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Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

LA COMPOSICIÓN DE LA FUERZA LABORAL EN EL PERÚ A


FINES DE LOS AÑOS 701
Denis Sulmont Samain

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Las inversiones capitalistas y el crecimiento y diversificación de la economía,


especialmente en los centros urbano-industriales, incidieron sobre el desarrollo y la
diferenciación del proletariado. Es durante los años 1956-68 que se perfila en sus rasgos
principales la estructura actual de la clase obrera peruana.

Se puede decir que, a partir de los años 50, las bases materiales de la clase
obrera y trabajadores, en general se expandieron, conjuntamente con su capacidad de
organización y movilización. Pero al mismo tiempo, es necesario señalar la acentuada
diferenciación de esta clase. No solo se trata de distinguir a los trabajadores según los
diferentes sectores de la economía (mineros, pescadores, trabajadores fabriles, de
construcción, de comercio y servicios), ni basta señalar que unos son asalariadosy otros
independientes; es necesario detectar, detrás de estas categorías, cuáles son las
diferentes situaciones de los trabajadores en términos de relaciones de clase, y cuaI es la
base que permite hablar de la clase obrera o de la clase trabajadora como una unidad,
que se va construyendo en 19 -práctica de orgaf1ización Y lucha.

En este capítulo, analizaremos la presencia y las características del proletariado


en cada uno de los sectores de la economía. En el siguiente capítulo, puntualizaremos
las principales relaciones de clases que atraviesan estos sectores y la soledad en su
conjunto.

Mostraremos que, tras la complejidad de la estructura de relaciones de clases y a


pesar de la dispersión de los trabajadores, se van consolidando los núcleos de una nueva
solidaridad, organización y conciencia de clase en torno a intereses claramente distintos
de los de la burguesía. Al mismo tiempo y en forma progresiva la masa popular, en el
seno de la cual surge y se consolidan estos núcleos de clase proletaria, es llevada a
expresar y defender sus intereses en los términos clasistas del proletariado. Con ello, no
se quiere decir que los diferentes sectores obreros y populares hayan llegado ya a
constituirse en clase "para sí". Para precisar el verdadero alcance del desarrollo de la
clase trabajadora, hay que tener en cuenta su organización sindical y política en el
proceso histórico, cuyo análisis retomaremos más adelante.

DISTRIBUCION DE LA FUERZA LABORAL

La fuerza laboral del país, que comprende el conjunto de la población


económicamente activa, representa a unos cuatro millones de personas al fin de los años
60, o sea aproximadamente el tercio de la población total. La repartición de esta fuerza

1
Extracto de libro Historia del Movimiento obrero Peruano Publicado en 1979 por Tarea, Lima
Perú.

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laboral por sectores económicos ha evolucionado como indica el cuadro siguiente:

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AÑOS 1940 1961 1972


PRIMARIO 64.2 52.0 44.3
Agropecuario 62.1 49.1 42.0
Pesca 0:3 0.7 . 0.9
Minería 1.8 2.2 1.4
SECUNDARIO 17.3 16.5 17.0
Industria Manufacturera 15.4 13.2 12.8
Construcción 1.9 3.3 4.2
TERCIARIO 16.9 27.8 34.5
Servicios básicos
(Electricidad, agua, transporte.) 3.7 4.5
Comercio 4.5 8.9 10.6
Otros servicios 10.3 15.2 19.4
Actividades no especificadas 1.6 3.7 4.2
TOTAL % 100:0 100.0 100.0
(en-miles) (2,475.3) (3,250.5) (4,264.5)
Fuente: Censos Nacionales (1 )

(1) El censo de 1972 'registró 3'653,000 personas ocupadas. Sin embargo, esta cifras debe ser
considerada como sub-evaluada en relación a los demás censos, debido a criterios distintos usados;
especialmente en relación a la población activa femenina. La cifra rectificada de 4'264,500 ha sido
calculada por José Blanes en La fuerza laboral en el Perú, Ciencias Sociales, Universidad Católica, Lima'
1976 (Anexo estadístico).

Este cuadro muestra una tendencia a la disminución de los trabajadores del agro.
Desde los años 60, los trabajadores no agrícolas pasaron a ser mayoría. Las actividades
que más absorbieron mano de obra fueron las de comercio y servicios (que forman el
llamado "sector terciario"), mientras la manufactura, a pesar del crecimiento de su
producción durante el período, siguió empleando la misma proporción de trabajadores.
Este fenómeno es conocido como "terciarización" de la fuerza laboral. Característico de
las economías capitalistas contemporáneas, donde crece la importancia de la esfera de la
circulación del capital, la intervención del estado y las actividades de servicio que
absorben gran cantidad de trabajadores, el proceso de terciarización se ve ampliado en
países como el Perú donde las clases dominante viven en gran parte de la renta de la
tierra y de los ingresos de exportación y no existe un proceso de industrialización auto
sostenido. Las actividades terciarias representan en este contexto un importante refugio
para la masa de trabajadores liberados del campo, que no encuentran trabajo en las
demás actividades8.

La minería aumentó su importancia, aportando la mitad de las divisas del país y


los mayores beneficios al capital extranjero. Como fruto de las inversiones de las
empresas norteamericanas, empezaron a producir a fines de los años 60 las minas del
sur, Marcona y Toquepala, dedicadas a la extracción de minerales de hierro y cobre,
respectivamente. Minas de tajo abierto, emplean una tecnología muy avanzada y sus
trabajadores se encuentran en zonas apartadas y, estrechamente vigilados por los

8
Por ejemplo, la burguesía puede importar sus carros del extranjero, con lo cual no desarrolla
la industria automotriz ni el empleo en dicha rama. En cambio la burguesía no puede importar
los servicios domésticos, los funcionarios públicos, los maestros, etc. Tiene que pagar a la
fuerza de trabajo local, engrosando así el empleo terciario.
Pasaremos a precisar ahora las características de cada uno de los sectores laborales no
agrícolas

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sistemas de "Plant Protection". La organización sindical, para ser reconocida y para


defender sus reivindicaciones, enfrentó duras represiones, como la que ocurrió en
Toquepala en 1960.

En la sierra central y especialmente en las minas controladas por la Cerro de


Pasco Corporation, la producción se incrementó sin aumento del número de
trabajadores. Se introdujeron nuevas máquinas y procesos automatizados y parte del
personal existente fue calificado.

En el campo petrolero, la International Petroleum Company, que a partir de 1957


monopolizó el 80 por ciento de la producción petrolera del país, introdujo también
nuevos métodos de racionalización que la llevaron a despedir personal. En 1958, la
empresa intentó despedir a unos 1,000 obreros.

En 1958, la repartición de los trabajadores mineros y petroleros (80% obreros)


fue la siguiente:

- Cerro de Pasco : 13,000 trabajadores


- Southern – Toquepala 3,000 “ Gran Minería
- Marcona : 2,000 “
- Mediana minería : 30,000 “
- Pequeña minería : 30,000
- IPC 5,000 “
- Otros petroleros : 2,000 “

Tanto los mineros como los petroleros consolidan sus organizaciones sindicales.
En 1959, se organizó la Federación Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y
Similares. Hasta 1968, existieron dos Federaciones de Trabajadores en Petróleo (una
socialista y otra aprista); se juntaron al constituirse la Federación Nacional de
Trabajadores Petroleros (FENATRAP)9.

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En 1972 se formó la Federación de Trabajadores de Petróleos del Perú y e 1975 la Federación
Unica de Trabajadores en Petróleo en .Industria Conexasde/ Perú.
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PESCADORES Y PESQUEROS

El proletariado pesquero se formó con el desarrollo explosivo de la industria de


harina de pescado a partir de 1957; que respondió a la creciente demanda mundial de
alimentos para la crianza de animales. En pocos años, el Perú llegó a ser el primer
productor de harina de pescado del mundo. Desde mediados de los años 60, este
producto aporta más de la cuarta parte de las divisas del país, al igual que el cobre. En
1968, la industria pesquera contaba con unas 160 fábricas, empleando más de 20,000
pescadores y 10,000 obreros de planta, sin contar a los eventuales, cargadores,
camioneros; estibadores, trabajadores de astilleros, fabricas de redes y bolsas y otras
actividades conexas.

El boom de la pesca significó el desarrollo de más de 20 puertos a lo largo del


litoral, siendo los más importantes: Chimbote, Pisco, Tambo de Mora, El Callao, Supe e
Ilo. Estos puertos atrajeron una gran cantidad de migrantes.

Las empresas pesqueras o los armadores utilizaron a los pescadores como


trabajadores a destajo, pagados según el volumen de pesca: Organizaron un régimen
legal y un seguro social aparte. Al principio; a pesar de los grandes riesgos, la pesca
representaba un fuerte atractivo, por los altos ingresos que alcanzaban ciertos
pescadores. Sin embargo, a partir de 1965, para proteger la reproducción de las
anchovetas, se introdujeron las vedas. Al mismo tiempo, empezaron a funcionar
embarcaciones más grandes y modernas, pudiendo pescar más en pocos meses y con
menos hombres que antes. Disminuyeron así los ingresos promedios anuales de los
pescadores. Además, el afán de lucro y la anarquía de la competencia capitalista
llevaron a sobre equipar la industria sin diversificarla y a sobre pescar, depredando la
especie y preparando una futura crisis de gran proporción.

Los obreros de planta, llamados pesqueros estuvieron en su mayoría en una


situación de sobre-explotación. Las fábricas de harina de pescado emplearon muchos
trabajadores eventuales y subcontratados, las conserveras utilizaron mujeres mal
pagadas. Las vedas afectaron también a los pesqueros estables que fueron declarados
"trabajadores de temporada".

Mientras los pesqueros formaron pequeños sindicatos por planta, los pescadores
organizaron sindicatos por puerto, alcanzando mayor fuerza sindical. En 1962, se
"constituyó la Federación de Pescadores del Perú, y en 1965, la Federación Nacional de
Trabajadores de la Industria Pesquera (FENTIPl, participando ambas en la creación de
la CGTP. En 1967, surgió otra organización de pesqueros, afiliada al MOSICP: la
Federación Nacional de Trabajadores de Harina y Aceite de, Pescado (FENTRIHAP)10.

TRABAJADORES FABRILES

10
En 1973 esta organización se asimiló a la Federación de Trabajadores Pesqueros del Perú

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El sector industrial es considerado generalmente como el más dinámico de la


clase obrera, donde el capitalismo tiene mayor posibilidad de expansión y acumulación.
A pesar de que, en el Perú, los sectores extractivo-exportadores continuaron como eje
de la explotación capitalista, el proletariado urbano-industrial adquirió una creciente
importancia y demostró tener una particular capacidad de organización y conciencia de
clase.

Hasta mediados de los años 50, la industria peruana descansaba en dos ramas
tradicionales: textil y alimenticia (incluyendo bebidas). Desde entonces, la industria
empezó a modernizarse y diversificarse. Se desarrollaron las empresas metalmecánica,
vinculadas a la actividad minera y pesquera. La Cerro de Pasco Corporation extendió
sus operaciones en el campo industrial. En 1958, el Estado inauguró la primera planta
siderúrgica del país (SOGESA, hoy SIDERPERU). Durante los años 60, con los
incentivos de la Ley de Promoción Industrial, creció más la industria, instalándose una
serie de plantas de cemento, papel, productos químicos, ensamblaje de autos, aparatos
eléctricos y productos farmacéuticos, etc. Se instaló un parque industrial en Arequipa.

