Está en la página 1de 24

¶ E – 20-590-A-10

Cáncer de la nasofaringe
H. Boussen, N. Bouaouina, A. Gamoudi, N. Mokni, F. Benna, I. Boussen,
A. Ladgham

El cáncer de la nasofaringe, en el que predomina el carcinoma epidermoide, sobre todo


de tipo indiferenciado (CNFTI), tiene una incidencia variable, que es intermedia en el
Magreb y la cuenca mediterránea, muy elevada en el sudeste asiático y baja
(<1/100.000) en los países occidentales. Presenta una relación evidente con el virus de
Epstein-Barr (VEB), manifestada por la elevada concentración de inmunoglobulinas (Ig)
A de tipo antígeno precoz (EA, de early antigen) y antígeno de la cápside viral (VCA). Se
han demostrado alteraciones genéticas en el cáncer nasofaríngeo a nivel de los genes
supresores tumorales en las regiones de los cromosomas 3p, 9p, 11q, 13q, 14q y 16q.
Los marcadores séricos más fiables son el Cyfra 21 y la concentración sérica del ácido
desoxirribonucleico (ADN). Los signos de alarma más frecuentes son la presencia de
adenopatías cervicales, así como de síntomas otológicos y rinológicos. El estudio de la
lesión se basa en la rinoscopia con biopsia del tumor nasofaríngeo, la tomografía
computarizada y la resonancia magnética craneocervical, así como en el estudio para
buscar metástasis. El cáncer de la nasofaringe se estadifica según la clasificación TNM
(tumor, ganglios, metástasis) de la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) de
2002, que tiene un valor pronóstico y de orientación terapéutica. La radioterapia sigue
siendo el tratamiento de referencia locorregional, con un beneficio en términos de
supervivencia global y libre de enfermedad si se añade la quimioterapia en primer lugar o
concomitante en las formas de alto riesgo metastásico (N3, T3-4). El pronóstico depende
sobre todo del volumen tumoral locorregional (T y N), así como de la respuesta a la
quimio y la radioterapia.
© 2007 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras Clave: Nasofaringe; Carcinoma; Indiferenciado; Virus de Epstein-Barr; Serología;


HLA; Gen supresor; Otitis serosa; Adenopatía cervical; TNM; Marcador tumoral

Plan ¶ Clasificaciones anatomoclínicas 13


¶ Formas clínicas 13
¶ Introducción 2 Formas en función de la edad 13
¶ Epidemiología 2 Formas en función de la extensión locorregional 13
Incidencia 2 ¶ Diagnóstico diferencial 13
Distribución por edad y sexo 2 Linfomas 13
Distribución histológica 3 Tumores de los tejidos blandos 14
¶ Etiología 3 Melanoma 14
Virus de Epstein-Barr 3 Adenocarcinomas 14
Factores ambientales 5 ¶ Tratamiento 14
Anomalías cromosómicas 5 Métodos terapéuticos 14
Tipo HLA (antígeno leucocítico humano) 5 Indicaciones terapéuticas 17
¶ Anatomía, histología y extensión tumoral 6 ¶ Resultados terapéuticos 18
Anatomía de la nasofaringe 6 ¶ Factores pronósticos 18
Histología 6 Tumor primario y estado ganglionar cervical 18
Extensión tumoral 8 Tiempo de duplicación potencial o Tpot 19
¶ Diagnóstico positivo 8 Esquema terapéutico 19
Circunstancias de descubrimiento 8 Ácido desoxirribonucleico sérico viral plasmático 20
Exploración física 9 Volumen del tumor nasofaríngeo 20
Pruebas complementarias 10 Escala pronóstica 20

Otorrinolaringología 1
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

¶ Prevención y detección selectiva 20


¶ Complicaciones tardías
¶ Seguimiento
20
21
“ Punto importante
¶ Conclusiones y perspectivas 21 El CNF tiene una distribución geográfica especial,
con una incidencia baja (<1/100.000) en Europa y
en los países occidentales, intermedia (1-
■ Introducción 10/100.000 en los países del entorno
mediterráneo y elevada (10-30/100.000) en el
Las primeras publicaciones referentes al cáncer naso- sudeste asiático.
faríngeo (CNF) datan de 1901, con la descripción de
14 casos de Jackson et al y, después, con la de
22 pacientes en 1922 por New, seguida de la de Digby sobre todo en el sudeste asiático [3-8] (Fig. 1). En esta
en 1941, que constaba de 114 pacientes [1]. última región, la incidencia varía de 20 al 50/100.000,
El cáncer de la nasofaringe (también denominada siendo máxima en el sudeste de China (Kwantung) y en
cavum o epifaringe) es un carcinoma en más del 90% Hong Kong [4-8], ciudad donde es del 20,2/100.000 en
de los casos, de los que el carcinoma nasofaríngeo de los varones y del 7,8/100.000 en las mujeres. En la
tipo indiferenciado (CNFTI) es el más frecuente [1-3]. última década se ha observado una disminución de la
Al contrario que los demás carcinomas de las vías proporción mortalidad (estandarizada por la edad)/
aerodigestivas superiores, el CNF, sobre todo en las incidencia, que se explica por la reducción del consumo
zonas de endemia, afecta a pacientes más jóvenes (de de pescado seco salado en la alimentación infantil, que
los que un 5-10% son niños menores de 18 años), a es una fuente de nitrosaminas cancerígenas, así como
menudo no fumadores ni bebedores de alcohol, y tiene por el desarrollo socioeconómico de las regiones del
una relación especial con el virus de Epstein-Barr sudeste asiático [6, 7].
(VEB) [2-5] . La incidencia elevada (10-30/100.000) o En las zonas donde la frecuencia es intermedia
moderadamente elevada (1-10/100.000) en las zonas (Magreb y países del entorno mediterráneo), la inciden-
endémicas de los países del sudeste asiático y del cia varía de 3 a 7/100.000 [4, 9].
Magreb contrasta con la baja cifra (<1/100.000) de los En Europa y en Estados Unidos, el CNF es una enfer-
países europeos y anglosajones [4-6]. medad mucho más infrecuente y esporádica, con una
El perfil del CNF es parecido a del cáncer evolutivo estimación reciente de la incidencia en Estados Unidos
con un potencial metastásico visceral elevado (hueso, (Lee et al) de 0,7/100.000 en un estudio retrospectivo
pulmones, hígado), que es la causa principal de fracaso realizado desde 1973 a 1999 sobre 4.860 pacientes [8].
terapéutico [2-4, 7].
La actualización de las clasificaciones anatomoclínicas Distribución por edad y sexo
ha permitido obtener una estadificación mejor de la El promedio de edad de aparición del CNF varía
lesión, que se correlaciona de forma estrecha con el según la zona geográfica y el tipo histológico (indife-
pronóstico [7]. renciado o no). En los países del sudeste asiático, el
La elevada radiosensibilidad del CNF permite un CNF se observa a partir de los 20 años, con un pico
control locorregional muy satisfactorio, que se potencia alrededor de los 50 años [5, 7, 10]. En las series asiáticas,
por la asociación de la quimioterapia concomitante para el promedio de edad de aparición suele ser de 50 años
las lesiones con afectación ganglionar cervical extensa (Cuadro I). En las zonas de riesgo intermedio, como el
(N2-3) o con un volumen tumoral nasofaríngeo elevado Magreb, se ha observado una distribución bimodal, con
(T4) [1-4, 7]. un primer pico entre los 10 y los 24 años, y un segundo
a los 50 años [9, 11]. En Túnez, los casos pediátricos
■ Epidemiología detectados antes de los 18 años representan alrededor
del 5% de los cánceres nasofaríngeos, y el tumor
maligno epitelial es el más frecuente en oncología
Incidencia pediátrica [9]. En Estados Unidos, el promedio de edad
El CNF, que en más del 90% de los casos es de tipo de aparición es más elevado, por lo general superior a
epidermoide, es infrecuente y esporádico en los países los 50 años, lo que se explica por la mayor frecuencia
occidentales, con una incidencia <1/100.000, endémico de las formas epidermoides diferenciadas, que corres-
en los países de la cuenca mediterránea y del Magreb, y ponden a personas de más edad [8].

Figura 1. Distribución mundial del cán-


cer de la nasofaringe en función de la
incidencia (según M. Corbex, Médecine
et Sciences 2004).

Incidencia (por 100.000)


≤ 1,7 [1,7-3,0] [3,0-3,5] [3,5-10,0] > 10,0

2 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Cuadro I. EBER 1 EBER 2


Perfil epidemiológico de los carcinomas de la nasofaringe.
LMP 2A
Autor/Referencia Gharbi [11] Lee [8] Leung [12] LMP 2B
Cp o Wp
Número 2.010 4.860 1.070 mA
n Ba RF 1
A TR
País Túnez Estados Unidos China gió 0 B
Re F
Período 1969-1985 1973-1999 1990-1998 R 1 oriP
BA LMP
Incidencia 1,78 0,7 25
Varones/Mujeres 2,4 2,12 2,6
Promedio de 38 56,5 48
edad
Extremos 10-70 11-75 15-86
% niños 4 <1 3 EBNA 1
ADN lineal de doble cadena
% CNFTI >90 20 91,5 EBNA-LP
Op
CNFTI: carcinoma nasofaríngeo de tipo indiferenciado. EBNA 2
EBNA 3C
Los varones se afectan con más frecuencia que las
mujeres, con una sex-ratio que varía de 2 a 3 [1, 3, 4, 7, EBNA 3B
8, 10].
EBNA 3A
Distribución histológica Figura 2. Esquema del virus de Epstein-Barr en su forma la-
tente episómica (según Murray et al). EBNA: antígeno nuclear de
El tipo predominante de CNF es el epidermoide, con
independencia de la región considerada. La forma Epstein-Barr; LMP: proteína de membrana latente; EBER: ARN no
indiferenciada (CNFTI) es la más frecuente (Cuadro I) en codificante del virus de Epstein-Barr; ADN: ácido desoxirribonu-
las zonas de incidencia alta o intermedia, donde repre- cleico.
senta más del 80-99% de los casos [1, 3, 11]. En Estados
Unidos, la frecuencia de las formas epidermoides bien y tardíos. Entre las proteínas que se expresan, el activa-
diferenciadas puede llegar hasta el 70% según Lee et dor de tipo Z de la replicación del VEB (ZEBRA) y el
al [8]. factor R desempeñan una función crucial en el paso de
la latencia hacia el ciclo lítico.
■ Etiología Las diferentes proteínas virales expresadas, su locali-
zación y su función se recogen en el Cuadro II.
La proteína EBNA 1, que se expresa en el 100% de las
células tumorales en biopsias de CNF, desempeña una
“ Punto importante función destacada en el desarrollo de este cáncer al
mantener el genoma viral en el estado episómico en
varias copias [14]. La LMP 1, que se expresa tanto en las
El VEB es uno de los factores etiológicos células epiteliales como en los linfocitos infiltrantes del
principales de los CNF. La relación se manifiesta CNF, tiene una acción transformante sobre las células
por una serología anti-VEB elevada y por la infectadas. Se expresa en el 50-65% de los casos de las
presencia del ácido desoxirribonucleico (ADN) biopsias tumorales, tanto a nivel de las células tumorales
viral en los núcleos de las células tumorales, con epiteliales como en el infiltrado linfocítico. Mediante el
una función oncogénica de la proteína latente de envío de una señal por su dominio C-terminal, la LMP
1 interviene en una etapa precoz de la cascada apoptó-
membrana (LMP) de tipo 1, o LMP-1.
sica (o muerte celular programada), en un punto ante-
rior a la activación de la caspasa 2 [15]. Las proteínas
LMP 2A y LMP 2B se encuentran en el 75% de los casos
Virus de Epstein-Barr de CNF. La primera interviene de forma destacada en la
Este virus pertenece a la familia Herpesviridae. Los prevención de la activación de la replicación del VEB en
viriones (forma infecciosa del virus) están constituidos las células B infectadas [16]. Los ARN no codificantes del
por una cápside, una envoltura y una cubierta fosfolipí- virus de Epstein-Barr (EBER) 1 y 2, que son unos ácidos
dica. Se trata de una de las etiologías principales del ribonucleicos (ARN) no mensajeros que se transcriben
CNF [13]. El VEB es un virus de ADN lineal de doble de forma abundante y que están incluidos en las partí-
cadena, de 172 kpb, cuya cartografía se muestra en la culas ribonucleicas, se localizan a nivel de los núcleos de
Figura 2. Consta de dos dominios únicos separados por las células epiteliales infectadas, y podrían estar impli-
una región interna o IR, y dos secuencias terminales cados en la regulación de la traducción y del empal-
repetidas o TR. El VEB tiene alrededor de 150 nm de me [17] . El transcrito BARF1 suele detectarse en las
diámetro. El genoma viral es lineal en el virión y puede células de CNF [18], con una expresión específica de las
adoptar una configuración circular en las células obje- células tumorales y las propiedades de un factor de
tivo, como episoma, forma en la que el VEB persiste de crecimiento.
forma latente. Entre los cien genes que contiene, sólo se La frecuencia de detección de las distintas proteínas y
expresan unos cuantos. transcritos depende de la especificidad y la sensibilidad
El ciclo del VEB presenta dos fases, latente y replica- de las técnicas utilizadas. En la actualidad, se admite
tiva [13, 14]. que el genoma viral no detectable en las biopsias de
Durante la fase latente, el VEB expresa seis proteínas tejido nasofaríngeo normal sí se detecta en las muestras
nucleares o antígenos nucleares del virus de Epstein- de displasias y cánceres in situ.
Barr (EBNA) y tres proteínas de membrana o proteína El VEB penetra en el organismo a nivel de la orofa-
latente de membrana (LMP). Estas proteínas de latencia ringe y se adhiere de forma específica a ciertas células
pueden mostrar una variabilidad genética entre las epiteliales, tras lo que se multiplica y destruye las células
distintas cepas virales. El polimorfismo de los genes que infectadas, lo que explica la abundancia de viriones en
codifican las proteínas EBNA 2 y 3 permite diferenciar la saliva [1, 13, 14]. Los virus liberados por las células
los VEB 1 y 2. epiteliales infectan a continuación los linfocitos B de las
Durante el ciclo lítico o productivo, se observa una estructuras linfoides nasofaríngeas, al fijarse de forma
expresión secuencial de los genes inmediatos, precoces específica a su superficie gracias a la interacción entre la

Otorrinolaringología 3
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Cuadro II.
Proteínas del virus de Epstein-Barr (VEB), localización y funciones.
Grupo de antígenos Denominación Localización Función
(célula/virión)
Antígenos asociados a la latencia EBNA-1 Núcleo Mantenimiento del genoma viral en el estado
EBNA = antígeno nuclear de Epstein-Barr episómico
LMP = proteínas latentes de membrana
EBNA-2 Núcleo Inmortalización de los linfocitos B

