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MÉXICO
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
Licenciatura en Pedagogía
Actividad 4. Maquiavelo y Hobbes
¿Cómo caracteriza Maquiavelo al príncipe?
El Príncipe, contiene varias máximas relativas a la política. En lugar del público objetivo más
tradicional de un príncipe hereditario, se concentra en la posibilidad de un “nuevo príncipe”. Para
conservar el poder, el príncipe hereditario debe equilibrar cuidadosamente los intereses de una
serie de instituciones a las que el pueblo está acostumbrado. Por el contrario, un nuevo príncipe
tiene la tarea más difícil de gobernar: primero debe estabilizar su recién adquirido poder para
construir una estructura política duradera. Maquiavelo sugiere que los beneficios sociales de la
estabilidad y la seguridad pueden lograrse frente a la corrupción moral. Maquiavelo creía que un
líder debía entender la moral pública y la privada como dos cosas diferentes para poder gobernar
bien. En consecuencia, un gobernante debe preocuparse no sólo por la reputación, sino que debe
estar positivamente dispuesto a actuar de forma inmoral en los momentos adecuados.
Independientemente de la forma en que un príncipe llegue al poder, debe esforzarse por ganarse
la buena voluntad del pueblo, o en los momentos difíciles no tendrá ninguna esperanza. Un
príncipe no debe engañarse a sí mismo sobre la fiabilidad del pueblo, pero, sin embargo, un
príncipe que hace buenos preparativos y sabe mandar nunca será traicionado por éste. Un
gobernante sabio se las ingeniará para que todos sus ciudadanos dependan de él y del Estado, y
entonces podrá confiar en ellos.
El poder para Maquiavelo es poder político concretizado en una república, cuya característica
primordial es una forma de gobierno mixto que presenta en su seno una división e independencia
de los tres poderes públicos del Estado, a saber, el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial,
“juzgándola así, más firme y más estable, pues de esta manera cada poder controlar a los otros, y
en un mismo Estado se mezclan el principado, la aristocracia y el gobierno popular”. (1987, pág.
35). Siendo tal el objetivo, en primer lugar, se manifiesta la importancia de la autonomización de la
política como condición para mediar los antagonismos humanos, y, mediante esa vía encauzar al
Estado ya formado hacia la consecución de su bien común a través de la regulación de las
conductas públicas de sus asociados.
Siendo los hombres malos por naturaleza, conflictivos en sus relaciones con otros, pero a su vez,
deseosos de preservar su vida, su seguridad, consienten en que ello no se puede lograr bajo otro
carácter del poder de la forma de gobierno civil más que como un poder político coercitivo que
compela al hombre a vivir pacíficamente con otros, propiciando que los conflictos sean resueltos
mediante la política y no la guerra, pues en la medida en que el Estado logra desarrollar
regulaciones e implicaciones sobre las acciones públicas de los hombres mediante la ley, sea
¿Hasta qué punto podrías justificar que, en la política, el fin justifica los medios?
El despotismo que Maquiavelo plantea en su libro “el príncipe”, nos muestra una realidad que no
solo se presenta en su época con el principado, sino, que es una fotografía de como se conforma
el poder y por que este sector de mando esta disponible solo para pocos privilegiados. En una
caracterización general creo que al decir “el fin justifica los medios” se propone la condicionante de
que en el ejercicio de gobernar está justificada toda acción velica, déspota o segregacionista con
tal de que el gobierno ejerza su actuación si el resultado será beneficioso para las naciones. Sí
utilizamos esta frase en un sentido menos profundo, la podríamos transcribir como: no importa lo
que se tenga que hacer, (sí es bueno o malo) no habrá problemas si se consigue nuestro objetivo,
al final de la partida logramos aquello alcanzar aquello que nos era necesario.
En la medida en que todos los individuos son iguales entre sí, todos tienen el mismo derecho a los
bienes de la naturaleza y, por lo tanto, cuando dos hombres desean el mismo objeto,
necesariamente ello conduce a la discordia. El estado de naturaleza se halla signado por una
guerra de todos contra todos, porque lo más razonable para asegurar la seguridad propia, cuando
no hay ningún arbitrio social, es anticipar el ataque antes de ser atacado por otros.
El contrato social de Hobbes parte de la base de que el ser humano es malo por naturaleza, lo que
se recoge en su célebre frase “el hombre es un lobo para el hombre”. En estado de naturaleza, el
ser humano no tiene límites, su libertad es absoluta y se temen los unos a los otros. Por eso, por
seguridad, necesitan ceder parte de su libertad natural, y firman un acuerdo, que incluye ciertos
deberes y derechos, y delegan en el Estado, su autoridad, de forma que, todos deben obedecerla.
El contrato es, pues, para Hobbes, un contrato de sumisión y de alienación, por lo que, en rigor, no
se puede considerar como un “contrato”, ya que en la contratación ante y por la fuerza se carece
de libertad, y en el orden social y político así establecido se carece igualmente de ella.
Entendemos entonces que el contrato para el filosofo se trata de ceder parte de su libertad al
gobierno para que este pueda fungir arbitro entre las diferencias que los sectores sociales de su
estado puedan converger entre las necesidades y deseos que tenga cada cual. Aunque esta
convergencia es limitada pues el estado dispone a conveniencia de si mismo y no de su pueblo.
¿En qué medida estás de acuerdo en que el hombre es malo por naturaleza?
En mi parecer la concepción de Hobbes esta totalmente justificada, el ser humano de forma natural
buscara su supervivencia; la ciencia nos dice que en el medio ambiente el más fuerte es el que
mejor se adapta, esta adaptación se da en su gran mayoría por la imposición de un ser sobre otro
de manera violenta. Por otra pare en la justificación histórica hemos podido notar que las guerras y
los grandes acontecimientos que se han suscitado, son el resultado de los deseos de un hombre
por encima de los deseos de otro. Deduzco que la maldad del hombre es natural en medida que
este buscara su felicidad y si en aras de esta búsqueda otro hombre obstaculiza sus deseos, su
contraparte tendrá una frustración natural que lo llevara a derrotar los impedimentos que el otro
hombre le proponga.
Referencias bibliográficas:
Juan José Barreiro Güemes, Historia de las ideas, vol. 2, p. 110-122 (para las actividades de Maquiavelo) y p. 125-135