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Guy Trobas “Tres respuestas del sujeto ante la angustia: inhibición, pasaje al acto y
acting out”
Lacan: este afecto radical, la angustia, es el afecto de la estructura como tal, en particular de
lo que en dicha estructura no puede estar simbolizado, lo que resiste a la simbolización, el
objeto a. en otros términos, la angustia, al referirse al objeto a, es un afecto que revela la
verdad de lo simbólico como incompleto, y que pone en tela de juicio la verdad del deseo del
sujeto en la medida en que dicho objeto ocupa la función de la causa en dicho deseo.
Lacan, también puntuó los acontecimientos de mayo del 68´que constituyo una gran fuente de
inspiración y reflexión en el seminario que dicto en el 69´y 70´. Es precisamente en ese
periodo que se atrevió a decir algo muy provocador que iba mucho mas alla; cuyo paradigma
es el famoso “prohibido prohibir”, el cual tomo en cuenta justamente el ocaso del padre.
Resumiendo a Lacan, nos habla de la “dehiscencia” que denota cuando algo se reduce, se
estrecha, se seca. La dehiscencia de un grupo familiar en el seno de la sociedad, nos habla
de la reducción del grupo familiar a la forma conyugal, y nos habla tambien de la inestabilidad
y caducidad creciente de la autoridad del padre en el interior, y en el exterior de la familia. Es
decir, que con la reducción del grupo familiar el padre pierde tambien su poder económico y
consecuentemente nos habla de una alteración de la formación del Ideal del Yo y de una
nueva complejidad del superyó, y todo esto, a favor de lo que se llama una subducción
narcisista de la libido, es decir, una inflación narcisista del yo. Es esto lo que va a favorecer el
individualismo, las relaciones de rivalidad, de seducción y que, según Lacan va a ofrecer una
toma privilegiada para los ideales utilitarios y de consumo de orden económico.
Mas tarde, examino dicha problemática por otro sesgo, es decir la articulación de la
subjetividad moderna con las leyes del mercado. Su punto de partida es el discurso del amo
antiguo. Este discurso es también el discurso del inconsciente freudiano. En ese discurso se
puede leer como el saber, arregla el goce, y como en este arreglo hay un efecto de perdida
referido a la ley simbólica, es decir, a la función del Nombre del padre que estructura el saber.
En el discurso del inconsciente el S es el significante amo, S es el sujeto del inconsciente y A
es el objeto causa de deseo. Se debe decir que la constitución del saber esta marcada por
una perdida a nivel de goce en su sentido general, es decir, que en el vinculo que se
establece entre el sujeto y el significante se pierde algo de un goce mítico u original.
Desde otro sesgo, se podría decir que un primer momento el goce esta por todas partes, y en
un segundo momento se produce una localización de las fuentes de goce que llamamos las
pulsiones parciales o las zonas de las pulsiones parciales, es decir que se localiza el goce en
ciertas zonas. Por eso el objeto A es a la vez un efecto de perdida respecto de un goce como
el paraíso perdido y también, es un plus, un mas de goce por medio del cual de cierta
manera, con esta producción del sujeto recupera un goce localizado.
Este nuevo tratamiento de goce, desemboca en lo que llama una producción extensiva por
consiguiente insaciable, de la falta de goce. Una falta que se alimentara de objetos incapaces
de proporcionar un goce que pueda satisfacerla (riesgo de atrasar la producción). NUEVA
LEY QUE VA A ARITUCULAR EL GOCE CON LO SIMBOLICO, REEMPLAZANDO LA LEY
EDIPICA.
Síntomas modernos: destacando dos puntos 1)son síntomas solamente al tomar el termino en
significación general, en el sentido que el síntoma es el resultado del mecanismo represión-
retorno de lo reprimido. Y es precisamente esta formulación la que le permite reconocer que
haya patologías sin síntomas. 2)está claro que la mayoría tiene una relación intima con la
angustia, como lo vemos con la depresión. La misma, como mas alla de la angustia, cuando
el sujeto no logra resolverla y solo quiere protegerse de ella.
El punto de partida es la concepción del síntoma que Freud introduce “síntoma como defensa
y no solamente del síntoma como signo y satisfacción pulsional”. Pero ¿contra que es la
defensa? La definición lo indica, al decir que los síntomas son formados con el objetivo de
evitar la situación de peligro señalada por el desarrollo de la angustia, situación de peligro
interno puesto que se trata de la amenaza del goce pulsional. Luego Freud precisa la
naturaleza como sufrimiento subjetivo provocado por la angustia; se trata de lo que implica la
expresión angustia de castración. La misma, es siempre lo que esta en juego en última
instancia en todas las formas de angustia, no solamente se trata de la angustia de morir sino
que, se circunscribe a la perdida que para ella es equivalente a la del hombre, es decir, no a
la pérdida del objeto fálico sino a la pérdida del amor, por parte del objeto que la hace fálica.
Afirma que la angustia de castración es mayor motor de la represión, mas decisivo, mas
amplio que la función del superyó. Esta nueva precisión le permite ahora enfatizar en otra
vertiente del superyó, es mas bien el agente del sentimiento de culpa y del auto castigo, o de
la necesidad de castigo. Dicha necesidad es justamente subyacente en muchos pasajes al
acto.
¿Qué es la represión? La represión bien conseguida se distingue de los otros mecanismos de
defensa al tratar de una manera mas eficaz a la angustia, por mas eficaz hay que entender
que primero la elabora, la transforma y en consecuencia baja su nivel. Segundo este
mecanismo de la represión como tal opera sin invalidar o invalidando menos.
Sabemos con Freud que hay un agente constante que actua a este nivel, este es el padre, en
su doble vertiente para ambos sexos: objeto de amor y deseo, y sujeto que prohíbe o que
rehusa. Desde Lacan, esta función de agente radica en la manera según la cual el padre real
va a cumplir, va a actuar o concretizar la función simbolica y mediatizar los rasgos del padre
imaginario.
La historia de la clínica psiquiátrica del niño plantea una serie de cuestiones: por un lado se
trata de un campo de observación casi tan antiguo como el de la clínica psiquiátrica del
adulto; por otra parte, se puede considerar que la clínica especifica del niño , con sus
concepciones propias, no se estableció realmente hasta 1930.
a-el retraso mental como única enfermedad infantil: el primer periodo cubre los tres primeros
cuartos del siglo XlX. Consagrado a la discusión de la nocion de retraso mental bajo el
nombre de idiocia, se trata de un concepto que marca un momento capital en la formación de
la psiquiatría del adulto.
Pinel la define como: una obliteración de las facultades mentales y afectivas en su conjunto,
en la que el sujeto queda reducido a una existencia vegetativa con algunos restos de
manifestaciones psicológicas: ensueños, sonidos mal articulados, gritos de excitación. Este
estado podía ser adquirido, y por lo tanto curable, o congénito e irreversible. Este autor lo
OPONIA a la demencia, abolición del pensamiento y juicio, del delirio general maniaco y del
delirio parcial melancólico.
