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Final Desarrollos del Psicoanálisis

UNIDAD 1: EL MOVIMIENTO PSICOANALITICO Y SU LOGICA.

[1462] LACAN JACQUES. Conferencia: Freud en el siglo (El seminario, Libro 3 ¨Las
psicosis¨)
→ Lacan relata como Freud fue quien descubrió un nuevo campo, el del sentido, postular
la supremacía y no la subordinación del sentido como causa eficiente. Lacan marca las
diferencias entre el verdadero sentido de lo escrito por Freud y la literatura analítica (que
ha quitado de contexto nociones de Freud). Es un desconocimiento total el pensar que el
análisis está destinado a servir como pasarela para acceder a una especie de penetración
intuitiva y de comunicación fácil con el paciente. El psicoanálisis es realmente una
manifestación del espíritu positivo de la ciencia en tanto explicativa lejos de un
intuicionismo de comprensión apresurada. Abran la ciencia de los sueños, se verá en ella
algo que se parece a un desciframiento y la dimensión en juego es la del significante.
Tomando un sueño de Freud se verá que domina en él una palabra como Autodidasker. Es
un neologismo. A partir de ella se encuentra el Askel, y algunos recuerdos más. Cuando se
trata de interpretar, la forma misma de la palabra es absolutamente esencial. Una primera
interpretación, orientación o dicotomía, nos dirá hacia la sala. Daremos con Alex el
hermano de Freud, por intermedio de otra transformación, puramente fonética e
individual. Freud encuentra en su memoria una novela de Zola en la que figura un
personaje llamado Sandoz. Tal como Freud lo reconstruye, Zola hizo Sandoz a partir de
Aloz, anagrama de su nombre, reemplazando el Al, comienzo de Alejandro por la segunda
silaba sand. Pues bien así como pudo hacerse Sandoz con Zola, Alex está incluido en el
Askel que Freud soñó. El método de Freud procede siempre de manera equivalente en
cualquier otro sueño. Se encontraran siempre una sucesión de homonimias o de
metonimias, de formaciones onomásticas que son absolutamente esenciales para la
comprensión del sueño, y sin las cuales este se disipa y desvanece.
→ Lacan se pregunta cómo pudo omitirse el papel fundamental de la estructura del
significante. Se ha dejado de lado ese papel fundamental. Lo que se expresa en el juego
del significante, en el seno de su aparato, es el DESEO. El deseo esta capturado por el
significante y a partir de esta captura es un deseo significado. Todos fascinados por la
significación de ese deseo olvidamos el aparato del significante.
→ Freud también subraya que la elaboración del sueño es lo que hace del sueño el primer
modelo de formación de síntomas. Esta elaboración se asemeja mucho a un análisis
lógico y gramatical mucho más complejo que el hacíamos en la escuela. Lacan y col.
publican un volumen donde intentan retomar la inspiración freudiana. Encuentran en el
fondo de los mecanismos freudianos, figuras retoricas, que durante siglos suscitaron gran
interés, y como Freud tropezó con ese campo donde se ve a los mecanismos del lenguaje
dominar y organizar si que lo sepa el sujeto, la construcción de ciertos trastornos llamados
neuróticos.
→ Otro ejemplo de Freud al comienzo de la psicopatología de la vida cotidiana: Freud no
recuerda el nombre Signorelli y se le presentan una serie de otros nombres, Boticcelli,
Boltraffio, Trafoi. ¿Cómo construye Freud la teoría de este olvido? Hablando con alguien
en el transcurso de un corto viaje por Bosnia-Herzegovina tiene esta especie de pérdida
del nombre. Esta también el comienzo de una frase pronunciada por un paisano: ¿Herr
que puede decirse ahora? Se trata de la muerte de un enfermo ante la cual un medico
nada puede. Entonces tenemos Herr y la muerte, que esta oculta, porque Freud, igual que
cualquier otro, no tiene ninguna razón particular para detenerse a pensar en ella. ¿En qué
otro lugar tuvo ya Freud la oportunidad de rechazar la idea de muerte? En un lugar
cercano a Bosnia, donde recibió muy malas nuevas sobre uno de sus enfermos. Aquí se ve
el mecanismo. Su esquema análogo al de un síntoma, basta para demostrar la
importancia esencial del significante. En la medida en que Signorelli, y la serie de
nombres, con palabras equivalentes, traducciones unas a otras, metafrasis, la palabra
está vinculada con la muerte reprimida, rechazada por Freud. Y las tacha todas hasta en
el interior de la palabra Signorelli, que solo está relacionada del modo más lejano: Signor,
Herr.
¿Qué surge en su lugar como respuesta? Surge el otro, que es y no es Freud, el otro que
está del lado del olvido, el otro del que el yo de Freud se retiro, y que responde en su
lugar. No da la respuesta porque le está prohibido hablar, pero da el comienzo del
telegrama, responde Trafoi y Boltrafio, a los que hace intermediarios de la metonimia, del
deslizamiento entre Herzegovina y Bosnia.
→ La originalidad de Freud, que nos permite comprender el efecto de su obra, es el
recurso a la letra. Es la sal del descubrimiento freudiano y de la práctica analítica. Todo se
desprende de ahí. ¿Cuál es el otro que habla en el sujeto, y del cual el sujeto no es ni el
amo ni el semejante, cuál es ese otro que habla en él? Ese es todo el asunto. Pero no
basta decir que es su deseo ya que su deseo es su libido. . Tampoco basta decir que ese
otro es un semejante con el pretexto de que habla la misma lengua de lo podemos llamar
el discurso común. Porque en ese discurso del otro, lo que creo ser yo ya no es sujeto, sino
objeto. Es una función de espejismo donde el sujeto es desconocimiento y negación. De
esta manera conviene comprender la teoría del yo del articulo ¨Introducción al
Narcisismo¨ de 1914. Freud enfatizo la teoría del yo con la finalidad de evitar dos
problemas: 1°) El dualismo. No existe un yo doble, un semejante simétrico del yo. Freud
nos muestra que el yo es cierta imagen que tenemos de nosotros mismos, que nos
proporciona un espejismo, de totalidad. 2°) La personalidad total. Según Freud, al yo, su
valor móvil y su valor de signo, lo distingue esencialmente de la entidad del organismo
como un todo. La personalidad total es precisamente lo que Freud distingue como
fundamentalmente ajeno a la función del yo.
Hay una doble alienación en la teoría freudiana. Esta el otro como imaginario, donde la
conciencia de sí se instaura en la relación imaginaria al otro. La unidad del sujeto no puede
realizarse en este sentido ya que el yo no es el lugar ni el punto de ordenamiento, él es
disimétrico. Esta también el otro que habla desde mi lugar, aparentemente ese otro que
está en mi. Es un otro cuya índole es diferente que la del otro mi semejante.
→ Otro aporte de Freud es el automatismo de repetición. Esta es fundamentalmente
insistencia de una palabra. Palabra que esclaviza al hombre y se vuelve su amo. El hombre
esta poseído efectivamente por el discurso de la ley, y con él se castiga, en nombre de esa
deuda simbólica que no cesa de pagar cada vez más en su neurosis. ¿Entonces cómo el
hombre es capturado por el discurso, como entra el hombre en esa ley? Para explicarlo
construye el mito del asesinato del padre. Es necesario que el hombre tome partido en él
como culpable. Esto subsiste en la obra de Freud hasta el final. El psicoanálisis debería ser
la ciencia del lenguaje habitado por el sujeto. Desde la perspectiva freudiana el hombre es
un sujeto capturado por el lenguaje y torturado.

[15039] LACAN JACQUES. Selección de textos Seminarios 1 y 2.


