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EL ESTADO
INDICE
INTRODUCCIÓN
1.1. EL Estado
1.2. EL Constitucionalismo
1.3. El Estado Constitucional como nuevo paradigma jurídico.
BIBLIOOGRAFÍA
II
En toda comunidad tiene que haber una
obediencia sujeta al mecanismo de la
constitución estatal, con arreglo a leyes
coactivas (que conciernen a todos), pero a la vez
tiene que haber un espíritu de libertad, pues en
lo que atañe al deber universal de los hombres
todos exigen ser persuadidos racionalmente de
que tal coacción es legítima, a fin de no incurrir
en contradicción consigo mismos.
Immanuel Kant
INTRODUCCIÓN
Aristóteles, por su parte, es más enfático y declara que el Estado existe por naturaleza,
y por tanto, es anterior al hombre, no por ser éste autosuficiente y solo podrá serlo
respecto al todo, en cuando a su relación con las demás partes, complementando su
expresión al decir, en base a su Zoon Politikón, que quien no convive con los demás
en una comunidad, "o es una bestia, o es un dios".
Por su parte, Luis XIV rey de Francia, en la época del absolutismo se atreve a decir la
ya conocida frase "El Estado soy yo", que esto no implica más que la falta de
raciocinio en la que se vivía en ese tiempo, indica solo la más pura esencia del
absolutismo en sí, se tomaba al Estado como un régimen político en el que una
sola persona, el soberano, ejercía el poder con carácter absoluto, sin límites jurídicos
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ni de ninguna otra manera. El Estado no era sino una prolongación de las
características absolutas del rey en ese tiempo.
En ese contexto, se puede señalar que el Estado nace como único depositario de la
dominación humana, esta arbitrariedad no sólo se circunscribió a la esfera de la
política, sino que fue general, más, resulta evidente que el Estado, por sí solo, nunca
habría logrado acaparar tal trascendencia sino hubiera contado con la colaboración de
su aliado natural: la ley.
No andaba Hobbes equivocado, cuando sostuvo que antes del Estado y de la ley no se
conocía la diferencia entre lo justo y lo injusto. Hobbes, el precursor del absolutismo
político, nos hablaba de un pacto social y por ende político y con él, el paradigma de
Estado, se sitúa, como el debate por excelencia, en todas las Facultades de Ciencias
Políticas, del mundo occidental, al menos.
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entre bandos de fanáticos monárquicos y parlamentarios, Hobbes se atrevió a
observar la realidad desde otra perspectiva1.
Según Hobbes, cuando el ser humano advierte que en este “estado de naturaleza”
acabará por no dejar piedra sobre piedra y se autodestruirá, sólo en ese instante,
transfiere su poder absoluto, mediante un “pacto” a una organización que le garantice
un “estado de paz”. Después de Hobbes, aparece la teoría defendida por Locke, quien
conceptualiza a la ley natural como un decreto divino que impone la armonía global a
través de una disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto filial natural,
amor al prójimo), concretada en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda
violación de libertad ajena), que obligan en favor de la convivencia.
1. 1. EL Estado
Leviatán
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La teoría política de Montesquieu no se limita a la separación de poderes, sino
que su pensamiento político es más amplio y profundo, dado que cada tipo de
gobierno surge a causa de la Naturaleza propia de su organización social, y se
fortalece en virtud del cumplimiento de sus respectivos Principios de gobierno,
de allí es que se sostiene que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial no
deben concentrarse en las mismas manos, a fin de poder contrarrestarse y
equilibrarse.
1. 2. Formas de estado
1. 2 EL Constitucionalismo
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Landa César, (2011) respecto al concepto de Constitución señala Landa
citando a DE VEGA GARCÍA, Pedro “la Constitución no es un puro nombre,
sino la expresión jurídica de un sistema de valores a los que se pretende dar
un contenido histórico y político. Y es, en última instancia, desde este prisma
valorativo, desde donde hay que interpretar y entender la justicia
constitucional”.