Se introduce de esta manera una división entre la locura propiamente dicha, la locura del
adulto que hasta ese momento de su vida ha mostrado una apariencia normal, y una
enfermedad congénita o adquirida tempranamente en la infancia. Aquí puede reconocerse el
primer concepto de una psiquiatría del niño y el único de la psiquiatría moderna del niño
vigente en esta época.
Desde Esquirol la descripción clínica de la idiocia es COMPLEJA y DIVERSIFICADA. Esto
permite distinguir grados dentro de esa afección: 1-el idiota propiamente dicho, 2-el retrasado
mental profundo relegado a la vida vegetativa y 3-el imbécil que posee una vida psicológica
grosera y un lenguaje elemental.
La idiocia de Esquirol es una descripción objetiva. El idiota es aquel que no ha podido adquirir
los conocimientos que se adquieren normalmente a través de la educación. Lo que lo
DIFERENCIA del demente es que este último es “un rico convertido en pobre” mientras que el
idiota siempre ha padecido el infortunio y la miseria, siempre hablando en plano intelectual.
Los autores de este periodo no creen en la existencia de locura en el niño. La locura del niño
es entonces durante este primer periodo, la idiocia con el agregado de problemas epilépticos
bien estudiados. Por el contrario, lo que va a ser objeto de discusión es el grado de
irreversibilidad del retraso mental: dos posiciones. 1-la posición oficial de Pinel y Esquirol para
quienes el déficit es global y definitivo y el pronóstico enteramente negativo. 2- y la de los
educadores de idiotas (Seguin y Delasiauve) quienes la mayor parte de las veces hablan de
un déficit parcial que comprometen el conjunto del desarrollo mental cuando se usa la
modalidad tradicional de educación, pero dejan abiertas grandes posibilidades en caso de que
se utilice el método de educación especial.
b-la locura (del adulto) en el niño: el segundo periodo comienza durante la segunda mitad del
siglo XlX pero no se manifiesta hasta fines de 1880 con la publicación de la primera
generación de tratados de psiquiatría infantil en lengua francesa, alemana e inglesa. Esta
etapa se caracteriza por mostrar la constitución de una clínica psiquiátrica del niño calcada
esencialmente de la clínica y nosología elaboradas para el adulto durante ese mismo periodo.
En esta época se constituye la clínica clásica en psiquiatría de adultos a partir del cambio que
en ella imprimen Falret y Morel.
Enseguida la clínica se vuelve etiopatogenica, es decir que cada grupo de entidades clínico-
evolutivas debe poder apoyarse sobre una constelación de causas y mecanismos patológicos
típicos dentro de una concepción medica y somatista de los problemas mentales conocidos
como enfermedades del cerebro.
Esta es la época en que junto con lo estados toxicos surge la etiológica particular, el
agotamiento, al que se vinculan al fracaso escolar y el onanismo, temas de innumerables
estudios en la patología mental del adolescente. De todas maneras en un 1er momento la
psiquiatría infantil, seguirá siendo una curiosidad y un campo complementario de la clínica y la
teoría psiquiátricas del adulto y no un verdadero campo autónomo de investigación.
Solamente llegando al nuevo siglo, la psiquiatría infantil podrá disponer de nociones con
verdadero valor heurístico tomadas de la investigación clínica.
La segunda generación de tratados de psiquiatría infantil, los aparecidos entre 1910 y 1925,
es el resultado de ese cambio. Los trabajos de esta época retoman de Kraepelin y las
modalidades generales de su nosología. También toman la concepción de grandes
afecciones endógenas como la epilepsia, la demencia precoz. Entre las nuevas mociones
etiológicas del retraso, progresivamente va a destacarse una entidad particular, planteando un
importante problema conceptual: “demencia precocísima”. Se trata de la aparición a partir de
los 3 o 4 años de un estado de morosidad e indiferencia con negativismo, conductas
oposicionistas y problemas afectivos que se acompañan de disgregación del lenguaje y
problemas motores.
De este periodo proviene la noción moderna de psicosis infantil y los problemas que se
relacionan con ella.
c-el nacimiento de una clínica psiquiátrica infantil: el tercer periodo comienza en 1930 y
continua hasta la actualidad. Plantea un problema difícil ya que todavía no es evisdente que
se trate de una clínica psiquiátrica del niño. No se trata entonces de una etapa que comience
con la finalización de la investigación clínica del adulto, momento en el cual la investigación
psicopatológica es tomada por el psicoanálisis.
Lo que caracteriza esta, es la influencia dominante que ejercen las ideas psicoanalíticas sobre
la clínica de la infancia. El descubrimiento de que toda manifestación psicopatológica es el
resultado de un conflicto psíquico y que este conflicto repite la historia infantil del sujeto toma
una resonancia dentro de la clínica de niños. Muchas manifestaciones patológicas pueden a
partir de aquí, ser comprendidas mediante el modelo de la histeria como formas de
conversión o expresión sustitutiva de dificultades que se le presentan al niño en su vida
interior o en su relación con el medio.
Esta nueva etapa se caracteriza por contar con la colaboración de pediatras lo cual justifica
denominarla la epata de la psiquiatría infantil. Aparece asi una clínica nueva muy rica. Se abre
un inmenso campo: enfermedades psicosomáticas, problemas de conducta, etc.
Medio siglo mas tarde, como consecuencia de la obra de Freud, lo “nervioso” sufre un cambio
pasando a significar un trastorno psicógeno.
El funcionalismo vigente permite tanto esta integración como la penetración fácil y rápida, o
mejor dicho la inclusión armónica de las tesis psicoanalíticas. El funcionalismo mas que un
cuerpo doctrinado es un espíritu, un enfoque íntimamente inscripto en la vida. Lo que
caracteriza al funcionalismo es la idea de que el organismo es un TODO cuerpo-espiritu
comprometido es una tarea permanente de ajuste a su ambiente. En este marco, el psiquismo
es una función de mediación entre el ambiente y las necesidades del organismo.
Meyer, piensa la enfermedad mental como: una conducta que tiene una funciony un sentido
relacionado con la historia del paciente, su trayectoria pasada, su situación presente y con
sus capacidades psicológicas, incluido lo referente a lo somatico y lo cerebral.
Desde este momento, el progreso de la clínica psicopatológica del niño se produjo
esencialmente a partir de los estudios psicoanalíticos y se hace cada vez mas difícil separarlo
de los esfuerzos psicoterapéuticos en este campo. La clínica psiquiátrica infantil construida
sobre bases diferentes, ha podido integran las características de la patologia de su campo
especifico sobre bases distintas: por un lado su estrecha relación con el desarrollo psíquico
del niño y por otra parte, la variabilidad que posee la estructura mental del niño. Ambas
explican el fracaso de los métodos clásicos en la clínica infantil.
d-marco teorico y metodología clínica: si realizamos una mirada de conjunto del proceso
histórico y sus tres periodos, se inscribe una realidad: la importancia de las concepciones y
teorías psicológicas en las que se inscribe la clínica psiquiátrica del niño a lo largo de su
desarrollo. Lo que la determina es la mirada que tienen sobre la infancia, la concepción que
tienen acerca de su desarrollo y del papel del mismo en la formación del adulto.