→ Seminario I: la tópica de lo imaginario
● El lugar que ocupa lo imaginario en la estructura simbólica. Se introducen tres grandes
términos: imaginario, simbólico y real. Sistemas de referencia para entender lo freudiano.
Lacan introduce lo de la óptica, distinción entre imágenes reales que operan como objetos
e imágenes virtuales que son subjetivas. Para que haya óptica es necesario que a cada
punto dado en el espacio real le corresponda un punto en el espacio imaginario. Aunque
espacio real y espacio imaginario se confunden, no deben ser entendidos como iguales.
● Estadio del espejo. El proceso de maduración fisiológica del sujeto, permite que vaya
integrando funciones motoras y acceder a un dominio real de su cuerpo. En forma
correlativa a este momento, aunque antes que él, el sujeto toma conciencia de su cuerpo
como totalidad. La sola visión de la forma total del cuerpo brinda al sujeto un dominio
imaginario de él, prematuro respecto al dominio real. Esta formación se desvincula así del
proceso de maduración, sin confundirse con él. El sujeto anticipa la culminación del
dominio psicológico. Así el hombre experimenta que se ve, se refleja y concibe como
distinto. En la relación entre lo imaginario y lo real todo depende de la situación del
sujeto. Esta situación está caracterizada por su lugar en el mundo simbólico, en el mundo
de la palabra.
● La bascula del deseo. Se trata de la constitución del Yo IDEAL. Estrecha relación entre la
formación del objeto y la formación del yo. Son estrictamente correlativos. En este
momento la libido está sujeta a una dialéctica en la que el YO (JE) es ante todo una
referencia psicológica, es un término verbal cuyo empleo es aprendido en referencia a
otro, es una referencia hablada. El YO (JE) nace en referencia al TÚ. Se constituye en una
experiencia de lenguaje y en referencia a lo que el otro le dice en termino de deseos,
ordenes. En un comienzo el niño no reconoce sus propios deseos, nada sabe de ellos. Lo
demuestra el análisis con adultos, quienes deben buscar sus propios deseos. Esto señala a
su vez, cuan separado está el individuo de su YO (MOI). Hay un momento en el cual se
produce para el niño la asunción jubilatoria de un dominio que aún no ha alcanzado, a
través de la mediación de la imagen del otro. Lo asume como forma vacía, envoltorio de
dominio. La imagen de la forma del otro es asumida por el sujeto, está situada en su
interior. El hombre se aprehende como cuerpo, como forma vacía del cuerpo, en un
movimiento de báscula de intercambio con el otro. Asimismo aprende a reconocer
invertido en el otro todo lo que en él está en estado de puro deseo, deseo originario. El
mundo del símbolo es el mundo de la palabra, de otros que hablan. El deseo alienado, es
reintegrado de nuevo, reproyectando al exterior el yo ideal. Así es como se verbaliza el
deseo. Se produce un movimiento de báscula entre dos relaciones invertidas. La relación
especular del ego (superficie-forma-cuerpo y no como instancia superior) que el sujeto
asume (imagen) y la proyección en el ideal del yo.
→ Seminario II Introducción del gran OTRO
Se plantea la pregunta ¿En qué momento uno es verdaderamente uno?
Hay dos otros: 1) A mayúscula = (OTRO) y 2) a minúscula = (Yo)
En la función de la palabra de quien se trata es del Otro.
YO = Construcción imaginaria (no basta con el solo para ser hombre)
S = Sujeto, no en su totalidad sino en su abertura (no sabe lo que dice, sino no estaría allí
en A = OTRO)
UNIDAD 2: INTRODUCCION A LA LOGICA DEL SIGNIFICANTE
[1417] SAUSSURE. Curso de Lingüística General.
Capítulo I: Naturaleza del signo lingüístico.
1. ¿Qué es Signo, significado, significante? Para ciertas personas, la lengua, reducida a su
principio esencial, es una nomenclatura: una lista de términos que corresponden a otras
tantas cosas. Esta concepción es criticable ya que no nos dice si el nombre de la palabra es
de naturaleza vocal o psíquica y hace suponer que el vínculo que une un nombre a una
cosa es una operación simple, lo cual está lejos de la verdad. Los términos implicados en el
signo lingüístico son ambos psíquicos y están unidos en nuestro cerebro por un vínculo de
asociación. Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y
una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física,
sino una huella psíquica, esa imagen es sensorial en oposición al otro término de la
asociación, el concepto, que es más abstracto. Llamamos signo a la combinación del
concepto y de la imagen acústica, pero reemplazamos estos con significado y significante,
términos que tienen como ventaja señalar la oposición que los separa.
2. ¿Cuáles son los principios del signo?
● Primer principio: Lo arbitrario del signo. El lazo que une al significante con el significado
es arbitrario, por tanto el signo lingüístico es arbitrario. Así la idea de árbol no está ligada
por ninguna relación con la secuencia de sonidos a-r-b-o-l que le sirve de significante; por
lo tanto puede estar representada por cualquier otra secuencia de sonidos como se
aprecia en las distintas lenguas. Además todo medio de expresión recibido de una
sociedad se apoya en principio en un hábito colectivo o sea en la convención. Es esa regla
la que obliga a emplear determinado signo y no su valor intrínseco. Se puede decir que los
signos enteramente arbitrarios son los que mejor realizan el ideal del procedimiento
semiológico.
Se ha utilizado la palabra símbolo para designar el significante pero hay inconvenientes
para admitirlo ya que tiene por carácter nunca ser arbitrario; y no está vacío, hay un
rudimento de vínculo natural entre el significante y el significado. Ej. El símbolo de la
justicia, la balanza.
-Dos objeciones a este principio: a) Las onomatopeyas como ejemplo de que el
significante no es siempre arbitrario. Aunque son escasas y en parte arbitrarias por ser
imitaciones aproximadas de sonidos. b) Las exclamaciones que dan lugar a observaciones
análogas y que parecen ser expresiones espontaneas de la realidad, dictadas por la
naturaleza. Pero la mayoría de ellas no muestra un vínculo necesario entre significado y
significante.
● Segundo principio: Carácter lineal del significante. El significante, por ser de naturaleza
auditiva, se devuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo:
a) representa una extensión, y b) esa extensión es mesurable en una sola dimensión; en
una línea. Los significantes acústicos no disponen más que de la línea del tiempo; sus
elementos se presentan uno tras otro; forman una cadena. Este carácter se destaca
inmediatamente cuando los representamos por medio de la escritura, en donde la
sucesión en el tiempo es sustituida por la línea espacial de los signos gráficos.
3. Explique el valor lingüístico. Su aspecto material y conceptual.
La lingüística trabaja en el terreno donde los elementos de dos órdenes se combinan (las
ideas y los sonidos); esta combinación produce una forma, no una sustancia. No
solamente son confusos y amorfos los dos dominios enlazados por el hecho lingüístico,
sino que la elección que se decide por tal porción acústica para tal idea es perfectamente
arbitraria.
Si no fuera este el caso, la noción de valor perdería algo de su carácter, ya que, contendría
un elemento puesto desde afuera. Pero los valores siguen siendo relativos, y por eso el
lazo entre la idea y el sonido es radicalmente arbitrario. A su vez lo arbitrario del signo nos
hace comprender mejor porque el hecho social es el único que puede crear un sistema
lingüístico. La colectividad es necesaria para establecer valores cuya única razón de ser
esta en el uso y en el consenso generales; el individuo por si solo es incapaz de fijar
ninguno.
A) El valor lingüístico considerado en su aspecto conceptual.
Cuando se habla del valor de una palabra se piensa en la propiedad que tiene la palabra
de representar una idea. Así el valor, tomado en su aspecto conceptual, es un elemento
de la significación. La lengua es un sistema en donde todos los términos son solidarios y
donde el valor de cada uno no resulta más que de la presencia simultánea de los otros.
Dentro de una misma lengua, todas las palabras que expresan ideas vecinas se limitan
recíprocamente: sinónimos como temer, tener miedo, no tienen valor propio más que por
oposición. Cuando se dice que los valores corresponden a conceptos, se entiende que son
puramente diferenciales, definidos no positivamente por su contenido, sino
negativamente por su relación con otros términos del sistema.
B) El valor lingüístico considerado en su aspecto material.
Si la parte conceptual del valor está constituido únicamente por sus conexiones y
diferencias con los otros términos de la lengua, otro tanto se puede decir de su parte
material. Lo que importa en la palabra no es el sonido por si mismo, sino las diferencias
fónicas que permiten distinguir esas palabras de todas las demás, pues ella son las que
llevan la significación. De esta manera los fragmentos de la lengua están fundados en lo
arbitrario y diferencial, dos cualidades correlativas. Por otro lado, es imposible que el
sonido, elemento material pertenezca por si a la lengua. Para la lengua no es más que una
cosa secundaria, una materia que pone en juego. Esto es más cierto aun en el significante
lingüístico; en su esencia, de ningún modo es fónico, es incorpóreo, constituido no por su
sustancia material, sino únicamente por las diferencias que separan su imagen acústica de
todas las demás. Este principio se aplica a todos los elementos materiales de la lengua,
incluidos los fonemas. Estos son ante todo entidades opositivas, relativas y negativas.
4. Definición de las relaciones sintagmáticas y relaciones asociativas
En un estado de lengua todo se basa en relaciones: ¿y cómo funcionan esas relaciones?
Los elementos se alinean uno tras otro en la cadena del habla. Estas combinaciones que se
apoyan en la extensión se pueden llamar sintagmas. Este se compone siempre, pues, de
dos o más unidades consecutivas (ejemplo: re-leer, contra todos, la vida humana, etc.). En
un sintagma, un término adquiere su valor porque se opone al que le precede o al que le
sigue o a ambos. En este caso se puede hablar de relaciones sintagmáticas. Por otra parte,
fuera del discurso, las palabras que ofrecen algo de común se asocian en la memoria, y así
forman grupos en el seno de los cuales reinan relaciones muy diversas. Estas
coordinaciones ya no se basan en la extensión sino que su sede está en el cerebro y
forman parte de la constitución de la lengua de cada individuo. Las llamaremos relaciones
asociativas. La conexión sintagmática es en presencia; se apoya en dos o más términos
igualmente presentes en una serie efectiva. Por el contrario, la conexión asociativa une
términos en ausencia en una serie mnemónica virtual.

[1456] JAKOBSON. Dos aspectos del Lenguaje y dos tipos de Afasia.


1. Afasia como problema lingüístico. La afasia es un trastorno del lenguaje. Por ende para
describir y clasificar los síntomas afásicos deberían de preguntarse cuáles son los aspectos
del lenguaje alterados. A través de la desintegración afásica de la trama verbal se puede
acceder a nuevas particularidades de las leyes generales del lenguaje.
2. El carácter del doble lenguaje. Hablar supone seleccionar determinadas entidades
lingüísticas y combinarlas en unidades de un nivel de complejidad más elevado. Pero
quien habla no es totalmente libre en su elección de palabras, escoge dentro de un
repertorio que comparte con la persona a quien se dirige. Así el acto de hablar requiere
para ser eficaz que se utilice un código común. Este código común limita las posibilidades
de combinación de fonemas. Esto demuestra que el hablante es un usuario y no un
acuñador de palabras. En toda lengua existen grupos de palabras, cuyo significado no
puede deducirse del significado de cada elemento que la compone. Todo signo lingüístico
se dispone según dos modos:
1) La combinación: todo signo está formado de otros signos constitutivos y/o aparece en
combinación con otros signos. Así la unidad lingüística sirve a la vez como contexto para
las unidades más simples y/o encuentra su propio contexto en una unidad lingüística más
compleja. 2) La selección: La opción entre dos posibilidades implica que se puede sustituir
una de ellas por la otra, equivalente a la primera bajo un aspecto y diferente de ella bajo
otro. De hecho selección y sustitución son dos caras de la misma operación.
→ Saussure advirtió el papel que desempeñan estas operaciones en el lenguaje. Sin
embargo de la operación combinación solo reconoció una de sus dos variedades:
concatenación, que implica sucesión temporal y que muestra el carácter lineal del
lenguaje y olvido a la concurrencia. Saussure establece que la combinación es en
presencia, se apoya en dos o más términos presentes, mientras que la selección une
términos en ausencia.
3. Trastorno de la semejanza y trastorno de la contigüidad. Los trastornos del habla
pueden afectar en grado variable la capacidad del individuo para combinar y seleccionar
las unidades significativas. Distinguiremos dos tipos básicos de trastornos afásicos:
TRASTORNO DE LA SEMEJANZA TRASTORNO DE LA CONTIGUIDAD
 La deficiencia reside en la selección y en la  Alterada la capacidad de formar proposiciones
sustitución (se altera esta facultad) (esto no significa que haya carencia de palabras)
 El contexto es indispensable  Se altera la capacidad de contextura y de
 Pueden mantener una conversación pero les es combinación, disminuyendo lo extenso de las
difícil iniciar el dialogo. frases y la variedad de ellas.
 Si se le pide al paciente que nombre un objeto  Se pierden las reglas sintácticas que disponen las
que el observador está utilizando o señalando, palabras en unidades superiores.
no va a poder decirlo.  Primeras palabras en desaparecer: pronombres
 No pueden pasar de una palabra a sus y artículos (son las más resistentes en el
sinónimos. trastorno de la semejanza)
 No entienden lo metafórico. ALTERACION DEL  Cuando identifica algo lo hace de modo
POLO METAFORICO metafórico
 Emplean mucho la metonimia, basada en la  ALTERACIÓN DEL POLO METONÍMICO
contigüidad, así tenedor reemplaza a cuchillo,  Alterada la capacidad para mantener la jerarquía
fumar a pipa, etc. de las unidades lingüísticas.
4. Los polos metafóricos y metonímicos. Toda forma de trastorno afásico consiste en una
alteración cualquiera, más o menos grave, de la selección y la sustitución (trastorno de
semejanza) o de la facultad de combinación y contextura (trastorno de la contigüidad).
Ahora bien, un discurso puede ser engendrado por dos directrices semánticas, pues un
tema puede suceder a otro a causa de su mutua semejanza o gracias a su contigüidad. Lo
más adecuado sería hablar de desarrollo metafórico para el primer tipo de discurso y
desarrollo metonímico para el segundo. La estructura bipolar del lenguaje y la fijación del
afásico en uno de estos polos con exclusión del otro requieren un estudio comparativo
sistemático. En todo proceso simbólico, tanto interpersonal como social, se manifiesta la
competencia entre el modelo metafórico y metonímico. Por ello, en una investigación
acerca de la estructura de los sueños, es decisivo el saber si los símbolos y las secuencias
temporales se basan en la contigüidad (En Freud el ¨desplazamiento¨ es una metonimia, y
la ¨condensación¨ es una sinécdoque) o en la semejanza (la ¨identificación¨ y el
¨simbolismo¨ en Freud). El siguiente esquema sintetiza lo expuesto hasta ahora:
Eje Paradigmático Eje Sintagmático
Lengua Habla
Sustitución Combinación
Significantes unidos en ausencia Significantes unidos en presencia
Sincronía Diacronía
Metáfora Metonimia
En base a estos desarrollos, Jakobson sugirió a Lacan que la metáfora podría equipararse
al concepto freudiano de condensación, y la metonimia al de desplazamiento.

[1466] JACQUES LACAN. La letra en el inconsciente o la razón desde Freud.


