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GRUPO: NUMERO 4
CARRERA: ABOGACIA
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esta conminada con sanción fijándose la pena o medida a aplicar al que incurra
culpablemente en la acción descripta (tipicidad). Con más generalidad, otras
normas condicionan el contenido de aquellas: en lo descriptivo, justificando la
lesión ocurrida (causas de justificación); en lo sancionador, impidiendo la pena
amenazada (condiciones de punibilidad), o previendo hipótesis de obrar
incompleto (tentativa) o conminando objetiva o subjetivamente (concurso y
participación).
La sanción es una conminación abstracta y general que en primer lugar
guía a los individuos por la senda de lo justo, y en segundo lugar es
instrumento de reconstrucción del orden ante la violación acaecida y
jurisdiccionalmente declarada. Lo primero muestra el fin preventivo de la pena;
lo segundo, su función represiva.
Dado que el orden jurídico es unitario, el carácter sancionador del
derecho penal debe entenderse como garantizador de los intereses jurídicos
que todas las normas regulan.
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De esto surge que entre las garantías procesales de la Constitución
Nacional consagra los siguientes principios:
Juez Natural: “ningún habitante puede ser…juzgado por comisiones
especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la
causa”.
Son jueces naturales los juzgados y tribunales creados por ley antes que se
produzca el hecho que motiva el proceso, sin importar el o los individuos que lo
integren.
No se puede sacar al individuo del “juzgado natural” y formar una
comisión especial para que lo juzguen. Por aplicación de este principio, ni el
Poder Ejecutivo ni el Legislativo pueden formar comisiones especiales para que
juzguen y sentencien a los individuos; como tampoco puede el Poder Judicial
delegar en comisiones especiales posteriores al hecho, su atribución de
impartir justicia.
Incoeribilidad del imputado (declaración contra sí mismo): “nadie puede
ser obligado a declarar contra sí mismo” y “quedan abolidos para siempre toda
especie de tormentos y los azotes” ya que admitir que alguien pueda ser
azotado o atormentado y que, por estos u otros medios de coacción, sean
físicos o psíquicos como las amenazas, se le obligue a declarar contra sí
mismo, se estaría atentando el principio de defensa en juicio.
Derecho de defensa: “es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los
derechos”
La Constitución Nacional asegura al individuo que durante el proceso
podrá hacer lo que sea necesario para defender su persona y sus derechos; es
decir, podrá demostrar su inocencia o la legitimidad de los derechos que
invoca, debiendo cumplir con las reglas establecidas en el Código de
Procedimientos.
Por lo tanto, ni las leyes ni los funcionarios podrán establecer normas que
impidan al individuo la defensa de sus derechos, ya sea, impidiéndole probar
su inocencia o la legitimidad de los derechos que alega, o poniéndolo en
condiciones que le impidan defenderse libremente.
Por lo tanto:
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el imputado tiene el derecho de mantener un defensor técnico por el
derecho de igualdad o paridad entre partes.
Si el imputado no tiene la posibilidad de acceder a un defensor técnico,
el Estado tiene la obligación de brindarle un defensor.
El derecho de defensa lo tiene tanto el imputado como también el fiscal.
El imputado puede ejercer un acto de defensa material, el mismo puede
asumir su defensa “si es abogado” sin la necesidad de representación
de un defensor técnico.
Todos los actos realizados dentro del proceso, ya sea acusación,
defensa, pruebas, entre otros, deben ser notificados a la otra parte para
que pueda ejercer así su derecho de defensa.
Estado de inocencia: como principio general la persona se presume inocente
hasta que se demuestre y declare su culpabilidad mediante una sentencia
condenatoria.
Este principio no está consagrado expresamente en la Constitución
Nacional, pero si en el Código de Procedimientos de la Nación en su art. 1:
“Nadie podrá ser…considerado culpable mientras una sentencia firme no
desvirtúe la presunción de inocencia de que todo imputado goza…”
Prohibición de múltiple persecución: no está consagrado expresamente en
la Constitución Nacional, pero surge implícito de las declaraciones, derechos y
garantías de la misma.
Si está consagrado expresamente en el Código de Procedimientos de la
Nación en su art. 1: “Nadie podrá ser perseguido penalmente más de una vez
por el mismo hecho”. Por lo tanto, tiene que existir identidad subjetiva y
objetiva, es decir, mismo sujeto y mismo hecho.
Indubio pro reo: No hay que confundirlo con el principio de inocencia.
Está relacionado con la valoración de la prueba. Ya que si en el proceso
no hay suficientes elementos que le acrediten al Juez la culpabilidad del
imputado, ante la duda hay que estar siempre en lo que es más favorable para
el imputado.
Derecho a recurrir: “Garantía de doble instancia”.
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El agraviado tiene derecho a recurrir al juez o tribunal superior para que
revoque, enmiende o anule la sentencia que se supone injustamente dada por
el inferior.
Este fue incorporado en la Constitución Nacional en el año 1994 por
inclusión de tratados internacionales. Se lo reconoce limitativamente, por
ejemplo, en la sentencia se puede recurrir por cuestiones violatorias de
derechos o procesales.
Duración razonable del proceso: No hay una norma que especifique cuantos
años debe durar un proceso. Según la doctrina un plazo razonable sería de 5 a
6 años aproximadamente por el cual debe durar dependiendo de las
circunstancias del caso, la cantidad de imputados, la naturaleza de la prueba,
entre otras.
De alguna manera está regulada en la prisión preventiva que establece que no
debe durar más de 2 años, pasado este plazo el juez debe excarcelar al
imputado.
El fundamento de este plazo es la razonabilidad.