EBNA-3A Núcleo Transformación de los linfocitos B


EBNA-3B
EBNA-3C

EBNA-LP Núcleo Cruzamiento de las líneas linfoblastoides

LMP-1 Membrana Actividad transformante de las células B+


LMP-2A y 2B Prevención de la diferenciación de las células
epiteliales
Prevención de la activación de la replicación del
VEB en las células B infectadas
Antígenos precoces inmediatos ZEBRA (o EB1) Núcleo Transición de la latencia al ciclo lítico (inducción
ZEBRA = activador de tipo Z de la expresión de los antígenos precoces)
de la replicación del VEB
Antígenos precoces EA (R) = restricción Citoplasma Proteínas de función
del ciclo lítico (inducción de la replicación del
EA = antígeno precoz genoma viral)

EA (D) = difuso Núcleo Proteínas de función


Citoplasma
Antígenos tardíos VCA Núcleo Proteína estructural (cápside)
del ciclo lítico Citoplasma
VCA = antígeno de la cápside viral
LMA = antígeno de membrana tardío LMA (o gp) Membranas celulares Proteína estructural (membrana)
+ cubierta

Cuadro III.
Perfiles serológicos de las enfermedades asociadas al virus de Epstein-Barr (VEB).
VCA IgG VCA IgM VCA IgA EA IgG EBNA-1 IgG ZEBRA IgG
Paciente seropositivo 1/40-1/320 <1/40 <1/40 ≤1/40 1/40-1/320 ≤1/40
Primoinfección (MNI) 1/640-1/1.280 1/40-1/320 ≤1/40 ≤1/40 <1/40 ≤1/40
Linfoma de Burkitt VEB+ >1/1 280 <1/40 <1/40 1/640-1/1.280 ≤1/40 ¿?
Carcinoma indiferenciado de >1/1 280 <1/40 1/40-1/320 1/640-1/1.280 1/640-1/1.280 1/40-1/320
la nasofaringe
MNI: mononucleosis infecciosa; Ig: inmunoglobulina; EBNA: antígeno nuclear de Epstein Barr; EA: antígeno precoz; ZEBRA: activador de tipo Z de la
replicación del VEB; VCA: antígeno de la cápside viral.

gp350/220 de la cubierta viral y la molécula CD21 de la encuentran tras la mayor parte de las primoinfecciones,
membrana plasmática. La infección por el VEB provoca pero de forma tardía, nunca antes de 1-3 meses, y
una elevación global de la concentración sérica de persisten toda la vida (Cuadro IV). Los anti-EA aparecen
inmunoglobulina (Ig) M, IgG e IgA. El perfil serológico de forma precoz y desaparecen en unos meses. El
típico anti-VEB de un CNF (Cuadro III) consiste en un aumento de las concentraciones de las IgG anti-EA, anti-
aumento de la IgG y la IgA contra el antígeno precoz VCA y de las IgA anti-VCA es de gran utilidad para el
(EA, de early antigen) y el antígeno de la cápside viral diagnóstico del CNF [1, 13, 14].
(VCA), así como de las IgG antinucleares (EBNA).
La determinación mediante inmunofluorescencia (IF)
Técnicas de detección del VEB de las IgA anti-VCA y mediante análisis de inmunoab-
sorción ligada a enzimas (ELISA) de las IgG anti-EBNA y
Los perfiles serológicos en caso de enfermedad
anti-VCA, que se completa con una exploración endos-
benigna o maligna relacionada con el VEB se muestran
en el Cuadro III. Los anticuerpos anti-VEB aparecen cópica y clínica, ha permitido diagnosticar 12 casos de
durante la primoinfección según una cinética determi- CNF entre 929 miembros de familias con cáncer [19]. La
nada. Las IgG anti-VCA, que se detectan en todas las carga viral en el suero de los pacientes (mediante
primoinfecciones y que están presentes desde el inicio reacción en cadena de la polimerasa [PCR] cuantitativa
de los signos clínicos, disminuyen y es probable que en tiempo real) es proporcional al volumen tumoral. La
persistan durante toda la vida. Las IgM anti-VCA, que concentración de ADN viral sería un buen marcador y
son el único indicador de certeza de una infección una herramienta de seguimiento terapéutico y pronós-
reciente, son constantes en las primoinfecciones agudas tico, en comparación con la determinación de los
y desaparecen en 4-8 semanas. Los anti-EBNA 1 se anticuerpos anti-VEB séricos [20]. De forma paralela, en

4 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Cuadro IV.
Principales marcadores del virus de Epstein-Barr (VEB) utilizados para el diagnóstico del cáncer de la nasofaringe.
Marcadores Muestras Métodos
Anticuerpos Suero Serología
VCA, EBNA-1,-2, EA, ZEBRA IF o ELISA
Antígenos Células Inmunohistoquímica
LMP, EBNA-2, ZEBRA (aposición o biopsia)
Genoma viral Saliva PCR, Southern Blot
(detección) Biopsia PCR, hibridación in situ
Genoma viral Linfocitos de la sangre PCR en tiempo real
(cuantificación) periférica
Suero
ARN EBER Células (biopsia) Hibridación in situ
Virus infeccioso Saliva Cultivo en linfocitos
Linfocitos infectados Linfocitos de sangre periférica Cultivo espontáneo
EBNA: antígeno nuclear de Epstein-Barr; EA: antígeno precoz; ZEBRA: activador de tipo Z de la replicación del VEB; VCA: antígeno de la cápside viral; LMP:
proteínas latentes de membrana; IF: inmunofluorescencia; ELISA: análisis de inmunoabsorción ligada a enzimas; PCR: reacción en cadena de la polimerasa;
ARN: ácido ribonucleico; EBER: ARN no codificante del virus de Epstein-Barr.

Cuadro V.
Antígeno leucocítico humano (HLA) y carcinoma nasofaríngeo.
Alelos HLA Asociación Bibliografía
Zonas de alto riesgo Sur de China - A2, B14, B46 Positiva Goldsmith [26]
- A11, B13, B22 Negativa
Zonas de riesgo intermedio Marruecos - B18, B13, A10 Positiva Dardari [28]
- A9 Negativa
Túnez - B13, DR3, DR15 Positiva Mokni [27]
-A23, DR11 Negativa

2004, Wong et al demostraron que la cantidad de ADN Esta deleción 3p se produce en la región 3p21.3, que es
plásmico hipermetilado sería un buen marcador para la la zona del gen RASSF1A, que participa en la reparación
detección selectiva y precoz de las recidivas del del ADN y en el control de la proliferación celular
CNFTI [21]. dependiente de la vía Ras [24, 25].
Se han demostrado otras alteraciones genéticas en las
localizaciones 3p, 9p, 11q, 13q, 14q y 16q, que afectan

“ Punto importante
a las zonas de los genes supresores de tumores [23].
Se ha propuesto un modelo de transformación
maligna multifásico, con la transformación de las
La relación entre el VEB y el CNF se basa en células normales del epitelio nasofaríngeo en lesiones
varios elementos: preinvasivas y después invasivas [7]. En él participarían
• la presencia de concentraciones séricas las deleciones 3p/9p, la infección latente por el VEB,
la pérdida de heterocigosidad de varios genes, la
elevadas anti-VEB de tipo IgA anti-EA y anti-VCA.
inactivación de los genes RASSF1A/p16, así como la
• la demostración del genoma viral y de los
desregulación de la telomerasa y la amplificación del
marcadores virales en las células malignas de CNF, gen Bcl 2 [7].
como la LMP 1, que ejerce una función Los estudios realizados a nivel de la región 16q12-
oncogénica muy probable. 2 sugieren que el gen Rb2/p130 estaría implicado
exclusivamente en el CNF del norte de África [25].
Los estudios de ligamiento genético realizados en dos
Factores ambientales series de familias han demostrado el ligamiento con un
Varios datos epidemiológicos y experimentales sugie- locus del cromosoma 4 y un locus 3p21, en el estudio
ren la participación de factores dietéticos en la etiología de Feng et al [23], realizado sobre 20 familias.
de los CNFTI. El consumo precoz, sobre todo en la
infancia, de pescado seco salado cantonés, rico en Tipo HLA (antígeno leucocítico
nitrosaminas volátiles, que son carcinógenas, es un
factor de riesgo demostrado según los estudios de casos humano)
y controles realizados en pacientes chinos [22]. Los estudios de casos y controles realizados sobre
los antígenos de clases I y II del sistema HLA han
Anomalías cromosómicas demostrado la existencia de varios marcadores de
En las zonas de alta incidencia se han descrito varios susceptibilidad para el CNF [26-28]. No obstante, los
casos de agregación familiar, lo que sugiere una predis- alelos son diferentes entre Extremo Oriente (A2, B46,
posición genética [23]. La pérdida de heterocigosidad que DRB1*03) y el norte de África (B13, A23, DRB1*05).
afecta al cromosoma 3, muy frecuente a nivel del Esta variación indica la existencia de genes recesivos
epitelio normal de la nasofaringe (74%) y de las lesiones que presentan un ligamiento con la región HLA y que
displásicas (75%) podría constituir una etapa precoz de tienen un papel determinante en el riesgo de CNF
la tumorogénesis de los CNF en los pacientes chinos [7]. (Cuadro V).

Otorrinolaringología 5
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

1
2 1
3 2
4 3
5
4
6
7 5
8 16 6 a
9 17 7
10 18 b
8
11
12 9 c
13 10
14 11 d
15
12
13

Figura 3. Corte anatómico axial que pasa por la nasofaringe.


1. Seno maxilar; 2. orificio tubárico; 3. músculo masetero; 4.
músculo temporal; 5. apófisis pterigoides; 6. músculo pterigoi-
Figura 4. Corte anatómico coronal que pasa por la nasofa-
deo lateral; 7. músculo pterigoideo medial; 8. músculo tensor del
ringe. 1. Seno esfenoidal; 2. músculo temporal; 3. agujero oval;
velo; 9. cartílago tubárico; 10. músculo elevador del velo; 11.
4. músculo tensor del velo; 5. músculo elevador del velo;
fascia faringobasilar; 12. nervio mandibular; 13. aponeurosis del
6. músculo pterigoideo lateral; 7. cartílago tubárico; 8. orificio
músculo pterigoideo; 14. arteria carótida interna; 15. vena yugu-
tubárico; 9. músculo masetero; 10. músculo pterigoideo medial;
lar; 16. fosa pterigopalatina; 17. espacio masticador; 18. cavum.
11. parótida; 12. amígdala palatina; 13. glándula submandibu-
lar; a. fosa infratemporal; b. espacio preestiloideo; c. espacio
■ Anatomía, histología maxilar; d. espacio submandibular.

y extensión tumoral En su parte inferior, se relaciona con el velo del


paladar y con los pilares de la amígdala.
En la parte anterior, la nasofaringe se comunica con

“ Punto importante
las cavidades nasales a través de las coanas.
El drenaje linfático de la nasofaringe se realiza hacia
los ganglios retrofaríngeos, que son inaccesibles a la
Las formas indiferenciadas (CNFTI) predominan exploración clínica, pero pueden detectarse mediante un
en las zonas de alta y media incidencia. estudio con tomografía computarizada (TC) o con
resonancia magnética (RM), yugulocarotídeos altos,
espinales altos y supraclaviculares.

Anatomía de la nasofaringe [29-31] Histología


La nasofaringe (cavum, rinofaringe o epifaringe) es
una cavidad aérea de forma cúbica, que constituye la Generalidades
parte superior retronasal de la faringe, situada por detrás La mucosa nasofaríngea está formada esencialmente
de las fosas nasales, bajo la base del cráneo y por por un epitelio de superficie cuya estructura es variada
encima de la orofaringe. Se trata de una estructura de y que se apoya en una membrana basal, así como por
difícil acceso a la visión directa (Figs. 3 y 4). La cara un corion con más o menos abundancia de folículos
superior, o techo del cavum, está constituida por una linfoides.
mucosa que reviste la apófisis basal del occipital, la La nasofaringe consta de tres tipos de epitelio: plano
parte adyacente del cuerpo del esfenoides y el ligamento estratificado no queratinizado, seudoestratificado ciliado
atlantooccipital anterior. La pared posterior consta del de tipo respiratorio e intermedio de transición.
clivus y de las dos primeras vértebras cervicales. Las El corion está compuesto por glándulas salivales
paredes laterales son sobre todo de tipo musculoapo- accesorias en racimo, formadas por acinos de tipo
neurótico, y en la parte anterior, a nivel de la cara mucoso y seroso, así como por folículos linfoides de
medial de la apófisis pterigoides sólo están formadas por centro germinativo agrupados a nivel de la amígdala
aponeurosis. faríngea de Luschka. También se encuentra un infiltrado
La nasofaringe se relaciona en su parte anterior con: inflamatorio difuso compuesto de linfocitos, plasmoci-
• las fosas nasales y las coanas; tos y células de tipo histiocito-macrófago, dispersas por
• los senos maxilares, el etmoides y el fondo de las la mucosa y que a veces infiltran el epitelio de
cavidades orbitarias. superficie.
Las relaciones posterosuperiores se establecen con la
base del cráneo: Carcinoma nasofaríngeo
• el cuerpo del esfenoides; Los carcinomas suelen originarse a nivel de la fosita
• la apófisis basal del occipital y el cuerpo de las dos de Rosenmüller, en la cavidad rinofaríngea. El tumor se
primeras vértebras cervicales; desarrolla en el punto donde la mucosa epitelial se
• a través del esfenoides y del occipital, con la fosa apoya directamente en el tejido linfoide. Las células
craneal media, el seno cavernoso y los nervios cra- tumorales son de origen epitelial, y presentan una
neales (V y VII), la fosa cerebelosa, el tronco del relación más o menos íntima con los elementos
encéfalo y los pares X y XI (agujero yugular) y linfoides.
XII (agujero condíleo anterior).
La nasofaringe se comunica en sus partes laterales Clasificación
con: • La clasificación histológica de la Organización Mun-
• la trompa de Eustaquio y la fosita de Rosenmüller; dial de la Salud (OMS) es la más utilizada y se basa en
• el espacio parafaríngeo, que es la zona de paso del eje el grado de diferenciación morfológica de las células
carotidoyugular, los nervios mixtos y el simpático epiteliales y en la presencia o no de puentes interce-
cervical. lulares y de queratina [1-3].

6 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Figura 5. Aspecto histológico de un carcinoma epidermoide Figura 7. Marcado mediante inmunohistoquímica de las célu-
nasofaríngeo bien diferenciado (punta de flecha) (×400). Colec- las por el Ac anti-proteína latente de membrana (×200). Colec-
ción del Instituto Salah Azaiz. ción del Instituto Salah Azaiz.

Figura 6. Aspecto histológico típico de un carcinoma nasofa- Figura 8. Marcado intenso por la técnica de hibridación in situ
ríngeo indiferenciado (×200). Colección del Instituto Salah Azaiz. de un carcinoma nasofaríngeo de tipo indiferenciado (×200).
Colección del Instituto Salah Azaiz.

