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La Construcción del Objeto de Estudio en el Proceso de Investigación.

Material de Cátedra
Metodologías y Gestión de la Investigación en Psicología
UNR

Como ya hemos dicho anteriormente, investigar es un proceso a través del cual se intenta
dar respuesta a problemas científicos mediante procedimientos sistemáticos que incluyen la
producción de información válida y confiable (datos científicos) que luego serán analizados
e interpretados. Puede decirse también, que investigar es realizar un conjunto de
procedimientos sistemáticos por los cuales se intenta comprobar si tienen fundamento
empírico las respuestas que, hipotéticamente, se han dado a determinados problemas
científicos. Como todo proceso, la investigación está conformada por una serie de
momentos y fases.
Una fase fundamental, y que da inicio al proceso, es la identificación y formulación precisa
de aquello que se va a investigar: la construcción del objeto de estudio.
El proceso de identificación y formulación del problema involucra distintos aspectos y
operaciones, y en él se asume una posición epistemológica.
La construcción del objeto de estudio a investigar, comprende tres operaciones
fundamentales:
- Identificación de la situación problemática.
- Transformación de la situación problemática en problema de  investigación.
- Formulación del problema de investigación. 

Identificación de la situación problemática

Una situación problemática puede definirse como un estado de cosas, sucesos, situaciones,
procesos, existentes en la teoría o en la práctica, que por resultar insatisfactorios para
alguien, son percibidos como problemáticos.
La vida cotidiana se caracteriza por la existencia de rutinas; cuando aparece una situación
que interrumpe esas rutinas, el sector de la vida cotidiana afectado, puede ser percibido
como problemático.
Pero las situaciones problemáticas no se refieren sólo a hechos, sucesos o acontecimientos
de la vida cotidiana, también pueden darse en el propio cuerpo teórico de conocimientos.
En estos casos, la situación detectada estaría dando cuenta de desajustes entre los conceptos
de una misma teoría, o entre diferentes explicaciones de dos teorías sobre un mismo
fenómeno, o de explicaciones insuficientes que brindan las teorías conocidas.
Las situaciones existen; en la medida en que resultan insatisfactorias, pasan a convertirse en
situaciones problemáticas. Una situación resulta insatisfactoria cuando se percibe un
desfasaje entre lo habitual, lo esperado o lo sabido, y lo que efectivamente ocurre; o
cuando, en relación con una situación nueva, los conocimientos disponibles ya sean éstos
teóricos o prácticos, no son suficientes para abordarla. 
En una situación problemática deben considerarse distintos aspectos: 
¿Quién la define como tal?; ¿Cuál es el interés que despierta la situación?; ¿Cuántos casos
abarca?; ¿En qué medida los actores involucrados la perciben como problemática?
Las situaciones son percibidas por grupos o por personas que tienen un determinado grado
de conocimientos, curiosidad, prejuicios y presupuestos, valores, intereses y motivaciones,
elementos que son puestos en juego en ese momento. En la identificación de la situación
problemática la mirada de quien la detecta está fuertemente condicionada por su
conocimiento sobre el tema o disciplina. Si, por ejemplo, se planteara detectar una situación
problemática a alguien que no tenga amplios conocimientos sobre determinada disciplina
científica, tal vez lo haga sin tomar en cuenta el estado del conocimiento sobre el tema. La
abordaría desde lo problemático mismo, aplicando sus conocimientos insuficientes o de
sentido común, relacionando la situación que observa con los conocimientos de los cuales
dispone en ese momento.
Las situaciones problemáticas presentan distintos grados de interés científico o práctico, lo
cual debe ser diferenciado de otros aspectos tales como la urgencia de su solución. Es
necesario distinguir el interés científico o práctico de una situación problemática, de la
generalidad con que se presenta. Las situaciones problemáticas más generalizadas no son
necesariamente las de mayor interés. El interés científico de una situación problemática no
reside en los hechos que llevaron a detectarla, sino en su planteo como problema científico.
Además, quien detecta una situación problemática debe partir de que los actores
involucrados en la situación la perciben de distinta manera. Puede ser problemática desde
distintos puntos de vista, e incluso puede no serlo para algunos de ellos. 
Podemos decir que el reconocimiento de situaciones problemáticas proporciona el punto
