Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
t t I
I E 0lcl I ilE
ARIIGAS
Ediciones LIF tiene el pla-
cer de llevar a V/manos el
primero de sus volúmenes:
obra que ha sido seleccionada
en función de dos valores po-
sitivos: uno, rendir homenaje,
en el paso inicial, al fundador
de nuestra nacionalidad; otro,
destacar el tema curioso y de
interés actual que en estas
páginas se leerá.
Artigas constituirá siempre
una fuente de estudio inago-
table. Con asombro y con de-
leite, usted lo podrá apreciar;
aquí se discuten y analizan
aristas de su personalidad, de
su obra y de su medio, que
nunca ft¡eron expuestas ni se
enfrentaron con tanta since-
ridad.
LIF empieza, pues, a gndar
impulsada por felices auspi-
cios; mejor dicho: LIF ya
avanza, con seguridad. Y, al
marchar, saluda a los lectores
de su "ARTIGAS", agrade-
ciéndoles la acogida que a este
esfuerzo brindarán.
A R T IG A S
r-l¡i)!it0l tlyit püi].i
tAlt0 rJ! U( ;\. it,,i.1;
I
NESTOR SILYER.\ ANDUIZA
ARTIGAS
CONDUCTOR CIVIL LAICO
DE UN PUEBLO Ei,,¡ ARMAS
SU S]STEMA:
LAICO
REPUBLICANO
FE DERAL I STA
ED!TORIAL N-IF
M ONTEV[ 5EO
1 963
\
"CON LIB\iRTAD. rV/ OFII\:DCI Nl TEi'/tO''
Si,s ?¡rir¿r:i?;ios
IV. S. A.
TiEI{PO Y LUGAR
-11 -
.. E¡p¿¡¿, Car.los III
cle Borbórr. qrie
' ¿.i'¿i eso er.an estas tierras, una cle ins
c'c,loliias . . .
Poi' allí cerca, también estar.áir io¡
Regicloi'es, apoyaclos en sus varas dr_,
:nanclo, ostentando el boato cle Ia Uolte.
riismjnuício en proporción a. . . la cli-._
tancta.
Por.allí, más lejos, Ios súbditos, cor:
sus hijos )¡ nietos envueltos e, poÍrro 1.
nostalgia, a la puer.ta cie sils ,,casas,, dL
paja ¡, ilarro, esperanclo al.s'írn contra_
llanclo par.a podei. subsistir,.
Se desvanece el polvo; se aDagan los
ecos clel br.once; se r.establece el iilencio
rle aiclea clentro del r ecinto, ), ,,alq,o.,
queclzr en el ambiente, como un'p"esaiic,
aluitciador.-cle qtie, el Sol empieza a de_
clinar cn el hnpei,io cloncle ,?nunca.. s.
Jlonta.
.ia"$ln- pasaclo r,¿r.ios años y la ,,escut_
clel Convento cle San Fráncisco, (tc,_
r.lc es t'santo" en esta época), tiene en_
tre sus alumnos rino llar¡aclo José At.ti_
Í_l'as.
(Jesualdo, en su obra ..Artigas,, de1
\¡asa._
llaje a la Revolución, eclición 19_10. p. 111r
_12_
t
Allí le enseñan. con el lema de que, ,,ia
letra con sangre entra", a leer, escribir,
cuentas, refunfuños latinos y mucho ca-
tecismo, según ia obra citada, y en la
rnisma página:
"con Lln temperamento que se aÉll1-
cliza a la sombra de los humildes;
siempre reacio a las situaciones cl.c
injusticia creadas a su alrecledor';
cle un caráeter fuerte y bravío; c1e
genio travieso y emprendedor",
pugnando siempre "por quebrantar el
freno de la disciplina escoiástica a
Ia cual nunca puclieron plegarlo, al
paso que buen compañero conserva
en su trato 1as amistarles que ac1-
quiere en los bancos cl.e la éscuela.
Entre ellas la de Fernaudo Torgués
u Otorgués, su pariente, genio brus-
co, selvático, franco y generoso
hasta el sacrificio, her.moso y atra-
yente como varón bien fortnado,
que es de los mejores qne sirven a
su compañía ¡,- distracción,,.
_13_
-, s métoclos, ái'ida explicacion
ruclimentos dei cono-
. =,Jolástica cie
úcl' por la memoria 1r 91 gart'ote".
(Jesuoldo, obra citada, pág. 120).
-1,4_
cle 1¿ Naturaleza y en sus páginas bebe
las cluras enseñanzas que eicrliben seres
que se ilarecen mucho a un Hombre. . .
Tal vez cultive por allí la amist¿rc1 rie
Rafael Hortiguera, para mitigar ia. so-
ieclacl salvaje clel arnbiente geogr.áfico
.\, i:ltmano.
_15_
TaI vez de ella sepan algo las estre-
ilas cie la noche del2 de febrero de 1811,
cuando prendieron sus cliamantes en las
pupilas del "clesertor", que se balancea-
ra en ei débil barquichuelo, que henclien-
clo las olas del Ríb Uruguay, pone proa
rumbo a Buenos Aires. Quede en el par-
pacleo cle esas estrellas, rutilando la res-
¡:uesta, mieirtras los hechos posteriore-r
nos \¡a)¡án contando sus efectos.
_ 16_
¿ PH,ESIDENTE ? ¿ DICTADOR ?
¿REY? ¿INCAT
_
-17
L
Pero es clifícil, muy difícil irnaginarse
el proceso mental de José Artigas, por
el eual llegó a formular "su sistema" con
earaeteres precisos, indicados en las Ins-
trueciones del año XIII, y en todas las
oportunidades en que expresa su pensa-
miento, fijando en forma incontroverti-
ble, sus principios de libertad y de res-
peto a la soberanía popular en un mo-
mento y en un medio totalmente adver-
sos a tales postulados.
Para nuestro gran poeta Zorlilla de
San Martín, habría un inclieio. Oigzirnos-
le:
"Yo atribuyo grande importancia a
ese contacto de Artigas con Azara;
a la activa participación de aquéI,
sobre toclo, en la obra y el alto pen-
samiento de éste. Estoy persuaclido,
sin embargo, de que el problema, en
toda su extensión, era dominado
con mayor intensidad por Artigas
qlle por el mismo Azata".
(Pág. 156 del tomo I de la "Epopeya de
Artigas", edición 1910).