Hemos señalado cómo las principales empresas industriales se constituyeron


como apéndices de las actividades extractivo-exportadoras y de las corporaciones
multinacionales, importando insumos ya manufacturados y realizando tan sólo las fases
más simples del proceso productivo. Debe señalarse también el alto grado de
concentración monopólico de las industrias más importantes. En 1965, las 79 empresas
más grandes del sector generaron casi la mitad de la producción industrial del país11. Se
estima que entre 70% y 80% de la industria peruana, y la parte más importante de ella,
está bajo el control del capital extranjero12.

Cada rama industrial comprende unas cuantas empresas modernas que


monopolizan la mayor parte de la producción y de los beneficios, y numerosas empresas
medianas y pequeñas. Por ejemplo, en la rama de calzado tenemos lo siguiente:

Empresas de 5 y más trabajadores Porcentaje de la producción del sector


calzado

- 2 empresas grandes (Bata y Diamante) 60%


- 12 empresas medianas 27%
- 331 empresas chicas 13%

Fuente: Banco Industrial, 1970.

Las empresas medianas o pequeñas están generalmente subordinadas o son


complementarias de las empresas grandes, y dependientes del gran capital financiero y
comercial. Tienen niveles inferiores de eficiencia y pagan salarios más bajos. Son muy
vulnerables a la competencia y a la crisis económica.

11
Centro de Investigación Económicas y Sociales, El Poder económico en la industria,
Universidad Villarreal, Lima, 1972.
12
Instítuto Nacional de Planificación, Plan de Desarrollo Económico-Social 1967-1970, col. III,
Lima.

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El número de trabajadores fabriles (o sea de los establecimientos de 5 y más


personas ocupadas) alcanzó unas 200,000 personas a fines de los años 60, lo cual es
bastante reducido, en relación a las inversiones de capital constante y el aumento de la
productividad del sector industrial. El 80% de esta población es obrero. El 60% se
encuentra en Lima – Callao.

La repartición de los trabajadores por ramas industriales puede apreciarse en el


cuadro adjunto. Se constata que algunos sectores laborales tradicionales se han
estancado e incluso han disminuido. Es el caso de la industria textil, especialmente a
raíz de la crisis económica de 1967-68, y de la política de racionalización capitalista que
implementaron los empresarios. Otros sectores fabriles, al contrario, registraron una
fuerte expansión: en particular el sector metalúrgico y químico. En estos sectores se
formaron nuevas importantes federaciones obreras: la Federación de Trabajadores
Metalúrgicos del Perú (FETIMP) en 1957, la Federación de Trabajadores de las
Industrias Químicas Petroquímicas y Afines y la Federación de Trabajadores en
Laboratorios, Droguerías y Afines, en 1962.

DISTRIBUCIÓN DE LA FUERZA LABORAL INDUSTRIAL POR RAMAS


(Establecimiento de 5 o más trabajadores)

DISTRIBUCIÓN DE LA FUERZA LABORAL INDUSTRIAL POR RAMAS


(establecimientos de 5 o más trabajadores)
RAMA NÚMERO DE TRABAJADORES

1955 1970

Industrias alimenticias 39,800 41,000


Industria de bebidas 7,200 9,400
Industria de Tabaco 800 700
Industria Textil 23,600 24,000
Industria de Calzado y Confecciones 8,100 16,400
Industria de la madera 3,100 5,200
Industria de muebles 1,800 7,300
Industria de papel y derivados 2,100 4,100
Industria gráfica 3,600 9,100
Industria de cuero y pieles 2,400 2,700
Industria del caucho 800 2,400
Industria química 5,000 17,100
Industria de derivados del petróleo 200 2,000
Industria de minerales no metálicos (cemento,
Vidrios, ladrillos, etc.) 7,600 12,300
Industria metálica básica 2,700 7,300
Industrias metal-mecánicas 8,800 32,000
Industrias manufactureras diversas 3,900 10,000

TOTAL 121,500 203,000

Fuente: CEPAL, El desarrollo industrial en el Perú, México, 1959; y Ministerio de Industria


y Turismo, (Estadística Industriales).
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La repartición de los trabajadores por tamaño de establecimientos se dá de la


siguiente forma:

Tamaño de los establecimientos Nº. Trabajadores Nº. Establecimientos Valor Bruto de


la producción
Industrial
(tamaño promedio: 39 trabajadores)
Total % %
de 5 a 19 trabajadores 26,000 16.0 2,734 6,0
de 19 a 49 " 24,000 14,5 789 8,0
de 50 a 99 " 24,000 14,5 349 13,0
de 100 y más " 91,000 55,0 323 73,0

Total 165,000 100,0 4,195 100,0

Fuente: Dirección Nacional de Estadística y Censos, Primer Censo Nacional Económico, 1963.

TRABAJADORES ARTESANALES

Además de los establecimientos fabriles, hay que contar los centros de trabajos
artesanales (pequeños talleres o industria casera), que son los que absorben más mano
de obra: cerca de 400,000 personas a fines de los años 60, o sea prácticamente el doble
de los fabriles. Más de la mitad de estas personas son pequeños propietarios y el resto se
reparte entre asalariados y trabajadores familiares no remunerados.

La multiplicación de estos centros de ínfimos capitales, muy baja productividad


y reducidísimos salarios y ganancias, está ligada al creciente control monopólico de la
economía por parte del capital imperialista, el cual, en efecto, trae las siguientes
consecuencias:

a. Hace imposible, para la mayoría de los pequeños productores competir con las
empresas modernas altamente productivas. Para sobre-vivir, éstos tienen que
abaratar a lo máximo la fuerza de trabajo (incluyendo la de sus propios
familiares, no remunerados), reducir drásticamente sus gastos en capitales y
producir en forma artesanal bienes de segunda calidad, destinados
generalmente a los consumidores más pobres.

b. El mediano y gran capital, además, explota a los pequeños productores


mediante los mecanismos comerciales y financieros, acentuando su
descapitalización. Por ejemplo, los pequeños productores tienen que comprar
ciertos Insumos a las empresas monopólicos al precio que éstas les imponen.
Tienen que pagar altos intereses de préstamos a corto plazo, etc. De forma
indirecta, el capital aprovecha de la sobre-explotación de los trabajadores de
los pequeños centros de producción, succionando la plusvalía que generan a
costa de su extrema pobreza. Algunas empresas capitalistas lo hacen en
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forma más directa, utilizando él sistema de trabajo por encargo a domicilio,


como es el caso, en la industria de confección, de las mujeres que cosen en
su casa para las grandes tiendas.

c. El rápido bloqueo de la expansión económica interna (debido a la exportación


de las ganancias del capital monopólico imperialista hacia el exterior) y el
uso de una tecnología importada ahorrativa de mano de obra, hacen que los
pequeños productores pauperizados no tengan muchas expectativas de
encontrar trabajo en las empresas modernas y se ven obligados a mantener
sus pequeños centros de trabajo como forma de subsistencia.

Los trabajadores de los pequeños centros artesanales prácticamente no pueden


contar con organizaciones sindicales. Su gran dispersión dificulta la acción coordinada.
Sus reivindicaciones tienden a centrarse en cuestiones de subsistencia y acceso a
servicios urbanos, expresándose principalmente a través de las asociaciones de barrios.

TRABAJADORES DE CONSTRUCCION CIVIL

Con el desarrollo urbano-industrial, la edificación de viviendas, edificios y obras


públicas, la apertura de vías de comunicación, el desbroce de minas y el montaje de
plantas industriales, el sector de la construcción civil adquirió creciente importancia,
empleando un alto número de trabajadores más de 150,000 a fines de los años 60. Las
empresas constructoras están reunidas en la Cámára Peruana de la Construcción
(CAPECO), que es un poderoso gremio patronal.

La mayoría de los obreros de construcción civil no tienen estabilidad de trabajo


y al terminar una obra, deben buscar una nueva. La competencia entre obreros es
aprovechada por los patronos para intentar clientelizarles y sobre-explotarles. Pero
también, al pasar de un patrón a otro, muchos obreros van adquiriendo mayor
autonomía y conciencia de clase.

El sector de construcción tiene una estructura sindical especial, que ha permitido


a los trabajadores movilizarse activamente y adquirir importantes conquistas: regulación
de las remuneraciones por categorías; indemnizaciones, etc. La base de la organización
sindical es el comité de obra, organización transitoria que dura el tiempo que dura la
obra. Luego, están los sindicatos que se forman a nivel Departamental o provincial
(Lima, Arequipa, Chimbote, etc.) o que se establecen en las grandes empresas
constructoras (por ejemplo, el sindicato de J.J. Calmet). Finalmente, los sindicatos
dependen de una Federación: la Federación Nacional de la Industria de la Construcción
y Similares, creada en 1942, afiliada a la CTP y bajo el control del Apra; y la
Federación de Trabajadores de Construcción Civil, formada en 1948, ligada a la CGTP.
Desde sus orígenes, los principales gremios de Construcción Civil estuvieron ligados al
PCP13.

BANCARIOS

13
Ver: María Bermúdez, El sindicalismo en el sector construcción, Taller de Estudios Urbano
Industriales, Ciencias Sociales, Universidad Católica; Lima, 1977.

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Con la expansión del capital y de sus operaciones en el país, se desarrolló la


banca y los servicios financieros. 28 instituciones bancarias y más de 600 sucursales y
agencias llegaron a ocupar a unos 30,000 trabajadores en 1964. Hasta principios de los
años 70, los principales dueños de los bancos eran la oligarquía (la familia Prado por
ejemplo), y la burguesía imperialista.

Aparte de los altos ejecutivos ligados a la gran burguesía, existen en los centros
bancarios una serie de categorías de trabajadores. La mayoría son empleados ejecutores
directos de las tareas de contabilidad, mecanografiado: atención al público, despacho,
etc. Estos trabajadores cumplen una función importante para la burguesía: las
operaciones financieras permiten acelerar el proceso de circulación del capital y su ciclo
de reproducción, permitiéndole una mayor extracción de plusvalía en los sectores
productivos. Por ello, los asalariados del capital financiero -al igual que el capital
comercial- son indirectamente productivos para la burguesía. Además, tienen una
posición estratégica en el conjunto de la economía, pudiendo paralizarla en caso de
huelga.

Lo anterior explica que la patronal bancaria realiza esfuerzos para que los
bancarios se consideren como pequeños burgueses, con posibilidades de "promoción" y
un status de trabajador intelectual. Pero al mismo tiempo, esta patronal no puede dejar
de exigir a los bancarios mayor tiempo de trabajo y pagarles sueldos que no difieren
mucho de los demás salarios en las empresas modernas.

