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FORN, Juan. Antonio Berni o la revolución permanente. Buenos Aires, Banco Velox, 1999, pp-
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ADES, Dawn. Arte en Iberoamérica, 1820-1980. Ministerio de Cultura, Madrid, 1990. Cap. 7: “El
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GIORDANO, Mariana. “Nación e identidad en los imaginarios visuales de la Argentina Siglos XIX y XX.”.
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LAURÍA, Adriana. El Arte Concreto en la Argentina. Dossier del Centro Virtual de Arte Argentino,
http://cvaa.com.ar/
MALOSETTI COSTA, Laura. Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines
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civilización”.
SALAS, Horacio. “Los años veinte: el ingreso en la modernidad”. En Banco Velox. Pintura
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Desarrollo
MALOSETTI COSTA, Laura. Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del
siglo XIX., Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires-México 2001. Capítulo 1: “Arte y
civilización”.
Los hombres de la generación del 80 eran políticos, literatos, clubmen, de familias tradicionales.
Intelectuales de salones y teatros.
Julio A. Roca como presidente de Argentina.
En resumen, en esta época, la clase alta manifiesta tus temores ante los inmigrantes. Es un
tiempo marcado por la xenofobia o al indio. La vida de los inmigrantes y los indios (como lo otro,
lo extraño, lo malo) era retratada por Wilde, Mansilla y Cambaceres.
Puede que el único con autocrítica haya sido Lucio Lopez con "La gran Aldea" donde muestra el
comportamiento de su propia clase, del político abusivo, del especulador, etc. Este Lopez es el
mismo que junto a Leandro N. Alem proclama la Revolución del 90 más adelante.
Los Numeros arrojan que más de la mayoría de la poblalción en Buenos Aires eran extranjeros
recién llegados, que venían impulsados por el sueño de grandeza y progreso de la generación
del 80.
Significa también la llegada de artistas, artesanos, maestros de oficios, etc. que se instalan en
BS.AS y en los márgenes aparecen con talleres de pintura y dibujo.
Sintéticamente, los de la gen.80 tienen un criterio eurocentrado: Miguel Cané expresa que lo la
vida intelectual y material viene de europa.
Muchos de los pintores de los 80 son hijos de inmigrantes. Si se van a Europa es para
perfeccionar su oficio para luego volver al pais y exponer. Un ejemplo de estos son Sívori, Della
Valle, Schiaffino y de la Cárcova.
Se puede apreciar distintas tendencias: Sívori como naturalista, Della Valle es costumbrista o del
intimismo y social como de la Cárcova. Son artistas de transición: de la Arg. Patriarcal a la Arg.
aluvional y democrática.
Las elites ilustradas, hacia fines del s.XIX, ven al arte como el atributo de una sociedad que
dejaba atrás la barbarie y que aspira a la cultura.
La generación del 80 pinta un período de 30 años que son decisivos para el arte argentino de
1880 a 1910.
Marcados por el protagonismo de una clase proletaria e inmigrante que lucha desde el margen
con ideales socialistas y anarquistas. Por una clase media que se esta formando que va
adquieriendo símbolos primarios de estatus (como mobiliarios, ropas, etc.). Y por una clase
tradicional y patricia que ve desconfiada esta cultura aluvial que cree que va a disolver la
tradición hispano-criolla. De esta elite resaltan los escritores del 80: Mansilla, Cané, Wilde.
Nace la costumbre argentina del consumo cultural, el porteño culto viaja y colecciona arte, las
mansiones se parecen a los hoteles parisinos.
Los artistas al regreso de Europa sienten la necesidad de crear instituciones que formalicen la
existencia de una pintura nacional, de escuelas y de becas que eduquen a los puntores y la
apertura de pintores donde se exhiba la pintura argentina.
No es un generación homogénea (ni en edades, ni en obras) pero tenian el mismo objetivo: dar
lugar físico y simbóloco a la plástica argentina de una sociedad heterogénea y móvil.
2) Pío Collivadino (1869-1945) de los más relevantes de esta generación: como pintor, como
maestro de pintores y como privilegiado testigo de una ciudad que recorre incansablemente
(Calle Pozos, Calle del arrabal, Plaza San Martín, La Diagonal Norte). El puerto y La Boca son
los lugares que lo atraen con su belleza suburbana. nos muestra esos arrabales en los que las
casitas bajas han claudicado ante las fábricas de imponentes chimeneas que empiezan a perfilar
la ciudad industrial. Obras de arte a la vez que testigos de unos años en que Buenos Aires se
transforma aceleradamente. En 1908 lo nombran director de la Escuela Nacional de Bellas
Artes. Fueron sus discípulos Spilimbergo, Victorica, Forner, Horacio Butler, Basaldúa y
Quinquela Martín, entre otros. De tránsito entre los dos siglos, su trayectoria es intersecada por
la renovación que traen Malharro y Fader, con quienes compartió la fundación del Grupo Nexus.
Su pintura rompió con las formas de la línea cerrada del academicismo para abrirse a la
descomposición de la luz. La hora de almuerzo (MNBA) nos remite a Sin pan y sin trabajo, de
Ernesto de la Cárcova. Más risueña y distendida, la tela de Collivadino es la contraparte de la
obra de De la Cárcova. Bajo un tinte de claridad, sin contrastes dramáticos, presenta un grupo
de albañiles en su descanso. Detrás de cada mirada, cada gesto, se adivina una historia de
inmigración y esperanza. Los jóvenes que ríen en el centro parecen tener fe en el futuro.
4)Ángel Della Valle (1852-1903) nació en Buenos Aires. A los quince años comienza su
formación en Florencia, bajo la dirección de Antonio Ciseri, quien lo inicia en los tópicos del
academicismo. En 1883 regresa al país. En Buenos Aires se inclina hacia una temática
tradicional, pampeana, con temas gauchescos y militares. En 1887 expone en una muestra
colectiva dos telas de esta índole: La banda lisa y En la pampa . Pero será en 1891, con la
presentación de su tela Juan Moreira en una exposición colectiva de la que participan Sívori,
Schiaffino, Mendilaharzu y Giudici, entre otros, que su producción parece volcarse
definitivamente hacia el drama de nuestro desierto: la inmensidad de un paisaje despojado, el
gaucho de frontera, el indio, los malones y las cautivas. La figura del gaucho como personaje
marginal y sufrido, perseguido por una autoridad corrupta, entraba en la ciudad de la mano del
circo y de los folletines de Eduardo Gutiérrez. La recuperación de una temática nacional para la
pintura fue tema de un debate en el que se instala la pintura de Della Valle. En 1892, para el
cuarto centenario del descubrimiento, Della Valle expone La vuelta del malón (MNBA).
El
cuadro causó sensación entre el público, agolpado para verlo en una vidriera de la calle Florida,
La tela, de grandes dimensiones, retomaba la tradición de la cautiva y el conflicto con el indio y,
a la ve: que se inscribía en una tradición largamente tratada, recuperaba un pasado todavía
fresco en la memoria colectiva. Llevado a la Exposición Colombina de Chicago, La vuelta del
malón fue considerado por la crítica de Buenos Aires como uno de los trabajos más importantes
que había producido hasta el momento la pintura argentina.
1) Todos los artistas adoptaron y adaptaron las corrientes vanguardistas europeas. Algunos hicieron
un hibridaje entre corrientes (como ser dadaísmo y futurismo-dadaismo y surrealismo, etc.). Cada artista
adoptó una o más corrientes y le puso su huella distintiva, teniendo en cuenta que no solo en el traslado
de europa hasta america latina hubo cambios sino que también los cambios se efectuaban según como
entendían-comprendían los mismos.
2) Todos los artistas trabajaron (casi fue obligatorio) con el cubismo. Resaltando algunos en particular
como Tarsila do Amaral (Brasil) y Rivera (mexico).
3) Todos tuvieron que ir a instruirse, o bien, viajaron a europa. Muchos produjeron más allá. Pero
tambien Tarsila, tuvo un viaje para inspirarse también en su país natal.
4) El modernismo brasilero necesariamente necesita explicarse por la influencia de Oswald de
Andrade y sus manifiestos Pau-Brasil o Antropofago,
5) La importancia de las revistas, muchas de ellas fueron fundadas por los sindicatos o partidos de
izquierda, se debe a la difusión y cosmovisión del arte como compromiso social y político. Salvedad:
Martín Fierro (arg.) que era de corte elitista.
6) Si bien se apunta a la decolonialidad, la relevancia de las revistas se valorizaba según los contactos
con artistas/revistas de Europa.
7) Importancia de los lenguajes como búsqueda de identidad: XUL solar crea el neocriollo y el pan
lengua. Torres-García busca culturas no contaminadas y se nutre de la prehistoria o lo precolombino.
Tarsila se refugia en las favelas de Brasil. Rivera expone lo típicamente mexicano. Dos casos aparte pero
interesantes son Figari y Reverón, Figari pinta escenas populares de candombe, no se relaciona con nadie,
no cree en la pintura por la pintura pero sin embargo ilustra los libros de Borges y colabora en la Martin
Fierro, Reverón es un bohemio, es rechazado por la academia, pinta para la elite y se excluye en una casa
frente al mar completa de muñecas y juguetes.
En 1920 las corrientes vanguardistas entraron en América Latina como corrientes de renovación.
Su llegada fue adoptada y adaptada de forma innovadora e individual-personal por cada artista.
Aquellos que estaban en el exterior o incluso se quedaron en europa, adoptaron el modernismo
pero con una forma diferenciada propia (Barradas y su vibracionismo, Rivera con su relación al
Cubismo, Torres-García con respecto al constructivismo). Quienes volvieron a América se
dedicaron a la creación de formas americanas del modernismo.
Importante: relación entre arte radical y política revolucionaria. Artistas, escritores e intelectuales
marcados por dos hechos: Revolución Mexicana y la Revolución Rusa. Interpretación y
extensión de los ideales revolucionarios, arte para el pueblo, colaborando a la creación del
nacionalismo cultural que abarca mucho más que a méxico.
Revistas importantes: Klaxon (1922), Revista antropofagia (1928) en Sao Pablo, Actual y El
machete (1924) México, Martín Fierro (1924) Buenos Aires y Amauta (1926) Perú. En ellas se
lanzaban discusiones, se publicaban los manifiestos, se creaban campos de
diferencias-oposiciones.
Amauta y El Machete mantenían la unidad de revolución en el arte y la política, otros insistían en
la autonomía del arte.
Se podía observar la instalación en la tradición y el rechazo a la época colonial y la cultura
europeizada del s.XIX en favor de inserción en la tradición cultural indígena. Nacionalismo vs
Internacionalismo, Regional vs lo central y cosmopolita, en especial en Brasil.
Representante del modernismo Rubén Darío, quien con su literatura creó las condiciones para la
vanguardia americana.
Caso de Rivera:
Vuelve a México en 1921, ya como poscubista, criticando a los pintores de la academia libre de
Coyoacán porque continuaban con la pintura impresionista.
La tradición vanguardista de Manet y Cézanne no tenía paralelo en América Latina.
Rivera había pasado toda la época de la revolución en europa. En 1907, durante su estadia en
España, fue beneficiario de una beca del gobernador de Veracruz. Era dirigido por Velasco y
Santiago Rebull en la academia de San Carlos. Al conocer al escritor Ramón Gómez de la Serna
fue moviendose por los círculos vanguardistas. Su pintura, en ese entonces, fue fluctuando entre
el realismo costumbrista y el simbolismo. Las influencias de Greco y del mexicano Zárraga hizo
que acentura los planos angulares de sus paisajes toledanos y escenas populares.
