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Estimados, comparto un material ampliatorio para el texto de Lacan "Psicología y

metapsicología" (Seminario II, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica,


1954-1955, capítulo I), para trabajar la diferencia entre el Sujeto y el Yo.

El diccionario, para quien le interese, lo pueden encontrar online en el grupo de


Facebook Psicoanálisis en DF.
(https://www.facebook.com/groups/psicoanalisisenpdf/) donde hay muchos textos de
psicoanálisis. Jorge

Diccionario de psicoanálisis, bajo la dirección de Roland Chemama.

Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1998.


Término SUJETO:

sujeto s. m. (fr. sujet; ingl. subject; al. Subjekt). Distinto del individuo tal como lo percibimos
ordinariamente, el sujeto es lo supuesto por el psicoanálisis desde que hay deseo inconciente, un deseo
capturado en el deseo del Otro, pero del que sin embargo debe responder.
El sujeto, en psicoanálisis, es el sujeto del deseo que Freud descubrió en el inconciente. Este sujeto del
deseo es un efecto de la inmersión del pequeño hombre en el lenguaje. Hay que distinguirlo por
consiguiente tanto del individuo biológico como del sujeto de la comprensión. Tampoco es ya el yo
freudiano (opuesto al ello y al superyó). Mas no por ello es el yo [je] de la gramática. Efecto del lenguaje,
no es sin embargo un elemento de él: «ex-siste» (se mantiene afuera) al precio de una pérdida, la
castración.
EL SUJETO NO ES EL YO [MOI]. El yo es una función que se despliega en la dimensión de lo
imaginario. Es la sensación de un cuerpo unificado producida por la asunción por parte del sujeto de su
imagen en el espejo [véase espejo (estadio del)] en la época en la que todavía no ha conquistado su
autonomía motriz: de ahí su poder de fascinación. La consecuencia es que el yo termina situado sobre un
eje imaginario en oposición a su propia imagen (narcisismo) o a la de un semejante (pequeño otro de
Lacan) [véase esquema óptico]. Esta relación del yo con su objeto imaginario estorba el reconocimiento,
por el sujeto, de su deseo.
El deseo, por su parte, se manifiesta en las «formaciones del inconciente» (véase formaciones del
inconciente). o sea: sueños, síntomas, equivocaciones (olvidos, lapsus, actos fallidos) a veces
trasformados en logros (chistes). De esta manera, el sujeto, para el psicoanálisis, no sabe lo que dice ni
tampoco que él lo dice. Freud interpreta estos fenómenos en ruptura con el curso «normal» de 1a realidad
como mensajes cifrados que es preciso decriptar. Esto presupone que tengan una estructura homogénea a
la del lenguaje humano. Ellos dan testimonio de la existencia de otro lugar desde donde se expresa el
sujeto de un deseo en espera, «en sufrimiento» [«souffrance» quiere decir sufrimiento pero igualmente
alude a la correspondencia demorada en espera de despacho]. Todo sucede como si el lugar de los
significantes, aquel desde donde «nos vienen" las palabras que articulamos (el gran Otro de Lacan).
estuviera habitado por un sujeto de un deseo enigmático.

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