-18-
ARTIGAS Y ..SU SISTEI\{A''
¡ 1Bi0 !
ol
T
UNA REVELACIO}{ TREi\{ENDA
tr,a llegada cle Sarratea a la Bancl¿r
Orientai Ie levanta a Artigas Ia punta
del velo que cubre el esceirario católico-
Iogista. Este gran visionario compren-
cle, que ya no habrá más fecleración ni
más "sistema", con los integrantes cle
este grupo. Tremencla revelación que ha
cle poner en su espíritu nna gota cie hiel,
que 1o hatá tomar con enol"ttles t'esel'\¡as
toclo io que venga cle sus antiguos com-
pañeros de iucha de allende el Plata, t1e
los que, en cierto aspectc, era subalter-
no. Nuevamente tendrá otro N{uesas
eontra quien rebeiarse. Su "contra-es-
pionaje" le clirá el resto. Lo prueban re-
petidas actitudes suyas, aparentemente
cliscordantes, pero luego justificaclas
llor resolueiones clel "Directorio".
- Artigas se rebela; "desertor" clei Ce-
rrito, es seguiclo por su pueblo, para es-
tahlecer juntos eI campamento delAyui.
eomo nueva capital de su federaeión.
LA BANDA ORIENTAL
E}IA}ICIPADA Y SU CONDUCTOR
¡
turbar el orden y envolvernos en
nuevas revoluciones. Así es que en
ese caso sea usted inexorable y no
condescienda de manera alguna eon
todo aquello que no se a.juste a la
justicia y ala yazdn y castigue us-
ted severamente y sin miramiento a
!.o{or los que eometan actos de pi_
Ilaje y que atenten a la seguridid
o a la fortuna de eualquierá de los
habitantes de esa ciudád,,.
(De Ia enviada a D. F. Rivera)
-25-
-18i). eciición de prihlieacla oficral-
L95i-1,
niente como homeiraje a} atr.tor.
(Los subraYados son nuestros)
-to-
Estos conceptos son emitidos en 1815
en el Campamento del Ayuí, mientras
mordía-el aima del héroe la preocupa-
ción de tener a su alrededor un pueblo
entero eorroído por todas las miserias,
pero altivo y soberbio porque había sido
caTlaz de dictarse su destino.
trl flamante Gobernador de la "Capi-
t_a1", de esa ciudad reeién emancipaila
clel yugo español, pareee recibir coñ be-
neplácito las "recomendaciones,' de
guien, seguramente, seguía siendo el je-
f,e indiscutible del pueblo oriental.
Y a pesar de ser Artigas indisctiticlo
Jefe de los Orientales, de tener en sus
manos la fuerza, de ser el_todo, no asit-
mió, como pareee ser hoy día norma s.e-
nerai cle los nuevos jefes revolucionarios
americanos, é1, en persona, la jefatura
civil de su amada Banda. Sin-esperar
años de estabilizaeión social, para trans-
formar el medio salvaje, o semi-saivaje,
tuvo la preocupación inmediata de con-
vocar al pueblo, al que reconocía como
único "soberano" para que expresara su
voluntad.
Ya lo había dieho, inmediatamente a
- áa
-
-:- :-Eer victoria. Vencedor del déspo-
.¿ iernandino en Las Piedras quiso ^oír
;z \oZ de su pueblo siendo frustrado en
sus intenciones por el dirigismo ,'direc-
torial", vía Rondeau. Nuevamente lo in-
tenta llamando para el Congreso cle
Mercedes que debió realizarse-el 19 cie
setiembre de 1815. El ajetreo revolueio-
nario no 1o permite. Pero insiste. Oigá-
mosle:
"...Deseo llenar la eonfianza cle
mis conciudadanos y que ellos me
inspiren sus recíprocos sentimien-
tos. Así poclrán adoptar sus medi-
das saludables y nuestra seguriclad
interior se afianzará sobre lós polos
de la opinión y tiel poder,,.
Ayaíz de la asonada que depuso a Ba-
rreiro, y en la que intefvinieion Dáma-
,so larrañaga, Fray José Lamas, Juan
II. Pérez, el Dr. Luis Revuelta, Luis E.
Pérez y Felipe Maturana, escribe Arti-
gas:
"Con esta fecha dirijo a la Hono-
rabie Junta Electoral las mismas in-
sinuaciones que a V.S. sobre recla-
_28_
¡r
mación de entrambas autoridacles
datada el 15 del _que gira. Me doy
por exonerado de esa obligación,
dejando en manos del pueblo orien-
tal el tomar las medidas convenien-
!..q prp_garantir su seguridad y fe-
licidad. Varias veces le he hécho
presente a V.S. que todos mis votos
eran dirigidos a tan digno fin. Si
ellas aun no son bastantés para lle-
nar la priblica confianza \r.S. fijará
las proviciencias necesarias, haéién-
dose digno de sí y de la esiimación
de sus eonciudadanos. Para ella cie-
libere V.S. a quién se han de entre-
_ga_r las tropas ¡, pertrechos que se
hallan en mi poder, ¡, tocio 1o qrie se
etea oportuno para coilservar ia
Eioria ¡r esplendor de la provincia.
Yo repito a V.S. que me hace inca-
paz de perpetuar la obra después
que rnis providencias ni son respe-
tadas ni mereeen la pública estima-
ción".
(Eduardo Acevedo, obra citada, tomo II.
páginas 517 y 518). (Los subrayados son
nuestros). Los datos que siguen son cjel
mismo texto.
-25-
E
Como consecuencia de tal estado de
cosas, se reúne el Congreso, según ofi-
cio cle la Junta Eleetoral del26 de mayo
de 1815 y resultan electos los señores
Dr. Dámaso Larrañaga, Lucas José
Obes y Prudencio Murguiondo.
En la pág. 519, podemos ver otra mani-
festación de Artigas:
-30-
tamente de su resuitado, para adop-
tar las medidas convenie^ntes,,.
Ya- quisieran muchos ,,jefes,, que se
guardara en el sagraclo cofre de sus con_
eiencias una joya como ésta !
Se reírne el Cabildo y confirma a Ar_
tigas en su cargo y le expresa su abso_
lnta confianza-
Podrían ia intriga y la calumnia ases-
t¿rle un golpe a Aiti§as, p€ro a espalclas
g_e su puehlo. Ambos conviven en ,,pur.i_
f;rcación', mientras aquél no clescuida a
Montevideo.. Ningún que impli_
que trascendencia en -iletalle,
la vicla naeional es_
capa a su ojo avisor. Se va a funclar la
primer biblioteca y su permanente cle_
seo de _que fueran jos ^Orientales ,,tan
ilustrados como valientes,, se repite en
Ia frase ya transcripta: ,,eue .ó^ru *o-
leste ni persiga a nadie por sus opinio-
nes privadas',.
