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Resumen
Partiendo de los escritos del artista Enrico Baj (1924-2003), en su mayoría inéditos en castella-
no, se aborda su faceta de crítico de arte y su defensa del imaginario fantástico y del ornamento
como matrices creativas, pero también como armas útiles para preservar la autonomía del pen-
samiento en la sociedad actual. El talante anárquico de muchos de estos escritos, la fundación
del Colegio de Patafísica de Milán y su complicidad con Asger Jorn explican su interés por el
arabesco y por todas aquellas prácticas artísticas de carácter espontáneo, como el garabato —cu-
yas conexiones profundas con el ornamento planteamos aquí por primera vez— y la atención a
la manualidad, elevada a componente fundamental del proceso creativo. Por último, se contras-
tan estas tesis con algunos análisis recientes de crítica artística y literaria, que denuncian la des-
humanización del arte y abogan por el rescate de otra «modernidad», subterránea y anacrónica
en tanto que presente en tiempos y lugares diversos, opuesta a la institucionalización del arte y
a ciertos prejuicios occidentales relativos al estatuto del artista, a la práctica y a la jerarquía de
las artes, así como a la recepción por parte de una determinada crítica y su público.
Palabras clave:
Enrico Baj; surrealismo; CoBrA; patafísica; imaginario; manualidad; ornamento; garabato;
crítica de arte; mercado del arte
Abstract
Keywords:
Enrico Baj; surrealism; CoBrA; pataphysics; imaginary; craftsmanship; ornament; scribble;
art criticism; art market
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frente a todos ellos, la fantasía brinca las más ra: «El arte moderno es abstracto, imaginativo,
altas cimas, supera toda dificultad20. «¿Quién visionario y onírico. Es un arte libre, que se
dijo que el arte debiera aliarse a la razón po- funda ampliamente en la intuición poética. Es,
sitivista?», clamaba en su Ecología del Arte de por tanto, natural que sea precisamente soste-
198921. ¿Qué ventaja podría reportar poner arte nido, defendido e iluminado por el faro de la
y ciencia al mismo nivel? ¿Contribuir a ahondar poesía»24. Quizá porque, como dijo Joan Bros-
el precipicio que la técnica ha excavado entre el sa, quien antes que nada se consideraba poeta:
hombre y el medio ambiente, creyentes ciegos «todo sale del mismo subterráneo»25.
como somos en la verdad científica y el pro- Digno continuador de aquellos maudits, Baj
greso? Aun dispuestos a admitir que la ciencia escribió manifiestos y lanzó polémicas, como la
proceda sobre el terreno de los datos racionales del «Imaginismo antigeométrico» de 1952. Por
y matemáticos, ayudada, en ocasiones, de la aquel entonces, aliado con el danés Asger Jorn,
imaginación, persigue fines distintos. El arte se fundador del grupo CoBrA, combatía el nuevo
debe a la invención: «es más bien a la pintura de Bauhaus de Max Bill y su recuperación de las
invención a la que hay que encomendarse, por- más rígidas doctrinas del racionalismo funcio-
que puede anticipar nuevos sistemas de comu- nal, denunciando «la invasión en el arte de las
nicación y nuevos lenguajes, capaces de esqui- formas cerradas y geométricas a base de rayas,
var cualquier codificación»22. Es nuestra única escuadras y ángulos rectos»:
escapatoria, no se cansa de repetir, frente a la
robotización y la computerización de la vida ac- No dejamos de batirnos por la imaginación,
tual. Qué no diría hoy de la creciente invasión, por el decoro, por el ornamento: contra el
difícilmente gestionable, de los big data. ¿No reduccionismo formal que, bajo apariencias
vivimos pendientes del teléfono inteligente, impecables, quería ya entonces instaurar el
una maquinita dispensadora de imaginarios a la dominio del vacío, aquel vacío que hoy lla-
carta o, peor aún, suplantadora de identidades? man look y minimalismo26.
