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|ACTIVIDAD No.4 y 5

Proyecto Parte 1: Análisis de los sectores económicos a lo largo del Siglo XX.

Proyecto Parte 2: Informe sobre los grupos, gremios y conglomerados

EUGENIO DIAZ LOZANO - I.D. 570906

KAROL VIVIANA ROA ORTIZ - I.D. 609713

MONICA TOVAR SANCHEZ - I.D. 618030

YESICA SOLANYI PERDOMO HERRERA - I.D. 355578

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

PROGRAMA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

DESARROLLO EMPRESARIAL COLOMBIANO, NRC 4298

VI SEMESTRE, NOCTURNA

NEIVA - HUILA

2019
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ACTIVIDAD No.4 y 5

Proyecto Parte 1: Análisis de los sectores económicos a lo largo del Siglo XX.

Proyecto Parte 2: Informe sobre los grupos, gremios y conglomerados

EUGENIO DIAZ LOZANO - I.D. 570906

KAROL VIVIANA ROA ORTIZ - I.D. 609713

MONICA TOVAR SANCHEZ - I.D. 618030

YESICA SOLANYI PERDOMO HERRERA - I.D. 355578

PABLO CESAR FERNANDEZ ALVAREZ

Docente

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

PROGRAMA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

DESARROLLO EMPRESARIAL COLOMBIANO, NRC 4298

VI SEMESTRE, NOCTURNA

NEIVA - HUILA

2019
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Tabla de Contenido

Introducción 4

Objetivo General 5

Objetivos Específicos 5

ACTIVIDAD No.4 y 5

Proyecto Parte 1: Análisis de los sectores económicos a lo largo del Siglo XX.

Proyecto Parte 2: Informe sobre los grupos, gremios y conglomerados. 6

Conclusiones 28

Bibliografía 29

Introducción
4

Por medio del siguiente trabajo realizaremos un informe donde analizaremos los diferentes
sectores económicos a lo largo del Siglo XX, así como sobre los grupos, gremios y
conglomerados del sector escogido que es el primario desde 1980 hasta el 2000 en
Colombia, ya que éste conforma gran parte de la economía de dicho país. Su fortaleza
principal radica de la agricultura, la pesca, la acuicultura, la ganadería y la apicultura.

Se denomina sector primario a todas aquellas actividades económicas que tienen que ver
con la obtención de recursos de la naturaleza, y que no implican complejos procesos
industriales de transformación para poder consumirse o comercializarse.

Algunos de estos sectores son actualmente de alto alcance, mientras que otros están en
desarrollo y tienen muy buenas proyecciones, tanto para responder a la demanda interna,
como para convertirse en productos de exportación.

Las características climáticas y geográficas de Colombia la hacen apta para muchas de las
actividades propias del sector primario.

Por ejemplo, Colombia tiene una gran diversidad de peces, lo que la hace ideal para la
pesca y acuicultura; también tiene variedad de especies florales, lo que favorece el
desarrollo de la apicultura.

Colombia también cuenta con un clima cálido y armónico que permite el cultivo de
distintos productos de forma sostenida y continuada, sin muchos riesgos de sufrir perjuicios
por razones climáticas.

Objetivo General
5

Analizar el comportamiento individual y agregado de uno de los sectores económicos y


mediante una matriz Pestel analizar los factores políticos, económicos, sociales,
tecnológicos, ecológicos y legales del sector escogido desde 1980 hasta 2000.

Objetivos Específicos

 Explicar la importancia de los gremios y conglomerados en la construcción del


tejido empresarial colombiano.
 Determinar los principales grupos, gremios, conglomerados y clústeres que
pertenecen al sector económico asignado.
 Argumentar cómo los grupos, conglomerados y clústeres han influido en el
desarrollo y crecimiento económico del país.

ACTIVIDAD No.4 y 5
6

Proyecto Parte 1: Análisis de los sectores económicos a lo largo del Siglo XX.

Según el sector económico que les fue asignado, hagan un análisis de este a lo largo del
siglo XX, de la forma como se indica a continuación:

HISTORIA DEL SECTOR PRIMARIO EN COLOMBIA

Desde el Paleolítico, el ser humano ha aprovechado los recursos de los bosques (maderas,
frutos, plantas...). Estas actividades económicas son las más antiguas.

El descubrimiento de la agricultura dio lugar a la Revolución Neolítica. Los primeros


pueblos nómadas de cazadores recolectores aprendieron a cultivar la tierra y cambiaron su
modo de vida: se hicieron sedentarios y empezaron a producir sus propios alimentos.
Paralelamente al descubrimiento de la agricultura, surgió la ganadería. Las personas
comenzaron a domesticar y criar determinadas especies animales. Con la ganadería se
obtenían alimentos (carne, leche, huevos, grasa y pieles). También utilizaron animales de
tiro para las faenas agrícolas y el transporte.

A comienzos de los 80 se presentó una crisis sectorial de causas variadas: la crisis industrial
de finales de los 70; la violencia rural; la liberación de importaciones; la baja inversión
estatal agropecuaria; la revaluación del peso; los excedentes mundiales agrícolas; el
incremento de precios de insumos y maquinaria.

Por otra parte, la agricultura campesina se vio afectada por los mismos problemas, pero
además por la ausencia de asistencia técnica y el difícil acceso a los recursos de crédito.

