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Aproximaciones

metodológicas al estudio
de la imaginería colonial:
Nicaragua y Costa Rica.
Aniella Ramírez Maglione
CIICLA, Facultad de Letras
Universidad de Costa Rica

Resumen
El presente artículo plantea algunas consideraciones para el estudio de
la imaginería colonial de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica partien-
do de la articulación de recursos metodológicos provistos por la historia,
la historia del arte y la antropología con el objetivo de explicar de forma
integral la realidad del arte colonial en sus dimensiones estéticas, simbó-
licas, públicas y privadas. De esta forma, procesos como el inventariado,
el cotejo de fuentes primarias y la catalogación razonada sustentada en
la interpretación iconográfica, semiológica y sociológica podrán suscitar
la comprensión del arte sacro como experiencia viva, es decir, como
agente de contemplación estética, como vivencia íntima de fe y como
recurso litúrgico. El producto académico resultante podrá potenciar pro-
gramas culturales dotados de una nueva dimensión divulgadora.

Palabras claves: escultura colonial, Diócesis de Nicaragua y Costa


Rica, arte sacro, historia del arte, arte colonial, arte latinoamericano

Abstract
This article presents some contributions for a study of Colonial reli-
gious images in Nicaragua and Costa Rica Diocese, from the articula-
tion of methodological resources provided by History, History of art,
and Anthropology, in order to explain the reality of Colonial art in its
private, public, symbolic, and aesthetic dimensions. By this way, pro-
cesses like inventory, comparison of primary sources, as well as reaso-
ned cataloguing based on sociological, semeiological, and iconographic
interpretation will generate the comprehension of sacred art as an alive

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experience, it is, as agent of aesthetic contemplation, intimate experien-


ce of faith, and liturgical resource. The resulting academic product could
raise cultural programs with a new divulging dimension.

Key words: Colonial sculpture, Nicaragua and Costa Rica Diocese, sa-
cred art, history of art, Latin American Arts, Colonial art

C
uando el Barroco conquista También la paradoja ofrecida a la
universalidad ha dejado de percepción será atributo de la escul-
ser considerado como estilo tura que se encuentra en el mármol
particular para adquirir el carácter que vence la gravedad en el Éxta-
de superposición o coexistencia de sis de Santa Teresa de Bernini o en
estilos, para ser tratado como irregu- las metáforas escultóricas de mór-
laridad, como variedad, multiplici- bidas anatomías y carnes laceradas
dad y nueva interpretación de estos de cristos y nazarenos de Pedro de
estilos, distinguiéndose así de toda Mena. Comenta Stoichita que la
otra época histórica. El Barroco, no paradoja solicita al espectador, al
completamente libre de influencias oyente o al receptor en general, de
clásicas renacentistas, y sí más bien forma más intensa que lo habitual.
para su desarrollo, formado, agra- Cualquier paradoja es una cuestión
ciado, elevado por estas, estará más de techné: la paradoja obliga al es-
cerca del arte del porvenir, abierto a pectador a verificar la veracidad de
asumir en sí toda nueva posibilidad su aserción y a desmontar el meca-
creativa e interpretativa. nismo que la hizo posible1.

El Barroco será, ante todo, arte de La paradoja condiciona una corres-


representaciones, condición que, pondencia sintáctica, semántica y
como señala Stoichita (2000) es- pragmática en la escultura. Esta para-
tablece un hito en la concepción doja, cualidad esencial de la obra de
moderna del arte. Según el autor, arte barroca, encuentra sustento en
la experiencia límite de la represen- el clasicismo filosófico de la poética
tación, que se inicia con la pintura
barroca, se configura mediante la 1 Cabe aclarar que las obras de Bernini y Mena
permanente reflexión metapictórica no tienen el carácter paradójico del trompe l´oeil
sobre la comprensión y autocom- o trampantojo cuyo tema implica a la paradoja
misma en cuanto artificio, mentira o vanitas; se
prensión de sí misma, ejercicio al trata más bien de la paradoja y la techné puestas al
que se supedita el tema; el resultado servicio de la percepción y visión religiosas de lo
religioso, como continúa explicando Stoichita en
es la trasgresión de los límites entre El ojo místico, pintura y visión religiosa en el Siglo
ficción y realidad. de Oro español. Madrid: Alianza Forma, 1996.

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y la retórica aristotélicas, según se- movimiento cultural se difundió al


ñalan Sebastián (1989) y Stoichita resto de Europa y sus colonias. En
(2000). Razón por la cual pintura y los reinos católicos, el poder funda-
escultura barrocas, además, entrañan mentado en la hegemonía absoluta
un innegable vínculo con los ámbi- del soberano, Papa o monarca, ra-
tos del teatro y el drama. tificó la función ideológica del arte
acentuada durante la Contrarrefor-
El arte barroco, adjetivado por Emile ma, pues la Iglesia Católica, al re-
Mâle (2001) y Umberto Eco (2006) conocer el peligro que la amenaza
como “insólito e inquietante”, desde el espíritu individualista e ico-
fue el recurso utilizado a lo largo noclasta de la Reforma, determinará
de los siglos XVII y XVIII para que, en cuanto a contenido, las obras
crear la escenografía del gran de arte deberán expresar el senti-
Theatrum Mundi; y los contrastes miento ortodoxo del dogma y la fe,
que caracterizan el tiempo adverso de manera inequívoca y libre de toda
en el que se gesta, se manifiestan caprichosa interpretación.
delante y detrás del telón: ser y
parecer, ostentación y ascetismo, No obstante, Mâle apunta que se de-
poder y sumisión; de ahí que el arte ben considerar las licencias conce-
barroco presente con frecuencia didas a las tradiciones devocionales
formas desconcertantes: frente a la particulares, como las gestadas en
ostentación material desbordante, se el seno de las órdenes monásticas,
encuentra la seriedad profunda de la cofradías o hermandades, que otor-
fe; frente al disfrute desinhibido de garon flexibilidad y diversidad al
los sentidos, se halla el Memento discurso iconográfico trentino:
Mori, única certeza ante los
dilemas existenciales emergentes La Iglesia no siempre hizo
tras la desaparición de la utopías respetar sus decisiones y, al
humanistas y renacentistas. lado de la nueva iconografía,
nacida del Concilio de Tren-
El occidente europeo, unificado una to, dejó que se perpetuase la
vez por el Sacro Imperio Romano, antigua. Ayala, que en España
vuelve sus ojos al cisma religioso y, de principios del siglo XVIII
como lo expresa Rolf Toman (1997) escribió un libro sobre icono-
al establecer paralelismo con la obra grafía cristiana, encuentra to-
de Calderón de la Barca, los hom- davía mucho que inculpar en
bres fueron actores ante la presen- el arte religioso de su país. En
cia de Dios, teniendo el primer acto el siglo XVII hubo en España
a Roma como escenario; pronto, el inspectores nombrados por el

