcionaria en las resultas del juicio.
Pero, es el caso ciudadanos magistrados (sic), que de
lo que adolece la sentencia es de análisis de las
pruebas, ya que las mismas no se tienen por
analizadas por el simple hecho de que el juez lo
afirme en la sentencia sino que ello debe responder a
los motivos explanados al momento de la valoración
de cada prueba. Pero nada de ello existe en la
sentencia.
Por los fundamentos antes expuestos, pido a esta muy
honorable y respetada Sala de Casación Civil, declare
con lugar la presente denuncia. Y así pido sea
decidido…”.
 

         El recurrente imputa a la decisión recurrida el vicio de


inmotivación, en razón que –a su criterio- “…lo que adolece la
sentencia es de análisis de las pruebas, ya que las mismas no se
tienen por analizadas por el simple hecho de que el juez lo afirme
en la sentencia sino que ello debe responder a los motivos
explanados al momento de la valoración de cada prueba. Pero
nada de ello existe en la sentencia” .

28
Ahora bien, es criterio jurisprudencial de esta Sala que en
aquellos casos como en el sub iudice  en que la sentencia recurrida,
sea proferida en una incidencia de recusación, dicha impugnación
debe versar sobre alguna subversión procesal en la tramitación de
dicha incidencia, y la consecuente lesión al derecho de defensa.
(Sentencia N° 57 de fecha 18 de febrero de 2012).

En tal sentido, esta Sala observa de los alegatos invocados en


la presente delación, que lo pretendido por el recurrente no se
encuentra referido a alguna subversión procesal en la tramitación
de la presente incidencia de recusación, y la consecuente lesión al
derecho de defensa, sino que la misma va dirigida a denunciar el
vicio de inmotivación, por lo que, ante tal invocación esta Máxima
Jurisdicción, debe desestimar la presente delación por no cumplir
con la fundamentación exigida en el caso in comento. Así se
decide.

INFRACCIÓN DE LEY

-I -

         De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del


Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
317 eiusdem el formalizante denuncia la errónea interpretación del
ordinal 4° del artículo 82 ibidem, con fundamento en lo siguiente:

29
“…Del contenido de la sentencia se puede deducir
cómo la jueza de la recurrida al interpretar el ordinal
82 considera que las causales de recusación
son taxativas y que tiene que estar plenamente
demostrado el interés del juez en la causa.
(…Omissis…)
En tal sentido, al considerar que las causales de
recusación son taxativas incurrió en un error al
interpretar el artículo 82 del Código de Procedimiento
Civil y el numeral 4°, ya que, si a su juicio la
conducta del juez de favorecer a una de las partes en
desmedro de la otra, resolviendo de inmediato las
peticiones del demandante y absteniéndose de proveer
las del demandado, lo que configura un caso tipo de
denegación de justicia, que pone de manifiesto la
parcialidad del juez; no constituye una causal expresa
de recusación infringió por errónea interpretación el
referido artículo 82 del Código de Procedimiento
Civil.
En efecto, la jueza de la recurrida llega a afirmar que
el retardo al proveer sus peticiones, es materia para
conocer mediante otros recursos legalmente
establecido en la ley, mas (sic) nunca a través de una
recusación, por lo tanto nada prueba el recurrente
respecto a la supuesta parcialidad alegada en contra
del Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA.
(…Omissis…)
Ciudadanos magistrados (sic), la interpretación que la
juez de la recurrida debió darle al contenido del
artículo 82 del Código de Procedimiento Civil era que
las causales de recusación no san taxativas y que, al
haber quedado demostrado que el juez Adán Vivas
Santaella, en su condiciónde (sic) Juez (sic) del
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado (sic) Zulia, preveía de inmediato

30
las peticiones de la parte demandante, mientras que
no proveyó ninguna de las solicitudes formuladas por
la parte demandada, llegando a transcurrir más de 55
días sin proveer sobre lo peticionado, incurrió en
denegación de justicia, siendo procedente su
recusación, independientemente de que esa conducta
estuviese tipificada o no en alguno de los supuestos
consagrados en el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil como causal expresa de
recusación…”.
 

         El formalizante denuncia la errónea interpretación del


ordinal 4° del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil,
siendo que el ad quem  consideró que las causales de recusación
son taxativas, así como, que tenía que quedar plenamente
demostrado el interés del juez recusado en la causa, incurriendo de
este modo, en la infracción de dicha norma.

