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MAGISTRADA PONENTE: EVELYN MARRERO ORTÍZ

EXP. Nº 2002-0702
 
Mediante Oficio Nº 721 del 1° de agosto de 2002, el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, remitió a esta Sala el expediente contentivo
de la demanda por indemnización de daños materiales incoada por el abogado Pedro
López Navarro, inscrito en el INPREABOGADO bajo el N° 2.330, actuando con el
carácter de apoderado judicial del ciudadanoAUGUSTO NUNES REVENRENDO
DE PINHO, portugués, mayor de edad y titular de la cédula de identidad Nº
80.112.116, contra la sociedad mercantil COMPAÑÍA ANÓNIMA DE
ADMINISTRACIÓN Y FOMENTO ELÉCTRICO (CADAFE), inscrita en el
Registro Mercantil de la Primera Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, el 27 de octubre de 1958, bajo el N° 20, Tomo 33-A.

La remisión se efectuó con ocasión de la declinatoria de competencia formulada


por el referido Juzgado, mediante auto de fecha 1° de agosto de 2002.

            El 7 de agosto de 2002 se dio cuenta en Sala y, por auto de igual fecha se
designó Ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpa, a los fines de decidir la declinatoria
de competencia.

            Por sentencia de fecha 9 de octubre de 2002, esta Sala aceptó la competencia
declinada por el Tribunal remitente y ordenó enviar el expediente al Juzgado de
Sustanciación.

            En fecha 21 de ese mes y año se pasó el expediente al Juzgado de Sustanciación.

            Mediante auto del 29 de octubre de 2002, el Juzgado de Sustanciación de esta


Sala admitió la demanda cuanto ha lugar en derecho y ordenó emplazar a la sociedad
mercantil Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), para
que dentro de los veinte (20) días de despacho siguientes a su citación  diera
contestación a la demanda. Asimismo, ordenó la notificación de la ciudadana
Procuradora General de la República, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 94
del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República.

            El 8 de enero de 2003 se consignaron los recibos de notificación dirigidos a la


Procuradora General de la República y a la Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE), firmados los días 12 de diciembre de 2002 y 8 de enero
de 2003, respectivamente.
            Por escrito de fecha 20 de febrero del mismo año, la parte demandada dio
contestación a la demanda.

            En fechas 25 de marzo y 1° de abril de 2003, tanto la parte actora como la


demandada presentaron sus escritos de promoción de pruebas, los cuales
ratificaron el 17 de junio y 8 de julio de 2003, respectivamente.

            El 15 de julio de 2003 el apoderado judicial de la parte demandada presentó


escrito de oposición a la admisión de las pruebas promovidas por la parte actora.

            En fecha 22 del mismo mes y año, la parte actora presentó escrito rechazando la
oposición presentada por la parte demandada.

El 31 de julio y 7 de agosto de 2003, la parte demandada presentó escritos


ratificando la oposición a la admisión de las pruebas promovidas por la parte actora.

Mediante diligencias de fechas 6 y 7 de agosto de ese mismo año, la parte actora


ratificó su rechazo a la oposición presentada por la demandada.

            El 7 de agosto de 2003 ambas partes acordaron suspender la causa, desde esa
fecha hasta el día 11 de septiembre del mismo año, ambos inclusive.

            Por auto de fecha 12 de agosto de 2003, el Juzgado de Sustanciación de esta Sala
acordó la suspensión de la causa, desde el 7 de ese mes y año hasta el 11 de septiembre
de 2003, en los términos en que lo solicitaron las partes.

            El 16 de septiembre del mismo año el referido Juzgado, declaró


extemporáneo el escrito de promoción de pruebas presentado por la parte
demandada en fecha 1° de abril de 2003, y admitió las pruebas documentales
promovidas en el escrito del 17 de junio de 2003. Con relación al escrito antes
señalado, declaró que no tenía materia sobre la cual decidir respecto a las
confesiones señaladas por la parte, por no ser la oportunidad procesal para
valorarlas, ni facultad del Juez Sustanciador hacerlo; y ordenó notificar a la
ciudadana Procuradora General de la República, de conformidad con el artículo 95
del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica que rige sus funciones.

Por auto de esa misma fecha, el Juzgado de Sustanciación declaró


extemporáneo el escrito de promoción de pruebas presentado por la parte actora en
fecha 25 de marzo de 2003; y en cuanto al escrito presentado el 8 de julio de 2003,
el referido Juzgado declaró lo siguiente:

- En relación al mérito favorable de los autos, declaró procedente la


oposición de la parte demandada e ilegal la prueba promovida, puesto que “el
mérito favorable de los autos no es un medio de prueba válido de los estipulados
por la legislación vigente y, por tal motivo, no debe ser empleado como un
mecanismo para traer a los autos hechos que el actor pretende probar mediante
una solicitud de copias certificadas”; esto motivado a que, en su escrito de
promoción de pruebas, la parte actora reprodujo el mérito favorable de las actas del
expediente N° 11.107 llevado por esta Sala, contentivo de la demanda incoada por
el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho contra la Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) por daños morales, con fundamento
en los mismos hechos, respecto al cual solicitó se ordenara expedir copias
certificadas y se agregaran a este expediente.

- Declaró improcedente la oposición a las pruebas testimoniales promovidas por


la parte actora y las admitió; por lo que, acordó comisionar al Juzgado del Municipio
Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón, a los fines de evacuar las
testimoniales sin citación de los ciudadanos Ufrank Herrera, César Ventura, Eulalio
Revilla, Humberto Reyes, Noel Millán y Aldro Reyes; y la ratificación por vía
testimonial referidas a los ciudadanos Luisa Lugo, Roberto Grand y Castor González;
todo de conformidad con lo establecido en el artículo 483 del Código de Procedimiento
Civil, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia aplicable ratione temporis.

- De igual forma, acordó comisionar al Juzgado del Municipio Colina de la


Circunscripción Judicial del Estado Falcón, a los fines de evacuar las testimoniales de
los ciudadanos Cándido Sánchez, Eric Molina y Omar Caldera; y al Juzgado del
Municipio Carirubana de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón, para las
testimoniales de los ciudadanos Hernando Lugo y Carlos Ruela.

- Asimismo, en el referido auto, el Juzgado de Sustanciación declaró


improcedente la oposición a la prueba de informes solicitada a la Fundación Salud y
Ciencia y a la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria Santa Rita, S.R.L., las
admitió y, de conformidad con el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil,
acordó oficiar a la mencionada Fundación y a la sociedad mercantil en referencia a los
fines de la presentación de los informes requeridos.

- En cuanto a la inspección judicial promovida por la parte actora en el Hospital


Coromoto, el referido Juzgado declaró improcedente la oposición, admitió la inspección
promovida y, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 472 del Código de
Procedimiento Civil en concordancia con el artículo 27 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia vigente para la época, acordó comisionar al Juzgado de los
Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada y San Francisco de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia para que la realizara.

- En lo que respecta a la prueba de informes solicitada a la sociedad mercantil


Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), el Juzgado de
Sustanciación declaró la inadmisibilidad de la misma. Por otra parte, en cuanto a la
prueba de exhibición de documentos solicitada, ésta fue admitida y se ordenó intimar a
la sociedad mercantil demandada a los fines de que exhibiera la documentación
solicitada.

- En lo atinente a las pruebas documentales promovidas, las mismas fueron


admitidas por el mencionado Juzgado.

Mediante diligencia del 23 de septiembre de 2003, el apoderado judicial de la


parte demandada apeló del auto de admisión de las pruebas, en lo concerniente a las
testimoniales promovidas por la parte actora.

Por auto de fecha 24 de septiembre de 2003, el Juzgado de Sustanciación oyó la


apelación en un solo efecto, de conformidad con lo establecido en el artículo 402 del
Código de Procedimiento Civil.

El 14 de octubre de ese mismo año se libró oficio a la Fundación Salud y


Ciencia y a la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria Santa Rita, S.R.L.; a la
ciudadana Procuradora General de la República, y se libró el cartel de intimación a la
parte demandada. Igualmente, se libraron las comisiones antes señaladas.
En esa misma fecha se libró oficio a esta Sala, a los fines de remitir las copias
certificadas relacionadas con la apelación interpuesta por el apoderado judicial de la
parte demandada.

Por auto de fecha 13 de noviembre de 2003, el Juzgado de Sustanciación acordó


oficiar a los Tribunales comisionados para la evacuación de las pruebas antes referidas,
a los fines de informales que la causa se encontraba suspendida por un lapso de 30 días
continuos a partir de esa fecha, en virtud de lo dispuesto en el artículo 95 del Decreto
con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República; en esa misma
fecha se libraron dichos oficios.

El 18 de noviembre de 2003 la Fundación Salud y Ciencia presentó el informe


que le fue requerido.

Mediante diligencia del 20 de ese mismo mes y año, el apoderado judicial de la


parte actora solicitó la prórroga del lapso de evacuación de pruebas, por un período de
diez (10) días de despacho.

Por diligencia de fecha 11 de diciembre de 2003, el apoderado judicial de la


parte demandada solicitó al Juzgado de Sustanciación que no se pronunciara respecto a
la prórroga solicitada.

Mediante decisión de fecha 16 de diciembre de ese año, esta Sala declaró sin
lugar la apelación interpuesta por la representación judicial de la parte demandada.

En fecha 7 de enero de 2004 la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria


Santa Rita, S.R.L., presentó el informe requerido.

El 13 de ese mismo mes y año se recibió el Oficio N° 604-2003 de fecha 27 de


noviembre de 2003, emanado del Juzgado Primero de los Municipios Maracaibo, Jesús
Enrique Lossada y San Francisco de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
mediante el cual informó al Juzgado de Sustanciación que no aparecía como recibida la
comisión librada.