C Los carcinomas bien diferenciados, o tipo I de la


OMS (Fig. 5) son infrecuentes en las zonas de
endemia (<5-10%) y más habituales en los países
occidentales (30-40%), que son zonas de baja
incidencia. Este tipo se caracteriza por una diferen-
ciación epidermoide evidente, con puentes interce-
lulares y depósitos de queratina de aspecto perlado.
C Los carcinomas no epidermoides, o tipo 2 de la
OMS representan el 15-20% de los casos. La dife-
renciación epidermoide no es evidente. Las células
tumorales presentan una disposición estratificada
no sincitial. Las células neoplásicas presentan
contornos regulares y netos, con un aspecto pavi-
mentoso y ausencia de secreción de mucina o de
diferenciación celular.
C Los carcinomas indiferenciados (CNFTI), o tipo
3 de la OMS son los más frecuentes en las zonas Figura 9. Marcado débil por la técnica de hibridación in situ de
de endemia (Fig. 6). La proliferación es linfoepite- un carcinoma nasofaríngeo bien diferenciado (×200). Colección
lial y consta de células que se disponen en masas del Instituto Salah Azaiz.
más o menos regulares con núcleos redondeados u
ovalados, vesiculosos, con un nucléolo prominente.
La frecuencia de los distintos tipos histológicos varía
Los límites celulares son indistintos y el tumor
en función de la edad y de las regiones geográficas
aparece en forma sincitial. Existen numerosos
(Cuadro I). Los carcinomas diferenciados de tipo 1 de la
elementos linfoides no neoplásicos en el seno de
OMS son más frecuentes en los pacientes ancianos y en
estos CNFTI. La relación con el VEB puede com-
las zonas de baja incidencia, mientras que los indiferen-
probarse mediante procedimientos de inmunohis- ciados son más comunes en las zonas de incidencia
toquímica mediante la demostración de la intermedia o alta. La forma sarcomatosa puede plantear
LMP (Fig. 7) o con técnicas de hibridación in situ problemas de diagnóstico diferencial con los linfomas
(Figs. 8 y 9). de alto grado, sobre todo en los niños, por lo que es útil
• La clasificación de Micheau, cuyo uso está muy emplear técnicas de inmunohistoquímica (Fig. 10). Las
difundido, individualiza dos tipos, los bien diferen- células tumorales muestran una reactividad constante
ciados y los poco diferenciados o indiferenciados, que con el anticuerpo anticitoqueratina y con el antígeno de
están agrupados [1, 2]. membrana epitelial (EMA).

Otorrinolaringología 7
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Figura 10. Árbol de decisiones. Actitud


Adulto joven o niño Sospecha de cáncer nasofaríngeo ante una sospecha de cáncer de la naso-
Origen étnico faringe en un adulto joven o un niño: TC:
(Magreb o sudeste asiático)
Adenopatías cervicales
tomografía computarizada; RM: resonan-
y/o signos otológicos, cia magnética.
rinológicos y neurológicos Rinoscopia posterior con biopsia del cavum
Exploración de las áreas ganglionares
cervicales con medición/esquema de las adenopatías

Estudio anatomopatológico

Biopsia tumoral Biopsia no concluyente Biopsia no tumoral

Carcinoma nasofaríngeo o Otros tipos histológicos Inmunohistoquímica


carcinoma epidermoide

TC o RM cervicofacial Estudio específico de extensión Nueva biopsia


y cerebral
Ecografía abdominal
Gammagrafía ósea Tratamiento según el estadio No tumoral

Tratamiento según el estadio Biopsia ganglionar


cervical

Extensión tumoral Circunstancias de descubrimiento


La extensión puede dirigirse en sentido anterior Adenopatías cervicales
hacia las fosas nasales, en sentido inferior hacia la Se trata del principal signo de presentación, que se
orofaringe, así como en sentido superior hacia el observa en más del 50% de los casos. Consiste en la
esfenoides y el seno esfenoidal. Las zonas de baja aparición de una o más adenopatías, uni o bilaterales,
resistencia a la invasión son la región parafaríngea, en la mayoría de los casos altas y posteriores, subdigás-
que se afecta en más del 70% de los casos, la trompa tricas, yugulocarotídeas, espinales posteriores o, en
de Eustaquio, las coanas y las fosas nasales, la orofa- menos casos, supraclaviculares [1, 3, 4, 6, 9, 32].
ringe, así como la región paraselar. Las zonas de
mayor resistencia a la extensión tumoral son la base Signos otológicos
del cráneo, las apófisis pterigoides, la órbita y las Están presentes en el 40-60% de los casos, a menudo
estructuras óseas nasosinusales. Los CNF se difunden de forma unilateral y se manifiestan como:
con rapidez a los ganglios regionales, lo que consti- • hipoacusia de transmisión relacionada con una otitis
tuye la forma predominante de manifestación. Las seromucosa;
adenopatías cervicales se afectan en más del 60% de • acufenos uni o bilaterales, o en menos casos como
los casos, y la primera estación de relevo es el grupo otalgia u otorrea.
retrofaríngeo, que puede detectarse en la TC y que, en
teoría, es palpable mediante un tacto endobucal. La Signos rinológicos
afectación de los ganglios supraclaviculares se asocia a Forman parte de la tríada sintomática y consisten en:
un peor pronóstico [4, 5]. El diagnóstico suele ser fácil • obstrucción nasal uni o bilateral;
ante la asociación de signos otorrinológicos y de • epistaxis repetidas evidentes o al sonarse;
adenopatías cervicales. Las metástasis a distancia, que • exudado nasal persistente, a veces sanguinolento que
son excepcionales en el momento del diagnóstico, no mejora con las medidas terapéuticas.
representan la circunstancia más frecuente de fracaso
terapéutico y suelen aparecer en el esqueleto axial o,
Afectación de los nervios craneales
en menos casos, a nivel hepático o pulmonar [4-6]. Es menos frecuente (10-20% de los casos) e indica
una invasión de la base del cráneo, con un valor loca-
lizador preciso. Por orden de frecuencia, se puede
■ Diagnóstico positivo observar:
• una diplopía por afectación del VI (recto lateral);
• algias hemifaciales o faríngeas por afectación del V o
del IX;
• cefalea o hemicránea relacionadas con una extensión
“ Punto importante endocraneal.
Signos oftalmológicos
El diagnóstico debe establecerse de forma La afectación oculoorbitaria es infrecuente, y en la
prioritaria mediante el estudio histológico de una mayoría de las ocasiones se trata de un exoftalmos o de
biopsia del tumor nasofaríngeo. una parálisis oculomotora; se observa en el 5% de los
casos [33].

8 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Figura 11. Adenopatías cervicales izquierdas bajas con infiltra- Figura 12. Medición del tamaño de las adenopatías cervicales
ción cutánea en forma de permeación. Colección del profesor H. derechas con un calibre. Ganglios superiores a 6 cm. Colección
Boussen. del profesor H. Boussen.

Exploración física
Rinoscopia
En las zonas de incidencia alta (sudeste asiático) o
media (Magreb), cualquier adenopatía alta asociada o no
a síntomas otológicos o rinológicos, obliga a realizar
una exploración clínica centrada en la nasofaringe [1, 3,
32]. El procedimiento principal es la exploración
mediante nasofibroendoscopio, que permite una visión
mejor que la rinoscopia posterior. La lesión suele ser
lateral o posterosuperior, de aspecto sobre todo excre-
cente o infiltrante. Esta etapa fundamental permite
visualizar el tumor, precisar su tamaño, su extensión y
realizar la biopsia diagnóstica con una pinza.
La rinoscopia posterior con espejo es difícil de reali-
zar, sobre todo en los niños pequeños o en los pacientes Figura 13. Ptosis izquierda por afectación del III nervio craneal
con un reflejo nauseoso intenso o con trismus marcado. en un paciente que presenta un carcinoma nasofaríngeo de tipo
La visión de la nasofaringe suele ser incompleta y la indiferenciado T4N2a. Colección del profesor H. Boussen.
realización de biopsias es complicada y más difícil que
mediante nasofibroendoscopia.
En los pacientes difíciles de explorar, la visualización
del cavum mediante nasofibroendoscopia o rinoscopia
posterior se realiza bajo anestesia general.

Exploración otoscópica
Debe ser sistemática. Puede ser normal, en caso de
tumor localizado del techo, o bien permite sospechar el
diagnóstico en los casos típicos donde se evidencia un
aspecto de otitis serosa.

Audiometría
No suele realizarse de forma habitual, y demuestra
una hipoacusia de transmisión. El diagnóstico de otitis
serosa se establecerá por el patrón plano o cupuliforme
del timpanograma.
Figura 14. Estrabismo convergente por afectación del VI ner-
Exploración de la orofaringe vio craneal en un paciente que presenta un carcinoma nasofarín-
geo de tipo indiferenciado T4N1. Colección del profesor H.
Se dirige a buscar una extensión hacia la pared
Boussen.
posterior de la faringe o los signos de afectación de los
nervios mixtos (signo del telón y ausencia del reflejo
nauseoso). Se debe apreciar el estado dental, para su tamaño, que se medirá con una regla o un calibre
evaluar los cuidados y las extracciones necesarias antes (Fig. 12), su localización, su número, así como su
de la radioterapia. lateralidad [4-6] . El tamaño y la localización de las
adenopatías son los elementos clave de la clasificación
Exploración de las áreas ganglionares
del grado N del sistema TNM.
cervicales
Se concentra sobre todo en la región cervicofacial, Exploración de los pares craneales
donde se localizan las adenopatías en más del 75% de
los casos [4, 6]. Suelen ser voluminosas (>3 cm) en más Se afectan en el 10-15% de los casos y deben explo-
del 60% de las ocasiones [6, 7, 32]. La presencia de una rarse de forma sistemática (Figs. 13-15). Pueden obser-
infiltración o de una permeación cutánea sugiere una varse varios síndromes semiológicos neurológicos
forma evolucionada de la enfermedad (Fig. 11). Debe (Cuadro VI), que indican de forma directa una afecta-
realizarse un esquema preciso en el que se representarán ción anatómica precisa [1, 2, 32].

Otorrinolaringología 9
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Figura 15. Hemiparesia de la hemilengua izquierda por afec- Figura 16. Hipocratismo digital como manifestación inaugu-
tación del XII nervio craneal en un paciente que presenta un ral asociada a un carcinoma nasofaríngeo de tipo indiferenciado
carcinoma nasofaríngeo de tipo indiferenciado T4N1. Colección T3N3 en una paciente joven de 22 años. Colección del profesor
del profesor H. Boussen. H. Boussen.

Valoración del estado general y búsqueda


de los síntomas de metástasis
La última fase de la exploración clínica es, por una
parte, la evaluación del estado general del paciente
según el índice de Karnofsky o de la OMS y, por otra,
mediante la búsqueda de los síntomas sugestivos de
metástasis (presentes en el diagnóstico en menos del
10% de los casos), sobre todo óseas, por la presencia de
dolor o tumefacción. En menos ocasiones son de tipo
hepático, con hepatomegalia o ictericia, o pulmonares,
con dolor torácico o disnea [4, 6, 32].
La presencia de fiebre, de una reacción leucemoide,
de acropaquias (hipocratismo digital) (Fig. 16), de
dermatomiositis (Fig. 17) o de un síndrome de Pierre
Marie debe hacer sospechar la asociación con un sín-
drome paraneoplásico, que aparece en menos del 5% de
los casos de CNF [34, 35].

Pruebas complementarias Figura 17. Dermatomiositis inaugural en un paciente con un


carcinoma nasofaríngeo de tipo indiferenciado T3N2a. Colec-
Pruebas de imagen ción del profesor H. Boussen.
Tomografía computarizada
En la evaluación del volumen tumoral y de la exten- equipos de TC multicorte permiten en la actualidad
sión locorregional, la TC (Figs. 18 y 19) sigue siendo la adquisiciones volumétricas en cortes ultrafinos y
prueba que debe realizarse en primer lugar, pues su reconstrucciones en los distintos planos, así como la
rendimiento permite apreciar el volumen tumoral y las obtención de imágenes tridimensionales (Fig. 21). El
extensiones locorregionales para definir el grado T de la estudio mediante TC es útil para el análisis fino del
clasificación TNM del tumor nasofaríngeo y la afecta- hueso cortical y detecta de forma precoz la extensión
ción ganglionar (Fig. 20) asociada, cervical o retrofarín- ósea a la base del cráneo (Fig. 19). La TC permite:
gea [36]. Debe incluir cortes axiales y coronales, que • demostrar las extensiones laterales hacia la fosa
vayan desde el vértice del cráneo hasta las fosas supra- pterigomaxilar, la apófisis pterigoides y el relieve
claviculares, en ventanas óseas y de tejidos blandos. Los tubárico;

Cuadro VI.
Principales síndromes topográficos de afectación de los nervios craneales asociados al cáncer nasofaríngeo.
Cuadro clínico Nervios craneales afectados Extensión tumoral locorregional
Síndrome de la fisura orbitaria superior III, IV, V1, VI Anterosuperior
(hendidura esfenoidal) Pocas veces el II si la lesión está localizada en
el vértice orbitario
Síndrome del vértice orbitario II
Síndrome de la pared lateral del seno cavernoso III, IV, V1; IV
Exoftalmos frecuente
Síndrome del vértice petroso V (neuralgia), VI
Síndrome de Garcin Afectación extradural unilateral de todos Anterosuperior y lateral
los nervios craneales
Síndrome del agujero yugular IX, X, XII Lateral
(agujero rasgado posterior)
Síndrome de la confluencia yugular-hipogloso IX, X, XI, XII
(agujero condíleo y rasgado posterior)
Retroestiloideo (infraparotídeo posterior) IX, X, XI, XII y simpático Adenopatías compresivas

10 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Figura 18. Corte axial de TC tras la inyección de material de


contraste yodado. Proceso tisular que ocupa toda la luz del Figura 20. Corte sagital de TC reconstruido, que pasa por el
cavum, con obstrucción de las coanas y extensión parafaríngea plano vertebral tras la inyección de material de contraste yodado.
derecha. Colección del Dr. S. Hemissa. Poliadenopatías cervicales altas (flechas). Colección del Dr. S.
Hemissa.

Figura 21. Corte coronal de TC reconstruido en ventana ósea.


Proceso tisular lateral derecho que invade la base del cráneo con
extensión endocraneal por el agujero oval derecho. Colección
Figura 19. Corte coronal de TC reconstruido tras la inyección del Dr. S. Hemissa.
de material de contraste yodado. Proceso tisular del cavum
extendido al espacio parafaríngeo y carotídeo derecho (flecha
larga) con extensión a la base del cráneo y al seno cavernoso
(flecha corta). Colección del Dr. S. Hemissa. “ Punto importante
• objetivar la extensión superior hacia la base del
cráneo y al endocráneo; Al finalizar la exploración clínica se debe:
• mostrar la presencia de adenopatías retrofaríngeas, • confirmar mediante nasofibroendoscopia el
que constituyen la primera estación de drenaje, y de diagnóstico de CNF y precisar su extensión;
ganglios cervicales; • clasificar las adenopatías cervicales de N0 a N3
• precisar el grado T (T1 a T4) del sistema TNM. (N del sistema TNM);
Resonancia magnética • valorar el estado del paciente;
Debido a que su resolución presenta un contraste El estudio de extensión debe consistir en:
muy elevado, la RM es superior a la TC para apreciar la • una exploración mediante TC o RM
extensión en profundidad de los procesos mucosos cervicofacial;
iniciales en estadios T1 y T2a, la extensión hacia la base • una radiografía de tórax y una ecografía
del cráneo y la afectación de los nervios craneales, así abdominal;
como las extensiones perineurales (Fig. 22). La RM es
• en los pacientes con alto riesgo de metástasis
mejor que la TC para analizar los aspectos tras el
tratamiento, en especial después de la radioterapia, al (N2-N3), una gammagrafía ósea y una tomografía
ayudar a diferenciar un aspecto de fibrosis secundaria por emisión de positrones (PET).
frente a una recidiva local [36, 37]. La RM sigue siendo la
técnica que debe realizarse si existen signos neurológi-
cos, en especial para la exploración del agujero yugular, afectación de los pares craneales (Figs. 23 y 24). El
así como para la localización de las lesiones en caso de estudio consta de los planos axial, coronal y sagital, y

Otorrinolaringología 11
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Figura 22. Corte coronal de RM en secuencia de eco de espín Figura 25. Corte axial de resonancia magnética en secuencia
T1 con inyección de gadolinio y supresión de la señal de grasa. T2 fiesta. Tumor que invade la fosa temporal y el seno cavernoso
Tumor del techo y de la pared lateral izquierda de la nasofarínge con afectación del VIII nervio craneal izquierdo. Colección del Dr.
con invasión de la base del cráneo y de las meninges (flecha S. Hemissa.
larga), que además rodea la carótida (flecha corta). Colección del
Dr. S. Hemissa.