El desarrollo histórico va a permitir hacer visible una condición secreta de alguna manera
oculta, ya que ella nos interroga en lo que concierne al adulto, acerca del sustento psicológico
que tambien podría guiar lo clínico. La moderna clínica del niño tal como se constituyo hace
mas de medio siglo sobre bases autónoma, impregnadas de conceptos psicoanalíticos, ofrece
a la psicopatología un pensamiento y una conceptualización muy apartados de los
paradigmas médicos que siguen marcando la clínica del adulto. No llama la atención que la
clínica psiquiátrica infantil tenga un papel central y de apertura para el resto de la clínica.
“El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se nos revela en la
experiencia psicoanalítica” Lacan.
La cría de hombre , a una edad en que se encuentra a por poco tiempo, pero todavía un
tiempo, superado en inteligencia instrumental por el chimpancé, reconoce ya sin embargo su
imagen en el espejo como tal.
Este acto, en efecto, lejos de agotarse, como en el mono, en el control, una vez adquirido, de
la inanidad de la imagen, rebota en seguida en el niño en una serie de gestos en los que
experimenta lúdicamente la relación de los movimientos asumidos de la imagen con su medio
ambiente reflejado, y de ese complejo virtual con la realidad que reproduce, o sea con su
propio cuerpo y con las personas, incluso con los objetos, que se encuentran junto a él.
Basta para ello comprender el estadio del espejo como una identificación: a saber, la
transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen, cuya predestinación a este
efecto de fase está suficientemente indicada por el uso, en la teoría, del término antiguo
imago.
El hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente por el ser sumido todavía
en la impotencia motriz y la dependencia de la lactancia que es el hombrecito en ese estadio
infans, nos parecerá por lo tanto que manifiesta la matriz simbólica en la que el yo se precipita
en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro y
antes de que el lenguaje le restituya en lo universal su función de sujeto.
El punto importante es que esta forma sitúa la instancia del yo, aun desde antes de su
determinación social, en una línea de ficción, irreductible para siempre por el individuo solo; o
más bien, que sólo asintóticamente tocará el devenir del sujeto, cualquiera que sea el éxito de
las síntesis dialécticas por medio de las cuales tiene que resolver en cuanto yo [je] su
discordancia con respecto a su propia realidad. Es que la forma total del cuerpo, gracias a la
cual el sujeto se adelanta en un espejismo a la maduración de su poder, no le es dada sino
como Gestalt, es decir, en una exterioridad donde sin duda esa forma es más constituyente
que constituida, pero donde sobre todo le aparece en un relieve de estatura que la coagula y
bajo una simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que se
experimenta a sí mismo animándola. Así esta Gestalt, cuya pregnancia debe considerarse
como ligada a la especie, aunque su estilo motor sea todavía irreconocible, por esos dos
aspectos de su aparición simboliza la permanencia mental del yo al mismo tiempo que
prefigura su destinación alienante; está preñada todavía de las correspondencias que unen el
yo a la estatua en que el hombre se proyecta como a los fantasmas que lo dominan, al
autómata, en fin, en el cual, en una relación ambigua, tiende a redondearse el mundo de su
fabricación.
Para las imagos, la imagen especular parece ser el umbral del mundo risible, si hemos de dar
crédito a la disposición en espejo que presenta en la alucinación y en el sueño la imago del
cuerpo propio, ya se trate de sus rasgos individuales, incluso de sus discapacidades, o de sus
proyecciones objetales, o si nos fijamos en el papel del aparato del espejo en las apariciones
del doble en que se manifiestan realidades psíquicas, por lo demás heterogéneas.
La función del estadio del espejo se nos revela entonces como un caso particular de la
función de la imago, que es establecer una relación del organismo con su realidad; o, como
se ha dicho, del Innenwelt con el Umwelt. Pero esta relación con la naturaleza está alterada
en el hombre por cierta dehiscencia del organismo en su seno, por una Discordia primordial
que revelan los signos de malestar y la incoordinación motriz de los meses neonatales. La
noción objetiva del inacabamiento anatómico del sistema piramidal, como de ciertas
remanencias humorales del organismo materno, confirma este punto de vista que formulamos
como el dato de una verdadera pre maturación específica del nacimiento en el hombre.
Este momento en que termina el estadio del espejo inaugura, por la identificación con la
imago del semejante y el drama de los celos primordiales, la dialéctica que desde entonces
liga al yo con situaciones socialmente elaboradas. Es este momento el que hace volcarse
decisivamente todo el saber humano en la mediatización por el deseo del otro, constituye sus
objetos en una equivalencia abstracta por la rivalidad del prójimo, y hace del yo ese aparato
para el cual todo impulso de los instintos será un peligro, aun cuando respondiese a una
maduración natural; pues la normalización misma de esa maduración depende desde ese
momento en el hombre de un expediente cultural: como se ve en lo que respecta al objeto
sexual en el complejo de Edipo.
El término "narcisismo primario" con el que la doctrina designa la carga libidinal propia de ese
momento revela en sus inventores, a la luz de nuestra concepción, el más profundo
sentimiento de las latencias de la semántica. Pero ella ilumina también la oposición dinámica
que trataron de definir de esa libido a la libido sexual, cuando invocaron instintos de
destrucción, y hasta de muerte, para explicar la relación evidente de la libido narcisista con la
función alienante del yo con la agresividad que se desprende de ella en toda relación con el
otro, aunque fuese la de la ayuda más samaritana.
En el estadio del espejo el niño puede reconocerse en una imagen, saber que es el mismo y ello es
visto como una capacidad del niño. Frente a la inmadurez biológica esa imagen se unifica. Y de esa
manera el niño puede apropiarse de la imagen e identificarse unificado.
Masotta habla de datos propioceptivos. Este estadio de identificación del niño significa que reprime o
sofoca esos datos propioceptivos (sensación de cuerpo fragmentado). Aparece la oposición entre la
unidad constitutiva narcisista de la imagen omnipotente y la verdad de esa imagen, que es el cuerpo
despedazado. Y a partir de aquí pasamos al estadio del espejo. El niño puede acceder a la imagen en
tanto tal , lo que quiere decir que es capaz de desdoblar el espacio en imaginario y real. El espejo es tal
espejo para el niño.