En tal sentido, esta Sala, da por reproducidos los argumentos


expuestos en la segunda denuncia por defecto de actividad, en la
cual se dejó expresamente establecido que en casos como en el sub
iudice  en que la sentencia recurrida, sea proferida en una
incidencia de recusación, dicha impugnación debe versar sobre
alguna subversión procesal en la tramitación de dicha incidencia, y
la consecuente lesión al derecho de defensa.

         No obstante, pese al anterior señalamiento, observa la Sala


del contenido de la presente delación: “…si a su juicio la
conducta del juez de favorecer a una de las partes en desmedro de
la otra, resolviendo de inmediato las peticiones del demandante y

31
absteniéndose de proveer las del demandado, lo que configura un
caso tipo de denegación de justicia, que pone de manifiesto la
parcialidad del juez…”,   de lo cual se desprende que tales defensas
invocadas están relacionadas con el derecho a la defensa, por lo
que, estima conveniente extremar sus funciones conforme a los
postulados establecidos en los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para el
conocimiento de la misma.

Ahora bien, la errónea interpretación se produce en los casos


en los que el juez escoge acertadamente la norma a cuyo contenido
se adapta la situación de hecho, pero al interpretarla hace deducir
de ella consecuencias que la misma no prevé. (Sentencia N° 115 de
fecha 24 de marzo de 2011, expediente N° 2010-573).

Ahora bien, la recurrida al respecto indicó lo siguiente:


“…en fecha 09 (sic) de diciembre de 2009, el abogado
en ejercicio JORGE ALEJANDRO MACHÍN, ya
previamente identificado y actuando con el carácter
que consta en actas, presentó escrito de Recusación
(sic) en contra del Juez (sic) Dr. ADÁN VIVAS
SANTAELLA, en su cargo como titular
del JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA
INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL
TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA , alegando lo
siguiente:
“…Con el debido respeto y consideración, ocurro
para plantear como en efecto lo hago, FORMAL
RECUSACIÓN en contra del Juez (sic) del
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo

32
Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado (sic) Zulia,
todo lo cual fundamento en los siguientes
términos.
Dr. Adán Vivas, no cabe duda que un Tribunal
(sic) de Primera (sic) Instancia (sic) tiene una
gran carga de trabajo, lo que en algunos casos
podría comprometer el tiempo en el cual deben
ser dictados los autos o algunas decisiones pero,
en el presente juicio, ha existido una clara y
evidente diferencia entre la oportunidad en la
cual se proveen los pedimentos de la parte actora
y la excesiva lentitud o retardo con el cual se
proveen las de la parte demandada, lo que a la
postre se ha traducido inclusive como una falta
de respuesta, poniendo de manifiesto una clara y
evidente parcialidad de usted hacia la parte
actora.
En efecto, el día 18 de septiembre de 2009
formulé oposición de parte a la medida de
embargo decretada por el Tribunal (sic) a su
digno cargo y hasta la presente fecha no se ha
producido respuesta alguna a la misma.
En fecha 13 de noviembre de 2009 el apoderado
judicial de la empresa codemandada
PROSEGUROS C.A., consignó una fianza con el
objeto de levantar o suspender la medida de
embargo decretada, pero hasta el día de hoy no
existe pronunciamiento alguno sobre el
levantamiento de la medida, habiendo pasado un
lapso considerable de tiempo.
Más aún, consciente de que ha operado la
perención de la instancia en este juicio y con el
objeto de demostrar tal hecho, me permití
solicitar al Tribunal (sic) oficiara a la Oficina
(sic) de Recepción (sic) y Distribución (sic) de

33
documentos del Poder Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, solicitando
información sobre la comisión y hasta el día de
hoy, tampoco ha habido respuesta del Tribunal
(sic).
Esta situación, ciudadano y respetado Juez (sic),
compromete su imparcialidad en este juicio, tal y
como lo ha reconocido (sic) la doctrina del
Tribunal Supremo de Justicia en sala (sic)
Constitucional, al señalar:

