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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA CIENCIAS SOCIALES Y POLITICAS


NOMBRE VERONICA PAREDES CHALEN
MATERIA DERECHO PROCESAL PENAL
NOMBRE VERONICA PAREDES CHALEN
TEMA
Redacte un ensayo de 3 páginas mínimo, de cada uno de los siguientes temas:

1. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD COMO EXIGENCIA MÍNIMA DE LEGITIMACION DEL


PODER PENAL DEL ESTADO. Autor: TEODORICO CRISTÓBAL TAMARA. Revista Oficial del
Poder judicial. Vol. 12. N.-14. diciembre de 2020.
2. PRINCIPIO DE INVESTIGACIÓN INTEGRAL DE LA VERDAD
3. PRINCIPIO DE PERSONALIDAD DEL JUSTICIABLE.
4. LÍMITES OBJETIVOS Y SUBJETIVOS DE LA SENTENCIA.
5. CONCENTRACIÓN, ADQUISICIÓN, PRECLUSIÓN, LIBERALIDAD.
6. IDENTIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA.
Profesor Abg. Lincoln Mora Msc
AÑO-LECTIVO
2023-2024

Redacte un ensayo de 3 páginas mínimo, de cada uno de los siguientes temas:

1. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD COMO EXIGENCIA MÍNIMA DE LEGITIMACION DEL


PODER PENAL DEL ESTADO. Autor: TEODORICO CRISTÓBAL TAMARA. Revista Oficial del
Poder judicial. Vol. 12. N.-14. diciembre de 2020.
2. PRINCIPIO DE INVESTIGACIÓN INTEGRAL DE LA VERDAD
3. PRINCIPIO DE PERSONALIDAD DEL JUSTICIABLE.
4. LÍMITES OBJETIVOS Y SUBJETIVOS DE LA SENTENCIA.
5. CONCENTRACIÓN, ADQUISICIÓN, PRECLUSIÓN, LIBERALIDAD.
6. IDENTIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA.

EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD COMO EXIGENCIA MÍNIMA DE LEGITIMACION DEL


PODER PENAL DEL ESTADO. Autor: TEODORICO CRISTÓBAL TAMARA. Revista Oficial
del Poder judicial. Vol. 12. N.-14. diciembre de 2020.
Antecede que desde tiempos inmemoriales se han realizado interpretaciones por parte
de la ley doctrinaria Tal es el caso del principio de legalidad, cuya naturaleza jurídica
se convierte en el requisito mínimo para la legitimidad del derecho penal y que se
regula como parte del marco del derecho penal nacional e internacional. en un sentido
u otro
Hoy, la supremacía del principio de legalidad es tan clara que tanto expertos como
abogados coinciden en su necesidad. Así, el principio de legalidad tiende
a imponer exigencias al modelo de normas de derecho penal elaborado por el
legislador. Teniendo en cuenta lo anterior, el principio de legalidad es la limitación más
importante del poder punitivo del Estado, ya que sólo puede imponer
castigos por actividades que están tipificadas en el Derecho Penal. La limitación es que
el Estado sólo puede imponer sanciones por conductas definidas por la ley penal, pero
los derechos fundamentales de las personas sólo pueden verse afectados por la
sanción, y la ley penal antes consideraba sólo conductas prohibidas. Este principio de
limitación y control de la facultad del Estado para tipificar conductas resulta de dos
condiciones: la primera condición determina que las leyes penales sólo pueden ser
dictadas por los legisladores penales, y la segunda condición que estos últimos,
determinados en la elaboración de las leyes, deben ser sancionados. completo. clara,
Describa con precisión la conducta prohibida
El principio de legalidad es consecuencia de intereses prioritarios que no surgen del
propio derecho penal, sino de los antecedentes y debates filosóficos propios de la
Ilustración en los que encontró su fundamento y justificación. Asimismo, se aparta de
las leyes imperantes de la naturaleza y forma así un orden que es válido en todos los
tiempos y espacios. En este sentido, la ley natural simplemente cambia sus categorías,
convirtiéndose en ley positiva (categorías en el cielo aplicadas a la tierra) que se
destruyen o transforman. Por lo tanto, los legisladores no necesitan preocuparse por la
justicia de sus leyes. La filosofía política de la Ilustración implica así un cambio
fundamental en el concepto de derecho: se basa en la voluntad de los hombres
racionales, una voluntad general impuesta por contratos –idealmente imaginados–
leyes que todos los estados miembros harían cumplir
La legalidad tiene como única fuente de delito y castigo a menudo se denomina
"principio de legalidad". Bramont-Arias (2008) sostiene que los principios de legalidad,
incluyendo el no reconocimiento de hechos delictivos u otro tipo de sanciones distintas
a las previamente establecidas por la ley, son tan importantes como el compromiso de
la ley con el monopolio o el monismo como fuente. en el
campo del derecho penal. Cuando quiera castigar una conducta que consideramos una
sanción penal, puede usar la ley y solo la ley
El principio de legalidad o primacía de la ley constituye un principio fundamental
del derecho público, el cual tiene como contenido básico el sometimiento del
poder público a la voluntad de la ley; de esta manera, se cristaliza la seguridad
jurídica. Un sistema penal garantista, cognitivo o de estricta legalidad es aquel
que, según Ferrajoli (2011) incluye los siguientes principios: «el principio de
legalidad, en sentido lato o en sentido estricto (nullum crimen sine lege)
NULLUM CRIMEN NULLA POENA SINE LEGE Esta locución latina es atribuida al
jurista alemán Anselm von Feuerbach, quien, al desarrollar su teoría de la coacción
psicológica, usó dicho término para decretar el contenido del principio de
legalidad que hoy en día se conoce a nivel mundial. Asimismo, Feuerbach también
es conocido por propugnar su teoría de la prevención general negativa o
intimidatoria, en la que consideró los siguientes aspectos: que toda aplicación de
una pena supone una ley previa anterior (nulla poena sine lege), que la aplicación de
una pena supone la realización de la infracción prevista en la figura legal (nulla poena
sine crimene), y que la infracción viene determinada por la pena legal (nullum
crimen sine poena legali)
NULLUM CRIME SINE LEGE SCRIPTA, STRICTA Y PRAEVIA Este aforismo contiene
aspectos esenciales, tales como ley escrita y ley estricta. Al respecto, Bustos señala
que «rige el principio de certeza y se afirma la legalidad criminal . Esta regla tiene
como base constitucional lo prescrito en el artículo 103, que señala que ninguna
ley tiene fuerza ni efectos retroactivos, salvo en materia penal cuando favorece
al reo. De la precisión normativa, se puede afirmar que se excluye la
retroactividad de la ley penal. Empero, se exceptúa permisiblemente la
retroactividad penal benigna
NULLA POENA SINE LEGE Significa que es nula toda imposición de una pena sin
una ley anterior que la reprima. Igualmente, tiene su base constitucional en el literal
d) del inciso 24 del artículo 2 in fine, que refuerza el contenido global del
principio de legalidad y es concordado normativamente con lo precisado en el
artículo 2 del Título Preliminar del Código Penal. Así, señala García-Pablos de Molina
(2009) que, «la garantía penal prohíbe pueda imponerse una pena al ciudadano que
no se halle previamente establecida en la ley. Es la ley la que debe determinar
la clase y duración de la pena . En tal sentido, no se pueden sustituir, crear o
inventar penas.
NULLA POENA SINE IUDICIO PRAEVIA Implica que ninguna persona puede ser
castigada sino en virtud de un juicio formal ante sus jueces naturales, donde,
además, se respeten las garantías establecidas en la ley. Esto tiene su
fundamento en lo establecido en el artículo 138 de la Constitución, en que se
establece lo concerniente al origen político de la administración de justicia que
emana del pueblo. Al respecto, señala el profesor Hurtado (1987) que tal
circunstancia refleja, a su vez, la necesidad de precisar que la administración de justicia
se vincula a la ley, y se proscribe toda posibilidad de arbitrariedad .
El principio de legalidad de la ejecución penal se define en el artículo 2 de la Ley de
Ejecución de Penas, que estipula: "Un preso ingresa en una institución correccional
solo con una orden judicial de conformidad con la ley". Nuestro sistema de justicia
penal reconoce el principio de legalidad tanto a nivel constitucional como legal; por
tanto, se sostiene que ningún hecho puede ser considerado delito a menos que la ley
lo haya declarado previamente. Tampoco podrá imponerse multa o medida de
seguridad, si no está previamente estipulado por la Ley. Lo expresado de esta forma es
resultado de la obligación de confidencialidad estipulada por la Ley. Recordemos que,
en materia penal, la reserva de ley tiene como circunstancia prestablecida la
regulación normativa, que debe darse únicamente por el ente o poder estatal
facultado para ello (como el Poder Legislativo, y excepcionalmente el Poder Ejecutivo
mediante la delegación de funciones para tal fin).
PRINCIPIO DE TAXATIVIDAD La prescripción tiene su origen en el principio de
legalidad, y el concepto de esta norma constitucional proviene del literal a del inciso 2,
inciso 2 que establece que nadie está obligado a hacer cosa que la ley no manda ,
hacer lo que no prohíbe. Hecha la interpretación de la referida norma, es necesario
que los hechos punibles y las sanciones aplicables a los mismos estén preestablecidos y
exigibles mediante resolución judicial escrita. Además, debe ser precisa y comprensible
para los ciudadanos comunes para asegurar el conocimiento de las leyes penales del
territorio del país. En consecuencia, el legislador tuvo que seguir el mandato de
seguridad jurídica para representar el derecho penal sin ambigüedades, en un lenguaje
fácil de entender y utilizando términos claros para todos los ciudadanos (lenguaje
general), evitando detalles técnicos innecesarios, mal uso de elementos de evaluación
y reglamentarios e imprecisos. Uso o expresiones vagas que puedan dar lugar a una
interpretación diferente a la prevista por el legislador. interpretación desleal de las
leyes penales, ya sea por razones lingüísticas o por una variación de su significado
(propuestas jurídico-penales), porque ello generaría inseguridad jurídica. Lo más
importante es que de acuerdo con este principio, la ley penal debe ser vista con la
mayor objetividad, claridad y precisión posible, para que se cumplan los objetivos de
garantía de la ley penal.
PROHIBICIÓN DE LA ANALOGÍA La prohibición de la analogía debe entenderse
solo como la prohibición de crear un derecho perjudicial al imputado por parte del
juzgador. En ese sentido, se deben señalar dos tipos de analogía:
n bonam partem e in malam partem. La primera se funda en el principio pro
libertatis, que tiene como base funcional la protección de la dignidad de la persona y
su libertad, y es aplicable en cuanto exista una circunstancia que más favorezca al
reo. La segunda es aquella analogía prohibida como procedimiento para lograr la
creación de nuevos delitos o para extender los límites de tipos penales ya
existentes en perjuicio del reo; asimismo, no puede usarse para lograr la
creación o agravación de las penas o de las medidas de seguridad.
PROHIBICIÓN DE RETROACTIVIDAD DE LA LEY PENAL Esta prohibición busca fortalecer
la seguridad jurídica; por ende, exige que el ciudadano conozca, en la actualidad,
qué conductas están prohibidas y cuáles son las penas aplicables en cada caso.
Ni el legislador ni el juez pueden atribuir una vigencia retroactiva (nulla crimen sine
lege praevia) a las leyes que fundamentan la pena ni a las que la agravan. Esta
prohibición de retroactividad alcanza al sí y al cómo de la punibilidad
La prohibición de aplicación retroactiva vale para todo el ámbito del derecho penal
material, pero no para el derecho procesal penal. En consecuencia, está
permitido aplicar retroactivamente la eliminación de la exigencia de una
denuncia de parte como requisito para la persecución penal, o prolongar
retroactivamente los plazos de prescripción para los asesinatos aún no prescritos. Sin
embargo, el principio del Estado de derecho excluye, en perjuicio del afectado, la
retroactividad de las modificaciones legislativas para los asuntos ya cerrados
CONCLUSIONES
El principio de legalidad designa a la ley como configuradora del derecho penal, pues
esta tiene como objetivo la creación de delitos y penas. Por esta razón, no se admiten
otras infracciones penales ni sanciones adicionales a las previamente establecidas por
la ley penal para poder sancionar un hecho que se estime como delito
2. PRINCIPIO DE INVESTIGACIÓN INTEGRAL DE LA VERDAD
La verdad está íntimamente relacionada con el derecho y la justicia, tanto como
fundamento filosófico como requisito condicional de la legitimidad de las decisiones, la
verdad es un elemento que precede a la aplicación del derecho y es necesario para la
realización de la justicia, por eso precisamente la busca. por la verdad (se podría hablar
de verdad jurídica, pero al final el derecho siempre busca la verdad real),
especialmente en el derecho penal.
Pero la verdad sobre el derecho no es lo único que puede crear elementos
significativos para la aplicación de las normas. Los derechos humanos internacionales
con base en los Convenios de Ginebra (derecho internacional de los derechos humanos
y DIH) desarrollaron el concepto del derecho a saber la verdad como un derecho
individual a conocer la ubicación de los familiares de las víctimas y el destino de sus
familiares en un conflicto armado.
A lo largo de las décadas, este derecho individual se ha convertido en un concepto
mucho más amplio e interdisciplinario. Se trata del derecho de toda la sociedad a
conocer la verdad sobre las causas, métodos y consecuencias de los conflictos
armados, especialmente cuando se trata de hechos relacionados con violaciones
graves y sistemáticas de los derechos humanos, y es especialmente necesario en
relación con los procesos. la transición entre el conflicto y la estabilidad sociopolítica
responde a la necesidad social de conocer su historia.
El derecho a la verdad descrito en la segunda dimensión se define como la capacidad
de la sociedad para construir su futuro sobre los cimientos de la verdad, que son los
únicos que sustentan la construcción de una sociedad pacífica. El derecho a saber la
verdad significa cerrar un capítulo, aprender de él para que no vuelva a suceder, es
una estrategia para la continuación de la paz, pues como hemos visto a lo largo de la
historia, las guerras tienden a renovarse cuando no son suficientes cerrado Mientras
el incidente esté en calma, hasta que se encuentre la verdad, la posibilidad de pensar
que el ciclo de violencia ha terminado es nula, el conflicto continuará hasta que se
conozca la verdad jurídica e histórica.
Sobre este concepto de verdad, el derecho internacional ha regulado muy poco; En
general, el derecho a la verdad parece pertenecer exclusivamente al mundo del soft
law (o al mundo del derecho progresivo, que no es jurídicamente vinculante), y son
muy pocas las obligaciones jurídicas (contratos, costumbres) derivadas del hard law. y
generalmente actual). normas internacionales.
Pero cuando las reglas son pocas, la realidad abunda. Existen innumerables ejemplos
de verdaderos mandamientos en el mundo, algunos de ellos son verdaderos ejemplos
de superación de conflictos; otros pueden ser menos afortunados en sus resultados

