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Universidad de Guayaquil

Facultad de Jurisprudencia y Ciencias


Sociales y Políticas

DERECHO LABORAL II

ALUMNA:
 Vera Moreira Josel Briggitte

DOCENTE:
Ab. Lincoln Mora

CURSO:
8/12

TEMA:
Principio de legalidad
1.- Principio de legalidad.

Principio de legalidad contemplado en el artículo 76 numeral 3 de la Constitución de la


República, dice:

"Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un acto u omisión que, al momento de
cometerse, no esté tipificado en la ley como infracción penal, administrativa o de otra
naturaleza; ni se le aplicará una sanción no prevista por la Constitución o la ley...".

Así, en materia penal, "el principio de legalidad se configura necesariamente por un


orden formado y basado en un orden legislativo. La tipicidad es la respuesta del derecho
público al sistema positivo y tiene como fin la protección de los derechos individuales
en el marco del Derecho Penal''.; "El principio de legalidad impone necesariamente que
los tipos penales que elabora el legislador sean claros, expresos y concisos, en relación a
la conducta que se le da relevancia penal como también respecto a la pena con la cual se
la conmina, ya que ésta es precisamente una de las derivaciones más importantes del
principio, pues a los fines de saber si una conducta humana está castigada como
delictiva será menester que su descripción sea lo más determinada posible.

Por lo tanto, la descripción de la conducta no podrá ser indeterminada, imprecisa, de


conceptos vagos, oscuros, equívocos ni confusos. De aquí deriva el principio de máxima
taxatividad: la criminalización de una conducta debe ser efectuada en forma taxativa y
con la mayor precisión técnica posible.

1.1.- Estado del Arte.

Nuestra Constitución de 1978 en su artículo primero configura al Estado español como


Estado Social y Democrático de Derecho, acuñando en esta fórmula, que debe
interpretarse de forma integrada y no según cada elemento que la conforma por
separado, la cristalización del Estado liberal de Derecho en Estado democrático y
sumado, tras el periodo de entreguerras, el Welfare State o Estado del Bienestar, en el
que el Estado deja de ser un espectador pasivo de las acciones de los particulares, bajo
las reglas del Derecho, para convertirse en un jugador más que interviene en las facetas
que son precisas en la sociedad.
El principio de legalidad informa por tanto todo el texto constitucional y por ende todo
nuestro ordenamiento jurídico. Desde su Preámbulo, que proclama la voluntad de la
Nación Española "de consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la Ley
como expresión de la voluntad popular", a sus distintos artículos. En concreto, el art. 9
dispone en su apartado primero que los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos
a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.

En su apartado tercero dispone que la Constitución garantiza el principio de legalidad, la


jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad
jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.
El art. 97 recuerda al Gobierno que debe ejercer sus funciones de acuerdo con la
Constitución y las leyes.

Abundando en el principio de legalidad, también podemos citar el art. 10.

Pero el principio de legalidad, pese a desplegarse en todas las ramas y recovecos del
ordenamiento jurídico, cobra una gran importancia en el ámbito penal y en el ámbito de
actuación de la Administración, así como en el tributario.

En el ámbito penal se manifiesta en el aforismo nullum crimen nulla poena sine


lege, que se traduce en la imposibilidad de que los poderes públicos puedan aplicar
sanciones cuando no están reconocidas en una ley. La garantía de los ciudadanos se
basa en conocer qué actuaciones están prohibidas para saber a qué atenerse, aunque el
desconocimiento de la ley no exima de su cumplimiento.

1.2.-Aspectos que comprende.

El principio de legalidad penal, busca limitar y racionalizar a través de la ley la reacción


y aplicación de las penas por los órganos institucionalizados del Estado,
constituyéndose así en una valiosa garantía para que las personas puedan instruirse con
antelación y precisión respecto de qué conductas están prohibidas y amenazadas con la
imposición de una sanción punitiva.
1.3.- A su criterio, y conforme la realidad social del Ecuador, qué es adecuado a
nuestro País: un Estado Constitucional de derechos y justicia, un Estado de
Derecho, o un Estado Social y democrático de Derecho.

Es adecuado para nuestro País un Estado Constitucional de derechos y justicia, un


Estado de Derecho, ya que en nuestra Constitución en el art. 1 nos establece que nuestro
País es un estado Constitucional de derechos y justicia, ya que este determina el
contenido de la ley, el acceso y el ejercicio de la autoridad y la estructura del poder, el
Estado de Derechos son nuestras garantías cuando la ley y el estado quieran atentar
contra nosotros, y Estado de Justicia es una política justa.

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