Sin embargo, a finales de la década de los 80, como consecuencia de decisiones


macroeconómicas y altos precios agrícolas internacionales se le dio un empuje a la política
agropecuaria a través del programa de 'oferta selectiva' el cual dispuso de crédito,
tecnología, mecanización, asistencia técnica y comercialización.
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Como consecuencia, el PIB agropecuario entre 1986 y 1990, tuvo un crecimiento superior
al PIB total y osciló entre 2,9% en 1988 y 6,5% en 1987. En 1990 la política se orientó a un
programa de liberalización del comercio, que condujo al desmonte gradual de la
intervención estatal en los procesos de importación.

Como medida para amortiguar la variación en los precios internacionales se establecieron


las franjas de precios en algunos productos sensibles. Este proceso abrupto de apertura
resultó en 1992 en una de las mayores crisis agrícolas, que se reflejó en una disminución
del 12% en la producción de los cultivos transitorios.

En 1993 se diseñó un plan de reactivación que incluyó: intervención en la


comercialización; medidas para desestimular las importaciones; creación de salvaguardias y
un plan de empleo rural. A pesar de todas estas medidas la producción de cultivos
semestrales continuó en declive, al pasar el valor de producción (pesos de 1975) de $30.8
mil millones en 1992 a $ 28.5 mil millones en 1997.

En 1998 ya era indiscutible que el país tenía que acomodarse a producir aquello en lo cual
podía ser competitivo. Por una parte, se fortalecieron los acuerdos de competitividad de las
cadenas productivas y se promovieron las alianzas.

Por otra parte, se diseñó una estrategia de 'oferta agropecuaria' tendiente a recuperar la
agricultura de transitorios. Todo esto fue reforzado por una tasa de cambio favorable. Como
resultado, entre 1998 y el 2002 el área de siembras creció en 9,5%, la producción 17%, las
exportaciones en volumen 11,9% y el PIB agropecuario 9,1%.

En el año 2003 se inició un proceso para adecuar el sector agropecuario a un eventual TLC
con E.U. Fue así como se diseñó un programa de inversión denominado Agro Ingreso
Seguro. Además, se estableció el programa Apuesta Exportadora, en el cual se definieron
unos cultivos y unas regiones con capacidad de exportación con el objetivo de darles el
apoyo necesario.

En el periodo 2002-2008 se presentó un proceso de revaluación del peso, lo que combinado


con una crisis alimentaria y económica mundial hizo que el sector agropecuario presentara
un comportamiento errático, para lo cual se diferencian dos etapas. Entre 2002 y 2006 la
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producción aumentó 7,9%, el área cultivada 6,7%, las importaciones 26,5% y las
exportaciones 7,3%.

LA ENFERMEDAD HOLANDESA EN EL SECTOR PRIMARIO

El gobierno nunca ha querido ver los síntomas de la enfermedad holandesa que sufrió la
economía colombiana durante los últimos diez años. Y en lugar de enfrentar el mal, optó
por desconocerlo.

La expresión “enfermedad holandesa” alude a las dificultades que padeció aquel país a
finales de la década de 1950, cuando los excedentes derivados de sus abundantes hallazgos
de gas no fueron una bendición sino una desgracia. Durante la década siguiente los
economistas empezaron a utilizar esta expresión para referirse a tres síntomas que suelen
acompañar las bonanzas derivadas de los recursos naturales:

1. Revaluación de la moneda nacional,

2. Aumento pronunciado de las importaciones, y

3. Pérdida de la actividad industrial.

Estos tres síntomas se presentaron sin duda alguna en Colombia, pero a pesar de la claridad
del diagnóstico, el gobierno se negó a aceptar que el país sufría la enfermedad.

En las cuentas, la enfermedad holandesa se refleja ante todo en la llamada “cuenta corriente
de la balanza de pagos”, donde básicamente se comparan las exportaciones y las
importaciones de bienes y servicios de cada país.

Perdimos competitividad, es el primer síntoma de la enfermedad holandesa es la


revaluación de la moneda nacional, pues el boom de los recursos naturales se traduce en la
abundancia de divisas. Pues bien: si el dólar es barato las importaciones aumentan, y el
aumento de las importaciones tiende a destruir la capacidad de producción agropecuaria e
industrial del país respectivo.
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Eso fue lo que ocurrió en Colombia con la revaluación del peso a lo largo de casi una
década, y tanto así que ahora estamos importando casi 11 millones de toneladas de
alimentos básicos al año.

Peor todavía, la devaluación de los últimos meses no ha logrado cambiar esta tendencia de
manera sustantiva. Colombia no aprovechó la bonanza para elevar la productividad del
sector agropecuario. Por eso, aun con una fuerte devaluación, las importaciones siguen
siendo elevadas, así su precio en pesos haya aumentado de manera notable: el precio de los
alimentos importados aumentó 10,85 por ciento durante 2015.

De esta manera la inflación de los alimentos superó la inflación general, que fue de 6,77 por
ciento. Y el mayor precio de los alimentos perjudica sobre todo a las familias pobres, pues
su capacidad adquisitiva se ha deteriorado mucho.