En París formó parte de un grupo de pintores mexicanos, entre ellos Zárraga, Dr. Atl (Gerardo
Murillo), Adolfo y Emma Best Maugard, Jorge Enciso y Roberto Montenegro. El más
comprometido con el cubismo era Rivera.
Las obras "Paisaje Zapatista" y "La Guerrilla" presentan una imagen central (naturaleza muerta)
sobre un paisaje que flota en el aure. Rivera introduce en esta obra, objetos específicamente
mexicano, como una respuesta a las noticias de la Reolución. México estaba en caos, se estaba
sacudiendo la colonialidad, eran tiempos del líder revolucionario Zapata.
Su primer mural "La creación" se relaciona con sus primera pinturas cubistas, aunque también un
divagar entre la representación cubista y un estilo moderno. Los espacios en la pintura estan
disfrazadas de realismo abierto.
En 1920-30 se debatía en México el compromiso del arte con los problemas sociales y políticos.
La aparición de los muralistas en 1921 fue un factor importante en esas discusiones.
No significó adoptar un estilo realista socialista sino una idea: arte para el pueblo. Se complica el
asunto, porque por ejemplo, Siqueiro adopta nuevas técnicas y estilos pero en Amaula (revista
de arte, peruana, fundada por el partido socialista) establecen que no se trata de aceptar un
"arte nuevo", cuando lo nuevo se reduce a lo técnico y destruir lo viejo; se trata de que exprese
"el espíritu revolucionario", la destitución y rechazo al burgués absoluto.
Argentina, por su parte, tenía la revista "Martín Fierro". Rechazaba el pasado como esa necesidad
de fundamentar un nacionalismo intelectual, era un espacio de arte y crítica libre. Se asumía
como independiente pero reconocía la influencia europea. Su principal escritor era Borges, que
siempre tocaba los temas con ironía. La revista se influenciaba de los dadaístas y futuristas,
expresaba su fe en la sensibilidad moderna casi haciendo perífrasis del manifiesto de Marinetti
(futurista). (Pensar que Borges fue uno de sus mayores colaboradores, que pertenecía al grupo
de la Florida, la élote porteña, es lógico que no sean los intereses a fines de los de Amauta).
La revista "Actual" (con su manifiesto (1921)) tiene un carácter más agresivo y ecléctico. Maples
de Arce (escritor), en su "comprimido estridentista" tiene un tono provocativo dadaísta-futurista,
atacó a la sociedad de consumo burguesa, a los sistemas políticos corruptos, a la publicidad y el
anuncio. Maples exigía sintetizar los "ismos" citanto siempre a Marinetti. Nombraba en un
apéndice a casi todos los escritores y artistas de la época, dadaísta, cubistas, constructivistas,
como ser Rivera, Siqueiros e intelectuales y artistas rusos. Lo importante de aquí es que estos
Estridentistas son vanguardistas y tienen un compromiso político, que aclaman la revolución
rusa.
Modernistas Brasileros:
Un grupo que se manifestó por vez primera y de forma pública en La Semana de Arte Moderna de
1922 en Sao Pablo (exposiciones, lecturas poética, conferencias, etc.)
Aunque, la primera sacudida del modernismo brasilero ocurrió en 1917, cuando en una exposición
de Anita Malfatti se produjó una creciente hostilidad entre público y críticos. La obra de Malfatti
tiene de moderno la distorsión de las figuras y un carácter fauvista en el uso de color. ("El
hombre amarillo", 1915-16, nos recuerda al "Cristo Amarillo" de Gaughin). Quienes defendieron
su obra, Aranha y Oswald de Andrade, lo hicieron por el valor en sí, es decir, que se instaura un
valor modernista que refiere a la capacidad de impresionar que tenga el estilo de las obras.
(Habrá que relacionar con la decolonialidad y la antropofagia).
Revista mensual de arte moderno "Klaxon", estilo futurista, se funda en esa misma semana de
arte moderno. La misma destaca el contexto internacional e industrializado del arte (esto ultimo
puede relacionarse con el manifiesto futurista).
Tarsila do Amaral, obra "Antropofagia" 1929 (otra artista significativa del modernismo brasilero)
creía necesario pasar por el cubismo aunque fuese destructivo. Gran importancia del manifiesto
Pau-Brasil de Oswald de Andrade, significa un cambio de consciencia en los intelectuales con
respecto al mundo moderno. Consciencia que se pule más con el "Manifiesto antropofagista" de
Andrade (1928): devorar a nuestro colonizadore, apropiarnos de sus virtudes y habilidades y
trasformar el tabú en tótem. De hecho, este manifiesto se publicó en la "Revista de Antropofagia"
con un dibujo de Tarsila. El mismo motivo de ese dibujo aparece en el liezo ABAPORÚ- aba
significa hombre, porú significa que come-.
Es significativo decir, que Tarsila estaba en París (1922-23) cuando aparecieron las primeras
huellas de Pau-Brasil. En sus lienzos aparece la idea "jungla y escuela" del manifiesto en colores
violentos y un fondo simplificado y geométrico. Esto en otras obras, "Mujer negra" (1923)
aparece más abstracto, aunque la mujer sentada y la planta tropical de Mujer negra tienen el
motivo de ABAPORÚ/Antropofagia.
Influencias en Tarsila: estudio con Lothe y frecuentó el estudio de Léger. Este último la inspiró en
sus colores violentos y las figuras cilíndricas.
Junto con el poeta Blaise Cendrars y de Andrade recorren Brasil como para redescubrir el pasado
colonial y la cultura popular de las pequeñas ciudades. En ese año, Tarsila, produce una serie
de cuadros con temáticas que son contrastantes, como ser la ciudad (edificios sin perspectiva,
mezcla de colores más o menos violentos con los pasteles del purismo, sin personas,
primitivismo industrial: carreteras, ferrocarriles, etc) y las favelas (llenas de vida, de colores del
arte popupal brasileño aunque siempre planos, vegetación, animales, gente, frutas, etc.).
Otro que pinta escenas populares locales con un estilo simplificado y mucho colorido es Emilio di
Cavalcanti.
El grupo modernista brasilero no presto mucha atención a lo político en el año 20, eran personas
bastantes acomodadas, sin embargo, en los años 30 varios se hicieron izquierdistas.
Gilberto Freyre, en oposición a estos modernistas brasileros que eras urbanos y cosmopolitas,
exigió en su Programa del Centro Regionalista (1926) otra mirada, una política social, económica
y cultural regionalista.
Más adelante, en 1932, se fundaron SPAM (Sociedade Pro-Arte Moderna) y CAM (Clube dos
Artes Modernos) que fueron grupos de apoyo al arte moderno, Cam lo fundó el artista y
arquitecto Flavio de Carvalho para oponerse al elitismo de SPAM.
Los siguientes artistas tienen en común haber pasado por el cubismo (algo que necesariamente
les sucedió a todos) solo que varía el cómo se relacionaron con el mismo y en qué se
diferenciaron, en el sentido de como combinaron sus obras con el cubismo (recordar que cada
artista tenia una mirada personal de los movimientos artísticos y que cada cual lo adaptaba a su
forma). Así podemos resumir en los siguientes artistas:
1) Pettoruti: viajó con una beca a europa en 1913 (pensar que se sustenta con becas y no como
los otros modernistas brasileros con mejor posición económica), allí tuvo contacto con el
futurismo y unos años despues, 1924, con el cubismo. Sus influencias fueron Picasso y el
Purismo (este último se nota en su adaptación plana y ángulos duros) que llegó a hacerse en
ocasiones altamente abstracto (pensar lo que sucedió a Picasso y Brque con el cubismo y las
tres etapas del mismo).
2)Amelia Peláez, una de las más jóvenes y menos radicales, fue la que mejor comprendió el
cubismo y que lo usó de forma más original. Colaboró en la exposición de la Revista de Avance
en 1927, que fue fundada en La Habana-Cuba por el "grupo minorista". Este grupo minorista
estaba integrado por Jorge Mñac y Alejo Carpentier.
A finales de los veinte, Amelia, volvió a París por 7 años para estudiar el cubismo del periodo
1912-13 (sintesis cubista) sobretodo las obras en que se utiliza lápiz y collage. Trabaja un estilo
más curvilíneo en "Siesta" (1936), donde una figura picassiana yace sobre el fonde de un paisaje
de formas orgánicas aplanadas fuertemente resaltadas. En 1931 ingresa a la academia de Léger
(a la que fue Tarsila do Amaral(?)). Al volver a Cuba, traer consigo una síntesis original y única
de los elementos de sus obras anteriores (naturaleza muerta e interiores, frutas y flores
tropicales, gran colorido, planos mate perfilado por trazos negros)
3)Pedro Figari, Uruguayo. Era un abogado célebre que a los 60 años empezó a pintar
profesionalmente. El quería que amemos esas cosas americanas que son tan nuestras (no le
interesa la pintura por la pintura).
Figari presenta en sus obras un signo recurrente: La pampa y en particular, el ombú. También hay
una idea de un mundo pasado, de algo que se está yendo, presente en sus obras en reuniones
sociales o rituales (como los funerales). Pinta el candombe (baile herado de áfrica, como lugar
de reunión semanal de la población negra del uruguay). El candombe también es un tema
recurrente como en "Nostalgias africanas".
También escribe, en 1930, publica en París Historia Kiria: un relato de un mundo utópico, que
critica a modo de sática la sociedad contemporánea (en especial la de Rio de la Plata). En ese
relato no hay diferencia de razas entre las gente, no hay superstición, no hay guerra, se prefiere
lo util o lo decorativo y se rien del arte por el arte.
4) Solar pintó sus ideas, inventó dos lenguajes: el neocriollo y el pan lengua. Estudió astrología.
Sus paisajes se convierten en ciudades o torres, o montañas, se relacionan con la pintura
japonesa como con la Capadocia (centro de Turquía).Su obra "Valle hondo" (1944) presenta
montañas con puertas y ventanas labradas en rocas (como las montañas de Capadocia). Más
adelante, el pintor, añade escaleras y arcos como en "Paisaje" 1938.
El, a diferencia de Figari y Solar, fundó la Asociación de Arte Constructivo (1935), la revista
"Circulo y cuadrado" con la que se reprodució las principales obras de los contructivistas de todo
el mundo. Su revista tuvo gran influencia en América Latina. Tambien, el reestablecer su taller le
permitió propagar sus ideas.
Una de sus obras, "Monumento cósmico" (1938), es un muro, una red de piedra que contiene
infinidad de signos y símbolos propios de su pintura: el sol, el ancla, la escalera, el reloj, y otros
de invención propia. También tiene referencias a civilizaciónes americanas indígenas
(Indoamérica o teogonía andina, según como él lo llamó).
Tiene puntos de contacto con Mondrian, como su fe en el equilibrio entre fuerzas opuestas
(razón-naturaleza, vida-abstracción) pero no así con su actitud hacia la abstracción.
Torres-García busca el equilibrio con la razón. Sus modos de representación tuvieron apoyo en la
prehistoria europea como en el arte precolombino.
Todos estos autores se vieron influidos de alguna forma por el modernismo europeo. Menos
Armando Reverón (venezolano), Dr Atl y Figari, quienes permanecieron prácticamente intocados
a los cambios de la preguerra (primera) mundial.