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Santo Oficio, entre los cuales publicado en Lovaina en 1568; o


citaremos al pintor Pacheco, “El arte de la pintura” del escritor y
suegro de Velázquez. La igle- pintor Francisco Pacheco, de 1649.
sia, pues, no llevó a cabo un
golpe de Estado: se mostró Ante todo, la curia romana deseaba
conciliadora, moderada, in- para la propaganda de la fe católica,
dulgente, para las tradiciones un medio de expresión efectivo,
antiguas.(Mâle, 2001: p. 22) un arte popular de inmediata
aceptación; no obstante, arte popular
Precisamente, entre los siglos no equivalía de ninguna manera,a
XVII y XVIII, el movimiento ba- sencillez de ideas o de formas: los
rroco obtiene carácter afirmativo y sujetos representados debían hablar
expansionista en el suelo español, a los fieles con la mayor eficacia
asumiendo efectivamente el sus- posible, pero en ningún momento,
trato cultural del naturalismo fla- descender totalmente hasta ellos.
menco remanente en la península La obra de arte tenía que ganar,
y el recién introducido manierismo convencer, conquistar, pero debía
renacentista, para dirigirse direc- hacerlo con un lenguaje escogido y
tamente a la entraña de la idiosin- trascendente. Así, la Contrarreforma
crasia nacional; aprovechó, por lo puso al servicio de la propaganda
tanto, toda posibilidad de manifes- católica, una producción artística
tación cultural, y se transformó en popularizante de dimensiones
una forma nacional de existencia hasta entonces desconocidas, la
excluyente, dominante y omni- cual, particularmente en España,
comprensiva, que abarcaba todos se manifestó en una efervescente
los estamentos y todas las circuns- elaboración de arte religioso,
tancias de la vida. especialmente de tallas escultóricas
que, durante los siglos XVII y XVIII,
El Concilio de Trento (1545-1563) predominaron sobre la escultura en
impulsó un patrón estético dictado piedra, mármol y alabastro.
por un profundo sentimiento
naturalista; en consecuencia, para Contrarreforma y Barroco en el
sujetarse a los estrictos cánones marco del repertorio iconográfico
se incrementó el uso de modelos de la escultura colonial
y fórmulas que se tradujeron
en nuevas tipologías a partir de La imaginería se consolida en Espa-
textos como el tratado “De Sancte ña al abrigo del Concilio de Trento,
Imaginibus et Picture” de Molonius pero gozaba de profundo arraigo en

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el territorio ibérico desde la Edad el carácter pedagógico y propagan-


Media, despertando así una feno- dístico del arte católico, también
menología que combinaba sensi- demandaba al artista hacerse buzo
bilidad estética y fervor religioso. de las almas; imprescindiblemente,
Se entenderá por “imaginería” la el arte debía remitir al misterio de
manifestación del arte escultórico la relación cuerpo-alma y ocuparse
perteneciente al género de arte re- de sus reactivos y de su unión. La
ligioso que representa personajes obra de arte resultante devenía, en-
y escenas derivadas del repertorio tonces, en un naturalismo místico,
iconográfico cristiano. En el pre- cuyas propiedades estéticas ya se
sente artículo se empleará el tér- perfilaban en el tránsito manierista,
mino referido exclusivamente a la llegando a su paroxismo durante el
talla en madera policromada. Barrocoy, como afirma Eco,

Dicha fenomenología estaba sus- Desaparece la distinción entre


tentada en tallas anónimas, general- proporción y desproporción,
mente foráneas y extremadamente entre forma e informe, visible
realistas que alimentaban leyendas y e invisible: la representación
rituales que, a su vez, determinaban de lo informe, de lo invisi-
la realidad de una devoción esencial- ble, de lo vago trasciende las
mente popular. oposiciones entre bello y feo,
verdadero y falso, la repre-
El espíritu contrarreformista llevó sentación de la belleza gana
al auge la técnica escultórica de la complejidad, se remite a la
talla en madera dedicada a la re- imaginación más que a la in-
presentación religiosa. La imagi- teligencia y se dota de reglas
nería se redefinió para ser exhibida nuevas. (Eco, 2006, p. 221)
en público, acentuando el contac-
to próximo y permanente con los Entonces, a la maestría de la talla es-
fieles, haciendo vibrar al límite su cultórica, se sumó el arte del encar-
sensibilidad cristiana. Bajo este es- nador y del estofador; la aptitud del
píritu se circunscribe su inserción bordador y del tejedor. A la imagen
en territorio americano. tallada y policromada se añadieron
artificios tales como: ojos y lágri-
Si bien el lenguaje fastuoso y ner- mas de cristal, dientes de marfil y
vioso del naturalismo permitía con- uñas de asta, recursos canalizados
servar la veracidad del documento y a la consumación de la paradoja, del
la precisión del detalle que requería efectismo y de la excitación de los

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sentidos, con el objetivo de estimu- de la iglesia para que com-


lar la percepción. pusiese el mecanismo inter-
no de un Cristo cuyo corazón
El pathos teatral, el ilusionismo y el se había parado después de
dinamismo de las formas escultóricas llevar latiendo años y años
pretendían impresionar, convencer, mediante un aparato de relo-
provocar un movimiento interior. De jería. El carpintero compuso
esta manera, los valores espirituales el mecanismo efectivamente,
contrarreformistas se transmitían a pero lo situó bajo el pectoral
la intuición y percepción emotiva derecho, lo cual fue adverti-
mediante la fuerza expresiva de las do en seguida por los devotos
artes visuales. El dolor, el patetismo, dando motivo a sospechas y
la melancolía que expresaban las pláticas arregladoras desde el
imágenes religiosas formaban parte púlpito. Es el caso más nota-
de un conjunto apologético: el pre- ble de abuso de naturalismo
dicador enunciaba el misterio, pero que yo recuerdo. Aunque tal
el artista lo hacía sensible, próximo, cosa quedase en puro inven-
conmovedor. José Moreno Villa co- to, es significativo. Hay un
menta sobre las demandas del natu- poco de lo mismo en casi
ralismo barroco en la Nueva España: toda obra popular: el pueblo
—y quien dice pueblo dice
Con el naturalismo del siglo escultor popular— ha querido
XVII les entró a los esculto- en Tlalmanalco tener el Ecce-
res la ansiedad de convencer Homo más lesionado, mal-
al pueblo de que sus imáge- trecho, sangrante y espectral
nes eran personas y, el pue- del mundo. Los vecinos de
blo, por su parte, no acababa San Miguel Totocijitlapilco,
de satisfacerse, se utilizan quisieron un Cristo después
pestañas de verdad, cabelle- de los azotes más lastimoso,
ras y dientes auténticos, ojos tajado y demacrado que todos
de vidrio o de un material los conocidos; incluso más
plásticamente equivalente… viejo de los 33 años. (More-
He sabido de un caso verda- no Villa, 1942, p.75)
deramente abusivo referen-
te a México. Si es anécdota, Si las artes visuales constituían los
tómesela como tal. En no sé bastidores del teatro, al crear la ilu-
qué pueblo, llamaron una vez sión de un mundo perfectamente or-
al carpintero los encargados denado y significado; el ceremonial,

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las acotaciones de este Teatro Uni- difícilmente abrazaría como propia