Además, en la devaluación como oportunidad, cuando el déficit externo llega a ser


insostenible, la economía del país se ajusta de manera inevitable al través del mecanismo de
la devaluación, lo cual tarde o temprano obliga a recortar las importaciones y/o a aumentar
las exportaciones. Pero hasta ahora Colombia no ha podido aprovechar esas ventajas de la
devaluación y en el 2016 debemos por lo tanto comenzar a consolidar el mercado interno y
a hacer esfuerzos significativos para recomponer el aparato productivo. La caída en las
importaciones es una oportunidad evidente para estimular el consumo de productos
elaborados dentro del país. Y en esta perspectiva, los estímulos a la pequeña y la mediana
industria deberían jugar un papel fundamental en este año.

La agricultura colombiana perdió productividad y además tiene que competir con


productores que reciben subsidios en los países desarrollados. En la reunión de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) que tuvo lugar el pasado diciembre, los
gobiernos se comprometieron a eliminar los subsidios a sus productores. Sin embargo, hay
escepticismo porque otras veces los países desarrollados no han cumplido esta misma
promesa.
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1. Enumeren 5 empresas que surgieron para cada uno de los siguientes años:
1920, 1945 y 1970.

RTA/

- Instituto Colombiano de Desarrollo Rural - INCODER


- Instituto Colombiano de la Reforma Agraria - INCORA
- Instituto Colombiano Agropecuario - ICA
- Corporación de Abastos de Bogotá – CORABASTOS
- Instituto de mercadeo agropecuario Colombia - IDEMA

2. De la lista anterior, determinen las estrategias de competitividad y


productividad que la empresa líder empleó en cada uno de los años estudiados.

RTA/ A continuación daremos a conocer una propuesta para aumentar nuestra producción
agrícola:

Diversificar nuestra canasta agrícola, es una oportunidad que Colombia merece


materializar.

La reputación agrícola de Colombia ante el mundo se ha logrado con banano, café y flores,
gracias a la vocación que, por muchos años, se ha desarrollado hacia esos cultivos. Por
supuesto, en estos cultivos seguimos con oportunidades de mejora, innovando y con mayor
productividad para seguir impactando el crecimiento de las cifras de exportación. Sin
embargo, fortalecer nuestra oferta exportadora implicará que el país diversifique su canasta
sumando otros cultivos.

Procultivos ANDI se propuso revisar esa oferta exportadora diversificada que podría
aprovechar el país, sumando cultivos diferentes. Para ello adelantó con TechnoServe (una
ONG internacional especializada en estos temas), el estudio Construcción de un modelo de
agricultura competitiva en Colombia, el cual mostró que tenemos gran potencial para
producir otros cultivos y que estos pueden cambiarle la suerte a nuestro agro, al permitirnos
un crecimiento económico agrícola mayor al del 2 % de los últimos diez años.
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Esos cultivos son los que cumplen en gran medida dos criterios: uno, el alto potencial de
producción más posibilidades de incrementar paulatinamente su productividad; y dos, una
demanda internacional creciente con chequeras generosas para pagarlos muy bien.

La siguiente gráfica muestra el cuadrante con los diversos cultivos priorizados a la luz de
esas variables:

Como se puede apreciar, los cultivos que reúnen las dos condiciones en niveles altos fueron
categorizados en el estudio como “productos priorizados”.

Además, se determinan que los tres cultivos que en menos tiempos representarían un
cambio significativo para nuestra agricultura, con mayores crecimientos y más calidad.
Vale anotar que en ellos se deben implementar mejoras y buenas prácticas, tal y como lo
recomienda el estudio. Los seleccionados fueron mango, cacao y palma aceitera; a estos
nos referimos cuando afirmamos que pueden cambiar la suerte de la agricultura
colombiana. Siendo conservadores, tenemos la siguiente proyección: hoy, los tres cultivos,
producen US$ 1.458 millones y en cinco años podrían producir US$ 3.150 millones, lo que
implicaría un crecimiento aproximado de 5 % en la producción agrícola del país. ¡Lo
merecemos los colombianos!
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3. Diseñen un diagrama de espina de pescado de 9M, que demuestre los factores comunes de éxito que el sector económico
aplico para potenciar la competitividad en los años 1920, 1945 y 1970.
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4. Hagan una lista de las características del sector económico y, con base en ellas,
redacten 5 adivinanzas para compartirlas en la tutoría.

RTA/

 Obtiene de manera directa los recursos que brinda la naturaleza.


 Cubre las necesidades básicas del ser humano para poder sobrevivir.
 La mayoría de veces, las materias primas pasan al sector secundario para elaborar
bienes de consumo.
 Es el encargado de proveer alimentos para consumo humano y de algunos animales.
 Es considerada una de las actividades económicas más antiguas.

