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EXP. Nº 2002-0702
Mediante Oficio Nº 721 del 1° de agosto de 2002, el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, remitió a esta Sala el expediente contentivo
de la demanda por indemnización de daños materiales incoada por el abogado Pedro
López Navarro, inscrito en el INPREABOGADO bajo el N° 2.330, actuando con el
carácter de apoderado judicial del ciudadanoAUGUSTO NUNES REVENRENDO
DE PINHO, portugués, mayor de edad y titular de la cédula de identidad Nº
80.112.116, contra la sociedad mercantil COMPAÑÍA ANÓNIMA DE
ADMINISTRACIÓN Y FOMENTO ELÉCTRICO (CADAFE), inscrita en el
Registro Mercantil de la Primera Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, el 27 de octubre de 1958, bajo el N° 20, Tomo 33-A.
El 7 de agosto de 2002 se dio cuenta en Sala y, por auto de igual fecha se
designó Ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpa, a los fines de decidir la declinatoria
de competencia.
Por sentencia de fecha 9 de octubre de 2002, esta Sala aceptó la competencia
declinada por el Tribunal remitente y ordenó enviar el expediente al Juzgado de
Sustanciación.
En fecha 22 del mismo mes y año, la parte actora presentó escrito rechazando la
oposición presentada por la parte demandada.
El 7 de agosto de 2003 ambas partes acordaron suspender la causa, desde esa
fecha hasta el día 11 de septiembre del mismo año, ambos inclusive.
Por auto de fecha 12 de agosto de 2003, el Juzgado de Sustanciación de esta Sala
acordó la suspensión de la causa, desde el 7 de ese mes y año hasta el 11 de septiembre
de 2003, en los términos en que lo solicitaron las partes.
Mediante decisión de fecha 16 de diciembre de ese año, esta Sala declaró sin
lugar la apelación interpuesta por la representación judicial de la parte demandada.
ANTECEDENTES
Por auto del 18 de junio de 2002, el referido Juzgado admitió la demanda cuanto
ha lugar en derecho, ordenó emplazar a la sociedad mercantil demandada a los fines de
la contestación y acordó notificar a la Procuraduría General de la República.
Por decisión de fecha 4 de julio de 2002, el Juzgado Segundo del Municipio
Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón se declaró incompetente para
conocer de la causa por razón de la cuantía y acordó remitir el expediente al Juzgado de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón.
DE LA DEMANDA
Afirma el apoderado actor, que en virtud de las labores que desempeñaba su
mandante, procedió a acoplar el camión de transporte de ganado al embarcadero de la
vaquera de dicho fundo, con el objeto de desmontar seis cabezas de ganado.
Indica, que al subir a dicha manga para levantar la reja del camión y permitir el
desembarque del ganado que transportaba su representado, sucedió un hecho
lamentable, pues entró en un campo ionizado o energizado de la línea eléctrica de alta
tensión que pasa justo por encima del embarcadero o manga y fue atraído por el fluido
eléctrico, produciéndose el contacto de su mandante con el conductor eléctrico y
recibiendo una fuerte descarga eléctrica.
Aduce, que en razón de lo sucedido fue trasladado a la emergencia del Hospital
Universitario Alfredo Van Grieten de la ciudad de Coro, pero dada la gravedad de las
quemaduras sufridas fue remitido a la Unidad de Caumatología del Hospital Coromoto
de la ciudad de Maracaibo, donde le diagnosticaron “quemaduras de I, II y
II (sic) grado en la cara, cuello, tórax, abdomen anterior y miembros inferiores en un
cuarenta por ciento (40%) de su superficie corporal”.
Que, por las quemaduras sufridas “recibió tratamiento médico que comprendió:
antibiótecoterapia, analgésicos, fluidoterapia, argiroterapia, nutrición, neurocirugía y
el correspondiente tratamiento quirúrgico para curación de quemaduras como son:
escarectomía tangencial, injerto heterólogos, injerto cutáneo antólogo, colgajo
fasciocutáneo, autólogo en cuero cabelludo; presentando hipertrofia cicatricial en
labio superior, requiriendo una intervención quirúrgica en la nariz, conforme se
evidencia del Informe Médico que firma el Dr. Rafael Soto Matos”.