A+_iga¡ estaba profundamente con-
vencido de que es imposible una auténti_
ca soberanía popular si no está cimenta_
ria el Ia laieidad, es clecir, en Ia convi_
veneta respetuosa de las ideas aienas,
Con tin pueblo paupérrimo u qri.rr'aten_
. Jf
--
der; con un ejército desguarnecido al
que debía armar; con una invasión.po-
.{erosa en ciernes, QUe ya preveía, tiene
un minuto para acordarse de pedir al
Cabilclo ". . . cuatro docenas de cartillas
para atencler a ia enseñanza de estos jó-
irenes y fundar una escuela cle primeras
letras ón esta nueva población. . .". (Pu-
rificación).
Si le faitaran títuios !1ara ser un hé-
roe, bastaría éste solo para su consagra-
ción !
Completando la obra social y cívica, eI
Cabildó de Montevideo va a fundar el
primer periódico patrio. Tal hecho, eo-
mo no podía ser de otra form¿, reper-
eute en-el Ayuí, desde donde vienen ex-
presiones como las que siguen, dignas
rlel que fundó "su sistema" amasado en
san§re, para evitar Ia sangre; imagina-
clo án ambiente dogmáticc, para termi-
nar con éi; elaborado con eoraje para
afianzar la libertad; y puesto a conside-
ración clel pueblo, para sellarlo con la
vitktriea cle la soberanía popular.
"En todas sus páginas se cuidará de
no ofender jamás la deceneia Y ho-
oo
nestidad cle costumbr.es (que foi._
rnan la base cle ia feliciclaá de los
pueblos.),
-con s¿rcasmos, burlas y
riemás indecencias, que ai i--aso que
rnanifiestan debilidad en ei c,ue a"_
guye, repugna a Ia moral. trl i.Jio_
ma nativo es rico y abuncia en fi.a-
pes y er1:r'esiones con que explicar.
los conceptos sin recui.iir a tán in_
ciecorosos rnedios. En u.na palabr.a,
un i:erióclico es un teatro áe
ñanr,a públiea y no ul1 circo cloncie
",r_.e_
se desfoguen las pasiones,, !!
Así es Artigas, héroe iaico ltor natu-
valeza ! Etr ningún nioli.lento, en sLls
abundantes l.ecoinendaciones a g.ober.na_
clores, Cabiklo y pr-ieblo. supecliia sri ¿rc-
crorr a las clil.ecti'ices ciogliláticas de 1¡.
trglesia, como er.a_ Llso r- costumbl.e por.
aquellos tiempos cie la cjominación espa_
ñola.
(El tlozo ar¡iba transcripto pertenece a
la obra citacla cie Eduar.do Acevedo, tomo
II, pág. 541).
Es de destacar aquí ia actitud de La-
rraÍiaga. El Cabilclo pretendió confiarle
-33_
el cargo de revisor o cen§or de la "pren-
sa" en eiernes. A esa pretensión, contes-
ta Larrañaga:
"Ni es comPatible con mis muchas
y graves obligaciones, ni 9oT los
á"ñti*i.ntos flberales sobre la liber-
tad de imPrenta Y el don de la.Pala-
bra, que como uno de sus Prlmor-
diales derechos reclaman estos pue-
bios".
Con esta cita tomada de la obra arri-
ba indicada, pág. 542, queremql hacer
j*ri.i, u .été sácerdotg cuya 1ínea de
tánducta en esta actitud laicista es coin-
cidente con la irazada por Artigas, Y
aiustada a la ley de imprenta sanciona-
ü¡"..t t.t. Tiiunvirato de Buenos Ai-
Rivada-
,:á*ip*oprresta por el Secretario
via. Larirentambs que más adelante ten-
gr*o* que rectificar otros aspectos del
ñit"r; sacerdote- ¿O será que, a raíz de
esa actitud, haya caído sobre é1 alguna
"exeomunión mayor" de la Iglesia
que
controlaba, y controla, el pensamiento a
través del "INDEX"?
-34-
I
-35-
¿ QUIENES SE OPUSIERON
AL
..SISTEMA" DE JOSE ARTIGAS?
Es evidente que los enemigos de José
Artigas fueron los elementos porteños
consiitutivos de los "Directorios" suce-
sivos. Bauzá inculpa clirectamente a la
Logia Lautaro, hacienclo aparecer a és-
ta iomo un "algo" que dirije, controla,
hace y deshace, cual una autoridacl so-
'brenatural, omnipot-uqt-.. Aparece pues
como Lrna mano rnvisible que manejara
a los dirigentes cual animados títeres
cie] escenario revolucionario.
Cabe destaear que las rivalidades en-
tre ei grupo dirigente pcrteño y Arti-
g'as, ya habían comenzado con la Junta
Grancle y con el l"er. Triunvirato que
firma el armisticio de octubre de 1811,
mientras que la fundación de Ia referi-
cla Logia data de lBLz, con ia llegada cle
San Martín, Alvear y Zapiola, según A.
-36-
Lappas, "La Masonería Argentina" edi-
ción 1958, pág.62.
Es evidente, también, que los prima-
ces de la revolución fueron a su vez in-
tegrantes de esa Logia. Cabría pues su-
poner, que, cual los partidos políticos cie
Ia aetuaiidad, los dirigentes porteños to
maran sus resoluciones "cle Directorio",
dentro cle Ia Logia, para trasplantar.la
luego, al vasto escenario popular.
Pero no es esa ia sensación que surge
de entre líneas en la obra cle Bauzá.
Es notorio que la Franc-Masonería
tuvo, en todo el ámbito de la América
coloniai una poderosa influencia en el
impulso del movimiento inclependentis-
ta. Desde Franci"qco Miranda en el l,lor-
te, a San Martín en el Sur, casi toclos
Ios dirigentes, militares o políticos per-
tenecieron a esa institución. Y en ei se-
no de una logia, en el Norte, surgió ei
acta cle independencia de los Estados
tlnidos.