En fecha 26 de febrero de 2004 se recibió el Oficio N° 054-2004 del 16 de


febrero de 2004, emanado del Juzgado Tercero del Municipio Miranda de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, mediante el cual remitió las resultas de la
comisión librada por el Juzgado de Sustanciación.

Por auto del 15 de abril de 2004 el Juzgado de Sustanciación, en virtud de las


diligencias presentadas tanto por la parte actora como por la demandada, en fechas 20
de noviembre y 11 de diciembre de 2003, respectivamente, acordó oficiar al Juzgado
Segundo de los Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada y San Francisco de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, al Juzgado del Municipio Colina de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón y al Juzgado del Municipio Carirubana de la
misma Circunscripción Judicial, a los fines de que informaran el estado en que se
encontraban las comisiones remitidas y el cómputo de los días de despacho desde el
momento en que se dio entrada a las mismas, hasta el 20 de noviembre de 2003.

El 4 de mayo de 2004 se libraron los oficios a los referidos Juzgados.

Mediante diligencia de fecha 8 de septiembre del mismo año, el abogado de la


parte actora, en aras de la celeridad procesal renunció a las pruebas testimoniales
promovidas de los ciudadanos Cándido Sánchez, Eric Molina y Omar Caldera,
domiciliados en el Municipio Colina del Estado Falcón; y a la de los ciudadanos
Hernando José Lugo Lugo y Carlos Ruela Tavares, domiciliados en el Municipio
Carirubana del Estado Falcón, ya que las mismas no habían sido evacuadas. Asimismo,
en diligencia del 23 de septiembre de 2004, ratificó lo anteriormente señalado e
igualmente renunció a la “PROMOCION (sic) DE PRUEBAS TESTIMONIAL (sic) de
los ciudadanos domiciliados en la ciudad de Punto Fijo del Estado Falcón (…), así
como de la Inspección Judicial a realizarse en el Departamento de Registro Médico del
Hospital Coromoto de la Ciudad de Maracaibo, Estado Zulia” y solicitó se pasara el
expediente a la Sala para la continuación del procedimiento.

Vista la anterior diligencia y concluida la sustanciación de la causa, se


acordó pasar el expediente a Sala.

El 30 de septiembre de 2004 se dio cuenta en Sala y, por auto de la misma


fecha, se designó Ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpafijándose el tercer (3º)
día de despacho para comenzar la relación.

Por auto de fecha 7 de octubre de 2004, se dio inicio a la relación de la


causa, fijándose el décimo (10°) día de despacho para que tuviera lugar el acto de
informes.

El 3 de noviembre de 2004 se difirió el acto de informes para el día 3 de


febrero de 2005.
En la oportunidad fijada para que tuviera lugar el acto de informes, ambas
partes comparecieron y expusieron oralmente sus argumentos, consignando,
posteriormente, la parte demandada su escrito de conclusiones, el cual fue
agregado al expediente.

Por auto del 31 de marzo de 2005 se dejó constancia de la incorporación a esta


Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 17 de enero de
ese año, de los Magistrados Emiro García Rosas y Evelyn Marrero Ortíz, designados
por la Asamblea Nacional el 13 de diciembre de 2004, quedando integrada esta Sala por
cinco Magistrados, conforme a lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, a saber:
Presidente, Magistrado Levis Ignacio Zerpa; Vicepresidente, Magistrado Hadel Mostafá
Paolini; y Magistrados Yolanda Jaimes Guerrero, Evelyn Marrero Ortíz y Emiro García
Rosas.

Igualmente, se dejó constancia de la elección de la Junta Directiva del Tribunal


Supremo de Justicia, el 2 de febrero de 2005, quedando conformada la Sala Político-
Administrativa de la siguiente forma: Presidenta, Magistrada Evelyn Marrero Ortíz,
Vicepresidenta, Magistrada Yolanda Jaimes Guerrero y Magistrados Levis Ignacio
Zerpa, Hadel Mostafá Paolini y Emiro García Rosas. Asimismo, se ordenó la
continuación de la causa y se ratificó la ponencia al Magistrado Levis Ignacio Zerpa.

El 31 de marzo de 2005 se dijo “Vistos”.

En fecha 6 de abril de 2005 la parte actora presentó su escrito de


conclusiones.

El 11 de mayo de 2005 se recibió en Sala el Oficio N° 4676-431-04 de fecha 7


de octubre de 2004, emanado del Juzgado Sexto de los Municipios Maracaibo, Jesús
Enrique Lossada y San Francisco de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
mediante el cual remitió las resultas de la comisión librada por el Juzgado de
Sustanciación.

El 20 de septiembre de 2005 debido a la nueva conformación de la Sala, se


reasignó el expediente a la Magistrada Evelyn Marrero Ortíz, a los fines de decidir la
demanda.

Mediante diligencias de fechas 11 de mayo y 9 de agosto de 2006, el apoderado


judicial de la parte demandante solicitó se dictara sentencia.

En fecha 7 de febrero de 2007 se eligió la actual Junta Directiva del Tribunal


Supremo de Justicia, quedando conformada la Sala Político- Administrativa de la
siguiente manera: Presidenta, Magistrada Evelyn Marrero Ortíz; Vicepresidenta,
Magistrada Yolanda Jaimes Guerrero; y Magistrados Levis Ignacio Zerpa, Hadel
Mostafá Paolini y Emiro García Rosas.

Para decidir, la Sala observa:


I

ANTECEDENTES

            Mediante escrito presentado en fecha 14 de junio de 2002 ante el Juzgado


Segundo del Municipio Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón, el
abogado Pedro López Navarro, actuando con el carácter de apoderado judicial del
ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, interpuso demanda por indemnización
de daños materiales contra la sociedad mercantil Compañía Anónima de Administración
y Fomento Eléctrico (CADAFE).

            Por auto del 18 de junio de 2002, el referido Juzgado admitió la demanda cuanto
ha lugar en derecho, ordenó emplazar a la sociedad mercantil demandada a los fines de
la contestación y acordó notificar a la Procuraduría General de la República.

            Mediante diligencia del 1° de julio de 2002, la parte actora solicitó, de


conformidad con lo dispuesto en el ordinal 15 del artículo 42 de la entonces vigente Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, que el Tribunal declinara su competencia en
esta Sala.

            Por decisión de fecha 4 de julio de 2002, el Juzgado Segundo del Municipio
Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón se declaró incompetente para
conocer de la causa por razón de la cuantía y acordó remitir el expediente al Juzgado de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón.

            Una vez recibido el expediente en el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo


Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Falcón, el apoderado judicial de la parte actora, mediante diligencia de fecha 1°
de agosto de 2002, ratificó su solicitud de que se remitiese el expediente a esta Sala.

            Mediante auto de la misma fecha, el prenombrado Juzgado acordó la remisión


del expediente a esta Sala por considerarla competente para conocer del caso de autos,
de conformidad con lo dispuesto en el ordinal 15 del artículo 42 de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema de Justicia vigente para la fecha.
II

DE LA DEMANDA

En fecha 14 de junio de 2002 el apoderado judicial del ciudadano Augusto


Nunes Revenrendo De Pinho, interpuso demanda por indemnización de daños
materiales contra la sociedad mercantil Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE), sobre la base de las siguientes consideraciones de hecho
y de derecho:

            Que, en fecha 21 de junio de 1992, aproximadamente a las 12:30 p.m., su


representado se encontraba realizando actividades de transporte de ganado en el fundo
agropecuario denominado “La Palma”, el cual está ubicado en la vía El Mollepo de la
carretera Coro-Churuguara, Sector San José, Municipio Colina del Estado Falcón.

            Afirma el apoderado actor, que en virtud de las labores que desempeñaba su
mandante, procedió a acoplar el camión de transporte de ganado al embarcadero de la
vaquera de dicho fundo, con el objeto de desmontar seis cabezas de ganado.

Indica, que al subir a dicha manga para levantar la reja del camión y permitir el
desembarque del ganado que transportaba su representado, sucedió un hecho
lamentable, pues entró en un campo ionizado o energizado de la línea eléctrica de alta
tensión que pasa justo por encima del embarcadero o manga y fue atraído por el fluido
eléctrico, produciéndose el contacto de su mandante con el conductor eléctrico y
recibiendo una fuerte descarga eléctrica.

            Aduce, que en razón de lo sucedido fue trasladado a la emergencia del Hospital
Universitario Alfredo Van Grieten de la ciudad de Coro, pero dada la gravedad de las
quemaduras sufridas fue remitido a la Unidad de Caumatología del Hospital Coromoto
de la ciudad de Maracaibo, donde le diagnosticaron “quemaduras de I, II y
II (sic) grado en la cara, cuello, tórax, abdomen anterior y miembros inferiores en un
cuarenta por ciento (40%) de su superficie corporal”.
Que, por las quemaduras sufridas “recibió tratamiento médico que comprendió:
antibiótecoterapia, analgésicos, fluidoterapia, argiroterapia, nutrición, neurocirugía y
el correspondiente tratamiento quirúrgico para curación de quemaduras como son:
escarectomía tangencial, injerto heterólogos, injerto cutáneo antólogo, colgajo
fasciocutáneo, autólogo en cuero cabelludo; presentando hipertrofia cicatricial en
labio superior, requiriendo una intervención quirúrgica en la nariz, conforme se
evidencia del Informe Médico que firma el Dr. Rafael Soto Matos”.

Señala el apoderado actor, que el accidente fue consecuencia del hecho ilícito
causado por la sociedad mercantil Compañía Anónima de Administración y Fomento
Eléctrico (CADAFE), por su imprudencia, negligencia e impericia; por la violación de
las normas contenidas en el Código Nacional de Seguridad e Instalaciones de
Suministro de Energía y Comunicaciones COVENIN 734, las cuales disponen
expresamente la altura a la que deben encontrarse las instalaciones de líneas eléctricas
de alta tensión.

