Está en la página 1de 34

DIETAS TERAPÉUTICAS. CONCEPTO Y TIPOS.

VÍAS DE ALIMENTACIÓN ENTERAL Y PARENTERAL:


APOYO DE COMIDAS A PACIENTES. ADMINISTRACIÓN DE ALIMENTOS POR SONDA NASOGÁSTRICA Y
COLABORACIÓN EN CUIDADOS ESPECIALES A PACIENTES INTUBADOS.

Valoración del estado nutricional.

El estado nutricional se puede valorar mediante tres tipos de pruebas:

1. Pruebas antropométricas.

Existen numerosas tablas que relacionan la talla, el peso y la constitución, habiendo fórmulas que permiten calcular
el peso ideal a partir de la talla:

 Fórmula para hallar el peso ideal.

Peso ideal = (talla en cm. -150) x 0,75 + 50 kg.

Esta fórmula no tiene en cuenta los diferentes tipos constitucionales.

 Fórmula de Lorentz.

Indica un índice de sobrepeso.

Peso ideal (kg.) = talla en cm. – 100 – (talla – 150) / 4 (varones) ó 2,5 (mujeres).

Al resultado de esta fórmula se le sumará o restará, dependiendo de la constitución de la persona:

- Constitución fuerte: + (5-10%).

- Constitución normal: Ni se suma ni se resta.

- Constitución débil: - (5-10%).

 Índice de Broca.

Determina el peso corporal de referencia de una persona adulta a partir de su estatura.

P (kg) = E (cm) – 100 siendo P el peso en kg; E la estatura en cm;

El valor varía en función del sexo:

- Hombres: ± 10%. - Mujeres: ± 15%.

 Índice de Quetelet o índice de masa corporal (IMC).

I. Q. = Peso en kg. / talla en m².

Peso ideal Sobrepeso Obesidad


Indice de sobrepeso <10 11/20 >20
Indice de Quetelet <25 25-29 >30

La O.M.S. ha establecido la siguiente clasificación del estado nutricional de acuerdo con el índice de masa
corporal:

 Infrapeso. <18,50.

 Normopeso (entre 18,50 y 25).

 Sobrepeso o pre obeso > 25,00.

 Obesidad grado I o moderada > 30,00.

1
 Obesidad grado II o severa > 35,00

 Obesidad grado III o mórbida > 40.

Para calcular el exceso de peso se puede aplicar la siguiente fórmula:

Valor porcentual de exceso = (kilos de peso de exceso x 100) /peso ideal.

Otra forma de medir la cantidad de grasa corporal consiste en la medida de los pliegues cutáneos bicipital,
tricipital y subescapular. Para medir su grosor se utiliza un lipocalibrador o compás de presión constante tipo
Harpender u Holtain

El pliegue tricipital es el más utilizado y se mide en la parte posterior del brazo no dominante, en el punto medio
entre el acromion (parte de escápula que se articula con clavícula) y el olécranon (apófisis del cúbito que forma
parte del codo), con el brazo relajado y estirado a lo largo del costado. Se pellizca el tejido subcutáneo separándolo
bien del músculo y se aplica el calibrador. Se recomienda realizar tres mediciones consecutivas y registrar la media
aritmética de las tres. Sus valores son:

 En varones. Si el pliegue tricipital es superior a 23 mm: Obesidad.

 En mujeres. Si el pliegue tricipital es superior a 30 mm: Obesidad.

Otra forma de medir la grasa corporal es por la medición de la circunferencia del brazo. Permite conocer la masa
muscular esquelética. La medición se realiza en el mismo punto en que se mide el pliegue cutáneo, utilizando una
cinta métrica midiéndose en centímetros.

2. Pruebas bioquímicas.

 Proteínas totales y albúmina.

Son los parámetros más importantes, sobre todo la albúmina (3,5-5 gr/dl) habiendo graduación de
desnutrición según los niveles de ésta.

a. 2,8-3,5 gr/dl: Desnutrición leve.

b. 2,1-2,7 gr/dl: Desnutrición moderada.

c. < 2,1 gr/dl: Desnutrición grave.

Es un buen marcador para la desnutrición prolongada porque su vida media es de 20 días.

 Otros parámetros. Creatinina en orina, linfocitos/mm³, transferrina, etc.

3. Pruebas inmunológicas.

Basado en la relación entre estado nutricional y estado inmunitario. Se realizan test de sensibilidad retardada ante
determinados antígenos, valorando la aparición de la reacción.

4. Balance nitrogenado.

Es la diferencia entre el nitrógeno ingerido y eliminado, siendo un buen indicador de cambios proteicos corporales.
En situación de normalidad, con equilibrio entre anabolismo y catabolismo, el balance nitrogenado tiene un valor
igual a 0. En situaciones catabólicas (sepsis, traumatismos, quemados), o ante una ingesta proteica disminuida, la
excreción de nitrógeno es superior a su ingesta, con balance nitrogenado negativo.

Obesidad.

Es un trastorno generalizado que se manifiesta por exceso de tejido adiposo. Es la enfermedad metabólica más prevalente
del mundo occidental, siendo una de las causas fundamentales del aumento de la morbimortalidad en los países

2
desarrollados. La prevalencia de la obesidad global en España, en la población adulta se estima en el 14,5%, siendo mayor
en mujeres que en varones.

Según la distribución de la grasa corporal hay dos tipos de obesidad:

1. Obesidad central o androide o en manzana. Los depósitos de grasa se localizan alrededor del abdomen Se conoce
como “tener barriga”. Está relacionada con la grasa que recubre las vísceras. Se diagnostica cuando el radio
cadera-cintura excede de 1 en hombres o 0,9 en mujeres. Puede originar a corto plazo problemas cardiovasculares.

2. Obesidad periférica, ginoide o en pera. Los depósitos de grasa se acumulan por debajo de la cintura, en la región
glúteo-femoral, con mayor riesgo de celulitis. Típica en mujeres.

Según el tipo celular, la obesidad puede ser:

1. Obesidad hiperplásica. Típica en infancia y adolescencia y de mal pronóstico ya que es debida a un número
elevado de adipocitos de tamaño normal. La población de adipocitos no se puede reducir. Después de la
adolescencia el número de adipocitos se mantiene durante toda la vida. La distribución de la grasa es central y
periférica.

2. Obesidad hipertrófica. Propia del adulto, con gran cantidad de grasa en los adipocitos, sin aumento en el número
de células grasas. Suelen ser personas delgadas hasta los 30-40 años, en que empieza la ganancia de peso. La
distribución de la grasa suele ser central, siendo de más fácil tratamiento que la obesidad hiperplásica.

Trastornos de la conducta alimentaria.

Son enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, presentan
una gran variedad de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la autoimagen corporal, temor a subir
de peso y presencia de valores a través de la imagen corporal.

 Bulimia o bulimia nerviosa.

El paciente se aleja de las pautas alimentarias saludables consumiendo comida en exceso en periodos de tiempo
muy cortos, con sensación temporal de bienestar, intentando posteriormente eliminar el exceso de alimento a través
de ayunos, vómitos, purgas o laxantes. Para poderse diagnosticar, los atracones y las conductas compensatorias
inapropiadas han de tener lugar al menos dos veces por semana durante tres meses.

Puede ser purgativa (utiliza como conducta compensatoria el vómito, laxantes, diuréticos, enemas) y no purgativa
(utiliza como compensación el ejercicio físico, ayuno, etc. siendo un 6-8% del total).

 Anorexia nerviosa.

Pérdida de peso elevada (más del 15%), por un seguimiento de dietas muy restrictivas y empleo de conducta
purgativa (vómitos, ejercicio físico en exceso). Tienen una alteración de su imagen corporal sobreestimando el
tamaño de cualquier parte de su cuerpo (dismorfofobia). Amenorrea en mujeres postpuberales. Se caracteriza por la
pérdida autoinducida de peso, provocada por una preocupación patológica por la forma y el peso del propio cuerpo,
que más tarde se manifiesta mediante el control excesivo de la ingesta de alimentos. Se suele presentar en la
adolescencia (14 a 18 años de edad), aunque también aparece en edades más tardías. Aunque aparece más en
mujeres, también se puede presentar en el hombre. Un indicador temprano es el descenso de horas de sueño. Un
factor de buen pronóstico es su presentación en edad temprana.

Puede ser restrictiva cuando la persona desarrolla estrategias conductuales dirigidas a restringir alimentos
(generalmente acompañadas del abuso de actividad física) o purgativa cuando utiliza el vómito, laxantes o
diuréticos para conseguir la reducción de peso.

3
● Ortorexia.

Obsesión por comer comida saludable.

● Vigorexia o dismorfia muscular.

Preocupación excesiva por el físico y distorsión del esquema corporal, implicando la adicción a la actividad física,
principalmente a la musculación.

● Megarexia.

Es lo contrario a la anorexia. Personas obesas que ante el espejo se ven delgadas por la distorsión de la percepción,
comiendo todo tipo de comida.

● Kwashiorkor.

También llamada desnutrición aguda por estrés o proteica, es una enfermedad infantil por alimentación a base de
almidones y muy pobre en proteínas. Presentan abombamiento abdominal (por la ascitis), coloración rojiza del
cabello y despigmentación de la piel.

● Marasmo.

También llamada desnutrición crónica o calórica, es una desnutrición energética con flaqueza exagerada
(emaciación), por déficit calórico total con pérdida de tejido adiposo y consumo generalizado de masa muscular.
Piel seca, pliegues de la piel colgando sobre glúteos, axilas, etc. pérdida de tejido graso, irritabilidad.

● Caquexia.

O desnutrición mixta, es una desnutrición calórica y proteica. Extrema desnutrición con atrofia muscular, fatiga,
debilidad, anorexia. Es la forma más grave de desnutrición.

 Pica o alotriofagia. Comer cosas no nutrientes (jabón, cabellos, heces, etc.)

 Rumiación o mericismo. Regurgita el alimento que ya se encuentra en el estómago, volviendo a masticarlo.

Valoración de enfermería en pacientes con desnutrición.

En pacientes con desnutrición, el profesional de enfermería debe valorar los siguientes aspectos:

 Grado de conocimiento que tiene la persona sobre la nutrición.

 Hábitos alimenticios.

 Cantidad y tipo de comida que el paciente consume en un día.

 Si hay cambios recientes en el tipo de comida y en los hábitos dietéticos.

 Peso y talla.

 Posibilidad de ingesta de alcohol, medicamentos que descienden el apetito, etc.

Se debe hacer una valoración física del paciente incluyendo encías (aparición de gingivorragia), ojos (palidez en conjuntiva),
cabellos (frágiles), uñas quebradizas, estado mental, nivel socioeconómico.

Se pueden utilizar instrumentos de valoración como:

1. Cuestionario “conozca su salud nutricional”

AFIRMACIÓN S1

4
He tenido una enfermedad o afección que me ha hecho cambiar el tipo y/o cantidad de 2
alimento que como.

Tomo menos de dos comidas al día. 3

Como poca fruta, vegetales o productos lácteos. 2

Tomo más de tres vasos de cerveza, licor o vino, casi a diario. 2

Tengo problemas dentales que hacen difícil comer 2

No siempre tengo suficiente dinero para comprar la comida que necesito. 4

Como solo la mayoría de las veces. 1

Tomo a diario tres o más fármacos recetados o por mi cuenta. 1

Sin quererlo, he perdido o ganado 5 kg de peso en los últimos seis meses. 2

No siempre puedo comprar, cocinar y/o comer por mí mismo por problemas físicos. 2

 Puntuación de 0 a 2: Bueno.

 Puntuación de 3 a 5: Riesgo nutricional moderado.