Hablar del derecho a la verdad, (o a conocer la verdad) implica concentrar en la víctima


los esfuerzos por restablecer el orden y la tranquilidad en una sociedad que está
saliendo o ha salido de una etapa de violencia. En ese sentido el derecho a la verdad se
ha constituido a lo largo de los años en el eje principal de la reconciliación y la paz.

Así pues, el derecho a la verdad no es un privilegio inherente que se pueda exigir en


todo tiempo y circunstancia por todo ser humano. Es un derecho que si bien está en
potencia en todo ser humano, solo se activa en el momento en que se configura una
situación de violencia que implique violaciones graves a los derechos humanos
(condición del derecho). En esas circunstancias se activan dos tipos de titulares: por
una parte, las víctimas o sus familiares (primer titular) tienen derecho a conocer la
suerte de sus parientes y el contexto de los hechos -entendiendo por contexto las
causas, objetivos, consecuencias de la violencia, modus operandi y responsables de la
misma- y a su vez, la sociedad tiene el derecho y deber de conocer lo sucedido.

Si bien los titulares del derecho son múltiples, los de la obligación lo son aún más: por
una parte el Estado, que está obligado a adelantar todas las tareas para contribuir a
esclarecer lo sucedido a través de las herramientas que permitan llegar a la verdad
judicial y extrajudicial sobre los hechos. Por otra parte los autores de los hechos,
cuando no tratándose del Estado se constituyen como un aparato organizado de poder
con capacidad de respetar el DIH, y por lo tanto deben contribuir a esclarecer los
hechos como parte de sus obligaciones con este conjunto de normas, y por último la
sociedad, que no solo es titular del derecho a saber, sino que está obligada a conocer.
Esta última resulta quizá la más compleja de las titularidades, pero como se verá más
adelante, representa un punto nodal en la realización del derecho y el logro del
objetivo, que es buscar la paz y reconciliación.

En tal sentido, se puede definir el llamado "derecho a la verdad" como el derecho que
surge a las víctimas, sus familiares y a la sociedad en general, en los casos en que han
sucedido graves violaciones de derechos humanos, y en virtud del cual, el Estado tiene
la obligación de adelantar las medidas para lograr establecer la verdad sobre los
hechos, los grupos organizados que hayan participado de la violencia deben contribuir
a establecer la verdad, y la sociedad en su conjunto tiene el deber de conocer lo
sucedido.

CONCLUSIONES
El derecho a la verdad es un verdadero derecho, cuyo reconocimiento a nivel mundial
se fundamenta en la costumbre internacional, constituida porque existe una opinio
juris desarrollada a través de principios, declaraciones y jurisprudencia, y consolidada
por una práctica que se traduce en la creación de comisiones de la verdad, que tan
solo en la región puede verificarse con 12 casos importantes.

El derecho a la verdad tiene dos dimensiones claramente establecidas: la primera, de


carácter convencional con base en los convenios de Ginebra y las convenciones
relativas a desaparición forzada, tiene que ver con los familiares de las víctimas a
conocer la suerte y el paradero de sus familiares. La segunda dimensión es la de la que
se refiere al derecho que tiene la sociedad para conocer las causas, modos y
consecuencias de los conflictos que generan graves violaciones de derechos humanos.
Es un privilegio que surge de la lucha contra la impunidad, tiene el valor de costumbre
internacional en virtud de la aceptación de sus rasgos generales y también de la
práctica reiterada y uniforme que se ha dado en materia de comisiones de la verdad en
el mundo. Este derecho implica, para su satisfacción, un deber a cargo del Estado
consistente en construir modelos de comisiones de verdad para lograr la investigación
de los hechos y la difusión de los resultados.
El contenido del derecho a la verdad está claramente establecido, tanto en los
principios de Naciones Unidas como en la jurisprudencia de la CRIDH, por lo que no es
posible, actualmente, que un país parte del SIDH pretenda desconocer sus obligaciones
al respecto. En el derecho interno, además, la jurisprudencia constitucional ha sido
suficientemente clara al respecto.

El desarrollo jurisprudencial y doctrinal en Colombia ha dado cuenta de la existencia y


reconocimiento del derecho a la verdad como un derecho humano autónomo. En ese
sentido, la jurisprudencia constitucional, con valor obligatorio en el derecho interno, se
convierte en la fuente de exigibilidad del derecho a nivel interno.

Esta obligación interna e internacional implica que el Estado debe adelantar todas las
tareas posibles para dar a conocer la verdad, implicando especialmente la creación de
comisiones de la verdad con funciones adecuadas a los estándares internacionales en
la materia.

