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IES N° 9-002 NORMAL “TOMÁS GODOY CRUZ”

NIVEL SUPERIOR

Semántica-Profesorado de Lengua y Literatura


2do 1ra
GUÍA DE TRABAJO I

Bienvenidos/as estudiantes a esta segunda parte del año. La idea de esta primera clase es acercarnos
al concepto de lo que significa la Semántica. Por ello, la clase se desarrollará según los siguientes
temas:
▪ Ubicación de la Semántica entre las disciplinas lingüísticas.
▪ Las teorías semánticas más relevantes: tipos de semántica.
▪ El significado: tipos, teorías y definiciones.

1. Observen con atención el siguiente video de la película El cartero y reflexionen acerca


de la propuesta y su relación con la Semántica.
https://www.youtube.com/embed/iBmr3VPPNsA?feature=oembed
https://www.youtube.com/embed/VxUtMCAAmtk?feature=oembed

a. ¿Por qué las palabras son importantes?


b. ¿Qué representan, qué nos dicen?
c. ¿Se expresan de manera literal, explícita, figurada…?
d. ¿Son signos? ¿Por qué?
e. El peso semántico que adquieren, ¿depende de los contextos? ¿De qué
contextos?
f. ¿Cómo nos relacionamos con las palabras?
g. ¿Aparecen de la misma manera en los distintos textos, discursos?
h. ¿Cómo están expresadas estas palabras en los videos?

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Un acercamiento al concepto de Semántica 1
Semántica es una disciplina lingüística que se focaliza en el estudio del significado lingüístico,
con el fin de analizar las relaciones entre la forma lingüística y el significado léxico,
proposicional, micro y macroestructural de la lengua en uso. Si bien la mayoría de las formas
lingüísticas son de naturaleza simbólica, en tanto la relación con el significado es convencional,
se reconocen signos indiciales e icónicos en los distintos niveles de estudio, según la premisa de
que un cambio de forma implica un cambio de significado. Se hace hincapié en cómo el hablante
expresa lingüísticamente los conceptos y las ideas, manifestando procesos de categorización y
estableciendo relaciones metafóricas o metonímicas para llegar al estudio de la lengua como medio
de interacción entre las personas. Se analiza el significado de las unidades lingüísticas, cuyas
formas son soporte motivado de los conceptos e ideas producidas por el pensamiento y que desean
transmitir, según una intencionalidad consciente o inconsciente. Asimismo, se reconoce como
diferente el referente que es la entidad en el mundo de la experiencia, externa al lenguaje, al cual
se remiten los elementos lingüísticos. No obstante, se define el significado o contenido como una
“representación mental”, que busca una forma lingüística adecuada para materializarse y que se
torna motivada en contraste con otras formas seleccionables. Se insiste en que se analiza la relación
entre la forma elegida y la significación que se desea comunicar en el momento mismos de la
enunciación.
Se aborda la unidad palabra según los caminos semasiológico y onomasiológico, es decir,
partiendo de la forma al significado o del significado a la forma, de tal modo de acercarse al uso
de las distintas clases de diccionarios en soporte papel y virtual.
En cuanto al marco teórico de acceso al conocimiento, este trabajo constituye una introducción al
estudio de algunos temas fundamentales de la semántica en lengua española desde un planteo
funcional-cognitivista. El tratamiento de los contenidos se orienta en el sentido de las siguientes
nociones teóricas:
1. Si bien se reconocen distintos niveles de estudio de la lengua, no hay autonomía entre la
estructura gramatical o forma lingüística y el análisis del significado que aportan.
2. El contenido conceptual o semántico se estructura y simboliza en la gramática de cada
lengua.
3. Las unidades léxicas cargan significados de distinto tipo: no solo el relacionado con la
entidad a la cual representan, especificaciones categoriales (sustantivo, adjetivo, verbo),
subcategoriales (género, número), comunicativo-pragmáticas, diatópicas, diastráticas,