Reverón fue rechazado por la pintura académica de los impresionistas, abandona el estilo
académico y regresa a europa. Sin embargo, el Círculo de Bellas Artes (en oposición a las
limitaciones de la Academia, como organización de artistas y escritores) lo animó a seguir y
entonces pinta paisajes al aire libre. En 1921 se traslada a Macuto en la costa del mar, lo cual
se puede vez en sus obras de 1926-32 en la que adopta el monocromo azul en sus paisajes.
Es muy importante tener en cuenta que lo que activa la proliferación de murales es la asumpción
de José Vasconcelos (el escritor de Mi planta Naranja-Lima) como ministro de educación y
director de la universidad, el promueve y se compromete con los muralistas, les facilita las
primeras paredes (las de la escuela pública y el ministerio de educación) y aunque su gusto va
por las alegorías simbólicas, deja elegir libremente la temática a los artistas. Instaurando así,
durante la presidencia de Obregón, la primera fase del muralismo. La segunda, es a los 4 años
de presidencia del mismo, hay tensión con los conservadores y Vasconcelos renuncia, los
estudiantes se ensañan con los murales y los artistas abandonan sus trabajos y muchos el país.
Algunos viajan a Guatemala, donde consiguen mecenazgo para seguir trabajando. Los más
importantes son Orozco, Rivera y Siqueiros (llamados “los tres grandes”). Tienen distintas
miradas y puntos de encuentro, Siqueiros quizás es el que más se separa de los otros dos y el
que innova experimentando con la fotografía.
El mayor arte público popular revolucionario de este siglo, que tuvo influencia en toda América
Latina, lo produjeron los muralistas mexicanos.
Este periodo fue donde los artistas fueron mas creativos y mas activos en lo que vanguardia
respecta.
Octavio Paz, parafraseandolo, dice que la revolucion reveló a México, que les dió ojos para verlo y
se los dio a los pintores. Los escritores fueron más pasivos, los muralistas inundaron los muros
con infinidad de imágenes: realistas, alegóricas, satíricas,etc. Los temas eran aspectos de la
sociedad mexicana, sus aspiraciones y conflictos, su historia y cultura.
La multiplicidad de obras se debió a que al asumir la presidencia Obregón designó a José
Vasconcelos como presidente de la Universidad y ministro de educación. Vasconcelos se
comprometió con EL PROGRAMA DE LOS MURALES y no le otorgó una dirección en lo que
toca al estilo o temática. Los artistas pudieron elegir libremente sus temas.
La razón de Vasconcelos era ganarse a los mexicanos tocándoles la sensibilidad estética que a
su juicio estaba por encima de la musical. Un dato curioso es que el fue el que habilitó los
primeros muro de la Escuela Nacional Preparatoria para que los artistas comenzasen a trabajar.
Otro Motivo es que México acarreaba una larga tradición de proyectos de murales, o al menos
las ansias de pintar a gran escala al igual que Rivera, que Delaunay y Léger.
Por último, la revolución sacó a relucir datos sobre el "problema indio" que expresaba la duda de
si México era una nación o dos. El arte vendría a jugar un importante papel en este problema. Ya
que los muralistas, más que la fusión cultural, exigían la erradicación del arte burgués (la pintura
del caballete) a la vez que señalaban la tradición india, lo nativo, como el modelo ideal socialista
de un arte abierto, publico, luchador y educativo para todos. El muralismo, asi planteandose,
vino a promocionarse como un arte nacional.
Eso era en teoría. En práctica, el arte popular nativo y el arte popular de los muralistas tenian
diferencias no resueltas.
El arte nacional (polémico arte nacional) empezaba a tomar forma sobre los muros y en línea
con el gusto de Vasconcelos de "elegantes alegorías universalistas". Roberto Montenegro pintó
"Danza de las horas" en el que se aprecian 12 mujeres con poca ropa bailando alrededor de un
caballero armado apoyado contra un "arbol de la vida" persa con flores gigantes y pájaros
cantores sobre un fondo dorado (esto pintado en la vieja iglesia del convento de San Pedro y
San Pablo.) Xavier Guerrero pintó en la nave de la iglesia guirnaldas de flores. Dr Atl trabajó en
el patio paisajes mexicanos, noches tropicales con estrellas coloreadas, olas azules bajo
ondulas nubes naranja golpendo contra la roca.
Rivera pinta su mural "Creación" donde se aprecian figuras de mexicanos con trajes populares y
representaciones de las artes y las virtudes civiles y teológicas (justicia, esperanza, fe, etc.). A
los críticos les llamó la atención la vigorosa mezcla de volúmenes y simplificaciones cubistas con
"prestamos" del Quattrocento y el Renacimiento italianos (sobre todo del Giotto y de Miguel
Ángel).
El más comprometido con el mundo moderno tanto en temas como en técnicas, Siqueiros, en
contra del estilo arcaico chato del arte nacional popular; exigió un nuevo arte dinámico y
constructivo. Era una mezcla de estética cubista y futurista.
El primer mural que tocó el tema de la conquista se lo debemos a Charlot (abril-mayo de 1922)
sobre el tema de la "Masacre del Templo Mayor". En el aparecen los españoles en armadura y
sin rostro clavando sus lanzas tintas en sangre en los sacerdotes indios indefensos y en el
pueblo que estaba celebrando su fiesta en el templo de Tenochttlán.
Otro artista del pueblo: Francisco Goitia. Había tomado parte activa en la Revolución con el
ejército de Pancho Villa, hacía sobre la marcha pinturas y dibujos vivos y realistas de la guerra
civil. No llegó a pintar los frescos que había planeado.
Culmina esta PRIMERA FASE del muralismo fueron los ciclos de frescos de Orozco en el patio
principal de la ENP y de Rivera en la planta baha del Ministerio de Educación. La relación entre
Orozco y Rivera no era buena, Rivera tenía un claro mensaje político e histórico, mientras que
los murales de Orozco pueden parecer ambiguos (en lo que respecta a las interpretaciones de la
historia y de la revolucion, como la actitud hacia el indianismo y el arte nacional).
Los primeros murales de Orozco en planta baja de ENP eran universalistas y alegóricos igual
que "La creación" de Rivera. De estos primeros, sobrevivió "Maternidad" y el "Cristo destruyendo
su cruz" tuvo que ser repintado en 1926.
En la planta media de la ENP se encotraban su otros murales para nada ambiguos, eran
poderosas y grotescas sátiras "Las fuerzas reaccionarias", "Basura política y los falsos líderes",
etc.; donde se puede apreciar la anterior carrera como dibujante de tiras cómicas de Orozco.
En la planta superior, la secuencia es más tranquila: "El adiós de la madre", "El enterrador" y
"Retorno al campo de batalla", unidos todos por el tema del efecto que tuvo los años de violencia
sobre las familias.
Los murales de Rivera que tanto ilusionaron a Vasconcelos (sobre mujeres con trajes populares
típicos de cada Estado de la República) jamás se realizaron. Rivera prefirió hace su paisaje
mexicano con vegetación tropical, el altiplano y los volcanes. Y en el primer patio, en lugar de lo
planeado, pintó la vida diaria del obrero mexicano, el tejedor indio, el alfarero o el trabajador del
campo, el minero o el de la refinería de azúcar. Mientras que en las puertas pintó poemas en
Náhuatl y símbolos de la Revolución. En el Patio de fiestas hay tres paneles que tenian como
tema la redistribución de la tierra, que comprendían los ritos privados y fiestas callejeras del Día
del ciervo y la cosecha del maíz (desde los colores oscurso a la luz dorada que brilla como el
maíz).
Rivera avanzó por los patios a la vez que se iban cubriendo la obra de otros pintores contratados
para hacer paneles, de los cuales solo permanecieron cuatro: dos de Charlot "Lavanderas" y
"Cargadores" y dos de De la Cueva "El torito" y "Los Santiagos". Hay en estos paneles de Rivera
un contraste entre su admiración por el mundo industrial moderno y la crítica social por la
explotación de los trabajadores. Como así, el contraste entre México Rural y México industrial.
Ya en el cuarto año del período presidencial de Obregón los problemas políticos empezaron a
salir a la superficie. Los estudiantes de la preparatoria (un tanto conservadores) empezaron a
atacar los murales, sobre todo los de la obra de Orozco. En 1924, Vasconcelos renuncia, se
retiran las comisiones y termina la primera fase del muralismo. Los pintores se retiran o
dispersan, algunos van a Guadalajara donde Siqueiros ayudaría a Amado de la Cueva en un
encargo del gobernador Zuno.
Guadalajara continua con el mecenazgo de los muralistas y se podrán ver aquí las mayores
obras de Orozco, incluido el gran panel del héroe de la Independencia "Hidalgo".
Rivera, aun en medio del sus trabajoos en el Ministerio de Educación, le ganó la mano al nuevo
ministro y durante un tiempo fue dueño del terreno de toda la ciudad. En 1926-27 pintó la capilla
y parte del edificio de la administración de la escuela nacional de agricultura de Chapingo. Hay
una inmensa alegoría de la tierra creadora sobre el altar mayor de la capilla, que es flanqueada
por escenas relativas a la Revolució, incluida la escena de los cuerpos enterrados de Zapata y
Montaño: La sangre de los mártires revolucionarios fertilizando la tierra, como en contradicción
triunfante del voto de la reacción de exterminar la semilla de Zapata para que no vuelva a
germinar.
En su vuelta de Moscú, Rivera introduce la iconografía rusa (la estrella roja, la hoz y el martillo)
subrayando la unidad revolucionaria de trabajadores, soldados y campesinos. El ciclo estaba
unido por una larga bandera roja con la letra de un corrido sobre un tema de la revolución
campesina "La tierra es de quien la trabaja con sus manos".
En 1926, Orozco vuelve a trabajar una serie de frescos en la planta baja "Los ricos comen
mientras los trabajadores pelean", "La Trinidad revolucionaria" que retratan una sociedad sin
dirección y desgarrada por conflictos, donde los pobre bno se unen a luchar contra sus
opresores. Y
"La huelga", "La trinchera" y "El viejo orden".
En "La trinidad revolucionaria" aparecen dos víctimas de rodillas (ingeniero y obrero, rural y
urbano) separados por un soldado revolucionario que tiene un sombrero de la libertad que no le
queda a la medida (se sugiere que el soldado representa los poderes estatales
seudorrevolucionarios). Tiene relación con "Hidalgo" donde también se critican los fallos y
traiciones de la Revolución.
Hay referencias de la iconografía cristiana en La "La trinididad... y en "La trinchera" (un soldado
yace con los brazos abiertos como en cruz). Rivera también hace referencia a la iconografía
cristiana en "La salida de la mina" ( para reflejar el sufrimiento). Ni Orizco Ni Rivera la utilizan en
sentido de devoción cristiana, ambos son anticlericales.
Orozco hace la distinción entre pintura (tradición universal invariable) y arte flclórico (tradiciones
puramente locales). Así como rechazaba la pintura de propaganda. Se negaba a comprometerse
con un partido o ideología.
La pintura de Orozco establece una dialéctica interna entre el poder y los iconos tradicionales y
los mitos políticos de la Revolución.
Hay una relación entre el mural en el Dartmouth College de Orozco y el de Rivera en el Palacio
Nacional de la ciudad de México. Orozco pintó la eolución de la civilización en Ámerica y su
actual situación industrial (había dicho el continente americano tiene una propia personalidad
que proviene de dos corrientes culturales: la indígena y la europea).
