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SANTO TOMÁS

LEY ETERNA, LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL

La última de las vías de Santo Tomás de Aquino da luces sobre lo que pasaremos a ver a
continuación. En ella, Tomás asevera que podemos llegar a la conclusión de que Dios
existe a partir de la observación de la naturaleza. La lógica que sigue es la siguiente: en la
naturaleza podemos observar un orden. Todo orden supone un ordenador que, por medio de
la razón, impone aquel orden. Claramente ese orden no lo pusimos nosotros. Parece ser, por
lo tanto, que aquel orden fue impuesto por un ser divino: Dios.

En ese sentido, el argumento del Aquinate se basa en la cosmología; es decir, en la idea de


que el universo responde a un cierto orden impuesto por un ser superior (cuestión que ya
está en Aristóteles en De anima en la escala de la naturaleza).

La relevancia de lo anterior es que, según Tomás, los seres humanos somos capaz de
conocer aquel orden cosmológico a través de lo que él llama “razón natural”. En palabras
sencillas, según Tomás hay un orden objetivo que rige al mundo y el entendimiento
humano está ordenado a conocer dicho orden en su verdad.

Ahora bien, Santo Tomás reconoce la finitud humana y, por lo tanto, la posibilidad del
error. Sin embargo, él también afirma que el entendimiento humano es capaz de alcanzar la
verdad objetiva de las cosas sin error si entra en contacto directo con la esencia o sustancia
del objeto cognoscible. Sin embargo, en el conocimiento no sólo opera la razón, sino
también la voluntad. Para conocer la verdad es necesario que el ser humano quiera
conocerla, pues es posible, también, que se cierre voluntariamente a ella.

LEY ETERNA

Cómo bien dijimos, Dios, en tanto razón divina, impone un orden al mundo. En Santo
Tomás, la ordenación que hace Dios del mundo terrenal toma el nombre de “Ley eterna”.

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La ley eterna se define como “la ordenación que Dios impone al mundo, al universo y a la
sociedad hacia el bien”. Es importante tener en consideración que el concepto contiene 2
elementos:

a. Ley: es decir, no es un modelo o ejemplo, sino un acto de imperio y medida del


gobierno de todas las cosas.
b. Eterna: dado que es algo que viene de la inteligencia divina, existe en Dios y no está
afecta al tiempo.

La pregunta que surge es: ¿podemos conocer la ley eterna? La respuesta de Santo Tomás
nos sirve para entender la naturaleza de esta ley.

Ya vimos que la ley eterna se encuentra en Dios mismo. En ese sentido, y dado que los
seres humanos en tanto finitos no podemos conocer directamente a Dios, no podemos
conocer directamente la ley eterna. Para conocer la ley eterna directamente, deberíamos ser
capaces de conocer la esencia de Dios, cuestión que nos está vetada a los seres humanos.

Sin embargo, podemos conocer esta ley indirectamente. Como bien dice Tomás al explicar
sus vías, a Dios no lo conocemos directamente, sino que por medio de sus creaciones. Lo
mismo ocurre con la ley eterna. Es decir, somos capaces de conocerlas por medio de sus
manifestaciones en los entes inmanentes.

Cada criatura tiene una ley de la naturaleza que guía su conducta. Piénsese, por ejemplo, en
el reino vegetal y los animales. Por lo tanto, es por medio de la cognoscibilidad de esta
normatividad implícita en la naturaleza que podemos conocer la ley eterna.

Los seres humanos no somos una excepción en el panorama recién descrito. Al igual que
las demás criaturas, tenemos una ley que nos gobierna (la cual, a su vez, forma parte de la
ley eterna). Esta toma el nombre de Ley Natural.

En lo que sigue, revisaremos específicamente esta última.

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LEY NATURAL

La ley natural se define como “la participación de la criatura racional en la ley eterna”. Es
decir, es aquella parte de la ley eterna que nos rige en tanto seres racionales.

El ser humano, a diferencia de las demás criaturas que carecen de racionalidad, participa de
manera distinta en la ley eterna, pues tenemos algo que nos distingue: la libertad. El
hombre participa en la ley no automáticamente, sino que guiado por la razón.

En ese sentido, la ley natural no es lo mismo que la ley eterna, sino que la primera participa
en la segunda.

1. Ahora bien, ¿Cuál es el contenido de la ley natural? Tomás dice lo siguiente:


a. “Bien es todo lo que los seres apetecen”. Nadie puede querer algo malo. Si se quiere
algo malo es porque la persona está en un error y cree que lo malo le generará algún
bien. En ese sentido, el primero precepto (y contenido) de la ley natural es “se debe
obrar bien y proseguir el bien y evitar el mal”. Todos los demás preceptos de la ley
natural se basan en esto, toda vez que serían preceptos que buscan el bien de los
seres humanos.