1 Extraído del material de la Prof. Lic. Mgter. Diana Támola de Spiegel

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diafásicas, diageneracionales, valorativo-axiológicas; sino también especificaciones
gramaticales o morfológico-sintácticas para relacionarse con otras unidades en la oración.
4. La presencia o ausencia de una o más formas lingüísticas se interpreta como motivada.
5. A un cambio de forma se corresponde un cambio de significado.
La semántica ocupa un lugar central en la tarea interpretativa de los textos. Cuando se habla de
significado pragmático se alude específicamente al estudio de signos de origen humano no
lingüístico como comportamientos, gestos, distancias físicas, actitudes, aspectos psicológicos, que
hacen a la interpretación de los signos lingüísticos. Se pone el acento nos solo en el componente
cognitivo de la relación de la lengua con el pensamiento, sino también en el aspecto comunicativo
intra e interpersonal. Se prioriza, tal como postula el funcionalismo, que la estructura de las lenguas
está condicionada por las funciones que el enunciado cumple en situación comunicativa
concreta. Desde esta perspectiva, el análisis de la lengua implica el reconocimiento de funciones
semánticas aunadas a las sintácticas, a las suprasintácticas y discursivas, para integrar en una visión
holística los componentes comunicativos y los cognitivos, vinculando la expresión fónica, el
significado léxico y gramatical con el significado que se desprende del análisis del momento de
la enunciación, del enunciado y de la actitud del hablante frente a su enunciado y frente a la
enunciación (modalidad).
En el terreno de la enseñanza, la perspectiva funcionalista-cognitiva, logra una mayor significación
conceptual y mejor resultado en la conciliación de la organización estructural del lenguaje con su
función semiológica. La postura adoptada responde a las exigencias de la lingüística actual que ha
adquirido el estatus de ciencia: no solo apunta a describir, sino también a explicar el funcionamiento
del sistema lingüístico desde la mente del hablante en el acto mismo de la comunicación. El buen
conocimiento de las nociones seleccionadas resulta actualmente imprescindible para la enseñanza,
no solo de la reflexión acerca de los hechos del lenguaje, sino de los procesos de comprensión y
producción de textos orales y escritos.
Semántica, lexicología y lexicografía
La semántica, la lexicología y la lexicografía constituyen tres partes de la lingüística perfectamente
diferenciadas, a las que, desde un principio, conviene delimitar con precisión, aunque esto no
siempre resulta tarea fácil. Antes de entrar resulta en detalles, tengamos en cuenta que la semántica
suele ser definida como el estudio del significado de las unidades léxicas; la lexicología, como el
estudio científico del léxico, y la lexicografía, como la técnica de componer diccionarios.
Semántica
El término semántica fue acuñado por el lingüista francés M. Bréal en 1883. La tarea que asignaba
a esta nueva ciencia era la de estudiar la evolución del significado de las palabras. Durante muchos
años, por semántica no se entendió otra cosa, ya que era una rama de la lingüística histórica.

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La lingüística postsaussureana, al principio, abandonó prácticamente el estudio del significado, el
cual, por ser un hecho mental y psicológico y por sus vinculaciones con el mundo exterior, no
parecía ser un objeto de la exclusiva competencia de los lingüistas (lo compartían también los
psicólogos, lógicos, antropólogos, sociólogos, …). El lingüista se sentía fuera de su dominio al
tratar el problema de la significación de los signos por faltarle un método que fuera exclusivamente
lingüístico para delimitar las unidades con que operar.
Sin embargo, se contaba con la importante aportación de J. Trier (1931), que alcanzó una rápida
estima, pero no mostró su fecundidad hasta bastante tiempo después. Trier trasladaba a la
significación de las palabras la idea central de Saussure de que, en una lengua, en un momento
dado, los significados de los signos, también constituyen un sistema solidario. Su descubrimiento
central es que el vocabulario de una lengua se divide en sectores (campos semánticos), constituidos
por palabras interrelacionadas, de tal modo que el valor de cada una de ellas depende de sus
relaciones con las demás. Este descubrimiento planteaba el problema de la significación fuera de
los términos lógicos o psicológicos habituales. El problema de la significación era rescatado para
la lingüística, independientemente de lo que tuvieran que decir sobre él las otras ciencias. La
semántica se incorporaba al conjunto de las actividades estructurales suscitadas por las enseñanzas
de Saussure, aunque, como hemos indicado, bastante tiempo después.
En la semántica generativa y transformacional, en lugar de manejarse un sistema de elementos,
como en la estructural, se maneja un sistema de reglas, El primer intento de crear una teoría
semántica de acuerdo con los principios de la gramática generativa lo llevaron a cabo J. J. Katz, J.
A. Fodor y P.M. Postal. Estos autores parten del postulado de que lo que hay que describir es la
lengua y no la producción de la palabra, Por ello, lo primero que hay que hacer es captar la
capacidad combinatoria del hablante. La sintaxis ya se ocupa de la combinación de las palabras en
la frase. Pero hay indicaciones que sólo puede proporcionar la semántica a través del diccionario y
las reglas de proyección. Tras haber señalado el diccionario las imposibilidades gramaticales entre
las combinaciones, las reglas de proyección teniendo en cuenta las restricciones selectivas, evalúan
las posibilidades de combinación semántica. Más adelante, la semántica interpretativa restringe las
reglas de transformación y tiene muy en cuenta las diversas competencias del hablante y del oyente
relacionadas directamente con su capacidad de actuación.
La semántica, además de reflejar los avances registrados en otros campos de la lingüística, se ha
beneficiado de los resultados de otras ciencias, sobre todo de la lógica y de la psicología.
Teorías semánticas
El significado como objeto de estudio ha sido enfocado desde diversas perspectivas o teorías. Una
teoría constituye un modelo conceptual y procedimental para abordar un determinado objeto de
estudio. En semántica se pueden reconocer, en general, tres posturas: la lógico- filosófica, la
psicológica y la lingüística.