Figura 26. Corte coronal de resonancia magnética en eco de


espín T2 con saturación de grasa en secuencia T2 fiesta. Tumor
Figura 23. Corte sagital de resonancia magnética en secuen- del techo del cavum que invade el suelo del seno esfenoidal.
cia de eco de espín T1 con inyección de gadolinio y supresión de Colección del Dr. S. Hemissa.
la señal de grasa. Tumor del techo y de la pared lateral izquierda
de la nasofaringe con invasión de la base del cráneo y de las Estudio de extensión
meninges (flecha larga), que además rodea la carótida. Colec-
La radiografía de tórax, la ecografía abdominal y la
ción del Dr. S. Hemissa.
gammagrafía ósea siguen siendo exploraciones clave en
el estudio de extensión de un CNF, con una
sensibilidad/especificidad del 100/100% para la radio-
grafía torácica, del 66,7/86,8% para la gammagrafía ósea
y del 50/99,3% para la ecografía abdominal, que se
incrementan en función del T y del N [1, 2, 38]. La PET
tendrá un papel cada vez más predominante en la
evaluación de la enfermedad locorregional, pero sobre
todo, en esta enfermedad altamente evolutiva, para la
detección de la enfermedad metastásica. La sensibilidad/
especificidad de la PET es del 100/90,1%, con unos
valores predictivos positivo/negativo del 63,6/100% [39].
Serología viral
La serología anti-VEB se ha estudiado de forma
amplia en los pacientes con CNF. Se ha encontrado un
perfil sugerente cuando aparece una concentración
elevada de anticuerpos anti-VEB IgA de tipo EA y VCA.
Distintos estudios han demostrado que las IgA anti-
Figura 24. Corte axial de resonancia magnética en secuencia VCA y anti-EA son útiles, de forma que el aumento
T2 fiesta. Tumor que invade la fosa temporal y el seno cavernoso
con afectación del V nervio craneal izquierdo. Colección del Dr.
S. Hemissa.
“ Punto importante
se realiza con y sin inyección de gadolinio. La RM
permite demostrar mejor, a partir de las secuencias Los marcadores séricos más sensibles/específicos
potenciadas en T1/T2, en eco de espín, las extensiones son el Cyfra 21 y la concentración sérica de ADN
hacia la base del cráneo, el endocráneo y la fosa poste- viral.
rior [37] (Figs. 25 y 26).

12 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

específico de las proliferaciones de tipo epitelial presenta 1997 [43], que han llevado a una versión más reciente,
un valor predictivo del orden de 6 meses a un año propuesta en 2002 [44]. Estas últimas versiones parecen
(Cuadro III). El estudio chino de Mai et al describe una superiores a las de Ho (1978) y del AJC (1987), con una
sensibilidad de 0,84 del marcador viral en el mejor definición de los grupos pronósticos, tanto para
plasma/suero [40]. el grado T como para el N. La afectación orbitaria y la
de los nervios craneales, o la extensión endocraneal (T4)
Marcadores tumorales se asocian a un mal pronóstico [43].
El marcador Cyfra 21, que se ha estudiado en
paciente chinos y en Túnez, parece ser uno de los
marcadores séricos más prometedores, con una sensi-
■ Formas clínicas
bilidad superior al 80% [41].
La determinación de la carga viral sérica mediante Formas en función de la edad
PCR de la región Bam H1-W también es un método útil, Carcinomas nasofaríngeos infantiles
con unas concentraciones que se correlacionan con la
evolución clínica [42]. La fracción libre del ADN viral Son frecuentes (hasta el 10% de los casos) en los
plasmático constituye en la actualidad el marcador más países del Magreb, lo que explica la distribución bimo-
sensible (96%) y más específico (93%) en los pacientes dal en estas naciones, así como el pico de incidencia
con CNF, de cara al diagnóstico y el seguimiento entre los 15 y los 25 años [1, 2, 9]. Antes de los 15 años,
posterapéutico [42]. el CNF es especialmente evolutivo, con formas de un
gran volumen ganglionar más que nasofaríngo, así
como una incidencia elevada de síndromes paraneoplá-
■ Clasificaciones sicos (acropaquias, fiebre, osteoartropatía hipertrofiante
neúmica). La edad de aparición conlleva el problema de
anatomoclínicas las secuelas a largo plazo de la quimio y radioterapia [1,
4, 9].
Existen varias clasificaciones. La más utilizada es la de
la AJC/UICC, que ha sufrido varias modificaciones,
comenzando en 1997 (Cuadro VII). En la actualidad se Carcinomas nasofaríngeos de las personas
dispone de los primeros análisis críticos de la versión de mayores
Son más frecuentes en los países occidentales, donde
el promedio de edad de aparición de los CNF es del
Cuadro VII.
orden de 55 años. El tipo histológico 1 de la OMS (bien
Clasificación TNM (tumor-ganglios-metástasis) de los
diferenciado) es el predominante, con una afectación
carcinomas de la nasofaringe. Unión Internacional Contra el
nasofaríngea a menudo más voluminosa que la de los
Cáncer (UICC), 1997/2002 [43].
ganglios cervicales [1, 8].
T1 Tumor limitado a la nasofaringe
T2 Extensión a los tejidos blandos de la orofaringe y/o de las Formas en función de la extensión
fosas nasales locorregional
T2a Sin extensión parafaríngea
T2b Con extensión parafaríngea Formas localizadas
T3 Invasión de las estructuras óseas y/o de los senos paranasales Los tumores T1-T3/N0 podrían ser más frecuentes en
T4 Extensión endocraneal y/o afectación de los nervios cranea- caso de que se siguiera una política de detección precoz
les y/o de la fosa infratemporal y/o la hipofaringe y/o la órbita o de detección selectiva en las zonas de endemia de
CNF. Aún representan menos del 10% de los CNF y
N0 Ausencia de ganglios cervicales
tienen una supervivencia global y libre de enfermedad
N1 Ganglios unilaterales (< 6 cm) supraclaviculares superiores a las formas de alto riesgo, con un esquema
N2 Ganglios bilaterales (< 6 cm) supraclaviculares terapéutico que podría recurrir sólo a la radioterapia [1,
N3a Ganglios > 6 cm supraclaviculares 2, 8]. Las formas submucosas plantean problemas para la

N3b extensión en las fosas supraclaviculares obtención de una prueba histológica, debido a su
Estadios localización, y pueden requerir biopsias repetidas de la
nasofaringe, o la toma de una muestra ganglionar
0 Tis N0 M0
cervical.
I T1 N0 M0
IIA T2a N0 M0 Formas metastásicas
IIB T1 N1 M0 Son infrecuentes en el momento del diagnóstico
T2a N1 M0 (menos del 5%) y afectan sobre todo al hueso o al
T2b N0, N1 M0 hígado. Plantean un problema en cuanto al esquema
III T1 N2 M0
terapéutico, que debe dar prioridad a una quimioterapia
más prolongada y a una irradiación locorregional
T2a,2b N2 M0
condensada [1, 2, 8]. El pronóstico parece ser mejor en los
T3 N0,1,2 M0 pacientes que tengan metástasis óseas aisladas, con
IVA T4 N0,1,2 M0 supervivencias prolongadas superiores a los 5 años [1, 2].
IVB cualquier T N3 M0 Las metástasis aún siguen siendo un escollo terapéutico,
IVC cualquier T cualquier N M1 a pesar de la mejoría del control locorregional que
aporta la quimio-radioterapia.

■ Diagnóstico diferencial (Fig. 10)


“ Punto importante
Linfomas
La clasificación de la UICC de 1997, modificada en Son los tumores no epiteliales más frecuentes, en los
2002, permite una mejor individualización de las que debe pensarse sobre todo en los niños. El linfoma
categorías pronósticas y la orientación del suele ser nasosinusal y nasofaríngeo, por lo general de
protocolo terapéutico según el riesgo de recidiva alto grado de malignidad [45]. Los linfomas de tipo T
local y/o metastásica. angiocéntricos y destructivos pueden afectar a la rinofa-
ringe. La inmunohistoquímica tiene un papel destacado

Otorrinolaringología 13
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Figura 27. Molde de metal de Lipowitz utilizado para la pro- Figura 28. Delimitación de los campos laterales de trata-
tección de los órganos críticos. Colección del profesor N. miento. Colección del profesor N. Bouaouina.
Bouaouina.

encéfalo y dentición. La técnica de tratamiento incluye


al demostrar una positividad de los marcadores linfocí- (para el tumor primario) un acceso mediante dos cam-
ticos (antígeno leucocítico común) o de tipo B o T [45]. pos laterales opuestos (Fig. 28) con las dosis habituales
de 65-70 Gy en 6-7 semanas, a razón de 5 sesiones de
Tumores de los tejidos blandos 2 Gy/semana [5]. Las áreas ganglionares se tratan a través
Entre las enfermedades benignas, predominan sobre del mismo campo lateral con dosis que oscilan de 50 Gy
todo los angiofibromas en los adolescentes de sexo (N0) a 65-70 Gy (N+) [4], con reducción a 42-45 Gy en
masculino, que pueden causar epistaxis repetidas o la médula espinal. La dosis mínima debe ser al menos
ronquidos [46]. En los niños, la nasofaringe representa, de 50 Gy, pues con valores menores se observa una tasa
en el caso de los tumores de tipo rabdomiosarcoma, la elevada de ausencia de esterilización [4, 49, 50]. La técnica
segunda localización después de la órbita [47]. terapéutica ha mejorado gracias a la aportación de las
pruebas de imagen (TC, RM) y a la informatización, que
Melanoma permiten definir mejor el campo de tratamiento en tres
dimensiones y las dosimetrías en función de la exten-
El aspecto acrómico del melanoma puede plantear un sión tumoral [49-51].
problema diagnóstico [48].
Preparación para la radioterapia
Adenocarcinomas La administración de la radioterapia requiere un
tratamiento específico bucodental con una exploración
Son muy infrecuentes a nivel de la nasofaringe.
minuciosa que en ocasiones se completa con cuidados
dentales, extracciones y la preparación de aplicadores
■ Tratamiento dentales, que constituyen un elemento clave para la
protección mediante fluoroterapia. Ésta puede prevenir
el deterioro dental y disminuir el riesgo de complicacio-
nes [52], y se realiza dos veces al día mediante la aplica-
“ Punto importante ción de un gel fluorado en las férulas, que se dejan en
contacto durante 5 minutos. Este tratamiento se realiza
de por vida. Asimismo, la realización de colutorios
El arsenal terapéutico, que en la actualidad se basa durante la radioterapia permite disminuir la frecuencia
en la radioterapia y la quimioterapia, tiene un y la intensidad de las complicaciones mucosas orofarín-
objetivo doble, que consiste en asegurar una tasa geas. El uso de protectores, como la amifostina por vía
de control locorregional y mejorar la intravenosa de forma concomitante a la radioterapia, en
supervivencia global y, sobre todo, libre de dosis de 200 mg/m2 en perfusión de 15-30 minutos
antes de la irradiación, permite reducir de forma signi-
enfermedad en las formas de alto riesgo
ficativa la intensidad y la duración de la xerostomía en
metastásico (N2-N3 y T4 con gran volumen). La los carcinomas de las vías aerodigestivas superiores [53].
evaluación de la tolerancia-toxicidad aguda y a
Variantes de fraccionamiento
largo plazo debe seguir siendo una preocupación
fundamental. Varios estudios aleatorizados han demostrado la
superioridad de la técnica hiperfraccionada en los
cánceres otorrinolaringológicos respecto a la radioterapia
clásica [54, 55]. En el CNF, se ha utilizado un tratamiento
Métodos terapéuticos con dos fracciones de 1,6 Gy 5 días a la semana hasta
Radioterapia llegar a 38,4 Gy, con dos semanas de interrupción y
después un complemento hasta los 70-72 Gy. La tasa de
Técnica convencional control local a los 5 años fue del 85 frente al 52%
La radioterapia transcutánea sigue siendo el trata- cuando se usaba el tratamiento clásico, mientras que la
miento de referencia locorregional, con un fracciona- supervivencia global a los 5 años era del 85 frente al
miento habitual de 1,8-2 Gy/sesión y por día, 5 días a 53%. El control local y la supervivencia también pare-
la semana [4, 5]. El tratamiento se realiza con fotones cen ser mejores tras la radioterapia bifraccionada de
gamma de cobalto o rayos X de aceleradores lineales de 1,5 Gy por fracción con 6 horas de intervalo durante las
alta energía (4-6 MeV). El paciente se coloca en decúbito semanas primera, quinta y sexta de radioterapia, y con
supino, con el cuello apoyado en un rodillo y la cabeza una radioterapia clásica durante las otras tres semanas
mantenida a 30-45°. Se realiza un molde personalizado para los CNF de estadio IV. Las tasas de supervivencia
de metal de Lipowitz (aleación de bismuto, plomo, global y de supervivencia libre de recidiva (SLR) a los
estaño y cadmio) (Fig. 27) para proteger los órganos 3 años eran del 73,6 y del 92,8% para unas dosis totales
críticos: ojo, lóbulos temporales, hipófisis, tronco del de 72-74 Gy. La toxicidad aguda es más intensa que con

14 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Cuadro VIII.
Estudios aleatorizados de quimioterapia en primer lugar frente a radioterapia.
Autor/Referencia Número Protocolo Beneficio Seguimiento Supervivencia global/SLP (%)
quimioterápico (meses)
Chan [69] 77 C-Fu ×2 0 28,5 80 frente a 80,5 y 68 frente a 72 (NS)
Vumca [71] 339 3 BEC MTS/LR 49 60 frente a 52 y 58 frente a 35 (p <0,01)
Chua [70] 784 cis-Epi SLR/CL 30 78 frente a 71 y 48 frente a 42 (NS)
Hareyama [72] 80 C-Fu ×2 MTS 5años 65 60 frente a 48 y 55 frente a 43 (NS)
C: cisplatino; Fu: 5-fluorouracilo; BEC: bleomicina-epiadriamicina-cisplatino; Epi: epiadriamicina; B: bleomicina; MTS: metástasis; LR: locorregional; SLR:
supervivencia libre de recidiva; CL: control local; SLP: supervivencia libre de progresión; NS: no significativo.