Para él, precisamente, la pintura y el arte son
fantasía vivida, soñada, sin que esto les confiera Frente a ello, la libertad que Tristán Tzara
ningún aura: reclamaba en 1919 para los dadaístas: «DADA,
DADA, DADA, griterío de colores encrespa-
El arte es un misterio sólo para quien crea dos, encuentro de todos los contrarios y de todas
en el lenguaje críptico, o sea, indescifrable, las contradicciones, de todo motivo grotesco, de
de buena parte de la crítica […] El arte nace toda incoherencia: la VIDA», escribe citando
del imaginario, de aquella zona del sistema a Picabia27. O la fealdad y la catarsis que Jorn
nervioso que produce imágenes, fantasía, abanderaba, a decir de nuestro ecólogo del arte:
sueños, representaciones irracionales y, por
tanto, independientes de la percepción de lo Arte para él era una forma libre, emoción,
real […] Exteriorizar el propio imaginario, superficie que corroe. Arte no es figura pla-
traducirlo en obras, objetos, descripciones na, bien alisada, incorruptible por los ácidos
e intuiciones: son siempre operaciones be- emocionales. No es perfección, ni monoto-
neficiosas tanto para el espíritu de quien las nía; arte es imperfección e invención. No es
realiza como para el destinatario que recibe algo adormecedor sino sueño, no línea recta
sus estímulos, es decir, el espectador23. sino revoloteo, voluta, arabesco, orla, chirlo,
galimatías, garabato, mancha, mamarracho28.
No podía ser de otra manera para un ad-
mirador de la cultura literaria francesa y sus Tales desvaríos cobraban cuerpo en las pein-
poetas maudits, que echaron los cimientos de tures détournées de finales de 1950 de Jorn, simi-
la concepción estética moderna, o sea, del ar- lares a las perpetradas por Baj bajo el título de
te vanguardista del siglo xx y sus movimien- Modificazioni (1959-1960). Arte libertario, de-
tos de tinte anárquico-libertario (fauves, Die fendido con fervor por ambos, que no vacila en
Brücke): desde Mallarmé, Rimbaud y Baude- deturpar un lienzo pompier con un garabato. Pe-
laire hasta Alfred Jarry y Raymond Queneau, ro mucho antes, soterradamente quizás, el gara-
que, en 1959, le abrirá las puertas del Collège bato como expresión artística fue práctica asidua
de Pataphysique. Notorias son, asimismo, sus de maestros antiguos: las cabezas grotescas de
tempranas colaboraciones con la órbita surrea- Leonardo o las que pudimos ver a finales de 2016
lista francesa e impagables sus débitos con Du- en el museo del Prado, de Ribera; las de Goya,
champ, Picabia, Tzara. dispersas por cuadros, cartas, grabados, murales,
Como ya anticipaba en su paradójica Auto- como los de la Quinta del Sordo; grilli y juegos
mitobiografía, escrita à rebours, no entendía el geométricos en folios de Durero. Qué decir del
arte sin el fructífero intercambio con la literatu- siglo xviii en adelante, y del surrealismo, que ex-
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Figura 3.
Asger Jorn, Le canard inquiétant. Museo Jorn. Silkeborg.
Memoria cultural compleja y tan antigua co- mento «está en el corazón del posmodernismo»,
mo la humanidad, pues cierto es que la primera promotor de lo impuro, de la mezcolanza, del
superficie ornamental fue la del cuerpo huma- kitsch, tan querido de nuestro patapintor, no es
no, como testimonia el uso del ocre rojo desde sorprendente «redescubrir de modo desmateria-
el paleolítico inferior para pigmentarse en la lizado, las modalidades de la línea en inflexión
vida y en la muerte43. Resulta igualmente reve- decorativa, tratada como abstracta», tanto en
lador que, mucho antes de la condena platónica pintura como en las nuevas tecnologías aplica-
del maquillaje femenino y de la retórica, así co- das al arte45. Solo que tal «forma de escritura
mo su consiguiente repudio del ornamento, el del ego» es más maquinal y fría que expresiva y
rostro adquiriese identidad gracias a este, como gestual46, y las supuestas ventajas de lo virtual y
demostró Lévi-Strauss respecto al pensamiento plural, que fluye tendiendo puentes por todos
indígena, subrayando analogías entre culturas los circuitos de este mundo globalizado, no
históricamente distantes: «el rostro humano pueden hacernos olvidar que el artista debería
existe sólo desde el punto y hora en que recibe remontarse hasta lo desconocido47. Pues el acto
ornamento»44. creativo es, ante todo, un acto de resistencia,
De ahí el carácter antropogénico de su filo- como explicaba Gilles Deleuze48, o sea, libera-
sofía del ornamento, que indudablemente com- dor de una potencia interior que, si no, perma-
parte con el garabato. Solo que este último, por necería muda y sepultada. Solo así podremos
su propia naturaleza, escapa a todo encasilla- columbrar el misterioso y sutil nexo que existe
miento, rechaza las taxonomías y no sigue nin- entre la obra y su fuente imaginaria, entre lo
gún tipo de pattern preestablecido, a diferencia desconocido y su impronta49.