Los esfuerzos nacionales referentes al derecho a la verdad tienen falencias. El informe


de la CVPJ no cumple absolutamente con ninguno de los requisitos para ser
considerado como el cumplimiento del derecho a la verdad de la sociedad. La Ley 1424
de 2010 pretende establecer una herramienta que, lejos de responder al derecho
invocado, podría convertirse en un foco de impunidad, contradiciendo de antemano el
principal objetivo del derecho a la verdad. Finalmente, el caso de los informes de las
masacres de Trujillo y El Salado dan cuenta de documentos mucho más adaptados a la
naturaleza de un informe de comisión de la verdad, sin embargo, se trata de temáticas
muy puntuales que no están claramente coordinadas para un informe nacional.

Es necesario pensar en un modelo propio de comisión de la verdad que responda a


nuestras necesidades, a las características de nuestra sociedad y también a las
características del conflicto colombiano. Para eso es necesario que los distintos
componentes de la sociedad participen, porque la verdad solo va a ser oída por todos
cuando surge de las preguntas de todos.
3. PRINCIPIO DE PERSONALIDAD DEL JUSTICIABLE
PRINCIPIO DE PERSONALIDAD DEL JUSTICIABLE. El principio de personalidad del
justiciable no se limita al reconocimiento de la situación jurídica de inocencia que tiene
toda persona involucrada en una investigación policial, fiscal o judicial; en un proceso
penal, el ámbito se extiende hasta la persona misma del investigado (imputado o
procesado); la personalidad del procesado comprende tanto el aspecto físico, como el
moral. La ley penal prohíbe que el interrogatorio que se haga al imputado o procesado,
sea de cargo, que se hagan preguntas directas con relación al delito pero indirectas en
relación con el procesado, así como prohíbe que se hagan preguntas capciosas o
sugestivas, en una sola frase se prohíbe constreñir al justiciable a que actúe en contra
de sus propios intereses, o que se pongan obstáculos para el desempeño de su
defensa. El debido proceso es una garantía y un derecho fundamental de todos los
justiciables que les permitirá, una vez ejercitado el derecho de acción puedan, acceder
a un proceso que reúna los requisitos mínimos que lleven a la autoridad encargada de
resolverlo a pronunciarse de manera justa, equitativa e imparcial
LÍMITES SUBJETIVOS Y OBJETIVOS DE LA SENTENCIA

Los límites subjetivos y objetivos son los presupuestos que la doctrina señala como
necesarios para que se opere la cosa juzgada en un proceso dado.

El artículo 163 del Código Procesal Civil nos dice “para que la sentencia produzca cosa
juzgada material en relación con otro proceso será necesario que en ambos casos sean
iguales las partes, el objeto y la causa”.

Lo que señala la norma son los limites subjetivos y objetivos de la cosa juzgada esta es
lo referente a los sujetos, el objeto y la causa. En otras palabras no cualquier sentencia
tiene valor de cosa juzgada material, para la normativa citada debe existir identidad de
partes, sujetos y objetos y además deberá darse dentro de un proceso ordinario o
abreviado. Salvo las excepciones que señala la ley como veremos más adelante.

LÍMITES SUBJETIVOS DE LA COSA JUZGADA

Para poder explicar cuales son los límites subjetivos debemos ahondar en el tema
referente a las partes o sujetos a los cuales les afecta una determinada resolución
jurídica.

En principio diremos que la regla es que las resoluciones judiciales solo afectan a las
partes que han participado o intervenido en el proceso.

Para entender este principio debemos definir que se entiende por parte.

“El concepto de parte es, pues procesal y nace dentro del proceso. Por tanto, no se
identifica con la titularidad de los derechos y las obligaciones materiales que son causa
del mismo, ya que se pueden iniciar un proceso mediante el ejercicio de una acción
por quien afirme un derecho que realmente no le pertenece o seguirse contra quien
no sea obligado por derecho material; e igualmente el proceso puede ser incoado y
seguido por personas a quienes la ley atribuye la facultad de ejercer en el una
titularidad’ jurídico- material ajena, y entonces solo son partes en sentido formal. La
parte en el proceso es pues simplemente el dominus litis.”14

“Esto conduce a comprender entre las partes no solo a los particulares o conjunto de
ellos que demandan o son demandados, o que querellan o son querellados, sino
también a los órganos públicos instituidos para que mediante ellos se manifieste la
actividad persecutoria o de control del Estado para el ejercicio oficial de la acción
(penal o civil), o para el resguardo delas instituciones de interés social que puedan
estar comprometidas en el proceso; en el primer caso actúa el órgano público como
parte activa y en el segundo su posición podrá ser activa o pasiva conforme lo imponga
el interés controlado, más en todo caso ha de ser imparcial.

También son captados por el concepto de partes los llamados “terceros intervinientes”
que se introducen con posterioridad a la demanda en virtud de un interés que incide
directamente en el objeto procesa”15

Las partes “Se trata de aquellos sujetos que intervienen en el proceso y entre ellos se
traba la relación jurídica procesal ”.16

Jorge Claria Olmedo sobre el particular nos aclara “En su referencia al proceso judicial,
el concepto de parte fue considerado por la corriente clásica en función de la postura
monista conforme se concebía la acción y la excepción.

Entendida la primera (y paralelamente la segunda) en cuanto elemento del derecho


subjetivo (...) y caracterizada como la reacción ante la violación de ese derecho para
hacerla cesar, se considero parte en el proceso a quien fuera titular de la relación
jurídica sustantiva; se identifica al actor con el acreedor de la prestación y al
demandado con el deudor de esta (obligado).

A poco que se analice, esta identificación resulta inaceptable. Para ello basta observar
que la invocada relación jurídica sustantiva puede faltar, no obstante haberse
tramitado todo un proceso válido con intervención de las partes, precisamente para
obtener una declaración sobre su existencia o inexistencia, alegada esta ultima por el
demandado (Chiovenda).

Esa declaración de inexistencia (o de invalidez) proveniente del órgano jurisdiccional


requiere una afirmación del vínculo al fundamentar la pretensión a lo que tácita o
expresamente contradice el perseguido pretendiendo con fundamento opuesto o sea
sosteniendo la inexistencia (o invalidez) del invocado vínculo jurídico sustancial.

Esto condujo a la doctrina a orientarse por la corriente de la autonomía de la acción


frente al derecho subjetivo, con el cual el concepto de parte queda definitivamente
desvinculado de la relación jurídica sustantiva que constituye el tema de decisión en el
proceso judicial. Es posible ser parte en este con abstracción de que se sea o no
acreedor o deudor conforme se pretende con la demanda. De esta manera el
problema queda ya enfocado desde el punto de vista procesal. Parte resulta ser el que
demanda en nombre propio- o en cuyo nombre se demanda -una actuación de la ley y
aquel frente a quien ésta es demandada (Chiovenda).

