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t0il I I UE GU

t t I
I E 0lcl I ilE
ARIIGAS
Ediciones LIF tiene el pla-
cer de llevar a V/manos el
primero de sus volúmenes:
obra que ha sido seleccionada
en función de dos valores po-
sitivos: uno, rendir homenaje,
en el paso inicial, al fundador
de nuestra nacionalidad; otro,
destacar el tema curioso y de
interés actual que en estas
páginas se leerá.
Artigas constituirá siempre
una fuente de estudio inago-
table. Con asombro y con de-
leite, usted lo podrá apreciar;
aquí se discuten y analizan
aristas de su personalidad, de
su obra y de su medio, que
nunca ft¡eron expuestas ni se
enfrentaron con tanta since-
ridad.
LIF empieza, pues, a gndar
impulsada por felices auspi-
cios; mejor dicho: LIF ya
avanza, con seguridad. Y, al
marchar, saluda a los lectores
de su "ARTIGAS", agrade-
ciéndoles la acogida que a este
esfuerzo brindarán.
A R T IG A S
r-l¡i)!it0l tlyit püi].i
tAlt0 rJ! U( ;\. it,,i.1;

I
NESTOR SILYER.\ ANDUIZA

ARTIGAS
CONDUCTOR CIVIL LAICO
DE UN PUEBLO Ei,,¡ ARMAS

SU S]STEMA:
LAICO
REPUBLICANO
FE DERAL I STA

ED!TORIAL N-IF
M ONTEV[ 5EO
1 963
\
"CON LIB\iRTAD. rV/ OFII\:DCI Nl TEi'/tO''
Si,s ?¡rir¿r:i?;ios

".\II VOLUATAI} F:MANÁ DE \iOSOi¡iOS


Y CESA ANTE l'L
'STRA
PRES.t\Ci.-:. SOtsER-1If A"
.§,r:¡ ¡i¡1 ¡11,fg.,

"SEAI LOS ORiEii:TAl-ES ?"{Ar


ILU STR.\DO,S CO]fO I,IALi,TATTES"
St,t Pensa¡nielt{o
EL outor de estus ttotns siente .Lota
projundo satisJacción al poder agra-
decet" eI ualioso uporte de Los qLt.e. en
tLnq. LLotra tortna contribtLyet on a lu
cottcreciótt. cle este trcLbuio.

IV. S. A.
TiEI{PO Y LUGAR

Polvo y voces de carnpanas emer.geil


eonfundidos por eneima del r.ecintr,
amulallaclo. Polvo y voces cle campanas
anuncian que van nor las cailes de "san-
tos", Don fuIartín José y f)oña Francis-
ca Antonia, con su pequeño José, acom-
¡:añados cle parientes y amigo-s. Acal:an
cie salii' de la Matriz el 21 r'le, julio cle
1764, ciespr,rés cle haberlo ba¡-itizario. En
Ia ptierta cle la Iglesia ha queclaclo, coil
una beatífica scnrisa, ei cui.a Dr. Pec'li'¡
García, pensanclo, tal r-ez, que la Ig1esiz.,.
ese clía, ha conquistado url nLre\:o sielvo.
Aún envueive al núcleo un acentuaclo
perfurne cle incienso, perfnme gue do-
iniua dentro del recinto collto un ácfelar-r-
to al frisar de las abundante_i sotanas.
For allí cerca debe estar el flamante
Gcl¡ernador de Montevicleo, de ia Rosa,
que ha cle gobernar en nombre dei Rey

-11 -
.. E¡p¿¡¿, Car.los III
cle Borbórr. qrie
' ¿.i'¿i eso er.an estas tierras, una cle ins
c'c,loliias . . .
Poi' allí cerca, también estar.áir io¡
Regicloi'es, apoyaclos en sus varas dr_,
:nanclo, ostentando el boato cle Ia Uolte.
riismjnuício en proporción a. . . la cli-._
tancta.
Por.allí, más lejos, Ios súbditos, cor:
sus hijos )¡ nietos envueltos e, poÍrro 1.
nostalgia, a la puer.ta cie sils ,,casas,, dL
paja ¡, ilarro, esperanclo al.s'írn contra_
llanclo par.a podei. subsistir,.
Se desvanece el polvo; se aDagan los
ecos clel br.once; se r.establece el iilencio
rle aiclea clentro del r ecinto, ), ,,alq,o.,
queclzr en el ambiente, como un'p"esaiic,
aluitciador.-cle qtie, el Sol empieza a de_
clinar cn el hnpei,io cloncle ,?nunca.. s.
Jlonta.
.ia"$ln- pasaclo r,¿r.ios años y la ,,escut_
clel Convento cle San Fráncisco, (tc,_
r.lc es t'santo" en esta época), tiene en_
tre sus alumnos rino llar¡aclo José At.ti_
Í_l'as.
(Jesualdo, en su obra ..Artigas,, de1
\¡asa._
llaje a la Revolución, eclición 19_10. p. 111r

_12_

t
Allí le enseñan. con el lema de que, ,,ia
letra con sangre entra", a leer, escribir,
cuentas, refunfuños latinos y mucho ca-
tecismo, según ia obra citada, y en la
rnisma página:
"con Lln temperamento que se aÉll1-
cliza a la sombra de los humildes;
siempre reacio a las situaciones cl.c
injusticia creadas a su alrecledor';
cle un caráeter fuerte y bravío; c1e
genio travieso y emprendedor",
pugnando siempre "por quebrantar el
freno de la disciplina escoiástica a
Ia cual nunca puclieron plegarlo, al
paso que buen compañero conserva
en su trato 1as amistarles que ac1-
quiere en los bancos cl.e la éscuela.
Entre ellas la de Fernaudo Torgués
u Otorgués, su pariente, genio brus-
co, selvático, franco y generoso
hasta el sacrificio, her.moso y atra-
yente como varón bien fortnado,
que es de los mejores qne sirven a
su compañía ¡,- distracción,,.

_13_
-, s métoclos, ái'ida explicacion
ruclimentos dei cono-
. =,Jolástica cie
úcl' por la memoria 1r 91 gart'ote".
(Jesuoldo, obra citada, pág. 120).

"No tantas aflicciones ale sahnos ¡'


i'ezos en voz baja, cacla c1ía".
(Idem, pág. 12i).

Transcurre el tieur¡-ro: sLls oídos de


ar'ioiescente se segnir'án inipregnando dc,
cateeismos y latinajos ¡r s6,, itieas cie cie-
ga sumisión, en primer téi'rnino, ¿il To-
clopocleloso po1' rría c1e su.s "1'ell1'esentan-
tes" en la Tieri'a; ell seguiiclo tél'mino,
z-rsu Majestad el Rey, al ci'istiano P,e;'
rine sabe recibir coron¿r cle manos cie
Fapas. Transcurre el tiernlio ha¡-ri,a cilie
Don lllartín Josá comprencle, qr-re el1 srl
hijo no hay vocación alguna, para sacer-
riote ni c'loctor, al clecii' cle Francisco
Batzá ("Historia cle ia Dolninacián E:r-
pañola en ei Urugüáy", tomo II1, ecliciór:
1929, pág. 33), y lo confina en su esta-
irlecimiento de campo.
En el meciio en cloncle actu¿:.rá, el arlo-
lescente José, comienz¿r a hojear, el libro

-1,4_
cle 1¿ Naturaleza y en sus páginas bebe
las cluras enseñanzas que eicrliben seres
que se ilarecen mucho a un Hombre. . .
Tal vez cultive por allí la amist¿rc1 rie
Rafael Hortiguera, para mitigar ia. so-
ieclacl salvaje clel arnbiente geogr.áfico
.\, i:ltmano.

-ias¿ Qué refieio mistei.ioso se pei.cibe en


pupiias cie José, QUe habla cle nn
oteador cle lejanías ?
¿ Quién foi'jó en su pecho esa aceraci¿r
coya.za que tiene por escuclo el lema Li-
bertarX ?
¿; Quién, o olré, grabó en su tnente cle
lrancebo inclómito, esa iclea fii.tne cle
lespeto a Ia -so'Dei'anía popular.?
.
La respuesta quizá esté escr.ita en pá-
ginas, que el viento cle nnestras cuchi-
llas arrancs ái e¡qe iibro para clisper..sar-
1as por los laiies, y ailí la intu¡rei.an ]os
"mestizos". . . sac¿'iran cle esa intuición,
qne e1l José iban a eircontrar ai Conduc-
tor, cllando ya cel.c¿t de los cuarenta,
una no aclai'acla situación lo enfrenta a.
si-r superior Muesas.

_15_
TaI vez de ella sepan algo las estre-
ilas cie la noche del2 de febrero de 1811,
cuando prendieron sus cliamantes en las
pupilas del "clesertor", que se balancea-
ra en ei débil barquichuelo, que henclien-
clo las olas del Ríb Uruguay, pone proa
rumbo a Buenos Aires. Quede en el par-
pacleo cle esas estrellas, rutilando la res-
¡:uesta, mieirtras los hechos posteriore-r
nos \¡a)¡án contando sus efectos.

_ 16_
¿ PH,ESIDENTE ? ¿ DICTADOR ?
¿REY? ¿INCAT

La .trunta Revolucionaria cle Buenos


Aires recibe al "Teniente desertor,,,y lo
hace, interpretando, ¿qué? y a ¿quién?,
,Iefe del paisanaje de la Banda Oriental.
Descle ese instante, con sus clespachos
ele Coronel, José Artigas se eufrénta a
sus ex-superiores qne mandan en nom- i

bre ciei Rey Femando VII, enarbolanclo


la bandera de la Libertad y luchanclo
para conseguir la inclependencia totatr,
proclamando un "sistema", "su sistema,,.
Es fácil comprender, retrotrayéndose
a Ia época, QUe en toclo el ámbito, de 1o
que hoy es el Continente Sud America-
no, hnbiera la más grande discrepancia
en cuanto a cuál habría de ser la fornra
de gobierno que debía sustituir al reina-
do irnperante.