Señala el apoderado actor, que el accidente fue consecuencia del hecho ilícito
causado por la sociedad mercantil Compañía Anónima de Administración y Fomento
Eléctrico (CADAFE), por su imprudencia, negligencia e impericia; por la violación de
las normas contenidas en el Código Nacional de Seguridad e Instalaciones de
Suministro de Energía y Comunicaciones COVENIN 734, las cuales disponen
expresamente la altura a la que deben encontrarse las instalaciones de líneas eléctricas
de alta tensión.
Expresa, que los gastos hospitalarios efectuados entre los meses de junio y julio
del año 1992, ascienden a la cantidad de Quince Millones Ochocientos Sesenta y Cinco
Mil Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con Quince Céntimos (Bs. 15.865.379,15),
los cuales se encuentran especificados en el folio 7 y su vuelto. Igualmente, señala, que
dichos gastos debían ser indemnizados con su correspondiente corrección monetaria por
causa de la inflación.
Alega, de conformidad con el artículo 1.193 del Código Civil, que la sociedad
mercantil Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE)
siendo el guardián del cable de alta tensión, era responsable del daño causado. De igual
forma, indica, de acuerdo a lo establecido en el artículo 1.185 eiusdem, que la
demandada está obligada a reparar el daño por haber actuado en forma imprudente al
instalar los cables.
Expresa, que “en el presente caso, se dan todos los elementos configurativos del
hecho ilícito a saber: a) El incumplimiento de una conducta preexistente de carácter
expreso, como lo es, haber seguido las Normas del Código Nacional de Seguridad en
Instalaciones de Suministros de Energía Eléctrica y de Comunicaciones; b) Que dicho
incumplimiento es culposo, por negligencia o imprudencia; c) El carácter ilícito del
incumplimiento; d) El daño directo: esto es, que el daño es el efecto directo del
cumplimiento (sic) culposo, causalidad ésta que puede ser física o jurídica, donde se
supone la culpa del civilmente responsable, como lo es el guardián de la cosa”. En
consecuencia, afirma, de conformidad con lo previsto en el artículo 1.196 del Código
Civil, que existe la obligación del causante del daño a repararlo.
4. Factura marcada como A-1, emitida por la Fundación Salud y Ciencia por la
cantidad de Un Millón Setecientos Cuarenta Mil Quinientos Cincuenta y Cuatro
Bolívares con Diez Céntimos (Bs. 1.740.554,10).
8. Factura distinguida como A-7, emitida por la Fundación Salud y Ciencia por la
cantidad de Un Millón Seiscientos Seis Mil Quinientos Veintitrés con Quince
Céntimos (Bs. 1.606.523,15).
Por otro lado, señaló, para el caso de ser desechada la defensa antes mencionada,
que opone como defensa el hecho de la víctima establecido en el artículo 1.189 del
Código Civil, “por cuanto si bien no se exonera de responsabilidad al guardián de la
cosa, (…) la responsabilidad civil se disminuye en la medida en que la víctima
contribuye en su producción, y es evidente que el ciudadano AUGUSTO NUNES
REVENRENDO DE PINHO, ejecutó una maniobra imprudente que contribuyó en
forma decisiva a la producción del hecho y sus consecuencias”.
Finalmente, solicita se declare sin lugar le demanda incoada y que el actor sea
condenado en costas.
IV
DE LAS PRUEBAS
1.3.- Copias fotostáticas del informe técnico del Ingeniero Electricista Jacobo
Jesús Penso, realizado en fecha 11 de noviembre de 1992, las cuales constan de los
folios 28 al 38 de la primera pieza del expediente. (Identificado con la letra D).
Ahora bien, observa la Sala que las documentales señaladas en los puntos 1.5,
1.6, 1.7, 1.8, 1.9 y 1.10 fueron impugnadas por el apoderado judicial de la parte
accionada al momento de la contestación de la demanda.
1.13.- Copias fotostáticas del informe psiquiátrico suscrito por la Doctora Luisa
Lugo González, de fecha 8 de septiembre de 2002, donde se deja constancia del estado
psíquico del accionante, el cual cursa a los folios 81 y 82 de la primera pieza del
expediente y se identifica con la letra B-3.
2.1.- Produjo, en original, la protocolización de las copias certificadas del libelo
de demanda y del auto emanado del Juzgado Segundo del Municipio Miranda de la
Circunscripción Judicial del Estado Falcón, las cuales quedaron registradas ante la
Oficina Subalterna de Registro del Municipio Colina del Estado Falcón, en fecha 20 de
junio de 2002, anotado bajo el N° 11, de los folios 65 al 83, Protocolo Primero, Tomo
II, cursa en la primera pieza del expediente de los folios 192 al 211.