Fue Estados Unidos el primer país que tuvo su Constitución escrita en 1787,
con un procedimiento rígido de reforma, y donde se estableció la división de
poderes. Luego se añadieron diez enmiendas para consagrar los derechos de
los habitantes. A esta Constitución estadounidense, le siguieron las de Francia,
de los años 1791, 1793 y 1848. Suecia tuvo su Constitución en el año 1809, y
España tres años después. En América Latina, fueron pioneros Venezuela y
Colombia, que estrenaron su Carta Magna en 1819.
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Como constitucionalismo se conoce el sistema político que es regulado por
un texto constitucional. Asimismo, es una ideología partidaria de este
sistema, con sus respectivas manifestaciones en la esfera de lo social, lo
político y lo jurídico.
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Finalmente, el constitucionalismo también puede considerarse una disciplina
de conocimiento que tiene por objeto el estudio de la función y posición que
ejercen las constituciones en las diferentes sociedades y sistemas políticos, así
como la evolución histórica del texto constitucional en un determinado Estado,
de allí que se define como constitucionalismo social al movimiento que tiene
como objeto defender y promover la inclusión de los derechos sociales en los
textos constitucionales de las naciones, siendo a nuestro juicio una de esas
primeras manifestaciones de constitucionalismo social, la Constitución de
México de 1917, pues dicha norma suprema fue resultado de los ideales de la
revolución mexicana. Paulatinamente, otras naciones alrededor del mundo han
ido incorporando propuestas de este orden en su respectivo marco jurídico y
legal.
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alcanzar la verdad del derecho en la naturaleza, sino creando dogmas concretos
para cada momento a través de la legislación.
De allí que el autor enfatiza, que la misión del jurista debe ser la búsqueda de
la forma más adecuada de la aplicación de ese texto a la realidad, siendo
finalmente la intención de legislador solo un mito. Los positivistas lo han
entendido así, admitiendo que la aplicación del derecho no es una suerte de
silogismo, dado que quien aplica la norma tiene que crear nuevos sentidos de
ella y ejercitar opciones no previstas por el legislador. El Derecho se crea no
se interpreta, se construye y reconstruye constantemente producto del
choque de voluntades o de confrontaciones de acuerdo con las dinámicas
sociales e individuales. La seguridad jurídica no es producto del dogmatismo
ni de la rigidez, sino de una creatividad coincidente, una libertad creadora
organizada socialmente por la razón.
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Finalmente, a modo de conclusión el autor citado sostiene, que el derecho es
una forma de organizar la sociedad de los hombres y por consiguiente
pertenece al campo de las relaciones humanas donde prima la materia
controvertible donde todo está en permanente transformación de acuerdo a las
circunstancias. La interpretación es la inserción del derecho en la vida, el paso
de un derecho nominal a un verdadero derecho actuante dentro de la sociedad.
Toda norma importa la construcción de una interpretación, dado que tiene que
ser aplicada dentro de un contexto teniendo en cuenta las circunstancias, por
ello, la ley admite siempre múltiples significados y muy diversas utilizaciones.
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AAlTC LIMA Caso RAMÓN HERNANDO SALAZAR y ARLENQUE,
fundamento 5, 6 y 7 “Un razonamiento en este sentido obliga a este Tribunal
a hacer algunas precisiones previas. En primer lugar, se debe recordar que
tanto los jueces ordinarios como los jueces constitucionales tienen la
obligación de verificar si los actos de la administración pública, que tienen
como sustento una ley, son conformes los valores superiores, los principios
constitucionales y los derechos fundamentales que la Constitución consagra.