La noción surge del concepto mismo del proceso, y no de elementos extraños a el


aunque constituyan su objeto (Alsina, Jofre).

En concreto –y esto es rescatable provechosamente para el concepto que


perseguimos–, el enfoque debe hacerse en función de las relaciones o situaciones
jurídicas surgidas por imperio o disposición de las normas procesales, y no de las
sustantivas que regulan el caso litigioso. Sin embargo no podemos desentendernos de
este porque, al integrar el fundamento de las pretensiones de las partes, determina la
posición de éstas y se proyecta hacia la futura cosa juzgada en lo que respecta a su
alcance” 17

Sobre el limite subjetivo de la cosa juzgada La Sala primera de la Corte Suprema de


Justicia en resolución dictada al ser las diecisiete horas diez minutos del cuatro de
setiembre de 2002 señaló” El limite subjetivo o identidad de parte se refiere a los
sujetos del proceso, partes en sentido formal, demandantes, demandados, y terceros
jntervinientes y debe tenerse en cuenta que los causahabientes de las partes a titulo
universal o singular están obligados por la sentencia, como si se tratara de ellas. Al
respecto, lo importante es la identidad jurídica de las partes no su identidad física” 18.

Sobre el límite subjetivo de la cosa juzgada La Sala primera de la Corte Suprema de


Justicia en resolución dictada al ser las diecisiete horas diez minutos del cuatro de
setiembre de 2002 señaló” El límite subjetivo o identidad de parte se refiere a los
sujetos del proceso, partes en sentido formal, demandantes, demandados, y terceros
intervinientes y debe tenerse en cuenta que los causahabientes de las partes a titulo
universal o singular están obligados por la sentencia, como si se tratara de ellas. Al
respecto, importante es la identidad jurídica de las partes no su identidad física.”

Se entiende la identidad de partes a 10 que alude la sentencia de la Sala a las partes


actor y demandado pues son los protagonistas principales alrededor del cual gira las
pretensiones, sin embargo no nos aclara que se entiende por terceros intervinientes.

El próximo titulo trata de ahondar en el concepto de tercero interviniente o la


intervención de terceros dentro del proceso ya se trate esta intervención espontánea o
forzosa por ahora basta con concluir este aparte diciendo que “el limite subjetivo de la
cosa juzgada se establece al determinar los sujetos de derecho a quienes el fallo
vincula... Ahora bien, el principio de la relatividad de las sentencias, consagrado en
diversos ordenamientos determina que la fuerza obligatoria de una sentencia cubre,
exclusivamente, a las personas que han intervenido en el proceso en que se dictó.

En ese sentido aquellos que no han sido partes no son afectados por la sentencia.

Sin embargo, con respecto a los terceros dentro del proceso es necesario determinar,
cuidadosamente si la cosa juzgada les afecta o no, tomando en cuenta los principios
reguladores de su intervención. Se puede predecir que unas veces la cosa juzgada los
alcanzara por virtud de un nexo con las personas tal y como sucede con los sucesores
de esta, o por el nexo con las cosas. En algunas otras circunstancias, la trascendencia
de la cosa juzgada se dirige a los terceros como resultado de un mandato legal que por
razones de orden publico ha sido impuesto. Cuando exista una relación jurídica
múltiple y la normativa permita el ejercicio jurisdiccional individual en la causa
tendremos como resultante, que la cosa juzgada provoca resultados negativos o
positivos a todos los sujetos involucrados.”19

INTERVENCIÓN DE TERCEROS

En síntesis el término parte no se delimita únicamente con el concepto de actor (aquel


que acciona) o de demandado (quien opone una excepción) actualmente en buena
doctrina el termino de parte evoca un concepto mas amplio que la concebida por la
posición clásica o tradicional.

Actualmente es mas correcto hablar de parte en el sentido de aquel centro de interés


que pretende se le otorgue una determinada pretensión o derecho a través del
proceso llámese actor, demandado, interviniente, tercero, coadyuvante, litis consorte
etc.

Esta última idea evoca la necesidad de referirse a otros sujetos que no son en esencia
actor o demandado quienes normalmente inician la relación jurídica procesal, existen
otros sujetos que buscan una pretensión a través del proceso cuya intervención puede
ser forzosa o puede ser voluntaria o espontánea.

Sobre el particular Ugo Rocco nos indica: “de manera que además de los sujetos que
están jurídicamente autorizados para accionar o para contradecir en sentido estricto
es decir para iniciar el juicio, dándole existencia a la demanda judicial, hay otra
categoría de sujetos que también estan autorizados jurídicamente por la Ley Procesal
para tomar parte en un juicio pendiente entre otros sujetos y por tanto; pueden, a
voluntad o por requerimiento de los sujetos inicialmente en litis unirse al proceso
pendiente. hay también otros sujetos que están jurídicamente obligados a participar
en el desenvolvimiento de un determinado proceso y que por consiguiente pueden
intervenir voluntariamente en la litis, o en su defecto deben ser llamados a que
comparezcan en el litigio pendiente, por obra de las partes en causa o por obra de los
órganos Jurisdiccionales.” 20

El autor citado nos indica la existencia de varios tipos de intervenciones que pueden
resultar de la participación de terceros en un proceso.

1-Intervención voluntaria y una intervención coactiva o necesaria

2-Una intervención principal o adex-cludendum o una intervención adherente

3- Una intervención litisconsorcial.

INTERVENCIÓN VOLUNTARIA

“La intervención voluntaria, en líneas generales, se da cuando el sujeto que se une a la


litis pendiente entre otros sujetos, se presenta voluntariamente en el juicio, es decir
sin ser llamado por alguna de las partes, o por el juez, a intervenir en el juicio. Aquel
que interviene voluntariamente realiza dicha intervención por voluntad espontánea,
no bien haya tenido conocimiento de la existencia de una litis pendiente entre otros
sujetos.”21

Según lo expresa el autor para que se de este tipo de intervención es necesario que el
sujeto haya permanecido ajeno al proceso iniciado entre dos personas, que además
este pendiente un proceso entre dos sujetos y finalmente que existe relación con el
derecho que se discuta es decir que se encuentre legitimado para accionar. Suficiente
con que afirme ser titular del derecho que se discute con exclusión de los demás en la
litis.