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La semántica lógico-filosófica se conoce como semántica vericondicional y ha ido
evolucionando hacia una semántica formal. El primer problema que se ha planteado
es el de la representación de los signos sin discriminar el significado de su referente,
es decir, sin distinguir la función semiótica de aquello a lo que el signo remite.

Semántica lógico- filosófica

Significación = Referencia o entidad en el mundo de la experiencia

Figura 1 Teoría semántica lógico-filosófica

Asimismo, se plantea el valor y las condiciones de verdad de los enunciados; dicho de otro modo,
se cuestiona si un enunciado es verdadero o falso e incorpora este valor al sentido del enunciado.
Esta semántica evoluciona hacia una semántica formal, ya que su objeto de análisis son los
lenguajes formales (de la lógica, de la física, de la matemática, de las lenguas naturales). Respecto
de las lenguas naturales, se las intenta explicar como si fueran lenguajes artificiales lógicos.
Las limitaciones de esta semántica han sido cuestionadas por Umberto Eco, en su Tratado de
semiótica general (cap.2, ap.5), quien denomina "falacia referencial" y "falacia extensional", a los
equívocos que surgen al equiparar el significado con el referente y el sentido de un enunciado con
su valor de verdad. Eco los denomina falacias por tratarse de razonamientos erróneos que implican
un daño, en este caso, cognoscitivo.
En cuanto a la semántica psicológica, desarrollada a partir de finales del siglo XIX, se aborda el
significado o la significación como la relación entre los signos y las representaciones u
operaciones mentales. Relacionada con esta teoría pueden mencionarse los modelos
psicolingüísticos de comprensión y las semánticas cognitivas que definen el significado como una
"representación mental". Esta semántica deja sentir su influjo en la lingüística cognitiva.

Semántica psicológica
Contenido o significado= representación mental

Figura 2 Teoría Semántica Psicológica


Finalmente, y especialmente desde la lingüística francesa y las teorías de Ducrot, Anscombre y
Rastier, se ha desarrollado la semántica lingüística, independiente de la lógica y de la psicología,
cuyo objeto de estudio es el significado lingüístico, diferente de los referentes, de los conceptos y
de las representaciones mentales. Es una perspectiva nacida de la lingüística estructural europea
que define la significación corno la relación entre los significados". Rastier (1996:17) afirma que
los signos están provistos de sentido y, por lo tanto, pueden designar a un referente. Los
significados mantienen a su vez relación con correlatos psicológicos, pero esos correlatos no
desempeñan un papel en la definición del significado (Rastier,1997). Según esta postura, las
significaciones de las Ienguas naturales se interdefinen porque constituyen sistemas.

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Como regla general, hay que distinguir sistemáticamente entre contenido, concepto y referente.
Estos tres tipos de realidad tienen sin duda relaciones entre sí, pero disponen de una autonomía
relativa de tal forma que pueden ser estudiados por disciplinas distintas. (Rastier,1996: 18)

Semántica lingüística
Contenido Concepto Referente
Contenido: significado de las unidades lingüísticas (morfemas, palabras, oraciones, textos)
Concepto: producto del pensamiento mediante un proceso de abstracción y categorización
Referente: entidad en el mundo de la experiencia, externa al lenguaje, a lo que un elemento
lingüístico remite.
En nuestro curso desarrollaremos una semántica lingüística cognitivo-funcional, al reconocer que
el signo lingüístico es una entidad mental con significado y significante para remitirse a referentes
o entidades del mundo de la experiencia, generalmente externas al lenguaje, según una determinada
intención o propósito, en situación comunicativa concreta.

Significación
Entidad en el mundo
Forma de la experiencia

Signos lingüísticos
en situación comunicativa

Semántica lingüística
Nuestra perspectiva de estudio se sustenta en la concepción de las lenguas naturales como
sistemas de comunicación, producto de procesos cognitivos complejos, que manifiestan rasgos
históricos, culturales, sociolectales e ideolectales característicos de los individuos y las sociedades
que las hablan. Asimismo, se sostiene que las lenguas naturales constituyen un producto de los
procesos cognitivos característicos de todos los seres humanos, metafóricamente conceptualizados,
en la tradición gramatical, con la expresión gramática universal, para referirse a los rasgos
cognitivos comunes a la especie humana.
El universo conceptual, producto de la mente y fruto de una actividad cognitiva intensa, da a luz
solo una parte del conjunto de conceptos que el ser humano es capaz de manejar, Los conceptos
son las ideas que se tienen de las cosas y de su manera de ser en el mundo. Así, por ejemplo, el
concepto "fruta", es una entidad que surge del conocimiento personal de una suma de entidades
como "manzana", "mandarina", "banana", "durazno" y que excluye otras entidades como
zapallos, cebollas, lentejas, albahaca, etc. Es habitual nuestra experiencia de ir distinguiendo o
recortando mentalmente en clases la realidad, a partir de la percepción de Io que nos rodea, de tal
manera de ir haciendo experiencia que se almacena en la memoria en forma de categoría