la irradiación clásica y está dominada por las mucositis


y las radiodermitis de grado III (precoces), al final de la
primera semana [55]. “ Punto importante
Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)
La IMRT ha aportado una mejoría considerable al
La situación anatómica de la nasofaringe, próxima a
numerosos órganos fundamentales, plantea el problema disminuir la toxicidad a largo plazo en las
complejo de administrar las dosis adecuadas de radiote- estructuras vecinas a la nasofaringe: glándulas
rapia sin causar unas lesiones considerables. Los campos salivales, piel, cavidades nasosinusales, dentición,
laterales opuestos se asocian a una tasa elevada de etc. Permite reducir la dosis aplicada a las
toxicidad mucosa y de aumento de la xerostomía por la glándulas salivales y a los órganos contiguos sanos
quimioterapia concomitante. La utilización de la IMRT (lóbulo temporal, quiasma óptico, glándula
asociada a la radioterapia conformacional parece una pituitaria) respecto a la radioterapia convencional
opción prometedora, con una tasa de control locorre- y tridimensional.
gional del 100% [56, 57].
Esta técnica ofrece ventajas dosimétricas, pues el
plano de tratamiento permite mejorar de forma signifi-
cativa la cobertura de los objetivos que se van a irradiar, Resultados de la radioterapia
así como una mejor protección de los órganos El control local suele obtenerse en más del 75% de los
críticos [56-58] . En un estudio con 23 pacientes, la casos, y en más del 90% en los estadios localizados [5, 7].
dosimetría inversa con IMRT se comparó con la técnica Tras el tratamiento con radioterapia exclusiva, la supervi-
clásica de dos o tres haces y planificación en tres vencia global a los 5 años varía del 40 al 62% y libre de
dimensiones [59] . Las dosis medias aplicadas en el enfermedad del 20 al 60% [49-51]. En los fracasos tras la
volumen objetivo planificado fueron, respectivamente, irradiación exclusiva predominan las metástasis a distan-
de 77,3 Gy, 67,9 Gy y 74,6 Gy [59]. Esta mejoría permitió cia, más que las recidivas locorregionales [4, 7, 8, 50, 51].
cubrir cerca del 95% del volumen tumoral con la
isodosis de 70 Gy mediante la IMRT, frente a un 46% Quimioterapia
con la técnica de dos haces paralelos. Las dosis medias Se utilizó inicialmente en la década de 1980 para el
máximas aplicadas en la médula espinal fueron, respec- tratamiento de rescate de los fracasos (sobre todo
tivamente, de 34,5, 49 y 44 Gy. El volumen de mandí- metastásicos) en los pacientes que habían recibido sólo
bula o de lóbulos temporales que recibió más de 60 Gy radioterapia [4, 63]. Los fármacos activos son el cisplatino,
se redujo un 10-15% mediante la modulación de inten- el 5-fluorouracilo, la bleomicina, el metotrexato y la
sidad, respecto a los pacientes irradiados con dosimetría adriamicina. Más recientemente se ha incorporado la
clásica en dos o tres dimensiones. ifosfamida, los taxanos y la gemcitabina [4, 6, 63, 64]. La
Sultanem et al [60] han descrito una tasa de control experiencia que se tiene con la quimioterapia adyuvante
locorregional del 100% con un seguimiento medio de es relativamente antigua. Existen pocos ensayos y sólo
21,8 meses; el 50% de los pacientes presentó una dos estudios aleatorizados, que no han demostrado
xerostomía de grado 1 y ninguno tuvo una de grado 2. ventajas en términos de supervivencia [65, 66].
Los histogramas dosis-volumen mostraron unas dosis Estos elementos se han confirmado por el metaanáli-
máximas medias y mínimas de 79,5, 75 y 56,5 Gy a sis de Baujat et al [67]. La quimioterapia adyuvante se ha
nivel del volumen tumoral macroscópico (GTV, del abandonado casi por completo, debido al riesgo de
inglés gross tumor volume) y de 78,9, 71,2 y 45,5 Gy en secuelas tardías locorregionales, sobre todo en los niños,
el volumen diana anatomoclínico (CTV del inglés clinic del tipo de la esclerosis cutánea cervical, la dismorfia
target volume); el 3% del GTV y el 2% del CTV recibie- facial y el retraso pondoestatural y puberal [9].
ron menos del 95% de la dosis prescrita. La superviven-
cia global a los 5 años fue del 94%. Quimioterapia como primera elección
McMillan et al [61], en 32 pacientes tratados mediante Se trata de una estrategia estándar que se recomienda
IMRT, han descrito la recuperación de al menos el 25% en los pacientes que tengan adenopatías cervicales de
del flujo salival a 1 año. 3 cm o mayores y en las personas jóvenes [4, 6, 68]. El
esquema terapéutico suele consistir en tres ciclos antes de
Braquiterapia
la irradiación, lo que permite obtener unas tasas de
Puede asociarse a la irradiación externa durante el respuestas objetivas superiores al 75%, de las que un
tratamiento inicial, con la ventaja de que protege mejor 20-30% son respuestas completas clínicas, más sobre las
los tejidos sanos, debido a su acción en el tumor adenopatías cervicales que sobre el tumor nasofaríngeo [4,
nasofaríngeo o en contigüidad al mismo [62]. La técnica 6, 68, 69]. En la actualidad, se dispone de los resultados a

puede recurrir a un tubo endotraqueal pediátrico que largo plazo de cuatro estudios aleatorizados que muestran
lleve las fuentes radiactivas o a un dispositivo que un beneficio probable, más sobre la supervivencia sin
emplee iridio 192, aplicado bajo anestesia local. Las metástasis que sobre la supervivencia global [69-72].
dosis administradas varían de 6 a 24 Gy, en 2-5 fraccio- Los estudios de Hong Kong (Cuadro VIII) se realiza-
nes tras la irradiación externa. La tasa de control local ron sobre 784 pacientes tratados mediante quimiotera-
de la asociación radio-braquiterapia es superior al 90%, pia como primera elección (cisplatino-bleomicina-
con una tolerancia buena. epiadriamicina-5-fluorouracilo) y después con radio

Otorrinolaringología 15
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

terapia, frente a la radioterapia sola con una mediana de Cuadro IX.


dosis de 70 Gy [70]. La mediana del seguimiento fue de Estudios aleatorizados de quimio-radioterapia concomitante.
67 meses y se encontró un beneficio significativo en
Autor Esta- QT RT QT adyu-
términos de supervivencia global (78 frente al 71%) y (referencia) dios vante
libre de enfermedad (48 frente al 42%), con una tasa de
Número
reducción de las metástasis del 13% en el grupo de
quimio-radioterapia. Los otros tres estudios (Cuadro Al Sarraf [73] III-IV cis 100 mg/m2/3 70 Gy cis-FU ×3
VIII) mostraron una ventaja en términos de superviven- 147 semanas
cia global y libre de enfermedad para los pacientes Cada 3 semanas
N2-3 y T4 con un gran volumen tumoral. ×3
Quimio-radioterapia concomitante Chan [75] T3-T4 cis Perf 4 días ×2
350 40 mg/m2/semana

Lin [74] III-IV cis 20 mg/m2-FU

“ Punto importante 284


Kwong [76] III-IV UFT +/- PF/VBM
En la actualidad, la asociación de quimio y 219
radioterapia concomitante es el tratamiento Wee [78] III-IV cis 25 mg/m2/día
estándar para las formas con afectación 221 ×4
ganglionar cervical N2-N3 o con un gran volumen QT: quimioterapia; RT: radioterapia; cis: cisplatino; 5FU:
tumoral (T3 y T4). 5-fluorouracilo; UFT: tegafur; PF: cisplatino-5-fluorouracilo; VMB:
vinblastina-bleomicina-metotrexato.

El primer estudio de quimio (cisplatino [100 mg/m2


los días 1, 22 y 43]) y radioterapia concomitante seguida
tras la radioterapia de una quimioterapia adyuvante
con tres ciclos de cisplatino (80/m2 el día 1) y
5-fluorouracilo (1g/m2 los días 1-4) fue el del Intergroup
0099, que incluyó a 147 pacientes. Este estudio ha
demostrado una ventaja neta en términos de supervi-
vencia global (67 frente al 37%) y de supervivencia libre
de progresión (58 frente al 29%) para el grupo conco-
mitante, que después se continuó con un tratamiento
estándar, aunque existieron problemas con la reprodu-
cibilidad de los resultados descritos [73]. A continuación
se realizaron otros cinco estudios aleatorizados de
quimio-radioterapia concomitante frente a radioterapia
sola [74-78], cuyos resultados aparecen en los Cuadros IX
y X. No obstante, la toxicidad estaba marcada por
radiodermitis y quimiomucositis a partir de la 4. a Figura 29. Radioquimioepitelitis de grado 2 observada con
semana de tratamiento (Figs. 29 y 30). una dosis de 45 Gy en un paciente tratado con quimio (cisplatino
semanal) y radioterapia concomitante. Colección del profesor H.
Las dosis varían en los seis estudios aleatorizados de
66 a 74 Gy con un tratamiento mediante campos Boussen.
laterales opuestos, con o sin sobreimpresión parafarín-
gea. La quimioterapia estaba basada en el cisplatino,
tres ciclos de cisplatino, 5-fluorouracilo, leucovo-
salvo en el trabajo de Kwong et al [76].
rina e interferón alfa2b, seguidos de siete ciclos de
Quimioterapia como primera elección seguida 5-fluorouracilo-hidroxiurea concomitantes con la radio-
de quimio-radioterapia terapia, con una mediana de dosis de 70 Gy. La tasa de
Se trata de una de las estrategias recientes más pro- respuestas clínicas objetivas fue del 100%, con un 54,2%
metedoras, tal y como lo demuestran los estudios de Oh de respuestas completas y unas tasas de control locorre-
et al [79] y de Lin et al [80]. En el estudio de Oh et al [79] gional y a distancia del 93 y 92%, respectivamente. La
los 27 pacientes, incluidos de 1990 a 1999, recibieron supervivencia global a los 3 y 5 años fue del 88 y 77%,

Cuadro X.
Estudios aleatorizados de quimio-radioterapia concomitante.
Estudio Seguimiento (años) Tratamiento Control LR (%) SLP%/p SLMD (%) SG %/p
Al Sarraf [73] 5 QT-RT 58 (<0,001) 67 (0,05)
RT 29 37
Chan [75] 5 QT -RT 62/0,059 72/0,048
RT 52 59
Lin [74] 5 QT -RT 72/0,002 79 72/0,002
RT 53 70 5
Kwong [76] 3 QT -RT 80 69/0,14 85 87/0,06
RT 72 58 71 77
Wee [78] 2 QT -RT 90 76/0,02 86 85/0,1
RT 85 62/0,24 72 77/0,76
Lee [77] 3 QT -RT 93 69 75 78
RT 82 61 72 79
QT: quimioterapia; RT: radioterapia; SLP: supervivencia libre de progresión; LR: locorregional; SLMD: supervivencia libre de metástasis a distancia; cis:
cisplatino; 5FU: 5-fluorouracilo; UTF: tegafur; PF: cisplatino-5-fluorouracilo; VMB: vinblastina-bleomicina-metotrexato.

16 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

nasofaríngeo (T3 o T4 con afectación endocraneal) y


N0, en especial en caso de afectación endocraneal con
un riesgo mayor de recidiva locorregional y a distan-
cia [81, 82].

Cáncer de la nasofaringe con afectación


ganglionar cervical N2-3 (Fig. 32)
A pesar de que provoca una toxicidad cutaneomucosa
y digestiva precoz considerable [74-78], el método están-
dar para estas formas en la actualidad consiste en la
quimio-radioterapia concomitante. En estos pacientes, la
supervivencia tras la radioterapia sola varía del 60 al
25%, debido a una tasa elevada de fracasos a distan-
cia [7, 8, 12, 83].
Figura 30. Radio-quimiomucositis de grado 2 observada con Pacientes con metástasis (Fig. 33)
una dosis de 45 Gy en un paciente tratado con quimio (cisplatino
En este grupo, el objetivo consiste en obtener una o
semanal) y radioterapia concomitante. Colección del profesor H.
varias remisiones lo más prolongadas posibles [84, 85].
Boussen.
Pueden lograrse supervivencias prolongadas (>2, o
incluso 5 años) en aquellos con metástasis óseas aisla-
respectivamente. En el estudio de Lin et al [80] se utilizó
das, que se tratan con una asociación de quimioterapia
cisplatino alternado con 5-fluorouracilo y ácido folínico.
En él se observó un 73,3% de respuestas completas en e irradiación de estas localizaciones [86].
el tumor primario y un 71,1% en los ganglios cervicales. Recidivas locales y/o regionales (Fig. 34)
La supervivencia a los 2 años global y libre de enferme-
dad fue del 92,1 y 77,5%, respectivamente. Los pacien- Los progresos terapéuticos en términos de radio y
tes presentaron toxicidad de grado 3-4, en forma de quimioterapia han reducido la tasa de estas recidivas [7,
87]. Las recidivas locales aisladas, que son infrecuentes,
leucopenia (7,8%), anemia (18,9%), trombocitopenia
(3,3%), náuseas/vómitos (4,4%) y pérdida de peso pueden someterse a un tratamiento de rescate mediante
(1,1%). reirradiación externa o con braquiterapia [88]. La qui-
mioterapia permite obtener respuestas, que en la mayo-
Indicaciones terapéuticas ría de los casos son menores, con un impacto positivo
sobre la calidad de vida en quienes las presentan [88].
Cáncer de la nasofaringe sin afectación La cirugía puede emplearse, aunque en pocos casos,
ganglionar cervical (Fig. 31) en el tratamiento de rescate. Algunos equipos asiáticos
Los tumores T1-T3N0 se tratan con radioterapia sola, tienen una experiencia considerable en términos de
dados los buenos resultados terapéuticos en términos de nasofaringectomía, aunque obliga a una doble vía
supervivencia global y libre de enfermedad [1, 8]. otorrinolaringológica y neuroquirúrgica [89]. También
Según el estudio de Chan [69], la quimio-radioterapia puede estar indicada para un vaciamiento conservador
concomitante es la indicación de elección para los o radical en caso de resto ganglionar cervical tras el
pacientes que tengan un gran volumen tumoral tratamiento, o en las recidivas ganglionares aisladas

Figura 31. Árbol de decisiones. Estrate-


Carcinoma nasofaríngeo gia terapéutica en los carcinomas nasofa-
T3, T4, N0 o N1 ríngeos T3, T4, N0 o N1, N2, N3, para
N2, N3 cualquier T cualquier T. TC: tomografía computari-
zada; RM: resonancia magnética.