 Puntuación de 6 a 21: Riesgo nutricional alto.

2. Cuestionario “Mini Nutritional Assesment”

Se cumplimenta un cuestionario con los siguientes recuadros:

 Valoración antropométrica. 4 recuadros. Incluye el Índice de Masa Corporal (0 a 3 puntos), circunferencia


del antebrazo (0 a 3 puntos), circunferencia de la pantorrilla (0 a 1 punto) y la pérdida de peso durante los
últimos tres meses (0 a 3 puntos).

 Valoración global. 6 recuadros. Incluye si vive independiente (0 a 1 punto), si toma más de tres
medicamentos al día (0 a 1 punto), si ha sufrido estrés psicológico o enfermedad (0 a 2 puntos), movilidad
(0 a 2 puntos), si tiene problemas neuropsicológicos (0 a 2 puntos) y si tiene escaras o lesiones cutáneas (0
a 1 punto):

 Valoración dietética. 6 recuadros. Incluye cuántas comidas completas toma diariamente (0 a 2 puntos),
indicadores de ingesta de proteínas (0 a 1 punto), Si consume 2 o más servicios de frutas o verduras al día
(0 a 1 punto), si ha reducido el consumo alimenticio durante los últimos tres meses por falta de apetito,
problemas digestivos o dificultad al masticar o tragar (0 a 2 puntos), cuánto líquido consume diariamente
(0 a 1 punto), y la manera de alimentarse si es independiente o si necesita ayuda (0 a 2 puntos).

 Valoración subjetiva. 2 recuadros. Incluye si cree tener problemas nutricionales (0 a 2 puntos) y si


comparándose con gente de su misma edad, cómo considera su estado de salud (0 a 2 puntos).

Una puntuación mayor de 24 puntos indica buena nutrición. De 17 a 23’5 riesgo de desnutrición y por debajo de 17
puntos, desnutrición.

Dietas terapéuticas.
La dietoterapia estudia las transformaciones cuantitativas y cualitativas que debe sufrir una dieta para ser utilizada en
patologías determinadas.
5
La dietética es la técnica y arte de utilizar los alimentos de la forma adecuada partiendo del conocimiento del cuerpo
humano y de los alimentos a fin de proporcionar y promover formas de alimentación variada, suficiente y equilibrada.
La dieta equilibrada o ración modelo es cuando en un menú de 24 horas se aporta al organismo la cantidad recomendada
de calorías, proteínas, hidratos de carbono, grasa, vitaminas y minerales.
La dieta se adapta primero a la enfermedad que padece el paciente y luego a cada enfermo en particular, teniendo en cuenta
su composición y tratando de garantizar el equilibrio calórico que se necesite en cada caso, pudiendo clasificarse en
esenciales, profilácticas y paliativas.
La dieta terapéutica es la administración razonada y adaptada al estado del enfermo de determinados alimentos, con el fin de
obtener una curación o mejoría de su enfermedad.
Las dietas progresivas son las que van modificándose según la fase de la enfermedad por la que se encuentra el paciente.
Estas dietas no deben mantenerse por periodos de tiempo prolongados porque resultan nutricionalmente incompletas.
Las fases de las dietas progresivas son absoluta, líquida, semilíquida, blanda, de fácil digestión y basal.

Según las modificaciones en la consistencia de los alimentos, las dietas pueden ser:
Dieta normal o basal o regular o libre o estándar.
Sin necesidades especiales. Es normocalórica y nutricionalmente equilibrada. El aporte calórico debe ser alrededor de 2.400
kcal. (15-20% de proteínas, 50-55% de hidratos de carbono y 30% de grasas con la distribución de ácidos grasos
saturados<10%; ácidos grasos polinsaturados <10%; ácidos grasos monoinsaturados >10%. Los ácidos grasos esenciales
deben suponer el 2-3%). Fibra dietética alrededor de 25 gr. El reparto de las calorías totales será: desayuno: 25%; Comida:
30%; Merienda: 15%; Cena y colación nocturna o resopón: 30%;
La colación nocturna o resopón o recena es la administración complementaria de alimento si transcurren más de 10-12 horas
entre la cena y el desayuno.
Están permitidos todo tipo de alimentos a excepción de condimentos y especias que por su acción pueden perjudicar la
digestión, como pimienta, guindilla, chile, etc. Es la dieta general hospitalaria orientada al paciente ingresado que no padece
enfermedades que limiten su ingesta.
Dieta absoluta.
Prohibida la ingesta de sólidos y líquidos por vía oral. El paciente puede tener una perfusión de suero.
De corta duración, no se debe dar nada durante 24-48 horas.
Antes de una intervención quirúrgica y en el postoperatorio inmediato.
Dieta líquida.
Los alimentos que la componen se encuentran en estado líquido y a temperatura ambiente. Contiene escaso residuo y se
absorbe con facilidad. No es nutricionalmente equilibrada (valor calórico aproximado de 500 kcal. con 100 gr. de hidratos de
carbono), siendo su aporte calórico-proteico insuficiente. Se administra en un plazo máximo de 36-48 horas y si se requiere
por periodos prolongados, se debe aumentar su contenido energético-proteico.
Indicada para enfermos que no pueden masticar, con enfermedades que impidan el paso de alimentos sólidos por el tubo
digestivo o que han tenido una intervención quirúrgica, siendo una dieta de inicio.
Puede ser:
a. Dieta líquida simple o clara. Se emplea en periodos cortos de tiempo, como el postoperatorio. Su objetivo es hidratar
a base de líquidos claros con escasos residuos y de fácil absorción, como caldos, zumos, bebidas.
b. Dieta líquida completa. Suficiente para cubrir las necesidades básicas. Alimentos triturados hasta conseguir una
consistencia líquida. Incluye alimentos semisólidos y líquidos. Para pacientes con dificultad para deglutir o masticar o
con función intestinal reducida.
6
La dieta en que se eliminan todos los nutrientes menos el agua, se denomina dieta hídrica.
La textura y viscosidad del bolo alimenticio se considera tipo miel cuando no puede beberse con una pajita, pero sí en vaso.
Dieta semilíquida o de transición.
Constituye el paso siguiente a la dieta líquida en el postoperatorio. Se incluyen alimentos evitando las grasas y residuos. No
incluyen alimentos sólidos. Permite una fácil digestión y absorción, aunque todavía no cubre las necesidades de energía y
nutrientes del paciente.
Es una dieta de transición entre la dieta líquida y la semiblanda, añadiendo leche, natillas, crema de cereales, caldo de
legumbres.
Dieta semiblanda.
Es el paso intermedio entre la dieta semilíquida y la blanda. Se introducen en progresión los segundos platos de forma que sí
se cubren las necesidades energéticas y de nutrientes.
Fomenta la masticación y la formación del bolo alimenticio.
Incluye segundos platos a base de carne, pescado o huevos con guarnición. Se incluyen primeros platos con alimentos
suaves enteros tipo arroz, pasta y patata cocida, con hortalizas y verduras en forma de puré. Las técnicas culinarias serán
suaves (hervido, asado, planchas) para evitar digestiones pesadas. Baja en residuos para evitar el aumento excesivo del
peristaltismo. Se evitan condimentos fuertes y alimentos irritantes para el aparato digestivo.
Dieta blanda.
Última fase de las dietas progresivas antes de alcanzar la alimentación normal. Trata de facilitar la digestión a través de la
ingesta de alimentos ligeros (vegetales y líquidos) para reducir al máximo los problemas de la digestión. Se deben evitar los
alimentos grasos, fritos y guisos y será controlada en fibra.
Los alimentos deben ser fáciles de digerir y preparados de forma sencilla.
- Alimentos líquidos. Leche, caldos, zumos de frutas. Se permiten salsas suaves.
- Alimentos semisólidos. Purés, huevos pasados por agua, flanes, papillas.
- Alimentos sólidos-blandos. Jamón de York, pescado hervido, tortilla francesa. Incorpora frutas, verduras y
hortalizas como guarnición o postre.
Se evitarán alimentos como tomate, pimientos, salazones, ahumados adobados.
Indicada en postoperatorios, patologías digestivas leves, síndromes febriles como paso previo a la dieta basal.
Dieta de fácil masticación.
Recomendada en patología digestiva o en el postoperatorio. Debe tener las mismas características (calorías, nutrientes y
forma de cocción) que la dieta normal, pero adaptada a problemas de masticación. Los alimentos difíciles de masticar
(carnes, cierta fruta y verdura), deben ofrecerse en otras preparaciones (carne picada, manzana al horno, zanahoria rayada o
en zumo). Los pacientes tienen deglución suficiente y función digestiva normal.
Dieta triturada o túrmix.
El paciente tiene dificultad importante para masticar o deglutir. Se mezclan distintos alimentos en una comida. Es poco
variada y atractiva, pero puede ser útil en el paciente anoréxico. Las formas de cocción y preparación han de ser sencillas.
Ejemplo, purés enriquecidos con leche. El valor calórico es el mismo que en la dieta basal siendo una dieta completa.

Según las variaciones en el valor energético, las dietas pueden ser:


Dieta hipocalórica.
Es la dieta de la obesidad. Aporta de 900 a 1.600 calorías diarias.
Proporciona únicamente el número de calorías basales, según el peso del paciente, debiendo tener el mínimo proteico y
vitamínico.
7
Se prohíben o limitan mucho los alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono como aceite, mantequilla, embutidos, pan,
patatas, dulces. Se prohíben las bebidas alcohólicas y refrescos azucarados.
La preparación de alimentos debe ser sencilla evitando salsas, fritos, guisos, etc.
Dieta hipercalórica.
Personas muy delgadas que necesitan ganar peso. Enfermos desnutridos. Dieta de 4.000 calorías/día.
La mayor parte del aporte calórico corresponde a los glúcidos, recomendándose el consumo de pan, cereales, legumbres,
dulces.
Es necesario que tomen leche, carne, huevos, frutas, verduras y hortalizas.

Según la adaptación en la proporción y balance de los nutrientes, las dietas pueden ser:
Dieta hiperproteica.
Aporta más de 1,5 gr de proteínas/kg/día, representando más del 15% de las calorías.
Utiliza alimentos ricos en proteínas.
Está indicado en la desnutrición (diarrea crónica, quemaduras extensas, convalecientes, etc.)
Utilizará preferentemente los alimentos ricos en proteínas como carnes, pescados, huevos, leche, queso.
Dieta hipoproteica o hiponitrogenada.
Se restringen los alimentos proteicos, dando prioridad a las proteínas de origen vegetal y de origen lácteo.
Indicado en las nefritis con trastornos de eliminación de la urea, que es el producto final del metabolismo de las proteínas o
en la insuficiencia hepática, debido al contenido nitrogenado de las proteínas, que es tóxico para el organismo al atravesar la
barrera hematoencefálica actuando como falsos neurotransmisores y provocando la encefalopatía.
Se prohíben o limitan los alimentos ricos en proteínas como carnes, pescados, huevos, leche, queso.
Dieta hiposódica.
Se suprime o se reduce la sal.
La dieta basal tiene 8 gr de sal. La dieta sin sal equivale a restricción moderada-severa con 2-3 gr de sal.
Indicada en hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca congestiva, insuficiencia renal. La dieta seca de la insuficiencia
renal se refiere al control de la ingesta de agua.
Se prohíbe la sal común y los alimentos con mayor contenido como quesos, embutidos, salsas saladas, conservas, pan
normal, galletas, chocolate y marisco.