Ambos (Orozco y Rivera) tratan la historia como una progresión. Orozco tiene pinceladas
gruesas y energia expresionista, satiriza: sustituye la barba del mítico Quetzalcóatl por la de
Marx, "La cabeza de Quetzalcoatl" (1932-4) y "La expulsión de Quetzalcoatl" (1932-4). Rivera
tiene superficies lisas y son narrativas (el águila y el nopal de Tenochtitlán, las invasiones, la
conquista, la época colonial, las guerras de la independencia, etc.) "La historia de México: de la
conquista del futuro" (1929-30)
Rivera se inspiró en los pictogramas y dibujos de tolteca, mixtecas y aztecas que recogieron su
historia y sus rituales. No se limitó a la reproducción de imágenes del pasado precolombino. En
"Historia de la medicina en México: La demanda popular por una mejor salud" (1953) se revela
su interés por el pensamiento científico y ritual de las civilizaciones indias y su creciente
utilización de una estructura dual.
Siqueiros, por su parte, seleccionaba los espacios y los alteraba o mandaba a construir para
crear un ambiente pictórico total. Experimentó con la fotografía usando un proyector para ampliar
las imágenes sobre el muro. No suele utilizar temas de la historia mexicana, esta mas
preocupado por la lucha de clases del México del momento.
Su póster-mural "Retrato de la burguesía" es el primero que utilizó fotografías contemporáneas
para pintar un tema político (guerra civil española y posguerra).
Su obra "La revolución contra la dictadura de Porfirio Díaz" es una mezcla de ingenio y sátira en
su retrato de Díaz y descripción de momentos claves de la revuelta que condujo a la revolución
(retratos reales tomados de fotografías de los héroes revolucionarios). Su otra obra
"Cuauhtémoc contra el mito" pone al ultimo emperador azteca como símbolo de la resistencia
contra la explotación colonial/capitalista española.
Lidy Prati
Arte concreto es una expresión acuñada en Europa, alrededor de 1930. Designa una modalidad de la
abstracción que, mediante el empleo de formas geométricas y el análisis de los elementos plásticos, descarta
toda referencia a un modelo a la vez que se propone desarrollar un sistema objetivo de composición.
Estas obras creadas mediante el estudio de las leyes perceptuales y la organización racional de sus partes, son
entidades en sí mismas (concretas) y no actúan como representaciones de otros objetos.
El vocablo “concreto” aparece en el centro de una discusión que revela la posición rigurosa de esta tendencia
artística frente a los términos y a la concepción de las obras. Se pretende lograr la autonomía del arte y para
ello se desechan los mecanismos de simplificación y de síntesis dependientes aún del motivo, para
reemplazarlos por la invención de formas y su infinita combinación.
El arte concreto enfrenta directamente al espectador con los mecanismos del lenguaje visual. Por lo tanto se
opone a las ficciones oníricas creadas por el surrealismo o a las emotivas del expresionismo, y radicaliza su
carácter autorreflexivo –camino emprendido por la modernidad estética en la segunda mitad del siglo XIX–
logrando productos “concretos” dentro de las reglas de su propio sistema.
Rhod Rothfuss
Esta actitud y los elementos puestos en juego, relacionan a este movimiento con el diseño, la arquitectura, la
máquina y la invención, construyendo una estética que se articula en forma coherente con los
descubrimientos científicos y técnicos del momento. De esta manera el arte responde a los requerimientos de
un mundo nuevo e intenta propiciar un entorno adecuado para el surgimiento de una organización social
armónica.
En 1930, el artista holandés Theo van Doesburg publica en París, en el único número de la revista Art Concret,
un manifiesto de seis puntos que sienta las bases teóricas del arte concreto: arte calculado, lógico, que
estipula la concepción de la obra “en la mente antes de su ejecución”. Presenta además La
compositionarithmétique, obra geométrica ordenada por relaciones lógicas y estructuras deductivas, que
aplica el axioma según el cual “la construcción del cuadro, al igual que sus elementos, debe ser simple y
controlable visualmente”.
Para la misma época el artista alsaciano Hans Arp, se refiere a su trabajo, señalando que “una pintura o una
escultura no modelada sobre ningún objeto real es por completo tan concreta o sensual como una hoja o una
piedra”.
El suizo Max Bill, ex alumno de la Bauhaus, continúa desarrollando los principios del arte concreto. Profundiza
el método objetivo de creación al utilizar tramas, módulos, series, progresiones aritméticas y geométricas. En
1944 organiza en Basilea una importante exposición internacional de la tendencia.
Raúl Lozza
Luego las teorías de Bill se difunden en América del Sur, primero en Argentina por medio de Tomás Maldonado
y la Asociación Arte Concreto-Invención, y más tarde en Brasil.
En 1944 aparece en Buenos Aires la revista Arturo, que anuncia las primeras manifestaciones del movimiento
concreto rioplatense. La abstracción había sido introducida dos décadas antes en la Argentina por Emilio
Pettoruti y otro tanto ocurría en Uruguay, en la década del 30, a través de la actuación de Joaquín Torres
García.
Entre 1945 y 1946 se consolidan las dos primeras agrupaciones, Asociación Arte Concreto-Invención y
Movimiento Madí, y en 1947 se crea el Perceptismo.
La tendencia abstracta geométrica tiene desde entonces en la Argentina una amplia difusión. Deriva en las
décadas siguientes en movimientos de gran vitalidad: arte óptico, cinético y estructuras primarias en los 60;
nueva abstracción, abstracción sensible y constructivismo latinoamericano en los 70 y 80; neo concretismo y
neo minimalismo en los 90. La adhesión continúa aún hoy en la obra de los artistas más jóvenes y en las
renovadas versiones de sus cultores históricos.
La modernidad en nuevas vestimentas, el jaaz, el cine y los nuevos equipos de fútbol. La prensa y
La nación como diarios matinales. La radiotelefonía avanzó con programas informativos y
radioteatros. El tango orillero es aceptado en europa por lo que ahora es santificado por los
argentino.
Básicamente buscan en el pasado los elementos de la identidad argentina y con los aportes
europeos los refunden. En 1924, por ejemplo, Pettoruti expone en calle florida sus experiencias
cubistas, en la que los martinfierristas lo elogiaron y los tradicionalistas lo vapulearon.
Tiempo de llegada al país de Duchamp, Xul solar, Pettoruti y Spilimbergo. Buscan, la vanguardia
neocriolla de los 20(xul) y la vanguardia académica de los 30 (grupo parís) no ser una copia de
los movimientos europeos. Nacen formas de renovación de la pintura argentina. Actitud evidente
de "no parecerse a nadie". Gran influencia de Xul en Borges, luego Girondo, Marechal, etc.
Borges trata al criollismo como una mirada argentina sobre el mundo. Xul Solar y su nuevo
lenguaje el neocriollo.
¿Quién es Xul?
Pintor, astrólogo, lingüista, músico, inventor de mundos míticos y del panjuego. Ingresó a la
carrera de arquitectura pero no terminó.
Viajó en 1912 al Oriente como peón a bordo, se quedó en europa (12 años será el periodo de
tiempo europeo).
Allí se relacionó con Picasso y Modigliani. En 1916 se encuentra con Pettoruti, juntos en el
recorrido europeo.En 1920 hace su primera exposición en milán. Características: colores plenos
y transparencias, planteo plana y geométrico en su pintura (lo cual indica cruces con lo fauvista y
el cubismo).
En 1921 viaja a Munich y se relaciona con Paul Klee. Los dos se acercan a Kandinsky y Mondrian
en la concepción de la naturaleza espiritual del arte.
Ambos ven al arte moderno como una herramienta que se opone al materialismo sin espíritu que
se heredó del siglo XIX.Ambos tienen interés por la música y la arquitectura. En Munich, Xul, ya
incorporaba su invención: el lenguaje neocriollo.
Temas en pinturas de XUL SOLAR: esoterismo, cábala, escalera y senderos (ascendencia),
iconografía precolombina (idea de identidad iberoamericana), la serpiente (recorre todas las
culturas y todas las obras de xul), el sol y la luna como lo femenino y lo masculino, las
máscaras-rostros, lo utópico, ciudades que vuelan y altos edificios.
Butler:
Deslumbrado por la obra de Pedro Figari. En Hamburgo Cézanne lo seduce. En alemania
encuentra orden para el trabajo. En 1923 forma parte del "grupo argentino" (Basaldúa,
Spilimbergo, Pissarro, Musso, Bigatti, Domínguez Neira, Del Prete, Berni y Raquel Forner) que
pasan por el taller de André Lothe.
Lothe fue una opción para la ruptura, influyó en Spilbergo.
Butler y Forner formaron parte del "grupo de parís" que interrumpía en argentina en la segunda
mitad de los años veinte y se afianzaría en los treinta.
Butler con Pettoruti y Xul transforman el gusto del público y la crítica con sus pinturas
desconcertantes. Increpaban a la institución del arte oficial, pero también, por ejemplo Forner,
buscaba expresar sus preocupaciones esenciales.
Contexto: el mundo tiene atmósfera de destrucción. Guerra Civil Española, la tragedia de una
humanidad empeñada en su autodestrucción como tema en su pintura (serie EL DRAMA).
Figuras femeninas que son alegóricas a la humanidad o la historia. Paisajes desolados u objetos
de carácter simbólico legibles: globos terráqueos hendidos, libros semidestruidos,etc. En 1944
dijo "Yo comencé a pintar realmente cuando estalló la guerra en España."
En los años 40/50 su concepto de la composición es rigurosos, hay un empleo libre de colores
fuerte. Máscaras, hipocresía y farsa, rocas y seres petreos (lo que viene de las rocas).
Forner fue conocido desde un principio 1924 obtuvo el tercer Premio Nacional; en 1942, el Premio
Nacional; en 1947, el Premio Palanza; en 1955, el Gran Premio de Honor.
Unidad 1.
GIORDANO, Mariana.
“Nación e identidad en los imaginarios visuales de la Argentina Siglos
XIX y XX.”.
Revista ARBOR, Madrid, CSIC, 2008.
Introducción
Es necesario partir de una concepción dinámica de “imaginario” que nos posibilite observar la
vitalidad histórica de las creaciones de los sujetos, en nuestro caso, de las producciones
visuales, como así también el uso social de las representaciones y los símbolos.
Baczko señala que es por medio del imaginario que se puede alcanzar las aspiraciones, los
miedos y las esperanzas de un pueblo. En él, las sociedades esbozan sus identidades y
objetivos, identifican sus enemigos y organizan su pasado, presente y futuro. Se trata de un
lugar estratégico en que se expresan conflictos sociales y mecanismos de control de la vida
colectiva. El imaginario social se expresa en ideologías y utopías y también por símbolos,
alegorías, rituales y mitos; estos elementos plasman visiones de mundo, modelan conductas y
estilos de vida, en movimientos continuos o discontinuos de preservación de la orden vigente o
de introducción de cambios (Baczko, 1984,54).