Radioterapia T y N
70 Gy en 35 fracciones en 7 semanas en el T y los N invadidos
50 Gy en los N0
Quimioterapia con cisplatino concomitante (semanal o en los dÌas 1, 21 y 43)

Reevaluación TC/RM + rinoscopia posterior


8 semanas tras el final de la radioterapia

Resto tumoral Resto ganglionar

Respuesta completa Reevaluación TC/RM +


rinoscopia posterior +/_ biopsia
Tras 8 semanas

Vigilancia Resto tumoral Adenectomía o


vaciamiento cervical

Reunión del equipo


multidisciplinar

Otorrinolaringología 17
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

Figura 32. Árbol de decisiones. Estrate-


Carcinoma nasofaríngeo gia terapéutica en los carcinomas nasofa-
T1, T2, N0 ríngeos T1, T2, N0. TC: tomografía com-
putarizada; RM: resonancia magnética.

Radioterapia T y N
70 Gy en 35 fracciones en 7 semanas
50 Gy en los N cervicales, espinales y supraclaviculares bilaterales

Reevaluación TC/RM + rinoscopia posterior


Tras 8 semanas el fin del radiothérapie

Resto tumoral

Respuesta completa
Reevaluación TC/RM
+ rinoscopia posterior +/_ biopsia
Tras 8 semanas

Vigilancia Resto tumoral

Reunión del equipo


multidisciplinar

Carcinoma nasofaríngeo metastásico


en el momento del diagnóstico “ Punto importante
Es indudable que desde la introducción de la
3-6 ciclos de quimioterapia basada en cisplatino asociación de radio y quimioterapia se ha
conseguido una mejoría de la supervivencia
global y libre de enfermedad.
Reevaluación TC/RM + rinoscopia posterior más
objetivos metastásicos 2-3 semanas tras finalizar
la quimioterapia
El Cuadro XI muestra la evolución de los resultados
terapéuticos tras el tratamiento con radioterapia sola en
las tres series antiguas, después con quimioterapia
Respuesta completa Respuesta incompleta o progresión
primero seguida de radioterapia y, más recientemente,
quimio-radioterapia y quimioterapia en primer lugar
seguida de quimio-radioterapia. La mejoría terapéutica
es evidente desde hace unos 30 años, con unas cifras
Radioterapia paliativa actuales de supervivencia global a los 5 años del orden
Quimioterapia paliativa/rescate del 70-75% y libre de enfermedad próxima al 70%,
Radioterapia locorregional Cuidados paliativos aunque el seguimiento de los pacientes en las series
recientes de quimio-radioterapia concomitante no es lo
Figura 33. Árbol de decisiones. Estrategia terapéutica en los bastante prolongado para apreciar la supervivencia a
carcinomas nasofaríngeos con metástasis en el momento del más de 5 años y, sobre todo, las secuelas tardías [4, 76, 77].
diagnóstico. TC: tomografía computarizada; RM: resonancia La mejoría es más evidente para los pacientes N2-3 y
magnética. con un gran volumen tumoral, que presenten neoplasias
clasificadas como T4 con afectación de la base del
confirmadas por un estudio de extensión a distancia cráneo y/o del endocráneo [4, 8, 87].
negativo (radiografía de tórax, ecografía abdominal y Las metástasis aún son un escollo terapéutico. La
gammagrafía ósea ) [89]. mayoría son de localización ósea o, en menos casos,
hepáticas o pulmonares. Su incidencia varía según las
series del 30 al 60% [82, 87, 91].
■ Resultados terapéuticos
En la serie de Lee et al [8] (4.860 pacientes tratados en
Estados Unidos de 1973 a 1999), se observa una super- ■ Factores pronósticos
vivencia a los 5 años del 35,7% en 1973 frente al 51%
en la década de 1990, probablemente debido a la Tumor primario y estado ganglionar
introducción de la quimioterapia en el protocolo tera-
péutico. El control locorregional se lograba en más del cervical
75% de los casos y las recidivas se observaban sobre Liu et al [92] han evaluado los factores pronósticos
todo cuando existía una afectación ganglionar N2 o en 83 pacientes, de los que 29 tenían un tumor
N3 [10, 87]. T3-T4 y 64 un grado N2-3, tratados con radioterapia

18 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

Figura 34. Árbol de decisiones. Con-


Fracaso terapéutico de ducta que se debe seguir en los fracasos
un carcinoma nasofaríngeo terapéuticos de un carcinoma nasofarín-
geo. TC: tomografía computarizada; RM:
resonancia magnética.
Recidiva nasofaríngea Recidiva ganglionar Metástasis

Radioterapia exclusiva Quimio-radioterapia No tumoral

Carcinoma nasofaríngeo o Otros tipos histológicos Inmunohistoquímica


carcinoma epidermoide

TC o RM cervicofacial y Estudio de extensión específico Nueva biopsia


cerebral
Ecografía abdominal
Gammagrafía ósea Tratamiento según el estadio No tumoral

Tratamiento según el estadio Biopsia ganglionar


cervical

Cuadro XI.
Evolución de los resultados terapéuticos en el cáncer de la nasofaringe en función del método de tratamiento.
Autor/Número Período Estadios (I/II/III/IV) Tratamiento SG/SLE/SLR
Gharbi [11] 2.010 1969-1989 N2-N3 > 65 % RT, QT (10%) 30/30% a 15 años
Lee [87] 5.037 1976-1985 13/50/22/6 RT 43 y 34% a 10 años
Yeh [90] 849 1983-1998 III-IV RT 59/-/52% a 5 años
Leung [12] 1.070 1990-1998 10/39/28/23 RT, QT 66,5/77,2/80,9% a 5 años
Lee [8] 2.687 1996-2000 53% III-IV RT, QT 80/75/63% a 5 años
Vumca [71] 339 1989-1993 N2-N3 CT→ RT 60/-/58% a 5 años
Chua [70] 784 1994-1999 III-IV CT→ RT 78/-/48% a 5 años
Kwong [76] 219 1993-1999 III-IV RT- QT conc 87/69/-% a 3 años
Lee [77] 348 1999-2004 III-IV RT- QT conc 78/76/72 % a 3 años
Oh [79] 27 1990-1999 III-IV CT-> QT - RT 77/86/- % a 5 años
RT: radioterapia; QT: quimioterapia; SLE: supervivencia libre de enfermedad; SLR: supervivencia libre de recidiva; SG: supervivencia global; conc:
concomitante

sola con IMRT en 20 de ellos y mediante IMRT com- Tiempo de duplicación potencial
binada con quimioterapia en los 63 restantes. El
seguimiento fue de 3-41,5 meses y el tratamiento
o Tpot
permitió obtener 81/83 respuestas completas, con una Hui et al [93] han evaluado el valor pronóstico del
supervivencia global y libre de enfermedad a los Tpot y del grado N en 19 pacientes mediante técnicas
3 años del 82 y 61%, respectivamente. En el análisis de índice de marcado y de citometría de flujo. Este
univariado, sólo el parámetro T era un factor predic- estudio evaluó el Tpot en 3,6 días (0,5-19,9), la mediana
tivo de la supervivencia libre de enfermedad (p =0,04). del marcado histológico en el 12,4% (1,2-43,3%) y la
Una dosis acumulada de radioterapia sobre el tumor mediana del Tpot histológico (H-Tpot) en 2,1 días (0,5-
primario >75,6 Gy era predictiva de la tasa de supervi- 33,3). Estos dos últimos parámetros parecen correlacio-
vencia específica de enfermedad (p =0,010). Para la narse con la expresión de la proteína Ki67, mientras que
supervivencia global, el estadio (p =0,007), el grado N (p el Tpot y el H-Tpot se correlacionan de forma negativa
=0,046) y la dosis acumulada administrada sobre el con la proteína Ki67 y el grado N. En un análisis
univariado, el Tpot y el H-Tpot influyen en la supervi-
tumor primario (p =0,046) fueron los factores más
vencia libre de enfermedad. El Tpot se asocia de forma
significativos.
significativa con la supervivencia sin recidiva local en
Yeh et al [90] han descrito, en 849 pacientes tratados
un estudio univariado, pero no en uno de tipo multiva-
con radioterapia sola desde 1983 hasta 1998, una
riado, donde sólo el grado N mantiene su valor pronós-
supervivencia actuarial y libre de enfermedad a los
tico conocido.
5 años del 59 y 52%. La extensión parafaríngea, la
presencia de adenopatías cervicales múltiples y la
ausencia de esterilización nasofaríngea y ganglionar son Esquema terapéutico
los factores más significativos. El estudio de Farias et al [94] incluyó a 173 pacientes,
La clasificación actual TNM-UICC delimita mejor los de los cuales un 53,4% tenía un CNFTI y un 88% un
factores pronósticos «clásicos» del CNF, que son el grado tumor de estadios III-IV, que se trataron por radioterapia
N y el T (sobre todo para los tumores T4), con una (75% de los casos) o radio-quimioterapia (25%). La
categorización pronóstica mejor [43]. supervivencia libre de enfermedad a los 5 años fue del

Otorrinolaringología 19
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

32,3 frente al 22,5% en el grupo de radioterapia y del


61,4% en caso de tratamiento combinado (p =0,04). Los
factores de mal pronóstico fueron una edad >40 años
(p =0,01), un estadio avanzado (p =0,002), la afectación
de la base del cráneo (p =0,004) o de los huesos faciales
(p =0,001).

Ácido desoxirribonucleico sérico viral


plasmático
Leung et al [95] realizaron un estudio de cohortes en
90 pacientes con CNFTI de estadios I-II, en quienes se
evaluó la concentración preterapéutica plasmática/
sérica del ADN del VEB mediante PCR. Todos los
pacientes habían recibido radioterapia, salvo tres, en
quienes se aplicó una quimioterapia concomitante.
Después de una mediana de seguimiento de 45 meses, Figura 35. Esclerosis cervical de grado 1, a los 12 años del
12 pacientes presentaron recidivas locorregionales y tratamiento con radio-quimioterapia. Colección del profesor H.
7 sufrieron metástasis. La concentración inicial media Boussen.
del ADN viral era significativamente más elevada
(13.219 copias/ml) en los pacientes con metástasis,
frente a los que no tenían recidiva (423 copias/ml). La
probabilidad de recidiva es más elevada a partir de una
concentración de 4.000 copias/ml (p =0,0001, prueba de
rango logarítmico) y para los estadios IIB (p =0,0149).

Volumen del tumor nasofaríngeo


Chang et al [96] han evaluado el volumen nasofarín-
geo a partir de la suma de los campos de irradiación. En
los T1 era de 5,48 ml, en los T2a de 17,95 ml y en los
T2b, de 19,15 ml. Un gran volumen tumoral se asociaba
a un valor mediocre de supervivencia libre de enferme-
dad (p =0,0003).

Escala pronóstica
Toh et al [97] han propuesto una escala pronóstica que Figura 36. Alopecia de la barba en los campos laterales de
han estudiado en 172 pacientes y que se basa en cuatro irradiación. Colección del profesor H. Boussen.
parámetros: alteración del estado general (5 puntos),
hemoglobina <12 g/100 ml (4 puntos), intervalo libre de
enfermedad ≤6 meses (10 puntos) y metástasis iniciales semana de tratamiento, de intensidad moderada o
(1 punto). Una puntuación de 0-3 se considera de buen grave. Pueden ocasionar una disfagia considerable, con
pronóstico, con una mediana de la supervivencia de anorexia y adelgazamiento, sobre todo en caso de
19,6 meses, frente a un valor de 14,3 meses en caso de tratamiento combinado [4, 5, 92]. Es más intensa a partir
puntuación intermedia (4-8) y de 7,9 meses para los de la 5. a semana de tratamiento. Las radiodermitis
pacientes con una puntuación elevada (≥9). afectan a la región cervical, de forma superficial, con
casos excepcionales ulcerados [4, 5, 77, 78, 81].
■ Prevención y detección Los efectos a largo plazo más frecuentes son:
• la fibrosis/esclerosis cervical, que se gradúa según la
selectiva escala del Radiation Therapy Oncology Group
(RTOG), se observa en el 30% de los casos [90], y es
La detección precoz y la detección selectiva se están probable que sea más intensa en los niños (Fig. 35),
sometiendo a prueba en las zonas asiáticas de endemia, de forma secundaria a la administración de dosis
en personas sanas o en los padres de los pacientes con elevadas de radioterapia (>70 Gy) y que se acentúe
CNF [19, 98, 99] . Para ello se recurre al análisis de la por la asociación con una quimioterapia consistente
concentración sérica de los anticuerpos anti-VEB [98], o en bleomicina o antraciclinas [13]. La zona irradiada
a la búsqueda de las proteínas y del ADN viral en las suele sufrir una alopecia definitiva, que en los varones
muestras de frotis nasofaríngeo [99]. corresponde al vello facial en la zona irradiada maxi-
lomandibular y mentoniana, que describe el campo
■ Complicaciones tardías de irradación (Fig. 36);
• la hiposialia aparece en más del 80% de los casos y es
La radioterapia sola o, sobre todo, asociada a la infrecuente que sea grave (25%). Se relaciona con la
quimioterapia conlleva un riesgo de toxicidad aguda, irradiación de las parótidas, que producen más del
pero también tardía. En la de tipo agudo predominan 50% del flujo salival [77, 90]. Es prácticamente cons-
las mucositis, que suelen observarse a partir de la 3.a tante y ocasiona una sequedad crónica de la boca,
trastornos de la deglución y del gusto, así como una
alteración de la higiene bucofaríngea, lo que supone
un factor adicional de crecimiento bacteriano y de
“ Punto importante debilitamiento dental [32];
• las caries dentales, que pueden prevenirse con el uso
periódico y sistemático de por vida de aplicadores de
La radioterapia sola o asociada a la quimioterapia flúor;
provoca secuelas a largo plazo, sobre todo en los • una obstrucción nasal crónica debida a una rinitis
niños. Las más frecuentes son las radiodermitis, la costrosa, que motiva la prescripción de gotas nasales
esclerosis cervical, la hiposialia y el trismus. oleosas o de suero fisiológico mediante instilación
nasal [32];

20 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

■ Seguimiento
Debe ser constante y periódico, debido a que existe
un riesgo mayor de metástasis que de recidiva locorre-
gional. Durante los dos años posteriores al tratamiento,
se basa en realizar cada 3 meses una exploración otorri-
nolaringológica y del cavum, una radiografía del tórax
y una ecografía abdominal. Las pruebas de imagen de la
nasofaringe siguen basándose en la TC, aunque la RM
sea superior, sobre todo en caso de duda entre una
fibrosis posterapéutica o una recidiva local [36, 37].