de partida de una investigación.
En síntesis, los componentes problemáticos están en las situaciones, existen en ellas; sin
embargo no necesariamente se percibe que esos componentes problemáticos constituyen
una situación problemática. Las situaciones problemáticas aparecen cuando se percibe que
hay dificultades para las cuales no dan respuestas ni la teoría ni la práctica que se aplican.
La percepción de que los componentes de una situación son problemáticos, se produce
sobre la base de una toma de decisión valorativa o teórica e ideológica; siempre que se
percibe algo hay un trasfondo personal que se pone en juego: conocimientos preexistentes,
presupuestos, valores e intereses.
En toda situación problemática pueden identificarse (al menos) cinco niveles de análisis:
Las situaciones, sucesos o procesos ocurren independientemente de que sean pensados;
pero para que se conviertan en problemáticas, es necesario que alguien las perciba como
tales (nivel ontológico). En la detección de esa situación como problemática interviene un
proceso cognoscitivo (nivel psicológico). Además, lo insatisfactorio de la situación que la
convierte en problemática remite a lo valorativo; se asocia a una base cultural en la cual las
cosas se perciben de una u otra forma, y lo insatisfactorio se reconoce como tal desde una
inserción social, profesional, etc. (nivel axiológico). Finalmente, la situación problemática
debe expresarse a través de proposiciones, con términos que tienen determinada
significación (nivel semántico) y que definen relaciones entre sucesos o acontecimientos
(nivel lógico).
El primer paso en un proceso de investigación es la formulación adecuada de la situación
problemática. Una situación problemática ha sido adecuadamente formulada
cuando describe con la mayor precisión posible todos los elementos fácticos que lo
componen y sus relaciones, incluyendo entre ellos la satisfacción, insatisfacción o
indiferencia de los individuos o grupos involucrados y los motivos por los cuales la
situación resulta insatisfactoria.
Ahora bien, ¿toda situación problemática puede generar un problema que requiera
investigación científica? 
Esta pregunta introduce el tema de la relación entre la investigación, cuyo objetivo consiste
en producir conocimiento y la intervención, cuyo objetivo consiste en incidir en las
situaciones para modificarlas. 
Para resolver una situación problemática, debe realizarse una acción, pero esa acción no
siempre es la realización de una investigación científica.
Toda intervención mantiene alguna relación con el conocimiento y esas relaciones pueden
variar debido a distintas razones. 
Por lo general se interviene en las situaciones problemáticas, aplicando el conocimiento que
se ha obtenido por la experiencia, o por conocimientos teóricos o prácticos adquiridos
anteriormente. Las acciones están en relación/conexión con algún conocimiento que está
siendo aplicado, o son remitidas a él. Este es el caso de un problema de hecho, que no
requiere una investigación para ser solucionado.
A veces para intervenir en la solución de la situación problemática, es suficiente o no hay
otra posibilidad más que recopilar o producir alguna información pertinente, ante la falta de
tiempo o recursos para investigar más a fondo. La necesidad de este nuevo conocimiento no
implica necesariamente que deba encararse un proceso de investigación científica; puede
ser suficiente recurrir a otros conocimientos disponibles sobre el tema. Este es el caso de
los problemas de conocimiento que tampoco requieren la realización de una investigación.
Cuando los conocimientos o la información acumulados no son suficientes para intervenir,
puede considerarse la posibilidad de producir conocimiento científico, entendiendo por tal a
aquel conocimiento que proporciona información válida y confiable de manera sistemática,
sobre un objeto de estudio. Estos son los problemas de conocimiento científico cuya
solución plantea la realización de una investigación.
No hay vinculación necesaria entre el conocimiento científico y la solución de la situación
problemática, ya que el primero es independiente de que se modifique o no la situación que
dio origen al proceso de investigación. La modificación de lo que ocurre pertenece a la
esfera de lo político; la producción del conocimiento científico pertenece a la esfera de la
investigación. Un caso particular es el de las situaciones problemáticas originadas en
lagunas o contradicciones en las teorías disponibles. En ese caso la acción para solucionar
la situación problemática, consiste en investigar.