El niño a esa edad ni siquiera esta aun mielinizado. Entonces pareciera como que el nenito esta
adelantado mentalmente, llamando mental a esta capacidad de desdoblar el espacio en imaginario y
real. Para Lacan esto es una matriz que esta constituida por una primera oposición: adelanto
mental/inmadurez biológica. Es verdad que lo que hay delante del espejo es una oposición entre la
unidad guestaltica de la totalidad de su propio cuerpo en la imagen, y los datos propioceptivos que
provienen de sus vísceras, sus articulaciones, etc.
Del lado de la imagen hay una unidad, mi figura como una totalidad aprehensible. El nenito le dice si a
su propia imagen y sonríe “estoy unificado”. Esto seria a nivel de la imagen, mientras que es su interior
esta destrozado. El sujeto reprime los datos propioceptivos para alienarse en su unidad imaginaria. Se
identifica a la unidad imaginaria guestaltica especular. Para Lacan esta es una matriz en la que se
constituye el yo. El yo es su constitución seria el resultado de esa alienación que es defensa contra el
cuerpo despedazado.
Cuando uno habla de identificación en psicoanálisis dice dos cosas al mismo tiempo: que el sujeto
distingue perceptos, uno de otro y es capaz de distinguir una imagen, que es la suya. Lacan dice que
podemos ubicar como una etapa que sucede a esta del acceso del niño a su propia imagen especular y
el desdoblamiento del campo es imaginario y real, otra cuya novedad es que la imagen especular se
pondría a caminar y saldría del espejo. ¿Quién es el que aparece afuera como otro, imagen especular?
Es otro nenito que aparece en el campo. Lacan llama a esta etapa de identificación con el semejante,
un nenito es para otro nenito como la propia imagen del espejo que se salió del espejo y se puso en el
campo real. Se produce la aparición en el campo real de dos “unos” porque el otro nenito soy yo
mismo. Es esta relacion de identificación hay una enorme carga de transitivismo. Este es un grado de
identificación muy alto: significa que las formas transitas. Es la época en que necesita al otro para
determinarse a si mismo, pero en tanto su identifique con él.
En esta nueva etapa lo imaginario sigue perteneciendo al espejo, con su unidad, pero lo real ahora esta
como duplicado. Tenemos al sujeto que propioceptivamente sigue sintiéndose atomizado, pero
identificándose con otro que esta unificado. Hay un real uno y un real dos. De este desdoblamiento
deberá surgir el tercer campo, sin el cual no hay reflexión en cualquier nivel teórico: el campo de lo
simbólico.
Los datos propioceptivos, ese cuerpo fragmentado, etc. se expulsa al otro para conversar la unidad, la
unificación (conservar la unidad del yo). Por ende hay agresión porque se necesita expulsar los datos
atomizados de la alienación yoica. En la teoría lacaniana el sujeto agrede porque hay una relacion de
identificación a otro que es igual a él; y no porque el otro no le dio lo que necesitaba.
¿Qué es una metáfora? Una metáfora es la sustitución de un significante por otro significante, creando
una nueva significación. Lacan se pregunta qué es el padre, no en la familia, sino en el Complejo de
Edipo y para responder esto aplica la noción de metáfora a la función paterna y la llama Metáfora
paterna.
La metáfora paterna
A “la metáfora paterna concierne la función del padre”, la función padre no tiene nada que ver con la
ausencia o presencia física del padre, es decir, no interesa si el padre de un sujeto viajaba mucho y lo
abandonaba o tenía problemas con la madre, el Edipo se constituye también, cuando el padre esta
ausente, el padre existe incluso sin estar. El padre siempre esta en el Complejo de Edipo. Al comienzo
en el fundamento del complejo de Edipo, el padre esta vinculado a la prohibición del incesto, prohíbe
la madre, el es el encargado de representar esta prohibición. Esto es el padre como función “el padre
es el padre simbólico” y la manera de precisar mejor la noción de padre simbólico es sosteniendo que
es una metáfora y una metáfora es lo que en psicoanálisis se denomina “identificación” a diferencia de
una “comparación”, por identificación un significante viene en lugar de otro significante. “El padre es
un significante que sustituye a otro significante”, la clave está en la sustitución, la metáfora paterna es
una sustitución por identificación. El padre ocupa el lugar de la madre:
MADRE MADRE
PADRE X
Esto es equivalente a:
S $
$´ X
La madre esta vinculada al significado que no se conoce X, este significante es lo que la madre quiere,
esto es el falo, por eso el padre puede ocupar el lugar de la madre. La formula que construye Lacas es:
S (1 )
S S´
S´
S´ X
A: es ese otro
Por la elisión del deseo de la madre se engendra el sentido, la “significación del sujeto”. El Nombre-del-
Padre marca su presencia en la madre, se apoya en la castración de ella y hace posible el sentido. Hay
falla en la madre y por eso el hijo tiene significación de falo. La metáfora paterna viene con la eficacia
de la ley a marcar un vacio constitutivo en el sujeto.
La función del complejo de Edipo es la virilidad o la feminización que le da al sujeto. El Edipo implica
hablar de función paterna. Lacan plantea 3 tiempos lógicos del Complejo de Edipo y son lógicos porque
no siguen una cronología particular, aquí se va a desarrollar la vertiente diacrónica de la metáfora
paterna.
El niño comienza como un súbdito: esta sometido a la ley materna que es caprichosa e
incontrolada, Lacan dice que recibe el mensaje en bruto de la madre porque no hay
intermediario en esa relacion.
Aquí el padre aparece como velado pero velado para el niño porque no lo tiene en cuenta.
Es una relacion del ideal del niño con la madre donde él es para la madre todo lo que ella
desea y viceversa; pero el niño comienza a ver que hay algo mas alla de el a lo que ella le da
vueltas.
Aquí la metáfora paterna actua en si, porque es el Nombre del Padre el que abre del lado de la
madre un deseo mas alla y habilita a desear y a significar ese deseo de la madre (decir que la
madre desea tal cosa).
El niño se pregunta qué es eso que hace que la madre maya y vuelva y que va mas alla de el. Y
como respuesta a esta incógnita aparece el FALO, es decir que el niño significa al deseo de la
madre con el falo.
2 formulas:
N + DM + & //NP
Esta representa la relacion del niño con el deseo de la madre y ubica al falo como objeto de deseo de
la madre. El + & significa que el niño se identifica con el falo imaginario de su madre como objeto de
deseo. //NP significa que el padre esta velado.
DM
(NP).
X=&
Esta significa que el Nombre del Padre habilita al falo como aquello que significa el deseo de la madre.
Es nodal y negativo: nodal porque articula el primer y el tercer tiempo. Y negativo porque el
niño se desprende de la identificación con el falo imaginario (es decir el objeto de deseo de la
madre) por actuación del Nombre del Padre.
