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Las capacidades cognitivas

Las capacidades cognitivas son un grupo de procesos mentales relacionados con el


procesamiento de la información que nos permiten interactuar y relacionarnos de
forma adaptativa en nuestra vida diaria. Disponemos de diversas capacidades como
la memoria, la atención, el lenguaje, etc. Estas capacidades facultan la capacidad de
responder ante estímulos y sobre ellas se puede intervenir potenciándolas y
mejorándolas. En este artículo, se explicará la definición de las capacidades
cognitivas, cuáles son las más importantes, cómo es su funcionamiento y algunas
herramientas de estimulación para frenar al deterioro cognitivo.

¿Qué son las capacidades cognitivas?


Podemos definir las capacidades o habilidades cognitivas como un conjunto de
aptitudes, actitudes, procesos y facultades de nuestra mente. Así mismo, son las que
nos permiten percibir, atender, procesar, seleccionar, interpretar, analizar y
responder a todo aquello que nos rodean para poder adaptarnos de forma adecuada
a nuestro entorno y a los diferentes contextos y situaciones que se nos presentan en
cada momento.

Recibimos los estímulos del mundo en el que vivimos a través de los sentidos. La
vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto están continuamente recibiendo
información. Otro de los sistemas que nos proporciona datos que debemos tener en
cuenta es el sistema somatosensorial, este nos proporciona información relacionada
con el dolor, la temperatura, la posición del cuerpo y de los diferentes órganos que lo
conforman. De toda la información que recibimos parte es procesada por
nuestro cerebro, el cual escoge los estímulos mas relevantes para interpretar el
medio que nos rodea y mediante su análisis generamos una respuesta adecuada a la
situación en la que nos encontramos en ese momento y que debemos afrontar y la
traducimos en una conducta. Esto lo podemos hacer gracias a que
nuestras capacidades cognitivas están funcionando.

Importancia de las capacidades cognitivas


Las situaciones a las que nos enfrentamos día a día exigen una reacción, bien por
actuación o por inhibición de una conducta, por nuestra parte.
Desde el momento en que nacemos estamos continuamente interactuando con el
medio que nos rodea. En ese primer momento, de la llegada al mundo, el llanto del
bebe se produce de forma automática e innata, nos lanza un mensaje que nos dice:
ya estoy aquí, estoy respirando y necesito que alguien cuide de mí. A partir del
nacimiento y a través de los estímulos que vamos recibiendo en nuestro desarrollo se
van generando huellas en nuestro sistema nervioso central a través de la
especialización de grupos de neuronas. Las cuales, están asociadas a funciones
definidas y bien determinadas, hasta alcanzar un sistema sofisticado y perfectamente
engranado.

Este desarrollo nos permite relacionarnos con el mundo de forma adaptativa,


ajustada y adecuada, respondiendo a las demandas que nos reclama y satisfaciendo
las necesidades que nos permiten conservar la vida. Este sistema tan refinado,
selecto, delicado y preciso está formado, entre otros, por las capacidades cognitivas.

Las capacidades cognitivas más importantes


Las capacidades cognitivas están relacionadas con el procesamiento de la
información. Recibimos un estímulo o input, lo interpretamos y damos una
respuesta/output a través de la realización o inhibición de una conducta. Las
capacidades cognitivas más importantes son:

Memoria

Esta capacidad nos permite recordar que mañana tenemos una cita en el médico,
como se realiza una receta de cocina, como conducir un automóvil o en el plano más
básico como vestirnos. También, recordamos el orden en el que tenemos que
colocarnos las diferentes prendas y que tipo de vestuario debemos ponernos en
relación al tiempo meteorológico en ese momento. Aunque parezca algo que tan
sencillo, es una capacidad muy importante para un desenvolvimiento vital adecuado.

Atención

A través de la atención podemos poner interés en la información que nos resulta


relevante de la que se nos presenta. Esta actividad la realizamos de forma continua y
muchas veces de manera inconsciente.
Percepción
La percepción nos permite el primer acercamiento a los estímulos, el conocimiento
primero de los mismos, captarlos, como la propia nomenclatura de esta capacidad
indica, percibirlos, darnos cuenta de que algo nos reclama.