INTERVENCIÓN PRINCIPAL

En la intervención principal el interviniente es titular’ de una acción que se ejerce en el


proceso iniciado por dos o más sujetos. Estarían igualmente legitimados para iniciar
individualmente y separadamente una acción propia y autónoma contra el uno o
contra el otro o contra las dos partes originariamente en litis y desde este punto de
vista parece legitimado para accionar .respecto de la realización de la relación jurídica
controvertida entre los otros.

Sobre el particular Parajeles nos indica sobre la intervención principal excluyente:


“Regulada en el articulo 108 del código procesal civil y se traduce en una hipótesis de
un tercero que llega al proceso y se convierte en parte. Primero que todo debe
aclararse que la palabra excluyente es propia de este instituto razón por la cual debe
dejar de aplicarse y por ende confundirse con la tercería de dominio, antes
denominada excluente de dominio .22 (el resaltado no es del original)

INTERVENCIÓN POR ADHESIÓN

“La segunda forma de intervención (...) es la intervención por adhesión, o, como suele
decirse, ad adiuvandum, en el cual (...) un sujeto interviene en la litis pendiente entre
otros, “ a fin de sostener los derechos de alguna de las partes”, si “tiene en ella un
interés propio” 23

Los presupuestos de la intervención por adhesión que ha señalado la doctrina son los
siguientes

1- Que el sujeto no este presente en el proceso que esta pendiente entre otros sujetos.

2-Necesidad de un proceso pendiente.

3- Que el sujeto que intervenga tenga un legitimación para accionar.

Intervención adhesiva. “Se trata de una intervención de un tercero en forma


voluntaria, con la característica de que se apersona al proceso a coadyuvar a los
intereses de alguna de las partes, sin que pueda constituirse parte porque no puede
ejercer ningún derecho en lo personal ”24.
INTERVENCIÓN LITISCONSORCIAL

“Si hubiese ejercicio de una acción única por parte de sujetos contra todos los sujetos
pasivamente legitimados con un solo y único acto y en un solo y único momento se
vendría a constituir el proceso que tendría por objeto el ejercicio de una acción con
varios sujetos legitimados para accionar o para contradecir y se tendría desde el origen
un litisconsorcio activo pasivo o mixto.”25 (El resaltado es propio)

Los presupuestos que podemos mencionar para que se de este tipo de intervención
son:

1-Que en una relación jurídica sustancial con pluralidad de sujetos todos estén
legitimados para accionar o contradecir.

2-Que existe un proceso pendiente solo entre alguno de los varios sujetos de la
relación procesal.

La intervención litis consorcial tiene por objetivo el que se amplíe la cantidad de


sujetos que deben intervenir dentro de un proceso pues se encuentran vinculados
entre si en relación a la relación procesal.

INTERVENCIÓN COACTIVA

Al contrario de lo que sucede con la intervención espontánea en la cual el sujeto es


libre de intervenir dentro del proceso o no según le convenga, en la intervención
coactiva tal y como lo indica la palabra deberá intervenir forzosamente a participar
dentro del proceso pendiente.

La intervención coactiva puede ser pedida por una de las partes del proceso dirigida al
Juez para que un tercero ajeno al proceso participe dentro de el o puede darse que
dicha participación sea ordenada por el mismo Juez cuando se da cuenta de la
necesidad de que un tercero debe participar dentro del proceso.

Ejemplos de este tipo de intervención lo tenemos con la llamada al garante o la


situación del poseedor mediato regulado en el artículo 109 del Código Procesal Civil.

“LLAMADA AL GARANTE Y AL POSEEDOR MEDIATO”

Son dos formas de que terceros, no demandados desde un inicio, puedan asumir esa
condición, al ser llamados por petición del demandado.26

En síntesis podemos afirmar que interviniente será todo aquel sujeto que en forma
voluntaria o coactiva participa dentro de un proceso solicitando se declare a su favor o
de una de las partes, un determinado derecho, la extinción de una obligación o la
práctica de determinada actuación judicial teniendo relación con el proceso judicial
dentro del cual se solicita encontrándose legitimado para hacerlo.

LÍMITES OBJETIVOS DE LA COSA JUZGADA

Para ilustrar mejor cuales son los limites objetivos de la cosa juzgada basta con hacer
mención que sobre el particular ha indicado la Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia en sentencia supra .

“La cosa juzgada esta sujeta a dos limites: el objetivo en razón del objeto sobre el cual
verso el proceso al igual que la causa o titulo del cual se dedujo la pretensión y el
subjetivo en razón de las personas que han sido partes en el proceso. El objeto de la
pretensión esta referido a lo reconocido o negado en la sentencia ejecutoriada, sea a
la cosa o relación jurídica sobre la cual se aplica su fuerza vinculante. El objeto del
proceso lo constituye el derecho reconocido declarado o modificado en la sentencia en
relación con una cosa o varias cosas determinadas o la relación jurídica declarada
según el caso. Además la cosa juzgada en cuanto a objeto se refiere se extiende a
aquellos puntos que sin haber sido materia expresa de la decisión jurisdiccional, por
consecuencia necesaria o por depender indispensablemente de tal decisión resultan
resueltos tácitamente. Así cuando una sentencia ha decidido sobre un todo del cual
forma parte la cosa objeto de la nueva demanda, existirá sin duda identidad de objeto.
El segundo aspecto del limite objetivo es la identidad de la causa petendi sea, el
fundamento o razón alegada por el demandante para obtener el objeto de la
pretensión contenida en la demanda. La causa petendi debe ser buscada
exclusivamente dentro del marco de la demanda con un criterio amplio el cual
conduzca a su interpretación lógica… Ella configura la razón de hecho enunciada en la
demanda como fundamento de la pretensión, esta formada por el conjunto de hechos
alegados como base de la demanda”.27

La doctrina por su parte ha entendido los límites objetivos de la cosa juzgada de la


siguiente manera

“El limite objetivo de la cosa juzgada comprende dos elementos: en primera instancia,
el Objeto decidido y en segunda instancia la causa invocada para lograr la decisión,
ambos aspectos se encuentran íntimamente relacionados, pero responden a dos
cuestiones diferentes, el asunto sobre el que se litiga y el porque se litiga. En otras
palabras, el limite objetivo esta dado por la materia, el contenido de la condena o de la
absolución reunidos en la disposición de la sentencia. El limite objetivo esta fundado, a
su vez, en dos condiciones la primera se basa en la razón de ser y la existencia de la
labor jurisdiccional, evitar la producción de sentencias contradictorias y el
alargamiento ilógico de los litigios y la segunda, basada en la necesidad de incorporar
en el patrimonio del absuelto o ganador en la litis, del correspondiente reconocimiento
del crédito “... De acuerdo con este elemento objetivo, la esencia de la cosa juzgada
postula que no es posible que el juez pueda desconocer o disminuir el bien reconocido
en la sentencia precedente, en un proceso posterior. Y debemos añadir que cuando se
habla de objeto en la cosa juzgada se alude al bien jurídico disputado en el proceso
anterior. No al derecho en el reclamado. Por ejemplo en la acción reivindicatoria en la
que la restitución del bien es lo que se pida y no el derecho de propiedad. Y si se trata
de determinar cual es el bien garantizado por la ley, los elementos objetivos de la
acción se desdoblan en la cosa o el objeto en si mismo considerado y la causa o razón
jurídica de lo pedido. “