El padre:
- Aparece como privador: priva a la madre de algo que no tiene (el falo)
-Interviene sobre el discurso de la madre
-Morigera y ordena el deseo materno
-Enuncia un mensaje de interdicción
-Enuncia una doble prohibición del incesto: para la madre (no reintegraras tu producto) y para el hijo
(no te acostaras con tu madre)
-Aparece como el portador de la ley
-Hace de obstáculo entre la relacion madre-hijo
La ley aparece por primera vez asi: detrás de la madre hay un orden simbolico del cual ella
depende. El deseo de la madre esta mediado por el padre simbolico. La madre depende de un
0bjeto que el Otro tiene o no.
Aquí el significante del NP tacha el deseo materno y priva a la madre del objeto de su deseo
(que es el falo) la priva de algo que ella no tiene.
El punto esencial esta en que el niño acepte o rechace la privación de la madre del objeto de
su deseo. El niño tiene que aceptar o rechazar que es el padre quien priva a la madre del
objeto de su deseo. Se trata para el niño de ser o no ser el falo, porque si rechaza la privación
de la madre eso lo lleva a identificarse con ese objeto.
El falo se negativiza porque aparece como falta en la madre.
El falo como objeto de deseo materno pasa a ser para el niño un objeto simbolico porque en
tanto que le falta a la madre es elevado como significante de la falta y del deseo.
Es el padre del “no”, el que introduce la dimensión de la falta
Punto esencial: para que el padre pueda intervenir como interdictor y privador, es
fundamental atender a la relacion que tiene con la madre con la palabra del padre, es decir
que la madre tiene que dar lugar a la palabra del padre, tiene que introducir y establecer al
padre como quien dicta la ley y como aquel que esta mas alla de su ley caprichosa.
Formula:
NP DM
DM . X=-&
Aquí el NP tacha al DM y la priva de su objeto imaginario, es por esto que el falo se negativiza; porque
aparece como falta en la madre. Aquí el niño es forzado a salir del lugar del falo imaginario de la madre
porque no puede colmar su deseo porque es del Otro (el padre). Esto ocurre a nivel de la castración,
cuando el padre del “no” empieza a prohibir que el niño duerma en la cama con la mama o cierra la
puerta de su habitación para que el niño no entre.
Entonces en el primer tiempo el padre aparece como velado (para el niño), en el segundo tiempo
aparece privador y en el tercero aparece como dador. Es importante no confundir esto (que son las
tres formas o versiones del padre) con los tres registros del padre.
Por otra parte, el vínculo educativo tiene una función civilizadora ya que es el encargado de sacar al
hombre de la barbarie primitiva, como dice Alain. La función civilizadora de la educación permite
regular el goce, entendiendo a este como lo malo, lo mas inhumano del sujeto, para transformarlo en
ciudadano, pero permite que el goce entre en el vinculo social, siempre y cuando lo haga de acuerdo a
los modos aceptados socialmente.
Los saberes, la educación y la cultura son el único modo de hacer habitable la vida. La oferta verdadera
es la de un marco que incluye un vacio, sobre el cual se asienta el vinculo, como lugar necesario para
permitir alojar la particularidad del sujeto y asi darle la posibilidad de hacerse con los contenidos
culturales. Este marco lo sostiene el educador que da un tiempo, que atiende a la particularidad del
sujeto y no lo borra con ofertas preestablecidas a modo de respuestas estándar. En el lado del
educador esto implica tolerar un cierto “no-saber” que es estructurante.
El valor que se le asigna a la pregunta es que ella, da lugar al otro, no lo borra de la educación ni
mucho menos lo deja como “objeto”. Como sabemos la pregunta es el motor para lograr un saber. El
maestro ha de sostenerse frente a ese “no saber” del sujeto de la educación, es decir, el agente de la
educación se nutre de las preguntas del otro. Y para ello deberá dejar pensar su saber para dar lugar a
las preguntas.
“El vinculo educativo entrelaza lo azaroso del recuerdo y del olvido, abriendo de esta manera las
posibilidades de lo inédito”.
En su texto parte hablando que muchas veces el fracaso escolar puede intervenir como factor
desencadenante de un problema de aprendizaje. La autora sostiene que el fracaso escolar es una
respuesta reactiva a la situación escolar. Por ello el fracaso escolar para la autora (Alicia Fernández) se
distingue según su causa:
Síntoma e inhibición: los síntomas provienen de la estructura individual y familiar del sujeto. El
problema de aprendizaje que es un síntoma o inhibición afectara la dinámica de articulación entre
niveles de inteligencia, el deseo, el organismo y el cuerpo por parte de la estructura simbólica
inconsciente. Para descubrir su significado deberemos descubrir la funcionalidad del síntoma dentro
de la estructura familiar y acercarnos a la historia individual del sujeto a la observación de tales niveles
operando. Este requiere tratamiento psicopedagógico para destapar la inteligencia y movilizar la
circulación patológica del conocimiento en su grupo familiar.
Problema de aprendizaje reactivo: Las causas son externas a la estructura familiar e individual del que
fracasa en aprender. Afecta al aprender del sujeto en sus manifestaciones, sin llegar a atrapar a la
inteligencia: generalmente surge a partir del choque entre el aprendiente y la institución educativa
que funciona expulsivamente. Este en su mayoría, no requiere tratamiento psicopedagógico, pero la
intervención psicopedagogo iría dirigida a la institución educativa.
UNIDAD 3
Comienza hablando de la angustia como un estado afectivo. Sin embargo, los neuróticos
sienten una angustia mas fuerte que los otros.
Distingue una angustia real por oposición a una angustia neurótica. La angustia real aparece
como algo muy racional y comprensible, de ella Freud dira que es una reacción frente a la
percepción de un peligro exterior, es decir, de un daño esperado, previsto. Va unida al reflejo
de huida y es licito ver en ella una manifestación de la pulsión de autoconservacion. Las
oportunidades en que se presente la angustia dependerá como es natural, del estado de
nuestro saber y de nuestro sentimiento de poder respecto del mundo exterior. El juicio según
el cual la angustia real es racional y adecuada debe revisarse a fondo. En efecto la única
conducta adecuada frente a un peligro que se cierne seria la fría evaluación de las propias
fuerzas comparadas con la magnitud de la amenaza y decidirse por lo que prometa un mejor
desenlace: si la huida o a la defensa o aun el ataque, llegado al caso.
Si la angustia alcanza una fuerza desmedida resulta inadecuada en extremo: paraliza toda
acción, aun la de la huida. Por lo común, la reacción frente al peligro consiste en una mezcla
de afecto de angustia y acción de la defensa.
Creo tan solo que la angustia se refiere al estado y prescinde del objeto, mientras que el
miedo dirige la atención justamente del objeto. En cambio el terror, parece tener un sentido
particular, pone en resalto el efecto de un peligro que no es recibido con apronte angustiado.
“el hombre se protege del horror mediante la angustia”.
