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MONOGRAFIA

DERECHO PROCESAL PENAL

PROFESOR: SCHWENGBER Roque.


BALDI Florencia.
KATZ Astrid.

ALUMNOS: DEMONARI Axel.


DE OLIVERA Fernando Gabriel.
MERETZ Sebastián.
MONTENEGRO Daniela Elisandra.
SCHUTZ Mikael Alexander.

GRUPO: NUMERO 4

CARRERA: ABOGACIA

Ciclo lectivo: 2020.


UNIDAD N° 1

Orden jurídico penal:


Se trata de un orden jurídico prestablecido cuya importancia es la de obtener la
idea de justicia: el deber ser del derecho.
Se establece un orden jurídico a través de las leyes y estas en su
conjunto integran el derecho el cual es un sistema de normas coercitivas que
regulan conductas humanas. El Estado es quien tiene la potestad coercitiva de
dictar la norma, de ejecutarla, siempre y cuando respete los límites que la
Constitución Nacional le impone. Importa saber que mantener el orden significa
hacer justicia.
El derecho penal objetivo se manifiesta en toda su amplitud a través de las
normas jurídicas coercibles determinadas de ese orden, socialmente enfocado
para custodiar los valores jurídicos fundamentales de la colectividad. En otras
palabras, el derecho es un sistema de normas coercitivas que regulan
conductas humanas. Ese conjunto normativo penal debe regir y aplicarse sin
desmedro a la libertad individual. Tiene un doble contenido de protección
jurídica que se sintetiza en nuestro preámbulo constitucional con el
afianzamiento de la justicia y los beneficios de la libertad.
Dichas normas regulan lo permitido, lo prohibido y lo obligado. El
derecho penal se encuadra dentro de lo prohibido.
La norma penal describe modos de conducta materialmente perjudicial y
formalmente antijurídica, y sanciona a quien incurre en lo descripto.
Lo sancionado está prohibido (o impuesto); lo no sancionado queda permitido
(o tolerado) art. 19: “ningún habitante de la nación será obligado a hacer lo que
la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
En su descripción, cada norma penal configura una ilicitud (antijuricidad),
conducta (acción u omisión) que puede producir un daño público. Esa conducta

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esta conminada con sanción fijándose la pena o medida a aplicar al que incurra
culpablemente en la acción descripta (tipicidad). Con más generalidad, otras
normas condicionan el contenido de aquellas: en lo descriptivo, justificando la
lesión ocurrida (causas de justificación); en lo sancionador, impidiendo la pena
amenazada (condiciones de punibilidad), o previendo hipótesis de obrar
incompleto (tentativa) o conminando objetiva o subjetivamente (concurso y
participación).
La sanción es una conminación abstracta y general que en primer lugar
guía a los individuos por la senda de lo justo, y en segundo lugar es
instrumento de reconstrucción del orden ante la violación acaecida y
jurisdiccionalmente declarada. Lo primero muestra el fin preventivo de la pena;
lo segundo, su función represiva.
Dado que el orden jurídico es unitario, el carácter sancionador del
derecho penal debe entenderse como garantizador de los intereses jurídicos
que todas las normas regulan.

justicia penal en el estado de derecho:


Un estado de derecho es un modelo de orden para el país por lo cual
este se rige por un sistema de leyes escritas e instituciones ordenado en torno
de una Constitución, la cual es el fundamento jurídico de las autoridades y
funcionarios que se someten a las normas de esta. Cualquier medida o acción
debe estar sujeta a una norma jurídica escrita y las autoridades del Estado
están limitadas estrictamente por un marco jurídico preestablecido que aceptan
y al que se someten en sus formas y contenidos. Por lo tanto, toda decisión de
sus órganos de gobierno ha de estar sujeta a procedimientos regulados por ley
y guiados por absoluto respeto a los derechos fundamentales.
Para que haya estado de derecho debe existir orden, seguridad y justicia.

Bases constitucionales: Principios y Garantías.