Dietas especiales:
Dieta sin residuos (pobre en fibra) o astringente o antidiarreica.
Si la diarrea es importante se deben suprimir todos los alimentos durante 24-48 horas. Sólo agua, a la que se puede añadir
zumo de limón. Posteriormente se iniciará una alimentación a base de leche, caldos, huevos pasados por agua, cereales como
arroz y pescado blanco. Posteriormente se pasa a una dieta blanda y pobre en residuos evitándose los alimentos que aceleran
el tránsito intestinal (especias, grasas, alcohol y bebidas gaseosas).
La dieta debe fraccionarse en varias tomas de poco volumen para limitar la estimulación del peristaltismo. Se deben evitar
las temperaturas extremas porque aumentan el peristaltismo intestinal.
Indicada en las colopatías, diarrea y cirugía intestinal.
Limonada alcalina: En un litro de agua, previamente hervida, se echa el zumo de dos limones, una cucharada de bicarbonato
sódico, una cucharada de sal y 2 cucharadas de azúcar.
Agua de arroz. Hervir un litro de agua con dos cucharadas de arroz.
Dieta laxante o rica en fibra.
8
Para enfermos con estreñimiento, favoreciéndose la evacuación intestinal.
Alimentos ricos en residuos como frutas, verduras, hortalizas, legumbres y pan integral.
Se aconseja beber mucho líquido.
Evitar el arroz, chocolate, queso, etc.
Dieta baja en calcio y fósforo.
Indicada en pacientes con tendencia a hacer cálculos de vías urinarias.
Se evitan los alimentos ricos en leche, chocolate, nueces, vísceras, etc.
En cálculos por oxalato cálcico se deben evitar remolacha, tomate, espárrago, ricos en ácido oxálico.
Dieta para diabéticos.
Dieta pobre en grasas saturadas.
En el paciente con índice de masa corporal normal el aporte calórico estará entre 2.000-2.500 kcal con el mismo porcentaje
de principios inmediatos que la persona no diabética, estando prohibidos los azúcares sencillos y los alimentos muy ricos en
azúcares (legumbres secas, frutos secos, plátanos).
En el paciente hospitalizado se recomiendan 5 tomas diarias (desayuno, comida, merienda, cena y recena, importante para
prevenir hipoglucemias).
Dieta hipolipídica.
Pobre en grasas saturadas y colesterol. Se restringen los alimentos de origen animal y tecnologías culinarias que incorporen
grasa (fritos, rebozados, empanados, etc.). Las grasas se restringen hasta el 25% del valor calórico total, siendo fundamental
reducir el colesterol de la dieta a 200 mg/día.
Pobre en azúcares sencillos y discretamente hipocalórica.
Indicada en la obesidad e hiperlipidemias.
Dieta de protección biliar.
Es dieta pobre en grasas, ya que las sales biliares intervienen en el proceso de absorción de las grasas.
Alimentación rica en hidratos de carbono de fácil digestión. Deben restringirse la yema del huevo y las carnes grasas, así
como los fritos, pescados en aceite enlatados, salsa de carne, chocolate, coco.
Dieta de hiperuricemia.
Sin purinas ni pirimidinas (componentes de los ácidos nucleicos), causantes de gota y litiasis úrica.
Se reduce la ingesta de proteínas a 1 gr/kg/día.
Supresión de mariscos, pescado azul, vísceras y legumbres. Supresión del alcohol.
De efectividad limitada ya que la mayor parte del ácido úrico es de síntesis endógena, siendo necesaria la medicación.
Dieta antiulcerosa o de protección gástrica o alcalina.
Alimentos que no inciten mecánicamente al aparato digestivo y tamponen la acidez gástrica, siendo importante su
administración frecuente y en pequeñas cantidades, evitándose las grasas, fritos, alimentos muy sazonados, té, café, bebidas
alcohólicas. Es recomendable aumentar el porcentaje de proteínas porque neutralizan la acidez gástrica y prolongan el
vaciado gástrico. El porcentaje de grasas debe ser inferior al 25%.
Dieta de insuficiencia pancreática.
Fase I. Dieta de inicio de tolerancia, rica en carbohidratos, pobre en grasas y sin proteínas.
Fase II. Se inicia la tolerancia al pescado. La dieta sigue siendo rica en carbohidratos y pobre en grasas.
Fase III. Se inicia la tolerancia al pollo. La dieta sigue siendo rica en carbohidratos y pobre en grasas.
Dieta de gastroenteritis aguda.
Primeras 24-36 horas: Limonada alcalina, zumos con sacarina y caldos de verdura.
A partir de 24-36 horas: Dieta blanda sin residuos, gluten ni disacáridos (lácteos y azúcares).
9
A partir de 36 horas: Se introduce el gluten (pan, pastas).
A partir del 5º día: Se introducen lácteos y azúcares.
Dieta de dumping.
Pobre en carbohidratos, sin azúcares y rica en proteínas y grasa. Indicada en postgastrectomía y en pacientes con dumping
(vaciamiento rápido del estómago por falta de cierre del píloro en pacientes gastrectomizados).
Dieta sin gluten.
En enfermedad celiaca por intolerancia a la gliadina, que se encuentra en el gluten, provocando lesiones en la mucosa
intestinal con diarrea y malabsorción.
Se deben evitar los alimentos que llevan gluten como los cereales (excepto arroz y maíz). De las legumbres está permitida la
soja.
Dieta pobre en tiramina.
La tiramina se encuentra en alimentos fermentados (cerveza, vino, queso, etc.), es una amina derivada de la tirosina y es
hipertensora, inactivándose por un enzima denominado MAO (monoaminooxidasa). En personas que tomen inhibidores de
MAO, como en la depresión, sus efectos pueden aumentar.
Dieta para la investigación de hemorragia oculta en heces.
Durante los 3 días que preceden a la prueba, la limpieza de los dientes se realizará sin cepillo. El régimen debe ser
ovolactofarináceo estricto, es decir, libre de carnes, pescados y alimentos verdes.
Dieta para la prueba de tolerancia oral a la glucosa.
Tres días antes de la prueba debe establecerse una dieta con más de 200 gr. de carbohidratos al día. Después de 12 horas de
ayuno se administrarán 75 gr. de glucosa diluida en 300 ml. de agua.
Dieta para la determinación de 5-hidroxi-indolacético.
El 5-hidroxi-indolacético es un metabolito que se produce en el catabolismo de la serotonina que se encuentra elevada en los
tumores carcinoides del tubo digestivo. Se deben evitar alimentos ricos en serotonina como las nueces, plátanos, piña,
tomate.
Se recoge la orina de 24 horas y la orina recogida debe mantenerse en nevera y protegida de la luz.
Dieta para la determinación de ácido vanilmandélico.
El ácido vanilmandélico se produce en el metabolismo de las catecolaminas (adrenalina, noradrenalina), estando elevado en
determinados tumores como el feocromocitoma de las glándulas suprarrenales. Se recoge la orina de 24 horas para su
determinación.
El paciente no tomará los tres días antes de la determinación, plátanos, galletas, helados café, cacao, chocolate, bebidas de
cola, nueces, cítricos, uvas-pasas ni vainilla.
La orina recogida debe mantenerse en nevera y protegida de la luz.
Dieta para la determinación de hidroxiprolina.
La hidroxiprolina es un aminoácido no esencial debido al metabolismo óseo por alto recambio óseo, que aumenta entre otras
situaciones por osteoporosis y metástasis óseas de carcinomas.
Tras mantenerse a dieta durante dos días (no debe tomar carne roja o de ave, pescado, marisco, salsas, conservas, legumbres,
frutos secos, licores, pastelería, chocolates), al tercer día se hace recogida de orina de 24 horas.
Dieta en la diarrea.
La excreción repetida de heces líquidas se suele acompañar de grandes pérdidas de líquidos y electrolitos, y con frecuencia,
puede ser causa o consecuencia de un cuadro de malabsorción (determinados nutrientes de la dieta no se pueden aprovechar).
El tratamiento se desarrolla en varias fases:

10
 Fase I: Ayuno de 6 a 24 horas en función de la gravedad de los síntomas y reposición de líquidos según las
pérdidas.

 Fase II: Dieta líquida, durante 2 ó 3 días (soluciones de rehidratación oral, infusiones suaves, zumos colados
diluidos no azucarados ni ácidos, caldos desgrasados no concentrados, caldo de arroz y zanahoria, agua de limón
con un poco de azúcar).

 Fase III: Inicio de la ingesta sólida (arroz y patata cocida y en forma de puré fino, zanahoria cocida, sémola y
tapioca, pasta fina para sopa en caldos suaves y desgrasados, pescado blanco o pollo hervido sin piel, tortilla
elaborada con poco aceite, pan tostado o del día anterior, manzana rallada algo oxidada y puré de manzana,
compotas sin azúcar, manzana al horno, plátano, membrillo).

 Fase IV: Introducir progresivamente mayor variedad de alimentos, hasta lograr una ingesta equilibrada y adecuada.

Si la diarrea tiene origen dietético es necesario conocer el alimento responsable y corregir cualquier tipo de alteración
nutricional que pudiera producirse.

Dieta en disfagia.
Según el tipo de disfagia, el médico puede recomendar diferentes tipos de consistencia para los líquidos que es necesario
consumir:

 Consistencia líquida: se refiere a los líquidos finos como el agua, infusiones, café, refrescos, etc.

 Consistencia de tipo néctar: sería como la que tendría un zumo de tomate o melocotón.

 Consistencia de tipo miel: al decantarse caería en gotas.

 Consistencia de tipo pudding: como en caso de cuajada, flan, gelatina, etc.


Para conseguir los diferentes tipos de consistencia se pueden utilizar espesantes como la maizena (harina fina de maíz), el
agar-agar, la gelatina, el puré de patata u otros espesantes industriales.

Hay otra clasificación de las dietas según el fin que se persiga con las mismas:
1. Dietas esenciales o curativas. Por alteración en la eliminación de alguno de los componentes de los alimentos, por
su interconexión con el proceso patológico. Ej. Pacientes con gota por defecto en la eliminación del ácido úrico o
paciente celiaco por no tolerar el gluten.
2. Dietas paliativas. La dieta no es el tratamiento definitivo, pero contribuye a la mejoría. En la diabetes se asocia a
la insulina, en la hipertensión a diuréticos y vasodilatadores.
3. Dietas profilácticas o preventivas. Reducen la posibilidad de manifestación de una enfermedad. Restricción de
sodio para evitar la hipertensión, bajas en colesterol para prevenir la arteriosclerosis.

Alimentación oral.

Consiste en la administración de nutrientes por vía oral.

Una vez preparadas las dietas en la cocina a partir de la planilla remitida diariamente por las unidades de hospitalización,
son distribuidas a las mismas mediante carros isotermos, en medios de traslado destinados a este fin. En estos carros se
encuentran las bandejas cerradas, individuales, con el código identificativo del tipo de dieta que requiere cada paciente. Los
carros de comida no se introducen en la habitación. Una vez comprobada en la planilla de dietas, se verifica que los
alimentos contenidos en la bandeja se corresponden con la dieta del paciente.

Preparación del paciente para la alimentación.


11
- Ofrecer la cuña o el orinal. Acompañar al paciente al cuarto de baño si es capaz de levantarse.

- Ayudar al paciente a lavarse las manos.

- Colocar la cama en posición de Fowler. Colocar la mesa frente al paciente y comprobar que está limpia.

- Poner la mesa frente a él y dejar a su alcance el llamador.

- Eliminar olores o equipos desagradables.

Cómo servir la bandeja de la comida.

Después de preparar a los pacientes para la alimentación, se debe ayudar a servir las bandejas.

- Lavarse las manos.

- Revisar el contenido de la bandeja y compararlo con la tarjeta de la dieta.

- Quitar la tapadera a los alimentos y abrir los envases.

- Poner la servilleta y los cubiertos al alcance del paciente.

