Está en la página 1de 12

PARTE 1

El título sexto del libro segundo del Código Penal Argentino denomina "Delitos contra la propiedad"
al bien jurídico que intenta proteger. En cambio, los Proyectos de reforma posteriores preferían la
denominación de "Delitos contra el patrimonio", salvo el Proyecto de 1.960 que mantenía la antigua
designación. En Latinoamérica las legislaciones penales de Bolivia, Chile, Ecuador, Puerto
Rico, Uruguay y Venezuela utilizan el término propiedad, mientras que Colombia, México y Perú el
de patrimonio. Los actuales Códigos Penales de Alemania, Italia y España adoptan el concepto de
patrimonio.

Tanto la legislación civil como la penal brindan tutela a la propiedad, superponiéndose en algunos


supuestos. Gómez, Molinario, Ure, y modernamente Donna, optando por la de patrimonio. Tal
discusión se ha dado en el derecho penal español que hasta 1.995 mantuvo la denominación
propiedad, para modificarla por la de patrimonio.

Al respecto, nos explica Bidart Campos que entre los derechos individuales que el
constitucionalismo moderno o clásico protegió con más intensidad se halla el de propiedad. Si bien
esta es la doctrina civil mayoritaria, pareciera que existe una relación de genero a especie entre la
propiedad y el dominio. Molinario entiende que si bien todo dominio es propiedad no sucede lo
mismo a la inversa. Propiedad en el aspecto de la propiedad adquirida, lo que presupone que quien la
invoca ya es propietario de algún bien.

Según el constitucionalista, el concepto "propiedad" en sentido constitucional es mucho más amplio


que en el sentido de la codificación civilística, enunciando como contenidos generales el derecho de
dominio y sus desmembraciones, las concesiones de uso sobre bienes del dominio público, los
derechos y las obligaciones emergentes de los contratos, los actos jurídicos de disposición y uso, los
derechos "adquiridos" e ingresados al patrimonio, la sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada, los actos válidamente cumplidos durante el proceso, el efecto liberatorio del pago, los
contenidos que surgen de la irretroactividad de la ley, etc. Por lo tanto, el derecho de
propiedad, constitucionalmente hablando, es el derecho que se tiene y se ejerce con relación a cada
uno de los bienes que están en un patrimonio. De lo expuesto de desprende con claridad que la
protección constitucional de la propiedad comprende no sólo el dominio, sino también otros
derechos reales, la posesión, la tenencia e incluso derechos personales de carácter patrimonial. 21
que toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes, el cual puede ser supeditado por ley por
razones de interés social, consagrando de esta forma la función social de la propiedad que por
imperio del art. Si bien de la propia Carta Magna la protección es tan amplia que incluye tanto la
propiedad intelectual, como la industrial y la común, el título en análisis sólo protege esta última, ya
que existen leyes especiales que tutelan las dos primeras .

En contrapartida a lo expuesto, doctrinarios como Gómez opinan que en delitos como el hurto


impropio , la quiebra fraudulenta o causada culpablemente , o la usurpación por despojo no se
lesiona el derecho a la propiedad, pues lo que la ley protege es el patrimonio. La objeción es cierta si
nos atemos a un concepto estricto de propiedad, pero no lo es si la noción deriva de la Constitución
Nacional. Al respecto, Damianovich de Cerredo nos refiere que resulta estéril la discusión acerca de
una mejor denominación del título, pues si se entiende a la propiedad como el derecho
constitucional, no es necesario cambiar este término por el de "patrimonio".

Los prácticos hablaban de hurto propio e impropio, el primero presuponía la violación del derecho a
propiedad y posesión sobre la cosa, mientras que el segundo sólo la propiedad. Por su parte, nos
ilustra Nuñez que en el derecho romano se distinguía el furtum rei de tenor similar a nuestro hurto
simple del art. También nos indica Nuñez que el derecho romano distinguía entre el furtum
manifestum y furtum nec manifestum. Cabe aclarar que la conceptualización del mismo no es
uniforme, puede verse al respecto Nuñez .

Los antecedentes más remotos se sitúan en las Institutas, el

El derecho argentino se ha contemplado en todos los Proyectos aunque con diferente redacción.

Código Penal Español y el Proyecto de 1.

PARTE 2

Nuñez nos dice que las adhesiones más autorizadas la define como el traslado de la cosa de un lugar
a otro, agregando que la doctrina que se ha mantenido fiel al concepto románico hace coincidir la
acción material del hurto en la amotio de la cosa ajena. La teoría de la illatio sostiene que el hurto se
consuma cuando las cosas son llevadas al lugar que el autor tiene destinado o cuando saca provecho
de ellas . Sin embargo, ellas no resultan de entera aplicación a la sistemática penal actual, ya que
dichas exposiciones románicas se justificaban en ese entonces, pues no existía la tentativa, y
resultaba necesario anticipar el momento consumativo del hurto, para poder distinguir entre los actos
preparatorios y la consumación, entre la punición o no.

Según Soler la acción de apoderarse resulta comprensiva de un acto material y de un


propósito. Asimismo, entiende que en alguna medida el concepto de apoderarse se determina por
exclusión de otras figuras, descartando la aplicación de la teoría de la amotio que propugnaba
Carrara. Entonces, la cuestión a dilucidar es sí es necesaria la substracción o basta la simple
amotio. Soler recurre al art.