Las leyes procesales deben respetar la Constitución Nacional. Es por
ello, que el proceso penal está organizado en base a la idea de lograr un
equilibrio entre el interés por averiguar la verdad y la necesidad de garantizar
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los derechos en general de las partes, y en particular del imputado. La clave del
sistema de garantías es la Constitución Nacional y la idea del “debido proceso”,
a partir de allí podemos analizar distinto principios y garantías que les permiten
a los individuos defenderse y hacer respetar sus derechos.
Los principios son máximas jurídicas contenidos en la Constitución
Nacional y destinados a proteger los derechos fundamentales de las personas.
Las garantías son mecanismos instituidos por la Constitución Nacional a los
fines de asegurar el efectivo goce de los derechos concedidos por los
principios.
-Principio de Legalidad: este principio indica que ningún habitante de la
nación puede ser penado sin antes haberlo sometido a un juicio y que su
fundamento debe basarse en una ley que sea anterior al acto por el que se le
imputa.
-Principio de Reserva: este principio establece que aquellas acciones que
realicen los hombres en su intimidad, que no ofendan el orden ni la moral
pública ni perjudiquen a un tercero no pueden ser juzgados por los magistrados
sino solo por Dios.
Según Zaffaroni el Estado no puede imponer una moral, sino que debe
garantizar un ámbito de libertad moral, razón por la cual las penas no pueden
recaer sobre acciones que constituyen el ejercicio de dicha libertad.
DEBIDO PROCESO:
Es un conjunto de garantías procesales que tiene por objeto asistir a los
individuos durante el desarrollo del proceso, y así protegerlos de los abusos de
las autoridades y permitirles la defensa de sus derechos.
El art. 18 de la Constitución Nacional en su primera parte establece que:
“Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en
ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie
puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de
orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos” …

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De esto surge que entre las garantías procesales de la Constitución
Nacional consagra los siguientes principios:
Juez Natural: “ningún habitante puede ser…juzgado por comisiones
especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la
causa”.
Son jueces naturales los juzgados y tribunales creados por ley antes que se
produzca el hecho que motiva el proceso, sin importar el o los individuos que lo
integren.
No se puede sacar al individuo del “juzgado natural” y formar una
comisión especial para que lo juzguen. Por aplicación de este principio, ni el
Poder Ejecutivo ni el Legislativo pueden formar comisiones especiales para que
juzguen y sentencien a los individuos; como tampoco puede el Poder Judicial
delegar en comisiones especiales posteriores al hecho, su atribución de
impartir justicia.
Incoeribilidad del imputado (declaración contra sí mismo): “nadie puede
ser obligado a declarar contra sí mismo” y “quedan abolidos para siempre toda
especie de tormentos y los azotes” ya que admitir que alguien pueda ser
azotado o atormentado y que, por estos u otros medios de coacción, sean
físicos o psíquicos como las amenazas, se le obligue a declarar contra sí
mismo, se estaría atentando el principio de defensa en juicio.
Derecho de defensa: “es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los
derechos”
La Constitución Nacional asegura al individuo que durante el proceso
podrá hacer lo que sea necesario para defender su persona y sus derechos; es
decir, podrá demostrar su inocencia o la legitimidad de los derechos que
invoca, debiendo cumplir con las reglas establecidas en el Código de
Procedimientos.
Por lo tanto, ni las leyes ni los funcionarios podrán establecer normas que
impidan al individuo la defensa de sus derechos, ya sea, impidiéndole probar
su inocencia o la legitimidad de los derechos que alega, o poniéndolo en
condiciones que le impidan defenderse libremente.
Por lo tanto:
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 el imputado tiene el derecho de mantener un defensor técnico por el
derecho de igualdad o paridad entre partes.
 Si el imputado no tiene la posibilidad de acceder a un defensor técnico,
el Estado tiene la obligación de brindarle un defensor.
 El derecho de defensa lo tiene tanto el imputado como también el fiscal.
 El imputado puede ejercer un acto de defensa material, el mismo puede
asumir su defensa “si es abogado” sin la necesidad de representación
de un defensor técnico.
 Todos los actos realizados dentro del proceso, ya sea acusación,
defensa, pruebas, entre otros, deben ser notificados a la otra parte para
que pueda ejercer así su derecho de defensa.
Estado de inocencia: como principio general la persona se presume inocente
hasta que se demuestre y declare su culpabilidad mediante una sentencia
condenatoria.
Este principio no está consagrado expresamente en la Constitución
Nacional, pero si en el Código de Procedimientos de la Nación en su art. 1:
“Nadie podrá ser…considerado culpable mientras una sentencia firme no
desvirtúe la presunción de inocencia de que todo imputado goza…”
Prohibición de múltiple persecución: no está consagrado expresamente en
la Constitución Nacional, pero surge implícito de las declaraciones, derechos y
garantías de la misma.
Si está consagrado expresamente en el Código de Procedimientos de la
Nación en su art. 1: “Nadie podrá ser perseguido penalmente más de una vez
por el mismo hecho”. Por lo tanto, tiene que existir identidad subjetiva y
objetiva, es decir, mismo sujeto y mismo hecho.
Indubio pro reo: No hay que confundirlo con el principio de inocencia.
Está relacionado con la valoración de la prueba. Ya que si en el proceso
no hay suficientes elementos que le acrediten al Juez la culpabilidad del
imputado, ante la duda hay que estar siempre en lo que es más favorable para
el imputado.
Derecho a recurrir: “Garantía de doble instancia”.