Lenguaje

El lenguaje es la habilidad que nos permite diferenciarnos del resto de los animales.
Tenemos un código generado para traducir nuestros sentimientos y pensamientos en
palabras comprensibles por el resto de seres humanos que nos rodean. Gracias al
lenguaje podemos explicar la secuenciación de una acción, contar nuestros recuerdos
y expresar nuestras necesidades. También, nos permite leer unas instrucciones,
comprender lo que los demás nos están diciendo o escribir la lista de la compra. La
capacidad del lenguaje se divide en leguaje oral (expresado y recibido) y lenguaje
escrito, que se divide en escritura y lectura.

Funciones ejecutivas

Son un grupo de habilidades que nos permiten planificar las acciones, tomar
decisiones, generar un plan de acción y evaluar metas y submetas. Así mismo,
permiten monitorizar los diferentes pasos orientados a la meta, reorientar y corregir
las acciones que nos desvíen de la acción que queremos conseguir. Por medio de
las funciones cognitivas podemos flexibilizar los objetivos finales e intermedios,
impulsar e iniciar el comienzo de las acciones, organizarnos, anticiparnos e inhibirnos.
Estas funciones conllevan a un sistema complejo de procesos que se van produciendo
de forma ordenada y simultánea.

Orientación

La orientación nos posibilita por una parte estar integrados correctamente en el


espacio y en el tiempo. Así como saber dónde estamos físicamente, que fecha es hoy,
que estación del año y que parte del día. Por otra parte, nos proporciona la capacidad
de prestar atención a la información del entorno que nos resulta útil para garantizar
la supervivencia. Por ejemplo, al oír un fuerte ruido porque se ha caído algo o al
percibir el olor a gas si está habiendo un escape.
Razonamiento

El razonamiento nos faculta para extraer un análisis adecuado tanto de situaciones


conocidas como de situaciones desconocidas que puedan ser análogas a las que
conocemos. Por ejemplo, si suena un trueno es porque hay una tormenta y si hay
tormenta, lloverá. En función de esta interpretación podremos coger un paraguas si
vamos a salir a la calle.

Motivación

La motivación nos atribuye la opción de orientarnos hacia un determinado recurso o


procedimiento que facilite la satisfacción de nuestra necesidad, generando o
reforzando el impulso que necesitamos en el inicio de una conducta, para obtener
dicha satisfacción.

Funcionamiento de las capacidades cognitivas


Las capacidades cognitivas no funcionan de forma aislada, sino que cada acción que
realizamos, cada decisión que tomamos y que genera una conducta determinada es
fruto del funcionamiento de diferentes habilidades a la vez. De esta manera,
conseguimos, de forma conjunta y combinada, un funcionamiento adecuado en
nuestra vida cotidiana.

Las habilidades cognitivas nos permiten llevar a cabo todas las actividades que
realizamos, tanto si van acompañadas de una conducta motora, como si simplemente
estamos recordando algo sentados en el sofá o inhibiendo un comportamiento no
adecuado.

Las utilizamos continuamente sin ser conscientes, desde que cada mañana abrimos
los ojos y comenzamos el día. Son necesarias para tener recuerdos, realizar acciones,
aprender, comunicarnos, saber actuar, dar respuestas, generar comportamientos,
estar motivados, analizar, juzgar un hecho, etc. Todas las actividades que realizamos
requieren de las capacidades cognitivas.

Cada mañana al despertarnos comenzamos a activar una serie de habilidades. Cuando


nos duchamos, nos vestimos o preparamos el desayuno. Estas acciones son posibles
gracias a que nuestras capacidades cognitivas se han puesto en funcionamiento.
¿Cómo intervienen las habilidades cognitivas en
las actividades diarias?
Por ejemplo, en la acción de preparar el desayuno interviene la atención, la
percepción, la memoria, la toma de decisiones, la orientación o las funciones
ejecutivas entre otras.

A la hora de vestirnos interviene la memoria. Ya que, hace falta recordar dónde


tenemos cada una de las prendas que nos vamos a colocar, qué prenda es adecuada
a la estación del año y el tiempo que hace ese día. También interviene la percepción,
haciéndonos sentir frío o calor. Del mismo modo la atención nos ayuda a colocarnos
las prendas desde el principio hasta el final sin desviarnos a otros estímulos que
seguimos recibiendo inconscientemente.

Otras capacidades cognitivas que intervienen son la toma de decisiones, la flexibilidad


mental y las funciones ejecutivas. Todas ellas actúan a la vez para permitirnos realizar
nuestra conducta de la forma adecuada.