■ Conclusiones y perspectivas
Figura 37. Esclerosis cervical de grado 3 e hipotrofia del cuello El CNF es un tumor especial entre los demás cánceres
y del mentón 12 años tras la radioterapia y quimioterapia adyu-
del territorio otorrinolaringológico, debido a su evoluti-
vante en un paciente tratado a los 12 años de edad. Colección del
vidad, un alto potencial metastásico y a su aparición en
personas jóvenes sin factores de riesgo «clásicos» (tabaco
profesor H. Boussen.
y alcohol), así como por su relación etiológica con el
VEB. La carcinogénesis parece ahora estar más esclare-
cida, con un papel preciso de la LMP 1 y de la mutación
de genes supresores a nivel de los cromosomas 3 y 4.
En las zonas endémicas con una frecuencia interme-
dia (Magreb y cuenca mediterránea) y alta (sudeste
asiático), este cáncer sigue siendo aún un problema de
sanidad pública. Existen dos marcadores tumorales,
representados por el Cyfra 21 y la concentración del
ADN viral.
La clasificación anatomoclínica actual está perfeccio-
nada, lo que permite delimitar mejor los factores pro-
nósticos en función del grado T y N. El tratamiento
sigue basándose en esencia en la radioterapia locorre-
gional y, en la actualidad, parece estar mejor sistemati-
zado, con una mejoría de los resultados a largo plazo
tras la combinación de radio y quimioterapia. No
obstante, el protocolo terapéutico combinado deberá
Figura 38. Leiomiosarcoma secundario máxilo-orbitario iz- tener en cuenta en el futuro el riesgo de secuelas, sobre
quierdo, aparecido 8 años tras la radio-quimioterapia. Colección todo en los pacientes jóvenes o muy jóvenes (niños).
del profesor H. Boussen. Los tratamientos dirigidos, del tipo anti-factor de
.

crecimiento epidérmico [102], o anti-angiogénesis [103],


podrían desempeñar un papel en el futuro.
• la osteorradionecrosis afecta al 2,7% de los pacientes
según Cheng et al [100], con una influencia del grado .

T, la dosis de radioterapia (>60 Gy) y las extracciones


dentales. El principal factor de riesgo es de tipo ■ Bibliografìa
traumático, relacionado con las extracciones dentales [1] Wei WI, Sham JS. Nasopharyngeal carcinoma. Lancet 2005;
pre o posradioterapia; 365:2041-54.
• la hipoacusia por una otitis serosa secundaria a la [2] Fandi A, Altun M, Azli N, Armand JP, Cvitkovic E.
fibrosis obstructiva de la trompa de Eustaquio se Nasopharyngeal cancer: epidemiology, staging and treatment.
observa en más del 60% de los casos [90]; Semin Oncol 1994;21:382-97.
• el trismus secundario a la fibrosis muscular o de la [3] Boussen H, Bouaouina N, Mokni-Baizig N, Gamoudi A,
articulación temporomandibular aparece en los Chouchane L, Benna F, et al. Carcinomes du nasopharynx.
3 años posteriores al tratamiento y puede ser grave y Données actuelles. Pathol Biol 2005;53:45-51.
muy marcado en más del 20% de los casos [4, 5, 90]; [4] Lee AW, Sze WM, Au JS, Leung SF, Chua DT, Zee BC, et al.
Treatment results for nasopharyngeal carcinoma in the
• la radionecrosis cerebral, que suele afectar a la región modern area: The Hong Kong experience. Int J Radiat Oncol
frontotemporal y que se encuentra en menos del 1% Biol Phys 2005;61:1107-16.
de los pacientes [77]; [5] Yu MC, Yuan JM. Epidemiology of nasopharyngeal carci-
• en los pacientes tratados en la infancia [11] se pueden noma. Semin Cancer Biol 2002;12:421-9.
observar trastornos localizados del crecimiento óseo [6] Parkin DM, Wheelan S, Ferlay J, Raymond L, Young J.
de los huesos faciales. Las alteraciones más frecuentes Cancer incidence in five continents. Lyon: IARC 1997;143:
son la dismorfia craneofacial secundaria a los defectos 814-5.
de crecimiento óseo que asocian una hipotrofia del [7] Chan AT, Teo PM, Huang DP. Pathogenesis and treatment of
mentón y de los huesos maxilares con un cuello de nasopharyngeal carcinoma. Semin Oncol 2004;31:784-801.
pequeño tamaño (Fig. 37). Estos pacientes suelen [8] Lee JT, Ko CY. Has survival improved for nasopharyngeal
presentar una esclerosis cutánea cervical grave, un carcinoma in the United States. Otolaryngol Head Neck Surg
estado bucodental mediocre, además de asociar con 2005;132:3003-8.
[9] JmalA, Boussen H, Gara S, GhanemA,Abaza H, Gara S, et al.
frecuencia un retraso pondoestatural y puberal;
Le cancer du nasopharynx de l’enfant en Tunisie : étude
• la complicación tardía más grave es la aparición de rétrospective épidémiologique, clinique et biologique à
un cáncer secundario en el territorio irradiado [101]. propos de 48 cas. Bull Cancer 2005;92:977-81.
Suele tratarse de sarcomas (osteo o fibrosarcomas) [10] Lee AW, Foo W, Mang O, Sze WM, Chappell R, Lau WH,
(Fig. 38) o de carcinomas de las vías aerodigestivas et al. Changing epidemiology of nasopharyngeal carcinoma
superiores, que aparecen en los pacientes jóvenes sin in Hong Kong over a 20-year period (1980-99): an
factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo encouraging reduction in both incidence and mortality. Int
de alcohol. J Cancer 2003;103:680-5.

Otorrinolaringología 21
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

[11] Gharbi MK, Gritli S, Boussen H, Benna F, Ben Abdallah M, [32] Marandas P, Marandas N. Cancers du nasopharynx. Rev Prat
El May A, et al. Retrospective study of 2 010 cases of 2000;50:1556-61.
nasopharyngeal carcinoma seen at the institute Salah Azaiz [33] Hsu WM, Wang AG. Nasopharyngeal carcinoma with orbital
from 1969 to 1988. Proceedings ASCO 1996;15: invasion. Eye 2004;18:833-8.
197 (American society of Clinical Oncology). [34] Boussen H, Mebazaa A, Nasr C, Khalfallah S, Gamoudi A,
[12] Leung TW, Tung SY, Sze WK, Wong FC, Yuen KK, Lui CM, Mezlini A, et al. Dermatomyositis and nasopharyngeal carci-
et al. Treatment results of 1 070 patients with nasopharyngeal noma. Report of 8 cases and literature review. Arch Dermatol
carcinoma: an analysis of survival and failure patterns. Head 2006;42:112-3.
Neck 2005;27:555-65. [35] Mebazaa A, Boussen H, Nouira R, Rokbani L, Ben Osman-
[13] Busson P, Keryer C, Ooka T, Corbex M. EBV-associated Dhahri A, Bouaouina N, et al. Dermatomyositis and
nasopharyngeal carcinomas: from epidemiology to virus- malignancy in Tunisia: a multicenter national retrospective
targeting strategies. Trends Microbiol 2004;12:356-60.
study of 20 cases. J Am Acad Dermatol 2003;48:530-4.
[14] Khabir A, Ghorbel A, Daoud J, Frikha M, Drira MM,
[36] Manavis J, Sivridis L, Koukourakis MI. Nasopharyngeal
Laplanche A, et al. Similar BCL-X but different BCL-2 levels
in the two age groups of North African nasopharyngeal carcinoma: the impact of CT-scan and of MRI on staging,
carcinomas. Cancer Detec Prev 2003;27:250-5. radiotherapy treatment planning, and outcome of the disease.
[15] Zhang X, Uthaisang W, Hu L, Ernberg IT, Fadeel B. Epstein- Clin Imaging 2005;29:128-33.
Barr virus–encoded latent membrane protein 1 promotes [37] Chung NN, Ting LL, Hsu WC, Lui LT, Wang PM. impact of
stress-induced apoptosis upstream of caspase-2-dependant magnetic resonance imaging versus CT on nasopharyngeal
mitochondrial perturbation. Int J Cancer 2005;113:397-405. carcinoma: primary tumor target delineation for radiotherapy.
[16] Stewart S, Dawson CW, Takada K, Curnow J, Moody CA, Head Neck 2004;26:241-6.
Sixbey JW, et al. Epstein-Barr virus-encoded LMP2A [38] Kumar MB, Lu JJ, Loh KS, Chong LM, Soo R, Goh BC, et al.
regulates viral and cellular gene expression by modulation of Tailoring distant metastatic imaging for patients with
the NF-Kappa B transcription factor pathway. Proc Natl Acad clinically localized undifferentiated nasopharyngeal carci-
Sci USA 2004;101:15730-5. noma. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2004;58:688-93.
[17] Toczyski DP, Steitz JA. EAP, a highly conserved cellular [39] Chang JT, Chan SC, Yen TC, Liao CT, Lin CY, Lin KJ, et al.
protein associated with Epstein-Barr virus small RNAs Nasopharyngeal carcinoma staging by (18)F-fluoro-
(EBERs). EMBO J 1991;10:459-66. deoxyglucose positron emission tomography. Int J Radiat
[18] Decaussin G, Sbih-Lammali F, De Turenne-Tessier M. Oncol Biol Phys 2005;62:501-7.
Expression of BARF1 gene encoded by Epstein-Barr virus in [40] Mai S, Zong Y, Zhang M, Zhong B, Lin S. Detection of
nasopharyngeal carcinoma biopsies. Cancer Res 2000;60: Epstein-Barr virus DNA in plasma/serum. A useful indicator
5584-8. for diagnosis of nasopharyngeal carcinoma. Chin Med
[19] Nq WT, Yau TK, Yung RW, Sze WM, Tsang AH, Law AL, J (Engl) 2002;115:1895-7.
et al. Screening for family members of patients with [41] Jmal A, Boussen H, Abdennebi M, Gara S, Harzallah L,
nasopharyngeal carcinoma. Int J Cancer 2005;113:998-1001. Gritli S, et al. Cyfra 21 dans les carcinomes indifférenciés du
[20] Fan H, Nicholls J, Chua D, Chan KH, Sham J, Lee S, et al. nasopharynx en Tunisie. Bull Cancer 2004;91:369-72.
Laboratory markers of tumor burden in nasopharyngeal
[42] Chan KH, Gu YL, Ng F, Ng PS, Seto WH, Sham JS, et al. EBV
carcinoma: a comparison of viral load and serologic tests for
specific antibody-based and DNA-based assays in serologic
Epstein-Barr virus. Int J Cancer 2004;112:1036-41.
[21] Wong TS, Kwong DL, Sham JS, Wei WI, Kwong YL, diagnosis of nasopharyngeal carcinoma. Int J Cancer 2003;
YuenAP. Quantitative plasma hypermethylated DNAmarkers 105:706-9.
of undifferentiated nasopharyngeal carcinoma. Clin Cancer [43] Sobin LH, Wittekind CH. Pharynx. In: TNM classification of
Res 2004;10:2401-6. malignant tumors. UICC publication. New York: Wiley-Liss;
[22] Poirier S, Bouvier G, Malaveille C, Ohshima H, Shao YM, 2002. p. 27-35.
Hubert A, et al. Volatile nitrosamine levels and genotoxicity [44] Law CK, Foo W, Lau WH. In-depth evaluation of the
of food samples from high-risk areas for nasopharyngeal car- AJCC/UICC 1997 staging system of nasopharyngeal
cinoma before and after nitrosation. Int J Cancer 1989;44: carcinoma: prognostic homogeneity and proposed
1088-94. refinements. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2003;56:413-26.
[23] Feng BJ, Huang W, Shugart YY, Lee MK, Zhang F, Xia JC, [45] Gurkaynak M, Cengiz M, Akyurek S, Ozyar E, Atahan IL,
et al. Genome-wide scan for familial nasopharyngeal carci- Tekuzman G. Waldeyer’s ring lymphomas: treatment results
noma reveals evidence of linkage to chromosome 4. Nat and prognostic factors. Am J Clin Oncol 2003;26:437-40.
Genet 2002;31:395-9. [46] Cansiz H, Guvenc MG, Sekercioglu N. Surgical approaches
[24] Lo KW, Kwong J, Hui AB, Chan SY, To KF, Chan AS, et al. to juvenile nasopharyngeal angiofibroma. J Craniomaxillofac
High frequency of promoter hypermethylation of RASSF1A Surg 2006;34:3-8.
in nasopharyngeal carcinoma. Cancer Res 2001;61:3877-81. [47] Raney RB, Meza J, Anderson JR, Fryer CJ, Donaldson SS,
[25] Claudio PP, Howard CM, Fu Y, Cinti C, Califano L, Micheli P, Breneman JC, et al. Treatment of children and adolescents
et al. Mutations in the retinoblastoma-related gene RB2/p130 with localized parameningeal sarcoma: experience of the
in primary nasopharyngeal carcinoma. Cancer Res 2000;60: Intergroup Rhabdomyosarcoma Study Group protocols
8-12. IRS-II through -IV, 1978-1997. Med Pediatr Oncol 2002;38:
[26] Goldsmith DB, West TM, Morton R. HLA associations with 22-32.
nasopharyngeal carcinoma in Southern Chinese: a meta- [48] Mekni A, Bouraoui S, Amdouni N, Haifa TG, Kchir N,
analysis. Clin Otolaryngol Allied Sci 2002;27:61-7. Zitouna M, et al.Arare tumor of the rhinopharynx. Ann Pathol
[27] Mokni-Baizig N, Ayed K, Ayed FB, Ayed S, Sassi F, 2004;24:375-6.
Ladgham A, et al. Association between HLA-A/-B antigens
[49] Chua DT, Sham JS, Kwong DL, Au GK. Treatment outcome
and -DRB1 alleles and nasopharyngeal carcinoma in Tunisia.
after radiotherapy alone for patients with stage I-II
Oncology 2001;61:55-8.
nasopharyngeal carcinoma. Cancer 2003;98:74-80.
[28] Dardari R, Khyatti M, Jouhadi H, Benider A, Ettayebi H,
Kahlain A, et al. Study of human leukocyte antigen class I [50] Marks JE, Bedwinek JM, Lee F, Purdy JA, Perez CA. Dose-
phenotypes in Moroccan patients with nasopharyngeal carci- response analysis for nasopharyngeal carcinoma: an historical
noma. Int J Cancer 2001;92:294-7. perspective. Cancer 1982;50:1042-50.
[29] Bonfils P, Chevalier JM. In: Anatomie ORL. Paris: [51] Teo P, Yu P, Lee WY, Leung SF, Kwan WH, Yu KH, et al.
Flammarion Médecine–Sciences; 1998. p. 226-45. Significant prognosticators after primary radiotherapy in 903
[30] Marsot-Dupuch K, Meyer B. Le nasopharynx, imagerie nondisseminated nasopharyngeal carcinoma evaluated by
normale et pathologique. In: L’imagerie moderne en ORL. computer tomography. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1996;36:
Rapport de la Société française d’oto-rhino-laryngologie et 291-304.
de pathologie cervico-faciale. Paris:Arnette; 1994. p. 263-80. [52] Mackie AM, Epstein JB, Wu JS, Stevenson-Moore P.
[31] Bourjat P, Kahn JL, Veillon F. Imagerie ORL. In: Doyon D, Nasopharyngeal carcinoma: the role of the dentist in
Monnier L, editors. Cahiers de radiologie. Paris: Masson; assessment, early diagnosis and care before and after cancer
1996. p. 69-85. therapy. Oral Oncol 2000;36:397-403.