del ornamento y sus estilismos. Y, por supuesto, Si tal fuese el papel del artista, y del poe-
se resiste a cualquier intento de teorización. ta digno de ese nombre —mediar entre el ser
No a su análisis, sin embargo, y quizá mere- humano y sus enigmas50—, la pérdida de la
ciera más atención crítica toda vez que el recelo manualidad y la libertad a ella asociada podría
de Baj frente a la deshumanización del arte sigue cercenar el último hilo que nos une al misterio51.
estando plenamente justificado, porque si bien Salvo que sigamos el consejo de Baj y probemos
esa rehabilitación de lo decorativo y del orna- a garabatear.
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1. Cfr. Christine Buci- «mera» fantasía: el golpe de gracia lo 16. Cfr. Progetto dolce, 1986,
Glucksmann (2010), Filosofia da el adjetivo «infantil». Cfr. Susan cit. por Enrico Baj (2013), voz
dell’ornamento: Dall’Oriente Sontag (1997), «La imaginación «Linguaggio critico», en Ecologia
all’Occidente, Palermo, Sellerio pornográfica», en Estilos…, op. cit. dell’arte, Milán, Abscondita,
Editore, p. 128. Pero ya hemos dicho que la pata- p. 149.
física permite prescindir de todo
2. A aquel Cuerpo de Sátrapas concepto apriorístico y ayuda a 17. Enrico Baj (1996), «Morte
pertenecían «Baj, el objetólogo arrumbar cualquier Absoluto. dell’arte e sopravvivenza del criti-
Jean Baudrillard y los españoles co», en Scritti…, op. cit., p. 57.
Arrabal y Camilo José Cela, nues- 8. Cfr. Leonardo da Vinci (1988),
tro celebérrimo patasemiólogo Bestiario e favole, Milán, TEA. 18. Enrico Baj (1980), «Autocriti-
Umberto Eco, el famosísimo nobel ca», en Autodamé…, op. cit.,
Darío Fo, autor, mimo, agitador 9. Enrico Baj (2009), La Patafisi- p. 125.
político, pintor, y el divino poeta ca, op. cit., p. 20.
apocalíptico Edoardo Sanguineti» 19. Ibídem.
(Enrico Baj [2009], La Patafisica, 10. Giovanni Paolo Lomazzo
Milán, Abscondita, p. 86). Todas (1993), Rabisch, ed. D. Isella, Tu- 20. Enrico Baj (2013), voz «Jarry,
las citas de escritos de Enrico Baj rín, Einaudi, p. 13. Alfred (1873-1907)», en Ecolo-
que aparecen en este artículo son gia…, op. cit., p. 137.
mías. Existe, en español, una edi- 11. Enrico Baj (1983), Automito-
ción del pensamiento patafísico de biografia, op. cit., p. 124. 21. Ibídem, voz «Arte e scienza»,
Baj, titulada ¿Qué es la patafísica?: p. 43-45.
Seguido del Calendario patafísico 12. Umberto Eco (1991), Testa a
y otros documentos (Logroño, testa, op. cit., p. 14. 22. Ibídem, voz «Arte e tecnolo-
Pepitas de Calabaza, 2007). Cfr. gia», p. 49.
también José Manuel Rojo (2013), 13. Cfr. Silvano Colombo (1990),
«Enrico Baj en la Gidouille de la «A domanda responde», en Piero 23. Ibídem, voz «Mistero», p. 161.
revuelta», Quimera: Revista de Li- Chiara, Gillo Dorfles y Silva-
teratura, 356-357, p. 30-32. no Colombo, Enrico Baj: Die 24. Ibídem, voz «Tempi moderni»,
Mythologie des Kitsches, Varese, p. 228.