Por lo tanto, arguye que para nuestra ley apoderarse presupondría la sustracción, y entonces la teoría
de la amotio estaría mal aplicada. De lo expuesto, deduce que no debemos empeñarnos en la
búsqueda de momentos materialmente determinados para fijar el concepto del hurto, porque resulta
evidente que el concepto de apoderamiento debe ser determinado jurídicamente y no
materialmente. Para ello el autor propone la teoría de la esfera de poder, lo que implica la
posibilidad inmediata de realizar materialmente sobre la cosa actos dispositivos, posibilidad de la
que se carece antes de la acción, porque la cosa esta en poder de otra persona. Es por ello que a
criterio del tratadista no constituye hurto consumado hacerle perder al dueño la disponibilidad
inmediata de la cosa, o cuando el ladrón no ha podido volver a sacar del lugar donde la tuvo que
dejar dentro de la casa, o cuando el sujeto activo que espanta al faldero que por la calle lleva a una
señora, pero no logra atraparlo.

Siguiendo a Lobe expone que la substracción es el medio del apoderamiento, es decir, el


apoderamiento debe haberse cometido mediante substracción, de manera que si la cosa es lograda de
otra forma no es hurtada, como el supuesto del que se guarda las gallinas de su vecino que solas se
han pasado a su gallinero. Los arados dejados en el campo, las parvas de pasto, los montones de leña
cortada, los ladrillos apilados constituyen manifestaciones de propiedad y llevan signos propios de
poder o vigilancia más o menos mediata, y son objetos susceptibles de hurto. En
consecuencia, expresa que la afirmación de que se haya o no producido apoderamiento depende de
las variadas formas en que puede realizarse la exclusión del propietario y la ocupación de la cosa por
el ladrón. Es crucial tener en cuenta no sólo el ánimo de apoderarse, sino el hecho de poder hacer
actos dispositivos.

Esta teoría según Soler-, permite distinguir correctamente los actos preparatorios de los actos
ejecutivos, cosa que parece más dificultoso para la teoría de la remoción que adelanta
deliberadamente el momento consumativo del hurto. Para Nuñez el hurto consiste en el traslado
material de la cosa mueble de la posesión ajena a la del ladrón, es decir, en el desplazamiento de la
cosa del poder de la víctima al del ladrón. Este poder se ofende para él con cualquier intromisión
ilegítima en su esfera, pero la ofensa no está completa hasta que el derecho protegido ha sido
totalmente aniquilado.

Fíjese que en la concepción de Nuñez el dolo confiere al acto de desapoderar el carácter de


apoderamiento, adelantando de esta forma el momento consumativo del hurto con relación a
posturas como la expuesta de Soler, y las que se detallaran a continuación de Fontán Balestra y Frías
Caballero. En general, opina Nuñez, el desapoderamiento exige la remoción de la cosa , pudiendo
ella sola bastar , o requerir un acto , o resultado complementarios que produzcan la privación de la
cosa. Pero como lo dice el propio comentarista la remoción de la cosa no es una condición
indispensable del acto de desapoderamiento . Agrega que el desapoderamiento debe consistir en la
privación material de la cosa, y no en su uso o transformación sin privación de ella .

Esta tesis, normalmente denominada del desapoderamiento, ha sido defendida también por Laje
Anaya. Según Fontán Balestra, en coincidencia con Soler, estima que el verbo apoderarse es
utilizado por el Código para definir la acción ejecutiva del hurto y del robo, y significa tomar una
cosa para someterla al propio poder para llegar a disponer de ella, por lo tanto, el autor consuma el
hurto cuando pone la cosa bajo su poder, al par que la quita del poder de quien la tenía, aunque ello
ocurra por un corto espacio tiempo. Binomio apoderamiento-desapoderamiento resulta
ineludible. Puede haber desapoderamiento sin apoderamiento, como el caso de quien suelta un
pájaro o quien arroja las cosas de un vehículo en movimiento que luego piensa apoderarse , o el que
se sirve de un sabueso amaestrado para lograr la extracción de alimento de la casa de un
tercero , pero lo mismo no sucede a la inversa.

Según autor, esta postura permite superar las teorías tradicionales, ya que no asigna valor esencial a
la medida en que la cosa se remueve, y en el particular de la teoría de la ablatio, que se atiene a que
la cosa sea sacada de la esfera de custodia o poder del tenedor,9 sin considerar que el apoderamiento
haya sido cumplido por el sujeto activo al establecer su poder sobre la cosa.

El hurto queda entonces consumado con el traspaso o desplazamiento material, no ya de la cosa, sino


de su disponibilidad. Para la segunda opinión, sólo se exige el desapoderamiento de la víctima con la
intención de apoderarse de la cosa por parte del ladrón. El dolo confiere, entonces, al acto de
desapoderar el carácter de apoderamiento exigido por el tipo penal. Sólo existe el apoderamiento en
el preciso instante en que el ladrón tiene la posibilidad física de disponer del objeto10.