La situación de los empleados bancarios es analizada por uno de sus dirigentes


José Luis Alvarado, en los siguientes términos:

"Los bancarios no pertenecemos, estrictamente a la clase proletaria,


Nuestra ubicación en la estructura social, como la de toda la
empleocracia, es la de capas medias. Pero somos capas medias
pauperizadas, El sueldo que recibimos... es equivalente al salario que
reciben los obreros. En consecuencia nuestras perspectivas de
reivindicaciones inmediatas y nuestras perspectivas históricas, coinciden
con las de las grandes masas desposeídas del proletariado, y de todos los
trabajadores del país. Somos, como se ha dicho, los proletarios de cuello
y corbata"14.

De hecho, los bancarios participaron muy activamente en el desarrollo de la


organización sindical y de la clase trabajadora en su conjunto. La Federación de
Empleados Bancarios (FEB), consolidada en 1944, duplicó el número de sus afiliados
durante los años 50. Estuvo luego en la primera plana en las confrontaciones políticas
del sindicalismo nacional hasta 1968.

TRABAJADORES DE COMERCIO

Las actividades comerciales estuvieron entre las que más absorbieron empleo,

14
José Luis Alvarado, ¿Qué pasó en la Federación Bancaria? Historia de los 600 despidos, Ed.
Litográfica La Confianza, Lima, s/f., p. 14.

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ocupando a 400,000 personas a fines de los años 60. Comprenden tres sectores: el gran
comercio, el pequeño y el ambulante.

El gran comercio incluye el comercio al por mayor, las grandes tiendas y !os
supermercados. Las principales empresas son casas comerciales exportadoras e
importadoras y almacenes. El capital comercial más importante está controlado por la
Grace, el grupo nacional Wiese y Ferreyros. Los grandes almacenes Tía, Monoprix,
Oeschle, Scala, Sears y Todos pertenecen a cadenas controladas por consorcios
imperialistas (por ejemplo "Todos" pertenece al grupo Rockefeller).

Las tiendas de menor importancia pertenecen generalmente a la pequeña y


mediana burguesía.

Los establecimientos comerciales emplean un personal asalariado, obrero y


empleado. En los establecimientos más grandes, este personal empezó a organizar sus
sindicatos, como por ejemplo el sindicato de supermercados, creado en 1962. Estos
sindicatos están afiliados a una Federación de Comercio.

El pequeño comercio es asumido de manera artesanal por reducidos capitales


familiares que emplean algunos trabajadores familiares no remunerados y un
proletariado generalmente sub-remunerado e inestable, cuya organización sindical es
prácticamente imposible. Los que se agremian son más bien los pequeños propietarios y
los inquilinos de puestos de venta en los mercados, luchando para evitar el alza de los
precios mayoristas, de los cobros municipales y arrendamiento de puesto, para mejorar
los servicios colectivos, para establecer servicios comunes, etc. La organización toma la
forma de una cooperativa o de un "sindicato". Existen además varias Federaciones de
Trabajadores de Mercados que canalizan las negociaciones entre los vendedores ylas
autoridades públicas.

Los ambulantes son vendedores que carecen de un establecimiento fijo y


escapan, en parte, al control oficial sobre su actividad. Al igual que los vendedores del
pequeño comercio, están sometidos a los intermediarios, llamados "chacales" agentes
del comercio mayorista y de las fábricas que los abastecen. Establecen una serie de
mecanismos informales de organización, pero la inestabilidad en el trabajo y la
competencia entre ellos hacen difícil que esta organización adquiera una significación
en términos gremiales15 (15). El comercio ambulante aparece en muchos casos como un
intento de "independización" del trabajador urbano. Al enfrentarse a la inestabilidad
laboral y a las condiciones generalmente pésimas de trabajo y remuneración como
asalariados en las empresas capitalistas, muchos trabajadores aspiran a trabajar "por su
cuenta", tratando de ahorrar un mínimo de capital para establecer un pequeño negocio,
empezando como ambulante. Estos intentos fracasan a menudo y el trabajador vuelve a
proletarizarse.

TRABAJADORES DE SERVICIO

Conjuntamente con el comercio, las actividades de servicio absorben una gran

15
Llegó a formarse sin embargo una Asociación de Vendedores Ambulantes de Lima.

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cantidad de trabajadores16.

Algunos trabajadores de servicios están directamente ligados al proceso de


valorización del capital: por ejemplo los trabajadores de la Compañía Nacional de
Teléfonos, controlada por la multinacional ITT (hoy por el estado, luego de su
integración a ENTELPERU); los trabajadores de las Empresas Eléctricas Asociadas,
controladas por capitales italianos, etc. Otros servicios están asumidos por trabajadores
independientes, profesionales por su cuenta o pequeños centros de carácter artesanal;
otros en forma individual (servicio doméstico). Finalmente, muchos servicios están
asumidos por el estado. Trataremos estos últimos en un punto aparte.

Puntualizaremos ahora los principales sectores de trabajadores de servicio y sus


organizaciones.

Un primer sector es el que corresponde a los servicios básicos: transporte,


comunicaciones, electricidad, gas y agua. Estas actividades cumplen una función
estratégica para el resto de la economía y las necesidades vitales de la población,
especialmente en las ciudades. Los trabajadores constituyeron en torno a ellas poderosas
organizaciones sindicales, entre las cuales destacan las siguientes:

- La antigua 'Federación de Choferes del Perú, de la cual salió en 1959 el sector


aprista que formó la Federación de Choferes y Anexos. Estas federaciones
agrupan a gremios de diferentes tipos: por un lado los sindicatos de
asalariados que dependen de empresas privadas o para municipales (por
ejemplo el Sindicato Único de Autobuseros y el de Choferes de Transporte
público de Lima Metropolitana); por otro lado los gremios de pequeños
propietarios y choferes independientes, reunidos generalmente en comités o
cooperativas (choferes de taxi, colectiveros, microbuseros y camioneros); y
finalmente las organizaciones mixtas de propietarios y no propietarios, por
tipo de vehículos o zonas geográficas.

- La Federación de Trabajadores Ferroviarios del perú.

- La Federación de Estibadores y Obreros Portuarios

- La Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza del Perú, fundada en 1963.

- La Federación de Trabajadores en Correo y Telecomunicaciones, de la cual


hablaremos en relación a los trabajadores que dependen del estado.

16
Por servicio se .entiende el valor de uso particular del trabajo que tiene utilidad como
actividad consumida directamente, sin materializarse en bienes palpables: por ejemplo las
clases de un maestro, la intervención de un abogado, la actuación de u n artista, etc., Un
tra-bajador de servicio es "productivo" para el capital cuando su fuerza de trabajo está
incorporada al proceso de valorización .de .este capital para generar plusvalía; el mismo
trabajador es "improductivo" para el capital, si su servicio es simplemente intercambiado por
dinero gastado de los ingresos del capitalista, Por ejemplo, un cantante pagado para satisfacer
el gusto estético de un burgués es improductivo para su capital. Pero si este cantante está
pagado para actuar en una empresa de espectáculo donde el burgués ha invertido capital, se
convierte en productivo para él.

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Un segundo sector de servicio está constituido por una serie de servicios sociales
que responden a las necesidades de salud, arreglos personales, hospedaje, restauración,
recreación, limpieza pública, protección, etc. Existe en relación a estas actividades una
gran diversidad de asociaciones profesionales y sindicatos donde se combina la .defensa
de intereses privados y profesionales propios de la pequeña burguesía y sectores
medios, con intereses de asalariados, algunos identificados con la clase trabajadora. Esta
situación compleja se observa en el sector salud, donde coexisten los consultorios
privados, las clínicas particulares y los hospitales estatales. El Colegio Médico, la
Federación Médica Peruana y otras asociaciones de profesionales de la salud defienden
principalmente intereses del primer tipo, mientras la Federación de Trabajadores en
Hospitales y Ramos Similares está más cerca del movimiento sindical de empleados y
obreros, en el cual tuvo activa participación durante los años 50 y 60.

Aparte del sector de la salud, la rama hotelera tiene una importante organización
sindical agrupada en la Federación de Trabajadores en Hoteles y Ramos Similares.

Un tercer sector de servicio corresponde a las actividades que cumplen una


función cultural y de difusión de las ideas. Al lado del aparato estatal, estas actividades
constituyen la superestructura del sistema social, mediante la cual las clases dominantes
ejercen su dominación sobre el conjunto de la sociedad, propagando su ideología, es
decir su propia concepción del mundo. Las principales instituciones que crean y
transmiten esta ideología son las escuelas, colegios, universidades, entidades culturales,
bibliotecas, y los medios de comunicación de masa: radio, televisión, periódicos, cines,
etc. A ello, se añade las actividades dedicadas a cuestiones jurídicas así como
actividades de carácter artístico, religioso, etc. .

Los trabajadores de este tipo de actividades se reúnen también en una gran


variedad de organizaciones. En los principales gremios profesionales, tales como la
Federación de Periodistas del Perú, o el Colegio de Abogados, las distintas fracciones
políticas de las clases dominantes tratan de asegurar su influencia, mediante la presencia
de sus principales líderes y los intelectuales que están a su servicio, luchando contra los
profesionales que adoptan posiciones reformistas y nacionalistas radicales y los que
intentan poner directamente sus conocimientos al servicio de las clases dominadas.

Las organizaciones más identificadas con el movimiento sindical fueron escasas


en estas actividades hasta 1968. Una excepción importante está dada por el gremio
magisterial.

Los maestros desempeñan un papel clave en la formación intelectual y cultural


de la población. Hasta 1950, su situación correspondía a la de una cierta élite
profesional identificada en su mayoría con los valores de las clases dominantes. Los
diferentes regímenes políticos intentaron mantener esta situación, haciendo valer en
particular la ley que prohíbe a los trabajadores que dependen del estado formar
sindicatos, como lo veremos en el punto siguiente.

Odría intentó centrar la actividad gremial del magisterio en cuestiones de ayuda mutua y
asistencialismo, apoyando la Asociación Mutualista Magisterial, entonces única
organización existente a nivel nacional. Sin embargo, la situación del magisterio cambió
fuertemente durante los años 50 y 60. Como consecuencia de las políticas populistas y
reforinistas de Odría, Prado y Belaúnde, aumentó masivamente la educación. El número
de maestros primarios y secundarios pasó de 25,000 en 1950 a 50,000.en 1960 y
13
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

100,000 en 1970. Pero, al mismo tiempo, el número de alumnos aumentó en una


proporción mayor y se deterioraron las condiciones de trabajo y el nivel de vida de los
maestros. Estos empezaron a organizarse combativamente como asalariados frente a su
principal empleador, el Estado. En 1959, se formó la Federación Nacional de
Educadores del Perú (FENEP), la que realizó importantes huelgas en los años
posteriores. La prolongada huelga magisterial de octubre de 1961, en particular, contó
con el amplio respaldo del público. La radicalización de las luchas reivindicativas y la
presencia de nuevas organizaciones políticas reformistas y de izquierda en el seno del
magisterio, lo alejaron de la dirección sindical aprista, y lo llevaron más bien a
participar al movimiento de reorganización sindical clasista.