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El agraviado tiene derecho a recurrir al juez o tribunal superior para que
revoque, enmiende o anule la sentencia que se supone injustamente dada por
el inferior.
Este fue incorporado en la Constitución Nacional en el año 1994 por
inclusión de tratados internacionales. Se lo reconoce limitativamente, por
ejemplo, en la sentencia se puede recurrir por cuestiones violatorias de
derechos o procesales.
Duración razonable del proceso: No hay una norma que especifique cuantos
años debe durar un proceso. Según la doctrina un plazo razonable sería de 5 a
6 años aproximadamente por el cual debe durar dependiendo de las
circunstancias del caso, la cantidad de imputados, la naturaleza de la prueba,
entre otras.
De alguna manera está regulada en la prisión preventiva que establece que no
debe durar más de 2 años, pasado este plazo el juez debe excarcelar al
imputado.
El fundamento de este plazo es la razonabilidad.
Inviolabilidad del domicilio y papeles privados: la Constitución Nacional en
su art. 18 (segunda parte) establece que “…El domicilio es inviolable, como
también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su
allanamiento y ocupación...” es decir, solo una ley determinara en qué casos se
puede acceder a ellos. Solo el juez competente lo puede autorizar, existiendo
justificación suficiente.
Otras garantías:
 Interpretación restrictiva de las normas limitativas en derecho
procesal: el art. 3 del Código Procesal Penal de Misiones establece que
“toda disposición legal que coarta la libertad personal, limita el ejercicio
de un poder conferido a los sujetos del proceso, o que establece
sanciones procesales, debe ser interpretada restrictivamente.
La interpretación extensiva y analógica queda prohibida, mientras no
favorezca la libertad del imputado o el ejercicio de sus facultades.
No se debe confundir con el indubio pro reo ni con ley más benigna.
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 Principio de independencia del Poder Judicial: es la forma en la que
se debe desarrollar para que así se cumplan las garantías del debido
proceso. Estas garantías son:
Acusación: “Es el derecho Facultad que le asiste a los sujetos
procesales para concurrir ante los tribunales competentes en tutela
de sus intereses, a través de una pretensión legítima.”
En dicha acusación debe estar determinado el acusado, el acusador,
se debe describir el hecho de forma clara y precisa con todas sus
características que lo individualicen, entre otros; para que el
imputado pueda defenderse debiendo existir una calificación legal
del hecho.
Defensa: “Esta garantía supone, elementalmente, la posibilidad de
concurrir ante algún órgano judicial en procura de justicia, así como
la de aportar ante ese órgano las alegaciones y pruebas que
respalden los derechos invocados.”
Prueba: “La podemos definir como todo elemento o dato que se
introduzca legalmente al proceso, y sea susceptible de producir en el
ánimo de los sujetos un conocimiento cierto y probable de los
hechos y actos objeto de la discusión, y ello sirva como base del
fundamento de la sentencia válida.”
Sentencia: “Se entiende la resolución definitiva respecto a una
relación jurídica mediante el dictado de un fallo, que se funde en la
consideración razonada de las pruebas y en la ley.” Debe haber
congruencia entre lo pretendido y lo resuelto por el juez, el cual debe
ser natural, es decir, competente, debe ser imparcial e
independiente.