- Servir las bandejas de los pacientes que necesitan ayuda para comer.

- Retirar la bandeja.

- Ayudar al paciente con la higiene bucal.

- Limpiar cualquier mancha y cambiar las sábanas que hayan podido ensuciarse.

- Verificar que el paciente está cómodo con el llamador a su alcance y las barandillas subidas si lo precisa.

- Lavarse las manos.

Técnica de administración en el paciente incapacitado.

- Colocar la servilleta debajo del mentón para evitar que manche el pijama y/o la ropa de cama.

- Sentarse a su lado, evitar las prisas y transmitirle la impresión de que se le dedicará el tiempo necesario.

- Si se va a dar sopa u otros líquidos, asegurarse de que tiene la temperatura adecuada. Las temperaturas calientes se
deben servir a una temperatura de 60-70ºC. Colocar la mano debajo de la almohada y levantar ligeramente la cabeza
del paciente.

- Cuando se alimente con cuchara, se llenará un tercio.

- Con la otra mano se sostiene el vaso, dejando que el paciente lo acerque a su boca para beber. Si no puede hacerlo, se
le ayudará.

- Si está semiinconsciente hay que tener mucho cuidado al darle los líquidos, por el riesgo de aspiración. Se
administrará muy despacio.

- Si se van a dar alimentos sólidos, se darán en pequeñas cantidades, tanto si es con cuchara como con tenedor.

- Preguntarle en qué orden quiere los alimentos.

- Si pide agua entre cucharada y cucharada, se le secará la boca y se dará a continuación.

- Anotar el tipo de dieta administrada y la cantidad.

- Colocar al paciente en la posición inicial una vez terminado.

Soporte nutricional artificial.

Consiste en la administración de nutrientes líquidos con una fórmula especial por medio de un tubo que va directamente al

12
tubo digestivo (nutrición enteral) o a una vena (nutrición parenteral).

Nutrición enteral o alimentación forzada.

Consiste en la administración de fórmulas enterales por vía digestiva, habitualmente mediante sonda.

Por fórmula enteral se entiende aquel producto constituido por una mezcla definida de macro y micronutrientes.

En la actualidad son bien conocidos los efectos nocivos que la desnutrición produce en la evolución de un gran número de
enfermedades y especialmente en el curso clínico de enfermos críticos.

La prevención o corrección de estas deficiencias nutricionales disminuye el riesgo de desarrollar complicaciones, lo que
conlleva un descenso de la morbilidad.

Es necesario destacar la importancia que tiene el estado nutricional del paciente crítico, para favorecer la cicatrización de
heridas y úlceras por presión.

Conseguir un correcto estado nutricional debe ser por lo tanto un objetivo prioritario a la hora de enfocar todo tratamiento,
prestando especial atención a que durante la estancia en el hospital no aparezca o aumente la desnutrición.

La aplicación de un soporte nutricional es un procedimiento terapéutico más, con sus indicaciones, contraindicaciones,
técnicas especiales, que debe ser aplicado de forma precoz y a un gran número de pacientes.

La nutrición enteral es una técnica de soporte nutricional mediante la cual se aportan sustancias nutritivas directamente al
aparato digestivo, por medio de sondas implantadas por vía nasal o por gastroenterostomía. Puede administrarse también por
vía oral (entre sus inconvenientes destacan el sabor y la anorexia).

Indicaciones de la nutrición enteral.

Tradicionalmente se han considerado contraindicaciones de la nutrición enteral diversas patologías como peritonitis, íleo
paralítico, pancreatitis, etc. Actualmente sólo la obstrucción intestinal se considera contraindicación absoluta para la
administración de nutrición enteral.

Deben recibir nutrición enteral todos los pacientes que presenten imposibilidad para la adecuada ingesta de nutrientes.

Puede utilizarse no solo para cubrir la totalidad de los requerimientos nutricionales (nutrición enteral total o exclusiva), sino
también para complementar una ingestión deficiente de nutrientes y/o líquidos (nutrición enteral parcial).

Ventajas de la nutrición enteral.

La mayoría de pacientes graves son incapaces de alimentarse voluntariamente, por lo que la terapia nutricional debe
realizarse por vía enteral y/o intravenosa. La nutrición enteral tiene diversas ventajas sobre la nutrición parenteral:

 Efecto trófico. La ausencia de nutrientes en la luz intestinal provoca la atrofia de las vellosidades intestinales,
que se mantienen estructuralmente intactas con la presencia de los mismos.

 Efecto barrera. El intestino juega un papel de modulador del catabolismo proteico, limitador de la implantación
y proliferación de gérmenes y modulador inmunológico.

 Aporte al intestino de nutrientes específicos. Por lo que es más fisiológica, ya que mantiene el patrón de
motilidad intestinal, y se consigue mejor utilización de las sustancias nutritivas.

 Mayor seguridad. Se evita el riesgo de sepsis por catéter de la nutrición parenteral.

 Menor número de complicaciones, y si las hay, son generalmente de menor gravedad.

 Reduce la incidencia de hemorragias digestivas, posiblemente por neutralización del jugo gástrico.

 Es menos costosa y más fácil de administrar, ya que no requiere las técnicas complejas de asepsia ni el

13
personal médico que se requiere para la nutrición parenteral.

Contraindicaciones de la nutrición enteral.

Cuando el tracto gastrointestinal no está funcionante o en pacientes capaces de ingerir por vía oral los nutrientes necesarios
para cubrir sus requerimientos nutricionales.

1. Absolutas.

Vómitos incoercibles, hemorragia digestiva, íleo paralítico, obstrucción intestinal, perforación intestinal.

2. Relativas.

Fístulas yeyunales, enfermedad inflamatoria intestinal en fase aguda, pancreatitis aguda grave, síndrome de intestino
corto.

Selección del tipo de dieta enteral.

Ante la agresión producida por una enfermedad, la respuesta metabólica provoca una respuesta neuroendocrina que produce
hipermetabolismo, proteolisis, resistencia a la insulina con hiperglucemias y pérdida de masa grasa funcional. Esta compleja
respuesta metabólica puede conducir en escasos días a la aparición de desnutrición proteico-calórica. Hay dos variables para
determinar la gravedad y el desarrollo de desnutrición:

 Grado de hipermetabolismo (nivel de estrés).

Se puede valorar calculando la eliminación de nitrógeno ureico por orina.

Eliminación de N. ureico en gr/24 horas. Grado de estrés.

<5 No estrés.

5-10 Estrés leve.

10-15 Estrés moderado.

>15 Estrés severo.

 Estado nutricional previo.

Una vez ingresado el paciente, se debe realizar una valoración de la efectividad del soporte nutricional o
repercusión de la enfermedad en el estado de nutrición.

Para el control metabólico se puede utilizar la determinación de glucosa, triglicéridos, cuerpos cetónicos, eliminación de
urea en orina y la determinación de proteínas de vida media corta como la prealbúmina.

Clasificación del grado de estrés metabólico:


Grado de estrés 0 1 2 3

Situación clínica Ayuno Cirugía mayor Politraumatizado Sepsis

Nitrógeno ureico (mgr/día) <5 5-10 10-15 15-20

Glucemia (mgr/día) 100±20 150±25 200±25 250±50

Resistencia a la insulina No No No/Sí Sí

Índice de consumo de O2 90±10 130±10 140±10 160±10


14
(ml/mm2)

Cociente respiratorio 0,7 0,85 0,85 0,85

En base al grado de agresión podemos calcular el aporte de calorías proteicas y de calorías no proteicas:

Grado de estrés Aa (gr)/kg/día Relación kcal np/gr N.

0 1-1,2 150:1

1 1,3-1,5 130:1

2 1,6-1,8 110:1

3 >1,9 80-100:1

Nitrógeno ureico = urea x 0,45. 1 gr. de aa = 16 gr. de nitrógeno.

Según el aporte completo o no de nutrientes.

1. Dietas normalizadas o completas o poliméricas. Se obtienen a partir de alimentos que han sufrido una
predigestión, reduciendo las secreciones y los residuos, indicadas para pacientes con dificultades en la masticación,
anorexia, etc. Su administración será progresiva, siendo dietas basadas en proteínas hidrolizadas, grasas ricas en
ácidos grasos esenciales y carbohidratos en forma de mono, di, tri y polisacáridos.

2. Dietas elementales u oligoméricas, basadas en aminoácidos esenciales y no esenciales, monosacáridos y


oligosacáridos, ácidos grasos esenciales, triglicéridos, vitaminas y minerales. No requieren ningún proceso
digestivo, disminuyendo el volumen de las heces (indicado en enfermedad inflamatoria intestinal).

3. Dietas especiales (para insuficiencia renal, insuficiencia hepática, insuficiencia respiratoria, hiperglucemia).

4. Dietas modulares. Son nutrientes independientes que pueden componer una dieta especial o suplementar una dieta
normal.

5. Suplementos dietéticos. Se deben dar como aporte extra de proteínas, minerales y vitaminas. No deben utilizarse
como dieta completa.

Según la osmolaridad. La osmolaridad condiciona la tolerancia de la fórmula enteral y está en función del número y
tamaño de las partículas presentes. La osmolaridad ideal será la más cercana a la plasmática (300 mOsm/l). Las fórmulas
hipertónicas suelen provocar náuseas, retención gástrica y diarrea con riesgo de deshidratación.

Según la densidad calórica. Expresa el número de kcal/ml. de preparado. Según la densidad calórica las fórmulas pueden
clasificarse en normocalóricas (1kcal/ml), hipercalóricas (1,5-2 kcal/ml) y fórmulas de inicio o diluidas (0,5 kcal/ml).

Según el contenido proteico. Según la proporción energética que aportan las proteínas. Fórmulas normoproteicas (12-18%
del valor calórico lo aportan las proteínas) o fórmulas hiperproteicas (el contenido es superior al 18% del valor calórico
total).

Preparación de la dieta enteral.

15
En caso de presentación de dieta en polvo:

 Se realiza la dilución, por el personal Auxiliar de Enfermería, previo lavado de manos y con guantes limpios.

 Los utensilios como batidora, recipientes, cucharas, etc, estarán destinados únicamente a la preparación de
dietas, y se mantendrán siempre limpios.

 Es imprescindible reconstituir con la cantidad de agua potable suficiente para alcanzar el volumen y la
concentración indicada, la cual no sobrepasará el 20-22%.

 La reconstitución se hará con agua destilada, y en su defecto con agua embotellada.

Cuidados durante la preparación de la nutrición enteral.

 Comprobar la fecha de caducidad del preparado y observar su aspecto. Desechar cualquier mezcla caducada,
de aspecto grumoso o cuyo envase no tenga garantía de hermetismo.

 Anotar en el frasco la hora de inicio y usar preferentemente preparados nuevos en cada administración.

 Se agitará antes de usarlo y se administrará a temperatura ambiente.

 Cuando sea necesario guardar parte del preparado, se conservará en nevera, debiéndose desechar a las 24
horas. Los envases de nutrición enteral cerrados pueden almacenarse sin refrigeración.

 Una vez abierto el envase, la mezcla no debe permanecer más de 8 horas a temperatura ambiente.

 Cambiar el recipiente y el equipo de alimentación cada noche, a las 24 horas y siempre que se suponga
contaminación del mismo.

 Mantener la permeabilidad de la sonda lavándola después de cada toma con 20 ml. de agua embotellada.

Aplicación de la nutrición enteral.

1. Inicio de la nutrición enteral.

Es importante iniciar la nutrición enteral precozmente (en las primeras 36 horas desde el ingreso).

La nutrición enteral precoz produce los siguientes efectos positivos:

 Descenso de la respuesta hipermetabólica.

 Menor trasgresión bacteriana.

 Mejora del metabolismo proteico.