Esta es según Frías Caballero la tesis correcta que implica dos fases ejecutivas, por una parte -
mirado desde el punto de vista del sujeto pasivo-, la privación, o desapoderamiento de la cosa, y por
el otro -mirado desde el punto de vista del sujeto activo-, la toma efectiva de poder sobre la
misma. Ambas etapas constituyen la acción de hurtar, aunque es cierto que a veces
desapoderamiento y apoderamiento coinciden temporalmente, por lo que su distinción no siempre es
perceptible. Más recientemente, Sancinetti ha expuesto una nueva teoría autotitulada de la mera
disponibilidad, objetando la postura de la disponibilidad que si bien pone el acento en la acción
típica , acepta la idea contraria al exigir, de todas formas, el desapoderamiento de la víctima. La
doctrina argentina, agrega el publicista, ha aceptado el prejuicio mítico de que el hurto presupone un
vínculo de poder efectivo entre una persona y una cosa que el ladrón viene a destruir.
PARTE 3

Frías Caballero, siguiendo las enseñanzas de Giuriati, agregó que el hurto solamente es posible con
respecto a las cosas que el perjudicado tiene consigo, y que, o bien lleva sobre sí, o están al menos
en su esfera de custodia, o vigilancia, o actividad patrimonial, o de poder, o de disposición, o, en
fin, expuestas a la fe pública, siempre que ostenten señorío físico ajeno.

En la actualidad podemos decir que también en el derecho judicial argentino la tesis dominante es la
"teoría de la disponibilidad".

Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de

En el ámbito casatorio nacional se ha dicho que el autor consuma el hurto cuando pone la cosa bajo
su poder al par que la quita del poder de quien la tenía, consistiendo la acción en apoderarse de la
cosa sustraída con el "animus rem sibi habendi" , pues en el momento consumativo del hurto debe
realizarse la exclusión del propietario de la cosa por el ladrón, debiendo atenderse no sólo el ánimo
de apoderarse, sino al hecho de poder hacer actos dispositivos . También se ha resuelto que se trata
de un delito instantáneo, cuya consumación se ubica en el momento en que se completa el
apoderamiento de la cosa . Se excluyen, entonces, a los que se encuentren en la tenencia, posesión, o
propiedad de la cosa, entre los que están también el copropietario, el socio, el coheredero, el
usufractuario, el usuario, el comodatario, el depositario, el acreedor prendario y todo aquél que tenga
sobre la cosa una tenencia material, por lo que su acto de apropiación podría eventualmente
configurar alguna de las conductas previstas por los incs. 175, en ambos casos del Código Penal .

El uso de fuerza en las cosas o violencia en las personas transformará al hurto en un robo LA
COSA MUEBLE

Hay que tener en cuenta que en el derecho antiguo existía una marcada diferencia entre las cosas
muebles e inmuebles, basada, fundamentalmente, en la idea del superior valor de estas últimas, que
de alguna forma estaba presente en la división romana entre "res mancipi" y "nec mancipi". La
doctrina francesa entiende por cosa todo lo que existe y cae bajo la acción de los sentidos, los bienes
son las cosas que tienen un valor económico, la primera es el género y la segunda es la especie . En
nuestro derecho las cosas son los objetos materiales susceptibles de tener valor, estos más los objetos
inmateriales susceptibles de valor constituyen los bienes . Según la doctrina civil inmuebles por
naturaleza , es decir, las cosas que se encuentran en si mismas inmovilizadas, como el suelo y todas
las partes sólidas o fluidas que forman su superficie y profundidad.

A criterio de Salvat los árboles y las plantas en pie son también inmuebles por naturaleza. A su
vez, los frutos y cosechas pendientes forman un todo con los árboles y plantas que los producen y
son considerados también inmuebles . El carácter inmueble de estas cosas cesa cuando dejan de
formar parte del suelo o de estar incorporadas a él, ya que dicho carácter deriva de su inmovilidad
real inmuebles por accesión física , es decir, las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por
su adhesión física al suelo con carácter de perpetuidad inmuebles por accesión moral , es decir, las
cosas muebles que se encuentran puestas intencionalmente como accesorias de un inmueble, sin
estarlo físicamente inmuebles por su carácter representativo muebles por su naturaleza muebles por
su carácter representativo , es decir, todos los instrumentos públicos o privados donde constare la
adquisición de derechos personales.

Civil es una verdadera definición estipulativa en la que el legislador ha querido equiparar el


concepto de energía al de cosa, y como tal no tiene sentido predicar sobre ella verdad o
falsedad, pues ya el legislador lo ha decidido. Como recién explicamos en el derecho civil se llaman
cosas a los objetos materiales susceptibles de tener valor , estas son una especie de los bienes, los
cuales comprenden también a los objetos inmateriales susceptibles de tener valor . 2.318 del Código
Civil las cosas muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose por sí
mismas o por una fuerza externa, a excepción de las accesorias a los inmuebles. La legislación penal
tiene, entonces, un criterio más amplio de cosa mueble basado en la transportabilidad, incluyendo a
los inmuebles por accesión física o moral o por su carácter representativo.

El Código Penal no encuentra limitado el concepto de cosa mueble por la accesoriedad y


representación al igual que el Código Civil. Existe una nota distintiva tanto de las cosas como de los
bienes que es la susceptibilidad de estos de tener valor, entendido este como valor de cambio y
también de uso.

