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FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD
LICENCIATURA EN ANESTESIOLOGÍA E INHALOTERAPIA
MÓDULO IX- 2023
DOCENTE
LIC . LUIS ALBERTO GUILLEN GARCIA
ESTUDIANTES
OBJETIVO GENERAL
Analizar la evolución del pensamiento administrativo, desde sus inicios englobando los
sucesos históricos que permitieron desarrollar nuevas ideologías y técnicas para mejorar el
proceso de administración.
OBJETIVO ESPECÍFICO
División del trabajo (dividir el trabajo en tareas precisas y repetitivas).El nombre de Adam
Smith por lo general se menciona en los cursos de economía debido a sus aportaciones a la
doctrina económica y clásica pero su exposición en la riqueza de las Naciones (1776) incluía
una brillante argumentación con respecto a las ventajas económicas que las organizaciones y
la sociedad podrían obtener con la división del trabajo. Sus ejemplos estaban basados en la
industria de los alfileres, Smith señaló que 10 personas cada una encargada de una tarea
especializada podrían producir alrededor de 48,000 alfileres al día entre todas. Sin embargo,
si cada una trabajaba por separado, en forma independiente, entonces con suerte las 10
producirían 200 (o incluso 10 alfileres al día). Smith llegó a la conclusión de que la división
del trabajo elevaba la productividad porque aumentaba la habilidad y la destreza de cada
obrero, economizaba el tiempo que normalmente se perdía al cambiar de una tarea a otra, y
creaba inventos y máquinas que ahorraban trabajo. La popularidad de la especialización
laboral tan generalizada de hoy (en el campo de los servicios, por ejemplo: en la enseñanza y
la medicina y también en las líneas de ensamble de las plantas automotrices) se debe
seguramente a las ventajas económicas que Adam Smith señaló hace más de 200 años.
La producción en serie generó un nuevo sistema de fábricas, que reemplazó a los talleres de
artesanos: un empresario con medios de producción compra la fuerza de trabajo y coordina
las tareas para que la organización sea eficiente. A partir de ese proceso productivo surgieron
3. INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL SOBRE
PRÁCTICAS ADMINISTRATIVAS
Revolución industrial (el advenimiento de las máquinas de motor, la producción en masa y
los transportes eficientes que empezó a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña.
Es probable que la revolución industrial haya sido la influencia más importante para la
administración antes del siglo XX. La revolución empezó a finales del siglo XVIII en Gran
Bretaña y a finales de la guerra civil había cruzado el Atlántico hasta Estados Unidos . El
trabajo humano fue sustituido velozmente por las máquinas de motor, las cuales a su vez
permitieron que las fábricas produjeran bienes en forma económica.
El advenimiento de las máquinas de motor, la producción en masa, los costos de transporte
más baratos que tuvieron lugar con la veloz expansión de los ferrocarriles, así como la
ausencia de regulación gubernamental, propiciaron el desarrollo de grandes organizaciones.
John D. Rockefeller estaba constituyendo el monopolio Standard Oil, Andrew Carnegie
adquiría el control de dos terceras partes de la industria siderúrgica, y otros empresarios
edificaban otros grandes negocios que requerían métodos administrativos formales. Se
necesitaba una teoría formal que guiará a los gerentes para manejar sus organizaciones. Sin
embargo, no fue sino hasta principios del siglo XX que se dio el primer paso importante para
elaborar esta teoría.
El proceso administrativo es una actividad universal del mundo moderno: toda organización
debe coordinar sus tareas para cumplir con sus objetivos. La Revolución Industrial
desempeñó un rol clave para el desarrollo formal de esta disciplina administrativa.
La producción en serie generó un nuevo sistema de fábricas, que reemplazó a los talleres de
artesanos: un empresario con medios de producción compra la fuerza de trabajo y coordina
las tareas para que la organización sea eficiente.
Según Fayol, la función administrativa está estructurada por cinco componentes: Estos cinco
componentes van a integrar lo que actualmente conocemos como proceso administrativo.
Este modelo, creado por Henry Fayol e inspirado en el método científico, tenía como objetivo
crear una herramienta con un alto grado de investigación y pensamiento sistematizado.
Max Weber (1864-1920) fue un economista y sociólogo alemán, quien a través de su estudio
de las civilizaciones desarrolló el concepto moderno de Burocracia refutando, criticando y
ampliando las apreciaciones de Marx.