2.2.- La prueba de testigos de los ciudadanos Ufrank Herrera (folios 214 y 215),
César Ventura (folios 216 y 217), Eulalio Ramón Revilla (folios 219 y 220), Humberto
Jesús Reyes Ordoñez (folios 228, 229 y 230), Noel Ramón Millán Aguilar (folios 232 al
235), Aldro Stalyn Reyes Calatayud (folios 236 al 239) y Efrén Chirino (cuyo acto se
declaró desierto, pues no compareció), todos domiciliados en la ciudad de Coro, estado
Falcón, con “(…) el objeto de demostrar los hechos alegados en la demanda”. Todas en
la segunda pieza de este expediente.
Sin embargo, al examinar la Sala las declaraciones de todos los ciudadanos que
comparecieron a los actos de evacuación de las pruebas de testigos, se aprecia que éstos
no estuvieron siempre presentes en los distintos hechos que quiere demostrar el actor,
sino que tienen conocimiento de éstos por comentarios y no porque los hayan visto u
oído directamente, por lo que, esta Sala los toma como testigos referenciales.
Ahora bien, para poder valorar dichas pruebas de testigos será preciso
determinar si se encuentran respaldadas o no por otras pruebas, de conformidad con lo
previsto en el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil.
2.6.- Solicitó la citación del Ingeniero Eléctrico Jacobo Jesús Penso, a los fines
de que ratificara el Informe Técnico y Levantamiento Topográficorealizado en el sitio
donde ocurrió el accidente
En este sentido, observa la Sala que dicho informe se trata de un documento
privado emanado de un tercero que no fue ratificado por el prenombrado ciudadano, de
conformidad con lo establecido en el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil,
por lo que no le otorga valor probatorio.
2.7.- Igualmente, solicitó la citación del Doctor Rafael Soto Matos a los fines de
que ratificara el Informe Médico del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del
Hospital Coromoto, de fecha 20 de enero de 1993.
2.8.- Solicitó se citara a la Doctora Luisa Lugo González a los fines de que
ratificara el Informe Psiquiátrico del 8 de septiembre de 2002, consignado en autos en
el momento de interposición de la demanda, y así como el producido con el escrito de
promoción de pruebas de fecha 3 de marzo de 1993. La ratificación hecha por la
referida ciudadana de los documentos antes mencionados corre inserta en los folios 243
al 245 de la segunda pieza del expediente.
Ahora bien, observa la Sala en primer lugar, que el referido documento fue
impugnado por el apoderado judicial de la parte demandada al momento de la
contestación de la demanda y, en segundo lugar, que dicho presupuesto no fue ratificado
por el prenombrado ciudadano conforme a lo dispuesto en el artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, por lo cual esta Sala no le otorga valor probatorio.
2.10.- Asimismo, solicitó la citación del Doctor Castor González a los fines de la
ratificación del presupuesto de la Clínica San Juan Bosco, N° 000147, del 29 de mayo
de 2002, emitido por éste, donde se establece el monto de la intervención quirúrgica del
ojo izquierdo por cataratas producidas con ocasión del accidente, el cual asciende a Dos
Millones de Bolívares (Bs. 2.000.000,00). La declaración del referido médico consta del
folio 247 al 249 de la segunda pieza del expediente.
En este sentido, aprecia la Sala que el mencionado documento fue impugnado
por la representación judicial de la parte demandada. Sin embargo, delActa de
Declaración del referido médico, se observa que se dejó constancia de que el Doctor
Castor González tuvo a la vista el presupuesto consignado por el apoderado judicial del
actor y ratificó en todas sus partes su contenido, tal como lo establece el artículo 431 del
Código de Procedimiento Civil; razón por la cual la Sala le otorga pleno valor
probatorio al documento.
2.11.- Prueba de informes, de conformidad con el artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil, a fin de que la Fundación Salud y Ciencia de la ciudad de
Maracaibo, informara acerca de los pagos efectuados por el accionante en virtud de la
asistencia médico-quirúrgica y suministro de medicinas en los meses de junio y julio de
1992, específicamente, “sobre la veracidad de las facturas que en fotocopia se
acompañarón (sic) al libelo de la demanda”.