Finalmente, en el sector servicio, se ubican los trabajadores del hogar,


principalmente las empleadas domésticas17. Representan el 5% del total de la fuerza
laboral del país, y el 10% en las grandes ciudades. Son sobre todo mujeres migrantes
jóvenes, cuyos ingresos en promedio son apenas la mitad del salario mínimo.

Subordinadas servilmente a sus patrones, dispersas, sin estabilidad de trabajo ni


beneficios sociales, estos trabajadores están en muy malas condiciones para estructurar
una organización propia, aunque reducidos sectores intentan reunirse y participar en el
movimiento sindical nacional para defender sus intereses18.

SERVIDORES ESTATALES

El estado es el primer empleador del país. El número de trabajadores que


dependen directamente de él aumentó fuertemente a partir de 1950, pasando de unas
100,000 personas en dicho año a más de 260,000 en 196819. Una parte de estos
trabajadores hace funcionar el aparato estatal: el Gobierno, la administración pública a
nivel central y local, la justicia, las fuerzas armadas, policiales y para-policiales. El
estado emplea además trabajadores en diversas actividades económicas. Hasta 1968 la
participación estatal en la economía estaba muy reducida, centrándose en los servicios
de educación, salud, correo y telecomunicaciones, y unas cuantas empresas como la
Corporación Peruana de Vapores, el Estanco de Tabaco, la Empresa de la Sal y la
empresa Siderúrgica de Chimbote.

En los aparatos estatales, los trabajadores son asalariados jerarquizados en altos


funcionarios y servidores públicos de diversas categorías. El 60% de la fuerza laboral
del Gobierno esta en la categoría de empleados y el 40% obreros. Estos trabajan sobre
todo en los servicios municipales.

17
Ver: Alberto Rutté, Simplemente explotadas, El mundo de las empleadas domésticas de
Lima, Desco, Seire Praxis, Lima, 1973.
18
Se formó una Central General de Trabajadores del 'Hogar, 'y más recientemente y con mayor
fuerza una Coordinación de Sindicatos de Trabajadoras de Hogar que realiza coordinaciones a
nivel nacional y asume, junto con sus reivindicaciones propias (Jornada de 8 horas, sueldo
mínimo, etc.) las reivindicaciones obreras y populares desde una perspectiva clasista.
19
Banco Central de Reserva, Cuentas Nacionales. Estas cifras incluyen los trabajadores de a
educación.

14
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

Según la ley 11377 de 1945, los servidores públicos no pueden constituir


sindicatos y no tienen derecho a la huelga. Sólo pueden formar asociaciones de carácter
deportivo, cultural y mutual y presentar sus peticiones por vía administrativa.

Los trabajadores más directamente ligados al funcionamiento del aparato estatal,


instrumento de poder de las clases dominantes, están sujetos a una estricta elección y
control ideo-político, sobre todo los que participan en las tomas de lección. Pero el
control se extiende hacia los trabajadores de los demás servicios lo asume el estado. Por
razones de orden y seguridad nacional, o por la necesidad le cubrir necesidades básicas
de la colectividad, el Estado asume una serie de actividades que no traen beneficios para
la iniciativa privada. El capital privado tiene interés en que los productos y los servicios
que proporcionan las actividades asumidas por el estado sean los más baratos posible,
para reducir los costos de algunos insumos clásicos de sus empresas y para abaratar la
fuerza de trabajo de sus trabajadores. La no rentabilidad de muchas de las actividades
del Estado para la burguesía explica que funcionan generalmente en forma precaria y
que los trabajadores que las asumen tengan niveles de remuneración y condiciones de
trabajo pésimas, sobre todo en los servicios de consumo popular.

A pesar de la prohibición legal, varios sectores de trabajadores empleados por el


estado, de diferentes modos, lograron constituir sus organizaciones reivindicativas
tuvieron una activa participación en la vida sindical nacional20. Hemos visto el caso de
los maestros que formaron la FENEP. Está también el caso de los trabajadores de
Correos y Telecomunicaciones y los de Hospitales, que fueron muy combativos y
formaron sus respectivas Federaciones. Los trabajadores municipales y de baja policía
constituyeron igualmente importantes centrales y federaciones sindicales21.

La organización de los trabajadores de correos y telecomunicaciones es


Ilustrativa. Existen en este sector varias asociaciones que corresponden a la ley 11377:
la Asociación de Carteros, la Sociedad de Empleados de Correo, la Asociación de
Telegrafistas y Radio-Telegrafistas y la Asociación de Choferes de Correos y telégrafos.
Debido a la necesidad de defender sus intereses vitales frente a las bajísimas
remuneraciones y malas condiciones de trabajo, estas asociaciones funcionaron en
realidad como frentes de lucha y trataron de coordinar (su estrategia reivindicativa. Para
ello se formó una Federación de Correos y Telecomunicaciones (FECOTEL), la que
llevó a cabo importantes huelgas en 1958-59 y durante los años siguientes22. Este sector

20
El caso de los trabajadores de la empresa siderúrgica SOGESA, que fundaron sus sindicatos
en 1957, es a parte, La ley 11377 no se aplica a ellos, por haberse formado SOGESA como
una empresa pública "descentralizada".

21
Se formó en 1965 la Federación Departamental de Lima V Callao de Trabajadores
Municipales.
22
Se formó posteriormente la Federación Única de Trabajadores Tele postales.
23
La Asociación Nacional de Servidores Civiles del Estado fue reconocida por el Ministerio de
Justicia en 1960, pero no por el Ministerio .de Trabajo.

15
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

laboral cuenta también con una Asociación Mutualista que maneja el ahorro de los
trabajadores. Si bien esta mutual sirvió de apoyo financiero a las luchas reivindicativas,
fue objeto de violentas controversias entre sus dirigentes, dispersando los esfuerzos
organizativos del sector.

En 1959, se creó una Asociación Nacional de Servidores Civiles del Estado, que
trató de llamar a una huelga a todos los empleados públicos para apoyar la lucha que
llevaban adelante los trabajadores de Correo. El gobierno respondió con el despido de
los dirigentes de esta asociación, la cual trató sin embargo de mantenerse en los años
siguientes, sin lograr consolidarse23. Hubo incluso intentos de organización de carácter
reivindicativo en el sector de policía. En general, se puede decir que la gran mayoría de
los trabajadores dependientes del Estado buscaron formas de cooperación para defender
sus intereses inmediatos, y que su participación al movimiento sindical fue muy
importante, a pesar del carácter "ilegal" y coyuntural de las organizaciones que nacieron
en sus luchas.

Los trabajadores y las relaciones de clase

Hemos visto en el capítulo anterior que en cada sector económico, la fuerza


laboral está colocada en situaciones específicas y cambiantes, en las que se dan diversas
formas de relación con las distintas fracciones de las clases dominantes y de la
burguesía, en particular. Sin embargo, detrás de estas situaciones que definen los
intereses inmediatos de la clase trabajadora, de la burguesía y de los sectores medios
presentes en ellas, existe una lógica de explotación-acumulación, de
dominación-subordinación que se extiende al nivel de la sociedad en su conjunto y que
explica la conformación de las principales clases sociales, definiendo sus intereses
generales. Trataremos ahora de precisar esta lógica común, analizando las bases a partir
de las cuales se constituye la clase obrera y trabajadora en general.

EL PROLETARIADO Y LA FUERZA PRODUCTIVA DEL


TRABAJO

Se identifica generalmente a la clase trabajadora con los obreros y por ello se


habla de "clase obrera". Es cierto que los obreros constituyen generalmente el núcleo
básico de la clase trabajadora, Sin embargo, es evidente que no se puede reducir la clase
a una categoría ocupacional y excluir de ella a priori a todos los trabajadores no obreros.

La clase trabajadora tiene como base el conjunto de trabajadores proletarizados


(es decir desposeídos de los medios de producción, no en un sentido puramente jurídico,
sino en tanto que control técnico y social), trabajadores que disponen sólo de su fuerza
de trabajo y no vive, sino a condición de encontrar empleo. El salario, expresión
monetaria del valor de la fuerza de trabajo es lo que generalmente permite al
proletariado subsistir y reproducir su fuerza de trabajo. Las clases que poseen los
medios de producción, y en particular la burguesía capitalista que adquiere un control
técnico y social sobre ellos, son las que proporcionan empleo a los proletarios, siempre
y cuando eso le traiga beneficio. Frente a la burguesía capitalista, el proletariado
encuentra trabajo en la medida que éste acrecienta su capital, es decir sea productora de

16
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

plusvalía. También, parte del proletariado encuentra trabajo en la medida en que


proporciona un servicio satisfaciendo las conveniencias de consumo no productivo de
las clases adineradas. Pero estas clases no tendrían altos ingresos si no tuvieran
capacidad de acumular riquezas, lo cual depende de su capacidad de explotar a los
trabajadores productores de excedentes (de plusvalía en el caso de la producción
capitalista). Por lo tanto, la fuente de la explotación y acumulación tiene que buscarse
en las relaciones de producción.

El interés principal del capital es la acumulación. En el país, la burguesía


capitalista realiza parte de esta acumulación succionando los excedentes de las unidades
no capitalistas de producción y la plusvalía de las empresas capitalistas menores. Pero la
mayor parte de su acumulación, la realiza comprando directamente fuerza de trabajo,
maquinarias y materias primas para valorizar su propio capital. Para ello, la burguesía
utiliza trabajadores asalariados, la mayoría de los cuales son obreros. Los diversos
trabajadores proletarios que contribuyen a la acumulación del capital, y en especial los
trabajadores asalariados -sobre todo obreros- constituyen una fuerza productiva de
trabajo social explotada por el capital, subordinada a la burguesía. Ellos son la base de
la clase trabajadora o llamada "clase obrera".

Es importante recalcar que, a medida que se desarrolla la subordinación real del


trabajo al capital, no es el trabajador individual, sino una fuerza de trabajo socialmente
coordinada la que es productora para el capital. Las diversas fuerzas laborales participan
de distintas maneras en la producción inmediata de bienes materiales y de servidos: para
uno el trabajo es mayormente, manual, para otro es mayormente intelectual; pero todos
constituyen la máquina productiva total, organizada por la división capitalista del
trabajo.

No todos los trabajadores asalariados con productores de plusvalía. Algunos


laboran en centros de trabajo no capitalistas. Otros están empleados por la burguesía
pero son "improductivos" para el capital. Lo último ocurre cuando la burguesía compra
el valor de uso de la fuerza de trabajo sin incorporarla al proceso de valorización de su
capital, sin transformarla en "capital variable"; sólo le transfiere parte de sus ingresos.
Es el caso por ejemplo del abogado que un capitalista contrata para defender sus
intereses; de los servidores domésticos, mayordomos y choferes particulares pagados
para que le sirvan; también de los funcionarios, militares y el personal destinado a
garantizar el orden vigente, que son mantenidos en base a los impuestos.

