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República de Colombia

Tribunal Superior de Bogotá D.C.


Sala Civil

EXPROPIACIÓN POR VIA JUDICIAL. AVALUO DEL BIEN. cuando existe un avalúo del
inmueble a expropiar con antelación, no hay lugar a practicar otro, excepto en la hipótesis
que se resaltó atrás.
LUCRO CESANTE. DAÑO EMERGENTE.
CONDENA EN PERJUICIOS.
LEY 9 DE 1989
Ley 388 de 18 de julio de 1997, artículo 62, numeral 6º
ARTÍCULO 456 DEL C.P.C.

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


DE BOGOTÁ
SALA DE DECISIÓN CIVIL

Magistrado Ponente:
MARCO ANTONIO ALVAREZ GOMEZ

Bogotá, D. C., diecisiete (17) de mayo de dos mil siete (2007)

Ref: Exp. No. 23200500816 01.

(Discutido y aprobado en sesión de 15 de mayo de 2007).

Decídese el recurso de apelación interpuesto por la parte


demandada contra la sentencia de 23 de agosto de 2006,
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proferida por el Juzgado 23 Civil del Circuito de esta ciudad,


dentro del proceso de expropiación de la referencia.

ANTECEDENTES

1. La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ESP,


demandó a la señora Flor De María Bohórquez Granados, para
que se decrete, “por motivos de utilidad pública e interés social”,
la expropiación del inmueble ubicado en la Diagonal 75 A Sur No.
82-33 de esta ciudad, distinguido con la matrícula inmobiliaria
50S-4012808, indispensable para la “ejecución del proyecto
denominado “Colector de Aguas Lluvias Piamonte Localidad de
Bosa”, según Resolución No. 888 de 24 de julio de 2003, obra que
es “de interés general de la comunidad” (fls. 70 y 72, cdno. 2, de
copias),

2. La demanda se soportó en que precluido el trámite de la


negociación directa previsto en la Ley 9ª de 1989, no fue posible
celebrar la compraventa con la ejecutada en relación con el
referido inmueble, pese a que la empresa “presentó propuesta de
negociación directa mediante oficio 0750-102-1-375 de fecha 18
de diciembre de 2003”, por valor de $21´748.680,oo, “según el
avalúo No. 0180-03 de abril de 2003, practicado por la Sociedad
Colombiana de Avaluadores”, que corresponde al “valor comercial
del predio” (fls. 73 a 76, cdno. 2 de copias).

3. La demandada, tras notificarse en forma personal del auto


admisorio calendado a 20 de febrero de 2006, se opuso a las

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pretensiones del libelo, por cuanto “el valor que se pretende pagar
dentro de la expropiación, tal cual lo afirma la demándate, es
simplemente ‘estimativo’ y en ningún caso corresponde a la
realidad”, pues mediante prueba anticipada practicada por el
Juzgado 52 Civil Municipal de Bogotá, se determinó pericialmente
que “el valor a pagar por concepto de indemnización” es de $33
´900.117,oo, el cual incluye los siuientes conceptos: $28
´734.554,oo por “daño emergente” y $5´165.563,oo, por “lucro
cesante” (fls. 4 y 5, cdno. 1 de copias).

LA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Con fundamento en los artículos 53 de la Ley 9ª de 1989 y 58 de


la Ley 388 de 1997, la juez de conocimiento decretó la
expropiación solicitada, por cuanto el inmueble se encuentra
ubicado en zona afectada por la construcción de la obra señalada
en la demanda, amén de haberse cumplido “el procedimiento
administrativo pertinente para la enajenación voluntaria, sin
haberse obtenido” (fl. 131, cdno. 1 de copias).

Por consiguiente, ordenó la cancelación de los gravámenes,


embargos e inscripciones que recaigan sobre el inmueble, así
como el avalúo de que trata el numeral 6º del artículo 62 de la
segunda de las leyes citadas, para lo cual nombró “un perito de la
lista de avaluadores del Instituto Geográfico Agustín Codazzi” (fls.
131 y 32, cdno. 1 de copias).

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EL RECURSO DE APELACIÓN

La demandada solicitó revocar el numeral 3º de la parte resolutiva


de la sentencia, para que, en su lugar, se acoja como valor de la
indemnización el que se determinó pericialmente ante el Juzgado
52 Civil Municipal de Bogotá, el cual “obra dentro del expediente,
toda vez que fue aportado junto con la contestación de la
demanda” (fl. 134, cdno. 1).

CONSIDERACIONES

1. La competencia funcional que se asigna al tribunal en virtud de


la apelación interpuesta contra la sentencia de primer grado,
excluye la posibilidad de examinar la orden dada de expropiación,
de suerte que los temas a dilucidar guardan relación con el avalúo
que el a-quo decretó para determinar no sólo el valor comercial
del terreno a expropiar, sino también el del lucro cesante.

2. Según el artículo 58 de la Constitución Nacional, modificado


por el Acto Legislativo No. 001 de 1999, “por motivos de utilidad
pública o de interés social definidos por el legislador, podrá haber
expropiación mediante sentencia judicial e indemnización previa”,
la cual, a voces del numeral 6º del artículo 62 de la Ley 388 de 18
de julio de 1997, comprende “el daño emergente y el lucro
cesante”. En el primer concepto se incluye “el valor del inmueble

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expropiado”, lo mismo que los perjuicios que la parte demandada


llegare a sufrir a raíz de la expropiación del inmueble.