De la Situación Problemática al Problema de Investigación

La producción de conocimiento científico no soluciona por sí misma la situación 


problemática, aunque puede aportar elementos para su solución. Este aporte se hace
construyendo problemas científicos y dando respuesta a las preguntas con las cuales se
expresan. 
Cuando se emprende un proceso de investigación, es necesario realizar la tarea
metodológica de transformar la situación problemática en problema de investigación (o
problema científico). 
En la construcción de un objeto de estudio, la enunciación del problema de investigación es
el paso siguiente a la descripción adecuada de la situación problemática. El investigador
debe definir las preguntas específicas que buscará contestar a través de la aplicación del
método científico. Debe formular con precisión cuáles serán los interrogantes ya que ellos
serán los que guíen el proceso de investigación. Pasar de una situación problemática a las
preguntas en las cuales se expresa un problema de investigación, significa pasar de un
fenómeno cargado de elementos y connotaciones concretas a una situación de
conceptualización, lo cual implica un proceso de elaboración teórica.
En el proceso que lleva desde la situación problemática al problema de investigación, se
produce un movimiento dialéctico. Cuando se detecta la situación problemática se está en la
esfera de la percepción de lo concreto. La situación problemática es algo concreto, pero un
concreto imposible de ser tratado directamente como objeto de investigación. Sobre ese
concreto hay que trabajar conceptualmente para ir determinando aquello que se va a
investigar, transformándolo en un abstracto concreto, en lo que interesa conocer, en el
objeto que se necesita construir para la investigación (es decir, transformar las intuiciones y
representaciones iniciales en conceptualizaciones).
En el proceso de construcción de un objeto de conocimiento, debe tenerse en cuenta que es
imposible conocer lo infinito (la totalidad del fenómeno); pero esa imposibilidad se supera
mediante la descomposición de los fenómenos en sus elementos para proceder, primero al
conocimiento de cada uno de ellos, y luego, a agregar los conocimientos parciales.
En toda construcción de un objeto de estudio se recurre a criterios de selección, se tienen en
cuenta ciertos elementos, perspectivas teóricas, presupuestos y se desechan otros.
Los elementos que integran una situación problemática tienen un desarrollo teórico,
histórico e ideológico y no se pasa de ellos al problema científico sin hacer ese tránsito de
construcción del objeto de conocimiento que implica todo el trabajo conceptual y de
información.
Las razones por las cuales la situación problemática resulta insatisfactoria pueden ayudar a
identificar algunas categorías de personas, organizaciones, objetos, etc., que están en la
situación, así como cuáles son las disciplinas involucradas en ella. Hay un trabajo
conceptual que consiste en recurrir al conocimiento acumulado hasta el momento sobre
aquello que interesa investigar. Esto aporta el conocimiento de los desarrollos teóricos,
históricos e ideológicos pertinentes, la familiarización con el fenómeno y dará mayor
precisión en la construcción del objeto de investigación. 
Un conocimiento es científico cuando resulta de información válida y confiable, producida
de manera controlada y sistemática sobre un objeto de estudio. Construir el objeto de
estudio no quiere decir achicar, reducir, acotar, simplificar la situación problemática, sino
construirla como objeto de conocimiento. El objeto de estudio se construye teniendo en
cuenta los desarrollos teóricos, históricos e ideológicos de la situación problemática; por lo
tanto no existen problemas científicos aislados, sino que se integran en sistemas de
problemas lógicamente interrelacionados entre sí.
Un problema es una proposición, una representación mental de un estado de cosas. Se
expresa por medio de un enunciado proposicional interrogativo (una pregunta). Ese
enunciado proposicional interrogativo plantea una relación con el conocimiento acumulado,
se lo pone en relación con otros enunciados que deben ser organizados por el investigador.
El problema de investigación, enunciado como una pregunta, delimita y orienta el campo
de la investigación y sus objetivos de conocimiento.
La detección de la situación problemática y su enunciación como problema de
investigación, son momentos cruciales en toda investigación. Problemas bien formulados
permiten tener claridad sobre todos los momentos siguientes del proceso de investigación:
los objetivos de investigación, la referencia teórica (presuposiciones, conocimiento teórico
y empírico acumulado), el área empírica abordada, las hipótesis que se formulan, los
conceptos, dimensiones e indicadores que deben construirse, la unidad de análisis, la
dimensión temporal, la estrategia para producir la información.
El diseño de la investigación se facilita si se ha trabajado bien la situación problemática y la
enunciación del problema. 
No hay preguntas que sean intrínsecamente bien o mal concebidas, depende del sistema de
conocimientos en el cual se formulan. Un problema está bien concebido sí y sólo si ninguna
de sus presuposiciones es un enunciado manifiestamente falso dentro del sistema
conceptual en el que se formula; y es coherente con ese sistema conceptual.
Un problema estará bien formulado, será consistente, adecuado, cuando su trasfondo y
presuposiciones no sean falsos; esté bien determinado, bien definido, bien delimitado.
La pregunta que enuncia un problema, refiere a una variable o a una relación entre
variables; se formula de modo claro e inequívoco y tiene una respuesta única (ya sea que
lleve a una respuesta decisiva o probabilística).
La pregunta nunca puede nacer de la pura ignorancia, si no se sabe nada no se puede
preguntar. Ningún trabajo de investigación parte de cero, como si no existiese ningún
conocimiento sobre el tema o problema en cuestión. De ahí que cuando se emprende un
estudio debe consultarse e informarse sobre lo ya conocido acerca del tema a investigar.
La idea inicial debe transformarse en un problema de investigación que exprese lo que se
quiere conocer formulando una pregunta precisa.
Es importante contar con buena información y conocimiento acerca del tema de
investigación ya que esto permitirá formular preguntas capaces de traducir el objeto de
investigación y luego saber formular el problema con rigor científico. Los conocimientos
sobre el tema influyen y condicionan la calidad de la pregunta.