Adivinanzas:

1. En el agua siempre vivo, plateado es mi color, verlo como el rayo nada.


¿Cómo me llamo?
(R/ El pez)
2. Todo es agua, agua, agua; todo es agua alrededor, son pequeñitos y grandes,
muchos, muchísimos son.
(R/ Los peces)
3. Va un cazador y caza dos perdices y luego se las lleva vías. ¿Cómo es posible?
(R/ El señor que las caza se apellida Vivas)
4. Fui a la plaza y compre un negrito, llegue a la casa y se puso coloradito.
(R/ El Carbón)

Proyecto Parte 2: Informe sobre los grupos, gremios y conglomerados

Analicen, mediante una matriz Pestel (por su sigla en inglés y herramienta que
contempla los factores políticos, económicos, sociales, tecnológicos, ecológicos y
14

legales), el sector económico asignado desde 1980 hasta 2000. Con estos datos,
redacten un informe que contenga la siguiente estructura y cumpla las acciones que
también se indican a continuación:

MATRIZ PESTEL DEL SECTOR PRIMARIO


En los años cincuenta, sesenta y setenta, la sustitución de
importaciones fue la filosofía predominante en América Latina, en
la que en el siglo XX Colombia tuvo un desarrollo relativamente
exitoso, más para la economía en su conjunto que para la
agricultura, con base a incentivos similares en términos de
protección y subsidios. Con este apoyo, la agricultura crece bien
POLÍTICOS entre 1930 y 1980, pero decae entre 1980 y 2000 (Kalmanovitz y
López, 2005). En las postrimerías de los ochenta y principios de los
noventa se propone el llamado “Consenso de Washington” que
limita el papel del Estado y crea las condiciones para el
funcionamiento de mercados liberados. A partir de mediados del
siglo XX América Latina adoptó un modelo de desarrollo que
priorizaba el sector industrial, concibiendo al Estado como actor
principal en la distribución de los recursos, especialmente los
provenientes del sector primario como complemento para el
desarrollo industrial (Romero, 2012). El modelo, asociaba la
ruralidad con esquemas pre-modernos y atrasados del desarrollo,
por lo cual se promovían visiones de largo plazo que asociaran el
desarrollo con lo urbano e industrial.

Estas condiciones se presentaron en los países latinoamericanos


en su transición de una economía colonial hacia una economía
moderna, fenómeno que mantuvo vigencia teórica hasta la década
de 1980. El proceso de modernización económica liderado por la
expansión industrial estuvo condicionado por el contexto
internacional y por el entorno político, institucional y económico
predominante en cada país. De esta manera, según Sunkel (1970)
ECONÓMICOS e Hidalgo-Capitán (2012), el ingreso del sistema capitalista a la
región latinoamericana estuvo asociado con los flujos
internacionales del valor implícito en el comercio internacional y,
por tanto, siguiendo a Schejtman (1980), en su discusión sobre
economía campesina, el sector agropecuario en Colombia presenta
con claridad una dualidad entre la agroindustria capitalista moderna
y amplios sectores donde predomina la economía campesina cuya
finalidad no va más allá de la subsistencia biológica de las familias
directamente involucradas. En el mismo sentido, Kalmanovitz
(1986, p. 64) plantea que estas formas de producción no han
evolucionado de la época colonial.

Berry (2002) señala que, en la década de 1960, como


consecuencia de planes de incentivos para la mecanización y uso
intensivo de insumos modernos, Colombia entró en un período de
crecimiento agrícola dualista, caracterizado por una expansión de
la agricultura comercial, y una agricultura campesina estancada,
15

sobre la cual se perpetraron niveles permanentes de pobreza rural.


SOCIO Piñeiro (2004) agrega que estas tendencias configuraron
CULTURALES trayectorias de acumulación de activos productivos desiguales,
creando las condiciones que luego profundizarían la conflictividad
en torno al acceso a la tierra y los beneficios de su grado de
explotación. Posteriormente, la política agraria continuó tomando
como referencia los lineamientos planteados en otras economías
más desarrolladas; por tanto, siguió considerando que se podría
llegar al desarrollo mediante el crecimiento económico y, para ello,
los agricultores subdesarrollados debían aumentar su productividad
a través de la asignación eficiente de los recursos, apoyados en la
implementación de nuevas tecnologías y programas de extensión
agraria y desarrollo comunitario. Al no alcanzar esta política los
resultados esperados, en la década de los setenta se empezó a
reconsiderar la necesidad de dar menor importancia al crecimiento,
y mayor a la reducción de desigualdades, y en este sentido
implementar políticas de redistribución de ingresos mediante la
satisfacción de necesidades básicas (como nutrición, vivienda,
salud, educación) y creación de empleo con el fin de reducir la
pobreza. Sin embargo, Ceña (1994) indica que estas políticas por
sí solas no lograron el anhelado desarrollo, por lo que se consideró
que no solo se requería la redistribución de los ingresos, sino que
el crecimiento económico era un requisito para lograr un nivel de
vida aceptable. En el mismo sentido, Piñeiro (2004) sugiere que las
políticas del Estado en aquella época se dirigieron en mayor
proporción a los sistemas de producción más dinámicos donde la
inversión es intensiva, generando una modernización agrícola con
una transformación parcial, desigual, sustentada por recursos
públicos, lo cual implica limitaciones y rezagos en su
modernización. La FAO (2004) reconoce que estos modelos de
política pública se han apoyado en la lógica del capital moderno,
utilizando de manera creciente los incentivos financieros directos
(subsidios) como principal herramienta de intervención y estímulo
de sectores y actividades específicas.