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conceptual. Cada vez que percibimos alguna cosa nuestra mente busca ubicarla en una categoría.
Cuando escuchamos un fragmento musical, inmediatamente lo categorizamos como rock, cumbia,
música clásica, folklórica, etc.
El mundo no es, por lo tanto, una realidad que nuestra mente aprehende en forma absolutamente
objetiva, en el sentido que la representación mental obtenida de la percepción sea el referente u
objeto de la realidad extralingüística. Se trata solo de una representación mental propia del sujeto;
por eso es una representación mental subjetiva. No obstante, no es una abstracción individual,
sino que se produce en sociedad. Indudablemente, la aprehensión y el reconocimiento de categorías
están condicionadas, por una parte, por nuestra percepción y capacidad de abstracción, pero no se
realiza solo en forma individual sino en sociedad. Dicho de otro modo, la sociedad condiciona
nuestras percepciones. Evidentemente, en la teoría semántica no se pueden soslayar las instancias
de sistematización social (sociolecto) e individual (idiolecto).
Una vez inscriptas en nuestra mente, las categorías conceptuales pueden llegar a ser categorías
lingüísticas: la comunidad las "traduce" del 'lenguaje mental a los signos lingüísticos, Por esta
razón, las lenguas naturales no solo son sistemas de signos de comunicación, sino también
sistemas de acceso al conocimiento del mundo. Esta visión más amplia está relacionada con el
universo percibido y con el "sistema de conceptualización" de nuestra mente. La figura n o 5
esquematiza lo antes dicho:
Sistema de conceptualización humano

universo percibido

conceptos / categorías o noemas

conceptos lingüísticos conceptos no lingüísticos2

signos lingüísticos

significación
Forma Entidad en el mundo de la experiencia
Figura 5 Modelo de universo conceptual (Delbecque 2002)
A partir del mundo o universo percibido por parte del hablante, la mente tal como como un
conceptualizador elabora noemas o categorías conceptuales que se reflejan en categorías
lingüísticas. Este hecho puede explicar que una misma entidad sea categorizada de manera

2 Pertenecen al ámbito del pensamiento

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diferente por cada persona o que una misma persona pueda categorizar de diferente forma una cosa
según el momento. Así, por ejemplo, se puede decir que un vaso, con la misma cantidad de agua,
está lleno hasta la mitad o está medio vacío. Cada cual percibe la situación y la construye, en
función de la experiencia personal particular.
La operación o proceso mental mediante el cual los seres humanos clasificamos el mundo que nos
rodea se denomina categorización. A través de la categorización, organizamos el pensamiento a
medida que conocemos en estructuras conceptuales, relaciones de semejanza o de diferenciación
que determinan límites entre las distintas categorías, límites que, en general, son difusos. Dicho
de otro modo, la categorización es un mecanismo de organización de la información obtenida a
partir de la aprehensión de la realidad, que es, en sí misma, variada y multiforme. Mediante la
categorización agrupamos elementos diferentes en conjuntos, lo cual nos permite pensar, percibir,
actuar e incluso hablar. Así, la categorización se puede definir como un proceso mental de
clasificación, cuyo producto son las categorías cognitivas, "conceptos mentales almacenados en
nuestro cerebro", que en conjunto y una vez convencionalizadas, constituyen lo que se llama
lexicón mental. En ese sentido, la categorización fundamenta los procesos de comprensión y
producción lingüística.
La categorización nos permite simplificar la infinitud de lo real a partir de dos procedimientos
elementales de signo contrario, o mejor dicho, complementario: la generalización o abstracción
y la particularización o discriminación. Por ejemplo, puedo generalizar diciendo que sobre la
mesa hay útiles escolares o puedo particularizar en lápices, lapiceras, correctores, hojas a cuadros
y a rayas, fibrones, goma de borrar, tijeras, papel glasé, carpetas, libros... A la generalización y
discriminación, se suman otros dos procesos conceptuales de categorización: la metáfora y la
metonimia.
Si decimos el 'pie de la montaña' para referirnos a la parte inferior de la montaña, es en virtud del
parecido que se establece entre la montaña y el cuerpo humano: se traslada un atributo del cuerpo
humano — visión antropocéntrica - a una elevación natural del terreno. La metáfora (del griego
metapherein 'transportar') consiste pues en transportar un elemento de un primer dominio o
dominio fuente a un segundo dominio o dominio blanco, es decir se produce una extensión del
significado por semejanza. El otro proceso conceptual, la metonimia, permite poner el acento en
las diversas partes que componen una entidad compleja, sea considerando el conjunto para designar
solo una parte, sea tomando una parte para designar el conjunto. El lazo semántico que une
metonímicamente dos o más sentidos de una palabra está basado sobre una relación de contigüidad;
por ejemplo, entre continente y contenido - la botella respecto del vino que contiene - el lugar y los
habitantes, el productor y el producto, el propietario y la propiedad u otro tipo de contigüidad, tal
como se puede apreciar en los siguientes ejemplos: 'Se bebió toda la botella', 'El Mercedes pasó
con el semáforo en rojo', 'Las perchas están ya planchadas'.