Luego Santo Tomás establece otros preceptos de la ley natural que van desde lo más
“animal” del hombre hasta lo más “racional”.

b. Segundo precepto. Instinto de la conservación.


c. Tercer precepto. Tendencia a vivir en sociedad
d. Cuarto precepto. Tendencia a conocer a Dios y la verdad

La felicidad solo se alcanza si actuamos de acuerdo a la ley natural. Porque Dios tiene un
plan preestablecido para la sociedad, que es la felicidad.

Cita de Santo Tomás: “La razón humana es potencia conocedora de la realidad; no es ella
misma medida de la realidad, sino que la realidad la mide a la inteligencia. Por lo tanto, la
ley natural no es un conjunto de proposiciones que la razón elabora como conclusiones
lógicas deducidas unas de otras, sino proposiciones de la razón práctica cuyos fines se
manifiestan a través de las tendencias naturales”

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La “verdad” para Santo Tomas es la adecuación del entendimiento humano a las cosas.
Ésta definición tiene una gran consecuencia y es que las cosas tienen una realidad objetiva
que es indiferente a la opinión humana y el entendimiento para alcanzar la verdad tiene que
adecuarse a aquella verdad objetiva.

2. Características de la ley natural


a. Universal: Es común a todos los pueblos y naciones.
b. Inmutable: No cambian a lo largo de la historia
c. Indeleble: no puede borrarse de la naturaleza humana

RELACIÓN DE LA LEY NATURAL CON LA LEY POSITIVA (O HUMANA)

El Derecho natural reconoce la necesidad del derecho positivo. Si no contáramos con la ley
humana, estaríamos en un caos. Además, hay cuestiones que forman parte no la de la
justicia natural, sino de la convencional. Sobre estas últimas la ley natural no dice nada, por
lo que es necesario que los seres humanos las regulemos.

Entonces, ¿Cuál es la relación entre el derecho natural y el positivo? Hay tres perspectivas
desde las cuales se puede analizar esto.

1. Derechos fundamentales y/o humanos

Hay ciertos derechos, los cuales los seres humanos hemos llamado fundamentales y/o
humanos, que no son creados por nosotros arbitrariamente. Como bien verán en derecho
constitucional, estos derechos existen con anterioridad al establecimiento del estado o del
derecho. En ese sentido, las constituciones y tratados internacionales no los crean, sino que
meramente los reconocen.

¿Por qué existen con anterioridad? ¿Dónde se encuentran antes de estar consagrados en un
texto positivo? La respuesta es en la ley natural. Estos provienen de la propia naturaleza
humana, de la dignidad del ser humano como se le llama hoy, y se encuentran en la ley
natural. En ese sentido, los derechos fundamentales y/o humanos se limitan meramente a
reconocer y regular lo que ya estaba presente en la ley natural.

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2. Corrección de lo que el derecho positivo no puede prever

Si bien el derecho positivo es necesario, resulta absurdo creer que unos pocos artículos son
capaces de regular toda la existencia humana. Lamentablemente, la ley positiva siempre se
quedará “corta”. Habrá aspectos de la existencia que jamás será capaz de regular. El
problema, es que si a un juez le llega una causa y hay aspectos que no se encuentran
regulados en la ley, no puede excusarse de fallar bajo dicho argumento. Muy por el
contrario, está obligado por ley a fallas todas las causas que lleguen a sus manos (y que
cumplan los requisitos respectivos). Eso es lo que se llama el principio de inexcusabilidad.

Entonces, ¿qué hacer ante unos textos limitados y una realidad ilimitada? La respuesta está
en el derecho natural. El derecho natural se constituye como un modo de corregir aquello
que el derecho positivo no puede regular. En otras palabras, permite que el juez se haga
cargo del caso excepcional y no aplique el sentido literal de la ley positiva.

Ejemplo: mujer que robó en USA huevos para alimentar a sus hijos. El policía no la detuvo,
sino que pagó los huevos y de hecho hizo compras para la mujer y su familia.

3. Derecho a rebelión

Para el derecho natural, sólo es verdadero derecho aquella regulación que se ajusta a la ley
natural. El problema, es que los seres humanos muchas veces legislamos, por ignorancia, de
modo contrario a la ley natural.

¿Qué hacer ante estas situaciones? El derecho natural dice que ante las leyes positivas
contrarias al derecho natural nace el llamado derecho de rebelión. Es decir, nace el derecho
a no cumplir aquella norma que no se ajusta a la ley natural e incluso a buscar que las
mismas sean derogadas.

¿QUÉ ES EL DERECHO PARA EL DERECHO NATURAL?

Para terminar, creo necesario mencionar el contenido del concepto “derecho” para la teoría
del derecho natural. El derecho, para el ius naturalismo, tiene en su núcleo la idea de

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justicia. Es decir, es este el elemento central que determina a este concepto. ¿Y qué es
justo? La justicia la determina la ley natural.

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