_
-17

L
Pero es clifícil, muy difícil irnaginarse
el proceso mental de José Artigas, por
el eual llegó a formular "su sistema" con
earaeteres precisos, indicados en las Ins-
trueciones del año XIII, y en todas las
oportunidades en que expresa su pensa-
miento, fijando en forma incontroverti-
ble, sus principios de libertad y de res-
peto a la soberanía popular en un mo-
mento y en un medio totalmente adver-
sos a tales postulados.
Para nuestro gran poeta Zorlilla de
San Martín, habría un inclieio. Oigzirnos-
le:
"Yo atribuyo grande importancia a
ese contacto de Artigas con Azara;
a la activa participación de aquéI,
sobre toclo, en la obra y el alto pen-
samiento de éste. Estoy persuaclido,
sin embargo, de que el problema, en
toda su extensión, era dominado
con mayor intensidad por Artigas
qlle por el mismo Azata".
(Pág. 156 del tomo I de la "Epopeya de
Artigas", edición 1910).

-18-
ARTIGAS Y ..SU SISTEI\{A''

¡ 1Bi0 !

l![eclios cle ]ocomoción: ei cabalio y la


carreta; rneclios cle comunicación: el
chasque. Instrucción en el rnedio r.ural:
nula ; en la ciurlad: "primeras letras,,.
Del inclio al "mestizo", la cliferenci¿r
es un poco rnás cle lopa, cubrienrlo el
cuerpo, y ull poco menos rie r.sa libelt¿rci
salvaje rle aquél.
tr'r'ente a toclo ello. y fi.ente a la c'lo-
minación españolzr, José Ar.iiq'¿ls )- sr.ts
gapitanes, en lo físico. Fi.ente zr tocio,
,Iosé Artig¿ts coil "su sisteme".
"Su sistema":
19 "Prirneramente peclir.á la rleclara-
ción de la indepenclencia absoluta
cle estas colonias, que ellas estén
absueltas cle toda obligación cie fi-
delidacl a la corona cle España y
19 _:_
-
farnilia de los Borbones, y que to-
da conexión política, entre ellas Y
el Estado de España, es Y debe
ser, totalmente disuelta".
2a "No admitirá otro sistema que el
de confederación Para el Pacto re-
cíproco con las Provincias que
formen nuestro Estado".
39 "Promoverá la libertad eivil y re-
ligiosa en toda su extensión ima-
ginable".
49 "Como el objeto y fin del gobier-
no debe ser conservar ia igual-
dad, libertad Y seguridad de los
ciudadanos y los Pueblos, cada
provineia formará su gobierno
bajo esas bases, además del go-
bierno supremo de la Nación".
59 "Así éste eomo aquéI, se dividirán
en poder legislativo, ejecutivo Y
judieial".
La precisión y firmeza de los términos
empleados no permiten dttdar de la eon-
vicéión con que fueron expuestos, así co-
_20_
mo ia resolución inquebrantable cle cle-
fenderlos, dada Ia situación beligerante
en que se viúa.
Cuando el término ]aicismo no había
naeido en el léxico; cuando las opiniones
y lrq credos quedaban reducidos a una
opinión y a un credo por la coacción di-
vectriz del que rnancla, como ideal social
para asegurar la obediencia dentro cle
cada nación, Artigas propieia la libertad
civil y religiosa en toda su extensión
imaginable!
En "su sistema" fundamenta el lai-
cismo y la laiciclacl, tanto aplicaclos a 1a
política eomo a la educación. Prueba de
esto último es su consejo aI primer go-
bierno patrio: "Los jóvenes deben reci-
bir un influjo favorable en su educación
para que sean virtuosos y útiles a su
pais. It[o podrán recil¡ir esta bella dispo-
sición de un maestro enemigo de nues-
tro sistema".

ol

T
UNA REVELACIO}{ TREi\{ENDA
tr,a llegada cle Sarratea a la Bancl¿r
Orientai Ie levanta a Artigas Ia punta
del velo que cubre el esceirario católico-
Iogista. Este gran visionario compren-
cle, que ya no habrá más fecleración ni
más "sistema", con los integrantes cle
este grupo. Tremencla revelación que ha
cle poner en su espíritu nna gota cie hiel,
que 1o hatá tomar con enol"ttles t'esel'\¡as
toclo io que venga cle sus antiguos com-
pañeros de iucha de allende el Plata, t1e
los que, en cierto aspectc, era subalter-
no. Nuevamente tendrá otro N{uesas
eontra quien rebeiarse. Su "contra-es-
pionaje" le clirá el resto. Lo prueban re-
petidas actitudes suyas, aparentemente
cliscordantes, pero luego justificaclas
llor resolueiones clel "Directorio".
- Artigas se rebela; "desertor" clei Ce-
rrito, es seguiclo por su pueblo, para es-
tahlecer juntos eI campamento delAyui.
eomo nueva capital de su federaeión.
LA BANDA ORIENTAL
E}IA}ICIPADA Y SU CONDUCTOR

C¿r.e }lontevicleo en pocier cle las armas


:'evoiuciouarias al nraiicio cle jefes "dic-
tatoriales". A iresar die ello. se irace asu-
inii" ei manrio civil cle la ciudacl Cnpitai
cle Ia Bairda Oriental a nn íntimr¡ ¿rrticto
cte Artigas, acieniá:: sr.t r;u.baltei'no, qLle
incluso queclarii bajo sri inspiración dh-i-
r'¿,inte su colto gobiei'r'ro.
I'Iuy contlac'l.ictorias i'esultan 1as lroti-
cias históricas con l'esilecto a la gestión
c¡ue ie cuiro a slt couciiscípuio Otoi'gr-tés.
Pero la-s más son coinciclentes, ciescle ia
re-<pnesta al Cabilclo poi'teño, cu¿inclo se
tre entrega 1a plaza tomar'Ia., ell su fit'ile
etretei'minación cle consult¿lr ¿ la sobera-
nía popular', -r e:iter a io que ella resr¡"el-

La inminente invasión portuguesa, al


i)arecer. cietermina ei aiejamiento r'[e
ot
Otorgués y su reemplazo por D. Miguetr
Barreiro.
Es durante la administración cle éste
patriota cuando el "sistema" eobra rea-
lizaeión práctica bajo la directa inspira-
ción de Artigas.
He aquí dos trozos de dos de sus nu-
merosas cartas, una de ellas dirigida a
D. Miguel Barreiro, en funciones de Go-
bernacior de Montevideo; la otra a D.
Frutos Rivera, en su calidad, diríarnos
hoy, de Jefe de Policía del mismo lugar:
(De la enviada a D. M. Barreiro)

". . . debo recomendarle muy erlca-


recidamente el que ponga usted to-
clo su especiai cuidado y toda su
atención en ofrecer y poner en
práctica todas aquellas garantías
necesarias para que renazc& ¡r su
asegure la confianza pública; que
se respeten los derechos privados y
que no se moleste ni persiga a nadie
por sus opiniones privadas, siempre
que los que profesen diferentes
ideas a las nuestras no intenten per-
_24__

¡
turbar el orden y envolvernos en
nuevas revoluciones. Así es que en
ese caso sea usted inexorable y no
condescienda de manera alguna eon
todo aquello que no se a.juste a la
justicia y ala yazdn y castigue us-
ted severamente y sin miramiento a
!.o{or los que eometan actos de pi_
Ilaje y que atenten a la seguridid
o a la fortuna de eualquierá de los
habitantes de esa ciudád,,.
(De Ia enviada a D. F. Rivera)

"Yo con esta fecha recomiendo nue_


vamente al señor cion Frutos Rive_
ra el más severo castigo a cualquier
oficial que olvidando su honor, co-
meta ei menor atentado. Ilágase
YS respetar en las cabezas, para
que sus subalternos sean todos obe_
dientes".
Los trozos transcriptos son de la obra
]José Artig_as, Jefe de los Orientales y
Protector de los Pueblos Libres,,, dá
Eduardo Acevedo, tomo II, págs. 488 y

-25-
-18i). eciición de prihlieacla oficral-
L95i-1,
niente como homeiraje a} atr.tor.
(Los subraYados son nuestros)

Ei aspeeto militar que se encarna f,or-


zosameñte en iosé Ar'tigzr-s, por obra cie
las circunstancias, va cecliendo paso zil
estarlista que hahía en é1, y que, a Lln
siglo y meiiio de ciistanci;t, tiene vigen-
cia cle actualiclacl.
Com¡:rerncliencio Artigas que nc püe;1e
ha-'i¡er feliciclacl en cioncle el tlalla-jo cl'c:l-
clor c'[e riquezas no benefrcie a qiiicn 1o
vealiza, tiansfoi'ila en 29 ¿u'tícu1cs un
Regl.ameirto Agrario pa1'a clesarroilar'lo
erl'un ámbito cie iibertacl eir clonr]e se
ig:uaiirn )as pcsibilici¿¡cles clcl procluctor',
i'es¡.i'r:ienclo con iusticia, a ios ciesilreo-
cupa.cios teneclores cle la tierra.
)I para '¿igilar qtle e§e ¿¿rticulac.lo se
cun pla reci-ii're a sirnples jueces f,9rií1
neos, que seguramente han de sei'- "pai-
sanos"- honeitos que han cle cumplir tan
sagracla misión con el mismo ceio pa-
triótico que ei evidenciaclo, al ,c1ar stt
-qangt:e en defeilsa de la libeltad'