No obstante, ya a finales del siglo pasado algunos autores habían


sentenciado que el conjunto de estas medidas de política tendría
un efecto desfavorable para el sector agropecuario (Dirven, 1999;
Krueger et al, 1991), en la medida que estas no estuvieron al
alcance de la mayoría de productores rurales, sino al servicio de
una élite con capacidad de aplicar el paquete tecnológico de la
revolución verde para el cual se diseñaron las medidas (Holt
TECNOLÓGICOS Giménez, 2007). Además, las políticas macroeconómicas, tuvieron
un fuerte impacto negativo que no logró ser compensado por las
políticas sectoriales a favor del sector agrario otra quimera. Una
condición fundamental en el sector agropecuario para que esté
preparado para la competencia, es la necesidad de ponerse al día
en avances tecnológicos que les permita a los agricultores un nivel
aceptable de modernización y eficiencia. Naturalmente, como lo
demuestra la historia, en la segunda posguerra en el mundo
moderno desarrollado, esa responsabilidad fue liderada por el
16

Estado. Sin embargo, la década de los 90 fue testigo de una


tendencia mundial hacia un papel más reducido del sector público y
una reducción en la intervención gubernamental en la agricultura
manifiesta en una restricción del gasto público. Además, se
comienza a perder el apoyo de agencias internacionales de ayuda,
paralelamente al debate conceptual que sobre el alcance de la
extensión comenzaba a darse, en virtud de la creciente
complejidad del desarrollo agrario que exigía nuevas
aproximaciones para interpretarlo (Dirven, 1999). Ya desde esa
época, expertos como Trigo y Kaimowitz (1994) auguraban un
efecto directo en los institutos públicos de investigación agrícola
como en los servicios de extensión. Así, en tales tiempos, como
ahora, las iniciativas de investigación estratégica requerirán
participación directa del sector público, en virtud de que no cuentan
con una aplicación comercial de corto plazo.
Una condición fundamental en el sector agropecuario para que
esté preparado para la competencia, es la necesidad de ponerse al
día en avances tecnológicos que les permita a los agricultores un
nivel aceptable de modernización y eficiencia. Naturalmente, como
lo demuestra la historia, en la segunda posguerra en el mundo
moderno desarrollado, esa responsabilidad fue liderada por el
Estado. Sin embargo, la década de los 90 fue testigo de una
tendencia mundial hacia un papel más reducido del sector público y
una reducción en la intervención gubernamental en la agricultura
manifiesta en una restricción del gasto público. Además, se
comienza a perder el apoyo de agencias internacionales de ayuda,
paralelamente al debate conceptual que sobre el alcance de la
extensión comenzaba a darse, en virtud de la creciente
complejidad del desarrollo agrario que exigía nuevas
aproximaciones para interpretarlo (Dirven, 1999). Ya desde esa
época, expertos como Trigo y Kaimowitz (1994) auguraban un
efecto directo en los institutos públicos de investigación agrícola
como en los servicios de extensión. Así, en tales tiempos, como
ahora, las iniciativas de investigación estratégica requerirán
participación directa del sector público, en virtud de que no cuentan
con una aplicación comercial de corto plazo.
Legislativo: Esa época se había dado un viraje de fondo en el eje
de la política agropecuaria. Se pasó de la preocupación por la
tenencia y el ingreso rural de la década de los sesenta, a la
problemática de la productividad y el estímulo a la agricultura
comercial. Estos lineamientos fueron plasmados en las Leyes 4ª
y 5ª de 1973, así como en la Ley 6ª de 1975. La primera
concretaba los acuerdos surgidos en el llamado Pacto de Chicoral
LEGALES en el que se hacía un diagnóstico de los alcances de la reforma
agraria y se recogían una serie de recomendaciones, en especial la
determinación de los mínimos de productividad, para impulsar la
producción de tierras hasta ese momento poco explotadas. La
segunda Ley buscaba que los propietarios de tierras intensificaran
su uso, estableciendo para ello importantes fuentes de
capitalización del campo a través del Fondo Financiero
Agropecuario, creado en la misma ley18. La Ley 6ª, promulgada
17

por López Michelsen, fue llamada también de Aparcería y


legislaba, de acuerdo con el texto de la Ley, sobre “los contratos de
participación en productos agrícolas y otras formas de explotación
de la tierra”. Los incentivos a liquidar las formas antiguas de
arriendo campesino fueron retirados, aunque ya esas formas
estaban muy disminuidas a lo largo de todo el país, así que la
medida operó más bien como un mensaje para reafirmar los
derechos de propiedad existentes en el campo colombiano.
Ahora bien, en términos históricos, el concepto de “justicia
ambiental” puede considerarse como un antecedente del estudio
de los conflictos ambientales. Sin embargo, este concepto esta
aún precedido por otro, el de “racismo ambiental”, el cual
irrumpe en el radar político y académico de EEUU en 1982
cuando activistas de derechos civiles se organizan para
detener en el Estado de Carolina del Norte el vertido de 120
ECOLÓGICOS millones de libras de tierra contaminada con bifenilos poli
clorados (PCB) en el condado de Warren, habitado en alta
proporción por afroamericanos. El Condado de Warren se
convirtió así en símbolo del nacimiento del movimiento social sobre
la justicia ambiental, aspecto que la corriente ambientalista
principal no había considerado, es decir, que las personas de raza
negra y las comunidades pobres se enfrentaban a riesgos
ecológicos mucho mayor que los blancos (Mohair et al, 2009, p.
408-409). Es importante anotar además que en EEUU este
concepto se encuentra ya institucionalizado por la EPA
(Environmental Protección Agency), contando incluso con la
Oficina para la Justicia Ambiental, logro que resultara de la presión
de los movimientos sociales de los años ochenta.
Académicamente, es el sociólogo afroamericano Robert Bullard
(1990) quien, sintetizando sus investigaciones sobre demandas
contra empresas contaminadoras, define la justicia ambiental como
el principio mediante el cual “todos los pueblos y comunidades
tienen derecho a igual protección de las leyes y normativas
ambientales y de salud pública”. Es en este campo donde aparece
la ecología, la política, que incorpora mejor los elementos del
poder, los valores y los diferentes lenguajes para analizar el
complejo origen de los conflictos ambientales. En este punto, la
relación entre economía ecológica y ecología política es
fundamental.