Agrega, que su representado sufrió graves daños morales y materiales, puesto


que para el momento del accidente el actor, de veinticinco (25) años de edad, gozaba de
plena salud y llevaba una vida normal dedicado al trabajo agrícola y comercial. Sin
embargo, “hoy es un hombre traumatizado y discapacitado, que padece el sufrimiento
diario de verse en el estado en que se encuentra a causa de su electrocutación,
desfiguración física e incapacitado o impedido para realizar algún trabajo y menos su
actividad comercial y agrícola; además del dolor físico que padeció y que padece, a
consecuencia de la descarga eléctrica que recibió”.

Que, mediante sentencia N° 00593 de fecha 10 de abril de 2002, esta Sala


decidió la demanda por indemnización de daño moral incoada por su representado, el
ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, en la cual se estableció la
responsabilidad de la sociedad mercantil Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE) por el accidente sufrido por el actor.

Explica el apoderado judicial del actor, que el 18 de octubre de 1994, fecha en la


que interpuso la demanda por indemnización de daños morales, se reservó demandar
por separado el “daño material emergente y el daño material lucrocesante (sic)”, en
virtud de que para ese momento no había sido posible determinar la cuantía de los
mismos. (Negrillas de la parte actora).

Argumenta, que como consecuencia del accidente el actor quedó incapacitado


para ejercer todo tipo de trabajo y privado de la utilidad que le producía su vida agrícola
y comercial, razón por la cual estaba sufriendo un empobrecimiento económico, puesto
que su estado físico y anímico le impedía la obtención del ingreso económico necesario
para su subsistencia.

Que, “por tal razón [su] mandante no ha podido continuar sufragando los


gastos de tratamiento oftalmológico, que repare su defecto visual a causa de dicho
accidente, así como el tratamiento quirúrgico necesario, y de la correspondiente
cirugía plástica para corregir lesiones sufridas en su cuerpo; e igualmente el
tratamiento psicoterapéutico a objeto de lograr en definitiva su restablecimiento mental
e integral”.

Expresa, que los gastos hospitalarios efectuados entre los meses de junio y julio
del año 1992, ascienden a la cantidad de Quince Millones Ochocientos Sesenta y Cinco
Mil Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con Quince Céntimos (Bs. 15.865.379,15),
los cuales se encuentran especificados en el folio 7 y su vuelto. Igualmente, señala, que
dichos gastos debían ser indemnizados con su correspondiente corrección monetaria por
causa de la  inflación.

Demanda el pago del lucro cesante, el cual alega asciende a la cantidad de


Ciento Veintisiete Millones Setecientos Cincuenta Mil Bolívares (Bs. 127.750.000,00);
cuyas especificaciones corren insertas al folio 8 y su vuelto.

Alega, de conformidad con el artículo 1.193 del Código Civil, que la sociedad
mercantil Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE)
siendo el guardián del cable de alta tensión, era responsable del daño causado. De igual
forma, indica, de acuerdo a lo establecido en el artículo 1.185 eiusdem, que la
demandada está obligada a reparar el daño por haber actuado en forma imprudente al
instalar los cables.

Igualmente, señala que dicha actitud negligente derivó de no haber tomado en


cuenta la empresa las medidas de seguridad y prevención, previstas en los artículos 210
y 211 del Código Nacional de Seguridad en Instalaciones de Suministros de Energía
Eléctrica y de Comunicaciones, COVENIN 734.

Expresa, que “en el presente caso, se dan todos los elementos configurativos del
hecho ilícito a saber: a) El incumplimiento de una conducta preexistente de carácter
expreso, como lo es, haber seguido las Normas del Código Nacional de Seguridad en
Instalaciones de Suministros de Energía Eléctrica y de Comunicaciones; b) Que dicho
incumplimiento es culposo, por negligencia o imprudencia; c) El carácter ilícito del
incumplimiento; d) El daño directo: esto es, que el daño es el efecto directo del
cumplimiento (sic) culposo, causalidad ésta que puede ser física o jurídica, donde se
supone la culpa del civilmente responsable, como lo es el guardián de la cosa”. En
consecuencia, afirma, de conformidad con lo previsto en el artículo 1.196 del Código
Civil, que existe la obligación del causante del daño a repararlo.

Solicita el demandante, que la sociedad mercantil Compañía Anónima de


Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) sea condenada al pago de Ciento
Cuarenta y Tres Millones Setecientos Quince Mil Trescientos Setenta y Nueve
Bolívares con Quince Céntimos (Bs. 143.715.379,15), por concepto de indemnización
por daño material emergente y lucro cesante, así como la indexación monetaria por
inflación y pago de intereses. Igualmente, que sea condenada al pago de costas y
honorarios profesionales los cuales ascienden a la cantidad de Cuarenta y Tres Millones
Ochenta y Cuatro Mil Seiscientos Trece Bolívares (Bs. 43.084.613,00).

Finalmente, agrega que interpuso esta demanda ante el Juzgado de Primera


Instancia (Distribuidor) del Municipio Miranda de la Circunscripción Judicial del
Estado Falcón, de conformidad con el artículo 1.969 del Código Civil, con el objeto de
impedir la prescripción de la acción.
III

ALEGATOS DE LA PARTE DEMANDADA

Mediante escrito de fecha 20 de febrero de 2003, el abogado Humberto Arenas


Fuenmayor, inscrito en el INPREABOGADO bajo el N° 28.877, actuando con el
carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), en el acto de contestación de la
demanda expuso lo siguiente:

Opuso, como punto previo, la prescripción de la acción, por cuanto habían


transcurrido más de diez años a partir del momento en que sucedió el accidente.

Negó, rechazó y contradijo la demanda tanto en los hechos como en el derecho


expuestos por el actor.

En este sentido, impugnó varios instrumentos consignados, en copias


fotostáticas, por la parte actora para sustentar su demanda, los cuales son:

1.      Presupuesto de la Clínica Virgen de Guadalupe, donde se establece que el


monto de la operación de reconstrucción de la cara asciende a los Cuatro
Millones Trescientos Cincuenta y Siete Mil Doscientos Bolívares (Bs.
4.357.200,00).

2.      Presupuesto por Dos Millones de Bolívares (Bs. 2.000.000,00) para la


intervención quirúrgica de ojo izquierdo por cataratas producidas con ocasión
del accidente.

3.      Informe de tratamiento psicoterapéutico por Tres Millones de Bolívares (Bs.


3.000.000,00).

4.      Factura marcada como A-1, emitida por la Fundación Salud y Ciencia por la
cantidad de Un Millón Setecientos Cuarenta Mil Quinientos Cincuenta y Cuatro
Bolívares con Diez Céntimos (Bs. 1.740.554,10).

5.      Factura emitida por la referida Fundación que asciende a la cantidad de Un


Millón Novecientos Cuarenta y Tres Mil Novecientos Bolívares con Setenta
Céntimos (Bs. 1.943.900,70).

6.      Letra de cambio distinguida como A-3, emitida a favor de la prenombrada


Fundación por un monto de Cuatrocientos Seis Mil Quinientos Veintitrés
Bolívares con Quince Céntimos (Bs. 406.523,15).
7.      Tres recibos de pago a la Fundación por Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00)
los dos primeros y otro por Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00),
marcados como A-4, A-5 y A-6, respectivamente.

8.      Factura distinguida como A-7, emitida por la Fundación Salud y Ciencia por la
cantidad de Un Millón Seiscientos Seis Mil Quinientos Veintitrés con Quince
Céntimos (Bs. 1.606.523,15).

9.      Factura de la sociedad mercantil Manufactura Textil Coolly, S.A., por un monto


de Diecisiete Mil Doscientos Dos Bolívares (Bs. 17.202,00).

Agregó la parte demandada, que no niega la ocurrencia del accidente, “pero es


evidente la confesión hecha por la parte actora de la falta de la víctima en este caso”;
ya que “la conducta desplegada por la víctima jugó un papel preponderante en el hecho
generador del accidente, por lo que debe proceder la causal de exoneración que
establece el artículo 1.193 del Código Civil”.

Por otro lado, señaló, para el caso de ser desechada la defensa antes mencionada,
que opone como defensa el hecho de la víctima establecido en el artículo 1.189 del
Código Civil, “por cuanto si bien no se exonera de responsabilidad al guardián de la
cosa, (…) la responsabilidad civil se disminuye en la medida en que la víctima
contribuye en su producción, y es evidente que el ciudadano AUGUSTO NUNES
REVENRENDO DE PINHO, ejecutó una maniobra imprudente que contribuyó en
forma decisiva a la producción del hecho y sus consecuencias”.

Negó, rechazó y contradijo que la manga o embarcadero del fundo agropecuario


al que subió el actor, fuera preexistente a la instalación de la línea eléctrica de alta
tensión que allí se encontraba.

Finalmente, solicita se declare sin lugar le demanda incoada y que el actor sea
condenado en costas.
IV

DE LAS PRUEBAS

1.- Los recaudos acompañados junto al libelo de la demanda:


1.1.- Copias fotostáticas del informe médico del Servicio de Cirugía Plástica y
Reconstructiva del Hospital Coromoto, de fecha 20 de enero de 1993, realizado por el
Doctor Rafael Soto Matos, el cual corre inserto a los folios 19 y 20 de la primera pieza
del expediente y, el original, a los folios 220 y 221. (Distinguido con la letra B).

1.2.- Copias fotostáticas de la inspección ocular efectuada el 6 de noviembre de


1992, por el Juzgado del Municipio Macoruca, Distrito Colina de la Circunscripción
Judicial del Estado Falcón, la cual cursa del folio 21 al 27 de la primera pieza del
expediente. (Marcada con la letra C).

1.3.- Copias fotostáticas del informe técnico del Ingeniero Electricista Jacobo
Jesús Penso, realizado en fecha 11 de noviembre de 1992, las cuales constan de los
folios 28 al 38 de la primera pieza del expediente. (Identificado con la letra D).