versal, confirmaban el espejo de un la militancia ortodoxa en la nueva
orden superior de origen supuesta- fe, menos aceptaría las doctas es-
mente divino. Consecuentemente, peculaciones de una escolástica en
mientras el ceremonial determinaba decadencia2; pero sí podía asimilar,
la conducta humana, la retórica de- asociar, adecuar e incluso identi-
terminaba la estructura del discurso, ficarse con los fundamentos de la
incluso en la obra de arte. doctrina católica expresados en re-
presentaciones estéticas. El lenguaje
Conocida desde la antigüedad, la del arte garantizaría la comunicación
retórica designa el arte del discur- y el entendimiento mutuos.
so adecuado. La retórica constituye
una especie de hilo conductor entre De esta forma, en América, los ar-
el orador y el oyente que regula la tistas-artesanos brindaron a la tarea
recepción y la interpretación de las evangelizadora su profundidad sen-
palabras pronunciadas. Se trata, por timental. De sus esculturas, reta-
ejemplo, de dirigirse al público de blos, lienzos y decorados surgieron
un modo adecuado y de familiarizar- imágenes de realidad subyugadora y
lo con un tema concreto, de ofrecer segura, que adoptaban posturas co-
las aclaraciones oportunas y de con- piadas de la vida; fisonomías que,
vencer al oyente de la opinión propia comunes a veces, pero poderosa-
tras haber sopesado diversas tesis. mente evocadas, emanaban júbilos
Pueden utilizarse los recursos de la celestes, angustias agudas, bonan-
estimulación afectiva, de la provo- zas del espíritu o ciclones del alma;
cación y el extrañamiento. Preci- rostros cotidianos que resplandecían
samente, los elementos citados en transfigurados por los excesos de sus
último lugar son extraordinariamen- almas insólitas.
te importantes para la interpretación
de la imaginería barroca. 2 El desarrollo de Iglesia en Latinoamérica va apa-
rejada a la revolución paradigmática del discurso
Evidentemente, los misioneros que escolástico europeo promovido desde las órdenes
religiosas jesuitas, franciscanas y dominicas, así
llegaron al Nuevo Mundo, alentados como por las universidades pontificias americanas,
por un deseo de conversión, no po- influenciadas directamente por el humanismo, la
ilustración y los retos que devienen de la gestión
dían prescindir de recursos tan efec- del mundo colonial; son significativas, en este pro-
tivos y efectistas para la enseñanza ceso, las obras de autores tales como Juana Inés de
de los neófitos, como lo evidencia la Cruz, Diego José Abad, Francisco Javier Clavi-
rejo, Francisco Javier Alegre (jesuitas mexicanos),
la obra Retórica Cristiana de Fray Francisco Soto y Marne (Perú), Paulo Restivo
Diego Valdés (1579). El indígena (Río de la Plata), entre otros.

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Territorialidad, movilidad y si bien es cierto que desde el


difusión cultural en el Istmo principio de la conquista el
Centroamericano artista lego con ascendencia
gremial del medioevo jugaba
Ante la necesidad de catequizar a un papel preponderante. Sos-
los amerindios, se envió desde Eu- pecho que en muchos casos
ropa un repertorio de obras de arte donde los piadosos cronistas
sacro; pinturas e imágenes talladas religiosos asientan que el prior
en madera y policromadas comple- fulano «hizo» tal o cual obra,
mentaban la parafernalia ritual. El deberían haber puesto “mandó
conjunto se distribuyó en los mayo- a hacer”. (Berlin, 1952, p.17)
res centros poblacionales y centros
virreinales como Lima, Nueva Es- La proliferación de la escultura reli-
paña, Nueva Granada y Capitanía giosa, tras el Concilio de Trento, en
General de Guatemala. Llegaron la península ibérica había propiciado
artistas a América, entre los cua- hacia el siglo XVII, el desarrollo de
les había imagineros que profesa- dos centros de producción: Castilla
ron y ejercieron en talleres que se y Andalucía, donde destacan las ciu-
ubicaron en dichas regiones, donde dades de Valladolid, Sevilla, Grana-
desarrollaron escuelas que, si bien da y Murcia. Según Moreno Villa, la
en un principio emulaban la tradi- influencia española es predominan-
ción escultórica ibérica, pronto de- temente sevillana y granadina duran-
rivaron en el desarrollo estilístico te los siglos XVI y XVII, en Nueva
autóctono. Así lo señala Heinrich España. La tradición castellana, con
Berlin en su Historia de la imagi- centro en Valladolid, se distinguía
nería Colonial en Guatemala, tras por ser atormentada, impulsiva y
indagar crónicas coloniales: violenta; del carácter de la escultura
andaluza, comenta Redondo:
A medida que aumentaron
los conversos, más necesidad …en Andalucía se suavi-
hubo de objetos de arte para za el profundo dramatismo
el culto, los cuales se iban castellano con una escultura
trayendo de España. Pero al que tiende a la búsqueda de
mismo tiempo los más capa- lo elegante, valora lo acceso-
citados entre los nuevos po- rio y huye o mitiga la dureza
bladores, y como es natural de los temas crueles. Como
especialmente los frailes, se consecuencia de ello, se ob-
dedicaban a su fabricación, serva en la región andaluza

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una mayor riqueza en el uso y particulares, es la repercusión de


decoración de las telas natu- cánones y “modelos” tridentinos en
rales y los complementos de el arte “oficial” desarrollado en las
plata, más abundancia de ico- capitales coloniales, donde forma y
nografías amables, como la contenido del discurso estético están
de la infancia de la Virgen y llamados a legitimar la estructura je-
Cristo, y la ausencia de tipo- rárquica civil y religiosa. No obstan-
logías como el Cristo Yacen- te, especialistas como Berlin y Lujan
te, representado en la soledad enfatizan que entre el Virreinato y la
de su lecho mortuorio, abso- Capitanía se movilizan expresiones
lutamente emblemáticas de la artísticas muy dispares. Unas veces
escultura castellana. (Redon- eran obras terminadas, provenientes
do, 1997, p.366) de los talleres españoles; otras, pie-
zas para ser ensambladas en talleres
Cabe aclarar que en la tradición locales; o bien, reproducciones de
escultórica de los territorios cen- obras españolas o italianas realiza-
troamericanos, las coincidencias das en grabado, generalmente de
estilístico-periódicas respecto a la origen flamenco u holandés, en cu-
producción peninsular, se aprecian yos casos, los imagineros de Indias
con mayor claridad en los centros ur- traducían a las formas concretas de
banos administrativos, pues los ejes la escultura, los tipos pictóricos o
espacio-temporales que determinan gráficos de los artistas ibéricos. En
su contexto se corresponden con las tales casos, se debe tener en cuenta
dinámicas redes conectivas o comu- una preselección hecha por quienes
nicativas entre España y Virreinatos importaban esos grabados y limi-
o Capitanías. En las poblaciones pe- taban temas y modelos. Ello expli-
riféricas, en cambio, la introducción ca, en parte, la similitud de motivos
de modismos estilísticos y la gestión y aun de diseño que se observa en
de modelos autóctonos se encuen- obras elaboradas en centros de pro-
tran sujetas a factores como la fluc- ducción artística tan distantes como
tuación comercial, la movilización Cuzco, Quito y México3.
de órdenes religiosas o la constitu-
ción, función y carácter de la pobla- 3 El estudio de los grabados que lograban llegar a
América ha servido de fuente interpretativa de
ción en el marco de su relación con muchas de las tendencias artísticas prevalecien-
la capital administrativa inmediata. tes en los siglos XVII y XVIII, tanto en centros
urbanos como en periferias. Como referencia,
basta citar el estudio de Manuel González Gal-
Otro factor por considerar, en la ván (1987) sobre la iconografía de la pintor In-
génesis de tipologías escultóricas maculada en México, publicado en el artículo:

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Artes y oficios brindarles comida, vestido y susten-