La masa de trabajadores improductivos va aumentando con la concentración


monopólico y los altísimos ingresos que tiene que derrochar la burguesía. Aumenta aun
más en el Perú por la alta concentración de ingresos y el carácter "rentista", especulativo
e intermediario de la mayoría de las clases dominantes peruanas. Al no estar sometidas
a la competencia capitalista a nivel de la producción, estas clases no están obligadas a
invertir productivamente sus ingresos y tienen que gastarlos". De allí se explica la
proliferación de los servicios comerciales y para comerciales (propaganda), de las
profesiones liberales y servicios domésticos y la hipertrofia de la empleocracia estatal.
Todo ello contribuye a la inflación del empleo en el sector "terciario" que señalamos
antes.

La burguesía que paga a los trabajadores "improductivos" trata evidentemente de


identificar los con sus intereses de clase. Sin embargo, entre la masa de estos
trabajadores asalariados, muchos son proletarios, participando con los demás
17
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

asalariados de la subordinación característica de la división capitalista del trabajo y las


leyes de determinación del salario en torno a lo que está considerado histórica y
moralmente necesario para su subsistencia como proletario.
Es así que, siendo "improductivos" independientemente de su voluntad, estos
asalariados se organizan y luchan como parte de la clase trabajadora, desde el lugar
donde están: en las dependencias del estado, los centros educativos, etc. Pero es en
solidaridad con los sectores productivos del proletariado que la lucha de estos
asalariados adquiere una perspectiva de clase.

En cuanto a los asalariados que laboran en centros de trabajo no capitalistas,


como por ejemplo la pequeña producción artesanal, ellos prácticamente no producen
plusvalía, sino un reducido excedente para sus respectivos patrones, el cual es además
succionado por las grandes empresas capitalistas, mediante los mecanismos de
intercambio desigual entre el circuito inferior y superior de la economía, como lo
explicamos antes. Estos trabajadores representan un proletariado sub-remunerado o son
a veces trabajadores familiares no remunerados, cuya dispersión en pequeñas unidades
de producción dificulta la organización de tipo sindical. Sus canales de acción se
encuentran más bien en las asociaciones de pobladores, orientadas en las
reivindicaciones urbanas. El contenido de clase de su lucha está en función de su
ligazón con los sectores de la clase trabajadora enfrentados más directamente al capital
en las relaciones de producción.

LA DIVISIÓN ENTRE OBREROS, EMPLEADOS E


INDEPENDIENTES

Aclaremos ahora el problema de la división entre las categorías de obreros,


empleados e independientes.

Entre 1950 y 1968, el número y la proporción de trabajadores según dichas


categorías evolucionaron de la siguiente forma:

1950 1968

Número total % Número total %

Asalariados Obreros 904,800 35.0 1'535,000 39.1


Empleados 269,500 10.4 562,200 14.3

Independientes 1'409,300 54.5 1'829,500 46.6

TOTAL 2'583,600 100.0 3'926,700 100.0

Fuente: Banco Central de Reserva, Cuentas Nacionales

18
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

Según este cuadro, se nota que la mayoría de la fuerza laboral tiende a ser
asalariada, aun cuando la proporción de independientes se mantiene muy grande.

Alrededor de un tercio de los asalariados son empleados. La proporción es


mayor en los sectores de comercio y servicio y mucho menor en las actividades de la
producción. Según la ley, los empleados son trabajadores principalmente
"intelectuales", mientras que los obreros son "manuales". Pero, en realidad no es tan
simple. Para entenderlo, es necesario precisar cómo los trabajadores se ubican en la
división capitalista del trabajo en las empresas.

La categoría de empleado expresa en primer lugar el sistema de distinciones


jerárquicas utilizado 'en las grandes empresas para alejar a los proletarios del control
técnico y social de los medios de producción, concentrándolo en manos de la patronal.
La mayoría de los trabajadores son meros ejecutores bajo el mando del gerente, y no
controlan la organización del trabajo. El gerente organiza el trabajo mediante todo un
equipo de capataces, jefes, ingenieros y coordinadores, quienes transmiten la autoridad
patronal. Estos intermediarios, colocados entre los trabajadores que ejecutan y el patrón
que manda en última instancia, están generalmente en la categoría de empleados. Los
llamaremos trabajadores no directos. La mayoría de ellos tienen la categoría de
empleados, formando parte de los sectores "medios", identificados generalmente con la
burguesía, aUnque algunos defienden los intereses de la clase trabajadora. Los
trabajadores directos, encargados de tareas parcelarias y de ejecución, son generalmente
obreros, pero, entre ellos están también parte de los empleados. Es el caso de los
mecanógrafos, operadores de máquina de oficina, porta-pliegos, etc. Muchos de estos
trabajadores, aun cuando sean empleados, venden su fuerza de trabajo en condiciones
similares y a veces peores que los obreros,.constituyendo una especie de "proletariado
de cuello y corbata".

En segundo lugar, hay que señalar que la categoría de empleado sirve a los
patronos para establecer un sistema de promoción en las empresas, y dar algunos
privilegios a los trabajadores considerados de mayor confianza o conveniencia, según
los criterios capitalistas. La división entre obreros y empleados tiene muchas veces
como consecuencia la existencia de dos sindicatos en la misma empresa y dificulta la
unidad de la acción sindical.

Finalmente, la división entre obreros y empleados, que ha dado lugar a dos


regímenes distintos de remuneraciones, vacaciones y beneficios sociales, sirve a las
clases dominantes para dividir a la clase trabajadora.

Los obreros constituyen la mayoría de los asalariados en general. Son más


numerosos en las grandes empresas mineras, petroleras, industriales, de construcción y
de servicios básicos; donde constituyen la fuerza de trabajo directo más importante.
Hemos visto que el Estado emplea también una alta proporción de obreros. En el sector
industrial, por ejemplo, los obreros calificados y no calificados constituyen más de las
tres cuartas partes de los trabajadores, como se puede apreciar en el siguiente cuadro:

CATEGORIAS DE TRABAJADORES EN EL SECTOR INDUSTRIAL FABRIL

Propietarios, directores, gerentes y administradores 4.0 %


19
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

Profesionales y técnicos 3.9 %


Empleados de oficina y vendedores 12.8 %
Supervisores y capataces 1.6 %
Obreros calificados 16.2 %
Obreros semi-calificados y no calificados 61.5 %
Total 100.0

Fuente: Dirección Nacional de Estadística y Censos, Primer Censo Nacional


Económico, 1963.

Los obreros son los que sufren más directamente las formas de explotación
capitalista en las empresas y tienen que unirse para combatirlas, Ello se manifiesta en su
mayor propensión a organizarse sindical mente. Si bien los obreros constituyen la base
de la clase obrera, todos no están relacionados de igual manera con el capital ni son
igualmente productivos para él. Se puede distinguir tres situaciones.

A. Una primera situación corresponde a los obreros que trabajan en las


empresas capitalistas modernas usando métodos de organización y técnica avanzada.
Controladas generalmente en forma monopólico por el capital internacional y sus
intermediarios nacionales, estas empresas alcanzan una composición orgánica de capital
mayor que las demás empresas, es decir utilizan proporcionalmente más capital
constante (maquinaria y materia prima) que variable (fuerza de trabajo), con lo cual los
trabajadores, a la vez que representan un costo menor, adquieren mayores niveles de
productividad, proporcionando al capital una plusvalía relativa más alta. Es en dichas
empresas que la burguesía tiene su mayor fuente de acumulación y explota más a los
trabajadores, en términos de porcentaje de plusvalía extraída. En el sector minero, tres
empresas norteamericanas altamente tecnificadas, con un total de trabajadores inferior a
20,000, asumen el 70% de la extracción de minerales y el 90% de su refinación. En el
sector industrial, hemos visto que casi la mitad de la producción está asumida por 79
empresas.

Aunque las empresas modernas usan también trabajadores eventuales o


trabajadores a domicilio por encargo, necesitan de un conjunto de obreros calificados y
semi-calificados, con cierta experiencia y estabilidad en el trabajo, constituyendo los
principales centros de trabajo. Están allí en su mayoría los establecimientos de más de
100 trabajadores, que en el sector industrial agrupan a la mitad de los obreros, En estos
centros de trabajo las relaciones de producción se dan bajo formas depuradamente
capitalistas, y el proletariado tiene mejores condiciones para fortalecer su organización
sindical y adquirir experiencia de clase en su lucha. Además, en las empresas modernas
más recientes, se trata de un proletariado joven, con mayor nivel educativo y menor
influencia de la tradición ideológica del Apra. Es este nuevo proletariado moderno el
que impulsará la nueva corriente sindical clasista.

Al tener una productividad más alta que las demás, las empresas modernas están
en posibilidad de pagar mejores salarios, al mismo tiempo que se enfrentan a una mayor
fuerza sindical. Ello explica que los salarios más altos se encuentran en estas empresas.
Sin embargo, no hay proporción entre la diferencia de productividad de las empresas y
los niveles de salario. Los salarios de las empresas modernas no se alejan mucho de la
medida de subsistencia que sirve de pauta para los salarios de las empresas de menor
productividad. Las empresas modernas que operan en el país llegan de esta forma a
20
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

tener menores costos de mano de obra y una superganancia en relación a las que operan
en los países desarrollados donde los salarios son mucho más altos.

B. Una segunda situación obrera está dada en las empresas de menor


productividad. Se trata sea de antiguas empresas en crisis qué no han logrado
modernizarse, sea de pequeñas o medianas empresas que compiten con las empresas
modernas, no en base al aumento de composición orgánica del capital, sino en base a la
intensificación del trabajo y la rebaja de los salarios y condiciones de trabajo. La
explotación se da allí principalmente con la extracción de plusvalía absoluta. EI nivel de
salarios es generalmente el mínimo vital. Los obreros tienen menor estabilidad laboral y
menor fuerza sindical. En las empresas más pequeñas, hay ausencia total de
organización, pues el requisito legal es de un mínimo de 20 trabajadores para formar un
sindicato. En esta situación se encuentran el 65% de los establecimientos y el 16 de los
trabajadores del sector industrial fabril. En las demás empresas donde sí existe
organización sindical, la capacidad de reivindicación de los obreros es desigual y
depende de los lazos que establecen con las bases más fuertes al interior de las
federaciones sindicales.

C. La tercera situación obrera se relaciona con los pequeños centros de tipo


artesanal o casero, que utilizan algunos asalariados obreros, de muy bajo nivel de
remuneración y generalmente inestables. Dispersos, carentes de organización sindical y
explotados por pequeños patronos que les imponen duras condiciones de trabajo, estos
obreros contribuyen a generar las pingües ganancias de dichos patronos que en su
mayoría sobreviven en el circuito inferior de la economía capitalista.

Finalmente consideramos a los trabajadores llamados "independientes'. Se trata


principalmente de los campesinos parcelarios, trabajadores artesanales y pequeños
comerciantes. Trabajan muchas veces con algunos familiares no remunerados y
ayudantes .eventuales. Salvo excepciones -como el profesional o el comerciante que
poseen modernos equipos, tiendas, etc.- su capital es muy reducido. Su modo de
producción es de carácter artesanal, no propiamente capitalista. Pero se relacionan con
las empresas capitalistas a través del mercado.