Bertoni a analizado la construcción de la nacionalidad en la Argentina siguiendo los itinerarios
políticos y culturales, y señalando la emergencia de dos momentos significativos: el primero de
ellos luego de 1810, cuando la nacionalidad estaba vinculada a la creación y consolidación de un
estado independiente y el segundo, en el contexto de la política liberal de 1880, cuando la
afluencia de inmigración masiva y el inicio de una nueva etapa en la formación de las naciones y
las nacionalidades en Europa dieron impulso a un amplio movimiento de carácter nacional. Ello
derivó en dos posturas contrapuestas: un cosmopolitismo partidario de una actitud inclusiva que
partía de una heterogeneidad del cuerpo social y un nacionalismo que se oponía a ésta inclusión
postulando la homogeneidad cultural y la “raza” nacional( Bertoni, 2001).
La pintura y escultura académica de las grandes ciudades, en particular BsAs , fue la que delineó
el imaginario de Nación Argentina. Ello estaría poniendo en evidencia los modos de construcción
de identidades nacionales hegemónicas y homogeneizantes que desdibujan, ocultan o dejan de
lado las particularidades regionales y locales.
El interior del país también recibió de la llegada de algunos artistas viajeros y otros locales, en su
mayoría autodidactas, que a partir de la enseñanza de los primeros, desarrollaron principalmente
la pintura estilística.
Así continuaron o surgieron producciones regionales que fueron “vencidas” en esta “contienda de
imágenes”, como también fueron vencidos los caudillos del interior por las armas de BsAs.
Fueron estos caudillos algunos de los sujetos de representación de la pintura regional, muchos de
ellos anónimos o realizados por pintores provincianos, en particular en la zona del litoral
argentino.
Muchos de ellos presentan figuras ecuestres de caudillos litoraleños, gauchos-soldados como lo
hiciera Morel en BsAs, retratos populares y escenas de batallas.
Estas pinturas populares federales, son la expresión de una cuestión política de aquello que
también debía constituir la Nación, pero que finalmente quedaron olvidadas.
Por otro lado la iconografía religiosa, heredera de la época de la colonia continuó teniendo una
producción activa en décadas posteriores, en particular en la región de las antiguas misiones
jesuíticas y el Noreste argentino.
Las obras resultantes de la imaginería popular y la platería, de larga tradición en provincias como
Corrientes, fueron aquellas visibilidades ocultas en la consagración del arte nacional que
continuaron teniendo vigencia.
La galería de retratos de “notables” que heredará los realizados en la época post revolucionaria
había tenido continuidad en la década de 1850, cuando el estado de BsAs se encontraba
separado de la Confederación Argentina. El primero se asumió como heredero de la revolución
de mayo y de las reformas rivadavianas y por ello su imagen predilecta fue la
Libertad-República. La Confederación, a su vez, sostuvo un discurso federalista y prefirió
acompañar la imagen de la República por la ley y la justicia, para afirmar la legitimidad
constitucional del gobierno, sin olvidar la Gloria.
Fue en ese contexto en que se articuló la historiografía con el panteón de las “celebridades
argentinas”, en palabras de Bartolomé Mitre: San Martín, Belgrano, Rawson, Rivadavia, Varela,
Lavalle, Alvear, Sarmiento, Alsina, Mármol, Calvo, serán algunos retratos que integrarán este
panteón de “héroes”.
Ya consolidada en el poder la élite porteña, la iconografía que siguió este nacionalismo visual
oficial, además de consolidar la iconografía de las “celebridades” proyectándolas a todo el país,
retomó el imaginario de la pampa y el gaucho que se había desarrollado en las décadas
anteriores, vinculando ambos tópicos al tema de la conquista del desierto. Dos obras se
convierten en paradigmas visuales de la época: “la ocupación militar de Río Negro, 1879”,
conocida como “Campaña al desierto de General Julio A. Roca”, de Juan Manuel Blanes(1896,
Museo Histórico Nacional) y “La vuelta del Malón” de Ángel Della Valle.(1892)
La primera encargada por el Estado Nacional al pintor uruguayo. Es una enorme tela que
presenta similitudes con una fotografía del álbum de Moreno y Encina cuando integraron la
expedición científica que acompañó a las campañas militares.
La obra de Blanes presenta un primer plano triunfal de alta jerarquía militar a caballo: a un
costado se encuentra un grupo de indígenas evangelizados y la cautiva redimida junto al
pabellón del ejército, mientras al otro costado se representan los científicos y marinos que
integraron la expedición; sintetiza así el poder de Roca, su control sobre la situación indígena y
la “incorporación del desierto”, pero también la capacidad de “solución” del “problema indígena”
donde no se advierte el enfrentamiento, sino la pasividad y el sometimiento. El realismo y el
detallismo al que acude Blanes tiene un fin pedagógico muy claro; asimismo muchos de los
retratados no coinciden con el tiempo y el lugar de la escena, pero fueron quienes tuvieron un
papel destacado en las campañas realizadas. Sin que emerja ningún índice del dramatismo que
estas campañas supusieron para la población indígena.
“La vuelta del malón” de Della Valle, fue expuesta en una vidriera de la calle florida de BsAs: un
malón indígena, en el escenario de la inmensidad pampeana, huye a caballo tras haber
profanado una iglesia y capturado a una mujer blanca. La obra sintetiza el discurso oficial
“salvajismo vs. civilización”.
La importancia de ambas obras no sólo reside en su vinculación con el discurso político y la
ideología de la época, sino también por la circulación que ambas imágenes han tenido en
diferentes publicaciones de décadas posteriores. En particular la obra de Blanes, su obra se
puede encontrar en los billetes de 100 pesos de hace unos años atrás.
Desde la fotografía : imágenes de las campañas militares al sur, de indígenas sometidos e
integrando el ejército, o posando en estudios fotográficos de BsAs, ya sea siguiendo los
parámetros formales del retrato burgués o como “primitivo” que ha dejado de ser temeroso y se
ha convertido en un objeto exótico, completan el universo visual.
Por otro lado se mostraba ese “acuerdo” con los “otros” a través de las imágenes del encuentro y
la convivencia con el indígena, soslayando el genocidio.
El gaucho seguía siendo el personaje nuclear de los discursos literarios y visuales, el depositario
de la identidad argentina. Aún la élite dirigente miraba en forma aprobatoria a este personaje
-también exotizado- y la pintura volvía una y otra vez a él. La fotografía también tomó este rumbo
y ésta postura. Todo esto pretende transmitir la nobleza de la vida gaucha, imágenes que se
complementan con el otro polo de la iconografía fotográfica de la época, las imágenes
progresistas de la vida ciudadana. Ciudad y campo aparecen , por consiguiente como dos polos
que se integran en una nacionalidad que admite a “todos” y que legitima positivamente al gaucho
rural como al inmigrante urbano.
Durante la conmemoración del Centenario de Mayo en 1910 se vivió un clima de fervor patriótico.
Buenos Aires debía ser mostrada al mundo como la gran capital.
La literatura nacionalista de la época se encuentra inmersa en esto. El imaginario oficial del
Centenario se dio a través de discursos literarios e históricos. Es necesario destacar la
publicación de obras como “La restauración nacionalista” de Ricardo Rojas. El cine mudo
también intervino en la cuestión de la nacionalidad: el primer film argumental trataba justamente
“La Revolución de Mayo” (1909).
La imágen inundó diversos ámbitos de la vida social, cultural y educativa. El Estado se ocupó de
ello: desde los textos escolares, revistas ilustradas, almanaques, hasta series postales y
estampillas (con miembros de la primera junta de Gobierno Patrio, etc.) sirvieron de soporte para
consolidar la imagen histórica que desde el nacionalismo oficial se proyectó.
El historicismo nacionalista, al que el Estado se adhirió, buscó por un lado reeditar imágenes de la
historia patria, de sus héroes y personajes célebres, y por el otro, visibilizar el progreso
modernizador de la Argentina a través de las imágenes urbanas y los hitos arquitectónicos de
Buenos Aires.
En cuanto al progreso urbanístico, la fotografía comercial también se adhirió a la difusión de las
mismas: en vísperas del Centenario, las principales casas editoras de postales en Buenos Aires
dedicaron series a las principales ciudades del país, reflejando aquellos espacios y edificios que
representaban el afán modernizador con que la Argentina pretendía mostrarse al mundo.
Por otro lado, las imágenes alegóricas incluidas en estas y otras publicaciones muestran el
reencuentro con España: la simbolización de ambos Estados a través de la Libertad-República
con gorro frigio que se encuentra con la monarquía con la corona de Castilla. Las estampillas
oficiales reiteraban la iconografía revolucionaria producto de Mayo, y por otro, la clase política se
adhiere también a esta nueva etapa de reencuentro entre España y Argentina.
Complementariamente, en torno al Centenario, se dió una profunda discusión sobre el arte
nacional, que se orientaba principalmente a la cuestión temática: artistas como Malharro y Mas y
Pi señalaban al paisaje, los tipos regionales y populares y sus costumbres contemporáneas,
como la temática en la que se debía buscar “lo auténtico” del arte nacional. Muchos artistas van
a trasladarse al interior en búsqueda de esa “fuente creadora” según conceptos de Mas y Pi.
El “arte nacional” ponía su énfasis en el contenido y no en la forma, donde el paisaje no es un
mero género sino que “el paisaje se convirtió…. en el refugio del alma nacional, punto de partida
para la consolidación de una identidad propia…” (Gutierrez Viñuales, 2000)
Conclusiones:
Se inició con los festejos de las fiestas cívicas y delineación de los héroes nacionales, que se
fueron (re)delineando a lo largo del S.XIX, para ampliarse este panteón con los “notables” y las
“celebridades”, retratos vinculados a un discurso histórico y positivista. Ello se complemento con
la representación de los hechos históricos sobresalientes de la Revolución de Mayo y la
Independencia Argentina, que aun se retomaron en los momentos de mayor efervescencia del
discurso patriótico de la década de 1910.
En el s. XIX se buscó representar un ideal de unificación territorial, recurriendo al paisaje
pampeano como símbolo de un nacionalismo natural y a las figuras del indígena y el gaucho
como los personajes de ese paisaje. El gaucho fue una construcción simbólica recurrente en
varios siglos de la historia argentina, adoptó en estos imaginarios visuales un perfil de héroe
romántico en la pintura del S. XIX, de “tipo argentino” o esencia de “lo argentino” a fines del
s.XIX y parte del XX.
Este imaginario visual se concentró en en la imagen del “gaucho bueno” en una relación idílica
con el mundo rural, soslayando la imagen del “gaucho malo” o pernicioso para el progreso
argentino que existiera en otros discursos.
La construcción de un mundo rural gauchesco supuso así un límite con la configuración de una
Buenos Aires “civilizada”, representada por una élite ilustrada que miro condescendientemente e
idílicamente a ese mundo rural,
La dialéctica campo-ciudad estuvo latente en numerosos discursos visuales de los dos siglos
analizados, dando lugar asimismo a la tensión entre tradición-modernidad, tanto en lo temático
como en lo formal, desplegando no obstante su mirada hacia el exterior para nutrirse de los
lenguajes vanguardistas europeos.
Las conmemoraciones y los aniversarios han actuado de puntos de enclave o contextos donde se
han puesto de manifiesto visualmente los “balances” históricos o donde sectores más amplios de
la sociedad buscaron y consagraron sus referentes identitarios.
Estas expresiones han tejido una red de relaciones imageticas que actuaron como memoria
afectivo-social de la cultura argentina, como sustrato ideológico mantenido por dicha comunidad
a lo largo de su historia, poniendo de manifiesto que la “identidad nacional” expresada
visualmente, no implica una única, total y acabada manera de ser argentino sino un continuo y
permanente procesos de identificaciones heterogeneas y disimiles, pero complementarias.