to hasta que se les consideraba aptos
Para la realización de imágenes ta- para ser oficiales.
lladas, policromadas y estofadas se
fundaron talleres gremiales en las En la práctica, la línea divisoria en-
capitales coloniales. En Nueva Es- tre ensambladores y escultores es
paña, por ejemplo, el requerimiento vaga, al igual que entre pintores y
de los gremios de escultores y pin- doradores. Dentro de la sociedad
tores condujo a la organización de colonial, el escultor ocupaba el lu-
estas corporaciones, manteniéndose gar de un respetado artesano. En la
activas desde su fundación (pinto- Capitanía de Guatemala, según Ber-
res en 1557 y escultores en 1568), lin, los clientes solían hacer contrato
hasta la primera década del siglo separado con cada uno. En las obras
XIX. Maquivar (2001) describe la destinadas a las iglesias (retablos,
organización general del gremio de- conjuntos escultóricos, imágenes
terminado por las ordenanzas: a la procesionales), Berlin sugiere que
cabeza de cada taller destacaba el siempre se debe suponer la inter-
maestro, quien mediante el examen vención de sacerdotes en la compo-
correspondiente había demostrado sición o diseño de los motivos; no
su capacidad para enseñar el oficio solamente en los ordenados directa-
y podía vender los productos de su mente por ellos, sino también en los
trabajo. Le seguían los oficiales, concertados por las comunidades.
quienes durante varios años trabaja-
ban con el maestro y se preparaban El maestro diseñaba el proyecto o
para independizarse. Finalmente, los modelo, en el caso de retablos: traza
aprendices, jóvenes cuyos padres o planta. Se establecía el costo y en
firmaban contrato con el maestro, proporción el tiempo de ejecución
en el que éste se comprometía a en- de la obra. Una vez que artesanos
señarles todo lo referente al oficio, y clientes llegaban a un acuerdo,
se redactaba el contrato formal que
“Sol de Justicia, expresión alegórica plástica incluía la firma del escribano en el
de un teólogo” , en Iconología y sociedad. Arte reverso del proyecto para que se
colonial Hispanoamericano. XLIV Congreso In-
ternacional de Americanistas, pp. 181-190. El pudiera comprobar su exacta ejecu-
ese mismo artículo, el autor hace referencia al ción. Sin embargo, Berlin es enfáti-
análisis de la Doctora Elsa Vargas Lugo(1972)
que ha encontrado la misma temática y diseño
co en que la vinculación de una obra
en una obra procedente de Bolivia, “Sol de Ver- con un artista mediante un contrato
dad”. Este estudio se publicó en la revista Amé- no significa la paternidad intelectual
ricas, volumen 24, número 1, con el título: Arte
colonial ibérico, pp.12- 20. íntegra del artista con la obra.

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La paternidad intelectual debe des- la fecha del contrato de su servicio y


contarse, en los casos en que al años de formación en el oficio.
artista se le ordenaba duplicar una
obra ya existente. Berlin sugiere Es fundamental tener en cuenta en-
que siempre debe investigarse si el tre las consideraciones metodoló-
modelo que se copiaba había sido gicas relativas a las artes y oficios
ideado por el propio maestro o por relacionados con la imaginería, que
algún otro; si un maestro recibía, la talla en madera policromada se
además del pago en efectivo, el re- suele acompañar además del tra-
tablo viejo, aprovechándolo ínte- bajo de tejedores y bordadores que
gramente para venderlo restaurado elaborarían el atuendo de las imá-
a otros clientes, o bien incorporar a genes de vestir, y el de los orfebres
nuevos retablos partes de los adqui- o plateros encargados de confeccio-
ridos. También habrían de excluirse nar atributos y joyas como poten-
las imágenes que, especificadas en cias, coronas y rosarios.
el contrato, debían pasarse de un
retablo anterior a otro nuevo. Así El arte periférico de las Misiones
mismo, cuando el ensamblador no
tallaba las imágenes, éstas se atri- En el arte “periférico” de las misio-
buyen a un maestro de escultura. nes, por otra parte, los objetivos del
discurso estético están orientados a
Cabe señalar, no obstante, que en La- integrar una población desplazada o
tinoamérica, muchos imagineros son desestructurada bajo una ideología
analfabetos, por lo tanto, tratados y y lenguaje comunes es decir, bajo
contratos se hacían exclusivamente una nueva identidad introducida
verbales. Por tal motivo se ignoran por el misionero. Las características
los nombres de posibles y anónimos del territorio, las trasformaciones
artistas. Pinturas e imágenes aisla- étnico-demográficas de la comuni-
das, afirma Berlin, se elaboraban dad, el carácter y la movilidad de
por encargos verbales, toda vez que las órdenes, son agentes que inciden
sus precios no fueran relevantes. en la determinación de los tipos di-
Sin embargo, mediante el cotejo de versos, sincréticos y eclécticos que
fuentes provenientes del Comple- caracterizan esta manifestación es-
mentario Colonial y particularmente cultórica, comúnmente denominada
de los Protocolos Notariales Colo- “popular”, a la que se le confiere
niales, es posible establecer nombres gran complejidad y flexibilidad. De
y apellidos de maestros artesanos y acuerdo con Maquivar, fueron los
sus correspondientes aprendices con primeros frailes misioneros quienes

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introdujeron a los indígenas en la regiones, resultando más habitual


práctica de las técnicas europeas de el transporte de recursos asociados
la escultura y la pintura: esencialmente al culto: salterios, bre-
viarios, misales, etc. que contenían,
…pues aunque los naturales no obstante, grabados y estampas4.
habían heredado valiosas tra-
diciones artísticas, descono- Sin embargo, la relativa escasez de
cían, entre otras cosas, el uso temas no significaba una necesaria
de las herramientas de hierro unificación de estilos. Por el contra-
para tallar la madera y la pie- rio, las muestras artísticas divulgadas
dra. Así mismo, con los frailes por medio del grabado pertenecían a
aprendieron los nuevos mode- tipos y estilos heterogéneos; las in-
los y la temática esencialmen- terpretaciones y adecuaciones autóc-
te religiosa, encaminada a la tonas de estos temas generaron, a su
evangelización de los pueblos vez, patrones que fueron adquirien-
de indios. De esta manera, do énfasis y caracteres autónomos5.
en los talleres conventuales
del siglo XVI -fundados por Si bien hasta ahora se ha expuesto
franciscanos e imitados por la compleja realidad de un arte que
dominicos y agustinos- los in-
dígenas conocieron las nuevas 4 Carlos José Rueda, en su estudio sobre la finan-
ciación de la orden de San Francisco durante el
herramientas y técnicas para siglo XVIII (1991), confirma que el tipo de finan-
producir las imágenes y los ciamiento, que dispensa comúnmente la corona a
las misiones, es la limosna en especie de carácter
ornamentos necesarios para cultural: vino, aceite y cera; o bien, la concesión
cubrir las demandas de las au- de implementos y parafernalia litúrgicas (campa-
toridades eclesiásticas y civi- nas y ornamentos) si la misión se encuentra en
proceso de fundación. Con frecuencia, durante el
les. (Maquivar, 2001, p.62) s. XVIII, la Corona restringía la concesión de los
recursos solicitados obstaculizando los proyectos
emprendidos por las órdenes misioneras.
El problema de la fuente del grabado
5 Las investigaciones que rastrean cuidadosamente
también se aplica al arte de las mi- la influencia de los modelos emigrados de Europa
siones, lo cual resulta comprensible ha logrado resultados sorprendentes al comprobar
una extraordinaria persistencia de elementos ori-
si se considera la dificultosa accesi- ginales con características propias y valoraciones
bilidad de las fronteras indígenas y interiores que evidencian la gestión de una con-
la precaria situación económica de cepción propia del mundo. Tales investigaciones
se concentran especialmente en el campo de la
los misioneros. Las fuentes epistola- arquitectura y la pintura. Al respecto, basta citar
res y las crónicas constatan la im- la obra de Teresa Gisbert sobre pintura virreinal
andina, de Federico Sescosse sobre la iconología
posibilidad del traslado de obras de de la catedral de Zacatecas y de Elisa Vargas Lugo
arte de grandes dimensiones a estas pertinente a la expresión pictórica franciscana.

