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A diferencia de las bacterias, los virus son parásitos intracelulares obligados que utilizan la
infraestructura biosintética de la célula hospedadora y sus enzimas para su replicación. Por tanto,
es mucho más difícil inhibir la replicación vírica sin provocar simultáneamente una cierta toxicidad
al organismo hospedador.
Los virus con envoltura son sensibles a ciertos lípidos y moléculas semejantes a los detergentes
que dispersan o alteran la membrana de la envoltura, lo que impide la adquisición del virus.
2. Unión.
El primer paso de la replicación vírica está mediado por la interacción de una proteína de unión
vírica con su receptor de la superficie celular. Esta interacción se puede inhibir mediante
anticuerpos neutralizantes que se unen a la proteína de unión vírica, o mediante antagonistas de
los receptores.
Arildona
Disoxaril
Pleconaril
Derivados del metil isoxazol
En los virus que llevan a cabo la penetración por medio de vesículas endocíticas, cambios
conformacionales de las proteínas de unión que favorecen la fusión o bien la alteración de la
membrana provocada por el entorno acídico de la vesícula pueden desencadenar el proceso de
perdida de la envoltura.
Amantadina, rimantadina y otras aminas hidrófobas son productos antivirales que pueden
neutralizar el pH de estos compuestos e inhibir la perdida de envoltura de la partícula
vírica.
-La penetración y pérdida de envoltura del VIH son inhibidas por un péptido
formado por 33 aminoácidos, T20 (enfuvirtida), que inhibe la acción de la proteína de
fusión vírica gp41.
4. Síntesis de ARN.
Es difícil inhibir la síntesis de ARNm vírico sin afectar la síntesis del ARN celular.
Los virus de ADN usan transcriptasas de la célula hospedadora para la biosíntesis del ARNm. Las
polimerasas de ARN codificadas por los virus ARN no difieren lo suficiente de las transcriptasas de
la célula hospedadora para permitir la acción diferencial de los fármacos antivirales.
Guanidina y 2-hidroxibenzilbencimidina son compuestos capaces de inhibir la síntesis del
ARN de los piconavirus al unirse a su proteína 2C, la cual desempeña una función clave en
la síntesis del ARN.
La estructura de la ribavirina es semejante a la de la riboguanosina, por lo que inhibe la
biosíntesis de nucleósidos, la preparación del ARNm y otros procesos celulares víricos.
Las polimerasas ADN codificadas por los herpesvirus y las transcriptasas inversas características del
VIH y del virus de la hepatitis B (VHB) son el objetivo principal de la mayoría de fármacos
antivirales debido a su función clave en la replicación vírica y a que diferencian enzimas de la
célula hospedadora.
Antes de ser usados por la polimerasa, los análogos de nucleósidos deben fosforilarse para
convertirse en formas trifosfato por las enzimas víricas, las enzimas celulares o ambas.
La timidina cinasa del VHS y del virus de la varicela-róster (VVZ) añade el primer fosfato a
la molécula de aciclovir (ACV) y las enzimas celulares unen los grupos fosfato restantes.
Los mutantes de VHS que carecen de la actividad de la timidina cinasa son resistentes a la
acción de ACV.
El análogo azidotimidina (AZT) y muchos otros análogos de nucleósidos son fosforilados
por las enzimas celulares.
Estos fármacos impiden la elongación de la cadena como consecuencia de la ausencia de
un 3´-hidroxilo en el azúcar o bien impiden el reconocimiento y el emparejamiento de
bases como consecuencia de una modificación de las mismas.
ACV, ganciclovir (GCV), valaciclovir, penciclovir, famciclovir, adefovir, cidofovir, adenosina
arabinósido (vidarabina, ara-A), ridovudina (AZT), lamivudina (3TC), didesoxicitidina y
didesoxiinosina. Los fármacos antivirales que se incorporan al genoma vírico y provocan
errores en la replicación (mutación) y transcripción (ARNm y proteínas inactivas).
6. Síntesis de proteínas.
Los virus utilizan los ribosomas y los mecanismos sintéticos de la célula hospedadora para su
replicación, lo que hace imposible llevar a cabo una inhibición selectiva. El interferón a (IFN-alfa) y
el interferón b (IFN-beta) detienen el virus al favorecer la inhibición de la mayor parte de las
reacciones de biosíntesis proteica celular de la célula infectada.
La proteasa del VIH es una molécula única y esencial para la formación de las partículas víricas y la
producción de partículas infecciosas.
Para diseñar inhibidores de la proteasa del VIH, como saquinavir, ritonavir e indinavir.
Bocepravir y el telaprevir son dos nuevos inhibidores de la proteasa utilizados para el
tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC). Las proteasas de otros virus
también constituyen el objetivo de otros fármacos antivirales.
La neuraminidasa del virus de la gripe también se ha convertido en un objetivo para los
fármacos antivirales. El zanamivir y el oseltamivir actúan como inhibidores enzimáticos y, a
diferencia de la amantadina y la rimantadina, pueden inhibir los virus de la gripe A y B. La
amantadina y la rimantadina también inhiben la liberación del virus de la gripe A.