En cuanto al afecto de la angustia creemos conocer cual es esa impresión temprana que él
reproduce en calidad de repetición. Decimos que es el acto de nacimiento en el que se
produce ese agrupamiento de sensaciones displacenteras mociones de descarga y
sensaciones corporales que se ha convertido en el modelo para los efectos de un peligro
mortal y desde entonces es repetido para nosotros como un estado de angustia.
La angustia neurótica: hallamos en primer lugar, un estado general de angustia por asi decir
una angustia libremente flotante. Esta dispuesta a prenderte del contenido de cualquier
representación pasajera, influye sobre el juicio, acecha la oportunidad para justificarse.
Llamamos a este estado “angustia expectante” o “expectativa angustiada”. Un grado llamativo
de angustia expectante corresponde, por regla general, a una afección neurótica que ha
llamado “neurosis de angustia” e incluyo entre las neurosis actuales.
Una segunda forma de la angustia diferencia de esta, esta mas bien ligada psíquicamente y
anudada a ciertos objetos o situaciones. En la angustia de las “fobias” de enorme diversidad y
a menudo muy extrañas. Freud diferencia 3 grupos: muchos de los objetos y situaciones
temidos tienen tambien para nosotros, normales, algo de ominoso, una dimensión de peligro y
por eso tales fobias no nos parecen inconcebibles aunque si muy exageradas. En un segundo
grupo, reunimos los casos en que sigue habiendo una dimensión de peligro, pero solemos
minimizar y no anticipar ese peligro. Entre ellos se cuentan la mayoría de las fobias a una
situación. La angustia en las fobias es directamente abrumadora. El tercer grupo de fobias
que ya esta fuera de nuestra comprensión. Cuando la angustia impide a un hombre fuerte
adulto a atravesar una calle o una plaza, en cuanto a este se nos impone esta única
explicación: se comporta como un niño pequeño.
Las dos angustias aquí descriptas (la angustia expectante, libremente flotante y la unida a las
fobias) son independientes entre si. Solo por excepción se presentan juntas. Un estado de
angustia general no necesita manifestarse en fobias. Muchas de las fobias, se adquieren solo
a edad madura, sin embargo otras (ej. Miedo a la oscuridad) , pueden haber existido desde el
comienzo. Las de primer tipo tienen la dimensión de enfermedades graves, y las segundas
aparecen mas bien como rarezas, caprichos. (se incluyen todas estas fobias en la histeria de
angustia)
La tercera de las formas de angustia neurótica nos plantea un enigma: perdemos totalmente
de vista el nexo éntrela angustia y la amenaza del un peligro.
Si hay angustia, tiene que existir tambien algo frente a lo cual uno se angustie.
El enlace buscado si tomamos como premisa la oposición, tantas veces aseverada entre Yo y
libido. El desarrollo de la angustia es la reacción del Yo frente al peligro y la señal para que se
inicie la huida esto nos sugiere la siguiente concepción: en el caso de la angustia neurótica e,
Yo emprende un idéntico intento de huida frente al reclamo de su libido y trata este peligro
como si fuera externo.
Tambien el desarrollo de la angustia neurótica cede el paso a la formación del síntoma, que
produce ligazón de la angustia. La angustia que significa una huida del yo frente a su libido no
puede haber nacido sino de esa libido misma. Es la dimensión tópica del desarrollo de la
angustia la que todavía nos resulta oscura, la clase de energías anímicas que son
convocadas y los sistemas psíquicos desde los cuales lo son.
Resumen de las observaciones acerca del estado de angustia en los niños: la angustia infantil
tiene muy poco que ver con la angustia realista y en cambio, se emparienta de cerca con la
angustia neurótica de los adultos. Como esta se genera a partir de una libido no aplicada y
sustituye al objeto de amor, que se echa de menos por un objeto externo o una situación.
En las fobias ocurre lo mismo que en la angustia infantil, una libido que permanece inaplicable
se trasmuda a una aparente angustia realista y de ese modo, un minúsculo peligro externo de
erige como subrogación de los reclamos libidinales.
La represión corresponde a un intento de huida del yo frente a la libido sentido como peligro.
La fobia puede compararse a un atrincheramiento contra el peligro externo que subrroga
ahora a la libido temida. Ya freud nos ha hablado de la “contrainvestidura” que el Yo gasta a
raíz de una represión y que debe mantener para que esta persista. Sobre tal
contrainvestimiento recae la tarea de ejecutar las diversas formas de protección contra el
desarrollo de angustia tras la represión.
Dado que la inhibición se liga conceptualmente de manera tan estrecha a la función, Freud
dice “uno puede dar la idea de indagar las diferentes funciones del yo a fin de averiguar las
formas en que se exterioriza su perturbación a raíz de cada una de las afecciones neuróticas”.
Por ello Freud considera que la inhibición es una limitación funcional del Yo, que a su vez
puede tener diversas causas. El yo renuncia a estas funciones que le competen a fin de no
verse precisado a comprender una nueva represión, a fin de evitar el conflicto con el ello. En
el caso de las inhibiciones al servicio de la autopunicion, el yo renuncia a esas operaciones a
fin de no entrar en conflicto con el superyó.
A modo de conclusión Freud dice “las inhibiciones son limitaciones de las funciones yoicas,
sea por precaución o a consecuencia de un empobrecimiento de energía.
El autor tomara el termino “conexión” para hacer referencia a la posible articulación entre dos
discursos, todos aquellos que se ocupan de la infancia y el psicoanálisis. El termino discurso
tiene su especificidad, se refiere a la aplicación de diferentes disciplinas, donde los campos
del saber son específicos y cada uno tiene su desarrollo.
Esta actualidad de la conexión, es algo muy viejo, ya Freud en “Juventud descarriada” habla
de las 3 profesiones imposibles: gobernar, educar, psicoanalizar. Las tres profesiones estan
enmarcadas por la incompletad, por el no-todo: no todo se puede gobernar, no todo se puede
educable, no todo se puede psicoanalizar, estos son los limites que se encuentran en estos
discursos. No todo es posible dominar por vía de la aplicación de un discurso sobre el sujeto.
Retoma a Freud diciendo “el niño lo mejor que puede hacer es intentar ser niño, y el adulto lo
mejor que puede hacer es saber acerca del niño que el fue” y esto es posible a través de la
revisión de la NEUROSIS INFANTIL. Se trata de ubicarnos en este campo de relaciones entre
el psicoanálisis y la infancia.
INFANCIA
ESTRUCTURA DESARROLLO
(lenguaje) (cuerpo)
SUJETO $ INDIVIDUO
Sincronia Diacronia
La relacion entre estructura y desarrollo tiene una relacion directa con el deseo y la demanda.
Sobre ello, el autor ubica el sufrimiento del niño, sus modos de comportamiento en los
distintos ámbitos; los cuales muchas veces resultan enigmáticos y es una forma común de
abordarlo, clasificarlo, nombrarlo, etc. multiplicando las dolencias y las etiquetas.