1.4.- Copias certificadas de la sentencia N° 0593, de fecha 10 de abril de 2002,


emanada de esta Sala, caso: Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, contra la Compañía
Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), que corren insertas a los
folios 39 al 68 de la primera pieza del expediente. (Distinguida con la letra E).

1.5.- Copias fotostáticas de un estado de cuenta del 13 de julio de 1992, emitido


por la Fundación Salud y Ciencia, por un monto de Un Millón Setecientos Cuarenta Mil
Quinientos Cincuenta y Cuatro Bolívares con Diez Céntimos (Bs. 1.740.554,10),
cursantes a los folios 71 y 72 de la primera pieza del expediente y se identifica con la
letra A-1.

1.6.- Copias fotostáticas de un estado de cuenta emitido por la prenombrada


Fundación en fecha 16 de julio de 1992, que asciende a la cantidad de Un Millón
Novecientos Cuarenta y Tres Mil Novecientos Bolívares con Setenta Céntimos (Bs.
1.943.900,70), insertas a los folios 73 y 74 de la primera pieza del expediente.
(Distinguido con la letra A-2).

1.7.- Copia fotostática de la letra de cambio librada por el actor a favor de la


referida Fundación, en fecha 28 de agosto de 1992, por un monto de Cuatrocientos Seis
Mil Quinientos Veintitrés Bolívares con Quince Céntimos (Bs. 406.523,15), la cual
cursa al folio 75 y se distingue con la letra A-3.
1.8.- Copias fotostáticas de tres recibos de depósitos emitidos por la Fundación,
de pagos efectuados por el demandante en fechas 26 de junio, 24 de julio y 23 de
septiembre de 1992, por las cantidades de Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00) el
primero de ellos y, Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00) los dos últimos, marcados
como A-6, A-5 y A-4, respectivamente. (Folios 75 y 76).

1.9.- Copia fotostática de la factura N° 12133 del 17 de septiembre de 1992,


emitida por la sociedad mercantil Manufactura Textil Coolly, S.A., a nombre del actor,
por un monto de Diecisiete Mil Doscientos Dos Bolívares (Bs. 17.202,00), la cual corre
inserta en la primera pieza del expediente al folio 77. (Distinguido con la letra A-7).

1.10.- Copia fotostática de la factura del 26 de septiembre de 1992, emitida por


la Fundación Salud y Ciencia por la cantidad de Un Millón Seiscientos Seis Mil
Quinientos Veintitrés con Quince Céntimos (Bs. 1.606.523,15), que corre inserta al
folio 78 e identificada con la letra A-7.

Ahora bien, observa la Sala que las documentales señaladas en los puntos 1.5,
1.6, 1.7, 1.8, 1.9 y 1.10 fueron impugnadas por el apoderado judicial de la parte
accionada al momento de la contestación de la demanda.

Aunado a lo anterior, es necesario señalar que los referidos instrumentos


corresponden a documentos privados emanados de un tercero, los cuales no fueron
ratificados por las personas jurídicas que los emitieron (Fundación Salud y Ciencia y
Manufactura Textil Coolly, S.A.), tal como lo dispone el artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual no se les otorga valor probatorio.

1.11.- Copia fotostática del presupuesto de la Clínica Virgen de Guadalupe, N°


P-005440, de fecha 30 de mayo de 2002, emitido por el Dr. Roberto Grand, donde se
establece que el monto de la operación de reconstrucción de la cara asciende a Cuatro
Millones Trescientos Cincuenta y Siete Mil Doscientos Bolívares (Bs. 4.357.200,00),
marcada como B-1. (Folio 79 de la primera pieza del expediente).

1.12.- Copia fotostática del presupuesto de la Clínica San Juan Bosco, N°


000147, del 29 de mayo de 2002, emitido por el Dr. Castor González, donde se
establece el monto de intervención quirúrgica de ojo izquierdo por cataratas producidas
con ocasión del accidente, el cual asciende a Dos Millones de Bolívares (Bs.
2.000.000,00), distinguida como B-2. (Folio 80 de la primera pieza del expediente).

1.13.- Copias fotostáticas del informe psiquiátrico suscrito por la Doctora Luisa
Lugo González, de fecha 8 de septiembre de 2002, donde se deja constancia del estado
psíquico del accionante, el cual cursa a los folios 81 y 82 de la primera pieza del
expediente y se identifica con la letra B-3.

            En cuanto a las pruebas promovidas en la etapa probatoria, se presentaron las


siguientes:

            2.- Pruebas promovidas por la parte actora:

            2.1.- Produjo, en original, la protocolización de las copias certificadas del libelo
de demanda y del auto emanado del Juzgado Segundo del Municipio Miranda de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, las cuales quedaron registradas ante la
Oficina Subalterna de Registro del Municipio Colina del Estado Falcón, en fecha 20 de
junio de 2002, anotado bajo el N° 11, de los folios 65 al 83, Protocolo Primero, Tomo
II, cursa en la primera pieza del expediente de los folios 192 al 211.

Se observa, que la documental en referencia se trata de la copia certificada


expedida por la Secretaria del Juzgado Segundo del Municipio Miranda de la
Circunscripción Judicial de Estado Falcón y posteriormente registrada ante la Oficina
Subalterna de Registro del Municipio Colina del Estado Falcón; y al no haber sido
impugnada por la parte demandada hace fe de su contenido conforme a lo previsto en
los artículos 111 del Código de Procedimiento Civil y 1.384 del Código Civil.

2.2.- La prueba de testigos de los ciudadanos Ufrank Herrera (folios 214 y 215),
César Ventura (folios 216 y 217), Eulalio Ramón Revilla (folios 219 y 220), Humberto
Jesús Reyes Ordoñez (folios 228, 229 y 230), Noel Ramón Millán Aguilar (folios 232 al
235), Aldro Stalyn Reyes Calatayud (folios 236 al 239) y Efrén Chirino (cuyo acto se
declaró desierto, pues no compareció), todos domiciliados en la ciudad de Coro, estado
Falcón, con “(…) el objeto de demostrar los hechos alegados en la demanda”. Todas en
la segunda pieza de este expediente.

Analizadas las declaraciones de los ciudadanos antes mencionados, se observa


que éstas son contestes en los siguientes puntos:
        Que el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo De Pinho sufrió un
accidente al haber hecho contacto con una línea eléctrica de alta tensión.

        Que el actor trabajaba para los ciudadanos Manuel Da Silva y Joaquín


De Sousa, dedicado a la compra y venta de ganado.

        Que la esposa del accionante cubre los gastos de alimento, vestido y


vivienda.

        Que el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo De Pinho ha gastado


todos sus ahorros y ha pedido préstamos personales para cubrir los gastos
médicos producto del accidente.

Sin embargo, al examinar la Sala las declaraciones de todos los ciudadanos que
comparecieron a los actos de evacuación de las pruebas de testigos, se aprecia que éstos
no estuvieron siempre presentes en los distintos hechos que quiere demostrar el actor,
sino que tienen conocimiento de éstos por comentarios y no porque los hayan visto u
oído directamente, por lo que, esta Sala los toma como testigos referenciales.

Ahora bien, para poder valorar dichas pruebas de testigos será preciso
determinar si se encuentran respaldadas o no por otras pruebas, de conformidad con lo
previsto en el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil.

2.3.- Asimismo solicitó la prueba de testigos de los ciudadanos Cándido


Sánchez, Eric Molina y Omar Caldera, domiciliados en la población de La Vela,
Municipio del Estado Falcón y de los ciudadanos Hernando José Lugo Lugo y Carlos
Ruela Tavares, domiciliados en la ciudad de Punto Fijo, Estado Falcón. Sin embargo,
mediante diligencias de fechas 8 y 23 de septiembre 2004, la parte promovente renunció
a la evacuación de dicha prueba.

2.4.- Produjo copias certificadas de la sentencia N° 00593 emanada de esta Sala,


de fecha 10 de abril de 2002, mediante la cual se declaró con lugar la demanda por
indemnización de daños morales que incoara el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo
de Pinho contra la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico
(CADAFE) por los mismos hechos. (Folios 160 al 191 de la primera pieza del
expediente).
Al estar expedidas dichas copias por la Secretaría de esta Sala, y por cuanto no
fueron impugnadas por la parte demandada se les otorga valor probatorio conforme a lo
previsto en los artículos 111 del Código de Procedimiento Civil y 1.384 del Código
Civil.

2.5.- Produjo, en original, la inspección ocular efectuada en fecha 6 de


noviembre de 1992, por el Juzgado del Municipio Macoruca, Distrito Colina de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, que corre inserta del folio 213 al 219 de la
primera pieza del expediente.

Al respecto, observa la Sala que la prueba antes señalada corresponde a la


denominada inspección ocular extra litem, la cual fue evacuada por la parte demandante
con anterioridad al presente juicio, con el objeto de valerse de ella en una oportunidad
futura. En este sentido, se aprecia que en este tipo de procedimientos la parte
demandada no tiene el debido control sobre la prueba, con lo cual se vería cercenado su
derecho a la defensa, razón por la cual no puede otorgársele el valor de plena prueba,
sino el de simple indicio, que deberá acumularse a otros indicios o pruebas, para que
pueda considerarse como totalmente verdadero su contenido. (Vid. Sentencias Nros
00527 y 01419, de fechas 1° de junio de 2004 y 6 de junio de 2006, respectivamente).

            2.6.- Solicitó la citación del Ingeniero Eléctrico Jacobo Jesús Penso, a los fines
de que ratificara el Informe Técnico y Levantamiento Topográficorealizado en el sitio
donde ocurrió el accidente

            En este sentido, observa la Sala que dicho informe se trata de un documento
privado emanado de un tercero que no fue ratificado por el prenombrado ciudadano, de
conformidad con lo establecido en el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil,
por lo que no le otorga valor probatorio.

2.7.- Igualmente, solicitó la citación del Doctor Rafael Soto Matos a los fines de
que ratificara el Informe Médico del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del
Hospital Coromoto, de fecha 20 de enero de 1993.