Los mejores compuestos antivirales son los producidos por las respuestas antivíricas innata e
inmunitaria del hospedador.
Análogos de nucleósidos.
La mayoría de fármacos antivirales aprobados por la Food and Drug Administration (FDA)
estadounidense son análogos de nucleósidos que inhiben las polimerasas víricas. Las resistencias
frente al fármaco suelen deberse a una mutación de la polimerasa.
2. Ganciclovir.
3. Cidofovir y adefovir.
El cidofovir y el adefovir son dos análogos de nucleótidos que contienen un grupo fosfato
unido al análogo del azúcar. Esta adición hace innecesaria la fosforilación inicial por una
enzima vírica.
Los compuestos que poseen este tipo de análogo de azúcar funcionan como sustratos de
las polimerasas de ADN o las transcriptasas inversas y actúan sobre un abanico más amplio
de virus sensibles.
El cidofovir, un análogo de la citidina, ha recibido la aprobación para su uso en infecciones
por CMV en pacientes con SIDA, pero también inhibe la replicación de los poliomavirus y
papilomavirus e inhibe las polimerasas de los herpesvirus, los adenovirus y los poxvirus.
4. Azidotimidina.
Estos fármacos están disponibles para el tratamiento del SIDA que no responde al tratamiento con
AZT, o pueden administrarse combinados con AZT. La lamivudina también es activa frente a la
polimerasa-transcriptasa inversa del VHB. La mayoría de los fármacos anti-VIH pueden producir
efectos adversos tóxicos.
6. Ribavirina.
Inhibidores de la proteasa.
La estructura única de la proteasa del VIH y su función clave en la producción de una cápsula vírica
funcional ha convertido a esta enrima en un buen objetivo para los fármacos antivirales.
Amantadina y rimantadona son aminas con eficiencia clínica frente al virus de la gripe A,
pero no frente al virus de la gripe B.
- Estos fármacos tienen diversos efectos sobre la replicación del virus de la gripe
A. Ambos compuestos son acidotrófcos y se concentran en el contenido de las
vesículas citoplásmicas involucradas en la entrada del virus de la gripe. Este
efecto puede inhibir el cambio conformacional de la proteína hemaglutinina
mediado por ácidos que facilita la fusión de la envoltura del virus con la
membrana celular.
- La amantadina y la rimantadina pueden ser útiles para aliviar una infección por
el virus de la gripe A cuando se administran durante las 48 horas siguientes al
contagio. También son útiles como tratamiento profláctico en lugar de una
vacuna.
El zanamivir y el oseltamivir inhiben el virus de la gripe A y B debido a que son inhibidores
enrimáticos de la neuraminidasa de estos virus.
- La inhibición de la neuraminidasa permite que la hemaglutinina vírica se una
al ácido siálico de otras glucoproteínas para formar coágulos e impedir el
ensamblaje y la liberación de los virus.
Inmunomoduladores.
Control de infecciones.
1. Limitando los contactos personales con las fuentes de infección (p. ej., llevando guantes,
mascarilla, gafas y aplicando cuarentenas).
2. Mejorando la higiene, las condiciones sanitarias y la desinfección.
3. Asegurándose de que todo el personal está vacunado frente a las enfermedades
habituales.
4. Educando a todo el personal sobre los puntos 1, 2 y 3 y en las formas de reducir los
comportamientos de riesgo.
La mayoría de los virus de inactiva con etanol al 70%, lejía clorada al 15%, glutaraldehído al 2%,
formaldehído al 4% o un proceso de autoclavado.
La mayoría de los virus con envoltura no requiere un tratamiento tan riguroso ya que se inactivan
con jabón y detergentes.
DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO DE ENFERMEDADES VIRICAS.
1. Descripción de los efectos citopatológicos (ECP) inducidos por el virus en las células.
2. Detección de partículas víricas.
3. Aislamiento y crecimiento del virus.
4. Detección y análisis de componentes víricos (p. ej., proteínas (antígenos), enzimas,
genomas).
5. Evaluación de la respuesta inmunitaria del paciente frente al virus (serología).
Obtención de muestras.
La elección de la muestra adecuada para el estudio acostumbra a ser complicada debido a que
diversos virus son capaces de producir un mismo cuadro clínico.
Las muestras se deben obtener en una etapa precoz de la fase aguda de la infección, antes de que
deje de difundirse el virus.
Los motivos son que muchos virus son lábiles y que las muestras son susceptibles de
contaminación bacteriana o fúngica.
La mejor forma de transportar y almacenar los virus es en hielo y en un medio especial que
contenga antibióticos y proteínas, como albúmina sérica o gelatina.
Citología.
Microscopia electrónica.
La adición de un anticuerpo específco del virus a una muestra puede hacer que las
partículas víricas se agrupen, facilitando así la detección e identificación instantánea del
virus.
1. Cultivo celular.
2. Detección vírica.
Serología vírica.
La neutraliración del virus por los anticuerpos inhibe la infección y los efectos
citopatológicos en las células del cultivo tisular.
El análisis de fuorescencia indirecta de anticuerpos y los inmunoanálisis en fase sólida
como la aglutinación con látex y la técnica ELISA.