No resultarían en principio pasibles de hurto los inmuebles por su naturaleza, salvo que dejen de
tener inmovilidad real , lo cual obedece a una cuestión puramente física. En cambio, si son
susceptibles de hurto los inmuebles por accesión o su carácter representativo. Debemos tener en
cuenta que la propia parte especial también va delineando el concepto de cosa mueble como por
ejemplo en los arts. También es posible el hurto de los locomóviles, de los semovientes y de los
animales.

Respecto del agua hay que tener en cuenta que tanto en el campo penal como en el civil es
considerada cosa mueble o inmueble según este o no separada del suelo por el cual corre, por lo que
la sustracción de la misma puede configurar tanto un hurto como una usurpación . El apoderamiento
mediante recipientes o mediante una cañería tipifica el delito de hurto. Con relación a los seres
humanos evidentemente no puede reducirse al concepto de cosa, por lo que no es posible el
hurto, sin perjuicio que se den las figuras previstas en los arts. Penal entre otras, que protegen
primordialmente la libertad.

La materia puede ser sólida, fluida, líquida o gaseosa, siendo innecesario que el objeto se pueda


tocar o tomar con la mano. Con razón explica Tozzini que el concepto de corporeidad ha sido
desplazado por el de materialidad, en palabras de Núñez un objeto es corpóreo cuando es material. "
El derecho mencionado en el documento sólo es el valor substraído mediante el hurto del papel
correspondiente...". Si el documento es sustraído en miras de su valor probatorio, no se dará el tipo
de hurto, sino el de la falsedad por supresión, CP.

No será ése el caso del que substrae una carta cualquiera, ya sea por su valor como autógrafo, o por
la calidad del papel u otro motivo semejante. Mientras no sea posible afirmar que el documento fue
substraído en razón de su carácter de cosa, sino como documento, es decir, por lo que
significa, cuando no se trate de la significación probatoria, que .

PARTE 4

Como ya adelantáramos el valor implica tanto el valor de cambio como el de uso. Por lo


tanto, podemos afirmar que la cosa puede tener un valor apreciable en dinero o no, como el caso de
un valor moral . También suelen ser incluidas las cosas que tienen un valor histórico o científico. Sin
embargo, nos enseña Nuñez que la determinación de la existencia del interés debe asentarse en
primer lugar con arreglo al valor de cambio, lo cual no implica necesariamente que el valor surja de
la cosa misma, siendo suficiente por lo que ella representa , y si ello no es posible, porque su entidad
no es siquiera apreciable, corresponde averiguar si tiene algún otro valor para el tenedor .

" Es que no se atiene a la entidad de la lesión patrimonial, sino a la violación del derecho de


propiedad, independientemente del mayor o menor valor de la cosa...". El mayor o menor valor de la
cosa sólo juega al momento de la determinación de la pena de conformidad con los arts. Con
relación a la tarjeta de crédito se ha expedido recientemente Baigun quien la considera cosa
mueble, tanto por su valor material es decir del instrumento en sí, cuanto por su valor
representativo. Soler entiende que sólo cuando la insignificancia del valor de la cosa pueda hacer
presumir racionalmente el consentimiento del propietario o cuando sus características autoricen a
considerar la cosa res nullius, deberá decirse que no hay hurto.

Refuerza esta postura la circunstancia de que se configura igualmente el hurto cuando el sujeto
pasivo en el caso concreto no se haya enriquecido, como en el caso de que el ladrón deje en poder de
la víctima una cosa de mayor valor Como lo que protege el delito es la propiedad, que incluso desde
el punto de vista civil la ausencia de valor de cambio no altera la relación dominical, basta que la
cosa tenga carácter de tal, aunque carezca de valor para los demás o incluso para el ladrón.

Civil haciendo extensiva las disposiciones referentes a las cosas para la energía y a las fuerzas
naturales susceptibles de apropiación, Soler sigue pensando que el hurto de energía eléctrica no es
delito. El tratadista opina que normalmente la substracción de energía eléctrica se efectúa sobre
bases que no corresponden a la figura de hurto, de forma tal que la afirmación de que la electricidad
es una cosa mueble no importa necesariamente aquella consecuencia, ya que el hecho puede llegar a
constituir estafa. De esta forma concluye que es manifiesta la analogía cometida por la aplicación de
la figura del hurto a estos casos, hasta tanto no se construya un tipo penal específico que prevea este
delito, y con independencia de la equiparación hecha por la ley civil. En la postura contraria Creus
expone que no se puede negar el carácter de material de la energía, aunque carezca de
corporeidad, por lo tanto la misma puede ser objeto de hurto, en cuanto esté incorporada un
patrimonio.

De lo expuesto se infiere que en el hurto de energía eléctrica , el apoderamiento debe efectuarse en la


red de conducción sin alterar el medidor , pues si en el último supuesto se da el trípode ardid-error-
disposición/perjuicio patrimonial se configuraría una estafa, salvo el caso de quien registre las
medidas fuera una máquina y no un hombre, pues para que exista engaño debe haber mente
errada. Si el autor es dueño de la totalidad de la cosa este delito no es posible, sin perjuicio que
resulte de aplicación el hurto impropio regulado en el art. Carece de importancia que el ladrón sepa o
no que la cosa pertenece a determinada persona, basta que la crea ajena, sea que este en poder del
dueño o de cualquier otra persona. Respecto de las res perditi el hurto no es admisible, ya que si bien
las cosas están perdidas para el dueño, el mismo no las ha abandonado, y quien se apropiare de ellas
configura el delito previsto por el art.