2.12.- Prueba de informes, de conformidad con el artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil, a los fines de que la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria
Santa Rita S.R.L., diera a conocer las labores comerciales que realizaba el accionante
como intermediario entre dicha empresa y la sociedad mercantil COALCA, C.A.,
específicamente, la contraprestación mensual. Asimismo, solicitó se citara al ciudadano
Manuel María Da Silva, en su condición de Director de la sociedad mercantil
Inversiones Agropecuaria Santa Rita S.R.L.
PUNTO PREVIO
Así, aprecia la Sala el contenido del artículo 1.977 de Código Civil el cual
dispone lo siguiente:
“Artículo 1.977: Todas las acciones reales se prescriben por veinte
años y las personales por diez, sin que pueda oponerse a la
prescripción la falta de título ni de buena fe, y salvo disposición
contraria de la Ley. (…)” (Subrayado de esta Sala).
Sobre este particular, aprecia la Sala que el accidente sufrido por el demandante
sucedió en fecha 21 de junio de 1992, y la demanda fue interpuesta el 14 de junio de
2002 ante el Juzgado (Distribuidor) del Municipio Miranda de la Circunscripción
Judicial del Estado Falcón “(…) de conformidad con el articulo (sic) 1969 del Código
Civil a objeto de impedir el curso de la prescripción (…)”.
Ahora bien, el artículo 1.969 del Código Civil refiriéndose a la prescripción,
señala lo siguiente:
“Artículo 1.969: Se interrumpe civilmente en virtud de una
demanda judicial, aunque se haga ante un Juez incompetente, de
un decreto o de un acto de embargo notificado a la persona
respecto de la cual se quiere impedir el curso de la prescripción, o
de cualquiera otro acto que la constituya en mora de cumplir la
obligación. Si se trata de prescripción de créditos, basta el cobro
extrajudicial.
Para que la demanda judicial produzca interrupción, deberá
registrarse en la Oficina correspondiente, antes de expirar el lapso
de prescripción, copia certificada del libelo con la orden de
comparecencia del demandado, autorizada por el Juez, a menos
que se haya efectuado la citación del demandado dentro de dicho
lapso”. (Subrayado de esta Sala).
Con respecto a las normas antes transcritas, observa la Sala que corre inserto del
folio 192 al 211 de la primera pieza del expediente, la protocolización realizada en
fecha 20 de junio de 2002 ante la Oficina Subalterna de Registro del Municipio Colina
del Estado Falcón, de las copias certificadas del libelo de demanda y del auto emanado
del Juzgado Segundo del Municipio Miranda de la Circunscripción Judicial del Estado
Falcón, mediante el cual se admitió la demanda y se ordenó el emplazamiento de la
parte demandada, quedando éstas anotadas bajo el N° 11, de los folios 65 al 83,
Protocolo Primero, Tomo II.
Por las razones antes expuestas, esta Sala declara improcedente la solicitud de
prescripción de la acción opuesta por la sociedad mercantil Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE). Así se decide.
VI
Así, en aplicación de los requisitos antes mencionados al caso que bajo estudio,
para declarar la responsabilidad extracontractual de la sociedad mercantil Compañía
Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) es necesario verificar: (i)
la existencia de daños materiales derivados del accidente sufrido por el actor; (ii) que
éstos hayan sido causados por el tendido eléctrico que atraviesa el Fundo Agropecuario
“La Palma”; y (iii) que el referido daño le sea imputable a la sociedad mercantil
demandada, en virtud de ser ésta el guardián del tendido eléctrico.