Por último pido al Tribunal (sic), muy
respetuosamente, me expida un cómputo de días
de despacho transcurridos desde el día 30 de julio
de 2009 hasta el día de hoy, nueve (9) de
diciembre de 2009…”
(…Omissis…)
El Artículo (sic) 82 del Código de Procedimiento
Civil establece taxativamente las causales por las
cuales procede la recusación o la inhibición de los
funcionarios judiciales; Entre dichas causales la del
ordinal 4º, el cual fue la opuesta por la parte
recusante, el cual procede textualmente:
“Artículo 82. Los funcionarios judiciales, sean
ordinarios, accidentales o especiales, incluso en
asuntos de jurisdicción voluntaria, pueden ser
recusados por alguna de las causales siguientes: (...)
4. Por tener el recusado, su cónyuge o alguno de sus
consanguíneos o afines, dentro de los grados
indicados, interés directo en el pleito.
(…Omissis…)
Ahora bien, analizadas las pruebas aportadas a esta
incidencia y de acuerdo a los hechos alegados por el
recusante, no evidencia la Sala que la Magistrada

34
recusada se encuentre inmersa en el supuesto
contenido en la normativa contenida en el ordinal 4
del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil,
ello por cuanto las referidas pruebas no determinan,
ni configuran elemento alguno que pudieran presumir
el supuesto interés de la mencionada funcionaria en
las resultas del juicio.
Toda vez que los mismos se contraen a una situación
jurídica ajena a la de la recusación, debido a que el
recusante intenta demostrar fehacientemente con
todos los hechos promovidos es la supuesta
parcialidad de la Juzgadora (sic) por el retardo al
proveer sus peticiones, siendo esto materia para
conocer mediante otros recursos legalmente
establecido en la ley, mas nunca a través de una
recusación, por lo tanto nada prueba el recurrente
respecto a la supuesta parcialidad alegada en contra
del Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA.
En consecuencia al no haber quedado demostrado en
autos que el Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA ,
detente algún interés en las resultas del juicio, no es
recusable, en razón de que no se evidencia de actas la
supuesta parcialidad recurrida, circunstancia sobre la
cual la parte recusante fundamento la presente
incidencia, en consecuencia este Tribunal Superior
declara tal como lo hará en el dispositivo del presente
fallo SIN LUGAR la recusación propuesta contra
el Dr. ADÁN VIVAS SANTAELLA.-ASÍ SE
DECIDE…”. (Mayúsculas y negrillas del texto).
 

Del extracto parcial de la decisión recurrida, se desprende


que el juzgador de alzada estableció que el artículo 82 del Código
de Procedimiento Civil, establece taxativamente las cuales por las
cuales procede la recusación, encontrándose la contenida en el

35
ordinal 4°, la cual estipula el interés por parte del recusado en las
resultas del juicio, siendo dicha causal opuesta en el caso in
comento.

En tal sentido, el ad quem del análisis de las pruebas


aportadas a la incidencia, así como, en concordancia con los
hechos invocados por el recusante, no evidenció que el juzgador
recusado se encontrara inmerso en la normativa contenida en el
ordinal 4° del artículo 82 eiusdem, siendo que, de los medios
probatorios aportados no se configura elemento alguno del cual
pudiera presumirse el supuesto interés del juzgador en las resultas
del juicio.

         De igual modo, el juzgador de alzada estableció que las


pretensiones invocadas por el recusante se constriñen a una
situación jurídica diferente a la figura de la recusación, por lo que,
otro debió ser el recurso ejecutado a los fines  de intentar formal
demanda ante las denunciadas faltas, omisiones indebidas o
infracción de una disposición por parte del a quo, por cuanto, el
recusante en el sub iudice nada probó en relación a la supuesta
parcialidad invocada en contra del abogado Adán Vivas Santaella.

         Acorde al anterior razonamiento, la Sala estima pertinente


hacer mención al criterio jurisprudencial sentado por la Sala
Constitucional de este Alto Tribunal, mediante decisión N° 2140
de fecha 7 de septiembre de 2003, relativo a las causales de
recusación e inhibición, en la cual se señaló lo siguiente:

36
“…En este sentido, debe señalarse que nuestro
ordenamiento jurídico prevé dos instituciones, a
saber, la inhibición y la recusación, destinadas a
preservar la garantía del juez imparcial. La doctrina,
tradicionalmente, ha señalado que las causales de
recusación del juez previstas en el artículo 82 del
Código de Procedimiento Civil son taxativas y no
pueden ser susceptibles de ampliación por vía de
analogía o semejanza (cf. Humberto Cuenca. Derecho
Procesal Civil . Tomo II. 6ª edición. Caracas,
Universidad  Central de Venezuela, 1998, p. 154, y
Juan Montero Aroca y otros. Derecho Jurisdiccional .
Tomo I. 10ª edición. Valencia, Tirant Lo Blanch,
2000, p. 114).
(…Omissis…)
En virtud de lo anterior, visto que la recusación es
una institución destinada a garantizar la imparcialidad
del juzgador, cuyas causales, aunque en principio
taxativas para evitar el abuso en las recusaciones, no
abarcan todas aquellas conductas del juez que lo
hagan sospechoso de parcialidad y, en aras de
preservar el derecho a ser juzgado por un juez
natural, lo cual implica un juez predeterminado por la
ley, independiente, idóneo e imparcial, la Sala
considera que el juez puede ser recusado o inhibirse
por causas distintas a las previstas en el artículo 82
del Código de Procedimiento Civil, sin que ello
implique, en modo alguno, dilaciones indebidas o
retardo judicial…”. (Cursivas y subrayado del texto).
En aplicación de los criterios jurisprudenciales
precedentemente transcritos al sub iudice, puede
concluirse que la posible omisión en dicho trámite de
distribución de la causa al Juzgado Cuarto de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Carabobo que
siguió conociendo de la misma, cuyo cumplimiento,
cabe resaltar, siempre debe ser verificable como

37
garantía de imparcialidad, idoneidad, transparencia,
autonomía, independencia, responsabilidad, entre
otras, que revisten la justicia, en el caso particular en
modo alguno afectó a los litigantes, quienes pudiendo
ejercer la recusación contra el juez para subsanar tal
situación, no lo hicieron. Así se establece…”.
 

         Del criterio ut supra transcrito, se desprende que los


juzgadores no sólo podrán inhibirse o ser recusados por las
causales previstas en el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil, sino por cualesquiera otras causas
diferentes que, aún cuando no estén estipuladas en la ley,
lograren implicar su parcialidad objetiva.

         Ahora bien, acorde con lo dispuesto en el referido


criterio jurisprudencial, la Sala observa en el  sub iudice que el
juzgador de alzada si bien determinó que las causales de
recusación son taxativas, no es menos cierto, que el recusante
en el caso in comento invocó una causal de recusación
estipulada expresamente en la ley, como es la contenida en el
ordinal 4° del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil.

         Por consiguiente, si bien las causales contempladas en


dicho artículo, en principio eran consideradas taxativas, no es
menos cierto, que el recusante demandó la causal de recusación
contenida en el ordinal 4° del artículo 82  eiusdem, y siendo que,
el juzgador de alzada una vez analizadas las pruebas aportadas
a la presente incidencia, determinó que las mismas no fijan, ni

38
configuran elemento alguno del cual pudiera presumirse el
supuesto interés del juez  a quo en las resultas del juicio,
circunstancia sobre la cual el recusante fundamento dicha
incidencia, procedió a declarar sin lugar la recusación
propuesta.

         De modo que, ante el razonamiento aportado por el  ad


quem en su fallo, esta Sala no evidencia que el juzgador haya
incurrido en la errónea interpretación del ordinal 4° contenido
en el artículo 82 del Código de Procedimiento Civil, en razón,
que al interpretar la referida no dedujo consecuencias que la
misma no prevé.

         En virtud de los razonamientos antes expuestos, esta Sala


declara improcedente la infracción por errónea interpretación
del ordinal 4° contenido en el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide.

-II -

De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código

de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción del

artículo 509 eiusdem, por haber incurrido el juzgador de alzada en

silencio parcial de la prueba, con apoyo en los siguientes alegatos:

39
“…En efecto, ciudadanos y respetados magistrados
(sic), tal como consta de la sentencia recurrida, la
juez del Juzgado (sic) Superior (sic) reconoce en
forma expresa que fue solicitada la prueba de
informes, mediante el cual se oficio (sic) al Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Zulia, a objeto de que informara sobre el
cómputo de días de despacho transcurridos en el
Tribunal (sic).
Esa prueba fue evucuada (sic) en tiempo y forma
agregadas las resultas al expediente.
Pero, siendo de advertir que el juez está en la
obligación de analizar todas las pruebas promovidas y
evacuadas, aún aquellas que a su juicio sean ilegales
e impertinentes; no lo hizo en el caso que nos ocupa
pues, si bien mencionó la prueba, no hizo respecto de
ella ningún tipo de valoración.
(…Omissis…)
Cabe preguntarse ciudadanos y respetados
magistrados (sic), ¿cuál (sic) es el análisis que hace
la juez del COMPUTO (sic) DE DIAS (sic) DE
DESPACHO?
La jueza de la recurrida omite total análisis de esa
prueba. Y cuando la juez silencia el análisis de esa
prueba contraviene lo dispuesto en el artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil…”.
 

