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Profesor: Estudiantes:
Dr. Jose Ernesto Ivkovic Mairobys Mora C.I:13.951.872.
INTRODUCCIÓN
Para empezar, la filosofía del Derecho se distingue de la ciencia es decir que está
estudia el derecho en particular, derecho positivo de un cierto pueblo y en un momento
determinado, de esta manera podemos asegurar que la filosofía del Derecho es aquella
disciplina que define el concepto del Derecho.
1) lógica del Derecho: no puede consistir en una declaración verbal, ni en una intuición
aproximada, debe ser preciso.
Es significativo decir que la filosofía jurídica fue designada durante muchos siglos como
la ( ciencia del derecho natural) está denominación genérica abarca doctrinas que admiten la
idea del derecho natural, también es cierto que en el derecho natural se han manifestado
diferencias notables entre sus mismos defensores, pero no menos cierto que las
conclusiones alcanzadas por las diferentes escuelas son, en general bastante similares.
B) Ontología jurídica: habla de fijar el ser del derecho, es decir cuál será el objeto sobre
el que se va a filosofar; note que este objeto es anterior al conocimiento que se le aplica, es
decir, tiene una realidad propia antes de ser estudiado. La ontología jurídica obtendrá un
concepto del derecho que servirá como base para una reflexión filosófica posterior.
Hay varios criterios para distinguir correctamente entre derecho y moral. El derecho no
es coercitivo por naturaleza, pero tiene las características de la coerción, mientras que la
moral no es coercitiva. Sin embargo, la distinción más obvia entre ambos conceptos proviene
de la individualidad de la moral y la alteridad del derecho. El derecho regula el
comportamiento de los seres humanos como seres sociales que viven en sociedad y actúan
al margen de los demás. Como norma jurídica, el derecho se caracteriza por su aplicabilidad
y su alteridad.
Es importante destacar que los Padres de la Iglesia, sin perjuicio de extraer del
Decálogo y del Evangelio los principios supremos del Derecho natural, recogieron también en
este punto, en gran par te, las doctrinas de los juristas romanos, que, a su vez, reflejan las (le
los grandes filósofos griegos. Puede decirse, por consiguiente ., que los elementos
esenciales del pensamiento clásico no se perdieron jamás, a pesar de la revolución operada
por el Cristianismo, y que, incluso, recibieron de éste nueva vida. Así se mantuvo la noción
de la lex naturae, concebida como emanación de la voluntad y de la sabiduría divinas . En
este sentido sobresalen, dentro de la Patrística, las reflexiones de Lactancio, San Ambrosio y
San Agustín. Especialmente éste tiene relevante importancia, entre otras cosas, por su obra
De civitate Dei, primer gran ensayo de Filosofía de la historia desde el punto de vista
cristiano.
Distinguió tres órdenes de leyes la lex aeterna, es decir, la razón divina que gobierna al
mundo (ratio divinae sapientiac) y que nadie, salvo Dios y los bienaventurados, puede
conocer enteramente en sí misma ; la lex naturalis, que, en cambio, es directamente
cognoscible por los hombres mediante la luz de la razón, en cuanto que es una participación
(le la ley eterna en la criatura racional, según su propia capacidad ; y la lex humaira,
invención del hombre, mediante la cual la mente humana, arran- cando de los principios de la
ley natural, procede a sus aplicaciones particulares, «per modum conclusionum» o «per
modum determinationis».
Según Santo Tomás, la lex humana, o lo que es lo mismo, las leyes del Estado, deben
ser obedecidas, aunque no tiendan, como deben tender, al bien común con tal de que no
'impliquen una violación de la lex divina, como ocurriría, por ejemplo, con la leyque impusiese
la obligación de un culto falso. Quedaba (le este modo reafirmada la supremacía de la Iglesia
sobre el Estado y también la del Derecho natural sobre el Derecho positivo. En adelante se
producirían numerosas disputas acerca de las relaciones entre la Iglesia y el Estado y más
en general sobre los fun- (lamentos de la validez de las leyes y de la autoridad de los gober
nantes . Según una cierta concepción, Dios habría dado directamente la potestad espiritual al
Papa y la temporal al Emperador (considerado como heredero legítimo del dominio de Roma)
según otra concepción, en cambio, ambas potestades habrían sido conferidas al Papa, de
quien el Emperador recibía el poder temporal, pero quedando en un nivel, al menos virtual,
de subordinación. La primera de esas dos concepciones fue sostenida, entre otros, por Dante
Ali_ghieri y por Marsilio de Padua ; la segunda por Egidio Romano, Jaime de Viterbo, Agustín
Trionfo, etc.