Modelos de enjuiciamiento: INQUISITIVO- ACUSATORIO- MIXTO. -


Los sistemas de enjuiciamiento son los criterios adoptados para
organizar la administración de justicia y establecer el procedimiento a seguir
para comprender la comisión del delito y poder aplicar la pena.

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Primitivamente la justicia se impartía por mano y la prueba de los hechos
dependía de sistemas irracionales e injustos, tal es el caso del “Juicio de Dios”,
el cual consistía en someter al acusado en una prueba, si salía triunfante de la
misma era inocente porque Dios le había ayudado por considerarlo inocente; la
prueba podía ser un combate judicial, el cual consistía en el enfrentamiento de
las partes que estaban en litigio y el que triunfaba era considerado inocente;
también podía ser una prueba de fuego la cual consistía en hacer caminar
sobre el fuego al acusado, si las quemaduras se sanaban rápidamente era
inocente o si no sanaban o tardaban mucho en hacerlo era culpable.
De la etapa de la justicia privada o por mano propia, al Estado organizarse
sólidamente se pasó a tener una justicia publica, la cual estaba a cargo del
Estado por comprender que la justicia por mano propia, solo puede llevar al
desorden social. Así el Estado comienza a hacerse cargo de determinar que
hechos son delitos, que penas les corresponde a los mismos, y se encarga de
su aplicación a los delincuentes naciendo así dos sistemas: el inquisitivo y el
acusatorio.
1- Sistema inquisitivo: fue característico de las monarquías absolutas, y así
todo el poder se concentraba en una sola persona (el rey), en el proceso
también todo el poder o funciones del mismo se concentraban en una
sola persona: el Juez, el hacía todo, iniciaba el proceso de oficio,
buscaba las pruebas, interrogaba a testigos y dictaba sentencia.
El procedimiento se caracterizaba por ser escrito y la mayor parte
era secreto, por la falta de publicidad de los actos procesales y por
disponer el encarcelamiento inmediato del imputado.
La prueba principal era la confesión y la tortura era el medio
habitual para lograrla. Se desconocían los derechos y garantías del
imputado para defenderse en el proceso. La participación de las partes
era positiva cuando el Juez quería o las necesitaba.
2- Sistema acusatorio: con el movimiento filosófico de la ilustración se
produce una reacción contra las monarquías absolutas, y contra el
sistema inquisitivo del proceso penal y su desprecio por el derecho de
defensa del imputado.
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Con el liberalismo del siglo XIX, en lo político se hizo fuerte la idea
de la división de poderes y esa misma idea se plasma en el proceso
penal.
Se desconcentraron las funciones y surge el sistema acusatorio:
distribuye las funciones de acusación, defensa y sentencia en tres
sujetos diferentes: acusador, acusado y Juez. El que instruye o investiga
no puede también dictar sentencia.
A diferencia del inquisitivo el proceso es oral y público, al
imputado se le reconocen los derechos y garantías penales exigidos por
el debido proceso; se prohíbe la tortura como medio para lograr la
confesión; la participación de las partes es activa, ellas son las que
actúan proponiendo diligencias y exponiendo, en igualdad de
condiciones, sus pretensiones, en tanto que el juez se limite a
contemplar, actuando así al final del proceso emitiendo su juicio al dictar
su sentencia.

En la realidad, es difícil que esos sistemas se den puros, por ello


surge un tercer sistema que es el mixto: este sistema combina principios
del sistema inquisitivo y acusatorio, existen 2 etapas:
 Etapa de instrucción: tiene características del sistema inquisitivo, va a
estar a cargo de un Juez, es secreta en parte y escrita, con limitada
actuación de las partes.
La acción penal es ejercida por el ministerio público y eventualmente por
el querellante.