Este deber, como es evidente, implica una labor que no solo se realiza en el
marco de un proceso de inconstitucionalidad (previsto en el artículo 200.°,
inciso 4, de la Constitución), sino también en todo proceso ordinario y
constitucional a través del control difuso (artículo 138.°)”; “Este deber de
respetar y preferir el principio jurídico de supremacía de la Constitución
también alcanza, como es evidente, a la administración pública. Esta, al igual
que los poderes del Estado y los órganos constitucionales, se encuentran
sometida, en primer lugar, a la Constitución de manera directa y, en segundo
lugar, al principio de legalidad, de conformidad con el artículo 51.° de la
Constitución. De modo tal que la legitimidad de los actos administrativos no
viene determinada por el respeto a la ley -más aún si esta puede ser
inconstitucional- sino, antes bien, por su vinculación a la Constitución. Esta
vinculación de la administración a la Constitución se aprecia en el artículo IV
del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General, el
cual, si bien formalmente ha sido ominado por la propia Ley como «Principio
de legalidad», en el fondo no es otra cosa que la concretización de la
supremacía jurídica de la Constitución, al prever que «[l]as autoridades
administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y al
derecho ( ... »> (énfasis agregado)”.
“De acuerdo con estos presupuestos, el Tribunal Constitucional estima que la
administración pública, a través de sus tribunales administrativos o de sus
órganos colegiados, no sólo tiene la facultad de hacer cumplir la Constitución
-dada su fuerza normativa-, sino también el deber constitucional de realizar el
control difuso de las normas que sustentan los actos administrativos y que son
contrarias a la Constitución o a la interpretación que de ella haya realizado
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el Tribunal Constitucional (artículo VI del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional). Ello se sustenta, en primer lugar, en que si bien la
Constitución, de conformidad con el párrafo segundo del artículo 138.°,
reconoce a los jueces la potestad para realizar el control difuso, de ahí no se
deriva que dicha potestad les corresponda únicamente a los jueces, ni
tampoco que el control difuso se realice únicamente dentro del marco de un
proceso judicial”.
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valores, principios o derechos de la más alta consideración en el
ordenamiento”.
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La Constitución política rige en todo el territorio y a
la cual se hallan sometidas todas las autoridades y
habitantes del Estado. En otras palabras en el
Estado unitario se da la cuádruple unidad: unidad de
ordenamiento jurídico (derecho), unidad de
autoridades gubernativas, unidad de gobernados o
destinatarios del ordenamiento jurídico y de las
decisiones políticas y unidad de territorio.
Los estados unitarios puros Estos estados conforman una sola entidad con un
gobierno estatal único, sin ninguna división
administrativa. Los únicos estados unitarios puros
son Mónaco y la Ciudad del Vaticano.
El estado unitario regionalizado Son estados divididos en diversas zonas o regiones
o estado centralizado. político-administrativas que no son autónomas en
sus regímenes internos.
Los gobernantes de las regiones son designados
directamente por el gobierno central, dentro de los
que se encuentra Perú.
Estados regionales o Estos estados tienen un pasado centralista, pero que
descentralizados. progresivamente han otorgado mayor autonomía a
las diversas regiones que los conforman.
El grado de autonomía varía dependiendo del
estado, y si el grado de autonomía es bastante
elevado los estados regionales suelen ser
considerados "federaciones de facto".
En este caso la única diferencia entre el estado
federal y el estado regional es el origen de las
atribuciones: en los estados regionales el gobierno
central ha cedido o devuelto algunos derechos y
competencias a la región, mientras que en los
estados federados son las regiones las que han
cedido algunas de sus atribuciones al poder central.
Debido a que el grado de autonomía puede variar
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sustancialmente con el tiempo, esta clasificación no
es excluyente y a menudo es muy ambigua, es
decir, algunos estados que han permitido el
desarrollo de asambleas regionales locales con
poderes muy limitados aun son considerados
estados centralizados (como Francia), otros han
permitido un elevado grado de autonomía (como
Italia, España y el Reino Unido), y otros ya se han
convertido en federaciones propiamente tales (como
Bélgica). Si las regiones reciben la autonomía que
gozaban en el pasado (como derecho histórico), el
proceso de descentralización a menudo es llamado
"proceso de devolución".