1. Con relación al daño emergente, el actor lo estima por un monto de Quince
Millones Ochocientos Sesenta y Cinco Mil Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con
Quince Céntimos (Bs. 15.865.379,15), y lo especifica de la siguiente manera:
“En efecto el daño material emergente sufrido por AUGUSTO
NUNES REVERENDO (sic) PINHO estimado en forma
conservadora es como sigue:
Pago efectuado al (sic) Fundación Salud y Ciencia
(Hospital Coromoto) en fecha 13/07/92, según
factura marcado “A1..............................................Bs: 1.740.554.10
Pago efectuado al (sic) Fundación Salud y Ciencia
(Hospital Coromoto) en fecha 16/07/92, según
factura marcado “A2”…………………….......…….Bs: 1.943.900.70
Pago de letra de Cambio emitida a favor de Fun-
dación Salud y Ciencia, en fecha 28/08/92, marca-
do “A3”……………………………………......……….Bs: 406.523.15
Recibo de Fundación Salud y Ciencia, en fecha
23/09/92, marcado “A3” (sic)……....…………...….Bs: 100.000.00
Pago de Recibo a la Fundación Salud y Ciencia
en fecha 24/07/92, marcado “A5”…..…….….…….Bs: 100.000.00
Pago a la Fundación Salud y Ciencia, según recibo
Nro: 471966, en fecha 26/06/92, marcado “A6”…Bs: 500.000.00
Factura de la Fundación Salud y Ciencia, de fecha
24/07/92, marcado “A7”………………...………….Bs: 1.606.523.15
Factura Nro: 12.133 de Manufactura Textil Coolly,
C.A, (prendas anticicatriz) de fecha 07/09/92 mar-
cado “A7”…………………………..………………….Bs: 17.202.00
Pagos médicos (sic) efectuados por [su] mandante que tota-
lizan la cantidad de………………………….……….Bs: 6.508.179.95
Tales gastos hospitalarios efectuado (sic) por [su] mandante entre
los meses de Junio y Julio del año 1992, deben ser indemnizados
con su correspondiente corrección monetaria por causa de
inflación.
Asimismo [su] mandante requiere de inmediato el siguiente
tratamiento medico (sic) quirúrgico y psicoterapéutico:
1- Reconstrucción de cara, según presupuesto
de Clínica Guadalupe en Coro (Dr; Roberto
Grard), anexo “B1”………..………………………...Bs: 4.357.200.00
2- Intervención quirúrgica de ojo izquierdo pa-
ra para (sic) la extracción de catarata producto de
accidente eléctrico, según presupuesto de la
Clínica San Bosco de Coro, (Oftalmólogo Dr:
Castor González) que acompaño anexo mar-
do (sic) “B2”………………………………………….Bs: 2.000.000.00
3- Tratamiento psicoterapeutico (sic) prescrito por la
Dra: Luisa Lugo González, Psiquiatra – Psicote-
rapeuta, según informe que anexo marcado “B3”
que se estima en………………………………………Bs: 3.000.000.00
En total, el monto estimado por el tratamiento
Medico (sic) a efectuarse es la cantidad de….…...Bs: 9.357.200.00
En resumen el daño material emergente totalizan (sic) en general
la cantidad de Quince Millones Ochocientos Sesenta y Cinco Mil
Trescientos Setenta y Nueve Bolívares con Quince Céntimos (Bs.
15.865.379,15)”.
Por otro lado, en lo que se refiere al anexo marcado B-1, se trata de un
presupuesto de fecha 30 de mayo de 2002, emitido por el Dr. Roberto Grand de la
Clínica Virgen de Guadalupe en Coro, donde se refleja el costo de una intervención
quirúrgica de reconstrucción de la cara que asciende a la cantidad de Cuatro Millones
Trescientos Cincuenta y Siete Mil Doscientos Bolívares (Bs. 4.357.200,00); sin
embargo, dicho presupuesto no fue ratificado por el mencionado médico, tal como lo
dispone el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil; en consecuencia, tampoco
procede dicha reclamación. Así se declara.
Ahora bien, con relación al anexo marcado B-2, que corresponde al presupuesto
de fecha 29 de mayo de 2002, relativo a la intervención quirúrgica para la extracción de
catarata en el ojo izquierdo del actor, emitido por el Dr. Castor González de la Clínica
San Juan Bosco, y que asciende a la suma de Dos Millones de Bolívares (Bs.
2.000.000,00); aprecia la Sala que este presupuesto fue ratificado por el referido médico
en fecha 2 de febrero de 2004, y corre inserto a los folios 247 al 249 de la segunda pieza
del expediente.
En conexión con lo anterior, observa la Sala que, en el caso bajo examen, el
accidente sufrido por el ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho le produjo
graves lesiones corporales, las cuales -según informe médico- son consecuencia directa
del accidente y deben ser tratadas a través de sucesivas intervenciones quirúrgicas y
tratamientos médicos periódicos, tal como quedó sentado en la sentencia N° 00593 de
esta Sala del 10 de abril de 2002, mediante la cual se declaró con lugar la demanda por
indemnización de daño moral interpuesta por el actor con ocasión del accidente sufrido.