1. Describan con hechos y datos los entornos analizados en la matriz Pestel


teniendo en cuenta el sector económico que se les asigno.
18

RTA/ Entre 1925 y 2005 aumentó la participación del sector servicios en la generación del
PIB, donde la terciarización es dominante. Y además se presentó la disminución de la
participación del sector primario.

La comparación de las Gráficas 1 y 2 permite deducir, como se planteó previamente, que la


industrialización inicial coincide con la aceleración del crecimiento económico de largo
19

plazo; y la desindustrialización posterior coincide con la desaceleración económica de largo


plazo. El sector primario se descompuso en dos subsectores: sector agropecuario,
silvicultura, caza y pesca (Vivos), y sector minero (Min).

Composición del Sector Primario

De la Gráfica 2.1 se deduce que la pérdida sistemática de participación del sector primario
en la generación del PIB (Gráfica 2), se explica por la tendencia decreciente en la
participación del sector agropecuario incluyendo pesca, caza y silvicultura (Vivos). La
participación del sector minero (Min), ha sido más volátil y menos importante. Sin
embargo, cabe mencionar que de 1980 a 2005 el sector minero aumenta su aporte al PIB
del 2% al 5%; este comportamiento denota la gran fuerza de las ventajas comparativas
naturales del país en un contexto de apertura comercial creciente.

Evolución de la Autonomía Tecnológica

Para medir la magnitud de la autonomía tecnológica, en este trabajo se utiliza como


indicador la fracción nacional del acervo en maquinaria y equipo. Los datos requeridos para
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el cálculo del indicador se presentan y explican en el Anexo 2 y el Apéndice. Su escogencia


viene dada casi que por descarte. Los componentes de la formación bruta de capital fijo son
los siguientes: vivienda, otros edificios y construcciones, mejoras de tierras, equipo de
transporte, y maquinaria y equipo. En consecuencia, la tecnología, especialmente la que se
utiliza en las actividades productivas, viene incorporada primordialmente en el rubro de
maquinaria y equipo.

Tal como muestra la Gráfica 3, 1980 es el momento de quiebre de la tendencia. Entre 1925
y 1980 el indicador de autonomía tecnológica fue bajo, pero relativamente estable: 34% en
promedio. Posteriormente el indicador cae abruptamente: pasa de 34% en 1980 a 14% en
2005. No es posible observar esta Gráfica sin concluir que algo estructural cambió en la
economía colombiana hacia 1980; la hipótesis que aquí se defiende es que el nuevo modelo
de desarrollo implicó la renuncia a la autonomía tecnológica.

Estrategias de Desarrollo y Economía Política


21

Desde una perspectiva histórica, en Colombia se llegó a un equilibrio político que se guía
por la siguiente convención: a cambio de respetar la gran propiedad de la tierra, impidiendo
el objetivo modernizante de la reforma agraria, el sector terrateniente, fuertemente
representado por el partido conservador, accedió a que la burguesía industrial-financiera,
más representada por el partido liberal, pusiera la política económica del Estado al servicio
de los sectores industriales establecidos. El campo, por su parte, pudo disfrutar de un pago
tributario mínimo y de altos aranceles proteccionistas (Kalmanovitz y López, 2006, 2007).
No fue fácil llegar a ese equilibrio. El país debió pasar por la Violencia de los años 50, a un
costo social enorme, para finalmente lograr un acuerdo político que preservara el orden
establecido: el Frente Nacional. Este acuerdo bipartidista se alternó el poder presidencial
durante varias décadas –pues se mantuvo incluso más allá del período inicial de 16 años
para el cual se estableció– excluyendo las opciones políticas alternativas. Para ello se ha
recurrido a todos los medios posibles –maquinarias políticas (clientelismo), represión,
violencia y fraude electoral–. Las tendencias populares representadas por la izquierda
comunista, la ANAPO y el ala gaitanista del partido liberal fueron desplazadas del poder
del Estado. Ante la exclusión política, algunos sectores también respondieron con violencia
y consolidaron diferentes frentes guerrilleros. El mayor de todos, las FARC, todavía
subsiste y aún hoy asola al país.
Desde esta perspectiva, el bipartidismo ha sido en la práctica el partido del “orden”, la
representación política de las élites colombianas. Por ello, a pesar de las tendencias
modernizantes, el régimen político terminó renunciando a la reforma agraria y, de paso, a la
industrialización nacional. Así se respetaron los intereses terratenientes y los del capital
industrial-financiero. De hecho, el último intento de reforma agraria que se impulsó durante
el gobierno de Lleras Restrepo fue desmontado durante los gobiernos de Pastrana Borrero
(Acuerdo de Chicoral) y López Michelsen (PAN y DRI en vez de reforma agraria). Ya
nunca más resucitaría esta iniciativa. Para complicar las cosas, el narcotráfico – efecto
indeseado de las ventajas comparativas naturales de Colombia, de sus ventajas de
localización, del abandono estatal del sector rural, y de la relajación moral que implica
poner el Estado al servicio de las élites– ha recrudecido la violencia y ha concentrado aún
más la propiedad de la tierra. Esta reversión de la modernidad no se atraviesa en el acuerdo
fundamental del bipartidismo: respetar la propiedad de la tierra sobre todas las cosas. Sin
22