Hasta fines clel siglo XIX, ias logias
masónicas estuvieron integradas por
preeminentes elementos católicos, incln.
so sacerdotes. Así, por ejempio, Juan
ilIastai Ferretti, poco antes de llegar a
ser el PaPa Pío IX, fue "hermano cle
Giuseppe Garibaldi(1). Después de fin cle
ese siglo la mayoría de los franc-maso-
nes abrazan la corriente liberal y la es-
cisión se hace total.
También es notorio que Ia revolución
francesa fue impulsada por esÉ) movi-
miento. poi' lo que lleva su lem¿:
Libertad - Igualdad - Fraternidad.
Producido el cisma, las altas autori-
dades eelesiásticas se ponen serias y
eondenan y anatematizan a la institu-
ción.
De la Santa Sede comienzan a salir,
eual iluvia de dardos contra los movi-
mientos liberales encíclicas y pastorales.
(1) Según Mauricio de la Chátre, en su obra
"Historia de Los Papas y de los Reyes", tomo V,
pág. 351, Juan Mastai Ferretti, luego Pío IX, fue
i'masón, iniciado y elevado aI grado de Maestro
en una Logia de Filadelfia" a 1a que asistía con
reguLaridad y en la que hizo entusiastas manifes-
taéiones de la misma. Esto debe haber sucedido
alrededor de 1824, es decir, poco tiempo después
de haberse ordenado sacerdote ante el fracaso de
su intento de ser militar.
--38-
La declaración cie los Derechos rlel
Hombre son reeibidos por Pío VI "en su
breve del 23 de abril de 1791" con esta
eordial aeogida:
"Pío VI manifiesta que los 17 ar.
tículos sobre los dereehos clel hom-
bre en Ia declaración hecha por' la
Asamblea Naeional de Francia, son
contrarios a ia religión -v a la so-
ciedad".
(Tomado de la "Historia Política de. los
Papas" del Dr. Celedonio Nin y Silva, ecli-
ción 1943, pág. 19).
-39-
L-_
Esta aseveración está basada, en prin-
cipio, en que, la enemiga jurada de los
regímenes laicos, ha sido, €s, y será la
ICAR, (como la seguiremos designando
por brevedad).
Además, pasamos a demostrario do-
eumentadamente, no sin antes expresar
eue, algunos siglos antes del cisma lVIa-
sonería-Catolicismo, se produjo otro,
cientro cle la propia Iglesia, que clio ori-
gen al Protestantismo, r,iendo éste con
buenos ojos los principios básicos cle lai-
ciciad.
La ICAR, que domina clogmáticaÍlen \
te a su grey, y a sus sacerdotes, ha
permitido siempre, con gran habilidad,
que ambos tomen posición personal en
Ios grandes conflictos de la humanidad,
aun cuando sea en forma antagónica"
Casos recientes: en la guerra española:
en las recientes revoluciones america-
nas, caso Perón en la Argentina; caso
Stroessner y Talabera en el Paraguay.
Pero siempre, a lo largo de la historia,
la alta jerarquía con el Papa a la cabe-
za, se ha aiistado junto a los totalitarios
-40-
¡.
de derecha: Mussolini, Franco, etc., a las
monarquías y junto a todo dictador que
haya pactado con ella.
Volvienclo a nuestro tema, vemos sa-
cerdotes junto al Gobernador Elío, como
junto a Artigas combatiendo a aquéI.
Pero vemos a Pío VII recomendar con
eufórico acento ciega sumisión a Fer-
nando VII.
Dice Barlos Arana en su Compentlio
de Historia cle América, ecl. L927, páSi-
na 246:
"En 16,19, existían en América ocho-
cientos cuarenta (Conventos). Este
número casi se cuaciruplicó más tar-
de. Para su sostenimiento poseían
extensas propiedades adquiridas
por herencia. Un testamento que no
contenía algún legaclo en favor de
tros conventos, pasaba por un acto
de irreiigiosiclacl". (Si el lector co-
noce la "Mónita Secreta" se expli-
cará fácilmente esta situación, re-
corclando el lnétoctro allí preconiza-
do).
-41 -
Pero escudriñemos ann más: en las
nrooias actitudes de los sacerdotes "pa-
friolas". Y empecemos por el más des-
tacado de entré elios, sin lugar a dudas'
Dei Congreso de ia Capilla Maciel en
1813,tt1 salen designados como represen-
iu"t'** de los 23 Pueblos de la Banda
Oi'iental, tres saóerdotes: Larrañaga'
Charruárín y Salceclo' Este Congreso,
ya 1o vimos, por razones funclada§ no
tontó con eÍ beneplácito cle Artigas' A
nesar de ello, ilegi"nrlo a Bnenos Aires'
Lstos clelegaclos se cian cuclrta cIe cruc'
"al empaqiretar sus papeles, Lai'rañaga
ineluyó siñ quererlo (¿ ?), en los antece-
dentés respéctivos, una earta.de aviso
firmada pór Artigas, anunciándole sn
nornbramiento. Y preeisamente, esa car
(Bauzá, obra citada, págs' 165-166)' L"
interrofante y el subrayado son nuestros'
-42*
taes ia
-B"g* para desconocer a la repre-
sentación Oriental".
Este punto, a la luz de actuales docu-
mentos, aparece discutible. Pero es in-
negable que, estando Larrañaga aún co-
mo clelegado de la Bancla Oriental, acep-
ta el cargo rentado de Sub-Director rtre
Ia Biblioteea Naeional (de Buenos Ai-
res) preeisamente de manos del gobier-
no porteño que acababa de ciesconocer
-*u-o fueros. . .
(Tomado de Ia publicación oficial heci^ra
por Ia Comisión Universitaria de Home-
naje a Larrañaga, edición del B0 de d1-
ciembre de 1951).
Este descuido o este detalle en Ia ac-
titud de Larrañaga, ¿habrá teniclo al-
guna divina lelación con el hecho acae-
cido el 23 cie agosto de 1813 cuanclo
"echáronse a vuelo las campanas de los
templos" para festejar los réfuerzos qrne
acababan de llegar de España para po-
tler derrotar a Artigas?
(Bauzá, obra citada, pág. 1?B).