Estados complejos Se caracterizarían por tener un orden jurídico
integral que regula, a la vez, una jurisdicción
federal y otra jurisdicción que es la local, y que es
distinta en cada uno de los estados o que puede ser
distinta. Por tener a la vez una jurisdicción federal y
una local en cada uno de los estados, pero ambas
supeditadas a la Constitución federal, son un pacto
federal, con autonomía interna en cada una de las
partes integrantes de la federación, lo cual significa
que las entidades federativas pueden adoptar,
incluso, su propio régimen interior y su propia
organización interna política y administrativa.
Estados federales Las federaciones son estados conformados por
entidades soberanas y autónomas. El estatus
autónomo de estas entidades no puede ser alterado
de manera unilateral por el gobierno central, aunque
pueden existir excepciones (como el caso de
Argentina, donde el gobierno federal ha intervenido
en diversas ocasiones en las provincias; y en
México, mediante la figura de la desaparición de
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poderes en los estados). Los siguientes estados son
federaciones:
Argentina (23 provincias y 1 Ciudad Autónoma)
Brasil (26 estados y un Distrito Federal)
Canadá (10 provincias y 3 territorios)
Estados Unidos de América (50 Estados, el Distrito
de Columbia, y otros territorios y dependencias)
Etc.
De ello, es que el autor sostiene “El derecho a una buena administración, al imponer
obligaciones jurídicas en el núcleo del ejercicio de la discrecionalidad, actúa como
límite más allá de la mera arbitrariedad, siendo, además, guía para los gestores
públicos en la toma de decisiones. Y, por tanto, se trata de un útil instrumento en el
control administrativo en garantía de los derechos e intereses de los ciudadanos,
tanto individuales como colectivos. Como señala el Tribunal Europeo de Derechos”.
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Cuadro
El modelo de la nueva
Gestión Pública (NGP)
La NGP busca satisfacer las necesidades de los ciudadanos a
través de una gestión pública eficiente y eficaz.
Desarrollo de servicios de mayor calidad en un marco
de sistemas de control.
Transparencia en los procesos de elección de planes y
resultados, así como en los de participación ciudadana.
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b) La gradual eliminación del modelo burocrático hacia
una GESTIÓN POR RESULTADOS.
La Nueva Gestión
Pública se
fundamenta
c) La creación del valor público.
d) El desarrollo de las instituciones y
dimensionamiento adecuado del Estado.
e) El mejoramiento de las conquistas macroeconómicas y
la equidad social.
El célebre jurista austriaco Hans Kelsen (1881-1973) solía afirmar que el tipo de
democracia que llevaba a un grado más alto el ideal de esa forma de gobierno era la
democracia directa, o sea, aquélla en la que se reunían en una asamblea soberana los
individuos que gozaban de derechos políticos, sin mediación alguna de representantes,
para tomar decisiones obligatorias para todos los miembros de la ciudad Estado. Esa
fue sustancialmente la manera en que se practicó el gobierno popular en el mundo
antiguo Tal convención de ciudadanos no se integraba por lo que hoy llamaríamos
partidos políticos ni procedía por votación. Tampoco conoció la separación de poderes
ni la división territorial. Más aun, lo que en nuestra época es parte inescindible de la
democracia, los derechos individuales, igualmente fueron desconocidos por la
democracia clásica.
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frente a frente las ideas y las doctrinas que estuvieron y están en juego en esos
movimientos históricos.
Por otra parte, es un hecho que hoy que la democracia disfruta de un gran
reconocimiento solemos poner esperanzas en ella y le pedimos muchas cosas, quizá
demasiadas. Tanto así que la estamos sobrecargando de peticiones que acaso no pueda
resolver. Como sea, el asunto es que, al hablar y colocar sobre ella tantos objetos,
corremos el riesgo de vaciarla de contenido o hacerla demasiado confusa.