embargo, el régimen político, tan convenientemente fraguado, hace agua en el plano


económico porque compromete la competitividad sistémica de la economía.

Por una parte, la enorme rentabilidad del negocio de las drogas ilícitas, incrementada por la
represión nacional e internacional de la oferta (Ortiz, 2002, 2003), ha logrado infiltrar en
mayor o menor medida todas las esferas del Estado, y ha financiado a todos los grupos
armados irregulares, aumentando significativamente la violencia. Como resultado se ha
afectado la gobernabilidad de la nación, y se ha asustado a los inversionistas. La política
reciente de la “Seguridad Democrática” ha logrado devolverle temporalmente la
tranquilidad al gran capital, y ha mejorado la acumulación, pero no ha mejorado la
gobernabilidad, porque la rentabilidad del narcotráfico no disminuye, sino que aumenta, y
la corrupción también aumenta, y la violencia no cesa.

Además, el problema agrario sigue sin resolverse. De hecho, la influencia el narcotráfico y


la violencia ha inducido una concentración de la tierra como nunca se había visto en
Colombia (Reyes, 1999, 2007). Esto es grave para las perspectivas del desarrollo; no existe
sociedad que haya despegado industrialmente que no haya resuelto previamente de una
forma u otra el problema de la tierra. La consolidación del mercado interno y la cohesión
social así lo exigen (Gómez, 2007).

2. Expliquen la importancia de los gremios y conglomerados en la construcción


del tejido empresarial colombiano.

RTA/ Sin lugar a dudas, los integrantes de las diferentes entidades económicas,
profesionales y empresariales se deben asociar por afinidades para cumplir tareas en las que
sólo la unión de objetivos consigue resultados que de otra forma serían inalcanzables.

Los gremios son parte vital de las fuerzas vivas de la nación, en donde sus voceros
manifiestan los intereses comunes de sus afiliados y aportan al engrandecimiento del país.
23

Tener mentalidad germanista es poseer un pensamiento colectivo, es alejarse del


individualismo para luchar por metas generales.

Pero hay que tener en cuenta que sus actividades deben superar sus fronteras y conocer que
tienen obligaciones mayores a las de defender las expectativas de sus asociados. Son parte
del país y, por ello, tienen que acompañar causas de beneficio común, ser solidarios con
gestas nacionales, volverse motor de éstas. Tener también el valor civil de manifestarse
sobre situaciones que consideren inconvenientes para sus conciudadanos.

Su responsabilidad es superior a su individual afiliación.

La obligación de fortalecer las instituciones es inherente a la responsabilidad gremial, pues


sin un Estado encuadernado, no hay dónde ejercer esta labor.

Obvio que respaldar la institucionalidad no es necesariamente ser obsecuente con el


Gobierno de turno.

Oponerse a ciertas medidas, invitar a la reflexión, presentar alternativas, es muchas veces


más constructivo que simplemente acompañar a uno de los poderes.

Pertenecer a un gremio es ser parte del equipo de los ejecutores que consiguen eficaces
resultados, o integrar el grupo de los re orientadores de los canales para llegar a buen
puerto.

Eventualmente, conformar el escuadrón de los que son diques para los errores y desaciertos
de los gobernantes.

Sus aportes y apoyos a las causas patrióticas o sociales no pueden ser ajenas a sus rutinas.
Deben estar inmersas en su quehacer diario.

Comprometerse con la siembra y sostenimiento de los valores democráticos y defenderlos


son exigencias a sus vinculados.

Generar positivas acciones debe ser parte de sus lineamientos estatutarios y no pensar que
estas son un compromiso únicamente de los mandatarios.

A veces, por coyuntura, un gremio u otro juegan más en el escenario público.


24

En diversos casos, esto se da por la calidad o liderazgo de sus representantes, pero siempre
todos ellos tendrán que ser parte de la balanza de pesos y contrapesos como actores
cotidianos de lo que suceda en el país y de su proyección.

Las asociaciones económicas, profesionales o empresariales, son fundamentales para el


buen suceso de la vida nacional.

Debemos fortalecer estas agremiaciones afiliándonos a ellas y no jugar a que sean los
colegas los que hacen la fuerza por nuestros intereses para beneficiarnos de este trabajo y
limitarnos a criticarlos.

3. Determinen los principales grupos, gremios, conglomerados y clústeres que


pertenecen al sector económico asignado.