Weber intentó probar que el capitalismo fue influido fuertemente por los valores éticos y
religiosos y que por lo tanto, las relaciones económicas no podían explicar únicamente las
relaciones de fuerza en el capitalismo, como había planteado Marx.
Definió la burocracia como la forma más eficiente de organización teniendo en cuenta la
complejidad de los aparatos estatales, de las dependencias gubernamentales y pensando en las
necesidades de sociedades cambiantes y dinámicas.
● Se cuenta con una jerarquía bien establecida de autoridad de mando, limitada pero
eficiente el acceso de un jefe en la administración también estará arreglado por
normas y procedimientos.
La burocracia surge por la necesidad de: la precisión, la velocidad, la claridad, el
conocimiento de los archivos, la continuidad, la discreción, la unidad, la estricta
subordinación, la reducción de las fricciones y de los costos materiales y personales.
El experimento de Hawthorne
A partir de 1924 la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos inició algunos
estudios para verificar la correlación entre productividad e iluminación en el área de trabajo,
dentro de los presupuestos clásicos de Taylor y Gilbreth.
Un poco antes, en 1923, Mayo había dirigido una investigación en una fábrica textil próxima
a Filadelfia. Esta empresa, que presentaba problemas de producción y una rotación anual de
personal cercana al 250%, había intentado sin éxito poner en marcha varios esquemas de
incentivos. En principio, Mayo introdujo un periodo de descanso, dejó a criterio de los
obreros la decisión de cuándo deberían parar las máquinas, y contrató una enfermera. Al poco
tiempo surgió un espíritu de solidaridad en el grupo, aumentó la producción y disminuyó la
rotación.
En 1927 el Consejo Nacional de Investigación inició un experimento en una fábrica de la
Western Electric Company, situada en Chicago, en el barrio de Hawthorne, con la finalidad
de determinar la relación entre la intensidad de la iluminación y le eficiencia de los obreros
en la producción. Ese experimento, que se volvería famoso, fue coordinado por Elton Mayo;
luego se aplicó también al estudio de la fatiga, de los accidentes en e trabajo, de la rotación de
personal (turnover) y del efecto de las condiciones físicas del trabajo sobre la productividad
de los empleados. Los investigadores verificaron que los resultados del experimento fueron
afectados por variables psicológicas. Entonces, intentaron eliminar o neutralizar el factor
psicológico, extraño y no pertinente, lo cual obligó a prolongar el experimento hasta 1932,
cuando fue suspendido por la crisis de 1929.
La literatura relacionada con el experimento de Hawthorne es abundante. La Western
Electric, empresa de fabricación de equipos y componentes telefónicos, desarrollaba en la
época una política de personal dirigida hacia el bienestar de los obreros, pagaba salarios
satisfactorios y brindaba buenas condiciones de trabajo. En su fábrica, situada en Hawthorne,
había un departamento de montaje de relés de teléfono, en el cual trabajaban jóvenes
empleadas (montadoras) que realizaban tareas simples y respectivas que exigían gran rapidez.
El montaje de relés era ejecutado sobre una base sostenida por cuatro tornillos, en la cual se
colocaban las bobinas, las armazones, los muelles de contacto y los aislantes eléctricos. En la
época, una empleada montaba cinco relés cada seis minutos. La empresa no estaba interesada
en aumentar la producción, sino en conocer mejor a sus empleados.
Al reconocer la existencia del factor psicológico, solo en cuanto a su influencia negativa, los
investigadores pretendieron aislarlo o eliminarlo del experimento por considerarlo
inoportuno. Entonces extendieron la experiencia a la verificación de la fatiga en el trabajo, al
cambio de horarios, a la introducción de periodos de descanso, aspectos básicamente
fisiológicos.
La segunda fase comenzó en Abril de 1927. Para constituir el grupo de observación (o grupo
experimental) fueron seleccionadas seis jóvenes de nivel medio, ni novatas, ni expertas: cinco
montaban relés, mientras la sexta suministraba las piezas necesarias para mantener un trabajo
continuo. La sala de pruebas estaba separada del resto del departamento (donde se hallaba el
grupo de control) por una división de madera. La mesa y el equipo eran idénticos a los usados
en el departamento, pero tenían un plano inclinado con un contador de piezas individual que
indicaba, en cinta perforada, la producción de cada joven. La producción, fácilmente medible,
se constituyó en el índice de comparación entre el grupo experimental (sujeto a cambios en
las condiciones de trabajo) y el grupo de control (compuesto por el resto del departamento),
que continuaba trabajando siempre en las mismas condiciones.