-to-
Estos conceptos son emitidos en 1815
en el Campamento del Ayuí, mientras
mordía-el aima del héroe la preocupa-
ción de tener a su alrededor un pueblo
entero eorroído por todas las miserias,
pero altivo y soberbio porque había sido
caTlaz de dictarse su destino.
trl flamante Gobernador de la "Capi-
t_a1", de esa ciudad reeién emancipaila
clel yugo español, pareee recibir coñ be-
neplácito las "recomendaciones,' de
guien, seguramente, seguía siendo el je-
f,e indiscutible del pueblo oriental.
Y a pesar de ser Artigas indisctiticlo
Jefe de los Orientales, de tener en sus
manos la fuerza, de ser el_todo, no asit-
mió, como pareee ser hoy día norma s.e-
nerai cle los nuevos jefes revolucionarios
americanos, é1, en persona, la jefatura
civil de su amada Banda. Sin-esperar
años de estabilizaeión social, para trans-
formar el medio salvaje, o semi-saivaje,
tuvo la preocupación inmediata de con-
vocar al pueblo, al que reconocía como
único "soberano" para que expresara su
voluntad.
Ya lo había dieho, inmediatamente a
- áa
-
-:- :-Eer victoria. Vencedor del déspo-
.¿ iernandino en Las Piedras quiso ^oír
;z \oZ de su pueblo siendo frustrado en
sus intenciones por el dirigismo ,'direc-
torial", vía Rondeau. Nuevamente lo in-
tenta llamando para el Congreso cle
Mercedes que debió realizarse-el 19 cie
setiembre de 1815. El ajetreo revolueio-
nario no 1o permite. Pero insiste. Oigá-
mosle:
"...Deseo llenar la eonfianza cle
mis conciudadanos y que ellos me
inspiren sus recíprocos sentimien-
tos. Así poclrán adoptar sus medi-
das saludables y nuestra seguriclad
interior se afianzará sobre lós polos
de la opinión y tiel poder,,.
Ayaíz de la asonada que depuso a Ba-
rreiro, y en la que intefvinieion Dáma-
,so larrañaga, Fray José Lamas, Juan
II. Pérez, el Dr. Luis Revuelta, Luis E.
Pérez y Felipe Maturana, escribe Arti-
gas:
"Con esta fecha dirijo a la Hono-
rabie Junta Electoral las mismas in-
sinuaciones que a V.S. sobre recla-
_28_

¡r
mación de entrambas autoridacles
datada el 15 del _que gira. Me doy
por exonerado de esa obligación,
dejando en manos del pueblo orien-
tal el tomar las medidas convenien-
!..q prp_garantir su seguridad y fe-
licidad. Varias veces le he hécho
presente a V.S. que todos mis votos
eran dirigidos a tan digno fin. Si
ellas aun no son bastantés para lle-
nar la priblica confianza \r.S. fijará
las proviciencias necesarias, haéién-
dose digno de sí y de la esiimación
de sus eonciudadanos. Para ella cie-
libere V.S. a quién se han de entre-
_ga_r las tropas ¡, pertrechos que se
hallan en mi poder, ¡, tocio 1o qrie se
etea oportuno para coilservar ia
Eioria ¡r esplendor de la provincia.
Yo repito a V.S. que me hace inca-
paz de perpetuar la obra después
que rnis providencias ni son respe-
tadas ni mereeen la pública estima-
ción".
(Eduardo Acevedo, obra citada, tomo II.
páginas 517 y 518). (Los subrayados son
nuestros). Los datos que siguen son cjel
mismo texto.

-25-

E
Como consecuencia de tal estado de
cosas, se reúne el Congreso, según ofi-
cio cle la Junta Eleetoral del26 de mayo
de 1815 y resultan electos los señores
Dr. Dámaso Larrañaga, Lucas José
Obes y Prudencio Murguiondo.
En la pág. 519, podemos ver otra mani-
festación de Artigas:

"Los pueblos son libres de clecidir


de su suerte y mi deseo todo deci-
dido a respetar su suprema resolu-
ción. Si la autoridad con que me ha-
béis condecorado es un obstáculo a
éste remedio, está en vuestras ma-
nos depositar en otro lo sagrado de
la pública confianza, QU€ ajuste
vuestras ideas a los deberes que im-
pone la Patria, y el voto de vuestros
conciudadanos. Yo me doy por sa-
tisfecho con haberlos llenado hasta
el presente con honor y contribuir
por mi parte con el mismo a sellar
la felicidad del país. EsPero hará
Y.S. inteligible esta mi decisión a
todo su pueblo y me responda abier-

-30-
tamente de su resuitado, para adop-
tar las medidas convenie^ntes,,.
Ya- quisieran muchos ,,jefes,, que se
guardara en el sagraclo cofre de sus con_
eiencias una joya como ésta !
Se reírne el Cabildo y confirma a Ar_
tigas en su cargo y le expresa su abso_
lnta confianza-
Podrían ia intriga y la calumnia ases-
t¿rle un golpe a Aiti§as, p€ro a espalclas
g_e su puehlo. Ambos conviven en ,,pur.i_
f;rcación', mientras aquél no clescuida a
Montevideo.. Ningún que impli_
que trascendencia en -iletalle,
la vicla naeional es_
capa a su ojo avisor. Se va a funclar la
primer biblioteca y su permanente cle_
seo de _que fueran jos ^Orientales ,,tan
ilustrados como valientes,, se repite en
Ia frase ya transcripta: ,,eue .ó^ru *o-
leste ni persiga a nadie por sus opinio-
nes privadas',.
A+_iga¡ estaba profundamente con-
vencido de que es imposible una auténti_
ca soberanía popular si no está cimenta_
ria el Ia laieidad, es clecir, en Ia convi_
veneta respetuosa de las ideas aienas,
Con tin pueblo paupérrimo u qri.rr'aten_
. Jf
--
der; con un ejército desguarnecido al
que debía armar; con una invasión.po-
.{erosa en ciernes, QUe ya preveía, tiene
un minuto para acordarse de pedir al
Cabilclo ". . . cuatro docenas de cartillas
para atencler a ia enseñanza de estos jó-
irenes y fundar una escuela cle primeras
letras ón esta nueva población. . .". (Pu-
rificación).
Si le faitaran títuios !1ara ser un hé-
roe, bastaría éste solo para su consagra-
ción !
Completando la obra social y cívica, eI
Cabildó de Montevideo va a fundar el
primer periódico patrio. Tal hecho, eo-
mo no podía ser de otra form¿, reper-
eute en-el Ayuí, desde donde vienen ex-
presiones como las que siguen, dignas
rlel que fundó "su sistema" amasado en
san§re, para evitar Ia sangre; imagina-
clo án ambiente dogmáticc, para termi-
nar con éi; elaborado con eoraje para
afianzar la libertad; y puesto a conside-
ración clel pueblo, para sellarlo con la
vitktriea cle la soberanía popular.
"En todas sus páginas se cuidará de
no ofender jamás la deceneia Y ho-
oo
nestidad cle costumbr.es (que foi._
rnan la base cle ia feliciclaá de los
pueblos.),
-con s¿rcasmos, burlas y
riemás indecencias, que ai i--aso que
rnanifiestan debilidad en ei c,ue a"_
guye, repugna a Ia moral. trl i.Jio_
ma nativo es rico y abuncia en fi.a-
pes y er1:r'esiones con que explicar.
los conceptos sin recui.iir a tán in_
ciecorosos rnedios. En u.na palabr.a,
un i:erióclico es un teatro áe
ñanr,a públiea y no ul1 circo cloncie
",r_.e_
se desfoguen las pasiones,, !!
Así es Artigas, héroe iaico ltor natu-
valeza ! Etr ningún nioli.lento, en sLls
abundantes l.ecoinendaciones a g.ober.na_
clores, Cabiklo y pr-ieblo. supecliia sri ¿rc-
crorr a las clil.ecti'ices ciogliláticas de 1¡.
trglesia, como er.a_ Llso r- costumbl.e por.
aquellos tiempos cie la cjominación espa_
ñola.
(El tlozo ar¡iba transcripto pertenece a
la obra citacla cie Eduar.do Acevedo, tomo
II, pág. 541).
Es de destacar aquí ia actitud de La-
rraÍiaga. El Cabilclo pretendió confiarle

-33_
el cargo de revisor o cen§or de la "pren-
sa" en eiernes. A esa pretensión, contes-
ta Larrañaga:
"Ni es comPatible con mis muchas
y graves obligaciones, ni 9oT los
á"ñti*i.ntos flberales sobre la liber-
tad de imPrenta Y el don de la.Pala-
bra, que como uno de sus Prlmor-
diales derechos reclaman estos pue-
bios".
Con esta cita tomada de la obra arri-
ba indicada, pág. 542, queremql hacer
j*ri.i, u .été sácerdotg cuya 1ínea de
tánducta en esta actitud laicista es coin-
cidente con la irazada por Artigas, Y
aiustada a la ley de imprenta sanciona-
ü¡"..t t.t. Tiiunvirato de Buenos Ai-
Rivada-
,:á*ip*oprresta por el Secretario
via. Larirentambs que más adelante ten-
gr*o* que rectificar otros aspectos del
ñit"r; sacerdote- ¿O será que, a raíz de
esa actitud, haya caído sobre é1 alguna
"exeomunión mayor" de la Iglesia
que
controlaba, y controla, el pensamiento a
través del "INDEX"?