La sociedad actual, esta organizada por los efectos de un discurso particular: el del mercado,
el discurso capitalista. Asi para los síntomas similares de los niños hay una dificultad que
tienen nuevos nombres por ej. ADD, síndrome de desatención con o sin hiperquinesia, etc.
estos son nuevos modos de nombrar, surgidos del progreso de la ciencia y mas que nada en
el ámbito de la neurociencia.
El autor remota a Laurent: “el niño siempre funciona para el sujeto adulto como el “otro
enigmático” esto permite pensar que se apoya la perversión, la pedofilia tiene que ver con
¿Qué enigma esconde el niño?, el misterio infantil. Entre las preguntas de cada uno y las
respuestas que recibe hay un abismo, un vacio mediador. El abismo entre el niño y el adulto,
es un abismo de estructural. Se trata de tratar de construir las respuestas que el niño da y
tambien si no se hace responsable de estas, modificar esas respuestas pero no pensando
que las nuestras son mejores. Es preciso atender el punto singular de lo que es propio para
el, lo que es fuera de la norma, lo que es excepcional con los niños.
1. Dar sentido a los síntomas tanto a los de estructura como a los del desarrollo. Agotar
el sentido para que se pueda llegar al sin sentido.
2. Dar lugar al deseo que enmascaran. Aquí tenemos los tramas imaginarias como asi el
simbolismo gramatical (síntoma-fantasma en la practica).
3. Rectificar de un modo ejemplar la relacion privilegiada al Otro. Ambos síntomas
(estructura y desarrollo) tiene relacion al deseo del Otro.
No solo tenemos la relacional deseo sino tambien a la demanda del Otro. Es decir, pensar en
los síntomas del desarrollo y de la estructura articulando la relacion al deseo y a la demanda
del Otro.
El equilibrio para que un niño no tenga síntoma, es cuando hay una basculación entre el
deseo y la demanda, cuando el deseo se equilibra alrededor de la demanda. A esto uno lo
podría llamar síntomas de desarrollo, donde hay equilibrio entre el deseo y demanda hay un
síntoma ligado al desarrollo del niño. Se equilibra la relacion entre el deseo y la demanda y
esos síntomas, pasar sobre todo en los miedos. Es importante discriminar cuando hay
síntomas del desarrollo que son aquellos que no afectan la estructuración subjetiva.
Freud lo menciona como “Episodios regulares del desarrollo” que es la forma que tiene de
ubicar al síntoma. Daumas agrega aquí síntomas de estructura que por Freud no estan
formalizados, pero sino los consideramos, queda limitado solamente a un psicoanálisis del
desarrollo siguiendo todo lo escribe Freud.
Los síntomas del desarrollo es donde tenemos que articular lo infantil y la neurosis infantil. Es
algo que va pasando en el desarrollo normal del niño, dejar al niño hacer su neurosis
tranquilamente. Los síntomas de estructura, son síntomas que se asientan en una neurosis en
la infancia y que va a tener consecuencias en la neurosis infantil que es la que elabora el
analista del adulto. El síntoma de estructura, esta siempre en relacion con el Otro, no solo a la
demanda del Otro al deseo del Otro. Este balanceo entre deseo y demanda en los síntomas
del desarrollo en los síntomas de estructura, se encuentran desbalanceados, o se privilegia o
se privilegia la relacion a la demanda, es el forzamiento que a veces escuchamos en sujeto
que tienen enuresis, encopresis y lo que hay es una presencia de la demanda del Otro que
es tan feroz esa demanda que el niño sintomatiza eso.
Los síntomas en los niños tocan su propia existencia. El problema es tambien que los
síntomas no solo estan ubicados en relacion al deseo y a la demanda, sino tambien a la
atribución (ligado al juicio de atribución). Juicio de atribución del deseo o de la demanda del
Otro sobre el niño.
El autor propone la articulación entre atribución y existencia (atribución del Otro y la existencia
para el niño). Hay una relacion directa entre deseo y demanda del Otro si pensamos al
síntoma que tiene esa doble cara entre atribución y existencia. Siempre aparece ligado a la
atribución del Otro, y ahí es donde hay que deshacer la atribución para que eso encarne y
muerda al sujeto de alguna manera. En el adulto esto es “implicación subjetiva” es el primer
momento para producir sobre esta implicación una rectificacion. En el niño tambien es
importante producir esa rectificación subjetiva (rectificando la atribución del Otro para que el
síntoma tenga peso respecto de su propia existencia).
El síntoma clínica, lo que hace es situar una permanencia en el tiempo, una función de fijeza
relacionado con la repetición; lo mas importante del síntoma clínico es ver al servicio de que
esta (diagnostico de estructura). Los síntomas del desarrollo estan ligados al o en función del
desarrollo.
El niño es un sujeto para la practica analítica, sin embargo tambien el niño es codiciando por
otras practicas. Siempre el niño se ubico en relacion al adulto como objeto de sacrificio. El
niño presenta dificultades pero no corresponden a el, sino al modo de articular el discurso
analítico en las practicas con los niños. Los problemas que plantean los niños al psicoanálisis
son tres:
Daumas-Lacan.
La formula de la metáfora materna es necesaria para poder entender el lugar del síntoma,
donde como plantea Lacan “el síntoma es la verdad de la pareja parental en relacion al
fantasma”.
Germán García “La otra psicopatología” Capítulo VIII La angustia.
Capitulo 1
El sujeto no es sino ese lugar físico que sirve de soporte a las funciones simbolicas que le son
asignadas. Cannon observa tambien que la angustia y la rabia provocan una actividad intensa
en el sistema nervioso simpatico.
Esto es citado por Levi-Strauss para los casos en que el sujeto de una tribu muere por
conjuros o sortilegios.
La cultura esta sostenida por un esquema que permite excluir o incluir estados subjetivos
informables e inarticulables, ello puede verse en el ritual. La función de este ritual es producir
coincidencia de lo simbolico y la corporeidad de un sujeto. Estas experiencias rituales
articulan entonces lo que no puede articularse de otra manera, dan un sistema a la confusión.
Ese sistema que es imaginario que no es causa, sino efecto nos hace pensar que si es capaz
de articular esos afectos y estados es porque esos afectos y estados no son lo vivido mismo
sino que son efecto de un sistema.
Todos los efectos son producidos por un sistema simbolico del que el ritual es solo simulacro.
La mente influye sobre y cuerpo y al revés. Es corporal en tanto significa una cierta
articulacióla n de la imagen del cuerpo. El Yo como otro me ve. Es el primer otro. Si el otro
puede ser semejante a yo es porque se constituye como otro.
En Isabel Freud, dice “en el trauma de nacimiento le sucede al Ello lo mismo que le ocurre al
yo en las neurosis actúales”. Hay que acercar entonces la frase freud “el Yo no es sino la
parte organizada del Ello”. Para eso Yo hay una angustia especifica que es la angustia señal,
y hay una angustia para ese Ello, la angustia automática del trauma, la imposibilidad de
dominar la angustia. Freud relaciona la 1er teoría con la 2da, la primera con ese estado de
desorganización del Yo que es el Ello y la segunda con ese estado organizado del Ello que es
el Yo.