El grupo experimental tenía un supervisor común, al igual que el grupo de control, pero
además contaba con un observador que permanecía en la sala, ordenaba el trabajo y se
encargaba de mantener el espíritu de cooperación de las jóvenes. Posteriormente, el
observador contó con la colaboración de algunos asistentes, a medida que se hacía más
complejo el experimento. A las jóvenes convocadas a participar en la investigación se les
aclararon completamente los objetivos de ésta: determinar el efecto de ciertos cambios en las
condiciones de trabajo (período de descanso, refrigerios, reducción en el horario de trabajo,
etc.). Constantemente se les informaban los resultados, y se sometían a su aprobación las
modificaciones que fueran a introducirse. Se insistía en que trabajasen con normalidad y
pusieran voluntad en el trabajo. La investigación llevada a cabo con el grupo experimental se
dividió en doce periodos para observar cuales eran las condiciones de rendimiento mas
satisfactorias.
Aunque las condiciones físicas de trabajo en los periodos séptimo, décimo y duodécimo
fueron iguales, la producción aumentó continuamente de un periodo a otro. En el periodo
undécimo, que transcurrió en el verano de 1928, un año después del inicio del experimento,
los investigadores percibieron que los resultados no eran los esperados. Existía un factor que
no podía ser explicado sólo a través de las condiciones de trabajo controladas
experimentalmente, el cual también había aparecido anteriormente en el experimento sobre
iluminación. No hubo ninguna relación entre la producción y las condiciones físicas, y las
variaciones efectuadas en la sala de pruebas no llegaron a afectar el ritmo de trabajo de las
jóvenes. Entonces, el problema estribaba en saber con cuales factores correlacionar las
variaciones en el ritmo de producción de las jóvenes.
● Las jóvenes manifestaban que les gustaba trabajar en la sala de pruebas porque era
divertido, y la supervisión menor rígida (opuesta a la rígida supervisión de control en
la sala de montaje) les permitía trabajar con más libertad y menos ansiedad.
● El ambiente amistoso y sin presiones permitía conservar, lo que aumentaba la
satisfacción en el trabajo.
● No había temor al supervisor. A pesar de que en la sala de pruebas existía más
supervisión que en el departamento (donde había apenas un supervisor para un
número mayor de obreras), la característica y el objetivo de la supervisión eran
diferentes y las jóvenes lo sabían muy bien. En especial, sentían que participaban en
un experimento interesante y que debían producir resultados que, aunque no los
conociesen bien, redundarían en beneficio de las demás compañeras de trabajo.
● El grupo experimental se desarrolló en el aspecto social. Las jóvenes iniciaron
amistad entre ellas, y dichas amistades se extendían más allá del ambiente laboral. Las
jóvenes se preocupaban por las otras, acelerando su producción cuando alguna
compañera se mostraba cansada. Esto permitió comprobar que constituían un grupo.
● El grupo desarrolló liderazgo y objetivos comunes. Después que salieron dos jóvenes
del grupo original, una de las sustitutas se volvió espontáneamente líder, ayudando a
sus compañeras a alcanzar el objetivo común de aumentar continuamente el ritmo de
producción, a pesar de que constantemente se les pedía que trabajaran con
normalidad.
Al poco tiempo los investigadores, preocupados por la diferencia de actitudes entre las
jóvenes del grupo experimental y las del grupo de control, fueron apartándose del interés
inicial de buscar mejores condiciones físicas de trabajo y se dedicaron definitivamente a
estudiar las relaciones humanas en el trabajo. Constataron que, en el departamento, las
jóvenes consideraban humillante la supervisión vigilante y coercitiva. Sobre todo, verificaron
que la empresa, a pesar de su política de personal abierta, poco o nada sabía de los factores
que determinan las actitudes de las obreras frente a la supervisión, los equipos de trabajo y la
propia empresa.
● Producción controlada por estándares establecidos por los propios obreros, y que no
eran sobrepasados por ninguno de ellos
● Prácticas no formalizadas de penalización que el grupo aplicaba a los obreros que
excedían aquellos estándares, por considerarlos saboteadores.