-34-
I

Como contrapartida citemos la posi-


ción adoptacla por Fray Cirilo Alameda,
según Zum Felcle, en su obra "Proceso
Intelectuai clel Urugü&y", ed. 1941, pá-
gina 36:
"PoI' esa imprenta, llamada popu-
larmente "Lá Carlot&",
-s instata-
cla en el piso bajo dei propio Cabil-
do-, se publicó hasta 1"814 una "Ga-
ceta" dirigida por el célebre fran-
ciscano español Fray Cirilo Alarne-
cla, emigrado acá por persecuciones
de los franceses, quien más tarde
tuvo sonacla intervención en la po-
iítica de su patria, gozando de enor
me influencia en la Corte de Fer-
nando YII y de Isabel II, ¡, llegando
en su car'l.era eclesiástica a Arzo-
bispo cle Toleclo. Esa "Gaeeta", co-
mo es natural, atacaba de manera
violenta, a todos los prohombres ci-
viles y militares de la Revolución,
llegando a la diatriba,,.
(Los subrayados nos pertenecen¡.

¡Por algo recomelrdaba Artigas "de-


cencia y honestidad !!

-35-
¿ QUIENES SE OPUSIERON
AL
..SISTEMA" DE JOSE ARTIGAS?
Es evidente que los enemigos de José
Artigas fueron los elementos porteños
consiitutivos de los "Directorios" suce-
sivos. Bauzá inculpa clirectamente a la
Logia Lautaro, hacienclo aparecer a és-
ta iomo un "algo" que dirije, controla,
hace y deshace, cual una autoridacl so-
'brenatural, omnipot-uqt-.. Aparece pues
como Lrna mano rnvisible que manejara
a los dirigentes cual animados títeres
cie] escenario revolucionario.
Cabe destaear que las rivalidades en-
tre ei grupo dirigente pcrteño y Arti-
g'as, ya habían comenzado con la Junta
Grancle y con el l"er. Triunvirato que
firma el armisticio de octubre de 1811,
mientras que la fundación de Ia referi-
cla Logia data de lBLz, con ia llegada cle
San Martín, Alvear y Zapiola, según A.

-36-
Lappas, "La Masonería Argentina" edi-
ción 1958, pág.62.
Es evidente, también, que los prima-
ces de la revolución fueron a su vez in-
tegrantes de esa Logia. Cabría pues su-
poner, que, cual los partidos políticos cie
Ia aetuaiidad, los dirigentes porteños to
maran sus resoluciones "cle Directorio",
dentro cle Ia Logia, para trasplantar.la
luego, al vasto escenario popular.
Pero no es esa ia sensación que surge
de entre líneas en la obra cle Bauzá.
Es notorio que la Franc-Masonería
tuvo, en todo el ámbito de la América
coloniai una poderosa influencia en el
impulso del movimiento inclependentis-
ta. Desde Franci"qco Miranda en el l,lor-
te, a San Martín en el Sur, casi toclos
Ios dirigentes, militares o políticos per-
tenecieron a esa institución. Y en ei se-
no de una logia, en el Norte, surgió ei
acta cle independencia de los Estados
tlnidos.
Hasta fines clel siglo XIX, ias logias
masónicas estuvieron integradas por
preeminentes elementos católicos, incln.
so sacerdotes. Así, por ejempio, Juan
ilIastai Ferretti, poco antes de llegar a
ser el PaPa Pío IX, fue "hermano cle
Giuseppe Garibaldi(1). Después de fin cle
ese siglo la mayoría de los franc-maso-
nes abrazan la corriente liberal y la es-
cisión se hace total.
También es notorio que Ia revolución
francesa fue impulsada por esÉ) movi-
miento. poi' lo que lleva su lem¿:
Libertad - Igualdad - Fraternidad.
Producido el cisma, las altas autori-
dades eelesiásticas se ponen serias y
eondenan y anatematizan a la institu-
ción.
De la Santa Sede comienzan a salir,
eual iluvia de dardos contra los movi-
mientos liberales encíclicas y pastorales.
(1) Según Mauricio de la Chátre, en su obra
"Historia de Los Papas y de los Reyes", tomo V,
pág. 351, Juan Mastai Ferretti, luego Pío IX, fue
i'masón, iniciado y elevado aI grado de Maestro
en una Logia de Filadelfia" a 1a que asistía con
reguLaridad y en la que hizo entusiastas manifes-
taéiones de la misma. Esto debe haber sucedido
alrededor de 1824, es decir, poco tiempo después
de haberse ordenado sacerdote ante el fracaso de
su intento de ser militar.

--38-
La declaración cie los Derechos rlel
Hombre son reeibidos por Pío VI "en su
breve del 23 de abril de 1791" con esta
eordial aeogida:
"Pío VI manifiesta que los 17 ar.
tículos sobre los dereehos clel hom-
bre en Ia declaración hecha por' la
Asamblea Naeional de Francia, son
contrarios a ia religión -v a la so-
ciedad".
(Tomado de la "Historia Política de. los
Papas" del Dr. Celedonio Nin y Silva, ecli-
ción 1943, pág. 19).

Es curioso constatar, cómo, la mayo-


ría de los historiarlores pasan por alto
ia intervención de la Iglesia Católica
Apostólica Romana (ICAR), en el efer-
vescente medio revolucionario riopla-
tense. Por ello se hace necesario escu-
driñar prolijamente los detalles reveia-
dores de esa conducción eelesiástica, pa-
ra llegar a comprender, cómo, el grrrpo
mayoritario de la Logia Lautaro obede-
eia a esa sutil mano invisible que deja
traslucir Bauzá en su obra.

-39-

L-_
Esta aseveración está basada, en prin-
cipio, en que, la enemiga jurada de los
regímenes laicos, ha sido, €s, y será la
ICAR, (como la seguiremos designando
por brevedad).
Además, pasamos a demostrario do-
eumentadamente, no sin antes expresar
eue, algunos siglos antes del cisma lVIa-
sonería-Catolicismo, se produjo otro,
cientro cle la propia Iglesia, que clio ori-
gen al Protestantismo, r,iendo éste con
buenos ojos los principios básicos cle lai-
ciciad.
La ICAR, que domina clogmáticaÍlen \
te a su grey, y a sus sacerdotes, ha
permitido siempre, con gran habilidad,
que ambos tomen posición personal en
Ios grandes conflictos de la humanidad,
aun cuando sea en forma antagónica"
Casos recientes: en la guerra española:
en las recientes revoluciones america-
nas, caso Perón en la Argentina; caso
Stroessner y Talabera en el Paraguay.
Pero siempre, a lo largo de la historia,
la alta jerarquía con el Papa a la cabe-
za, se ha aiistado junto a los totalitarios

-40-

¡.
de derecha: Mussolini, Franco, etc., a las
monarquías y junto a todo dictador que
haya pactado con ella.
Volvienclo a nuestro tema, vemos sa-
cerdotes junto al Gobernador Elío, como
junto a Artigas combatiendo a aquéI.
Pero vemos a Pío VII recomendar con
eufórico acento ciega sumisión a Fer-
nando VII.
Dice Barlos Arana en su Compentlio
de Historia cle América, ecl. L927, páSi-
na 246:
"En 16,19, existían en América ocho-
cientos cuarenta (Conventos). Este
número casi se cuaciruplicó más tar-
de. Para su sostenimiento poseían
extensas propiedades adquiridas
por herencia. Un testamento que no
contenía algún legaclo en favor de
tros conventos, pasaba por un acto
de irreiigiosiclacl". (Si el lector co-
noce la "Mónita Secreta" se expli-
cará fácilmente esta situación, re-
corclando el lnétoctro allí preconiza-
do).

-41 -
Pero escudriñemos ann más: en las
nrooias actitudes de los sacerdotes "pa-
friolas". Y empecemos por el más des-
tacado de entré elios, sin lugar a dudas'
Dei Congreso de ia Capilla Maciel en
1813,tt1 salen designados como represen-
iu"t'** de los 23 Pueblos de la Banda
Oi'iental, tres saóerdotes: Larrañaga'
Charruárín y Salceclo' Este Congreso,
ya 1o vimos, por razones funclada§ no
tontó con eÍ beneplácito cle Artigas' A
nesar de ello, ilegi"nrlo a Bnenos Aires'
Lstos clelegaclos se cian cuclrta cIe cruc'
"al empaqiretar sus papeles, Lai'rañaga
ineluyó siñ quererlo (¿ ?), en los antece-
dentés respéctivos, una earta.de aviso
firmada pór Artigas, anunciándole sn
nornbramiento. Y preeisamente, esa car
(Bauzá, obra citada, págs' 165-166)' L"
interrofante y el subrayado son nuestros'

(1) En dicho congreso, que func.iona bajo la


9u¡.a Ortiz
i".ii".ü" á"-no"aui", e-IArtigas manifestó:
----';;rquién don José para der leyes
es
, orescr"iÜir reglas a los representantes de los pue-
i,rár'J"' ütá--¡r"¿á "",rnidot en este respetable
. . "soy del parecei- que lt- se Ie con-
óolgtái"i;.'(Jesualáo.
;*t;:.:i; ob-. cit. pág' 35?')