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Hasta aquí nos hemos interesado por las categorías conceptuales situadas, específicamente, en el
nivel de las categorías léxicas o palabras. Sin embargo, también o se encuentran categorías
conceptuales en el nivel de las categorías gramaticales (sustantivos, adjetivos y adverbios). Las
formas niñas/ niñas tienen el mismo significado léxico, pero difieren con respecto a su significado
gramatical, en que una es una forma singular del nombre y la otra es la forma plural. Según se elija
un sustantivo (1) o un verbo (2) para describir una determinada situación, el producto será diferente:
(1) iEscuchen qué lluvia!
(2) iEscuchen cómo llueve!
Si se utiliza el sustantivo lluvia se presenta el fenómeno como una cosa estática (1); en cambio, si
se usa el verbo llover se enfatiza la dimensión dinámica (2). Estos ejemplos ilustran un aspecto
esencial de la lengua: cada categoría léxica de la oración pertenece al mismo tiempo a una categoría
gramatical. Son categorías gramaticales, entre otras, el sustantivo, el verbo, el adjetivo, la
preposición, etc.
Así pues, el sustantivo es una categoría gramatical, porque es una con clase de palabra con la que
designamos sustancias según el modo en que las percibimos. Con la palabra 'silla' no representamos
la realidad 'silla', sino que designamos una percepción de las sillas, la cual incluye los rasgos que
tienen en común (asiento, patas, respaldo) y se olvida de los que las diferencian (material, color,
calidad). Por eso, se puede afirmar que aprender una lengua es entre otras cosas, aprender a
denominar Ias percepciones características de esa lengua y que solo coinciden parcialmente con
las percepciones de otras lenguas (López García, 2005).
Las categorías léxicas se definen por su contenido semántico específico. El contenido conceptual
de cada categoría Iéxica abarca generalmente un conjunto de elementos o rasgos semánticos,
llamado semas. Así, por ejemplo, si pensamos en los distintos tipos de sillas que existen,
observaremos que, aunque sean pequeñas, grandes, anchas, estrechas, de o de metal, con una, dos,
tres o cuatro patos, basta para categorizarlas como sillas que sean de alguna forma un asiento con
respaldo y patas, Algunos de ellas son mejores representantes de la clase que otras. En nuestra
mente, el miembro más representativo el de silla, la 'silla normal', se denomina, técnicamente,
prototipo o miembro prototípico de la categoría. Generalmente, se trata de una silla de cuatro
patas, cuya altura se adapta a la altura de las rodillas, Las sillas tipo sillones con apoya brazos, las
sillas de comer para los bebés, las sillas de ruedas, la silla eléctrica, constituyen los miembros
marginales o periféricos de las categorías.
En general, el núcleo o centro de una categoría léxica se define con claridad; por el contrario,
miembros que se hallan en las zonas periféricas permanecen generalmente vagos y se acercan a
otras categorías léxicas, Por ejemplo, las sillas con apoya brazos se acercan a la clase sillón. En los
diccionarios, observamos que las acepciones más prototípicas aparecen primero y luego se
presentan las restantes en orden al grado de prototipicidad o marginalidad.