312 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

parece supeditarse al canon euro- los de sus dioses: pero no ha-


peo, no se puede obviar la tradición bía ni animales ni sabandijas
precolombina como otra gran fuen- a los que no les hicieses es-
te primaria del arte escultórico en tatuas, y todas las hacían a
América que, en el contexto de las la semejanza de sus dioses y
misiones y pueblos periféricos a las diosas. Tenían algunos pocos
metrópolis, cobra especial importan- ídolos de piedra y otros de
cia. El cronista franciscano Diego de maderas y de bultos peque-
Landa, en su Relación de las cosas ños. Pero no tantos como de
de Yucatán de 1566 (1938), estable- barro. Los ídolos de madera
ce una relación comparativa signi- eran tenidos en tanto, que se
ficativa entre los hábitos religiosos heredaban como lo principal
indígenas e ibéricos particularmente de la herencia. Ídolos de metal
referida al uso de imágenes: no tenían porque no había me-
tales ahí. Bien sabían ellos que
Que tenían gran muchedum- los ídolos eran obras suyas y
bre de ídolos y templos sun- muertas y sin deidad, más los
tuosos a su manera y aún sin tenían en reverencia por lo
los templos comunes, tenían que representaban y porque
los señores sacerdotes y gen- los habían hecho con mucha
te principal oratorios e ídolos ceremonias, especialmente los
en casa para sus oraciones y de palo. (p.56)
ofrendas particulares. Y que
tenían a Cuzmil y el Pozo de .Landa (1938) también descri-
Chichenizá en tanta venera- be el proceso de elaboración
ción como nosotros las rome- de esos “ídolos de palo” o
rías a Jerusalem y Roma y así “dioses”, proceso que, según
los iban a visitar y ofrecer do- el cronista, se encuentra per-
nes, principalmente a Cuzmil, manentemente matizado de un
como nosotros a los lugares absoluto carácter ritual:
santos, y cuando no iban, en-
viaban siempre sus ofrendas. Una de las cosas que estos po-
Y los que iban tenían también bres tenían por más ardua y
la costumbre de entrar en los dificultosa, era hacer ídolos de
templos de relictos cuando palos, a lo cual llamaban hacer
pasaban por ellos a orar y dioses; y así tenían para hacer-
quemar copal. Tantos ídolos los señalado tiempo particular
tenían que aún no les bastaban y era este mes de Mol u otro,

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 313


Aniella Ramírez Maglione

si el sacerdote les decía basta- demonios y quemándoles su


ba. Los que los querían hacer- incienso y así perseveraban
los, consultaban al sacerdote hasta acabar, dándoles de co-
primero y, tomado su consejo, mer. Iban con mucho temor,
iban al oficial de ellos, y dicen según decían, criando dioses.
se excusaban siempre los ofi- (…) Acabados ya y puestos
ciales porque temían que ellos en perfección los ídolos, hacía
o algunos de sus casas se ha- el dueño de ellos un presente,
bían de morir o venirles enfer- el mejor que podía, de aves y
medades de amortecimientos; cazas y de su moneda para pa-
si aceptaban, comenzaban los gar con él el trabajo de los que
chaces, que para esto también los habían hecho; y los saca-
elegían, y el sacerdote y el ofi- ban de la casilla y los ponían
cial, a ayunar sus ayunos. En en otra ramada para ello hecha
tanto que ellos ayunaban, iba en el patio, en la cual los ben-
el cuyos ídolos eran o envia- decía el sacerdote con mucha
ba por la madera para ellos solemnidad y abundancia de
al monte, la cual era siempre devotas oraciones (…), así
de cedro. Venida la made- los ponían en una petaquilla,
ra, hacían una casilla de paja envueltos en un paño, y los
cercada donde metían la ma- entregaban al dueño, y él, con
dera y una tinaja para en qué asaz devoción6, los recibía.
echar los ídolos, y allí tener- Luego predicaba el bueno del
los atrapados como los fuesen sacerdote un poco de la exce-
haciendo. Metían incienso que lencia del oficio de hacer dio-
quemar a cuatro demonios lla- ses nuevos, y del peligro que
mados Acantunes, que metían tenían los que los hacían si
y ponían a las cuatro partes del acaso no guardaban sus abs-
mundo. Metían con qué se sa- tinencias y ayunos. Después
comían muy bien y se embo-
jar o sacar sangre de las orejas
rrachaban mejor. (p. 89)
y la herramienta para labrar
los negros dioses, y con estos
De manera que no sólo del domi-
aderezos se encerraban en la
nio técnico de la talla y escultura
casilla el sacerdote y los cha-
ces y el oficial, y comenzaban
su labor de dioses, cortándo- 6 “Temor”, “devoción” y “reverencia” son térmi-
nos empleados por las fuentes españolas, lo que
se a menudo las orejas y un- pondría estas tallas en la misma categoría de las
tando con la sangre aquellos imágenes religiosas católicas.

314 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

desarrolladas en el mundo indígena La iglesia desempeñará una función


se valían los misioneros, sino del didáctica determinante en la trasmi-
carácter sagrado que dicha práctica sión de técnicas artísticas y la ela-
tenía, pues coincidía totalmente con boración de obras que tendrán una
la actitud devota que demandaba el utilidad básica en la evangelización,
espíritu de la Contrarreforma para antes de que la tradición gremial se
la elaboración de esculturas desti- comience a establecer en los virrei-
nadas al culto. natos a mediados del siglo XVI. En
centros urbanos llegaron a existir
A medida que se insertan nuevas
escuelas como San José de los Na-
propuestas artísticas en el mundo
turales en México, pero se debe con-
indígena, estas habrán de adoptar
siderar la existencia de escuelas o
las variables de la imposición y del
talleres anónimos instalados en gran
diálogo. La imposición se ejercita
parte de los conventos. Éstos intro-
desde los comienzos y determina las
dujeron el nuevo repertorio artístico
técnicas y los temas iconográficos;
y formaron a numerosos indígenas
así, las hierofanías prehispánicas,
quienes, lejos de los grandes núcleos
cuyas representaciones se realiza-
urbanos, fueron los responsables de
ban principalmente en piedra, cerá-
ejecutar proyectos locales.
mica policromada, oro y jade, serán
vetadas, a la vez que se induce a Se han mencionado diversos facto-
la adopción del panteón cristiano res que inciden en el florecimiento
materializado bajo la forma de la de la diversidad de estilos y grados
madera policromada. El diálogo, de refinamiento que posee la escultu-
por otra parte, en los inicios tendrá ra elaborada en reductos indígenas.
lugar tímidamente bajo la forma de Sin embargo, Berlin distingue ele-
concesiones al gusto indígena. A mentos comunes generalizables en
veces esto obedece a la clara reso- Guatemala en dos etapas: la primera
lución de hacer menos drástico el se caracteriza por formas sólidas y
salto. En la arquitectura del siglo conceptuales altamente simbólicas,
XVI, la adecuación formal del espa- hieráticas, frontales, profusamente
cio sagrado con sus atrios, capillas policromadas y expresivas; la se-
abiertas y posas, será un ejemplo gunda etapa se sucede tras haberse
paradigmático, pues la flexibilidad asimilado los parámetros de la nueva
formal conlleva implícitamente, la religión y dará libertad a la afición
adaptación de los contenidos y sig- por las efusiones dramáticas que
nificados a los que remite. desembocarán en personalísimas