Se entiende como objeto normalmente el bien corporal o incorporal que se reclama en


juicio valga decir, el hábeas en las acciones que se refieran a bienes corporales, el
estado civil, los atributos morales, es decir el bien que se ansia, en las acciones que
versan sobre derechos incorporales.”.

“la causa de pedir se entiende como el fundamento, el titulo de la pretensión o el


motivo jurídico, del cual una parte deriva, de forma inmediata su pretensión deducida
en el litigio. La doctrina apunta que no puede confundirse con las argumentaciones
que el litigante pone a su servicio, ni con los medios de prueba que son aducidos, es el
fundamento, hecho jurídico o razón alegada por el actor.” 28

Brenes Córdoba en tratado de las obligaciones página 93, nos dice sobre los límites
objetivos lo siguiente: “El objeto con relación a la cosa juzgada, viene a ser aquello que
constituyó la materia del primer juicio, bien fuera o no una cosa material. Pero será
improcedente la excepción aunque se relacione con la misma cosa acerca de la cual
versó el anterior litigio, si el derecho que en el nuevo se ejercita fuere distinto. Así,
perdida la acción reivindicatoria de la propiedad y posesión de un inmueble, es
admisible otra acción en que se reclame un derecho de usufructo o de servidumbre
sobre el propio fundo; porque siendo, como es, diferente el primero este último
derecho, no existe identidad en cuanto a la materia u objeto de la contienda”. 29

Por su parte sobre la causa nos indica lo siguiente” Al hablarse de causa en punto a la
demanda se distingue con ese nombre, el hecho jurídico que sirve de base al reclamo,
así en la acción por daños y perjuicios la causa en el hecho positivo o negativo que los
ha producido, en la de divorcio, el acto o actos culposos del cónyuge demandado en la
reclamación de salarios el servicio prestado y así en lo demás
14.-Principios de inmediación, celeridad y eficacia, que se interrelacionan y complementan, en
busca de una relación mas directa y humana entre el juez, las partes procesales, los sujetos
auxiliares y los actos del proceso, a fin de facilitarle un mejor conocimiento y apreciación de los
hechos, una mas rápida sustanciación y resolución de las causas y una eficaz y certera
administración de justicia. Si inmediación significa cercanía, contigüidad, este principio
propende a una relación mas estrecha entre el juez y las partes, entre estos y el proceso, sus
actos y diligencias especialmente probatorias. Couture señala que “A mayor proximidad del
Juez con la prueba, mayor eficacia, a mayor lejanía, menor valor de convicción”.
En cuanto a celeridad, esta es sinónimo de rapidez, diligencia, prontitud del director procesal en
el cumplimiento y atención oportuna a la actividad procesal generalmente preclusiva, lo que le
impone un máximo de respeto a sus términos. Couture sentenciaba :"En el proceso el tiempo no
es oro sino justicia”. Por ello se dice que “Justicia retardada es Justicia denegada”. El Pacto
Internacional de Derechos Civiles de las Naciones Unidas señala que "Toda persona tiene
derecho a ser juzgada sin dilaciones". Nuestra Administración de Justicia vive en deuda pues su
realidad ha llevado a la desconfianza en el sistema judicial. Como expresión se dice que “hoy es
mejor ser deudor que acreedor, acusado que acusador”, o que “el tiempo de vida útil de un
abogado, es el que dura un juicio ordinario”. Sin embargo cabe prevenir que si bien "la dilación
del otorgamiento de justicia, es como su negación", "el apuro al sentenciar es delictivo", pues
los actos de apresuramiento pueden derivar en sentencias erróneas o inexactas que consumen
injusticias. Montesquieu decía, "..no ha de darse a una parte los bienes de la otra por falta de
examen, ni ha de arruinarse a las dos a fuerza de examinar". La celeridad procesal sería una
realidad si al menos los Jueces cumplieran e hicieran cumplir los términos procesales.
PRINCIPIOS DE CELERIDAD.
Celeridad es sinónimo de rapidez, diligencia, prontitud del director procesal en el cumplimiento
y atención oportuna a la actividad procesal generalmente preclusiva, lo que le impone un
máximo de respeto a sus términos. Couture sentenciaba :"En el proceso el tiempo no es oro
sino justicia”, sosteniéndose además que “Justicia retardada es Justicia denegada”.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles de las Naciones Unidas señala que "Toda persona
tiene derecho a ser juzgada sin dilaciones". Nuestra Administración de Justicia vive en deuda
pues su realidad ha llevado a la desconfianza en el sistema judicial. Como expresión se dice que
“hoy es mejor ser deudor que acreedor, acusado que acusador”, o que “el tiempo de vida útil de
un abogado, es el que dura un juicio ordinario”. Sin embargo cabe prevenir que si bien "la
dilación del otorgamiento de justicia, es como su negación", "el apuro al sentenciar es
delictivo", pues los actos de apresuramiento pueden derivar en sentencias erróneas o inexactas
que consumen injusticias. Montesquieu decía, "..no ha de darse a una parte los bienes de la otra
por falta de examen, ni ha de arruinarse a las dos a fuerza de examinar". La celeridad procesal
sería una realidad si al menos los Jueces cumplieran e hicieran cumplir los términos procesales.

El art. 75 de la Constitución, dentro del Capítulo de los “Derechos de Protección” consagra que
“Toda persona tiene derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y
expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de inmediación y
celeridad….”.

El art. 169 señala que “El sistema procesal es un medio de realización de la Justicia. Las normas
procesales consagrarán los principios de celeridad, economía…”.

La Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional en su art. 4 No. 11b al


tratar de los principios procesales señala el de Celeridad que busca “Limitar el proceso a las
etapas, plazos y términos previstos en la ley, evitando dilaciones innecesarias”.