RTA/

 Principales empresas en la Minería (Incluye Carbón):

 Otras empresas:

-Olam Internacional: Es una empresa multinacional basada en Singapur. En Colombia,


concentra su producción en los rubros agrícolas café, cacao y teka. Es uno de los mayores
exportadores de café del país.
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-Fedepapa. Federación Colombiana de Productores de Papa: Agrupa a 90 mil


papicultores, quienes producen entre 2,700,000 y 3,000,000 de toneladas al año, las cuales
son cultivadas en 123,500 hectáreas.

-Asociación de Bananeros de Colombia (Augura). Agrupa a empresarios y empresas


comercializadoras de bananos de la región del Urabá. Exportan el 73 % de su producción a
Europa. En 2016, la exportación de bananos fue de 93,4 millones de cajas.

-Claveles Colombianos (Clavecol). Es la mayor productora y exportadora de flores de


Colombia. el mayor, con unas 200 hectáreas sembradas y ventas superiores a los 20
millones de dólares.

-Hipermar. Productor y comercializador de camarón y otras especies pesqueras artesanales


en Tumaco, Nariño. Con ventas mensuales superiores a los 400.000 kilos de pescado y
marisco.

-Occidental de Colombia.

-Petrobras Colombia Limited.

-Perenco Colombia Limited.

-Petrominerales Colombia.

-Gralco.

-Seatech International.

-Pesquera Jaramillo.

-Agroindustrial 3C.
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-Pacific Sea Food.

-Distribuidora Dizamar.

-Truchas Belmira.

-Primavera Aquacultura

-Aya & Arciniegas.

-Pezfresco.

-Gher Asociados.

-Altamar.

-Pesquera La Rosa del Mar

4. Concluyan argumentado cómo los grupos, conglomerados y clústeres han


influido en el desarrollo y crecimiento económico del país.

RTA/ La globalización internacional supuso, entre otras consideraciones, un evidente


estímulo al potenciamiento de tres ejes en lo que concierne al desarrollo empresarial. En
primer término, una gran transformación en lo que respecta a las estructuras productivas. Se
refleja en las modificaciones y desigual participación de los grupos empresariales en las
nuevas esferas de la circulación e intercambios de mercancías y servicios, dando lugar a la
conformación de nuevos conglomerados de capital. En segundo lugar, mediante una mayor
proporción de bienes finales e insumos intermedios importados que desplazan a la
producción local y generan un nuevo vínculo entre el mercado exterior y las nuevas
unidades de ensamblaje de componentes importados que sustituyen, parcial o casi
completamente, a ciertas industrias domésticas. Y, finalmente, asistimos a la consolidación
de complejos industriales en áreas donde se generan ventajas comparativas modificando, en
consecuencia, los procesos de ajustes y afectando, de manera directa, a las posibilidades de
competir. En consecuencia, esta mayor apertura comercial y más intensa competencia
requiere de planteamientos innovadores de carácter dinámico.
27

Un clúster es una asociación de diferentes actividades localizadas en un mismo territorio


conformando un único complejo productivo, con la pretensión de reforzar los conceptos de
pertenencia y las relaciones de proximidad.

Sus objetivos radican en estimular los recursos disponibles para sostener una rama
productiva, para formar parte de un sistema de producción y de servicios, y para fomentar
los encadenamientos económicos sobre la base de empresas y actividades. De esta forma,
un clúster resulta de la conjunción y combinación de tres aspectos: un proceso de
agregación de valor y de articulación vertical y horizontal, se sustenta sobre una actividad
principal, que aglutina en torno a ella un número variable de actividades (incluidas aquellas
denominadas intangibles), y posee una amplia potencialidad exportadora.

Dada la amplia complejidad de su definición, un clúster posee una dimensión diferente


según atienda a las especificidades de cada territorio y de la propia estructura y agentes
económicos del mismo. Por eso, no se pueden aplicar miméticamente otras experiencias, ni
trasladar las mismas herramientas e instrumentos aplicados en otros lugares, dada la amplia
diversidad y heterogeneidad de casos exitosos y de fracasos. Sin embargo, debemos ser
proclives a resaltar ciertos casos-demostración, como claro ejemplo de esfuerzos comunes
en entornos favorables y propicios para ello.
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Conclusiones

Luego de realizar el siguiente trabajo podemos destacar que los factores externos e internos
han incidido en la senda del desarrollo económico colombiano. Las perturbaciones externas
que proliferaron en las primeras siete décadas del siglo XX, y que causaban crisis
económicas en el corto plazo, generaron a la postre más oportunidades de industrialización
y desarrollo estructural del país. La consolidación del orden económico internacional de la
postguerra, y el auge del comercio internacional, que aparentemente hubieran sido más
propicios para el desarrollo, generaron el ambiente adecuado para que las fuerzas
industriales abogaran por la consolidación de las industrias ya establecidas, y dispusieran
del arsenal de las políticas económicas en su beneficio a costa del desarrollo industrial
futuro. Aunque hubo voces connotadas que insistieron en la necesidad de mantener el
proceso de sustitución de importaciones para producir internamente maquinaria y equipo, y
bienes industriales de alta tecnología, y así transitar por una senda de desarrollo superior
(v.g. Poveda, 1979a, 1979b, 1979c, 1980, 1982), el poder económico se impuso. El riesgo
del estancamiento estructural pasó a ser entonces una realidad, como lo había advertido
Hirschman en la Estrategia del Desarrollo Económico (1958).
29

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