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Actualmente, el concepto de prototipo se enmarca en el cognitivismo, teoría lingüística basada en
la suposición tradicional de Ia dirección entre causalidad entre la mente y la lengua. El desarrollo
cognitivo del ser humano avanza simultáneamente con la adquisición de la lengua y resulta que los
dos procesos- el cognitivo y el lingüístico- están conectado temporalmente, en relación de causa /
efecto. Sin embargo, hasta la naturaleza de la relación entre el desarrollo lingüístico y el cognitivo
no es tan clara.
Como la mayoría de las formas de una lengua son de naturaleza simbólica, es necesario analizar la
relación simbólica entre la forma y la significación, primero en la unidad palabra, luego en la
oración, después en la relación entre dos oraciones (microestructura) o en el párrafo y en el
texto (macroestructura). En efecto, se pueden reconocer tres niveles de abordaje complementarios
de la semántica: la microsemántica (semántica léxica o lexicología), la mesosemántica
(semántica proposicional) y la macrosemántica (semántica micro y macroestructural).
En este curso, abordaremos específicamente el campo de la semántica lingüística y cuando
empleemos el término semántica sin calificativo alguno se entenderá que se refiere
fundamentalmente a la semántica lingüística cognitivo-funcional. La semántica lingüística es
el estudio del significado codificado sistemáticamente en el léxico y la gramática de las llamadas
lengua naturales.
Generalmente, cuando se ingresa en el significado relacionado con aspectos extralingüísticos, como
el de las conductas humanas (cooperación/ falta de cooperación, cortesía/ descortesía), se llega al
dominio del discurso como práctica social. Los límites entre semántica y análisis del discurso son
difusos, por lo que no nos preocuparemos demasiado si estamos en uno u otro terreno. Lo
importante es la aprehensión, interpretación y el estudio de significados de diferente tipo, a partir
del análisis de Ios signos lingüísticos que se usan en los textos o enunciados.
Significación
El significado de un signo lingüístico puede ser definido, en principio, como la información que, a
través de él, se transmite en el acto de comunicación, Pero a veces sucede que lo que el hablante
quiere decir (significado inicial) no se corresponde exactamente con lo que el oyente interpreta
(significado terminal), por lo que es preciso aclarar que el significado se halla integrado por el
conjunto de los rasgos significativos comunes a la generalidad de los hablantes de una lengua.
En el significado de un signo lingüístico se distinguen:
a) un elemento conceptual resultado de abstraer los caracteres comunes a la clase
a la que pertenece,
b) un elemento imaginativo, que evoca el conjunto de sensaciones producidas por
el objeto de acuerdo con nuestra experiencia (forma, color, tamaño, sabor,
etc.), y

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c) un elemento afectivo, en virtud del cual expresamos nuestra actitud con
respecto a la realidad a que se refiere. Estos factores que se combinan de
diversas maneras, según el contexto en que aparezcan.
Pero los signos lingüísticos no existen aislados, sino formando parte del sistema de la lengua. Por
ello, hemos de tener presentes también:
a) el valor significativo que reciben como consecuencia de sus relaciones con los restantes
signos del sistema, y
b) el elemento de significación gramatical, clasema, que permite combinarlos con otros
para formar enunciados.
Imprecisión del significado
El léxico de una lengua forma un conjunto abierto que ningún hablante es capaz de utilizar en su
totalidad, lo que supone que las relaciones de posición paradigmática no tienen en la conciencia
del hablante la nitidez que el análisis lingüístico parece mostrar. Así, el rasgo 'cocido de una vez',
que opone pan a bizcocho, queda oculto para la mayoría de los hablantes del español.
Del mismo modo, ningún hablante conoce o actualiza todas las combinaciones posibles de ciertos
signos lingüísticos por los rasgos sémicos permanecen oscurecidos, como ocurre con los sintagmas
pan ácimo y pan cenceño, que destacan el rasgo “sin levadura”, ignorados por un amplio sector de
la comunidad hablante.
La complejidad de estas relaciones y el diferente grado de conocimiento del idioma explican que
el significado de gran parte de las palabras del idioma resulte impreciso.
Prescindiendo de los factores subjetivos de un mejor o peor conocimiento de la lengua, podemos
afirmar, en general, que la imprecisión se encuentra en relación directa con el número de
combinaciones en que aquellas puedan aparecer y en relación inversa con el número de semas
que se descubran en su significado. Por ejemplo, alimento es más preciso que pan, por figurar en
una serie de contextos como alimento asado, congelado, crudo, fresco, hervido, líquido, en los
que pan nunca se utiliza.
Cuanto más homogéneo es el grupo social que emplea un vocablo, más preciso es su significado
y a la inversa. La dinámica social produce numerosos cambios semánticos en esta dirección.
Sirva el ejemplo del término notable, que tiene un significado básico (digno de nota), que se
precisa y concreta en el habla de los estudiantes y profesores (Calificación superior al aprobado
e inferior al sobresaliente).
La polisemia, factor de la lingüística, contribuye en gran medida a la imprecisión de las palabras.
Pero la polisemia es posible porque la situación y/o el contexto evitan confusiones (aunque a
veces se juegue humorísticamente con la posibilidad de error) e la interpretación del enunciado.
De esta manera, en 'han traído cinco toneladas de galleta para la calefacción", por ejemplo, de
las seis acepciones, que según el DRAE , tiene galleta, se actualiza la cuarta (“variedad de
antracita”).