Localización de las capacidades cognitivas


Algunas de estas capacidades o habilidades las podemos asociar con regiones
concretas y localizadas en nuestro cerebro. Por ejemplo, el área asociada al lenguaje
está localizado en el lóbulo frontal izquierdo del cerebro en más del noventa por
ciento de las personas. Se la conoce como el Área de Broca. Sabiendo esto, si una
persona tiene un accidente cerebro vascular o desarrolla un tumor, y las pruebas de
diagnóstico nos indican que el mismo se ha producido en esta región, podremos
deducir que esta persona va a tener un déficit en el lenguaje y podremos establecer
un programa de estimulación para paliar o recuperar este déficit.

La memoria se encuentra localizada entre otras regiones: en el hipocampo, el tálamo,


la amígdala, los cuerpos mamilares y el cerebelo.

Otras capacidades como por ejemplo la atención o la percepción, no están asociadas


de forma clara a regiones concretas del cerebro, sino que su activación se produce de
forma más difusa en diferentes regiones cerebrales, repartidas por los diferentes
lóbulos del cerebro, que se activan para su funcionamiento.
Estimulación de las capacidades cognitivas
La neuropsicología es la ciencia encargada de estudiar el funcionamiento de las
diferentes capacidades cognitivas. Además, esta ciencia estudia que regiones del
cerebro se activan para su funcionamiento, como potenciarlas y estimularlas para
conseguir un funcionamiento óptimo de las mismas, recuperarlas en caso de déficit y
mantenerlas y ralentizar su deterioro en las demencias. Se trata de mantener la
autonomía e independencia de las personas, consiguiendo que su funcionamiento
cerebral sea lo más adecuado posible.

A través de los ejercicios de estimulación adecuados podemos influir en el


funcionamiento de las capacidades cognitivas. Con la excitación neuronal correcta
conseguimos la activación de las diferentes neuronas implicadas en el funcionamiento
óptimo de las distintas capacidades y por lo tanto logramos una adaptación adecuada
al contexto. Así, generamos las conductas o comportamientos más eficientes de
respuesta o de compensación a las demandas que nos exigen las circunstancias vitales
en cada momento.

Las herramientas de estimulación como freno al


deterioro cognitivo
Existen herramientas que nos proporcionan esta estimulación que redunda en la
optimización del funcionamiento de nuestras capacidades cognitivas. Dicha
estimulación, está dirigida a la neuroplasticidad cerebral. Esta es la capacidad que
tiene el sistema nervioso central para asumir las funciones circunscritas de un área
determinada en otra área completamente distinta, ya sea por proximidad o por
reubicación de la función o capacidad. Nuestro cerebro podría modificar su estructura
a través de la estimulación cerebral, reorganizando su especificidad neuronal,
otorgándole a otras regiones y por tanto a otras neuronas actividades mermadas o
deficitarias por causas fisiológicas o físicas. Con la estimulación trataríamos de
fomentar las capacidades preservadas para instigar la activación neuronal de regiones
próximas que en ese momento están desactivadas o su funcionamiento se ha
ralentizado.

Los instrumentos de estimulación cognitiva han resultado una herramienta eficaz en


el tratamiento de la pérdida de capacidades cognitivas asociado a la edad, por
causas fisiológicas o físicas y las pérdidas que tienen que ver con el diagnóstico de
demencia. De este modo, la estimulación en este último grupo de personas, conlleva
una ralentización en el deterioro asociado a la mencionada patología, procurando la
independencia y autonomía de la persona por un periodo de tiempo más amplio que
si no se actúa estimulando sus capacidades.

Las herramientas existentes dividen las intervenciones en ejercicios asociados a las


diferentes capacidades cognitivas. Y aunque no resulta posible entrenar de forma
aislada, sin que a la vez se activen otras áreas cerebrales asociadas o complementarias
a la estimulación que queremos realizar, dicha estructura de estos instrumentos sí
resulta ser práctica en el plano operativo del profesional que la tiene que utilizar.

Referencias
Ballesteros, S. (2014), Habilidades cognitivas básicas formación y deterioro. UNED ediciones.19-263
Bruna, O. Roig, T. Puyuelo, M. Junqué, C. & Ruano, A. (2011). Rehabilitacion Neuropsicológica, intervención y
práctica clínica. Elsevier Masson. 3-109
Peña-Casanova, J. (2007). Neurología de la conducta y Neuropsicología. Editorial Médica Panamericana.1-21
Ward, J. (2015) The student´s guide to cognitive neuroscience. Psychology Press.15-31
Zillmer. E; Spiers, M & Culbertson, W. (2008). Principles of Neuropsychology. Thomson Wadsworth. 91-224

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