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 315


Aniella Ramírez Maglione

propuestas como las de Mateo Zúñi- la creencia o la fe. Ambos caminos


ga o Alonzo de la Paz. conducen, asimismo, a definir el pla-
no devocional.
Frecuentemente, la elaboración de
recursos ornamentales de retablos, Se debe tener en cuenta, como pun-
sillerías, marcos y candelabros per- to de partida, que desde el siglo XVI
mitirá filtrar temas preciosos para hasta fines de la dominación espa-
los aborígenes, enriqueciendo así ñola, la ciudad de Guatemala fue un
las propuestas iconográficas lati- importante centro de manufactura y
noamericanas, particularmente ha- exportación de esculturas, las cuales
cia finales del siglo XVII y durante fueron introducidas aun en México,
el XVIII, cuando ya el catolicismo ciudad con una floreciente escuela
americano es un hecho consumado, de escultores. La Capitanía y la capi-
coincidente con el apogeo del mes- tal virreinal, asimismo, abastecieron
tizaje y la proliferación de artistas de esculturas y artistas el territo-
criollos, mestizos y mulatos. rio centroamericano, con envíos de
obras y maestros ambulantes quie-
Itinerario artístico en la Diócesis nes penetraron en sus provincias.
de Nicaragua y Costa Rica Estos maestros ambulantes fueron,
con muchas probabilidades, los fun-
El mapa artístico de América lleva dadores de pequeños talleres locales
consigo un plano espiritual al que en las ciudades más importantes. Por
es muy difícil marcarle meridianos medio del contacto administrativo
y paralelos. Podría orientar el hecho obligatorio entre ciudades provin-
de ver caminar por todo el continente ciales, Capitanía y Virreinato, entre
el ideario místico, retórico y estético la Diócesis y sus dependencias, y
de las órdenes religiosas, desde el pri- entre Colegios de Propaganda Fide,
mer tiempo franciscano al último bet- conventos y misiones, se promovió
lemita. Podría inferirse en este gran el tránsito de obras y la movilidad de
gráfico de las órdenes constructoras artistas, de manera que las comuni-
cierta unidad, si bien ninguna orden dades periféricas mantenían vivo el
tuvo un estilo propio sino matices. contacto con las corrientes artísticas
metropolitanas.
Otra ruta la conforma el “Mapa
Catedralicio” del arte episcopal, La tesis de Carmela Velázquez, El
trazado por la Iglesia fuera de las sentimiento religioso y sus prácticas
órdenes. Otro campo del arte, otra en la diócesis de Nicaragua y Cos-
silueta, otra personalidad dentro de ta Rica, siglos XVII y XVIII (2004),
la unidad artística del tiempo y de revela las redes de comunicación

316 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

existentes entre corona, diócesis, plateros, talladores/ensambladores,


provincias eclesiásticas, arzobis- pintores y escultores. Naturalmente,
pados, vicarías y parroquias. Estos Payne afirma que no existe suficien-
datos sumados a la movilización de te evidencia para concluir la existen-
obispos por motivo de nombramien- cia de una organización gremial en
tos, consagraciones, visitas ad limi- Cartago hacia el siglo XVII y por lo
na apostolorum, visitas apostólicas tanto no es extraña la ausencia de or-
y traslados, permiten inferir influen- denanzas, lo cual es más significati-
cias culturales que se podrían haber vo si se considera que el artesano no
proyectado sobre gustos y demandas se dedica exclusivamente a su oficio,
de determinadas manifestaciones es- de manera que la oferta y la demanda
téticas, particularmente en el ámbito no promovían necesariamente la ne-
cesidad de contar con especialistas.
del clero diocesano (Catedral y Ca-
bildo Catedralicio). Otro aspecto relevante que mencio-
na Payne es el cambio social que
Paralelamente, cabe contrastar con sufre la ciudad en el siglo XVII a
esta red institucional, el desarrollo causa del decrecimiento de la pobla-
de mercados locales que suplieran ción indígena y el crecimiento de la
en primera instancia dicha deman- población mestiza, la cual asume el
da. Al respecto, el estudio de Elizeth ejercicio de las labores artesanales.
Payne (2007) sobre la organización El aumento demográfico demanda
artesanal en Cartago del siglo XVII, una mejor organización legislati-
destaca el papel de los barrios de in- va y hacia 1693 se encuentra una
dígenas y pardos periféricos a Car- Real Provisión del Reino de Gua-
tago como emplazamientos de los temala que confirma las ordenanzas
que procede la población artesanal dictadas por el cabildo de Cartago
en una primera etapa del desarrollo el 11 de mayo de 16867 y recuerda
urbano. En la reconstrucción que que conforme a las leyes de Casti-
hace Payne de la estructura, función lla, pertenece a los cabildos de las
y organización artesanal: la “obliga- ciudades hacer ordenanzas para que
ción” de maestros, el compromiso los menestrales y otros oficiales den
de los aprendices y las característi-
cas de la instrucción que determinan 7 Véase: Archivo Nacional, Fondo Colonial, sec-
la existencia de tiendas, obrajes y ción Cartago, serie Cartago – Reales Cédulas,
Folio 382, 1693. Real provisión del Reino de
talleres, no se mencionan exámenes Guatemala que confirma las ordenanzas dicta-
para promover el grado de oficial al das por el cabildo de Cartago el 11 de mayo de
de maestro, lo cual era obligatorio 1686 sobre derechos y obligaciones de artesanos
indios trabajadores del tejar, pescadores y labra-
según las ordenanzas del gremio de dores y disposiciones relativas a los vagos.

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 317


Aniella Ramírez Maglione

sus oficios bien y fielmente por ser sulta más significativo si se comparara
de la utilidad pública y común el con la proliferación de talleres a cargo
uso de ellos, y que las tierras estén de un maestro, ya no sólo carpintero,
surtidas de lo necesario para poder sino torneros de obra blanca, plateros,
sustentar y vivir, por cuya causa de- pintores y pintores de retablos. Sobre
ben de ser compelidos los maestros el sector de los carpinteros, se debe
y oficiales del uso de sus oficios; y se agregar que la especialidad que más
les pueden dar aprendices para que se identifica con el oficio de la talla y
los aprendan, pues, los jueces deben ensamblaje de retablos e incluso con
cuidar de que los mozos aprendan la talla de imágenes, es la de carpin-
algún arte y oficio según la calidad tero de lo blanco pues dejar la obra
de las personas y especialmente de- en blanco es la condición previa para
ben ser compelidos a ello los que an- proceder a la policromía.
dan vagamundos y baldíos.
Nuevamente, es importante recordar,
Clotilde Benavides (2005) desarro- para el caso de la Diócesis, la ges-
lla un segundo estudio que al abor- tión de las doctrinas o misiones en la
dar la formación y función social de periferia de los centros urbanos. La
los artesanos en Cartago durante el tutela que ejercían los frailes sobre
siglo XVIII, complementa y da con- la enseñanza artística no tenía nada
tinuidad a la obra de Payne. que ver con el desarrollo del trabajo
en los talleres controlados por gre-
El texto se distingue porque agrega mios. Estas agrupaciones artesanales
al análisis el oficio de los plateros; estaban, por lo tanto, al margen de la
menciona como su posible clientela
identificación, legitimación o registro
la Iglesia, cofradías y devotos, por la
oficial; debido a esto el investigador
costumbre de donar joyas a los santos
debe plantear estrategias particulares
y vírgenes, y asimismo asocia a los
batihojas con la labor de elaborar or- de aproximación a su realidad. Así
namentos para “altares” y santos. Al mismo, se debe tener en cuenta que si
respecto, es relevante encontrar en en la conformación de la imagen de-
el Archivo Nacional una Real Cédula vocional no intervenía el artesano de
para el Gremio de los Plateros y Bati- una misión, la elaboración del retablo
hojas fechada en 1776 que incluye la (su marco referencial inmediato) era
mano de obra india, mestiza y mulata asignada plenamente a él; al taller
en la categoría de obrador8, lo cual re- artesanal también se debe la elabora-
ción de elementos y ornamentos que
8 Véase: Archivo Nacional, Fondo Colonial, complementarán el espacio sagrado:
Sección Cartago, 12 de octubre de 1776. Real
Cédula con las Ordenanzas para el Gremio de
artesonados de madera, sillerías, alta-
Plateros y Batihojas. Folios 233 – 241. res, muebles y marcos para lienzos.