Civil pueden ser aprehendidas por cualquier persona. Si los animales salvajes fueren cazados en
campo ajeno sin autorización tampoco configurará el delito de hurto, pues pese a la sanción que
establece el art. Código Civil, en el sentido de que la pieza cazada pertenece al propietario del
campo, el ríos y lagos navegables de uso público los enjambres de abejas en estado de libertad
natural, si el propietario de ellos no lo reclamare inmediatamente el animal doméstico que recuperó
su libertad y deja de ser perseguido por su dueño las piedras, las conchas u otras sustancia arrojadas
por el mar o ríos, o que se hallaren en sus fondos que no presentaren signos de dominio anterior las
plantas y yerbas que vegetaren en las costas del mar y las que cubrieren sus aguas y las de los ríos y
lagos la mitad de los tesoros sepultados o escondidos en predio ajeno , salvo que se encuentren en
los sepulcros o lugares públicos destinados a sepultura . Diferente es la cuestión cuando se sustraen
de un criadero, que sí configurará hurto.

Pero no son res nullius los peces que se encuentran en aguas privadas que nacen y mueren dentro de
una misma heredad, y su pesca configurará hurto, como tampoco lo son los peces que se encuentran
en lagos que no fueren navegables, porque conforme al art. Civil el uso y goce pertenece a los
propietarios ribereños. El apoderamiento sobre las res derelictae tampoco configura el delito de
hurto. Civil establece que son cosas abandonadas por su dueño aquellas de las que se ha desprendido
materialmente, con miras a no continuar en su dominio.

Dicho abandono debe haber sido realizado por el propio dueño y no un tercero. 2.530 dispone que
no se presume que la cosa ha sido abandonada, sino perdida, si la tiene algún valor de cambio. En el
campo penal esto último puede generar algunas dudas respecto de la tipificación del delito que habrá
que resolver en concreto de acuerdo a las circunstancias del caso. Por otra parte, no puede cometer
hurto quien no siendo dueño de la cosa, la tenga legítimamente en su poder, y luego se negare a
restituirla apropiándose o no de ella .

Además, se suele sostener que no son susceptibles de hurto las cosas que están fuera del
comercio, es decir, aquellas que su enajenación se encuentra expresamente prohibida o resulta
dependiente de una autorización pública .

Obsérvese que el Código Civil dispone de forma absoluta o relativa la posibilidad de que los
particulares puedan vender o adquirir dichas cosas, pero ello no implica que las mismas sean
susceptibles de apoderamiento por parte de cualquier persona, y en consecuencia pasibles de
hurto. Por último queremos mencionar dos situaciones que nos resultan de difícil solución, el hurto
cometido sobre el ladrón y el hurto de droga. Respecto del primer supuesto la doctrina es conteste en
admitirlo 24, y extenderlo a otros supuestos de apropiación ilegítima, clandestinidad, abuso de
confianza etc. Maggiore por motivos éticos y basado en que mediante el hurto se protege el derecho
a la propiedad en sentido estricto, y no la simple tenencia sostiene lo contrario. Salvo el caso de que
se produzca entre los mismos partícipes de un hurto ya consumado.

Posesión como la tenencia el hurto al ladrón va ha quedar comprendido en esta situación, pues si


bien el derecho normalmente no intenta proteger situaciones ilegales, tampoco puede fomentar la
concurrencia a las vías de hecho para que cualquiera intente apoderarse de cosas hurtadas o robadas
amparado en la legalidad. En el primer caso no cabe duda de que su sustracción configura delito
porque estamos frente a una cosa mueble ajena. En el último supuesto, tampoco tenemos problemas
en admitir el hurto, salvo que lo sustraiga quien esta encargado de su custodia quien cometerá el
delito de malversación de caudales públicos .

PARTE 5

Respecto de la "ilegitimidad" que refiere la norma, en principio, pareciera innecesario que el


legislador refuerce en este caso que la acción deber ser ilegítima, lo cual sucede en todos los tipos
penales.

Cámara Nacional de Apelaciones Penal de la Capital Federal donde se dijo que

Como todo delito de lesión el hurto admite la tentativa. 37 del decreto-ley n 6.582 sancionaba el
hurto de uso propio de automotores, pero fue derogado por la ley 24.721/96. En lo que hace a la
distinción entre tentativa y consumación hemos dedicado el punto 4.1. Por último, resta por decir
que podrían presentarse casos de tentativa inidónea como el que comenta Tozzini en minucioso
análisis, del ladrón que pretende apoderarse de un estéreo que no se encuentra en el auto, y creyendo
lo contrario rompe el vidrio para sustraerlo.

