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INTRODUCCIÓN
Todo esto sumado al hecho de que el numeral 6 del artículo 642 del Código
Orgánico Integral Penal establece que la prueba será anunciada en la misma
audiencia ha generado inconsistencias en la sustanciación de la antedicha
audiencia de juicio por la celeridad con la cual se lleva a cabo la misma y
sobre todo con la obtención de los medios probatorios que en varios casos
resultan deficientes o simplemente inexistentes, afectando mayoritariamente
a los derechos de la víctima, más aún, cuando los órganos de justicia valoran
dicha prueba aplicando la misma óptica del procedimiento ordinario al
procedimiento expedito cuya naturaleza es ser ágil y flexible.
Para el caso del Hurto, el bien jurídico protegido recae sobre la propiedad de
cosas muebles, al respecto, el tratadista Frias Caballero establece: “El delito
de hurto vulnera un vínculo de poder efectivo, fáctico, positivo y real que
liga a las personas con las cosas que tienen consigo. Este vínculo se
extiende no solo a las cosas con las que la persona se halla en inmediato
contacto, sino a las que se hallan dentro de la llamada esfera de custodia o
vigilancia o dentro de la esfera de actividad patrimonial, e inclusive a las
que están expuestas a la fe pública, en tanto ostente de algún modo, por el
lugar, por la índole del objeto o por la forma en que se hallan, signos
manifiestos del señoría físico de alguien y que no son, por consiguiente
cosas perdidas” (Frias Caballero , 1970)
Dentro del análisis del tipo objetivo del hurto encontramos que la acción
típica externa recae en el objeto a través del apoderamiento, en donde se
busca privar del ius abutendi del sujeto pasivo, con la inmersión de la cosa
mueble a la esfera de custodia del sujeto activo como consecuencia de su
comportamiento propio.
Esta teoría, se extiende un poco más que las dos anteriores y exige
la privación al sujeto pasivo de la tenencia de la cosa, colocándola
fuera de su esfera de custodia, y el traslado al lugar donde el ladrón
considera que la cosa va a estar segura.
Illatio rei.- Exige que a más de cumplir los pasos de las teorías
anteriores (tocar, remover y sacar de la esfera de custodia), el sujeto
activo lleve la cosa a un lugar seguro, algunos creen que el ladron
debe, sacar provecho de la cosa, para que la infracción este cometida.
Esta teoría implicaría dejar en la impunidad innumerables hechos
lesivos.
Teorías Nuevas.-
Para Fontan Balestra, apoderarse es: “tomar una cosa para someterla
al propio poder, con el fin de llegar a disponer de ella, y en base a
ello se consuma este delito es decir cuando el justiciable pone la cosa
bajo su poder, a la par que la quita del poder de quien la tenía, toda
vez que no es dable pensar en un poder compartido. " (Donna, 2001)
El objeto material del delito de hurto recae en cosa, mueble, ajena, para
continuar con el análisis integral de este tipo penal, hay que profundizar
sobre estas consideraciones.
COSA:
Para el análisis del tipo se debe alcanzar un concepto más allá del genérico,
que clasifica a las cosas como corporales o incorporales (se excluye por
tanto los derechos por ser inmateriales), tal como lo establece el Art. 583 del
Código Civil, La cosa ocupará un lugar en el espacio, esta materia puede ser
sólida, líquida o gaseosa, no es necesario que se pueda tocar, basta que tenga
un cuerpo sobre el que recaiga el apoderamiento.
La cosa objeto del hurto debe tener valor, pues, a criterio de Soler no se
puede imputar a una persona por el delito de hurto si la cosa de la cual se
apropia tiene un valor insignificante que en realidad no se puede decir que
altera el patrimonio de la víctima, en atención al escaso valor de aquella.
MUEBLE:
Por otro lado, el Art. 585 del mismo cuerpo normativo ya reconoce a las
cosas muebles como aquellas que pueden transportarse de un lugar a otro,
sea moviéndose por sí mismas, como los animales o sea que sólo se muevan
por una fuerza externa, como las cosas inanimadas. De manera que la cosa
mueble tiene dos características: materialidad y valor.
Hay objetos que son aprehensibles y trasladables, pero que, sin embargo,
civilmente tienen la consideración de inmuebles.
AJENA:
La ajenidad de la cosa es un elemento normativo del tipo, el hurto solo
puede tener por objeto una cosa ajena, la palabra "ajena", denota el concepto
positivo de que la cosa debe pertenecer a alguien, La cosa es totalmente
ajena cuando el sujeto activo no tiene derecho alguno sobre ella; es decir,
que reconoce en un tercero su tenencia, posesión o dominio.
Para algunos autores, el requisito de que la cosa haya de ser ajena presupone
que tenga propietario, aunque no determinemos quien es, y que el
propietario no sea sujeto activo del delito. Para ello el tratadista Bajo
Fernández, caracteriza a lo ajeno por dos notas negativas: que la cosa no sea
propia del sujeto activo del apoderamiento y que no sea susceptible de
adquisición por ocupación, pues en este caso la propiedad puede
corresponder a cualquiera que la tome.
Siguiendo esta postura, el carácter de ajenas, falta en las res nullius (cosas
sin dueño), en las res derelictae (cosas abandonadas) y en las res comunes
omnium (cosas de todos).
En la primera parte del presente trabajo se había hecho mención de los tipos
de hurto establecidos en el Código Orgánico Integral Penal, como el hurto
genérico establecido en el artículo 196 y que ha servido de base para su
estudio; el hurto de Bienes de uso policial (Art. 197); el hurto de lo
requisado (Art.198) y por último la contravención de hurto por
insignificancia.
CONTRAVENCIÓN DE HURTO
Una vez, analizado el tipo penal de Hurto y las variaciones que sufre al
tratarse de un hurto contravencional, corresponde ahora en este trabajo,
enfocarse en el procedimiento que debe llevarse a cabo para juzgar el
cometimiento de esta infracción al amparo de las disposiciones establecidas
en el Código Orgánico Integral Penal.
Para contestar esta interrogante hay que establecer que dentro de las
garantías básicas al debido proceso, entendido este como el conjunto
mínimo de garantías para que un proceso sea considerado justo, se
encuentra el derecho a la defensa, el cual consiste en la posibilidad jurídica
y material de ejercer la defensa de los derechos e intereses de la persona, en
juicio y ante las autoridades, de manera que asegure la realización efectiva
de los principios de igualdad de las partes y contradicción. (Villalba, 1947,
pág. 38)
Del mismo modo, el numeral 6 del artículo 642 del COIP establece: “Si una
persona es sorprendida cometiendo esta clase de contravenciones será
aprehendida y llevada inmediatamente a la o al juzgador de contravenciones
para su juzgamiento. En este caso las pruebas serán anunciadas en la misma
audiencia.”
Como se puede colegir del primer inciso de este artículo, la norma permite
que sea cualquier persona la facultada a realizar una aprehensión en caso de
sorprender a otra cometiendo un delito flagrante. Ahora bien, se exige
asimismo el cumplimiento de dos presupuestos: 1) que se trate de un delito
flagrante de ejercicio público. 2) entregarlo de inmediato a la Policía
Nacional.