1. El sentido de la letra. La experiencia psicoanalítica descubre toda la estructura del
lenguaje en el inconsciente. Y la letra es ese soporte material que el discurso concreto
toma del lenguaje. Según esta definición, el lenguaje tiene una estructura preexistente a la
entrada que hace el sujeto en él. El sujeto es siervo del lenguaje y lo es aún más en su
discurso porque ya está inscrito desde su nacimiento. Además la experiencia de la
comunidad toma su dimensión esencial en la tradición de ese discurso. Esa tradición,
antes de la inscripción de lo histórico, funda las estructuras elementales de la cultura. Y
esas estructuras mismas revelan una ordenación de los intercambios, inconscientes o no,
que se conciben dentro de lo que autoriza el lenguaje.
La disciplina lingüística se funda en el algoritmo S/s que se lee: significante sobre
significado, el ¨sobre¨ responde a la barra que separa sus dos etapas. (El signo escrito así
se le atribuye a Saussure). No obstante esta distinción va muchos más allá del debate de lo
arbitrario del signo y de la oposición a la correspondencia biunívoca de la palabra de la
cosa.
Lacan articula su reflexión sobre el significante interrogando al signo saussureano. En un
comienzo trata de destruirlo, este se escribía así s/S. Pero el autor, al leer a Saussure
desde Freud produce una notación diferente: S/s.
→ Comparemos las dos formas de notación:
1° Encontramos una inversión de los términos y la desaparición del paralelismo. Aparecen
S y s, señalando una primacía del significante.
2° Desaparece la elipse, que garantizaba la unidad del signo y marcaba la unidad positiva
que Saussure llamaba significación. Ya no se trata de las dos inseparables caras del signo
sino de dos etapas del algoritmo.
3° La barra, entonces, lejos de indicar relación indica separación de dos órdenes
diferentes. Se pierde la biunivocidad designada por las flechas. Y, por otra parte, la barra
trastoca la idea saussureana de relación para precipitar la idea de resistencia, que
confirma la ruptura del signo y con esto la primacía del significante.
Ahora bien, ¿Cómo mantener los conceptos interiores al signo (significado, significante y
significación) si el signo ha sido destruido? ¿Cómo es posible explicar esos conceptos
impidiéndoles funcionar como signo? Lacan propone el siguientes esquema: por encima
de la barra, en el lugar del significante, la inscripción de dos términos: Caballeros - Damas.
Arriba dos ‘palabras’ diferentes. Abajo dos puertas iguales. En Saussure esto se sostendría
por la teoría del valor que habría consolidado la relación positiva de significado-
significante, lo que daría por resultado la constitución de dos signos. Pero las puertas
deberían haber tenido algo que las diferenciara en cuanto al significado, por ejemplo las
siluetas de un hombre y una mujer. Aquí Lacan plantea que en el piso de arriba hay una
pura diferencia, que es la característica fundamental del significante. Y en el caso de la
diferencia en el piso inferior no es una diferencia dada sino producida por la diferencia
significante. Observemos que se trata de baños y tratándose de ellos se trata de
prohibiciones, esto es, de una ley de segregación urinaria con respecto a la diferencia de
los sexos. Lo importante es que esta ley no podría hacer su entrada en lo indiferenciado si
no hubiese significantes que establecieran la diferencia.
→ Saussure hablaba de significación en términos de relación subjetiva entre significado y
significante y relación negativa entre signos. Lacan hablará de significancia en términos de
articulación entre significantes que producirán efectos de significado. Lo importante es la
acentuación de la barra que le da privilegio a la función del significante de manera tal que
no se lo puede tomar como un elemento del signo. Por significante entenderemos un
significante sin significación: no se trata de representación de un significado; tendrá una
función de representante para otro representante. De hecho el significante se define por
la relación y diferencia con otro significante.
→ La ilustración de Saussure sobre ¨las dos sinuosidades de aguas¨ se corresponde con su
noción de un deslizamiento incesante del significado bajo el significante. Según Saussure
un doble flujo donde la ubicación parece delgada por las finas rayas de lluvia que dibujan
en ellas las líneas de puntos verticales que se suponen que limitan segmentos de
correspondencia. En oposición a esto, Lacan utiliza el concepto de ¨bastas de acolchado¨
que hacen referencia al discurso del sujeto que se produce simultáneamente análogo al
punto de almohadillado y que tiene por resultado el abrochamiento del sentido que
resulta retroactivo. Lacan hablara de significancia en términos de articulación entre
significantes que producirán efectos de significados, El significante por naturaleza anticipa
siempre el sentido desplegando en cierto modo ante el su dimensión: Yo nunca,…En todo
caso…, Aunque tal vez…, que no por eso la frase tiene menos sentido. Y no es diferente el
fenómeno, haciéndola aparecer con el retroceso de un pero. Puede decirse que es en la
cadena significante donde el sentido insiste, pero que ninguno de los elementos de la
cadena consiste en la significación de la que es capaz en el momento mismo.
→ Las funciones esenciales del significante, en tanto engendra el significado, son la
metonimia y la metáfora. A la luz de los trabajos de Jakobson la articulación del
significante se despliega en dos dimensiones: La primera, metonímica, se caracteriza por
la concatenación, la combinación, la conexión y la continuidad de la cadena. La segunda,
metafórica, supone la posibilidad de sustitución siempre implicada en cada elemento de la
cadena. Según Lacan esta última es esencial, puesto que es verdadero pivote del
descubrimiento freudiano, en tanto permite plantear la cuestión de la represión.
[2]. La letra en el Inconsciente
La obra ¨La interpretación de los sueños¨ de Freud trata de la letra del discurso, en su
contextura y en sus empleos. Ese trabajo abre con la obra su camino real hacia el
inconsciente. Lacan trata de definir la tópica de ese inconsciente diciendo que es la misma
que define el algoritmo S/s.
→ En la metonimia la función significante de la conexión del significante al significante es
congruente con el mantenimiento de la barra. Este mantenimiento no indica que hay un
significado nuevo. Lacan da el ejemplo de las treinta velas, estas se refieren a la palabra
barco. La conexión entre barco y vela está apoyada en el significante. Existe una conexión
palabra a palabra donde se produce un desplazamiento en sentido freudiano,
desplazamiento de un significante a otro significante. Toda cadena es metonímica, en
tanto es posible agregar un significante más y por lo mismo no poder decirlo todo. Todo
en cuanto a una significación absoluta y cerrada. La articulación de la cadena invoca
precisamente la falta, esa falta que se produce metonímicamente donde los deseos nunca
son satisfechos del todo.
→ En la metáfora la función significante de la sustitución del significante por el significante
es congruente con la trasposición de la barra (+), o lo que es lo mismo con un plus de
significación. Lacan da como ejemplo una metáfora de Víctor Hugo: ¨Su gavilla no era
avara ni tenía odio¨ (‘Booz dormido’) El plus de significación aparece por la sustitución de
Booz por gavilla, que le otorga a él algo del orden de la fertilidad. La metáfora en cuestión
anticipa el acceso tardío a la paternidad que aparece al final del poema. Gavilla es
metáfora de Booz. A su vez, el plus de significación de la metáfora se produce por las
metonimias de la significante gavilla. Una gavilla, por ejemplo,  es algo que puede
fructificar. Decir gavilla es decir esto y sin duda muchas metonimias más. Podríamos decir
que Booz está reprimido pero que resurge en este plus de significación. Antes
afirmábamos que no puede decirse todo, ahora agregamos que la metáfora supone la
posibilidad de decir un poco más de lo que se puede decir.
→ La linealidad que Saussure considera como constituyente de la cadena del discurso, si
bien es, en efecto necesaria, no es suficiente porque no se trataría de dos masas amorfas
de sonidos y de pensamientos que fluyen segmentadas sino que en la cadena significante
existe un abrochamiento que a partir de la anticipación o de la retroacción hace que el
discurso cobre un sentido diferente. Es decir que se trata de una temporalidad distinta,
una temporalidad de anticipación y retroacción. Lacan como ejemplo escribe que basta
con escuchar la poesía para que se haga escuchar en ella una polifonía y para que todo
discurso muestre alinearse sobre los varios pentagramas de una partitura.

[15004] Subversión del Sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano


→ Comienza diciendo que una estructura es la que compone a la praxis llamada
psicoanálisis y luego busca posicionar al sujeto en relación al saber. El psicoanálisis
subvierte la cuestión del sujeto. Se posiciona en contra de esa psicología que tiene como
presupuestos cosas tales como la unidad del sujeto. “La verdad no es otra cosa sino
aquello de lo cual el saber no puede enterarse de que lo sabe sino haciendo actuar su
ignorancia”.
→ El inconsciente es una cadena de significantes, que se repite e insiste en otros
escenarios para interferir en los cortes que le ofrece el discurso. Lo decisivo aquí es el
concepto de significante, el cual es reconceptualizado por la lingüística moderna (Saussure
y Jakobson).
Los mecanismos del proceso primario (Freud) en que el icc encuentra su régimen
recubren las mismas funciones que la metáfora y la metonimia, productora de efectos de
sustitución y combinación del significante. Una vez reconocida la estructura del lenguaje
en el inconsciente ¿Qué clase de sujeto podemos concebirle? ¿Quién habla cuando se
trata del sujeto del icc? La respuesta no puede venir de él ya que él no sabe lo que dice, ni
siquiera sabe que habla. La forma de darle caza es a través de los cortes en el discurso. El
discurso en sesión vale porque da traspiés o se interrumpe; estos cortes en la cadena
discursiva son los que verifican la estructura del sujeto como discontinuidad en lo real. Si
la lingüística promueve al significante al ver en él lo que determina al significado, el
análisis revela la verdad de esta relación al hacer de los huecos del sentido los
determinantes del discurso.
Al tratar el deseo, su carácter irreductible, encontramos a la demanda el resorte mismo
que impide que se lo pueda reducir a la necesidad. No es articulable el deseo.
→ Grafo del deseo: el grafo sirve para presentar donde se sitúa el deseo en relación con
un sujeto, a través de su articulación por el significante.
Grafo 1.
• Se articula allí el punto de basta por el cual el significante detiene el deslizamiento
indefinido si no, de la significación. Se supone que la cadena significante esta soportada
por el vector S. S´. Sin siquiera entrar en la dirección retrograda en que se produce su
cruzamiento redoblado por el vector Δ.$. -La función diacrónica de este punto de basta
debe encontrarse en la frase, en la medida en que no cierra su significación sino con su
último término, sella su sentido por su efecto retroactivo. -La estructura sincrónica está
más escondida, nos lleva al origen. Es la metáfora en cuanto que en ella se constituye la
atribución primera la que promulga por ejemplo ¨el perro hacer miau¨ con el cual el niño
de golpe, desconectando a la cosa de su grito, eleva el signo a la función del significante.
Grafo2.

● Aquí se establece el circuito de la comunicación partiendo del lugar notado con $, el


lugar del emisor que Lacan designa como el Sujeto (S) barrado por el efecto significante,
es decir por el efecto de dependencia que el hablante mantiene con el Tesoro del
significante. Este Tesoro, connotado con la letra A, es tanto la lengua de la que el sujeto
toma los significantes para producir el mensaje, como el lugar desde el cual provendrá la
sanción. Esta sanción es la que aparece, en el lugar del mensaje, connotada como s(A):
significado del Otro, puesto que es el Otro el que aporta el significado para producir la
significación.
El circuito de la Demanda: Imaginemos la situación de un ser viviente en sus primeros
momentos de vida. Podemos suponer que se verá asaltado por una serie de necesidades
que, desde su cuerpo, exigen una satisfacción. Pero este viviente, por efecto de la
prematuracion, no puede alcanzar por si solo los objetos que le proveerían satisfacción a
sus necesidades. Depende de otro que lo asista. De esta forma podemos suponer que se
inicia el circuito de la comunicación, desde el punto $ de la grafica, en donde ubicamos al
viviente, hasta el punto A, el lugar del Otro. Pero este Otro fue definido como el Tesoro
del Significante: estos son los únicos elementos que posee, y por tanto, los únicos que
pueden proveer al viviente. De esta forma, el Otro permutara las necesidades del viviente
(que se dirigen a objetos) por demandas, es decir, pedidos formulados en significantes,
provistos por el Otro y sancionados por él. Al entrar en relación con el Otro, el viviente
pierde sus necesidades, ingresando en el circuito de las demandas y adviniendo un sujeto
dividido. De allí en más sus manifestaciones (llanto, gritos, etc.) serán entendidas por el
Otro como demandas a significar. Así, la madre frente al llanto de su bebe asignara a este
diversos significados (hambre, frio, etc.), y obrara en consecuencia, provocando, de esta
forma, el acceso del bebe en el mundo simbólico.
*Esquema de la comunicación para Saussure: Los seres hablantes logran comunicarse en
la medida en que pertenecen a una misma lengua, y en cada acto de habla el emisor
transmitirá significantes (sonidos), y el receptor dará a cada uno de ellos un significado,
recomponiendo el signo a la acción de la significación. Pariendo de este esquema de
comunicación, Lacan realizara una serie de modificaciones. En primer lugar, modificara la
esencia del signo saussureano, al proponer que la barra que une significante y significado
es resistente a la significación. Esto quiere decir que la presunta unidad del signo no es tal,
que emisor y receptor solo cuentan con significantes (sonidos), y que deberán realizar
algunas operaciones para que la significación se produzca.
[1423] Comentarios sobre algunos esquemas y gráficos de Lacan
[1] Lacan propuso un retorno a Freud guiado por la lectura de Saussure y de Levi Strauss.
Sostuvo una polémica con los analistas de su generación, a los que acusaba de haber
abandonado la senda del descubrimiento freudiano; por eso propone el retorno, que es
un volver a los textos fundantes de la disciplina “psicopatología de la vida…”
“interpretación de los…” “el chiste y su relación con el icc…” para relevar en ellos la
incidencia del lenguaje en los hechos del inconsciente. El INCC del que da cuenta Freud es
una instancia parlante, la cual busca hacer oir un mensaje censurado, mensaje que es
vehículo de deseo. Para burlar la censura el ICC se vale de figuras (como condensación y
desplazamiento), que Lacan reencuentra en los estudios lingúisticos acerca de la
producción de sentido.
Saussure  SIGNO –> UNIDAD MINIMA QUE COMPONE LA LENGUA