Desde su origen en la antigua Grecia, la democracia fue considerada como una forma
de gobierno donde las decisiones políticas eran tomadas por la mayoría, es decir,
donde el poder era ejercido por el pueblo. Pero, bien se sabe que esa no es la única
constitución posible. Hay otras maneras de organizar una comunidad, según se
otorgue el mando en lugar de al pueblo a una clase formada por unos cuantos
individuos, lo que se llama aristocracia, o a una sola persona, lo que se llama
monarquía. Estas nombran a las formas de gobierno según sean muchas, pocas o una
las personas que detentan el poder, y tienen sus correspondientes formas incorrectas
en la demagogia, la oligarquía y la tiranía. Luego entonces, debemos señalar, de
entrada, que el conocimiento de la democracia no puede separarse del análisis del
sistema en el que se ubica al lado de otros regímenes políticos. La democracia es parte
de un sistema mayor.
Desde esta perspectiva, se aprecia una cuestión por demás interesante, en contraste
con lo que sucede hoy, en el sentido de que la democracia es considerada como la más
deseable de las alternativas; en la antigüedad no fue así. En las clasificaciones de los
autores de aquella época generalmente la encontramos entre las formas indeseables.
Así, Platón (428-347 a. de C.), en La República (544, c), al presentar una tipología
que va de la menos mala a la peor, en lista a la timocracia, a la oligarquía, a la
democracia y a la tiranía, de suerte que sólo es superada por la tiranía como forma
negativa. Por su parte Aristóteles (384-322 a. de C.) en la Política (III, V) reconoce
como formas buenas a la monarquía, la aristocracia y la politéia, y como formas
malas a la tiranía, a la oligarquía y a la democracia.
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La explicación de ello se encuentra en que desde aquel tiempo la diferencia entre un
gobierno bueno y uno malo se basaba en el criterio de si el gobernante (o los
gobernantes) respetaba la ley o no, pero también en la pauta de si aplicaba el mando
para provecho de todos o para beneficio particular. Dado que en el mundo antiguo
había diferentes rangos sociales, que se identificaban no sólo con el pueblo sino
también con la aristocracia o con la monarquía, se decía que cuando el poder se
depositaba en la democracia era ejercido sólo para ventaja de los pobres. Y éstos,
aunque fuesen la mayoría, no eran la totalidad, por lo que al desempeñar el poder en
su exclusivo provecho dejaban a una parte, aunque minoritaria, fuera. De allí el signo
negativo que se le atribuyó. En tal virtud, lo conducente era juntar a todas la fuerzas
sociales y los principios que enarbolaban en un régimen que los combinara. Esa es, al
parecer, la fórmula encarnada por la politéia.
Como conclusión previa, podemos señalar que la Democracia es una forma
de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la
ciudadanía colectiva. En sentido estricto, la democracia es una forma de
organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por
el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que
confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una
forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las
relaciones sociales se establecen conforme a mecanismos contractuales.
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Democracia Directa
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores
atenienses, se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en
asamblea. No existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados que se
hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato asambleario. Se trata
del tipo de democracia preferido no solo por los demócratas de la Antigua Grecia,
sino también para muchos pensadores modernos. Un ejemplo de democracia
directa más conocido es el de la Atenas clásica.
Democracia líquida.
La Democracia Líquida es una clase de democracia directa en la que cada ciudadano
tiene la posibilidad de votar cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero
puede ceder su voto a un representante para aquellas decisiones en las que prefiere no
participar.
La igualdad
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La democracia reconoce la posibilidad de que cualquier persona pueda
participar en el ejercicio del poder político dentro de un determinado Estado.
Por esto, es necesario reconocer la existencia de igualdad entre los ciudadanos,
ya que, sin ella, no existirían los medios necesarios para que la participación y
la oposición se desarrolle libremente. A la luz de esto, se abre la puerta a dos
paradigmas que condicionan el desarrollo de la democracia por lo que respecta
a la igualdad. El de la redistribución, por lo que respecta a la igualdad de
derechos que todo individuo tiene uno frente al otro y ante el Estado para
participar en los procesos democráticos, y El del reconocimiento, por lo
que respecta al hecho de que no todos los participantes del proceso
democrático nos encontramos en circunstancias fácticas igualitarias, por
ello nuestras opiniones serán diferenciadas entre sí.