Inviolabilidad del domicilio y papeles privados: la Constitución Nacional en
su art. 18 (segunda parte) establece que “…El domicilio es inviolable, como
también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su
allanamiento y ocupación...” es decir, solo una ley determinara en qué casos se
puede acceder a ellos. Solo el juez competente lo puede autorizar, existiendo
justificación suficiente.
Otras garantías:
Interpretación restrictiva de las normas limitativas en derecho
procesal: el art. 3 del Código Procesal Penal de Misiones establece que
“toda disposición legal que coarta la libertad personal, limita el ejercicio
de un poder conferido a los sujetos del proceso, o que establece
sanciones procesales, debe ser interpretada restrictivamente.
La interpretación extensiva y analógica queda prohibida, mientras no
favorezca la libertad del imputado o el ejercicio de sus facultades.
No se debe confundir con el indubio pro reo ni con ley más benigna.
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Principio de independencia del Poder Judicial: es la forma en la que
se debe desarrollar para que así se cumplan las garantías del debido
proceso. Estas garantías son:
Acusación: “Es el derecho Facultad que le asiste a los sujetos
procesales para concurrir ante los tribunales competentes en tutela
de sus intereses, a través de una pretensión legítima.”
En dicha acusación debe estar determinado el acusado, el acusador,
se debe describir el hecho de forma clara y precisa con todas sus
características que lo individualicen, entre otros; para que el
imputado pueda defenderse debiendo existir una calificación legal
del hecho.
Defensa: “Esta garantía supone, elementalmente, la posibilidad de
concurrir ante algún órgano judicial en procura de justicia, así como
la de aportar ante ese órgano las alegaciones y pruebas que
respalden los derechos invocados.”
Prueba: “La podemos definir como todo elemento o dato que se
introduzca legalmente al proceso, y sea susceptible de producir en el
ánimo de los sujetos un conocimiento cierto y probable de los
hechos y actos objeto de la discusión, y ello sirva como base del
fundamento de la sentencia válida.”
Sentencia: “Se entiende la resolución definitiva respecto a una
relación jurídica mediante el dictado de un fallo, que se funde en la
consideración razonada de las pruebas y en la ley.” Debe haber
congruencia entre lo pretendido y lo resuelto por el juez, el cual debe
ser natural, es decir, competente, debe ser imparcial e
independiente.
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Primitivamente la justicia se impartía por mano y la prueba de los hechos
dependía de sistemas irracionales e injustos, tal es el caso del “Juicio de Dios”,
el cual consistía en someter al acusado en una prueba, si salía triunfante de la
misma era inocente porque Dios le había ayudado por considerarlo inocente; la
prueba podía ser un combate judicial, el cual consistía en el enfrentamiento de
las partes que estaban en litigio y el que triunfaba era considerado inocente;
también podía ser una prueba de fuego la cual consistía en hacer caminar
sobre el fuego al acusado, si las quemaduras se sanaban rápidamente era
inocente o si no sanaban o tardaban mucho en hacerlo era culpable.
De la etapa de la justicia privada o por mano propia, al Estado organizarse
sólidamente se pasó a tener una justicia publica, la cual estaba a cargo del
Estado por comprender que la justicia por mano propia, solo puede llevar al
desorden social. Así el Estado comienza a hacerse cargo de determinar que
hechos son delitos, que penas les corresponde a los mismos, y se encarga de
su aplicación a los delincuentes naciendo así dos sistemas: el inquisitivo y el
acusatorio.
1- Sistema inquisitivo: fue característico de las monarquías absolutas, y así
todo el poder se concentraba en una sola persona (el rey), en el proceso
también todo el poder o funciones del mismo se concentraban en una
sola persona: el Juez, el hacía todo, iniciaba el proceso de oficio,
buscaba las pruebas, interrogaba a testigos y dictaba sentencia.
El procedimiento se caracterizaba por ser escrito y la mayor parte
era secreto, por la falta de publicidad de los actos procesales y por
disponer el encarcelamiento inmediato del imputado.
La prueba principal era la confesión y la tortura era el medio
habitual para lograrla. Se desconocían los derechos y garantías del
imputado para defenderse en el proceso. La participación de las partes
era positiva cuando el Juez quería o las necesitaba.
2- Sistema acusatorio: con el movimiento filosófico de la ilustración se
produce una reacción contra las monarquías absolutas, y contra el
sistema inquisitivo del proceso penal y su desprecio por el derecho de
defensa del imputado.
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Con el liberalismo del siglo XIX, en lo político se hizo fuerte la idea
de la división de poderes y esa misma idea se plasma en el proceso
penal.
Se desconcentraron las funciones y surge el sistema acusatorio:
distribuye las funciones de acusación, defensa y sentencia en tres
sujetos diferentes: acusador, acusado y Juez. El que instruye o investiga
no puede también dictar sentencia.
A diferencia del inquisitivo el proceso es oral y público, al
imputado se le reconocen los derechos y garantías penales exigidos por
el debido proceso; se prohíbe la tortura como medio para lograr la
confesión; la participación de las partes es activa, ellas son las que
actúan proponiendo diligencias y exponiendo, en igualdad de
condiciones, sus pretensiones, en tanto que el juez se limite a
contemplar, actuando así al final del proceso emitiendo su juicio al dictar
su sentencia.
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de la persecución penal en determinadas situaciones y bajo siempre y
cuando se verifiquen ciertos requisitos".
En referencia a la Justicia Federal y a la Provincia, nuestra
Constitución en su Artículo 1º establece que la Nación Argentina adopta
para su gobierno la forma representativa, republicana y federal. El
federalismo implica que cada provincia es autárquica y que se gobierna
a sí misma en casi todas las áreas, excepto en las delegadas a la
Nación. La redacción de los códigos de procedimientos no es una de las
facultades delegadas a la Nación, por lo que compete exclusivamente a
cada una de las provincias el dictado de sus códigos de procedimientos.
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