Lacan es una formalización, un algoritmo: S


s
● Para Saussure los seres hablantes logran comunicarse en la medida en que pertencen a
una misma lengua y en cada acto de habla el emisor transmite Stes y el receptor da a cada
Ste un Sdo, recomponiendo el signo en la acción de significación.
● Lacan propone que la barra entre Ste Sdo es resistente a la significación Ste y Sdo son
dos etapas del signo. En “Subversión del sujeto…” presenta un grafo buscando hacer
entender la producción de significación: Primero, el emisor toma de la lengua stes para
componer su mensaje. Segundo, este mensaje llegará al receptor quien realiza la
operación de significación (sanciona el mensaje). El lugar de la lengua está ocupado por
dos funciones: es la lengua y es a su vez el lugar del receptor, esto se resume utilizando la
A (Autre=Otro).
En el grafo se establece el circuito de la comunicación, partiendo del emisor, que lacan
designa como el SUJETO (S), es un sujeto barrado por el efecto del significante, es decir
por la dependencia en la que se encuentra este respecto al tesoro del significante
(lengua). El lugar de la sanción esta connotada con las letras s(A) SIGNIFICADO DEL OTRO,
ya que es el otro el que aporta el significado para producir la significación.
↓Para Lacan la significación no está dada de antemano, es producto de un trabajo.
Trabajo que puede ser visto de varias formas fenómeno de la retroacción
engendramiento del significado
El primero: cuando un hablante emite su mensaje, el significado recaerá retroactivamente
sobre él a partir de la sanción del OTRO. Esta forma de alcanzar el significado es
planteada bajo el nombre “bastas de acolchado”.
El segundo: la relación de los significantes entre si, establece significados sobre los hechos
de la realidad. Ejemplo de las dos puertas en “la instancia de la letra…” La oposición entre
estos significantes caballeros/damas engendra sobre la realidad material de cada una de
esas puertas un significado propio para cada una. A nivel del significado nos encontramos
que hay dos dibujos que son idénticos. La oposición entre los significantes es la que
provoca la diferencia a nivel del significado. Este ejemplo le sirve a Lacan para demostrar
que el STE NO CUMPLE LA FUNCION DE REPRESENTAR AL SIGNIFICADO.

[2] El registro de lo imaginario


En el texto “Estadio del espejo” Lacan aborda el tema de la constitución del YO. Lo clave
del texto es la prematuración del niño en el estadio infans, lo cual le impide un dominio de
su cuerpo y la anticipación que se produce en el ámbito psiquico al reconocer como propia
una imagen de sí que lo presenta bajo la forma de un cuerpo armónico y coordinado. La
tensión entre las sensaciones propioceptivas y la imagen de unidad es la clave para
comprender la organización del YO para Lacan: el Yo será una imagen unificada que falsea
los datos de la realidad vivencial y estará siempre amenazada por la fragmentación. Para
explicar la constitución del yo utiliza el esquema del fenómeno de la reflexión en un
espejo cóncavo. El cuerpo real del niño, aun no unificado por la imagen, estaría
representado en el esquema por el ramo de flores y el florero reales ambos separados
entre sí sin coordinación posible. El yo ideal (imagen virtual, imagen unificada en el
espejo) el florero y las flores virtuales que aparentan coordinación. La función del ideal
del yo, que aporta la matriz simbolica que hace posible esta experiencia imaginaria,
representada en el esuqmea por la mirada, la dirección de ella desde el sujeto, lugar de la
mirada tanto de la madre que libidiniza como la del niño que siguiendo a aquella otra
mirada logra ver lo que ella ve: cuerpo unificado.
Estos conceptos pueden verse ilustrados también en el esquema lambda.

[3] Complejo de Edipo y Complejo de Castración


En el seminario V “las formaciones del inconsciente” aborda al CE* en sus relaciones con
el CC*. Lacan postula que todo niño ingresa al terreno de la sexualidad a través de otro
que lo libidiniza (NO LO HACE POR SUS PROPIAS PULSIONES, como sostenía Freud).
Ingresa como objeto de deseo de otro. El Edipo, en su primer tiempo, puede remontarse
aún más allá del nacimiento del niño, pues el deseo que lo toma como objeto existe o
puede existir mucho antes de su concepción. La madre y el padre ingresan en el Edipo
como funciones simbólicas, por lo tanto pueden coincidir o no con las personas reales. La
castración debe entenderse como una operación simbólica que permite desalojar al niño
de su posición de objeto produciendo sobre él la posibilidad de la emergencia del deseo.
Primer tiempo del Edipo: Comandado por el STE DESEO DE LA MADRE, que toma al niño
como objeto de deseo; el niño que está ubicado en ese lugar es homologado al falo.
El falo imaginario  debe entenderse como el significado del deseo de la madre.
El falo simbólico en tanto STE comanda las significaciones futuras a partir de la
intervención del Ste nombre del padre. [Esta primer etapa posibilita la constitución del yo,
pues el ste deseo de la madre resultara ser la matriz simbolica que proyecta una imagen
unificada (falo imaginario) con la cual el niño se identifica].
Segundo tiempo del Edipo: La intervención del Ste NOMBRE DEL PADRE, instaura un
punto de viraje del ser o no ser el falo a tenerlo o no tenerlo; este es un punto nodal que
inicia el Complejo de Castración.
Formula de la metáfora paterna: Np . Dm = NP (A)
Dm X falo simbólico
[La metáfora produce una sustitución sobre el significante DM que comandaba el primer
tiempo. Esta sustitución trae por resultado una significación llamada fálica, posible para
todo significante perteneciente al tesoro A].
→ El grafico de subversión del sujeto con el que se vió el recorrido del mensaje, sirve para
comprender los conceptos relativos al Complejo de Edipo. Así el mensaje s(A) sancionado
por el Otro (A en este caso la madre) ubica al niño en el lugar del falo; esto permite la
constitución del yo a nivel de lo imaginario y este yo se constituye identificándose con la
imagen del otro. A su vez esta constitución imaginaria del Yo es posible gracias al sostén
simbólico dado por el nivel superior del grafo. Hay dos líneas una simbolica la línea s(A) –
A y otra imaginaria m – i(a).

(1) En la parte de abajo bajo del grafo esta I(A) que es el IDEAL DEL YO que brinda la matriz
simbolica para que el yo se constituya y que depende en primera medida del significado
original aportado por el Otro. A la derecha esta S, el niño ubicado como sujeto barrado. En
el punto incial del ciclo se encuentra S, antes de cualquier relación con el lenguaje; aun no
es un sujeto barrado, es solo un viviente. El expresa sus necesidades a través de gritos y
llantos. Es la madre (madre como función no como persona real) quien convierte eso que
no tiene sentido en significantes y les va a dar un significado. Ella es la que los hará pasar
por el circuito A – s(A), convirtiendo a los gritos en demandas. Así el niño iniciará sus
relaciones con el lenguaje y sus expresiones sin sentido (necesidades) al pasar por el
circuito de la demanda se convertirán en pedidos. La gráfica también permite ilustrar el
pasaje del niño del nivel de la necesidad al nivel de la demanda. Las necesidades (hambre,
sueño, etc.) requieren una satisfacción concreta que puede ser cumplida por cualquiera,
mientras que las demandas imponen una dependencia al Otro, dependencia doble: es el
otro el que determina el valor ultimo de las demandas y porque es el Otro el encargado de
aportar a su antojo esa satisfacción, satisfacción ahora simbólica. El niño queda a merced
del capricho del Otro para hallar una satisfacción el Otro como omnipotente.
(2) El segundo movimiento aquel que supone la intervención del Ste NP, presupone que la
grafica pueda ir mas alla del otro, mas alla del lugar donde ubicamos a la madre y del cual
provienen sus significaciones y por tanto más alla del circuito de la demanda. Este Otro
quedará barrado, afectado por la operación de castración y esto posibilita la emergencia
del deseo, ya no como deseo de la madre, sino como una fnción ppropia del sujeto en la
que reaparecerá el resto insatisfecho de la necesidad. Más alla del otro se abre la
pregunta ¿Qué queres? Pregunta que ya no puede responder con los significantes del Otro
y que le requerirá la apertura de un nuevo piso en la gráfica, sostenido por el significante
de la falta en el Otro.

UNIDAD 3: EL COMPLEJO DE EDIPO Y EL COMPLEJO DE CASTRACION


3-A. SIGMUND FREUD.
[1455] Tótem y Tabú (Parte IV)
Hay diferentes posturas con respecto al origen de la exogamia y su vínculo con el
totemismo. Freud se pregunta ¿De dónde proviene el horror al incesto que debe
discernirse como la raíz de la exogamia? Para explicar este horror no basta con invocar
una repugnancia instintiva hacia el comercio sexual entre parientes sanguíneos. No se
entendería entonces por qué el instinto tendría que ser reforzado por medio de una ley
que prohíbe aquello que podría llevarse a cabo bajo el forzar de las pulsiones. Un instinto
natural pulsiona hacia el incesto. Incluso las experiencias que brinda el psicoanálisis han
demostrado que las primeras mociones sexuales del individuo joven son de naturaleza
incestuosa.
→ Freud emprende así el camino de una deducción histórico-conjetural para tratar de
explicarlo; intento que se anuda a una hipótesis Darwiniana que el infirió de los monos
superiores y que según esta el hombre vivió originariamente en hordas en las cuales los
celos del macho mas viejo y fuerte impedían la promiscuidad sexual. Esto establecía en la
práctica la exogamia de los varones jóvenes, ya que fueron expulsados por el macho más
fuerte. Cada uno de estos podía fundar una horda similar en la que rigiera igual
prohibición del comercio sexual y en el curso del tiempo habría devenido esa regla en ley
y al introducirse el tótem la misma sería: “ningún comercio sexual dentro del mismo
tótem”.
Un rayo de luz aporta la experiencia psicoanalítica: la conducta del niño hacia el animal es
muy parecida a la del primitivo. Concede al animal una igualdad de nobleza y se siente
más emparentado con él que con un adulto.
→ Luego de esto empieza a hablar de las fobias y de Juanito “Analisis de la fobia de un
niño de cinco años” angustia ante el caballo, a consecuencia de la cual el niño rehusaba
andar por la calle; lo nuevo que se averiguó en este análisis fue el hecho del totemismo,
de que en tales condiciones el niño desplaza una parte de sus sentimientos desde el padre
hacia un animal. El motivo de este desplazamiento  el odio al padre debido a que es
rival frente a la madre no puede difundirse, desinhibido en la vida anímica debe a su vez
luchar contra la ternura que le genera esa misma persona; la ambivalencia que
experimenta el niño hacia su padre se alivia si desplaza sus sentimientos hostiles sobre un
subrogado del padre; ahora el conflicto continua en torno al objeto y la ambivalencia se
desplaza a el (Juanito tiene angustia ante los caballos e interés y respeto por ellos).
Cuando su angustia se mitiga el mismo se identifica con el caballo (galopa como el y
muerde a su padre).
De esto podemos extraer dos observaciones que concuerdan con el totemismo:
 Plena identificación con el animal totémico
 Actitud ambivalente de sentimientos hacia él.
De acuerdo con estas observaciones está permitido reemplazar en la fórmula del
totemismo al animal totémico por el padre. Incluso los propios primitivos lo dicen, el
tótem es considerado su antepasado y padre primordial. Resulta de esta sustitución que
si el animal totémico es el padre, los dos preceptos tabu que son el nucleo del totemismo:
NO MATAR AL TOTEM y NO USAR NINGUNA MUJER SEXUALMENTE QUE PERTENEZCA AL
TOTEM, coindicen en cuanto a su contenido con los crímenes del Edipo: mato a su padre y
tomo por mujer a su madre y con los dos deseos primordiales del niño.
→Un rasgo peculiar dentro del sistema totemista: banquete totémico. La forma más
antigua del sacrificio fue el sacrificio de animales; esta era una ceremonia pública, la fiesta
de un clan entero (coincidían sacrificio y festividad). Comer y beber con otro era símbolo
de comunidad social, ligaba, unía. Este banquete fue en su origen una comida festiva
entre los parientes de un mismo linaje. En cuanto al animal sacrificial estaba prohibida su
matanza para uso individual, solo era legítimo hacerlo cuando todo el clan asumía la
responsabilidad. Esto tiene el mismo sentido que el precepto que indica que la ejecución
de un miembro culpable del linaje tiene que ser realizada por todo el linaje. Así el animal
sacrificial era tratado como pariente del mismo linaje (matarlo equivalía a derramar
sangre de la tribu). La matanza y devoración del animal tótemico (ya que se identifica al
animal sacrificial con el animal totémico) es una pieza sustantiva de la religión totemista.
En el banquete totémico actúa la conciencia de que ejecutan una acción prohibida al
individuo y que es legitima solo si todos participan. El psicoanálisis ha revelado que el
animal totémico es realmente el sustituto del padre. Si se conjugan entonces: el banquete
totémico, la hipótesis darwiniana y la traducción acerca del tótem, puede conformarse
una hipótesis que une fenómenos hasta hace un tiempo separados.
Un día los hermanos expulsados de la horda se aliaron mataron y devoraron al padre y
pusieron fin a la horda paterna. En el acto de la devoracion se identificaban con él. El
banquete totémico seria la repetición y celebración de aquella hazaña. Ahora solo hace
falta suponer que la banda de hermanos estaba gobernada por los mismos contradictorios
sentimientos que podemos encontrar como contenido del complejo paterno (odiaban a
ese padre que era un obstáculo pero también lo amaban). Tras eliminarlo nació una
conciencia de culpa y lo que el padre impidió en vida, ellos mismos se lo prohibieron en la
situación psíquica; de esta manera no estaba permitida la muerte del sustituto paterno, el
tótem y renunciaron a sus frutos. Desde esta cc de culpa ellos crearon los dos tabúes
fundamentales del totemismo, que por eso mismo coincidieron con los dos deseos
reprimidos del Complejo de Edipo. A los hermanos si querían vivir juntos no les quedo otra
opción que erigir la prohibición del incesto, porque si hubiesen luchado por las mujeres se
hubiera ido a pique la organización. Todos renunciaban a las mujeres y salvaban la
organización que los había hecho fuertes.