El art. 2 del CPGEP al hablar de los Principios Rectores se remite a los principios previstos en la
Constitución y que dejamos referidos.

El art. 128 del C. Orgánico de la Función Judicial Prohibe a los jueces “Retardar o denegar
injustificadamente el despacho de los asuntos sometidos a su competencia”. El art. 129 No. 3
les impone “Resolver los asuntos sometidos a su consideración con estricta observancia de los
términos previstos en la ley..”. El 130 No. 5 relativo a las facultades jurisdiccionales de los
jueces, les impone “Velar por el pronto despacho de las causas…”.

En cuanto a la eficacia, se dice que la validez del sistema procesal de un estado se mide en
relación con la eficacia o éxito de las resoluciones judiciales. Si el sistema procesal es un
“medio para la realización de la justicia”, el principio de eficacia guarda relación proporcional
con la virtud, formación y capacidad del Juez para hacer efectivo el mandato del pueblo
soberano que no es otro que administrar Justicia dando a cada quien lo que le corresponde.
Se sostiene y con razón que estos principios tienen mas realización en los sistemas procesales
orales. En la Constitución y el C.Orgánico existen múltiples normas que consagran los citados e
inobservados principios.

15.-Principio de concentración que persigue el debate y resolución dentro de un proceso y una


sentencia, de todos los puntos materia de pretensión, excepción, reconvención, incidentes, etc,
buscando que toda la actividad y esfuerzo de los sujetos procesales no se disperse. A diferencia
del proceso escrito, en el proceso oral se propicia la integración ordenada, en una audiencia, de
varias actividades, bajo un mismo ritmo y en una sola dirección. El art. 168 numeral 6 de la
Constitución consagra este principio y el art. 19 inciso último del C. Orgánico lo desarrolla al
prescribir que, “Se propenderá a reunir la actividad procesal en la menor cantidad de actos, para
lograr la concentración que contribuya a la celeridad del proceso
Principio de Preclusión. Este término deriva de las vocees latinas pre que significa antes; y
claudo, cerrado. Se parte de la idea de que todo juicio se divide en términos o etapas, cada una
de las cuales supone la conclusión, clausura o cierre de la anterior, sin posibilidad legal de ser
reabierta. Como consecuencia, la actividad procesal fijada por ley para cada etapa debe ser
agotada durante el tiempo de su duración, caso contrario caduca el derecho por prohibición en
contrario. Por ej: el demandado podrá contestar la demanda única y preclusivamente en el
término o momento señalado por la ley, luego de lo cual perece la etapa( y caduca el derecho
del demandado), dando paso a una nueva etapa procesal. Por la preclusión, se obtiene: a).-
seguridad jurídica en el proceso; b.- orden procesal, impidiendo que las partes pretendan
imponer su interés o capricho particular por sobre el interés general que prima en el proceso; c.-
sometimiento estricto a los términos temporales prescritos en la ley, (la preclusión es el precio
de la disciplina procesal); d.-cumplimiento específico de las actividades y cargas que en cada
etapa pueden y deben asumir las partes o eventualmente el juez; e.-adicionalmente y como el
proceso no puede desarrollarse por si mismo, la preclusión impone la necesidad del oportuno
impulso procesal(algunos procesalistas encuentran en ello dos nuevos principios: de impulso y
de oportunidad). Por este principio, toda etapa o término procesal es consecuencia del anterior y
antecedente del que sigue. Todo acto es consecuencia del anterior y antecedente del siguiente.

La identidad objetiva. Para Sevilla (2011)9 , la identidad objetiva o “aedem res” es: Se
considera a la identidad objetiva como la identidad del petitorio, así, puede decirse que la
identidad objetiva sígnifica identidad del bien garantizado por la ley del cual se pide la
actuación. Debemos recordar que Chiovenda denominaba al petitorio como el bien de la vida,
concepto que también ha sido tomado por Devis Echandía. Es decir, que el objeto o petitorio
es el pedido concreto de nuestra pretensión, lo que se pide al órgano jurisdiccional que
declare, constituya o condene, o como algunos denominan ven-dría a ser la consecuencia
jurídica de la norma sustantiva. Al ser así, estaremos ante dos procesos con identidad de
objeto o petitorio cuando se so-licite al órgano jurisdiccional el mismo bien y la misma
consecuencia jurídica. (p. 334). Según lo indicado se puede manifestar que cuando dos
procesos tienen idénticos petitorios u objetos, o cuando existen pretensiones que tienen como
finalidad la búsqueda del mismo objeto, nos encontramos claramente con identidad objetiva
2.1.8. Identidad subjetiva. Sevilla (2011)10 , al respecto de la identidad subjetiva o “aedem
personae” indica: Cuando se habla de identidad subjetiva “no se trata de identidad de
personas, porque ya sabemos que no todas las personas que concurren a un proceso lo hacen
como partes y que no siempre las partes obran personalmente, por-que suelen hacerlo por
intermedio de sus apoderados o representantes (…) la identidad de partes se refiere a los
sujetos del proceso en sentido formal: demandantes, demandados y terceros intervinientes.
El requisito de la identidad subjetiva tiene demasiadas aristas y es imposible su estudio en el
presente trabajo, así que bajo la definición citada, diremos que –como regla general– la
identidad subjetiva se refiere a que las partes que intervienen en un proceso deben ser las que
actúan en el otro proceso. Bajo este contexto, vale hacer la precisión que la identidad subjetiva
no se refiere a que las partes en ambos procesos actúen en la misma posición jurídica, es decir,
actúen como demandantes y como demandados en los procesos, ya que podrían cambiar de
posición jurídica entre un proceso y otro, con lo cual habrá identidad subjetiva, aunque
nuestra jurisprudencia es contradictoria al respecto. Bajo este contexto, vale hacer la precisión
que la identidad subjetiva no se refiere a que las partes en ambos procesos actúen en la misma
posición jurídica, es decir, actúen como demandantes y como demandados en los procesos, ya
que podrían cambiar de posición jurídica entre un proceso y otro, con lo cual habrá identidad
subjetiva, aunque nuestra jurisprudencia es contradictoria al respecto Couture enseña que “la
aplicación de la regla de que la cosa juzgada alcanza a quienes han sido partes en el juicio,
impone la conclusión de que sus efectos se consideran indistinta-mente según que el actor del
primer juicio actué como demandando en el segundo y vice-versa; el cambio de posición no
altera el efecto de la cosa juzgada”. (p. 336). Bajo la definición citada, diremos que como regla
general la identidad subjetiva se refiere a que las partes que intervienen en un proceso deben
ser las mismas que actúan en el otro proceso.

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