Generalmente los trabajadores independientes que trabajan con sus propios


medios de producción apenas reproducen su fuerza de trabajo, siendo su ingreso
promedio inferior al mínimo vital. Muchos sin embargo generan un trabajo excedente.
En este caso se puede decir que el trabajador independiente adquiere una doble
personalidad. Como propietario de medios de producción, es un patrón que se paga a sí
mismo las ganancias: Como trabajador directo, es su propio asalariado. Sin embargo, el
trabajo excedente escapa en gran parte de sus manos, vía los impuestos, los intereses de
los préstamos, los altos costos de los insumos y bajos precios de venta de sus productos.
Estrujados por los intermediarios comerciales, las empresas capitalistas y el estado, los
independientes se ven obligados a sobre-explotarse a sí mismos para sobrevivir. Su
situación de pobreza les obliga, en un momento u otro, a buscar un empleo asalariado,
aunque sea eventual. Muchos de ellos forman parte del "ejército industrial de reserva",
en situación estancada, como lo explicaremos a continuación.

EL MERCADO DE TRABAJO

Las situaciones de trabajo en las que se encuentra el proletario son cambiantes,


21
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

variando según la evolución de las necesidades del capital y el desarrollo y


subdesarrollo, de la economía en su conjunto. Para entender cómo se desenvuelven las
relaciones de clases entre el proletariado y las clases dominantes, es necesario analizar
no sólo las relaciones de producción en cada empresa, sino las relaciones sociales en su
conjunto. Para ello, es indispensable tener en cuenta el funcionamiento del mercado de
trabajo.

Con el modo de producción capitalista, el trabajo humano no interesa sino como


una mercancía comprada y consumida para la fructificación del capital. Esta mercancía
está proporcionada por los trabajadores despedidos de medios de producción. Estos
trabajadores abundan sobre el mercado de trabajo, en la medida que la expansión
capitalista va destruyendo las formas pre-capitalistas de producción. La explosión
demográfica (casi 3% anual). particularmente fuerte en los sectores pauperizados,
contribuye a esta abundancia de trabajadores "libres", es decir proletarizados.

El capital necesita dos tipos de fuerza de trabajo: Una "simple", o sea


trabajadores no calificados que realizan tareas más o menos elementales, que son la
mayoría; otra "compleja", es decir obreros calificados, técnicos y profesionales.
Además, el capital necesita de un personal directivo con una formación especial.

Para cubrir sus necesidades de personal calificado y entrenar a sus cuadros


directivos en los métodos modernos de gestión de las empresas capitalistas, las clases
dominantes desarrollistas organizaron desde mediados de los años 50 un conjunto de
nuevos programas de capacitación, con el apoyo de los países imperialistas y del estado.

En 1960, financiado por la AID y como acuerdo entre el Gobierno, el sector


privado y la CTP, se creó el Centro Nacional de Productividad (CENIP), destinado a
fomentar la racionalidad de las empresas, organizar programas de capacitación obrera,
adiestramiento de dirigentes sindicales y formación de personal administrativo. En
1961, se creó el. Servicio Nacional de Aprendizaje y Trabajo industrial (SENATI),
financiado por las empresas y destinado a proporcionar una formación técnica
especializada a los trabajadores que ellos le envían. En los mismos años se ampliaron y
modernizaron los programas técnicos de las universidades (especialmente en la
Universidad Nacional de Ingeniería) y se desarrollaron algunas instituciones
especializadas para los empresarios, como la Escuela Superior de Administración de
Negocios (ESAN) y el Instituto Peruano de Administración de Empresas (PAE).

Conjuntamente con la capacitación técnica, el capital imperialista aprovechó


para difundir una nueva ideología favorable a sus intereses: una ideología a la vez
tecnocrática y de buenas "relaciones humanas", basada en el ocultamiento de los
intereses privados tras la racionalidad de la organización de las empresas y el manejo de
la psicología industrial. Al mismo tiempo, se organizaron programas de capacitación de
"sindicalismo libre", financiados por el Gobierno norteamericano y grandes empresas
multinacionales.

Ahora bien, el capital atrae sólo parte de la masa de trabajadores disponibles en


el mercado de trabajo, y al mismo tiempo rechaza los que ya no necesita. En un primer
momento, con la creación de un nuevo centro de trabajo capitalista, un conjunto de
proletarios son empleados y se transforman en productores activos. Pero, a medida que
va aumentando la acumulación capitalista, se da una tendencia al aumento de la
composición orgánica del capital, es decir el reemplazo de los hombres por las
22
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

máquinas. Al mismo tiempo, se crean nuevas industrias y centros de trabajo que


absorben en parte los trabajadores expulsados. Es así que el proletariado es sometido a
un proceso alternativo de atracción-expulsión por parte del capital.

En el Perú, tal como hemos visto, las ganancias capitalistas se orientan


principalmente hacia los países imperialistas, generando escasez nuevas inversiones y
centros de trabajo en el país. Por eso, muchos proletarios atraídos inicialmente por el
capital, terminan desocupados o sub-empleados y tienen que encontrar formas precarias
de subsistencia como cachueleros, vendedores ambulantes, operarios de un pequeño
taller, etc. A fines de los años 60, se calcula que el sub-empleo en las ciudades fluctúa
entre 30% y 50% de la fuerza laboral24.

Lo anterior significa que mientras el número de obreros aumenta, se forma al


mismo tiempo una sobrepoblación relativa de trabajadores urbanos. Esta sobrepoblación
sirve de "ejército industrial de reserva" para las necesidades cambiantes del capital en
cuanto a mano de obra y a su vez contribuye a la ofensiva patronal contra los sindicatos,
al abaratamiento de la fuerza de trabajo y a la mayor explotación de los productores
activos. En las fases de expansión de las actividades económicas, dicho ejército
industrial se vuelve parcialmente activo. En cambio, se mantiene como reserva en las
fases de estancamiento y crisis económica. Dado el carácter dependiente del capitalismo
peruano, predominan las fases del segundo tipo.

La sobre población relativa urbana tiene diferentes formas:

- la forma fluctuante: son los trabajadores normalmente estables de las empresas


capitalistas, pero despedidos según la conveniencia de estas (los empresarios
reivindican particularmente esta forma, al oponerse a la estabilidad laboral).
- la forma intermitente: son los trabajadores eventuales.
- la forma latente, originada en las actividades tradicionales en crisis, como por
ejemplo las industrias desplazadas por el capital monopólico.
- la forma estancada, que comprende. a los trabajadores sub-empleados de la
pequeña producción artesanal, del pequeño comercio, los trabajadores a
domicilio, etc.

En el seno de la sobrepoblación relativa, se encuentran las capas más pobres de la


clase trabajadora, incluyendo los sectores "miserables": los desocupados, los
desamparados sin familia, los inválidos por accidente, enfermedad y vejez, etc. Aparte
de ellos, hay que mencionar el "lumpen-proletariado", aquellos que adoptan formas
parasitarias de subsistencia (mediante el robo, la prostitución, la mendicidad y las
actividades delictivas remuneradas al servicio de la burguesía).

24
Ver los estudios del "Centro de Investigaciones Sociales por Muestreo del Ministerio de
Trabajo. Para calcular el subempleo se considera a los trabajadores cuya remuneración es
inferior al mínimo vital legal y lo que no alcanzan trabajar 35 horas semanales, a pesar del
deseo de trabajar más. 80% del sub-empleo es por ingresos inferior al mínimo vital. Debería
llamarse "sub-remuneración".
25
Según un estudio realizado por Fernando Romero, sólo 11% de los egresados de las
escuelas industriales encuentran empleo en la industria (La industria manufacturera y su mano
de obra en 1962, SENATI, Lima, 1963).

23
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

El desarrollo de la sobrepoblación relativa afecta sobre todo a los trabajadores de


bajo nivel de instrucción .pero también a los que han seguido una formación
profesional. Muchos de los egresados de los centros de estudios técnico profesionales
no encuentran el trabajo para el cual se han preparado25. El divorcio entre el mercado de
mano de obra calificada y la preparación profesional se manifiesta también por la
degradación de esta formación profesional para la mayoría de los trabajadores. Las
escuelas y universidades disponen de pocas máquinas y recursos para la enseñanza. La
situación es todavía más precaria en las "academias", instituciones creadas
generalmente con fines de lucro, que dictan cursos en la noche y donde acude la
mayoría de los trabajadores que quieren tener una formación profesional extraordinaria.

La magnitud de la sobre población relativa urbana es tal que la oferta de mano


de obra supera ampliamente la demanda y en términos generales, baja su precio, es decir
el nivel de los sueldos y salarios. Es sumamente revelador que entre 1962 y 1966, el
salario promedio real de los obreros no agrícolas de Lima-Callao fue inferior al salario
mínimo vital. Una simple comparación entre los promedios de las ganancias de los
obreros no agrícolas en los Estados Unidos y en el Perú (utilizando el campo oficial del
sol en dólar) indica que los peruanos ganan casi diez veces menos que los
norteamericanos26. Es evidente que muchos factores intervienen para distorsionar esta
tendencia general. Algunos sectores laborales disponen (o han dispuesto) de una fuerza
sindical y de medios de presión política que les permiten alcanzar niveles de
remuneración más altos que otros. Se observa por ejemplo que los obreros textiles y los
de las industrias de bebidas, que tuvieron una larga tradición de organización sindical,
consiguieron hasta 1960 aumentos salariales sustancialmente más altos que los obreros
de confección o de las industrias alimenticias que no disponen de esta capacidad
sindical. Sin embargo, aun los obreros mejores pagados tienen condiciones precarias de
subsistencia. No existe prácticamente "aristocracia obrera" en el país, pero sí una
mayoría de trabajadores sobre-explotados.

La presencia de una sobrepoblación relativa es utilizada por la burguesía para


impedir el fortalecimiento de la acción sindical, y en general, la organización de la clase
trabajadora. Respaldado por una legislación muy liberal, los empresarios pueden
despedir a un trabajador con un simple y corto aviso. Esta posibilidad es aun más
expeditiva durante los tres meses de prueba. Es así como las empresas cubren gran parte
de sus necesidades de mano de obra con trabajadores inestables, a los que no pagan
beneficios sociales, Igualmente, utilizan trabajadores por encargo a domicilio y sub-
contratados, quienes no pueden formar sindicatos. Además, los patronos manejan una
serie de mecanismos para dividir y controlar a los trabajadores: establecen con algunos
de ellos relaciones clientelístas, privilegios particulares, formas de promoción
(utilizando en particular el pase de obrero a empleado), etc. El compadrazgo o la "vara"
son en la mayoría de los casos condiciones indispensables para encontrar trabajo y
conservarlo.

26
En base a los datos de la OIT, Anuario Estadístico de Trabajo; Ginebra, 1972. Ver los
detalles sobre este punto en:Denis Sulmont, El Desarrollo de la clase obrera en el Perú,
cuadros 5, 8 Y 5, 9.

24
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

La amenaza de la pérdida del empleo y otras formas de dominación son dirigidas


especialmente en contra de los dirigentes sindicales y los trabajadores más consecuentes
en la defensa de los intereses de su clase.