[1470] Introducción al Narcicismo


En el texto ¨Introducción al narcicismo¨ de Freud la relación entre narcisismo y
autoerotismo (estado temprano de la libido) supone que es necesario que no esté
presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que
ser desarrollado. Entonces, si las pulsiones autoeroticas son iníciales, primordiales; por
tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el
narcicismo se constituya. Entonces plantea la existencia de dos grandes grupos de
pulsiones:
1) pulsiones de autoconservación cuyo fin es preservar la vida.
2) pulsiones sexuales que tienen como fin mantener la especie.
Las primeras tendrían como objeto al yo, mientras que las segundas siempre toman como
objeto a algo que corresponde al campo de lo otro. El objeto de la pulsión sexual es un
otro, mientras que el objeto de las pulsiones de autoconservación es el yo; lo que se
conserva es el yo y en la pulsión sexual tiene que buscar a otro porque si la meta es la
reproducción no hay manera de reproducirse uno mismo, entonces tenemos que salir a
buscar a otro a través del cual las pulsiones sexuales puedan encontrar su meta. La libido
o pulsión sexual es la que tiene que tener como objeto a un otro, sin embargo, a manera
de hipótesis, podría ser que cuando comienza su desarrollo primero tome como objeto al
yo y luego en un segundo momento tome como objetos a otros distintos al yo. A esta fase
en donde la libido toma al yo como objeto Freud la va a llamar narcisismo primario.
Primario diríamos por varias razones, la primera porque es esa fase en la cual la libido
pasa por el yo y es primera respecto de aquellas otras fases que podemos calificar como
narcisistas también, como por ejemplo la perversión donde la libido va a volver al yo.
Primeramente estuvo en el yo, luego pasó a los objetos y si regresa al yo ya estaríamos
hablando de un tercer momento -si la libido vuelve al yo- que va a calificar de narcisismo
secundario.
•Según Freud, la consideración de un narcicismo primario surge con el intento de incluir
en la teoría de la libido el cuadro de esquizofrenia. Los parafrenicos muestran dos rasgos
fundamentales de carácter: el delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés
respecto del mundo exterior. Respecto a este último, tanto el histérico como el neurótico
obsesivo han resignado el vínculo con la realidad. Pero aunque han renunciado al vínculo
erótico con personas y cosas, aun lo conservan en la fantasía; por un lado, han sustituido
los objetos reales por objetos imaginarios de sus recuerdos o los han mezclado con estos y
por el otro lado, han renunciado a emprender las acciones motrices que les permitirían
conseguir sus fines en esos objetos. Otro el caso de los parafrenicos que parecen haber
retirado su libido de las personas y cosas del mundo exterior, pero sin sustituirlas por
otras en su fantasía. El delirio de grandeza propio de estos estados nos indica aquí el
camino. La libido sustraída del mundo exterior fue conducida al yo, y así surgió una
conducta del narcicismo. Ahora bien, el delirio de grandeza no es una creación nueva sino
la ampliación o despliegue de un estado que ya antes había existido. Así, concebimos el
narcicismo que nace por replegamiento de las investiduras de objeto como un narcicismo
secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, oscurecido por múltiples
influencias.
•Es necesario introducir el narcisismo primario, porque no podemos suponer que el yo
esté desde el principio. El yo es algo que debe constituirse a través de un acto psíquico y
este acto psíquico supone que podamos en algún momento en nuestro aparato psíquico
tener una representación de nosotros mismos. Por lo tanto, Freud dice que es necesaria
teóricamente esta fase del narcisismo como el momento en que se produce esta
operatoria por la cual el yo se instala como tal, y ese yo va a ser un objeto de la libido.
Cuando habla del niñito en términos de “Su majestad el bebé”, claramente plantea allí
que la libidinización proviene de los padres. Son los padres los que aman a ese niñito y la
actitud tierna hacia ellos puede entenderse como el renacimiento y reproducción de su
narcicismo propio hace tiempo abandonado. Es algo que tiene que ver con la posibilidad
de la constitución de un yo, pero un yo que va a ser “su majestad el bebé”. Un yo que
comienza siendo lo que no es ni va a poder ser porque Freud mismo dice que los padres
pasaron por ese narcisismo pero luego la vida les enseñó que uno tiene que abandonar
esa posición, tiene que someterse a las reglas culturales y de las necesidades, tiene, que
vincularse obligadamente con el campo del otro (del otro semejante y también del Otro
de la ley, de la cultura, del lenguaje).
En este contexto Freud va a introducir una noción a la que le va a dar el nombre de Ideal
del Yo. El narcisismo primario cuando el sujeto llega a la vida adulta se ha trasladado al
Ideal del yo. Y ese Ideal del yo, dice Freud, aparece adornado con todos los caracteres que
tenía el yo del niño en la temprana infancia. Entonces no es que nos desprendamos del
narcisismo, lo que ocurre es que se produce una suerte de escisión del yo y, justamente
Freud lo que va a decir es que, esta escisión del yo se produce al concluir el complejo de
Edipo. Lo que antes era un único yo narcisista, objeto del amor de los padres, ahora va a
ser por un lado un Yo, por otro lado un Ideal del yo, y por otro lado un Superyó.
● Relación entre narcicismo y autoerotismo. Las pulsiones autoeróticas son iniciales,
primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción
psíquica, para que el narcisismo se constituya. Freud postula un camino para la evolución
de la libido, siguiendo las siguientes etapas:
AUTOEROTISMO NARCISISMO RELACIONES DE OBJETO
No hay objeto ni yo/ Objeto y yo coinciden /Objeto y yo existen de manera
independiente
Tanto la libido yoica y libido de objeto provienen de un procesamiento de los caracteres
íntimos del suceder neurótico y psicótico. La separación de la libido en una que es propia
del yo y una endosada a los objetos es la insoslayable prolongación de un primer supuesto
que dividió pulsiones sexuales y pulsiones yoicas.
Ambos términos indican la relación de la libido con su punto de destino, y no con su punto
de partida.
El supuesto de una separación originaria entre unas pulsiones sexuales y otras, yoicas,
viene avalado por muchas cosas y no sólo por su utilidad para el análisis de las neurosis de
transferencia. Concedo que este factor por sí solo no sería inequívoco, pues podría
tratarse de una energía psíquica indiferente, que únicamente por el acto de la investidura
de objeto se convirtiese en libido.
Este primer lugar, esta división conceptual responde al distingo popular tan corriente
entre hambre y amor, entre pulsiones del yo o de autoconservación y pulsiones sexuales.
La energía de las segundas se designa como libido. La nueva subdivisión de las pulsiones
sexuales en función de su objeto de catexis se puede visualizar en el siguiente esquema:

PULSIONES YOICAS PULSIONES SEXUALES


(o de autonservación)

libido

distintos objetos de catexis

libido del yo libido objetal

En los estados narcisistas (sueño, enfermedad somática) libido e interés del yo


tienen aquí el mismo destino y de nuevo resulta imposibles distinguirlos entre si.
En segundo lugar, consideraciones biológicas abogan en su favor. El individuo lleva
realmente una existencia doble, en cuanto es FIN para sí mismo y ESLABÓN dentro de una
cadena de la cual es tributario contra su voluntad, o al menos, sin que medie esta. El tiene
a la sexualidad por uno de sus propósitos, mientras que otra consideración lo muestra
como mero apéndice de su plasma germinal, a cuya disposición pone sus fuerzas a cambio
de un premio de placer. La separación de las pulsiones sexuales respecto de las yoicas no
haría sino reflejar esta función doble del individuo.
En tercer lugar debe recordarse que todas nuestras provisionalidades psicológicas
deberán asentarse alguna vez en el terreno de los sustratos orgánicos. Es probable pues,
que sean materia y procesos químicos particulares los que ejerzan los efectos de la
sexualidad y hagan de intermediarios en la prosecución de la vida individual en la vida de
la especie. La hipótesis de unas pulsiones sexuales y yoicas separadas y por lo tanto la
teoría de la libido descansa minimamente en bases psicológicas, y en lo esencial tiene
apoyo biológico.
→Freud califica el yo como el gran reservorio de la libido, porque la libido, como energía
pulsional, tiene su fuente en las diversas zonas erógenas; el yo como persona total,
almacena esta energía libidinal, de la cual es el primer objeto; pero, a continuación, el
reservorio se comporta, respecto a los objetos exteriores, como una fuente, puesto que
de él emanan todas las catexis.

[1469] La organización genital infantil


Con frecuencia en los años infantiles se da una elección de objeto semejante a la de la
pubertad. Si bien en este periodo no se logra una perfecta síntesis de los instintos
parciales bajo la primacia de los genitales, el interés dedicado a los genitales y la actividad
genital adquieren mucha importancia. La diferencia más importante entre la organización
genital infantil de la organización genital definitiva del adulto es que el sujeto infantil
admite un solo órgano genital, el masculino para los dos sexos. Hay primacia del falo. El
niño percibe diferencias externas entre el hombre y la mujer, pero en un comienzo no las
enlaza con una diversidad de sus órganos genitales. Así atribuye a todos los seres
animados órganos análogos a los suyos. Ante la percepción de la falta de pene en las
niñas, lo primero que ocurre es que niegan tal falta: el órgano es todavía muy pequeño y
crecerá. Poco a poco llegan a la conclusión de que la niña al comienzo poseía un miembro
análogo al suyo del cual fue luego despojada. La carencia de pene es interpretada como el
resultado de una castración, surgiendo en el niño el temor a la mutilación. De esta
carencia de pene se deriva desprecio hacia la mujer y disposición a la homosexualidad. Su
primera hipótesis: carencia de pene es consecuencia de una castración punitiva, lleva al
niño a creer que algunas mujeres como la madre lo conservan. Cuando el niño aborda el
tema del nacimiento de los niños y descubre que únicamente las mujeres pueden parirlos,
es cuando dejan de atribuir miembro viril a la madre. Tipos de organización genital: -
Organización pregenital (antítesis activo-pasivo) -Organización genital (hay masculino pero
no femenino, la antítesis es masculino-castrado) -Pubertad (la polaridad sexual coincide
con masculino y femenino).