● Expresiones que dejaban ver la insatisfacción con respecto a los resultados del sistema
de pagos de incentivos por producción.
● Liderazgo informal de ciertos obreros que mantenían unidos los grupos y aseguraban
el respeto a las reglas de conducta.
● Muestras de satisfacción e insatisfacción exageradas ante las actitudes de los
superiores inmediatos por el comportamiento de los obreros.
Esta organización informal permitía que los obreros estuvieran unidos y mantuvieran cierta
lealtad entre ellos. No obstante, los investigadores notaron que, muchas veces el obrero
también pretendía ser leal a la empresa. Esa lealtad dividida entre el grupo y la empresa
podría ser motivo de conflicto, tensión, inquietud y probablemente insatisfacción. Para
estudiar ese fenómeno, los investigadores desarrollaron una cuarta fase del experimento
Una vez familiarizado con el grupo experimental, el observador pudo constatar que los
obreros se la sala utilizaban un conjunto de artimañas: cuando alcanzaban lo que ellos
juzgaban era su producción normal, reducían su ritmo de trabajo. Manipulaban el informe de
producción, de manera que el exceso de producción de un día podía acreditarse a otro día en
que hubiese un déficit; también, solicitaban pago por exceso de producción. Se comprobó que
esos trabajadores presentaban cierta uniformidad de sentimientos y solidaridad grupal, lo que
se reflejó en los métodos que el grupo desarrolló para legitimar sus acciones: consideraba
delator al miembro que perjudicase a algún compañero y presionaba a los más rápidos, a
través de penalizaciones simbólicas, para “estabilizar” su producción. Esa cuarta fase
permitió el estudio de las relaciones entre la organización informal de los empleados y la
organización formal de la fábrica.
Para Taylor, y para la mayoría de los autores clásicos, predominaba el concepto del hombre
económico, según el cual el hombre es motivado e incentivado por estímulos salariales y
económicos. De allí se deriva el hecho de que casi todos los precursores de la administración
científica hayan elaborado un plan de incentivo salarial para evaluar la eficiencia y bajar los
costos operacionales. Taylor afirmaba que si se elegía un buen método, se seleccionaba el
ejecutor adecuado –de acuerdo con sus características físicas- y se ofrecía un esquema de
renumeración basado en la producción –que aumentara proporcionalmente a la eficiencia del
empleado-, este produciría el máximo posible hasta el límite de su capacidad fisiológica, si
las condiciones ambientales lo permitían.
Mayo y sus seguidores creían que esa motivación económica era secundaria en la
determinación del rendimiento del trabajador. Conforme a la teoría de las relaciones
humanas, a las personas las motiva, principalmente, la necesidad de reconocimiento,
aprobación social y participación en las actividades de los grupos sociales en que conviven.
De allí surge el concepto de hombre social.
Los grupos informales constituyen la organización humana de la empresa, que muchas veces
está en contraposición a la organización formal establecida por la dirección. Los grupos
informales definen sus reglas de comportamiento, sus formas de recompensas o sanciones
sociales, sus objetivos, su escala de valores sociales, sus creencias y expectativas, y cada
participante los asimila e integra en sus actitudes y su comportamiento.
En los últimos años del siglo XVIII y al comienzo del siglo XIX, las cosas cambiaron mucho
en Europa Occidental. A través de una serie de rupturas, una Europa moderna se fue
desprendiendo de un orden antiguo. Semejantes alteraciones, que sin duda merecen el
calificativo de revolucionarias, resultan difícilmente de fechar, porque su génesis y su
desarrollo no obedecen a reglas de simultaneidad ni de uniformidad. La primera fase de la
revolución industrial surge en Inglaterra en el período comprendido entre 1750 y 1820, con
influencia en todo el continente europeo y con repercusiones mundiales. Fue la primera de las
grandes transformaciones de la Edad Contemporánea, y una de las más importantes de la
historia. Su impacto generó cambios fundamentales en la economía y en los modos de vida de
la humanidad.
Inglaterra en aquel entonces, era un país que estaba bien preparado para generar un impulso
industrial sin precedentes, ya que poseía una agricultura próspera, un sector manufacturero
desarrollado, un importante comercio de ultramar, que le proporcionaba consumidores,
materias primas y capitales y un gobierno que apoyó la innovación técnica y el desarrollo de
las industrias.