SINDICALIZACIÓN

Con la expansión del trabajo asalariado, se desarrolló la sindicalización;


aumentó el número de conflictos laborales y convenios colectivos firmados anualmente
entre las empresas y las organizaciones sindicales. También aumentó la complejidad de
los convenios y la amplitud de los puntos contemplados: remuneraciones, beneficios
sociales, condiciones de trabajo, estabilidad laboral, defensa de la libertad sindical y de
los dirigentes, etc.

A través del sindicalismo, numerosos sectores del proletariado adquirieron una


mayor conciencia de los principales mecanismos de la explotación y acumulación del
capitalismo y desarrollaron, nuevas formas de organización y lucha que les aportaron
una experiencia de clase.
A partir de 1956, aprovechando la apertura democrática del nuevo Gobierno, se
reorganizaron numerosos sindicatos y se crearon nuevos. Sin embargo, en muchos
casos, los trabajadores tuvieron que llevar adelante prolongadas luchas para imponer el
reconocimiento de su sindicato a la patronal, especialmente en las empresas agrícolas y
en los enclaves mineros donde el auto totalitarismo y el paternalismo eran costumbre.
Los sindicatos de Cayaltí y Toquepala requirieron una fuerte presión nacional y hasta
internacional para imponer su reconocimiento.

El gobierno de Prado, frente al empuje del proceso de sindicalización y bajo la


iniciativa del Apra, estableció una serie de normas para actualizar el procedimiento de
formación y reconocimiento de los sindicatos, tratando de institucionalizar la vida
sindical.

La libertad de asociarse es un derecho estipulado por el artículo 27 de la


Constitución de 1933 (que es la que rige actualmente). Posteriormente, el Gobierno
peruano suscribió el "convenio 87", aprobado en 1948 por la Oficina Internacional del
Trabajo (OIT), que se refiere a la protección del derecho de sindicalización. Este
convenio fue reglamentado en el país recién después de 1956. En 1957, se estableció la
prohibición de despedir a los trabajadores y sus representantes en la tramitación de un
pliego de reclamos (R.S. 18/12/57). La reglamentación más completa se dio mediante,
el D.S. 009, del 3 de mayo de 1961, que ampara la libertad sindical y establece las
normas para constituir sindicatos y para sus reconocimiento27. Este decreto sólo

27
Los artículos que amparan la libertad sindical son los siguientes:
Art 1º. El Estado garantiza a los empleadores y trabajadores el derecho de asociarse
libremente en sindicatos, sin autorización previa, para su mejoramiento económico,
social y cultural y la defensa de sus intereses comunes.
arto 2º. Los empleadores y sus representantes deberán abstenerse de todo acto que tienda a
coactar o restringir, en cualquier forma, el ejercicio del derecho de asociación de los
trabajadores y de intervenir en modo alguno en la creación o administración de sus
organizaciones sindicales.
art.3º. Las autoridades evitarán toda intervención que tienda a limitar el derecho de asociación
25
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

comprende a los empleadores, obreros y empleados de la actividad privada. Hemos


visto que los servidores del estado -no pueden formar sindicatos (R.O.S. 12/11/45). En
1957, el Gobierno especificó que tampoco podían formar sindicatos los arrendires. y
allegados (R.M. Nº. 009, 7/11/57). Posteriormente, se Iogró conseguir una ley (Nº.
15215, del 13/11/64), que permite a los servidores del magisterio tener sus
organizaciones sindicales.

El D.S. 009 de 1961 señala que para constituirse o subsistir, los sindicatos
deberán contar con un mínimo de 20 miembros. En los centros de trabajo de 5 o más
trabajadores, pero cuyo número no alcanza a 20, pueden elegir a un delegado que los
represente ante su empleador y las autoridades. Para constituir una federación, se
requiere la unión de no menos de 5 sindicatos y para formar una confederación, no
menos de 10 federaciones.

La Junta Militar de 1962 estableció las normas sobre acuerdos en asambleas


sindicales y declaración de huelgas. El D.S. Nº. 7 (del 2/11/62) señala la obligación de
comunicar cualquier paralización a la autoridad de trabajo con una anticipación de por
lo menos 72 horas. Este decreto, que permite además un mayor control estatal sobre la
vida sindical y los dirigentes, fue duramente criticado por los sindicatos.

La misma Junta dio también dispositivos legales para facilitar la capacitación


sindical de los trabajadores, con el asesoramiento del Instituto Latino Americano de
Desarrollo del Sindicalismo Libre.

El número de sindicatos reconocidos aumentó considerablemente sobre todo a


partir de 1961:

Años Total de sindicatos reconocidos

1955 493
1961 1093
1968 2317

Fuente: Ministerio de Trabajo

Los dos tercios de estos sindicatos reconocidos están en Lima metropolitana y


más del tercio son de empresas industriales manufactureras.

El número de huelgas aumentó, como lo muestra el siguiente cuadro:

Años Número de huelgas

1957 161
1958 213
1959 233

o a imitar su ejercicio legal.


arto 4º. Nadie puede ser obligado a integrar un sindicato.

26
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

1960 285
1961 341
1962 380
1963 422
1964 398
1965 397
1966 394
1967 414

Fuente: Ministerio de Trabajo

La lucha sindical ha permitido a la clase trabajadora conquistar nuevos derechos


y beneficios sociales. Pero, es necesario ver también que, debido al aumento del costo
de vida, los aumentos de salarios que ha conseguido, en términos reales han sido
mínimos. Se puede decir que la lucha sindical ha servido más para evitar que el nivel de
vida del trabajador se deteriore, que para elevarlo apreciablemente. Eso se puede ver en
la evolución del salario mínimo y del salario promedio de los obreros no agrícolas de
Lima-callao. Un obrero promedio tiene en 1968 prácticamente el mismo salario real que
en 1962. En realidad, dado que aumentan cada vez las necesidades de consumo para
subsistir en la capital, las condiciones de vida de este obrero se han deteriorado:

27
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

ÏNDICES DE LOS
ÍNDICES DEL SALARIOS Y SUELDOS ÍNDICE DEL SALARIO PROMEDIO
COSTO DE VIDA MÍNIMOS REALES OBRERO NO AGRÍCOLA
AÑOS LIMA-CALLAO LIMA-CALLAO LIMA-CALLAO

NOMINAL REAL
1962 (base) 100,0 100,0 100,0 100,0
1963 106,0 94,3 107,6 101,5
1964 116,5 85.8 125,6 107,8
1965 135,5 118,1 146,1 107,8
1966 147,6 108,4 144,9 98,2
1967 162,0 123,5 156,3 96,0
1968 192,9 103,7 192,8 100,0
1969 205,0 97,6 215,9 105,3
1970 215,1 122,7 231,6 107,6
1971 229,9 114,8 248,5 108,1
1972 246,4 129,9
1973 283,4 112,9

FUENTES: ONEC para los índices de costo de vida. Resoluciones del Ministerio de Trabajo para los
salarios mínimos y OIT (Anuario Estadístico de Trabajo, Ginebra 1972) para los Salarios promedios
obreros en los sectores no agrícolas de Lima-Callao (p. 562). Los índices y los valores reales han sido
calculados por nosotros.

La debilidad del sindicalismo peruano se debe a las caractedsticas del


proletariado y del mercado de trabajo antes señaladas, así como al tipo de dirección y
las divisiones políticas que tuvo en todo este período.

A. La organización sindical se ve limitada en primer lugar por la dispersión de


numerosos trabajadores en pequeños centros de trabajo donde no se pueden formar
sindicatos. Si descontamos a los trabajadores de los establecimientos de menos de 20
personas, llegamos a que sólo un tercio de la fuerza laboral del sector manufacturero a
nivel nacional es potencialmente sindicalizable. La proporción es mayor en las ciudades
de gran concentración industrial. Es menor en las actividades de comercio y de servicio.

Según una encuesta realizada en 1967, en Lima-Callao, el 23% de la fuerza


laboral pertenecía a sindicatos; esta proporción sube a 39% si se considera sólo a los
obreros; baja a 20% para los empleados, 19% para los independientes y 11% para los
sub-empleados28.

B. En segundo lugar, la debilidad sindical se explica por la existencia de la


sobrepoblación de proletarios en el campo y en la ciudad, que permite a las empresas

28
Ministerio de Trabajo y Comunidades.' Información sobre los sindicatos del área de
Lima-Callao, CISM-SERH, informe elaborado por J. Lininger, Lima, 1968.

28
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

usar la inestabilidad laboral como arma principal contra los dirigentes sindicales y los
obreros combativos. Por ejemplo, veremos cómo los banqueros lograron destruir la
dirigencia clasista de la FEB y del Comité de Reorganización de la CTP, despidiendo a
600 empleados bancarios en 1964. No sólo despidieron selectivamente a los dirigentes
de izquierda, sino que también distribuyeron listas a las demás empresas para que no les
contraten.

C. Finalmente, y como nos lo mostrará el mismo ejemplo citado, juega un


papel muy importante la falta de solidaridad de clase que implica la ausencia de una
dirección proletaria claramente hegemónica en el sindicalismo peruano. Todo el período
1956-68 fue a travesado por profundas pugnas internas en las organizaciones sindicales,
marcadas por el cuestionamiento del sindicalismo de convivencia y del sindicalismo
pro-capitalista "libre" impulsado por el Apra, y las divergencias y competencias
políticas entre tendencias reformistas y clasistas. A pesar de sus propias divisiones, la
burguesía presentó generalmente un frente más unido contra los trabajadores en su lucha
sindical. En todo este proceso, sin embargo, salió fortalecido un sindicalismo con mayor
autonomía de clase que antes.

REPRODUCCIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO EN LAS


CIUDADES

Un aspecto importante de la situación del proletariado se refiere a la manera


como éste reproduce su fuerza de trabajo y asegura su subsistencia.

En el campo, los trabajadores consumen en gran parte lo que ellos mismos


producen. En los campamentos mineros y en las ciudades, se imponen nuevas
condiciones de subsistencia a los trabajadores que tienen que comprar prácticamente
todo lo que consumen. Los precios de los alimentos, de la vivienda, del transporte, etc.,
adquieren una importancia vital para ellos. Con el desarrollo urbano-industrial de íos
años 50 y 60, el problema del acceso de las masas populares a los bienes y servicios de
consumo urbano es un campo de confrontación social y política de creciente
significación.

Como resultado del deterioro de las condiciones de vida del campo, el proceso
de migración hacia las grandes ciudades y sobre todo hacia Lima Metropolitana -donde
tenemos el 70% de las inversiones y de la producción industrial- originó una
urbanización espectacular. El número de ciudades de más de 100,000 habitantes que era
de uno en 1940, pasa a tres en 1961 ya nueve en 1972 lima, aumenta de 600,000
habitantes en 1940 a cuatro millones en la actualidad.

Al llegar a las ciudades, la masa, de trabajadores proletarizados o semi-


proletarizados se enfrenta en particular al problema de la vivienda. Sus bajos ingresos
no les permiten pagar altos alquileres ni comprar terrenos para construir casas
modernas. Las familias populares tienen que amontonarse en barrios tugurizados y
viviendas deterioradas, carentes de servicios adecuados.
Esta situación impulsa los movimientos de invasión de los terrenos eriazos que rodean
las ciudades y donde surgen las barriadas. Allí, los pobladores tratan de construir sus
precarias viviendas y de instalar una incipiente infraestructura urbana: agua, desagüe,

29
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

luz, puesto de salud etc.