Años 30: conflictos, violentos. La amenaza permanente de una nueva conformación internacional
tiene un campo de pruebas en la Guerra Civil Española.
Virginia Woolf, en tres guineas hace referencia a conjuntos de imágenes que dos veces a la
semana ella, como otros intelectuales del mundo, recibía del gobierno republicano. El propósito
de estos envíos era informar y con esto sostener un consenso internacional que respaldara la
resistencia republicana frente a los sublevados falangistas(fueron los que apoyaban a Franco
cuando finalmente se consolidó el golpe de Estado en España).
Virginia Woolf se preguntaba si era posible evitar la guerra, su posición de intelectual y mujer la
llevaba a una certeza “las mujeres solamente podemos ayudar a defender la cultura y la libertad
intelectual”.
La defensa de la cultura fue una de las acciones de resistencia que desde el antifascismo se
sostuvo con mayor fuerza.
La guerra en España, hecho que indudablemente marcó un antes y un después en la historia
contemporánea internacional, representa uno de los procesos clave del periodo entre
guerras(1918-1939).
La internacionalización de la Guerra Civil no hace más que reforzar un proceso de creciente
mundialización que venía dándose ya desde antes de la Primera Guerra Mundial.
Pero en los años 30 todo fue diferente. La experiencia de la primera “gran guerra” había dejado
claros los límites del proyecto moderno sostenido desde distintos frentes por la sociedad
capitalista de Occidente.
La etapa heroica de la modernidad y su proyecto de progresos indefinidos había llegado a su fin.
Se avecinaban tiempos de melancolía, de presagios agoreros y de una sensación de profunda
perplejidad frente al devenir cotidiano.
Melancolía, perplejidad, presagio son algunas de las dimensiones que pueden sintetizar aspectos
de la experiencia vital de una época como la del período de entreguerras. Melancolía por lo
perdido. Perplejidad ante la contemporaneidad. Presagios de un futuro dudoso. Las formas de
representación de estas tres dimensiones aparecen en la tensión entre los realismos y lo surreal.
¿Por qué hablar de realismos? ¿Por qué de lo surreal?. Estas formas de expresión responden a
una toma de posición historiográfica que apunta a discutir con el relato canónico de la historia
del arte moderno pensada como una historia de las vanguardias, para recuperar, a partir de una
lectura dinámica y crítica, diferentes aspectos de la interactividad de la época.
Cuando en 1981 Gérard Regnier comisaría la muestra Les Réalismes reinstala definitivamente
nuevos problemas dentro de la historia del arte moderno; la recuperación que hace de la
presencia de los realismos que conviven en el período de entreguerras representa un giro dentro
de la historiografía artística, ya que reveló nuevas dimensiones de los procesos estéticos de
aquellos años.
Sin embargo es posible advertir en ésta y posteriores muestras y archivos de la historia del arte
canónica, la ausencia de producción artística en las metrópolis letinoamericanas. Más allá de
cualquier teoría difusionista, desde éstos territorios de diálogo deseo recolocar en la trama de la
historia del arte moderno el problema de los realismos y lo surreal en tres espacios culturales
precisos: Madrid, México y Buenos Aires, a partir de la hipótesis de los intercambios
metropolitanos en virtud de las múltiples redes del movimiento moderno y, con ellas, las del
intenso proceso de internacionalización del movimiento antifascista.
Realismos en la mira
Exposiciones individuales y colectivas de artistas argentinos, latinoamericanos o europeos
circularon, dentro de un proceso de creciente internacionalización de la cultura moderna que se
intensificó entre los años 20 y 30, por salas, museos galerías, colecciones de diferentes
ciudades: de París a Berlín, de Venecia a Madrid, de Zurich a Nueva York, de Milán a BsAs, de
Londres a San Pablo.
La presencia de artistas y obras, las migraciones deseadas o forzosas; constituyen un espacio
rico en intercambios, contaminaciones, apropiaciones y resignificaciones, que constituyen la
cultura visual de la época.
El sendero surreal
La revista de interés general El Hogar, de BsAs, incluyó en 1935 una nota titulada”El
superrealismo”. Con ilustraciones de Giorgio de Chirico, Joan Miró y Lino Enea Spilimbergo,
propone un recorrido que enlaza obras de artistas diversos en un movimiento internacional del
que participaron también los latinoamericanos.
Interesa señalar el recorrido visual que ensaya después de haber mostrado el carácter expansivo
del movimiento al que interpreta como “una nerviosidad de perturbaciones de posguerra”.
La lectura está organizada siguiendo las líneas de Max Ernst, Paul Klee, Francis Picabia, “mucho
de picasso, consciente o inconscientemente imitado por toda una generación de pintores del
mundo”; la primacía de Joan Miró, quién opuso a la “objetividad cubista” “una concepción
puramente subjetiva, la del surréalisme”; luego De Chirico, y en el plano local, Spilimbergo.
La crítica El Hogar, ignora en su recorrido la muestra de pintura surreal realizada por Berni en
Amigos del Arte en 1932, y reconoce, en cambio, la mirada metafísica de Spilimbergo un
referente para armar su serie icónica.
El crítico y escritor español Guillermo de Torre, que desde Madrid participaba en la porteña revista
de vanguardia Proa, publicó un texto titulado “Neodadaísmo y superrealismo”. El texto está
atravesado por numerosas citas de fragmentos del Manifiesto Surrealista y declaraciones de
otros adherentes a su propuesta.Señala la postura dogmática y a su juicio, engañosamente
innovadora de Breton. Lo que le preocupa a De Torre es la destrucción de las bases de la
institución arte implícita en los postulados de este y otros movimientos, como el Dadá.
Poco tiempo después, la revista Martín Fierro publica una nota referida a “Max Ernst y la pintura
mitológica”. Firmada por Marcelle Auclair, desde París, coloca a Ernst entre los “superrealistas”
que “tratan de encontrar en la fotografía y la reproducción mecánica que para sus predecesores
parecían haber limitado el campo de la pintura, recursos nuevos”.
La originalidad de pintores como Max Ernst, radica en su capacidad para combinar elementos
extraños, mezclar formas de distintos mundos y crear con estos elementos “una nueva
mitología”. “Busca la sorpresa confusa”. “Quiere emparentar sus visiones hechas de trozos
disparatados, a las visiones de las pesadillas en las cuales la sangre dibuja armazones rojizas
en nuestros ojos y en nuestros párpados”.
Los textos mencionados aparecen como huellas del activo proceso de transferencias entre
metrópolis.
El escritor peruano César Vallejo, publica en 1930 su ensayo “Autopsia del superrealismo” . Como
escritor hizo su tránsito del dadaísmo al realismo social entre los años 20 y 30. En su texto
Vallejo vaticina la muerte del surrealismo, dada su impotencia a la hora de llevar a cabo el
propósito de poner en crisis las estructuras burguesas tanto a nivel moral como intelectual.
Criticaba también Breton, decía que su error era hacer una revolución “desde arriba” , olvidando
que no hay más que una revolución, la proletaria…”
Noticias y presencias de los realismos y del surrealismo hacen visible la manera en que van
trabándose, en este juego de textos, obras y artistas, las redes que articulan México, BsAs,
Milán, París, Madrid.
Otras vías de intercambio se dieron por ejemplo en la trastienda de la galería Zak de París ya
mostraba, sobre finales de los años 20, la convivencia de pinturas de artistas españoles,
argentinos y mexicanos. Frida Kahlo y otros artistas mexicanos participaron en la exposición
surrealista de 1938, que se llevó a cabo en ese país, también hubieron artistas como por
ejemplo: Dalí,Picasso, Duchamp,Ernst, entre otros.
La encrucijada arte-política volvía a ser central. Si a los ojos de Sarfatti, Sudamérica era un
terreno propicio para la implantación de la “fuerza regeneradora del fascismo”, para Breton,
desde otra vereda política, México era modelo de una revolución que a Europa se le estaba
escurriendo entre los dedos.
Las imágenes visuales y las poéticas que se suceden dan algunas señales que iluminan, además,
sobre el tema de las apropiaciones y resignificaciones realizadas por diferentes artistas.
La ensoñación aparece como parte de este estado. La niña durmiendo (1932), de Ángeles Santos
(iniciada en el surrealismo y expresionismo),pierde su mirada de ojos entreabiertos sobre un
punto ciego del plano de la mesa aplastada por una pesada luz de plomo. Otro es el abandono
en que se encuentran los Desocupados ( 1934) d e Berni, que han perdido todo control sobre la
situación y están librados a su suerte o a la evasión que les provea el sueño, a excepción de la
madre que, con el niño en brazos, sostiene un extraño abandono vigilante. O El Sueño de la
Malinche (1939), obra de Antonio Ruiz en donde el personaje sueña su sueño prostituido.
En ningún caso se trata de un sueño sereno,sino, en palabras del poeta español Luis Cernuda, es
un “desengaño indolente”, “una calma vacía”.
Un vacío producido por la imposibilidad de las certezas a la que se arriba ante el estrepitoso
fracaso de la razón positiva constatado con la Primera Guerra Mundial, con la crisis del 29, con
el congelamiento de los proyectos revolucionarios y la emergencia de los autoritarismos de
distintos signos.
Un vacío dado por el quiebre de una historia que se presenta, en palabras de Walter Benjamín,
discontinua y heterogénea, condición que impide desde el vamos, cualquier pretensión de
totalidad.
A partir de la Tesis sobre la filosofía de la historia, de Benjamín, es posible pensar aspectos de la
percepción del tiempo contemporáneo.
Benjamín dice “La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no está constituido por el
tiempo homogéneo y vacío, sino por un tiempo pleno, “tiempo ahora”. Es ese tiempo ahora el
que actualiza aspectos del pasado.
En esa línea de trabajo, la perspectiva del realismo sostenida desde los autoritarismos -tanto los
fascismos como el socialismo soviético estalinista- apuntaría a cristalizar y a la vez universalizar
el presente, enlazándolo de manera homogénea e historicista del pasado.
Por otra parte, la apropiación que se hace desde otros sectores de este modo de representación
figurativa lleva a plantear un quiebre dentro del contínuo de la dinámica de cambios, de acción y
reacción, planteada desde una historia de las formas y propone a partir de estos nuevos
realismos una nueva y más eficaz relación del arte con la sociedad. En este sentido el
surrealismo estaría también planteando una posición en la misma disputa por la apropiación y
representación de lo real.
Por su parte, el surrealismo sanciona con Breton la búsqueda de una “realidad absoluta”, una
“sobrerrealidad o surrealidad” surgida de una futura armonización de dos estados
“aparentemente contradictorios que son el sueño y la realidad”.
En 1936 la mexicana María Izquierdo pinta Mujer gris , la composición sitúa en un primer plano
estrecho, que se aplasta entre la superficie material del cuadro y el reducido espacio virtual
construido en la pintura, a una mujer desnuda.
Sentada sobre una de sus piernas y con la otra flexionada, envuelve los brazos sobre su cuerpo.
La cabeza es quizás la única pieza que se escapa de este aislamiento. Los rasgos mestizos
refuerzan su localización. No es una figura cualquiera, es la imagen de una mujer mexicana que,
como una efigie numismática, se abre de perfil generando una inestable torsión. Pero ¿qué
mira? ¿hacia dónde?. No se dirige al espectador, tampoco al espacio que la obra abre desde la
pequeña ventana. Allí ,en ese vano, un cielo en donde anochece está surcado por un avión. El
crepúsculo es un elemento significativo, porque constituye uno de los atributos de la melancolía.