De esto obtenemos los ideales de igualdad y de libertad, puesto que, por un
lado, tenemos la posibilidad de que una sociedad sea plural y con diversas
necesidades e ideales sobre lo que es lo justo y, por otro lado, se tiene que los
miembros de la sociedad –aun cuando no tuvieren entre sí cuestiones en
común– participen en la entidad política que ostenta el poder en igualdad de
circunstancias.
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garantía para que los ciudadanos participen en la política nacional, límites que
se pueden identificar como dos tipos: Del Estado frente al individuo, mismo
que se garantiza mediante los derechos fundamentales que la Constitución
establezca a favor del gobernado; De las propias instituciones del Estado entre
ellas, el cual se garantiza mediante la división del poder y el establecimiento
de competencias entre estas, y De los individuos entre sí mismos, lo cual se
logra mediante la inclusión y reglamentación de los denominados derechos
sociales.
La esfera de lo indecidible
La Constitución de un Estado democrático reconoce la posibilidad de que la
totalidad de los miembros de la sociedad participen en la decisión de cómo
habrá de configurarse el nuevo ente político. Esto deriva por la injerencia de
los factores reales del poder en la toma de decisiones en el origen de la vida
del Estado. De algún modo, las decisiones tomadas por los factores reales del
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poder al haber decidido el rumbo que el Estado emprendería son los principios
que regirán su desarrollo socio-político.
A estas se le denominan las decisiones políticas fundamentales, pues la
totalidad de los poderes fácticos que rigen en un determinado lugar y momento
erigirán los principios superiores que caracterizarán al sistema político-jurídico
de su comunidad. Por ejemplo, en un determinado Estado democrático podrá
decidirse que el desarrollo económico se centre en la creación de empresas
productivas del Estado, mientras que en otro Estado podría optarse por un
desarrollo liberal de tales cuestiones. Tales ideales serán conocidos como
las decisiones políticas fundamentales y, como veremos, formarán parte
de la esfera de lo indecidible.
Como se ha visto en otros apartados, una democracia se fundamenta en
diversos principios, tales como el de la división del poder, la igualdad o el
respeto a los derechos fundamentales. Así, estos mismos principios
democráticos no pueden ser desconocidos por persona o institución alguna,
incluyéndose a las mayorías.
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propia Constitución y las decisiones políticas fundamentales que fueron
tomadas ahí y dotando de equilibrio a los derechos fundamentales y las
estructuras institucionales determinadas por el acuerdo constitucional.
Entonces, los medios de control de la constitucionalidad se identifican como
los recursos jurídicos diseñados para verificar la correspondencia entre los
actos emitidos por quienes detentan el poder y la Constitución, anulándolas
cuando aquellas quebranten los principios constitucionales, de esta forma
también se desprende la naturaleza correctiva de los medios de control, por lo
que destruyen actos ya emitidos. Es con motivo de esta característica por
virtud de la cual podemos afirmar que los derechos y principios contenidos en
la Constitución -el cual resulta ser el pacto político por excelencia de una
democracia- adquieren la naturaleza de norma jurídica, específicamente de una
regla, que puede ser oponible frente a todos aquellos actos que la reten,
adquiriendo firmeza inquebrantable al invalidar todos aquellos actos que
transgredan su esencia. Ante esto, se hacen exigibles los principios
fundamentales adoptados en un Estado democrático.
BIBLIOGRAFÍA
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HUMANOS
http://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/110666/2014-Buen
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4. Landa Arroyo, César. (2004) “Teoría del Derecho Procesal Constitucional”. Lima:
Palestra, 2004.
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