La revolución industrial termina con el sistema económico de la Edad Moderna, dinámico en
sus orígenes, pero que había adquirido mayor rigidez en los últimos siglos. La economía
preindustrial contaba con el predominio de una agricultura deficiente, era la principal
actividad económica, pero su rendimiento era muy pobre, las técnicas eran deficientes,
elementos precarios, escasos abonos para alimentar a la tierra, sistema de campo abierto, que
perjudicaba la producción; con una tecnología precaria, las formas de producción eran el
pequeño taller artesanal, el sistema doméstico o rural a domicilio y la gran manufactura
urbana. Los medios de transporte eran poco efectivos; y un estancamiento demográfico donde
la población crecía a un ritmo muy lento. Las tasas de mortalidad eran elevadas por la
incidencia de las pestes, la hambruna y la inexistencia de buenas condiciones médicas y
sanitarias. Los alimentos eran insuficientes y el sistema de transporte para su rápida
distribución era deficitario. En su base de economía fundamentalmente artesanal, el
comerciante entregaba la lana a una familia y ésta la hilaba, la tejía y devolvía a su patrón el
producto terminado a cambio de una suma de dinero. El trabajo manual fue remplazado por
otro dominado por la industria y manufactura de maquinaria. Significó una nueva forma de
organizar la producción, es decir, de la forma en que las sociedades obtienen los bienes que
necesitan para sobrevivir. Estos cambios en las formas de producir transformaron muchos
otros aspectos de la vida en la sociedad moderna, como las costumbres, las formas de vida,
las ideas, las ciudades o el medio rural. El nuevo modo de organizar la producción permitió
un salto espectacular en las posibilidades humanas de producir bienes. Es por eso que se
habla de una revolución, la Revolución Industrial.
Ella marcó el comienzo de un nuevo sistema económico denominado capitalismo que,
aunque sufrió muchos cambios en los más de doscientos cincuenta años que tiene de vida, es
el sistema en el que vivimos en la actualidad. El capitalismo permitió, como gran novedad, un
crecimiento constante de la riqueza. También implicó que los hombres se organizaran y
relacionan entre sí de manera distinta a como lo habían hecho en el pasado. En las nuevas
relaciones que ellos establecieron en la producción, en las fábricas o en el campo, surgieron
nuevos grupos sociales
Por un lado, la clase obrera, formada fundamentalmente por los trabajadores de las fábricas.
A diferencia de los artesanos que vivían de la venta de las mercancías que fabricaban en sus
talleres –como zapatos, telas, entre otros–, los obreros vivían del salario que les pagaban sus
patrones, los capitalistas. Justamente, el otro grupo social fundamental que se formó en este
proceso fue el de los capitalistas o burguesía industrial. Este grupo estaba formado por los
dueños de las máquinas y de las fábricas. Por su condición de propietarios, tomaban las
decisiones económicas con total libertad, sin consultar a los trabajadores que formaban parte
importante del proceso de producción.
Los burgueses definían qué mercancías producir y a qué precio venderlas; decidían también
las condiciones de trabajo que iban a regir en sus empresas. Contratan a los obreros, les pagan
los salarios y obtenían ganancias de las ventas de las mercancías. En realidad, una burguesía
rica ya existía desde hacía bastante tiempo, lo nuevo era que ahora su riqueza se origina en el
trabajo de los obreros en las fábricas.
El capitalismo permitió entonces un crecimiento notable de la riqueza, visible en el
crecimiento de las fortunas particulares y la transformación de muchos talleres artesanales en
pujantes industrias (como es el caso del fabricante de telas de algodón Robert Peel). Sin
embargo, el aumento de la riqueza no beneficiaba a todos por igual. Mientras los obreros
padecían extenuantes jornadas de trabajo en condiciones laborales y de vida muy duras, la
burguesía no sólo hacía crecer su fortuna, sino que también lograba imponer sus costumbres
y valores al conjunto de la sociedad. Incluso obtuvo el poder político, desplazando al grupo
hasta entonces más poderoso, la nobleza, como en Inglaterra y Francia; o compartiendo el
poder con los nobles, como sucedió en Alemania
Aparición de la Industria.