Alega el recurrente que la alzada incurrió en el vicio de

silencio parcial de prueba al señalar que: “…a la existencia de la

prueba de COMPUTO (sic) DE DIAS (sic) DE DESPACHO (…), La

jueza recurrida omite total análisis de esa prueba. Y cuando el

40
juez silencia el análisis de esa prueba contraviene lo dispuesto en

el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil…”.

         En tal sentido, al evidenciar la Sala del contenido de la


presente denuncia que el medio probatorio señalado por el
formalizante se circunscribe a establecer la procedencia de la
presente incidencia recusación, lo cual comporta el derecho de la
defensa del mismo, estima pertinente tal y como lo realizó en la
primera denuncia por infracción de ley, extremar sus funciones
acorde a los postulados establecidos en los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para el
conocimiento de la misma.

Ahora bien, sobre el alegato del análisis parcial de la prueba


con infracción del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil,
ésta Sala en sentencia Nº 668, de fecha 19 de octubre de 2005,
caso: Dante Domenico Fideleo, contra Imad Naffah
Naffah, expediente Nº 04-679, señaló lo siguiente:
“…En la presente denuncia el recurrente plantea la
infracción por parte del Juez Superior del artículo 509
del Código de Procedimiento Civil, dado que –según sus
dichos la recurrida realizó “…la valoración deficiente y
superficial del expediente que contiene las actuaciones
administrativas levantadas por las autoridades de
tránsito terrestre, por parte de la recurrida, y que cursan
en autos a los folios setenta y cinco (75) al noventa y
cinco (95) de las actas procesales...” y posteriormente
en su denuncia expresa que “…el haber dejado de

41
analizar, o analizando de forma deficiente…” y
concreta exponiendo que: “…existe una incompleta
valoración de las pruebas…”.
(…Omissis…)
En este orden de ideas, el alegado vicio de silencio de
prueba se produce cuando el sentenciador ignora
completamente el medio probatorio, pues ni siquiera
lo menciona, o cuando refiere su existencia, pero no
expresa su mérito probatorio. Este vicio puede ser
denunciado por cualquiera de las partes, por cuanto
una vez que la prueba es incorporada al expediente,
escapa de la esfera dispositiva y pertenece al proceso,
lo que autoriza al juez para valorarla con
independencia de quien la promovió, con fundamento
en el principio de adquisición procesal.
Ahora bien de la transcripción  ut supra de la
recurrida, claramente se observa que el Juez (sic)
Superior (sic), no sólo mencionó la prueba, sino que
además de ello, la analizó y le otorgó pleno valor
probatorio, motivo por el cual no incurre la Alzada
(sic) en el delatado vicio de silencio de prueba
señalado por el formalizante, motivo suficiente para
determinar la improcedencia de la denuncia
planteada, lo que conlleva a declarar sin lugar el
presente recurso de casación, tal como se hará de
manera expresa, positiva y precisa en la dispositiva
del presente fallo. Así se decide…”.
 

En tal sentido, dicho vicio de silencio de pruebas se


configura cuando el juzgador ignora por completo el medio
probatorio, o hace mención de él pero no expresa su mérito
probatorio, siendo que, él mismo se encuentra en el deber de

42
valorar todas y cada una de las pruebas presentadas por las partes
con independencia de quien la promovió.

         Ahora bien, respecto al medio probatorio señalado por el


recurrente, el ad quem en su fallo señaló lo siguiente:
“…A los fines de establecer la procedencia de la
incidencia propuesta, el recusante promovió los
medios probatorios siguientes:
(…Omissis…)
3.- Prueba de informes dirigida al Juzgado Segundo
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Zulia a objeto de remitir un cómputo de días de
despacho transcurridos desde el día 30 de julio de
2009 hasta el día 14 de enero de 2010.
Tal medio probatorio fue efectivamente evacuado y el
Tribunal (sic) al cual se le solicitó la prueba, en fecha
26 de enero de 2010, remitió a esta Sede (sic)
Jurisdiccional (sic) cómputo de días de despacho, la
cual se transcribe a continuación:
Julio 2009: 30 y 31
Agosto 2009: 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13 y 14.
Septiembre 2009: 16, 17, 18, 21, 22, 23, 24, 25,
28, 29 y 30.
Octubre 2009: 1, 2, 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14, 15, 16,
19, 20, 21, 22, 23, 26, 27, 29 y 30.
Noviembre 2009: 2, 3, 4, 6, 9, 10, 11, 12, 13, 16,
17, 18, 19, 20, 23, 24, 25, 26, 27 y 30.
Diciembre 2009: 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9, 10, 14, 15, 16,
17 y 18.
Enero 2010: 7, 8, 11 y 14.

