Está en la página 1de 2

El trabajo como fenómeno psicosocial

Maria José Figueredo / A00372629

El trabajo, se comprende como una categoría amplía el cual muchos se sesgan a una
sola definición ligada a la concepción económica. Pasa de ser un sinónimo de algo que no era
digno en la grecia clásica, a ser visto con diferentes significados; algo negativo, verlo como un
castigo, un centro del continuo, verlo como una función instrumental al servicio de la
supervivencia, o algo positivo, verlo como una vocación, misión o autorrealización.
Así entonces, Luque, Gómez y Cruces (1999) concluyeron que el trabajo es una
actividad que las personas realizan proporcionando sus recursos para que de esa forma se
reciba una retribución ya sea material o psicosocial. De este modo, se pueden señalar algunas
aportaciones psicosociales positivas y negativas de esta actividad proporcionadas por
Salanova, Peiró y Prieto (1993), iniciando con las positivas el trabajo puede brindar estatus,
dar un sentido a su vida, contacto social, identidad propia y social, dinero, trascendencia y
estructura temporal del tiempo (horario). Por otro lado, algunos trabajos tienen tratos
inhumanos y son “esclavizantes”, impide el dar desarrollo a los puntos positivos del trabajo.
Ahora bien, un punto importante para resaltar, es saber cuales son las características
que dan sentido al trabajo, de este modo se sabrá a que se enfrenta el trabajador.
Inicialmente, debe ser realizado en buenas condiciones, es decir, el entorno, el horario y el
salario son algunos aspectos que hacen aparte de este punto. Segundo, ofrecer oportunidades
para aprender y prestar servicios. Por último, ser interesante, variado y tener autonomía.
Todos estos puntos son claves para que se tenga un buen desarrollo de las dimensiones del
trabajo, es decir, en el ámbito individual, que haya una satisfacción personal, así como un
crecimiento y un aprendizaje. En el ámbito organizacional, que permita establecer relaciones
y una inserción social. Y finalmente, en el ámbito social, se valora el trabajo que contribuye a
la sociedad.
De este modo, Peiró, Neto y Roe dan importancia a algunas funciones psicosociales
que ponen al trabajo como una realidad social, siendo estas la interacción social, la
interpretación cultural del mismo y la construcción de símbolos que dan origen a creencias y
a valores compartidos (1996). Para finalizar, cabe resaltar que siempre estamos rodeados de
un entorno, por lo que nos convierte en seres sociales, de tal modo que hay unos agentes
sociales que son vitales en el desarrollo humano. En primer lugar, lo que se sabe del trabajo,
la definición que ésta ha inculcado y el valor que este tiene, tiene mucho que ver con la
impronta de la familia. En segundo lugar, el sistema educativo, que es cambiante según la
época en la que se está, como por ejemplo, en los 80s, se tenía en mente que el trabajador
quería entrar a una empresa y terminar jubilandose en ésta misma. Por último, las
organizaciones también plantean un entorno al cual el trabajador debe adaptarse.
Referencias
Cruces, S., Gómez, T., & Luque, P. (1999). El trabajo: Fenómeno psicosocial. En C.Guillen, &
M. Guil, Psicología del trabajo para relaciones laborales (págs. 147-164). Barcelona:
McGraw Hill.

También podría gustarte