318 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

Pese a la distancia, las provincias Capitanía General de Guatemala y


de Nicaragua y Costa Rica recibie- las provincias de Centro América. En
ron influencias de Guatemala, como el ámbito monástico, la distribución
lo reseña Berlin (1952) en el hecho administrativa del territorio también
de que en 1637, el maestro pintor se expresa en divisiones provinciales;
Baltasar de Valladolid reclutaba ofi- específicamente en el caso franciscano,
ciales para ir con él a la provincia la configuración de la Diócesis de
de Nicaragua “a hacer retablos en Nicaragua y Costa Rica coincidía
los pueblos de allá” (1952: p.84); territorialmente con la Provincia
además agrega que en 1593 parece Observante de San Jorge, aunque ésta
haber estado en Granada el escul- incluyó inicialmente Honduras.
tor Luis Ortiz, residente en otros
años en Guatemala. Tampoco debe La orden franciscana jugó un papel
primordial en el territorio costarri-
olvidarse que la construcción de la
cense aportando imágenes devocio-
nueva Catedral de León fue dirigida
nales relevantes para las estrategias
por el “diestro arquitecto” de Guate-
de evangelización y el desarrollo de
mala, Diego Joseph de Porres Esqui-
tradiciones religiosas locales; tam-
vel (hijo de una familia afromestiza
bién es significativa la gestión de
consolidada generacionalmente en
los recoletos en las misiones de Ta-
la tradición arquitectónica). En ese lamanca durante el siglo XVIII. La
mismo contexto se encuentra tam- clave para comprender el desarrollo
bién Fray Pedro de Ávila, religioso del arte religioso en sus misiones se
lego guatemalteco de la orden mer- encuentra en el estrecho vínculo que
cedaria a quien se atribuyen los pla- éstas mantuvieron con los Colegios
nos de la actual Iglesia de La Merced de Propaganda Fide de Guatemala y
erigida en el siglo XVIII. México, el Colegio de Cristo Cruci-
ficado y el Colegio de la Santa Cruz
Guatemala y México jugaron un rol
de Querétaro, respectivamente.
destacado en el arte colonial de la
Diócesis durante el siglo XVIII. En Conclusiones metodológicas
cambio, los centros suramericanos:
Lima, Cuzco, Arequipa y Quito, Si la religión se define como un
aunque aportaron, lo que se conserva discurso antropológico e histó-
es relativamente poco y data de los rico sobre la experiencia de lo
siglos XVI y XVII. La distancia “numinoso”9, este discurso se
geográfica y los difíciles medios
de comunicación condicionaron 9 Perteneciente o relativo a “numen”, como manifesta-
una mejor interacción entre la ción de poderes religiosos o mágicos. Numen (Lat.):

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 319


Aniella Ramírez Maglione

configura desde un lenguaje analó- de la contrarreforma relacionan los


gico simbólico que confiere sentido ámbitos de la fenomenología, la his-
y orden a la experiencia a partir de toria y la sociología del arte en fun-
formas simbólicas culturalmente ción de la reconstrucción del marco
legitimadas. De esta manera, ritos, contextual en que se gesta el objeto
mitos, arte y símbolos representan, estético-religioso y los factores que
objetivan y recrean parcialmente la determinan sus usos y funciones.
vivencia original del Misterio10. Por otra parte, estudios histórico-an-
tropológicos abordan a profundidad
Las imágenes sagradas constituyen, la importancia de las formas simbó-
por lo tanto, una expresión de las licas en el desarrollo y continuidad
formas simbólicas que representan y de cosmovisiones, perspectivas que
materializan, por medio del lenguaje en América Latina han encontrado
icónico o escultórico, la experiencia terreno fértil, particularmente en las
religiosa. En la medida en que este disertaciones en torno a las manifes-
lenguaje obedece a un consenso, es taciones sincréticas que tienen lugar
normado y codificado conformando a raíz de la gestión colonial.
un estilo, y remite a un sentido inferi-
do o conferido históricamente desde En el ámbito específico de la imagi-
una tradición cultural. Tales obser- nería colonial, México y Guatema-
vaciones conducen a tres considera- la desarrollan enfoques analíticos
ciones esenciales en el abordaje del más comprensivos que conjugan el
objeto de estudio: la configuración aporte de varios énfasis y disciplinas
u ordenamiento de la materialidad estéticas legitimando, mediante de-
sensible que determina la imagen, la bate académico, al arte sacro como
naturaleza de la representación y la patrimonio cultural y documento vi-
respuesta del espectador que percibe sual de excepcional valor histórico.
la imagen y la interpreta. Sin embargo, en el resto de las pro-
vincias centroamericanas y específi-
Actualmente, los modelos interdis- camente en Costa Rica y Nicaragua,
ciplinarios que abordan el análisis de la ausencia de estudios especializa-
la imagen sagrada y el arte religioso dos sobre arte colonial es tan grave
como el problema que concierne al
robo, destrucción y tráfico ilegal de
deidad dotada de poder misterioso o fascinador.
10 Categoría superlativa asumida a priori por la feno- patrimonio histórico.
menología de las religiones, que consiste en una rea-
lidad objetiva externa al ser humano, que se sustrae En ambos países es evidente la nece-
a la razón por ser inefable; lo “numinoso”, fondo y
médula de las religiones. sidad de cambios en las perspectivas

320 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

y estrategias de abordaje del arte co- la interacción entre imagen, espacio


lonial. La naturaleza del objeto de religioso y sociedad.
estudio rebasa, evidentemente, los
límites de un acercamiento unidi- Comprender el arte religioso como
mensional y positivo. La experien- documento visual y complementar
cia demuestra que la crisis que atañe la información que aporta con el es-
a la obra de arte colonial: tráfico y tudio de fuentes coloniales, implica
coleccionismo ilegal, no se solucio- aproximarse a los rasgos más suti-
na únicamente con su inventariado y les y característicos del proceso de
confinamiento a la sala de un museo conformación de un mundo híbrido:
o bodega restringiendo así su poten- América Latina, en el momento mis-
cia expresiva, sino con enfatizar su mo de su gestación, proceso en el
carácter patrimonial al denotar esas cual el arte unido a la legitimación
de ideologías y definición de nuevos
características esenciales que le ata-
sistemas de creencias, adquiere sen-
ñen en cuanto objeto histórico, esté-
tido en cuanto experiencia vital vin-
tico e imagen de culto y rescatando
culada a la dinámica sociocultural.
el diálogo que ha mantenido con
devotos y espectadores a lo largo de La imagen es una forma intenciona-
la historia, diálogo que la vitaliza y da, compuesta por una materialidad
determina su permanencia y dina- ordenada y por ideas contenidas en
mismo en la memoria colectiva. ella. De manera que el estudio de las
imágenes y sus usos en un contex-
Si estudios contemporáneos sobre to determinado, debe comprender el
religiosidad popular subrayan que el marco ideológico y la historia de las
sentido otorgado al arte sacro reve- mentalidades que configuran la for-
la una variedad de sistemas de inte- ma perceptiva de la obra de arte: la
racción semiótica entretejidos a lo selección de determinadas técnicas,
largo de la historia: intereses ideoló- soportes y géneros. Así mismo, se
gicos, valores, saberes y emociones debe de considerar que si la produc-
acumuladas en las experiencias indi- ción de imágenes está directamente
viduales y colectivas; es posible que, relacionada con su demanda, su di-
partiendo de la trascripción, análisis versidad se encuentra determinada
y ensamblaje de documentos colo- por la función que la sociedad espera
niales, se logre reconstruir las múl- que desempeñen.
tiples expresiones semánticas que
tienen su origen en los siglos XVI, Al dilucidar el horizonte común que
XVII y XVIII, generados a partir de comparten estética y sacralidad en