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las necesidades de precisión o exactitud en la comunicación humana son variables. Mientras en
un examen se suele buscar la máxima exactitud, en los chistes se juega constantemente con la
imprecisión y el equívoco. Por ello, con todas las Ienguas existen términos genéricos, corno
asunto, cosa, cacharro, fulano o máquina, que proporcionan una gran comodidad expresiva
cuando no se encuentra el vocablo exacto o cuando la situación comunicativa facilita la
comprensión entre los interlocutores.
Denotación y connotación
En lingüística, se suele emplear el término denotación para hacer referencia a los aspectos
conceptuales, objetivos y estables del significado de una unidad léxica, analizable fuera del
discurso, y connotación para denominar a los afectivos e imaginativos, subjetivos y variables
según los contextos y situaciones. Sin embargo, en la práctica, la distinción entre ambos
conceptos no siempre resulta clara, por lo que conviene hacer algunas abstracciones.
Al no ser nuestro contacto con el mundo que nos rodea exclusivamente intelectual, el significado
de las unidades léxicas con que nos referimos a él recoge, de algún modo, nuestras reacciones
emocionales y las imágenes que nos quedan en la memoria en diversa proporción según las
unidades y los hablantes, como se comprueba de modo inmediato en nuestro vocabulario, en el
que se distinguen fácilmente los elementos que hemos adquirido por vía intelectual (como ácido
sulfúrico, por ejemplo) y los que hemos asimilado mediante experiencias vitales complejas
(como sal).
Por otro, las realidades de nuestro mundo (físico, mental o imaginario) no se nos presentan
aisladamente. Ello se debe a que, al ser conocidos los referentes en las complejas situaciones en
las que aparecen asociados unos con otros y con las reacciones que suscitan en los hablantes, las
palabras evocan no solo los referentes, sino las situaciones totales en las que son conocidos.
Tanto la denotación como la connotación pueden ser individuales o sociales, y, dentro de estas
últimas, cabe distinguir las que son comunes a la totalidad y las que pertenecen sólo a uno de los
grupos que se integran en la comunidad. En este sentido, garbanzo, por ejemplo, provoca
denotaciones y connotaciones distintas para los consumidores, los campesinos, los comerciantes
y los botánicos. La lengua recoge los aspectos relevantes comunes a todos esos grupos, o sea, su
condición de 'alimento', por lo que la denotación gira en torno al garbanzo como 'semilla
comestible' y las connotaciones más comunes aluden a cocido, olla, potaje, etc., lo cual no
excluye que los restantes aspectos puedan aparecer en primer lugar en determinados contextos o
situaciones.
En general, los principales tipos de connotaciones son las emotivas (afectivas, subjetivas), las de
nivel de lengua (culto, popular, vulgar), las de estilo de lengua (oral [registro coloquial,
expositivo, dialéctico...] o escrita: registro epistolar, académico, comercial...), las culturales (de
acuerdo con el nivel de instrucción de los hablantes: alto, medio, bajo), las sociales (clase, grupo,

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profesión), las biológicas (edad, sexo) y las geográficas (pronunciación, voces o giros dialectales,
regionales.,.).
Contexto y situación
En el acto de comunicación, la palabra suele aparecer unida a otras, formando enunciados que se
producen en una situación concreta en la que se establece una relación social entre el hablante y
su(s) interlocutor(es), circunstancia necesaria en toda comunicación, que influye en gran medida
en el funcionamiento del lenguaje, particularmente en el plano semántico, tanto en la perspectiva
del hablante (cuando selecciona los elementos que le ofrece la lengua) como en la del oyente (al
interpretar el mensaje).
De acuerdo con ello, llamamos contexto lingüístico (o simplemente contexto) al conjunto de
palabras, junto con las relaciones que se establecen entre ellas, integradas en un enunciado,
elemental o complejo, y contexto de situación (o situación), al conjunto de relaciones de naturaleza
social existente entre las personas que participan en la comunicación, es decir, los datos comunes
al emisor y al receptor sobre la situación cultural y psicológica, las experiencias y los contenidos
de ambos.
Estos dos tipos de circunstancias actúan preferentemente en el plano semántico (aunque también
pueden manifestarse en el morfosintáctico y en el fónico), tanto en lo relativo a la denotación como
a la connotación. En los dos aspectos, la acción del contexto presupone el paso de la lengua al
habla, es decir, actualiza determinados aspectos significativos de entre el conjunto de posibilidades
virtuales que tiene la palabra en el sistema lingüístico.
Si comparamos “Voy a dar un paseo” y “Me lo encontré en el paseo”, observamos que paseo
significa en ambas oraciones cosas distintas debido a que los contextos son diferentes. En el primer
ejemplo, significa “acción de pasear”, y en el segundo “lugar destinado en las poblaciones para
pasearse”. Por otro lado, un mensaje como “Un clavo”, no es lo mismo si lo emite un conductor
que está indagando por qué se le ha pinchado la rueda de su automóvil, que si lo emite un carpintero
dirigiéndose a su ayudante. La situación hace que, en el primer caso, interpretemos “Ha sido un
clavo”, y, en el segundo, “Dame un clavo”.
Resumen
Lean los siguientes cuadros, que contienen información sintetizada para acercarnos al
concepto de Semántica, su relación con otras disciplinas y los tipos de significados que ella
implica…

SEMÁNTICA
• Parte de la lingüística dedicada al estudio del significado de las unidades
léxicas.
• El término “Semántica” fue acuñado por el lingüista francés Bréal en 1883 y
designaba la ciencia que estudiaba la evolución del significado de las palabras

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Trabazón de las áreas lingüísticas
• Toda unidad semántica queda apoyada en una unidad lexicológica y
toda unidad lexicológica manifiesta y exterioriza una unidad
semántica.
• Toda unidad sintáctica se apoya en una unidad morfológica, la cual
simultáneamente sirve de manifestación de la unidad sintáctica.
• Toda unidad fonológica se exterioriza por medio de su correspondiente
unidad fonética y esta sirve de manifestación de la unidad fonológica.