Sin embargo, se aprecia que dicho Informe corresponde a un documento privado


emanado de un tercero que no fue ratificado por el mencionado ciudadano, conforme a
lo previsto en el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, por lo que esta Sala no
le da valor probatorio.

2.8.- Solicitó se citara a la Doctora Luisa Lugo González a los fines de que
ratificara el Informe Psiquiátrico del 8 de septiembre de 2002, consignado en autos en
el momento de interposición de la demanda, y así como el producido con el escrito de
promoción de pruebas de fecha 3 de marzo de 1993. La ratificación hecha por la
referida ciudadana de los documentos antes mencionados corre inserta en los folios 243
al 245 de la segunda pieza del expediente.

            En este sentido, se dejó constancia de que la declarante tuvo a la vista


los Informes Psiquiátricos de fechas 8 de septiembre de 2002 y 3 de marzo de
1993 consignados por el apoderado judicial del demandante y, asimismo, ratificó en
todas sus partes su contenido, de conformidad con lo establecido en el artículo 431 del
Código de Procedimiento Civil, razón por la cual la Sala le otorga pleno valor
probatorio al documento.

2.9.- Solicitó la citación del Doctor Roberto Grand para ratificar


el presupuesto de la Clínica Virgen de Guadalupe, N° P-005440, de fecha 30 de mayo
de 2002, emitido por el mencionado médico, donde se establece que el monto de la
operación de reconstrucción de la cara asciende a Cuatro Millones Trescientos
Cincuenta y Siete Mil Doscientos Bolívares (Bs. 4.357.200,00).

Ahora bien, observa la Sala en primer lugar, que el referido documento fue
impugnado por el apoderado judicial de la parte demandada al momento de la
contestación de la demanda y, en segundo lugar, que dicho presupuesto no fue ratificado
por el prenombrado ciudadano conforme a lo dispuesto en el artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, por lo cual esta Sala no le otorga valor probatorio.

2.10.- Asimismo, solicitó la citación del Doctor Castor González a los fines de la
ratificación del presupuesto de la Clínica San Juan Bosco, N° 000147, del 29 de mayo
de 2002, emitido por éste, donde se establece el monto de la intervención quirúrgica del
ojo izquierdo por cataratas producidas con ocasión del accidente, el cual asciende a Dos
Millones de Bolívares (Bs. 2.000.000,00). La declaración del referido médico consta del
folio 247 al 249 de la segunda pieza del expediente.
En este sentido, aprecia la Sala que el mencionado documento fue impugnado
por la representación judicial de la parte demandada. Sin embargo, delActa de
Declaración del referido médico, se observa que se dejó constancia de que el Doctor
Castor González tuvo a la vista el presupuesto consignado por el apoderado judicial del
actor y ratificó en todas sus partes su contenido, tal como lo establece el artículo 431 del
Código de Procedimiento Civil; razón por la cual la Sala le otorga pleno valor
probatorio al documento.

            2.11.- Prueba de informes, de conformidad con el artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil, a fin de que la Fundación Salud y Ciencia de la ciudad de
Maracaibo, informara acerca de los pagos efectuados por el accionante en virtud de la
asistencia médico-quirúrgica y suministro de medicinas en los meses de junio y julio de
1992, específicamente, “sobre la veracidad de las facturas que en fotocopia se
acompañarón (sic) al libelo de la demanda”.

El Informe requerido a la prenombrada Fundación corre inserto a los folios 2 y 3


de la segunda pieza del expediente, de cuya lectura la Sala observa, que en él se
explican los pagos realizados por el actor con motivo del accidente acaecido; que hace
referencia a las pruebas documentales consignadas por el actor en el momento de la
interposición de la demanda (estados de cuenta, facturas y recibos emitidos por la
Fundación y letra de cambio) y expone las causas de emisión de cada uno de los
documentos indicados en los puntos 1.5, 1.6, 1.7, 1.8 y 1.10.

Ahora bien, la Sala aprecia que en el escrito de contestación a la demanda, el


apoderado judicial de la sociedad mercantil accionada impugnó las documentales a las
que hace referencia el Informe emitido por la Fundación; por tal razón la Sala -como se
señaló- no les otorga valor probatorio en virtud de ser documentos privados emanados
de un tercero, que no fueron ratificados por la persona jurídica que los emitió, tal como
lo establece el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil.

Sin embargo, no pasa inadvertido para la Sala de la lectura de la prueba bajo


análisis, la información que se desprende con relación a los gastos en los que incurrió el
actor a los fines de pagar la asistencia médica que recibió por el accidente sufrido. En
virtud de lo anterior, la Sala toma como ciertos los hechos expuestos en
el Informe presentado por la Fundación Salud y Ciencia, por lo que le otorga pleno
valor probatorio.

            2.12.- Prueba de informes, de conformidad con el artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil, a los fines de que la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria
Santa Rita S.R.L., diera a conocer las labores comerciales que realizaba el accionante
como intermediario entre dicha empresa y la sociedad mercantil COALCA, C.A.,
específicamente, la contraprestación mensual. Asimismo, solicitó se citara al ciudadano
Manuel María Da Silva, en su condición de Director de la sociedad mercantil
Inversiones Agropecuaria Santa Rita S.R.L.

El Informe corre inserto en los folios 60 y 61 de la segunda pieza del expediente.


Con relación a la citación del ciudadano antes referido, se deja constancia de que la
misma no se llevó a cabo.

Dicho Informe permite apreciar que, el ciudadano Manuel María Da Silva,


actuando con el carácter de director de la firma mercantil Inversiones Agropecuaria
Santa Rita S.R.L., dejó constancia de la relación laboral que existió entre el accionante y
su empresa en el año 1992. Asimismo, informó a la Sala el tiempo que el ciudadano
Augusto Nunes Revenrendo De Pinho laboró en dicha empresa y el salario promedio
mensual que percibía por concepto de comisión por la compra y venta de ganado.

En este sentido, la Sala le otorga valor pleno valor probatorio al referido


informe.

2.13.- Prueba de inspección judicial de la historia médica del accionante llevada


por el Departamento de Registro Médico del Hospital Coromoto de Maracaibo, bajo el
N° 154284, con el objeto de verificar los gastos y costos ocasionados con motivo de la
asistencia médico quirúrgica y suministro de medicinas. Sin embargo, mediante
diligencias de fechas 8 y 23 de septiembre 2004, la parte promovente renunció a la
evacuación de dicha prueba.

            2.14.- Prueba de exhibición de documento a la sociedad mercantil Compañía


Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) a los fines de que la
demandada exhibiera las Normas Internas de Seguridad en el Mantenimiento de Líneas
y Redes de Distribución Aérea y las Normas para Redes de Distribución y Líneas de
Alimentación. Sin embargo, esta prueba no fue evacuada.
V

PUNTO PREVIO

Como punto previo, corresponde a esta Sala pronunciarse sobre la prescripción


de la acción opuesta por el apoderado judicial de la parte demandada en su escrito de
contestación, para lo cual se observa:

Indica la sociedad mercantil demandada, que la acción intentada se encontraba


prescrita, de conformidad con el primer aparte del artículo 1.977 del Código Civil,
“(…) por cuanto han transcurrido más de diez (10) años desde la fecha del supuesto
hecho ilícito en que se fundamenta esta acción(…)”.

Así, aprecia la Sala el contenido del artículo 1.977 de Código Civil el cual
dispone lo siguiente:
“Artículo 1.977: Todas las acciones reales se prescriben por veinte
años y las personales por diez, sin que pueda oponerse a la
prescripción la falta de título ni de buena fe, y salvo disposición
contraria de la Ley. (…)” (Subrayado de esta Sala).

Sobre este particular, aprecia la Sala que el accidente sufrido por el demandante
sucedió en fecha 21 de junio de 1992, y la demanda fue interpuesta el 14 de junio de
2002 ante el Juzgado (Distribuidor) del Municipio Miranda de la Circunscripción
Judicial del Estado Falcón “(…) de conformidad con el articulo (sic) 1969 del Código
Civil a objeto de impedir el curso de la prescripción (…)”.

            Ahora bien, el artículo 1.969 del Código Civil refiriéndose a la prescripción,
señala lo siguiente:
“Artículo 1.969: Se interrumpe civilmente en virtud de una
demanda judicial, aunque se haga ante un Juez incompetente, de
un decreto o de un acto de embargo notificado a la persona
respecto de la cual se quiere impedir el curso de la prescripción, o
de cualquiera otro acto que la constituya en mora de cumplir la
obligación. Si se trata de prescripción de créditos, basta el cobro
extrajudicial.
Para que la demanda judicial produzca interrupción, deberá
registrarse en la Oficina correspondiente, antes de expirar el lapso
de prescripción, copia certificada del libelo con la orden de
comparecencia del demandado, autorizada por el Juez, a menos
que se haya efectuado la citación del demandado dentro de dicho
lapso”. (Subrayado de esta Sala).

            Con respecto a las normas antes transcritas, observa la Sala que corre inserto del
folio 192 al 211 de la primera pieza del expediente, la protocolización realizada en
fecha 20 de junio de 2002 ante la Oficina Subalterna de Registro del Municipio Colina
del Estado Falcón, de las copias certificadas del libelo de demanda y del auto emanado
del Juzgado Segundo del Municipio Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado
Falcón, mediante el cual se admitió la demanda y se ordenó el emplazamiento de la
parte demandada, quedando éstas anotadas bajo el N° 11, de los folios 65 al 83,
Protocolo Primero, Tomo II.

            En atención a lo indicado, visto que el accidente ocurrió el 21 de junio de 1992 y


la protocolización de la demanda incoada se efectuó el día 20 de junio de 2002, el lapso
de diez (10) años previsto en el artículo 1.977 del Código Civil para la prescripción de
las acciones personales no había expirado; razón por la cual, aunque la demanda haya
sido interpuesta ante un Juzgado incompetente, ésta no se encontraba prescrita pues se
hizo dentro del lapso legalmente previsto y cumplió con las formalidades establecidas
en el artículo 1.969 eiusdem, antes citado.