[15030] Sobre la sexualidad femenina


En la fase del complejo de Edipo del niño varón encontramos un vínculo de simultáneo
amor por la madre y odio al rival del padre. Luego ante el descubrimiento de la
imposibilidad de castración como se prueba por la vista de los genitales femeninos, el
niño, impone una replasmación del complejo de Edipo, produce la creación del superyó y
así introduce todos los procesos que tienen por meta la inserción del individuo en la
comunidad de la cultura. Sigue esta asombrosa vía por el interés genital narcisista por la
conservación del pene. En el varón, resta como secuela del complejo de castración cierto
grado de menosprecio por la mujer, y en caso extremo, deriva por una inhibición de la
elección de objeto y por ciertos factores orgánicos, en una homosexualidad. En la fase del
complejo de Edipo de la niña la madre también fue su primer objeto de amor pero luego
prevalece la hostilidad. A diferencia del niño, los efectos del complejo de castración en la
niña son muy diversos. Ella reconoce el hecho de su castración, y así, la superioridad del
varón y su propia inferioridad, pero también se resuelve contra su situación desagradable.
De esa actitud bi-escendida derivan tres orientaciones de desarrollo:

1) Lleva al universal extrañamiento respecto de la sexualidad. La mujercita, aterrorizada


por la comparación con el varón, queda descontenta con su clítoris, renuncia a su
quehacer fálico y, con él, a la sexualidad en general, así como buena parte de su virilidad
en otros campos.

2) En porfiada autoafirmación, la esperanza de tener alguna vez un pene persiste hasta


épocas increíblemente tardías, es elevada a la condición de fin vital, y la fantasía de ser a
pesar de todo un varón sigue poseyendo a menudo virtud plasmadora durante
prolongados periodos. También este complejo de masculinidad de la mujer puede
terminar en una elección de objeto homosexual.

3) Solo un tercer desarrollo, que implica sin duda rodeos, desemboca en la final
configuración femenina que toma al padre como objeto y así halla la forma femenina del
complejo de Edipo. Por lo tanto, este último, es el resultado final de un desarrollo más
prolongado que no es destruido por el influjo de la castración sino creado por él; escapa a
las intensas influencias hostiles que en el varón producen un efecto destructivo, e incluso
es frecuente que nunca lo supere.

-La fase de la ligazón-madre exclusiva, que puede llamarse pre-edipica, reclama una
significación mayor en la mujer que en el hombre. La intelección de esta prehistoria
preedipica femenina tiene el efecto de una sorpresa que debe superar para llegar a la
situación del Edipo normal positivo. Esa sorpresa o complejo negativo es la angustia de ser
devorada o asesinada por la madre. Cabe suponer que esa angustia corresponda a una
hostilidad que en la niña se desarrolla contra la madre a consecuencia de las múltiples
limitaciones de la educación y el cuidado del cuerpo. En fin la actitud hostil hacia la madre
no es una consecuencia del complejo edipico, sino que proviene de la fase anterior y halla
solo refuerzo y empleo en la situación edipica.

[1457] JACQUES LACAN. El estadio del espejo como formador de la función del yo
1) ¿Que señala el jubilo que el infans manifiesta ante la imagen y que mecanismos
revela? Explique porque la visión de la imagen corporal aparece como una gestalt.
El jubilo que el infans manifiesta ante el espejo señala que el infans que no tiene todavía
dominio de la marcha ni de la postura en pie y, que a pesar del estorbo de algún sostén
humano o artificial, supera en jubiloso ajetreo las trabas de ese apoyo para suspender su
actitud en una postura más o menos inclinada, y conseguir, para fijarlo, un aspecto
instantáneo de la imagen. Basta comprender el estadio del espejo como una
identificación, es decir, la transformación producida en el sujeto cuando asume la imagen
que le devuelve el espejo. De esta manera la visión de la imagen corporal aparece como
una gestalt que el espejo le anticipa bajo la forma de un cuerpo armonico y coordinado
que el sujeto no tiene (cuerpo fragmentado). Esta tensión entre las sensaciones
propioceptivas (que aportan vivencias de fragmentación) y la imagen de unidad es la clave
para entender lo propio de la organización del yo para lacan: el yo será una imagen
unificada que falsea los datos de la realidad vivencial, y estará siempre amenazada por la
fragmentación.
2) Explique el párrafo: ¨El hecho de que su imagen especular sea asumida
jubilosamente por el ser sumido todavía en la impotencia motriz y la dependencia de la
lactancia que es el hombrecito en ese estadio infans, nos parecerá por lo tanto que
manifiesta, en una situación ejemplar, la matriz simbólica en la que el yo (je) se
precipita en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica de la
identificación con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en lo universal su
función de sujeto¨. Considerar las nociones de infans, situación ejemplar, matriz
simbólica, forma, yo y sujeto.
Durante el estadio del espejo, el infans asume su imagen especular a pesar de su
impotencia motriz y dependencia materna a la vez que manifiesta, en una situación
ejemplar, la matriz simbólica en la que el yo se precipita en una forma primordial, antes de
objetivarse en la dialéctica de identificación con el otro y antes de que el lenguaje le
restituya su función de sujeto. Esta forma (yo ideal) sitúa la instancia del yo, aun desde
antes de su determinación social, en una línea de ficción que será el tronco de las
identificaciones secundarias y que marcara el devenir del sujeto, cualquiera que sea el
éxito de las síntesis dialécticas por medio de las cuales tiene que resolver en cuanto yo (je)
su discordancia con su propia realidad.
3) ¿Cómo explica la competencia y rivalidad con el otro?
El momento en que termina el estadio del espejo inaugura, por la identificación con la
imago del semejante y el drama de los celos primordiales, la dialéctica que desde
entonces liga al yo (je) con situaciones socialmente elaboradas. Es este momento el que
hace volcarse decisivamente todo el saber humano en la mediatización por el deseo del
otro, constituye sus objetos en una equivalencia abstracta por la rivalidad del otro, y hace
del yo (je) ese aparato para el cual todo impulso de los instintos será un peligro, aun
cuando respondiese a una maduración natural; pues la normalización misma de esa
maduración depende desde ese momento en el hombre de un expediente cultural: como
se ven respecto al objeto sexual en el complejo de Edipo.

4) Explique el siguiente párrafo: ¨El estadio del espejo es un drama cuyo empuje interno
se precipita de la insuficiencia a la anticipación; y que para el sujeto, presa de la ilusión
de la identificación espacial, maquina las fantasías que se sucederán desde una imagen
fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos ortopédica de su totalidad, y
a la armadura por fin asumida de una identidad enajenante, que va a marcar con su
estructura rígida todo su desarrollo mental¨. Considerar las nociones de insuficiencia y
anticipación, fragmentación, identidad enajenante y rigidez.
En el estadio del espejo el infans se identifica con la imagen que le devuelve el espejo que
por cierto lo fascina y la asume como tal. Este desarrollo es vivido por el individuo como
una dialéctica temporal que le anticipa una totalidad que no tiene lo que pone en
evidencia su cuerpo fragmentado. Desde esa imagen fragmentada del cuerpo se suceden
las fantasías hasta una forma ortopédica de su totalidad, y la armadura por fin asumida de
una identidad enajenante que marcara con su estructura rígida todo su desarrollo mental.
Es este yo una armadura de identidad enajenante que tiene una estructura de todo o nada
cuyos mecanismos defensivos cual fortaleza caracterizan su rigidez para protegerse de la
fragmentación. Esta fragmentación aparece por ejemplo en los sueños donde el yo se
relaja y mediante el análisis se puede escenificar o leer el inconsciente. En este contexto
una función del yo sería mantener la totalidad ilusoria. No obstante aunque el yo se relaje
la censura no desaparece del todo.
5) ¿Qué significa que la relación con la naturaleza está alterada en el hombre? Articule
con la célula elemental del grafo.
La dialéctica social que estructura como paranoico el conocimiento humano muestra la
razón que lo hace más autónomo que el del animal con respecto al campo de fuerzas del
deseo, pero también que determina en ella una insuficiencia orgánica de su realidad
natural. Entonces la función del espejo se nos revela como un caso particular de la función
de la imago, que es establecer una relación del organismo con su realidad. Pero esta
relación con la naturaleza está alterada en el hombre por cierta dehiscencia (abertura) del
organismo en su seno, por una discordia primordial que traicionan los signos de malestar y
la incoordinación motriz de los meses neonatales. Esta verdadera prematuración
específica del nacimiento en el hombre evidencia una pre-existencia del lenguaje y a la vez
una falta de armoniosidad y de adecuación a la naturaleza.
Suponemos que un viviente en sus primeros momentos de vida tiene necesidades que
desde su cuerpo exigen una satisfacción. Pero este por efecto de la pre maturación no
pude alcanzar por si solo los objetos que le proveen satisfacción. Depende de otro que lo
asista. Entonces en el circuito de la comunicación como se muestra en el grafo, desde el
punto $ ubicamos al viviente, hasta el punto A, el lugar del Otro, definido como tesoro del
significante. De esta forma, el Otro permutara las necesidades del viviente (que se dirigen
a los objetos) por demandas, es decir, pedidos formulados en significantes, provistos por
el Otro y sancionados por él. Al entrar en relación con el Otro el viviente pierde sus
necesidades, ingresando en el circuito de la demanda y adviniendo un sujeto dividido. De
allí en mas sus manifestaciones (llantos, gritos, etc.) son entendidos por el Otro como
demandas a significar. Por ejemplo: El bebe llora y la madre le asigna diversos significados
como que busca un juguete entonces obrara transformando esa necesidad en demanda y
a la vez sancionara ese mensaje provocando el acceso del bebe al mundo simbólico.
6) A partir de la lectura de introducción al narcicismo y el estadio del espejo explique el
esquema Lamda.
S a´

a A
•Las letras a´ Y A representan dos formas del otro: el otro (a´) de la relación imaginaria, es
decir, el otro especular, que es tanto mi propia imagen como la del objeto, y el Otro (A) de
la relación simbólica (tesoro del significante). La letra a representa al yo. La S, al sujeto. El
yo es lo propio del individuo a nivel de lo imaginario. El sujeto, lo propio del individuo a
nivel de lo simbólico. Cada uno de ellos está determinado por una forma del otro. A su vez
todo el esquema se soporta de la función del Otro con mayúsculas (matriz simbólica).
Pero, tal como se desprende del grafico, la línea de la relación imaginaria a – a´ hace
obstáculo a la línea de la relación simbólica A – S: la función del yo se apoya en lo
simbólico, pero al mismo tiempo lo desconoce.
•Conceptos del estadio del espejo:

a) El cuerpo fragmentado, cuerpo real del niño se conoce a partir de la identificación del
Sujeto (S) con la imagen del otro (a´) de la relación imaginaria (a-a´) donde se conforma el
yo imaginario (a). Para esto el Sujeto se apoya en el Otro simbólico (A) a la vez que lo
desconoce. La imagen unificada que falsea el yo da cuenta de la fragmentación que
siempre lo amenaza.

b) El yo ideal (a) (la imagen unificada en el espejo) sería la imagen virtual que aparenta
una perfecta coordinación.

c) La función del ideal del yo, que aporta la matriz simbólica (A) es la que posibilita esta
experiencia. A partir de ese punto, el sujeto (S), desde su lugar, dirige la mirada, que es
lugar tanto de la mirada libidinizada de la madre como de la mirada del niño, y al seguirla,
logra ver lo que ella ve: un cuerpo unificado, del otro lado del espejo (a´).

•Conceptos de introducción al narcicismo:


Se puede entender la actitud de amor de los padres hacia los hijos como renacimiento de
su narcicismo propio hace tiempo abandonado. A ese hijo se lo ubica en el lugar de su
majestad bebe lo que sería el lugar del yo ideal. Este debe cumplir los sueños, es decir, los
irrealizados deseos de sus padres. Un padre no quieren privarse la perfección narcisista de
su infancia y procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que el proyecta
frente a si como su ideal es el sustituto del narcicismo perdido de su infancia, en la que él
fue su propio ideal.

3-C JACQUES LACAN.


[15028] Las formaciones del Inconsciente
La metáfora paterna concierne la función del padre en términos de relaciones interhumanas. La
función del padre tiene su lugar en el corazón del Edipo. Freud la introdujo al comienzo de todo,
ya que lo que revela el inconsciente al principio es el Complejo de Edipo; lo importante de esta
revelación del inconsciente es la amnesia infantil que afecta  a los deseos infantiles por la madre y
al hecho de que estos deseos están reprimidos. Dichos deseos son primordiales y están todavía
presentes.

El tema histórico del Complejo de Edipo gira alrededor de tres polos:


1) El Edipo en relación al superyó.
2) En relación con la realidad, porque se trata de las relaciones del Edipo con las afecciones que
conllevan una alteración de la relación con la realidad, perversión y psicosis.
3) En relación con el Ideal del Yo, porque la genitalización, cuando se asume, se convierte en
elemento del ideal del Yo.