 Mejora de la cicatrización de las heridas.

 Prevención del íleo paralítico.

2. Régimen de tolerancia.

16
La nutrición enteral debe iniciarse progresivamente mediante un régimen de tolerancia, el cual permite la
adaptación del sistema digestivo a la restauración del aporte de substratos por vía enteral, sobre todo, tras un
reposo digestivo prolongado. Este régimen de tolerancia no debe durar más de 48 horas, con el fin de que los
pacientes reciban sus requerimientos nutricionales al tercer día del inicio de la nutrición enteral. El primer día se
administran 700-800 ml. mediante la incorporación cada dos horas en cantidades ascendentes desde los 75 ml. A
partir del tercer día será de 2,3-2,5 l. repartido en 5 tomas de unos 450 ml.

3. Duración de la nutrición enteral.

La administración por sonda puede ser de corta y de larga duración. Se considera corta duración cuando es menor
de 4-6 semanas y larga cuando es a partir de este tiempo.

Equipamiento de nutrición enteral.

1. Sondas de nutrición.

Las sondas pueden ser de poliuretano o silicona (no reactivas) que son más flexibles y mejor toleradas (pueden
dejarse semanas) que las antiguas sondas de polivinilo o polietileno (se cambian cada 3-4 días), siendo de menor
calibre. El calibre se mide en french, siendo 1 french el equivalente a 0,33 mm. y se refiere al diámetro externo
de la sonda. Las más usadas son las de 8 a 12 french. Los calibres de las sondas de gastrostomía oscilan entre 14
y 24 french. Las sondas de yeyunostomía suelen ser de 9 french. La longitud depende de dónde finalice el
extremo distal. Las sondas nasogástricas miden de 75 a 90 cm. y las nasoentéricas entre 105 y 120 cm.

1.1. Las sondas de polivinilo (tipo Salem de doble vía o Levin de una vía) habitualmente son de grueso calibre
(superior a 12 french) y su rigidez puede dar lugar a lesiones por decúbito en la mucosa nasal, faríngea, esofágica
o gástrica, así como otitis y sinusitis por defecto del drenaje. Gran parte de las complicaciones mecánicas de la
nutrición enteral pueden ser atribuibles al empleo prolongado de este tipo de sondas. Son muy útiles para la
succión (lavado gástrico).

1.2. Aunque la nutrición enteral puede ser iniciada a través de sondas gruesas de polivinilo, que son las que
habitualmente se colocan al ingreso, es recomendable su sustitución por sondas de menor calibre y rigidez, tan
pronto se compruebe la correcta tolerancia a la nutrición enteral. Entre estas sondas destaca la sonda de Freka.
Como sonda intestinal, la sonda de Cantor.

Las principales ventajas de la sonda de poliuretano (las más utilizadas) o silicona son:

 Mayor flexibilidad, con menor incidencia de lesiones mucosas.

 Mayor biocompatibilidad. Limita la degradación del material ante el contacto con las secreciones
digestivas y posibilita tiempos de permanencia más prolongados que las sondas de polivinilo.

 Permite un diámetro interno comparativamente mayor al de las sondas de polivinilo del mismo calibre
externo, permitiendo un flujo mayor.

17
Los inconvenientes de las sondas de poliuretano o silicona son:

 El coste es superior al de las sondas de polivinilo.

 La colocación de estas sondas es más dificultosa.

 Se obstruyen con mayor frecuencia.

Las sondas de poliuretano se cambian cada 2-3 meses y las de silicona cada 3-6 meses.

Respecto a la vía de inserción, las sondas pueden ser:

a. Sonda nasogástrica (alimentación forzada).

Se inserta a través de la narina (orificio nasal externo), para acceder a la cavidad gástrica. Son de fácil
colocación y conservan la etapa digestiva gástrica.

b. Sonda nasoenteral o nasointestinal.

Se inserta a través de la narina para acceder al intestino. Si el extremo distal de la sonda termina en el
duodeno, se habla de sonda nasoduodenal y si finaliza en el yeyuno se denomina nasoyeyunal. Su
tolerancia es peor que en las nasogástricas ya que omiten la etapa digestiva gástrica. Indicadas en
caso de retención gástrica, reflujo gastroesofágico severo, postoperatorio de cirugía digestiva alta,
obstrucción neoplásica irresecable o para evitar estimulación pancreática, colocándose en este caso la
sonda nasoyeyunal.

c. Sonda nasogastroyeyunal.

Tiene dos luces, una finaliza en el estómago (sonda de aspiración de secreciones gástricas) y la otra
en el yeyuno (alimentación). Se utiliza cuando sea preciso la nutrición enteral con descenso de la
velocidad de vaciamiento gástrico y en postoperatorio precoz.

d. Ostomías.

Mediante sonda directa al estómago (gastrostomía) o al yeyuno (yeyunostomía). También hay sondas
de esofagostomía (para tumores de cabeza, cuello y esófago proximal) y de faringostomía (sonda a
través del seno piriforme, indicado en traumatismos y tumores máxilo-faciales o en mala tolerancia a
la sonda nasogástrica). Siempre requiere técnica invasiva (endoscópica o quirúrgica). Entre sus
ventajas destaca la posibilidad de utilizar sondas de mayor diámetro, con menor riesgo de obstrucción
y permitir al paciente una vida cómoda y activa.

Las sondas de gastrostomía disponen de un anclaje (sondas de primera colocación) o de un balón


hinchable (de segunda colocación) para evitar la extubación espontánea

18
Se coloca un tipo u otro de sonda en función de la enfermedad de base, la duración prevista de nutrición enteral y
la existencia o no de trastornos del vaciamiento gástrico y riesgo de broncoaspiración.

Si la nutrición enteral es de corta duración, se utiliza una sonda de acceso nasal (nasogástrica o nasoenteral). Si
se piensa que sea de larga duración, mayor de 4 a 6 semanas, se emplea una ostomía (gastrostomía o
yeyunostomía). También en casos de estenosis esofágica grave que impida la colocación de sonda nasogástrica o
en lesiones esofágicas en que el paso de la sonda tenga gran riesgo de perforación esofágica.

Ante un paciente que no presenta trastornos del vaciamiento gástrico ni riesgo de broncoaspiración, el extremo
distal estará en el estómago. Si el paciente tiene riesgo de broncoaspiración o trastornos de vaciamiento gástrico,
el extremo distal será postpilórico (nasoduodenal, nasoyeyunal o yeyunostomía).

Existen sondas con uno o dos orificios de entrada y diferentes conexiones. Los dobles orificios permiten la
administración independiente de nutrientes, agua y fármacos sin necesidad de desconectar la fórmula enteral.
Estos orificios deben tener un tapón de cierre para evitar la salida de la fórmula de nutrición enteral. Como parte
de un programa de mejora continua y en respuesta a las demandas de la comunidad sanitaria, se ha introducido
un nuevo sistema de conexiones para nutrición enteral por sonda con el fin de evitar conexiones incorrectas entre
los sistemas de nutrición enteral y parenteral, a partir de 2012. Estos nuevos sistemas de conexiones ENLock y
ENPlus son específicos para nutrición enteral y han sido diseñados para ser incompatibles con los sistemas de
administración con conexión Luer intravenoso.

Habitualmente se trata de sondas de luz única, pero existen también sondas de doble luz, que permiten
simultáneamente la administración yeyunal de dieta y la descompresión gástrica, como la sonda de gastrostomía
con extensión yeyunal y la sonda nasogastroenteral.

El diseño de los orificios distales contribuye a una menor incidencia de obstrucciones y permite mayores flujos
de administración de la dieta en sondas de menor calibre.

Las señales que aparecen a lo largo de la sonda facilitan la verificación de la posición en el acto de la intubación
y sirven para comprobar su correcta ubicación a lo largo de los días. En las sondas nasogástricas, la secuencia de
señales oscila alrededor de los 10 cm, y en las de gastrostomía varía según sean de inicio o de balón para
reposiciones. Las sondas son radiopacas para verificar la colocación y minimizar la irradiación. Otros métodos
para comprobar la correcta colocación son la auscultación de aire en la cavidad gástrica, aspirar contenido
gástrico y/o medir el pH del líquido obtenido (pH < 5,5) o introducir el extremo distal en un vaso de agua y
observar si se produce burbujeo, lo que indicaría que está en el pulmón.

Las sondas lastradas presentan en su extremo proximal, el lastre diseñado para facilitar el paso transpilórico, útil,
por ejemplo, en pacientes en situación de coma. Actualmente existen mecanismos que cumplen esta función por
lo que tienden a usarse menos, por las complicaciones que pueden producir.

El fiador tiene como función facilitar la colocación de la sonda nasogástrica o nasoenteral. Comporta mayor
rigidez, lo que ayuda al paso de la sonda a través de la nariz hacia el esófago. Suele ser de acero inoxidable o de
plástico rígido, con punta roma para evitar perforar la propia sonda o dañar el tubo digestivo al poner la sonda.

19
Una vez colocada la sonda se debe retirar el fiador y nunca debe reintroducirse cuando esté total o parcialmente
colocada ya que podría perforarla y lesionar la mucosa del esófago o estómago. No se debe utilizar el fiador para
desobstruir las sondas. Su longitud es menor que la sonda para minimizar el riesgo de que se exteriorice la punta.

Las sondas deben fijarse con materiales hipoalergénicos y macroporosos, que no se desenganchen con el sudor y
no permitan holguras que favorezcan la fricción con la piel. Se evitarán así decúbitos, crecimiento de tejido de
granulación en los estomas, irritaciones o extubaciones.

La mayoría de las sondas tienen el extremo distal y su luz interior lubricados con lubricante hidrosoluble. Si no lo
llevan incorporado, se debe lubricar antes de su introducción con suero fisiológico.

2. Contenedores o colectores de dieta.

Son bolsas flexibles de material de plástico con boca ancha para introducir la dieta y una salida donde se conecta,
o ya va conectada, la línea de administración. Hoy en día existen preparados comerciales cuyas botellas se
conectan a la línea mediante adaptadores directamente, sin necesidad de contenedores de dieta.

Se recomienda la utilización de los contenedores por 24 horas y nunca más allá de 36-48 horas, debiendo
aplicarse las medidas de higiene y limpieza necesarias para todo cambio o manipulación.

Independientemente del tipo de contenedor de fórmula empleado, éste debe incluir una etiqueta identificativa
claramente visible con los datos del paciente, fórmula y vía de administración, haciendo hincapié en que nunca
debe infundirse por vía intravenosa.

Los colectores pueden ser únicos o dobles, en forma de Y. Éstos permiten que uno sirva para administrar
nutrición enteral y el otro para administrar agua, pudiendo simultanear ambas cosas.

3. Sistemas de administración.

3.1. Sistemas de gravedad. No son recomendables porque un desajuste en la pinza puede incrementar o
descender hasta en un 50% la cantidad de fórmula administrada. Cuando la fórmula fluye lentamente, los
residuos se adhieren a la pared de la sonda, creando un tapón que finalmente obstruye la sonda.

3.2. Sistemas de infusión por bomba (nutribomba). Son más recomendables al ser más adecuados para la
administración de una fórmula, aunque sea muy densa.

Las bombas se clasifican en dos grandes grupos:

 Volumétricas. Se han calibrado para infundir un volumen determinado en un tiempo concreto. Su


regulación se realiza en ml/hora.

 Peristálticas. Se regulan en gotas/minuto. Son las más utilizadas.

Hay bombas más sofisticadas que permiten realizar otras funciones como el lavado periódico de la

20
sonda.

El uso de bombas aporta una serie de ventajas como:

- Mejora la tolerancia a la dieta.

- Permite administrar un volumen constante.