Con la revolución industrial los empresarios debieron afrontar los problemas de un mercado
en constante ampliación. Producir más a menores costos y tiempo. El trabajo de varios
operarios fue sustituido por la introducción de la máquina. Los artesanos se convirtieron en
trabajadores a sueldo en las fábricas. Y a su vez la concentración de ellos en los
establecimientos fue acompañada por la fragmentación del proceso productivo, en la cual
cada trabajador realizaba sólo una parte del trabajo empleando maquinarias. Esto contribuyó
a la aceleración del proceso de división del trabajo. La reducción de personal fue la cara
oscura de la producción automatizada. En las nuevas formas de organización del trabajo
vemos que en el interior de la planta se mueven equipos que tienen a uno de los obreros como
líder y todos conocen el trabajo de los demás. Se trata de trabajadores calificados y capaces
de realizar distintas funciones, operar distintas máquinas, hacer registros estadísticos y
controles de calidad, de este modo, los jefes y supervisores fueron reducidos o eliminados. En
este modo de organizar el proceso de trabajo los obreros son responsables por la cantidad y
calidad de su producción y de la toma de decisiones. Los obreros son jóvenes, no tienen
experiencia sindical y se adaptan a los cambios. Sus sugerencias para reducir costos son
tenidas en cuenta, lo cual los hace sentir protagonistas en el proceso de producción. Gracias a
revolución industrial las regiones se pueden especializar, sobre todo, debido a la creación de
medios de transporte eficaces, un mercado nacional y otro internacional, lo más libre posible
de trabas arancelarias y burocráticas
Producción en Serie
Antes de la revolución industrial del siglo XVIII no existían grandes fábricas. El trabajo
manual, la habilidad y el esfuerzo físico desempeñan un papel muy importante. Sin embargo,
ya había producción en serie, o sea cantidades importantes de artículos de forma y calidad
uniforme. La utilización del vapor permitió ampliar la producción en serie. Aparecieron las
grandes fábricas y paralelamente fue desapareciendo la mayor parte de los artesanos, que
fueron convirtiéndose en obreros. Las crisis periódicas de la economía que conducían al paro,
a la baja de producción, etcétera, eran bien conocidas. En el siglo XVIII reflejaban alguna
catástrofe agrícola. Era frecuente en Inglaterra crisis periódicas en los pequeños sectores
fabriles y financieros. Se atribuían por los hombres de negocios a errores particulares en las
operaciones de la economía capitalista sin creer que reflejaran alguna dificultad del sistema.
Como lo ilustra la industria del algodón, esta industria disfrutaba de inmensas ventajas
La mecanización aumentó mucho la productividad de los trabajadores, muy mal pagados y en
gran parte mujeres y niños. Pero por encima de todos, el mayor costo fue drásticamente
rebajado por la rápida expansión del cultivo de algodón en Estados Unidos después de
inventar Eli Whitney.
Los empresarios gozaban de la bonificación de una inflación, la tendencia general de los
precios a ser más altos cuando vendían sus productos que cuando los hacían. Después de
1815 estas ventajas se vieron neutralizadas por la reducción del margen de ganancias. La
revolución industrial y la competencia causaron una constante y dramática caída en el precio
del artículo terminado, pero no en los diferentes costos de la producción. En segundo lugar, el
ambiente general de los precios era de deflación, las ganancias padecían una ligera baja
la industria se veía obligada a mecanizarse, a racionalizarse y a un aumentar sus producciones
y sus ventas. La legislación bancaria. En razón del manejo de los grandes capitales y de las
transacciones comerciales realizadas dentro y fuera de Gran Bretaña, fue necesario crear
leyes que permitieran la organización de los bancos y transformaciones en sociedades
bancarias que participaban activamente en la vida económica de las empresas industriales,
por medio del manejo de créditos e inversiones. Los bancos se relacionaban también con la
circulación de la moneda, necesaria para el funcionamiento de las crecientes actividades
económicas. Transformaciones socioeconómicas en Inglaterra, como resultado de la
revolución industrial. Este fue el motor que impulsó al capitalismo, la acumulación de capital
hizo posible, el aumento progresivo de la generación de capitales. Nuevas relaciones sociales
de producción. El sistema industrial capitalista, al tener como propósito esencial el afán de
lucro y el constante incremento de capitales, dio origen a que el trabajo humano se
considerara como una mercancía que podía comprarse con el pago de un salario. De esta
manera, entre patrones y trabajadores se establecieron unas relaciones frías e impersonales
que contrastaba con el trato paternal que antes de la revolución industrial se prodigaba a los
trabajadores e incluso a los siervos durante la época feudal. Estas nuevas relaciones entre los
empresarios y los obreros industriales tendrían por consecuencia serios conflictos sociales, al
exagerarse el interés egoísta de la mayoría de los patrones a costa de la explotación
desmedida de los obreros. Podríamos mencionar como las características más sobresalientes
de la primera revolución industrial respecto a la economía, los nuevos inventos tecnológicos
en las actividades productivas, tales como la suplantación del trabajo textil manual en
industrial; la consolidación de la industria capitalista y el carácter colectivo de la producción.