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 321


Aniella Ramírez Maglione

sus aspectos esenciales, se esclarece Augusto Thiel”, Archivo Diocesano


la relación que existe entre forma, de León, Archivo General de Cen-
apariencia y función de la imagen troamérica, Archivo Arquidiocesano
sagrada. Es entonces indispensable, “Francisco de Paula García Peláez”
para una investigación que pretenda y Archivo General de Indias. Así
reconstruir la realidad histórica de la mismo, la referencia teórica obtenida
imaginería colonial, un modelo de de ámbitos interdisciplinarios busca
abordaje teórico y metodológico que poner de manifiesto la compleja na-
constituya un puente asertivo entre turaleza del arte sacro y establecer
determinaciones formales y su fun- una línea de análisis que justifique la
ción en el marco de la construcción necesidad de preservar su contexto.
de cosmovisiones.
Al evidenciar la complejidad onto-
Con el objetivo de establecer una
lógica del arte sacro, se demostrará
forma alternativa de análisis y con-
su importancia como producto de la
secuentemente de catalogación11, se
gestión de determinados actores so-
plantea determinar en una muestra
ciales en un contexto particular, pero
escultórica, sus tipologías estético-
estilísticas, iconografía y formas también como agente activo de la
devocionales asociadas, a partir de historia, promotor de un bagaje cul-
un modelo comprensivo de análisis tural y cultural material e inmaterial,
fundamentado en la confrontación cuyo valor patrimonial debe ser res-
de fuentes primarias provenientes catado, protegido y difundido.
del Archivo Nacional de Costa Rica,
Se ha comentado que en América
Archivo Arquidiocesano “Bernardo
Latina, al mapa político administra-
tivo se superpone el mapa que refleja
11 La estrategia de investigación se consolida en
el desarrollo de la tesis doctoral: Tipologías es-
la organización territorial de la Igle-
téticas y formas devocionales de la Imaginería sia: plano devocional y espiritual.
Colonial en la Diócesis de Nicaragua y Costa En ambos casos, para la Diócesis
Rica: modelo interdisciplinario de análisis de
la escultura religiosa de los siglos XVI, VXII de Nicaragua y Costa Rica (1545-
y XVIII, inscrita en el programa de Doctorado 1850), el papel que desempeñan los
en Historia del Arte y Gestión Cultural en el
Mundo Hispánico. Departamento de Geogra-
Virreinatos de Nueva España y del
fía, Historia y Filosofía de la Universidad Pa- Perú -también Provincias Eclesiás-
blo de Olavide. Sevilla, España. Así mismo se ticas desde 1546-, pero particular-
está aplicando al proyecto de investigación: La
escultura franciscana del Cartago colonial a mente la Audiencia de Guatemala
través de fuentes históricas de los siglos XVI a -conformada entre 1542 y 1568-,
XVIII desarrollada para el Centro de Investiga-
ción en Identidad y Cultura Latinoamericanas
cuya Diócesis pasa a ser Metropoli-
(CIICLA), Universidad de Costa Rica. tana en 1743, constituyen referentes

322 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014


Aproximaciones metodológicas al estudio de la imaginería colonial: Nicaragua y Costa Rica.

inmediatos para la configuración del el desarrollo del movimiento estéti-


propio mapa administrativo y el de- co conocido como Barroco.
sarrollo de estrategias autóctonas de
gestión colonial. En este sentido, es Se deben tomar como criterio para la
fundamental trascender límites lo- selección de la muestra, las imáge-
cales y considerar parámetros que nes devocionales que se encuentren
permitan revalorar los vínculos his- in situ: catedral, iglesia parroquial,
tóricos e identitarios que han unido templo y dependencias conventua-
a los diferentes países de la región. les, capillas, ermitas, es decir, en el
Siendo consecuente con la natura- emplazamiento original para el cual
leza y realidad históricas del objeto fueron realizadas, cuya existencia
que se pretende investigar, la me- permita ser cotejada con las fuen-
todología planteada se debe aplicar tes históricas; imágenes devociona-
comparativamente a la imaginería les que hayan sido reubicadas, en
importada o local, que se circuns- la medida en que exista suficiente
cribe en la Diócesis de Nicaragua y evidencia documental de su des-
Costa Rica desde mediados del si-
plazamiento y destino. A la vez, se
glo XVI y durante los siglos XVII y
considerarán otras formas escul-
XVIII, privilegiando en el análisis la
tóricas asociadas a las imágenes
estructura administrativa eclesiástica
frente a la civil, pues serán la Iglesia devocionales: imágenes menores,
y el devoto los principales clientes y procedentes de conjuntos escultó-
patrocinadores de dichos proyectos, ricos o devociones privadas y reta-
a excepción del capítulo en que se blos, que admitan ser relacionados
abordará el tema de las Ordenanzas con contextos particulares.
Gremiales extendidas bajo la forma
de Reales Cédulas a virreyes, presi- Gozarán de particular atención
dentes de audiencias y gobernadores aquellas imágenes legitimadas his-
de los reinos de las Indias. tóricamente mediante devociones
colectivas y que pertenezcan al re-
La delimitación temporal, siglos pertorio temático desarrollado a raíz
XVI, XVII y XVIII, se determina por de la Contrarreforma y de acuerdo
la fecha de fundación de la diócesis con los programas cristológicos,
y el momento de consolidación de mariológicos, hagiográficos y esca-
las tradiciones artístico-artesanales tológicos. De esta forma, el estudio
en el istmo, su desarrollo y prolife- abordará la historia de la imaginería
ración, así como su correspondencia religiosa en la Diócesis de Nicara-
con el clímax de la Contrarreforma y gua y Costa Rica en cuatro niveles:

REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 323


Aniella Ramírez Maglione

1. Su definición: expone la natura- Bibliografía


leza ontológica del arte sacro y
su determinación en el marco de Archivo Nacional, Fondo Colonial,
la Contrarreforma. Sección Cartago, 12 de octu-
bre de 1776. Real Cédula con
2. Su configuración: aborda el pa- las Ordenanzas para el Gre-
pel de la Iglesia en la gestión mio de Plateros y Batihojas.
colonial de la Diócesis y su pro- Folios 233 – 241.
yección en la demanda y pro- Benavides, Clotilde. Reflexiones sobre
ducción de imágenes. la formación y función social de
los artesanos en Cartago en el
3. Sus características: referentes a
siglo XVIII. Revista Estudios,
la imagen como producto de un
Nº 18-19, 2004-2005, pp.25-38.
proceso creativo particular. Ex-
Sección de Historia de Costa
pone las tipologías estilísticas,
Rica . Escuela de Estudios Gene-
iconológicas e iconográficas
rales. Universidad de Costa Rica.
presentes en el territorio.
Berlin, Heinrich. Historia de la
4. Su función: determinada a partir Imaginería Guatemalteca.
de la forma en que se introduce o Guatemala: Publicaciones del
se presenta a la comunidad y su Instituto de Antropología e
capacidad de generar respuestas Historia de Guatemala, 1952.
por medio de devociones, es de- Eco, Umberto. Historia de la Belle-
cir, su efectividad. za. Barcelona: Lumen, 2006.
Landa, Diego de. Relación de las
Se pretende, así, brindar herramien- cosas de Yucatán. Yucatán. Sr.
tas prácticas para una catalogación Mérida, 1938.
razonada, fundamentada en la com- Mâle, Emile. Arte religioso de la
prensión del sentido de la obra de Contrarreforma. Estudios so-
arte: de su unidad constitutiva y de su bre la iconografía del siglo
mundo expresivo, mientras pone de XVI, XVII y XVIII. Madrid:
manifiesto la importancia que tiene Encuentro, 2001.
el patrimonio artístico-religioso en Maquivar, María del consuelo. Es-
la comprensión de los procesos his- cultura religiosa en Nueva Es-
tóricos y sociales que unen a las re- paña. México D.F: Fondo de
públicas del istmo centroamericano. Cultura Económica, 2001.

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