De la Enunciación a la Formulación del Problema

La formulación del problema es la clave central de la investigación. Es el momento en que


el tema objeto de investigación y la pregunta de partida quedan precisados mediante una
formulación científica. El investigador se apoya en los elementos teóricos recabados para
formular el problema.
La formulación del problema es la estructuración de toda la investigación de tal modo que
cada uno de sus componentes resulte parte de un todo y que ese todo forme un cuerpo que
tenga lógica de investigación. Es importante remarcar que los problemas no surgen, no se
dan espontáneamente; sino que el investigador los construye como objeto.
Formular un problema es caracterizarlo, definirlo, enmarcarlo teóricamente, sugerir
propuestas de solución para ser demostradas, establecer fuentes de información.
Elaborar una buena formulación del problema implica realizar tres operaciones
fundamentales: delimitar, contextualizar y fundamentar (o justificar) el problema que
hemos construido como objeto de estudio.
Una buena formulación del problema implica necesariamente una delimitación del campo
de investigación, establecer claramente los límites dentro de los cuales se desarrollará el
proceso. Delimitar un tema de estudio significa, enfocar en términos concretos el área de
interés, especificar sus alcances y determinar sus límites. Delimitar es identificar todos
aquellos aspectos que son importantes para el desarrollo del proceso y aislar todos aquellos
que no interfieren en el mismo.
El objetivo de delimitar el problema es disminuir el grado de complejidad de la
investigación, para atender solo aquellos aspectos que resultan relevantes en función del
problema enunciado.
Al delimitar el problema, se define exactamente qué es lo que se va a investigar, en qué
tiempo o período, a quiénes se va a investigar y en qué lugar. También deberán precisarse
los alcances y los límites del estudio (es decir hasta donde van a extenderse los resultados
que se obtengan).
A su vez, la descripción del problema implica un desarrollo explícito que contextualice la
situación problemática (causas, consecuencias, variables, contextos y otros aspectos
directos e indirectos que afectan el problema de estudio), ya que para comprender un
problema es necesario analizarlo dentro de su contexto.
Deberá especificarse el contexto en el cual está inserto el problema, las condiciones
sociopolíticas, económicas y culturales que pueden gravitar el problema, estableciendo sus
conexiones con otras líneas o áreas, o la influencia que éstas puedan ejercer sobre el
problema a estudiar. Para ello es necesario conocer los datos, los antecedentes, los
elementos secundarios y toda la información relevante para poder analizarla. Debe incluirse
información relevante cualitativa y cuantitativa sobre la problemática a solucionar,
producto de otras investigaciones.
Para contextualizar el problema puede ser útil responder a preguntas del tipo: ¿Cómo
aparece el problema que se pretende investigar?, ¿Por qué se origina?, ¿Quién o qué lo
origina?, ¿Cuándo se origina?, ¿Cuáles son las posibles causas y consecuencias que
produce el problema?, ¿Dónde se origina?, ¿Qué elementos o circunstancias lo originan?.
Es decir que la contextualización incluye antecedentes históricos, sociales, económicos,
culturales, etc.
También hace falta legitimar el problema como problema de investigación. La autenticidad
de un problema científico la corroboran las referencias de la literatura científica que sobre
el mismo existen. Por eso se requiere una justificación del problema que permita establecer
cuál es el beneficio que se logra en cada dimensión si el problema llega a solucionarse;
especificar la utilidad que podrán tener los resultados que arroje la investigación y predecir
posibles consecuencias que se producirán si no se toman medidas para resolver el problema
observado.
Una buena justificación deberá basarse en evidencias. A mayor número de evidencias de
diferentes tipos y naturaleza, mejor justificado estará el problema de investigación. Las
evidencias pueden ser reportes estadísticos, informes de organismos internacionales,
nacionales y regionales, normativas y prácticas institucionales, estudios o investigaciones
realizadas en otras instituciones similares. Estas son evidencias prácticas que pueden
aportarse para fundamentar el problema. Se requiere explorar y buscar en diferentes fuentes
de información tanto impresas como electrónicas.
Una buena búsqueda en fuentes rigurosamente avaladas brindará certeza de la autenticidad
del problema y permitirá también delimitarlo, precisar las variables, encontrar enfoques de
abordaje, identificar autores o lineamientos de trabajos relacionados.
Como parte de la legitimación del posible problema como problema de la ciencia, se
requiere de su ubicación en un sistema de referencias temáticas que por una parte viabilicen
la búsqueda de fuentes autorizadas y por otra parte permitan precisión de las variables
implicadas en el estudio que se realizará.
Raúl Gomez Alonso

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