Otro supuesto similar podría ser el que introduce su mano en un bolsillo ajeno vacío creyendo que
hay dinero. Penal como delito imposible. Así también queda fuera de punibilidad la tentativa
supersticiosa como quien pretende apoderarse de una suma de dinero por medios mágicos. Como
también los casos de delito putativo como quien se apodera de una cosa ajena creyendo que no tiene
el consentimiento del dueño, cuando en realidad lo tiene.

CON LA VIOLACION DE DOMICILIO CON LA VIOLACION DE CORRESPONDENCIA

Según Creus apoderarse equivale aquí a introducir o hacer permanecer el objeto en la propia
tenencia, por lo que quedan comprendidos el acto de apoderamiento propio del hurto, el acto de
quien se hace entregar el objeto por medios ardidosos o de quien teniendo legítimamente el objeto
con una finalidad determinada se queda con él. Obsérvese que la acción típica puede coincidir entre
este delito y el hurto, en cuyo caso habrá un concurso aparente o de tipos penales por
especialidad. Por otra parte, hay que tener en cuenta que cuando el apoderamiento de la carta
transciende lo íntimo o privado , porque la misma tiene por ejemplo un valor histórico o
directamente patrimonial, estaremos en presencia de un hurto simple. Resulta, en principio
fácil, distinguir el hurto del robo, ya que las acciones típicas bases son idénticas, y sólo se agrega a
este último que se cometa con fuerza en las cosas o violencia en las personas.

Quizás un pronunciamiento del Tribunal en lo Criminal n 1 del

El Fiscal había calificado el hecho en la acusación como estafa, y alternativamente entendió que
podía ser un hurto, mientras que la Defensa planteó la atipicidad. La mayoría del Tribunal consideró
que se trataba del delito de retención indebida, mientras que la minoría propuso la subsunción de
estafa. Descartada la atipicidad, parece poco posible de la descripción del hecho, que el imputado
haya actuado con un dolo inicial de defraudar y menos aún que se encuentren acreditados los
elementos exigidos por el delito estafa. Entonces la solución oscilaría entre la retención indebida y el
hurto.

Al respecto nos inclinamos por el hurto ya que dicha figura no descarta la utilización de ciertos
engaños, y además el encartado nunca entró, a nuestro criterio, en la tenencia de la cosa
intervirtiendo el título, sino que se apoderó de la cosa mediante ardid.

Por otra parte, no podemos dejar de citar el plenario Ruzzolini de la

Los soluciones a este supuesto han pasado desde la atipicidad, hasta el hurto y la


estafa. Adelantamos que en el pronunciamiento se resolvió subsumir la conducta como hurto
simple. Quien entrega una cosa a otro para que la examine o verifique en el momento, sigue
manteniendo la custodia de la misma, aunque el individuo en una rápida maniobra huya con ella, es
por ello que en el punto anterior hemos sostenido que se trataba de un hurto y no el delito de
marras. Asimismo, cometerá hurto el empleado de un comercio que aprovecha la facilidad de su
empleo y sustrae diversos efectos, como la cajera que se apodera de dinero perteneciente a su
empleadora CON LA ADMINISTRACIÓN FRAUDULENTA .

El empleado que se apodera de diversos efectos de sus empleadores, que no están bajo su custodia y
sobre los que no tiene poder alguno cometerá el delito de hurto, pues la diferencia entre ambos tipos
penales reside en la fuente que da origen a la relación con la cosa, y el poder de disposición que se
otorgue CON LAS APROPIACIONES IRREGULARES DE LOS INCS. Si el ladrón abandona el
objeto sustraído, y un tercero se lo apropia comete el delito del art. Obsérvese que en el caso la
actitud del comitente es totalmente pasiva, a diferencia de lo que ocurre en el delito de hurto. Si bien
ambas figuras pueden recaer sobre bienes muebles, el daño además puede cometerse sobre
inmuebles, las acciones típicas son diferentes mientras que en el hurto consiste en apoderarse, en el
daño se refiere a destruir, inutilizar, hacer desaparecer o simplemente dañar, pero nunca apoderarse.

DOCUMENTOS Lo que se lesiona mediante la comisión del hurto es el poder efectivo entre la
persona y la cosa, como una simple situación de hecho, lo cual resulta comprensivo del dominio La
tesis esgrimida por Nuñez, basada en la protección de la posesión, adelanta el momento consumativo
inadecuadamente, sin sustento legal, apartándose del núcleo rector del tipo y obligando a considerar
una "esfera de custodia" que nada tiene que ver con un apoderamiento que requiere de una
posibilidad material de disposición Creemos correcta la tesis de la disponibilidad en su versión mas
acabada , porque entendemos que lo que la norma protege es la simple relación de hecho entre la
persona y la cosa, la cual es completamente vulnerada Sujeto activo puede ser cualquier persona que
no tenga la cosa en su totalidad.

PARTE 6

Sujeto pasivo también, aunque se distingue entre la víctima , y el damnificado Cosa mueble es un


objeto material y valioso susceptible de apropiación. De acuerdo a ello resultan susceptibles de
apoderamiento no sólo las cosas que son muebles para el derecho civil , sino también los inmuebles
por accesión física, por accesión moral, y por su carácter representativo . En contrario, no resultarían
en principio susceptibles de hurto los inmuebles por su naturaleza, salvo que dejen de tener
inmovilidad real De acuerdo a la última reforma del art.