Frente al primer aspecto, esto es, el valor del bien objeto de


expropiación, ya había tenido esta Sala la oportunidad de
pronunciarse en un caso similar en el que se precisó que por
tratarse de “un proceso de especial importancia para la sociedad,
cómo que se trata precisamente de la manifestación por la cual se
patentiza la supremacía del interés general sobre el particular, se
ha querido revestir de especial celeridad su trámite, con mayor
razón cuando antes del proceso la parte demandada aceptó el
avalúo que se practicó en la etapa de negociación directa y fue
por su conducta omisiva que hubo necesidad de iniciar la
expropiación”1.

De igual forma, en ese fallo se esclareció que “la ambivalencia


que se suscita en relación con el avalúo, por el cual los juzgados
de instancia ordinariamente lo decretan cuando profieren
sentencia, está dada por la coexistencia de normas que parecen
contradecirse, toda vez que mientras el artículo 456 del Código de
Procedimiento Civil determina que el juez designará peritos que
estimarán el valor de la cosa expropiada y separadamente la
indemnización a favor de los distintos interesados, actuación que
se supone pertinente en la sentencia que ordena la expropiación,
los mecanismos previstos en la ley 9ª de 1989, modificada a su
vez por la ley 388 de 1997, excluyen la posibilidad de que cuando
existe un avalúo en la etapa de arreglo directo, tenga cabida otro

1
Sentencia de 10 de agosto de 2005.

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nuevo, a no ser que se haya demostrado que existen perjuicios y


éstos deban ser objeto de tasación”.

También habrá de tenerse en cuenta que de conformidad con lo


dispuesto por el inciso 3° del artículo 26 de la ley 9ª de 1989, de
acuerdo con el cual el juez competente puede separarse del
avalúo previamente practicado “por los motivos que indique”, y
siendo que en el presente asunto el juez del conocimiento nada
dijo frente al punto para separarse del avalúo previamente
practicado, habrá de tenerse por aceptado el mismo por parte del
organismo demandado, por lo que fuerza concluir que el valor de
la sección del inmueble a expropiar es el que se determinó
durante la etapa de negociación directa.

De otro lado, la interpretación que debe hacerse en virtud de la


concurrencia de disposiciones sobre un mismo asunto, está
reglada por las normas generales de hermenéutica,
concretamente por aquéllas que determinan que las normas
posteriores prevalecen sobre las anteriores (art. 2°, ley 153 de
1887), y bien se ve que en este caso la ley 388 de 1997 es
posterior al Código de Procedimiento Civil que contiene el artículo
456, de donde es dable concluir que cuando existe un avalúo del
inmueble a expropiar con antelación, no hay lugar a practicar otro,
excepto en la hipótesis que se resaltó atrás.

En esas condiciones, y con fundamento en que durante la etapa


de negociación directa la parte demandada no objetó la cuantía
que se fijó como valor comercial del inmueble a expropiar, toda

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vez que no otra cosa implica su conducta por la cual suscribió el


contrato de promesa de compraventa que con posterioridad
incumplió, habrá de ser ese el monto a tenerse en cuenta como
valor del bien.

3. En lo que tiene que ver con el lucro cesante es evidente que el


juzgador se equivocó al imponer cargas pecuniarias a la parte
demandante que no tienen ningún respaldo normativo, pues si
bien es cierto que la indemnización de que trata el artículo 458 del
Código de Procedimiento Civil no es compensatoria sino
reparatoria, lo que implica que debe ser plena, esto es, no sólo
debe comportar el valor del bien sino también el daño emergente
y el lucro cesante que con la expropiación hayan podido causarse
al propietario del inmueble, también lo es que la causación de los
perjuicios debe haberse probado dentro del proceso.

En efecto, para que los perjuicios puedan ser tenidos en cuenta,


deben aparecer, no sólo probados sino también cuantificados,
pues, como se sabe, únicamente hay lugar al reconocimiento de
daños en la medida en que sean reales, directos y ciertos,
circunstancia que excluye la posibilidad del pago de aquellos
meramente hipotéticos o eventuales.

De allí que la Corte haya precisado que la condena el pago de


perjuicios “será viable en la medida en que aparezca que ellos se
demostraron”2. Del mismo modo es indispensable que se indique
“cuales son esos perjuicios y cuanto valen” 3. No se olvide que el
2
G.S.J. LX, 61.
3
(C.S.J sent. 11 de febrero de 1992.

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juzgador, para fundamentar una decisión, debe apoyarse en “las


pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso” tal como
lo manda el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil, y que
a fin de ser apreciadas éstas, deben “solicitarse, practicarse e
incorporarse al proceso dentro de los términos y oportunidades
señaladas para ello en este Código” como claramente lo
consagra el artículo 183 de la misma normatividad”.

En esas condiciones, es claro que en el caso sub lite, la parte


demandada dejó de probar los perjuicios que eventualmente se
hubiesen podido ocasionar con la expropiación del inmueble
objeto del litigio, por lo que no había lugar a ordenar la
cuantificación de los mismos.

4. Se infiere de lo expuesto, que en este evento habrá de


revocarse la orden dada para efectuar el avalúo del lote a
expropiar y del lucro cesante.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito Judicial


de Bogotá, en Sala de Decisión Civil, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, REVOCA el
aparte de la sentencia objeto de apelación y, en consecuencia,
deja sin efecto la orden dada para que se avalúe el bien a
expropiar y el lucro cesante, en lo restante la decisión queda
incólume porque no fue objeto de impugnación.

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No hay lugar a condena en costas en esta instancia por no


aparecer causadas.

NOTIFIQUESE.

MARCO ANTONIO ALVAREZ GOMEZ


Magistrado

RODOLFO ARCINIEGAS CUADROS


Magistrado

NANCY ESTHER ANGULO QUIROZ


Magistrada

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