Otra variante es la que representa Antonio Berni en su Composición de 1937. Un espacio
geométricamente riguroso controla el adentro y el afuera. Las diagonales de la mesa y las de las
fugas de los arcos-ventanas se encuentran en conflicto, no fugan hacia el mismo punto: una
intercepta a la otra quebrándola virtualmente.
La obsesiva geometría de los dobleces del mantel detiene por un instante la mirada, que luego de
recorrer las figuras, pasa a la arquitectura, y de allí se abre-¿o se cierra?- un cielo otra vez negro
azulado.En el interior, las dos figuras conectadas de manera casi inseparable, cómo encaja una
en otra, forman un solo bloque. Esperan compartiendo su preocupación con el espectador.
En síntesis , melancolía, presagio, perplejidad son tres conceptos que definen algunos aspectos
de la estructura del sentir de una época y encierran definiciones sobre la propia
contemporaneidad a través de las nostalgias de un proyecto fracasado, del presagio y la
incertidumbre por el futuro, de la perplejidad ante el decurso de un tiempo presente inexplicable.
El segundo momento decisivo en su vida es el viaje a Europa ...tres meses le bastaron a Berni
para darse cuenta de que el lugar para estar en esa época (1925) era París, la ciudad donde
conoció al que sería su mejor amigo (Spilimbergo) donde leyó a Marx y a Freud, y donde se
convirtió en el primer argentino surrealista, aunque por vía futurista (cuando oyó a Marinetti
decir que había que provocar con el arte una muy honda crisis de conciencia intelectual y
moral) . Luego frecuentó a Bretón y al resto de los Surrealistas. Deja atrás el impresionismo y el
fauvismo, y se deja influir por el cubismo y la pintura metafísica de Chirico. Si bien expone en
Europa, la mayor decantación se produce cuando vuelve a la Argentina en los años 30.
Los cuadros que pinta son: objetos en gran escala conviviendo con gran potencia
expresiva y un criterio que desafía toda lógica, salvo la de los sueños.
[[Cuando expone en Bs. As. en Amigos del Arte ( “La puerta abierta”, por ej.) se lo critica, se lo
acusa de ponerse “fuera de la pintura a veces, y fuera del arte otras, con procedimientos ajenos
a la dignidad de la curación estética.”]]
LA DÉCADA INFAME
Si un Berni surrealista no era fácil de ‘tragar’, el Berni realista sería de aún más difícil digestión.
La desocupación, las huelgas, la miseria, las marchas obreras, las ollas populares eran una
tremenda realidad que rompía los ojos. Berni sólo conserva del período anterior cierta
abstracción metafísica en los fondos de los cuadros, pero instala en primer plano rostros
casi expresionistas en su realismo. Los títulos lo dicen todo: “Desocupados”; “Manifestación”;
“Chacareros”.
Berni polemizaba con Siqueiros acerca de que en El Arte al servicio de la Revolución, el
muralismo era el presente y el futuro de la pintura, porque la de caballete ya estaba perimida.
Berni decía que hacer pintura de caballete era revolucionario en un país donde el gobierno,
reaccionario, jamás daría un sólo muro “a la expresión artística popular”, si la tela era lo
suficientemente grande como para colgarla luego en ámbitos públicos como las entrada de las
fábricas.
Berni usaba temple (anterior al óleo, se diluye en huevo/ agua de cola, y no aceite) que no brilla
ni se contrasta como el óleo, aunque él sí logró hacerlo. Y usaba arpillera.
NUEVO REALISMO
Berni habló de crear un Nuevo Realismo -que no es realismo social-:
Crear una auténtica cultura continental para América latina, en donde el cómo pintar se complete
con con el saber qué pintar, para lograr una máxima identidad entre forma y contenido.
Viaja por Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y luego durante ocho años, cinco meses al año, se
instala en el monte de Santiago del Estero.
En las composiciones de los retratos grupales, la monumentalidad del mural dejan la lugar a un
gran intimismo.
En el 58 da un giro estético y deja de lado todo el clasicismo. Comienza a trabajar con el montaje
de materiales heterodoxos. Hace Collages que remiten directamente a los estratos marginales
de la sociedad. Berni transplanta a los márgenes de la gran ciudad a uno de los changuitos
santiagueños que había pintado en el monte hy nace Juanito Laguna. Decía:
1060: Primera Exposición de Internacional de Arte Moderno en Buenos Aires, muestra Villa
Piolín.
1961: cuelga 50 Juanitos en Witcomb (muestra elogiada)
1962: crea el Collage en relieve y gana el premio de grabado en la Bienal de Venecia.
Personajes del imaginario popular: Juanito, Ramona, una costurera devenida prostituta.
Emplea ahora en sus collages, latas, oropeles y desechos. Dice:
La línea de fuerza de toda mi trayectoria ha sido mi temática. Es la que ha producido todos los
cambios formales y cromáticos de mi estilo. Sería más cómodo dedicarme a pintar cuadros y a
venderlos, y ganaría más. Pero no puedo evitarlo: así soy. No hago más que poner en evidencia
lo que por pudor, prejuicio o miedo, no se menciona.
Las telas de Berni representan como ninguna el punto en que la realidad y el arte sacan
chispas.
Gorriarena dice:
Berni estableció las diferencias entre lo que debe ser la vanguardia en un país dependiente, y lo
que es en un país desarrollado. Lo tremendo es que lo expresara con la misma brillantez
teóricamente y en su propia obra.
Además pinta par un sacerdote temas como La crucifixión (Un soldado romano sosteniendo un
FAL) y El apocalipsis ( donde se ve al dictador nicaragüense huyendo con una rubia y una
valija de billetes, perseguido por los legendarios jinetes).
De La Vega - "Bestiario"
1959
Se unieron a una actitud informalista que estaba tomando Buenos Aires por asalto.
Espíritu libertario y contestatario.
A NOÉ se lo conocía no sólo como “artista cachorro” sino también como crítico de arte suplente
en el diario El Mundo, lo habían estimulado a creer que “se podía tener en la pintura una actitud
que no fuera simplemente acariciar la tela con un pincel”. Butler (su maestro) le dijo: “Me ha
dado usted una gran lección. Haciendo lo contrario de lo que yo le enseñé, ha logrado una
pintura de gran resultado”.
MACCIÓ era un autodidacta que trabajaba en agencias de publicidad desde los catorce años y
venía del grupo surrealista BOA.
DE LA VEGA había estudiado arquitectura, se ganaba la vida como perspectivista y ayudante de
trabajos prácticos de la facultad y estaba rompiendo con la abstracción geométrica.
TORRES AGÜERO pintaba figurativo con clima goyesco.
MACCIÓ el es primero en proponer una muestra conjunta, para instalar de una vez la discusión
en el terreno público… Finalmente suman a Carolina Muchnik y al fotógrafo Sameer Makarius en
la muestra que hacen en la galería Peifser en agosto de 1961: la titulan OTRA FIGURACIÓN y
ya desde el catálogo reivindican el uso de la figura humana.
Dice Noé: Otra Figuración no es otra vez figuración. Los hombres de hoy tienen los mismos
rostros que los de ayer; sin embargo, la imagen del hombre de hoy es distinta de la del hombre
de ayer porque el hombre de hoy no está guardado detrás de su propia imagen.
Dice De la Vega: No fui yo quien introdujo figuras humanas en mi pintura; creo que fueron ellas
mismas las que me utilizaron para inventarse. (u sando un camino antagónico al de Noé, pero
afín).
La crítica y el público comprende y hasta festeja esa toma de partido que reivindica la libertad de
usar la figuración de esa novedosa manera.
En 1961 viajan a París: descubren que ese supuesto centro mítico del mundo del arte, llamado
París, en realidad está pendiente de lo que pasa en Nueva York. Descubren que más fuerte que
el influjo parisino es el efecto mutuo que se producen entre ellos.
Al volver arman un taller en Buenos Aires: NOÉ y DE LA VEGA experimentan con el quiebre del
bastidor y la búsqueda de un espacio que no fuera sólo el de la tela. DEIRA y MACCIÓ
experimentan la oposición de atmósferas con la materia pictórica en sí. Los hallazgos
individuales son sistemáticamente capitalizados en forma grupal.
Exponen en Bonino en el 62. La respuesta es tan unánimemente entusiasta que Bonino les ofrece
extender la muestra 15 días más.
Para el 63 las cuatro partes de esta nueva entidad llamada NUEVA FIGURACIÓN (aunque ellos
insistan en “firmar” cada muestra sólo con sus apellidos) han alcanzado una síntesis técnica y
expresiva que hace resonancia instantánea en la gente. (Se parecen a la Generación Beat -
Kerouac, Ginsberg, Burroughs Ferlinghetri).
NOÉ expande el cuadro hacia afuera con las aplicaciones tipo pancartas de “Introducción a la
esperanza”.
DE LA VEGA hace más o menos lo mismo pero hacia adentro de la tela, como arrancándole
más espacio a las entrañas, con los objetos y texturas que moldea para su “Bestiario”.
MACCIÓ reforma la figura humana, su propia paleta de colores y hasta el marco del cuadro con
su fabuloso “Vivir sin seguro de vida”.
DEIRA se restringe a dramáticos blancos y negros “atacados” por colores primarios en su “Adán
y Eva”. DEIRA - ADÁN Y EVA
Durante los años siguientes sus trayectorias continúan vigorosas: ganan premios en el Di Tella,
en la Bienal IKA, el Premio de Bonino al Dibujo, Deira se llevará el Palanza, causan sensación
en el Museo de Arte Moderno en Río ( Fue más que un choque, fue una alegría ese estilo tan
libre y agresivo; no sólo nos despertó admiración, sino que marcó mucho nuestro pensamiento -
dirán Antonio Dias, y Gerchman).
Expondrán en el Guggenheim de Nueva York; la crítica europea los verá como la primera
tendencia cabalmente nacida en el país (y no “importada” del Primer Mundo) que logra una
auténtica proyección internacional.
Para 1966 habrán llegado a extremos tan alejados entre sí en sus búsquedas estéticas que se
separan:
NOÉ, el gran ideólogo, tirará parte de su obra al río Hudson y dejará de pintar durante nueve
años después de su primer solo-show en N. Y.;
MACCIÓ se sacudirá sin pena ni culpa los lazos emocionales y estéticos que lo unían a los otros
tres y se sumergirá con intensidad meridional en la exuberancia de pintar;
DE LA VEGA dará su fabuloso salto mortal al centro del pop e inmortalizará iconográficamente el
espíritu de la época;
DEIRA se inclinará cada vez más por la armonía cromática en su indagación de la figura
humana.
Cuando la Bienal de San Pablo les dedique su “sector histórico”, De la Vega y Deira estarán
muertos. No alcanzarán a ver convertido en canon (con el advenimiento de la estética
posmoderna) su impacto pionero, en aquella época de impactos pioneros: aquel quiebre de la
oposición que regía los códigos de la plástica, fuera entre lo figurativo y lo abstracto, entre lo
matérico y lo pictórico, entre la corazonada sensorial y la lucidez analítica, entre la sinergia
individual y la grupal.
José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer, Agustín Riganelli y Abraham Vigo, los
Artistas del Pueblo, ocupan un lugar destacado en el arte
argentino del siglo XX.