            Por las razones antes expuestas, esta Sala declara improcedente la solicitud de
prescripción de la acción opuesta por la sociedad mercantil Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE). Así se decide.
VI

MOTIVACIÓN PARA DECIDIR

Corresponde a la Sala pronunciarse acerca del fondo del asunto sometido a su


consideración y, a tal efecto, observa lo siguiente:

En el caso bajo examen se demanda la responsabilidad por hecho ilícito de la


Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), en virtud de
los daños materiales ocasionados al ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho,
como consecuencia de haber sido atraído por un campo energizado provocado por
tendidos eléctricos de alta tensión, cuya guarda se atribuye a la mencionada Compañía.

Fundamenta el accionante su pretensión, concretamente, en los artículos 1.185,


1.196 y 1.193 del Código Civil, los cuales aluden sucesivamente a la responsabilidad
por hecho ilícito, a la extensión de dicha responsabilidad y a la responsabilidad de los
guardianes por los daños causados por las cosas que tienen bajo su guarda.
En este sentido, el artículo 1.193 del Código Civil dispone lo siguiente:
“Artículo 1.193.- Toda persona es responsable del daño causado
por las cosas que tiene bajo su guarda, a menos que pruebe que el
daño ha sido ocasionado por falta de la víctima, por el hecho de
un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor.
(…omissis…)”.

La norma parcialmente transcrita consagra la responsabilidad especial por cosas,


en la que, a diferencia de la responsabilidad ordinaria, el daño no es causado
directamente por la persona que está obligada a repararlo, sino por cosas que estén bajo
su guarda, control y vigilancia. Asimismo, contempla una presunción de culpa de
carácter absoluto, cuando permite al guardián de la cosa demostrar únicamente que el
daño fue ocasionado por una causa extraña no imputable, de las consagradas en nuestro
ordenamiento jurídico, tales como, el hecho exclusivo de un tercero, la culpa de la
víctima, la fuerza mayor o el caso fortuito.

Al respecto, la Sala, en sentencia Nº 02176 de fecha 5 de octubre de 2006,


señaló:
“El dispositivo parcialmente transcrito contempla una de las
formas bajo las cuales se verifica la denominada responsabilidad
especial (la cual puede producirse por hecho ajeno o por cosas),
en contraposición con la responsabilidad por hecho propio; siendo
ambas, clasificaciones desarrolladas ampliamente por la doctrina,
derivadas de la responsabilidad civil delictual o por hecho ilícito.
Estas dos clasificaciones generales, a saber, la responsabilidad
especial (en sus dos versiones), y la ordinaria, presentan
diferencias marcadas que a la vez se erigen en sus características
más notables. Destacando como la principal de ellas el hecho de
que mientras en la responsabilidad ordinaria el civilmente
responsable es quien causó el daño; en la especial, lo es un
tercero por el ilícito causado por una persona o una cosa con las
cuales tiene un especial vínculo, en virtud de encontrarse bajo su
dirección, guarda, control o vigilancia.
En segundo lugar, es preciso señalar que la culpa del agente
causante del daño ha de ser demostrada en el supuesto de la
responsabilidad ordinaria, en tanto que la culpa del civilmente
responsable se presume en la segunda de estas categorías, siendo
esta presunción de carácter absoluto en algunas situaciones
(tratándose del dueño o principal, o el guardián de la cosa), y
juris tantum (cuando lo que se analiza es la culpa de los padres,
tutores, preceptores o artesanos por los daños cometidos por los
menores que habiten con ellos, así como por los alumnos y
aprendices, según sea el caso)”. (Destacado de la Sala).

De conformidad con lo antes expuesto, corresponde a esta Sala determinar la


responsabilidad por guarda de cosas de la empresa demandada, para lo cual resulta
necesario analizar los siguientes requisitos: (i) que se haya producido un daño a los
particulares en la esfera de sus bienes y derechos; (ii) la relación de causalidad que
obligatoriamente debe existir entre el hecho imputado y el daño producido; y (iii) que el
daño inferido sea imputable a la empresa demandada.

Así, en aplicación de los requisitos antes mencionados al caso que bajo estudio,
para declarar la responsabilidad extracontractual de la sociedad mercantil Compañía
Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) es necesario verificar: (i)
la existencia de daños materiales derivados del accidente sufrido por el actor; (ii) que
éstos hayan sido causados por el tendido eléctrico que atraviesa el Fundo Agropecuario
“La Palma”; y (iii) que el referido daño le sea imputable a la sociedad mercantil
demandada, en virtud de ser ésta el guardián del tendido eléctrico.

Ahora bien, de las copias certificadas de la sentencia N° 00593 emanada de esta


Sala, de fecha 10 de abril de 2002, consignadas por la parte actora y cursantes a los
folios 71 y 72 de la primera pieza del expediente, se observa que el 18 de octubre de
1994, el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, interpuso demanda por
indemnización de daños morales contra la Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE) por los mismos hechos.

Advierte la Sala que el referido fallo declaró la responsabilidad extracontractual


de la empresa demandada con ocasión del accidente sufrido por el actor y condenó a la
accionada a pagar Cuarenta Millones de Bolívares (Bs. 40.000.000,00) por concepto de
indemnización de daño moral, en los siguientes términos:
“De tal forma, en el presente caso es necesario advertir que ha
resultado plenamente demostrado lo siguiente:
a.- Que el daño reclamado por el actor fue causado por la
atracción de un cable de alta tensión ubicado en el fundo
agropecuario “La Palma” en la fecha y hora indicados en el libelo
de demanda.
b.- Que el tendido eléctrico causante del daño reclamado estaba
bajo la guarda de la demandada CADAFE.
(…omissis…)
Por ello han quedado demostrados los elementos necesarios para
atribuir a la demandada (CADAFE) la responsabilidad por el
accidente sufrido por el actor. Así se declara”.
En atención a la sentencia parcialmente transcrita, considera la Sala inoficioso
pronunciarse nuevamente con relación a la responsabilidad extracontractual atribuida
a la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), puesto
que aquélla quedó establecida por los mismos hechos y entre las mismas partes en la
referida decisión, razón por la cual lo que corresponde en esta oportunidad determinar
es la procedencia o improcedencia de los daños materiales reclamados por el actor en
esta oportunidad. A tal efecto, la Sala observa:

            En lo concerniente a los daños materiales (daño emergente y lucro cesante)


reclamados en el libelo con ocasión del accidente sufrido por el actor, se observa que
éstos fueron cuantificados en la cantidad de Ciento Cuarenta y Tres Millones
Setecientos Quince Mil Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con Quince Céntimos
(Bs. 143.715.379,15) y se encuentran detallados en los folios 7 y 8 y sus vueltos de la
primera pieza del expediente.

            1. Con relación al daño emergente, el actor lo estima por un monto de Quince
Millones Ochocientos Sesenta y Cinco Mil Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con
Quince Céntimos (Bs. 15.865.379,15), y lo especifica de la siguiente manera:
“En efecto el daño material emergente sufrido por AUGUSTO
NUNES REVERENDO (sic) PINHO estimado en forma
conservadora es como sigue:
Pago efectuado al (sic) Fundación Salud y Ciencia
(Hospital Coromoto) en fecha 13/07/92, según
factura marcado “A1..............................................Bs: 1.740.554.10
Pago efectuado al (sic) Fundación Salud y Ciencia
(Hospital Coromoto) en fecha 16/07/92, según
factura marcado “A2”…………………….......…….Bs: 1.943.900.70
Pago de letra de Cambio emitida a favor de Fun-
dación Salud y Ciencia, en fecha 28/08/92, marca-
do “A3”……………………………………......……….Bs:   406.523.15
Recibo de Fundación Salud y Ciencia, en fecha
23/09/92, marcado “A3” (sic)……....…………...….Bs:   100.000.00
Pago de Recibo a la Fundación Salud y Ciencia
en fecha 24/07/92, marcado “A5”…..…….….…….Bs:   100.000.00
Pago a la Fundación Salud y Ciencia, según recibo
Nro: 471966, en fecha 26/06/92, marcado “A6”…Bs:   500.000.00
Factura de la Fundación Salud y Ciencia, de fecha
24/07/92, marcado “A7”………………...………….Bs: 1.606.523.15
Factura Nro: 12.133 de Manufactura Textil Coolly,
C.A, (prendas anticicatriz) de fecha 07/09/92 mar-
cado “A7”…………………………..………………….Bs:    17.202.00
Pagos médicos (sic) efectuados por [su] mandante que tota-
lizan la cantidad de………………………….……….Bs: 6.508.179.95
Tales gastos hospitalarios efectuado (sic) por [su] mandante entre
los meses de Junio y Julio del año 1992, deben ser indemnizados
con su correspondiente corrección monetaria por causa de
inflación.
Asimismo [su] mandante requiere de inmediato el siguiente
tratamiento medico (sic) quirúrgico y psicoterapéutico:
1- Reconstrucción de cara, según presupuesto
de Clínica Guadalupe en Coro (Dr; Roberto
Grard), anexo “B1”………..………………………...Bs: 4.357.200.00
2- Intervención quirúrgica de ojo izquierdo pa-
ra para (sic) la extracción de catarata producto de
accidente eléctrico, según presupuesto de la
Clínica San Bosco de Coro, (Oftalmólogo Dr:
Castor González) que acompaño anexo mar-
do (sic) “B2”………………………………………….Bs: 2.000.000.00
3- Tratamiento psicoterapeutico (sic) prescrito por la
Dra: Luisa Lugo González, Psiquiatra – Psicote-
rapeuta, según informe que anexo marcado “B3”
que se estima en………………………………………Bs: 3.000.000.00
En total, el monto estimado por el tratamiento
Medico (sic) a efectuarse es la cantidad de….…...Bs: 9.357.200.00
En resumen el daño material emergente totalizan (sic) en general
la cantidad de Quince Millones Ochocientos Sesenta y Cinco Mil
Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con Quince Céntimos (Bs.
15.865.379,15)”.