22 Otorrinolaringología
Cáncer de la nasofaringe ¶ E – 20-590-A-10

[53] Wasserman TH, Brizel DM, Henke M, Monnier A, [71] International Nasopharynx Cancer study Group. VUMCA I
Eschwege F, Sauer R, et al. Influence of intravenous trial: preliminary results of a randomized trial comparing
amifostine on xerostomia, tumor control and survival after neoadjuvant chemotherapy (cisplatin-epirubicin-bleomycin)
radiotherapy for head and neck cancer: 2-year follow-up of a plus radiotherapy vs radiotherapy alone in stage IV(V>N2,
prospective randomized phase III trial. Int J Radiat Oncol Biol M0) undifferentiated nasopharyngeal carcinoma: a positive
Phys 2005;63:985-90. effect on progression-free survival. Int J Radiat Oncol Biol
[54] Wang CC. Accelerated hyperfractionation radiation therapy Phys 1996;36:1005-12.
for carcinoma of the nasopharynx. Techniques and results. [72] Hareyama M, Sakata K, Shirato H, Nishioka T, Nishio M,
Cancer 1989;63:2461-7. Suzuki K, et al. A prospective randomized trial comparing
[55] Lin JC, Chen KY, Jan JS, Hsu CY. Partially hyperfractionated neoadjuvant chemotherapy with radiotherapy alone in
accelerated radiotherapy and concurrent chemotherapy for patients with advanced nasopharyngeal carcinoma. Cancer
advanced nasopharyngeal carcinoma. Int J Radiat Oncol Biol 2002;94:2217-23.
Phys 1996;36:1127-36. [73] Al-Sarraf M, Le Blanc M, Giri PG, Fu KK, Cooper J, Vuong T,
[56] Kam MK, Teo PM, Chau RM, Cheung KY, Choi PH, et al. Chemoradiotherapy versus radiotherapy in patients with
Kwan WH, et al. Treatment of nasopharyngeal carcinoma advanced nasopharyngeal cancer: phase III randomized
with intensity modulated radiotherapy: The Hong Kong Intergroup study 0099. J Clin Oncol 1998;16:1310-7.
experience. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2004;60:1440-50. [74] Lin JC, Jan JS, Hsu CY, Liang WM, Jiang RS, Wang WY.
[57] Lee N, Xia P, Quivey JM, Sultanem K, Poon I, Akazawa C, Phase III study of concurrent chemoradiotherapy versus
et al. Intensity modulated radiotherapy in the treatment of radiotherapy alone for advanced nasopharyngeal carcinoma:
nasopharyngeal carcinoma: an update of the USCF positive effect on overall and progression-free survival. J Clin
experience. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2002;53:12-22. Oncol 2003;21:631-7.
[58] Wolden SL, Chen WC, Pfister DG, Kraus DH, Berry SL, [75] Chan AT, Leung SF, Ngan RK, Teo PM, Lau WH, Kwan WH,
Zelefsky MJ, et al. Intensity-modulated radiation therapy for et al. Overall survival after concurrent cisplatin-radiotherapy
nasopharynx -cancer: update of the memorial Sloan-Kettering compared with radiotherapy alone in loco-regionally
experience. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2006;64:57-62. advanced nasopharyngeal carcinoma. J Nat Cancer Inst 2005;
[59] Hunt MA, Zelefsky MJ, Wolden S, Chui CS, LoSasso T, 97:536-9.
Rosenzweig K, et al. Treatment planning and delivery of [76] Kwong DL, Sham JS, Au GK, Chua DT, Kwong PW,
intensity-modulated radiotherapy for primary nasopharynx Cheng AC, et al. Concurrent and adjuvant chemotherapy for
cancer. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2001;49:623-32. nasopharyngeal carcinoma: a factorial study. J Clin Oncol
[60] Sultanem K, Shu HK, Xia P, Akazawa C, Quivey JM, 2004;22:2643-53.
Verhey LJ, et al. Three-dimensional intensity-modulated [77] Lee AW, Lau WH, Tung SY, Chua DT, Chappell R, Xu L, et al.
radiotherapy in the treatment of nasopharyngeal carcinoma: Prospective randomised study on therapeutic gain achieved
The University of California-San Francisco experience. Int by addition of chemotherapy for T1-4N2 nasopharyngeal
J Radiat Oncol Biol Phys 2000;48:711-22. carcinoma: NPC-9901 trial by the Hong Kong
[61] McMillan AS, Pow EH, Kwong DL, Wong MC, Sham JS, Nasopharyngeal Cancer Study Group. J Clin Oncol 2005;23:
Leung LH, et al. Preservation of quality of life after intensity- 6966-75.
modulated radiotherapy for early-stage nasopharyngeal [78] Wee J, Tan EH, Tai BC, Wong HB, Leong SS, Tan T, et al.
carcinoma: results of prospective longitudinal study. Head Randomized trial of radiotherapy versus concurrent
Neck 2006;28:712-22. chemoradiotherapy followed by adjuvant chemotherapy
[62] Ng T, Richards GM, Emery RS, Ho G, Yung R, Cheng A, et al. in patients with American Joint Committee on
Customized conformal high-dose brachytherapy boost for Cancer/International Union against cancer stage III and IV
limited-volume nasopharyngeal cancer. Int J Radiat Oncol nasopharyngeal cancer of the endemic variety. J Clin Oncol
Biol Phys 2005;61:754-61. 2005;23:6730-8.
[63] Faivre S, Janot F, Armand JP. Optimal management of [79] Oh JL, Vokes EE, Kies MS, Mittal BB, Witt ME,
nasopharyngeal carcinoma. Curr Opin Oncol 2004;16:231-5. Weichselbaum RR, et al. Induction chemotherapy followed
[64] Ma BB, Chan AT. Recent perspectives in the role of by concomitant chemoradiotherapy in the treatment of
chemotherapy in the management of advanced locoregionally advanced nasopharyngeal cancer. Ann Oncol
nasopharyngeal carcinoma. Cancer 2005;103:22-31. 2003;14:564-9.
[65] Rossi A, Molinari R, Boracchi P, Del Vecchio M, Marubini E, [80] Lin JC, Jan JS, Hsu CY, Jiang RS, Wang WY. Outpatient
Nava M, et al. Adjuvant chemotherapy with vincristine, weekly neoadjuvant chemotherapy followed by radiotherapy
cyclophosphamide, and doxorubicin after radiotherapy in for advanced nasopharyngeal carcinoma: high complete
local-regional nasopharyngeal cancer: results of a 4-year response and low toxicity rates. Br J Cancer 2003;88:187-94.
multicenter randomized study. J Clin Oncol 1988;6:1401-10. [81] Ma J, Mai HQ, Hong MH, Min HQ, Mao ZD, Cui NJ, et al.
[66] Prasad U, Wahid MI, Jalaludin MA, Abdullah BJ, Results of a prospective randomized trial comparing
Paramsothy M, Abdul-Kareem S. Long-term survival of neoadjuvant chemotherapy plus radiotherapy with
nasopharyngeal carcinoma patients treated with adjuvant radiotherapy alone in patients with locoregionally advanced
chemotherapy subsequent to conventional radical nasopharyngeal carcinoma. J Clin Oncol 2001;19:1350-7.
radiotherapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2002;53:648-55. [82] Qin DX, Hu YH, Yan JH, Xu GZ, Cai WM, Wu XL, et al.
[67] Baujat B, Audry H, Bourhis J, Chan AT, Onat H, Chua DT, Analysis of 1 379 patients with nasopharyngeal carcinoma
et al. Chemotherapy in locally advanced nasopharyngeal treated by radiation. Cancer 1988;61:1117-24.
carcinoma; an individual patient data meta-analysis of eight [83] Yee D, Hanson J, Lau H, Siever J, Gluck S. Treatment of
randomized trials and 1 753 patients. Int J Radiat Oncol Biol nasopharyngeal carcinoma in the modern era: analysis of
Phys 2006;64:47-56. outcomes and toxicity from a single center in a nonendemic
[68] Boussen H, Gritli S, Khalfallah S, Touati S, Mezlini A, Benna area. Cancer J 2006;12:147-54.
F, et al. Chimiothérapie première avant irradiation loco- [84] Boussen H, Cvitkovic E, Wendling JL, Azli N, Bachouchi M,
régionale dans les carcinomes du nasopharynx (CNP). Mahjoubi R, et al. Chemotherapy of metastatic and/or
Résultats à long terme et comparaison de 2 protocoles. recurrent undifferentiated nasopharyngeal carcinoma with
Congrès de la Société Française d’ORL. Tunis. 8-9 décembre cisplatin, bleomycin and fuorouracil. J Clin Oncol 1991;9:
2005. 1675-81.
[69] Chan AT, Teo PM, Leung TW, Leung SF, Lee WY, Yeo W, [85] Wang CC, Chang JY, Liu TW, Lin CY, Yu YC, Hong RL.
et al. A prospective randomized study of adjunctive to Phase II study of gemcitabine plus vinorelbine in the treatment
definitive to radiotherapy in advanced nasopharyngeal carci- of cisplatine-resistant nasopharyngeal carcinoma. Head Neck
noma. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1995;33:569-77. 2006;28:74-80.
[70] Chua DT, Ma J, Sham JS, Mai HQ, Choy DT, Hong MH, et al. [86] Fandi A, Bachouchi M, Azli N, Taamma A, Boussen H,
Long-term survival after cisplatin-based chemotherapy and Wibault P, et al. Long-term disease-free survivors in
radiotherapy for nasopharyngeal carcinoma: a pooled data metastatic undifferentiated carcinoma of nasopharyngeal
analysis of two phase III trials. J Clin Oncol 2005;23:1118-24. type. J Clin Oncol 2000;18:1324-30.

Otorrinolaringología 23
E – 20-590-A-10 ¶ Cáncer de la nasofaringe

[87] Lee AW, Poon YF, Foo W, Law SC, Cheung FK, Chan DK, [96] Chang CC, Chen MK, Liu MT, Wu HK, Hwang KL. Effect of
et al. Retrospective analysis of 5 037 patients with primary tumour volumes in early T-stage nasopharyngeal car-
nasopharyngeal carcinoma treated during 1976-1985: Overall cinoma. J Otolaryngol 2003;32:87-92.
survival and patterns of failure. Int J Radiat Oncol Biol Phys [97] Toh CK, Heng D, Ong YK, Leong SS, Wee J, Tan EH.
1992;23:261-70. Validation of a new prognostic index score for disseminated
[88] Chan AT, Hsu MM, Goh BC, Hui EP, Liu TW, Millward MJ, nasopharyngeal carcinoma. Br J Cancer 2005;92:1382-7.
et al. Multicenter phase II study of cetuximab in combination [98] Fachiroh J, Paramita DK, Hariwiyanto B, Harijadi A,
with carboplatin in patients with recurrent or metastatic Dahlia HL, Indrasari SR, et al. Single-assay combination of
nasopharyngeal carcinoma. J Clin Oncol 2005;20:3568-76. Epstein-Barr virus ABNA-1 and viral capsid antigen-p18
[89] Wei WI. Cancer of the nasopharynx: functional surgical derived synthetic peptides for measuring anti-EBV
salvage. World J Surg 2003;27:844-8. immunoglobulin G and IgA antibody levels in sera from
[90] Yeh SA, Tang Y, Lui CC, Huang YJ, Huang EY. Treatment nasopharyngeal carcinoma patients. J Clin Microbiol 2006;
outcomes and late complications of 849 patients with 44:1459-67.
nasopharyngeal carcinoma treated with radiotherapy alone. [99] Stevens SJ, Verkuijlen SA, Hariwiyanto B, Harijadi, Paramita
Int J Radiat Oncol Biol Phys 2005;62:672-9. DK, Fachiroh J, et al. Non invasive diagnosis of
[91] Cvitkovic E, Bachouchi M, Boussen H, Busson P, nasopharyngeal carcinoma: nasopharyngeal brushings reveal
Rousselet G, Mahjoubi R, et al. Leukemoid reaction, bone high Epstein-Barr virus DNA load and carcinoma-specific
marrow invasion, fever of unknown origin, and metastatic viral BARF1 mRNA. Int. J. Cancer 2006;119:608-14.
pattern in the natural history of advanced undifferentiated car- [100] Cheng SJ, Lee JJ, Ting LL, Tseng IY, Chang HH, Chen HM,
cinoma of nasopharyngeal type: a review of 255 consecutive et al. A clinical staging system and treatment guidelines for
cases. J Clin Oncol 1993;11:2434-42. maxillary osteoradionecrosis in irradiated nasopharyngeal
[92] Liu MT, Hsieh CY, Chang TH, Lin JP, Huang CC, Wang AY. carcinoma patients. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2006;64:
Prognostic factors affecting the outcome of nasopharyngeal 90-7.
carcinoma. Jpn J Clin Oncol 2003;33:501-8. [101] Boussen H, Kochbati L, Oueslati Z, Gritli S, Daoud J,
[93] Hui EP, Poon TC, Teo PM, Mo F, Zee B, Leung SF, et al. A Gammoudi A, et al. Cancers métachrones de la tête et du cou
prospective study of pre-treatment cell kinetics and clinical après traitement pour carcinome indifférencié du
outcome in nasopharyngeal carcinoma. Radiother Oncol nasopharynx. Ann Otolaryngol Chir Cervicofac 2004;121:
2003;69:53-62. 282-5.
[94] Farias TP, Dias FL, Lima RA, Kligerman J, De Sa GM, [102] Sung FL, Poon TC, Hui EP, Ma BB, Liong E, To KF, et al.
Barbosa MM, et al. Prognostic factors and outcome for Antitumor effect and enhancement of cytotoxic drug activity
nasopharyngeal carcinoma. Arch Otolaryngol Head Neck by cetuximab in nasopharyngeal carcinoma cells. In Vivo
Surg 2003;129:794-9. 2005;19:237-45.
[95] Leung SF, Chan AT, Zee B, Ma B, Chan LY, Johnson PJ, et al. [103] Foote RL, Weidner N, Harris J, Hammond E, Lewis JE,
Pretherapy quantitative measurement of circulating Epstein- Vuong T, et al. Evaluation of tumor angiogenesis measured
Barr virus DNA is predictive of post-therapy distant failure in with microvessel density as a prognostic indicator in
patients with early-stage nasopharyngeal carcinoma of nasopharyngeal carcinoma: results of RTOG 9505. Int
undifferentiated type. Cancer 2003;98:288-91. J Radiat Oncol Biol Phys 2005;61:745-53.

H. Boussen, Chef de service (hamouda.boussen@rns.tn).


Service de carcinologie médicale, Institut Salah Azaïz, boulevard du 9-Avril, Bab Saadoun, Tunis, Tunisie.
N. Bouaouina, Chef de service.
Service de cancérologie-radiothérapie, centre hospitalier universitaire Farhat Hached, Sousse, Tunisie.
A. Gamoudi.
N. Mokni.
Service d’histopathologie, Institut Salah Azaïz, boulevard du 9-Avril, Bab Saadoun, Tunis, Tunisie.
F. Benna.
Service de radiothérapie, Institut Salah Azaïz, boulevard du 9-Avril, Bab Saadoun, Tunis, Tunisie.
I. Boussen.
Service d’ophtalmologie, Hôpital Charles Nicolle, Tunis, Tunisie.
A. Ladgham, Chef de service.
Service de chirurgie cervicofaciale carcinologique, Institut Salah Azaïz, boulevard du 9-Avril, Bab Saadoun, Tunis, Tunisie.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Boussen H., Bouaouina N., Gamoudi A., Mokni N., Benna
F., Boussen I., Ladgham A. Cancers du nasopharynx. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Oto-rhino-laryngologie, 20-590-A-10, 2007.

Disponible en www.emc-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias

24 Otorrinolaringología

También podría gustarte