El doctor PRATS CARDONA dijo

Ninguna dificultad existiría si, en razón de hallarse el aparato efectivamente descompuesto, por tal
motivo no recupera la moneda y después un tercero valiéndose de cualquier treta, que no importe
forzar la cosa donde ha quedado retenida, la sustrae para si, pues tal apoderamiento
comporta, evidentemente, el delito de hurto simple, en los términos del C. .

Acerca de que los mecanismos del equipo se encuentran realmente descompuestos, y ocasionando de
este modo un efectivo perjuicio económico a quien no pudo obtener la debida restitución de su
moneda, que luego es apropiada por el aprovechado autor de dicha maniobra. Sin
duda, igualmente, que la voluntad de la víctima no estaba viciada en el momento de depositar la
moneda destinada al uso del servicio telefónico, ya que su concurrencia obedecía a una libre
determinación. Empero, no es menos cierto que esa misma voluntad estuvo bajo la influencia de un
error esencial cuando dejara aquélla con el pensamiento de que no podía recuperarla por distinta
causa. Y el acento incriminatorio recae, precisamente sobre el ardid que decidió la posterior actitud y
no la primera.

No se diga, por fin, que aparece indiferente el motivo, toda vez que siempre se trataría de un


abandono. Frente a la realidad así descripta, me resulta fuerte que ella constituya un simple acto
furtivo, ya que para el apoderamiento de la cosa ajena concurrió un artificio o maquinación dirigida
a causar el despojo con engaño acerca de su verdadero origen. , que contempla la de quien se
apropiara de cosa en cuya tenencia hubiere entrado a consecuencia de un error o de un caso
fortuito, pues adviértese sin esfuerzo que tal error no ha de ser antes provocado por el propio agente
que después de apodera de la cosa dejada . De consiguiente, en mi opinión el hecho se presenta
como una típica acción estafatoria por un medio mecánico, tan eficaz e idóneo al efecto como
cualquier otro ardid o engaño de índole personal , por lo que debe subordinarse a la figura del
C. Estimo, por lo expuesto, que el caso propuesto tiene su correcto y obligado encuadramiento legal
a título de estafa, y ello decide mi voto en este sentido.

El doctor URE dijo

El caso del ternario de esta convocatoria se vincula al problema, de antiguo debatido, de si


constituye estafa o hurto el delito contra el patrimonio que se comete mediante maniobras dolosas en
aparatos automáticos distribuidores de bienes materiales o inmateriales, y cuyo mecanismo acciona
al introducirse una moneda de valor preestablecido, que, de ordinario, rescata el usuario cuando el
servicio no se prestó. Pero el caso descripto en la convocatoria presenta características que lo
distancian definitivamente de aquéllos, clásicos en las polémicas doctrinarias, para situarlo con
precisión en el hurto. En efecto, existiría estafa si el inculpado de cualquier manera hubiera decidido
a los terceros a usar el teléfono público con el consecuente depósito de una moneda que no
rescatarían al no obtener la comunicación.

núcleo típico de la acción furtiva. Para negar dicha consista simple sustracción o desapoderamiento
el tribunal sostuvo que la figura ha sido construida teniendo en cuenta que el sujeto activo debe
obtener para consumar el delito y no sólo la pérdida sufrida por el sujeto pasivo . Ambas fases -como
el anverso y el reverso de una medalla- constituyen la acción de hurtar y ambas, por supuesto, deben
ser ejecutadas por el agente.

Conforme a lo expuesto, la acción material del hurto no consiste en cualquier apodera miento sino en
aquel que el agente ha logrado por medio del acto de desapoderar a la víctima el lenguaje común
permitiría hablar de apoderamiento también en algunas hipótesis de apropiación indebida, o de cosa
perdida, o, en fin, de cosa adquirida como consecuencia de error o caso fortuito, arts.

Cualquiera sea la posición que a este respecto se adopte , lo cierto es que puede afirmarse que hay
general acuerdo en admitir que el interés concretamente tutelado por Ia norma que incrimina el hurto
finca en mantener incólume una situación de hecho consistente en un poder fáctico efectivo que
vincula a la personas con las cosas que tiene consigo. De lo dicho cabe concluir que no puede
hablarse de hurto sino cuando la cosa se halla efectivamente "en poder" de la víctima, esto
es, cuando está realmente sometida a su disponibilidad física o material, ya que esto es de lo que
aquélla ha de ser privada por obra del ladrón que incorpora la cosa a su propio poder de hecho.

El hurto no es admisible cuando la cosa está al margen de tales situaciones y no admite ya, en
consecuencia, el "ejercicio de un poder directo" consistente en su disponibilidad material.

Asimismo los que formula para descartar el hurto razonando a partir de los elementos del delito de
estafa. Para mi resulta claro que, negado el hurto, la calificación debe hacerse poniendo atención en
lo que ocurre a partir del instante en que fracasa la llamada telefónica. Por lo demás, al margen de la
cuestión dogmática propiamente dicha, considero que, tanto objetiva como subjetivamente, aquél es
merecedor de la pena correspondiente a este delito, apreciablemente mayor a la prevista para el de
hurto.

PARTE 7

- Jorge A. - Luis Carlos Cabral. Pena. – Jorge Frías Caballero. EL FALLO IGLESIAS ¿ESTAFA
MEDIANTE MEDIOS.