3. Enrico Baj (2009), La Patafisi- Musei Civici, p. 16. Imaginario
ca, op. cit., p. 35. entendido como «datos de la fan- 25. «El hombre tiene una parte
tasía» o que, en palabras de Gillo exterior y otra interior. Todo sale
4. Enrico Baj (1980), «Baj – Ellen Dorfles, tomen «inspiración de del yo profundo. El arte es un
W. Lee», en Autodamé: Collages e lo imaginario, o sea, de lo mítico, contenido y una metodología. Y
scritture, Bolonia, Cappelli Edito- onírico, irracional, fantasmático…, ahora, precisamente, hay muchos
re, p. 149. elementos que, sin embargo, deben artistas que, debido al exceso de
estar ligados a otro modo de en- comercialidad, cuidan mucho la
5. Umberto Eco (1991), Testa a tender, no sólo las cosas de la vida, metodología, la forma, y descuidan
testa: Scritto da Umberto Eco su las motivaciones éticas, sino tam- el fondo. La forma debe obedecer
immagini di Enrico Baj, Padua, bién todo aquel conjunto de datos, a vivencias interiores; si se queda
Mastrogiacomo Images 70. de instintos, de impulsos que están en forma sólo, la obra puede es-
en la base de toda creación artística tar de moda un momento, pero
6. Enrico Baj (1983), Automito- y que hoy, más que ayer, ahondan después no sobrevive.» Cfr. Juan
biografia, Milán, Rizzoli Editore, sus raíces en aquel territorio lar- Domínguez Lasierra (1996),
p. 46. vario, abisal, o auroral que escapa «Joan Brossa, el transformista poé-
a la cristalina claridad (tal vez su- tico», Turia: Revista Cultural, 38,
7. Ibídem. Ya lo dijo Sontag en puesta) de la Razón». Cfr. la intro- p. 177-183.
1969 a propósito del «mito prin- ducción de Gillo Dorfles (1992),
cipal sobre el arte», a saber, el que Elogio della disarmonia, Milán, 26. Enrico Baj (2013), voz «Im-
lo considera «como expresión de Garzanti Editore. maginismo antigeometrico», en
la conciencia humana». Según la Ecologia…, op. cit., p. 130.
autora, la fricción entre la espiri- 14. También Lomazzo, en sus
tualidad de todo impulso creador escritos sobre teoría del arte más se- 27. Ibídem, voz «Libertà della fan-
y la «materialidad» alienante de la rios, había renegado del arte mimé- tasia», p. 148.
vida común se ha trocado, en el arte tico, ilustrativo de textos de historia
contemporáneo, en choque brutal. sagrada, a que lo condenaba su épo- 28. Ibídem, voz «Immaginismo
El arte se convierte en antiarte, y sus ca, y había apostado por un arte re- antigeometrico», p. 131.
practicantes malbaratan la intención velador de la esencia profunda de la
por el azar y se orientan a la bús- naturaleza, en el que el pintor mago 29. El surrealismo dota de conte-
queda del silencio (o de la ininteli- opera sobre el objeto representado nido psicológico a Dadá, estimu-
gibilidad, la invisibilidad o la inau- una suerte de metamorfosis. Cfr. lando el automatismo psíquico,
dibilidad), siempre y cuando hayan María Elena Manrique Ara, «Ala- la escritura automática, «todo lo
dado previamente muestras de su banza del arte grotesco y del artista espontáneo, irracional y fantástico
talento y de que lo han ejercido menestral en la Accademia della que mana del hombre. Y puesto
con autoridad. Cfr. Susan Sontag Val di Blenio», Locus Amoenus, 8 que el arte se basa desde siempre
(1997), «La estética del silencio», en (2005/2006), p. 136. Salvando las en la fantasía, el surrealismo se
Estilos radicales, Madrid, Taurus, distancias, el patapintor es ingenio ha asentado como uno de los
p. 13-56. Esta relación trágica del de la misma ralea. más importantes movimientos
artista con su conciencia parece no de siempre, hasta el punto de
haber descorazonado a Baj, toda vez 15. Enrico Baj (1996), «Arte e haber recuperado a pintores de
que decide hermanar imaginación censura tra libertà e arbitrio», en lo fantástico como Arcimboldo o
y fantasía, a pesar de que la fantasía Scritti sull’arte, Udine, AAA Edi- Bosch». Cfr. Enrico Baj (2009),
se reduce con demasiada facilidad a zioni di Piermario Ciani, p. 49. La Patafisica, op. cit., p. 41.