É--
a} Cabilclo de Montevideo con referencia
aI Padre José Benito Lamas y al otro
Padre Otazú, que estaban en el cuartel
general cle Purificaeión, el trozo que si-
gue?:
"Yo, sin embargo de serme tan pre-
ciosos para la aclministración del
pasto espiritual cle los pueblos que
carecen cle sacerdotes, me despren
do cle ellos porque sean útiles a ese
pueblo ya que Y. S. manifiesta la
importancia que ellos clarán al en-
tusiasmo patriótico. Si el Padre La-
mas es útil para la escuela, co1óc1ue-
sele, y exhórtesele al reverendo
guardían y a los demás sacerdotes
de ese pueblo para que en los púlpi-
tos convenzan cle la legitimiciacl de
nuestra causa, animando a su adhe-
sión y que con su influjo penetren
a los hombres el más alto entusias-
mo para sostener su libertad".
(Eduardo Acevedo, ob. cit., t. II, pág. 538).
-45-
Volviendo al punto iniciai: ¿ Qué fuer-
zas eran, en realidad las que se opusie-
ron al "sistema" artiguista? Debemos
ec¡nfesar que el hermetismo de dos gru-
1..os, !'ranc-1\{asonería e ICAR, hacen ctri-
fícil descubrir lo que apenas esboza la
historia.
Bauzá, en su obra ya citada iirculpa
a la Logia Lautaro de mr¡nárquica y au-
toritaria. Da como integrantes de tal
ii:stitución a casi toclos ios hombres no-
tai¡les que hicieron la inclependencia ar-
gentina, entre ellos, San Martín, Belgra-
no, Pueyrredón, Alvear(2). . .
Confirma estos nombres un reciente
iÍhro del Sr. Augusto Barcia, titulacio
"San Martín y la Logia Lautaro", edi-
ción 1950.
Es de suponer que, si todos, o casi to-
cios los primaces que clirigieron la revo-
hición en las "pi:ovincias" de allende el
(2) Según Zúñiga, "La Historia de la Maso-
ner'ía Argentina", pág. 2g: ,,La Archicofradía del
Santísimo Sacramento de la Catedral de Buenos
Air_es, contaba como miembros al Gral. Belgrano,
alliguel de. Ascuénaga, al Director Supremo, Grat.
J"tsn Martín d.e Puegrredón, quien-además fue
Hermano de la Esclavitud de la Cofradía del Es-
c...cu lario".
-46-
Puío, integraban la logia, las decisiones
tomadas eu sus r.euniones no eran ,'im-
tJnestas" por la Logia. Se ias impon-
drían ellos rnismos, y tratarían cle ha-
cerias lll'o-qilerar en el resto de los no in-
tegrantes.
Es evir'ler-rte que ese nílcieo era cle ten-
clencia mon:rrquista y cle un acenclraclo
catolicistno hasta el ertremo cle ponerse
bajo la protección cle Vírgenes en víspe-
ra cle batall¿ts: Vii,gen cle ia Merced pa-
ra Belq"rano: .r-ir.gen clel Carmen, para
San Martín.
(H. D.. "iiistoria Americana',. ed. 1926"
págs. 171 ¡' 3ü3. respectivrrnente).
I
favorables ai buen éxito de la cau-
sa que defenCían, ni tampoco con-
fcrmó su conducta a los altos, no-
trles.y humanitarios icleales que la
inspiran ni a las normas de toieran-
cia y fraternidad que la rigen y re-
gulan".
Tratanclo el tema "La Masonería", e1
Dr. Celedonio Nin ), Sih'a, en su libro
"Historia política c1e los Papas, edición
1943, pág. L31, clieé así. alucliendo a las
palabras clel Papa León XIII y sacadas
de Ia encíciica "Humanun Genus":
"Si es cierto que la Masonería sus-
tenta que todo dehe estar subordi-
nado a la razón, Qü€ no existe le-
velación divina, que Adán es un mi-
to, y que por io tanto no puclo haber
pecado, que es partidaria del divor-
cio, de la instrucción laica, de las li-
bertades individuales y públicas, cle
la soberanía popular y de que las
Iglesias estén separadas del Esta-
do, entonces debemos proelamar
que la Masonería es una instituciór"l
liberal y democrática que merece la
^o
eonsideración y el apoyo de todos
los buenos ciudadanos".
Para el Papa León XIItr, todas esas ca-
racterísticas eran causa de anatema y
excomunión !!
Cabe deducir de lo que antecede, que,
si Ia Masonería o Franc-Masonería te-
nía y tiene, como principios básicos, ei
Iiberalismo político y la laicidacl en la
enseñanza, como cuerpo, no pudo ser,
como no lo pocirá ser ahora, por sus cli-
rectriees, contraria al "sistema" arti-
guista que proclarnaba iclénticos princi-
plos.
Veamos ahora a ia Iglesia Católica
Apostólica Romana clesde ai'riba:
(Tomamos de la obra citacla clel Dr.
I.Iin y Silva, págs. 24 a 29, terna "Rela-
ciones de Pío VII con Napoleón después
del Coneordato"). Aciaremos antes, que
por el tal Concordato, Napoleón le per-
mitía a la ICAR extender sus activida-
des en Francia. Y obligó a Pio VII, a
coronarlo en su propia tierra, arraneán-
dole Ia corona de las manos, lo que éste
soportó. . . cristianamente.
-49_
Este Papa, Qüo clejando el nombre de
Gregorio Bernabé Luis Chiaramonti,
pasa a ser Pío YII, al iniciarse el siglo
XIX, hasta 1823, es el mismo que tam-
bién ungiera a Napoleón con la corona
de Rey cie Itaiia, en Mi1án; y también es
el mismo que condenara con su bula cle
"Ecclessian a Jesu Christo", del 13 de
setiembre cle 1821, a los Carbonarios,
institución masónica o afín con la Ma-
sonería. Y por dicha buia prohibía a los
"católicos afiliarse a la misma, asistir
a sus reuniones, pl'e-stal' ningírn servicio
a sus miembros, ¡' orclenanclo a todos,
bajo pena de excomunión mayor, el cle-
nunciar a los que la componían".
"Afirma ei Papa en esa bula que los
preceptos moraies cle los Cai'bona-
rios son impíos, porque (clice ahora
el Papa), dicha sociedacl repite que
es permiticlo excitar sediciones pa-
ra despojar de su poder a los reyes
y a los qLle están revestidos cle au-
toriciad, haciéndoles la sangrienta
injuria cle ciesignarlos a todos indis-
-50-
!
tintamente con el nombr"e de tira-
nos"
Aquí tei'nrinan las palabr.as papales y
la cita.
Ya poclenros sacar clos conclusiones:
1+) Se confii'rria plenarnente, corno 1o
habíantos clicho, que ias institucio-
nes masónicas estaitan integraclas
]ror católicos. e inciuso, llor sacer-
clotes.