INFORMATICOS?30

-- Buenos Aires, junio 4 de 1992.

En esta instancia la Fiscal de Cámara, mantiene el recurso, solicitando cambio de calificación y en


virtud de ellos, aumento de pena para los procesados.

Salguero y de Ernesto Miller, quienes se apoderaron de la suma de

Por lo demás, las fundadas explicaciones vertidas por el al quo, que no han sido desvirtuadas en
autos, ya que las defensas nada han dicho en su contra, se mantienen vigentes, por lo que a ellas hay
que remitirse. A mi juicio, y contestando a la teoría fiscal, entiendo que le asiste razón al doctor
Galli en cuanto sostiene que estamos en presencia del tipo penal de hurto art. Penal y no de
estafa . Ello es así porque el apoderamiento lo hace el procesado Iglesias y no lo entrega el banco
por medio de un error, requisito indispensable para poder hablar de estafa.

De manera que no hay diferencia con la maniobra normal del cajero que, en un descuido se apodera
del dinero que maneja en caja y la maniobra en estudio en donde el apoderamiento del dinero se hace
mediante el manejo de la computadora. La pena ha sido graduada de manera adecuada por el a
quo, atendiendo a la culpabilidad del autor los criterios de prevención, tanto especial como
general, la entrega del procesado de todos los bienes comprados, convenio mediante con el
banco. Están apelados en autos los puntos VIII, IX, XI, es decir los montos de la regulación de los
profesionales intervinientes. A mi juicio todos los montos están ajustados a derecho, por la labor
desarrollada por los profesionales intervinientes, de manera que en este aspecto deberán confirmarse.

Iglesias, de las demás condiciones personales obrantes en autos, como autor penalmente responsable
del delito del hurto simple, cometido en forma reiterada --once oportunidades--, a la pena de 2 años
y 6 meses de prisión, de cumplimiento en suspenso, con costas . Miller, de las demás condiciones
personales obrantes en autos, como autor penalmente responsable del delito de hurto simple --un
hecho-- en concurso real con hurto simple --un hecho-- en carácter de partícipe necesario, a la pena
de 3 meses de prisión, de cumplimiento en suspenso, con costas. –
BULYGIN, Eugenio , "Definiciones y normas", en Análisis lógico y derecho, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, p. ARNEDO, Miguel Alfredo - ZAFFARONI, Eugenio Raúl , Digesto de
codificación penal argentina, AZ, Buenos Aires, 7 t.

BARRERA DE RISO, María Cristina - TARDITTI, Aída, , El momento consumativo y la tentativa


en el robo calificado, en Doctrina Penal, Depalma, Buenos Aires, año 5, nros. , Manual de la
Constitución reformada, Ediar, Buenos Aires, t.

DE

MOREDA, Francisco incriminabilidad a título de hurto de la sustracción de cosa ajena, sin el


designio de apropiarse de ella, , Buenos Aires, LL. Parte especial, Mave, Buenos
Aires, t. Comentado, anotado y concordado, 4 edición, Astrea, Buenos Aires, t. CAAMAÑO
IGLESIAS PAIZ, Cristina , El delito de administración fraudulenta, Di Placido, Buenos Aires.

Parte especial, 6 edición, Astrea, Buenos Aires, tomos 1. DAMIANOVICH DE


CERREDO, Laura , Delitos contra la propiedad, Universidad, Buenos Aires. FONTAN
BALESTRA, Carlos , Tratado de Derecho Penal, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, t. FRIAS
CABALLERO, Jorge , Acción constitutiva del delito de hurto, Abeledo-Perrot, Buenos Aires.

GONZALEZ ROURA, Octavio , Derecho penal, 2edición, Abeledo, Buenos Aires, t. LAJE


ANAYA, Justo , Comentarios al Código Penal, Depalma, Buenos Aires, t. LAJE
ANAYA, Justo, , ¿Tentativa de hurto?, Buenos Aires, JA, 1.983-I-538. Parte general, 17
edición, actualizado por Patricio Raffo Benegas, Perrot, Buenos Aires, 1.997, t.

Código Penal anotado y comentado, 4 edición, Abeledo-Perrot, Buenos Aires. , Los delitos, texto


preparado y actualizado por Eduardo Aguirre Obarrio, Tipográfica Editora Argentina, Buenos
Aires, t. Derechos reales, Tea, Buenos Aires, t.

Hurto-Defraudación, Enciclopedia Jurídica Omeba, Driskill, Buenos Aires, t.


Federal, Buenos Aires, JA, 1944-III-535. , Buenos Aires, LL, 17-856. KENT, Jorge , Algo más
sobre el instante consumativo en el delito de hurto, en Revista de derecho penal y criminología, n
4, octubre-diciembre, La Ley, - , Nuevas aportaciones acerca del momento consumativo del delito
de hurto, Buenos Aires, LL, 1989-D-310LEVENE , Ricardo , Manual de Derecho Penal Parte
Especial, 2edición Zavalia, Buenos Aires. MORENO , Rodolfo , El Código Penal y sus
antecedentes, Tommasi, Buenos Aires, t.

Aires 1.947.

También podría gustarte