-42*
taes ia
-B"g* para desconocer a la repre-
sentación Oriental".
Este punto, a la luz de actuales docu-
mentos, aparece discutible. Pero es in-
negable que, estando Larrañaga aún co-
mo clelegado de la Bancla Oriental, acep-
ta el cargo rentado de Sub-Director rtre
Ia Biblioteea Naeional (de Buenos Ai-
res) preeisamente de manos del gobier-
no porteño que acababa de ciesconocer
-*u-o fueros. . .
(Tomado de Ia publicación oficial heci^ra
por Ia Comisión Universitaria de Home-
naje a Larrañaga, edición del B0 de d1-
ciembre de 1951).
Este descuido o este detalle en Ia ac-
titud de Larrañaga, ¿habrá teniclo al-
guna divina lelación con el hecho acae-
cido el 23 cie agosto de 1813 cuanclo
"echáronse a vuelo las campanas de los
templos" para festejar los réfuerzos qrne
acababan de llegar de España para po-
tler derrotar a Artigas?
(Bauzá, obra citada, pág. 1?B).

. ¿ Serían estas coincidencias las que hi-


cieran escribir a Artigas, conte§tando
*43-

É--
a} Cabilclo de Montevideo con referencia
aI Padre José Benito Lamas y al otro
Padre Otazú, que estaban en el cuartel
general cle Purificaeión, el trozo que si-
gue?:
"Yo, sin embargo de serme tan pre-
ciosos para la aclministración del
pasto espiritual cle los pueblos que
carecen cle sacerdotes, me despren
do cle ellos porque sean útiles a ese
pueblo ya que Y. S. manifiesta la
importancia que ellos clarán al en-
tusiasmo patriótico. Si el Padre La-
mas es útil para la escuela, co1óc1ue-
sele, y exhórtesele al reverendo
guardían y a los demás sacerdotes
de ese pueblo para que en los púlpi-
tos convenzan cle la legitimiciacl de
nuestra causa, animando a su adhe-
sión y que con su influjo penetren
a los hombres el más alto entusias-
mo para sostener su libertad".
(Eduardo Acevedo, ob. cit., t. II, pág. 538).

Salta a la vista que la confianza de


Artigas en la fidelitlad de los sacerdo-
_44_
tes "patrios" era muy relativa, cle aclter-
clo a los Subra¡rsd-6s que nos pertenecen:
"Si el Padre Lamas es útitr para la es-
cueia . . .", y esta duda no era sobre su
capaciciacl, seguramente. . .
Agrega Artigas : " . .. exhórtesele al
reverenclo guardián y a Ios demás sarer-
dotes . . ." a que apoyen Ia causa cle ia
l"evolución. Ic que clemuestra palmal,iir-
mente que ie constaba Io contrario.
Es cui'ioso que H. D. (Hermanc Dr,.-
nraceito) eit su "Ensa\,o cle Historia pa-
i::ía", eciicióii cie i92.3, en Ia llamacla cie
Ia pág. 381. tr.e,talicio el tena .,Artii.as
¡," Ia escueja" se ha¡-a animaclo ¿-l tl,al-ls-
cribir esta carta cl: Artigas. Tal vez
pensando en que su "ensavo,, fue
lirel)a-
i"aclo para terto de aciolescentes, confió
e.r1 que estos no soil rnny analizadci.es.
En cambio, en la biografía que le teje a
Larrañaga en la niisn:a obra, pág. 381,
se olvidó de agregar que, produeida la
invasión portuguesa, éste se pasó rie
cuerpo y alma ai invasor, eomo lo ,,,el.e-
mos más atlelante.

-45-
Volviendo al punto iniciai: ¿ Qué fuer-
zas eran, en realidad las que se opusie-
ron al "sistema" artiguista? Debemos
ec¡nfesar que el hermetismo de dos gru-
1..os, !'ranc-1\{asonería e ICAR, hacen ctri-
fícil descubrir lo que apenas esboza la
historia.
Bauzá, en su obra ya citada iirculpa
a la Logia Lautaro de mr¡nárquica y au-
toritaria. Da como integrantes de tal
ii:stitución a casi toclos ios hombres no-
tai¡les que hicieron la inclependencia ar-
gentina, entre ellos, San Martín, Belgra-
no, Pueyrredón, Alvear(2). . .
Confirma estos nombres un reciente
iÍhro del Sr. Augusto Barcia, titulacio
"San Martín y la Logia Lautaro", edi-
ción 1950.
Es de suponer que, si todos, o casi to-
cios los primaces que clirigieron la revo-
hición en las "pi:ovincias" de allende el
(2) Según Zúñiga, "La Historia de la Maso-
ner'ía Argentina", pág. 2g: ,,La Archicofradía del
Santísimo Sacramento de la Catedral de Buenos
Air_es, contaba como miembros al Gral. Belgrano,
alliguel de. Ascuénaga, al Director Supremo, Grat.
J"tsn Martín d.e Puegrredón, quien-además fue
Hermano de la Esclavitud de la Cofradía del Es-
c...cu lario".
-46-
Puío, integraban la logia, las decisiones
tomadas eu sus r.euniones no eran ,'im-
tJnestas" por la Logia. Se ias impon-
drían ellos rnismos, y tratarían cle ha-
cerias lll'o-qilerar en el resto de los no in-
tegrantes.
Es evir'ler-rte que ese nílcieo era cle ten-
clencia mon:rrquista y cle un acenclraclo
catolicistno hasta el ertremo cle ponerse
bajo la protección cle Vírgenes en víspe-
ra cle batall¿ts: Vii,gen cle ia Merced pa-
ra Belq"rano: .r-ir.gen clel Carmen, para
San Martín.
(H. D.. "iiistoria Americana',. ed. 1926"
págs. 171 ¡' 3ü3. respectivrrnente).

En cuanto a la tendencia r-nonái'c¡uic¿i


de 1a Logia Lautalo volven.los a l¿t obi:.,
citacia c1e Augr-isto Bai.cia, pág. 83:
"No estai'á clernás la aclaración clue
varylos a hacer en el senticlo cie c1ne,
si bieir i;r franc-masonería desem-
peñó un papel de protagonista en l¿
gran escena cle América, clurante la
clramática )r a veces tr'ágica lucha
por su intiependencia, no siempre
fuet'on stis actos e interr¡encioires
_41 _

I
favorables ai buen éxito de la cau-
sa que defenCían, ni tampoco con-
fcrmó su conducta a los altos, no-
trles.y humanitarios icleales que la
inspiran ni a las normas de toieran-
cia y fraternidad que la rigen y re-
gulan".
Tratanclo el tema "La Masonería", e1
Dr. Celedonio Nin ), Sih'a, en su libro
"Historia política c1e los Papas, edición
1943, pág. L31, clieé así. alucliendo a las
palabras clel Papa León XIII y sacadas
de Ia encíciica "Humanun Genus":
"Si es cierto que la Masonería sus-
tenta que todo dehe estar subordi-
nado a la razón, Qü€ no existe le-
velación divina, que Adán es un mi-
to, y que por io tanto no puclo haber
pecado, que es partidaria del divor-
cio, de la instrucción laica, de las li-
bertades individuales y públicas, cle
la soberanía popular y de que las
Iglesias estén separadas del Esta-
do, entonces debemos proelamar
que la Masonería es una instituciór"l
liberal y democrática que merece la
^o
eonsideración y el apoyo de todos
los buenos ciudadanos".
Para el Papa León XIItr, todas esas ca-
racterísticas eran causa de anatema y
excomunión !!
Cabe deducir de lo que antecede, que,
si Ia Masonería o Franc-Masonería te-
nía y tiene, como principios básicos, ei
Iiberalismo político y la laicidacl en la
enseñanza, como cuerpo, no pudo ser,
como no lo pocirá ser ahora, por sus cli-
rectriees, contraria al "sistema" arti-
guista que proclarnaba iclénticos princi-
plos.
Veamos ahora a ia Iglesia Católica
Apostólica Romana clesde ai'riba:
(Tomamos de la obra citacla clel Dr.
I.Iin y Silva, págs. 24 a 29, terna "Rela-
ciones de Pío VII con Napoleón después
del Coneordato"). Aciaremos antes, que
por el tal Concordato, Napoleón le per-
mitía a la ICAR extender sus activida-
des en Francia. Y obligó a Pio VII, a
coronarlo en su propia tierra, arraneán-
dole Ia corona de las manos, lo que éste
soportó. . . cristianamente.

-49_
Este Papa, Qüo clejando el nombre de
Gregorio Bernabé Luis Chiaramonti,
pasa a ser Pío YII, al iniciarse el siglo
XIX, hasta 1823, es el mismo que tam-
bién ungiera a Napoleón con la corona
de Rey cie Itaiia, en Mi1án; y también es
el mismo que condenara con su bula cle
"Ecclessian a Jesu Christo", del 13 de
setiembre cle 1821, a los Carbonarios,
institución masónica o afín con la Ma-
sonería. Y por dicha buia prohibía a los
"católicos afiliarse a la misma, asistir
a sus reuniones, pl'e-stal' ningírn servicio
a sus miembros, ¡' orclenanclo a todos,
bajo pena de excomunión mayor, el cle-
nunciar a los que la componían".
"Afirma ei Papa en esa bula que los
preceptos moraies cle los Cai'bona-
rios son impíos, porque (clice ahora
el Papa), dicha sociedacl repite que
es permiticlo excitar sediciones pa-
ra despojar de su poder a los reyes
y a los qLle están revestidos cle au-
toriciad, haciéndoles la sangrienta
injuria cle ciesignarlos a todos indis-