El problema de las neurosis actuales, es que el cuerpo no esta simbolizado. Por ende en el
nacimiento tenemos una angustia sin representante y sin objeto, y en las neurosis actuales la
angustia ocurre en la esfera somatica y no hay simbolización.
Freud dice que las dos angustias conducen a un estado de desvalimiento psíquico del
lactante en consecuente de su prematuracion biológica. En malestar de la cultura, freud dice
que la prematuracion del sujeto crea tanto la necesidad de amor como el miedo a la perdida
del mismo
Freud muestra que los dos lados de la génesis del superyó en la angustia. Por un lado amo a
mi madre por la “indefensión” pero este amor al articularse con la paternidad es deseo de
transgresión y conduce al segundo temor que es la angustia de castración. La necesidad de
amor que primero fue postulada como génesis del superyó femenino, en este trabajo se
generaliza.
En el nacimiento hay una tensión libidinal que engendra una situación traumatica. La vida del
niño queda entonces suspendida del amor de este otro. Articulando esto con el concepto de
angustia real porque el peligro es real. Dejando al sujeto frente a una realidad que no puede
simbolizar, una realidad imposible. Entonces se engendra el superyó como transformación de
la angustia en culpa. La secuencia es esta: necesito amor del Otro, para que me ame debo
reprimir la agresividad, al suceder esto soy ambivalente con el otro, con esto se engendra el
superyó, aparece la agresividad vuelta sobre el propio sujeto.
En las neurosis actuales la angustia no puede transformarse en libido y esto que llamo
angustia, cuyo objeto no puede representarse se da en el cuerpo (sudor, palpitaciones, etc.) a
su vez la angustia surge en el cuerpo, imposibilitado de ser simbolizados, es decir, sin
representante psíquico que haga posible su transformación en libido.
La angustia señal evita el trauma. 1) la angustia automática como efecto el trauma, lo que se
inscribe allí es la posibilidad de que el yo pueda utilizar la angustia como señal. La señal esta
articulada en significantes. Se anticipa el peligro, enseña a evitar un peligro posible.
Capitulo 2
La angustia es la moneda por la que se cambia toda excitación al suprimirse su
representante. Freud invierte y dice: es la angustia la que produce represión y no al revés. Es
la represión de cierto cuerpo fálico, represión originaria, lo que permitió la transformacion de
la angustia. Es decir: angustia + representante = libido.
Las neurosis actuales plantean el problema del cuerpo psicoanalítico, es una anatomía
libidinal, de agujeros, hay una organización simbolica del cuerpo. En este sentido hay que
entender la referencia de freud en El Yo y el Ello a la existencia de un Yo corporal. Tres fases:
No es del todo cierto que no tiene objeto la angustia, lo que sucede es que el acento Freud lo
pone sobre el estado y no sobre el objeto. Lo que angustia es el desconocimiento de la causa.
NEUROSIS ACTUAL: angustia ante mi confrontamiento con el deseo del otro. Soy
sancionado por otro como apto o no apto para el goce. Lo actual es lo que yo tengo que
reactivar.
ANGUSTIA SEÑAL: me confronto con el deseo del Otro (icc). El retorno del deseo reprimido.
En la primera la angustia me vuelve desde afuera, lo que no se articulo a nivel del deseo. Si la
angustia se articula en representantes, no habrá angustia, habría angustia señal. Si fracasa la
señal de angustia, aparece la primer angustia inarticulable. El retorno de lo reprimido habla de
esa confrontación del sujeto con su deseo.
Tenemos dos génesis de la angustia: como exigencia de corte (superyó paterno) y como
exigencia de no corte (superyó materno arcaico): “Tenes que ser lo que yo no fui”.
Tres respuestas del sujeto ante la angustia: inhibición, pasaje al acto y acting out – Guy
trobas
El pasaje al acto es un modo de defensa contra la angustia que suple la represión y que se
representa como una forma “de no querer saber”, como un rechazo del saber. Trobas
sostiene que se trata de un concepto clínico que se ha destaco de la noción de pasaje al acto
introducido en el siglo XIX por la criminología. Esta noción detonaba en la impulsividad de
conductas auto o hetero agresivas, violentas, a veces criminales, a menudo delincuentes
Con respecto al acto como tal, conservan el valor descriptivo del rasgo impulsividad, ya que lo
entienden a partir de dos indicaciones. Primero, se trata de la ruptura repentina en una
continuidad, no solo en la conducta sino también en la subjetividad. En la segunda indica que
se manifiesta por el brote, una aceleración de una dimensión de urgencia aún más llamativa
cuando es un tiempo de inhibición que precede al acto.
Este modo de defensa frente a la angustia, protege y suspende la función del yo amenazado
por la dimensión de la angustia, esto lacan lo plantea como una “fuga”. Supone una ruptura
impulsiva de una continuidad en la conducta de un sujeto que conlleva un antes y un
después en la conducta. Así también, ante un bloqueo en el pensamiento generado por la
angustia, el pasaje al acto responde con una descarga motriz. En síntesis, el pasaje al acto,
no presenta un tiempo de comprender y se caracteriza por una descarga motriz y una salida
impulsiva de la escena.
Este Tipo de acción vinculada con la decisión, Lacan describió en tres tiempos lógicos, el
instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir.
En cuanto al primer tiempo-instante de ver- refieren a la sencilla percepción del afecto de
angustia lo que basta para producir una certidumbre abriendo a la decisión del acto. Entre
este primer tiempo y el tercero -momento de concluir- funcionan en la dimensión de la
instantaneidad. En el pasaje al acto la amenaza de la representación problemática señalada
por la angustia, cuya toma de conciencia corresponde al instante de ver empuja al sujeto en
un corto circuito en el tiempo para comprender y precipita al sujeto al momento de concluir.
El cortocircuito del tiempo para comprender se verifica en la clínica con los sujetos que
pasaron al acto no pueden relatar lo que estaban pensando, cavilando justo antes del pasaje
al acto.
Decíamos que la inhibición y el pasaje al acto pueden pensarse, en la medida en que están
en el registro de la acción, en relación a los tres tiempos lógicos. En la inhibición dice G.
Trobas, el sujeto no puede dar el paso del momento de concluir, queda en el tiempo para
comprender; en el pasaje al acto el sujeto no pasa por el tiempo para comprender, hay un
rechazo del saber, pasa directamente del instante de ver, en el que como veíamos se
introduce la vacilación del sujeto, a la acción. Es el tratamiento menos elaborado de la
angustia, no hay recursos simbólicos o imaginarios, hay una aceleración de la dimensión de la
urgencia.