También podemos destacar el crecimiento acelerado de la población urbana, los movimientos
migratorios y paralelo a esto el surgimiento de una nueva estructura social, simultáneamente
se produjo un crecimiento de la agricultura, como fuente de recursos alimentarios La
revolución industrial hizo posible como nunca antes el aumento progresivo de la generación
de capitales contando con nuevas relaciones sociales de producción. El trabajo humano pasó
a considerarse como una mercancía que podía comprarse con un salario. Como consecuencia
de estas modificaciones surgieron dificultades de los trabajadores para adaptarse a la nueva
vida en las ciudades industriales. Se difundieron las innovaciones tecnológicas a los países
que reunieron los requisitos socioeconómicos y políticos para industrialización: Holanda,
Francia, Estados Unidos, Bélgica y Alemania
Administración en la Revolución Industrial.
Todo se centró en la producción pues gracias a estos cambios se crearon las grandes
fábricas lideradas por un dueño y el trabajador era quien apoyaba a esa producción en
serie. Sin embargo, también hubo una parte fea en esta historia ya que se caracterizaba por
la explotación inhumana del trabajador por tener horarios excesivos, labores peligrosas,
ambiente desagradable ya que no había higiene y para el colmo su tipo de administración
era provocar miedo o ansiedad al trabajador
También aparecieron los especialistas, ellos se dedicaban a la administración de los
trabajos complejos, manejaban los problemas de la fábrica. Por ende y debido a su forma
de actuar en esta etapa comenzaron investigaciones que permitían la defensa de los
trabajadores, esto permitió la madurez de las disciplinas administrativas Fue un gran
acontecimiento para la humanidad, esta se caracterizó por la mecanización de la industria y
la agricultura, la aplicación de la fuerza motriz, el avance de los transportes y
comunicaciones, así como el desarrollo de fábricas. Se propicia el inicio de la administración
ya que se generan muchos cambios en los sistemas de producción, ya que anteriormente
se realizaban de manera artesanal, y con este hecho se reemplazó el trabajo humano por el
de máquinas dando como resultado procesos más productivos. Se empieza a crear una
jerarquía, ya que al momento de crear fábricas se tiene la necesidad de delegar el trabajo y
responsabilidades en las diferentes áreas, tales como director, subdirector, responsable,
coordinador, obrero etc. Estos cambios requieren que la empresa adquiera una
administración para hacer normas de trabajo.
Con la revolución industrial aparece la necesidad de estudiar la productividad humana, la
investigación administrativa, conceptos administrativos, sus funciones y enfoque de procesos,
para que estas sean aplicadas a la empresa y así tener un mejor ambiente de trabajo y mejorar
la producción.
La demanda de desarrollo es más rápida, el mercado crece y se necesita una mayor
producción, y así se necesita buscar más soluciones a problemas cotidianos, es así como se
tiene que estudiar y medir los tiempos y movimientos. Los salarios al no ser fijos, se crean
principios para ayudar tanto a la empresa como al proletariado, (bonos, incentivos, premios
de puntualidad, bonos de producción, pago de horas extra entre otros.
La revolución industrial ayuda a que la administración se desarrolle, la forma de producción
que se estableció y las necesidades que fue requiriendo la empresa y sus trabajadores, para su
mejor planeación, organización, ejecución y control, para llegar a su objetivo de una manera
más eficiente fue lo que inicia la creación de la administración. Es por eso que surgen
estudiantes para la mejora de administrar una empresa, sin estos estudios y la aplicación de
los mismos, el desarrollo de la administración dentro de las empresas no sería el mismo
CONCLUSIÓN