Enrico Baj, patafísico, y la revalorización del ornamento LOCVS AMŒNVS 16, 2018 331
30. Desde sus mismos inicios Co- 42. Enrico Baj (2013), voz «Ara- e imaginación exclusivamente
BrA había marcado distancias con besco e ghirigoro», en Ecologia…, visuales» (ibídem, p. 46). Giorgio
el surrealismo de Breton, rechazan- op. cit., p. 29. Agamben recuerda a Henry James,
do la idea del «puro automatismo que tejía sus novelas en torno a
psíquico» como explicación de la 43. François Delamare y Bernard una image en disponibilité, visión
creatividad individual, pues el acto Guineau (2000), Los colores: His- aislada de hombre o mujer todavía
de expresarse es, antes que nada, toria de los pigmentos y colorantes, privados de cualquier determi-
físico, en tanto que materializa el Barcelona, Ediciones B, p. 15. nación. Cfr. Giorgio Agamben
pensamiento. Cfr. Stewart Home (2014), Il fuoco…, op. cit., p. 10.
(1996), Assalto alla cultura: Correnti 44. Citado por Christine Buci- Este primer germen esquemático
utopistiche dal Lettrismo a Class Glucksmann, Filosofia…, op. cit., e imaginativo es puro garabato:
War, Udine, AAA Edizioni de Pier- p. 125. «Toda obra de arte, antes de ser-
mario Ciani. lo, fue garabato, es decir, atisbo,
45. Lo que Buci-Glucksmann vacilación, esbozo», en expresión
31. «Jorn, Constant y Dotremont, llama «inconsciente decorativo» de Orlando González Esteva
teóricos de CoBrA, defendieron en no ha dejado de evolucionar y (2004), Elogio del garabato, Valen-
la revista homónima que fuera su de hacerse autónomo a través de cia, Pre-Textos, p. 28.
órgano de expresión, el concepto una «des-territorialización» de los
de “libre experimentación” y de motivos ornamentales del pasado 49. Ilustrativa es la práctica artís-
“casualidad”, así como la recu- (pliegue, espiral, onda, curva) hasta tica de las improntas en celulosa,
peración de la tradición artística llegar a una especie de «nomina- «otro modo de pensar un tema
popular y artesanal». Cfr. Mirella lismo ornamental» en el que estos plástico» para hacer volar la imagi-
Bandini (1986), «Per Jorn», Ocra motivos se convierten en matrices nación, según confesaba a Enrico
/ Archivio. Studies on the Euro- de creación virtual privadas de Baj el escultor milanés Giancarlo
pean Avant-Gardes, 11 (octubre). ontología. Deviniendo virtual, esa Sangregorio (1925-2013). Cfr.
nueva realidad figural pierde su María Elena Manrique Ara, «Ri-
32. Enrico Baj (2013), voz «Ara- simbolismo y sus retromundos salire alle sorgenti», Sangregorio
besco e ghirigoro», en Ecologia…, sagrados. No queda sino admitir el al naturale. Dialogo con JJ Beeme,
op. cit., p. 30-31. cambio de paradigma de esta nueva Varese, Fundación Sangregorio