- Disminuye la posibilidad de residuos gástricos y minimiza el riesgo de aspiración.

- Permite la administración de todo tipo de dietas.

- Su sistema de alarmas permite una menor dedicación del personal sanitario.

- Permite administrar nutrición en pacientes con intolerancia digestiva a administración intermitente.

Formas de administración de la nutrición enteral por sonda.

1. Administración continua.

Consiste en la infusión de nutrición enteral durante el día o la noche, o bien a lo largo de las 24 horas, con la
posibilidad de efectuar pequeñas pausas para permitir la higiene, deambulación y otras actividades (se administra
durante 23 horas al día si la tolerancia digestiva es adecuada). Su ventaja es la buena tolerancia digestiva
recomendándose en quien presente intolerancia (diarreas, retenciones gástricas), en situaciones de malnutrición
severa, con síndrome de malabsorción, pacientes sedados o en coma y pacientes pediátricos. Se utiliza siempre
que la sonda esté instalada en duodeno o yeyuno. La cabecera de la cama se mantendrá permanentemente elevada
(mínimo de 30º) mientras dure la administración. El alimento debe estar colgado a una altura mínima de 60 cm.
por encima de la cabeza del paciente.

Para mantener un volumen constante y controlado, se utilizan las nutribombas, que permiten infundir dietas
hiperosmolares o viscosas a un ritmo muy lento para evitar la obstrucción de la sonda. Se aconseja no sobrepasar
en un principio los 30 ml/hora e ir incrementando progresivamente la velocidad para llegar al requerimiento
calculado en 48-72 horas.

Existen bombas con batería incorporada que permiten la autonomía de funcionamiento, facilitando la
movilización o traslado del paciente. Algunas presentan la función intermitente para simultanear la
administración de agua (20 cc). El agua debe repartirse cada 4 a 6 horas con la finalidad de hidratar y de lavar la
sonda para evitar obstrucciones. Tienen un sistema de alarma que indica la presencia de aire en el sistema, avisan
cuando la cámara de goteo registra aumento o descenso en el caudal programado y al finalizar el volumen
programado.

2. Administración intermitente o por tomas.

Es la más parecida a la alimentación habitual, pero sólo debe utilizarse en pacientes con tracto digestivo sano y

21
tiempo de vaciado gástrico normal. Consiste en administrar 300-500 ml. entre 4-7 veces al día. Para comprobar el
correcto vaciamiento gástrico se aspirará el residuo gástrico antes de cada toma, siendo patológico un residuo
mayor o igual a 150 ml. El residuo se reinyectará. Se mantendrá la cabecera de la cama elevada durante 20-30
minutos después de la alimentación.

Se mantendrá la cabecera de la cama elevada durante 20-30 minutos después de la administración.

2.1. En bolo o con jeringa.

Se realiza administrando la dieta mediante jeringa de alimentación muy lentamente. La velocidad de


administración no debe ser superior a 20 ml. por minuto. El volumen de cada toma no debe sobrepasar los
350 ml. Se conecta la jeringa al extremo de la sonda, elevándola 50 cm. por encima de la cabeza del
paciente, dejando que se vacíe de forma gradual.

2.2. Por gravedad.

Consiste en administrar la nutrición mediante un sistema de goteo. Se programa el volumen total en 3 a 6


tomas/día, pasando cada toma en 60-90 minutos. Permite una alimentación más lenta que el bolo y mejor
tolerada. Se reparte el agua entre las tomas. El volumen de cada toma no debe superar los 350 c.c.

En todos los casos, el lavado periódico de la sonda, antes y después de su uso, o cada 4/6 horas en las pautas continuas
supone un requisito obligatorio para su buen funcionamiento. Se lava con 20 ml. de agua, dejando la sonda pinzada
durante los siguientes 30 minutos. Se despinza y se conecta a bolsa de drenaje, por gravedad, otros 30 minutos (total de
60 minutos). La utilización de bebidas de cola para lavarla de forma periódica se considera muy efectiva.

La administración en forma intermitente o en bolus es más fisiológica, pero en caso de intolerancia o en situaciones de
mala absorción o administraciones en intestino delgado, se utiliza la administración continua a fin de asegurar la
absorción de los nutrientes. En administración a yeyuno es indispensable el uso de la nutribomba para evitar variaciones
de flujo.

El cuidado e higiene de la cavidad oral requiere un especial apartado, ya que el crecimiento bacteriano puede provocar
complicaciones por lo que diariamente después de la higiene oral, se debe aplicar un colutorio.

Hay que observar lavado higiénico de las manos antes y después de manipular. Los equipos de bomba y de infusión
deben cambiarse diariamente.

Los equipos de bomba y de infusión deben cambiarse diariamente. No mantener ninguna fórmula abierta y conectada
más de 24 horas por riesgo de contaminación bacteriana.

No se debe mantener ninguna fórmula abierta ni conectada más de 24 horas por riesgo de contaminación bacteriana.

En todos los casos, la pauta de inicio debe calcularse con el 75% de los requerimientos, o menos si se administra en el
yeyuno o surgen problemas de tolerancia o patología en el tracto gastrointestinal. En las siguientes 48-72 horas el ritmo
de infusión puede ir progresando hasta llegar al 100%.
22
Administración de medicamentos por la sonda.

La primera norma es que en caso de duda se debe consultar con el Farmacéutico.

La segunda norma indica no mezclar medicaciones entre sí, ni con el preparado nutricional.

La medicación se administrará una hora antes o dos horas después del bolus de nutrición enteral. En las pautas continuas, se
detiene la nutrición enteral 15 minutos antes, se lava la sonda con 30 c.c. de agua, se administra la medicación, se vuelve a
lavar la sonda y se inicia la nutrición enteral.

Las presentaciones farmacéuticas más adecuadas para su administración por sonda son las líquidas orales (jarabes, gotas,
suspensiones, ampollas bebibles). Otras presentaciones se han de adaptar para la infusión, ya sea triturando, diluyendo o
empleando técnicas similares. En las presentaciones efervescentes es preciso dejar que desaparezca la efervescencia.

No deben administrarse por sonda las presentaciones retardadas, las grageas. Las de liberación entérica sólo se darán a
través de sondas nasoentéricas.

Complicaciones de la nutrición enteral.

1. Complicaciones infecciosas.

1.1. Broncoaspiración.

Es una complicación grave que puede originar neumonía y consiste en la presencia de dieta en la vía aérea.
Entre sus causas destacan la intolerancia gástrica a la nutrición enteral y el reflujo gastroesofágico. Sus
consecuencias son neumonía por aspiración y asfixia.

1.2. Peritonitis.

Inflamación del peritoneo que puede ser provocada por agentes físico-químicos y que puede ser aséptica o
infecciosa. Su causa es la infusión intraperitoneal de la dieta en caso de anomalías en la localización o
funcionamiento de catéteres de yeyunostomía o sondas de gastrostomía.

1.3. Sinusitis y otitis media.

La sinusitis es la inflamación aguda o crónica de los senos paranasales y la otitis media es la inflamación del
oído medio. La causa puede ser una rinitis o permanencia prolongada de sondas de grueso calibre.

1.4. Contaminación de la dieta.

En el punto de entrada (estafilococo epidermidis), mala manipulación, larga permanencia de la solución o


reutilización de los contenedores y sistemas de infusión. Entre sus consecuencias se encuentra la
gastroenteritis.

2. Complicaciones mecánicas.
23
Suelen estar relacionadas con el material y calibre de la sonda y dependen del tipo de vía de acceso, el tiempo de
permanencia de la sonda y la experiencia en el manejo de la nutrición enteral.

2.1. Obstrucción de la sonda.

Es el principal problema asociado a las sondas de fino calibre (inferior a 10 F). La obstrucción depende del
tiempo de permanencia de la sonda, el tipo de dieta, la pauta de administración y las medidas preventivas
llevadas a cabo. La consecuencia inmediata es el retraso de la dieta. Se previene con lavados de la sonda con
20-40 c.c. de agua cada 4-6 horas o con la frecuencia necesaria. La sonda no debe retirarse, una vez
obstruida, sin antes haber intentado su desobstrucción.

2.2 Erosiones de la mucosa.

Las lesiones nasales, esofágicas y gástricas (por decúbito) son frecuentes tras el uso prolongado de sondas
de grueso calibre, especialmente si se trata de sondas de polivinilo, dado que este material presenta una
tendencia hacia el incremento de su rigidez con el paso del tiempo y se endurece igualmente con la
exposición continuada a las secreciones digestivas. Sus consecuencias son ulceraciones asintomáticas,
complicaciones hemorrágicas locales, perforación visceral, rinitis, faringitis y esofagitis y lesiones gástricas.

2.3. Autoretirada de la sonda.

Frecuente en pacientes agitados. Puede ocurrir igualmente la retirada accidental de la sonda durante los
cuidados diarios o las maniobras diagnósticas o terapéuticas de los pacientes.

2.4. Infusión intrabronquial.

Es una complicación grave debido a la insuficiencia respiratoria que produce y a la neumonía secundaria.

3. Complicaciones metabólicas.

3.1. Deshidratación e hipernatremia.

La deshidratación hipertónica se observa en pacientes que reciben dietas hiperosmolares y cursa con
hipernatremia.

La hipernatremia es una complicación que se produce cuando la dieta enteral constituye la única fuente de
líquidos al paciente. Se manifiesta con inestabilidad hemodinámica, fiebre, letargo y sed, descenso de
diuresis y aumento de su densidad. En la mayoría de los casos su causa es un déficit de aporte de agua,
progresando el paciente hacia la deshidratación. (Por cada 3 mEq. de aumento de sodio, se considera que
existe déficit de 1 litro de agua).

La hiperosmolaridad es la forma más grave de deshidratación, por hiperglucemia con glucosuria que provoca
diuresis osmóticas que deshidratan al paciente, frecuente en ancianos por el estrés que reduce la reserva de
insulina.

24
3.2. Hiperhidratación.

Se manifiesta con aumento de peso, aumento de diuresis, y descenso de su densidad, descenso del
hematocrito y del sodio en sangre. Sus consecuencias son edema cerebral, vómitos, convulsiones.

Por cada 3 mEq. de descenso en la concentración de sodio o un 3% de hematocrito, se considera que hay un
litro de exceso de líquidos.

3.3. Hiperglucemia.

Puede ser consecuencia de un estado de diabetes preexistente o de una situación de estrés metabólico. Puede
ser secundaria a un aumento brusco del ritmo de nutrición enteral, por incapacidad del páncreas para
compensar la rápida entrada de solución con alto contenido en glucosa.

3.4. Hipercapnia.

Puede ser secundaria al aporte de dietas con alto porcentaje de calorías en forma de carbohidratos, lo que
puede suponer una sobrecarga ventilatoria en pacientes con función pulmonar comprometida.

4. Complicaciones gastrointestinales.

4.1. Diarrea asociada a nutrición enteral.

Presencia de un número igual o superior a 5 deposiciones diarias o más de dos deposiciones de un volumen
igual o superior a 1.000 ml. Entre sus causas destacan las características de la dieta (presencia de lactosa,
grasa, hiperosmolaridad, bajo contenido en sodio), técnica de administración de la nutrición enteral (ritmo de
infusión elevado, baja temperatura de la dieta, vía de acceso transpilórica), causas infecciosas
(contaminación de la fórmula, contaminación de sistemas), fármacos administrados (antibióticos,
antiinflamatorios, antihipertensivos, broncodilatadores) o circunstancias patológicas del paciente. Sus
consecuencias son malestar del paciente, mala absorción de la dieta y desnutrición.