Para decidir, entonces, con relación al daño emergente, la Sala pasa a


pronunciarse, en primer lugar, con relación a la prueba de informes emitida por la
Fundación Salud y Ciencia cursante a los folios 2 y 3 de la segunda pieza del
expediente.

De la lectura efectuada al informe antes señalado, se lee: “los gastos


ocasionados por el paciente NUNES REVERENDO (sic), AUGUSTO, ingresado a
cargo de Seguros Orinoco, empresa que reconoció una cobertura de Bs. 1.200.000.oo
de un monto de Bs. 2.206.523,15, de los cuales el paciente abonó la suma de Bs.
600.000.oo conforme se puede observar de los Recibos de Caja (…), quedando una
diferencia por cancelar de Bs. 406.523,15 (…), a la cual se le efectuó un abono de Bs.
100.000.oo (…) desconociéndose si la misma fue cancelada en su totalidad”.

Conforme al extracto del informe en referencia, se observa que el ciudadano


Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, específicamente, realizó ciertos abonos a la
referida Fundación, con el fin de pagar la cuenta de la asistencia médica que le fue
suministrada a raíz del accidente, en razón de lo cual la Sala declara procedente la
reclamación por daño material emergente en lo que respecta a las erogaciones realizadas
por el actor, referidas a los abonos realizados por el demandante a la Fundación Salud y
Ciencia por un total de Setecientos Mil Bolívares (Bs. 700.000,00), según se desprende
del informe presentado por dicha Fundación. Así se declara.

            En segundo lugar, respecto a la factura emitida por la empresa Manufactura


Textil Coolly, S.A., N° 12133, a nombre del actor, por un monto de Diecisiete Mil
Doscientos Dos Bolívares (Bs. 17.202,00); observa la Sala que la misma es un
documento privado emanado de un tercero, el cual no fue ratificado por la sociedad
mercantil que lo emitió de conformidad con el artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual no resulta procedente la reclamación que
pretende solicitarse con dicha prueba. Así se declara.

            Por otro lado, en lo que se refiere al anexo marcado B-1, se trata de un
presupuesto de fecha 30 de mayo de 2002, emitido por el Dr. Roberto Grand de la
Clínica Virgen de Guadalupe en Coro, donde se refleja el costo de una intervención
quirúrgica de reconstrucción de la cara que asciende a la cantidad de Cuatro Millones
Trescientos Cincuenta y Siete Mil Doscientos Bolívares (Bs. 4.357.200,00); sin
embargo, dicho presupuesto no fue ratificado por el mencionado médico, tal como lo
dispone el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil; en consecuencia, tampoco
procede dicha reclamación. Así se declara.

            Ahora bien, con relación al anexo marcado B-2, que corresponde al presupuesto
de fecha 29 de mayo de 2002, relativo a la intervención quirúrgica para la extracción de
catarata en el ojo izquierdo del actor, emitido por el Dr. Castor González de la Clínica
San Juan Bosco, y  que asciende a la suma de Dos Millones de Bolívares (Bs.
2.000.000,00); aprecia la Sala que este presupuesto fue ratificado por el referido médico
en fecha 2 de febrero de 2004, y corre inserto a los folios 247 al 249 de la segunda pieza
del expediente.

Sin embargo, tal declaración se circunscribió a ratificar la procedencia del


presupuesto, por lo que el apoderado judicial de la parte accionante afirmó que “en
ningún momento se afirma que dicho ciudadano haya sido sometido quirúrgicamente”;
no constando en autos, por esta razón, que el actor haya realizado alguna erogación
respecto a la intervención quirúrgica que se menciona en el presupuesto.
Ahora bien, en sentencia de esta Sala Nº 01386, del 15 de junio de 2000, se
examinó el artículo 1.275 del Código Civil el cual permite el resarcimiento de los daños
que son consecuencia directa e inmediata del hecho dañoso, abarcando todos los daños
directos inclusive el daño moral e impidiendo por argumento en contrario los daños
indirectos.

            En conexión con lo anterior, observa la Sala que, en el caso bajo examen, el
accidente sufrido por el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho le produjo
graves lesiones corporales, las cuales -según informe médico- son consecuencia directa
del accidente y deben ser tratadas a través de sucesivas intervenciones quirúrgicas y
tratamientos médicos periódicos, tal como quedó sentado en la sentencia N° 00593 de
esta Sala del 10 de abril de 2002, mediante la cual se declaró con lugar la demanda por
indemnización de daño moral interpuesta por el actor con ocasión del accidente sufrido.
De allí, efectivamente, se desprende que ciertas lesiones sufridas por el demandante
ameritaban intervenciones quirúrgicas posteriores.

En sintonía con lo expuesto, conviene señalar lo que la doctrina patria ha


establecido respecto a que el objetivo de la reparación de los daños, es colocar a la
víctima en una situación equivalente a aquella en la que se encontraba antes del
acaecimiento del hecho dañoso, por lo que no debe pretenderse limitar la indemnización
por daño material emergente a las erogaciones inmediatas realizadas por la parte actora
como consecuencia de la atención recibida por causa del accidente, sino que también
debe concederse frente a aquellas que todavía no se hayan efectuado, pero que se
efectuarán y que forman parte del tratamiento de la víctima para su total o más completa
recuperación y mejor inserción, en lo posible, a una labor productiva.

En este orden de ideas, aprecia la Sala, que aun cuando el actor no haya
realizado erogación alguna con respecto a la operación quirúrgica calculada mediante
el presupuesto de la Clínica San Juan Bosco, N° 000147, del 29 de mayo de 2002,
ratificado por el Doctor Castor González, cuya declaraciónconsta en los folios 247 al
249 de la segunda pieza del expediente; la referida operación forma parte de las
indicaciones médicas sucesivas que debe seguir el demandante con ocasión del
accidente sufrido, para que su situación -entiéndase su salud física y mental- pueda en
algún grado equipararse a aquella en la cual se encontraba antes del acaecimiento del
hecho dañoso. (Vid. sentencia de esta Sala N° 05819 del 5 de octubre de 2005).

Igualmente, observa la Sala que el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de


Pinho, acudió a los órganos jurisdiccionales a los fines de ser indemnizado por el daño
ocasionado en el accidente producido por la sociedad mercantil Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), en su calidad de guardián de la cosa,
es decir, solicitó el pago de los daños materiales por las erogaciones que había tenido
que realizar y por las que con ocasión de los daños sufridos, no había efectuado todavía,
pero que, finalmente, tendría que realizar.

Así, en aras de garantizar la tutela judicial efectiva, esta Sala debe declarar
procedente la reclamación por daño emergente en lo relativo al presupuesto de la
intervención quirúrgica, ratificado en autos, el cual asciende a la cantidad de Dos
Millones de Bolívares (Bs. 2.000.000,00). Así se declara.
            En lo referente al anexo marcado B-3, éste corresponde a un Informe
Médico emitido el 8 de febrero de 2002 por la Doctora Luisa Angélica Lugo González,
médico psiquiatra, del cual se evidencian los trastornos emocionales sufridos por el
ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, como consecuencia de las
deformaciones corporales ocasionadas por el accidente. La ratificación de este informe
corre inserta del folio 243 al 245 de la segunda pieza del expediente; sin embargo,
aprecia la Sala de dicho Informe, que éste evidencia el estado psíquico del actor mas no
el costo que comporta dicho tratamiento psiquiátrico. Por tal circunstancia, dada la
ausencia de prueba respecto al costo del tratamiento efectuado se desestima este gasto,
igualmente, reclamado en la demanda. Así se declara.

            En otro orden de ideas, corren insertas en la segunda pieza del expediente las
testimoniales de los ciudadanos Ufrank Herrera (folios 214 y 215), César Ventura
(folios 216 y 217), Eulalio Ramón Revilla (folios 219 y 220), Humberto Jesús Reyes
Ordoñez (folios 228 al 230), Noel Ramón Millán Aguilar (folios 232 al 235) y Aldro
Stalyn Reyes Calatayud (folios 236 al 239), de las cuales se desprende que el
demandante tuvo que realizar ciertos pagos e incluso pedir préstamos personales para
cubrir los gastos médicos y servicios prestados por la Unidad de Caumatología del
Hospital Coromoto de Maracaibo.

En virtud de lo anterior, esta Sala valora dichas declaraciones en conjunto con


las demás pruebas que cursan en el expediente, de conformidad con el artículo 508 del
Código de Procedimiento Civil.

Cabe resaltar, que las declaraciones de los ciudadanos antes mencionados se


limitan a afirmar, que el actor pidió préstamos para cubrir sus gastos médicos; sin
embargo, el demandante no consignó en el expediente prueba alguna que aunada a las
referidas testimoniales creara la convicción de la existencia de los préstamos recibidos o
las erogaciones realizadas, excepto la indicada supra, referida a los abonos realizados
por el actor por un total de Setecientos Mil Bolívares (Bs. 700.000,00). Así se declara.