-50-

!
tintamente con el nombr"e de tira-
nos"
Aquí tei'nrinan las palabr.as papales y
la cita.
Ya poclenros sacar clos conclusiones:
1+) Se confii'rria plenarnente, corno 1o
habíantos clicho, que ias institucio-
nes masónicas estaitan integraclas
]ror católicos. e inciuso, llor sacer-
clotes.
2'!) Que irasta esa fecha se les perrnitía.
o había ltasaclo inaclver.ticio que al-
gunos feligr.eses habían osaclo 1la-
mar tii'anos ¿l los le¡-es, enti.e los
cuales est¿rba. "nriesrl,o autaclo Fer.-
nanclo \¡II", segírn expr.esión clel
Papa Pío YII.
La c'locunent¡ción cle est¿ época, cle la
anterior y c1e la siguiente, no tieja lugar.
a clilclas cle que la ICAR es la énemiga
irreconciliable clel laicismo. E11a saÉe
muy bie.n, y i_o ha pr.acticaclo, a la par
que un llfussolini, un Hitler, un Franco
o Lrna Rusia comunista, qLle apoderán-
_
-51
desde sus
dose de las mentes infantiles
;;í;.*t años Pueclen modelarlas a stt
antojo Y caPricho.
Para eonsegulr esta aeció!-dominan-
t.]*""t*nerlá y afincarla la ICAR tran-
que
;;;-;liá .oi cualquier régimen t42a'
; ü pd;ita, caso Pérón Y-la leY el
;Poclría entonces la lCAR'-tolerar
lai-
"*io.iuüuird. Á;'aig;s de corte liberal a la
cista. sistema pofel eual se separa
-",Ñ; del Estado? que algunos cle sus
IElesia
habrá dejaclo
.úffái;"ü i;; ;;¿;'áotes "pátriotas" si-
ñililí lá¿. de Artig-as eomo '*lsa-
res espías con salvoeonducto de "exco-
'--lu nraYor"? no la totalidad cle los
munión
*uvoría, si
d'e la revolució-n rioplaten-
"*h.*bies
Xá";ir";áioiiá* *
§á" Martín a la
eaheza.
a
Por otra parte es arehisabtdg Uue
ins natriotai se les presentó eI tremen-
to-
ffi üiJ;;-áét n.ut Éatronat-o'-sobre
do. una u., q,rt-Ftrnando VlI*d-espués
;;"ü;;ut'; Presidio en ValenceY'
¿'u .o
I.-rí.? e.Pá,u' Ñaturalmente que' 1o

-52*

I
cle Real Patronato era el antifaz bajo
el cual qued_aba disimulado el aspec[o
económico de los cuantiosos intereses
qu_e estaban en manos de los altos pre-
lados. Así lo confirma esta observaóiór,
,,Th.e
$g C_. H..Haring, en su obra Span-
ish.Empire in America',, ecl. 1947, pigi-
na 191.
(Traclucción):
"Realmente 1a prosperidacl y rique-
7ag cle la iglesia, y su influencia po-
lítiea, resultado de tales riquezas,
constituyó uno de los más embara-
zosos problemas qlle se le presenta-
ron a las nacientes repúrblic¿s clel si-
gio XIX. .."
¿ Cómo influyó, qué directrices secre-
tas impartió la ICAR a sus'ricarios pa-
ra dirigir el pensamiento revoluciona-
rio ?
¿Por qué no lo dice la historia?
¿ Es oosible imaginarse a Ia ICAR des-
entendicla frente a un continente en ebu-
llición en donde tenían, según ya vimos,
miles de conventos y altos preiados colr
erihuberantes clotaciones? -

-53-

5..
¡De ninguna manera ! Habiendo Per'-
eibido que los elementos dirigentes es-
taban imbuíclos de }as ideas "ateas" cle
Ia Revolución Francesa, }a ICAR tuvo
necesariamente que tomar parte activa
¡r clecisiva para no percler la hegemonía
abierta que tenía y transformarla en
otra sritil, pero no por eilo menos férrea,
sobre millones cle seres, con miliones cle
...doradas promesas.
Su trabajo fue fructífero. La Consti-
tucióir aprobacia ei1 L830 ¡ra no tuvo
aquella frase de las Insti'ucciones clel
año XIII:
39) Promoverá Ia libertad civil y re-
Iigiosa en toda su extensión ima-
ginable!
Artigas no Ie podía conveuir a 1a
iCAR."Esta, con sú penetrante pocler c1e
confesión, y su tremenda riqueza, hubo
cle despieg'ár en las márgenes clel P1ata,
como en el resto de las colonias, como
un ala inmensa y siniestra sus sotanas,
¡rara eliminar a Artigas. ¡Y 1o eliminó!
- Ninguno de ios sacerdotes "patriotas"
acorepañó a Artigas a su ostracismo. I'{i

-51 -
siquiera su ínti.mo ;r pariente secretar.io
ftIontei'roso, quien, yéndose a Chile, ¡'
aventanclo sus hábitos monacales, se cle-
dicó a pingües negocios, para luego
afrontai' su propio drama clenti.o de sus
cófrades cle ayer.
Artigas eir el ostracismo, vilipenclia-
dc, injuriaclo, clesconociilo, sin pocler al-
g'uno, \'a llo tiene interés para la ICAR.
Pei'o la inerorable obra clei tiempo va
l'estitri¡'enclo los pt'istino:. r.,alores a los
grancles r-isionai'ios, que han siclo, y es
lógico que así sea, iircoml;i,eirclicl.os pot
la meclioci'iciacl ambiente.
Aquei r-ie.io ¿itto-er»ati'j¿rcio. aqr-re1
campesino ig'norac'lo qrle se seirtaba a to-
nxar mate, ceL,aclo llor sri fiei Ansina
(¡oh, milagro cle ios hrirnilclesl), ala
sombra dei lbii'apitá, rincle tributo a la
muerte eltti'auclo ltoi'las anchas puer.tas
rle Ia inlloi'taiiclacl para ser. e} símbolo
cle una nación. Nuevamente ie intere-sa
a Ia ICAR el personaje y trata de pi.e-
sentarlo como a un gran católieo qr-re
siempre estuvo apoyaclo por la ICAR.

-55*
Así vemos ese triste tema "Religión
cle Artigas" que en la llam.ada Nq 2 de
la pág. 5go de U. D., ob. cit., se- salva del
anónimato porque surgió de la esrrlen-
clente pluma de nuestro vate Zowilla de
San Martín.
A pesar de la erudición del Poeta, Y
rle su pujante interés de sincero ereyen-
te, no da un soio clato concreto que prue-
be el catolicisrno cie Artigas. Es posibie
que fuera lin creyente. La época, la edu-
cación, el hogar, así 1o hacen suponer"
Y así 1o confirma el propio Zorriiia er"r
su obra mencionada, en dos Partes:
(Pág. 365):
"En los archivos de Ia Orclen Tei'-
cera de San Francisco de Montevi-
cleo, he leído la profesión en e§a or-
den de los padres de Artigas, ia de
su hermano y su esposa, doña Ra-
faela Villagrán. No he hallaclo la
suya..."
(Pág. 366):
"Artigas no ofreció esas soiemnes
manifestaeiones de religiosidad;

-56-
menos ferviente que Belgr.ano, y
más sineero, mucho más, que San
Martín, sus actos de religión no t,e-
nían el caráeter de acciones extra-
ordinarias, ni menos el de recursos
resonantes".
Pero cle ahí, a que fuera del rebaño
de la ICAR, parece haber un abismo
más profundo y aneho que el rnayor
abismo planetario conociclo.
Volvamos al tema y al momento. Dice
el Dr. C. Nin y Silva, ob. cit., páginas
27 y 28:

"Hércules Consalvi, ltrelaclo que co-


mo secretario del último cónclave,
había logrado que los cardenales eli-
gieran Papa a Chiaramonti, por 1o
que éste, luego de su ascenso al tro-
no pontifieio, lo hizo carclenal y lo
nombró Secretario de Estado, era
un hábil diplomátieo que había tra-
mitado ei concordato con }rlapoleón
y que clespués intervino como dele-
_
-57
gado ilapal en el Congreso cle Vie-
rra".
(En este Congreso se trataron asuntos re-
ferentes a una nueva política en Sud Amé-
rica, según eI Gral. Mitre, mencionado por
Eduardo Acevedo, en su obra citada, t. III,
página 8):

"Iylientras Consalvi desempeñaba


esta última misión, Pío VII puso al
frente del Gobierno pontificio al
Cardenal Rivarola, quien prodigó
las condenaciones contra los ele-
mentos liberales y en su odio contra
las innovaciones introducidas por
las autoridades napoleónieas, abo-
Iió en los Estados cle la Iglesia la
vigencia del Código Civil francés,
restableciendo la arcaica legislación
vigente en el siglo anterior, reem-
plazó el personal laico de la admi-
nistración por personal eelesiástieo,
prohibió el uso de la vacuna y el
alumbrado nocturno en Roma".
Traemos esta cita para que sirva de
preámbulo al tema que sigue y como ele-
mento de eomparación de aetitudes y
predisposieiones.