 El juicio va a estar a cargo de un juez diferente al de la etapa de


instrucción. Esta etapa es oral y publica, se Juzga y se dicta sentencia.
Hay actividad de las partes, ya que ellas exponen sus pretensiones.
El código procesal de la Nación, encuadra en un sistema mixto y consta
de 2 etapas:
-La instrucción: es escrita y es donde se incorporan los elementos de
prueba que permitirá determinar o no si se pasa o no la etapa de juicio.
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-Juicio: que es oral y público ante un tribunal y ante el cual se
desarrollara el debate, este tribunal es el que dictara sentencia.

El sistema procesal penal Nacional y el de la Provincia de Misiones


En Misiones se modificó el Código Procesal Penal de la Provincia,
el cual entro en vigencia el 1º de marzo del 2014 y fue producto de una
larga y exhaustiva labor realizada por los propios operadores del
sistema, jueces, abogados, y representantes de otras dependencias. En
el Poder Judicial se desarrolló un Sistema de Gestión de Expedientes
Digitales (Siged) que digitaliza el expediente, agilizando y
transparentando todos los procesos judiciales. El software es un diseño
propio, de técnicos expertos que forman parte del Poder Judicial de la
Provincia, por lo que recepta experiencias de nuestro propio sistema
judicial, y la de sus operadores, optimizando de este modo todos los
recursos. Este sistema tiene un plan de implementación quinquenal a
corto, mediano y largo plazo que se encuentra ya operativo en toda la
justicia de Paz, Civil, en la Instrucción Penal y en su alzada, y en toda la
justicia Correccional y de Menores".
La reforma procesal penal misionera, se centró en sumarse al
proyecto acusatorio introducido por la constitución de 1853, otorgando
mayor celeridad a los procesos a través de la oralidad e inmediatez, con
roles bien definidos entre las partes, un fiscal que investiga, un defensor
que representa al imputado y vela por sus derechos y un juez que
resuelve en base a las pruebas que le rinden en una audiencia. Estos
cambios, en más o en menos, han sido receptados por nuestro nuevo
código que da mayor intervención a los fiscales, elimina el auto de
procesamiento que obligaba al juez a analizar prematuramente la prueba
y redireccionar los procesos, incluye el nuevo mandato constitucional de
la figura del querellante, e introduce innovaciones, como el criterio de
oportunidad receptado en el artículo 60 de dicho cuerpo legal, que le
brinda a las partes la posibilidad de solicitar la suspensión total o parcial

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de la persecución penal en determinadas situaciones y bajo siempre y
cuando se verifiquen ciertos requisitos".
En referencia a la Justicia Federal y a la Provincia, nuestra
Constitución en su Artículo 1º establece que la Nación Argentina adopta
para su gobierno la forma representativa, republicana y federal. El
federalismo implica que cada provincia es autárquica y que se gobierna
a sí misma en casi todas las áreas, excepto en las delegadas a la
Nación. La redacción de los códigos de procedimientos no es una de las
facultades delegadas a la Nación, por lo que compete exclusivamente a
cada una de las provincias el dictado de sus códigos de procedimientos.

El actual código de procedimiento penal federal prevé un


sistema mixto, por el cual tanto el juez como el fiscal llevan adelante la
investigación. Esto significa que el juez al investigar pierde la
imparcialidad necesaria para un tratamiento objetivo de la cuestión que
investiga. Por ello, es muy propicio, transformar el actual proceso de
instrucción penal a cargo del juez, en una instrucción a cargo
exclusivamente del fiscal, con el contralor (como juez de garantías) a
cargo del juez penal. Esto es cambiar el proceso penal inquisitivo por un
proceso penal acusatorio".
Con el proyecto de reforma del Código Procesal Penal federal, el
rol del fiscal se tornó predominante, pues tiene toda la responsabilidad
de llevar adelante la investigación, y debe demostrar la culpabilidad del
sospechoso. En cambio, el rol del juez, cambia de un juez inquisitivo e
investigador, a un juez inactivo, que sólo vela por la legalidad del
proceso.
Otra diferencia entre la Nación y la Provincia es que el código procesal
nacional legisla sobre delitos federales, los cuales no podemos
encontrar en el código procesal de la provincia ya que es una cuestión
no delegada a las provincias, reservada únicamente y de exclusiva
competencia Federal.

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