GRÁFICO DE LA ILUSTRACIÓN
Esta trabazón se compendia así

Semá ntica Sintaxis

Lexicología Morfología

Fonología

Fonética

TIPOS DE SEMÁNTICA
Semántica Lógica:
▪ Estudia la relación entre el signo lingüístico y la realidad, las condiciones para que un
signo pueda aplicarse a un objeto y las reglas que aseguran una exacta significación.
▪ A ella le interesa el significado del significado y se ocupa de la naturaleza del
lenguaje como significación comunicable.
TIPOS DE SEMÁNTICA
Semántica Psicológica:
▪ Intenta explicar por qué nos comunicamos.
▪ También, qué ocurre en nuestra mente de locutor y en la del interlocutor cuando
nos comunicamos.
▪ Le interesa el mecanismo psíquico que se establece entre el hablante y el oyente
en el acto de la comunicación.

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¿Qué es el SIGNIFICADO?
o Según OGDEN Y RICHARDS en The meaning of meaning, el significado es:
 La propiedad intrínseca de algo.
 Las demás palabras que se agregan a una palabra en el diccionario.
 La connotación de una palabra.
 El lugar de algo en un sistema.
 Las consecuencias prácticas de una cosa en nuestra experiencia futura.
 Las consecuencias teóricas incluidas en una afirmación o implícitas en ella.
 Lo que está relacionado con un signo mediante una relación elegida.
 Las asociaciones adquiridas.
 Lo que algo sugiere.

Según John Lyons:

• Hay un SIGNIFICADO DESCRIPTIVO o PROPOSICIONAL: la lengua se usa


para hacer JUICIOS que son verdaderos o falsos, si las proposiciones que expresan
son verdaderas o falsas.
• hay un SIGNIFICADO NO DESCRIPTIVO o EXPRESIVO, según el cual el
hablante da cuenta de sus creencias, actitudes y sentimientos.

Según GEOFFREY LEECH:


Existen dos tipos esenciales de significado:
• El DENOTATIVO o CONCEPTUAL: comunica intencionalmente lo que un término quiere
decir.
• ASOCIATIVO: transmite no siempre intencionadamente asociaciones o connotaciones del
término.

Diferencias
Denotativo Connotativo
COMUNICA TRANSMITE

Se puede cambiar la No se pueden anular


denotación de una las connotaciones
palabra

TIPOS DE SIGNIFICADO ASOCIATIVO


1. El SIGNIFICADO CONNOTATIVO: es el que se transmite por las asociaciones
inducidas por el objeto referido.
Por ejemplo:

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La conferencia fue un PLOMO
Para indicar que la conferencia fue tediosa y pesada se usa este sustantivo, que nombra
un metal, una de cuyas características es la de ser pesado.
2. El SIGNIFICADO SOCIAL: es el transmitido mediante las asociaciones inducidas a
través de las circunstancias de uso del lenguaje.
Por ejemplo:
Después de la balacera, el fugitivo llegó con un plomo alojado en su pierna.
En el ámbito bélico o policial, plomo sirve para nombrar la bala de un arma de fuego.
3. El SIGNIFICADO AFECTIVO: que indica lo transmitido mediante las
asociaciones anímicas que conlleva el uso del lenguaje. Se suele identificar por la
presencia de oraciones exclamativas, por el uso de prefijos y sufijos, por el
hipérbaton, por las repeticiones.
Por ejemplo:
¡Qué plomazo!
El significado es afectivo porque a la connotación de pesado se le ha añadido un
sufijo de aumentativo y se ha usado una oración exclamativa, con un enfático.
4. El SIGNIFICADO CONLOCATIVO: es el trasmitido por la asociación de la
expresión utilizada con otras juntos a las que suele aparecer.
Por ejemplo:
Allí, la montaña cae a plomo sobre el río.
El sustantivo plomo aparece formando una frase coloquial que indica, toda ella, una
caída abrupta.
5. El SIGNIFICADO REFLEJO: es el transmitido en virtud de las asociaciones con
otras denominaciones de la misma expresión.
Por ejemplo:
Llegó el plomo.
La palabra plomo puede interpretarse en forma denotativa (el metal) o
connotativamente (persona pesada y molesta)
Pueden completar esta información con la siguiente bibliografía:
Leech, G. (1974). Semántica. Madrid: Alianza.

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