            2. Con relación al lucro cesante, el apoderado judicial de la parte actora


especifica su monto en el folio 9 y su vuelto de la primera pieza del expediente,
señalando lo siguiente:
“CAPITULO (sic) VI
LUCROCESANTE (sic)
(…ommissis…)
En (sic) presente caso caso (sic), la víctima del
accidente AUGUSTO NUNES REVENRENDO PINHO, aun
cuando afortunadamente no falleció en tan lamentable accidente,
después de ocurrido el mismo le quedaban treinta y cinco años
(35) de vida útil y productiva, ya que para el día del accidente
tenía veinticinco años (25) de edad; tiempo de vida éste que
lamentablemente es totalmente improductivo a causa de la
discapacidad de [su] mandante.
En atención a lo antes dicho, a [su] representado le quedaban doce
mil setecientas (sic) setenta y cinco (12.775) días de vida útil, lo
que significa que por motivo del accidente que le ocurrió, éste deja
de participar en el beneficio que su trabajo le proporcionaba y ese
desmejoramiento patrimonial asciende a la cantidad de CIENTO
VEINTISIETE MILLONES SETECIENTOS CINCUENTA MIL
BOLIVARES (sic) (Bs. 127.750.000,oo) por concepto de
lucrocesante (sic)”.

            Ahora bien, debe señalarse que según el artículo 1.273 del Código Civil, el lucro
cesante constituye la ganancia que dejó de percibir la víctima por causa del hecho
dañoso. En virtud de ello, debe existir un nexo de causalidad entre el hecho dañoso y el
daño sufrido. Así, para otorgar el lucro cesante, deben constar en autos dos
circunstancias: (i) el trabajo que desempeñaba el actor para la fecha del accidente; y (ii)
el salario que hubiese podido devengar para ese momento.

            De la aplicación de estos conceptos al caso concreto, se observa que el actor


reclama el lucro cesante derivado de los efectos ocasionados por el accidente, ya que
debido a la ocurrencia del mismo el demandante no pudo continuar con sus labores
habituales.

            Según prueba de informes -que corre inserta a los folios 60 y 61 de la segunda
pieza del expediente- emitida en fecha 13 de noviembre de 2003, el ciudadano Manuel
María Da Silva, en su carácter de representante de la sociedad mercantil Inversiones
Agropecuaria Santa Rita S.R.L., hizo del conocimiento de esta Sala la ganancia
promedio mensual que percibía el actor en sus labores comerciales como intermediario
entre la referida empresa y la sociedad mercantil Coalca, C.A., la cual ascendía a la
cantidad de Doscientos Ochenta Mil Trescientos Treinta y Tres Bolívares (Bs.
280.333,00) por concepto de comisión de compra-venta de ganado.

            En conexión con lo anterior, aprecia la Sala que, en el caso bajo examen,
el Informe suscrito por el ciudadano Manuel María Da Silva, en su carácter de
representante de la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria Santa Rita S.R.L., no
resulta suficiente para que se den por demostrados los requisitos o circunstancias
anteriormente señalados para declarar procedente la reclamación por lucro cesante.

Sin embargo, de las actas que conforman el expediente se evidencia que el


ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho sufrió heridas de tal magnitud que le
dificultan proseguir sus labores habituales y, asimismo, las posibilidades de obtener un
empleo en el que pueda desempeñarse plenamente y percibir un ingreso suficiente que
le permita vivir dignamente y cubrir para sí y para su familia las necesidades básicas. En
efecto, del “Informe Médico-Psiquiátrico” de fecha 8 de febrero de 2002, elaborado por
la Doctora Luisa Lugo e inserto a los folios 81 y 82, se desprende que el accionante
posee cicatrices en la cara, tórax, abdomen y miembros inferiores, disminución de la
capacidad visual del ojo izquierdo, cuadros depresivos recurrentes, inseguridad,
desesperanza y baja autoestima, lo cual afecta su capacidad para efectuar cualquier
labor que le proporcione un ingreso que le asegure la manutención de él y la de su
familia.

Desde la anterior perspectiva, en este caso en particular, tomando en cuenta la


situación del actor así como las circunstancias que rodearon el caso, y en atención a los
postulados constitucionales contenidos en los artículos 89 y 87, conforme a los cuales
“El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado. La ley dispondrá lo
necesario para mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales de los
trabajadores (…)”; y “Toda persona tiene derecho al trabajo y el deber de trabajar. El
Estado garantizará la adopción de medidas necesarias a los fines de que toda persona
pueda obtener ocupación productiva que le proporcione una existencia digna y
decorosa y le garantice el pleno ejercicio de este derecho”; considera la Sala que por
razones humanitarias resulta justo acordar al demandante una asignación mensual que
debe ser pagada por la sociedad mercantil demandada a favor del accionante, por el
equivalente a treinta (30) unidades tributarias. Así se declara.

Ahora bien, como quiera que en el libelo de la demanda fue solicitada la


indexación de la cantidad reclamada por concepto de daño material, es necesario
señalar, que ha sido criterio reiterado de este Alto Tribunal conceder la corrección
monetaria de las obligaciones demandadas cuando éstas tienen por objeto una
obligación de valor. En este sentido, ha señalado la Sala que “la indexación judicial es
la actualización del valor de la moneda que se ha depreciado por el transcurso del
tiempo, la cual se ajusta en caso de obligaciones de valor”. (Vid. entre otras, sentencia
N° 00611, del 29 de abril de 2003).

En el caso bajo estudio, las obligaciones demandadas tienen por objeto,


ciertamente, una obligación de valor; por tanto, encuentra la Sala que resulta procedente
la petición de corrección monetaria formulada por el actor. En consecuencia, se ordena
la práctica de una experticia complementaria del fallo, de conformidad con lo
establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, que deberá realizarse
de la siguiente manera:

        Con relación al monto de los abonos realizados por el demandante a la


Fundación Salud y Ciencia por un total de Setecientos Mil Bolívares (Bs.
700.000,00), la indexación deberá efectuarse tomando en cuenta el valor de la
moneda para la fecha en que se efectuó cada pago, esto es, (i) el 26 de junio de
1992 la suma de Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00; (ii) el 24 de julio de
1992 la cantidad de Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00) y; (iii) el 23 de
septiembre de 1992 la suma de Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00); hasta el
momento de la publicación de esta decisión.

        En lo que respecta a la intervención quirúrgica para la extracción de catarata en


el ojo izquierdo del actor, que asciende a la suma de Dos Millones de Bolívares
(Bs. 2.000.000,00), deberá tomarse en cuenta el valor de la moneda para el
momento de la emisión del presupuesto, esto es el 29 de mayo de 2002, hasta la
fecha de publicación de este fallo.

A los fines de efectuar el cálculo de las cantidades antes señaladas, se requerirá


la colaboración del Banco Central de Venezuela a los fines de su realización, sobre la
base del promedio de la tasa pasiva anual de los seis (06) primeros bancos comerciales
del país. Así se declara.

Finalmente, no puede pasar inadvertido para esta Sala el gran número de


demandas que cada año son incoadas por las víctimas de los accidentes ocurridos con
ocasión del funcionamiento de las empresas prestadoras de servicio eléctrico. En este
sentido, se hace un llamado de atención para que dichas empresas -ahora fusionadas en
CADAFE- tomen las previsiones necesarias para mantener frente a los ciudadanos, los
niveles de seguridad adecuados en las referidas instalaciones, con miras a evitar hechos
tan lamentables como el de autos.
VII
DECISIÓN

Atendiendo a los razonamientos antes señalados, esta Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la Ley, declara PARCIALMENTE CON LUGAR la
demanda por indemnización de daños materiales incoada por el ciudadano AUGUSTO
NUNES REVENRENDO DE PINHO, contra la sociedad mercantil COMPAÑÍA
ANÓNIMA DE ADMINISTRACIÓN Y FOMENTO ELÉCTRICO (CADAFE).

En consecuencia, se condena a la COMPAÑÍA ANÓNIMA DE


ADMINISTRACIÓN Y FOMENTO ELÉCTRICO (CADAFE), a pagar al
ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, los siguientes conceptos:

1.- La cantidad de DOS MILLONES SETECIENTOS MIL BOLÍVARES


(Bs. 2.700.000,00), por concepto de daño material.

2.- Una asignación mensual por la cantidad equivalente a TREINTA (30)


UNIDADES TRIBUTARIAS.

Asimismo, se declara PROCEDENTE la corrección monetaria solicitada, en los


siguientes términos:

        Con relación al monto de los abonos realizados por el demandante a la


Fundación Salud y Ciencia por un total de Setecientos Mil Bolívares (Bs.
700.000,00), la indexación deberá efectuarse tomando en cuenta el valor de la
moneda para la fecha en que se efectuó cada pago, esto es, (i) el 26 de junio de
1992 la suma de Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00; (ii) el 24 de julio de
1992 la cantidad de Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00) y; (iii) el 23 de
septiembre de 1992 la suma de Cien Mil Bolívares (Bs. 100.000,00); hasta el
momento de la publicación de esta decisión.

        En lo que respecta a la intervención quirúrgica para la extracción de catarata en


el ojo izquierdo del actor, que asciende a la suma de Dos Millones de Bolívares
(Bs. 2.000.000,00), deberá tomarse en cuenta el valor de la moneda para el
momento de la emisión del presupuesto, esto es el 29 de mayo de 2002, hasta la
fecha de publicación de este fallo.

En consecuencia, se requerirá la colaboración del Banco Central de Venezuela a


los fines de la realización de una experticia complementaria del fallosobre la base del
promedio de la tasa pasiva anual de los seis (6) primeros bancos comerciales del país.

Se niega la condenatoria en costas solicitada en el libelo de demanda, por cuanto


no hubo un vencimiento total en este juicio.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Notifíquese a las partes. Cúmplase lo


ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintiocho (28) días
del mes de febrero del año dos mil siete (2007). Años 196º de la Independencia y 148º
de la Federación.
 
La Presidenta - Ponente
EVELYN MARRERO ORTÍZ
La
Vicepresident
a
YOLANDA
JAIMES
GUERRERO
 
Los Magistrados,
LEVIS IGNACIO ZERPA                                             
 
HADEL MOSTAFÁ PAOLINI
 
EMIRO GARCÍA ROSAS
 
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN
En primero (01) de marzo del año dos mil siete, se publicó y registró la anterior
sentencia bajo el Nº 00345.
La Secretaria,
                                                                                              SOFÍA YAMILE
GUZMÁN
 

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