La formación de las barriadas y los movimientos poblacionales urbanos habían


tomado ya un carácter masivo durante el Gobierno de Odría. Pero estos procesos se
ampliaron aun más durante los regímenes posteriores.

En Lima Metropolitana, se extendieron las barriadas hacia el norte (Comas) y


sur (San Juan de Miraflores). La proporción de habitantes de la capital viviendo en
barriadas aumentó de 10% en 1955 a 27% en 197029.

En 1970, el tercio de la población de las principales ciudades del país vivía en barriadas:

Población Urbana Poblacón PP.JJ.


(1970) Total %
Lima Metropolitana 2’830,000 762,000 27
Arequipa 272,000 102,000 38
Trujillo 208,000 133,000 64
Chiclayo 168,000 59,000 35
Chimbote 134,000 128,000 96
Piura 115,000 57,000 50
Cusco 112,000 24,000 21
Huancayo 104,000 17,000 16
Iquitos 99,000 22,000 22
Ica 69,000 20,000 29
TOTAL 4’111,000 1’324,000 32
Fuente: ONEC, Los Pueblos Jóvenes en el Perú, Boletín de Análisis
Demográfico, Nº 13.

A la población de las barriadas, hay que añadir la de los tugurios y de las


urbanizaciones populares, que representan entre 25 y 30% de la población urbana.

A través de respuestas asistencialistas o reformistas y de soluciones muy


parciales, las clases dominantes y el estado trataron de mediatizar e institucionalizar las
demandas populares urbanas, evitando que fueran el objeto de conflictos agudos.
Durante el Gobierno de Prado, bajo la iniciativa del Apra principalmente, se fomentaron
la formación de Asociaciones de Pobladores, las que entablaron negociaciones con las
autoridades municipales para consolidar los llamados "pueblos en formación".

En base a las recomendaciones de la Comisión para la Reforma Agraria y la


Vivienda, y debido a la presión popular, el Gobierno de Prado dio en 1961 una Ley de
Barrios Marginales, estableciendo las condiciones para el reconocimiento de "las
barriadas. El Gobierno de Belaúnde utilizó esta ley para responder al creciente déficit de
vivienda de las ciudades; también fomentó las obras de remodelación y la construcción
de urbanizaciones populares, utilizando el financiamiento de la Alianza para el Progreso

29
Para 1955, ver José, Matas Mar," Estudio de las barriadas limeñas, 1955, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1967. Para 1970, ver: Oficina Nacional de Desarrollo de
pueblos Jóvenes, Censo 1970.

30
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

y de los Bancos Internacionales. Se desarrollaron también una serie de Mutuales y


Cooperativas de vivienda. Los ahorros populares, aunque individualmente reducidos,
representaron sin embargo en total una importante fuente de ganancia para los
capitalistas que controlan las agencias financieras y las industrias de La construcción.

La heterogeneidad de la población de los barrios populares, sus apremiantes


necesidades in mediatas y la ausencia de una tradición de organización y de lucha
articulada con el movimiento obrero, facilitaron la ofensiva ideológica y política de las
clases dominantes en ellos, desempeñando un papel muy activo las organizaciones
asistencialcitas de los sectores reaccionarios de la Iglesia, y las entidades filantrópicas
internacionales y nacionales tales como: Acción Comunitaria del Perú, Cáritas, Cuerpo
de Paz, Plan Padrinos, etc.30.

Además del Apra, los partidos políticos de la burguesía rivalizaron para captar
votos en las barriadas, especialmente durante la campaña electoral de 1962, en la que
cada candidato multiplicó sus discursos y promesas, distribuyendo regalos y apretones
de manos. Odría de vuelta al Perú en 1961, dio un gran impulso al trabajo de su partido
en las barriadas, logrando captar allí la mayoría de sus votos. Salvo el Partido
Comunista que intentó alguna acción, los partidos de izquierda estuvieron prácticamente
ausentes en este campo hasta fines de los años 60.

A pesar de lo anterior, la presencia del proletariado urbano no deja de hacerse


sentir en las luchas poblacionales urbanas. A medida que este proletariado va
adquiriendo mayor experiencia y conciencia de clase, algunas luchas poblacionales
serán llevadas en forma más articulada con las demás luchas del movimiento obrero.

En determinadas coyunturas, las movilizaciones urbanas se transformaron en


verdaderos levantamientos de masas, implicando a los distintos movimientos populares
sindical, poblacional, estudiantil. Tal fue el caso del levantamiento del Cuzco en 1958, a
raíz del alza de la gasolina; de Chimbote, en 1960, tras una matanza de obreros
siderúrgicos en huelga; de Juliaca a propósito del centenario de Puno en 1965. Los
movimientos urbanos masivos se multiplicaron en las ciudades del país (Iquitos,
Arequipa, Moquegua, etc.), tras las devaluaciones de 1967.

Debe subrayarse, sin embargo, que durante los años 50 y 60, los movimientos
populares urbanos quedaron generalmente desarticulados. El oportunismo político
predominó en la mayoría de las directivas de las asociaciones de pobladores.

DESARROLLO DE LA ORGANIZACIÓN Y CONCIENCIA DE


CLASE
No es posible, en base al análisis estático de las situaciones de clases del
proletariado deducir mecánicamente el desarrollo de la organización y de la conciencia
de clase de los trabajadores. En efecto, esta organización y conciencia sólo se forjan y
pueden ser evaluadas en la práctica concreta de las relaciones sociales que se dan en el
proceso histórico, donde interviene las diferentes coyunturas económicas y políticas, a

30
Ver Alfredo Rodríguez, Gustavo Riofrío y Eileen Welsh, De invasores a invadidos. Desco,
serie Praxis, Lima, 1973.

31
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

nivel nacional e internacional. Es por eso que es necesario reiniciar ahora el estudio de
esta práctica histórica tal como se ha desenvuelto a partir de 1956.

Previamente, sin embargo, es posible adelantar algunos elementos que


condicionaron el desarrollo de dicha práctica.

A. En primer lugar, hay que señalar el carácter reciente de muchos sectores


de trabajadores y de su organización. Ello explica su poca "experiencia" de clase, su
vulnerabilidad frente a la política y la ideología de las clases dominantes. A ello se
añade la gran influencia del Apra sobre el movimiento obrero, adquirida en las
coyunturas históricas anteriores. Este partido posee una práctica y un aparato
organizativo que se impone todavía a los trabajadores y frente a lo cual se estrellarán
muchos de los intentos de reorientar la acción obrera en un sentido de mayor
independencia de clase. Es a través de un largo proceso de lucha que la experiencia
clasista empezará a emerger a nivel de la organización y conciencia de ciertos sectores
de trabajadores. Esta emergencia se manifestará en lo sindical -dando lugar al abandono
de la CTP y la formación de la nueva CGTP- y, más recientemente, en la mayor
atracción de los trabajadores hacia las organizaciones políticas de izquierda.

B. En segundo lugar, debe tenerse en cuenta la heterogeneidad estructural


del proletariado y la dispersión de sus luchas. Los movimientos campesinos se
desarrollan separados entre sí por tremendas distancias geográficas, dificultando una
verdadera centralización en su organización y dirección; quedan mayormente aislados
de las luchas de los grandes centros urbano-industriales, especialmente de la capital. Los
diferentes movimientos populares tienen generalmente un alcance regional, más que
nacional. El área Metropolitana donde se concentran casi el 75% de los obreros y
empleados del país, tiene un desarrollo sindical y político desproporcionado en relación
al resto del país.

Además, en las ciudades y en la capital, hay una gran desarticulación entre los
diferentes movimientos. Las luchas sindicales en las relaciones de trabajo están
separadas de las luchas urbanas en las relaciones de consumo. Existe un corte "legal"
entre los obreros y empleados. El sindicalismo está atravesado por profundas pugnas
políticas y la misma izquierda está presa en sus propias divisiones. No existe tampoco
una prensa clasista de masas.

La dispersión de los movimientos populares tiende a aminorarse parcialmente a


medida ¡que se desarrollan los medios de comunicación, los flujos y reflujos
migratorios de los trabajadores entre el campo y las diversas ciudades, y que se
consolidan las federaciones obreras de alcance nacional. Sin embargo, esta dispersión
sigue predominando en 1968.

C. Un tercer problema se refiere al carácter inestable de la mayoría del


proletariado. Este no tiene una relación regular con el capital en las grandes empresas,
sino que es a la vez atraído y expulsado por ellas y tiene que adaptarse a situaciones
cambiantes. Una forma de hacerlo, impulsada ideológicamente por las clases
dominantes, es el ascenso o el éxito social particular, aplastando a los demás si es
necesario.

Los medios de comunicación de masa de la burguesía y del imperialismo


fomentan esta conciencia egoísta y arribista, mediante la propaganda para el consumo,
32
Antología Denis Sulmont Samain Parte: Clase Trabajadora

las telenovelas, las películas y hasta las revistas de historietas. Para ciertos trabajadores
el afán arribista se manifiesta "a lo macho" mediante comportamientos totalmente
oportunistas, que se expresan a veces en las organizaciones sindicales, donde buscan
ventajas inmediatas y personales; el radicalismo de sus reivindicaciones es rápidamente
abandonado y reemplazado por actitudes entreguitas. Para otros, existe el proyecto de
independizarse, de trabajar a su cuenta, de ser su propio patrón.

Sin embargo, estas aspiraciones arribistas y estos proyectos de independizarse se


ven frustrados en la mayoría de los casos. La conciencia de muchos sectores populares
aparece entonces como una ideología pequeña burguesa pauperizada y frustrada. Frente
a ello, se dan varios tipos de reacción:

A. Unos se resignan en forma fatalista; algunos de ellos se refugian en pequeñas


sectas religiosas que predican un "otro" mundo mejor; algunos encuentran alivio en el
alcohol, el juego. De todas formas, en este caso, "la miseria tiene que aceptarse con
paciencia, pero también con resentimiento, dejando abierta la posibilidad de una
violencia espontánea y desesperada cuando las circunstancias lo permiten.

B. Otros tratan de encontrar salidas pragmáticas, oportunistas, aprovechando


de las ayudas eventuales que proporcionan el estado, los organismos filantrópicos, los
partidos y los caudillos populistas o demagogos. Forman una cierta "clientela" para las
clases dominantes. Algunos se vuelven claramente mercenarios o "lumpen".

C. Otros adquieren más bien una conciencia política de su situación y la de


su clase. Desde el lugar donde están, tratan de construir una solidaridad entre los
diferentes sectores, organizaciones y luchas del pueblo, dándole dirección conciente.

Esta última salida sólo se impone sobre las demás en un largo proceso de
autonomización de la conciencia popular de la ideología dominante. Supone que la
perspectiva histórica de la clase obrera aparezca como alternativa para el pueblo en
general, cosa que, en la práctica no se da claramente en los años que estudiamos, a pesar
de que las perspectivas históricas de las demás clases encuentran un rechazo popular
cada vez más marcado.

33

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