4.2. Estreñimiento.

Ausencia de deposiciones tras 5-7 días de nutrición enteral. Entre sus causas destacan las dietas pobres en
residuos y las alteraciones de la motilidad intestinal. Sus consecuencias son malestar del paciente e
impactación fecal.

4.3. Distensión abdominal.

Cambio en la exploración abdominal con signos indicativos de patología intraabdominal respecto a la que el
paciente presentaba antes del inicio de la nutrición. Entre sus causas destaca el desequilibrio entre la oferta
de nutrientes y la capacidad funcional del tubo digestivo y la patología digestiva local. Sus consecuencias

25
son la diarrea, el malestar del paciente y la mala absorción de la dieta.

4.4. Aumento del residuo gástrico.

Presencia de volumen de drenado aspirado superior a 200 ml. en cada valoración. Entre sus causas destacan
los factores relacionados con la ingesta (posición corporal, distensión abdominal), factores relacionados con
la dieta (consistencia, temperatura, densidad, concentración de grasas), factores neuroendocrinos (presión
intracraneal, metabolismo cerebral), alteraciones patológicas (gastropatías) y factores farmacológicos
(anestésicos, analgésicos, antiácidos). Sus consecuencias son el riesgo de reflujo gastroesofágico que puede
provocar broncoaspiración. Se parará la dieta durante 6 horas dejando la sonda conectada a bolsa y
transcurrido ese tiempo se reinicia la infusión a la mitad valorándose la tolerancia. Si es adecuada se
continúa normalmente. Si no, se valorará la colocación de sonda transpilórica o sonda de descompresión. El
residuo gástrico se desechará siempre.

4.5. Vómitos y regurgitación.

El vómito es la salida de dieta a través de la boca y de las fosas nasales, acompañada de movimientos
expulsivos por parte del paciente. La regurgitación es la presencia de cualquier cantidad de dieta en cavidad
oral u orofaringe (apreciada durante las maniobras exploratorias del paciente o durante los cuidados
higiénicos del mismo) o salida espontánea de dieta a través de la cavidad oral y/o nasal del mismo. Su
etiología puede ser por problemas mecánicos relacionados con la sonda (localización incorrecta,
acodamiento), posición horizontal del paciente o alteraciones de la motilidad gástrica de cualquier etiología.
Sus consecuencias son la pérdida de peso, el riesgo de broncoaspiración y la asfixia.

Cuidados de enfermería durante la administración de nutrición enteral.

1. Objetivos:

 Evitar la broncoaspiración por regurgitación de dieta.

 Evitar la formación de úlceras de decúbito en nariz y mucosa gástrica.

 Mantener las sondas permeables y en buen estado.

 Evitar la administración de dieta en mal estado.

 Evitar infecciones.

 Asegurar el adecuado ritmo de infusión de la dieta y dar fiabilidad al balance hídrico del paciente.

 Evitar y controlar complicaciones derivadas de la administración de nutrición enteral.

2. Cuidados diarios de la sonda nasogástrica.

26
 Mantener la cabecera de la cama incorporada 30-45º.

 Mantener la jeringa de lavado y administración de medicación siempre limpia y metida en su envoltorio.

 Realizar el aseo del paciente con la dieta parada, volviéndola a conectar cuando se vuelva a incorporar la
cabecera.

 La parte externa de la sonda se debe limpiar diariamente con agua tibia y jabón suave, aclarando y secando
posteriormente.

 Movilizar dos o tres centímetros la sonda nasogástrica cuando se cambie el esparadrapo de sujeción de la
misma, y colocarla otra vez en su posición correcta.

 Comprobar después de la movilización de la sonda nasogástrica, que se aloja en la cavidad gástrica, mediante
auscultación, aspiración de contenido o medición del pH en caso de duda.

 Aspirar la boca del paciente para comprobar que no hay dieta.

 Limpieza de la fosa nasal libre con suero salino.

 Anotar en la Hoja de Registro de Cuidados el número de días que lleva puesta la sonda, cambiándola el día que
corresponda:

a. 7 días las sondas tipo Levin.

b. 1 a 3 meses las sondas de alimentación o larga permanencia.

Los sistemas utilizados para la administración de la nutrición enteral serán cambiados una vez al día.

3. Cuidados por turno de la sonda nasogástrica.

 Comprobar la correcta situación de la sonda nasogástrica observando las señales con que va marcada.

 Comprobar la correcta presión del balón de neumotaponamiento en pacientes intubados o con cánula de
traqueostomía.

 Lavar la sonda nasogástrica con 30 ml. de agua con jeringa antes y después de cada toma si la alimentación es
intermitente y cada 6-8 horas si es continua. También se lavará tras la administración de fármacos.

 Lavar la sonda nasogástrica con 30 ml. de agua cuando se cambie la bolsa y el sistema.

 Observar el aspecto, color y consistencia de la dieta y cambiarla en caso de sospecha de infección. Recoger
muestra para cultivo.

27
 Vigilar el ritmo de infusión de la dieta.

 Anotar en la gráfica cuándo se repone la dieta en la bolsa, qué cantidad se echa y si se lava la sonda con agua.

4. Cuidado de la sonda transpilórica.

 Cuando se intente colocar una sonda en duodeno o yeyuno, se colocará al paciente en decúbito lateral
derecho y se administrará medicación procinética tras consultar con el médico.

 Si no se comienza con dietas inmediatamente, se infundirá a través de la sonda un suero de mantenimiento,


para evitar obstrucciones.

 No se movilizarán nuca.

 Se comprobará su posición radiológicamente y con contraste.

 No se cambiarán hasta que no haya orden médica expresa.

 El resto de cuidados será igual que para las sondas gástricas.

5. Cuidados de la sonda de gastrostomía.

 Deben movilizarse girándolas a diario para evitar que queden adheridas a la piel y se produzcan
ulceraciones. Durante los primeros 15 días se lavará diariamente el estoma con agua tibia y jabón y se
secará muy bien, tanto el estoma como la zona circundante. Antes de cada nutrición se comprobará que la
sonda esté bien colocada y después se lavará con 30 ml. de agua. El tapón de la sonda tiene que estar
cerrado siempre que no se use. Las gastrostomías de balón deben comprobarse cada 2 semanas aspirando el
agua o el aire de su interior a través del orificio destinado a este fin y reinyectando el volumen estipulado
en cada caso.

6. Cuidados generales.

 Siempre que el nivel de conciencia del paciente lo permita, se le explicará lo que se le va a hacer.

 Si estuviera encamado, se elevará la cabecera de 30 a 45º, para evitar broncoaspiración y se mantendrá así
al menos 60 minutos después de la toma para evitar el reflujo. En caso de precisar colocar en decúbito
supino al paciente durante la administración de nutrición enteral, ésta se detendrá durante una hora antes.
Después de cada manipulación se debe lavar la sonda con 25-50 ml. de agua.

 Si el paciente recibe alimentación continua se le mantendrá con la cabecera permanentemente incorporada.


Se comprobará que la sonda esté en su posición adecuada y se comprobará el vaciado gástrico.

 Los preparados deben administrarse a temperatura corporal (37ºC), ya que los productos demasiado fríos o
demasiado calientes pueden ocasionar diarreas. Las fórmulas de nutrición enteral una vez abiertas deben
28
mantenerse en nevera. No deben permanecer colgadas y conectadas una vez abiertas más de 12 horas, ya
que existe un alto riesgo de contaminación bacteriana.

 Es importante que cualquier manipulación de las sondas y/o preparados se realice de la manera más
aséptica posible para evitar contaminaciones. El profesional se lavará las manos y utilizará guantes
desechables.

 Si se emplean envases reutilizables se lavarán con agua jabonosa después de cada uso. Los contenedores de
plástico y los sistemas de gravedad deben cambiarse cada 24-48 horas.

 El cuidado e higiene de la cavidad oral requiere un especial apartado, ya que el crecimiento bacteriano
puede provocar complicaciones por lo que diariamente después de la higiene oral, se debe aplicar un
colutorio.

 Hay que observar lavado higiénico de las manos antes y después de manipular la nutrición enteral. Es
recomendable el uso de elementos desechables (líneas de administración, jeringas, envases contenedores).
Los equipos, las jeringas y otros materiales para la administración se desecharán cada día.

 Para valorar la retención gástrica se aspirará con una jeringa suavemente. Se considera retención al débito
gástrico obtenido por aspiración con una jeringa de más de 200 ml. en la forma continua y de la mitad del
volumen administrado en una toma, con un máximo de 200 ml. en la discontinua.

 El fiador no debe utilizarse nunca para desobstruir una sonda.

 Las sondas deben cambiarse en cuanto se detecte deterioro del material. Las sondas de gastrostomías de
inicio pueden durar hasta un año. Las de recambio se suelen sustituir cada 6 meses.

Colocación de la sonda.

1. Sonda nasogástrica.

Generalmente la inserción se efectúa con soporte interno de un fiador, que ayuda en la intubación y facilita la
comprobación radiológica.

Siempre que sea posible se informará al paciente y se solicitará su colaboración.

La posición idónea en un paciente consciente es de Fowler (entre 45 y 60º). El paciente inconsciente se coloca en
decúbito supino a 30-40º. Las fosas nasales deben estar libres.

La sonda se debe lubricar. Algunas se autolubrican sumergiéndolas en agua. Otras, sin fiador, de calibres muy finos,
se pueden enfriar con hielo o refrigerándolas en el congelador para disminuir la flexibilidad y facilitar su
colocación. El lubricante que se emplee para su inserción debe ser hidrosoluble, ya que debe ser reabsorbido por el
organismo en caso de que llegue al árbol bronquial. Deben evitarse los lubricantes de base oleosa como la vaselina.

29
Se debe medir la longitud de la sonda a introducir (la distancia existente entre la narina y el lóbulo de la oreja y de
él al apéndice xifoides.

Una vez lubricada se procede a la introducción del primer tramo por la narina, dirigiéndola hacia abajo y hacia la
oreja del mismo lado haciéndola progresar con un suave movimiento rotatorio. Ayudará que el paciente incline la
cabeza un poco hacia atrás (hiperextensión). Una vez pasada la resistencia de los cornetes, se habrá llegado a la
orofaringe. En este momento el paciente suele tener náuseas. Se le indicará que incline la cabeza hacia delante (se
cerrará la vía aérea) y se le dice que trague o que beba un sorbo de agua. Se irá progresando en esta postura hasta la
señal previamente realizada. Si aparecen náuseas y vómitos se debe esperar a que cesen sin retirar la sonda y
continuar después. Si aparece tos o disnea, se retira la sonda pues se ha entrado en la vía aérea.

Se debe comprobar su colocación. El mejor método es la prueba radiológica. Otros métodos son:

 Insuflando 20 ml. de aire en adultos y 10 en niños y se ausculta en epigastrio el burbujeo del aire al entrar
en la cavidad gástrica.

 Aspiración de contenido gástrico y medición de su pH.

 Introducir el extremo distal de la sonda en un vaso de agua, observando que no hay burbujeo.

Una vez comprobada la correcta colocación se debe fijar a la pared nasal. Se efectúa una señal indeleble a ras del
orificio nasal, se retira el fiador y se deja la sonda lavada con 50 cm. de agua.

Las sondas deben fijarse con materiales hipoalergénicos y macroporosos, que no se desenganchen con el sudor ni
permitan holguras que favorezcan la fricción con la piel. Así se evitarán lesiones por decúbito, crecimiento de
tejido de granulación en los estomas, irritaciones o extubaciones. Puede fijarse a la nariz o al contorno de la oreja.

Según la finalidad del sondaje, en el extremo abierto del tubo se puede colocar un tapón (nutrición enteral), una
bolsa colectora o realizar lavados.