2'!) Que irasta esa fecha se les perrnitía.
o había ltasaclo inaclver.ticio que al-
gunos feligr.eses habían osaclo 1la-
mar tii'anos ¿l los le¡-es, enti.e los
cuales est¿rba. "nriesrl,o autaclo Fer.-
nanclo \¡II", segírn expr.esión clel
Papa Pío YII.
La c'locunent¡ción cle est¿ época, cle la
anterior y c1e la siguiente, no tieja lugar.
a clilclas cle que la ICAR es la énemiga
irreconciliable clel laicismo. E11a saÉe
muy bie.n, y i_o ha pr.acticaclo, a la par
que un llfussolini, un Hitler, un Franco
o Lrna Rusia comunista, qLle apoderán-
_
-51
desde sus
dose de las mentes infantiles
;;í;.*t años Pueclen modelarlas a stt
antojo Y caPricho.
Para eonsegulr esta aeció!-dominan-
t.]*""t*nerlá y afincarla la ICAR tran-
que
;;;-;liá .oi cualquier régimen t42a'
; ü pd;ita, caso Pérón Y-la leY el
;Poclría entonces la lCAR'-tolerar
lai-
"*io.iuüuird. Á;'aig;s de corte liberal a la
cista. sistema pofel eual se separa
-",Ñ; del Estado? que algunos cle sus
IElesia
habrá dejaclo
.úffái;"ü i;; ;;¿;'áotes "pátriotas" si-
ñililí lá¿. de Artig-as eomo '*lsa-
res espías con salvoeonducto de "exco-
'--lu nraYor"? no la totalidad cle los
munión
*uvoría, si
d'e la revolució-n rioplaten-
"*h.*bies
Xá";ir";áioiiá* *
§á" Martín a la
eaheza.
a
Por otra parte es arehisabtdg Uue
ins natriotai se les presentó eI tremen-
to-
ffi üiJ;;-áét n.ut Éatronat-o'-sobre
do. una u., q,rt-Ftrnando VlI*d-espués
;;"ü;;ut'; Presidio en ValenceY'
¿'u .o
I.-rí.? e.Pá,u' Ñaturalmente que' 1o
-52*
I
cle Real Patronato era el antifaz bajo
el cual qued_aba disimulado el aspec[o
económico de los cuantiosos intereses
qu_e estaban en manos de los altos pre-
lados. Así lo confirma esta observaóiór,
,,Th.e
$g C_. H..Haring, en su obra Span-
ish.Empire in America',, ecl. 1947, pigi-
na 191.
(Traclucción):
"Realmente 1a prosperidacl y rique-
7ag cle la iglesia, y su influencia po-
lítiea, resultado de tales riquezas,
constituyó uno de los más embara-
zosos problemas qlle se le presenta-
ron a las nacientes repúrblic¿s clel si-
gio XIX. .."
¿ Cómo influyó, qué directrices secre-
tas impartió la ICAR a sus'ricarios pa-
ra dirigir el pensamiento revoluciona-
rio ?
¿Por qué no lo dice la historia?
¿ Es oosible imaginarse a Ia ICAR des-
entendicla frente a un continente en ebu-
llición en donde tenían, según ya vimos,
miles de conventos y altos preiados colr
erihuberantes clotaciones? -
-53-
5..
¡De ninguna manera ! Habiendo Per'-
eibido que los elementos dirigentes es-
taban imbuíclos de }as ideas "ateas" cle
Ia Revolución Francesa, }a ICAR tuvo
necesariamente que tomar parte activa
¡r clecisiva para no percler la hegemonía
abierta que tenía y transformarla en
otra sritil, pero no por eilo menos férrea,
sobre millones cle seres, con miliones cle
...doradas promesas.
Su trabajo fue fructífero. La Consti-
tucióir aprobacia ei1 L830 ¡ra no tuvo
aquella frase de las Insti'ucciones clel
año XIII:
39) Promoverá Ia libertad civil y re-
Iigiosa en toda su extensión ima-
ginable!
Artigas no Ie podía conveuir a 1a
iCAR."Esta, con sú penetrante pocler c1e
confesión, y su tremenda riqueza, hubo
cle despieg'ár en las márgenes clel P1ata,
como en el resto de las colonias, como
un ala inmensa y siniestra sus sotanas,
¡rara eliminar a Artigas. ¡Y 1o eliminó!
- Ninguno de ios sacerdotes "patriotas"
acorepañó a Artigas a su ostracismo. I'{i
-51 -
siquiera su ínti.mo ;r pariente secretar.io
ftIontei'roso, quien, yéndose a Chile, ¡'
aventanclo sus hábitos monacales, se cle-
dicó a pingües negocios, para luego
afrontai' su propio drama clenti.o de sus
cófrades cle ayer.
Artigas eir el ostracismo, vilipenclia-
dc, injuriaclo, clesconociilo, sin pocler al-
g'uno, \'a llo tiene interés para la ICAR.
Pei'o la inerorable obra clei tiempo va
l'estitri¡'enclo los pt'istino:. r.,alores a los
grancles r-isionai'ios, que han siclo, y es
lógico que así sea, iircoml;i,eirclicl.os pot
la meclioci'iciacl ambiente.
Aquei r-ie.io ¿itto-er»ati'j¿rcio. aqr-re1
campesino ig'norac'lo qrle se seirtaba a to-
nxar mate, ceL,aclo llor sri fiei Ansina
(¡oh, milagro cle ios hrirnilclesl), ala
sombra dei lbii'apitá, rincle tributo a la
muerte eltti'auclo ltoi'las anchas puer.tas
rle Ia inlloi'taiiclacl para ser. e} símbolo
cle una nación. Nuevamente ie intere-sa
a Ia ICAR el personaje y trata de pi.e-
sentarlo como a un gran católieo qr-re
siempre estuvo apoyaclo por la ICAR.
-55*
Así vemos ese triste tema "Religión
cle Artigas" que en la llam.ada Nq 2 de
la pág. 5go de U. D., ob. cit., se- salva del
anónimato porque surgió de la esrrlen-
clente pluma de nuestro vate Zowilla de
San Martín.