-Al principio, el padre es terrible. El padre interviene en diversos planos. De entrada, prohíbe a la
madre. Este es el fundamento, el principio del Complejo de Edipo, ahí es donde el padre está
vinculado con la ley primordial de la interdicción de incesto. Es el padre, el encargado de
representar esta interdicción. La relación entre el niño y el padre está gobernada por el temor de
la castración. Se aborda como una represalia dentro de una relación agresiva. Esta agresión parte
del niño porque su objeto privilegiado, la madre, le está prohibido, y va dirigida al padre. Vuelve
hacia él en función de la relación dual, en la medida en que proyecta imaginariamente en el padre
intenciones agresivas equivalentes o reforzadas con respecto a la suyas, pero que parten de sus
propias tendencias agresivas. El temor experimentado ante el padre es netamente centrífugo, es
decir tiene su centro en el sujeto. Así, la forma en que la neurosis encarna la amenaza castrativa
está vinculada con la agresión imaginaria. Es una represalia.
-El Edipo invertido nunca está ausente en la función del Edipo, es decir, el componente de amor al
padre no se puede eludir. Es el que proporciona el final del Complejo de Edipo, su declive, en una
dialéctica, también muy ambigua, del amor y de la identificación, de la identificación en tanto que
tiene su raíz en el amor. El sujeto se identifica con el padre en la medida en que lo ama, y
encuentra la solución terminal del Edipo en un compromiso entre la represión amnésica y la
adquisición de aquel término ideal gracias al cual se convierte en el padre. Por la misma vía, la del
amor, puede producirse la posición de inversión, a saber, que en lugar de una identificación
benéfica, el sujeto se encuentre afectado por una posición pasivizada en el plano del inconsciente:
frente a ese padre temido, prohibido, pero que por otra parte es tan amable, colocarse en el lugar
adecuado para obtener sus favores, hacerse amar por él. Pero como hacerse amar por él consiste
en pasar a la categoría de mujer, supone el peligro de castración, aquella forma de
homosexualidad inconsciente que deja al sujeto en una situación conflictiva con múltiples
repercusiones, por un aparte, el retorno constante de la posición homosexual con respecto al
padre, y por otra parte su suspensión, es decir su represión, debido a la amenaza de castración
que supone tal posición.
El padre le prohíbe al niño hacer uso de su pene en el momento en que dicho pene empieza a
manifestar sus veleidades. Se trata de la prohibición del padre con respecto a la pulsión real.

AGENTE                          OPERACIÖN                           OBJETO (falta)


Padre real (o madre)         Castración (simbólica)          imaginario
Madre simbólica               Frustración (imaginaria)            real       
Padre imaginario               Privación (real)                         simbólico
→ El nivel de amenaza de castración se trata de la intervención real del padre con respecto a una
amenaza imaginaria. La castración es un acto simbólico cuyo agente es el padre o la madre que le
dice: “te lo vamos  a cortar” y cuyo objeto es un objeto imaginario.
→ El padre le prohíbe la madre. En cuanto objeto es suya, no del niño. En esta etapa, es donde se
establece aquella rivalidad con el padre que por si misma engendra una agresión. El padre frustra
al niño de su madre. El padre interviene como provisto de un derecho. Aquí es el padre en cuanto
simbólico el que interviene en una frustración, acto imaginario que concierne a un objeto bien
real, la madre, en tanto que el niño tiene necesidad de ella.
→ Finalmente viene el tercer nivel, el de la privación, que interviene en la articulación del
complejo de Edipo. Se trata entonces, del padre que se hace preferir a la madre. En la medida que
el padre se convierte, en un objeto preferible a la madre, puede establecerse la identificación
terminal, la que conduce a la formación del ideal del yo. La cuestión del complejo de Edipo
invertido y de su función se establece en esta etapa. Aquí es donde se centra la diferencia del
efecto del complejo en la niña y en el niño: para ella la dificultad se encuentra en la entrada,
mientras que al final, la solución se ve facilitada porque el padre no tiene dificultad para ser
preferido a la madre como portador del falo. Par el niño, por el contrarío, la virilidad es asumido
mediante la identificación con el padre. En el momento de la salida normalizante del Edipo, el niño
reconoce no tener, no tener  verdaderamente lo que tiene; y en la niña, lo que no tiene.
¿Qué es el padre? El padre es una metáfora en el complejo de Edipo. Es un significante que
sustituye a otro significante. La función del padre en el complejo de Edipo es la de ser un
significante que sustituye al primer significante introducido en la simbolización, el significante
materno.

Padre    .  Madre
Madre      X (falo)

El padre ocupa el lugar de la madre (S), en lugar de (S’), siendo S’ la madre en cuando vinculada ya
con algo que era X, es decir el significado en la relación con la madre. Ese significado es el falo.
 
S   .   S’        S   1
S’      X         s’

“Los tres tiempos del Edipo”


•La metáfora paterna es la simbolización primordial entre el niño y la madre, poner al padre, en
cuanto símbolo o significante, en lugar de la madre. La primera relación de realidad se perfila
entre la madre y el niño, y ahí es donde el niño experimenta las primeras realidades de su
contacto con el medio viviente. El padre entra en el triangulo con el fin de dibujar objetivamente la
situación, mientras que para el niño todavía no ha entrado. El padre es el real. La posición del
Nombre del Padre, la calificación del padre como creador, es un asunto que se sitúa en el nivel
simbólico.
Hay una relación entre el ternario simbólico y el imaginario para presentar la relación del niño con
la madre, en tanto que el niño depende del deseo de la madre, de la primera simbolización de la
madre. Mediante esta simbolización, el niño se desprende su dependencia efectiva respecto del
deseo de la madre de la pura y simple vivencia de dicha dependencia y se instituye algo que se
subjetiva en un nivel primordial o primitivo. Esta subjetivación consiste en establecer a la madre
como aquel ser primordial que puede estar o no estar. Su deseo es deseo del deseo de la madre. El
objeto de deseo es el falo. El padre priva a la madre del objeto de su deseo. Pero está muy claro
que el padre no puede castrar a la madre de algo que ella no tiene. Para que se establezca que no
lo tiene, eso ya ha de estar proyectado en el plano simbólico como símbolo. Pero es de todas
formas una privación, ya que toda privación real requiere la simbolización. Es, en este plano de la
privación de la madre donde en un momento dado de la evolución del Edipo se plante para el
sujeto la cuestión de aceptar, registrar, simbolizar él mismo, de convertir en significante, esa
privación de la que la madre es objeto, como se comprueba. Esta privación, el sujeto infantil, la
asume o la rechaza.
La experiencia demuestra que si el niño no franquea ese punto nodal, no acepta la privación del
falo de la madre operada por el padre, mantiene, una determinada forma de identificación con el
objeto de la madre, ese objeto que les represento desde el origen como un objeto rival, y ello
tanto si se trata de fobia como de neurosis o de perversión.
En el plano imaginario, para el sujeto se trata de ser o no ser el falo. 
•El padre estará en juego como portador de la ley, como interdictor del objeto que es la madre. La
función del padre, el Nombre del Padre, está vinculada con la interdicción del incesto. Hace de
obstáculo entre el niño y la madre, es el portador de la ley.
Lo que cuenta es la función en la que interviene, en primer lugar, el Nombre del Padre, único
significante del padre, en segundo lugar, la palabra articulada del padre, en tercer lugar, la ley en
tanto que el padre está en una relación más o menos intima con ella. Lo esencial es que la madre
fundamenta al padre como mediador de lo que esta mas allá de su ley, la de ella y su capricho. Es a
este aspecto como es aceptado o no por el niño como aquel que priva o no a la madre del objeto
de su deseo. 
•Existen tres tiempos:
1) la instancia paterna se introduce bajo una forma velada, o todavía no se ha manifestado. Ello no
impide que el padre exista en la materialidad mundana. Por eso la cuestión del falo ya está
planteada en algún lugar en la madre, donde el niño ha de encontrarla. Lo que el niño busca, en
cuanto deseo del deseo, es poder satisfacer el deseo de su madre, es decir ser o no ser el objeto
del deseo de la madre. El sujeto se identifica en espejo con lo que es el objeto del deseo de la
madre.
2) El padre se afirma en su presencia privadora, en tanto que es quien porta la ley, y esto ya no se
produce de una forma velada sino de una forma mediada por la madre, que  es quien lo establece
como quien dicta la ley. En el plano imaginario, el padre interviene como privador de la madre.
3) El padre se revela en tanto que él tiene. Es la salida del complejo de Edipo. Dicha salida es
favorable si la identificación con el padre se produce aquí, en el que intervine como quien lo tiene.
Esta identificación se llama Ideal del yo. Se inscribe en el triangulo simbólico en el polo donde está
el niño, mientras que el polo materno empieza a constituirse todo lo que luego será realidad, y del
lado del padre es donde empieza a constituirse todo lo que luego será superyó. En el tercer
tiempo, el padre interviene como real y potente. Este tiempo viene tras la privación o la
castración, que afecta  a la madre, a la madre imaginada, por el sujeto, en su posición imaginaria,
la de ella, de dependencia. Si el padre es interiorizado en el sujeto como Ideal del Yo, y el complejo
de Edipo declina, es en la medida en que el padre interviene como quien, él sí, lo tiene.
El tercer tiempo en la mujer es diferente: ella no ha de enfrentarse con esta identificación, ni ha de
conservar ese titulo de virilidad. Sabe donde esta eso, y sabe dónde ir a buscarlo, al padre.
El padre es, en el Otro, el significante que representa la existencia del lugar de la cadena
significante como ley. El padre está en una posición metafórica si y solo si la madre lo convierte en
aquel que con su presencia sanciona la existencia del lugar de la ley.
[1] Explique el triangulo imaginario articulando la ecuación freudiana niño-falo.
Falo imaginario Deseo de la Madre
(-q )

Niño
El falo imaginario es escrito por Lacan con la letra fi minúscula (q ), antecedida de un signo menos;
el falo simbólico lo escribirá con la letra fi mayúscula, Q. El primero debe entenderse como el
significado del deseo de la madre, el segundo como aquello que comanda, en tanto significante,
las significaciones futuras a partir de la intervención del significante Nombre del Padre.
A partir del triangulo imaginario se puede resumir los pasos lógicos del complejo de Edipo. La
primera etapa esta comanda por el significante Deseo de la Madre, que toma al niño como objeto
de ese deseo. Se posibilita, a nivel del niño, la constitución del yo tal como se plantea en El estadio
del espejo, pues finalmente el deseo de la madre resultara ser esa matriz simbólica que proyecta
sobre la pantalla del espejo una imagen unificada (falo imaginario), con la cual el niño se identifica.
[2] ¿A qué se refiere la operación de privación?
La relación del niño con el falo se establece porque el falo es el objeto del deseo de la madre. Este
elemento desempeña un papel activo esencial en las relaciones del niño con la pareja parental. El
padre, en tanto que priva a la madre del objeto de su deseo, especialmente del objeto fálico,
cumple un papel esencial en toda neurosis y a lo largo de todo el curso del complejo de Edipo.
Está claro que el padre no puede castrar a la madre de algo que ella no tiene. De todas formas es
una privación, porque toda privación real requiere de la simbolización. En este plano de privación
en un momento de la evolución del complejo de Edipo, el sujeto, se plantea la cuestión de aceptar,
de registrar, de simbolizar el mismo, de convertir en significante, esa privación, de la que la madre
es objeto. A esta privación, el sujeto infantil la asume o no la asume, la acepta o la rechaza. En fin,
en esta segunda etapa del complejo de Edipo la intervención del significante Nombre del padre
produce una doble operación: priva a la madre del niño entendido como falo, y desalojo al niño de
su posición fálica respecto de la madre (castración):
Falo Madre