Dichos individuos, en cuanto que su conducta es regulada por las normas jurídicas,
pueden ser llamados «sujetos jurídicos».los sujetos jurídicos, los individuos cuya conducta es
regulada por el derecho, son ante todo los seres humanos adultos y normales. Éstos son los
sujetos jurídicos más típicos. Mas también son sujetos jurídicos, aunque no tan típicos, los
seres humanos que no son adultos, así como los seres humanos cuyo estado físico habitual
no es el normal por enfermedad, discapacidad, etc. pero entre los sujetos jurídicos figuran
también individuos o entidades que no son seres humanos: asociaciones (por ejemplo, una
asociación de amigos de la música), órganos (como un parlamento), organismos (como el
Banco de España), instituciones (como las universidades), fundaciones, sociedades,
municipios, unidades familiares, comunidades de propietarios, etcétera.
las observaciones precedentes pueden ser continuadas por varias vías:una de ellas
comienza con la observación de que existen normas jurídicas que califican a algunos de los
sujetos jurídicos atípicos que han sido citados como personas jurídicas (por tanto, y dicho
sea incidentalmente, dado que ninguno de esos sujetos jurídicos atípicos es una ficción o
una entidad ficticia, la tesis de que las personas jurídicas son ficciones debería ser
abandonada).
Este otro punto de vista destaca los hechos siguientes:por un lado, todos los sujetos
jurídicos actúan para conseguir ciertos fines, que varían de unos sujetos jurídicos a otros, y
desarrollan su vida o actividad en un entorno constituido por circunstancias de tipo diverso:
físicas, biológicas, geográficas, económicas, culturales, etc. Estas circunstancias, así como
los fines que los sujetos jurídicos persiguen, influyen en el contenido de las normas jurídicas.
Por ejemplo, si las leyes biológicas permitieran a los seres humanos subsistir por sí solos
desde su nacimiento o a partir de los primeros meses de vida, las diferentes normas jurídicas
que pretenden proteger a los menores serían innecesarias; y si uno de nuestros fines fuera
conseguir la destrucción de nuestra propia especie dichas normas serían incluso
contraproducentes. Mas dado que deseamos la continuación de nuestra especie y además
los seres humanos recién nacidos o con pocos meses de vida no pueden subsistir por sí
solos, la creación de normas jurídicas que los protejan es necesaria para conseguir dicha
finalidad. por otro lado, una vez creadas, las normas jurídicas influyen en los sujetos
jurídicos, cuya conducta es regulada por dichas normas.
Estas breves observaciones son suficientes para poner de relieve que las normas
jurídicas están situadas en una posición intermedia: a un lado, están aquellas circunstancias
y fines que condicionan el contenido de las normas jurídicas; al otro lado, están las
conductas de los sujetos jurídicos realizadas por influencia de las normas jurídicas. En un
sentido muy lato, se puede decir que dichas circunstancias y fines son causas de las normas
jurídicas; mientras que las conductas influidas por las normas jurídicas son efectos de éstas.
Estas ideas fueron sintetizadas por K. O al decir que las normas jurídicas son
eslabones en cadenas de causas y efectos: las normas jurídicas son efectos producidos por
ciertas causas, pero a la vez son causas productoras de ciertos efectos. Y tanto los factores y
fines condicionantes de las normas jurídicas, las causas de las normas jurídicas, como las
consecuencias que éstas tienen, sus efectos, son fenómenos relacionados con el derecho,
relacionados con las normas jurídicas, pero situados fuera del derecho, esto es, no son
normas jurídicas, ni entidades jurídicas de ningún tipo. Esta última observación permite
distinguir en el estudio del derecho o de las normas jurídicas dos puntos de vista, que
denomino «punto de vista externo» y «punto de vista interno».Estudiar las normas jurídicas
desde el punto de vista externo significa estudiar las relaciones que existen entre las normas
jurídicas y esos fenómenos no jurídicos, sociales sobre todo, que influyen en las normas
jurídicas o son influidos por las normas jurídicas.
En cambio, estudiar las normas jurídicas desde el punto de vista interno significa
estudiar dichas normas en sí mismas, prescindiendo total o casi to-talmente de las relaciones
existentes entre las normas jurídicas y entidades o factores no jurídicos. por ejemplo,
estudiar el sentido de una norma jurídica determinada o cuál es la clase de normas a la que
pertenece una determinada norma jurídica o si entre dos normas jurídicas existe algún
conflicto son estudios incluidos en el estudio de las normas jurídicas desde el punto de vista
interno. la distinción entre esos dos enfoques o puntos de vista, externo e interno, en el
estudio del derecho es útil para clasificar los diversos estudios jurídicos.
Los Estudios Jurídicos las disciplinas o materias que estudian el derecho son varias y
pueden ser clasificadas de distintas maneras. pero lo que interesa en el presente con-texto
es distinguir entre el estudio del derecho que realiza la filosofía del derecho y el estudio del
derecho que realizan otras disciplinas. Se trata, pues, de distinguir entre el estudio filosófico
del derecho y el estudio científico del derecho.