43
Ahora bien, analizadas las pruebas aportadas a esta
incidencia y de acuerdo a los hechos alegados por el
recusante, no evidencia la Sala que la Magistrada
recusada se encuentre inmersa en el supuesto
contenido en la normativa contenida en el ordinal 4
del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil,
ello por cuanto las referidas pruebas no determinan,
ni configuran elemento alguno que pudieran presumir
el supuesto interés de la mencionada funcionaria en
las resultas del juicio…”.
 

De los extractos de la recurrida ut supra  transcritos, se


evidencia que el ad quem si bien mencionó la prueba de informes
que se acusa como silenciada, refiriéndose de este modo a su
existencia, en modo alguno, expresó con respecto a la misma su
análisis particular, púes, concluye una vez del análisis de las
pruebas aportadas en la incidencia y a los hechos invocados por el
recusante, que de los mismos no se determina, ni configura
elemento alguno del cual que pudiera presumirse el supuesto
interés del juez recusado en las resultas del juicio.

En tal sentido, observa la Sala que si bien el ad quem  no


expresó el valor probatorio del cómputo aportado a los autos,
dicha infracción delatada no fue determinante en el dispositivo del
fallo, siendo que, de haberse hecho la valoración completa y no
parcial del referido cómputo, la conclusión del juzgador de alzada
sería la misma, referida a que no existe prueba alguna que pudiera
presumir el supuesto interés del funcionario recusado.

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Por tanto, esta Sala declara improcedente la infracción del
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide.

           

DECISIÓN

 
         Por los razonamientos expuestos, el Tribunal Supremo de
Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de
Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la República
y por autoridad de la Ley, declara: SIN LUGAR  el recurso de
casación anunciado y formalizado por la co-demandada Axis
Corporation, Analítica, Controles, Instrumentación y Servicios
C.A., contra el fallo dictado por el Juzgado Superior Primero en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Zulia, en fecha 29 de enero de 2010.

De conformidad con lo establecido en el artículo 320 del


Código de Procedimiento Civil, se condena en costas del recurso
de casación a la parte recurrente.
         Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de
la causa, Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Zulia, con sede en Maracaibo.

         Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de


Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a
los veintisiete (27) días del mes de abril de dos mil doce. Años:
202º de la Independencia y 153º de la Federación.
Presidenta de la Sala-Ponente,
 
 
 

45
____________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
 
 
 
Vicepresidenta,
 
 
 
________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
 
 
Magistrado,
 
 
 
_________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
 
 
Magistrado,
 
 
 
_____________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
 
 
Magistrado,
 
 
 
 
______________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
 
 

46
Secretario,
 
 
 
__________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
Exp. AA20-C-2010-000535
 
Nota: Publicada en su fecha a las
 
 
Secretario,
 
 
El Magistrado Antonio Ramírez Jiménez, consigna el
presente “voto concurrente ” al contenido de la presente decisión,
con base en las siguientes consideraciones:
 

         Quien suscribe, comparte lo resuelto por la ponencia en la

presente decisión; sin embargo, difiere de la solución dada al

trámite para el análisis del silencio de prueba resuelto como vicio

de infracción de ley.

         En efecto, la Constitución vigente y el Código adjetivo civil

exigen que la justicia sea completa y exhaustiva, pero no se

lograría dicho fin si se omite algún elemento clarificador del

proceso. Esa es la interpretación que se le debe dar al artículo 509

47
del Código de Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben

analizar todas las pruebas producidas en el expediente y emitir su

opinión, así sea en forma breve y concreta.

         Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un

vicio denunciable en el ámbito de un recurso por defecto de

actividad, en un todo de conformidad con el ordinal 1º del artículo

313 del Código de Procedimiento Civil.

         Queda así expresado el voto concurrente del Magistrado que

suscribe.

En Caracas, fecha ut-supra.


 
Presidenta de la Sala-Ponente,
 
 
 
____________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
 
 
Vicepresidenta,
 
 
 
________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

48
 
 
Magistrado,
 
 
 
_________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
 
 
Magistrado,
 
 
 
_____________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
 
 
Magistrado,
 
 
 
______________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
 
 
Secretario,
 
 
 
__________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
Exp. AA20-C-2010-000535

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