-58-
..LOS CURAS DE
LA REYOLUCION"

Ningún título podría ser más adecua-


do que éste, brindado generosamente
i:or el propio H. D. "Ensayo cle Histo-
ria Patria", yd citaclo, pág. 526.
Empecemos por decir, con absoltita
honestidad, que adherimos nuestr.o ho-
menaje a muchos sacerclotes, que, collo
hombres, abrazaron la causa revohicio-
naria, brinclaron sus esfuerzos, y aurl
sus vidas, en aras del triunfo cle la nis-
ura. Reeordemos, por ejemplo, una co-
munieación de Artigas a la Junta Gu-
]:ernativa clel 30 cle mayo de 1811:
". . . pero como una prueba nada in-
equívoca de los rasgos singulares
que he observado con satisfaeción,
no olvidaré hacer presente a V. E.
los distinguidos servicios de ios
presbíteros Dr. D. José Valentín

-59-
Gówez y D. Santiago Figueredo,
curas vicarios, éste de la Fiorida y
aquél de Canelones: ambos, no con-
tentos con haber colectado con ac-
tivo celo varios donativos patrióti-
cos; con haber seguido las penosas
marchas ctel ejército, participando
cle las fatigas dei soldado; con ha-
ber ejerciclo ias funciones de su sa-
gra.,:lo ministerio en toclas las oca-
sicnes c1u^e fnet'on pi'ecisa.s, se eon-
vii'tiei'on eir el acto rle ia batalla en
l:,ravos campeones, siencio los pri-
meros qve avanzaron sobre las filas
enemigas, con desprecio clel peiigro
y como verdacleros miiitares".
". . .como verdaderos militares": no
como sacerdotes a los que, según el De-
cálogo les mancla, "no matarás".
Y unimos nuestro homenaje al de Ar-
tigas reconoeiendo en elios un doble es-
fuerzo: uno contra la dominación eorno
-oolelados de la libertad; el otro, quizás
el más heroieo, contra las directrióes de
ia ICAR, es decir, eontra sus propios
;ielarcas.

-60

I-
El interés de H. D. y otras activicla-
des afines, justifican ñuestro clicho cie
que a la ICAR le vuelve a interesar Arti_
gas, empezando por rodearlo de saeer_
doies "patriotas" de dual actividaci cual
un Larrañag?, con olvidos de gran re_
percusión y diputado conciliadór entre
el Cabildo "alusitanado,, y su ,,Majes_
tad Fideiísima al Rey Nuestro Sedor,,
(que Dios guarde).
(Eduardo Acevedo, ob. cit., pág. 626).

Igual sucedió con Montel.roso, íntirno


secretario de Artigas, que al caer prisio_
nero de Ramírez, cuanclo la traieión tle
éste. a Artigas. llasa a ser" ,,conse;erá,,
del traidor.
Edüardo Acevedo, ob. cit., pág. 314).

-. Lamentamos que Ia prernura de estas


lineas no nos haya permitido obtener
más información sobie los demás curas
citados qol H. D. en Ia página aludida.
rero podrtamos agregar un capítulo:

-61 -

E
CLTRAS OLVIDADOS POR H. I)

Por ejemplo, para empezar, El Dean


Funes, consustaneiado con Pueyrredón
y "adversario decidido clel Jefe de los
Orientales".
Eduardo Acevedo, ob. cit., pág. 3a4).

El Obispo Orellana participante de


una contrarrevolución, "que había esti-
mulado aquella resistencia, debió la vi-
da al respeto que inspiraba su carácter
sacerdotal", no teniendo igual suerte el
héroe de las invasiones inglesas, Liniers.
(Bauzá, ob. cit., pág. 205).

Belgrano derrota a los realistas al


mando del General Tristán en Salta, y
éste se compromete, bajo juramento, no
empuñar nuevamente las armas contra
el gobierno revolucionario. Este jura-
mento no va a ser cumplido absueltos

-62-

t
del mismo por el -{r.zobispo de Ch¿.:.t¿-.
y ei Obispo de 1a Paz, "declaranclo cue
Dios no consicleraba váticlos los trataáos
heclios con los insurgentes".
(De1 mismo autor y 1a misma obra, pág. 3?1).

¡trsto ya es más serio, pues son Obis-


po y Arzobispo, y adernás en nombre de
Dios !
Al caei' l,fontevicleo en manos cle Al-
vear', el Director.io polteño, cyea el Juz-
ryado de Propiedades extrañas, envía
una clelegación cle saqueaclor.es que vie-
ue presidiclzr por. el canónigo D. Peclro
Pablo Viciai.
(Bar-rzá, ob. cit., pág. 205).

Se preparaba la invasión cle los 10.000,


en España, pal'a reconquistar sus colo-
nias. I'[ientras tanto, "acreditaba dicha
probabiliclaci el heclio cle encontrarse en
ilíc¡ de Janeiro, municios c1e regios pode-
res, Vigoclet y el P. Cirilo, negocianclo
el nlatrimonio cle Fer.nando VII con una
de l:s princesas reales, y no incliferen-

-63-

E.
tes, sin duda, a los proyectos belicosos
de sus compatriotas".
(Bauzá, ob. cit., Pág. 2W).

"Montevideo ha caído en manos de


Lecor. Entra en el recinto Y luego
tomó las llaves o,ue le Presentaba
Bianchi, quedanclo desde el momen-
to dueño de la ciuclad, como repre-
sentante del Soberano Portugués'
En seguida fue conduciclo bajo Pa-
lio a 1á Iglesia Matriz, acomPañán-
dole un glan concurso de esPañoles,
que Ie vilaban como al amigo.y alia-
do de su monarca. Lecor recibía es-
tas demostraeiones con señales de
asentimiento, que daban cabida a
toclas ias esperánzas. Cantóse en la
Iglesia un solemne Te-Deum..."
¿Podría H. D. clarnos la nómina de
los sacerdotes "patriotas" que oficiaron
y que estaban presentes en esta oportu-
nidad?
Mientras tanto digamos que aigo
agrega el proPio Bauzá en la Pá9. 2M,

-64-
relatando el acta labrada entre los ca-
pitulares y el nuevo amo:
"Inmediatamente y consiguiente a
ésto, trajo S. E. a consideración de
que, entre las naciones civilizadas
(¿ ?) se practicaba eomo un deber
sagrado, ir uno o más diputados del
pueblo recientemente libertado (¿ l)
a felicitar y rendir obediencia a los
pies del mismo Rey cuyas eran las
armas regeneradoras". "En tal con-
eepto, procedió ia minoría a nom-
brar dos individuos que hiciesen to-
das esas cosas al Rey, recayendo la
eleceión en D. Dámaso Antonio La'
rrañaga y D. Gerónimo Pio Bian-
ehi, quienes aceptaron gustosísi-
m0s".
(Las interrogantes y subrayados son nuestros).

He aquí los "honrosos" títulos que el


P. Castañeda Ie adjudiea a Artigas:
"(El desengañador gauchi-político,
federi-montonero, ehaeuaco-orien-
tal)".
(Bauzá, ob. cit., pág. 315)

-65-
Para broche de oro oigamos al obispo
Lue (de quien dependía jerárquicamen-
te el catolicismo de Ia Banda Oriental)
eir pleno Cabildo abierto del 22 de mayo
cle 1810: Dice el obispo:
"Que mientras existiese en España
un pedazo cle tierra mandado por
españoles, ese pedazo de tierra de-
bía mandar a las Américas i y Que,
mientras existiese un solo españotr
en las Américas, ese español clebía
manclar a los americanos, pudienrlo
sólo venir el mando a los hijos del
país, cuanclo ya no hubiese un solo
español en éi". ! ! !
Creemos que este rosario ya tiene su-
ficientes perlas. Para compietar el pa-
norama vayámosnos hasta España y
agreguemos otro capítulo titulado :

-66-
LOS CURAS EN ESPAÑA
POR LA I\{ISMA EPOCA

Dice el Dr. C. I{in y Silva en su obr'¿r


"La libertacl a través de la Historia",
ecl. 1943, págs. 101 a 102:
"Estas Cortes refiere a 1as
-(se
que se formaban cuando Fernanclo
VII estaba prisionero en Franeia)-
que comenzatarl sus sesiones juran-
clo tnantener la religión católica -v
la integriclad naeionai, así como fi-
delidad a las leyes y a Fernando VII,
proelatnaron Ia constitución liberal
de L812, en Ia que, entre otras con-
quistas, se estabiecía: soberanía cle
la nación y monarquía constitucio-
nal; separación de los poderes del
Estado; formalización de un presu-
puesto nacional debiendo el clero
contril:uir a1 pago de impuestos pa-
oJ
- -

E
i'a la guerra; libertad cle la prensa,
ller.'o sujeta a previa censulra en
cuestiones reiigiosas; abolición clel
tormento, del Tribunal de la Inqui-
sición y del voto de Santiago(:)'
abolición de Ia jurisdicción feudal,
doncie aun se mantenía y cle los cle-
rechos señoriales y de vasallaje; ini-
ciación de la libertad de los escla-
vos negros; igualclaci ante la ieY Y
reconocimiento de los cierechos in-
dividuaies; limitación clel número
de conventos; repai'to cie tierras
baiclías y comunales a los pobres Y
a los licenciados del ejército; i,quai-
clad de derechos entre españoles y
amerieanos. . . ".
"Esta Constitución dictada por di-
putados católicos para un pueblo
catóiico, levantó, sin embargo, mu-
chas resistencias entre gran parte
de la nobleza y del clero (cuyos in-
tereses siernpre han marchado jun-

(3) (Ha}z q¡¿ descripción de 1o que es ese


voto).

-68-
tos) y en otras clases sociales cu-
yos privilegios se cercenaban, sien-
do su principal enemigo el óropio
Rey, quien en su resicléncia ite Va-
lencey (Francia), cometía toda cla-
!g de _bajezas y humillaciones, cali-
ficando de ciego y furioso al pueblo
español que luehaba por su inilepen-
dencia. y felicitanclo a Napoleón nor
los triunfos que las armás france-
sas_conseguían en la península. No
es de extrañar, pues, que apenas re-
-e¡resaclo a su patria, lo primero que
hizo fue abolir la citacia Constitu-
ción cle 1812 y restablecer el gobier-
no absoluto. Extremancio sii ,.ea.c-
ció:r, aquél rIéspota coronado per.si-
guió de muerte a los liberales-, r.es-
tableció la Inquisición, admitió nue-
yamente a los jesuítas, a los que en-
comendó la enseñanza pública, y fo-
mentó la multiplicación cle los con-
ventos de frailes y monjas rlevol-
viéndoles sus bienes, así los existen-
tes como los vendidos por José Bo-
naparte y por el Gobierno cle Cádiz,

-69_

I
Cerró ios teatros, no permitió otros
periódieos que la Gaceta oficial y
el Diario, y creó ei Ministerio cle
Seguridad Pública, especie de Ges-
tapo donde tenían ancho eampo la
clelación, la intriga y la calumnia".
(Los subra!-ados son nuestros).