El hecho de estar denominados por sectores de la ciudad a nivel grupo también los aleja de los
pintores más académicos como Fader y Cesáreo Bernardo de Quirós que, además, tenian una
temática más rural con impronta nacionalista.
La escuela de barracas:
Su origen remonta a la década de 1910. La mayoria se conoce en las clases de la Sociedad
Estímulo de Bellas Artes en su anexo del suburbio sur. Según las memorias de Bellocq, en el
anexo de los suburbios reinaba un clima de libertad, de desinteresada especulación y lejano
materialismo.
Se reunían en dos talleres, uno que albergadad a Palazzo, Arato y Riganelli y el otro (centro de
discusión y aprendizaje del grupo) era el que compartían Hebequer, Del Villar, Revello, Montero
y otros. Hebequer tuvo un lugar protagónico dentro del grupo desde los inicios.
El grabado o "aguafuerte" era reciente en el país, los primeros ensayos remontan hacia el 1880
por Sívori y Paris. Recién en 1910 empieza a practicarse de forma más o menos sitemática. En
1911 Pío Collivadino comienza a dictar clases de aguafuerte en la Academia de Bellas Artes.
Cuatro años despues se funda la Sociedad de Acuarelistas, Pastelistas y Aguafuertistas y en
1916 la Sociedad de Grabadores.
Pío Collivadino era el director de la Academia Nacional de Bellas Artes, un cargo que lo
colocaba en un lugar poco agradable para los ideales de los jóvenes artistas. Fue el maestro
inciador en las técnicas del grabado en metal para Montero y Hebequer; pero, algo que le
privilegían los Artistas del Pueblo es la temática del maestro: las vistas a los suburbios de
Buenos Aires.
Otro grupo cerca de ellos (geográfica e idológicamente) era "Los de la Vuelta de Rocha" que se
reunian en torno a Santiago Stagnaro e estaba integrado por Quinquela Martín y Juan de Dios
Filiberto; con este grupo establecen vínculos.
En un reportaje publicado en 1945, Agustín Riganelli señala que todas sus obras enviadas al
Salón Nacional de Bellas Artes de 1914 habían sido rechazadas por el jurado: “Pero yo me
rebelé contra el jurado. Busqué a otros artistas rechazados, entre los que figuraban Arato, Facio
Hebequer, Vigo, Quinquela Martín. Y entre todos organizamos el primer salón de rechazados”
Los artistas declaraban sus intenciones y el programa del salón de recusados en un un texto que
acompañaba al catálogo: "Al público". Según Diana Wechsler, puede leerse como un manifiesto.
En el que había una intención concreta: instaurar un arte social y atacar a la autoridad de la
comisión Nac. de B. A.
En años siguiente se concreta un salón de independientes. Y en 1918, por inciativa de Santiago
Stagnaro, se funa la Sociedad Nacional de Artistas Pintores y Escultores. Santiago Stagnaro es
el prototipo del artista anarquista de principios de siglo que supo combinar su actividad de poeta,
pintor
y escultor con su militancia obrera como secretario general de la Sociedad de Caldereros, una
de las más combativas del naciente movimiento obrero.
Esta sociedad de artistas, que tenía más tinte gremial pues se organizaba a modo de
asambleas, tuvo una vida efímera.
En el
Salón Costa de la calle Florida se inaugura el Primer Salón de la Sociedad
Nacional de Artistas denominado Independientes. Sin jurados y sin premios.
Exponen 31, entre ellos, y por primera vez juntos, están los nombres de los futuros cinco Artistas
del Pueblo: Arato, Bellocq, Facio Hebequer, Riganelli
y Vigo. Además cabe mencionar a Santiago Stagnaro (quien había fallecido el 14 de febrero de
ese año), Italo Botti, Benito Quinquela Martín (todavía presentado como “Chinchella B., Martín”),
José Fioravanti, Gastón Jarry, Adolfo Montero, Américo Panozzi, Luis Perlotti, Ernesto Soto
Avendaño y el
peruano José Sabogal, entre otros.
Aunque también, según el crítico de La razón, hubo artistas que exponían en círculos
académicos con éxito y que formaban parte de estos círculo de independientes (Vigo por
ejemplo). Creemos que esto responde más a la idea de integrarse al circuito oficial para
renovarlo desde adentro. La Sociedad Nacional de Artista desaparece y su Salón de
independientes será su unica realización concreta.
En 1918 muere Santiago Sragnaro a los 23 años, esto cobra una significación mítica para
Palazzo. Las circunstancias de su vida, además de su obra, lo convierten en el modelo del
artista del pueblo para quien la fundamentación ética es la principal legitimadora de la actividad
artística.
Juan Palazzo enumera los núcleos temáticos en torno a los que gira la obra de su hermano.
“Pintor de carácter, buscaba en los personajes los estados anímicos, la expresión esencial, el
cadáver viviente. Lo pintoresco, lo trágico, lo grotesco, lo dramático animan sus figuras. Todas
ellas tienen una peculiaridad. Son de la vida, con sus imperfecciones físicas, sus rarezas y aires
de cansancio: gentes andariegas que se agitan sin cesar; amigos familiares, que luchan,
sueñan; niños absortos y de mejillas cálidas; mujeres que cargan con la miseria, con el hastío,
con el dolor. Todas ellas sufren, aguardan, meditan, andan, reposan.
En resumen, la obra de Stagnaro, aporta una mirada miserabilista sobre los personajes de la
clase trabajadora. Algo que proviene del pesimismo de los anarquistas clásicos como Kropotkin
que lo desarrolló en la literatura rusa de fines del XIX.
Publican en 1919 una serie de notas sobre arte en el periódico socialista La Montaña. Una de
ellas, referida a la crítica, revela su conciencia del papel que las nuevas instancias de
consagración tienen en esos años de constitución del campo artístico en Buenos Aires.
Los articulos en La Montaña como una acción más contra la Academia. El lenguaje anarquista
llama a la acción directa.
En 1920, Vigo, Hebequer, Arato y Riganelli exponen en el Salón Costa de Florida 660. Es la
primera vez que Bellocq no expone con ellos. Es el inico de la madurez artística. La temática era
el arrabal pero no centrado en el paisaje sino en los personajes representativos del arrabal.
La reunión del grupo se traslada a Parque de los Patricios, en 1918 Hebequer instala su taller en
la calle La rioja 1861.
Es en este momento cuando el grupo comienza a ser conocido como los Artistas del Pueblo. En
un texto escrito en 1929, Facio Hebequer declara: “Alguien
llamó al grupo de pintores y escultores que formamos y seguimos formando todavía, con
Riganelli, Arato, Vigo y Bellocq, ‘Artistas del Pueblo’. La
frase nos parece justa y el título honroso.
En 1929 muere José Arato y, en 1935, Facio Hebequer. A las muertes se sumarán las distancias
ideológicas y personales, por lo que a principios de la década de 1930 puede decirse que el
grupo como tal ya no existe más.
"hombres que han roto con la sociedad normal; que no aceptan jamás el yugo del trabajo
constante”. El vagabundo que renuncia a la vida en sociedad es un anarquista avant la lettre."
Por ello el vagabundo es el tema preferido de las primeras obras de los artistas del pueblo.
Elías Castelnuovo, que fue el escritor de Boedo más ligado al grupo, caracteriza a Facio
Hebequer como “un pintor gorkiano”, y afirma que “no es discípulo de Van Godt [sic] o Cezanne;
es discípulo de literatos como Dostoievski o Gorki. Existe entre su pintura y la literatura de Gorki
una semejanza extraordinaria.
La moral anarquista que buscaba una legitimación
del arte a partir de su necesidad social (Tolstoi) adquiría nueva fuerza con las ideas de Sorel y los
sindicalistas.
Los medios artísticos también quedan
muy claros: la clave de la renovación del arte contemporáneo está en considerarlo como trabajo
productivo y socialmente útil. Es decir, entenderlo, ante todo, como oficio artesanal.
Lo que habitualmente se considera como las “vanguardias”, la obra de los artistas plásticos como
Pettoruti, Xul Solar o Del Prete y de los escritores agrupados en torno a la revista Martín Fierro
se asocian al imaginario del “presente técnico” con obras que –al menos formalmante– son
afines a las soluciones de la segunda oleada renovadora europea, la de la “vuelta al orden” de la
primera posguerra.
ITINERARIO DEL 68
“Es evidente que plantear situaciones morales en las obras, de utilizar el significado como una
materialidad, se desprende la necesidad de crear un lenguaje útil, una lengua viva y no un
código para élites. Se ha inventado un arma. Un arma cobra sentido en la acción. En el
escaparate de una tienda carece de toda peligrosidad.
Creo que la situación política y social del país origina este cambio. (...) Hoy lo que no acepto es al
Instituto, que representa la centralización cultural, la institucionalización, la imposibilidad de
valorar las cosas en el momento en que estas inciden sobre el medio, porque la institución sólo
deja entrar productos ya prestigiados a los que utiliza (...) sin correr ningún riesgo. (...) Esas
cuatro paredes encierran el secreto de transformar todo lo que está dentro de ellas en arte, y el
arte no es peligroso. (...) A los espectadores les aseguro: nadie puede darles fabricado y
envasado lo que está dándose en este momento, está dándose el Hombre. La obra: diseñar
formas de vida. Esta renuncia es una obra para el Instituto Di Tella.
Pablo Suarez.”
Eduardo Ruano, a pesar de no haber sido invitado, decide participar de las Experiencias y adopta
una modalidad similar a la de Suárez. El día de la inauguración distribuye panfletos, a los que
presenta como un dispositivo para denunciar el funcionamiento del aparato cultural. Ambos
artistas intervienen con un formato (panfleto) que definen a la vez como una renuncia a participar
y una obra artística. Ruano, en su panfleto, dice:
“(...) Hoy, aquí, estamos en presencia de otra muestra de represión de los artistas. Ejercida esta
vez por el director de Instituto Torcuato Di Tella, J.R. Brest, no permitiendo a los artistas
presentar sus obras, sino después de haber pasado por el filtro de dicho inquisidor. (...) Solo
siendo aceptados los artistas que se avinieron a cambiarlas por otras a su conveniencia.
Eliminando de ellas toda relación social, moral o política que pudiere molestar a los
patrocinadores del MUSEO DE ARTE MODERNO DE NEW YORK. (...)
A QUÉ VIENEN LOS PATROCINADORES DEL MUSEO DE ARTE MODERNO DE N. YORK,
SINO A COMPRAR CONCIENCIAS Y TRATAR DE PROSTITUIR A LOS ARTISTAS
ARGENTINOS? (...)
Esto es un hecho estético. Quien así no lo comprenda, le doy la libertad de tomarlo como quiera.
EDUARDO RUANO.”
Dentro de la Institución, Roberto Jacoby optó por inscribir su crítica en el interior y desplegó un
mural en un panel de madera:
“(...) Vanguardia es el movimiento de pensamiento que niega permanentemente el arte y afirma
permanentemente la historia. (...) el arte y la vida han ido confundiéndose hasta hacerse
inseparables. Todos los fenómenos de la vida social se han convertido en materia estética (...)
Por eso se esparce por todas partes una lucha necesaria, sangrienta y hermosa por la creación
del mundo nuevo. (...) El arte no tiene ninguna importancia: es la vida la que cuenta. Es la
historia de estos años que vienen. Es la creación de la obra colectiva más gigantesca de la
historia: la conquista de la tierra, de la libertad por el hombre.
Roberto Jacoby.”