A pesar de la erudición del Poeta, Y
rle su pujante interés de sincero ereyen-
te, no da un soio clato concreto que prue-
be el catolicisrno cie Artigas. Es posibie
que fuera lin creyente. La época, la edu-
cación, el hogar, así 1o hacen suponer"
Y así 1o confirma el propio Zorriiia er"r
su obra mencionada, en dos Partes:
(Pág. 365):
"En los archivos de Ia Orclen Tei'-
cera de San Francisco de Montevi-
cleo, he leído la profesión en e§a or-
den de los padres de Artigas, ia de
su hermano y su esposa, doña Ra-
faela Villagrán. No he hallaclo la
suya..."
(Pág. 366):
"Artigas no ofreció esas soiemnes
manifestaeiones de religiosidad;
-56-
menos ferviente que Belgr.ano, y
más sineero, mucho más, que San
Martín, sus actos de religión no t,e-
nían el caráeter de acciones extra-
ordinarias, ni menos el de recursos
resonantes".
Pero cle ahí, a que fuera del rebaño
de la ICAR, parece haber un abismo
más profundo y aneho que el rnayor
abismo planetario conociclo.
Volvamos al tema y al momento. Dice
el Dr. C. Nin y Silva, ob. cit., páginas
27 y 28:
-58-
..LOS CURAS DE
LA REYOLUCION"
-59-
Gówez y D. Santiago Figueredo,
curas vicarios, éste de la Fiorida y
aquél de Canelones: ambos, no con-
tentos con haber colectado con ac-
tivo celo varios donativos patrióti-
cos; con haber seguido las penosas
marchas ctel ejército, participando
cle las fatigas dei soldado; con ha-
ber ejerciclo ias funciones de su sa-
gra.,:lo ministerio en toclas las oca-
sicnes c1u^e fnet'on pi'ecisa.s, se eon-
vii'tiei'on eir el acto rle ia batalla en
l:,ravos campeones, siencio los pri-
meros qve avanzaron sobre las filas
enemigas, con desprecio clel peiigro
y como verdacleros miiitares".
". . .como verdaderos militares": no
como sacerdotes a los que, según el De-
cálogo les mancla, "no matarás".
Y unimos nuestro homenaje al de Ar-
tigas reconoeiendo en elios un doble es-
fuerzo: uno contra la dominación eorno
-oolelados de la libertad; el otro, quizás
el más heroieo, contra las directrióes de
ia ICAR, es decir, eontra sus propios
;ielarcas.
-60
I-
El interés de H. D. y otras activicla-
des afines, justifican ñuestro clicho cie
que a la ICAR le vuelve a interesar Arti_
gas, empezando por rodearlo de saeer_
doies "patriotas" de dual actividaci cual
un Larrañag?, con olvidos de gran re_
percusión y diputado conciliadór entre
el Cabildo "alusitanado,, y su ,,Majes_
tad Fideiísima al Rey Nuestro Sedor,,
(que Dios guarde).
(Eduardo Acevedo, ob. cit., pág. 626).
-61 -
E
CLTRAS OLVIDADOS POR H. I)
-62-
t
del mismo por el -{r.zobispo de Ch¿.:.t¿-.
y ei Obispo de 1a Paz, "declaranclo cue
Dios no consicleraba váticlos los trataáos
heclios con los insurgentes".
(De1 mismo autor y 1a misma obra, pág. 3?1).
-63-
E.
tes, sin duda, a los proyectos belicosos
de sus compatriotas".
(Bauzá, ob. cit., Pág. 2W).
-64-
relatando el acta labrada entre los ca-
pitulares y el nuevo amo:
"Inmediatamente y consiguiente a
ésto, trajo S. E. a consideración de
que, entre las naciones civilizadas
(¿ ?) se practicaba eomo un deber
sagrado, ir uno o más diputados del
pueblo recientemente libertado (¿ l)
a felicitar y rendir obediencia a los
pies del mismo Rey cuyas eran las
armas regeneradoras". "En tal con-
eepto, procedió ia minoría a nom-
brar dos individuos que hiciesen to-
das esas cosas al Rey, recayendo la
eleceión en D. Dámaso Antonio La'
rrañaga y D. Gerónimo Pio Bian-
ehi, quienes aceptaron gustosísi-
m0s".
(Las interrogantes y subrayados son nuestros).
-65-
Para broche de oro oigamos al obispo
Lue (de quien dependía jerárquicamen-
te el catolicismo de Ia Banda Oriental)
eir pleno Cabildo abierto del 22 de mayo
cle 1810: Dice el obispo:
"Que mientras existiese en España
un pedazo cle tierra mandado por
españoles, ese pedazo de tierra de-
bía mandar a las Américas i y Que,
mientras existiese un solo españotr
en las Américas, ese español clebía
manclar a los americanos, pudienrlo
sólo venir el mando a los hijos del
país, cuanclo ya no hubiese un solo
español en éi". ! ! !
Creemos que este rosario ya tiene su-
ficientes perlas. Para compietar el pa-
norama vayámosnos hasta España y
agreguemos otro capítulo titulado :
-66-
LOS CURAS EN ESPAÑA
POR LA I\{ISMA EPOCA
E
i'a la guerra; libertad cle la prensa,
ller.'o sujeta a previa censulra en
cuestiones reiigiosas; abolición clel
tormento, del Tribunal de la Inqui-
sición y del voto de Santiago(:)'
abolición de Ia jurisdicción feudal,
doncie aun se mantenía y cle los cle-
rechos señoriales y de vasallaje; ini-
ciación de la libertad de los escla-
vos negros; igualclaci ante la ieY Y
reconocimiento de los cierechos in-
dividuaies; limitación clel número
de conventos; repai'to cie tierras
baiclías y comunales a los pobres Y
a los licenciados del ejército; i,quai-
clad de derechos entre españoles y
amerieanos. . . ".
"Esta Constitución dictada por di-
putados católicos para un pueblo
catóiico, levantó, sin embargo, mu-
chas resistencias entre gran parte
de la nobleza y del clero (cuyos in-
tereses siernpre han marchado jun-
-68-
tos) y en otras clases sociales cu-
yos privilegios se cercenaban, sien-
do su principal enemigo el óropio
Rey, quien en su resicléncia ite Va-
lencey (Francia), cometía toda cla-
!g de _bajezas y humillaciones, cali-
ficando de ciego y furioso al pueblo
español que luehaba por su inilepen-
dencia. y felicitanclo a Napoleón nor
los triunfos que las armás france-
sas_conseguían en la península. No
es de extrañar, pues, que apenas re-
-e¡resaclo a su patria, lo primero que
hizo fue abolir la citacia Constitu-
ción cle 1812 y restablecer el gobier-
no absoluto. Extremancio sii ,.ea.c-
ció:r, aquél rIéspota coronado per.si-
guió de muerte a los liberales-, r.es-
tableció la Inquisición, admitió nue-
yamente a los jesuítas, a los que en-
comendó la enseñanza pública, y fo-
mentó la multiplicación cle los con-
ventos de frailes y monjas rlevol-
viéndoles sus bienes, así los existen-
tes como los vendidos por José Bo-
naparte y por el Gobierno cle Cádiz,
-69_
I
Cerró ios teatros, no permitió otros
periódieos que la Gaceta oficial y
el Diario, y creó ei Ministerio cle
Seguridad Pública, especie de Ges-
tapo donde tenían ancho eampo la
clelación, la intriga y la calumnia".