Es necesario destacar que este señor


Fernando YII, Rey de España descle
1808, con 24 años de eclaci, es el mismo
que traicionó a su padre Carlos IV, a su
rnadre ia licenciosa amante de Manue1
de Godoy, María Luisa cle Parma, Y z
su patria.
Este señor Fernando VII, es ei rnis-
I11o, que antes de serlo tuvo la dirección
espiritual del Padre Scío, primero, y dei
eanónigo Juan Eseoiquiz, de quien, se-
gún el Diccionario Encielopédico, tomo
VIII, pág. 640, ed. 1946, aprendió mu-
cho en materia de intrigas.
A este señor Fernando YII, Rey de
España, traidor a su padre, a su madre
y & su patria por inspiraeión de clérigos,
es a quien el Papa Pío YII recomienda

-70-
"ciega sumisión" y le llama "nuestro
amado hijo" !!
El diario "El Día" publicó, entre los
días 25 y 30 de mayo de t952, una serie
de artículos titulados "El clero fue ene-
migo de la independencia americana".
De uno de ellos extractamos la encíclica
de Fío YII, del año 1-816, es decir, cuan-
do ya se había reintegrado al trono Fer'-
nando VII, encíclica por Ia cual se diri-
ge "A Nuestros Venerables Hermanos,
arzobispos y obispos y a los queridos clel
Clero de América. .." reeomendándoles
poner el mayor "ahinco de fidelidad a
vuestro monarea".
Parece innecesario abundar en más
documentación para llegar a establecer
estas premisas:
1q La totalidad, o la casi totalidad de
los eomponentes de Logia Lautaro
eran católicos.
29 La "Sociedad de los Siete" identi-
ficada con aquélla, estaba integra-
da, inelusive, por el sacerdote A1-
berti.
(H. D., "Historia Americana", obra ya
citada, págs. 253 y 254).

-7r-
39 Este grupo catolico - mourárquico
fue el enemigo a muerte de Arti-
ga§.
Y Artigas era consciente del enemi-
go. He aquí la prueba irrefutable:
(Tomado de E. Acevedo, ob. cit., t. II, pá-
ginas 542 y 545).

"En oficio de 25 de noviembre de


1815 (De María, "Compendio de la
Historia") decía Artigas al Cabildo
de Montevideo, refiriéndose ala ac-
eión política y a la acción religiosa
que había iniciado el absorbente go-
bierno de Buenos Aires, con men-
gua de los fueros provinciales".
(Habla Artigas):

"Después que el gobierno de Bue-


nos Aires ha apurado todos los re-
cursos para nuestro aniquilamien-
to, nada merece de nosotros sino la
indignaciórr. Cuando se le invitó a
un razonable convenio despreció
nuestra generosidad y ratificando
sus malas ideas, lo sacrificó todo a
su loca ambición. A pesar de ios
desengaños no desiste he la empr.e-
sa y apura sus afanes por realizar_
la. Al efecto incluso a V. S. la carta
que me remite el señor Cura y Vi-
cario general, don Dámaso Lárra-
ñaga, clel señor Provisor de Buenos
4iI9.. Aquél Pastor de la Igiesia, si
hubiese sido más celoso de lás almas
hubiera conservaclo la autoridad
que en atención a ias presentes cir_
cunstancias le pedí y me concedió
en julio del pi.esente añ0, nombran-
do presbítero a don Dámaso Larra-
ñaga para clecidir en toclos los ca-
sos. Acaso aquél pr.ovisor pretenclía
triunfar cle la ignorancia con sus
excornuniones y fijar sobre esta ba-
se-espirituai sus miras a Io tempo-
ral. Y. S. no ignora el influjo de los
curas y que por este nnedio adelan-
tó Buenos Aires para entronizar su
despotismo; y además para fomen-
tar sus fondos con las rentas ecle-
siástieas que debían recibir de estos
pueblos con notable detrimento de

-73-
ellos mismos. Si este es su objeto,
claudica ia autoridad espiritual y e}
señor Provisor debe ser más escru-
puloso para no desunir el santuario
y el Estado. Y si no lo es, ¿Por qué
pretende una reintegración degra-
áante, que nunca ciebió creerla ne-
cesaria desPués de sus facultades
conceclidas? ¿O iuzga el señor Pro-
visor que aún vive la América en
tinieblás y que la Banda Oriental es
juguete C.e §us liasiones? Ernpiécelo
á óxperimentaii en sus efectos".
"En seguicla pase V.S. orden inme-
diatamente, que ios culas reciente-
mente venidos cle Buenos Aires, Pe-
ña el de San José, Gomensoro de
Caneiones, Giménez de lv{inas, el
guardían de San Francisco, el Pres'
ñítero Peralta y el Paclre Riso, de-
jen sus preibendas Y se vuelvan a
i3uenos Aires. V. S. proponga algu-
nos sacerdotes patricios, si los hay,
para llenar esos ministerios, y si no
ios hay esperemos que veng¿n(a)-

"Iosé Artiga.s" "Jefe de los Orientales y protector


-74-
Continúa ahora ei autor:
Reencargo a V. S. la ejecueión de
esta medida, que ereo necesaria pa-
ra asegurar nuestra libertad,'.
"Resulta, eomo se ve, que la pro-
vincia Oriental había obtenido cier-
ta autonomía en materia religiosa
por iniciativa de Artigas y que ba-
jo Ia presión de los eonflictos poli
ticos, el provisor de Buenos Áires
había anulado los derechos recono-
ciclos i:roveyendo por su_-cuenta y
rresgo varios curatos y clignidades
y que contra esa aetitud regresiva
y a"bsorbente se alzaba el Jefe de
Ios Orientales en defensa cie los fue-
ros de su provincia".
"I.[o se ]imitaba Artigas a eonser'-
var esos fueros como los conservó.
También asumía en caso necesario
sus funciones de patrono, según lo

de los Pueblos Libres", pero en la 2+ ed. del año


1933 publicada por la casá ,,Barreiro y Ramos S.A.,',
Ia frase continúa así: ,.,..si no los hay esperemos
que vengan, g si no uicnen acaso stn ésúo,s serer¿os
doblemente telices. Reencargo. .. etc.,' ¿Descuid.o?

-75-
demuestra este nuevo oficio t1e 1"3
de enero de 1816 (De lVlaría, "Com-
pendio cle ia Historia", eüe dirigió
al Cabiido con motivo de un pedido
cle los paclres del Convento de San
Francisco":
(IIailla Artigas c1e nuer-o)

"No es mi ánimo tnezclarme en lo


ecónolno cie las religiones iri en la
inclagación cle sus le¡'es. Lo que in-
teresa es que el puebio esté bien ser-
vido y que los prelaclos cle ios con-
l,entos no perjucliquen con su infiu-
jo lo sagracio de nuestro sistema"
En esto debe cleciclir el gobierno, y
V. S. a plesencia cle los sucesos sa-
brá determinar io mejor con respec-
to a la exposición cle los pacli'es c1e
San Francisco y la resolución cle
V. S. será en esta parte la cumpli-
cla".

Cabe destacar que ese Convento de


San Flancisco había siclo su escuela, ¡'

-76-
que n_o hay, en las palabras de Artigas,
un solo recuerdo para ella.
También destaeamos que, en la copio-
sa eorrespondencia de Artigas, contadas
veces se ve el consabido ,,que Dios guar_
de" con el que era nol.ma de aqueltiépo-
c& cerrar las comunicaciones y cartas.

^Tamiroco
hay noticias cle que Artigas
ofrendara sus triunfos a alguna Virgen,
como era práctica de la mayoría cle los
generaies revolucionarios.
Hubiéramos deseado terminar el te-
rna con esos oficios de Artigas que re_
sultan lapidarios para la ICÁR en cuan-
to se opuso al éxito de la eausa cle la
emancipación, pero nos velxos forzaclos
a rematar con estas tres conclusiones:
1q Artigas no era católico.
29 "Su sistema" era definitivamente
laicista ; como consecuerlcia inme-
diata y necesaria,
3e La Iglesia CatólieaApostólica Ro-
mana fue su enemiga a través cle
ia Logia Lautaro, dominacla por
rnasones católicos, antinomia, que
hoy día, parece inconcebible"

lo
IND \,L

Iiempo y lugar
11
¿.Presidente? ¿Dictacior? ¿Re1,? ¿Inca? ...... 1?
Artigas y "su ...
sistema,, 10
Una revelación tremenda ....
22
La Banda Oriental emancicacla su
J_ conclLlctor 2,,
¿Quiénes se opusieron al ,'sistenta,,cie
José Artigas? ..... 36
"Los curas de Ia revolución,,
59
Curas olvidaclos por I{. D. .
62
Los curas en España por 1a misrna époc:,1 .. 67

L
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IMPRESO FOR IIVIPRENTA LETRAS S. A.
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LA P.\Z 1829 },fONTñVlDEO
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AL TECTOR
El Fondo de Cultura Pro
Ediciones LIF no es una em-
presa comercial: es una aso-
ciación de amigos de la pro-
ducción literaria nacional,
científica, artística... liberal.
Continuamente, muchas de
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tro país; pero, carentes de un
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