Para retirar la sonda nasogástrica, se lavarán las manos y se pondrán guantes. Colocar al paciente en posición de
Fowler, pinzar la sonda, quitar el esparadrapo de fijación. Solicitar al paciente que haga una inspiración profunda y
una espiración lenta. Retirar la sonda suavemente, con un movimiento continuo y moderadamente rápido. Efectuar
la higiene de las fosas nasales y de la boca.

2. Sonda nasoduodenal y nasoyeyunal.

Los primeros pasos son similares a la colocación de la sonda nasogástrica.

Una vez que la sonda se encuentra en el estómago, debe pasar por el píloro. Este paso puede realizarse de diversas
formas:

 Espontáneamente, aprovechando el peristaltismo intestinal (paciente en decúbito lateral facilita este paso).
La sonda debe estar marcada con dos señales, una para la ubicación gástrica (como en la sonda
30
nasogástrica) y otra a 25 cm. de la primera (en el caso de la nasoyeyunal). Una vez la sonda está en el
estómago, no se fija a la nariz, sino que se deja un bucle de 25 cm. fijándola en la mejilla o en el lóbulo de
la oreja, para dejar que progrese fisiológicamente hasta el yeyuno en el plazo de 8 a 10 horas. Para ello se
ayuda con medios mecánicos como beber pequeños sorbos de agua o colocar al paciente en decúbito
lateral derecho. El empleo de sondas lastradas no ha demostrado su superioridad respecto a las sondas
comunes.

 Utilizando fármacos que estimulen la motilidad gastrointestinal (procinéticos). No han demostrado ser
más eficaces que las sondas comunes.

 Con manipulación endoscópica.

Antes de iniciar la nutrición enteral, se debe realizar la comprobación radiológica de la correcta situación en el
duodeno o yeyuno. La fijación es igual que en las sondas nasogástricas.

La administración por sonda nasoentérica se debe iniciar con peristaltismo positivo y con buen drenaje
gástrico.

La sonda nasoyeyunal está indicada en caso de pancreatitis aguda, para evitar que la nutrición enteral estimule
la secreción pancreática.

3. Sonda nasogastroyeyunal.

Permite descomprimir el estómago manteniendo el aporte de nutrientes en el intestino. Se realiza con sondas de
doble luz con un terminal gástrico (18 French) y otro más largo yeyunal (9 French) ambas independientes, una
para poder aspirar el contenido gástrico y otra para nutrir a nivel yeyunal.

Indicada en pacientes con íleo gástrico con intestino funcionante.

4. Faringostomía.

Indicada en traumatismos y tumores maxilofaciales o mala tolerancia a la sonda nasogástrica.

5. Gastrostomía.

Debe realizarla el médico, requiriendo sólo anestesia local, no necesitando ingreso hospitalario. Requiere la
preparación previa en estado de ayuno, antibiótico de amplio espectro y sedación. En relación con el recambio de la
sonda por primera vez, por el anclaje que poseen es conveniente que sea realizado por el médico que la puso por
primera vez.

En las extubaciones involuntarias se ha de actuar con diligencia para evitar que se cierre el estoma, utilizándose
incluso una sonda de Foley si no se tiene la de sustitución.

Las sondas posteriores de sustitución pueden ser recambiadas por la enfermera, con sondas de globo o sonda de

31
bajo perfil, también llamadas de botón, muy utilizadas en paciente con vida social o laboral activa y en pediatría.

Para el recambio de la sonda es conveniente que el paciente haya guardado 4 horas de ayuno y que esté
semiincorporado. Se desinfla el globo, se rodea el estoma con los dedos índice y medio de una mano, mientras que
con la otra se estira suavemente haciéndola rotar hasta la extubación total. Se coloca la sonda nueva y se infla el
globo. Se comprueba mediante aspirado con una jeringa, el contenido gástrico y se deja la sonda lavada con 30-40
ml. de agua.

El estoma debe mantenerse limpio y seco. La fijación con el dispositivo externo que llevan incorporado se efectúa
con una ligera presión sobre el abdomen.

6. Yeyunostomía.

Su colocación es similar a las sondas de gastrostomía. Se efectúa por el médico. Se puede acceder al yeyuno a partir
de una gastrostomía, discurriendo por su interior una sonda fina hasta el yeyuno.

Indicada en pacientes que requieran nutrición enteral a largo plazo y esté contraindicada la gastrostomía por riesgo
de broncoaspiración, historia de reflujo gástrico o paresia gástrica, cirugía gástrica previa, etc.

Nutrición parenteral.
Es la administración intravenosa de nutrientes, aportando al organismo los elementos energéticos y plásticos indispensables
para el organismo.
Está indicada cuando no es posible o conveniente realizar la alimentación por vía oral o enteral, ya que es la forma menos
fisiológica de alimentación y comporta riesgos importantes, en especial la infección.
Previamente se deben determinar los requerimientos nutritivos del paciente.
Se prepara por el Servicio de Farmacia, mediante campana de flujo laminar horizontal (técnica aséptica).
Una vez preparada la nutribolsa o bolsa de nutrición parenteral, no debe ser manipulada, ni se le pueden añadir nuevos
aditivos, iones o medicamentos. Se mantendrá en frigorífico (a 4ºC) hasta 30 minutos antes de su administración, a
temperatura ambiente. No se debe conservar en nevera más de 24 horas y se debe proteger de la luz para evitar la
degradación de los componentes.
La nutrición parenteral puede ser:
1. Según su duración.
 Corta. De 4 a 8 días.
 Media. De 8 a 30 días.
 Larga. De 1 a 12 meses.
2. Según su definición.
 Exclusiva. Cuando sustituye a la alimentación oral o enteral.
 Complementaria. Cuando se utiliza como aditivo o ayuda.
3. Según su composición.
 Total. Aporta proteínas, glúcidos y lípidos.
 Parcial. Aporta proteínas y glúcidos.
Indicaciones de la nutrición parenteral.

32
Las mismas que en la administración enteral, en que el paciente no puede tolerar la vía digestiva o cuando se necesite reposo
intestinal.
Vías de administración de la nutrición parenteral.
Por vía periférica.
Cuando la nutrición parenteral es parcial, la vía de acceso suele ser la vena basílica o vena cefálica del brazo.
Las cánulas deben cambiarse cada 4 días y a diario los vendajes. Debe ser de baja osmolaridad (<600-800 mOsm/l).
Duración menor de 7 días.
Por vía central.
Indicada cuando se deba administrar la nutrición parenteral total, de elevada osmolaridad.
Debido a que los preparados son extremadamente hiperosmolares, se hace necesaria la administración a través de un
catéter colocado en la vena subclavia, yugular interna o femoral.
Entre sus complicaciones destaca el hemotórax, neumotórax, embolia, infección, fístula, etc.
Puede administrarse por vía central a través de una vía periférica (drum). El catéter, de gran longitud, se introduce desde
una vena periférica hasta una vena central. Para nutrición parenteral total.
Es de alta osmolaridad y cuando la duración sea mayor de 7 días
Características de la nutrición parenteral.
Por esa vía sólo debe administrarse la nutrición.
Para que la velocidad de infusión sea la deseada, es necesaria una bomba de infusión.
Puede ser de administración continua, las 24 horas del día o cíclica o intermitente, cuando se administra generalmente
durante la noche, para mejorar la calidad de vida del paciente, utilizada en nutrición domiciliaria.
La nutrición parenteral suplementaria se aporta como suplemento de alguna dieta oral o enteral.
Se recomienda iniciar el aporte nutritivo de forma gradual, para asegurar una buena tolerancia a la glucosa. Al principio no
debe sobrepasarse los 50 ml/hora y aumento paulatino de la velocidad de perfusión, hasta llegar a 140-150 ml/hora,
incrementando, como máximo, 5 ml/hora /día.
Puede empezarse mediante una dieta con bajo aporte calórico-proteico, pasando el segundo día a la dieta estándar de
mantenimiento.
En la retirada de la nutrición parenteral se procederá de forma gradual, para evitar que se presente hipoglucemia de rebote,
para ello una pauta de actuación es la administración de suero glucosado al 10%.
Se debe enjuagar el catéter al menos una vez al día, con una solución que contenga heparina.
Evaluación del estado nutricional.
El facultativo realiza un cálculo de las necesidades del paciente y de los nutrientes a aportar según su situación clínica.
1. Parámetros antropométricos.
Constituyen un método fácil y rápido de cuantificar el estado nutricional. Revelan la presencia de desnutrición calórica
(marasmo) o energético-proteica. Los más empleados son talla, peso, pliegues cutáneos (tricipital, bicipital) y
circunferencia del brazo.
2. Parámetros bioquímicos. Son buenos indicadores de desnutrición proteica (Kwashiorkor).
Destacan el índice creatinina-altura, niveles plasmáticos de albúmina y niveles plasmáticos de transferrina.
3. Parámetros inmunológicos. Recuento de linfocitos totales o test cutáneo de inmunidad retardada.
Preparación de la nutrición parenteral.
La preparación de la nutrición parenteral se realiza en un área limpia del Servicio de Farmacia Hospitalaria, mediante
campana de flujo laminar horizontal, con estrictas medidas de asepsia.
Se puede preparar fuera de éste área, con las mismas condiciones de asepsia necesarias para preparar cualquier otra
33
medicación endovenosa (lavado de manos con jabón antiséptico), ya que la osmolaridad de los preparados de nutrición
parenteral total no permite el crecimiento bacteriano.
No se debe añadir a la bolsa, ningún tipo de medicamentos.
Los tapones de los frascos de sueros y de los viales se limpiarán con alcohol de 70º dejando que éste se evapore totalmente.
La incorporación de los aditivos se lleva a cabo mediante:
 Sistemas de conexión en Y. Perforando el tapón de goma con los envases y poniéndolos invertidos.
 Inyectando mediante jeringas de distintos tamaños, en función del volumen de aditivo a incorporar.
Se etiqueta la bolsa con el nombre del paciente y el contenido. Se introduce dentro de una bolsa protectora de la luz y se
envía a la correspondiente Unidad.
Las soluciones de nutrición parenteral se prepararán para el día, o para el día siguiente en caso de que sea fin de semana.
Composición de la nutrición parenteral.
Es una mezcla de nutrientes energéticos y no energéticos capaces de cubrir las necesidades de cada paciente.
 Hidratos de carbono. El mejor tolerado es la glucosa. Como alternativa, la fructosa.
 Lípidos. Aportan alto contenido calórico en poco volumen.
 Proteínas. En forma de aminoácidos. Hay patrones muy diversos según las situaciones clínicas (estándar,
hepatopatía, insuficiencia renal, estrés, etc.) 7 gr. de aminoácidos aportan 1 gr. de nitrógeno.
 Agua. Es el vehículo de soporte de los otros nutrientes. (35-40 ml. por kg. de peso y día).
 Electrolitos. Depende de las pérdidas de los niveles plasmáticos y de las necesidades previas.
 Vitaminas. Hay preparados comerciales que se añaden a las bolsas. La única vitamina que no se aporta en estos
preparados y debe suplementarse individualmente es la vitamina K.
 Oligoelementos. No se suele requerir hierro.
Complicaciones de la nutrición parenteral.
▪ Sépticas.
Por colonización de la solución e infección del catéter (fiebre, escalofríos, sudoración, glucosuria). Provoca
bacteriemia y sepsis. Suele aparecer después de 72 horas.
▪ Metabólicas.
Por complicaciones en la administración de hidratos de carbono, lípidos y electrolitos.
▪ Mecánicas.
Provocadas por la vía de administración. Destacan la embolia gaseosa, neumotórax, desplazamiento del catéter.
Se evitan mediante una cuidadosa técnica de inserción del catéter.

34

También podría gustarte