De allí, efectivamente, se desprende que ciertas lesiones sufridas por el demandante
ameritaban intervenciones quirúrgicas posteriores.
En este orden de ideas, aprecia la Sala, que aun cuando el actor no haya
realizado erogación alguna con respecto a la operación quirúrgica calculada mediante
el presupuesto de la Clínica San Juan Bosco, N° 000147, del 29 de mayo de 2002,
ratificado por el Doctor Castor González, cuya declaraciónconsta en los folios 247 al
249 de la segunda pieza del expediente; la referida operación forma parte de las
indicaciones médicas sucesivas que debe seguir el demandante con ocasión del
accidente sufrido, para que su situación -entiéndase su salud física y mental- pueda en
algún grado equipararse a aquella en la cual se encontraba antes del acaecimiento del
hecho dañoso. (Vid. sentencia de esta Sala N° 05819 del 5 de octubre de 2005).
Así, en aras de garantizar la tutela judicial efectiva, esta Sala debe declarar
procedente la reclamación por daño emergente en lo relativo al presupuesto de la
intervención quirúrgica, ratificado en autos, el cual asciende a la cantidad de Dos
Millones de Bolívares (Bs. 2.000.000,00). Así se declara.
En lo referente al anexo marcado B-3, éste corresponde a un Informe
Médico emitido el 8 de febrero de 2002 por la Doctora Luisa Angélica Lugo González,
médico psiquiatra, del cual se evidencian los trastornos emocionales sufridos por el
ciudadano Augusto Nunes Revenrendo de Pinho, como consecuencia de las
deformaciones corporales ocasionadas por el accidente. La ratificación de este informe
corre inserta del folio 243 al 245 de la segunda pieza del expediente; sin embargo,
aprecia la Sala de dicho Informe, que éste evidencia el estado psíquico del actor mas no
el costo que comporta dicho tratamiento psiquiátrico. Por tal circunstancia, dada la
ausencia de prueba respecto al costo del tratamiento efectuado se desestima este gasto,
igualmente, reclamado en la demanda. Así se declara.
En otro orden de ideas, corren insertas en la segunda pieza del expediente las
testimoniales de los ciudadanos Ufrank Herrera (folios 214 y 215), César Ventura
(folios 216 y 217), Eulalio Ramón Revilla (folios 219 y 220), Humberto Jesús Reyes
Ordoñez (folios 228 al 230), Noel Ramón Millán Aguilar (folios 232 al 235) y Aldro
Stalyn Reyes Calatayud (folios 236 al 239), de las cuales se desprende que el
demandante tuvo que realizar ciertos pagos e incluso pedir préstamos personales para
cubrir los gastos médicos y servicios prestados por la Unidad de Caumatología del
Hospital Coromoto de Maracaibo.
Ahora bien, debe señalarse que según el artículo 1.273 del Código Civil, el lucro
cesante constituye la ganancia que dejó de percibir la víctima por causa del hecho
dañoso. En virtud de ello, debe existir un nexo de causalidad entre el hecho dañoso y el
daño sufrido. Así, para otorgar el lucro cesante, deben constar en autos dos
circunstancias: (i) el trabajo que desempeñaba el actor para la fecha del accidente; y (ii)
el salario que hubiese podido devengar para ese momento.
Según prueba de informes -que corre inserta a los folios 60 y 61 de la segunda
pieza del expediente- emitida en fecha 13 de noviembre de 2003, el ciudadano Manuel
María Da Silva, en su carácter de representante de la sociedad mercantil Inversiones
Agropecuaria Santa Rita S.R.L., hizo del conocimiento de esta Sala la ganancia
promedio mensual que percibía el actor en sus labores comerciales como intermediario
entre la referida empresa y la sociedad mercantil Coalca, C.A., la cual ascendía a la
cantidad de Doscientos Ochenta Mil Trescientos Treinta y Tres Bolívares (Bs.
280.333,00) por concepto de comisión de compra-venta de ganado.
En conexión con lo anterior, aprecia la Sala que, en el caso bajo examen,
el Informe suscrito por el ciudadano Manuel María Da Silva, en su carácter de
representante de la sociedad mercantil Inversiones Agropecuaria Santa Rita S.R.L., no
resulta suficiente para que se den por demostrados los requisitos o circunstancias
anteriormente señalados para declarar procedente la reclamación por lucro cesante.