modernidad o «hiper-moderni- Giancarlo, 21 ottobre – 30 novem-
33. Cit. por Angela Sanna (2013), dad», con sus nuevos métodos bre, 2017.
«Bajecology», en Enrico Baj, Eco- de creación, propios del espacio-
logia…, op. cit., p. 243. tiempo interactivo 50. Cfr. Rafael Argullol (2016),
e informativo, en el que la super- «La devolución del enigma», El
34. Christine Buci-Glucksmann ficie se transmuta en pantalla, los País (12 de marzo).
(2010), Filosofia…, op. cit., p. 47. flujos se hacen formas, la idea se
«traduce» en programas infor- 51. A propósito de la literatura,
35. Gillo Dorfles (1992), Elo- máticos cada vez más complejos, afirma Agamben (Il fuoco…, op.
gio…, op. cit., p. 152. lo orgánico mantiene su carácter cit., p. 3-8) que «la humanidad, en
expresivo pero se convierte en el curso de su historia, se aleja cada
36. Ibídem, p. 153. inorgánico. Cfr. Christine Buci- vez más de las fuentes del misterio
Glucksmann, Filosofia…, op. cit., y pierde poco a poco el recuerdo
37. Cfr. Enrique Vila-Matas p. 119. de lo que la tradición le había en-
(2014), Kassel no invita a la lógica, señado […] pero de todo esto los
Barcelona, Seix-Barral, y «Auto- 46. Ibídem, p. 103. hombres pueden contarse todavía
biografia», en Enrique Vila Matas la historia […] Como el iniciado de
(<http://www.enriquevilamatas. 47. Dice Francisco Calvo Serra- Eleusis, el escritor procede a oscu-
com/autobiografia.html>), donde ller (2016), en «Rastro», El País ras […] Cuenta, sin embargo, con
comenta dicho libro como parte (6 de agosto), cuando reseña el un hilo, una suerta de sonda lanza-
de su autobiografía estilística: «En libro de Giorgio Agamben (2014), da hacia el misterio, que le permite
cierto sentido, Kassel no invita a Il fuoco e il racconto, Milán, medir cada vez su distancia. Esta
la lógica investiga el estado real de Nottetempo. sonda es la lengua». Y prosigue
mis relaciones con el vanguardis- citando a Dante: «el artista / que
mo, por qué me fascinó tanto y si 48. ¿Qué es el acto de creación?, profesa el arte tiene mano temblo-
sigue atrayéndome como entonces. conferencia pronunciada en La rosa (Par. XIII, 77-78)». La lengua
Y también investiga acerca de la Fémis, Escuela Superior de Oficios del escritor —como el gesto del
idea de innovación misma. ¿Ha de de Imagen y Sonido, París, el 17 de artista— es un campo de tensiones
necesariamente innovar el vanguar- marzo de 1987. Cfr. el capítulo polares, cuyos extremos son estilo
dismo? Y una pregunta última. de Giorgio Agamben (2014), «Che y maniera. «El arte [entendido co-
Aparte de ser lo más sagrado que cos’è l’atto di creazione?», en Il mo conjunto de reglas y preceptos]
hay en mí, ¿podría alguien decirme fuoco…, op. cit. Ya antes, Dorfles sería el estilo, el perfecto dominio
qué es el vanguardismo?». había señalado esta cualidad catár- de las herramientas propias […]
tica, liberatoria, del pensamiento Pero, en este gesto imperioso, se
38. Christine Buci-Glucksmann visual, que ha favorecido la crea- produce a veces un temblor […]
(2010), Filosofia…, op. cit., p. 35. ción de tantas obras de arte. Cfr. con que el estilo se sale de madre
Gillo Dorfles (1992), Elogio…, bruscamente, los colores se apagan,
39. Ibídem, p. 43. op. cit., p. 40. En cualquier caso, se las palabras balbucean, la materia
refiere a un ámbito totalmente aje- se apelotona y se desborda. Este
40. Ibídem, p. 50-51. no al del pensamiento conceptual temblor es la maniera» (ibídem,
y estructurado en palabras. Antes p. 9-10). Los subrayados y la tra-
41. Oleg Grabar (1996), Penser bien, alude a un «resplandor de ducción de estos fragmentos son
l’art islamique: Une esthétique de formas y colores, una atmósfera, mías. Existe edición en español:
l’ornament, París, Albin Michel, que en su fase auroral no podrá El fuego y el relato, Madrid, Sexto
p. 189. mas que estar ligado a una imagen Piso, 2016.