Niño Nombre del Padre

[3] Rastree en el texto y desarrolle ¨Ley de la madre¨


Luego de haber atravesado el orden bien constituido de lo simbólico, el deseo del sujeto que ha
pasado al estado de la demanda, encuentra aquello a lo que se dirige, su objeto, su objeto
primordial, en particular la madre. El mundo terrenal donde entra y progresa el sujeto no es tan
solo un mundo donde puede encontrar satisfacer las necesidades sino un mundo donde reina la
palabra, que somete el deseo de cada cual a la ley del deseo del Otro. La demanda del joven
evidencia la línea de la cadena significante que está ahí latente y estructurante y la primera prueba
de su relación con el Otro que es la simbolización de su madre. Por eso el sujeto se encuentra
enteramente sometido a lo que por anticipación llamamos ley de la madre. Esta ley es el hecho de
que la madre es un ser hablante sin embargo es una ley incontrolada. Reside simplemente, para el
sujeto, en el hecho de que algo de su deseo es completamente dependiente de otra cosa que se
articula ya en cuanto tal, que pertenece ciertamente al orden de la ley, pero que esta toda entera
en el sujeto que la soporta en el buen o el mal querer de la madre, la buena o la mala madre.
Partiendo desde el principio no hay sujeto si no hay significante que lo funda. Si el primer sujeto es
la madre, es en la medida en que ha habido las primeras simbolizaciones constituida por el
significante del Fort-Da. Si esta intención, o esta demanda, puede hacerse valer ante el objeto
materno, es porque ha atravesado la cadena significante.
[4] Desarrolle y describa el segundo y el tercer tiempo del Edipo. [REPASO]
Segundo tiempo. En este nivel aparece la ley del padre concebida imaginariamente por el sujeto
como privadora de la madre. Es el estadio, nodal y negativo, por el cual lo que se desprende al
sujeto de su identificación lo liga, al mismo tiempo, con la primera aparición de la ley en la forma
de este hecho – la madre es dependiente de un objeto que ya no es simplemente el objeto de su
deseo, sino un objeto que el Otro tiene o no tiene.
El estrecho vinculo de esta remisión de la madre a una ley que no es la suya sino la del Otro, junto
con el hecho de que el objeto de su deseo es poseído en la realidad por aquel mismo Otro a cuya
ley ella remite, da la clave de la relación del Edipo. Aquello que constituye su carácter decisivo se
ha de aislar como relación no con el padre, sino con la palabra del padre.
Tercer tiempo. Esta etapa es tan importante como el anterior, pues de ella depende de la salida
del complejo de Edipo. El falo, el padre ha demostrado que lo daba solo en la medida en que es
portador o supporter de la ley. De él depende la posesión o no por parte del sujeto materno de
dicho falo. Una vez atravesado el segundo tiempo es preciso que en el tercer tiempo el padre
mantenga lo que ha prometido. Puede dar o negar, porque lo tiene, pero del hecho de que él lo
tiene, el falo, ha de dar alguna prueba. Interviene en el tercer tiempo como el que tiene el falo y
no como el que lo es, y por eso producirse el giro que reinstauro la instancia del falo como objeto
deseado por la madre, y no ya solamente como objeto del que el padre puede privar.

[5] ¿Por qué la función paterna es presentada por Lacan como una metáfora? [REPASO]
En el tercer tiempo del Edipo, el padre interviene como real y potente. Este tiempo viene tras la
privación, o la castración, que afecta a la madre, a la madre imaginada, por el sujeto, en su
posición imaginaria, la de ella, de dependencia. Si el padre es interiorizado en el sujeto como Ideal
del yo, y el complejo de Edipo declina, es en la medida en que el padre interviene como quien, el
sí, lo tiene. Esto no quiere decir que el niño vaya a tomar posesión de todos sus poderes sexuales
y a ejercerlos, por el contrario no los ejerce en absoluto ya que aparentemente esta despojado del
ejercicio de las funciones que habían empezado a despertarse sin embargo el niño tiene en
reserva todos los títulos para usarlos en el futuro. El papel que desempeña aquí la metáfora
paterna es la que podíamos esperar de una metáfora – conduce a la institución de algo
perteneciente a la categoría del significante, está ahí en reserva y su significación se desarrollara
mas tarde. El niño tiene todos los títulos para ser un hombre, y lo que más tarde se le pueda
discutir en el momento de la pubertad, se deberá a algo que no haya cumplido del todo con la
identificación metafórica con la imagen del padre, si esta se ha constituido a través de esos tres
tiempos. Esto significa que, en cuanto viril, un hombre es siempre más o menos su propia
metáfora.

3-D JACQUES LACAN


[1162] Lectura lacaniana del Caso del pequeño Hans de Freud [1427] Juanito y la triada paterna
En lo referente a la carencia paterna, en la novena clase del Seminario 5 Lacan marca la
importancia de pensar al Edipo como estructura. Refiriéndose al padre, y discutiendo con la
posición ambientalista en cuento a la carencia paterna, dice claramente que “puede decirse que es
del todo posible, concebible, se entiende, se comprueba por experiencia, que el padre existe sin
estar…” (Lacan, J, 1957/8, p. 172). Más adelante menciona que “hablar de su carencia en la familia
no es hablar de su carencia en el complejo” (Lacan, J, 1957/8, p. 173). En su explicación de los
tiempos del Edipo, el psicoanalista francés pensará al padre, en sus tres registros, en relación a su
papel en el complejo. En primer lugar es importante organizar u ordenar los acontecimientos que
se dan en los tres tiempos del Complejo de Edipo a fin de poder explicar dónde y cómo se produce
la carencia paterna en el caso del pequeño Hans.
Como nos explica Lacan en su Seminario 5, se compone de tres momentos. 1) En el primero de
ellos el niño busca el deseo de su madre o de quién cumpla esa función. Como lo desarrolla
Cacciari, A. y Matínez, H. en relación al caso Juanito en su texto “El pequeño Hans y la tríada
paterna”:
“De esta forma, Juanito juega al juego del señuelo con su madre, haciéndose pasar por el objeto
de su deseo (el falo imaginario), y usufructuando de esta forma el goce de esa posición.” (Cacciari,
A y Martínez, H, 2011, p. 5)

En este momento el padre se encuentra presente, como en todos los momentos del Edipo, pero
de una forma velada. 2) En un segundo momento el padre interviene como privador y castrador.
Al mismo tiempo aparece el pene como algo real. Cuando el pene presenta sus veleidades el niño
es desplazado del campo de lo imaginario. Esta situación le genera al niño un gran sentimiento de
angustia. Es en ésta etapa donde aparecen las dos operaciones de privación y castración.
Operaciones que deben ser ejercidas por el padre, que ahora toma un rol visible, en sus diferentes
registros. El padre imaginario priva, y el real es el que castra.
3) En el tercer momento aparece un padre que viene a traer la “ley”. Una ley por la cual él mismo
también esta atravesado.
Es un padre potente, portador del falo. Lacan dice que “el padre puede darle a la madre lo que
ella desea, y puede dárselo porque lo tiene.” (Lacan, 1957/8, p. 200). Se habla de una potencia en
el sentido genital de la palabra, por eso dice que la relación padre y madre vuelve al plano real.
Aquí el niño se identifica con este padre como el que lo tiene. Esto es el “Ideal del yo”. De esta
manera declina el complejo de Edipo.
En el caso de Hans la carencia paterna se evidencia en el padre del registro de lo real. Es un padre
que debe ejercer la operación de castración y lo hace de una manera fallida. (Lacan, 1956/7).
Como lo menciona Lacan en su Seminario 4:

“…la castración […]. También puede estar profundamente marcada, y profundamente


desequilibrada, por la ausencia del padre real” (Lacan, 1956/7, p. 223)

¿Qué ocurre en la castración? Como nos dice Cacciari, A. y Martinez, H.:


“…la castración recae sobre el niño, y de una doble manera: (1) en tanto él es el falo imaginario
para el deseo materno, la castración lo desaloja de ese lugar; (2) pero a su vez recae sobre su pene
en tanto órgano real, para que el niño puede perderlo y luego reencontrarlo como elemento
simbólico del intercambio sexual.” (Cacciari, A y Martínez, H, 2011, p. 5)
El padre de Hans ha fallado en ésta tarea. Él ha participado “de todo esto como un pobre hombre”
(Lacan 1956/7, p. 232).
Como dice Lacan en su Seminario 5 en el caso de este niño el padre aparece como “totalmente
inoperante” (Lacan, 1956/7, p. 199) y la madre en una posición ambigua. Para ella no es la palabra
del padre la que dicta la ley. En este caso falta lo que debería suceder en el tercer tiempo del
Edipo. Como explica Lacan en el seminario:
“En el tercer tiempo, pues, el padre interviene como real y potente. Este tiempo viene tras la
privación o la castración, que afecta a la madre, a la madre imaginada, por el sujeto, en su posición
imaginaria, la de ella, de dependencia. Si el padre es interiorizado en el sujeto como Ideal del yo y,
entonces, no lo olvidemos, el complejo de Edipo declina, es en la medida en que el padre
interviene como quien, él sí, lo tiene” (Lacan 1957/8, p. 201).

¿Cómo interviene aquí la fobia y que función cumple? En el seminario 4 Lacan explica que ante la
falta de la intervención de Padre Real, la fobia surge como una manera para que Hans prosiga su
Edipo, para que logre la operación de castración y así salir del complejo. Cacciari, A y Martínez, H
explican en relación con esto:
“Pero como el Padre Real no interviene, Juanito recurrirá al artificio de la fobia para resolver varias
cuestiones: (a) hacer ingresar en la escena al caballo, como sucedáneo del padre; (b) transformar
la angustia en ‘miedo al caballo’; (c) reordenar el espacio de la realidad” (Cacciari, A y Martínez, H,
2011, p. 5)
Siguiendo lo anterior cabe aclarar aquí que lo ocurrido es una Metáfora Paterna con fallas, pero sí
se da. La falta es a nivel real, no simbólico. De lo contrario estaríamos ante una psicosis y no una
fobia como ocurrió (Cacciari, A y Martínez, H, 2011).
Conclusión: He expuesto cómo se ha dado la carencia paterna en el caso del pequeño Hans. El
actor que encarna la función paterna a fallado en su deber de castrar al pequeño. Éste no tiene
otra opción que recurrir a la fobia para poder llegar al final del Edipo.

[15049] CACCIARI ANALIA. Edipo, mito, tragedia, complejo.


 Tres niveles en los que suele analizarse el Edipo: el del mito, el de la tragedia y el del
complejo, niveles que aluden a diversos campos disciplinares y a construcciones epocales.
 COMPLEJO:
FREUD: Ve a la familia como producto cultural, sin embargo descansa en una razon biologica:
porque existe una pulsion sexual, los individuos se ven llegados a realizar acciones tendientes al
logro de la satisfacción pulsional. El vinculo mas o menos permanente con el objeto a traves del
cual se alcanza dicha satisfacción genera a su vez lazos afectivos, que a la alarga darán lugar al
establecimiento de una familia. En en su interior donde se ha de producir las elecciones objetales
de la temprana infancia, con la emergencia de la sexualidad infantil, cuyo desarrollo culminará en
el complejo construido en torno a una elección de objeto y a un vínculo de rivalidad que trae
aparejado un deseo de muerte. Pero el complejo de Edipo, reproduce ala vez un hecho histórico
acontecido en el origen de la org social: cuando los hermanos se alían entre si para matar al padre
poseedor de todas las mujeres, para luego prohibirse a esas mujeres en nombre del sentimiento
de culpa retrospectivo. De este modo, cada individuo vive, en el seno de su familia, el drama del
deseo y la rivalidad, y obligado por su sentimiento de culpa (ahora justificado por los sentimientos
ambivalesntes hacia sus progenitores) sale de esta encrucijada hacia la exogamia
→ Construye el complejo de Edipo, que junto al de castración inauguran el camino del deseo, y lo
hace aplicando lo que podría denominarse un método, instaurador, METODO FREUDIANO.
LACAN: La funcion de residuo que sostiene – y a un tiempo mantiene – la familia conyugal en la
evolucion de las sociedades, resalta lo irreductible de una transmisión (perteneciente a un orden
distinto al de la vida adecuada a la satisfacción de las necesidades) que es el de la constitución
subjetiva, que implica la relacion del deseo que no sea anónimo. Las funciones del padre y la
madre we juzgan según una tal necesidad. La de la madre: en tanto sus cuidados estan asignados
por un interes particularizado, asi sea por la via d elas propias carencias. La del padre, en tanto que
su nombre es el vector de una encarnación de la ley en el deseo.
Dentro de los mitos clasicos, el Edipo aparece como una excepción, consideramos que ése es
justamente el motivo que lo lleva a formalizarlo como complejo que, articulado al de castración,
forman el nucleo que organiza el deseo en el humano. Tal como lo plantea Lacan, el complejo de
Edipo es nomativizante, en su version neurotica. A partir del funcionamiento de la operación de la
castración la relacion sexual no existe – no puede inscribirse como tal en el registro simbolico- por
lo que la comedia de los sexos se juega a partir de sus sosten fantasmático. Esa escena del
fantasma se articula, en la singularidad de cada historia, al modo de la tragedia.

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