(Los subra!-ados son nuestros).
-70-
"ciega sumisión" y le llama "nuestro
amado hijo" !!
El diario "El Día" publicó, entre los
días 25 y 30 de mayo de t952, una serie
de artículos titulados "El clero fue ene-
migo de la independencia americana".
De uno de ellos extractamos la encíclica
de Fío YII, del año 1-816, es decir, cuan-
do ya se había reintegrado al trono Fer'-
nando VII, encíclica por Ia cual se diri-
ge "A Nuestros Venerables Hermanos,
arzobispos y obispos y a los queridos clel
Clero de América. .." reeomendándoles
poner el mayor "ahinco de fidelidad a
vuestro monarea".
Parece innecesario abundar en más
documentación para llegar a establecer
estas premisas:
1q La totalidad, o la casi totalidad de
los eomponentes de Logia Lautaro
eran católicos.
29 La "Sociedad de los Siete" identi-
ficada con aquélla, estaba integra-
da, inelusive, por el sacerdote A1-
berti.
(H. D., "Historia Americana", obra ya
citada, págs. 253 y 254).
-7r-
39 Este grupo catolico - mourárquico
fue el enemigo a muerte de Arti-
ga§.
Y Artigas era consciente del enemi-
go. He aquí la prueba irrefutable:
(Tomado de E. Acevedo, ob. cit., t. II, pá-
ginas 542 y 545).
-73-
ellos mismos. Si este es su objeto,
claudica ia autoridad espiritual y e}
señor Provisor debe ser más escru-
puloso para no desunir el santuario
y el Estado. Y si no lo es, ¿Por qué
pretende una reintegración degra-
áante, que nunca ciebió creerla ne-
cesaria desPués de sus facultades
conceclidas? ¿O iuzga el señor Pro-
visor que aún vive la América en
tinieblás y que la Banda Oriental es
juguete C.e §us liasiones? Ernpiécelo
á óxperimentaii en sus efectos".
"En seguicla pase V.S. orden inme-
diatamente, que ios culas reciente-
mente venidos cle Buenos Aires, Pe-
ña el de San José, Gomensoro de
Caneiones, Giménez de lv{inas, el
guardían de San Francisco, el Pres'
ñítero Peralta y el Paclre Riso, de-
jen sus preibendas Y se vuelvan a
i3uenos Aires. V. S. proponga algu-
nos sacerdotes patricios, si los hay,
para llenar esos ministerios, y si no
ios hay esperemos que veng¿n(a)-
-75-
demuestra este nuevo oficio t1e 1"3
de enero de 1816 (De lVlaría, "Com-
pendio cle ia Historia", eüe dirigió
al Cabiido con motivo de un pedido
cle los paclres del Convento de San
Francisco":
(IIailla Artigas c1e nuer-o)
-76-
que n_o hay, en las palabras de Artigas,
un solo recuerdo para ella.
También destaeamos que, en la copio-
sa eorrespondencia de Artigas, contadas
veces se ve el consabido ,,que Dios guar_
de" con el que era nol.ma de aqueltiépo-
c& cerrar las comunicaciones y cartas.
^Tamiroco
hay noticias cle que Artigas
ofrendara sus triunfos a alguna Virgen,
como era práctica de la mayoría cle los
generaies revolucionarios.
Hubiéramos deseado terminar el te-
rna con esos oficios de Artigas que re_
sultan lapidarios para la ICÁR en cuan-
to se opuso al éxito de la eausa cle la
emancipación, pero nos velxos forzaclos
a rematar con estas tres conclusiones:
1q Artigas no era católico.
29 "Su sistema" era definitivamente
laicista ; como consecuerlcia inme-
diata y necesaria,
3e La Iglesia CatólieaApostólica Ro-
mana fue su enemiga a través cle
ia Logia Lautaro, dominacla por
rnasones católicos, antinomia, que
hoy día, parece inconcebible"
lo
IND \,L
Iiempo y lugar
11
¿.Presidente? ¿Dictacior? ¿Re1,? ¿Inca? ...... 1?
Artigas y "su ...
sistema,, 10
Una revelación tremenda ....
22
La Banda Oriental emancicacla su
J_ conclLlctor 2,,
¿Quiénes se opusieron al ,'sistenta,,cie
José Artigas? ..... 36
"Los curas de Ia revolución,,
59
Curas olvidaclos por I{. D. .
62
Los curas en España por 1a misrna époc:,1 .. 67
L
,
IMPRESO FOR IIVIPRENTA LETRAS S. A.
t
LA P.\Z 1829 },fONTñVlDEO
t
i
i
FD
AL TECTOR
El Fondo de Cultura Pro
Ediciones LIF no es una em-
presa comercial: es una aso-
ciación de amigos de la pro-
ducción literaria nacional,
científica, artística... liberal.
Continuamente, muchas de
estas obras florecen en nues-
tro país; pero, carentes de un
patrocinio desinteresado, no
logran la difusión merecida
por sus valores culturales, la
divulgación tan necesaria para
la fertilización de la justa-
mente reputada conciencia de-
mocrática uruguaya.
LIF es una institución idea-
lista; no persigue fines utili-
tarios, aunque, 1o confiesa, en
: e1la alienta una tenaz ambi-
ción: facilitar ampliamente eI
estudio y ei raciocinio que des-
arroilen una mentalidad ciu.
dadana alerta para la defensa
de los principios de Libertad,
Igualdad y Fraternidad, sienr-
pre atacados por lo; totalita-
rismos y hasta ahora preser-
?
I vados gracias aI baluarte de
1a lsicidad,
I
Eso es LIF, y eso es 1o que
LIF t¡a¡'ir.